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Fiesta del Día de la Expiación (página 2)



Partes: 1, 2

¿A
quién va dirigida la fiesta del Día de la
Expiación?

Se evidencia en el libro de Levítico,
capítulo 23 lo que a continuación se transcribe:
"1 Habló Jehová a Moisés, diciendo:
2 Habla a los hijos de Israel y diles: Las fiestas
solemnes de Jehová, las cuales proclamaréis como
santas convocaciones, serán estas" y que menciona luego
cada una de las fiestas y sus mandatos respecto de ellas. En
consecuencia, se infiere que todas las fiestas del Señor
estaban dirigidas a toda la congregación del pueblo de
Israel. Por lo tanto, la fiesta del Día de la
Expiación estaba dirigida a la congregación de todo
pueblo de Israel, en el sentido histórico. Así
también se encuentra esta referencia en el capítulo
16, versículos 33: "…hará la expiación del
santuario santo, del tabernáculo de reunión y del
altar, por los sacerdotes y por todo el pueblo de la
congregación'' (Cfr. Levítico
16:33)

Tipología

El sacrificio de expiación en este día tan
especial no daba cobertura a los pecados de una vez por todas,
pues debía ser repetido anualmente. Éste fue un
TIPO junto con todos los demás sacrificios judíos
de la expiación de aquél sacrificio perfecto del
Cordero de Dios: Jesucristo, nuestro gran sumo sacerdote,
ofrecido a Sí Mismo en el derramamiento de Su propia
sangre en el Calvario para expiar los pecados del mundo una sola
vez y para siempre. (Cfr. Hebreos 9:11-12; Romanos 3:25,
5:9-10; 1 Corintios 5:7; 2 Corintios 5:18-21; Gálatas
3:13-14; 1 Pedro 1: 18-19; 1 Juan 2:2, 4:10; Apocalipsis
5:9).
El mismo Dios por gracia proveyó el sacrificio
perfecto por nuestros pecados.

La muerte de Jesucristo es el cumplimiento de todo lo
que fue representado en el sistema expiatorio del Antiguo
Testamento. Dios estaba, en Cristo, reconciliando consigo al
mundo. (Cfr. 2 Corintios 5:19). De manera que el
sacrificio de Jesucristo garantiza la eterna redención de
todos aquéllos que en Él creen; lo que el
imperfecto sacrificio de los animales no podía hacer. Por
eso Juan el Bautista dijo: "He aquí el Cordero de Dios que
quita el pecado del mundo" (Juan 1:29). Cristo
representó en sustitución a toda la humanidad en Su
muerte, se convirtió en cada uno de los individuos de la
humanidad de todos los tiempos, como dice 2 Corintios 5:
14:
"Uno murió por todos".

En el Nuevo Testamento en referencia a la idea de la
sustitución es frecuente la expresión "por
nosotros" y "por mi"; Jesús se dio a Sí Mismo en
rescate por todos (Cfr. 1 Timoteo 2:6; 2 Corintios 5:21;
Marcos 10: 45
); se convirtió en una maldición
por nosotros (Cfr. Gálatas 3: 13)

Así tenemos que para ilustrar el gran plan de
Dios de reconciliar a las personas con Él, tuvo que
utilizar tres sujetos TIPOS de Jesucristo: 1) Aarón, o el
sumo sacerdote descendiente suyo; 2) El Cordero del Sacrificio; y
3) El Chivo Expiatorio. Cuando Jesús fue a la cruz se
cumplió el ANTITIPO de los tres en uno: Se
convirtió en: Primero, nuestro Gran Sumo Sacerdote;
Segundo, el chivo sacrificado que derramaría Su sangre en
paga por nuestros pecados y Tercero, el chivo expiatorio que se
llevaría nuestro pecado para nunca más ser
recordado. A continuación se cita textualmente el
comentario bíblico de Matthew Henry respecto al Rito del
Día de la expiación:

"Aquí se tipifican los dos grandes privilegios
del evangelio, el de la remisión del pecado y el acceso a
Dios, los cuales debemos a nuestro Señor
Jesús… Cristo es a la vez el Ejecutor y la
Sustancia de la expiación, porque es el Sacerdote, el Sumo
Sacerdote, que hace reconciliación por los pecados del
pueblo. Y como Cristo es el Sumo Sacerdote, también es el
sacrificio con el cual se hace la expiación; porque
Él es todo en todo en nuestra reconciliación con
Dios. Así, Él fue prefigurado por los dos machos
cabríos. El animal sacrificado era el tipo de Cristo que
muere por nuestros pecados; el chivo enviado al desierto (a
Azazel) era el tipo de Cristo resucitado para nuestra
justificación. Se dice que la expiación se
completaba depositando los pecados de Israel sobre la cabeza del
animal que era enviado al desierto, una tierra no habitada; el
envío del animal representaba la remisión completa
y gratuita de los pecados. Él llevará las
iniquidades de ellos. Así, Cristo, el Cordero de Dios,
quita el pecado del mundo llevándolo sobre sí
mismo, Juan i, 29. — La entrada al cielo, que Cristo hizo
por nosotros, la tipificaba la entrada del sumo sacerdote al
Lugar Santísimo…" (Henry, 1991) (Subrayado
nuestro)

Después de morir por nuestros pecados sobre la
cruz, Él vino a ser nuestro gran Sumo Sacerdote. Él
tomó Su propia sangre para rociarla en el Lugar
Santísimo del Cielo, del cual, el Tabernáculo de
Moisés era una réplica terrenal. Así
también, los dos machos cabríos TIPIFICAN 2
aspectos de la obra de la cruz:

a. El primer cordero muere por los pecados:
TIPIFICA que Jesús tuvo que morir por nuestros pecados a
fin de que su sangre fuera presentada ante Su Padre en el trono
Celestial. Así que, el primer cordero tenía que
morir para proveer la sangre que sería llevada al Lugar
Santísimo y rociada sobre el Trono de la
Misericordia.

b. El segundo cordero cargaba con el pecado: El
segundo cordero TIPIFICA que además Jesús tuvo que
llevar o cargar con todos nuestros pecados lejos, los cuales, no
deberíamos recordar nunca más. Dios no sólo
perdona nuestros pecados, sino que también los olvida: "Y
nunca más me acordaré de sus pecados y
transgresiones." (Cfr. Hebreos 10:17). El cordero que se
dejaba ir libre el día de la expiación, ilustra
cómo Dios olvida nuestros pecados, lanzándolos
lejos de Su memoria, y aun la sanidad de nuestra mente de las
heridas más dolorosas causadas por el pecado.

En la persona y obra del sacrificio de Jesucristo en la
cruz, las SOMBRAS y TIPIFICACIONES han dado paso a la realidad
perfecta y permanente del sacrificio único y verdadero por
el pecado. Él es el verdadero Sumo Sacerdote que ofrece el
único sacrificio aceptable que puede abrir el camino a
Dios a todos los que creen en Él. El Día de la
Expiación es cumplido en el sacrificio de Cristo. Y no por
sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su
propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar
Santísimo, habiendo obtenido eterna
redención…Porque no entró Cristo en el
santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo
mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios; y no para
ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar
Santísimo cada año con sangre ajena." (Cfr.
Hebreos 9:12, 24-25)

No obstante, es importante hacer notar que Jesucristo no
era sumo sacerdote mientras que vivió sobre esta tierra,
ya que pertenecía a la familia de Judá y no de
Leví, pero después de Su muerte expiatoria y Su
ascensión Él fue hecho Sumo Sacerdote y ahora
está en el cielo intercediendo por todos los
creyentes.

Además, la Puerta del Atrio, todo el Santuario,
el Altar de Oro y el Altar de Bronce, cada uno individualmente,
eran TIPOS de Jesucristo. El holocausto es TIPO en sí
mismo del sacrificio de la vida de Jesús, que se dio
enteramente a Dios en la vida y en la muerte queriendo hacer
siempre la voluntad de Dios el Padre. Así también,
los otros elementos en el Santuario o Lugar Santo
constituían por sí solos un TIPO de Jesucristo: la
Mesa de los Panes de la Proposición, y el Candelero de
Oro.

Simbología

La ceremonia anual del Día de la Expiación
representaba simbólicamente el momento en que Dios
concluyó el problema del pecado por medio de la
consumación de la salvación, como se experimentaba
durante los servicios diarios. Todo el Tabernáculo
había de ser purificado: el Atrio, el Lugar Santo y el
Lugar Santísimo necesitaban limpieza por causa de las
impurezas y transgresiones de los israelitas, cualesquiera hayan
sido sus pecados (Cfr. Levítico 16:16). Estos
pecados habían sido transferidos a la morada divina por
medio de los sacrificios traídos durante el Día de
la Expiación. Siendo el Tabernáculo restaurado a su
pureza y santidad originales, en ese día, simbolizaba el
Jardín del Edén cuando estuvo libre de la presencia
del pecado y la impureza. Así también este retorno
al Edén simbolizaba un nuevo comienzo para el pueblo de
Israel.

La expiación presenta el pecado como algo que
contamina al hombre y que interrumpe su relación con Dios;
también indica que es Dios mismo quien brinda el medio
para restablecer esa relación rota por el pecado, ya que
el hombre no puede hacerlo. Ésto simboliza la justicia de
Dios, porque Él Mismo manda un castigo por el pecado y
también Su amor, porque Él provee un sustituto para
el pecador.

Recibimos un gran entendimiento del Libro de Hebreos,
capítulos 8, 9 y 10 al estudiar el Día de la
Expiación, ya que el Nuevo Pacto es el cumplimiento del
Antiguo y el Antiguo Pacto está en el Nuevo explicado, por
lo tanto, cada uno de los dos Testamentos es incompleto el
uno sin el otro; el Nuevo Testamento estaba oculto en el
Antiguo, de manera que el Antiguo Testamento fue revelado en el
Nuevo.

Por ello estudiaremos no sólo la
simbología del Día de la Expiación sino
también: 1) cómo el Lugar Santísimo
simbolizaba la morada celestial de Dios; 2) y analizaremos el
sacerdocio levítico y cómo su obra de
mediación prefiguraba la obra de Cristo como nuestro
Mediador e Intercesor ante el Padre.

  • 1) El Lugar Santísimo y el Sistema de
    Expiación

El sistema de expiación de los israelitas estaba
centrado en el Lugar Santísimo y se realizaba dentro de
él, simbolizando la morada terrenal de Dios. Éste
era el centro de la vida y la santidad en Israel. Dentro de ese
espacio singular, Dios trataba el problema del pecado con el
rociamiento de sangre sobre el Propiciatorio del Arca del
Testimonio. La sangre, como una expresión tangible
simboliza la vida, la cual pertenece a Dios, y debía ser
devuelta a él allí, sobre Su Trono.

En el plan de salvación, la vida del animal
representaba la vida del pecador arrepentido, y Dios aceptaba la
muerte del animal inocente en lugar de la muerte del pecador. El
Lugar Santísimo del Tabernáculo terrenal era el
símbolo de la presencia de Dios; y al aceptar el
sacrificio, Dios estaba asumiendo la responsabilidad del pecado
de la persona. Todo esto era un símbolo de la obra de
Jesús, nuestro verdadero Sumo Sacerdote. En consecuencia,
el Lugar Santísimo del Tabernáculo terrenal
simboliza la morada o Trono de Dios dentro del Tabernáculo
celestial; el lugar desde el cual él gobierna como Rey del
universo.

  • 2) El Sacerdocio Levítico y la
    Expiación

La actividad fundamental de los sacerdotes era ser los
mediadores entre Dios y el pueblo. Los sacerdotes representaban a
Dios ante la gente, en su ministerio de instrucción
(Deuteronomio 33:10). Estrechamente relacionado con esa
actividad estaba el deber sacerdotal de revelar la voluntad de
Dios a quienes buscaban conducción divina
(Números 27:21). Los sacerdotes también
actuaban como jueces en el Santuario o Lugar Santo, de hecho, el
tribunal más alto en el país operaba en el
Santuario central (Deuteronomio 17:8-13; 21:5). Ellos eran
especialmente responsables por bendecir a la gente
(Deuteronomio 10:8; 21:5). Representaban al pueblo ante
Dios y en su actividad representativa, tomaban al pueblo con
ellos ante la presencia de Dios (Éxodo 28:9-12,
29
).

La actividad de los sacerdotes como mediadores era
particularmente visible durante los servicios diarios. Ellos
estaban a cargo del altar de los holocaustos, y debían
mantener encendido el fuego sagrado sobre él, eliminar las
cenizas y poner leña nueva (Levítico
6:10-13
); ponían un holocausto sobre el altar en la
mañana y otro en la tarde (Números 28:3-8).
Durante los servicios diarios, el sumo sacerdote entraba en el
Lugar Santo para arreglar el candelero y quemar incienso delante
de Dios (Éxodo 30:7-8). Además, cuando un
israelita traía un sacrificio, el sacerdote lo sacrificaba
en su favor, para expiar al pecador (Levìtico 1:5-9;
4:25, 26, 34, 35
).

El rol de mediación del sacerdote servía
por lo menos a tres propósitos, simbolizando: 1ero) A
pesar de la distancia fundamental entre Dios y los seres humanos,
había una manera de cubrir el abismo. 2do) Revelaba el
deseo de Dios de estar con su pueblo. Era una
manifestación del amor de Dios, que busca una manera de
hacerse accesible a ellos, a pesar de su pecado. 3ero) Desde la
perspectiva de los israelitas, el sacerdocio les daba acceso al
Santo de Israel, y la oportunidad de ser limpiados del pecado y
las impurezas. Los mediadores sacerdotales siempre estaban
disponibles, para permitir que el pueblo se acercara a Dios, y
encontrara gracia y misericordia.

Todo el sistema del Sacerdocio
Levítico simbolizaba al Mediador máximo entre Dios
y los seres humanos, en especial el sumo sacerdote, que
representaba a Jesucristo. Y los sacerdotes, por medio de la obra
de Cristo, simbolizan a todos los creyentes, ya que somos parte
de un "real sacerdocio" (1 Pedro 2:9). "El sacerdocio de
Aarón tipificaba a Cristo y sus hijos a los creyentes, los
hijos de Aarón eran sacerdotes por descendencia, los
creyentes en Cristo por el nuevo nacimiento." (Henry, Matthew,
1991)

Así también es de suma importancia dar
explicación a toda la simbología representada en el
Tabernáculo:

El Tabernáculo enteramente simbolizaba el
santuario celestial, pues Moisés lo construyó de
acuerdo al modelo que Dios le había dado en el Monte (Cfr.
Éxodo 25:9, 40; 26:30; 27:8). "No se dejó nada en
absoluto a la inventiva o iniciativas humanas. Cada uno de los
detalles tenía su importancia y significado espiritual. La
epístola de los Hebreos confirma que el santuario hecho de
mano del hombre era <<imitación del
verdadero>>, establecido por el Señor en el cielo
(He. 8:2, 4-5; 9:11, 23-24)." (Nuevo Diccionario
Bíblico Ilustrado de Vile y Escuain, Editorial Clie,
1985)

Mediante la disposición de tallada del
tabernáculo, la descripción de sus utensilios y el
aislamiento del Lugar Santísimo, se simboliza que Dios no
podía admitir a los pecadores ante su presencia.
También se destaca que toda la madera utilizada para la
construcción del Tabernáculo y sus objetos era
madera de acacia, simbolizando la humanidad perfecta de Cristo,
ya que la acacia, era una débil planta que crecía
en tierra seca (Cfr. Isaías 53:2), y que
además era totalmente incorruptible (Cfr. Isaías
53:9)

Así también, tenemos en palabras de los
autores (Vile y Escuain) del Nuevo Diccionario Bíblico
Ilustrado, Editorial Clie,
que en "El plan del santuario se
pueden trazar gráficamente dos temas: (a) El desarrollo
del ministerio del sacerdote, mediador encargado de establecer el
contacto entre el pueblo y Dios; (b) el camino del hombre pecador
que, aprovechando el camino abierto por Cristo, el gran sumo
sacerdote, entra hasta la misma presencia del Señor."
(Cfr. Comentario sobre el Tabernáculo en Nuevo
Diccionario Bíblico Ilustrado de Vile y Escuain, Editorial
Clie, 1985).
Y de seguidas, explican que cada parte del
Tabernáculo representa cada una de las etapas que el
creyente pasa hasta llegar a la presencia del Señor. A
continuación, la simbología representada en el
Tabernáculo:

1. El Atrio: Estaba conformado por un lienzo sostenido
por columnas de bronce (Éxodo 27:9-18),
simbolizando el lino, la Santidad de Dios que debía
mantenerse a distancia de los pecadores; y las columnas de
bronce: el juicio.

2. La Puerta: Era el único acceso al
Tabernáculo, y estaba constituido por una cortina que
llevaba los 3 colores simbólicos al igual que el Velo del
Lugar Santísimo. Aunque esta se podía levantar
fácilmente (Éxodo 27:16), simbolizaba una
separación neta entre el interior y el exterior del
Tabernáculo. En el Nuevo Testamento encontramos que
Jesús dijo: "Yo soy la puerta… el que no entra por
la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra
parte, ése es ladrón y salteador" (Juan
10:9).
Así que entendemos, que esta puerta
también simbolizaba la persona de Jesús.

3. El Altar de Bronce: Era el primer objeto que se
encontraba al entrar al atrio, estaba hecho de madera de acacia y
cubierto de bronce (Éxodo 27:1-8), símbolo
que recuerda el alcance universal del Sacrificio de la Cruz. La
cruz fue el altar sobre el cual el sacrificio fue ofrecido por
nosotros.

Así también, el Altar de Bronce simboliza
a Cristo como objeto de juicio de Dios sobre el pecado. (Cfr.
Números 16:36-40)

La finalidad esencial de este Altar era la de ser el
lugar donde se ofrecía los sacrificios y se vertía
la sangre, la única que hacía expiación por
las almas. El Altar nos habla de Cristo; los sacrificios nos
hablan de Cristo, el sacerdote nos habla de Cristo, en resumen,
el conjunto de lo que sucedía en este Altar simboliza todo
el sacrificio en la cruz.

La rejilla de bronce de este Altar donde eran ofrecidos
los sacrificios, soportaba el fuego del juicio y simboliza
también a Cristo, quien pasó a través del
fuego del juicio de Dios.

4. La Fuente de Bronce: La Fuente de Bronce, estaba
situada entre el altar de Bronce y la Tienda del
Tabernáculo. Servía para lavarse en ella, lo que
Aarón y sus hijos debían hacer cada vez que
entraban al altar para ofrecer un sacrificio. (Éxodo
30:17-21; 38:8)

En Juan 13 el Señor Jesús mismo nos
muestra la simbología de la Fuente de Bronce al celebrar
la última cena con sus discípulos, Él se
levanta de la mesa y se pone a lavar los pies de ellos. Pedro no
quería que lo hiciese con él, pero Jesús le
dice: "El que esta lavado, no necesita sino lavarse los pies,
pues todo esta limpio" (Juan 13:10). En consecuencia,
aquél que tiene todo el cuerpo lavado, es decir, que ha
pasado por el nuevo nacimiento a la conversión no necesita
repetir lo ha sido cumplido una vez para siempre (Cfr. Tito:
3:5
). Así, el Señor muestra por medio de la
Palabra una vez y para siempre al rescatado le fueron lavados sus
pies, y puede tener parte con el Señor, o sea, gozar de la
comunión con Él.

La Fuente de Bronce también es símbolo de
que los creyentes debemos examinarnos diariamente a nosotros
mismos y no participar de la santa cena si no estamos limpios, ya
que hacerlo en tal estado nos exponemos a juicio del
Señor.

La Fuente de Bronce había sido hecha con los
espejos de las mujeres que velaban a la puerta del
Tabernáculo de reunión (Exodo 38:8). Ello
configura una doble enseñanza:

  • Los espejos simbolizan, según Santiago 1:23,
    la Palabra de Dios, la cual pone en evidencia nuestras
    faltas, la suciedad de nuestros pies;

  • Las mujeres que se allegaban al Tabernáculo
    de Reunión con aquellos que buscaban a Jehová
    (Éxodo 33:7) tenían un corazón
    dispuesto para Él, y como gozaban de Su presencia, les
    fue fácil abandonar gozosamente por el Señor lo
    que precedentemente era objeto de vanidad. Esto simboliza lo
    que Dios merece de nosotros.

5. La Tienda Estaba hecha de tablas de madera de acacia
recubiertas de oro, y su entrada se encontraba al este.
🙁Éxodo 26:1-30). Es importante indicar que en las
escrituras, muchas veces cuando se hace referencia al
Tabernáculo, se refiere a esta sección.

La Tienda o Tabernáculo estaba dividida por el
Velo en dos partes: del lado oriental, estaba el Lugar Santo con
forma rectangular, donde los sacerdotes entraban cada día;
y más allá del Velo, se encontraba el Lugar
Santísimo que tenía forma cúbica, donde
únicamente entraba el sumo sacerdote durante el Día
de la Expiación.

6. La Cortina o Entrada al Lugar Santo: Estaba hecha del
mismo material y con los mismos colores que la Puerta y el Velo
del Lugar Santísimo. Esta Cortina simboliza que Cristo
además de ser la Puerta, es el camino entero que nos lleva
a Dios. (Cfr. Juan 14:6; Hechos 10:19-20)

7. El Altar de Oro: El Altar de Oro era llamado
también el Altar de Perfume o Incienso; sus dimensiones
eran mucho más reducidas que las de el Altar de Bronce;
también estaba hecho de madera de acacia cubierto de oro
puro (Éxodo 30:1-10) y simbolizaba esencialmente el
ministerio de Cristo de intercesión perpetua
(Apocalipsis 5:8; 8:3-4), pues en el Altar de Oro el sumo
sacerdote ofrecía el perfume, mientras afuera el pueblo
oraba. (Cfr. Juan 17, Hebreos 7:25 y Romanos
8:34)

La Mesa de los Panes de la Proposición
(Éxodo 25:23-30; Levítico 24:5-9): Era una
mesa de pequeñas dimensiones de madera de acacia, cubierta
con una lámina de oro puro, evidentemente, un
símbolo de Cristo llevando a su pueblo ante
Dios.

Los 12 panes hechos de flor de harina, recubiertos de
incienso (Cfr. Levítico 24:5-9) tienen un triple
significado, simbolizan:

  • Primeramente a Cristo como alimento de los
    sacerdotes en el Lugar Santo. Este alimento le es
    indispensable al creyente que quiere acercarse a ser "un
    varón perfecto" (Efesios 4:13) y no permanecer
    como un niño en Cristo.

  • A los Santos que tienen la misma naturaleza de
    Cristo, y son aceptos a Dios, simbolizado por la cobertura de
    incienso. La disposición (seis por hilera) en el orden
    establecido por Dios también es un símbolo, tal
    como los describe por ejemplo la epístola a los
    Colosenses; simboliza a los creyentes a la luz del Santuario
    y su posición ante Dios; por ello una moldura de un
    palmo alrededor de la mesa impedía que los panes
    pudieran caerse, lo que es símbolo de la seguridad que
    los rescatados tienen en Cristo.

  • A las doce tribus de Israel, sea en la época
    del desierto o en tiempo futuro, al estar en el santuario
    simbolizan que siempre están presentes en el
    pensamiento de Dios (Romanos 11)

8. El Candelero de Oro: Contrariamente a los otros
objetos del Tabernáculo hechos de madera de acacia, el
candelero era totalmente de oro puro, forjado en una sola pieza
(Éxodo 25:31-40; Levítico 24:1-4; Números
8:1-4
), simbolizando lo que es esencialmente
divino.

El candelero era de oro batido labrado a martillo,
simbolizando a Cristo cuando pasó por el sufrimiento en el
Calvario, mientras que el aceite que mantenía encendida la
luz es, como en toda la Palabra de Dios, símbolo del
Espíritu Santo que nos brinda luz espiritual y nos
guía en la oscuridad de este mundo (Cfr. Juan 14.26;
15.26; 16.7-14)

El conjunto formado por el candelero, el aceite y las
siete lámparas ardiendo en el santuario simbolizan
también a Cristo tal como es presentado por el
Espíritu Santo. Por otra parte, las siete lámparas
simbolizan el ministerio de Cristo por el Espíritu que se
ejerce mediante diversos canales.

El primer objeto que atraía las miradas al entrar
al santuario era el candelero que iluminaba la mesa de los panes
(Éxodo 26:35). Ésto es símbolo del
Espíritu Santo, en relación con los creyentes como
guía, y en relación con la purificación de
los levitas porque es el Espíritu Santo quien debe dirigir
todo servicio para Dios y ser su motor, como también debe
ser hoy en día.

9. El Velo del Lugar Santísimo: Estaba hecho de
lino fino y llevaba los colores azul, púrpura y
carmesí, a diferencia de la Cortina y la Puerta,
tenía bordados dos Querubines, símbolos de la
presencia inaccesible de Dios. Esta cortina era un tapiz que
cubría el Lugar Santísimo. Ésta, separaba el
Lugar Santo del Santísimo y simbolizaba la carne de
Jesucristo que debía ser rasgada.

"Según He. 10:20, el velo representaba la carne
de Cristo, abierta en la Cruz para darnos acceso al Lugar
Santísimo. En este velo, el azul podría referirse
al cielo, el púrpura a la realeza, el carmesí a la
sangre, y el lino fino a la santidad." (Nuevo Diccionario
Bíblico Ilustrado de Vile y Escuain, Editorial Clie,
1985).
Lo que daba a entender que aún no se
había manifestado el camino hacia el Lugar
Santísimo mediante la muerte de Jesús. Cuando
Jesús murió sobre la cruz, un gran cambio
tomó lugar: "Mas Jesús, dando una gran voz,
expiró. Entonces el velo del templo se rasgó en
dos, de arriba abajo" (Marcos 15:37, 38).

Cuando el velo se rasgó de arriba abajo,
simbolizaba que Dios estaba confirmando milagrosamente que el
mundo se había movido hacia una nueva dispensación:
una en la que un trono de juicio se había convertido ahora
en un Trono de Misericordia. Una sala que era un lugar de muerte
para todos los que entraban (excepto el sumo sacerdote una vez al
año con la sangre, si es que Dios aceptaba su ofrenda),
ahora se había convertido en un lugar público de
vida y bendición para todos los que creyeran en
Jesús como Señor y Salvador.

Bien vale la pena mencionar el pasaje bíblico de
Juan 20:17, cuando Jesús le dijo a María:
"No me toques, porque aun no he subido a mi Padre…" Esto
ha sido interpretado por muchos teólogos explicando que
Jesús tenía que tomar Su sangre y rociarla en el
Cielo a fin de exponer una prueba a Dios de que el precio por el
pecado había sido pagado. Y eso mismo fue lo que
hizo.

10. El Arca: En las ordenanzas para el
Tabernáculo dadas por Dios a Moisés, en los
capítulos 25 a 27 del Libro de Éxodo, el Arca ocupa
el primer lugar. Así cuando el sumo sacerdote
partía del Santuario hacia el Atrio simbolizaba a la
Persona de Cristo.

Una cornisa o coronamiento de oro se encontraba
alrededor del Arca (Éxodo 25:11), simbolizaba la
excelsa gloria de Cristo.

Como los otros objetos del Tabernáculo, el Arca
estaba unida de varas para llevarla. Estas últimas tienen
una importancia particular simbolizando la santidad de Cristo,
por eso el Arca siempre debía ser llevada en andas y no
puesta en un carro (Cfr. 1 Crónicas
15:2
).

Vale acotar, que en el desierto (después de haber
pasado el Jordán), el Arca es llamada "El Arca del
Testimonio" (Éxodo 25:16). Luego se tiene en
Números 10:33 "el Arca del Pacto", base de las
revelaciones de Dios con su pueblo; y por último,
está "el Arca de Jehová", cuando se trata de
mostrar su poder, como en el Jordán, en Jericó o en
la casa de Dagón. (Cfr. Josué 4:5; 6:6-13; 1
Samuel 5:3)

11. El Propiciatorio: El Arca era un cofre y
tenía una tapa llamada Propiciatorio, la cual estaba
enteramente hecho de oro puro (Éxodo 25:17-21), lo
que simboliza la justicia inherente a la naturaleza divina. Por
otra parte, encima del Propiciatorio había dos Querubines
de oro batido, formando una sola pieza con el Propiciatorio. Los
Querubines, Asiento del Trono de Dios (Salmo 80:1; 89:14),
simbolizan el juicio de Dios; así la justicia divina
reclama el juicio inexorable de Dios sobre su pueblo pecador, el
cual de ninguna manera observo la ley (Éxodo
32:19);
sólo Cristo podía cumplir la ley de
Dios (Salmo 40:8). Pero los Querubines y el Propiciatorio
estaban colocados sobre el Arca, que es como decir sobre Cristo,
quien si cumplió plenamente la voluntad de Dios y la
permitió el cumplimiento de amor a favor del hombre. Por
este motivo el Arca contenía las tablas de la
ley.

Los Querubines no tenían una espada, como en
Edén, sino, al contrario, alas para proteger, y sus
rostros uno enfrente del otro: estaban vueltos hacia el
Propiciatorio para mirar la sangre rociada.

El conjunto formado por el Arca, el Propiciatorio y los
Querubines vino a ser así no ya Trono de Dios en juicio,
sino el de la gracia. Todo simboliza a Cristo y su obra; vemos en
ello, de una manera sorprendente y profunda, cómo
Él respondió plenamente a la justicia y al amor de
Dios (Salmo 85:10), el Trono de la Gracia está
fundado sobre la obediencia de Cristo hasta la muerte.

El Propiciatorio era el lugar de encuentro de Dios con
el hombre en un doble sentido:

  • Aarón, el sacerdote, representando al pueblo
    ante Dios, acudía con la sangre.

  • Moisés, el enviado de Dios, el
    apóstol, recibía allí los mensajes de
    Dios para el pueblo. (Éxodo 25:22)

Así las cosas, en Hebreos 3:1 se menciona
que El Señor Jesús es llamado el "apóstol y
sumo sacerdote de nuestra profesión", reuniendo el
carácter de Moisés como apóstol, y el de
Aarón como sumo sacerdote.

12. Contenido del Arca: Las Tablas de la Ley, La Vasija
de Oro con el maná y La Vara de Aarón (Hebreos
9:4)

a. Las Tablas de la Ley: Las primeras tablas
habían sido quebradas debido la idolatría del
pueblo (Éxodo 32:19). Las segundas tablas son
presentadas en Deuteronomio 10:3-5, hechas después
de la construcción del Arca y colocadas allí cuando
Moisés descendió del Monte. Simbolizaban que la ley
de Dios sólo podía ser cumplida por
Jesucristo.

b. La Vasija de Oro (Éxodo 16:32-34): Esta
vasija de oro que contenía el maná que tiene una
doble simbología:

  • La fidelidad de Dios, quien durante cuarenta
    años había alimentado a su pueblo a
    través del desierto.

  • Ella es un memorial de Cristo descendido del cielo,
    pan de vida, alimento de su pueblo en el desierto. (Juan
    6:31-38, 58)

c.La Vara de Aarón (Números 17):
Esta Vara que había brotado, producido flores y almendras,
simboliza la gracia de Dios y la resurrección de
Jesús. Así, todo lo que el Arca nos simboliza
acerca de la Persona de Cristo es completado por su contenido: su
obediencia perfecta, su humillación como descendido del
cielo, su gracia y su resurrección.

Además se señalan la simbología
propia del ritual del Día de la Expiación, que como
se mencionó anteriormente, simbolizaba el momento en que
Dios concluyó el problema del pecado por medio de la
consumación de la salvación, dicho de otra manera,
simbolizaba el momento de la remoción del pecado una vez y
para siempre por la muerte de Cristo; así:

1) Las vestimentas blancas usadas por el sumo sacerdote
ese Día: la túnica, los calzoncillos, el cinto y la
mitra, todo de lino, simbolizaban la pureza que requería
el sumo sacerdote; el lino símbolo de santidad y la
humildad de sus vestiduras, símbolo de la actitud con la
cual se debe entrar a la Presencia de Dios. Así tenemos la
simbología por separado cada elemento:

1. Los calzoncillos de lino: La primera prenda que se
ponía el sacerdote cuando iba a ministrar, era para cubrir
su desnudez. Este artículo tan íntimo nos muestra
la necesidad de pureza y decencia para la adoración a
Dios. (Cfr. 1 Corintios 12:23; 14:40)

Antes de tener la ministración, nosotros como
sacerdotes de Dios debemos de cubrirnos con el poder, la justicia
y la santidad de Dios. (Cfr. Zacarías 4:6; Hechos 1:8;
Romanos 8:1-4; 1 Tesalonicenses 5:8)

2. La Túnica Blanca: Bordada primorosamente, de
inmaculada blancura y de la más fina calidad. Primera
pieza del traje sacerdotal (Cfr. Levíticos 8:7-9).
Después de esta pieza y su cinturón se
ponían los demás vestidos que indicaban su oficio
como sumo sacerdote. No podría ponerse las vestiduras de
gloria y hermosura hasta que no se ponía esta pieza. Esta
pieza sostenía las demás partes de la vestimenta.
Era una sola pieza, con mangas apretadas y descansaba sobre los
hombros y caía hacia abajo hasta el suelo cubría
todo su cuerpo hasta los pies. Esta Túnica Blanca
simboliza lo siguiente:

  • El hecho de que era de una sola pieza nos habla de
    un solo Señor, que no puede ser dividido, que cubre
    completamente al creyente. También nos habla de un
    solo evangelio que tampoco puede ser fragmentado.

  • Para ver el tejido había que acercarse bien
    al sumo sacerdote. Para contemplar la hermosura de Cristo
    tenemos que acercarnos a Él. (Hechos 4:6; 7:17-19;
    10:21-22; Santiago 4:8)

  • Su blancura inmaculada es símbolo del
    carácter justo de nuestro Sumo Sacerdote y nos muestra
    su pureza desde la cabeza a los pies. (Cfr. Mateo 27:19,
    24; Lucas. 23:41,47; Juan 8:46; 18:38; 19:4,6)

3. El Cinto de la Túnica: Este cinto
también de lino, ceñía la Túnica
Blanca al cuerpo del sacerdote. Los colores usados, al igual que
para la Puerta del Atrio del tabernáculo, el Velo del
Santuario y el Velo del Lugar Santísimo fueron:

  • Azul (Gloria Celestial)

  • Carmesí (la sangre que El derramo)

  • Púrpura (Reinado, Rey de reyes)

Este cinto le permitía al sacerdote tener
libertad en sus movimientos. Después que el cinto se
ceñía a la túnica el sacerdote estaba
preparado para recibir el resto de la vestimenta y realizar sus
funciones sacerdotales. En este cinto están representados
el gobierno y la autoridad divina de Cristo (Cfr. Apocalipsis
1:13)

4. La Mitra: Este era un turbante de lino fino. Esta era
una prenda usada por el sumo sacerdote, sobre la cuál y
por medio de una cinta azul se fijaba una lámina de oro
grabada que decía: "Santidad a Jehová". La mitra
simboliza la pureza de pensamiento que debe existir en la vida de
cada cristiano. También la mitra es señal de
autoridad que se llevaba sobre la cabeza y un símbolo de
sujeción al Señor, hoy en día esa mitra
sobre nuestras cabezas es Cristo.

2) El sumo sacerdote debía separase de los
demás durante los siete días de la
inauguración, salía de su propio hogar y de su
familia durante los siete días previos al Día de la
expiación, y permanecer en su cámara dentro del
Tabernáculo, preparándose. Esto simbolizaba que
necesitaba una pureza divina para poder realizar el oficio de la
Expiación, tal como Cristo era puro y sin mancha.
Así los siete días, simbolizaban los 7 tiempos que
deben transcurrir antes de la Segunda Venida de Jesucristo, como
Rey de reyes y Señor de señores, también la
Gran Tribulación.

3) El Día de la Expiación, antes de
ponerse sus vestiduras, el sumo sacerdote debía
bañarse en la Fuente de Bronce ubicada en el Atrio, lo que
simbolizaba también la limpieza espiritual para poder
entrar al Trono de Dios.

4) Durante el Día de la Expiración, el
pueblo tenía que dejar todo trabajo y afligir sus almas en
aquel día, es decir, era un día de ayuno y
reposo. Eso simbolizaba arrepentimiento; la tristeza por
haber ofendido a Dios. 

5) Los animales para sacrificio para expiación:
el becerro por el sumo sacerdote y los machos cabrios por el
pueblo (el sacrificio y el expiatorio), debían ser sin
defecto, simbolizando la naturaleza perfecta como Dios y como
hombre de Jesucristo. Se dice que ambos machos cabrios son para
expiación en tanto aun no se ha echado suertes sobre
ellos. Así también, la sangre derramada de los
animales para expiación simbolizaba el derramamiento de la
preciosa sangre del señor Jesús, y el hecho de
descuartizarlos para separar la grosura simbolizaba como Su carme
fue rasgada en la crucifixión.

6) La primera entrada del sumo sacerdote al Lugar
Santísimo para hacer la expiación por sus pecados y
los de su casa (el resto de los sacerdotes Levitas) simbolizaba
también la limpieza espiritual para poder entrar al Trono
de Dios. Para poder entrar al Lugar Santísimo debía
hacerlo con incienso para cubrir el Arca de Dios y no verla
directamente (para evitar su muerte); el incienso simboliza las
oraciones que los creyentes elevamos a Dios para poner en Sus
manos nuestros asuntos. Y dentro del Lugar Santísimo, el
sumo sacerdote debía rociar la sangre del becerro con su
dedo siete veces sobre el Propiciatorio; número que es
símbolo de la perfección de Dios que se
requería para entrar ante Su presencia.

Así que, el hecho de que se rociara La Sangre del
Sacrificio de Expiación sobre El Propiciatorio y sobre los
Cuernos del Altar del Incienso tiene gran significado, simboliza
que es un Sacrificio perfecto, una purificación espiritual
física completa y perfecta, por una parte; y por la
otra, simboliza también nuestra
consagración total a Dios.

El verbo hebreo traducido como hacer expiación,
en Levítico expresa la idea de borrar o purgar. Se
hacía expiación por el Tabernáculo, el
Altar, los Cuernos del Altar, lo que significaba que ellos eran
purgados, limpiados, de la contaminación del pecado y la
impureza, simbolizando que, por medio de la expiación, se
restauran todas las cosas a la condición
original.

Siendo que la limpieza ocurría mediante la sangre
de un animal sacrificado, la expiación también
simboliza la idea de rescate. Liberar a una persona del pecado se
hace al costo de la sangre (vida de la víctima
sacrificada) (Cfr. Levítico 17:11). Esa victima era
ofrecida en sacrificio en lugar del pecador,
sustituyéndolo, y por lo tanto rescataba su vida (Cfr.
Mateo 20:28; 1 Timoteo 2:6)

"La sangre y la vida están asociados como pares
léxicos y con ello comprendidas como de un significado
paralelo en […] hebreo. Por causa de esta estrecha
asociación la sangre es considerada la fuente de la vida,
y porque la sangre representa la vida (Gén. 9:4; Deut.
12:23), puede expiar la vida. Puesto que la vida de una criatura
está en la sangre, la sangre hace expiación por la
vida de uno. Una vida se sacrifica por otra. El derramamiento de
sangre sustitutiva en el altar hace expiación, ya que la
sangre de la víctima inocente fue dada por la vida del que
pecó."(Mark F. Rooker, The New American Commentary:
Leviticus, t. 3A, p. 236
Ob. Cit. por
http://www.escuelasabatica.cl/2008/tri4/lecc7/lecc7.htm
consultada el 17/04/2012)

7) El sumo sacerdote debía salir hasta la Puerta
del Atrio para que el pueblo lo viera y constatara que su ofrenda
había sido aceptada por Dios, y en ese momento tomar los 2
machos cabríos y echar suertes sobre ellos para determinar
cual representaría a Dios (Jesucristo) y cual sería
para Azazel. Echar suertes eran un acto que consistía en
elevar una oración a Dios para solicitar que Él
revelara su voluntad, lo que simbolizaba que la decisión
para determinar cual macho cabrío representaría a
Dios y cual sería enviado al desierto para Azazel,
correspondía a Dios. Las suertes eran unas pequeñas
tablillas marcadas, respectivamente, "para Jehová" y "para
Azazel".

8) La explicación de la simbología para la
segunda entrada del sumo sacerdote en el Lugar Santísimo
durante el Día de la Expiación, se corresponde con
la simbología explicada para la primera entrada, por
cuanto se realizaba de manera similar con la única
diferencia de que la expiación se hacía para el
pueblo con la sangre del macho cabrío
sacrificado.

9) La purificación del Santuario o Lugar Santo,
se hacía sobre el Altar de Oro y sobre todos los elementos
del Santuario (Mesa de los Panes de Propiciación y el
Candelero), que también se les llama Vasos del Ministerio
porque este acto de purificación del Santuario simbolizaba
el Ministerio de Cristo.

10) La Purificación del Altar de Bronce
simbolizaba la crucifixión de Cristo, como ya fue
explicado en la simbología de este Altar.

11) El Día de la Expiación fue dado para
tratar con los aspectos del pecado: Primero, hay una pena
(castigo) por la cual se tiene que pagar; y segundo, la culpa.
Simbolizando que ambos aspectos del pecado eran solucionados por
Dios, y como resultado los creyentes tenemos la
Redención.

En la Palabra de Dios encontramos tanto el en Antiguo
como en el Nuevo Testamento: " la paga del pecado es
muerte…" a esto se debía el sacrificio de sangre,
lo que constituía la pena. La sangre era la evidencia que
Dios requería para que el castigo por el pecado fuera
pagado, requería de una vida sacrificada para poder
reconciliarse con el pecador.

"Porque la vida de la carne en la sangre está, y
yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por
vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de
la persona." (Levítico 17:11)

Y con respecto a la culpa y memoria del pecado, el macho
cabrío designado para Azazel cargaba con todos los pecados
de la nación y se marchaba hacia el desierto, haciendo
desaparecer sus pecados de esa manera, y no volvían a ser
recordados o traídos a memoria.

12) La imposición de manos sobre el macho
cabrío para Azazel simbolizaba que por fe los pecados del
pueblo de Dios eran transferidos a este animal.

"Aquí se tipifican los dos grandes deberes del
evangelio, la fe y el arrepentimiento. Por la fe imponemos las
manos sobre la cabeza de la ofrenda, confiamos en Cristo como el
Señor nuestra Justicia, nos acogemos a la
satisfacción hecha por Él, como el único
capaz de expiar nuestro pecado y procurarnos el perdón.
Por el arrepentimiento afligimos nuestra alma; no sólo
ayunamos por un tiempo de las delicias del cuerpo, sino sintiendo
interiormente pesar por el pecado, y llevando una vida de
abnegación, y asegurándonos que, si confesamos
nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar
nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Por la
expiación recibimos reposo para nuestra alma y todas las
libertades gloriosas de los hijos de Dios." (Henry, 1991)
(Subrayado nuestro)

13) El macho cabrío para Azazel era enviado lejos
al desierto, simbolizando la remoción de los pecados del
pueblo de Dios.

14) Azazel: Para explicar este punto, se transcribe
textualmente un estudio bíblico hallado en la web: www.
cristinismoparatodos.blogspot.com; para verificar su contenido
visitar el siguiente link electrónico:
http://cristianismoparatodos.blogspot.com/2010/12/identidad-de-azazel.html

La identidad de Azazel es debatible. Las siguientes
citas textuales evidencian las diferentes posiciones con respecto
al significado de Azazel:

…Es motivo de debate el significado de
Azazel.

Monografias.com

El nombre de un demonio del desierto. Si
[ésta] posición es correcta, es importante
enfatizar que este macho cabrío no era un sacrificio para
el demonio. El envío del chivo al demonio del desierto
entonces significaría enviar los pecados del pueblo lejos
del pueblo y de regreso a su fuente demoníaca, donde no
volvería a dañarlos.

Azazel: nombre que podría referirse a un demonio.
Los antiguos creían que este ser demoníaco habitaba
en el desierto. Aquí no se trata de un sacrificio ofrecido
a Azazel, porque el macho cabrío era enviado vivo al
desierto.

Otros lo interpretan como un demonio o Satanás
mismo.

Levítico 17:7: Y nunca más
sacrificarán sus sacrificios a los demonios (lit. los
chivos.),… el siguiente comentario describe quienes eran
estos demonios:

Demonios: eran divinidades paganas en forma de chivos,
como los sátiros, que se suponía habitaban en el
desierto. Es probable que Israel entrara en contacto con los
sátiros cuando se establecieron en Gosén (Gn. 47:
1-6)

Otro comentario, acerca de Lev. 17:7

Demonios (lit. "machos cabríos") puede referirse
a los espíritus o demonios del campo, los cuales eran
concebidos en forma de machos cabríos ("sátiros").
La adoración a los machos cabríos era parte de la
religión egipcia y, según parece, las
prácticas idólatras egipcias permanecieron entre
los israelitas por algún tiempo (cf. Jos. 24:14; Eze.
20:7; 23:1 ss.). La frase tras los cuales se han prostituido se
usa metafóricamente para hablar de la idolatría
(Exo. 34:15, 16; Lev. 20:5, 6), pero puede implicar lit. actos de
prostitución ritual o copulación con animales (cf.
Exo. 22:19, 20; Lev. 18:23; 20:15, 16; Ose. 4:10–14). Para
prevenir que la gente llevara a cabo dichos ritos
idólatras, bajo el disfraz de tener una fiesta familiar,
todo animal debía ser degollado a la puerta del
tabernáculo.

Según el "Diccionario certeza", la identidad de
Azazel era el nombre de un demonio (la última de 4
posibles, para este autor), el autor hace referencia al libro
apócrifo de Enoc (6:6):…La mayor parte de los
eruditos prefiere la última posibilidad debido a que en el
vv. 8 aparece en paralelo con el nombre del Señor. Enoc
(6.6 en adelante) menciona frecuentemente a Azazel como
ángel caído, pero probablemente el autor
adquirió este concepto de Lv. 16. El significado de este
rito debe ser que el pecado era eliminado, en forma
simbólica, de la sociedad humana y llevado a la
región de la muerte (cf. Mi. 7.19). No conlleva la idea de
sacrificio ofrecido al demonio. (cf. Lv. 17.7)

15) El hombre destinado para llevar al desierto al macho
cabrío para Azazel, no se le menciona nombre quizá
porque no siempre tenía que ser el mismo en hacer esa
tarea, aunque se infiere que se trataba de un sacerdote levita
(porque éstos eran los encargados de los oficios ayudando
al sumo sacerdote). Algunos teólogos han dicho que
simbolizaba al Espíritu Santo, mientras que otros afirman
que representaba a satanás, por eso tenía que
llevar al macho cabrío para Azazel al desierto, muy lejos,
donde simbólicamente satanás no pudiera
dañar o engañar más al pueblo de
Dios.

16) El hombre destinado para llevar al desierto al macho
cabrío para Azazel debía lavar con agua sus
vestidos y su cuerpo para poder volver al campamento para
limpiarse espiritualmente porque, simbólicamente,
había entrado en contacto con la personificación
del mal.

17) Sólo después de completada la ofrenda
por el pecado y todas las iniquidades del pueblo de Israel
llevadas lejos (por medio del macho cabrío para Azazel),
el sumo sacerdote se quitaba sus vestidos humildes de lino
(Vestiduras Blancas), debía bañarse en la Fuente de
Bronce y se ponía las vestiduras de gloria (Vestiduras
Doradas). Esto era un símbolo de la resurrección y
la ascensión de Cristo.

18) Las vestiduras doradas del sumo sacerdote que
llevaba puestas durante todo el año, y que debía
usar para hacer el holocausto, consistían en 8 piezas
diferentes: El Efod, El Pectoral, La Tunica Blanca, La
Túnica Azul, La Mitra, El Cinto, El Urim V' Tummim y los
Calzoncillos, simbolizaban la gloria y majestad de Jesucristo. En
este punto sólo se explicará la simbología
de La Túnica Azul; El Efod; El Pectoral y El Urim V'
Tummim, por cuanto, los demás elementos fuero explicados
al estudiar la simbología de las Vestiduras
Blancas.

1. La Túnica Azul: Una prenda formada por una
sola pieza, cortada como especie de sobretodo, se ponía
por encima de la túnica blanca y colgaba desde los
hombros, y se colocaba debajo del Efod. Se usaba para la
ministración en el servicio sacerdotal. La parte superior
e inferior tenían un borde para evitar la rotura y el
ensanchamiento por el uso. En la parte inferior tenía
borlas en forma de granadas de color azul, púrpura,
carmesí y blanco de lino torcido.También colgaban
campanillas de oro intercaladas alternativamente con las
granadas, en igual número sin mencionar el total de las
mismas.

¿Que simbolizaba esta Túnica?

  • Primeramente su color azul nos muestra el
    carácter celestial del Señor Jesús y que
    El no es nuestro sacerdote en la tierra, sino cumple
    actualmente su servicio en el Cielo y quien además nos
    da su paz. (Cfr. Juan 3:13, 14:27;1 Corintios 15:47;
    Hechos 8:4; 9:24; 16:33; 2 Tesalonicenses.
    3:16)

  • El manto estaba confeccionado de tal manera que no
    se podía romper. , así como nadie puede romper
    la obra la perfección de la obra de Cristo. En el
    tiempo del Antiguo Testamento se rasgaban los vestidos en
    tiempo de angustia. La túnica de Jesús no fue
    partida. (Cfr. Juan 19:23-24)

  • Al estar el manto formado por una sola pieza
    surgiere la idea de que no tiene principio ni fin. (Cfr.
    Hebreos 5:6; 6:20; 7:3, 17,21)

  • La única forma de ponerse el manto era por
    encima, lo que nos hace pensar en que Él que vino
    estaba sobre todos los demás. (Cfr. Juan 3:31;
    8:23; 19:11; Mateo. 27:51)

  • La igualdad numérica de las granadas y
    campanillas nos recuerda la vida y el ministerio
    fructífero del Señor (Cfr. Hechos 1:1;
    Hebreos 10:5,9
    ). Al desconocerse el número exacto
    nos muestra que sólo Dios sabe el infinito valor de
    Cristo y el alcance de su ministerio celestial.

2. El Efod: La vestidura más importante que
llevaba el Sumo Sacerdote era el efod. Esta prenda representa la
parte de sus vestiduras descrita en Isa. 61:10 como
"vestiduras de salvación". Era algo semejante a un
delantal, que cubría tanto el pecho como la espalda y que
llevaba encima de su toga.

Dos piedras de sardónica, también
conocidas como "piedras de recordatorio", se hallaban incrustadas
en engastes de oro sobre los hombros del Sumo Sacerdote, una en
cada hombro, con los nombres de las tribus escritas sobre ellas.
(Cfr. Éxodo 28:9-10)

Los Sabios decían que al mirar Di-s hacia abajo,
los nombres de los hijos de Israel sería movido a
misericordia y tendría compasión de ellos. (Cfr.
Éxodo 28:12
), de aquí se deriva que El Efod
represente esa parte de nuestra relación con
Jesús.

Los colores y materiales usados para El Efod representan
las diferentes y gloriosas características de nuestro
Señor. Son los mismos colores que estaban sobre la puerta
que daba al Atrio exterior, el Velo del Santuario y el Velo del
Santísimo, y representan a Jesús tal y como aparece
en los cuatro evangelios. Debajo de las "piedras de recordatorio"
había pinzas de oro con cadenas de oro unidas al pectoral
del Efod.

El efod con las piedras y el pectoral unido simbolizan a
Jesús, que nos lleva sobre Sus hombros y sobre Su pecho,
el buen pastor.

3. El Pectoral: En hebreo "choshen mishpat" significa
"el pectoral del juicio" y estaba unido al Efod y el Sumo
Sacerdote lo llevaba puesto sobre su corazón.

El sumo sacerdote llevaba un pectoral sobre el cual
había piedras brillantes, que llevaban cada una de ellas
los nombres de cada una de las tribus de Israel, simbolizando lo
cerca que está Dios y lo mucho que ama a cada uno de los
creyentes, de tal modo que su propio Sumo Sacerdote los lleva
sobre Su pecho y muy cerca de Su corazón.

Las piedras están colocadas sobre el pectoral de
arriba abajo y de derecha a izquierda, según el orden del
nacimiento. Había tres piedras en cada hilera habiendo un
total de cuatro hileras. La siguiente es una lista de los nombres
de las tribus (hijos) de Israel, el significado del nombre, la
piedra y el color de la misma.

  • Rubén significa hijo de y la piedra es el
    rubí (roja)

  • Shimon significa erudición y la piedra es el
    jade (verde)

  • Levi significa señorío y la piedra es
    la ágata (roja, blanca y con franjas
    negras)

  • Judá significa adoración y la piedra
    es el carbunclo (azul verdoso)

  • Isacar significa asociación y la piedra es
    lapis-lazuli (azul)

  • Zabulón significa compañerismo y la
    piedra es el cuarzo de cristal (transparente)

  • Dan significa juicio y la piedra es la turquesa
    (azul)

  • Neftalí significa mano de obra, arte y la
    piedra es la amatista (púrpura)

  • Gad significa compañerismo y la piedra es la
    ágata (gris)

  • Aser significa comunión y la piedra es la
    aguamarina (Azul verdosa)

  • José significa liderazgo y la piedra es el
    onix (negra)

  • Benjamín significa herencia y la piedra es el
    ópalo (una piedra que posee todos los
    colores)

Los nombres de las tribus en el pectoral simbolizan
también los nombres de los auténticos creyentes,
que están escritos en el corazón de Jesús,
nuestro Sumo Sacerdote. Los nombres están grabados en la
piedra y no pueden ser borrados, de la misma manera que nosotros
tampoco podemos perder la vida eterna una vez que hemos
depositado nuestra fe y confianza en El.

4. El Urim V' Tummim: Este objeto resulta un tanto
misterioso y no existe una descripción concreta en las
Escrituras sobre él, pero probablemente fuesen piedras. El
Sumo Sacerdote las usaba para discernir la voluntad de Di-s en
asuntos importantes. Se guardaban en un saquito debajo del
pectoral. El método para obtener una respuesta
posiblemente fuese echando suertes. Puede que las piedras
estuviesen marcadas para indicar un sí o un no como
respuesta. Cuando el Sumo Sacerdote metía su mano y sacaba
una piedra tendría su respuesta de parte de Dios. (Cfr.
Éxodo 28:30).
Simbolizando que en todo tiempo estaba
bajo la dirección de Dios.

19) Luego de cambiarse las vestiduras, el sumo sacerdote
hacía el holocausto por él y por el pueblo; es
decir, hacer consumir en el fuego del Altar de Bronce la grosura
del becerro y del macho cabrío sacrificados. La grosura
estaba constituida esencialmente por el hígado y los
riñones de la víctima, y "era la parte más
rica del cuerpo de la víctima, debía ser ofrecida a
Dios sobre todo lo demás… Quemada sobre el altar,
la grosura era para Jehová un sacrificio de olor
grato… Simbolizaba la energía interna del
Señor Jesús en su ofrenda de Sí mismo a Dios
Padre." (Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado de Vile y
Escuain, Editorial Clie, 1985) (Subrayado nuestro)

20) Los sacerdotes levitas debían quemar la
carne, la piel y el estiércol fuera del campamento y para
volver a entrar, debían lavar sus vestiduras y sus
cuerpos. Ya en el punto 16 se explicó la simbología
del baño.

El Día de la Expiación también
simboliza un tiempo de tribulación poco antes de la venida
del Señor representado por el tiempo de aflicción y
ayuno. Jesús enseñó esto muy
claramente:

"25 Entonces habrá señales en el sol, en
la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las
gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas; 26
desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación
de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las
potencias de los cielos serán conmovidas. 27 Entonces
verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube
con poder y gran gloria.28 Cuando estas cosas comiencen a
suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra
redención está cerca. (Lucas
21:25-28)

En consecuencia, este aspecto del Día de la
Expiación es vital para cada creyente y para la Iglesia
universal como unidad: Los días finales de la historia
humana, antes del regreso de Cristo, se pondrán cada vez
más difíciles, esto es lo que simboliza el
séptimo mes Thisrei, los sucesos del tiempo del
fin. Esto fue pronosticado en las siguientes palabras en
relación con el Día de la Expiación:
"…En el mes séptimo, a los diez días del
mes, afligiréis vuestras almas…" (Cfr.
Levítico 16:29)

"Dios tiene un plan en "siete pasos", siguiendo el
patrón de siete que Dios utiliza para revelar muchas
cosas. Como en el principio, Dios creó la semana de siete
días (Gn. 1). El día séptimo fue revelado
como el día santo de guardar (2:1-3). Más adelante
nos dio exactamente SIETE días santos anuales para revelar
todo el plan y el propósito para la humanidad (Lv.
23)… Porque siete es el número completo o de
perfección. EN EL SÉPTIMO MES SE REPRESENTAN LOS
SUCESOS DEL TIEMPO DEL FIN.
(http://www.mundomanana.org/folletos/las-fiestas-santas-plan-maestro-de-dios-hd
consultada el 26/04/2012)

Así también, Dios se refiere a siete
iglesias, en Apocalipsis 2 y 3, para describir las siete etapas
por las cuales la Iglesia pasaría. La última, la
iglesia de Laodicea, simboliza a la Iglesia en los últimos
días, poco antes de la Venida del Señor. Esa
iglesia cayó en la trampa descrita por Moisés.
Prosperó y se descarrió de los caminos de Dios:
"…soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo
necesidad…" (Cfr. Apocalipsis 3:17).Esta iglesia
local fue atrapada por "…los afanes de este siglo, y el
engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas,
entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa"

Cuando tales problemas espirituales se suscitan, Dios
usualmente tiene un Día de la Expiación, un
día para la aflicción del alma que Él ofrece
a tales iglesias para su oportuna restauración. Dios lo
hace para que se arrepientan y escuchen el llamado
profético: "… es el tiempo de buscar a
JEHOVÁ, hasta que venga y os enseñe justicia"
(Oseas 10:12). Para la iglesia que responda y se humille a
sí misma como un todo delante del Señor, Él
le hace esta promesa: " 21 y vendrán los habitantes de una
ciudad a otra, y dirán: Vamos a implorar el favor de
Jehová, y a buscar a Jehová de los
ejércitos. Yo también iré. 22 Y
vendrán muchos pueblos y fuertes naciones a buscar a
Jehová de los ejércitos en Jerusalén, y a
implorar el favor de Jehová." (Zacarías 8:21-
22
). En este tiempo, muchos que no se habían
arrepentido a este ese momento tendrán oportunidad de
entrar al Reino de los Cielos.

La Fiesta del Día de La Expiación
también simboliza la Segunda Venida de Cristo, la cual
ocurrirá luego de la Gran Tribulación, evento que
servirá para llevar a Israel al arrepentimiento y a la fe
en el Señor; Él vendrá y será el
"Día de la Expiación" para Israel como está
escrito: "Vendrá de Sión el Libertador, Que
apartará de Jacob la impiedad. Y este será mi pacto
con ellos, Cuando yo quite sus pecados. (Romanos
11.26-27).
Así se concluirá la
purificación del santuario celestial reivindicando al
pueblo de Dios, al acabar Su obra en ellos. No quedará
ningún registro de sus pecados en el cielo ni en la
tierra, pero el pueblo sí recordará por siempre que
el poder del Cordero los redimió. En ocasión de la
Segunda Venida, la naturaleza pecaminosa de lo hijos de Dios
será transformada en una naturaleza glorificada (Cfr. 1
Corintios 15:52-54)

El Nuevo Testamento muestra que esto es exactamente lo
que sucederá cuando Cristo regrese. En Apocalipsis
19:11-21
leemos sobre el regreso de Jesucristo como Rey de
reyes. Luego, en el capítulo 20 vemos a un ángel
encargado de quitar a Satanás: "Y prendió al
dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y
Satanás, y lo ató por mil años; y lo
arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello
sobre él, para que no engañase más a las
naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y
después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo"
(vs. 2-3). Efectivamente Satanás, será alejado de
la humanidad; para que no pueda engañar a los seres
humanos durante el reinado milenial de Jesucristo.

De esta manera los hombres seguirán el camino de
Dios, sin la influencia de satanás. Por esta causa durante
el glorioso reinado de Cristo "No harán mal ni
dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra
será llena del conocimiento del Eterno, como las aguas
cubren el mar" (Cfr. Isaías 11:9).

El encadenamiento de Satanás está
simbolizado en el hecho de que el macho cabrío para Azazel
era llevado lejos del campamento. Algunos teólogos afirman
que era llevado a un precipicio.

Para ese tiempo, Cristo habrá pagado nuestra
culpa por los pecados y satanás el diablo será
desterrado a un simbólico "desierto" o "abismo" donde
será retenido o encarcelado en esa prisión por su
participación en nuestros pecados. Dios habrá
puesto sobre la cabeza misma de Satanás la culpa a la que
se ha hecho acreedor por haber puesto a la humanidad contra
Dios.

Aplicación
Espiritual para hoy

El Nuevo Testamento habla de un sacerdocio santo y de un
sacerdocio real en el cual todos los creyentes participan como
sacerdotes; los sacrificios del creyente no son materiales sino
espirituales y su finalidad es una expresión de gratitud a
Dios. Así tenemos:

  • Un sacerdocio santo: Al igual que en el
    Antiguo Testamento los sacerdotes constituían un grupo
    de hombres apartados para tal propósito, los creyentes
    de Nuevo Testamento hemos sido también apartados del
    mundo para el servicio de Dios con características
    distintas a las del Antiguo Testamento. El fundamento para el
    sacerdocio del creyente es el acto de Dios por el cual
    él ha unido a cada creyente con Cristo mismo esto es
    por asignación de Dios (Efesios
    1:6-7)

  • Un sacerdocio real: En el Antiguo Testamento
    los sacerdotes no podían ser reyes y si lo eran no
    podían ser sacerdotes, ahora en el Señor
    ostentamos los dos títulos. Somos un sacerdocio real
    pues nuestra realeza y valor evidentes nos señalan
    como hijos de Dios. Ostentamos los dos títulos y las
    dos funciones, cumpliéndose así el gran deseo
    de Dios (Éxodo 19:6; Juan 17). Es un sacerdocio
    real en el sentido de realeza y se comparte con Dios los
    privilegios de un sacerdocio real. (Salmo; Apocalipsis
    1:6; 1 Pedro 2: 5-9)

  • Los nuevos sacrificios: En el Antiguo
    Testamento se sacrificaban animales, ahora nuestros
    sacrificios son de carácter espiritual, Cristo ha sido
    sacrificado por nosotros. Como sacerdotes santos y a
    través de dichos sacrificios espirituales tenemos
    acceso a Dios. (Apocalipsis 1:6; Hebreos
    :4:16)

  • Piedras vivas: En el Antiguo Testamento
    había un santuario y un altar para hacer los
    sacrificios y era necesario un sacerdote. Los creyentes del
    Nuevo Testamento como piedras vivas constituyen el santuario
    espiritual en que la presencia de Dios se manifiesta, que
    unidas a la gran piedra angular que es Cristo y como
    sacerdotes no tienen necesidad ni de intermediarios ni de
    sacrificios. (Efesios 4:12-16)

  • Cristo: la Piedra Viva: Cristo es la piedra
    viva porque es una persona divina, venció la muerte
    para no morir más. Es la principal piedra del
    santuario espiritual a la que las piedras vivas están
    ligadas y así realizar el sacerdocio espiritual (1
    Pedro 2:4
    ). Es la piedra escogida y rechazada por su
    propio pueblo. (Hechos 2: 23-24)

En pocas palabras, en el Antiguo Testamento Dios
encontraba satisfacción en la espiritualidad de su pueblo,
en el Nuevo Testamento es una actividad que surge de un
corazón agradecido. En el Antiguo Testamento el sacerdocio
era de una sola familia (Los Levitas) en el Nuevo Testamento lo
puede disfrutar todo creyente; es una responsabilidad individual
y no puede ser transferido. El sacerdocio de los creyentes
está cubierto con la justicia de Cristo, ha sido ungido
con el Espíritu Santo (Éxodo 40:13,15; 1 Juan
2:20
). A este respecto, se indica lo que afirma Myles Munroe
con relación a lo escrito por el Apóstol Pablo en
2 corintios 5:17-21:

"Nosotros, la Iglesia, los "convocados" de Jesucristo.
Somos "un linaje escogido, real sacerdocio, nación
santa"
llamados por Dios para declarar sus virtudes a un
mundo en oscuridad. Un real sacerdocio es otra forma de decir que
cada uno de nosotros es tanto sacerdote como rey. Nuestro
Señor nos ha llamado y comisionado como sus embajadores
–sus agentes- para guiar a aquellos que aun están
atrapados en la oscuridad, hacia la "luz admirable" de su Reino."
(Munroe, 2008)

En el sacerdocio de los creyentes se puede disfrutar de
la mayor riqueza de la vida Cristiana por tener acceso al Trono
de Dios en la oración y la adoración, y este acceso
al trono y la presencia de Dios es todo lo que necesitamos. Toda
la sabiduría y autoridad que necesitamos están
disponibles en el Trono de la Misericordia, pues es allí
donde está Cristo sentado en Su trono. Él reina
desde ese trono, y por lo tanto, si podemos experimentar Su
presencia desde tal Trono sobre nuestras vidas, recibiremos
sabiduría y autoridad dada de lo Alto. La gran
sabiduría de Dios para entender nuestras circunstancias y,
luego, la autoridad dada por Jesús sobre ellas.

Efesios 2:4-10, enseña que hemos sido resucitados
juntamente con Cristo y sentados con Él en su trono
Celestial. Este pasaje acentúa que este maravilloso
privilegio vino a través de la gracia o misericordia de
Dios, porque la sangre de Jesucristo fue derramada por nosotros a
gran precio, y en consecuencia, ahora tenemos libre acceso al
Trono de la Gracia. "A través de su espíritu, nos
ha llamado a cada uno de nosotros al hogar, a nuestro lugar
original como ciudadanos reales, para que podamos ejercitar
nuestros derechos y autoridad ahora mismo y experimentemos la
victoria del Reino en nuestras vidas cotidianas." (Munroe,
2008)

Es bueno entender que no tenemos acceso a este glorioso
lugar de autoridad y sabiduría por las obras que hagamos,
ni por las cualidades personales que tengamos. Entramos a
él a través de la gracia de Dios, por el
derramamiento de la sangre de Jesucristo. Sin esa sangre,
estaríamos prohibidos del Lugar Santísimo, pero en
la Dispensación de la Gracia, somos invitados a entrar con
confianza. Y al entrar a la presencia de Dios, o Trono de la
Gracia, el panorama que recibimos de nuestras circunstancias, es
completamente diferente, porque desde tal posición podemos
mirar con fe y confianza nuestros problemas y
tribulaciones.

Y por supuesto, que para tener acceso y lugar en la
presencia de Dios es esencial recibir el quebrantamiento con
humildad y aflicción del alma. Dios quiere que le
presentemos nuestra vida, poner nuestro tiempo y recursos a su
disposición como un sacrificio de olor, y Él nos
capacitará: "1Así que, hermanos, os ruego por las
misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en
sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto
racional. 2 No os conforméis a este siglo, sino
transformaos por medio de la renovación de vuestro
entendimiento, para que comprobéis cuál sea la
buena voluntad de Dios, agradable y perfecta." (Romanos 12:
1-2)

Cristo no solamente murió por nuestra naturaleza
pecaminosa; es decir, por todos los hechos pecaminosos que
cometimos antes de ser creyente o cometidos como creyente, ya
sean conscientemente o inconscientemente cometidos. "13 Y
a vosotros, estando muertos en pecados y en la
incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente
con él, perdonándoos todos los pecados, 14
anulando el acta de los decretos que había contra
nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y
clavándola en la cruz." (Colosenses 2.13-14). Con
esto evidenciamos que cada uno de nosotros tiene una gran deuda
con Dios, al morir por nosotros para pagar todas nuestras deudas
y expiar nuestra culpa; así que lo más importante
como creyentes es qué vamos a hacer con esa gran deuda.
Una parte práctica para nosotros: esa es restituir todo lo
que podamos y arreglar nuestros asuntos de la mejor manera
posible."Él también nos invitó a unirnos a
Él en su obra de reconciliar al mundo consigo mismo. Ese
es su enfoque y debe ser el nuestro también. Todo lo
demás es secundario. El Reino de Dios es todo lo que
cuenta, y además del Reino de Dios, nada importa"
(Munroe, 2008)

"Mas buscad primeramente el reino de
Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán
añadidas." (Mateo 6:33)

Conclusiones

Es fundamental que cada individuo se apropie de la
expiación de Jesucristo por la fe. Cada persona debe poner
su fe en Cristo como su sustituto, a fin de ser salvo del pecado
y de pasar la eternidad con Dios en el cielo.

El sacrificio del Antiguo Testamento es un tipo, una
sombra, y una copia terrenal de realidades concretas, así
como lo son los sacramentos del Nuevo Testamento. Cristo es el
Sumo Sacerdote arquetípico (Hebreos 7:26-27) y por tanto,
hace expiación por su pueblo. "Porque no entró
Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino
en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios"
(Hebreos 9:24). La sangre de animales nunca podía ser un
sustituto real por el pecado: "porque la sangre de los toros y de
los machos cabríos no puede quitar los pecados" (Hebreos
10:4). Pero sí proveía un cuadro y una promesa del
Mesías venidero por medio de la cobertura
(kaphar) o expiación de los pecados.

Por tanto, es crucial entender que en su muerte Cristo
cumplió todo lo que los sacrificios prefiguraban (Mateo
26:28). "El cual fue entregado por nuestras transgresiones"
(Romanos 4:25). Su sangre fue derramada "en quien tenemos
redención por su sangre, el perdón de pecados"
(Efe. 1:17; Colosenses 1:14). Él hizo "purificación
por los pecados" (Hebreos 1:3). "Y él es la
propiciación (sacrificio que desvía la ira de Dios)
por nuestros pecados" (1Juan 2:2). Su sangre es "la sangre del
nuevo pacto" (1 Corintios 11:25). Cristo "se entregó a
sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor
fragante" (Efesios 5:2).

Fuimos redimidos no con cosas corruptibles tales como
plata y oro "sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un
cordero sin mancha y sin contaminación" (1 Pedro 1:19).
"He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del
mundo" (Juan 1:29). La muerte de Cristo fue representativa para
nosotros: "si uno murió por todos, luego todos murieron"
(2 Corintios 5:14). La muerte de Cristo fue un pago de rescate,
un precio pagado para comprar a un esclavo y ponerlo en libertad:
"Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para
servir, y para dar su vida en rescate por muchos" ([Marcos
10:45).

Dios "al que no conoció pecado, por nosotros lo
hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de
Dios en él" (2 Corintios 5:21). "Todos nosotros nos
descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su
camino; mas Jehová cargó en él el pecado de
todos nosotros" (Isaías 53:5-6).La muerte de Cristo revela
el amor de Dios por los hombres: "Mas Dios muestra su amor para
con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo
murió por nosotros" (Romanos 5:8).

El día de la expiación está repleto
de simbolismo que señala la obra del Señor y
Salvador Jesucristo. En el Nuevo Testamento, el autor de la
epístola a los Hebreos subraya el cumplimiento en el Nuevo
Pacto de la tipología del ceremonial del día de la
expiación; por ejemplo dice, en Hebreos 9:6-7 lo
siguiente: "Y así dispuestas estas cosas, en la primera
parte del tabernáculo entran los sacerdotes continuamente
para cumplirlos oficios del culto; pero en la segunda parte,
sólo el sumo sacerdote una vez al año, no sin
sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los pecados de
ignorancia del pueblo."

El hecho de que los ceremoniales expiatorios del Antiguo
Testamento tenían que repetirse anualmente indica que
había algo temporal en cuanto a ellos. Señalaban
por anticipado el tiempo en que Cristo vendría a quitar de
manera permanente todo pecado confesado. La muerte de Cristo fue
el misterio de los siglos ¿Por qué? En Juan 3:16 lo
explica: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha
dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en
él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna." Esa es la
razón por la cual Dios entregó a Su Hijo a morir en
la cruz; por amor a la humanidad. Era necesario el derramamiento
de la sangre de Cristo, no para cubrir temporalmente, si no para
quitar el pecado del ser humano y restablecer la relación
con Dios.

Bibliografía

Fuentes
Bibliográficas

  • Biblia del Diario
    Vivir

  • Biblia Plenitud

  • Henry, Matthew. COMENTARIO EXEGETICO
    DEVOCIONAL, Deerfiel Florida, Editorial Vida cuarta
    impresión 1991

  • Munroe, Myles. REDESCUBRA EL REINO, Buenos Aires,
    Argentina, Editorial Peniel, 2008

  • Nuevo Diccionario Bíblico
    Ilustrado de Vile y Escuain, Editorial Clie,
    1985

  • Sánchez Sandoval, August.
    SISTEMAS IDEOLÓGICOS Y CONTROL SOCIAL. UNAM,
    México, 2005

Fuentes
Electrónicas

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  • http://www.oocities.org/es/his_emissary/tabernacle/estab18.html
    consultada el 30/04/2012

 

 

Autor:

Nelly de
Núñez

Jesús Enrique
Párraga

Laudibeth de
Párraga

William Rujano

Ciro Vega

Marisela de Vega

IGLESIA CRISTIANA FILDELFIA

MINISTERIO DE EDUCACIÓN
CRISTIANA

ESCUELA DE LÍDERES

FUNDAMENTO I

FACILITADORA: CONSUELO
RAMÍREZ

Maracaibo, 30 abril de 2012

Partes: 1, 2
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