Los huerfanitos, episodios nacionales de Angelillo de Uixó (página 2)
La mujer dejando caer una lagrima
maternal escucha a lo lejos los grito de su hijo diciendo que
la va a matar cuando salga. Se levanta de la mesa camilla
sudando. Mira una cruz colgada de la pared. El golpe de un
cráneo chocando contra una pared le recuerdan el
sonido de los martillazos al clavar a Cristo en la cruz .
Santiguándose le pregunta piadosa a la cruz
cubriéndose cómo puede el escote:
OH Señor ¿ he hecho
bien?
Pum, pam, pum, se oye desde una celda,
y la joven madre piensa que Cristo le dice:- Si hija
mía.
El concejalito de bienestar social y paz,
el señorito Don Judas Sanchéz, haciendo de
burgués triunfador, vestido elegante para celebrar con el
PP el final del estado social y de derecho español pasea
por la habitación en traje, corbata, gomina pegada en los
pocos pelos que tiene. Coge la botella de coñac que hay
sobre la mesa del despacho. Da de beber a la coima que traga sin
problemas el liquido rojo de un golpe. Levanta, y se va sola
repleta de paz.
El japones hace una reverencia oriental ,
sonríe cómo un robot estúpido al concejal
que abraza al cura. Recaredo exclama jocoso un sacrosanto:
aleluya.
-Ya tenemos otro, los fondo que van a
llover- dice eufórico el rechoncho Recadero
Centelles.
-El centro de alto rendimiento para
huérfanos será todo un éxito. El PP
garantiza recursos humanos para cinco generaciones en todos los
campos imaginables: experimentación, alto rendimiento,
nuevos sacerdotes, subvenciones de Europa…- hace guiño
al cura; dirigiéndose al oriental- para ustedes amigos
asiáticos- trabajadores que limpien los reactores de
Fikusima y mano de obra barata de usar y tirar.
-Los delechos humanos es lo i mpoltante pal
Japón– exclama Chu-Li emitiendo una mueca femenina y
estúpida típica de esa raza limonera.
-Si Chu-li, los derechos humanos es lo
importante para su empresa nuclear, por eso han comprado en bolsa
a precios de saldo de la colonia Española : hospicios de
España S.A. ! Será para defender la vida infantil
de los latinos! ¿verdad, eh, Chu-Li?- Le recuerda
cínico el concejal de bienestar social y paz perpetua de
vall d' Uixó. Chu-Li devuelve un saludo femenino mirando
cómo un samurai budista el alma del concejalito a
través de sus ojos rasgados y piel de hepático. La
luminaria del cuarto incide sobre su cráneo medio calvo y
engominado al sádico del concejalito de bienestar social y
paz. Le resbalan a su mano 30 brillantes monedas que le extiende
Recadero. El brutal sacerdote, hombre grueso, carente de modales
y de educación, jovial acude a una silla, se arromanga las
sotanas hasta las rodillas, estira las piernas, las abre bajo la
cruz semejando un tonel a punto de reventar. Sus papadas se
mueven al respirar dificultoso de muchos cocidos en España
y lasañas del vaticano.
Ding, dong, llama la campana del hospicio
Segarra y asociación de dementes Afanias.
-Mi hijo no, mi hijo no, mi hijo no- chilla
una joven que es empujada por un farandul malcarado de raza
merchera que la arrastra de los pelos. Bajo un matón
militar unas manitas pequeñas y morenas se levantan entre
el mar de lana vieja que le cubre en pleno agosto abrasador. El
calorrillo empieza a llorar.
Los locos abandonados en el hospicio
Segarra- Afanias, sometidos bajo la tutela de las monjas ,
chillan y berrean. Los huérfanos, los delincuentes
juveniles de barrio, los criminales , los vagabundos, que se
recogen en el hospicio son solidarios con los gritos de la madre.
Golpean los barrotes a modo de queja.
-Dejad a la madre, dejad a la madre-
chillan histéricos los recluidos, una conciencia casi
humana surge en las mentes perturbadas de estos
desgraciados.
-Porras y agua a presión en las
celdas – grita histérico con gesto de autócrata el
concejal de bienestar social. Los celadores y las monjas muestran
cumplen entregados las ordenes mientras el cura, el japones y
concejal salen a la calle.
Llamen al jefe del hospicio, dígale
que a lo mejor tenemos un código rojo – ordena
sobresaltado del escándalo a la recepcionista del hall el
concejal de bienestar y paz.
Frente la puerta enrejada de bisagras
chirriantes y oxidadas del viejo hospital Segarra que aun guarda
en la puerta la cinta inaugural que corto el Caudillo,surge la
sombra salida de la miseria del desempleo una joven marginal de
16 años en minifalda, sin ocultar apenas su cuerpo
anoréxico, acostumbrado a exhibirlo orgullosa de forma
indecente. Detiene su paso tambaleante y forzado,
oponiéndose con sus últimas fuerzas ante la reja
pese los empujones del golfo que la acompaña. Siente
cómo Eva cuando peco, la madre de la que descienden todos
los judíos, los moros, incluso los cristianos y los
ateos,vergüenza ante la miradas que la señalan. Su
novio, el torete, un joven con el pelo de punta a lo chonis,
latino moreno experto en Konfu, bicicletas de descenso,
discotecas bakaladeras, cacaína y BMW, alterado ante las
autoridades ante las cuales él no es nada, el inferior
fascista de barrio tartamudeando exclama:
-tra-tra- tra-tra-igo, a -a- a-a, mi
hi-hi-hijo. Nos.. o …tros, no po-po-demos te–te–nerlo -hace
gesto de pollo de corral estirando el cuello venudo -Nos han
qui-qui-qui-ta-ta-ta-do-do la pa-pa-ga de 400 eeeuros de
Zapa-teee-ro. Yo no ten-ten-ten-go-go pa-pa-dres, más que
el ba-ba-ba-rrio –
El concejal de paz y bienestar extiende la
mano al joven bajando los peldaños. La hiena sonríe
erizándose los pelos de los brazos ante la presencia del
macarra, insignificante, estandarizado, pero vital para la
nación y la ideología del PP: crear un estado
batueco-chonis.
-Se comprende, pasar y hablamos- le dice,
hace señal de entendimiento al joven Torete.
La golfa chilla de nuevo: -No, mi hijo, mi
hijito, mi Riqui Marti, no, no,no. Lo tuví de guachi mana
8 mese en mis entrañas. Por Dios Torete, por Jesucristo
todo poderoso, dejailo conmigo que tu eres el que lo ha hecho, tu
y tu solo, tu, te lo juro mi amor, por el señor que me
castigue si miento-
-calla so golfa- suena el aplauso merecido
de la ostia dada en la cara de la bullera chonis con titulo de
gogo.
El chiquillo berrea dolorido al caer al
suelo, su madre haciendo muestras de desesperación recibe
una patada en la boca de confu que la tranquiliza.
El japones infantil, afeminado, se
escandaliza de los poco honorables procedimientos de
persuasión de una de las partes. El concejalito le para
con su mano derecha al verlo moverse hacia el gachupín
entendido de artes asiaticas.
-Chu-li, esto no es Japón,
aquí somos desangre caliente y esa mujer es un golfa, esa
putilla recibe lo suyo, es de ley– Don Judas Sánchez
ilustra sobre las costumbres de la patria del Quijote al
enamorado amarillo del arte universal de Paco de Lucia y Chimo
Bayo.
Chu- Li, quieto, extrañado,
defraudado con los hidalgos españoles que conquistaron el
Perú agacha la mirada y da la espalda cómo un
combatiente de Sumo ante un enemigo herido de forma innoble.
Aprieta sus diminutos puños de teletabi y aguanta los
chillido de la joven española medio desnuda, mostrando el
tanga de leopardo de los días importantes y los pearcing
de Jesucristo, el señor, en el ombligo, nariz, lengua y
labios. Se agita por los suelo agarrando a su hijo amoratado de
un pie :
– Torete por Dios te lo pido, por el de la
cruz que es el más grande, mi hijo es lo más grande
que tengo. El horóscopo dice que será torero , nos
dará guita. Torete, tu no me amas, Torete tu me matas.
Torete, torete, no, no, que me quitas la chulería y la
vida – grita en los peldaños de afanias hospicio Segarra
la coima humillada ante la mirada lunar, redonda de botafumeiros
y fetichista de las monjas que han salido a ver la trifurca
cristiana. La fachada con el reloj en lo alto marca las 12 del
medio día, la hora en que colgaron a Jesucristo. El sol
calienta el asfalto, las chicharras vuelan y son cazadas por los
locos y niños del orfanato. Una nueve de palos cae sobre
la chica, los celadores la entran y la sedan. La recepcionista da
los buenos días a la pareja y sigue intentando ponerse en
contacto con el director que ha descolgado el teléfono
mientras discute con Emiliano el anarquista. El torete nervioso,
con todo tipo de tic causado por las drogas y su estancia en la
legión pasea chulete, triunfador, levantando la mano a
varios discapacitados. El concejalito le hace firmar en una
instancia de la nuclear fukusima- Nagasaki sobre la
adopción de su hijo que irá a Japón donde
tendrá una educación publica y de calidad cosa que
en Vall d' Uixó sería impensable.
Torete sale con su gachupina. Se abrazan y
se aman, el chica lame los labios de Torete con algo de sangre en
su boca. Necesitada de amor le abraza, le habla dulce,
poseída por la entrega a su amante hispanis :
-Torete, torete, dime por Dios nuestro
señor que nunca me abandonaras.
-Jamas te dejare, Vane, jamas, te quiero,
te quiero. Te lo juro por mis hijos y por nuestro señor
Jesucristo. Te quiero Vane, te quiero.
Autor:
Angelillo de Uixó.
Ángel Blasco
Giménez
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