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La intercesión espiritual




Enviado por Agustin Fabra



  1. Introducción a la
    oración
  2. Oración de
    intercesión
  3. Recursos espirituales para la
    intercesión
  4. Cómo interceder
  5. Estorbos a una eficaz
    intercesión
  6. Intercediendo con la oración del
    Señor
  7. Intercediendo por el renacer
    espiritual
  8. Empezar y mantenerse

Introducción a la
oración

"Vivan orando y suplicando. Oren en todo
tiempo según les inspire al Espíritu. Velen en
común y prosigan sus oraciones sin desanimarse nunca,
intercediendo a favor de todos los hermanos" (Efesios
6:18).

La oración

Oración es la comunicación con Dios. Toma
formas diferentes, pero básicamente ocurre cuando el
hombre habla con Dios y Dios le habla al hombre. La
oración no es simplemente hablar con Dios, sino que
involucra también el escucharle.

Oración es comunicación, por lo cual una
conversación unilateral jamás es una
comunicación. Cuando oras siempre esperas que Dios te
hable y a menudo Él lo hace a través de Su Palabra
o por una pequeña voz silenciosa que parece hablar a tu
corazón. A veces Él te dará una
visión o interpretará a tu espíritu lo que
tu has orado.

Solamente descarga todas tus preocupaciones en Dios en
la oración y entonces dale tiempo a Dios para responderte.
Él siempre lo hace y además te ayuda a poner en
orden tus prioridades. A veces Él te dará un
mensaje especial de estímulo para compartir con alguien
por quien tú estás intercediendo. Dios no solo te
responderá con mensajes personales para ti.

Debes tener presente que Dios no siempre
responderá de inmediato a tu oración, sino que a
veces tarda, otras veces su respuesta no será la que
nosotros esperamos y, en cambio, en ocasiones es superior a
nuestras expectativas.

Niveles de oración

"Pedid y se os dará. Buscad y hallareis. Llamad y
se os abrirá. Porque todo el que pide

recibe, el que busca halla, y al que llama se le
abrirá" (Mateo 7:7-8).

Hay tres niveles de intensidad en la oración:
Pedir, buscar, y llamar.

Pedir es el primer nivel de la oración. Es
simplemente presentar una petición a Dios y recibir su
respuesta, muchas veces inmediata. Para recibir, la
condición es pedir:

"Cuando se les niega lo que codician, ustedes matan.
Cuando no consiguen lo que codician, ustedes discuten y pelean.
En realidad ustedes no tienen porque no piden" (Santiago
4:2).

Buscar es un nivel más profundo de
oración. Éste es el nivel dónde las
respuestas no son tan inmediatas como al nivel de pedir. Los que
se encontraban reunidos en el aposento alto, a quienes se les
apareció Jesús resucitado, son un ejemplo de
buscar. Estos hombres y mujeres en oración

buscaron el cumplimiento de la promesa que habían
recibido por medio del Espíritu Santo y continuaron
buscando en oración hasta que la respuesta llegó en
el propio Jesús (Hechos

1-3).

Llamar es un nivel más profundo. Es la
oración que se convierte en persistente cuando las
respuestas se demoran en venir. Se ilustra por la parábola
que Jesús dijo en Lucas: "Supongan que uno de ustedes va a
medianoche donde un amigo para decirle: préstame tres
panes, por favor, porque me llegó un amigo de viaje y no
tengo nada que ofrecerle. Pero el otro responde desde dentro: No
me molestes; la puerta está cerrada y mis hijos y yo
estamos acostados; no puedo levantarme a dártelos. Yo les
digo que si el de afuera sigue golpeando, por fin se
levantará a dártelos. Si no lo hace por ser amigo
suyo, lo hará para que no le siga molestando, y le
dará todo lo que necesita" (Lucas11:5-10).

Tipos de oración

Como dijo San Pablo a los efesios, deben orar siempre y
en todo lugar. Sin embargo el estado anímico de la persona
influirá en el momento de la oración: unos
pedirán por sus necesidades propias y otros por las
ajenas, unos para la sanación de enfermedades y otros por
el arrepentimiento sincero de sus actos. Por ello debemos
diferenciar cada tipo de oración en base a su
modalidad.

Adoración y alabanza

Adorar es dar honor y devoción. La alabanza no
solo es la acción de gracias y una expresión de
gratitud por lo que Dios ha hecho sino también por
quién Él es. Debemos rendir culto a Dios en
espíritu y en verdad:

Adorar a Dios en verdad significa que le rendimos culto
basándose en lo que se revela en la Palabra de Dios.
Adorar en Espíritu es hacerlo con toda sinceramente en el
poder del Espíritu Santo, desde nuestro más
profundo ser, poniéndolo primero sobre todos los
otros.

Cuando adoramos en Espíritu estamos permitiendo
al Espíritu Santo dirigir nuestra adoración y para
ello no necesitamos usar fórmulas artificiales o rituales
de adoración.

En cambio, abrimos lo más profundo de nuestro
corazón, y alzamos nuestra alabanza a Él en
nuestras propias palabras. Otras veces el Espíritu Santo
nos tomará completamente y empezaremos a adorar en otras
lenguas desconocidas para nosotros. Y eso será un don
recibido de Dios por medio del Espíritu Santo.

Compromiso

Ésta es la oración por la que entregamos
nuestra vida y nuestra voluntad a Dios y le prometemos nuestra
consagración y dedicación a Dios, a su obra y a sus
propósitos.

Petición

Las oraciones de petición son conocidas
también como súplicas y son para pedir, buscar o
llamar. La palabra súplica significa "pedir a Dios o
suplicar a Dios fuertemente en nombre de una
necesidad".

Confesión y arrepentimiento

La oración de confesión es aquella por la
cual confesamos nuestro pecado, mostramos nuestro arrepentimiento
y pedimos el perdón del Señor por el pecado
cometido.

Contemplación

Es la comunicación íntima y personal con
el Señor. Es estar frente a frente con El. Orar nos
servirá para prepararnos debidamente para que la
intercesión que hagamos por otra persona sea totalmente
eficaz.

Cantad y danzad juntos y sed felices, pero que cada uno
pueda estar solo, tal como las cuerdas de una guitarra que,
aunque separadas, todas vibran con la misma música. Yalil
Gibran Yalil (autor místico, Líbano, principios
siglo XX)

Intercesión

La intercesión es la oración por otros. Un
intercesor es uno que toma el lugar o suplica por el caso de
otro. Es en este tipo de oración en el que enfocaremos el
resto de este curso.

Oración de
intercesión

"No impongas las manos a nadie a la ligera, no sea que
te hagas cómplice de los

pecados del otro" (1 Timoteo 5:22).

El intercesor

Un intercesor es una persona que toma el lugar de otra o
que suplica en el caso de otra persona. Cuando oramos de esta
manera, estamos intercediendo. La intercesión puede
definirse como la oración santa, llena de fe y de
perseverancia, con que alguien suplica a Dios en nombre de otros
que desesperadamente tienen necesidad de la intervención
divina.

Jesús es el intercesor modelo. Ya lo fue mientras
Él estaba aquí en la tierra: oró por
aquellos que estaban enfermos y poseídos por los demonios,
también oró por sus discípulos e incluso
oró por todos cuando Él intercedió por
aquellos que creían y que creerían en Él.
Jesús continuó su ministerio de intercesión
después de su muerte y resurrección cuando
Él volvió al cielo y allí sigue siendo
nuestro intercesor ante Dios.

La importancia de la intercesión

La intercesión evidentemente es importante debido
al énfasis que Jesús colocó en ella en su
propio ministerio terrenal. Su importancia también se
revela en diferentes partes de la Biblia, llenas de historias de
hombres y mujeres que experimentaron resultados poderosos a
través de una eficaz intercesión.

A través de una intercesión eficaz, se
puede entrar en el mundo espiritual desde cualquier parte. Las
oraciones de intercesión no tienen limitación de
distancia pues pueden penetrar lugares humanamente inalcanzables
e incluso pueden cruzar barreras geográficas, culturales y
políticas. Incluso puede afectar el destino de individuos
y ayudar a salvar las vidas y almas de hombres y mujeres, y puede
extender el Evangelio del Señor alrededor del mundo
mientras se intercede en oración.

Cómo interceder

El intercesor está ante Dios mediando por el
hombre pecador o por un hermano necesitado. Para ser eficaz, la
persona que intercede por otra debe estar primero ante Dios, en
soledad, para desarrollar la intimidad necesaria para cumplir
este papel.

Es sobre la base de esta relación íntima
con Dios que nosotros podemos permanecer entonces entre Él
y otros, sirviendo como un abogado e intercesor en su
nombre.

A veces esta intercesión se hace con
entendimiento. Esto ocurre cuando se intercede por otros en su
propio idioma materno y se entiende lo que se está
diciendo.

En otras ocasiones es el Espíritu Santo quien
habla a través de la persona que intercede, orando
directamente a Dios según Su voluntad:

"Además el Espíritu nos viene a socorrer
en nuestra debilidad porque no sabemos pedir de la manera que se
debe, pero el propio Espíritu intercede por nosotros con
gemidos que no se pueden expresar" (Romanos 8:26)

También puede ocurrir que la intercesión
sea en una lengua desconocida; a lo que se le llama orar en
lenguas.

"El que habla en lenguas extrañas no habla a los
hombres, sino a Dios, pues nadie le entiende; su espíritu
le hace decir cosas incomprensibles" (1 Corintios
14:2)

Es difícil entender este tipo de
intercesión con nuestra mente, pero es el nivel más
profundo de oración de intercesión y el más
eficaz porque es hecho según la voluntad de Dios. La mente
y la voluntad de la persona que intercede no afectará las
oraciones transmitidas por el Espíritu Santo a
través del intercesor en una lengua
desconocida.

Recursos
espirituales para la intercesión

Los recursos

Dios ha proporcionado grandes recursos espirituales a
este ministerio de intercesión al que

Él llama a algunas personas.

Cuando se intercede en oración realmente se lucha
con el enemigo por las almas de nuestros hermanos. El intercesor
no hace esto por su propia habilidad o fuerza, sino sobre la base
del poder espiritual y de la autoridad delegada en nosotros por
Jesús:

Hay una gran diferencia entre autoridad y poder. Si
consideramos el ejemplo de un policía, él lleva una
insignia y un uniforme que son símbolos de su autoridad,
la cual le ha

sido dada debido a su posición. Debido a que no
todas las personas respetan esa autoridad, el policía
también lleva un arma y esa arma es su poder.

En cambio la autoridad del intercesor sobre el enemigo
viene dada por Jesucristo y el poder sobre el enemigo viene dado
por el Espíritu Santo.

Como el policía, la persona que intercede debe
tener la autoridad y el poder para ser eficaz en la
intercesión, pues está haciendo realmente una
batalla espiritual con el enemigo. Los creyentes reciben la
autoridad por su comunión con Cristo, pero algunos nunca
siguen para recibir el poder del Espíritu Santo que debe
combinarse con la autoridad para interceder
eficazmente.

El poder que Jesús dio por medio del
Espíritu Santo es para ser usado para propósitos
específicos en la intercesión. La persona que
intercede tiene autoridad para:

Interceder en oración por aquellos
que necesitan de sanidad y liberación

Interceder por aquellos que necesitan de la
salvación

Interceder por otros servidores para
extender el Evangelio

Atar y desatar

Jesús enseñó la importancia de atar
los espíritus malos antes de expulsarlos, pero el
principio de atar y desatar se extiende más allá de
echar fuera los demonios. La persona que intercede puede atar el
poder del enemigo para que él no trabaje en su vida, casa
o en su comunidad. Pero también puede desatar a los
hombres y mujeres de la esclavitud del pecado, de la
depresión, y ante el desaliento del enemigo. En cada
situación, en cada problema y en cada desafío hay
una llave espiritual. Esa llave es atar y desatar soltando a
través de la oración de
intercesión.

En el nombre de Jesús

El Nombre de Jesús es la autoridad bajo la cual
nosotros intercedemos, basándonos en su
promesa:

"Estas señales seguirán a los que creen:
en mi nombre echarán a los malos espíritus,
hablarán en lenguas nuevas, tomarán serpientes en
las manos y, si llegan a beber algún veneno, no les
dañará. Pondrán sus manos sobre los enfermos
y estos sanarán" (Marcos

16:17-18)

La Sangre de Jesús

El hecho de cubrirnos con la Sangre de Jesús
antes de iniciar la intercesión es otro recurso
espiritual. Es a través de Su sangre que nosotros tenemos
acceso a Dios Padre:

Dios envió a Jesús en el Nuevo Testamento
para que vertiera su Sangre por el. Su Sangre se describe como el
nuevo pacto: "Esto es mi Sangre, sangre de la alianza, sangre que
será derramada por una muchedumbre". (Marcos 14:24)
.

Y Jesús es el mediador de este nuevo pacto: "En
cambio ahora Jesús fue designado para un culto superior,
en cuanto que es mediador de una alianza mejor y que promete
mejores beneficios" (Hebreos 8:6).

Esto convirtió al viejo pacto en obsoleto,
significando que no hay ninguna necesidad de seguir ofreciendo la
sangre de animales como un sacrificio para la purificación
del pecado.

Ayuno

Otro recurso espiritual para la intercesión
eficaz es el ayuno. Ayunar, en la definición más
simple, es no comer. La oración con ayuno era practicada
en la Iglesia Primitiva: "En cada Iglesia designaron
presbíteros y, después de orar y de ayunar, les
encomendaron al Señor, en quien habían
creído" (Hechos 14:23). El ayuno es un sacrificio personal
encaminado a apoyar nuestra petición.

Tipos de ayuno

Según la Biblia hay dos tipos de ayuno: total y
parcial.

El ayuno total es cuando no se come ni bebe
en absoluto. El ayuno parcial es cuando la dieta se
restringe.

Los propósitos de ayunar

El ayuno no cambia a Dios; te cambia a tí. Dios
se relaciona contigo basándose en tu relación con
Él. Cuando tú cambias, entonces la forma en que
Dios trata contigo se modifica. Tú no ayunas para cambiar
Dios porque Dios no cambia. El ayuno cambia la manera cómo
Él se relaciona contigo.

Hay propósitos espirituales definidos para
ayunar. Es importante que se comprendan cuáles son esos
propósitos, porque si el ayuno se realiza por razones
equivocadas o sin propósito específico, entonces el
ayuno será ineficaz.

Y una de las principales razones que debe tener el
intercesor es el de ayunar para que su oración sea
más efectiva.

La duración del ayuno

Cuánto tiempo debe ayunarse depende de lo que
Dios hable a tu espíritu. Él puede llevarte a
ayunar un tiempo corto o largo.

Si tú nunca has ayunado, empieza a ayunar una
comida. Luego podrías querer ayunar del ocaso en un
día hasta el ocaso en el próximo día.
Entonces podrías aumentar tu ayuno a períodos
más largos de tiempo. Pero siempre debes beber agua en los
ayunos largos; el agua se necesita para mantener las funciones
corporales básicas.

Pero nunca te olvides que debe existir un buen motivo
para el ayuno. En el caso de la persona que intercede por otra,
la oración de intercesión será el
motivo.

Hay que saber adecuar el tipo de ayuno que ejerzamos con
nuestro esfuerzo físico regular (trabajo, etc). Y procurar
que nunca nos enfermemos por el bien de nuestro propio
ministerio. Si estamos enfermos no podremos ejercerlo.

Ayuno público y ayuno privado

Ayunar es algo personal entre una persona y Dios. Se
realizará en privado y no se alardeará jamás
sobre él:

"Cuando ayunen no pongan la cara triste, como hacen los
hipócritas, que se desfiguran la cara para mostrar a todos
que ayunan. Les aseguro que ya recibieron su recompensa.
Tú, cuando ayunes, perfúmate el cabello y no dejes
de lavarte la cara porque no son los hombres quienes deben darse
cuenta de que tú ayunas, sino tu Padre que está en
lo secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te premiará"
(Mateo 6:16-18).

Sin embargo, y previo acuerdo unánime, es ayuno
puede ejercerse en grupo cuando es voluntario y para un fin
espiritual común, como sería el caso de un
Ministerio de Intercesión.

Cómo
interceder

Intercesión

El elemento importante en la oración
de intercesión no es cuán fuerte o
enérgicamente nosotros oramos, sino cuán sinceras
son nuestras demandas al presentárselas a Dios.

Es indispensable que la gloria de Dios sea el
propósito de nuestra intercesión porque la meta
principal del enemigo es impedir la glorificación de Dios.
Por consiguiente, si esa es nuestro objetivo principal, y
además comprometemos nuestro espíritu y nuestro ser
a la efectividad de la oración de intercesión, Dios
se manifestará.

La oración debe ser ofrecida en base a nuestra fe
y según la voluntad de Dios.

"Por El estamos plenamente seguros que si le pedimos
algo conforme a su voluntad, El nos escuchará. Sabemos que
El nos atiende en cualquier cosa que le pidamos; por lo tanto
sabemos que ya tenemos lo que le hemos pedido" (1 Juan
5:14-15)

Principios para una intercesión eficaz

Alaba a Dios por el privilegio de cooperar
con Él en los asuntos de los hombres a través de la
oración.

Asegúrate que tu corazón
está limpio ante Dios ante cualquier pecado no confesado.
Reconoce que realmente no puedes orar sin la dirección y
la energía del Espíritu Santo. Deja de lado tus
propias imaginaciones, deseos, y cargas, y concéntrate en
aquello por lo

que realmente debes orar.

Ponte ante la presencia de Dios en una silenciosa
esperanza

En obediencia y fe, expresa lo que Dios
trae a tu mente. No pases a un nuevo asunto hasta que Dios se
haya manifestado en tu oración.

Finaliza la oración de intercesión
alabando a Dios y agradeciéndole su ayuda.

Interceder correctamente

Dios contesta la oración según su voluntad
y su voluntad se revela en su Palabra.

"En realidad ustedes no tienen porque no piden. Y si
piden algo no lo consiguen porque piden con la mala
intención de derrocharlo después en sus placeres"
(Santiago 4:2-3)

Es similar a cómo un padre se relaciona con sus
hijos. Ningún padre se compromete a dar algo a sus hijos
que ellos no le pidan o que no deseen. Igual es con Dios, que e
nuestro Padre.

"Y lo que ustedes pidan en mi nombre, lo haré yo,
para que el Padre sea glorificado en su

Hijo. Y también si me piden algo en mi Nombre, yo
lo haré" (Juan 14:13-14)

Estorbos a una
eficaz intercesión

Estorbos

Un estorbo es algo que se posiciona en camino,
impidiéndole interceder. Si se quiere interceder
debidamente hay que identificar los estorbos a la
intercesión eficaz y eliminarlos. Hay que recordar que
identificar los estorbos a la intercesión no es
suficiente; también hay debe pedirle a Dios que le ayude a
eliminarlos de su vida.

Actuar en lugar de orar

Es importante aprender cómo esperar ante el
Señor en oración por su guía y
dirección antes de actuar. Es igualmente importante saber
cuando detener la oración. A veces la respuesta de Dios a
la oración de intercesión resultará en que
El desea más la acción que oración, como en
el ejemplo de las aguas amargas de Mará, dónde los
judíos necesitaban agua desesperadamente, pero no
podrían beber de este arroyo ya que sus aguas estaban
envenenadas. Cuando Moisés clamó hacia el
Señor en intercesión, Dios le mostró
exactamente qué hacer para endulzar las aguas. No
había ninguna necesidad de pedirle más allá
al Señor en oración. Moisés debería
actuar como Dios le había revelado.

"Llegaron a Mará pero no pudieron beber de sus
aguas porque eran amargas. Por esto se llamó a aquel lugar
Mará, esto es, Amargura. El pueblo murmuró contra
Moisés diciendo:

¿Qué beberemos?. Entonces Moisés
invoco a Yavé, el cual le mostró un madero, y
cuando lo echó en las aguas, se endulzaron" (Éxodo
15:23-25).

Aquel no era momento para orar, sino para actuar en la
dirección mostrada en la oración. Dios no iba a
tirar el madero al agua; debía hacerlo Moisés.
Algunas personas usan la intercesión como una excusa para
evitar hacer lo que Dios les ha dicho que hagan. La

intercesión a veces lleva a la acción
dinámica y eficaz. Algunas personas continúan
intercediendo cuando Dios ya ha contestado, pero no les
gustó la respuesta.

Intercediendo con
la oración del Señor

La oración del Señor

Hay dos versiones de lo que se llama la Oración
del Señor. Una está en Mateo 6:9-13 y otra en Lucas
11:2-4. Las similitudes entre ellas justifican las dos versiones
como formas de la misma oración en lugar de oraciones
diferentes.

La versión de Mateo fue dada cuando Jesús
dio el Sermón Del Monte. El pasaje en el libro de Lucas se
dio aproximadamente dos años y medio después, y se
refiere al momento en que los discípulos vinieron a
Jesús pidiéndole que Él les enseñara
a orar. Durante este período, los discípulos
observaban a Jesús orando y pudieron dar testimonio del
poder que emanaba de sus experiencias de oración. Esto
creó en los Discípulos el deseo de aprender a orar,
por eso ellos le pidieron: "Señor, enséñanos
a orar".

Jesús respondió con las palabras de lo que
ha llegado a ser llamado el Padre Nuestro.

Es oración de intercesión

Cuando los discípulos vinieron a Jesús y
le dijeron: Enséñanos a orar, Jesús
respondió a su petición usando un método
empleado por los rabinos judíos. Los rabinos listaban a
menudo ciertos temas de la verdad, entonces bajo cada punto
proporcionaba un esbozo completo.

En esta oración, Jesús usó este
mismo modelo de instrucción. Él dio los temas e
instruyó: vosotros, pues, orad así, que significa
orad a lo largo de estas líneas. Jesús no les
ordenó a Sus seguidores que repitieran la oración
palabra a palabra, sino orad de esta manera.

La oración empezó con el adjetivo posesivo
plural Nuestro. Más adelante en la oración vemos
peticiones tales como Dánoslo, Perdónanos, y
Líbranos. En sus distintos aspectos, el Padre Nuestro es
una oración de intercesión porque la persona ora
por otros, así como por sí misma.

Intercediendo por
el renacer espiritual

Definición del renacer

Renacer es volver a nacer. Volver a tomar fuerzas o
energía; reavivar. Renacer no es básicamente una
sensación emocional. Las personas responden emocionalmente
al llamado de Dios, pero las emociones son simplemente una parte
de ese renacer espiritual. El verdadero renacer a ese llamado
afectará a la persona entera, incluso a sus emociones. La
estadística sobre el número de muertes causadas por
la bebida alcohólica nunca convirtió a un borracho.
Las figuras sobre el aumento del crimen no cambian a los
delincuentes. El poder de convicción del Espíritu
Santo debe tocar a un hombre espiritualmente y emocionalmente
para efectuar el cambio.

Renacer no es ninguna evangelización. La
evangelización es proclamar las buenas noticias del
Evangelio. El reavivamiento no es sólo una serie de
reuniones extraordinarias, a menos que esas reuniones
extraordinarias sean tocadas por el Espíritu
Santo.

Por consiguiente, renacer es un trabajo extraordinario
de Dios a través de y en favor de un pueblo que ha
aprendido y que ha aplicado los principios revelados en la
Palabra y que ha aceptado al Señor y su llamado a
través de su Santo Espíritu.

El renacimiento es soberano porque el hombre no puede
producirlo. Es extraordinario porque es un trabajo especial de
Dios. Es un nuevo llamado que trabaja dentro de un grupo de
personas y en favor de ellas. Es un despertar, un revivir,
restaurando el pueblo de Dios. Un retorno a la conciencia o vida
espiritual. Lo que se reaviva o renace se pone activo y
floreciente de nuevo. El influjo del Espíritu entra en el
cuerpo que ha amenazado volverse un cadáver y hace que
renazca de nuevo.

Preparando el renacer

Podemos comparar el renacer con la tarea de cultivar. Un
granjero puede sentarse en su campo y orar para una tener una
buena cosecha, pero si él no prepara el campo, planta la
semilla y la riega, la cosecha no germinará.

La misma analogía puede usarse para el renacer
espiritual. Renacer es el movimiento colectivo del
Espíritu de Dios y de la respuesta del pueblo de Dios. Es
nuestra obligación evangelizar y así atraer a
más personas al servicio de Dios, trabajando para que su
Palabra llegue a todas las latitudes. Y uno de los medios para
esa atracción es la

intercesión, ya que por medio de ella Dios, a
través del Espíritu Santo, llegara al
corazón de la persona necesitada y le abrirá sus
ojos espirituales.

Dios y su plan para renacer

La persona ora específicamente para buscar a Dios
y convertirse a El. Debemos pedirle a Dios por nuestro renacer
espiritual y arrepentirnos específicamente para que sea El
quien prepare nuestros corazones para la acción de Su
Espíritu.

Para ello debemos:

Volvernos voluntaria y sinceramente a Dios
y mostrarle arrepentimiento. Tener una actitud interna de
compromiso para servirlo y cumplir Su voluntad. Hacer el
compromiso de llevar a la práctica una oración
ferviente y continua.

Sin embargo orar y buscar a Dios no es suficiente sino
que ello debe ser acompañado por un verdadero
arrepentimiento. El arrepentimiento es un don de Dios que le
permite cambiar la dirección de su vida. No solo la
voluntad de Dios es que todos se arrepientan, sino que Dios mismo
trabaja para atraernos al arrepentimiento.

El arrepentimiento incluye arrepentirse de los pecados
de omisión (cosas que uno no hace, pero debería
hacer); de obra (las cosas equivocadas que uno hace); y de
presunción (no buscar el consejo de Dios y creernos
autosuficientes).

Constantemente debemos examinar nuestro estado
espiritual y hacer un sincero examen de conciencia ante Dios,
buscando Su rostro, orando y humillándonos ante El y
arrepintiéndonos de nuestras malas acciones.

Empezar y
mantenerse

Durante este estudio de oración de
intercesión hemos aprendido lo que es la
intercesión, cuáles son los recursos espirituales
proporcionados para permitirnos hacerla y específicamente
cómo hacer este tipo de oración. También
hemos considerado al intercesor modelo, el Señor
Jesús, y hemos aprendido a identificar y a tratar con los
estorbos a una oración eficaz.

Las siguientes son sugerencias adicionales sobre
cómo empezar y permanecer en este ministerio de
oración de intercesión.

Organizándonos para interceder

Si se desea que nuestra oración sea eficaz
debemos tener el tiempo suficiente para orar, planificando el
tiempo de oración regular individualmente o
acompañado.

Oración personal

Es cuando la oración es hecha en privado. Para
ello se establecerá un tiempo diario para la
oración, preferentemente temprano por la mañana
antes de de empezar su día, o bien en otro horario que le
sea más conveniente. Éste es el tiempo en que
deberá estar ante Dios orando en privado, y entre Dios y
el hombre con peticiones e intercesión. Pero antes de que
empezar a interceder hay que tener un tiempo para el
arrepentimiento personal y pedirle a Dios que lo limpie de todo
el pecado. El arrepentimiento es fundamental para una
intercesión eficaz.

Oración en grupo

"Asimismo si en la tierra dos de ustedes unen sus voces
para pedir cualquier cosa, estén seguros de que mi Padre
Celestial se la dará. Pues donde hay dos o tres reunidos
en mi Nombre, ahí estoy yo en medio de ellos" (Mateo
18:19-20).

Encuentre a un hermano o hermana que desee
unírsele en oración de intercesión y
empiecen a orar juntos regularmente. Puede incluso formar un
grupo pequeño. No sólo le ayudará en la
oración, sino que Si alguien del grupo tiene momentos de
decaimiento personal, las otras personas serán su apoyo
espiritual para salir de esos momentos difíciles.
Ayúdense el uno al otro y apóyense mutuamente.
Reúnanse con regularidad a orar; no esperen que se lo
pidan.

Problemas a superarse

Todas persona que ora tiene que enfrentarse a problemas
que deben ser superados. Ese esfuerzo de superación forma
parte intrínseca de la intercesión.

Esforzarse en oración significa hacerlo a
través de estorbos que frenarían o incluso
impedirían completamente el continuar en una
oración perseverante. Significa que debemos estar tan
atentos en todo tiempo que nosotros podamos notar cuando
nos

volvemos perezosos en la oración y, por
consiguiente, que podamos acudir al Espíritu

Santo, Espíritu de oración, para
remediarlo.

Aquí están algunos de los
problemas más comunes a enfrentar: Falta de
tiempo

Nosotros siempre encontramos tiempo para lo que nosotros
realmente queremos hacer. "Falta de tiempo" no es una excusa.
Más ocupado aún puede estar la persona por quien se
va a interceder. Establezca un tiempo para la oración y no
permita que nada más ocupe ese tiempo.

Nunca fije un tiempo determinado para orar, ni la
duración de la oración, porque puede ser necesario
más o menos tiempo dependiendo de la materia y necesidad
de su oración. La intercesión no tiene que ser
larga para ser eficaz.

Distracciones

Intente minimizar las interrupciones
durante la intercesión. Deje instrucciones para no ser
interrumpido ni molestado durante ese tiempo en que esté
orando. Busque la soledad y el silencio para una más
efectiva oración. La música suave de fondo a veces
cubre los otros ruidos que distraen, como el tráfico
cercano o la conversación de otros, pero la mejor forma de
orar es en la total intimidad.

Cansancio

Si se nota cansado o soñoliento durante el tiempo
de oración, intente caminar mientras usted ora u ore en
voz alta, aunque intentando no perder nunca la
concentración.

Falta de deseo

El deseo de orar en intercesión puede
desarrollarse sistemáticamente. Empiece con la disciplina
de hacerlo regularmente tanto si se siente deseo como si no. La
experiencia cristiana está basada en la fe, no en el
sentir. Cuando se empiezan a ver los resultados de la
intercesión, tanto en la vida del que ora como en las
vidas de por quien se está intercediendo, el tiempo
dedicado a la oración se transformará de disciplina
en deleite.

El principio del fin

La intercesión en realidad no es un fin, sino un
principio. El fin será la sanación para la
salvación espiritual; el fin sin fin (san Agustín).
La persona que ora por los demás ha recibido del
Señor el recurso espiritual más poderoso: la
intercesión.

La oración de intercesión puede cruzar a
través de barreras geográficas, culturales y
políticas y puede afectar el destino de individuos y de
naciones enteras. A través de la intercesión pueden
llegarse a salvar las vidas y almas de muchas
personas.

El Señor Jesús tiene un propósito,
y ninguna fuerza del mundo, ni de la carne ni el propio enemigo,
podrán impedir el éxito de la oración. Los
únicos que podemos hacerla fracasar somos nosotros
mismos.

Una última advertencia

No impongas las manos a nadie a la ligera, no sea que te
hagas cómplice de los pecados del otro. (1 Timoteo
5:22).

 

 

Autor:

Agustín Fabra

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