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La década dorada: economía e inversiones españolas en América Latina



    INTRODUCCION

    El presente trabajo invita a un recorrido
    que arranca en el estudio de la evolución de las empresas
    españolas desde la perspectiva inversora, considerando
    este período de la historia moderna, como el más
    trascendente e importante para la expansión y presencia
    internacional de la economía y las empresas
    españolas especialmente en América Latina. Es por
    consiguiente, el momento de hacer balance y reflexionar sobre
    estos años que se concentran en la década de los
    noventa, que me permito llamarle:
    "dorada".

    En efecto, durante esta década, hemos asistido en
    España a dos hitos muy ligados entre sí: la
    internacionalización de nuestra economía, y la
    expansión de las empresas españolas fuera de
    nuestras fronteras. Solo una década atrás, en los
    balances, como en las cifras de negocios consolidadas, apenas
    cabían menciones que no estuvieran referidas a nuestro
    propio país. El sector exterior prácticamente no
    existía y menos aún las inversiones directas, y sin
    embargo, paradójicamente nos encontramos actualmente de
    lleno dentro de esta vorágine.

    Por consiguiente, es pertinente abrir concluida la
    "década dorada", un marco reflexivo a la vez que
    analítico, en el cual se sintetice con claridad el por
    qué de estos notorios cambios estructurales, y extraer
    lecciones útiles para el desempeño actual y futuro
    de las multinacionales españolas.

    I. EL PASADO
    RECIENTE Y LA EVOLUCIÓN ACONTECIDA

    1. El pasado reciente

    En la mañana del 9 de diciembre de 1824, dos
    ejércitos se enfrentaron en un pequeño valle de los
    Andes Peruanos. La acción militar duró apenas una
    hora y, a su término, las tropas patriotas conducidas por
    el general Antonio Sucre, habían aniquilado al
    ejército realista dirigido por el virrey La Serna1. La
    batalla de Ayacucho, constituyó la culminación de
    la lucha por la independencia latinoamericana2. Quince
    años de guerra y revolución, marcaron el fin de
    tres siglos de dominio imperial sobre un vasto territorio que se
    extendía desde Colorado y California, hasta Tierra del
    Fuego. Sin embargo, la conquista de la independencia
    política no implicaba el logro de la independencia
    económica, pues si bien Latinoamérica rompió
    sus antiguos lazos con las monarquías ibérica
    vínculos comerciales con el mundo exterior. Por el
    contrario, este vasto, rico y escasamente poblado subcontinente
    pronto atrajo la atención de los navieros, comerciantes y
    banqueros de Europa y los Estados Unidos. En un lapso
    sorprendentemente breve, los Estados de Centro y
    Sudamérica se hallaron inmersos en una nueva y compleja
    red de relaciones mercantiles y financieras que progresivamente
    los sujetó a la dinámica de la economía
    mundial y a sus consiguientes ciclos de expansión y
    recesión, de prosperidad y crisis.

    Todo esto coincidió con una fase cíclica
    de prosperidad de la economía británica impulsada
    por el rápido desarrollo de la industria textil
    algodonera, columna vertebral de la primitiva revolución
    industrial. La expansión económica fue estimulada a
    su vez por la introducción de nueva tecnología en
    otros campos: los primeros trenes de pasajeros, empresas navieras
    de vapores y compañías de luz y de gas.

    Tales innovaciones atrajeron el
    interés de pequeños y grandes inversionistas
    de toda Inglaterra que colocaron sus capitales en los
    nuevos negocios, algunos sólidos, otros obviamente
    fraudes.

    Este resumen se realiza debido a que para entender la
    situación actual de América Latina en el
    ámbito económico es necesario considerar el pasado
    reciente y la evolución acontecida a lo largo de los
    últimos tiempos.

    2. La evolución
    acontecida

    La demanda de exportaciones y las entradas de capital
    tuvieron un impacto profundo en las diversas estructuras
    económicas, sociales y políticas de América
    Latina durante este periodo. Influyeron asimismo tanto la
    «lotería de los productos básicos»5
    como el tamaño, por lo que se entiende la dimensión
    económica efectiva de un país en función de
    la población, el ingreso y la extensión
    territorial. La geografía, el legado político y las
    características sociopolíticas subyacentes fueron
    otros aspectos importantes respecto a las naciones europeas, la
    rápida expansión del comercio mundial
    también resultó una de las características
    de la aceleración del crecimiento económico de
    estos países, cuya industrialización fue intensa
    durante el siglo XIX.

    Uno de los rasgos más destacables durante todo
    este período, es la alta proporción de materias
    primas, como una de las constantes del comercio mundial. Hasta la
    Primera Guerra Mundial, otra característica notable fue el
    predominio de Europa Occidental, sobre todo de Gran
    Bretaña, aunque el equilibrio se fue desplazando
    gradualmente hacia Estados Unidos.

    De los países pequeños, tanto Uruguay, que
    se benefició de la inversión extranjera al mismo
    tiempo que Argentina, aunque no en igual medida, como los
    países abiertos a la inversión de Estados Unidos en
    la actividad azucarera, a saber, Cuba, Puerto Rico y
    República Dominicana, son las excepciones a la
    regla.

    En otras palabras, el tamaño de por
    sí no determinó el interés del
    inversionista.

    La geografía, las relaciones y la estabilidad
    política también influyeron; los países que
    acababan de salir de las turbulencias del siglo XIX quedaron al
    final de la lista.

    TABLA I. EXPORTACIONES Y TASA DE
    CRECIMIENTO DEL PIB: 1900-1929 (Promedios Anuales, en
    Porcentajes)

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    3. Del crecimiento hacia fuera al
    crecimiento hacia dentro

    Se ha descrito habitualmente la depresión de 1929
    como el momento decisivo de la transición de
    América Latina desde un crecimiento económico hacia
    fuera, basado en la exportación, hacia un desarrollo hacia
    dentro, sustentado en el modelo conocido como
    Industrialización mediante la Sustitución de
    Importaciones (ISI).

    Tanto los «estructuralistas», que
    generalmente consideran este cambio favorablemente, como los
    «neoliberales», consideran los años treinta
    como una década en la cual América Latina
    extravió el camino.

    Es indudable que a lo largo de estos
    años, surgieron en muchos países nuevas
    fuerzas económicas, sociales y políticas, que
    en última instancia darían un perfil muy diferente
    al modelo latinoamericano de desarrollo
    económico.

    Los años setenta llegaron con una acusada
    inestabilidad de la economía mundial, intensificada por el
    primer aumento considerable del precio del petróleo (1973)
    y con ello, la necesidad del reciclaje de los abundantes recursos
    financieros (que aumentaron por las repetidas subidas), los
    cuales se dirigieron en gran medida hacia América Latina,
    que proporcionados a un bajo coste, supusieron un amplio
    endeudamiento de los diferentes países. Este masivo
    endeudamiento, permitió en primer lugar, aliviar las
    disminuidas reservas, al tiempo que les permitió llevar a
    cabo importantes proyectos de infraestructuras y financiar
    grandes planes industriales en los más variados campos,
    que en bastantes ocasiones resultaban de dudosa
    viabilidad.

    TABLA II. CRECIMIENTO DEL PIB: MUNDO Y
    MAYORES REGIONES, 1820-1998

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    (Tasas de crecimiento anual promedio
    ponderado)

    Los años ochenta se caracterizaron
    por acontecimientos que resultaron muy perjudiciales
    para las economías latinoamericanas, destacando los
    cambios en la política económica de Estados Unidos.
    Estas adversas circunstancias influyeron directamente en una
    contracción del comercio internacional, importantes
    aumentos en la tasa de interés y el deterioro en los
    precios de las materias primas, lo que provocó la
    subsiguiente escasez generalizada de divisas.

    En síntesis, el efecto combinado de las crisis
    externas comercial y financiera, ocasionó un descenso del
    7 por 100 en el promedio del PIB per cápita entre
    1980-1981 y durante 1983-1990, un descenso del 15 por 100 en la
    absorción interna. Esto contrasta notoriamente con el
    dinamismo de los años setenta, donde el promedio anual del
    crecimiento del PIB era del 5.6 por 100, el consumo aumentaba en
    el 6.1 por 100 y la inversión crecía al 7.3 anual,
    frente a un crecimiento demográfico del 2.4 por 1000. Por
    su parte, la CEPAL, así como el Banco Mundial, estimaron
    que durante los años ochenta la producción per
    cápita disminuyó en un 8 por ciento y durante el
    período 1983-1990 se obtuvo un crecimiento del cero por
    ciento, estimándose que los ingresos per cápita a
    finales de los ochenta fueron un 11 por ciento inferiores a los
    alcanzados al comenzar la década. el desarrollo industrial
    realizado en América Latina adoleció de tres fallos
    fundamentales que debilitaron su contribución al
    mejoramiento del nivel de crecimiento. Éstos han
    sido:

    a) Toda la actividad industrializadora se ha dirigido
    hacia el mercado interno.

    b) La elección de las industrias se ha hecho por
    razones circunstanciales, más que por consideraciones de
    economicidad.

    c) La industrialización no ha corregido la
    vulnerabilidad exterior de los países
    latinoamericanos.

    Los mencionados acontecimientos, junto con
    las transformaciones en la economía mundial,
    exigieron un cambio en el rumbo de la política de
    desarrollo de la región. Se comenzó pues, de manera
    unívoca, el abandono de un modelo de crecimiento hacia
    dentro, caracterizado por el proteccionismo y la fuerte
    intervención estatal en la economía. Los
    países iniciaron una transición hacia una
    economía más abierta, desregulada y competitiva,
    junto con un Estado de menor tamaño, pero más
    eficiente.

    Llegada la década de los años noventa,
    comienza la implementación de un nuevo modelo
    económico que estaba asentado en el llamado Consenso de
    Washington.

    Desde este nuevo modelo comenzó la última
    década del siglo XX y con ella, también aparecieron
    las primeras señales de recuperación. La
    reanimación del crecimiento económico estuvo
    asociada con la primera entrada neta positiva de capitales
    procedentes del resto del mundo desde 1981, resultado de un mejor
    acceso a la financiación privada externa, como de un
    drástico descenso de los tipos de interés en el
    mercado estadounidense. Esto evidenció, la persistente
    sensibilidad de las economías latinoamericanas a los
    factores externos, y la posibilidad que se repita un costoso
    comportamiento cíclico.

    GRÁFICO. CICLO ECONÓMICO
    EN AMÉRICA LATINA 1997-2001

    (PIB desestacionalización,
    variación trimestral anualizada)

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    El modesto crecimiento de los noventa, permitió
    elevar el ingreso promedio de los latinoamericanos sólo un
    1.5% anual, menos que en los países desarrollados, donde
    aumentó un 2% anual, o que en algunos grupos de
    países de Asia, donde creció a tasas cercanas al
    3.5%. Desafortunadamente, el ritmo de crecimiento del ingreso es
    tan lento en América Latina que se requeriría cerca
    de un siglo para que la región pudiera alcanzar los
    niveles actuales de ingreso de los países desarrollados.
    Pero América Latina no es una región uniforme, y
    las brechas de ingreso entre países ricos y pobres dentro
    de la región también están aumentando.
    Mientras que en los ocho países más ricos, el
    ingreso per cápita aumentó cerca del 2% anual en
    los noventa, en los ocho más pobres apenas creció
    un 0.7%.

    Finalmente cabe señalar que la
    amplia liberalización de los mercados y la
    privatización de las empresas públicas se
    extendieron en toda la región, contribuyendo a un profundo
    recorte del papel del Estado14. De una activa intervención
    en la asignación de recursos y las actividades productivas
    directas hasta los años setenta, el Estado pasó a
    centrarse en la política macroeconómica, la
    construcción de infraestructuras y los programas sociales.
    Se necesitaba un Estado con más músculo y menos
    grasa, cediendo su protagonismo en el desarrollo
    económico, reconociendo así el papel central que
    juega para el crecimiento la iniciativa privada, siendo la
    empresa motor del desarrollo económico y social. En este
    nuevo acontecer económico, tuvieron vital importancia las
    propuestas elaboradas en el «Consenso de
    Washington»15, aplicadas con distinta firmeza y amplitud
    por cada uno de los gobiernos del continente.

    TABLA III. AMÉRICA LATINA.
    PRODUCTO INTERIOR BRUTO 1970-1999 (En porcentajes)

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    II.EL CONSENSO DE
    WASHINGTON UNA NUEVA POLÍTICA
    ECONÓMICA

    1. El Consenso de Washington

    El agotamiento del modelo de ISI promulgó las
    bases para emprender las reformas estructurales necesarias que
    permitiesen cambiar el rumbo económico del continente. Al
    mismo tiempo que se delineaba este giro económico, algo
    histórico sucedió en la región entre 1982 y
    1990, una quincena de países logró realizar la
    transición política desde la dictadura a la
    democracia, adoptando todos la «economía de
    mercado» como modelo económico.

    El Consenso, se elaboró para encontrar soluciones
    útiles sobre la forma de afrontar en la región la
    crisis de la deuda externa, y establecer un ambiente de
    transparencia y estabilidad económica. Se explicara en
    primer lugar el contenido y los objetivos de dicho Consenso;
    veremos los efectos de la aplicación de dichas medidas, y
    después los principales problemas que se derivaron de la
    puesta en práctica de estas políticas de reformas,
    para, finalmente, estudiar en qué medida un «Nuevo
    Consenso» que reforme y amplíe dichas reformas
    podría mejorar la situación actual y posibilitar un
    crecimiento enconó-mico estable y sostenido.

    A. LAS FORMULACIONES DEL CONSENSO DE
    WASHINGTON

    1. Disciplina presupuestaria

    La disciplina presupuestaria es un elemento esencial en
    los programas negociados por el Fondo Monetario Internacional
    (FMI) con los miembros que desean pedirle préstamos.
    También tuvo notable importancia en Washington20, lo cual
    condujo al restablecimiento de un presupuesto equilibrado
    mediante la aprobación de la Ley Gramm-Rudman- Hollings en
    1993.

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