Mis orígenes en la Colonia Tovar –
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Mis orígenes en la Colonia
Tovar
Bruno Kienzler Tortoza y su nieta
Yaileth Andreina Morales Kienzler
Pueblo de Nuestra Señora de la
Candelaria de Tarmas
El investigador León Manuel Morales
quién es nativo del pueblo de Nuestra Señora
de la Candelaria de Tarmas, al salir de una
hepatitis viral que adquirió en el puerto de West Palm
Beach en el Estado de Florida en los Estados Unidos de
América (USA) y en una visita que le hizo en su casa al
señor Bruno Kienzler Tortoza, campesino natural del
mismo pueblo y descendiente de los antiguos colonieros alemanes
que arribaron al Palmar del Tuy o Cagua en
1.843. Cuyo lugar es conocido como La Colonia Tovar, ya
que ese es el lugar en donde nace el Río
Tuy.
La entrevista se llevó a cabo el 15 de diciembre
del año 1.979, en la cual el entrevistado dio los
siguientes aportes históricos, de cuya memoria recuerda a
través de los relatos de sus antepasados, preservados en
su memoria, y que a continuación damos a
conocer.
Al llegar a la casita tipo campestre o de un memorable
anciano dedicado la mayor parte de su vida al trabajo de arriero,
labrador, fabricador de ladrillos rojo y con muchos años
ininterrumpidos como trabajador en el Instituto Municipal de Aseo
Urbano (IMAU), gracias a la ayuda oportuna que le
prestaron en una ocasión los sindicalistas Humberto
Landaeta y Carlos Pinto pudo ingresar a ese centro
laboral, ya que ellos eran militantes del partido Acción
Democrática (AD).
Sigilosamente, salió a mi encuentro un anciano
alto con aspecto de hombre de raza germánica, a
quién se le veía la total desconfianza hacia
personas ajenas a su entorno familiar.
Seguidamente y muy respetuosamente le saludé:
"Buenos días, señor Bruno".
Y él me respondió de igual forma,
haciéndome esta pregunta: ¿Qué le trae a
usted por aquí?
Yo de inmediato le respondí con estas palabras:
"Señor Bruno; primeramente vengo a pedirle la mano de su
hija Roquelina y a su vez conversar un poco más con usted
sobre mi familia y la suya".
Inmediatamente, el señor Bruno Kienzler
Tortoza se puso sigiloso, preguntándome lo siguiente:
¿Quién en es su papá?
San Martin de Tours, Santo Patrón de
la Colonia Tovar
Le contesté lo siguiente: "Señor Bruno, mi
padre es el maestro de escuela Santiago Francisco
Sánchez Aranguren. Él nació en El
Pozo en Carayaca en el año 1.927".
Y el señor Bruno con su habitual cachimba llena
de tabaco sembrado y procesado por el mismo, fumándolo
pausadamente, me dijo estas palabras: ¡Ah,
carajo!
Fíjate como son las cosas de la vida. A Francisco
lo conocí muy joven. Él fue maestro de escuela
aquí en Tarmas y es hijo de Pancho "El
Narizón" y la señora Catalina Aranguren Bravo.
Ellos tenían un negocio o pulpería en la
Bajada de El Pardillo en Carayaca.
Mis hermanos Pastor y Sebastián le
trabajaron por muchos años como arrieros llevándole
cargas de tomates, cebollas, ajo y verduras; tanto a su negocio
en Carayaca como a Caracas, o al negocio de los Alonso
Maiquetía.
Francisco llegó muy joven al pueblo de Tarmas.
Él se echaba mucho palo y vivía con una hija de
Manuel Morales y la señora Carmen
González. Ella es María Morales, la
mujer del isleño Nicolás Pérez
García.
Acto seguido, le dije estas palabras: "Señor
Bruno; si, María Morales es mi madre".
Haciéndome luego estas preguntas: ¿Eres
tú de aquí de Tarmas?
¿Por qué nunca te hemos visto por
aquí?
Le respondí de la siguiente manera:
Señor Bruno, yo me crie con la madre de mi padre
entre Pariata, Catia la Mar y El
Rincón. Y he tenido muchos años navegando en
buques mercantes. Siendo ese el motivo por el cual soy algo
desconocido en mí pueblo natal. A pesar de que soy el
único miembro de mi familia nacido aquí.
Roquelina Kienzler Bello de
Morales
Después de conversar como conocí a su hija
y de nuestras relaciones sentimentales; sin ponerme
objeción alguna, me dio la oportunidad de visitarla, en
donde fijamos el 20 de enero de 1.980, como el día
indicado para nuestro matrimonio por el civil en la Jefatura
Civil de Carayaca.
Luego le dije que me llamaba la atención su
apellido KIENZLER, y que sobre el mismo deseaba saber
más; ya que iba a ser parte de su familia, debido a que
fui formado por mi difunta abuela Catalina Aranguren Bravo
de Sánchez como historiador no académico en
el seno de mi familia, con gran formación en el
área de genealogía.
De esta forma, fue como fui elaborando unas series de
preguntas que muy sabiamente me fueron respondidas por el
señor Bruno Kienzler Tortoza y que quiero dejar
para la posteridad para mis hijos e hijas, quienes
vendrían de esa misma semiente y para que en un futuro muy
lejano puedan preservar su apellido como legado de unas
narraciones que en verdad nos llenan de estupor, tristeza,
llantos y hasta de alegría.
Estos relatos quiero que se vivan con el mayor asombro,
pero con el debido respeto que se merecen sus antepasados tanto
en Alemania como en La Colonia Tovar, sin dejar atrás a
nuestro antiguo pueblo de Tarmas y al de Carayaca.
¿Dígame en donde nació usted y
en qué fecha, señor Bruno?
Yo nací en este pueblo de Tarmas un 6 de octubre
de 1.916. En aquel entonces, este era un pueblo en donde todos
nos conocíamos, éramos como una sola familia. Las
casas eran de bahareque y de tierra, algunas hechas en
tapiado.
La mayoría de los ranchos y casas eran de
cogollos de palmas; los pisos eran de tierra y la gran
mayoría trabajaban en la pesca, la agricultura y como
arrieros en las haciendas de Guare, Tarma Abajo, Curiana, Guasca,
La Florida, El Guire, El Casupal, Anare, El Mamón, y
paremos de contar.
¿Quiénes fueron sus padres,
señor Bruno?
Mis padres nacieron en Tarmas, al igual que yo. Mi padre
se llamaba Manuel Modesto Kienzler Belsinger; él
vino al mundo un 15 de junio del año 1.865. Y mi madre era
una mujer descendiente de los antiguos indios Tarmas; ella
se llamaba Gregoria Tortoza Corro y era hija de
Jesús Fortunato Tortoza y Aleja Corro
quién murió en este pueblo de Tarmas en
1.922.
Mi abuelo Jesús Fortunato Tortoza era hijo de una
hermana del cacique Hilario de la Caridad Tortoza
Rodríguez, quién era el tatarabuelo de mi
esposa Jovita Bello. El dueño de la Hacienda
"Anare" fue Quirico Tortoza y él era primo
hermano de mi abuelo Jesús Fortunato
Tortoza.
¿Puede usted hablarme sobre cómo
llegaron sus ancestros alemanes que hace 136 años
atrás vinieron a Venezuela?
Esa historia es muy triste si se quiere. El hecho de que
tengamos a nuestra familia establecida en este pueblo de Tarmas,
nos puede indicar lo que pasó realmente con ellos en
Alemania, La Colonia Tovar y en este pueblo, que desde
hace muchísimos años atrás hicimos como
nuestro, por parte de mi difunto padre Manuel Modesto Kienzler
Belsinger.
Nosotros, no conocimos a nuestros abuelos, excepto mi
hermano Simón Kienzler Tortoza, ya que él
nació en el año 1.898. Claro está, él
no recuerda a nuestros abuelos, ya que mi abuelo Georg
Kienzler Kabis o Holvis falleció en Tarmas el 7
de junio de 1.893 y mi abuela Marcelina Belsinger Milk de
Kienzler falleció aquí el 2 de enero de
1.901. Todos ellos fueron enterrados en el cementerio de Tarmas y
sus tumbas están hoy totalmente desaparecidas.
De acuerdo a los relatos que nos hemos transmitidos de
abuelos a hijos y nietos a través de los tiempos. Podemos
decir, que en esos tiempos se vivían situaciones muy
difíciles en estos lugares. Ya que nuestro antepasado
Hilario de la Caridad Tortoza Rodríguez
lideró grandes luchas por el reintegro de las tierras a
los descendientes de los indígenas de Tarmas.
Kaiserstuhl Baden –
Württemberg
Él combatió en contra de los hacendados
que había en estos lugares entre los años 1.837 y
1.841. Esas eran las luchas de los Comuneros
Indígenas de Tarmas, teniendo entre sus
guerreros a mi bisabuelo Balbino Tortoza; quienes al fin
del todo lograron recuperar las tierras de sus antiguos
Resguardos.
Igualmente en Petáquire se alzó la
señora Cayetana Barrios de Oropeza con los
Comuneros Blancos de Petáquire. Luego se
desataron las guerras campesinas y la llamada Guerra
Federal que duró cinco años, como las contantes
guerras civiles que se daban en cada momento.
Los campos, haciendas, hatos, fincas y tierras quedaron
desolados; y no había gente para sembrar nada. La
situación se puso difícil en estos lados. Parece
que el gobierno de aquel entonces, andaba enredado en esos
líos de darles la libertad a los esclavos en las haciendas
o no.
Mi padre nos contó que en aquellos tiempos
gobernaba el francmasón y general en jefe José
Antonio Páez y Herrera, quién era un
hombre muy duro de roer. Quiero decirte, que para esa fecha
aún no había muerto el cacique Hilario de la
Caridad Tortoza Rodríguez, el máximo
líder que tuvo el pueblo de Tarmas en casi toda su vida
como comunidad.
¿Qué fue lo que indujo a su familia a
venirse a Venezuela y de que parte de Alemania eran
ellos?
Río Rhin en
Alemania
Las familias Kienzler, Holvis o Kabis, Minis,
Wolf, Keller, Baldinger, Holzer, Rudmann,
Lehrmann y Braunbart son propiamente originarias
del Gran Ducado de Baden Bader en la región
de Wasenweiler en Bavaria, al suroeste de Alemania,
entre el Río Rhin, muy cerca de la frontera de la
Alsacia francesa y las montañas de la selva negra.
Ellos provenían del Kaiserstuhl, que significa en
alemán: "Silla del Emperador".
Mi familia en Alemania fueron agricultores y labradores
de la tierra; tan igual como lo hemos sido nosotros aquí
en Tarmas, desde esos tiempos. Mi papá nos dijo que
allá parece que se vivió una crisis que los
afectó de tal manera, que no tenían ni para
mantenerse.
Yo creo que ellos no tenían planteado venirse
para Venezuela, eso no pasaba por la mente de mi bisabuelo
Georg Kienzler Minis y mucho menos por la de su esposa
Bárbara Holvis o Kabis, mi bisabuela; como
tampoco en la de sus hijos: Georg (mi abuelo paterno *
1.827), Stephen (*1.829), Johann (*1.832 – Es
casi probable que haya muerto en el trayecto), Xaber
(1.834), Joseph (*1.837), Leopold (1*.839) y
Fridolin (*1.842).
¿Pero explíquenos con más
detalles, el por qué ellos decidieron abandonar a su
patria para establecerse en Venezuela?
Bueno vale, en varias ocasiones oí de boca de mi
papá contarle al alemán Theodor Brenke
aquí en Tarmas, quién luchó en la
primera guerra mundial en Alemania y vivía en la casa en
donde hoy vive su hija Lya Brenke Álvarez de
Díaz, al frente de nuestra casa natal; que por
allá en Wasenweiler parece que publicaron unos
bandos o edictos para que vinieran a Venezuela varias familias
que eran de esa zona. Allá en el Kaiserstuhl hubo
pérdidas en la agricultura y la ganadería. Ellos
estaban en la carraplana total.
Mi difunto padre Manuel Modesto Kienzler
Belsinger siempre estuvo muy cerca de su padre Georg
Kienzler Kabis o Holvis, y a través de
él supo lo que nosotros sabemos hoy de nuestra familia.
Quizás de esa manera, fue como ellos se prepararon para
venir a este país.
Mejor dicho, la cosa como que estaba bien jodida en
Alemania, esa es la pura verdad, vale. Y aquí en
Venezuela parece que hubo un señor con muchas tierras que
las ofreció para que se establecieran y vinieran a
trabajarlas. Mi padre me dijo que ese hombre se llamaba
Martín Tovar y Ponte, según y que era
familia del Libertador Simón
Bolívar.
Pero lo extraño de todo eso, fue que en una
ocasión le oí decir a mi maestra Adela
Iriarte aquí en Tarmas, ya que ella fue mujer de mi
padre y le parió una hija que se llama Cristina
quién es la madre de la maestra Aminta en
Carayaca.
Edingen en Alemania, tierra de los 1ºs
colonos
Ella me dijo que había oído comentarios de
algunos viejos colonieros quienes decían que los motivos
por las cuales nuestros familiares se hayan venido de allá
para acá, fue debido a las gestiones que realizaron en
Alemania y Francia el coronel de ingenieros Agustín
Codazzi, un tal Ramón Díaz y el propio
coloniero Alexander Benitz, quién era el peor de
todos ellos.
Figúrate, que Alexander Benitz vino a
inspeccionar las tierras del Palmar del Tuy o de Cagua con el
coronel Agustín Codazzi. Ellos arribaron a Venezuela en el
mes de agosto del año 1.841.
También recuerdo que ella hablaba mucho de un
ministro del general en jefe José Antonio
Páez llamado Ángel Quintero,
quién de hecho era un acérrimo y empedernido
esclavista. Yo creo que esos individuos fueron los culpables de
la gran tragedia que vivió mi familia al venir a
Venezuela, como la de muchos otros colonieros
alemanes.
¿Qué cree usted pasó en Alemania
y Francia con los colonos, señor Bruno?
Yo no sé, vale. Yo paso a creer que siempre ha
habido especuladores de oficio y esos tipos como que si lo eran
de verdad, verdad.
Allá en Alemania, ellos vendieron la idea de que
llegarían a una tierra bella y hermosa, lista para
trabajarla, en donde la mantequilla se daba como un fruto en los
arboles, hablaban del aguacate, vale.
A veces pienso que abusaron de la ingenuidad de nuestra
gente y ese es uno de los males que aún nos embarga en
nuestros días.
Esos tipos fueron tan mentirosos que pintaron un paisaje
que no existía para nadie y de pronto comenzaron a
seleccionar a la gente en diferentes regiones de
Bavaria.
Mi bisabuelo Georg y su mujer
Bárbara reunieron a sus hijos y conjuntamente con
otros paisanos suyos o vecinos cercanos a ellos, como: Stephan
Holzer y su esposa Therese Rudmann, Valentin
Lehrmann y su esposa Johanne, Johann Keller y
su esposa Therese Braunbart quienes conjuntamente llegaron
a algunos acuerdos y procedieron a alistarse entre los colonos
que vendrían a Venezuela en 1.843.
¿Sabe usted cuantas familias y personas
vinieron de la Región de Wasenweiler en el Ducado de Baden
en Alemania, señor Bruno?
Te diré que según mi padre nos contaba en
las horas de tomar el guarapo con biscocho, cuando algunos de mis
hermanos eran ya jóvenes y los otros muy niños aun,
que su padre Georg Kienzler Kabis o Holvis les dijo en un
español mal hablado, lo siguiente:
"… Yo ser muy joven al venir en barco a vela.
Desde mi tierra en Wasenweiler vinieron cuarenta y una
personas. Todos de cinco familias. Ellos eran los Holzer,
Keller, Lehrmann, Baldinger, Wolf y
nosotros…".
"…Yo recodar mucho, como si fuera agorita mismo;
que habían unos empresarios venezolanos que hicieron
negocios con nosotros allá. El que habló
allá en Edingen fue el coronel Agustín
Codazzi, hablaba en nombre del gobierno venezolano, y si
más no recuerdo, nos dijo que él le había
presentado un Plan de Colonización que
él raramente llamaba: La Colonia
Tovar…".
Si usted supiera señor Bruno Kienzler
Tortoza, que su abuelo estaba en lo cierto; ya que el coronel
de ingenieros Agustín Codazzi si le presentó
el Ejecutivo Nacional en tiempos del gobierno del general
José Antonio Páez ese Plan de
Colonización de la Colonia Tovar o Palmar
del Tuy, también llamado de Cagua. Eso lo
hizo lo llevó a cabo el día 6 de noviembre de
1.841.
Bueno vale, Oye León Manuel; para seguirte
contando esa vaina, lo que pasó allá en Edingen en
Alemania y que sé que es verdad, porque esos relatos
estuvieron muy cerca de nosotros, ya que nacimos pocos
años después de haberse muerto nuestros abuelos
alemanes.
Mi papá Manuel Modesto Kienzler Belsinger
fue el único de sus hermanos y hermanas que se
quedó en Tarmas defendiendo estas tierras que siempre
heredó de sus padres, y que de una u otra forma
adquirió de sus hermanos. Él sobre los acuerdos
contraídos en Edingen, nos narró lo
siguiente:
Mi padre Georg Kienzler Kabis nos contó
que él siendo un mozalbete de 14 años más o
menos participó en esas conversaciones en Edingen en
Alemania; ya que él era el mayor de sus hermanitos en ese
tiempo. Claro está, la voz cantante la llevaban mis
bisabuelos Georg Kienzler Minis y Bárbara
Kabis, de eso no había dudas.
El coronel italiano Agustín Codazzi actuó
en las conversaciones como un vulgar empresario; esa vaina se dio
el 5 de diciembre de 1.842. El recordaba esas conversaciones como
si fueran ahorita mismo, es más se nombró jefe de
La Colonia Tovar en Venezuela.
Para los nuevos colonos era un país raro y
desconocido, no sabían nada de lo que decían en
esos momentos los negociadores. El italiano Codazzi a cada
momento mencionaba a un socio que tenía en ese negocio y a
cada rato lo llamaba Hermano, su nombre era
Ramón Díaz.
En verdad mi padre no sabía cómo su
paisano Martín Cassler y la familia Wyhl
llevaban esas conversaciones y negociaciones, todo se
hacía a espalda de los colonos. A mi padre Georg Kienzler
Kabis por tener una edad de joven, en su contrato le asignaron
tres fanegadas de cien varas de lado y doce varas abajo, una y
media, todas cubiertas de montañas, para que cuando la
ocuparen le echaran un bolón tumbando esos árboles
para hacer La Colonia Tovar.
Y para finiquitar los acuerdos, se apareció un
alemán llamado Alexander Benitz, a quien el coronel
Codazzi también llamaba Hermano. No sé, pero
parecía que ellos pertenecían a una religión
o a una vaina rara, para llamarse así. Inclusive, esa
gente firmaba con tres puntos. ¿Qué cosa rara,
vale?
¿Y cómo fue la salida de su familia de
Edingen hacia el puerto de Le H"avre en Francia, señor
Bruno?
Mapa de Baden – Kaiserstuhl
1806-1945
Todos esos primeros colonos fueron reunidos en
Edingen, y por debajo de las puertas de ese pueblo pasaron
con la sagrada imagen de San Martin de Tours, la mismita
que hoy está en la iglesia de La Colonia Tovar.
Allá quienes le despidieron oraron y rezaron por ellos
para que les fuera bien en el trayecto por tierra a Francia y en
la navegación a Venezuela.
Cuando mi familia y sus vecinos salieron de su pueblo
natal pudieron notar que había una gran
desesperación por parte de las autoridades de allá
y por quienes tenían el compromiso de traerlos para
acá.
Según lo que he oído de algunos de mis
antepasados, es que ellos traían a escondidas en sus
forjas la sagrada imagen de la Virgen de la
Concepción, Santa Patrona de mi familia en
Wasenweiler en Badenia.
Y según ellos, ese culto mariano se debió
a los milagros que hacía una niña de mi familia en
aquellos viejos tiempos, ella se llamaba como mi bisabuela,
Bárbara Franz Kienzler. Allá como que hacen
una peregrinación allá llamada: "La
Peregrinación de María del
Árbol".
Fijate como son las cosas, parece que siempre seguimos
conservando los mismos nombres, ya que la madre de esa
niña se llamaba Anna Kienzler.
Mi papá decía que su papá le dijo
que a él no le estaba gustando la vaina, pero como
habían promesas de que al llegar a estas tierras les iba a
ir bien, continuaron en su trayecto hacia un puerto
francés llamado Le H´avre.
Muchos iban en carretas y otros en bestias, pero
también había quienes iban a pie. Sin ellos saber
cómo eran los acuerdos. Extrañamente, fueron
llevados a Estrasburgo hasta que al fin llegaron al lugar
de partida en Francia. La jornada fue muy agotadora.
Virgen de la Concepción en
Badenia
Al rato pude apreciar que al señor Bruno
Kienzler Tortoza se le salían algunas lágrimas
por sus ojos, se notaba la nostalgia ancestral y haciendo un
paréntesis de la conversación, me dijo lo
siguiente:
Caramba amigo, yo en estos momentos me siento muy mal y
es la pura verdad. Ya que cuando oí esos cuentos dichos
hace muchos años atrás por mi propio padre; en el
rostro de él vi más lágrimas que en las
mías.
Ya que él pertenecía a la primera
generación de colonieros y yo soy de la segunda.
Inclusive, él llegó a conocer a muchas de esas
personas que vinieron de Alemania, tanto en La Colonia
Tovar como fuera de ella.
Lo que te digo lo hago en nombre de esos niños y
jóvenes que vinieron en esas andanzas desde Alemania a
Francia por tierra. Ellos pasaron hambre y fatigas en el camino;
desde ese momento podíamos darnos cuenta de que a mis
bisabuelos y a sus hijos no los querían en su tierra natal
y mucho menos los señores Codazzi, Benitz y
Díaz.
¿Cuál es su opinión sobre los
colonos en el momento de abordar la fragata en Le H´avre,
señor Bruno?
Puerto de Le H´avre en
Francia
Mira vale, el coronel Agustín Codazzi era
un italiano que nos tenía mucha arrechera y te lo digo
como si yo en estos momentos estuviera embarcado en la fragata
rumbo a este país.
El era un coño de madre y eran tan asqueroso, que
tuvo el brío de decirle a nuestra gente, que se fueran
olvidando de su patria y de la familia que dejaron
allá.
Que se olvidaran de sus orígenes
teutónicos a germanos y lo más grosero es que le
dijo que se olvidaran de todo vinculo que los uniera a Alemania.
Yo se que ese país no estaba unificado, ya que eran
pequeños ducados y mis bisabuelos pertenecían a uno
de esos. El señor Theodor Brenke me contó
que quien unificó a Alemania fue el Káiser
Guillermo Von Bismark hace como noventa años
atrás. Mi bisabuelo Georg Kienzler Minis y mi
abuelo Georg Kienzler Holvis o Kabis lo entendieron muy
bien; ya que una vez que estuvieron a punto de abordar la fragata
francesa "Clemence" al mando del capitán N.
Malvenir, una vez embarcados y sin poderse regresar a su
tierra natal porque habían vendido sus enseres y
propiedades, pudieron notar que estaban bajo una nueva forma de
esclavitud; quedando sometidos a la presión constante de
los prestamistas y usureros extranjeros y venezolanos de esos
tiempos.
Yo a veces pienso que la cosa se le puso seria a los
primeros colonos que vinieron en esos cruciales días, de
eso no había dudas. Porque este era un país bajo el
control de los libertadores y de otros extranjeros que se
habían hecho ricos en estas tierras a base de la usura y
de los erarios nacionales. Yo no tengo pelos en la lengua y nada
que ocultar al respecto cuando viento en popa expreso estas
palabras, ya que siempre he creído que la verdad debe
estar por delante de todas las cosas, pase lo que pase y sin
temor alguno.
¿A qué se refiere usted señor
Bruno Kienzler cuando dice que no hay que ocultar la verdad sobre
esos primeros colonos alemanes en 1.843?
Mira mijito; esos tipos concibieron a La Colonia Tovar
como un centro de esclavos y ellos no podían traer de
Alemania a doctores y sabelotodo. Por eso trajeron a gente muy
pobre a quienes podían engañar y explotar hasta que
les diera la gana. Por eso es que entre los primeros colonos
vinieron personas enfermas, agricultores, carpinteros,
talabarteros y otros más.
Claro está, todos esos bichos que estuvieron
metidos en el negocio no eran católicos ni luteranos, eran
francmasones y judíos encapillados. Ya que mi abuelo
Georg Kienzler Kabis o Holvis se lo había
contado en una ocasión a su peón Federico
aquí en Tarmas. Y mi papá manifestaba que
entre esos bandidos estaban algunos francmasones metidos en esas
vainas, ya que los generales José Antonio
Páez y Carlos Soublette también lo eran,
como también lo fueron el jefe de los colonieros
Alexander Benitz, el coronel Agustín Codazzi
y el señor Ramón Díaz.
Cónchale vale, esos tipos actuaron como lo hacen
los mafiosos chinos cuando traen gente de su tierra a Venezuela,
primero los explotan y más luego los sueltan, hasta que
desaparecen de la vista de uno para siempre.
¿En qué estado de ánimo se
encontraban aquellos colonieros en el momento de subir a la
Fragata "Clemence" en Le H´avre?
En verdad todo era tristeza, ya que allá les
hicieron firmar unos acuerdos que desde ese mismo momento fueron
violados por quienes los contrataron. Lo grave del caso, fue que
a bordo venía el vagabundo y malparido de Alexander
Benitz quién actuaba como un juez de paz a
bordo; parecía que él tenía más
autoridad que el mismo capitán del buque.
Esa gente daba lástima, ya que embarcaban con sus
miserias humanas y con las pocas cosas que tenían y
habían traído en la caminata que hicieron hasta
llegar allí. Vale, el estado de ánimo era
deplorable, de incertidumbre, preocupados por el viaje en el mar
algunos pensaban que podían morir durante la
navegación a velas y de esa manera a cada instante
invocaban al Santo Patrón San Martín de
Tours.
Las madres no se apartaban en ningún momento de
sus niños, los padres de familia entraban en discusiones
muy fuertes con el mentiroso Alexander Benitz; ya que se
notaba que había mucha gente abordo, eran casi 400
colonos.
Al fin se dieron a la mar el 14 de enero de 1.843, en
donde se dio un incendio a bordo, hubo viruela entre los colonos
y colonas. El capitán Malvenir no hallaba que hacer
con tanta gente en el buque enferma y bajo constantes mareos.
Muchas personas murieron en la navegación, ya que el mar
batió muy fuerte durante el viaje, que creo duró
más de cien días.
¿Cuál era el misterio que había
a bordo con algunos colonos?
En mi familia entendemos hoy en día que hay
muchos colonieros de la tercera y cuarta generación que
tratan de ocultar la miseria humana que venía desde
Francia en la fragata "Clemence".
Allí en algunas recamaras y galeras venían
personas nuestras que estaban con síntomas de locura,
otros sufrían de lepra y algunos estaban enfermos de la
vista.
Fragata "Clemence"
Carajo, esos paisanos de mi bisabuelo Georg Kienzler
Minis eran en gran parte despojos humanos. Lo que si te puedo
decir, es que esa gente era honrada y no tenían ni nunca
tuvieron una vida impúdica, ya nunca he oído
comentarios adversos sobre ellos.
Eso a veces no lo queremos decir, pero así son
las cosas de la vida. Te diré que mi padre fue
víctima de algo parecido a la lepra. Él
tenía una ulceración en uno de sus pies que nunca
se le curó, a veces daba lástima verlo tirado en el
piso sufrido los dolores y lo apestoso de las mismas.
Yo también tengo algo parecido en uno de mis pies
y que tú podrías notar con tus propios ojos. Mi
hermano Luciano Kienzler Tortoza con algo parecido
murió aquí en Tarmas en 1.947 y eso no lo podemos
ocultar por nada del mundo, vale.
Carajo, el buque parecía lleno de fantasmas;
papá nos dijo que uno de los hermanos menores de su
papá Georg Kienzler Kabis o Holvis murió en
el buque y fue lanzado su cuerpo al agua, cerca de la Isla de
Trinidad. Según mi padre, parece que lanzaron al agua a
más de trece personas muertas en la nave durante el
viaje,
Mi abuelo Georg Kienzler Kabis o Holvis recordaba
con insistencia la muerte de Reinhard Vollweider en la
nave "Clemence", quién era hijo de Andreas
Vollweider, amigo personal de mi bisabuelo Georg Kienzler
Minis. Al igual que algunas mujeres pertenecientes a las
familias Fehr, Lang, Weimann,
Berthold y Gross. Entre los hombres, a las familias
Kaspar, Morand, Shawan y Welti. Todos
ellos y ellas murieron en la fragata.
En esa primera oleada de inmigrantes alemanes
venían las hermanas y hermanos de Alexander Benitz,
entre ellos estaban: Karolina, Lugarda, Karl
y Teodoro. En las otras oleadas creo que vino otro de sus
hermanos llamado Wilhem Benitz. En verdad, yo no recuerdo
con exactitud si ese tratante de badenses con el gobierno
venezolano de la época mató a Theodoro o a
Wilhem; eso sería bueno investigarlo con mucha
seriedad.
Mi padre contaba que entre los paisanos de mi abuelo
Georg Kienzler Minis y mi abuela Bárbara
Holvis o Kabis venían en el buque Fatarina
Baldinger, Xaver Wolf y Johann Keller. Esto lo
digo, porque esos nombres sonaban mucho en las historias de mi
familia en Tarmas.
Mi difunto padre Manuel Modesto Kienzler
Belsinger nos contó que su abuelo Georg Kienzler
Minis nació el 13 de octubre de 1.798 y su abuela
Bárbara Kabis o Holvis el 19 de abril de
1.806 en Wasenweiler, ducado de Baden Bader en
Alemania.
Señor Bruno, le manifiesto que Alexander Benitz a
quién mató fue a su hermano Teodoro Benitz; y esas
cosas sucedieron porque ese joven le hizo fuertes reclamos que
iban en defensa de los colonieros quienes querían ir a
Caracas y denunciar a esos empresarios esclavistas, quienes
explotaban a los colonieros a su entera
disposición.
Alexander Benitz les lanzó a las milicias
del ejército y frenó toda iniciativa de
reclamación que fuera en su contra, como a quienes eran
sus socios en esa empresa comercial. Teodoro Benitz fue
azotado amarrado a un palo en las cercanías del cementerio
del pueblo; falleciendo el día 26 del mes de junio de
1843.
Hay que decir, que allá en el pueblo de Karlsruhe
en Alemania, si hubo una fuerte reacción de sus habitantes
en contra del planteamiento del coronel Codazzi sobre su
propuesta de traer a Venezuela a 425 colonos alemanes.
¿Cómo fue el arribo de la fragata
"Clemence" al Puerto de La Guaira en 1.843, señor
Bruno?
En la navegación mi abuelo Georg Kienzler
Kabis o Holvis se hizo amigo del colono Andreas
Vollweider quien era nativo del pueblo de
Bötzingen en el Ducado de Baden.
Según papá ese hombre como que era de ideas muy
avanzadas para su época. El como que más bien
tenía ideas comunistas, eso era lo que yo creo se
decía en esos tiempos.
Según mi abuelo Georg Kienzler Kabis o
Holvis quién era un jovencito en esa época,
contaba que la nave recaló en La Guaira y fue visitada por
las autoridades de ese puerto. Los tipos quedaron sobresaltados
al ver a tanta gente junta en cubierta y en los camarotes, cuando
revisaron el buque pudieron notar que el capitán
Malvenir era avasallado por Alexander Benitz ante
sus compinches que tenía allí y en Caracas, ya que
ese perverso ser tenía mucha influencia en el gobierno
venezolano de ese tiempo.
El bandido de Alexander Benitz andaba a bordo
como un matarife de toros, cazando las conversaciones que los
colonos hombres hacían entre unos y los otros, para
más luego malearlos ante su malvado compinche el coronel
Agustín Codazzi. Ese hombre era nativo de Endingen,
el centro del mercadeo de esclavos blancos en Alemania hacia
Venezuela. Mi familia a bordo se la llevó muy bien con la
familia Kanzler, quienes eran de
Ettenhein.
Al fin hicieron algunas consultas con las autoridades en
el puerto y acordaron que el buque saliera hacia afuera de la
rada del puerto, y fondeara hasta nuevas órdenes que
llegaran del gobierno central en Caracas. En verdad, debo decir,
que los mandaron a cuarentena.
¿Y cómo fue la cuarentena que las
autoridades sanitarias les impusieron a los colonos en La Guaira,
señor Bruno?
Lo que si nos contó papá es que en una
Gaceta Oficial con el Nº 40, editada por el gobierno
nacional el 19 de abril de 1.843, indicaban que la fragata
francesa Clemence había arribado al puerto de La
Guaira, el 5 de marzo de ese mismo año.
En donde expresan que su capitán se llamaba N.
Malvenir, y que su procedencia era del puerto francés
de Le H´avre. Y que entre sus pasajeros estaba el
coronel ítalo-venezolano Agustín Codazzi y
400 colonos que estaban a sus órdenes.
En La Guaira no los querían por nada del mundo;
teniendo el capitán Malvenir que subir sus anclas y
navegar a sotavento hacia Puerto Maya, pero ahí no
había caleta con fondo. Después continuó
navegando hacia Choroní, agravándose la
situación para los colonos. Ya que las autoridades no los
querían recibir, ya que lo que veían a bordo no era
lo que esperaban para poner a trabajar a unos colonos venidos en
esa situación a Venezuela.
Fijate, que aún en estos tiempos, los
descendientes de los primeros colonos sostienen que Puerto
Maya es la playa de La Colonia Tovar, y que ellos
algún día recuperaran esas tierras y esas playas
pata poder expandir aún más a su pueblo; a pesar de
que allí viven amigos como el negro Chiba, quienes
fueron traídos sus antepasados como esclavos a las
haciendas que habían por allí. Los colonos
no pudieron bajar en las playas de Choroní el 17 de marzo
de 1.843.
¿Qué tristeza en esos momentos sentirse
engañados por uno de sus propios paisanos, por
Alexander Benitz?
¿Qué tristeza en ver a esas mujeres,
ancianas y ancianos, niños y niñas llorando por un
sorbo de agua y comida?
Coño vale, a tantos años de esa vaina
aún se me parte el corazón.
¿Qué sería lo que en esos momentos
pasaba por la mente de mi bisabuelo Georg Kienzler Minis y
su esposa Bárbara Kabis o Holvis en las playas de
Choroní?
Y con la incomprensión e que a lo mejor en el
trayecto perdieron a su hijo Joham Kienzler Kabis,
producto del mal de la lepra. Según mi hermano
Sebastián oyó decir que ese joven fue lanzado al
mar, una vez fallecido, cerca de la isla de Trinidad.
¿Qué ironía del propio
destino?
¿Cuál es la importancia del puerto de
Maya para los primeros colonos venidos desde Alemania en 1.843,
señor Bruno?
El Palmar de Cagua o del Tuy, actual
Colonia Tovar
Nosotros en nuestra familia siempre hemos creído
que Puerto Maya era el sitio ideal para desembarcar a los
colonos, ya que no se podía seguir con esas situaciones de
opresión y maltrato. Y más, porque ellos iban a
poblar el Palmar del Tuy o Cagua que es en donde
realmente hoy en día está ubicada La Colonia
Tovar.
En Choroní nadie los recibió, a pesar de
que algunos niños nacieron a bordo del buque. La gente al
fin se decidió abandonar la fragata y desembarcaron de la
misma; caminando entre gamelotes y matorrales, después de
varias horas de camino al fin llegaron al pueblo de La
Victoria, al que ellos en su lengua llamaban FITORA.
Agotados de dicha jornada, fueron recibidos en la
hacienda del general Santiago Mariño, quién
mandó a sus comensales que le brindasen alimentos a los
colonos, pero siempre esperando órdenes del gobierno de
Caracas. En verdad, no hallaban que hacer con esa
gente.
Cuando los acólitos del general Mariño
hablaban de Caracas, los colonos en su lengua sobre esa
ciudad la llamaban CARCAS. Bueno al fin se decidieron a
caminar hacia las montañas altas que estaban frente a
La Victoria, ya habían pasado como 16 semanas que
habían arribado desde su lejana tierra a zona del valle de
Aragua.
En una marcha lenta pero muy segura, siempre evitando
las serpientes venenosas y las fieras que había en el
camino como a los salteadores del lugar.
Ellos llegaron a las tierras que nuestros antepasados
conocieron como El Palmar del Tuy o Cagua.
Coño vale, allí no había nada, no siquiera
en donde guarecerse, no había ni los arboles que daban
frutas de mantequilla y menos la que daban leche para los
niños.
Tampoco están hechas las casas y menos los
anímales ofrecidos, y ni hablar ni aperos para las
bestias, como tampoco herramientas para el trabajo.
Allí lo que había era un inmenso bosque
para tumbarlo y de esa manera comenzar a construir el pueblo que
no existía sino en la mente de los colonos, porque
allí no había nada.
Mis bisabuelos y abuelo, como sus demás hermanos
para sobrevivir tuvieron que echarle un cerro de bolas tumbando
arboles, construyendo sus casas y después a labrar la
tierra para ponerla a producir, pero quién se beneficiaba
primeramente con todos esos esfuerzos era el miserable de
Alexander Benitz.
A ese infeliz no puedo dejarlo de mencionar nunca,
porque él murió en el mismo año que
nació mi difunto padre Manuel Modesto Kienzler
Belsinger. Si tú supieras como tuvieron los ancianos y
los hombres que consolar a sus mujeres y a los niños,
quienes lloraban y lloraban sin cesar. Todo era una falacia, era
una mentira, no había nada; y de esa forma los
habían sacado de sus tierras y patria para traerlos a una
nueva patria que nada les ofrecía en realidad, todo fue
bajo engaño.
¿Cómo se apreció esa noticia del
arribo de los colonos alemanes en Carayaca, Tarmas, y en otros
pueblos vecinos, señor Bruno?
La larga marcha de los primeros
colonos alemanes al Palmar del Tuy o Colonia Tovar en
1.843
Foto adquirida en Alemania en el
año 2.011 por Félix Vásquez Aquino, en una
subasta por 30 dólares
Se piensa que los colonos vienen del
cementerio, después de enterrar a un miembro de la
comunidad
De parte de la familia de mi difunta madre Gregoria
Tortoza Corro, te diré que ellos nos contaban en las
conversaciones que hacíamos en casa, que esas noticias
viajaron muy rápidos, pero lo que decían sobre los
colonos asustaban. Ya que se podía notar, que
detrás de las casas siempre había un cuarto en
donde las familias encerraban a sus locos; ya que siempre se les
daba la comida con sumo cuidado.
Una de las cosas que le llamó la atención
a mi antepasado el cacique Hilario Tortoza fue que
él quizás fue uno de los primeros que se dio cuenta
en estas tierras que a esos colonos los tenían
esclavizados Codazzi, Benitz y
Díaz.
Propiamente dicho, ellos trabajaban para esos
señores, ya que les decían descaradamente y sin
pelos en la lengua, que todos los colonos tenían que pagar
hasta el último céntimo en el pasaje y en los
gastos que el gobierno venezolano había gastado en ellos.
Pero ni siquiera les daban las tierras.
Claro está, algunos colonos sin poder comprender
la lengua de los criollos que vivían cerca de La Colonia
Tovar, pudieron entender que en las tierras de Carayaca se
libraron luchas campesinas con los hacendados y dueños de
potreros comuneros, en donde indios y campesinos se batían
en Tarmas y en Petáquire entre los años 1.837 y
1.842.
La Colonia Tovar en sus
orígenes
De igual manera, estaban bajo la mirada redentora de
Cayetana Barrios de Oropeza en la zona fría
de Petáquire. Pocos meses antes de su llegada a esa
zona que aún pueblan hasta el presente.
El señor Alexander Benitz y su compinche
el coronel Agustín Codazzi aislaron a los
colonieros de otra gente que habitaban cerca de
allí.
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