Los peores zarpazos los da el tigre herido de muerte. –
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Los peores zarpazos los da el tigre
herido de muerte.
La actual coyuntura mundial, única
en sus alcances, pone a las Naciones ante su última
oportunidad de Liberación. La
"Globalización" ha fracasado.
Aunque el Imperio Mundial se niegue a
aceptarlo y lance por ello una descomunal contraofensiva hacia
todos los puntos del planeta a la vez, el Rubicón ya ha
sido cruzado y, como exhalaciones, los caballos de Alarico
comienzan a moverse. Pero para entender como llegamos a este
promisorio presente y comprender qué desafíos nos
depara el futuro, vayamos primero al reciente pasado: La
última y definitiva embestida por la conquista mundial
comenzó a partir del derrumbe de la URSS, lo cual no
marcó el fin de la "bipolaridad", como suele
decirse, sino el de la "tripolaridad", tal cual
detallaré en los capítulos
subsiguientes.
Este derrumbe significó la
línea de largada para la imposición del "one
world" por parte del Poder Mundial, para lo cual
avanzó sobre el resto del mundo simultáneamente
desde tres frentes, a saber: el frente
psicológico-cultural, el frente económico y el
frente militar. La década del "90 fue la "época de
oro" del capitalismo internacional; nada parecía poder
detenerlo en su empresa de reinado universal, el
"segundo" y "tercer" mundo (bloque comunista y
"no alineado" respectivamente) literalmente se hundieron ante el
"primero" (liberal capitalista); la consternación
y el desconcierto eran totales y el Imperio avanzó
arrolladoramente sobre los tres frentes:
En lo psicológico-cultural
(mejor dicho "contra-cultural"), se creía entrar al
"primer mundo" y su panacea del consumo y la "libertad
individual"; era la apertura al "estilo de vida americano",
lo que se veía en las películas de Hollywood y
miniseries estadounidenses ahora estaría al alcance de
todos; cada "Mc Donalds" que se abría originaba un
revuelo, a dichas sucursales se las reverenciaba como si
fuesen Catedrales. Se rindió un verdadero culto al
materialismo, a las marcas, al lujo de cotillón de los
"shoping center" y a todo lo que fuese consumismo.
En lo social cambió toda perspectiva, se aplico un
"spencerismo" descarnado y se agrego al idioma local
la palabra "looser" para designar con desprecio a
todo aquel que quedara afuera del sistema, ya que en el nuevo
maravilloso mundo no había victimas sino
"inútiles".En lo económico hizo
aparición un nuevo personaje: el
"gurú" de la economía; especie de
"mago-sabio" formado en alguna Universidad estadounidense,
quien esgrimía su título cual esgrimiese un
cetro magnificente frente al cual todos se postraban…
nadie osaba discutir al "gurú" (de hecho,
hacerlo implicaba ser poco menos que quemado en una hoguera.)
Así fue que la política se rindió ante
la economía, y la economía se rindió
ante los poderosos del dinero, esas eran las reglas del nuevo
maravilloso mundo, todo lo demás era error. El
neoliberalismo era la panacea, el remedio para todos los
males. Así se privatizó todo, las
fábricas cerraron y medio mundo se hizo taxista o
quiosquero o… pordiosero, si es que no lo
"indemnizaban".En lo militar el Imperio avanzó
sobre las riquezas de los países díscolos del
ex "tercer mundo", en tanto de avanzar directamente
sobre el ex "segundo mundo" se abstuvo, ya que era
potencialmente catastrófico debido a que dichos
países poseían armas nucleares ("si vis
pacem para bellum", ¡eterna verdad!), por lo que
en dicho ex "segundo mundo" fomentaron y financiaron brutales
guerras interétnicas como ser la de los Balcanes y
Chechenia, terribles conflictos que dejaron un espantoso
saldo de cientos de miles de muertos. Países
"terceristas" como Irak, por su parte, fueron los
primeros en la mira de los ataques militares
directos por parte del Imperio, no tanto por
permanecer "políticamente incorrectos", sino
sobre todo por pretender mantenerse dueños de sus
riquezas. El petróleo fue el botín más
preciado en ambos tipos de guerra. Allí donde no
podían comprarlo por monedas (caso de Argentina),
buscaron apropiárselo mediante la
desestabilización y la promoción de conflictos
armados (caso de Rusia) o directamente lo arrebataban por la
fuerza (caso de Irak). También fueron "manu
militari" por los minerales africanos y a todo sitio
donde hubiesen materias primas que saquear.
Ciertamente la U.R.S.S. perdió la
guerra fría, su última batalla fue
Afganistán, pero su derrumbe fue, además de la
naturaleza intrínseca aberrante y por lo tanto
insostenible del comunismo, una obra de arte de "complot
sionista", mancomunado con la inteligencia de la CIA y las
políticas de sabotaje del Departamento de Estado… y
es que la U.R.S.S. fue para el Poder Mundial un experimento que
se les fue de las manos, por lo que en sus comienzos la
financiaron, mas después la combatieron (1).
Fue Rusia, con la URSS, el imperio
continental mas grande que ha existido, y de un día
para otro se deshizo. Sus satélites y dominios, de la
noche a la mañana, dejaron de girar alrededor suyo para
pasar a girar alrededor de los EE.UU.
Todo lo que la Rusia comunista había
ganado a fuerza de sangre, horror y muerte, lo perdió en
un abrir y cerrar de ojos sin disparar un tiro; y la obscenidad
con la que entró al "libre mercado" es solo comparable a
lo que se vivió en Argentina; de hecho, por Rusia
también anduvo Domingo Cavallo (único argentino
perteneciente al exclusivo CFR) en su papel de
gurú. Así Rusia entró al siglo XXI
(como Argentina) completamente deshecha, subdesarrollada,
prostituída, en práctica disolución tras la
década del "90.
Y su petróleo, el mas abundante del
mundo, aquel mismo petróleo sobre el cual Hitler se
lanzó desesperadamente en lo que fue la guerra mas
violenta de la historia (y que a duras penas los rusos pudieron
defender), ya no estaba en sus manos, sino en manos de los
Rotschild, amos del Poder Mundial Sionista, por intermedio de sus
correligionarios y secuaces, dueños de la petrolera
"Yukos" (Jodorkovsky, Abrahamovich),
Esta apropiación del petróleo
ruso por parte del Poder Mundial tuvo un costo feroz, y no me
refiero a dinero, sino a vidas: las dos terribles guerras
chechenas tuvieron en ella su causa. Fue así que Rusia, en
defensa propia, dio un batacazo inesperado: en un golpe
palaciego, declara insano a Boris Yeltsin (el mayor
cipayo de esas tierras) y con el apoyo total de las
Fuerzas Armadas, Vladimir Putin asume el poder. Este estadista,
del cual se podrían trazar algunas analogías con
nuestro General Perón, enseguida se aboca a la
reconstrucción de Rusia basándose en una
política nacionalista-popular, enfrentada a liberales y
comunistas, que no tarda en ser revalidada reiteradas veces, en
elecciones democráticas, por la mayoría de los
rusos. El genial analista geopolítico argentino (ya
fallecido) Norberto Ceresole, se refería a una
tríada imbatible para la liberación de los Pueblos,
a saber: Caudillo, Ejército, Pueblo. De la
unión de estas tres fuerzas se vería asegurada la
Libertad, la Soberanía y la Fortaleza de toda
Nación.
Pues bien, Putin no solo tiene estas tres
fuerzas, sino también una cuarta, que es la Iglesia
Ortodoxa Rusa, lo cual hace su posición extraordinaria.
Esa Iglesia Nacional que le falto a Perón, Putin la tiene;
y es de este modo que las referencias y pronósticos de
Dostoievski y otros escritores y pensadores del siglo XIX sobre
la fuerza nacional-religiosa con la que Rusia sorprendería
alguna vez al mundo, parece que se saltaron un siglo (pasando por
alto el comunismo) para hacerse en el XXI realidad.
De hecho, podría decirse sin temor a
ser exagerado, que el renacimiento de la nueva Rusia trae con
ella también aparejado el renacimiento de una nueva
Bizancio. Todo esto hace de Rusia una imagen terrorífica
para el Imperio Mundial… imagen que se convirtió en
pesadilla hecha realidad cuando en 2003 Putin recuperó el
petróleo ruso justo antes de que este fuese traspasado a
Jakob y Nathaniel Rothschild por parte de los "oligarcas
sionistas" (así los llaman literalmente) Jodorkovsky,
Abrahamovich y Vekselberg, que se habían adueñado
del mismo tras el derrumbe de la U.R.S.S. Putin libró una
persecución implacable contra estos personajes; a
Jodorkovsky (uno de los hombres más ricos y poderosos de
Rusia y, también, del mundo) y sus cómplices, los
envió a prisión, en tanto Abrahamovich logró
fugarse a Gran Bretaña (Rusia ha llevado a juicio
también a nada menos que George Soros, el cual
escapó) Ante el encarcelamiento de Jodorkovsky toda la
prensa occidental desató una campaña furiosa en
contra de Putin (llamándolo incluso
"antisemita"), y hasta el mismo presidente
estadounidense George Bush presionó en persona para que se
lo liberase… mas todo fue en vano, Putin nunca
cedió, sino al contrario, hizo mas dura su postura (hace
cuestión de pocos meses la justicia rusa redobló la
pena a este magnate; los cargos: robo de petróleo y
estafas multimillonarias al fisco). Ese año, 2003,
año de la segunda invasión a Irak, fue el punto
culmine de la embestida imperial mundialista.
Ya desde fines de los "90, el Dólar
(divisa de pago internacional impuesta al mundo tras la derrota
del Eje en la Segunda Guerra Mundial y que desde 1971 carece de
respaldo alguno salvo las riquezas expoliadas a los Pueblos) se
encontraba frente a su inminente debacle. Esta moneda,
sobregirada mas de quince veces con respecto al capital real en
que se apoya, perdía así de facto su
posición en el mundo; las imposiciones de Bretton
Woods (llamados "convenios", a los cuales los EEUU estafaron
al abolir el patrón oro) comenzaban a ser en los hechos
poco mas que "papel mojado". El Euro, por su parte,
mostraba la solidez propia de la escuela alemana: una moneda no
deficitaria, cuya emisión se regulaba bajo rigurosos
controles de producción y balanza de pagos. Fue así
que el Euro, a principios de este siglo, amenazaba seriamente al
Dólar con desplazarlo en su posición de Divisa de
pago internacional. Saddam Hussein, a su vez, en el año
2000 había decidido vender el petróleo
iraquí por Euros, y ya no por Dólares, lo cual fue
para el Imperio un durísimo golpe que no tardaría
en responder.
En 2001 la humanidad entró en
shock al ver (por televisión y "en
directo") desplomarse las torres gemelas de Nueva York en lo
que fue un atentado terrorista criminal sin dudas perpetrado por
el Poder Mundial Sionista que en realidad gobierna a los
EE.UU.
Fue esta la justificación que
utilizó el Imperio para invadir Afganistán,
posicionando así sus tropas en un sitio completamente
estratégico: bajo la "panza" de la misma Rusia,
territorio por el cual atraviesa gran parte de la
producción energética del mundo, que se proyecta
directamente sobre la cuenca petrolífera del
Cáucaso y es trampolín al Mar Caspio, el Golfo
Pérsico y China y que, además, limita directamente
con Irán y Pakistán. Luego de invadir
Afganistán, los EE.UU. fueron por Irak y su enorme
producción petrolífera, país al cual
invadieron valiéndose de falsas y ridículas
excusas, sin importarle en lo más mínimo la
oposición de varias naciones, sobre todo de Europa, que en
la ONU condenaron el ataque. Nótese que en Irak,
además de hacerse de sus extraordinarios recursos
petroleros, el Imperio Mundial se aseguró también
otra posición geoestratégica de fundamental
importancia: Irak limita también con Irán (quedando
así el país persa rodeado por ambos flancos), con
Siria, y el Golfo Pérsico. Como podemos ver, el Imperio
anglo-norteamericano sionista aplica así la Estrategia
de Aproximación Indirecta estudiada y enunciada ya
hace años por el eminente militar e historiador
británico Lidell Hart.
El objetivo de esta aproximación
indirecta es doble: apunta a Irán y, sobre todo, al
dislocamiento de Rusia.
El ya retirado General Wesley Clarck
(General de "cuatro estrellas", es decir: el
máximo rango en el Ejército estadounidense)
afirmó públicamente en una entrevista televisada en
EE.UU. (el 2 de marzo de 2007) que inmediatamente después
del ataque a las Torres Gemelas fue informado por el mas alto
mando de que "se atacarían siete países en
cinco años, comenzado por Afganistán, siguiendo por
Irak, Líbano, Siria, Somalia, Sudan, y acabando con
Irán". La exactitud de sus palabras quedaron
demostradas cuatro años después de afirmadas, con
los bombardeos de la OTAN sobre Libia y la guerra de cuarta
generación desatada en contra de dicho país e
inmediatamente después en Siria, países los cuales
nadie imaginaba serian atacados por el Imperio, ya que no
había excusa alguna para ello. Pero al Poder Mundial los
tiempos se les han alargado, los cinco años que
se fijaban como plazo en la orden dada a Clarck ya se han
transformado en más de diez… no contaron con la
fuerte resistencia insurgente en Irak (recordar Falluyah) que
alargó allí la guerra casi ocho años, ni con
la extraordinariamente férrea resistencia afgana que hasta
el día de hoy no han logrado someter. Es decir, son
más de diez años de guerra constante en
que el Imperio no ha podido consolidar sus posiciones, lo cual
les ha retrasado toda la operación, poniéndola ya
al borde de la ruina. Pero lo peor para el Imperio es el tremendo
costo económico que su ofensiva mundial significa; un
costo inigualado en la historia. La guerra moderna es
extremadamente cara. La infinita superioridad tecnológica
y material del Imperio mundialista no es gratis. Los afganos
resisten aun con algunos viejos AK-47 y RPG, ante los cuales los
yanquis y sus peones de la OTAN se ven obligados a oponer toda
clase de armamento híper-moderno y futurista… esta
enorme brecha que a prima facie parecería indicar
la garantía de la victoria imperial, a fin de cuentas
termina señalando exactamente lo contrario, ya que en
tanto los tercos afganos (gente guerrera por excelencia) se
nieguen a rendirse, lo único seguro que hay es que el
Imperio vacíe aun más sus ya de por si
vacías arcas.
Como podemos ver, los "90 dieron inicio al
asalto imperial por el dominio del mundo, asalto que durante
dicha década tuvo un signo más pacífico que
bélico, ya que si bien hubo costosas, destructivas y
asesinas guerras (sobre todo la primera invasión a Irak,
mas conocida como Guerra del Golfo) se basó sobre
todo en la penetración contracultural y económica
de las Naciones de los ex "segundo" y "tercer"
mundo. Para el final de la década este asalto
contracultural y económico había mostrado ya su
fracaso, Argentina y Rusia, ambos países considerados
"pilares" de uno y otro mundo, se habían rebelado
en plena debacle… con la significativa diferencia de que en
el caso argentino la Rebelión fue signada por una Revuelta
Popular contraria a la clase política entreguista, es
decir: "de abajo hacia arriba"; en tanto que el caso ruso se
caracterizó por ser un golpe palaciego, es decir: "de
arriba hacia abajo" (sin que esto quite que en Rusia el
descontento popular con respecto a Yeltsin era total)
.
Esta diferencia no es menor, de hecho
explica perfectamente la razón por la cual Rusia hoy se
caracteriza por tener una posición anti-mundialista firme
y decidida en tanto la posición argentina es sumamente
tímida y dubitativa. Esto se debe a que, a diferencia de
Rusia donde fue el poder gubernamental y sus Elites los
que giraron en redondo, en la Argentina es el Pueblo que en una
Revuelta (de la cual quien esto escribe fue partícipe
activo) exigió un cambio que al día de hoy aun no
se ha dado. Para entender esto hay que comprender que Argentina
no tiene Elites (entendiendo esta palabra en su
verdadero significado) sino oligarquías cuyos
privilegios dependen de su servidumbre al Poder
Mundial.
En Argentina solo se cambió
neoliberalismo por progresismo, que es igual a
decir "lo mismo pero con diferente apariencia". Es lo
que se conoce por gatopardismo. La clase política
argentina no ha cambiado, de hecho es la misma, tan solo se ha
metamorfoseado camaleónicamente.
Este es el drama argentino, una
presión popular que no encuentra una dirigencia que la
represente y una presión histórica que la fuerza a
retomar el rumbo truncado por la antipatria desde el
año 1976; y frente a estas dos presiones una clase
política al servicio del Poder Mundial (nacida del golpe
cipayo del "76, diga lo que se diga) que pretende resistir, para
lo cual se camufla y adapta a las circunstancias. Por supuesto
esta situación no puede durar in eternum, por lo
que la disyuntiva en nuestro país, nos demos o no cuenta,
esta dada de la siguiente forma: o los que gobiernan interpretan
la verdadera voluntad del Pueblo y el signo de los tiempos, o se
darán absolutamente todas las condiciones para que una
tormenta perfecta se desate sobre ellos. Como
decía, el 2003 marcó la cúspide de la
ofensiva mundialista, el punto máximo de su
expansión, a Afganistán se sumaron Irak, las
torturas, los campos de concentración in situ y
en Guantánamo. La gran prensa alineada con el Poder
Mundial (es decir, prácticamente la totalidad de la prensa
occidental) mostraba a la humanidad las imágenes de los
prisioneros de guerra atados de pies y manos, encerrados en
jaulas a la intemperie, como si fuesen animales en un
zoológico, todo esto como si fuese la cosa mas natural.
Las convenciones de guerra brillaron por su ausencia.
Bajo la consigna de "guerra preventiva contra el
terrorismo" se dio carta blanca a todo tipo de atrocidades.
Se atiborraron las mentes y la propaganda del sistema
fomentó un odio que no se vivía desde los tiempos
más oscuros que siguieron al fin de la Segunda Guerra
Mundial, cuando todas las culpas y todos los males fueron
arrojados sobre los derrotados, como si fuesen chivos
expiatorios. La mentira campeó a sus anchas y las
mentes estallaron en paranoia. Todo esto fue caldo de cultivo
pergeñado para dar rienda suelta al espionaje, la
represión, la coerción de la libertad de
expresión y un nuevo macartismo. El Ojo de
Sauron se hizo omnipresente y ahora todo lo vigila. Leyes
"antiterroristas" fueron promulgadas por orden de los EE.UU. en
sus países vasallos (incluyendo el nuestro, por
supuesto).
Nada parecía ya detener la
ambición de dominio universal por parte de quienes se
consideran "elegidos por dios" para enseñorearse
del mundo, pero he aquí que han sucedido dos cosas: por un
lado los Pueblos comenzaron a mostrar asco y hartazgo, y por el
otro Rusia dijo "basta". El 2003 fue también un punto de
inflexión para el Poder Mundial, cuando este tenía
la soga tendida alrededor del cuello de Rusia y ya se aprestaba a
tensarla, Rusia imprevistamente cortó el nudo de un
tajo… fue el fin de la unipolaridad y el renacimiento de un
nuevo y necesario equilibrio en el mundo. A partir de allí
los hechos se sucedieron vertiginosamente. El Poder Mundial, en
su total tribulación (ya que necesita del petróleo
como el hombre necesita del agua), contestó con una
contra-ofensiva desesperada hacia todos los frentes a la vez.
Pero los resultados fueron en su mayoría reveses,
cosechando el Imperio mas derrotas que éxitos. Haciendo un
rápido racconto podemos resumir esta
contraofensiva militar del modo siguiente:
En 2006 Israel descargó todo su
terrible poder bélico sobre la pequeña y
prácticamente desarmada República del
Líbano. No se ahorró Israel el uso de armas
prohibidas ni tuvo miramientos en realizar criminales
bombardeos sobre la población civil; pero pese a la
enorme cantidad de muertes y daños materiales que
causó, nada de esto le alcanzó para doblegar al
valiente Pueblo libanés. Las milicias del
Hezbolah, armadas y adiestradas por la Guardia
Revolucionaria iraní, sorprendieron al mundo con
su capacidad de combate. Pese a la tremenda desigualdad de
poder, el Hezbolah puso de rodillas a Israel en lo
que fue la más humillante de sus derrotas.Dos años después, en
2008, el Imperio Mundial llevó a cabo la más
demencial de sus aventuras militares. Atacó nada menos
que a Rusia, valiéndose de Georgia, en su ofensiva
contra Osetia del Sur. Los EE.UU. contaban con que Rusia no
se movería, desconociendo las palabras escritas por
Nietszche hace más de un siglo, donde afirmaba que en
dichas tierras habitaría la "bestia rubia" de
Europa… efectivamente pasó: Rusia en
cuestión de horas despachó su 58º
ejército, el cual atravesó las montañas
y atacó en toda la línea a las fuerzas
georgianas y de la OTAN, las cuales pusieron "pies en
polvorosa" dejando varios muertos en el campo, incluyendo
comandos norteamericanos. La Humanidad no se enteró,
pero ese año estuvo al borde de la Tercera Guerra
Mundial.En 2011 el Imperio se alzó con
una importante victoria, pero a un costo económico muy
alto y en plena crisis financiera global. El grueso del costo
lo puso sobre los ya sobrecargados hombros de Europa. Un
pequeño pero orgulloso país, completamente
Libre y Soberano, guiado por un Caudillo Nacional y
Socialista, resistió por más de 9 meses las
embestidas del poder conjunto de las potencias militares
más importantes del mundo. La salvaje invasión
de Libia y el aberrante asesinato de Muammar Gaddafi por
parte de los esbirros del Poder Mundial es una herida abierta
que marcará por siempre a nuestra generación.
Tremenda injusticia que es además una terrible
enseñanza que nos señala el error que significa
confiar en el denominado "derecho internacional";
una espantosa advertencia sobre la verdadera naturaleza
diabólica de la ONU y de lo que en el mundo se
avecina.El 2012, por su parte, arrancó
con el cielo encapotado por negras nubes que amenazaban nada
menos que la Guerra Mundial Nuclear. Una situación
extremadamente tensa que tiene su epicentro en la guerra de
cuarta generación llevada contra Siria
(símil Libia) y el desarrollo atómico
iraní. Las amenazas de Israel de realizar un ataque
unilateral contra Irán, la inflexible posición
de Rusia y China en sentido contrario y las provocaciones,
que rayan lo demencial, por parte de USA, ponen al mundo al
borde del desastre. Al momento de escribir estas
líneas Rusia ha disuadido al Imperio Sionista Mundial
de desatar el Armagedón, pero todo pende de
un hilo, una sola chispa puede desatar el incendio y no se
sabe que puede pasar.
El enorme costo de la guerra hizo imposible
que los amos del dinero pudiesen evitar la debacle
financiera, la economía estadounidense quedó al
borde del cataclismo. En 2008 nadie creía, en los
ambientes más serios, que el desastre pudiese ser evitado.
De hecho aun nadie lo cree en realidad. La verdad es que la
crisis no ha sido detenida, ni siquiera controlada, y
esto por el simple hecho de que no es una crisis sino un
derrumbe, tal cual lo manifiestan los mas laureados y
prestigiosos economistas. Lo que si ha hecho el Poder Mundial es
patear la pelota hacia adelante para así ganar el tiempo
necesario para hacerse por la fuerza de los bienes primarios que
precisa… además de haber realizado un fabuloso
enroque: los "platos rotos" de la fiesta estadounidense
los pagará Europa y su laborioso pueblo, es el precio del
vasallaje. Lejos quedaron ya aquellos años de posguerra en
que Europa pretendió erguirse unida y soberana bajo el
liderazgo de estadistas de la talla de De Gaulle y Adenauer,
ahora Europa no tiene grandes estadistas, sino pequeños
cipayos… como Merkel y Sarkozy. Europa hace años que
no es políticamente soberana, vasalla del imperio
atlantista anglo-norteamericano, ahora es también su
esclava económica. La ecuación es fácil: lo
político impera siempre sobre lo económico.
Será Europa la que deberá trabajar para sostener la
economía-casino de los EE.UU. Será Europa la
primera línea al servicio del Poder Mundial en las grandes
guerras futuras que ya mismo se avecinan. En fabuloso
enroque el Euro se destruye, Europa entera tiembla en
conflictos sociales, y los Lehman, los Goldman Sachs, etc., se
adueñan de sus finanzas. El Imperio Mundial ha sido por
ahora detenido en Líbano, en Siria, en el Cáucaso
ruso, en el Mar Amarillo, en Venezuela, pero sobre la "orgullosa"
Europa avanza como antaño avanzaban los británicos
sobre la India.
Autor:
Bruno Capasso