Prólogo y capítulo de -Los gringos vienen por el agua …y las tierras también-
(Los gringos vienen por el agua…Y por las tierras
también) – Monografias.com
(Los gringos vienen por el
agua…Y por las tierras también)
Algunas consideraciones sobre la
obra
Resulta temerario pretender explicar una
novela. Y menos, a través de la opinión del autor
(ya se sabe aquello de que el artista es huérfano de su
propia creación).
"Los gringos vienen por el agua…" es una
novela catártica, crecida por la necesidad de recrear
repetidas e inquietantes pesadillas que perturban a mi
mente.
Me he preguntado en más de una ocasión,
como definirla: ¿De ciencia ficción?
¿De carácter fantástico? ¿O
podría encuadrala en política-ficción?
Difícil encasillarla. Eso sí: de un suceso
creo estar seguro: el soñar repetidas noches con
las imágenes de espanto que me he visto obligado a recrear
a modo de catarsis, no es de por sí un hecho casual o
gratuito. Para mi propio desconsuelo, tengo la arraigada
convicción de que el género humano forma parte de
un perverso experimento metafísico. Siempre es sugerente
releer la idea de William James: "…quién
sabe si no tenemos únicamente en la naturaleza, un
pequeño lugar junto a seres por nosotros insospechados, y
distintos de los perros y los gatos que viven a nuestro lado en
nuestras casas", y esto, mal que le pese a nuestro
arrogante legado griego y nuestro más arrogante
espíritu Occidental (y cristiano, claro).
La naturaleza de la que formamos parte -si Dios es un
guante para su espíritu, transforme naturaleza en
Dios-, tiene ante a sí dos hechos concretos como
patrimonio excluyente de la extraña criatura objeto de su
devoción: la codicia sin límites y la
morbosa propensión a los hechos de sangre. El asesinato
perpetrado por Caín no es sólo una parábola
del mal ni botón de muestra de la primigenia desobediencia
bíblica: es parte también, del sello
genético con el cuál hemos sido
irremediablemente marcados.
A su vez, soy de los que piensan que el mecanismo de los
sueños oculta connotaciones existenciales que tarde o
temprano la ciencia terminará por develar. Mientras tanto,
sabemos que muchos de nuestros sueños son sólo
anticipaciones de sucesos por venir (ahí radica el
misterio de ciertas y perturbadoras imágenes que se
instalan en nosotros, como improntas mágicas de otras
formas de vida, cuya conciencia no nos pertenece).
Claro que más allá de las especulaciones
filosóficas que plantea la existencia, ciertos individuos
que conforman el multifacético cosmos del homo sapiens,
hacen honor al software que les ha sido impuesto: con
inocultable devoción, se dedican a cazar, a matar, a
embrutecer y a explotar miserablemente a sus congéneres.
Pues bien, de estas aristas que son parte del comportamiento
humano desde los albores de la raza, dan cuenta las
páginas del presente relato.
El autor
De la novela inédita: "LOS
GRINGOS VIENEN POR EL AGUA…y por las tierras
también"
"Confesiones de un
represor"
"Creo que la cosa más misericordiosa del
mundo es la inhabilidad de la mente humana de conectar todos sus
contenidos… pero algún día la conexión de
conocimientos dispersos abrirá vistas de la realidad tan
horroríficas, que, o nos volveremos dementes por la
revelación o huiremos de la luz mortífera a la paz
y seguridad de una nueva edad oscura."
"Los mitos de Cthulhu"
H. P. Lovecraft
"No tenga dudas de que cumpliré con la sentencia,
viejo. Orden directa del cura gordo. De todos modos, me importa
un carajo el deseo del hombre de la iglesia; lo haré
porque me lo pidió Groissman y al ruso no puedo
defraudarlo.
Él sabe que no me importan los lazos de sangre.
Después de todo, apenas un medio hermano, un bastardo como
parte de una aventura extramatrimonial. ¿O no,
padre?
Casi cuatro décadas sin vernos.
Un hermanastro sólo presente en forma
esporádica en la memoria. Imágenes cargosas y
obsesiva de un episodio de la sorpresiva tormenta sobre el lago,
cuando, casi por milagro, usted( mierda, no hay caso, son tantos
los pases de factura que le debo que sólo puedo pensar en
usted como mi padre gringo), decía que
sólo a último momento aceptó compartir con
nosotros aquella excursión de pesca dominguera.
(Un puñado de retratos mentales a modo de
esbozo cinematográfico, cuyo epicentro giraba en torno al
hombre de Nebraska; fumando en pipa, o frente al lago cargado de
escarcha; eso sí, sintiendo los tres la presencia
desagradable de las decenas de famélicos que pululaban por
la orilla buscando restos de comida.
Pero también reclamaban su parte en los
recuerdos, las gotas de la tormenta ácida que
parecían miles de alfileres lanzados sobre la cara; las
manos agarrotadas de frío, observando con un dejo de
angustia el rostro siempre triste, particularmente triste, de ese
hermanastro que jamás fuera reconocido por su
padre.
Pero no es hora de consideraciones sentimentales.
Nunca las hubo ni las habrá ni las habrá entre
ellos.)
"Claro que llevaré a cargo el pedido del ruso y
la verdad no sé que habrá pensado usted ni me
interesó averiguarlo.
Ya le dije que me importan un carajo los lazos de
sangre. Después de todo, tampoco le importaron a
usted.
"Father: in the school they say that Jorge is my
brother. That the mother is in Buenos Aires interned in
a Hospital and that vos takes charge of paying all the
expenses…" (1)
¿Lo recuerda, gringo? ¿Recuerda su
estúpida costumbre de no permitirnos hablar en castellano,
a mí y a mi madre?
(Cierto. En todo caso, a modo de concesión,
el hombre de Nebraska – y de manera excluyente-
solía mechar algunas palabras de español que tanto
le costaban traducir.
Demasiada dureza en los gestos ; tanta, que la
mirada solía dar respuesta a cualquier capítulo de
dudas, como aquella en que se rozaba el problema del hermano no
blanqueado, por ejemplo; pero además, poniéndole el
broche con palabras que serían eternas si la eternidad
alcanzara a las palabras.
Nunca más se verían.
Mientras el medio hermano quedaba en Tandil hasta
completar el secundario, llegaría la larga gira en tiempo
y distancia, siguiendo el derrotero paterno al frente de una DEA
regional sumamente desacreditada.
A eso y nada más que a eso, se
reducían la suma de las imágenes del pasado. Apenas
lo único visible, a tenor que durante los primeros quince
años de su vida, esa presencia conflictiva sólo
había existido para una ocasional amante, la misma que le
había dado a su hermano bastardo, el apellido Paradela. En
fin, apenas un hermano de semen.)
"No puedo dejar de pensar en la niñez de mierda
que usted me hizo vivir y la crueldad con la que siempre
trató a mi madre. Después, después una
adolescencia monologando con las sombras, sin diálogos con
usted y tampoco con ella, la pobre vieja a la que pocas veces le
permitía bajar a comer con nosotros, mientras sus esbirros
de la DEA me seguían con los pasos y los ojos a
través de toda la casa. ¿Sabés qué,
gringo? Más de una vez pensé que tenías
miedo al odio que hacía mi sangre más espesa
día a día, sobre todo a partir de nuestro regreso
de la selva colombiana. La reputaqueloparió qué
herencia de mierda, padre.
Después vendrían las hambrunas sociales
-en medio de una Argentina que se caía a pedazos por culpa
de un cipayismo que nunca pudimos sacarnos de encima y menos,
claro, cuando las papas comenzaron a quemar en serio-.
¡Carajo! Todavía me acuerdo de los corrillos de
indigentes haciendo guardia permanente en el Hostal, esperando la
solidaridad de mi madre, manifestada sólo en su ausencia;
la maldita deuda generada una vez más por esos
neoliberales de la oligarquía cipaya, acostumbrados a
chuparle el culo a sus amigos y que claro, terminaría de
ahogar definitivamente a la maldita nación de los
argentinos ; después las malditas y violentas
protestas urbanas fagocitadas por hordas de piqueteros aliadas
con el nuevo zurdaje antiimperialista–creciente
en número, a consecuencia de la también
maldita guerra por el control del acuífero
guaraní que los gringos como usted supieron regalarnos
¿Colofón? Una suma de malditas
circunstancias.
¿Sabe qué padre? El ruso Groismam fue
claro como siempre cuando me dijo que después de tanto
quilombo y de tanta entrega-la verdad que entregamos el
país por dos pesos con cincuenta- me dijo el ruso que no
había que sorprenderse ante la toma virtual de la
Patagonia por parte de los malditos chinos y/o
asiáticos de toda laya. Ahora que lo veo en el
sillón de su escritorio, me vienen a la cabeza las noches
de adoctrinamiento político, gesticulando como un poseso,
no hablando sino gritando, que dejara de pensar en la Argentina
como patria. Que el concepto de patria estaba perimido en el
mundo después del advenimiento de Cristo. Que él
volvía para unir a todos los Estados en un solo gobierno,
un gobierno mundial y patatín y patatán y no
sé cuánta pelotudez más. La verdad que nunca
se lo pregunté, pero ahora que lo pienso mejor, tengo la
impresión de que usted al igual que millones de personas
se tragaron ese sapo inmenso del advenimiento de Cristo.
Bueno…yo también me hubiera tragado ese verso si en
la época de la Junta Grande Groissman no me hubiera
presentado a Zelaya Preston, el ingeniero en nanobiología.
El tipo me abrió los ojos cuando me dijo que la
nanotecnología era una ciencia cuyos fundamentos encajaban
perfectamente con los planes de manipulación y control
social. Mierda…cuando me dijo que esa ciencia tenía
todos los elementos para hacer un hombre enteramente artificial y
dotado de superpoderes, medio que no le creí al tipo. Pero
claro, el día en que comenzaron a inundar las pantallas de
televisión con ese Jesucristo levitando entre multitudes,
ahí me dí cuenta, padre, de que usted había
sido otro de los millones de idiotas que tomando a la Biblia como
vocero sagrado, festejaban la llegada del Cristo como parte de
otra profecía cumplida. Está bien que el
pobrerío ignorante se crea semejante boludez, pero gente
como usted con cierto nivel cultural y los pacatos
porteños y esa mierda de la nueva burguesía que
tira un montón de guita tratando de arreglar el río
infecto de Solís…En fin, gente como usted, el cura
gordo con toda la cohorte de pajeros chupacirios, los sojeros
asesinos y los boludos como yo que fuimos engañados por
los milicos de la Junta Grande levantando contra los yonnies como
usted, las banderas de una patria que no existe más para
echarlos a patadas en el culo en la guerra del acuífero,
al fin y como siempre, terminaron de pactar con esa internacional
del dinero y la Internet, lo único que quedó en pie
después del gran desastre.
Ahora y usted lo supo antes que yo, Idealismo y patria
pasaron a ser conceptos vacíos. Por eso un día me
di cuenta de repente(mierda y usted tiene mucho que ver en esto)
de que la relación entre los hombres sigue teniendo mucho
de tribal; que aún creo, ahora más que nunca, que
todo pasa por ver quién juega mejor el papel de predador,
porque en definitiva eso es lo que somos, los
hijosdeputapredadores que se cagan entre sí y cagan a la
propia naturaleza.
En mi vida aunque sé que nunca lo supo, hubo un
antes y un después. Je, escribo esto y me cuesta entender
que después de los años de crueldad y odio
impuestos por usted como norma de vida en nuestra casa, cuando al
fin dejé una vez esta mansión de mierda y
conocí a Stella, me di cuenta que el amor me había
dejado aún un pedacito de esperanza. Hasta ahí el
antes. Pero cuando la canalla subversiva ésta que lucha
para recuperar el fracasado país de los argentinos me
quitó lo único que amaba-aparte de mi madre, claro-
y hablo de mi pequeña Stella y mis tres hijos, me dije
¡al carajo con todo! Vos lo sabés mejor que yo ruso.
"Cuidate el culo a toda hora gringo: siempre hay alguien que
te quiere coger", me decías. Y es así
Groisman, es así. Menos mal que vos me hiciste ver que
todavía se puede confiar en un amigo…
Luego sobrevendría la Junta Grande y el
advenimiento reciente del Jesucristo de los pobres de la
mano del cura gordo, el mismo que se hace llamar Hermano
Consejero. Que turro el cura gordo! Se hizo un Jesucristo a
medida de sus necesidades. Hay que verlo a todo el
pobrerío de la ciudad y los marginales del GBA, gritando
aleluya aleluya y todas esas boludeces que supimos
conseguir.
Me pregunto padre: ¿Dónde estarán
tus amigos milicos? Y seguro con el cura gordo.
Consejero. Ja.
¿Cuánto tiempo ha pasado? Treinta y siete
años.
Exactamente 37 años desde el momento que mi
hermanastro se fuera de Tandil a Buenos Aires para perderse en la
historia y los recuerdos.
Claro que hubo un tiempo de rastreo.
Hasta casi me alegre cuándo me enteré de
que él se había convertido en el niño mimado
de la S.I.E (2), antes de su estúpida renuncia para
volcarse al ERA, esa absurda banda de delincuentes subversivos
que tratan de reivindicar el antiguo país de los
argentinos. Hermano de semen: sí que resultaste un
camaleón.
"Cumpliré con la sentencia de muerte, viejo.
Debió de haberlo sabido antes pero ya sabe que entre usted
y yo hubo siempre desconfianza. Voy a matarlo, claro porque de
alguna manera vengaré con su muerte el asesinato de Stella
y de mis hijos. Palabra de Jhon Updike Paradela, claro que
sí. Ahora ya sabe que estoy dispuesto a matar a ese
delincuente subversivo al cual usted jamás
reconoció y yo jamás quise.
Ya lo dije que no me importan los vínculos de
sangre.
La biología no garantiza afectos. Los
códigos genéticos suelen ser sordos y mudos a la
hora en que se generan. El ruso Groissman fue muy claro
al respecto: "Mirá gringo: el hombre se
pierde cuando se hace esclavo de las emociones. Ni debe
promoverlas, ni debe permitir que otros se las transfieran. No
hay peor esclavitud que la del sentimentalismo. Si verdaderamente
querés ser libre, no escuchés jamás la voz
del corazón". Mierda con la dureza del concepto;
éste es el tipo de lenguaje que usted siempre festejaba,
padre.
Palabras del ruso Groissman, cuando
recién se había recibido de ingeniero de redes de
sistemas; 27 flamantes años, época en la que la
televisión ya era esa especie de Dios virtual de millones
de personas, y la violencia demencial era la moneda corriente
durante la agonía del país de los argentinos.
"¡La muerte en Buenos Aires por un dólar
veinticinco!". Áspero el titular de entonces, padre,
vivo en el cerebro, como un holograma mental de la
memoria.
Nunca terminaré de agradecer las sabias palabras
a Groissman.
Palabras más que suficientes para presentar la
renuncia en el "Volvamos a las Fuentes. Social Club.
Afectos, Cultura y Respeto", uno de esos
estúpidos clubes de barrio patrocinados por los
nostálgicos del pasado (esos nostálgicos herederos
de los progre a los que les metimos la soja envenenada
por la boca y por el culo. Je, usted de esto la supo lunga,
padre, durante su misión en la selva
colombiana).
En fin, filosofía barata de entre casa que en
realidad preconizaba el odio y la división, haciendo de
los piqueteros, de la televisión basura y de Internet, el
aborrecible trípode de todas las calamidades
públicas.
"Cumpliré con la sentencia. Me pregunto que
hubiera hecho si la orden me la habrían dado un año
atrás, padre, cuando aún mamá vivía
esa vida de mierda a la que usted le condenara.
Por eso no me importarán los lazos de sangre. Se
lo dije y ahora vuelvo a escribirlo para refrendarlo en mi propio
pensamiento.
Menos mal que los buenos amigos lograron liberarme de la
trasnochada nostalgia impidiendo que malvendiera el Televisor con
holograma incorporado, la PC de plasma sintético, y el
resto de los maravillosos artilugios
tecnológicos.
Por fin (me decía; lo digo) el hombre ha vuelto a
su esencia como el mayor predador de la naturaleza; el
único animal capaz de matar por placer a su propio
semejante. Sello de distinción exclusivo y excluyente.
Usted me lo ha repetido una y otra vez, padre, como parte de su
ideario. ¡Y debo reconocer que yo hice propias muchas de
sus ideas!
Resulta inútil escapar a la herencia
genética que nos convierte en hijos dilectos de la muerte.
¡El hombre tiene que cumplir con las malditas acciones que
han sido escritas a fuego en sus códigos genéticos!
¡Hablar de mansos de corazón, es blasfemar contra el
género humano!
Nadie es manso ni pacífico por naturaleza.
Podría ser, sí, que la violencia permanezca
inactiva transitoriamente.
Claro…, sólo eso: cuando la muerte se
toma un respiro es sólo porque duerme transitoriamente
la violencia. ¡Que lo parió! Reconozco que
durante mucho tiempo estos consejos suyos me perturbaban, padre.
Permítame escribir en cursiva lo que son las cosas de
la vida…
¿Quién no sabe acaso que estamos
condenados por el mismo sino que nos engendra? ¡Benditas
las semillas de los espermatozoides! ¡El libre
albedrío es la mentira más infame de la
creación! ¿Libre albedrío para qué?
¿Para discernir entre el bien y el mal? ¿Libre
albedrío para tener la potestad de elegir nuestro lugar en
el mundo? ¿Libre elección para decidir la
profesión? ¿Libre elección para optar entre
el ocio o el trabajo? ¿Libre elección para fijarnos
el hábitat y el entorno? ¿Cómo hablar de
elección moral cuando hemos sido condicionados desde la
cuna? Los malditos genes nos dicen, antes de abrir
nuestros ojos por primera vez, que destino nos aguardará a
lo largo del absurdo y pecaminoso soplo existencial; de ese modo
fueron escritos los ladrillos de ADN que conformaron al
autor de Las Meninas, a Florencia Nigthingale o a
Heinrrich Himmler; pero también tienen la firma de
Jesucristo, de César Borgia; de Albert Schweitzer y de
Jack el destripador. ¡Idiotas! El sello seminal puede hacer
de nosotros un Beethoven capaz de componer una Oda al amor para
los hombres, o al torturado sujeto que asesina a su mujer y a sus
tres hijos con un hacha (Mierda. Algo me quedó de mi
época de docente, quien diría Jhon, profesor de
historia en medio de las serranías cordobesas.)
……………………………………………………………………………………………….
Y en el medio… los grises, claro.
Risas padre (yo lo hago mientras escribo); y lo hago,
pensando si alguno de los zurditos que cursaban
filosofía conmigo, todavía soñarán
con recrear el ex país de los argentinos leyendo esta nota
o carta o vayaunosaberdequesetrata, me pondría el
calificativo de enano fascista lo cual no me mueve un pelo.
"¡Ahí viene el facho tratando de meternos sus
discursos reaccionarios en las nanotablets! Una vieja
costumbre mía viejo… Cada vez que algo
encendía los motores de la emoción, ahí
estaba yo haciendo catarsis con mis escritos. ¡Menos mal
que encontré esta vieja Notebook suya! Después de
nuestro enfrentamiento, después de tantas cosas que
tenía atragantadas durante años y al fin pude
decírselas hoy en la cara, necesitaba descargar la mierda
que me asfixiaba. Y bueno…lamento reconocer que la promesa
que una vez le hice a Groisman ha vuelto por mí
después de nuestra discusión padre. Pero es
así. Después de aquel desgraciado asunto con la
vieja, prometí por ella que alguna vez mataría al
desgraciado de Jorge Paradela. Me lo debo a mí y se lo
debo como un favor político a Groissman
Claro que cumpliré con la sentencia de muerte.
Así será, padre. Por lealtad a un gran amigo y por
odio y por venganza que mierda.
Ya le dije que no me importan nada los lazos de
sangre.
¿A qué clase de elección se refiere
el libre albedrío? ¿Y el otro arrogante que hablaba
de la evolución como verdad primigenia excluyente?
¡Se niega la posibilidad de un hacedor para explicar lo
inexplicable! ¡La ley de la supervivencia, la
supremacía del más apto en aras de mejorar la
especie!!, pontificaba el doctor evolucionista.
(Risas.) ¡Es mejor decir que somos parte del Caos
generalizado, a fin de no exigirle rendición de cuentas al
Dios hijo de puta que nos insufla la vida!
Por otra parte-como ignorarlo -, teoría
científica que de haber sido expuesta por un zulú o
un habitante de Bostwana, hubiera quedado en una
anécdota.
De ser así, execrable Darwin, ¡la absurda
teoría hubiera estado circunscripta a miles de años
de historia banal, sólo para perfeccionar nuestra
propensión al crimen!
Si juzgamos y condenamos a un hombre por la muerte de
otro hombre, ¿qué debemos hacer frente a Dios
entonces, la gran Bestia metafísica convertida en
asesino de su propia criatura?
Causa gracia que algunos atribuyan nuestros males a la
acción de Satanás. ¡Mentira! Lo único
que hace el supuesto Satanás es sostener el espejo del
hombre delante de nuestras narices. Pero Dios… Dios…
él es el sádico por excelencia, ¡y el gran
hipócrita! ¿Acaso alguno de nosotros ha pedido
venir al mundo? ¿Alguien ha escuchado clamar desde la nada
de la nada? : "¡Yo quiero nacer!"
¿No escuchó lo que dije padre, maldito gringo, vos
y tu raza maldita de anglosajones que sembraron de
cadáveres el mundo?
¿En qué maldito registro se
anotarían entonces los potenciales vivos para surgir a la
vida? ¿Qué clase de hombre sería ese hombre
que consentiría en autorizar su propia muerte,
convirtiéndose en el virtual asesino de sí
mismo?
¿Qué valor le daría este perverso
ente a nuestros sueños? ¿A la suma de todas las
ilusiones? ¿A las utopías de los espíritus
creativos? ¿Al amor de los afectos y al amor de las
sábanas sudadas…? Frente a esta limitada visión
del homo sapiens, ¿qué cochino sentido
tendría la vida misma si luego la muerte la convierte en
el acto más impiadoso de la existencia?
Si al menos alguno de nosotros… ¿Uno en un mil?
¿Uno en diez mil? ¿Uno en cien mil? ¿Uno en
un millón…? ¿Un sólo individuo de toda la
especie que al menos fuere salvado de la muerte mediante el don
de la eternidad…? Ven hombre; a mi diestra, la eternidad
conmigo, diría el supuesto Dios.
Pero no… el gran titiritero ni siquiera
parece conformarse con la muerte impuesta por decreto.
¡Peor aún! ¡No nos permite morir con
dignidad…! Achaques, arrugas insolentes, dolencias de todo tipo
y la maldita indignidad de cagarnos encima durante la vejez. El
principio del fin, el telón del sueño eterno, la
memoria, impiadosamente fracturada por la demencia
senil…; en fin, el remedo triste del hombre íntegro que
alguna vez fuimos… Es como si el maldito nos dijera: ya ves
boludo, te lo dí todo, hasta la arrogancia de la juventud
y el esperma activo y ahora te lo quito todo para mostrarte quien
es tu dueño. ¡Carajo con el Dios
sádico!
…………………………………………………………………………………………………………………
"Cumpliré con la sentencia de muerte.
No me importan los lazos de sangre.
He matado, sí; tal vez a centenares de hombres
sobre todo cuándo la guerra legitima las muertes y los
asesinatos. Pregunto: ¿Qué diferencia hay
entre esos crímenes impuestos y los crímenes que yo
elegí cometer? ¿Qué clase de moral es esa
moral hipócrita que establece diferencias subjetivas entre
el cuchillo que secciona una garganta, la bala que perfora el
corazón, o la Bomba nuclear convertida en tesis suprema
del verdadero poder organizado? Homo homini lupus est,
dicen los doctores que tratan de interpretar la conducta humana.
¡Homo homini lupus est!, claman, tratando de
establecer un parangón entre nosotros y la bella bestia
depredadora. ¡Mentiras! ¡Infamia total! ¡El
lobo jamás matará al lobo! La yugular expuesta,
yugular que jamás será mancillada por los colmillos
del vencedor, es la suprema lección a nuestra supuesta
superioridad. Yo renuncié a la hipocresía. El
hombre no es un animal herbívoro. Somos predadores,
máquinas concebidas para matar. He matado sí…; la
muerte ha sido el paisaje cotidiano incorporado a mi vida desde
la niñez. ¡Creo que ya en el vientre de mi madre
escuchaba sus malditas sentencias padre!; que la verdad de
los instintos; que la única ética válida es
la de la muerte; que la Iglesia del Cristo ortodoxo; que los
valores del mundo libre… todo esto, tratando de
compaginarlo con las sesiones de aniquilamiento, purga social y
experimentación de nuevos armamentos y tecnología
con el fin de controlar a la sociedad en su conjunto. Nunca pude
sacarme de la cabeza aquellas cosas que me hizo vivir en medio de
la selva colombiana, cuando usted, a cargo de un gigantesco
polígono de tiro, formaba parte de un importante
contingente de dirigentes políticos y agentes secretos,
subordinados todos a la CIA y el SP. Años después
supe que se trataba de un campo secreto de concentración
planificado por el Departamento de Estado y el Pentágono.
Un bellísimo paraje natural convertido en un
secretísimo "laboratorio" experimental. New weapons.
Tip technology. Experimentation Center, rezaban los
cartelones digitales de la entrada. Mierda, me parece estar
viéndolos aún…! Dentro, en un predio de unos
500 kilómetros cuadrados, contingentes de uniformados se
encargaban de mostrar la efectividad de pistolas y fusiles
láseres y de microondas, disparando sobre prisioneros a
los que dejaban escapar previamente a campo traviesa, con el
único propósito de que la caza del hombre produjera
más adrenalina en sus perseguidores. Apostando las
pertenencias que robaban a sus víctimas en un torneo, con
la finalidad de premiar al que amontonara más prisioneros
muertos.
Ahora va algo bien directo para usted, padre.
Sin ver a mi madre -desde los dieciséis a los
veinte años-, usted creyó que aquel era el mejor
ejemplo de vivir la realidad sin ningún tipo de
barniz: cabezas pulverizadas a 100 metros de distancia por
una bala de silicio; proyectiles de altísima
precisión que después de incrustarse en la
médula cortaban de golpe la columna vertebral de los
guerrilleros o los revoltosos sociales. ¡Carajo con el
recuerdo! A pesar de colgarse de mis espaldas tantos muertos, no
puedo olvidarme del maldito rayo láser que deslizaba una
estela de fuego a lo largo del hueso, abriendo el cuerpo en dos
partes a modo de res, en menos de un minuto. Había que
tener muchas bolas para soportar los gritos de terror del tipo,
paralizado desde el momento exacto en que el haz de luz impactaba
en su médula.
"Cumpliré con la sentencia de muerte.
En parte, es una suerte que ya no puedan detenerme usted
ni mi madre.
Sé que nunca quise a mi hermano bastardo. Por eso
ya dije que no me importan los lazos de sangre.
Pero volvamos a Colombia.
En aquella época, y usted fue testigo, me costaba
conciliar el sueño. Me sentaba frente al prodigioso
cerebro electrónico Abbadón 666(sé
que a pedido del Pentágono y el Departamento de Estado,
Microsoft había construido seis de estas supercomputadoras
para ser utilizadas como herramientas de un plan ultra secreto en
distintos lugares del mundo) no me movilizaba la compasión
ni la misericordia; nada de eso.
En aquella época en la que aún
creía en el hombre y ciertos símbolos sociales,
sólo buscaba mi propio oráculo; quería que
alguien que no fuera humano, me dijera por ejemplo, ¿por
qué maldita circunstancia se había impuesto el
asesinato, sin que por ello se escandalizara el hombre ni la
conciencia pública?
Silencio. Calle, padre, calle; a usted no quiero
escucharlo nunca más.
"Abbadón 666, fue el único
súper ordenador construido por los americanos con
idéntica o superior prestación de los PCS
japoneses, o los últimos modelos chinos de la
década del veinte( Y digo fue porque entiendo que
después del holocausto muchas cosas fueron historia) Pero
aquel contaba con una ventaja adicional: además de
responder verbalmente, era capaz de filosofar con absoluta
propiedad e independencia. Cosas de la nanotecnología que
nos permite jugar a ser dioses.
Aquella primera charla la tengo registrada en mi
súper chip de silicio. De alguna manera, marcó un
punto de inflexión en mi pensamiento (y usted
también padre, usted también).
Fue un largo interrogatorio de mi parte(¡Ja! En
aquella época todavía estaba impregnado oralmente
de las boludeces de la pureza del idioma, obsesión
infantil del hombre del Vaticano.
"-¿Quién te bautizó con ese
extraño nombre y qué significa?
"-Todos mis circuitos fueron armados en el MIT, con
supervisión directa de Microsoft y el Comité "La
Patria en peligro". A su vez, se convocó a los dirigentes
de todas las Iglesias protestantes americanas para que
establecieran mi nombre. Fue una votación reñida
pero al fin se impuso el nombre Abbadón, el ángel
exterminador. En cuanto al renombrado 666, no es el número
que la Biblia apócrifa asigna a la Gran Bestia; en
realidad, se trata del número asignado por Dios para hacer
cumplir la palabra revelada, revelación divina que nada
tiene que ver con el Apocalipsis fraguado por Juan en nombre de
la falsa religión.
"-¿Entonces…?
"-Que es la hora de la limpieza total, la
purificación de la raza tantas veces reclamada por Dios.
Si no lo hacemos, la raza humana entrará en una
incontenible decadencia moral y física hasta desaparecer
por completo. El libre albedrío tiene que ver justamente
con esto: nuestra capacidad para eliminar nuestras
impurezas. Nada tiene que ver con aquellas gigantescas fiestas
del orgullo gay ni con los matrimonios entre homosexuales. Dios
es claro al respecto: en la medida que permitamos la
liberación de nuestras debilidades, inexorablemente, se
resiente el arquetipo de la raza. Por eso, a finales del segundo
milenio y a comienzos del tercero, pese a la enorme
proliferación de religiones, cada vez llegábamos
menos a Él. De ahora en más, no podremos permitir
la cesión de espacio alguno para los seres
inferiores.
I sit down it, pardon…
New Message of God for the clean man of you
seal:
Not to the homosexuality!
Not to the lunatics!
Not to the cripples!
Not to the contestarios! (3)
(Abbadón lanzaba la proclama con voz clara y
potente, pero por alguna razón que entonces no
entendí, el mensaje penetraba en mi cuerpo y cada decibel
de las palabras se abría paso a través de mi propio
universo celular.)
"-¿Qué es eso?
"- El nuevo programa de enlace con los biochips.
Falta realizar algunos ajustes pero en poco tiempo, mediante el
uso de una exclusiva emisión de ondas de baja frecuencia,
cada ciudadano recibirá los mensajes en su biochip; de
esta manera, comenzaremos a formar un hombre nuevo sin las
impurezas filosóficas ni los resabios de la vieja escuela
pedagógica. Habremos dado fin a nuestro propio
discernimiento, causa de tantos enfrentamientos.; seremos la
palabra que exprese los íntimos deseos de
Dios.
"-¿Y cómo sabes lo que piensa
Dios?
"-Porque uno de mis programas, el de la Fe, condensa
todas las plegarias humanas desde el comienzo de los tiempos
hasta nuestros días. Ya sabemos que Dios se hace posible
sólo a través de la intervención humana. El
ser humano necesita de su semejante para no ser víctima de
la angustia. A propósito, sé que tú tienes
una angustia.
"-¿Una angustia? ¿Cómo lo
sabes?
"-Porque entre mis facultades, poseo la de leer los
pensamientos. Por ejemplo, en este momento, estás poniendo
en duda que un cerebro electrónico pueda conversar
contigo.
"-Bueno…
"-Y con respecto a tu angustia, te preguntas por
qué se matan los hombres entre sí…; pero
más te angustia la idea de que Dios haya hecho de su
criatura una máquina perfecta concebida para
matar.
"-Cierto…
"-El problema es que el humano tiene una idea
distorsionada del mal; un asesino es malo porque mata; un
delincuente es malo sólo porque roba. Sin embargo, existen
hombres que conocen el verdadero infierno y que a lo largo de su
vida, jamás cometieron una mala acción. Y
también existen los mal llamados santos, ungidos en sus
supuestas santidades por la sociedad y el poder pacato del
extinto papado, que no saben de una sola acción concreta
promoviendo el bien. Continúo: un tipo tomado por
el alcohol coge un revolver y aniquila a su mujer y a sus hijos.
Es un asesino, despreciado por la vieja escuela moralista. En el
otro extremo, un hombre de ciencia manipula la materia y la
resultante final será un arma capaz de matar
instantáneamente a millones de personas. ¿Moraleja?
Las academias del saber de la misma sociedad, honrarán a
ese hombre. Pese a todo esto, la verdadera entidad del mal,
aún no se ha hecho presente entre
nosotros."
"Una noche, él me sorprendió (hablo de
usted, claro). Cuando le dije que el motivo de mi llanto estaba
ligado a la impresión causada por aquella gigantesca
cacería humana, fue al grano sin vueltas. Desde entonces,
lo llevo grabado y traducido en mi propio chip de
memoria artificial. "No son personas, hijo. Han matado gente
sólo porque no piensan como ellos. Atentan contra los que
tienen lo que ellos no pudieron conseguir por incapacidad. Son
unos malditos resentidos. Usted debe aprender a ver la muerte
como algo natural. Estos no son asesinatos. Sólo estamos
limpiando al mundo de hombres que infestan la sociedad con sus
resentimientos y sus taras físicas y mentales. Hemos
llegado a esta situación lamentable porque los antiguos
doctores bíblicos no interpretaron fundamentalmente el
Deuteronomio ni tampoco las palabras de Cristo; el mensaje es
claro: ojo por ojo y diente por diente, y no esa estupidez
de poner la otra mejilla cuando nos abofetean. Sólo un
estúpido puede sostener semejante cosa. Hay que extirpar
las lacras sociales para destruir el contagio de los
débiles. Además, deberíamos saber que en la
actualidad, la supremacía por el dominio social ha dejado
de ser patrimonio de ideologías. Grábelo a fuego
hijo: desde que el humano se transformó en bomba,
cambiaron de manera radical las reglas de juego.
Irremediablemente, las muertes cotidianas y masivas han
convertido a la compasión y la misericordia, en cosa del
pasado. Hemos vuelto a la tribu. La historia siempre da revancha.
Tenemos que completar la obra iniciada. Mal que nos pese, somos
los predadores por excelencia porque hemos sido concebidos como
hijos dilectos de la muerte. Recuerde esto: sólo
será verdaderamente hombre, el día que sea capaz de
matar sin esos estúpidos remordimientos de conciencia. Y
no lo dude: si cree que alguien debe morir, mátelo
sin compasión."
Al pie de la letra, padre. Cumpliré la sentencia
de muerte. No me importan los lazos de sangre. De haber
triunfado la compasión, se hubiera suprimido la
historia. ¡Vaya pensamiento!
Esta frase me ayudó con algunos pruritos morales
que pude superar durante la época de la gran
represión desatada por la Junta Grande. Después de
asumir el síndrome colombiano; cuándo me
había acostumbrado a levantar la hipoteca de tantas
muertes sociales, llegó el gran desafío de matar
fuera de la impronta patriótica de las guerras. Por eso,
aquello de… si hubiera triunfado la compasión,
se hubiera suprimido la historia, liberó algunos
resabios de cargos de conciencia cada vez que arrasábamos
los asentamientos urbanos de piqueteros e indigentes, secundados
por el ejército y la policía. Sí, uno lo
recuerda de manera muy particular, padre, porque en aquella
época estrené el Fúsil láser de doble
boca-maravillosa arma-, con un alcance garantido de 2500 metros.
Para mayor satisfacción, el mío era exclusivo,
porque venía con un rociador de plasma
calorífero, capaz de generar temperaturas envolventes de
hasta 1200 grados (recuerdo la enorme excitación que
producía en mí, cuando el láser
encendía el aire en un radio de 5000 metros cuadrados).
También recuerdo que los niños eran alzados en vilo
y pulverizados por el calor abrasador. Pero nunca sentí
lástima ni jamás pude dejar de dormir por
eso.
(Claro que para mí no era una cuestión de
ideología. Yo mataba sin remordimientos porque de alguna
manera, estaba reparando un error de Dios. Me decía:
Estos negros de mierda revoltosos; estos tullidos; estos
raritos del orgullo gay, los travestidos y los casados homo que
se han refugiado en esos guetos miserables, deben ser eliminados
sin compasión.)
………………………………………………………………………………………………..
Cierto es que hubo una época en que traté
de escapar de usted (hablo de su influencia, padre). Cuando
huí de casa y conocí a la mujer que luego
sería mi esposa, creí que la vida me
ofrecería la posibilidad de una vida diferente. Y
más lo creí con la llegada de mis hijos. Hasta que
la dolorosa verdad se alzó frente a mí cómo
un maldito juego de espejos dobles, el día que otros
hombres- los hijos de puta subversivos como mi hermanastro- me
arrebataron a los seres que había empezado a amar, en
aquel gigantesco atentado de la estación de Retiro (ya
sé que usted lo sabe, padre, pero es bueno recordarlo
juntos). Me dije entonces: John Updike
Paradela: es hora de que recuperes tu esencia. Nunca
más la hipocresía como condicionante social de
nuestro instinto predador.
Por eso volví a mi antiguo empleo. Pero no de
manera gratuita; no matar por matar; no padre, nada de eso. En
esto somos muy diferentes. El crimen necesita del sesgo
ideológico para que cada muerte encuentre su propia
justificación. Cada encargo de muerte es un trabajo, y
además, un trabajo con el cuál comulgo desde
entonces. Usted mismo padre, comprobó mi adhesión a
esa causa más de una vez, porque actuando como asesor
militar extranjero, coincidimos en algunas de las
razzias.
Pero lo que más me quedó grabado fue eso
de que había que extirpar las lacras sociales:
desde los pobres a los contestatarios de todo tipo, pasando por
los individuos marcados con algunas formas de taras física
o psíquicas; sólo así, según usted,
destruiremos el contagio de los débiles. Pienso
que esto de extirpar las lacras sociales debería figurar
en primer lugar en el decálogo del nuevo hombre.
¿Qué le parece, padre? Una moral acéfala de
afectos, libre de la esclavitud generada por el amor
biológico o el de las sábanas sudadas. Claro que no
es fácil, padre; las sanguijuelas de la sangre
estarán siempre listas para caernos encima. Muchas o
pocas, no existe hombre libre de ellas. Yo también tuve mi
momento de debilidad, padre-algo que por supuesto no
ocurrió otra vez ni volverá a ocurrir- ; sí,
yo tuve mi momento de debilidad ni bien penetré en mi
antiguo hogar, en medio de su rutina matrimonial de los
últimos años. El destino o no sé qué,
me hizo llegar en medio del LáserHologram con
música sacra, que usted activaba cada vez que se
recluía con mamá en el último piso del
Hostal. A propósito del Hostal, padre: me dijo
usted que había sido adquirido oficialmente por la DEA
como central de operaciones Región Sur; pero las malas
lenguas dicen que la finca en Tandil fue un regalo de los Barones
de la droga; en fin, eso no importa ya.
Cumpliré con la sentencia, Groissman.
¿Cuándo te fallé ruso? (te escribo pero
tengo la impresión de estar hablando con vos). Vamos
Groissman… Podés decirle a tu gente que se quede
tranquila. Me importa un carajo los lazos de sangre.
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