PRESENTACIÓN
"Aún no se ha deshecho el humo, o
la niebla de él" Fray Bernardino de
Sahagún
El guatemalteco Julio Santizo Coronado publicó
Relatos para la pira (2012), obra que contiene diez
narraciones, las cuales ofrece para que "la pira de la
opinión pública" disfrute su contenido y se
dé el gusto de criticarlo, cuestionarlo, felicitarlo o
envíe al anaquel respectivo de su biblioteca personal el
ejemplar que adquiera, cuya venta fue anunciada por el autor a
partir del 4 de agosto del año en
mención.
Quien esto firma tuvo la modesta oportunidad de
garabatear un breve "Prólogo", el que por sus
características no podía constituirse en un estudio
preliminar de los relatos, pues ello equivaldría a abusar
de la confianza de Santizo, quien los imprimió como
edición de autor. La obra tiene una particularidad
especial: presenta etapas seleccionadas de la vida en Guatemala
de un emigrante noruego. Su autor lo describe como
sigue:
"Karl Søndersøn nació en la
provincia noruega de Nordland en 1945. Dan testimonio de ello
estudiosos y notables abogados, aunque se desconocen día y
mes exactos. De padre danés y madre noruega, sus
biógrafos no han precisado en qué municipio de
Nordland vio la luz. Esa época de su vida es
particularmente oscura. Sin embargo, escritos que nos legó
en su lengua nativa, y en los que empleó tanto la
escritura bokmål de su provincia como la nynorsk, prueban
que mucho antes de que emigrara a tierras americanas se dedicaba
a la escritura. Desde temprana edad era conspicuo su deseo de
acrecentar su cultura, por lo cual era denostado por sus
condiscípulos, aunque él nunca negó su
humilde origen a fin de no ser tenido por pedante. Las abundantes
referencias a los fiordos noruegos –especialmente el
Ofotfjord– hacen pensar que moró en esa localidad.
Sus conocimientos de pesca, navegación y de la vida
insular apuntan a que probablemente vivió una buena
temporada en la isla Langøya. Aunque se trasladó en
1965 a la América Central, nunca olvidó su
terruño. A ello obedecen las referencias a islas, islotes
y al aislamiento en su poesía y en sus cuentos (publicados
póstumamente en raros libros de reducidas tiradas).
Aprendió el castellano en tierras americanas, lengua en la
cual escribió parte de su producción literaria, la
cual quedó dispersa en periódicos de Guatemala,
donde fijó su residencia. Sus restos descansan en el
Cimetière du Père Lachaise, en París,
Francia, junto a Asturias, Balzac, Apollinaire, Gómez
Carrillo, Proust, Wilde y Fuentes. Nunca se supo qué
motivó a Søndersøn a trasladarse de la
tierra de Ibsen, Amundsen, Grieg y Munch a una región
pobre y analfabeta, ya que no tenía vocación
docente ni existen datos que indiquen que haya pertenecido a
grupo misional coercitivo."
Karl Søndersøn
"moró en esa localidad"
Fiordo Ofotfjorden o Narvik (Noruega)
Fuente: Wikipedia
En el presente Ensayo se plantea el complemento de lo
escrito en su oportunidad, y por ello se abre el estudio con el
subtítulo "Lo que no se dijo en el Prólogo",
agregando algunos detalles que se considera pudieran interesar
habida cuenta que de Karl Søndersøn
"Aún no se ha deshecho el humo, o la niebla de él",
no obstante que falleció presumiblemente en el año
2003.
Sabiendo que no es primera vez que en una obra su autor
utilice la figura de un personaje central poseedor de un diario,
se aborda con un breve ejemplo de otro escritor mexicano que
vivió en Guatemala por poco tiempo, comparándolo
con el creado por Santizo; de ahí el epígrafe: "Un
personaje de ficción que escribe en un diario".
Sin descuidar que deben ser los lectores de Relatos
para la pira (2012) quienes se expliquen y determinen
qué les parece la decena de narraciones que incluye, el
responsable de este Ensayo se toma la libertad de ofrecer
"Algunos comentarios a los diez relatos", con la confianza en que
de algo podrán servir las reflexiones que
propone.
Al final, se transcribe el "Prólogo" original
para que el paciente lector lo tenga a la mano, y se
acompaña la lista bibliográfica exigida para este
tipo de trabajos.
I. LO QUE NO SE
DIJO EN EL PRÓLOGO
Señala el peruano Mario Vargas Llosa en La
civilización del espectáculo (2012), que
actualmente priva la cultura light, el intelectual ya no
aparece por ningún lado porque casi nadie atiende su
opinión, amén que sus propuestas analíticas
no son examinadas por los llamados a estudiarlo, cuestionarlo o
aplicar sus consejos. Si bien el presente Ensayo no tiene el
propósito de realizar una crítica al libro
Relatos para la pira (2012), tan solo reseñar su
contenido, se está consciente de lo afirmado por el Premio
Nobel de Literatura:
"Tampoco es casual que la crítica haya poco menos
que desaparecido en nuestros medios de información y se
haya refugiado en esos conventos de clausura que son las
Facultades de Humanidades y, en especial, los Departamentos de
Filología cuyos estudios son sólo accesibles a los
especialistas. Es verdad que los diarios y revistas más
serios publican todavía reseñas de libros, de
exposiciones y conciertos, pero ¿alguien lee
a esos paladines solitarios que tratan de poner cierto orden
jerárquico en esa selva promiscua en que se ha convertido
la oferta cultural de nuestros días? Lo cierto es que la
crítica, que en época de nuestros abuelos y
bisabuelos desempeñaba un papel central en el mundo de la
cultura porque asesoraba a los ciudadanos en la difícil
tarea de juzgar lo que oían, veían y leían,
hoy es una especie en extinción a la que nadie hace caso,
salvo cuando se convierte también ella en diversión
y espectáculo." 1
A juicio de quien esto escribe, el propósito de
los relatos que ofrece el guatemalteco Julio Santizo Coronado
(1965) no es solamente distraer cual si de un entretenimiento se
tratara, sino resaltar para el lector varias situaciones que
seguramente le resultarán aprovechables, a la par de
divertidas. Por tal razón, téngase presente la
advertencia del italiano Humberto Eco en Confesiones de un
joven novelista (2011):
"[…] la literatura, creo, no está pensada
solamente para entretener y consolar a la gente. Pretende
también provocar e inspirar a leer el mismo texto dos
veces, quizá incluso varias veces, para poder entenderlo
mejor" 2
En abril de 2012 el poeta Santizo Coronado
sorprendió con la publicación de su
Poesía incompleta, que contiene poemas escritos
entre 1990 y 2011; y más sorpresivo fue observar que en
agosto del mismo año se da el lujo de imprimir una segunda
edición, revisada y aumentada, digna de recordarse en el
presente, en virtud que su nuevo aporte a la literatura
guatemalteca, Relatos para la pira (2012), constituye
una breve colección de 10 narraciones, y también
tiene la característica de haber sido realizada su
reproducción con esfuerzo propio ¡y en el mismo mes
que imprimió la segunda edición de su obra
anterior! Las editoriales de "marca conocida" aún no se
toman la molestia de incluirlo entre sus autores; ellas se lo
pierden.
Santizo Coronado no es principiante en eso que varios
llaman la escritura. Ha publicado artículos informativos y
analíticos, ensayos, cuentos y poesía, de manera
periódica o eventual en los siguientes medios de
comunicación impresa de Guatemala: Diario El
Gráfico (1992-1993), El Humanista, USAC (1990,
poesía), Nuestro Diario (diciembre 1999, artículos
en sección Familia); pósters educativos (Nuestro
Diario, lunes y jueves, de agosto de 2000 a junio de 2001);
Siglo.21 (Letras de Cierre, Magacín 21, El Hormigo, Hoy en
la costa); columnista de ALDía, junio de 2001 a 2004,
columnas Letra de Papel e Ideario (la segunda calzada con el
pseudónimo Facundo Urrea) y Local Times hasta e inclusive
en agosto 2012 (periódico que se distribuye gratuitamente
en las colonias aledañas a la salida por la carretera a El
Salvador). En Honduras, Semanario Cultural de San Pedro Sula
(1994). Siendo un hombre de este tiempo, sus trabajos literarios,
de gramática y ortografía, y memorias, los tiene
"colgados" en un blog de la Internet ("El ideario de un
escribiente", octubre de 2010 a la fecha, mismo que antes
tenía por nombre "El Ideario de Facundo").
3
Además de escribir artículos en los
diarios mencionados, fungió en varios de los mismos como
corrector de pruebas, pues en su haber tiene serios estudios y
experiencia en materia de filología, gramática y
ortografía, tarea que sigue realizando en su
blog. Dicha labor también la desarrolló
inspeccionando y corrigiendo el texto de la novela Barcos que
se cruzan en la noche (2011), del cubano Andrés Jorge
González, a pedido del mismo, y por ello
éste le agradece la revisión;
4 posteriormente escribió una
reseña de la obra. 5
Años atrás igual actuó de
corrector de otra novela del cubano de la "Isla Grande": Te
devolverán las mareas (1998).
Relatos para la pira representa la
integración de diez cuentos redactados la mayoría
en el año 2003 y uno en 2011; excepto dos publicados en
2003, el resto estaba inédito. 6
El autor esperó pacientemente durante casi diez
años para divulgarlos, con el mérito de hacerlo por
su cuenta y riesgo; las grandes y reconocidas empresas del mundo
de los libros posiblemente le pedirán que les ceda, venda
u obsequie los derechos de autor. Con esto, confirma lo que
escribió precisamente en 2003 en el poema "Con diez
años de menos":
"Si tuviera diez años de menos,
también menos problemas y mucho
más aliento, me embarcaría de
mañana a buscar una isla incólume para vivir una
locura; de esos dulces disparates que al
corazón rodean con un mar de inquietud
y ríos de nada importa en
océanos de añoranza."
7
Pasada una década Santizo realizó el
esfuerzo de ordenar y organizar sus materiales para ofrecer el
relato comprimido acerca de la vida y pensamientos del noruego
Karl Søndersøn (1945-c.2003), quien vivió en
Guatemala (en la Antigua Guatemala y la capital), en esa que
podría la "isla incólume" a que se refirió
en 2003.
Si alguien duda de la existencia del vikingo y de su
permanencia en el país, encontrará referencias en
un par de artículos archivados en la Hemeroteca Nacional
de Guatemala "Clemente Marroquín Rojas", traducidos por
Santizo. No se preocupe ni moleste en buscar más, que no
hallará nada en bibliotecas, pero sí en Relatos
para la pira y próximamente en Más relatos
para la pira, donde según sus palabras dichas en
secreto:
"[…] contendrá historias de la vida
económica de Karl Sonderson. Sonderson escribirá
[…] sobre los verdaderos amigos, los que están
siempre ahí, y que son personas inteligentes, sesudas y
trabajadoras. Y criticará sutilmente, sin alteraciones
hepáticas, sin altercaciones, a aquellos bobos que siempre
parecen salirse con la suya, pero que a la larga pagan las
consecuencias de su mezquindad."
Tal parece que al extranjero le pasó lo que a
muchos nacionales: anotó sus reflexiones y nadie se
interesó en darlas a conocer, y en función a que no
editó sus pensamientos acerca de muchos temas, el autor
y/o traductor chapín toma sus "papeles recobrados" (como
los impresos en abril de 2012 del poeta y cuentista Francisco
Méndez), y los pone a disposición de quienes se
interesen por los relatos de un viajero distinto a los que
visitaron Guatemala en el siglo XIX, quienes no tuvieron
residencia permanente (Jacobo Haefkens, Arturo Morelet, Miguel de
Prado, Henry Dunn, Federico Crowe y otros), a diferencia de
Søndersøn quien llegó a la Antigua Guatemala
en 1965 siendo un joven de 20 años, y murió en la
capital del país cuando tenía aproximadamente 58,
cubierto de canosas y largas barbas, enterradas sus cenizas en el
cementerio Père Lachaise de París, así lo
pidió, emulando seguramente a escritores guatemaltecos
como Miguel Ángel Asturias y Enrique Gómez
Carrillo. En la misma villa parisina está el cementerio de
Passy, lugar de inhumación (entre 1901 y 1927) de los
bardos Domingo Estrada, Fernando Cruz y su hija la poetisa
María Cruz, repatriados en 1960. Los del noruego,
algún día…
Cómo fue que se le ocurrió a Karl
Søndersøn llegar a Guatemala en 1965, y quedarse a
vivir en el país permanentemente, es un tema que
ameritará explicación; posiblemente la
continuación de las propias crónicas del
extranjero, que serán reunidas en Más relatos
para la pira den a conocer los motivos, toda vez que en
dicho año la Real Embajada Noruega en
Guatemala no existía, pues se estableció hasta en
1997 y en julio 2011 se convirtió "en la
única Embajada de Noruega en toda Centroamérica,
concurrente en Belice, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa
Rica y Panamá", según indica en el portal Web de la
misma (http://www.noruega.org.gt/Embassy/Embajada/), del cual se
copió también el mapa y los datos de
población y superficie indicados en página
anterior.
Da la impresión que Santizo pensó
trasladar al papel el lenguaje satírico con que algunas
veces escribió en sus cuadernos el noruego Karl
Søndersøn, de quien se constituye en su
único biógrafo autorizado (tiene por ahí
constancia escrita y firmada con caracteres tanto de la escritura
bokmål (de su provincia natal Nordland y que la utiliza
casi el 90% de la población de Noruega por tratarse de la
denominada "lengua del libro" o "lengua literaria"), así
como de la nynorsk (clasificada como "nuevo noruego"). No
obstante, es de afirmar que aunque el guatemalteco no
logró sostener el dejo satírico de cabo a rabo,
mantiene una constante en el camino: originalidad, el firme
propósito de traducir con fidelidad lo que encontró
en tales cuadernos. Y que conste que si alguien acusa a Santizo
por pretender pasar de original, seguro que éste no
preocupará pues al igual que Enrique Gómez Carrillo
(1873-1927) escribió en Del amor, del dolor y del
vicio (1898), seguro responderá:
"Sino pudiésemos decir sino cosas
que nadie ha escrito, es probable que no diríamos nunca
una palabra…" 8
Un proverbio italiano señala: "traduttore,
traditore" ("traductor: traidor"), pero ello no es motivo para
acusar a Santizo de perjuro con respecto al idioma original. El
mismo bardo guatemalteco Domingo Estrada (1855-1901) aunque fue
felicitado por su transcripción de "Las Campanas" de Edgar
Allan Poe, a la vez se le criticó por los garrafales
errores –según dijeron los expertos de la
época– cometidos en el traslado del francés
al español de obras de Víctor Hugo y
Musset.
Con tales antecedentes, la lectura de Relatos para
la pira ofrece la posibilidad de entrar al mundo de un
prosista desconocido en el medio, noruego y vikingo para
más señas, de nombre Karl Søndersøn,
lamentablemente ya fallecido, aunque Santizo no reporta en el
texto de la obra cuándo ni las circunstancias que
ocasionaron su muerte. Claro está, como según el
italiano Humberto Eco "cada acto de lectura es una
transacción compleja entre la competencia del lector (el
conocimiento del mundo que posee el lector) y el tipo de
competencia que un texto determinado requiere para ser
leído de una manera «económica», o sea,
de una manera que aumenta la comprensión y el disfrute del
texto, y que viene apoyada por el contexto",
9 deberá ser el paciente lector quien
determine qué le atrae, gusta o contraría del
contenido; por algo es parte de la pira que forma la
opinión pública. Se confía en que
efectivamente sea examinado por los que adquieran un ejemplar,
aunque también se está conciente "que no todos los
que compran el libro lo leen: a veces ni siquiera lo citan. Pero
el sólo ser adquirido supone que es un libro que en nadie
suscita indiferencias." 10
Cabe anotar que cuando en el presente Ensayo y en
cualquiera de los diez relatos se alude a la calidad de
Søndersøn como vikingo, debe interpretarse que esta
designación solo es figurativa. Él no fue un
guerrero aunque gustara coleccionar dagas y otros artilugios
similares; sus antepasados escandinavos sí que
desempeñaron tan sanguinaria actividad, y actuaban cual
piratas invadiendo territorios a partir del año 793, los
de Gran Bretaña por ejemplo, robando y matando, pero no se
dedicaron a componer poemas ni cuentos para sus descendientes;
quizá por ello el viajero radicado en Guatemala tampoco
los ensalzó, ni siquiera los mencionó en sus
cuadernos.
Dada la calidad de las crónicas que ofrece
Santizo Coronado, no es conveniente llevarlas a la hoguera;
sería injusto ejecutar un auto de fe carbonizando
Relatos para la pira, solo porque alguien se vea
retratado cual "gazmoño" o santurrón, "repollito" u
homosexual, o bien como "exhibicionista" que se las lleva de
poeta. Pero claro, si el propio autor confesó hace
años en un cuento intitulado "Memento mori", que "Cada
domingo de melancolía me arrepiento de haber inmolado mi
biblioteca" 11 –qué
bueno que no se encontraba en el siglo III a. C. pues
sería acusado de incendiar la Biblioteca de
Alejandría y sus 900,000 manuscritos–, cualquier
desolado o enfurruñado lector quedaría disculpado
de efectuar también dicho acto.
Si en su tiempo el gallego fray Antonio de Remesal
(1570- ca.1627) fue enjuiciado por el tribunal de la
inquisición por haberse atrevido a criticar a algunos
personajes criollos en su Historia general de las Indias
Occidentales y particular de la gobernación de Chiapas y
Guatemala (1619), siendo encarcelado durante tres meses
(1621) en el propio convento de los Dominicos ubicado en la hoy
denominada ciudad de Antigua Guatemala, y no
obstante salió libre y con autorización de vender
sus libros, "los mercedarios hicieron quemar un ejemplar en los
claustros del convento, y fueron finalmente los mismos dominicos
que cansados de tan poco edificante forcejeo encerraron a fray
Antonio en una celda de penitencia", 12
saliendo el 22 de septiembre de 1622 de Guatemala para no
volver nunca, con destino primero en Achintla (en una de las
vicarías de la Mixteca Alta) y luego Oaxaca, Guadalajara,
y Zacatecas, México. Empero, "No le dejaban predicar,
huían de él, y su lucido cargamento, de un
día en el muelle de Triana, se había reducido a
tres cajones de libros que no había modo de
vender." 13 Se confía entonces
en que los posiblemente retratados por la hábil pluma de
Santizo no vayan a quemar más de un ejemplar de la obra y
que tampoco hagan manifestaciones para impedir su
venta.
Es un libro para disfrutar, conociendo qué fue
del noruego durante su estancia en Guatemala, a donde
llegó siendo joven y murió en la misma con larga y
canosa barba, solitario en su retiro literario; las letras nunca
lo dejaron, ni él a ellas; aunque nunca publicó
nada, dejó escritos cientos de breviarios que seguramente
algún día dé a conocer Santizo como
depositario de los mismos, forrados con cuero de cabra
–¿qué tendría de especial este
animalito para que su cuero lo utilizara como cubierta en los
cuadernos redactados a mano?–.
Desde un punto de vista amarillista, la muerte de
Søndersøn no tuvo nada de espectacular, aunque
sí da lugar para la reflexión.
Según su biógrafo –quien en
Más relatos para la pira (inédito) escribe
en primera persona el "Relato en que se desvela el misterio:
¿de qué murió Karl
Søndersøn?"– sucedió algo sencillo,
cómo si la muerte lo fuera, que por razones que
sólo él sabe no quiso señalar en Relatos
para la pira:
"La verdad permaneció oculta para la
mayoría durante mucho tiempo, aunque algunos la
conocían con cierto grado de exactitud (nunca es posible
comprender todas las circunstancias y pormenores de una
situación); y ahora debo revelarla: Karl
Søndersøn no murió de amor, tal como le
sucedió a la «niña» del país que
lo adoptó; no, el viejo solitario se murió de
frío." 14
La especulación deviene en el sentido siguiente:
"morir de frío" puede tener varios significados.
Frío de soledad; recuérdese que el noruego
pasó sus últimos años en retiro solitario.
Si después de leer el relato que le llevó un joven
poeta, intitulado Anoche hubo de lo mismo, salió
a probar en carne propia qué se siente dormir en la calle,
y pernoctar largas horas con los mendigos y prostitutas que
deambulan en el centro histórico de la ciudad capital, es
posible que haya sido contagiado por la llamada enfermedad del
siglo XX, el sida, y por qué no, sea el mismo personaje en
quien Santizo se inspiró para escribir el cuento
Cuando se pierde la partida, que incluirá en una
nueva colección próximamente.
15
En fin. Opciones interpretativas hay varias, y
corresponde al lector determinar cuál le apetece
elucubrar, sin pensar que al igual que en el poema "La
niña de Guatemala" (1878) del cubano José
Martí (1853-1895), el noruego murió de amor: "Dicen
que murió de frío, yo sé que murió de
amor".
De la calidad de los escritos de
Søndersøn, traducidos por el biógrafo, puede
señalarse lo mismo que Garibay explicó acerca de la
obra del franciscano fray Diego de Landa (1524-1579):
"[…] Los errores —que los hay y los
aciertos que son mucho más—, a él pertenecen.
Como no puede responder desde la tumba, lo harán por
él los sabios. O acaso contra él. Allá
ellos." 16
"[…] Hoy callado en la tumba, nos habla
sólo por medio de este escrito. Es lo que nos interesa
ahora." 17
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ORIGINAL.
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