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El sexo más allá de la muerte (página 4)



Partes: 1, 2, 3, 4, 5

– Este es un santo!1 informó Eleuterio. Dio su
vida y su amor a la humanidad entera.

Aprecié al amigo que nos recibió con un
gran abrazo. De su cabeza y de su tórax se irradiaba
intensa luz. La belleza de su mirada y de su rostro era
angelical. Le recibí las vibraciones como poderosos rayos
que me penetrasen todo el organismo. Me sentí reanimado.
Nos ofreció enseguida un cáliz de fluídos.
Es lógico, su Espíritu estaba en el plano
Espiritual. Eleuterio mantuvo con él ligera
conversación y el gran amigo sonriendo
esclareció:

– Ahora comprendo la razón de esta visita. Es
interesante el estudio que están haciendo en torno del
sexo. Son numerosas las consultas que en mi trabajo de
mediumnidad terrestre he recibido.Todos están angustiados,
afligidos, queriendo una solución. Creo que el auxilio de
usted en ese campo será inestimable. Como primera idea, lo
hallo maravilloso! Ustedes no imaginan el desespero de esa gente!
En realidad el sexo ha matado o tornado infeliz más gente
que el odio, y tal vez más que las propias
guerras.

De manera que toda contribución superior en el
campo espiritual es inestimable tesoro. Les agradezco lo que
están haciendo por la humanidad. Tengo certeza de que el
número de consultantes desminuirá encontrando en el
trabajo de ustedes respuestas a muchas indagaciones.

Contemplé al compañero que presentaba
allí nueva contextura periespiritual. Noté que en
su mente se irradiaba mayor poder. Sus ojos se tornaban
más brillantes y él prosiguió:

– En mi caso por ejemplo, es una necesidad impuesta por
el plano superior. Cuando fui llamado a reencarnar, los
ingenieros y técnicos de la reencarnación,
excluyeron de mi destino cualquier posibilidad de casamiento.
Todas mis energías, dijeron ellos, deberían ser
dedicadas o canalizadas para la recepción de libros
espirituales, y en menor escala para la caridad cristiana. Los
libros serían en la realidad mis hijos. Mi mayor
sueño seria casarme y tener muchos hijos, dedicarme al
hogar y dar todo a la compañera y a ellos. Sería lo
mejor que me pudiera suceder en la Tierra; a pesar de todo, no
tengo ese derecho. Debería abrazar a todos con el mismo
cariño y con el mismo Amor. Es un imperativo de la vida
mayor. Me resta en esta vida, tan solo el trabajo Cristiano.
Fuera de eso, debería cuidarme para no
perderme.

–Pero…una pregunta iba a ser formulada. por nosotros.
No tuvimos coraje para hacerla.

Sin embargo, él, que ya leyera nuestro
pensamiento esclareció:

Mi apreciado, toda sexualidad que se pudiera expresar,
en nuestro caso, a través de los órganos ya
desapareció. Ya hace mucho tiempo no tenemos cualquier
vibración en ese sentido. Nos fue retirada esa
posibilidad. Realmente, eso nos facilitó la tarea. En los
primeros tiempos de nuestra encarnación aún
sentíamos algunas vibraciones sexuales, después
todo desapareció como una gran neblina. Nos quedó
la alegría de amar solo espiritualmente.

En su fisonomía vimos una larga
tristeza.

– No repare, mi amigo, dijo él. Mi ansiedad por
tener hijos es tan grande que no puedo soportar los sentimientos.
Mas en la próxima reencarnación tendré
muchos hijos.

Salimos de nuevo, como quien se va despidiendo y
él nos acompañó hasta la puerta. Los
fluídos ingeridos nos daban nuevas energías y nos
sentíamos recuperados. De repente él se
dirigió a Eleuterio:

– ¿Sabe que recibí la noticia de que
Tamerlán recibirá mañana en la noche y hasta
la madrugada, el comando de las legiones de las tinieblas antes
comandadas por Gregorio?

– Lo se, respondió el instructor. Tengo
órdenes extraordinarias para comparecer y asistir a todo
con el fin de realizar las debidas comunicaciones a las esferas
superiores.

–Yo también espero estar allá –
manifestó él – Emmanuel me prometió esa
oportunidad, probablemente no nos veremos. ¿No es
así? Porque estaremos en condiciones diferentes de
vibración.

Comprendí que si yo fuese, también
alteraría el programa.

La luna brillaba aún y por un momento asistimos
al plenilunio maravilloso.

1Fraterna consideración Chico
X
.

CAPITULO XXXVI

Consideraciones
finales

Eleuterio me golpeó en el hombro y
continúo diciendo:

– Mi apreciado, pocas cosas tenemos par hacer ahora
dentro del breve programa trazado por nuestros mayores. Estamos
ya en las puertas de la clausura de nuestras tareas. Como usted
sabe el tiempo que nos fue concedido para el estudio del sexo en
la espiritualidad, fue limitado. Quieren los Espíritus
superiores que orientan este trabajo, que entreguemos por ahora
una breve noticia del asunto, de manera a preparar la mente
humana con sede en la Tierra para mayores esclarecimientos en un
futuro próximo. Buscan ampliar la verdad. Con tragos, poco
a poco, el hombre irá recibiendo y comprendiendo todos los
problemas. Para que la pedagogía sea eficiente debe ser
administrada con sabiduría. Creo que fueron abordados
asuntos de real interés para todos.

Miré a Eleuterio y le admiré la postura y
la sabiduría, cambiando de tono, él
dijo:

– Antes de despedirnos tenemos que asistir a una
reunión muy seria que fue programada por las tinieblas.
Recibí órdenes para estar presente con
usted.

¿Reunión de las tinieblas?
Murmuré

– Infelizmente, los Espíritus inferiores que
asolan la Tierra buscando desviar al hombre del Camino del Bien,
pretenden reunirse en una gran asamblea. Es cuando
Tamerlán asumirá el puesto dejado por Gregorio.
Dice la noticia recibída, que él pretende trazar su
programa de guerra a los espiritualistas. Iremos como
observadores. Yo para el Mundo Espiritual y usted para el mundo
de la Tierra.

Sentí un corrientazo en la espina dorsal cuando
oí esas palabras de Eleuterio. ¿Quien era yo para
asumir tamaña responsabilidad?

Eleuterio sonrió.

– Mi amigo, responsabilidad es lo que cada uno asume en
todo instante, en cualquier lugar del Universo, porque en todas
partes la Ley de Dios nos alcanzará.

– ¿Y quien es Tamerlan?

– Tamerlán – dijo el instructor con cierta
tristeza – Tamerlán es un genio del mal. Espíritu
que hace milenios, de reencarnación en
reencarnación, comanda siempre pueblos bárbaros y
belicosos, asola ciudades y destruye pueblos. Inteligencia
fulgurante para el mal, irreconciliable con Dios, él viene
conquistando la admiración de las masas inferiores del
Mundo Espiritual. Consiguió ahora, después de
tantos siglos, el comando de las fuerzas que nos
combaten.

– ¿Y usted que va a observarlos quien es?
Instintivamente emití una carcajada casi sin querer. El
Espíritu me abrazó y dijo:

– Otro viejo general….

En un relámpago, no sé cómo,
comprendí que Eleuterio y Tamerlán eran enemigos
acérrimos que se combatían desde el comienzo del
mundo. Por eso él fue escogido para estar presente en la
reunión. Yo aún quise preguntar en ese momento; mas
Eleuterio me convidó.

– Vamos, ya es la hora, la reunión va a
comenzar.

Fue rápido, porque a través de la
volición espiritual, en breves instantes estábamos
en una montaña enorme. En la puerta de inmensa gruta que
el tiempo construyera en la roca, millares de espíritus de
fisonomías horribles allí se apostaba.

– Nadie nos verá – afirmó el instructor –
Nada tema. Entremos.

Sentí cierto recelo, pero acompañé
a Eleuterio, que atravesó la puerta serenamente por el
medio de todos.

En realidad, nadie nos percibió.

CAPT. XXXVII

En el Reino de
Tamerlán

Penetramos en la inmensa caverna, espaciosa, repleta de
Espíritus oscuros y crueles. El silencio era general.
Esperaban la llegada de Tamerlán. Él jamás
se atrasaba. Luchaba y trabaja como un perfecto reloj. Ahora
iría a asumir sus nuevas funciones como jefe de los
legionarios de las sombras.

Gregorio había sido capturado por los enemigos y
la legión estaba sin jefe.

En el horario marcado, un susurro recorrió la
multitud. Nosotros habíamos entrado allí vibrando
en altísima frecuencia, de tal manera que nadie nos
podía ver o percibir. Una mesa de piedra rústica
servía de tribuna para el General, pues Tamerlán
significaba un General para su legión.

Eleuterio me dijo en voz baja:

– Guarde el mayor silencio porque estamos en el Reino de
Tamerlán y aquí manda él.

Un gran acontecimiento estaba por suceder.

Por primera vez noté preocupación en la
mirada de Eleuterio.

– Mi hijo, ese Tamerlán, Genio del Mal, debe
trazar directrices peligrosas de combate a las fuerzas del bien.
Debemos estar vigilantes.

Gregorio ya buscaba la Espiritualidad, aunque de manera
inconsciente. Este no, aún vibra en las fajas más
inferiores, a pesar de tener potente inteligencia. Cerebro
dinámico dirigido para la destrucción de todo lo
que es bueno y Divino. Quiere sabotearnos el movimiento de
liberación.

Eleuterio se silenció y yo vi. en esa mirada algo
de tristeza.

Tamerlán entró. Es de gran estatura,
fuerte, musculoso, de paso firme y decisivo, figura
extraordinaria de Mongol. Cabellos negros, enormes bigotes al
margen de la boca y aspecto Chino. Mirada que emitía
llamas. Entró y saludó mal a la multitud, como si
fuese un nuevo Napoleón. Al frente de la mesa se
paró y se dirigió a sus camaradas:

– Señores, Espíritus del submundo asumo
ahora las legiones y el poder de las tinieblas!.

Nadie dijo nada. Reinó el silencio más
profundo.

Recorrió con los ojos toda la multitud y luego
habló:

– Que nadie intente irrespetarme porque será
castigado! La venganza de Tamerlán es cruel e infinita.
Quien no me quiera seguir, que diga ahora y se manifieste.
Tendrá la libertad para retirarse! Fuera de eso
será castigado si viniere a cometer falta en el futuro.
¡Nosotros no perdonaremos a nadie!

Con esa afirmativa retiró del bolso de la
túnica un mapa, lo colocó sobre la mesa y con una
especie de lápiz rojo en la mano
declaró:

– No seguiremos el camino de Gregorio que
fracasó. Tomaremos nueva ruta.

Afirmando eso, envolvió el
extraño mapa de lo alto hacia abajo y
gritó:

– Iremos a combatir a los espiritas y a los
Espíritus aquí:

Y con un trazado rápido
escribió. SEXO

El silencio se sintió de
nuevo.

— Compañeros, habló de nuevo, solamente
existe un camino para destruir a los fanáticos de la
Espiritualidad Superior. Atacarlos sin tregua en el Castillo del
Sexo. Pocos son los que resisten la furia sexual. ¡Ni los
héroes ni los santos! Atacaremos primero a los
líderes del Espiritismo y aquellos que se tornaran
paladines de la Espiritualidad en el Mundo. Nuestro campo de
batalla será el campo sexual donde el hombre es más
débil. Tengo la certeza de que pocos quedarán de
pie! Destruidos los innobles hijos del Cordero será
fácil destruir la masa!.

Después de hablar, una onda de
aplausos invadió el local. En verdad era una idea genial.
Tamerlán sonrió.

— Ordeno a nuestros amigos que dirigen,
organizar grupos para el ataque. No perdonen a hombres ni
mujeres. Desprestigio, desgaste, y desmoralización a
través del sexo, ¡y saldremos
victoriosos!

Nuevos aplausos. Tamerlán, con un
gesto rápido de despedida, salió.

Nosotros también nos retiramos. La
luna brillaba en el firmamento.

Eleuterio comentó:

— Realmente ahora estoy preocupado. Ni
Adán resistió la fuerza del sexo.

Espíritu genial y malo,
Tamerlán va hacer mucho daño a nuestras huestes.
Necesitamos preparar nuestras defensas. ¿Usted mi hijo,
entendió lo que él dijo? –

Con un gesto de cabeza le dije que
sí.

— Pues ellos, atacarán a los espíritas en
su fragilidad, que es el sexo, procurarán aproximar a los
lideres las mujeres que con ellos tuvieron vínculos en el
pasado, que en otras vidas fueron sus esposas o sus amantes y a
través de ese viejo amor buscarán desmoralizarlos
en el mundo e inutilizar la obra evangélica que
estén realizando, por el escándalo. Precisamos
andar rápido, antes que su devastación sea muy
grande!

–¿Mas, no habrá tiempo para
salvar a alguien?

— Mi amigo, en ese problema sexual pocos quieren ser
salvados. Mas necesitan comprender que el amor que les
surgió sonriente y amigo en el camino de la vida, es el
amor ilegal, o impuro; pues fuera del matrimonio les será
fatal. Espíritus dominados por el escándalo sexual
rodarán en los siglos y perderán el derecho de
pregonar la palabra de Cristo!

–¿Pero es el amor puramente espiritual entre las
criaturas?—interrogué aflicto. ¿Deberá
el cristiano mantenerse apartado de las criaturas del otro
sexo?

–No, eso no, más lo que no podrá hacer es
entregarse al comercio sexual inutilizándose a sí
mismo a través del escándalo. El amor fraternal es
Divino, y el amor sexual es sagrado. mas el mundo tiene su moral
que debe ser respetada hasta que un día cambie. En cuanto
a eso, debemos esperar en la planicie. No todo es lícito,
afirmó el apóstol Pablo, aunque por ahora todo
pueda ser permitido, Guardemos por ahora la moral
Cristiana.

Observé que Eleuterio tenía
prisa.

Antes de partir, miró el cielo
estrellado que hablaba del inmenso Universo de Dios y me
convidó.

— Oremos.

Escuché en su voz que pronunciaba
las más bellas y profundas palabras del mundo.

La brisa me rozaba el rostro.. Cuando
abrí los ojos, él ya no estaba..

CAPITULO XXXVIII

Complemento del
libro

Los capítulos expuestos en adelante
son temas muy interesantes cómo complemento del libro
Sexo más allá de la muerte de André
Luiz
y el médium Ranieri

Y LA VIDA CONTINUA

Dictada por Andre Luis a Chico
Xavier.

Es el caso de Evelina, La mujer que en su vida de
encarnada sostenía romance con dos jóvenes. Uno de
estos, el señor Serpa, programó el asesinato de su
rival, de tal manera que esto pareciese un suicidio, y luego de
consumado el delito se casó con Evelina. Al reencontrarse
en la Espiritualidad con su otro ex novio Manzini, después
de la desencarnación. Este, en ese encuentro, en su
instinto lujurioso quiso someter a la ex novia, a la
práctica de relaciones sexuales.

A continuación parte del
drama:

Manzini la convidó a un pequeño paseo
por el parque de la institución en que se albergaba, y en
pocos instantes, están, el uno al lado del otro, con pasos
lentos, entre macizos de flores y árboles protectores,
respirando el viento embalsamado de nutritivos
perfumes.

Él inició el diálogo:
–¿quién es el viejo de esa foto que llevas en ese
cinto terciado?

La interpelada se mostró
penosamente impresionada por la agresiva frase, pronunciada en
tono sarcástico; sin embargo, respondió, gentil: __
se trata de un amigo notable, a quien debo inestimables
favores.

El porfió:

– Comprende que sufrí mucho para
encontrarte….Ahora no cedo tu compañía a
ningún hombre, aunque ese hombre fuese tu
padre…

Ella se disponía a responder con
moderación, pero, Manzini continuó,
eufórico.

– Evelina, tengo un mundo de cosas por conocer, por
preguntar y por oír de ti… No sé, realmente,
si he estado loco. ¿Dónde estamos? Qué
hacemos? …. Mientras tanto, prefiero hablar de ti y de
mí, únicamente de nosotros
dos….

A esa altura del diálogo, se
encontraron con un pequeño y bonito cenador, totalmente
cubierto de enredaderas.

Tulio Manzini, con voz suplicante, imploró
hiciesen allí una parada de descanso. Sentía
dolores cuando se movía en demasía, alegó.
Desde el disparo recibido, no se sentía el mismo. Evelina
obedeció maquinalmente impulsada por la
compasión.

Se acomodaron ambos en uno de los
bancos existentes en el recinto dulce y
rústico..

El muchacho paseó la mirada por todas las
direcciones, como certificándose que se hallaban
completamente solos, y a continuación, cerró la
única puerta del recinto, que pasó a recibir la luz
y el aire a través de las altas y estrechas ventanas que
casi llegaban al techo. Volviéndose a su compañera,
mostraba en el semblante tamaña expresión de
sensualidad que la señora se
estremeció.

– ¡Evelina! ….
¡Evelina!….- rogó él, apasionadamente –
tú sabes lo que he esperado por este momento de felicidad,
durante todos estos años de angustia… ¡ Tu y
yo juntos!…

Ella no fue totalmente insensible a la
llamada afectiva de aquel hombre joven al que amara, y se
enterneció. Recordó las noches de susurrante
ternura, en los parques y en los cines, antes de comprometerse
con Serpa. ¡Si¡ … Aquel era .Manzini, el
muchacho que tanto la impresionara!

La misma simpatía y la misma voz de
enamorado, sugiriendo la renovación del destino.
Instintivamente, recordó las infidelidades del marido, la
burla revestida de bellas palabras que tantas veces recibiera de
él en casa y, por un momento, el corazón
osciló otra vez entre los dos, como ocurriera en los
tiempos de noviazgo … Tulio estaba ahora ante ella,
prometiendo de nuevo un amor ardiente y tranquilo. … se
sintió como embriagada por las consideraciones que
oía,

Pero la consciencia vigilante la
condujo al reajuste.

Se sentía dominada por un extraño
sentimiento que la inducía hacía él; sin
embargo al mismo tiempo, algo en Manzini, en aquel instante, le
imponía miedo y cierta repugnancia. No era ya el caballero
de otra época. Se mostraba imponderado, degradado
moralmente. Evelina, recuperada, se confesaba a si misma pues no
le cabía el derecho de ceder a ninguna sugestión
incompatible con su dignidad femenina. Ella era casada,
debía al esposo lealtad y acatamiento. La consciencia
controló la sensibilidad. El conocimiento de los
compromisos adquiridos le conservó el alma noble y
sincera. Se impuso fortaleza y serenidad, decidiendo permanecer
por encima de emociones que no se justificaban.

…Mientras semejantes reflexiones
le calentaban la cabeza, Manzini
proseguía:

– Déjame recostarme en tu regazo,
solo un momento ¡Evelina! quiero sentir el calor de tu
corazón…. Tengo necesidad de ti, como el sediento
cuando se aproxima a la fuente! ¡Compadécete de
mí¡ …

Notando los gestos de
desconsideración que él pasara a asumir, la
muchacha intentó retroceder y replicó
valiente:

– ¡Tulio, detente ¡ ¿no
sabes que me casé con Caio, que tengo la responsabilidad
de un hogar?

Oh! El infame … Entiendo que
mi larga ausencia te haya llevado a casarte con ese canalla, pero
eso no se queda así, no!

Y, después de pausar algunos
instantes, prosiguió para la compañera
aterrada:

– Evelina, sé que tú no eres
indiferente a lo que siento¡ ¡vamos ¡….
¡Di que prestas atención!….

Acto seguido intentó
besarla.

A pesar de su asombro y temor, ella
recobró ánimos y, retrocediendo, reaccionó
indignada:

– ¡Tulio! ¿qué es
esto? ¿No estarás loco?

– He pensado en ti, día y
noche… desde que recibí el balazo del que
llevaré a la cárcel no tengo a nadie más en
el pensamiento ¡…. ¿no te compadeces de
mi"?.

El tono conmovedor de aquella voz le
habría herido hondo el alma; sin embargo, la señora
Serpa objetó firme. :

Comprendo tu estima y agradezco el recuerdo, pero
consideras justo atacarme así, irrespetuosamente, cuando
ya te dije que tengo un marido, y, por ello, cuentas para
rendir.

Manzini se calló por un momento, enseguida,
exhibió en los ojos desvariados la perturbación que
pasó a dominarle los mecanismos de la mente,
transfiguró el llanto en escarnio y se deshizo en terrible
carcajada.

– ¡Un marido! … ¡Un marido, aquel
canalla ¡…se burló — el pueblo de donde
vengo ahora, el pueblo de la tierra de la libertad, tiene toda la
razón… Entiendo, tú ahora formas parte de
los santos, pero yo no soy un enmascarado, soy lo que soy, un
hombre con las funciones que me son propias…te quiero a ti
¿y eso te escandaliza? ¡Buen chiste!….
Tú eres una mujer como las otras, Tú no eres mejor
que todas aquellas que conozco en la tierra de la libertad, solo
que tú te ocultas en la capa andrajosa de la
disciplina

– Si – suspiró Evelina, molesta – no niego mi
fragilidad humana… ¿No crees sin embargo, que la
disciplina es la mejor manera de educarnos y de dignificar
nuestros sentimientos?

– Ja.. Ja… Ja!…. se mofó
él – obediencia es la camisa de fuerza en la que los
hipócritas meten a los simples, pero tú
cambiarás de ideas…

La muchacha agobiada se confiaba en la
oración muda implorando socorro a los poderes del Mundo
Mayor.

Mientras tanto, el compañero
avanzaba mofándose.

– Mira dentro de ti misma y verificarás tu
disfraz….tú eres un ángel con pies de plomo,
Igual a los otros monos disfrazados que andan por ahí.
Olvídate de eso…! Todos somos libres…
¡libres, hijos de la naturaleza para hacer lo que
queramos!… proclama tu independencia si no deseas acabar en la
senzala (1) de los tartufos (2) de la
sumisión!….

  • (1) Grupo de casas o alojamiento destinados
    a los esclavos.

  • (2) Hombre hipócrita; falso
    devoto.

Manzini, se acercó a ella y
estaba a punto de agarrarla, cuando alguien providencialmente
llamó a la puerta.

A pesar de la contrariedad, Tulio se rehizo, y fue a
atender la llamada.

El mensajero explicó enseguida
su condición.

Se trataba de un ayudante del
instructor Rivas y venía de su parte, con el fin de
conducir a la hermana Evelina Serpa al Instituto de
prevención espiritual, para la solución de un
asunto importante.

La señora respiró aliviada y
notó que fuera escuchada en la silenciosa petición,
mientras agradecía, en pensamiento, el amparo salvador,
Tulio, seguido igualmente de cerca por el emisario,
regresó a la casa de reajuste, donde fue recogido en la
celda especial, destinada al servicio de aislamiento y
tratamiento.

CAPITULO XL

Este capitulo fue extraído del libro
Cristo Espera por Ti recibido por Waldo
Vieira
Romance de Balzac

Aquí tenemos el caso de Charlotte; una bella
mujer que aprovechando sus atributos femeninos, abusó de
algunos hombres haciéndoles sufrir y sacando desmedidas
ventajas a su favor. He aquí los resultados en su vida de
mujer desencarnada.

– ¿Yo, vivir en un cuerpo de hombre? No, no es
posible! No lo puedo admitir!.

Repetía esas frases para si misma, sacudiendo la
riendilla que la envolvía en tenue neblina, dejando ver en
el gesto, la despejada cabellera encaracolada sobre los hombros
recubiertos de sutilísima túnica.

Sus conjeturas, tan diversas al padrón del
pensamiento local, se proyectaban de por si, y sin querer, quien
la observase, le examinaría en su intimidad.

– No, no hay engaño! Soy mujer, no soy hombre! La
deuda es incoherente e inadmisible…

Discutiendo consigo misma, extendía las manos en
movimientos angustiosos, como quien ya agotaba los límites
de la paciencia.

Se balanceaba en la planicie de luz, en el brillo de la
aurora como a perderse de vista, poblada de jardines y alamedas,
ondulando en eterna primavera. Huyendo a los cuestionamientos,
contemplaba la belleza encantada vibrante en la atmósfera,
vivificando contrastes inimaginables y componiendo
sinfonías de matices en los confines del aire libre.
Pasaban criaturas sobre los balcones enredados por docenas de
ramilletes multicolores y así embellecidos sus vestidos se
batían eclipsados por el esplendor del
ambiente.

Ahora Charlotte caminaba, rodeando los manantiales, las
formas decoradas, los espejos del agua que presentaban
incesantemente lo inconcebible en kaleidoscopios de reflexiones,
hacía envolver las múltiples acuarelas entre
chorros espumantes como cataratas invertidas, aplicando esencias
en tragos melodiosos.

Sin embargo nada les deshacía el flujo de las
ideas, la fuerza obsesiva de las interrogaciones. Le pesaban los
párpados de pestañas vibrátiles, cual
molduras de sombras, vedándole el mirar en la porcelana de
las pupilas. Se inmiscuía entre entidades ceñidas
de irisado fulgor, algunas solitas, también los
matrimonios, reunidos en grupos y en caravanas
deslizándose entre las plantas olorosas, asistiendo al
desenvolvimiento de escenas multiformes con algo de indiferencia,
como si estuviese en un grandioso estudio de montajes
cinematográficos. Seres de plateada frente, fases de
neblina espesa plenas de placidez espiritual, cuerpos
esculturales de armoniosa hermosura, a esparcir irradiaciones de
luna opalina, le sonreían sin retribución.
.

– ¿Tendrán problemas como yo?
¿Tendrán paz?.

Sí, tenían paz! Aureolados de efluvios los
perfiles jóvenes ostentaban en los labios la flor de la
sonrisa. En el roce de sus vestidos, en lo vaporoso de las
formas, unas cintilantes y fosforescentes, y en otras se
sentía la diafanidad de aquellos Entes sutiles como la
luz. En las esferas de espumillas luminoscentes a irradiar
múltiples matices en las fisonomías, con detalles
de las más diversas características, evidenciaban
las diversas providencias, el cosmopolitismo, el clima de
fraternidad ideal.

En lo íntimo del alma los pensamientos de ella,
en círculo se encontraban a sí mismos.

– Dios mío la tristeza de recordar ".

Tan cerca aún a la verdadera existencia… y
un violento retorno de la patria de los Espíritus a la
Tierra; fueron veintinueve años de crisis convulsiva, para
afanarle los sueños de mujer.

– Heme aquí dominada por la frustración.
Dejo en la retaguardia una vida en que no registro errores
clamorosos, pero en la cual me amargué en continuas
pruebas. Soy la viajera que partió sin el afecto, ni
siquiera de un pariente para llorarme el adiós;
Señor, Señor, ¿cómo entender esto?,
¿cómo entender?

Balanceaba la cabeza deseando evadirse de si misma.
Aspiraba la poesía que esbozaba el lirismo acariciante
capaz de sensibilizar el corazón más frío,
en los bancos alfombrados, en las salas de espera, en los
balcones que se erguían formando remansos deliciosos en el
seno de la naturaleza. Por todas partes, pisaba tapetes de hierba
iluminada, cual mar verde a reventar en espumas de flores, mimos
jamás soñados a desabotonarse para ser urnas de
nieve resplandecientes.

Inherente a todas las cosas, la luminosidad garantizaba
impresionante ausencia de sombras y artificial claridad.
Prodigios de imágenes empujando policromías de
rayos, que fertilizaban de júbilo los horizontes
recortados de armiños, como si fuesen bañados en
las creaciones de soles sin ocaso.

– Por aquí jamás pasó el
látigo de una tempestad!. Vivo un sueño por fuera y
una pesadilla por dentro.

Semejándose a parasoles o jardines suspendidos en
los árboles en floración, parecían entornar
por los aires la propia savia en golpes de olores. Aún
así la inquietud le crispaba el mirar. Del semblante
melancólico nacía todo un poema de dolor a
contrastar con el regocijo del paisaje. En ansias de paz interior
desearía sumergirse en el desencanto, mas el ambiente en
júbilo, retrocedía a las reflexiones
derrotistas.

En el espacio, vivificando ideas, se presentaban
energías diferentes. Fuerzas sutilísimas, de lo
alto, predisponían a las almas a la reverencia, y a
infundirles éxtasis supremo, en cuanto que, con suavidad
indecible, pasando en la brisa, fluidos tonificantes le alzaban
el ánimo. Generosa porción de alegría
asociada a la serenidad imprevista, le visitó el ser. Y la
calma le trajo a la superficie de la mente, como las ondas del
mar lanzan escollos fluctuantes en la soledad de la playa, los
verdaderos acontecimientos que le habían envuelto en la
estadía terrestre.

Dominándose, ella expuso el mundo íntimo a
manera de oración:

– "Señor mi Dios! me presento como invitada a
estos jardines. No hace mucho, bondadosas criaturas me ofrecieron
la pequeña suma de vida que me preparan para el retorno.
Al examen muy claro, resalta otro derrotero de vida
enérgica por demás; ¿por qué
semejante rigidez? Intentando formular reclamos, heme aquí
para las primeras entrevistas, sometiéndome a los
preceptos a que me dispusieran. Reposé! Medité!
Cumpliendo instrucciones, entre oraciones reconstruí mi
propia historia figurada en representaciones sucesivas, en
sentido contrario, desde la muerte hasta el renacimiento.
Sondeé con sinceridad y auto crítica mis afectos e
inclinaciones, auscultando el futuro. Me dejé conducir
pasivamente por el amigo que me trae y me orienta. Mi Dios, yo
tendré que vivir, muy pronto en un cuerpo masculino!. Es
chocante y terrible! Todos mis ideales, tendencias y
pensamientos, son de carácter femenino!. Imposible
conciliar, en tales circunstancias, cuerpo y
Espíritu.

Después de incesantes boberías, imagino
ahora si los planes que se refieren a mi, no habrían sido
tal vez, entregados equivocadamente, cambiados con otro candidato
a la recorporificación en el mundo.

Llora, y las lágrimas copiosas no pueden
interrumpir el curso de las amargas ponderaciones.

Se enclaustra en un cuerpo inhabilitado para pulirle los
deseos, ¿y barajar las tendencias no sería por
ventura, atravesar la existencia, como quien respira y
sueña, entre las reducidas paredes de una cárcel?
¿Sería capaz de las renuncias exigibles para el
caso? ¿Y los otros, qué pensarían de ella?.
¿Ella que pensaría de sí misma?

Mucho tiempo permaneció así, atragantada
en dolorosos cuestionamientos. Y la atmósfera embalsamada
pareció aumentarse en nuevos fulgores hasta que, en el
azul rehecho de luminarias, se diseñó
pequeña ventana de la cual le pareció irrumpir
haces de sol más cintilantes aún.

Suave viento vino a tocarle las faces, ahogándole
los oídos, susurrantemente. Ella, con vivacidad, se
sintió espantada, fijando la mirada en la pincelada del
oro secundario y, poco a poco, el chorro solar se
transfiguró ganando consistencia, propiciándole la
convicción de la presencia de alguien que viniese a
buscarla entre la magnificencia de los prados y la música
de las brisas.

En un instante, venerable cabeza se materializó
causándole sorpresas, para luego irse definiendo una
forma, cual neblina de apariencia humana, el estelar de la frente
despidiendo envoltorios que abrigaban el cuerpo en verde
fosforescente, imponiéndole reverencia se
identificó como si posase en el aire, un hombre de luz, de
plástica transparencia, después de
traslúcida, luego vagamente condensada… más luego
su túnica entretejida derramada de cintilaciones de las
blanquecinas barbas, y del busto, parecía fluir la plata
eterizada de un plenilunio que el tórax
ocultaba.

Presa a lo irresistible de la atracción, ella
siempre miraba.

Y distinguió el admirable contraste del rostro
sin arrugas, pleno de frescura juvenil, enmarcado en abundante y
grisácea cabellera, recordando la espiga a estremecerse
con hilos liriales. Era el aura delicada como diadema de
emanaciones. Le era transparente toda su alma en la franqueza del
rostro que tal vez jamás sabría. – ¿se
recogería sobre el antifaz impuesto por las
circunstancias, cual ocurre al espíritu sumergido en la
carne?. Partículas de estrellas le estructuraban las
pupilas, le filtraban el mirar crepitante de inteligencia,
anunciando permanencia de paz.

En el rostro de la joven la brusca aparición le
diseñaba el asombro. En silencio deslumbrante, vio que la
entidad, al mismo tiempo imponente y humilde, abría los
brazos, extendiendo la mano radiante. La cabeza de nieve oro se
movió y clara voz vibraba en los labios, en fluido
francés, pausadamente:

– Charlotte, mi hija, que Dios nos armonice los
propósitos! Estábamos en el Espacio Espiritual de
Francia, en una esfera de pensamientos visibles, en los jardines
de luz perpetúa. Aquí, en la convivencia de paz, se
cultiva el amor puro que es el don inefable que no conoce
declinaciones.

Meneando la cabeza ella ensayó en la tentativa de
aceptación. En cuanto emocionada, percibió que las
palabras escuchadas le refrescaban íntimamente. Se
aquietó, entre sumisa y espantada y en un gesto del
visitante, se sentó en uno de los alfombrados de grama.
Sometida al envolvente magnetismo, continuó a
escuchar:

-Me llamo Zéfiro. Nos hallamos en una psicoteca,
lugar en que se concentran y se plasman creaciones mentales en
cuadros y planos provisorios para uso general. La
atmósfera aquí difiere de las otras por
entretejerse de formas pensamientos educativas que, a
través de procesos trascendentales, se tornan
visualizables. Es éste un registro de conciencias, archivo
mental de millones de existencias terrestres en las
múltiples fases evolutivas de la humanidad, sirviendo, en
muchos casos, también de recopilación de
experiencias reencarnatorias de criaturas vinculadas a nuestro
planeta, actualmente, en situación provisoria en otros
globos del infinito. Ese material, tomado directamente de los
protagonistas e impresos por sistemas especiales, posibilita
extraer las evocaciones más recónditas, revolver el
pretérito en la resurrección de las vidas
extintas.

Trasbordó con el mirar el horizonte más
allá y anotó:

-El cristo afirma: "hay muchas moradas en la casa de mi
Padre". Estas construcciones y paneles son marcos orientadores
para los forasteros, habituados aún a las
sistematizaciones y puntos de referencia humana.

Entonces articuló espontánea pausa, y
fijó una sonrisa de figura, que hace lucir más
intensamente el mirar de la joven. Sus maxilares temblaban a cada
exposición de aquella voz que le festejaba los
oídos, y le destilaba en lujos de bienestar en lo
más profundo de su ser.

– Cuando un candidato a la reencarnación, hace
por su propio mérito justicia a la visita que emprende, es
admitido en esta Arca de pensamientos, en varias sesiones
especializadas, recogiendo las sugestiones o lecciones que
necesita. En cuanto todavía, no todos los espíritus
en tránsito por la Tierra se capacitan para esa
excursión.

Silenció por segundos, para comprensivamente
proseguir:

– Destinándose a la prueba de la riqueza, en una
hipótesis, el Espíritu busca, en la psicoteca el
derrotero de cuantos le antecedieran en el manejo de la fortuna,
admitiendo al desfilar de miríadas de pensamientos
imágenes que le son afines. Se examinan sobre todo, las
circunstancias más armoniosas con los pormenores de la
tarea próxima, lo que le posibilita la adquisición
de nuevos recursos para los esfuerzos en pauta.

Extendió la mirada sobre los estudiantes en su
entorno y elucidó:

– Están los que llegan por el estudio de
múltiples ejemplos, ya sean en el aprendizaje
científico, artístico, religioso, profesional o
doméstico; igualmente los que se detienen en el examen
embellecido de costumbres, regionalismos, lances
históricos y patrimonios lingüísticos.
Innumerables escritores de la literatura terrestre, en todos los
tiempos, aquí asimilaron conocimientos e
inspiración. Obras de Espíritus conocidos tales
como: Sócrates, Dante, Voltaire, Spinosa, o de obreros
anónimos del progreso, encanecidos en dura labor, se
archivan en éstos parques. Hay confesiones edificantes de
errores y aciertos, concepciones de Dios, de la vida y del
universo, las visiones de Teresa De Ávila; la renuncia de
Francisco de Asís; la inteligencia onerosa de Da Vinci; el
profetismo de Swendenborg; la perseverancia de Lutero; la
abnegación de Vicente de Paúl; el buen censo de
Allan Kardec; la devoción de Nighatingale… Dramas,
tragedias, farsas, comedias, caídas y victorias
aquí yacen catalogadas y conservadas por la escuela de los
milenios. Esta es una estancia de providencia espiritual,
objetivando la profilaxis del fracaso.

Indicó el mensajero: – las construcciones
selváticas de los auditorios que se extienden en la
planicie, edificados en estilo de jardines característicos
del apogeo de todas las edades humanas, son tomadas de la fuente
psíquica y ajustada a la tela sensible de la memoria; son
esos materiales concluyentes, sin deformaciones, absolutamente
fieles. El ejemplo arrebata, el hecho asfixia los argumentos:
nadie duda. Se presencia la intención primitiva registrada
en el instante justo en que brotó de la mente. Observaos
en tu caso personal, que apenas un ínfimo ángulo
del patrimonio milenario de reminiscencias, la vida conserva a su
respecto. Asistirás a recuerdos de compañeros del
pasado, de socios kármicos del destino, de los amigos bien
amados y de los adversarios que te servían de
instructores, solamente ellos capaces de conferirte la
noción real de los actos felices e infelices que
practicaste y que la ley te debitó.

Intensificando la admiración creciente de la
joven, cual un padre a un tiempo represivo y cariñoso
explicó:

– Te pesquisamos las mentalizaciones. No! no, hija no
argumentes por la injusticia! Recordemos el aviso del Maestro:
"Nada existe oculto que no sea revelado"

Ella se estremeció, mientras el mentor
volvió a prevenir:

– En el calendario de los hombres, desde los años
1.957 estamos padeciendo las convulsiones que aún
recuerdas con amargura, desencarnaste a los 29 años en
1.928. Acompañarás deslumbrada la proyección
de pensamientos interrelacionados con tus esperanzas y
realizaciones, dejados aquí por algunos Espíritus
en el siglo pasado. Son episodios de los que participaran y de
los cuales también fuiste partícipe, noticias que
se enteraran o que trajeran al regresar a las esferas del alma.
Mantente confíante…

Contempla el desfile del pretérito y
obtendrás la preparación debida a la
consecución del nuevo trabajo. Cristo espera por
ti.

Se calló el venerado benefactor.

Charlotte percibió que, progresivamente una
niebla revoloteando en grandes movimientos, le absorbían
las líneas diáfanas del cuerpo. Y hasta cuando pudo
retener la fase, ahora inconsciente, adorable sonrisa le asomaba
con dulzura.

En las alas de la brisa, soplos de cálido perfume
llegaban de los campos circunvecinos. Ella respiró
profundamente, y, mucho después, ya casi restablecida,
notaba en pleno aire, una nube emblanquecida que, al moverse se
aproximaba a ella, inteligentemente.

Y retomando la exposición, Zéfiro
continuó:

– Y como abusaste de tu condición de mujer ante
los hombres, en las dos anteriores reencarnaciones, cómo
Carla y luego como Rossellane, renacerás ahora en un
cuerpo masculino, con el fin de reajustarte en pruebas dolorosas,
sintiendo los problemas que los hombres sienten… Como
sabes, los Espíritus en lo íntimo no tienen sexo,
es la carne con su correspondiente periespíritu la que
adquiere género. Es la carne. La encarnación es un
largo curso en el que se conquistan las mejores
características de ambos sexos, pero todo cambio
súbito en experiencias de esa naturaleza, motivando el
cambio de un vehículo físico por el de otro sexo,
en la mayoría de los casos acarrea desadaptación y
dolor. Ah! Hija, ¿crees por ventura, que los tormentos que
infligimos a los demás en los dominios de la
emoción quedarían impunes? Las puertas de la
sexualidad son canales de reencarnación y de
vida…No abusamos de ellas enredándolas
abusivamente, sin que la ley se vuelva hacia nosotros,
presionándonos a redimirnos, muchas veces, a fuerza de
soledad y de lágrimas!. Sufrirás mucho! Es natural
que así sea, mas la misericordia del Padre es infinita!
Aquí apenas examinaste los cuadros exteriores que te
configuran los actos a través de rememoraciones de los
participantes, no observaste las telas espirituales en que fueran
impresas con los mártires y personajes obsesivos que las
conforman.. Se comprende que la intuición aún no te
auxilie en la identificación de todos los pormenores
alusivos al pretérito… Los choques sufridos sobre
la influencia de Espíritus bien sufridos, cuando
desencarnaste en la condición de Rossellane, te
ocasionaban prolongada molestia de la memoria Por esto te
recuerdo porque desperdiciaste la reencarnación
complementaria que te confiere el nombre de Charlote, sobre el
cual viviste veinte nueve años de crisis convulsiva, en el
cuerpo humano, justamente a los veintinueve años que te
faltaban, cuando te caíste de la escalera del albergue.
¿Entiendes así la necesidad de renunciar en apoyo
al rescate de nosotros mismos?

Ella aceptó en amargo
silencio.

– Reiniciando nueva caminata, confía
y ora!

Y como alguien en la Tierra que preparase a
un ente amado para la entrada en el Mundo Espiritual a
través de la muerte, Zéfiro amparaba la tutelada
exhortándola en el coraje para el sumergimiento en el
clima del olvido con que sería reconducida a la
cuna:

– Tranquilízate, hija mía! Acepta los
designios de la ley y obedece a las intervenciones
magnéticas con que benefactores amigos te graduarán
los recursos de memoria para que obvies el mal y te rematricules
en la escuela del bien.!

Charlotte se sintió tocada por extraños
llamados, como si diminutos dardos de fuerza le alcanzaran el
pecho, contrayéndole el cerebro al dulce estupor y
comprendió… llegará el temido momento, la
hora de confiarse a los poderes mayores para poder
retornar!

Sí, se sometería al esfuerzo preparatorio,
atendería a las ordenaciones…Charlotte le
pidió a Zéfiro la limosna de una oración.
Quería apartarse en una oración que se le grabase,
en lo íntimo del alma, por recuerdo
inolvidable.

Zéfiro comprendió. Se
aproximó más y extendiendo la diestra sobre la
frente escaldada, miró a las alturas.

— Oh! Padre, bendícenos la temporal
separación! No deseamos otras cosas que no sean sujetarnos
a tus leyes! Ampara a los que van a nacer en cuerpo
extraño! Así mismo haznos la despedida iluminada de
esperanza para que la certeza del reencuentro, aún en las
más aflictivas probaciones, sea en nuestro corazón
un impulso de coraje, a la acción de luz en las sombras!
Tú, que a través de la muerte y el renacimiento nos
diriges para la conquista de la vida victoriosa,
susténtanos la despedida y danos a entender que tu
infinito amor es el clima de alegría en que estamos y
estaremos reunidos por siempre en tu bondad, y para
siempre!

Sobre el verde delicioso de las eminencias, la luz
borboteaba en arrobos a derrochar melodías de votos,
fluidos virginales y vibraciones en miríadas que se
pasaban en la atmósfera.

Zéfiro, conmovido extendió los brazos en
un gesto paternal en que se mixturaba el enterrnecimiento del
adiós y el júbilo de la
bendición.

El verbo de la música se expresaba en todas las
direcciones configurando las armonías superiores que
vierten del Bien Supremo para los más remotos confines del
Universo.

CAPÍTULO XXXXI

El tema que en este capítulo exponemos, es tomado
del libro

Sexo y destino.

Por Francisco Candido Xavier y Waldo
Vieira

Dictado por el Espíritu André
Luiz

Aquí nos cuenta sobre la función de la
colonia llamada, Almas Hermanas

Llegamos al instituto que procurábamos. Llamado
así por los fundadores que lo construyeron para el socorro
de los hermanos necesitados de reeducación sexual
después de la desencarnación. Exhibía
extensa área de construcciones.

Un conjunto de líneas simples y armoniosas,
ocupando cuatro kilómetros cuadrados de edificaciones y
vías, parques y jardines. De por sí,
auténtica Ciudad.

Se inhalaba tranquilidad y alegría.

Las praderas en verde reposante y las flores tocadas por
el viento, se mostraban en señales de
bienvenida.

Rostros sonrientes nos saludaban, con los semblantes
circunspectos que nos lanzaban miradas de
simpatía.

Ahí se expresaban todas las edades de ambos
géneros, con las cuales correspondíamos
satisfechos.

Un bloque de edificaciones indicaban mancomunadas
Universidades.

Lejos de encontrar representantes de la
psicopatía ligada a las perturbaciones sexuales, eran
criaturas de apariencia saludable, las que nos acogían
afectuosas.

El mentor Nieves, que de tiempos atrás
allí venía aportando, interpelado por mi
curiosidad, esclareció que la agremiación
poseía vasta dependencia reservada para enfermos; no
obstante, que yo modificase cualquier concepción previa
con respecto a la obra allí desenvuelta, por cuanto los
verdaderos alienados en consecuencia de alucinaciones emotivas
traídas de la Tierra, permanecían reclusos en
manicomios, sobre tratamiento indicado, siempre apartados de las
falanges dementes de las regiones tenebrosas. Agregó que
muchos de aquellos que nos saludaran tranquilos, procedían
de tragedias pasionales, intensamentes vividas en el mundo; sin
embargo se mostraban ahora pacificados y lúcidos, cual las
propias personalidades humanas, después de reprimir las
crisis de salud, cuando se rinden al desequilibrio
mental.

Las elucidaciones se interrumpieron de pronto, porque
alcanzamos el punto en que debíamos tomar contacto con
Félix, avisado con anticipación sobre nuestra
presencia.

El instructor, a pesar de todo nos avisaba de la
imposibilidad de atendernos en el momento. Nos esperaría
más tarde, en su propia residencia. Entre tanto nos
enternecíamos con una grata sorpresa. Belino Andrade que
desde hace diez años yo no veía, y con quien
conviviera íntimamente en otras actividades, allí
se hallaba con el fin de iniciarnos en el conocimiento de la
colonia.

Nos abrazó fraternalmente, y retomando los
esclarecimientos que Nieves iniciara, empezó diciendo que
pisábamos en un hospital escuela de suma importancia para
los candidatos a la reencarnación. Los internos o
estudiantes venían en su mayoría de estancias
purgatoriales, después de aliviarse de las consecuencias
más inmediatas de los vicios y pasiones mantenidos por
ellos en el plano físico, rigurosamente examinados,
atendían a criterio de selección, en los parajes de
angustia expiatoria en que se demoraban, y solamente
después de juzgados dignos, entraban en aquel pozo de
rehacimiento para estacionamientos más o menos largos de
estudio y meditación, pesquisando las causas y observando
los efectos de las caídas de naturaleza afectiva en que se
habían precipitado…

En cuanto nos deteníamos en caminata agradable,
Belino proseguía informando que todos ellos,
después de suficientemente instruidos, son mudados al
domicilio terrestre, donde reencarnan en los ambientes en que
fallaran y, en cuanto lo posible, en los equipos
consanguíneos que les impusieran perjuicios, o que les
sufrieran los daños.

En las Almas Hermanas obtenían los
laureles del conocimiento, y en la Tierra volvían a
aplicarlos, a través de las dificultades y tentaciones de
la faena material, que nos comprueban la asimilación de
las virtudes adquiridas.

Presentándonos graciosas plazas y apreciando
aspectos del paisaje, Belino comparó la finalidad del
instituto educativo a los centros de cultura superior existentes
en el mundo, que confieren títulos académicos para
el ejercicio de determinadas funciones, dentro de la
especialización profesional, y confrontó la arena
terrestre con la esfera de la práctica en que los alumnos
diplomados son convocados a las experiencias y a la misión
que les fija el mérito o el demérito

Allí la mente se rearticulaba, aprendía,
rehacía, restauraba, pero de manera general, siempre con
el objetivo de retornar al mundo, con el fin de incorporar en si
mismos el valor de las lecciones recibidas.

Agregó que al no ser, las reencarnaciones
compulsorias por motivos primordiales, el problema del regreso
requería consideraciones específicas y
preparaciones adecuadas, razón por la cual muchos
compañeros de Almas Hermanas se corporifican en
la Tierra con programas domésticos preestablecidos, de
manera a hospedarse con los propios recursos genésicos de
los colegas afines. De ahí, del establecimiento, esos
colegas, a quienes se les indicaba en la posición de hijos
para el futuro, los resguardaban y los defendían, hasta la
ocasión en que les fuese posible sumergirse en la cuna
terrenal, constituyéndose, de esa manera, en familias
enteras, en edificaciones y pruebas redentoras, que en el fondo,
representaban espiritualmente el trabajo del Instituto entre los
hombres, cual ocurre con múltiples congéneres y a
otras numerosas asociaciones consagradas a la regeneración
y al progreso del Alma en las esferas de acción espiritual
que circundan la Tierra.

Aquel Hospital escuela se calificaba de esa manera, en
condición de puesto avanzado de la Espiritualidad
constructiva, sustentando permanente contacto con la vida
humana.

Cada individualidad reencarnada con vínculos en
Almas Hermanas, allí se encuentra fichada
convenientemente, con todo el historial registrado en las
reencarnaciones obtenidas, en las cuales se les aprecia el
balance de los créditos conquistados, y de los
débitos contraídos, balance que es examinable en
cualquier momento, para efecto del auxilio mayor o menor a los
interesados, según la lealtad que demuestren en la
realización de las obligaciones a que se empeñaran
y conforme el esfuerzo espontáneo que revelen en la
construcción del bien general.

Le pregunté a Belino si conocía el
promedio general del aprovechamiento en la comunidad, y él
confirmó saber esas cifras. y recordando ochenta y dos
años de existencia de Almas Hermanas, que
poseía una población oscilante entre cinco mil a
seis mil habitantes, apuntaba en el coeficiente de cada cien
estudiantes, dieciocho retornaban victoriosos en los compromisos
de la reencarnación, veintidós mejorados,
veintiséis muy regulares y treinta y cuatro comprometidos
por deudas lamentables y dolorosas, es decir, .incorregibles y
renuentes.

Mi nueva pregunta fue si los fracasados eran
readmitidos; él informó, que nadie en la Tierra,
conoce el esfuerzo y el sacrificio con que los amigos
desencarnados trabajan por el triunfo o por el perfeccionamiento
parcial de los Espíritus que luchan en el mundo, y ni
imaginar la desolación que les sacude el ánimo,
cuando no logran abrazarlos igualmente de regreso ligeramente
renovados para la deseada convivencia. Informó que los
compañeros en caída después de la
desencarnación, pasan automáticamente a las zonas
inferiores, en donde por ocasiones, se demoran mucho tiempo en
desequilibrio o en ociosidad, sin embargo nunca pierden la
dedicación de los amigos allí domiciliados que
interceden por ellos, junto a colonias dedicadas a otro tipo de
asistencia. Por eso sabía de casos pertinentes de varios
rematriculados después de esas dolorosas
refriegas.

En compensación, exaltó los premios
atribuidos a los vencedores, los aprendices que se laurearon a
través del aprovechamiento sustancial de los recursos
entregados por la organización, ahí se honran con
admirables oportunidades de trabajo en estancias superiores,
según los deseos que expresen.

Por lo tanto alcanzamos, largo conglomerado de edificios
en los cuales Andrade informó que estaban localizadas
diversas actividades de instrucción.

Iniciamos afectuosa visita.

Los salones o aulas nos conmovían por las
revelaciones y la simpatía de los profesores. El sexo como
tema central, venia mereciendo el mayor aprecio.

Los alumnos contemplaban grabaciones y croquis que
configuraban implementos del sexo con el interés
cariñoso de quien se enternece sobre el cuello maternal y
con la atención de quien agradece las concepciones
divinas.

Todos nosotros éramos acogidos con cordialidad,
sin que nuestro pasaje les alterase esa aplicación ; a
pesar de esto, es de sobresaltar la emoción que me
envolvía al observar el crecimiento de veneración
con que el sexo era homenajeado en las diversas facultades de
enseñanza, pesquisado y ennoblecido en cátedras
diferentes. Materias profesadas en régimen de
especialización. Cada cual atendida en construcción
apropiada. Sexo y amor. Sexo y matrimonio. Sexo y maternidad.
Sexo y estímulo. Sexo y equilibrio. Sexo y medicina. Sexo
y evolución. Sexo y penología. Y otras
discriminaciones.

Dice Andrade, que todas las disciplinas son frecuentadas
por gran número de alumnos, y buscando saber en cuales de
ellas se inscribía el número más grande; y
viniera a saber, que los asuntos de sexo y maternidad
retenían franca importancia. El primero reúne temas
de criaturas que se dirigen a los ajustes del hogar en la Tierra,
y el segundo indica enorme cantidad de Espíritus
conscientes que examinan la mejor manera de infringir a sí
mismo determinadas inhibiciones para corregirse de hábitos
deprimentes en el curso de la reencarnación al cual se
dirigen. Muchos llegan a dejar escrito en los archivos de la
institución las sentencias que labran contra sí
mismos, antes de envolverse en las pruebas que consideran
necesarias al perfeccionamiento y la felicidad que
demandaran.

Las elucidaciones de Belino se tornaban cada vez
más interesantes y reflejaban de mi parte una
extensión de las obras de la Ciudad Espiritual en que me
hallaba hace quince años, lejos de conocerle todos los
monumentos de benemérito y cultura, cuando alcanzamos la
residencia del director.

Felix, en compañía del hermano Regis, que
nos presentó por sustituto eventual de él, nos
acogió amablemente.

Me admiré.

No se parecía al amigo que se
empequeñecía en Río para compartirnos en el
trabajo.

Reverenciado y querido, era allí distinguido
dignatario del conocimiento superior, a quien la
administración de Nuestro Hogar delegara
importante responsabilidad. Dirigente, comandante, padre y
hermano.

El ambiente en el gabinete en que nos alojara afectuoso,
manifestaba simplicidad sin negligencia, y confort sin
lujos.

Detrás de la sencilla poltrona que allí se
encontraba, sobresalía una tela de proporciones amplias,
en la cual la mano del pintor hábil grabara el retrato de
noble matrona en oración, allá en las regiones
inferiores. La venerable mujer elevaba los brazos para el cielo
tormentoso, que filtraba haces de luz cual si le respondiese a
las rogativas y, en torno de ella, montones de espíritus
conturbados arrojándose en el suelo, taciturnos, entre
consolados y sorprendidos.

Félix registrándonos el asombro, nos
explicó, que conservaba en esa obra de arte el recuerdo de
magnánima servidora del Cristo, desconocida entre los
hombres, consagrada en el Mundo Espiritual al socorro de
corazones sumergidos en las tinieblas. Visitaba las urnas de la
expiación pungente, en ocasiones solita, y en algunas
veces acompañadas por equipos de colaboradores, amparando
y reconfortando… Adoptaba a criminales desencarnados como
hijos del alma infundiéndoles el ideal de la
regeneración, levantándolos e
instruyéndolos.

Félix, de vez en cuando iba a visitarla al asilo
material. Aún hoy la abnegada educadora sustenta en las
regiones sombrías que embalsamara de amor.
Prosiguió relatando que en ese abrigo permanecen,
frecuentemente, más de mil huéspedes, siempre
sustituidos, a la vez que la benefactora conduce al
encaminamiento constante de los recogidos a escuelas
beneméritas, con fines a la reencarnación en la
Tierra o a estacionamientos de rectificación en otros
parajes, e informó debérsele a ella quien se
llamaba hermana Damiana, el primer contacto con la verdad,
ochenta años antes. Guardaba aquel cuadro confeccionado a
pedido de ella misma para no olvidarse en las horas de supremas
decisiones, en responsabilidades y encargos desde que fuera
sacado de la lama en que un día se hundiera, y arrebatado
por aquella misionera engrandecida en el espacio al servicio de
los infelices.

Nieves, por eso imprimió nuevo rumbo a la
conversación, colocando en relevo la satisfacción
de que nos sentíamos poseídos con la revista
provechosa en los órganos de enseñanzas que
acabábamos de participar, y que las anotaciones giraran
para las cuestiones del sexo, que en las Almas Hermanas
asumían aspectos inusitados.

El hermano Régis expresó que
también se sorprendieran, al principio, con el respeto
profundo dedicado allí a los estudios del sexo, en vista
de la desconsideración con que autoridades
políticas, religiosas y sociales terrestres, habitualmente
lo menoscaban, con algunas salvedades. Y sublimó, con
honor que nosotros los hombres, somos contradictorios en cuanto
reencarnados, por cuanto estamos siempre ávidos de
concertar una tomada en desajuste, y queremos ocultar a Dios el
derecho de socorrer y rehabilitar a sus hijos en desequilibrio
emotivo.

El anfitrión, explanando las ideas que nosotros
los presentes planteábamos, historió en
síntesis que en la Espiritualidad Superior el sexo no es
considerado únicamente como valija morfológica del
cuerpo de carne, distinguiendo macho y hembra, definición
unilateral que en la tierra, aún se hace seguir de
actitudes y exigencias tiranas, heredadas del comportamiento
animal. Entre los espíritus desencarnados, a partir de
aquellos de mediana evolución, el sexo es catalogado por
atributo Divino en la individualidad humana, cual ocurre con la
inteligencia, con el sentimiento, con el raciocinio y con otras
facultades, hasta ahora menos aplicadas en las técnicas de
la experiencia humana. En cuanto más se eleve la criatura,
más se capacita en que el uso del sexo demanda
discernimiento por las responsabilidades que acarrea. Cualquier
ligación sexual instalada en el campo emotivo, engendra
sistemas de compensación vibratoria, y el compañero
que afecta al otro hasta el punto que suscitó los
desastres morales consecuentes, pasa a responder por la justa
deuda.

Todo desmande sexual damnificando conciencias, reclama
corrección así como cualquier abuso del
raciocinio.

El hombre que abandone la compañera, o la mujer
que así proceda generando desarreglos personales en la
víctima, crea cierto carga kármica en su propio
camino; pues nadie causa perjuicios a otros sin afectarse a si
mismo. Vaticinó que la Tierra poco a poco renovará
principios y conceptos directrices y legislaciones, en materia de
sexo, sobre la inspiración de la Ciencia, que
situará el problema de las relaciones sexuales en el lugar
que le pertenece. Se empeñó a repetir que en la
corteza planetaria, los temas sexuales son llevados en cuenta, en
base a las señales físicas que diferencian al
hombre de la mujer y viceversa; sin embargo, ponderó que
eso no define la realidad integral, por cuanto, rigiendo esos
marcos permanece allí un espíritu inmortal, a veces
con edad multimilenaria, encerrando consigo las sumas de
experiencias complejas, lo que obliga a la propia ciencia
terrestre a proclamar presentemente, que masculinidad y feminidad
tales son inexistentes en la personalidad humana, desde el punto
de vista psicológico. Hombres y mujeres en
espíritu, presentan cierto porcentaje de elevadas
características viriles y femeninas en cada individuo, lo
que no asegura posibilidades de comportamiento íntimo
normal para todos, según la conceptuación de
normalidad que la mayoría de los hombres estableció
para el medio social.

Habiendo formulado Nieves una consulta sobre los
homosexuales, Félix demostró que innumerables
Espíritus reencarnan en condiciones inversas, bien sea en
el dominio de lides expiatorias o en obediencia a tareas
específicas, que exigen duras disciplinas por parte de
aquellos que las solicitan o que las aceptan. Aún
refirió que hombres y mujeres pueden nacer homosexuales o
ínter sexos, como son susceptibles de retomar el
vehículo físico de mutilados o inhibidos en ciertos
campos de manifestación, adelantando

o ilustrando que el alma reencarna en esa o en aquella
circunstancia, para perfeccionarse mejor y nunca sobre el destino
del mal, lo que nos contraerá a reconocer que los delitos,
sean cuales sean, y en cualquier posición corren por
nuestra propia cuenta. En vista de eso, destacó que en los
foros de la justicia Divina, en todos los distritos de la
Espiritualidad Superior, las personalidades humanas tachadas
paranormales, son consideradas tan carentes de protección,
en cuanto a las otras que disfrutan la existencia garantizada por
la regalía de la normalidad, según la
opinión de los hombres, observándose que las faltas
cometidas, o las personas de psiquismo juzgado anormal, son
examinadas en el mismo criterio aplicado a las culpas de personas
consideradas como normales, notándose aún, que en
muchos casos, los desatinos de las personas supuestamente
normales son considerablemente agravados, por lo menos
justificables frente al comodísimo y primacía, que
usufructúan en el clima estable de la
mayoría.

Y a la ligera pregunta que arriesgué sobre
conceptos y preconceptos vigentes en la Tierra, en lo que
atañe el asunto, Félix ponderó respetuoso,
que efectivamente los hombres no pueden alterar de pronto, las
leyes morales en que se rigen, so pena de precipitar a la
humanidad en la disolución, entendiéndose que los
Espíritus aún ignorantes y animalizados, por cuanto
la mayoría en el seno de todas las naciones terrestres,
están invariablemente decididos, a usurpar liberaciones
prematuras para convertir los valores sublimes del amor en
criminalidad. Agregó, sin embargo, que en el futuro mundo,
los hermanos reencarnados, tanto en condiciones normales, como en
condiciones juzgadas anómalas, serán tratados en
pie de igualdad, en el mismo nivel de dignidad humana,
reparándose en las injusticias cometidas hace siglos
contra aquellos que renacen sufriendo particularidades anormales,
por cuanto la persecución y la crueldad con que son
golpeados por la sociedad humana, les impiden o dificultan la
misión que traen para la existencia física, cuando
no, hacen de ellos criaturas hipócritas, con necesidad de
mentir incesantemente para poder vivir, sobre el sol de la bondad
Divina en beneficio de todos.

Nieves abordó la tesis referente al día
determinado para la desencarnación, promulgada por algunos
religiosos en la Tierra, por lo que Félix
esclareció:

–Sí, no nos es lícito desacreditar las
enseñanzas religiosas. Hay planes prefijados y ocasiones
previstas con relativa exactitud para el desprendimiento del
vehículo físico; sin embargo, los interesados
acostumbran alterarlos, sea mejorando o empeorando su propia
situación.

El tiempo es comparable con el crédito que un
banco presta, o retira, según la actitud y directrices del
deudor. Así no podemos olvidar que la conciencia es libre
para pensar y actuar, tanto en las áreas físicas
como espirituales, igualmente cuando ungidas a las consecuencias
del pasado culposo.

Y sonriendo remató.

Cualquier día es bueno para marcar destino o
reconstruir destino, debido a que todos somos consciencias
responsables.

Félix mismo me condujo a pequeño palacio
localizado en el centro de la institución, casa de la
Providencia, es el nombre asignado a ese edificio;
curioso foro de Almas Hermanas donde ejercen dos jueces,
atendiendo a las peticiones formuladas por los integrantes de la
comunidad, con referencia a los hermanos reencarnados en la
esfera física.

De entrada, gesticulando saludos con decenas de personas
que entraban y salían, Félix siempre saludando con
aprecio a todos los transeúntes, me explicó que
allí solamente se organizaban procesos de auxilio y
corrección, que tuvieren relación con los
compañeros destinados a la reencarnación como
también para los que ya se hallaban reencarnados y ligados
a los intereses del instituto como: renacimientos, infancias
torturadas, accidentes de la infancia, delitos de la
juventud, dramas pasionales, hogares en peligro o riesgo de
divorcio, deserciones afectivas, ciertas modalidades de suicidio,
tantas molestias y obsesiones resultantes por el abuso sexual, y
una infinidad de asuntos conexos, son ahí examinados
según las rogativas y las quejas entregadas a los
pronunciamientos de la justicia.

La casa de la Providencia apenas libera en definitiva
los problemas que sean pertinentes a Almas Hermanas de
todos y, en la mayoría de los casos, apuntan derivaciones
para otros sectores. En esa hipótesis las cuestiones son
discutidas ahí desde el comienzo, siguiendo hasta
estancias superiores. Aún así, los dos magistrados
amigos y también Félix, que es reducido por la
fuerza del cargo a estudiar y armar todas las piezas una por una,
no deciden de por si, solos.

Un concejo constituido por diez orientadores; seis
varones y cuatro mujeres todos con méritos suficientes
para la dirección de la ciudad; opera a través de
asambleas semanales en todas las recomendaciones y diligencias,
aprobándolas o desaprobándolas, con el fin de que
las decisiones no se comprometan en desatinos, que en muchas
ocasiones, fueran esclarecidos por los jueces o por los
consejeros, que por su propio criterio, lo que le
producían eran dobladas razones para
respetarlos.

Aclarando con más seguridad los informes
iniciales, volvió a esclarecer que más de la mitad
de los autos se tramitan en la dirección de las
autoridades del ministerio de la regeneración y del
auxilio, que de otro modo priman por la rapidez en los despachos
y aprovisionamientos Dentro del edificio seguimos por corredores
interiores, en dirección al gabinete central.

Félix, que allí se hallaba solamente para
favorecerme, se atribuía el derecho de penetrar
intempestivamente en el salón de audiencias
públicas, donde la masa de solicitantes y pleitistas se
acomodaban. Algunos tal vez le dirigiesen apéelos
personales en el intento de presionar a los juzgadores,
inconveniencia que era preciso obviar.

En sobrio recinto, el instructor me dio la
satisfacción de saludar al juez Amantino, que se hallaba
en servicio, acompañado de cinco auxiliares, ambiente
digno en que la dirección y la subalternidad no se
confunden, en cuanto que reunidas por la cordialidad, en base del
acatamiento recíproco.

La llegada de Félix provocó un afectuoso
tumulto que el mismo suprimió, avisando que se trataba de
ligero contacto. Y anunció que yo volvería
más tarde, con bastante tiempo para absorberme en el
estudio.

Los colaboradores retomaron la posición.
Amantito, sin embargo, por el hecho, quería ofrecernos
algunos minutos de atención, que era forzoso a recibir.
Nos sentamos. Esto para corresponder a la gentileza, que por el
propósito de analizar superficialmente los mecanismos de
la casa exigían esmerada consideración,
pregunté por el porcentaje de los compañeros que
regresaban absolutamente irreprensibles, de la existencia
terrestre, según las condiciones de aquel templo de
justicia, y el interpelado respondió con humor que
principiábamos el interrogatorio manejando inesperada
proposición. Elucidó afirmando que en anotaciones
fiscalizadas de casi ochenta años consecutivos, el
promedio de optimización no excedía de cinco en
mil, no obstante sugieren fichas honrosas de muchos que
alcanzaban hasta más del noventa por ciento en materia de
distinción absoluta, lo que en Almas Hermanas
representa elevado grado de mérito.. Haciendo nuevas
solicitudes, Amantino aclaró que, a pesar de la equidad en
los juzgamientos, prevalece el rigor en el registro de todas las
culpas y falencias de los desencarnados, para que no se afloje la
disciplina; sin embargo los límites de la tolerancia en la
Espiritualidad Superior, son más amplios. Eso porque los
árbitros y mentores no se valen exclusivamente de los
textos, mas sí, de los principios de comprensión
humana que les palpitan en las conciencias, y usando la propia
conciencia, el ejecutor de la ley no ignora las dificultades que
se anteponen a las criaturas para que se conduzcan en medidas de
corrección íntegraL, en el dédalo de los
propios sentimientos casi siempre tiznados por la podredumbre de
la animalidad primitiva.

Me aproveché del asunto e indagué sobre el
divorcio.

El juez atendió. Reconociéndose que todos
los matrimonios terrestres, entre las personas de
evolución respetable, se efectúan en la base de
programas de trabajo, previamente establecidos, bien sea en
cuestiones de beneficio general o de pruebas legítimas, el
divorcio es obstaculizado en las esferas superiores por todos los
medios lícitos; a pesar de todo en muchos casos, es
permitido o reconocido, so pena de trasformarse la justicia en
prepotencia de víctimas de crueldades sociales de la
legislación en la Tierra, en cuanto no consigue remediar
ni prevenir.

Surgido el problema, el compañero o la
compañera, responsable por la ruptura de la confianza y de
la estabilidad de la unión conyugal, pasa en la
condición de juzgado. La víctima es conducida a la
generosidad y a la benevolencia a través de los recursos
que la Espiritualidad Superior consiga vehicular, con el fin de
que no se frustren programas de servicio, siempre importantes
para la comunidad, comprendiéndose dentro de ella a los
Espíritus encarnados y también a los desencarnados,
cuyas ventajas son recíprocas con la humanidad y la
benevolencia de cualquiera de sus miembros. En razón de
eso, alcanzan la patria espiritual en la condición de
ennoblecidos hijos de Dios, las grandes mujeres y los grandes
hombres, justificadamente considerados grandes, delante de la
providencia cuando soportan sin quejas, la infidelidad, la
violencia del parejo o de la pareja del núcleo
doméstico, olvidando incomprensiones y ultrajes recibidos,
a las tareas que los designios del Señor les colocaran en
los corazones y en las manos, bien sea en el amparo moral a la
familia consanguínea, o en la sustentación de las
buenas obras. Los que poseen semejante comportamiento dignifican
todos los grupos espirituales a que se adhieren, y vengan de esa
o de aquella religión, de esa o de aquella latitud del
mundo, son acogidos sobre galardones de héroes verdaderos,
por haber abrazado sin rebeldía a los que le golpearon el
Alma, sin repelerles la afectación y la presencia. Por lo
tanto, los que patentizan incapacidad de perdonar las ofensas, en
cuanto se les lastime la ausencia de grandeza íntima, son
igualmente amparados, en el deseo de separación conyugal
que exprese, agravándose en los débitos para
rescates futuros y concediéndoseles las modificaciones que
requieran. Llegado a ese punto el hombre o la mujer
continúan recogiendo el apoyo espiritual que les sea
preciso según el merecimiento y la necesidad de cada uno,
atribuyéndose tanta libertad y tanto respeto al hombre
como a la mujer, en lo que atañe a la renovación de
compañía y cariño, y con las
responsabilidades naturales que les surjan de las decisiones.
Así sucede, dijo Amantino comprensivo. Porque la divina
providencia manda a exaltar las virtudes de los que aman sin
egoísmo, sin desconsiderar el acatamiento que se debe a
las criaturas de vida recta, despojadas en el patrimonio
afectivo, los ejecutores de las Leyes Universales, actuando en
nombre de Dios, no aprueban la esclavitud de nadie, y en
cualquier sitio cósmico, se proponen a levantar
consciencias libres y responsables, que se elevan para la Suprema
Sabiduría y para el Amor Supremo, veneradas y dignas.
Aún que para eso escojan multimilenarias experiencias de
ilusión y dolor.

Impresionado inquirí sobre la moral en los
países de la Tierra, donde un hombre disfruta del derecho
de poseer varias esposas. Amantino explicó que la
poligamia, aparentemente legalizada en algunas naciones, es una
herencia animal que desaparecerá de la fase del mundo y
que nosotros hallándonos en una estancia inspirada por las
enseñanzas del Cristo, no nos cabe olvidar que, frente al
Evangelio, basta un hombre para una mujer, igualmente una mujer
para un solo hombre. Ponderó que hay probaciones y
circunstancias difíciles en que el hombre o la mujer son
llamados a la abstención sexual, en el interés y la
tranquilidad y la elevación de aquellos que los cercan,
situación esa que no modifican sin alterar o agravar los
propios compromisos.

Pregunté si la Casa providenciaba auxilio,
conforme a la extensión de los errores. Él
respondió bien humorado, que el auxilio se verifica
justamente por la extensión de los aciertos. Cuanto
más exacto el Espíritu reencarnado, en la
práctica de los deberes que le competen, más amparo
recogen en los días obscuros en que resbale en el
desatino, cualquier pedido de ayuda allí formulado antes
de tramitar, es analizado a la luz de la contabilidad segura, por
el documentario perteneciente al candidato para quien se requiere
favor. Aciertos como haberes, desaciertos por débitos.
Sumados unos y otros, se verifican, de inmediato, hasta
qué punto será posible o aconsejable la
atención, determinándose el promedio de auxilio
atribuible a cada petición individual. Resaltó, por
lo tanto que en esa clara aplicación del derecho, muchos
requerimientos de socorro, en las diligencias emprendidas, se
transforman automáticamente, en provisiones de
corrección, porque, si escaseasen los créditos para
los interesados, sumando deudas, el resguardo asumía la
forma de enmiendas, lo que a veces irritaba a los solicitantes,
sin que les fuese posible modificar el curso de la justicia. En
ese sentido, las oraciones, igualmente las vibraciones de
alegría y reconocimiento de todas las criaturas encarnadas
o desencarnadas, beneficiadas por los solicitantes, funcionan a
manera de abonos y cauciones de significado muy importante para
cada uno, tanto allí como en cualquier lugar,
sublimó Amantino, convincentemente, crea o no en la
inmortalidad, pues cualquier persona es alma eterna. Por eso,
independientemente de la propia voluntad, las Leyes de la
Creación marcan en el camino de todo Espíritu los
bienes y los males que practique, devolviendo frutos en la base
de la sementera. Efectuándose el perfeccionamiento moral
de etapa en etapa y comprendiéndose la existencia por
aprendizaje del Alma, entretejidos aciertos y desaciertos, con
raras acepciones, la individualidad, en cualquier plano de la
vida, es apreciada y sustentada, por encima de todo por el
rendimiento de la utilidad con que se caracterice en el bien
común. Eso, destacó el juez, es principio general
de la naturaleza, árbol benefactor atrae la defensa
inmediata del agricultor. El animal eficiente recibe del
dueño cuidados especiales.

Es lícito que la persona, cuanto más
valores demuestre para la colectividad, en la Tierra o en otros
parajes, más asistencia recibe de las esferas
superiores.

De nuestra parte ninguna objeción; todas las
ponderaciones se articulaban allí en derecho
líquido espontáneo.

Enuncié el propósito de saber cómo
se operaban las audiencias; todavía delante de la
negación de Félix, que no estaba de acuerdo en
alterar el servicio, Amantino propuso que se escuchase por lo
menos un caso allí expuesto en el gabinete, para que
nuestro azote fuese facultado.

El instructor consintió solicitando sin embargo,
la asistencia de dos centinelas capaces de vigilar la entrada.
Extrañé la exigencia del amigo, cuya simplicidad me
acostumbrara a venerar; no obstante lo inesperado se
encargaría de sosegarme.

Despejado el pasaje, una triste señora
compareció.

Ignorando la presencia de Félix, se olvidó
de la autoridad de que Amantito se hallaba revestido, y se
precipitó en la dirección del instructor
prosternándose de rodillas. Félix acudió a
los guardas y recomendó que la levantasen. Apenas
ahí llegué a entender que el mentor se había
preparado de antemano a rechazar cualquier manifestación
de idolatría, huyendo a la lisonja que él
usualmente no soportaba. La recién llegada, no obstante
contrahecha, fue obligada a hablar de pie sostenida por aquellos
que la tenían.

– Instructor, tenga piedad de
nosotros—lloró la mujer, entregándole los
Autos que traía.

Rogué protección para mi hija y mire el
resultado… manícomio, manicomio… ¿El
corazón de una madre concuerda con eso? Imposible,
imposible…

El benefactor leyó el documento y
respondió:

– Jovelina, seamos fuertes y razonables. El despacho es
justo.

– Justo! ¿Pues el señor no conoce a mi
hija?

Partes: 1, 2, 3, 4, 5
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