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La teoría de sistemas



Partes: 1, 2

  1. Posicionando el tema
  2. Realidad y Teoría
  3. La
    Teoría General de Sistemas
  4. El
    Sistema
  5. La
    energía comercial
  6. Entropía
  7. Interacción entre el sistema y su
    entorno

Capítulo extraído del
libro:

La Organización Empresarial bajo
enfoque de sistema
,

ISBN-13:978-3-659-04325-3

ISBN-10:3659043257

EAN: 9783659043253

Instrumento teórico y
metodológico elaborado bajo la teoría de sistema
para la interpretación de la organización. Es un
mapa conceptual que permite la comprensión y
análisis de la realidad empresarial, especialmente de las
PYMES, dirigido a estudiantes, profesionales, asesores,
emprendedores y empresarios que requieren ofrecer soluciones de
manera objetiva, idóneas, concretas y expeditas. El
desarrollo de la obra ubica al lector desde una perspectiva
totalizante de la organización, facilitando el
diseño de estrategias funcionales y de negocio que
potencian a su vez, la utilización de técnicas
modernas que incrementen la eficiencia productiva y la
penetración de sus productos.

Editorial Académica
Española

https://www.morebooks.de/store/es/book/la-organizaci%C3%B3n-empresarial/isbn/978-3-659-04325-3

Posicionando el
tema

Es necesario hacer una descripción y
análisis de la Teoría General de Sistemas pues es
esencial para comprender el enfoque, la operacionalidad y las
relaciones con el entorno organizacional.

La Teoría de General de Sistemas es un marco
conceptual y metodológico útil para interpretar la
realidad desde una perspectiva totalizante, dinámica,
interactiva, abordando la interpretación de cosa bajo
estudio, a partir del rol que cumple en su entorno.

Es especialmente útil para interpretar y explicar
situaciones de carácter social, tal como la
organización, convirtiendo descripciones
fenoménicas altamente discutibles, en explicaciones
contextualizadas, causales, suficientemente objetivas y
pertinentes, facilitando una respuesta rápida con
soluciones acordes a los requerimientos del entorno, así
como la necesaria efectividad de su desempeño.

La Teoría General de Sistemas (TGS) o simplemente
Teoría de Sistemas es una conceptualización, que
trata de encontrar las propiedades comunes a entidades,
organizaciones, empresas o cualquier cosa estructurada para
satisfacer necesidades presentes en su entorno, las cuales, se
interpretan como sistemas, por lo que se encuentran en todas las
partes constitutivas de la realidad.

Las estructuras, órganos, cuerpos, entidades,
organizaciones, etc., están presentes en los distintos
dominios de la naturaleza; por lo que dado su origen natural, son
objeto de estudio de diferentes disciplinas académicas. Su
concepción se atribuye al biólogo austriaco Ludwig
von Bertalanffy (1901-1972), quien acuñó la
denominación Teoría General de Sistemas, a mediados
del siglo XX, apareciendo en el libro titulado: General System
Theory. Foundations, Development, Applications, en el año
1968.

La TGS surgió por la necesidad de abordar
científicamente la comprensión de las cosas
concretas que conforman la realidad, a las cuales a partir de su
enunciado, se estudian como sistema, los cuales son complejos,
activos, realizan una serie de procesos y actividades a su
interior así como, en continua y permanente
interacción con su entorno. La concepción
teórica de los sistemas es la resultante de la
evolución de la ciencia generada por la acción de
diversos y diferentes circunstancias que han actuado por largos
periodos de tiempo.

Tradicionalmente desde tiempos remotos, el hombre
interpreta la realidad separando y categorizando sus componentes.
Con la TGS el abordaje interpretativo de la realidad se realiza a
partir de su totalidad, a partir del rol que la cosa ejerce en el
contexto donde se ha desarrollado.

Bertalanffy, analiza los organismos como un ente
organizado y definido por leyes fundamentales de sistemas
biológicos común a todos los niveles de
organización a los cuales denomino: sistemas. Las vastas
implicaciones de su concepción excedieron la
biología, abarcando aspectos tan diferentes como la
psicología, lo institucional, lo social, lo
ecológico, empresarial, etc.

Basándonos en la Teoría General de
Sistemas analizaremos la empresa haciendo una aplicación
adecuada de la concepción de la teoría a partir del
hecho de su pertinencia al entorno socioeconómico donde
hace vida.

Con fines didácticos y prácticos en la
formación del pensamiento científico deseamos dejar
muy claramente establecida la diferencia entre teoría y
realidad, pues tradicionalmente tienden a confundirse, una con la
otra. La realidad es una cosa y otra la noción que de ella
nos hacemos.

Realidad y
Teoría

Antes de abordar el tema concreto de la Teoría de
Sistemas; es necesario hacer cierta reflexión sobre el
valor significativo de la teoría frente a la necesidad de
interpretar la realidad. La teoría como instrumento
cognoscitivo, es una propuesta descriptiva, normativa,
explicativa y operativa sobre un campo o área
específica del conocimiento, pero no es un reflejo de la
realidad, sino una herramienta conceptual que nos permite dirigir
el esfuerzo interpretativo con cierto orden y dirección
específica, muy útil para la comprensión de
la cosa bajo estudio.

La realidad está conformada por cosas,
objetos, hechos, fenómenos y efectos que generan
consecuencias sobre el Hombre y afectan de alguna manera su vida.
Somos el único animal que posee la capacidad de hacerse
una noción de la realidad. Como constructo lógico,
la interpretación de la realidad se encuentra en
función de la evolución misma de los signos y
símbolos, mientras más elementos incorporemos al
lenguaje y se desarrollen conceptos sobre los elementos que la
constituyen el Hombre dispondrá de una noción de la
realidad más elaborada, compleja, consistente y
pertinente. Esto significa que la noción de la realidad es
un constructo histórico, social, en continua
elaboración. Por su origen es cultural, elaborado por el
Hombre para el Hombre. Por su consistencia, la
interpretación de la realidad es intangible, abstracta y
vinculada con intereses socioeconómicos.

Los límites de mi lenguaje significan los
límites de mi mundo. Los límites de mi mundo son
los límites de mi lenguaje
señala Wittgenstein
(1991)[1] y la interpretación que hacemos
del mundo real a través de signos abstractos y
convencionales se considera conocimiento. Por lo tanto su
desarrollo se encuentra en función del proceso evolutivo
del Hombre, en la naturaleza y en sociedad.

Al ser histórica y cultural, la noción de
la realidad ha estado comprometida más con la
visión interesada de quienes imponen su
interpretación, que con la realidad misma. Lo que ha
conducido a una confusión cognoscitiva entre la
noción teórica y la realidad, superponiendo una
interpretación interesada sobre la estructura del
pensamiento humano.

La realidad tangible, es mesurable, palpable, evidente
se encuentra conformada por la naturaleza y sus componentes, la
topografía, orografía, el medio ambiente, los
fenómenos climáticos, accidentes naturales, la
flora, la fauna, las condiciones ecológicas, los
congéneres, sus acciones u omisiones, la comunidad, las
agrupaciones, organizaciones, instituciones, partidos
políticos, la sociedad, el arte, los oficios, los bienes
elaborados, las estructuras, los objetos, los hechos, accidentes
y materias primas, insumos, las máquinas, equipos,
materiales, etc.

Entre los elementos intangibles que conforman la
realidad se encuentra el mismo conocimiento humano determinado
histórica y culturalmente, los hábitos y
costumbres, la ciencia, la filosofía y los enfoques
epistémicos, la moral, la racionalidad económica,
lo normativo y legal, lo afectivo, lo político, los
estereotipos sociales, la conducta, las ideas, las acciones u
omisiones, la palabra y sus significados, los gestos, y cualquier
otra expresión o conducta tangible, Todos aquellos
fenómenos, actos, decisiones, acciones u omisiones que
afectan al hombre y sus organizaciones de manera positiva o
negativa, el estado, situación o circunstancias,
así como todo aquello que está relacionado con la
estructuración, formulación y operatividad
lógica, que elabora el hombre para interpretar e
intervenir intencionalmente en la realidad.

También forma parte de la realidad las
condiciones inherentes a nuestro propio ser, el cuerpo, en el
ámbito físico, fisiológico y
psicológico, las necesidades, los deseos, aspiraciones,
limitaciones, potencialidades, habilidades y capacitación
que condicionan nuestro desempeño. Los aspectos
psíquicos, efectivos y anímicos que determinan
nuestra personalidad, así como las condiciones y
circunstancias de índole social, que definen nuestra
conducta individual y colectiva.

Allí, en esta mezcla de diversidad y diferencia
de elementos que conforma la realidad, radica una de las
dificultades de separar nuestra noción interpretativa y la
realidad misma. Frecuentemente asociamos la realidad con nuestra
apreciación, lo cual nos lleva a actuar bajo preceptos
subjetivos e interesados. La posibilidad de cometer error al
intervenir en la realidad es muy alta, sobrepasa el 50%. Pudiendo
permitírselo el Hombre común en su cotidianidad,
pero para el ejercicio profesional o cuando las decisiones
afectan una comunidad entera, el margen de error podría
inducir a cometer acciones irreparables.

En la realidad los hechos y fenómenos que nos
afectan, se originan por una serie de causas concatenadas e
interrelacionadas, las cuales percibimos a través de los
sentidos. Al ser percibidas, le otorgamos la condición de
existencia, además de valorarlas y apreciarlas, en
principio por la forma como afecte nuestra existencia o el
confort que disfrutamos, catalogándolos como buenos o
malos. Al mismo nivel de importancia en cuanto a la
afectación de nuestra apreciación, se encuentran
nuestros intereses, necesidades, gustos, preferencias,
influenciados por rol social que desempeñemos en el grupo
social. Factores estos que le confieren a nuestra
interpretación de la realidad, a un alto nivel de
subjetividad.

Identificar y separar cognoscitivamente la noción
de realidad de la realidad misma, es sumamente importante
científica y operativamente, pues se tiende a confundir la
noción de ambos, tergiversando la orientación
definitiva que toman nuestras decisiones y actos, debido a la
subjetividad que nos formamos sobre la cosa.

Siendo la interpretación de la realidad tan
susceptible a una interpretación sesgada por nuestras
necesidades, gustos e intereses y valorada por el efecto que nos
cause, la utilidad del conocimiento que de ella nos formulemos,
radica en la rigurosidad con la cual abstraigamos las
características y condiciones del objeto sobre el cual
recae el estudio.

Todo aquello que conforme nuestra apreciación de
la realidad, se encuentre esta en disertaciones, libros, textos,
manuales, o en las mentes más connotadas de nuestros
tiempos, no es más que teoría. Es necesario
resaltar que su condición de teoría no le
confiere una condición de minusvalía a sus
contenidos, todo lo contrario. Su valor radica en ser un poderoso
instrumento que nos permite ordenar, catalogar, validar e
interpretar la realidad que abordemos. Lo que si tenemos que
tener en cuenta es que sus conceptos, preceptos y contenidos no
son para utilizarlos como un deber ser dogmatico ni un dictamen
sobre la realidad, sino un instrumento teórico con el cual
aproximarnos a una interpretación útil que nos
permita intervenirla en función del hombre y sus
necesidades.

Contrario a la objetividad, la confusión entre
teoría y realidad, genera una interpretación
orientada más con la valoración que de ella
hagamos, que a una interpretación valida y útil. En
otras palabras, la abstracción obtenida de la realidad
viciada por la prevalencia de la teoría y nuestros
intereses no se refiere a la cosa misma, sino a una
interpretación sesgada e intencionada de ella.

En la introducción de su libro A Brief
History of Time
, Stephen Hawking (1942- ), dice al
respecto:

Una teoría es un sistema lógico
compuesto de observaciones, axiomas y postulados, que tienen como
objetivo declarar bajo qué condiciones se
desarrollarán ciertos supuestos, tomando como contexto una
explicación del medio idóneo para que se
desarrollen las predicciones. A raíz de éstas, se
puede especular, deducir y/o postular mediante ciertas reglas o
razonamientos, otros posibles hechos. … Una teoría
es buena si satisface dos requerimientos: debe describir con
precisión una extensa clase de observaciones sobre la base
de un modelo que contenga sólo unos cuantos elementos
arbitrarios, y debe realizar predicciones concretas acerca de los
resultados de futuras observaciones.

Cualquier teoría física es siempre
provisional, en el sentido que es sólo una
hipótesis; nunca puede ser probada. No importa
cuántas veces los resultados de los experimentos
concuerden con alguna teoría, nunca se puede estar seguro
de que la próxima vez el resultado no la
contradirá. Por otro lado, se puede refutar una
teoría con encontrar sólo una observación
que esté en desacuerdo con las predicciones de la
misma.

Las ideas anteriormente perfiladas sobre las
teorías científicas suponen que somos seres
racionales, libres para observar el universo como nos plazca y
para extraer deducciones lógicas de lo que veamos. En tal
esquema parece razonable suponer que podríamos continuar
progresando indefinidamente, acercándonos cada vez
más a las leyes que gobiernan el universo. Pero si
realmente existiera una teoría unificada completa,
ésta también determinaría presumiblemente
nuestras acciones (Hawking, 1982)[2] El subrayado
es nuestro

Hawking se refiere a las teorías físicas
del mundo material, pleno de evidencias tangibles y mesurables,
resaltando el hecho de lo hipotético de los postulados. En
lo social, en un mundo donde prevalecen elementos intangibles,
ponderados como verdad cualquier aseveración
resultante de un proceso investigativo, es una temeridad en la
cual se incurre frecuentemente. Totalmente de acuerdo con el
autor citado en lo que se refiere a la permanente
aproximación a la realidad, convirtiendo las tesis en
hipótesis en una continua discusión entre
noción y realidad, en un progresivo proceso
dialéctico de interpretación.

Pretender asumir la teoría como realidad y
pretender explicar cualquier situación como si se tratara
de la realidad misma, es un error que conlleva a resultados
inciertos. La teoría es un instrumento necesario y
útil para el estudio de la realidad, nos permite
aproximarnos a ella, con propiedad, orientando el camino
interpretativo. El analista debe reconocer las divergencias entre
la noción preconcebida y los elementos reales.

El procedimiento científico radica en ofrecer una
interpretación válida y concreta de la realidad,
pudiendo a partir de los fenómenos y hechos, así
como apoyado en el instrumental teórico; suponer, presumir
o elaborar hipótesis sobre las posibles causas que los
determinan. Los resultados, debido a lo anteriormente expresado
sobre el continuo proceso de formación del conocimiento,
no pueden ser ponderados como verdades, pues esa no es
su función.

El procedimiento científico es aplicable por
cualquier persona, de hecho, lo hacemos continuamente. Desde que
el hombre tomó conciencia del lenguaje, puede elaborar una
interpretación de la realidad, elaborando supuestos sobre
la situación que lo afecta y reta. Comprueba su supuesta
explicación utilizando quizás, medios poco
idóneos, pero obteniendo una explicación, no
necesariamente pertinente, pero que le es útil. Esto nos
lleva a enunciar otra de las ventajas de la rigurosa
aplicación del proceso científico, la
reducción de tiempo de respuesta y de recursos, en la
obtención de una explicación útil y
válida, de las causas que determinan los hechos,
así como de una interpretación de mayor pertinencia
a la realidad misma.

Lentamente pero de manera progresiva e inexorablemente,
la interacción con la realidad ha contribuido
indiscutiblemente a la construcción del conocimiento que
actualmente disponemos, prevaleciendo especialmente, la praxis
como mecanismo de construcción y validación, pues
el valor de la interpretación de la realidad es poder
operara en ella con cierto éxito. Por lo tanto, la
teoría que nos antecede es fundamental para reinterpretar
la realidad, pero no la debemos confundir con ella, pues de esa
manera atávica, frenamos el desarrollo del conocimiento
sobre cualquier tema.

Es necesario resaltar que la interpretación del
mundo real, por más rigurosa que sea, se encuentra sujeta
a los límites que nos impone la evolución de los
elementos materiales y conceptuales con los que
contamos.

La teoría constituye un cuerpo conceptual de
los aspectos fundamentales para abordar el análisis
concreto de una realidad. El hombre cuenta con una enorme
herencia de información y conocimientos sobre la vida y
determinadas áreas del saber. La teoría consta de
una abstracción sistematizada y actualizada de la realidad
en referencia, elaborada en una permanente y continua
aproximación a la realidad, a partir de su razón de
ser, de los aspectos fenomenológicos que la conforman, de
una descripción de las relaciones entre los elementos que
la constituyen y de los factores que la afectan, determinan y
condicionan (Gutierrez, 1999)[3]

Insistimos en que hacer una separación clara
entre realidad y teoría es de gran importancia y utilidad,
especialmente en el ámbito académico, pues permite
aproximarnos a una nueva interpretación, contribuyendo de
este modo, en el avance del conocimiento, potenciando
además, la capacidad para intervenirla con un alto nivel
de efectividad y con una reducción efectiva de
recursos.

Si bien es cierto que la interpretación de la
realidad es una abstracción limitada por los instrumentos
físicos y conceptuales con los que se aborda, mientras se
realice con la mayor objetividad posible, el poder de
negociación que se alcanza al momento de intervenirla se
incrementa. Esto quiere decir que la realidad y las personas que
en ella participan, tenderán a mantener el status
quo
resistiéndose al cambio. La nueva
interpretación, para que sea útil, debe incluir el
reconocimiento de las trabas que se opondrían a su
aplicación y establecer mecanismos para reducir la
oposición. Es necesario aclarar que esto no debe
contemplar el uso de medios coercitivos ni violentos para imponer
las nuevas concepciones, sino que reconociendo el poder de
negociación del investigador, éste debe utilizar
mecanismos lógicos y estratégicos para su
aplicación.

Cualquier actividad que el hombre realice en su medio
ambiente natural, – tal como cazar, cultivar, regar, incendiar-
para posteriormente organizar, producir, ahorrar, apropiar,
acumular, etc.; tiene el efecto de intervenir, modificar,
alterar, cambiar, etc., la realidad física o social donde
se desenvuelve. La interpretación objetiva del contexto
concreto donde se interviene, incrementa el poder para alcanzar
sus objetivos.

Al limitar la compresión de la realidad
utilizando interpretaciones pre-elaboradas y prejuicios propios,
reducimos la capacidad para enfrentar sustancialmente su
intervención. Quizás sea mucho más aceptado
el nuevo planteamiento, pues se encuentra en
sintonía con la estructura del pensamiento
lógico imperante, pero no tenderá a modificar la
situación problema que afecta a la realidad.

La apreciación de la realidad obtenida en
contextos, situaciones, condiciones y momentos diferentes al
nuestro, permite incrementar el arsenal teórico de la
humanidad, pero su utilización como única
interpretación valida, limita el abordaje investigativo de
situaciones.

Al asumir los avances científicos como
instrumentos conceptuales para abordar la interpretación
de la realidad, adecuándolos a las condiciones
físico- culturales, hacemos que tanto la
observación realizada como el mismo instrumental
teórico, se nutran, se validen y se actualicen, mediante
el proceso de investigación.

Al utilizar la teoría como instrumento sujeto a
modificaciones y adaptaciones, pierde el carácter
prescriptor para convertirse una herramienta útil y
práctica con la que interpretar la realidad desde una
perspectiva concreta y material.

Es necesario resaltar que un desarrollo teórico
metodológico cualquiera, es un marco instrumental
referencial pero no un deber ser al cual la realidad deba
parecerse, el cual nos permite describir y explicar algunos de
sus aspectos específicos. Tampoco es una concepción
pre-elaborada, sino una referencia concreta de la que echar mano,
para describir y valorar la dinámica, funcionalidad y
estructura de la realidad institucional bajo
análisis.

La simple observación de la realidad nos
determina una apreciación sesgada, parcial y subjetiva,
construida por los fenómenos más accesibles, que
estimulan nuestros sentidos, pero no informa directamente sobre
las posibles causas que generan lo que nos es obvio y aparente,
así como tampoco los agentes ni procesos que los producen;
únicamente nos informan de lo que nos afecta y sus
consecuencias.

Para poder incrementar la capacidad de
intervención en la realidad se requiere disponer de un
conocimiento teórico pertinente que nos ofrezca y permita
elaborar una descripción y explicación causal de
las circunstancias que la afectan. El conocimiento previo sobre
situaciones similares anteriores, constituye para el analista, el
soporte teórico que puede permitir orientar su esfuerzo
investigativo.

El proceso interpretativo no necesariamente es
estructurado ni riguroso. Lo realizamos diariamente, cuando
enfrentamos cotidianamente, circunstancias que nos afectan. Pero
cuando la importancia y envergadura de la situación
problema lo amerita, recurrimos a una investigación
intencionada, lógica y rigurosa, con la cual disponer de
una explicación lo más objetivamente posible de las
causas que lo determinan, permitiendo intervenir la realidad, con
mayor posibilidad de éxito, reduciendo el posible efecto
nocivo, la resistencia al cambio, etc.

La interpretación de la realidad es una
noción de Ser y Estar de las cosas que rodean y
afectan al hombre, está conformada por todos los objetos,
hechos, fenómenos y los efectos que éstos ejercen
sobre el entorno natural, social y/o actúan sobre los
individuos de manera directa o indirectamente.

En el ámbito natural existen efectos intangibles
que pueden comprobarse y medirse tales como el calor, el
frío, la luz, el sonido, volumen, masa, ubicación
espacial, así como los efectos que causan. En el
ámbito cultural, existen efectos intangibles que, aunque
sean imperceptibles, tales como la actitud, la exclusión,
el resentimiento, el amor, etc., afectan al hombre y su
desempeño, y son de muy difícil medición,
pero generan una determinada conducta o respuesta actitudinal.
Aunque sean intangibles, a través de sus efectos pueden
ser mesurables y evidenciarse de manera indirecta por la
respuesta individual o colectiva.

La noción de la realidad también
está determinada por las condiciones físicas,
emocionales, afectivas, deseos, limitaciones, potencialidades,
habilidades de las personas, así como también los
aspectos psicológicos y sociales que definen la conducta,
sus necesidades y aspiraciones personales.

Siendo la realidad independiente de la concepción
teórica, ésta constituye un cuerpo conceptual que
ayuda a describir y explicar la situación real que se
aborda, permitiendo que se obtenga una interpretación de
manera más expedita, pero no la determina ni condiciona.
Toda elaboración interpretativa, por más exhaustiva
y rigurosa que sea, es una abstracción sistematizada y
actualizada de la realidad, que forma parte del proceso de
abordaje continuo y permanente con el cual describir y
explicarla, para poder actuar intencionalmente en ella, para
así obtener los mayores beneficios individuales o
colectivos posibles.

Las teorías son producto de un proceso continuo
de formación de la ciencia. Son en esencia instrumentos
lógicos y formales que permiten organizar y proyectar el
conocimiento para ser utilizado, transformado, ampliado o
desechado en subsecuentes interpretaciones de la realidad. El
desarrollo del saber humano es un proceso permanente, continuo y
creciente de interpretaciones cada día más
elaboradas y pertinentes a la realidad misma. En la misma medida
que desarrolla interpretación de su mundo, se desarrolla a
sí mismo y viceversa, en un proceso dialectico, social y
ecológico de formación.

La Teoría General de Sistemas, es un instrumento
de gran utilidad para abordar desde una perspectiva relacional,
dinámica e interactiva, una diversidad de cosas y
situaciones de diversa índole y naturaleza. Más que
un cuerpo teórico es un mapa conceptual, que permite
integrar otras teorías para la comprensión de las
estructuras, interacciones y situaciones que conforman la
realidad del objeto de estudio.

El punto de partida de nuestro cuerpo teórico es
material, evidente y mesurable, abordando el estudio de la PYME a
partir de las necesidades y requerimientos de su entorno
socioeconómico, permitiendo elaborar presunciones o
hipótesis sobre las causas que determinan la
situación problema que motiva el estudio.

Al apoyar nuestro constructo en la Teoría General
de Sistemas, le conferimos la condición de mapa conceptual
y metódico que considera a la PYME como un sistema
interactivo, abierto, a partir de determinar cuáles son
sus productos, a quienes les genera satisfacción y
cómo los producen. Este método interpretativo de la
realidad organizacional, permite una investigación
totalizante, dinámica y operacional.

Al contar con un punto de referencia concreto,
además de apreciar el desempeño total de la
organización, sus estructuras, funcionamiento y de evaluar
su rendimiento, podemos presumir las razones o causas que
pudieran estar generando un determinado comportamiento del
sistema, característica ésta, que le confiere una
connotación que va mucho más allá de la
técnica administrativa, asumiendo el análisis un
carácter científico.

Los conceptos que utilizamos tienen su originen en las
teorías administrativas más recientes, que hemos
ubicado en un enfoque de sistemas para examinar la PYME
venezolana; de manera que se ensamblen y orquesten desde una
perspectiva totalizante.

La elaboración conceptual tiene un enfoque, una
teoría y técnicas diversas que permiten la
elaboración de explicaciones sustentadas en evidencias
materiales, contribuyendo así con la formulación de
hipótesis comprobables y además elaborar propuestas
sustentadas con bases reales y concretas.

La Teoría
General de Sistemas

Como mencionamos anteriormente, la Teoría General
de Sistemas es un marco conceptual y metodológico
útil para interpretar la realidad desde una perspectiva
totalizante, dinámica, interactiva; abordando el estudio
de cosa a partir del rol que cumple en su
entorno.

Los sistemas son elaboraciones teóricas que nos
permiten interpretar las cosas y hasta construirlas bajo
los preceptos de marco conceptual.

La Teoría General de Sistemas
(TGS) o Teoría de Sistemas o Enfoque de Sistemas es un
esfuerzo de estudio interdisciplinario que trata de encontrar las
propiedades comunes a entidades, los sistemas, que se presentan
en todos los niveles de la realidad, pero que son objeto
tradicionalmente de disciplinas académicas diferentes. Su
puesta en marcha se atribuye al biólogo austriaco Ludwig
von Bertalanffy, quien acuñó la denominación
a mediados del siglo XX.

http://es.wikipedia.org/wiki/Ciencia_de_Sistemas[4](Subrayado
es nuestro)

Un sistema real es una entidad material
formada por partes organizadas (o sus componentes) que
interactúan entre sí de manera que las propiedades
del conjunto, sin contradecirlas, no pueden deducirse por
completo de las propiedades de las partes…Los sistemas
reales intercambian con su entorno energía,
información y, en la mayor parte de los casos,
también materia. Una célula, un ser vivo, la
Biosfera o la Tierra entera son ejemplos de sistemas naturales.
El concepto se aplica también a sistemas humanos o
sociales, como a la sociedad entera, a la administración
de un Estado, un ejército o una empresa. O a una lengua,
que es un sistema conceptual complejo en cuya aparición y
evolución participan la biología y la cultura.

http://es.wikipedia.org/wiki/Sistema [5](Subrayado
nuestro)

Nuestra elaboración parte por determinar el rol
que cumple el sistema en su entorno como punto de
partida para estudiar y evaluar su constitución y
funcionamiento interno, así como su interacción con
el contexto donde actúa. Es especialmente útil para
interpretar y explicar situaciones de carácter social,
convirtiendo descripciones fenoménicas altamente
discutibles en explicaciones contextualizadas, causales,
objetivas y pertinentes, suficientemente referenciadas, para
facilitando una respuesta rápida o soluciones acordes con
los requerimientos de la organización y la necesaria
efectividad de su desempeño.

Es relevante no confundir teoría con realidad, ya
que nuestro objetivo es no establecer preceptos y condiciones
previamente definidas y aplicables a los supuestos sistemas
empresariales sino todo lo contrario. Determinamos primero
cuáles son las condiciones que determinan su existencia y
a partir de allí, se elabora la interpretación de
su totalidad. Lo que queremos resaltar es que, por ejemplo, una
universidad no existe porque tenga profesores, alumnos y sede,
sino porque cumple un rol educativo con tales o cuales
características, por lo tanto sus elementos integrantes
deben estar en función de ese determinante.

La aplicación de nuestro instrumental
teórico, se inicia al determinar el límite o
razón de ser de la sistema como punto real y concreto,
desde donde parte el análisis, lo que permite relacionar,
evaluar los elementos que la constituyen, su estructura
organizativa, así como abordar el estudio de los
diferentes fenómenos, hechos y efectos que describen la
situación problema que justifica el estudio
situacional.

Otro aspecto importante a resaltar en nuestro marco
teórico es que al asumir la cosa como un
sistema, partimos de la premisa de que no existe para
sí, sino que su existencia es justificada por el rol que
juega en su entorno; generalmente por la satisfacción de
una o varias necesidades presentes en él.

Johnson, Kast y Rosenzweig, definen el sistema de la
siguiente manera:

… es un todo organizado o complejo; un conjunto o
combinación de cosas o partes que forman un todo
unitario… En el sentido más amplio, un sistema es un
conjunto de componentes que interactúan entre sí
para lograr un objetivo común (Johnson, 1983:
1)[6]

Esta definición establece que los elementos
integrantes del sistema, se seleccionan con base al objetivo
común
para conformar un cuerpo unitario y coherente
con él. El objetivo fundamental de la cosa en
este caso una organización, surge del rol que esta cumple
en su entorno, no para sí misma, tampoco para realizar
procesos aislados, sino integrados y orquestado con su logro.
Ejemplo: la respiración no se satisface a sí misma
ni a los órganos que la realizan, sino que está
integrada en la oxigenación de un organismo que a su vez
mantiene alimentado y sano al aparato que lo realiza.

Siendo así, el objetivo que define el rol que
cumple la cosa en su entorno le determina su
misión, estableciendo la naturaleza, cantidad y calidad de
los elementos que la integran. Define también, la
lógica de las diferentes formas de combinación e
interrelación de sus componentes, amalgamados en los
distintos los procesos y funciones que son necesarios para
generar los productos y servicios requeridos por el
contexto.

Para cada cosa existe una definición
exacta de elementos que la componen y una funcionalidad
específica que garantiza una respuesta adecuada bajo la
forma de productos tangibles o intangibles, con los
cuales, satisfacer la necesidad que lo justifican y validan en la
relación de intercambio con su entorno.

Estas consideraciones previas nos conducen a definir
el sistema como un conjunto organizado y combinado de
elementos que conforman un todo unitario que interactúan
armónicamente entre sí, para desempeñar el
rol que le confiere su entorno, en función de la necesidad
que lo justifica.

En el mundo social, las organizaciones que el hombre y
el colectivo generan, pueden ser interpretadas como sistemas, al
asumir que justifican su existencia en la satisfacción de
necesidades y expectativas presentes en su entorno social,
produciendo bienes tangibles o intangibles.

Durante la elaboración de los productos, el
sistema transforma una cuota parte de su energía, en la
elaboración del bien o en la prestación del
servicio. En los productos se plasman y almacenan diferentes
tipos de energías bajo diversas formas, tales como la
fuerza laboral, la electricidad, los combustibles, etc.;
acumuladas en la tecnología y en los diversos insumos y
materias primas que son transformados así como, la
energía transformada directamente en la producción.
Toda esta diversidad energética contentiva se puede
uniformar a través del equivalente monetario.

Como veremos detalladamente más adelante, la
energía no se crea ni pierde sino que se transforma. Los
diversos tipos de energía del sistema empresarial se
insumen en los productos y servicios, almacenando en sí
mismos, una cuota parte de energía total empleada por el
sistema.

Al momento del intercambio que realiza la
organización con su entorno, el producto o servicio es
transferido a quien lo requiera, a través del mecanismo de
intercambio establecido. La energía contenida en el
producto es liberada utilizando el equivalente en producto, en
trabajo o en dinero. El intercambio puede tomar otras formas
además de la tradicional compra venta, en el caso de
empresas públicas u oficiales, el gobierno transfiere a la
institución como forma de retribución por su
utilidad social, la energía en carácter de
presupuesto.

La capacidad que tiene el sistema para satisfacer los
requerimientos de su entorno depende de su eficiencia productiva
y de la respuesta adaptativa que tenga éste, a los cambios
que se producen en su entorno.

El sistema tiene un reducido nivel de adaptación,
pues opera entre los límites establecidos por la necesidad
que lo justifica; a pesar de ello, de no ajustarse a los nuevos
requerimientos, actuaría como un sistema cerrado,
lo cual le conduciría a un proceso entrópico, hasta
su posible desaparición.

Cuando los elementos constitutivos se utilicen para
producir otro tipo de producto, diferente al del sistema
precedente u original, este desaparece para dar paso a uno nuevo,
con una misión distinta. No son los accionistas ni los
elementos que lo constituyen lo que definen a la empresa, es el
producto que genera, el mercado que atiende y el modelo
productivo empleado, lo que determina su razón de ser, su
misión.

Resumiendo, para interpretar una organización
como sistema, partimos de la premisa de que ésta satisface
plenamente al menos, una necesidad en su entorno, lo cual le
determina su razón de ser o misión, los elementos
que la constituyen y su dinámica interna, permitiendo la
Teoría General de Sistema, interpretarla en toda su
complejidad, dinámica y riqueza relacional, confiriendo a
su análisis, objetividad y concreción.

El
Sistema

Los seres humanos somos los únicos organismos
vivos capaces de concienciar las necesidades que nos afectan,
poniendo expresamente nuestra voluntad e intencionalidad en
solventarlas. Para ello, interviene la naturaleza bien sea
recolectando, cazando, pastoreando, sembrando o cosechando. Para
lo cual, expresamente establece acuerdos entre sus
congéneres, se organiza, selecciona y crea instrumentos
que le son necesarios para ejecutar las actividades requerida,
tratando de obtener, en el menor tiempo posible la mayor cantidad
de producto.

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El tipo de organización social (partida de caza,
ejército, iglesia, comuna, etc.), así como los
instrumentos utilizados, depende del tipo de requerimiento que se
tenga. Esto conduce a que se seleccione o elabore el instrumental
físico, así como la estructura social idónea
a la necesidad a solventar. Durante el proceso de
conformación de la organización como de
elaboración y ensayo del instrumental, se obtiene un
conocimiento adicional que mejora su desempeño, se acumula
y se transmite a su descendencia. En base al éxito
alcanzado y ajustes necesarios, la organización social
tiende a perpetuarse y desarrollarse dentro de los
parámetros de satisfacción de la necesidad que la
origina.

Esta lógica organizacional le confiere al sistema
su razón de ser o misión, la cual es una
definición lógica que surge del rol que ejerce en
su entorno. No es una simple declaración de voluntad
principista, sino el reconocimiento expreso de su objetivo
fundamental, en cuanto a la satisfacción de la necesidad
presente en su entorno.

Los sistemas pueden operan sin ni siquiera tener, sus
integrantes conciencia explícita de su razón de
ser. Operan de manera cotidiana, simplemente por su capacidad
inherente de satisfacer la necesidad que los originó y
recibiendo automáticamente la retroalimentación
energética, desde su entorno. Siendo la razón de
ser o misión la declaración expresa de su
relación con el entorno, explicitarla se convierte en el
elemento organizador fundamental.

Un sistema es más que la suma de sus partes, al
responder a la regla que le confiere su misión, la cual
actúa como el límite que determina la
selección y comportamiento de los elementos que lo
constituyen, siendo además, la guía fundamental de
su comportamiento interno y su desempeño
contextual.

La misión define el qué y cómo se
integran sus elementos constitutivos, cómo ocurren las
relaciones entre ellos y hasta permite presumir el resultado
final de su conducta. Entre la misión, sus componentes, la
estructura y funcionamiento del sistema, existe una
relación de interdependencia o correlación
biunívoca y recíproca, que indica que uno existe en
función del otro, tanto en cantidad como en calidad de sus
componentes. La misión es la regla general que determina
el todo del sistema, desde su existencia, hasta su
resultado final.

En términos generales, todos los elementos
integrantes de un sistema -en principio- forman parte de su
entorno, de donde son elegidos en virtud de la regla fundamental
de selección. Queremos significar con esto, que la
misión se comporta como una razón lógica que
determina la selecciona de elementos humanos, materiales y de
capital, separándolos de su contexto, ordenándolos
y orquestándolos. Fuera del ordenamiento conferido por la
misión, éstos vuelven a asumir su condición
original; pudiendo ser reordenados nuevamente, bajo la misma u
otra razón lógica.

La organización está culturalmente acotada
social e históricamente; insumiendo, especialmente con el
recurso humano, la idiosincrasia, la ética, costumbres,
hábitos, formas apreciativas de la realidad, su escala de
valoración, etc., lo que confiere una imagen o
personalidad que la distingue de otras con una misión
similar.

La organización se comporta normalmente como un
sistema abierto. Desde la gestación de la idea de
creación, responde a las exigencias de su entorno, pues
para justificar su existir debe satisface la necesidad del
entorno. Partiendo de este principio, se evalúa la
efectividad y eficiencia del sistema, pudiendo ser considerado
como cerrado si, puntualmente no responde a su entorno y
se encuentra inmerso en un proceso entrópico.

La condición normal del sistema es la permanente
comunicación e interacción energética con su
entorno. Cuando se modifique las aspiraciones de la
población de como satisfacer una necesidad o surja una
innovación en la forma de satisfacerla, pude llevar a la
empresa a comportarse como un sistema cerrado, sino es
capaz de responder antes estos estímulos y adaptarse a las
nuevas exigencias.

Cualquier actividad humana tiende a obtener la mayor
cantidad de bienes en el menor tiempo posible y con el menor
esfuerzo, para así poder satisfacer su necesidad y ahorrar
para momentos de escases. Esta característica ha permitido
a la civilización su avance a través del tiempo
libre más allá del necesario para sobrevivir, el
ahorro, la acumulación y conocimiento suficiente sobre la
realidad donde participa. Es inherente al ser humano obtener
bienes y saberes por encima del esfuerzo invertido. El sistema
organizacional, sea cual fuere su misión, al ser
expresión de la acción humana, recoge esta
característica, haciéndola suya

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