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Tiempos modernos (“realidades cercanas” de un capitalismo sin control) – Parte I (página 2)




Enviado por Ricardo Lomoro



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8

Los trabajadores son más pobres en
términos de poder adquisitivo cuando el costo de la vida
aumenta más rápidamente que los salarios. De hecho,
si los ingresos del hogar se ajustan por inflación, las
familias estadounidenses más pobres han crecido
significativamente en los últimos diez años. En
2010, por ejemplo, el ingreso real medio por hogar cayó un
2,3%. Aunque el salario medio ha aumentado de manera constante en
términos nominales, la disminución del poder
adquisitivo es una realidad para la mayoría de los
estadounidenses.

De acuerdo con el famoso economista Milton Friedman, "la
inflación es siempre y en todas partes un fenómeno
monetario". En otras palabras, los precios suben cuando la oferta
de dinero se incrementa más rápido que la
población o la actividad económica sostenible. El
crecimiento económico aparente que se crea a través
de la expansión del crédito, es decir, mediante el
aumento de la oferta de dinero, tiene un efecto estimulante
temporal, pero también hace que los precios suban. La
oferta de dinero real es una medida exacta de la
inflación

Mientras los salarios de EEUU y los ingresos familiares
sigan cayendo en términos reales, la pobreza y la
dependencia de los programas gubernamentales de asistencia
seguirán aumentando

Concentración de la riqueza

Alan Greenspan, ex presidente de la Reserva Federal,
advirtió que, "en última instancia, estamos
interesados en los estándares de vida y en las tendencias
de la distribución de la salud, los cuales, más
importantes que las ganancias o los ingresos, representan una
medida de la capacidad de los hogares para el
consumo".

En otras palabras, la concentración de la riqueza
socava la base de consumidores de la economía, provocando
una disminución del PIB y del paro, lo que reduce los
niveles de vida. Obviamente, la riqueza total de la sociedad se
reduce cuando la riqueza está muy concentrada, porque hay
un menor nivel de actividad económica.

Los datos económicos de varias fuentes, entre
ellas la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), muestran que
la riqueza y los ingresos en los Estados Unidos se han ido
concentrando cada vez más. El 1% de los estadounidenses
poseen el 38,2% de los activos del mercado de valores.

Para ese 1% de los estadounidenses, los ingresos del
hogar se triplicaron entre 1979 y 2007 y han seguido aumentando,
mientras que la riqueza del hogar en los Estados Unidos se ha
reducido en 7.7 billones de dólares. El coeficiente de
Gini muestra la creciente disparidad en la distribución
del ingreso.

En términos del coeficiente de Gini, los Estados
Unidos se encuentran ahora en paridad con China y pronto
superarán a México, un país todavía
en desarrollo. Cabe señalar, por supuesto, que los EEUU
siguen siendo un país mucho más rico en general. Si
la tendencia actual continúa, sin embargo, los EEUU se
asemejarán a un país del 3er mundo, en
términos de la disparidad en la distribución del
ingreso, en aproximadamente dos décadas, es decir, en
2032

En vías de subdesarrollo

Los Estados Unidos se están convirtiendo en un
país postindustrial y neo tercermundista. En parte como
consecuencia del aumento del desempleo y la falta de
oportunidades económicas, la caída de los salarios
reales y los ingresos familiares, aumento de la pobreza y el
aumento de la concentración de la riqueza, y a que el
gobierno de EEUU se enfrenta a una crisis fiscal
histórico. La influencia dominante de las empresas sobre
el gobierno de los EEUU, sobre todo por los grandes bancos, el
debilitamiento gubernamental a nivel federal y las
políticas destructivas de impuestos están agravando
los problemas económicos que enfrenta Estados
Unidos.

A menos que se implementen reformas estructurales o se
produzca un colapso hiperinflacionista (debido a los problemas
fiscales del gobierno de los EEUU), el deterioro de la
economía de EEUU continuará y se acelerará.
A medida que la economía de EEUU continúa su
descenso, la salud pública, nutrición y
educación, así como la infraestructura del
país, se deterioran visiblemente y el estado
tercermundista de los Estados Unidos se hará
evidente.

Las ilusiones pasadas: breve recorrido por la hemeroteca
reciente

"Generación perdida"

"El director gerente del Fondo Monetario
Internacional (FMI), Dominique Strauss Kahn, ha alertado este
martes que el mundo se enfrenta a "la perspectiva de una
generación perdida de gente joven, destinada a sufrir
durante toda su vida lo peor del desempleo y sus condiciones
sociales""…
El FMI advierte de una "generación
perdida" de jóvenes que sufrirán toda su vida (El
Economista – 2/2/11)

La renta de los británicos "regresa" al 2005
(desde hace 80 años no se vivía algo
similar)

"Los banqueros centrales no suelen caracterizarse
por su sinceridad y mensajes claros y contundentes. Más
bien, como altos cargos de la burocracia financiera, sus
discursos suelen estar llenos de ambigüedades, cuando no de
mentiras piadosas para no generar alarma y desconfianza en la
población. Su trabajo consiste en hacer creer a los
agentes económicos que ellos pueden manejar la
situación, que las cosas están bajo
control"…
– Mervyn King alerta: "La renta de los
británicos regresará a niveles de 2005" (Libertad
Digital – 9/2/11)

"Maquillaje" (el "efecto desánimo"
altera las cifras reales del paro en los EEUU)

"Conocíamos recientemente la noticia de que
la tasa de desempleo en EEUU bajó al 9% en enero, desde el
9,4% en el anterior mes, lo que supone 600.000 personas
desempleadas menos. Además, la Oficina de
Estadísticas Laborales (Bureau of Labor Statistics, BLS)
estadounidense revisó al alza los datos de creación
de empleo de los dos anteriores meses (noviembre y
diciembre)"…
El "efecto desánimo" maquilla el paro
de EEUU (Libertad Digital – 15/2/11)

Los parados de larga duración en los EEUU (de lo
cíclico a lo estructural)

"El 45% de los parados de EEUU llevan más de
27 semanas buscando trabajo. Ni el gasto público ni la
política monetaria ayudan a solventar este
problema"…
Los parados de larga duración crecen a
un ritmo sin precedentes en EEUU (Libertad Digital –
22/2/11)

EEUU bipolar (I): la riqueza de los más ricos se
multiplica

Una economía controlada por los ricos

"En Estados Unidos, la riqueza de los más
ricos se multiplica. La distancia entre sus carteras y las
carteras del resto de segmentos de la población -no
sólo los pobres- es cada vez más amplia. La crisis
y la desregulación financiera tienen mucho que
ver"…
La desregulación financiera hace crecer la
brecha entre ricos y pobres (El Economista –
22/2/11)

Así y todo, la "América corporativa", erre
que erre, sigue adelante con la deslocalización

"Estados Unidos reabre el debate sobre si el
fenómeno de la globalización -en términos de
deslocalización- beneficia o no a la economía del
país, concretamente por la debacle que conlleva en materia
de empleo. Los datos del Departamento de Comercio pertenecientes
a la primera década del siglo XXI muestran que las
multinacionales estadounidenses -que dan trabajo al 50% de la
población ocupada del país- redujeron en 2,9
millones los puestos laborales en territorio nacional,
 mientras emplearon a 2,4 millones de personas
más en el extranjero"…
Las multinacionales de
EEUU recortan empleo nacional, pero contratan en el extranjero
(El Confidencial – 22/4/11)

¿Cómo les ha ido durante la crisis a los
que viven "del lado bueno de la vías del tren"?

"2010 fue otro buen año para los millonarios,
aunque el ritmo de crecimiento de sus fortunas se
desaceleró"…
Los millonarios controlan 39% de la
riqueza del mundo (The Wall Street Journal –
1/6/11)

EEUU bipolar (II): una crisis social de imprevisibles
consecuencias

Lejos de superar la crisis, EEUU se mete más a
fondo en ella. Ciertas zonas del país han sucumbido a la
depauperación (dramas cotidianos… al hilo del
vivir)

"La crisis económica en Estados Unidos
está derivando en una crisis social inédita desde
la Gran Depresión y de imprevisibles consecuencias. Aunque
la cifra de desempleo en todo el país permanece por debajo
del 9%, hay zonas donde asciende tranquilamente por encima del
30%, regiones enteras depauperadas tras el estallido de la
burbuja inmobiliaria y la bancarrota de facto de algunos
Estados"….
Los "renglones torcidos" de la América
de Obama (Libertad Digital – 29/4/11)

El número de estadounidenses que recibe cupones
de alimento bate récords. El Gobierno alimenta de forma
directa a más del 14% de la población.

"Unos 44 millones y medio de americanos recibieron
cupones de comida del Gobierno en el último mes. El
número de personas que recurren a esta ayuda lleva
aumentando 30 meses de forma consecutiva. Con un gasto
público mensual de 6.000 millones de dólares, el
programa de asistencia bate récords históricos en
paralelo al aumento del desempleo, pero una gran parte de estos
recursos se utiliza de forma fraudulenta"…
Obama, el
presidente de los cupones de comida (Libertad Digital –
10/6/11)

Los "ganadores" y los "perdedores" de la crisis en los
Estados Unidos

"En Estados Unidos se usa el término "jobless
recovery" para definir las recuperaciones económicas en
las cuales el empleo tarda mucho en recuperarse o bien lo hace a
un ritmo excesivamente moderado. Pues bien, según el
último estudio al respecto publicado por la Northeastern
University (Boston, Massachusetts) debemos modificar ligeramente
el término, ya que según ellos la actual Gran
Recesión no solo ha provocado una recuperación mala
para el empleo, también para los salarios, por lo que la
denominan "jobless and wageless recovery""…
La
economía se recupera, sus ciudadanos no (El Confidencial –
4/7/11)

En EEUU la crisis amplia la brecha entre la riqueza de
los blancos y las minorías

"La brecha entre la riqueza de los blancos y cada
una de las dos grandes minorías de Estados Unidos
-hispanos y negros- se ha ampliado hasta niveles sin precedentes
en medio de la crisis del sector de la vivienda y la
recesión, según nuevos estudios"…
Crece la
brecha entre la riqueza de los blancos y de las minorías
en EEUU (The Wall Street Journal – 27/7/11)

La prolongada anemia de la economía americana
("la Gran Japonización")

"La resistencia de la economía de Estados
Unidos, que en los últimos 25 años siempre ha
remontado pese a guerras, ataques terroristas y el hundimiento de
las acciones, se ha debilitado tras la explosión de la
burbuja inmobiliaria. El colchón que en el pasado la
ayudaba a absorber estos golpes ya no está funcionando
como antes"…
A EEUU se le dañaron los
amortiguadores (The Wall Street Journal –
31/7/11)

Recayendo en la recesión global (¿es que
alguna vez habíamos salido?)

"Las fábricas de todo el mundo están
pisando el freno de la producción, en una
desaceleración de la actividad económica que
suscita el espectro de una recaída en la
recesión"…
La locomotora manufacturera global
pierde impulso (The Wall Street Journal –
1/9/11)

La pobreza avanza en Estados Unidos y alcanza a un 15%
de la población

"La tasa de pobreza en Estados Unidos aumentó
en 2010 por cuarto año consecutivo hasta el 15,1%, lo que
representa 46,2 millones de personas que viven con menos de 1.000
dólares al mes, según los datos divulgados hoy por
la Oficina del Censo"…
La tasa de pobreza en EEUU sube por
cuarto año consecutivo (Cinco Días –
13/9/11)

La OIT y la OCDE pronostican que en 2012 se
podría generar más desempleo

"La desaceleración económica mundial
podría generar un fuerte incremento del desempleo en el
año 2012 en el conjunto de los países del G20,
según un informe conjunto de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) y la OCDE"…
La OIT
advierte de un fuerte incremento del desempleo en 2012 en el G20
(Expansión – 26/9/11)

Cuando la "oferta" elimina al empleo y luego a la
"demanda" (a pesar del crédito fácil)

"Muchos estadounidenses creen que las importaciones
chinas de bajo precio aniquilan empleos fabriles en Estados
Unidos. La mayoría de los economistas dicen que los
beneficios del comercio superan por mucho sus costos"…
Las
importaciones chinas afectan más de lo que se cree al
mercado laboral de EEUU (The Wall Street Journal –
27/9/11)

La pobreza
infantil "proyectada" en el Reino Unido (
estado del
malestar)

"Según un estudio realizado por el Instituto
de Estudios Fiscales (IFS, siglas en inglés), una
organización de investigación financiera
independiente, los ingresos medios de la población
bajarán un 7% hacia finales de la presente década.
Como consecuencia, 3,1 millones de niños, un 23,1%,
vivirán en la pobreza absoluta en 2020, frente a los 2,8
millones, un 21,1%, contabilizados en la actualidad"…
La
cuarta parte de los niños de Reino Unido, en la pobreza
absoluta en 2020 (El Economista – 11/10/11)

Peores vaticinios del la OIT: la crisis del empleo
seguirá hasta 2016

"La crisis financiera mundial ha hecho mucha mella
en el empleo. La factura en puestos de trabajo ha sido alta en
casi todo el mundo. Cicatrizar esta herida costará mucho
tiempo. La Organización Internacional del Trabajo (OIT)
calcula que harán falta cinco años, hasta 2016.
Según los cálculos de la agencia dependiente de la
ONU, recuperar los niveles de empleo previos al estallido
financiero precisa 80 millones de empleos. Sin embargo, "la
reciente desaceleración económica" hace que esto no
sea posible a corto plazo, por lo que retrasa un año su
pronóstico inicial de recuperación"…
La OIT
vaticina que la crisis de empleo seguirá hasta 2016 (El
País – 1/11/11)

La deslocalización competitiva (una
"aniquilación" consentida del trabajador local)

"Las compañías multinacionales con
sede en Estados Unidos sumaron 1,5 millones de trabajadores a sus
nóminas en Asia y el Pacífico durante la
década de 2000 y 477.500 trabajadores en
Latinoamérica, al mismo tiempo que recortaron 864.000
empleos locales, informó el Departamento de Comercio de
EEUU, cuantificando una tendencia a la que se presta cada vez
más atención"…
Las multinacionales de EEUU
sumaron empleos en el extranjero, a la vez que redujeron su
nómina local, según un estudio (The Wall Street
Journal – 21/11/11)

Mercado laboral en el Reino Unido: "cerrado por
reformas" (volvemos en 10 años…)

"Reino Unido necesitará diez años de
austeridad para resolver sus problemas económicos,
según ha informado el think tank independiente Reform,
citado por el diario británico The Telegraph"…

Reino Unido necesitará diez años de austeridad para
resolver sus problemas económicos (El Economista –
22/11/11)

La "percepción" de los europeos (pérdida
de confianza)

"Nada hace pensar que los líderes europeos
encuentren en la opinión pública europea un aliado
en este proceso. Según el Eurobarómetro de
noviembre de 2011, menos de la mitad de los europeos (un 47%)
creen que la pertenencia de su país a la UE ha sido algo
positivo (frente al 18% que piensa que ha sido algo malo y al 31%
que considera que no ha sido ni bueno ni malo), y solo el 41%
confía en la Unión Europea (frente a un 47% que
desconfía). Si preguntamos a los europeos sobre algunas de
las reformas propuestas, como un mayor papel de las instituciones
supranacionales en la definición de la política
fiscal, los resultados son incluso menos
esperanzadores"…
¿Una Europa
euroescéptica? (El País –
25/11/11)

El contrato social se está empezando a deshacer
en muchos países.

"Uno de los legados de la última gran bonanza
económica vivida entre las grandes potencias y los
países emergentes es una brecha mayor entre ricos y
pobres. La desigualdad ha aumentado al nivel más alto de
los últimos 30 años en los países de la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE), debido sobre todo a la creciente
diferencia entre los salarios, que suponen el 75% de los ingresos
de un hogar. Lo ha hecho precisamente en esos años de
crecimiento, según el informe hecho público ayer
por la OCDE con datos de 2008, previos a la Gran
Recesión"…
La brecha entre ricos y pobres se
dispara al nivel más alto en 30 años (El
País – 6/12/11)

Generación "ni-ni": ni estudia, ni trabaja (el
problema crece en toda Europa por el paro y la falta de
alternativas)

"La crisis está dejando descolgados a
muchísimos jóvenes. En España, 800.000
ciudadanos entre 18 y 24 años ni estudian, ni trabajan.
Representan uno de cada cinco, una de las cuotas más
elevadas de la Unión Europea. En los tres últimos
años han empeorado las cifras de la llamada
generación ni-ni. En 2008 suponían el 13,9% de los
europeos de 18 a 24 años y en 2010 eran ya el 16,5%,
según alerta un reciente estudio del Centro Europeo para
el Desarrollo de la Formación Profesional (Cedefop). Y
todo indica que los datos de 2011 van a ser todavía
peores"…
La crisis eleva al 22% los jóvenes que ni
estudian ni trabajan (El País –
16/12/11)

Esquizofrenia capitalista: las firmas gastan en
maquinaria, pero no crean empleos

"En ninguna otra recuperación estadounidense
desde la Segunda Guerra Mundial las empresas han sido tan
rápidas en impulsar el gasto en maquinaria y software y,
al mismo tiempo, más lentas a la hora de contratar
empleados"…
El hombre vs. la máquina, el dilema de
EEUU (The Wall Street Journal – 17/1/12)

Los jóvenes se llevan la peor parte de la crisis
de desempleo (la generación perdida)

"Davos está acostumbrado a las bravuconadas
de los líderes políticos. Sin embargo, cuando jefes
de compañías de todo el mundo acostumbrados a
hablar en voz baja advierten "no de una crisis, sino de un
desastre", cuando comienzan a llamar algo "un cáncer en la
sociedad", uno sabe que tenemos un problema"…
La bomba de
tiempo del desempleo juvenil (BBCMundo.com –
29/1/12)

"La OIT calcula que 6,4 millones de menores de 25
años ya han perdido la esperanza de encontrar trabajo. En
el mundo hay 75 millones de jóvenes desempleados l La
cifra ha aumentado en 4 millones desde 2007"…
El paro
juvenil en España cuadruplica la tasa mundial (Gaceta.es –
29/1/12)

¿Por qué falla la máquina de
empleos?

Las empresas producen y ganan más, pero no
aumentan su personal

He aquí algunos números del
desempeño de las empresas y el mercado laboral en Estados
Unidos que sirven de barómetros clave de la
economía del país. En los últimos 10
años:

– La producción de bienes y servicios se ha
expandido 19%.

– Las ganancias de las empresas que no pertenecen al
sector financiero han aumentado 85%.

– La fuerza laboral ha crecido en 10,1 millones de
empleos.

– El número de puestos de trabajo del sector
privado, sin embargo, se ha reducido en casi dos
millones.

– Y el porcentaje de adultos estadounidenses con trabajo
se ha reducido a 58,2%, un nivel que no se había visto
desde 1983.

En gran parte, eso ocurre porque la economía
crece demasiado despacio o como para absorber la fuerza laboral
disponible, y los sectores que suelen contratar en las primeras
etapas de la recuperación -como la construcción y
la pequeña empresa– se vieron paralizados por el
descalabro del crédito.

También hay que considerar el factor de la
confianza. Si los empleadores estuvieran seguros de que
podrían vender más, contratarían a
más personas. Si estuvieran menos inseguros de la
durabilidad de la recuperación y otros factores,
estarían más inclinados a incrementar sus niveles
de contratación.

Hay, además, un fenómeno que precede a la
recesión y que ha persistido a lo largo de ella. Se trata
de los cambios en la forma en que funciona el mercado y
cómo los empleadores ven a su fuerza laboral.

Los ejecutivos lo llaman "reducción estructural
de costos" o "flexibilidad". El economista Robert Gordon, de la
Universidad de Northwestern, lo llama el surgimiento de "los
trabajadores desechables", una abreviación de una
estrategia de las empresas para reducir costos laborales
dondequiera que puedan, a un nivel sin precedentes.

El economista Alan Krueger, de la Universidad de
Princeton, calcula que 70% de la escasez de trabajo actual es
simplemente cíclica, el resultado de una decepcionante
recuperación de una profunda recesión. Sin embargo,
atribuye 30% a cambios en el mercado laboral que comenzaron una
década atrás o más.

Consideremos lo siguiente:

En la recesión más reciente y en las dos
anteriores -1990-91 y 2001- los empleadores han sido más
rápidos a la hora de despedir empleados y recortar sus
horas de trabajo que en las recesiones que las habían
precedido. Muchos de ellos también fueron más
lentos para volver a contratar. Como resultado, la
"recuperación sin empleo" se ha convertido en la
norma.

En el pasado, cuando los negocios se desplomaban, las
empresas reducían personal y aceptaban menos trabajo por
empleado. Durante la profunda recesión de principios de la
década del 70, la producción estadounidense de
bienes y servicios se redujo en 5% y el empleo en 2,5%. Los
economistas trataban de comprender el "acaparamiento laboral", la
tendencia de las empresas a retener a los empleados que no
necesitaban.

Pero ya nadie piensa así. Entre finales de 2007
(cuando el empleo estadounidense alcanzó su mayor pico) y
finales de 2009 (cuando tocó fondo), la producción
estadounidense de bienes y servicios disminuyó 4,5%, pero
el número de trabajadores se redujo mucho más:
8,3%. El rompecabezas de hoy es entonces: ¿cómo y
por qué los empleadores lograron aumentar la
productividad, o la producción por hora de trabajo, como
nunca antes durante la peor recesión en
décadas?

En una época anterior, cuando más
estadounidenses trabajaban en líneas de ensamblaje, muchos
despidos eran temporales. Cuando el negocio se recuperaba, los
trabajadores volvían a ser convocados, a menudo debido a
garantías sindicales.

En el peor momento de la recesión de 1980-82, uno
de cada cinco desempleados correspondía a un "despido
temporal". En la reciente recesión, la proporción
de despidos temporales nunca fue superior a uno de cada 10. Eso
se debe en parte a que menos estadounidenses trabajan en
fábricas. Hoy, en cambio, si un restaurante no tiene
suficientes clientes, quiebra.

"Cuando los despidos son temporales, las
recontrataciones pueden realizarse muy rápido", comentan
los economistas Erica Groshen y Simon Potter, de la Reserva
Federal de Nueva York. Cuando los despidos son permanentes, la
recuperación del empleo es lenta, añaden. Si el
empleador quiere contratar, debe embarcarse en la tarea de
revisar currículos, lo que consume mucho
tiempo.

Las empresas, con sus ojos fijos en el precio de las
acciones y en las ganancias, valoran más que nunca la
flexibilidad encima de la estabilidad. La recesión les
demostró que podían hacer más con menos
trabajadores de lo que muchos de ellos creían.

En una encuesta a 2.000 empresas a principios de este
año, McKinsey Global Institute, el centro de estudios de
la enorme empresa de consultoría, encontró que 58%
de los empleadores esperaba tener más trabajadores a
tiempo parcial, temporales o subcontratados en los
próximos cinco años y más de 21,5%
trabajadores "tercerizados o externos".

"La tecnología", señala McKinsey, "permite
a las empresas gestionar el empleo como un aporte variable. Con
el uso de nuevos sistemas de programación de recursos, se
pueden proveer de personal sólo cuando lo necesitan, ya
sea por un día completo o unas pocas horas".

Las agencias de ayuda temporal juegan un papel cada vez
más importante, desde la provisión de personal
fabril y administrativo hasta enfermeras e ingenieros.

También facilitan volver a recortar en tiempos
difíciles. Los trabajadores, en pocas palabras, ahora
pueden ser contratados "en el momento preciso". Y aparentemente,
muchos empleadores no creen que todavía sea el momento.
Debido a que "pueden contratar personal temporal casi al
instante, hay poca necesidad de contratar a la espera de una
recuperación en los negocios".

Cuando sí reclutan personal, las grandes empresas
multinacionales con sede en EEUU están en mejor
condición de y más dispuestas a contratar en el
exterior, en parte porque los salarios son a menudo más
baratos, pero también porque es allí donde
están sus clientes.

En la década de los 90, las multinacionales
incorporaron en EEUU casi dos puestos de trabajo por cada nuevo
empleo fuera del país; en tanto que en la década
siguiente, recortaron 2,9 millones de empleos estadounidenses,
mientras que aumentaron 2,4 millones en el extranjero, de acuerdo
con el Departamento de Comercio de EEUU.

Hal Sirkin, de Boston Consulting Group (BCG), afirma que
el aumento de los salarios en China resta un poco de atractivo al
país. En 2000, los salarios de los trabajadores chinos
promediaron 3% de los de sus contrapartes estadounidenses. Hoy en
día, representan 9%, y la firma de consultoría
espera que la cifra llegue a 15% en 2015. Sirkin predice que ello
impulsará a muchos fabricantes a devolver el trabajo a
EEUU. ¿Cuántos? Sirkin todavía trabaja en un
cálculo.

Aun cuando el gobierno cuenta 4,68 trabajadores
desempleados por cada puesto que se abre, algunos empleadores
insisten en que no pueden encontrar empleados con las habilidades
que necesitan a los salarios que pueden pagar.

"Una verdad incómoda" (no la de Gore, sino la de
Reich)

El ex secretario de Trabajo con Clinton y canciller de
la Universidad de Berkeley, Robert Reich, sostiene que no es
posible una economía creciente y vibrante sin una clase
media creciente y vibrante, por lo que insta a "restaurar la
enorme clase media estadounidense" para volver a la senda de la
recuperación económica.

La economía estadounidense sigue estancada. El
consumo es bajo. Los salarios, también. Es vital que
comprendamos cómo hemos pasado de la Gran Depresión
a 30 años de Gran Prosperidad; de ahí a 30
años de ingresos estancados y crecientes desigualdades,
para terminar en la Gran Recesión, y de ésta a una
recuperación anémica.

Desde 1947 a 1977, la nación aplicó lo que
podría denominarse una negociación básica
con los trabajadores estadounidenses. Los empresarios les pagaban
lo suficiente para comprar lo que producían. La
producción y el consumo en masa demostraron ser
complementos perfectos. Casi cualquiera que quería un
trabajo podía encontrarlo con un salario decente. Durante
estas tres décadas crecieron los sueldos de todos, no
sólo de quienes estaban arriba. Y el Gobierno hizo cumplir
esa negociación básica de muchas maneras.
Utilizó una política keynesiana para conseguir casi
el pleno empleo. Brindó a los trabajadores comunes
más capacidad de negociación. Proporcionó el
seguro social. Y amplió la inversión
pública. Por consiguiente, creció la parte de los
ingresos que iba a la clase media mientras mermó la
porción destinada a lo más alto. Pero no
consistía en un juego de suma cero: a medida que la
economía crecía, casi todo el mundo mejoró,
también los que estaban en lo más alto.

La paga de los trabajadores incluidos en el 20 por
ciento más pobre creció un 116 por ciento en estos
años, más rápido que los ingresos del 20 por
ciento más rico (que subió un 99 por ciento). La
productividad también subió más
rápido. El rendimiento por hora trabajada se dobló,
así como los ingresos medios. Expresadas en dólares
de 1997, las rentas de una familia media se elevaron de unos
25.000 a 55.000 dólares. La clase media tenía los
medios para comprar, y al hacerlo creaba nuevos empleos. A medida
que la economía crecía, la deuda nacional
reducía su peso.

La Gran Prosperidad también trajo una
reorganización del trabajo. A los empresarios se les
exigía por ley dar una paga extra -la hora y un 50 por
ciento más- por lo que rebasara las 40 horas a la semana.
Esto creó un incentivo para que se contrataran más
trabajadores cuando la demanda repuntaba. Además, estaban
obligados a abonar un salario mínimo, lo que mejoró
los sueldos más pobres. Cuando se despedía,
normalmente durante una recesión, el Gobierno
concedía prestaciones por desempleo que solían
durar hasta la recuperación. Lo que no sólo sacaba
a las familias del apuro, sino que les dejaba seguir comprando,
un estabilizador automático para una economía en
receso.

Quizá lo más significativo sea que el
Gobierno elevó la fuerza negociadora del trabajador
común. Se le garantizaba el derecho a afiliarse a
sindicatos, con los que los empresarios tenían que
negociar de buena fe. A mediados de los 50, más de un
tercio de los empleados del sector privado estaba afiliado. Y los
sindicatos exigían una ración justa del pastel. Las
compañías sin sindicatos, temiendo que sus
trabajadores quisieran uno, ofrecían tratos
similares.

Los estadounidenses también disfrutaban de una
seguridad económica frente a los riesgos, no sólo
con prestaciones de desempleo, sino también a
través de la Seguridad Social, el seguro por discapacidad,
por pérdida del sostén económico de la
familia, por lesión en el lugar de trabajo o por
incapacidad de ahorrar lo suficiente para la jubilación.
En 1965, llegó el seguro sanitario para las personas
mayores y pobres (Medicare y Medicaid). La seguridad
económica fomentó la prosperidad. Al exigir a los
estadounidenses compartir los costes de la adversidad, les
permitía compartir los beneficios de la tranquilidad. Y
eso los dejaba libres para consumir los frutos de su
trabajo.

El Gobierno patrocinó los sueños de las
familias estadounidenses de tener su hogar en propiedad,
facilitando hipotecas de bajo coste y deducciones de los
intereses. En muchas zonas del país, subvencionó la
electricidad y el agua para que las casas fueran habitables. Y
construyó carreteras que conectaban sus hogares con los
principales centros comerciales.

El Gobierno también amplió el acceso a la
educación superior. Pagó la de quienes
volvían de la guerra. Y la expansión de las
universidades públicas hizo que la clase media pudiera
acceder a ella. El Estado sufragó todo con los ingresos
fiscales procedentes de la creciente clase media. Los ingresos
también se vieron impulsados por quienes estaban en lo
alto de la escala de ingresos, cuyos impuestos marginales eran
mucho más altos. El tipo marginal máximo del
impuesto sobre la renta durante la II Guerra Mundial era superior
al 68 por ciento. En los años 50, con Eisenhower, a quien
pocos llamarían un radical, subió al 91 por ciento.
En la década hasta 1970, el tipo marginal máximo
estaba en torno al 70. Incluso después de explotar todas
las posibles deducciones y créditos, el contribuyente
medio de ingresos altos pagaba un impuesto federal marginal de
más del 50 por ciento. Pero en contra de lo que los
conservadores habían predicho, los altos tipos no
redujeron el crecimiento. Al contrario, permitieron ampliar la
prosperidad de la clase media.

Durante la Gran Prosperidad de 1947-1977, la
negociación básica había garantizado que la
paga de los trabajadores estadounidenses coincidiese con su
rendimiento. Pero después de este punto, el rendimiento
por hora siguió subiendo. Sin embargo, se dejó que
la retribución real por hora se estancase. Es fácil
echarle la culpa a la globalización, pero los avances
tecnológicos han desempeñado un papel equivalente.
Las fábricas que quedan en EEUU han ido echando
trabajadores según se automatizan. Y lo mismo le ha
ocurrido al sector servicios. Pero en contra de lo que dice la
mitología popular, el negocio y la tecnología no
han reducido el número de trabajos estadounidenses. Su
efecto más profundo ha sido sobre la paga. En lugar de
quedarse sin empleo, la mayoría de los estadounidenses se
ha contentado con salarios reales inferiores o que se han elevado
más lentamente que el crecimiento de la economía.
Aunque el desempleo que vino después de la Gran
Recesión sigue siendo alto, los puestos de trabajo
lentamente vuelven. Pero, para conseguirlos, muchos tienen que
aceptar una paga inferior.

Hace más de tres décadas, el comercio y la
tecnología empezaron a abrir una brecha entre las
ganancias del nivel más alto y las demás. La paga
de los titulados por prestigiosas universidades ha remontado el
vuelo. Pero la paga y prestaciones de la mayoría de los
trabajadores se han mantenido o bajado. Y la consiguiente
división también ha hecho que las familias
estadounidenses de clase media se sientan menos
seguras.

El Gobierno podría haber hecho cumplir la
negociación básica. Pero hizo lo contrario. Redujo
drásticamente los bienes públicos y las
inversiones, golpeando los presupuestos escolares, incrementando
el coste de la educación pública superior,
reduciendo la formación laboral, recortando el transporte
público y dejando que los puentes, puertos y autopistas se
deterioraran.

Hizo trizas las redes de seguridad, reduciendo la ayuda
para las familias desempleadas con hijos, endureciendo las
condiciones para optar a los cupones de alimentos, y recortando
el seguro de desempleo tanto que, en 2007, sólo el 40 por
ciento de los parados estaba cubierto. Redujo a la mitad el tipo
máximo del impuesto sobre la renta, pasando del
ámbito del 70-90 que prevalecía durante la Gran
Prosperidad al del 28-35 por ciento; permitió a muchos
ricos tratar sus ingresos como ganancias de capital sometidas a
un impuesto del 15 por ciento; y contrajo los impuestos de
sucesiones que sólo afectaban al 1,5 por ciento de los
asalariados del máximo nivel. Pero al mismo tiempo, EEUU
impulsó los impuestos sobre el consumo y las
nóminas, que se llevaron un trozo de la paga de la clase
media y los pobres mayor que de los ricos.

Tres mecanismos de supervivencia

Pero Estados Unidos siguió comprando mediante
tres mecanismos de supervivencia. El primero: las mujeres entran
en el trabajo retribuido a partir de finales de los 70, y
subiendo en los 80 y 90. Para la parte relativamente
pequeña de mujeres con títulos universitarios, era
la consecuencia natural de oportunidades educativas más
amplias y de las nuevas leyes contra la discriminación,
las cuales abrieron posibilidades profesionales. Pero la gran
mayoría lo hizo para aumentar los ingresos familiares
cuando los hogares se vieron golpeados por el estancamiento de
los salarios de los hombres. Esta transición de la mujer
al trabajo remunerado ha sido uno de los cambios sociales y
económicos más importantes de las últimas
décadas. En 1966, el 20 por ciento de las madres con hijos
pequeños trabajaba fuera de casa. A finales de los 90, la
proporción se había elevado al 60. Para las mujeres
casadas con hijos de menos de 6 años, la
transformación ha sido aún más
dramática, del 12 de finales de los 60 al 55 por ciento a
finales del siglo XX.

Mecanismo de supervivencia número dos: todos
trabajan más horas. En 2005, no era extraño que los
hombres trabajaran más de 60 horas a la semana y las
mujeres, más de 50. Es decir, el estadounidense medio
hacía más de 2.200 horas al año, 350 por
encima del europeo medio, más incluso que un
japonés.

Mecanismo de supervivencia número tres: gastarse
los ahorros y tomar prestado hasta las cejas. Tras agotar los dos
primeros mecanismos, era la única forma en que los
estadounidenses podían seguir consumiendo como antes.
Durante la Gran Prosperidad, la clase media ahorraba el 9 por
ciento de sus ingresos. A finales de los 80 y principios de los
90, esa parte se había cercenado al 7 por ciento.
Después, la tasa de ahorro cayó al 6 en 1994, y
siguió bajando hasta el 3 en 1999. En 2008, los
estadounidenses no ahorraron nada. Mientras, la deuda de los
hogares explotó. En 2007, el estadounidense medio
debía el 138 por ciento de sus ingresos después de
impuestos.

Los tres mecanismos se han agotado. El desafío
consiste en restaurar la enorme clase media estadounidense. Esto
exige resucitar la negociación básica que relaciona
los salarios con las ganancias generales, y facilitarle a la
clase media una porción de la tarta suficiente. Como
deberíamos haber aprendido de La Gran Prosperidad, no es
posible una economía creciente y vibrante sin una clase
media creciente y vibrante.

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El razonamiento que se realiza, con datos válidos
para Estados Unidos, es el siguiente. En los últimos 30
años el PIB se ha doblado, pero, paradójicamente,
los sueldos se han estancado y son prácticamente iguales
que por aquel entonces. ¿Quién es el responsable?
La inflación, ganamos más nominalmente pero no
realmente. Entonces, ¿a dónde van las ganancias?
Según el Sr. Reich a los "super rich" (súper
ricos), que identifica como los que están en la cima de la
pirámide cuando de dinero hablamos. Lo justifica con los
datos de ingresos, hace treinta años el 1% más rico
de la población se llevaba a su casa el 10% de los
ingresos totales, hoy es el 20% y poseen el 40% de la riqueza del
país.

Cree que esto conduce a que aumenten su poder en la
legislación y por tanto se reduzcan los impuestos a los
más acaudalados. El resultado son menores ingresos
tributarios, déficit fiscal y menores servicios como
educación, sanidad, infraestructuras… Asimismo las
personas empiezan a echarse la culpa unas a otras, nacionales
contra inmigrantes, trabajadores de la empresa privada contra la
empresa pública, y demás debates que también
se reproducen en nuestro país. Pero la realidad,
según el vídeo, es que la clase media está
débil, lo que les nos lleva a consumir menos, a no querer
endeudarnos y en definitiva a una recuperación
insatisfactoria y alto desempleo. Conclusión,
economía fuerte = clase media fuerte.

Más datos interesantes, cómo evoluciona el
sueldo de un CEO en relación al empleado medio:

Actualmente un CEO gana unas 350 veces más que un
empleado medio mientras el ratio histórico es inferior a
las 100 veces. Además vemos que los sueldos en la parte
alta de la jerarquía suben muy por encima de los
beneficios a la par que los de los trabajadores se estancan. Y si
bien es simplificar demasiado centrarse en los "CEO" vamos
enfocando el problema.

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¿En dónde converge todo esto?
Globalización. Observen el siguiente
gráfico:

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Si bien los resultados del 40% son puntuales, el
progresivo menor porcentaje sobre el total por el impuesto de
sociedades es un hecho. A raíz de la Segunda Guerra
Mundial y coincidiendo con la apertura de mercados y fronteras
parece que las empresas han buscado la forma de "optimizar" su
carga fiscal aprovechando esta circunstancia, llegando a
mínimos del 10% sobre el total o incluso menos.

Claro, con un tipo marginal de los más altos del
mundo en Estados Unidos la "optimización" puede
entenderse, donde ya jugamos a algo peligroso es cuando una
empresa como Google tributa el 2.4% gracias a Irlanda pero sus
beneficios vienen de otros lugares con altos impuestos. Es decir,
hago mis negocios gracias a unos pero les doy el dinero a otros.
Y si bien es injusto personificar en Google porque muchas lo
hacen, es un ejemplo que muestra perfectamente lo que está
ocurriendo globalmente.

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Realidad o
ficción

En toda Europa, Asia y América, las corporaciones
nadan en efectivo, mientras su implacable búsqueda de
eficiencia sigue generando enormes ganancias. Sin embargo, la
porción de la torta que les corresponde a los trabajadores
se está reduciendo, gracias al alto desempleo, a las
jornadas reducidas de trabajo y a los salarios
estancados.

Estados Unidos en los años 70, tenían 20
millones de empleos manufactureros, con una población
total de unos 220 millones. A principios del año 2011,
sólo se mantienen 12 millones de empleos en las
fábricas norteamericanas, pero con una población
total de 320 millones de habitantes. En los años 70,
Estados Unidos controlaba el 28% de la fabricación mundial
de bienes y China sólo el 4%. En enero de 2011 Estados
Unidos produce el 20% mundial y China el 19%.

En enero (2011), 2,8 millones de personas estaban
"marginalmente ligadas" a la fuerza laboral, frente a los 2,5
millones de enero del año anterior (2010). Dentro de este
grupo se encuentra la gente que ha buscado empleo en los
últimos 12 meses, pero no en el último
mes.

De ellos, casi 1 millón no cree que
encontrará empleo (cifra que baja desde 1,3 millones en
diciembre 2010) y el resto, 1,8 millones, no han buscado trabajo
en las últimas cuatro semanas por razones como estudios o
responsabilidades familiares, explica el Departamento de
Trabajo.

La tasa de paro que incluye a estas personas, así
como a aquellos que se han visto forzados a trabajar a tiempo
parcial , denominada U-6, se redujo al 16,1% desde el 16,7% de
diciembre (2010).

El número de desempleados de larga
duración, aquellos que llevan en el paro al menos 27
semanas, se redujo a 6,2 millones y supuso el 43,8% de los
desempleados.

Paradójicamente, la realidad es que las
mediciones de desigualdad de ingresos y riqueza entre
países están cayendo, gracias a un crecimiento
robusto constante en los mercados emergentes. Pero a la
mayoría de la gente le importa más lo bien que le
va en relación a sus vecinos que a ciudadanos de tierras
lejanas.

A los ricos les está yendo esencialmente bien. A
enero de 2011, los mercados bursátiles globales se
recuperaron. Muchos países son testigos de un crecimiento
vigoroso de los precios de la vivienda, de las propiedades
comerciales o de ambos. Los renacientes precios de las materias
primas están creando enormes ingresos para los
dueños de minas y pozos petroleros, incluso a pesar de que
las subas de precios de los alimentos básicos están
desatando disturbios, si no completas revoluciones, en el mundo
en desarrollo. Internet y el sector financiero siguen desovando
nuevos millonarios y hasta multimillonarios a un ritmo
asombroso.

Las causas de la creciente desigualdad en el interior de
los países son bien entendibles, y ya han sido
señaladas anteriormente. Vivimos en una época en la
que la globalización expande el mercado para los
individuos ultra talentosos, pero hace que la competencia deje
afuera a los empleados comunes. La competencia entre
países por individuos calificados e industrias rentables,
a su vez, limita la capacidad de los gobiernos de mantener
impuestos elevados a los ricos. La movilidad social está
aún más afectada porque los ricos les brindan a sus
hijos una educación privada y ayuda post-escolar, mientras
que los más pobres en muchos países no pueden
permitirse ni siquiera que sus hijos sigan yendo a la
escuela.

En el siglo XIX, Karl Marx observó
inteligentemente las tendencias de desigualdad en sus días
y concluyó que el capitalismo no podía sustentarse
políticamente de manera indefinida. Llegado el caso, los
trabajadores se levantarían y derrocarían el
sistema. Transcurrida la primera década del siglo XXI,
aún se espera que llegue el caso… Mientras, fuera
de Cuba, Corea del Norte y unas pocas universidades de izquierda
en todo el mundo, ya nadie se toma en serio a Marx.

Sin embargo, en un momento en que la desigualdad alcanza
niveles similares a los de hace 100 años, el statu quo
tiene que ser vulnerable. La inestabilidad puede expresarse en
cualquier parte. Fue apenas hace poco más de cuatro
décadas que los disturbios urbanos y las manifestaciones
masivas sacudieron al mundo desarrollado, catalizando en
definitiva reformas sociales y políticas de amplio
alcance.

Sin embargo, sería un grave error suponer que la
enorme desigualdad es estable siempre que surja a través
de la innovación y el crecimiento.

Lo que resulta evidente es que la desigualdad no es
sólo una cuestión de largo plazo. Las
preocupaciones sobre el impacto de la desigualdad de ingresos ya
están constriñendo la política fiscal y
monetaria en países desarrollados y en desarrollo por
igual, a la vez que intentan abandonar las políticas de
híper estimulación adoptadas durante la crisis
financiera.

El siguiente gráfico dice mucho sobre la
gestión del presidente Obama:

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Desde que asumió el cargo en enero de 2009 el
número de estadounidenses que necesitan cupones de comidas
se ha disparado desde los 32 millones hasta los 43 millones. La
tasa de desempleo ha pasado desde el 7% hasta el 9%. Esa es la
realidad de la situación. Todos los días el
señor Obama nos dice que se van a reducir los impuestos,
aumentar los gastos, aumentar las exportaciones y reducir la
deuda. Sin embargo este es un plan que sólo sirve para
engañar a los ciudadanos porque no son objetivos
compatibles entre sí. Una cosa es segura, Estados Unidos
seguirá gastando más de lo que se pueden permitir y
eso viene descontándose en el mercado de bonos desde hace
tiempo.

En medio de todo este tortuoso camino de empobrecimiento
generalizado para gran parte de la población, que ha
asemejado el perfil social de los Estados Unidos, con el de un
país del Tercer Mundo, no se debe olvidar la
corresponsabilidad de muchos de los agentes económicos que
permitieron que estas burbujas se crearan, por acción o
por omisión.

Gobiernos incapaces de adoptar políticas
anticíclicas y que prefieren mirar hacia otro lado; bancos
centrales que han olvidado su papel preventivo y se limitan a
reaccionar tarde y mal ante acontecimientos sobrevenidos;
agencias de rating desbordadas por una carga de trabajo que
deteriora su análisis y desvirtúa sus conclusiones;
accionistas ávidos que consienten a las firmas de las que
son propietarios asumir riesgos irracionales; directivos que se
dejan llevar por la presión de unos resultados a corto que
determinan su remuneración variable; inversores
institucionales o particulares que compran los falsos axiomas
clásicos de la inversión inmobiliaria.

El mapa de los salarios mínimos en
Europa

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*Todas las cifras son brutas

Los habitantes de Luxemburgo serían los
más afortunados en este sentido, ya que cuentan con el
salario mínimo más alto de Europa (1.758 euros
mensuales); Les siguen de cerca los irlandeses, con 1.462 euros y
los holandeses (1.424 euros/mes).

En España nos encontramos aproximadamente en la
mitad de la tabla. No somos los que menos salario mínimo
tenemos ni los que más, y estamos en prácticamente
el mismo nivel que países como Grecia (863) o Eslovenia
(748), pero muy lejos de Inglaterra (1.139), Bélgica
(1.415) o Francia (1.365).

Las cifras, correspondientes a enero de 2011, han sido
publicadas por la oficina estadística comunitaria
(Eurostat). Todas las cifras son en bruto, por lo que el montante
final que reciba finalmente el ciudadano tendrá mucho que
ver con los impuestos de cada país.

A pesar de ello, las diferencias son menores cuando se
tiene en cuenta también el poder adquisitivo de cada
país, tal y como podemos ver en la tabla inferior. En este
segundo caso pasamos de una horquilla de 123 EUR – 1.758 EUR (sin
tener en cuenta el poder adquisitivo) a otra de 233 a 1.452.
España sigue en el grupo central, aunque los resultados
para nuestro país apenas varían: nuestro salario
mínimo corresponde a 766 euros si tenemos en cuenta el
poder adquisitivo de los españoles frente al del resto de
Europa, apenas 15 euros por encima de los 748 euros
reales.

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El riesgo de
pobreza en la Unión Europea

España cuenta con una tasa de población en
riesgo de pobreza del 19,5%, por encima de la media de la UE-27,
que se sitúa en el 16,3%. Desde el IEE indicaron que como
población en riesgo de pobreza se define a aquellas
personas que, incluyendo las transferencias sociales, se
sitúan por debajo del umbral de pobreza.

Entre los países de la UE hay grandes
diferencias, ya que las tasas de población en riesgo de
pobreza varían entre casi un 26% y tan sólo un
8,6%, subrayaron. La mayor proporción de población
en riesgo de pobreza corresponde a Letonia, con un 25,7%,
figurando a escasa distancia Rumanía (22,4%) y Bulgaria
(21,8%).

Lituania supera levemente el 20%, mientras que Estonia y
Grecia comparten un 19,7%. España figura en el
séptimo lugar de la UE-27 con una tasa de población
en riesgo de pobreza del 19,5%, si bien alcanza un 25,2% en la
población mayor de 65 años. Mientras, Italia
(18,4%), Portugal, el Reino Unido y Polonia (los tres con cifras
por encima del 17%) también superan la media
europea.

La mayoría de países de la UE (16 en
total) logran situar el porcentaje de población en riesgo
de pobreza por debajo del promedio. Alemania, Malta, Irlanda y
Luxemburgo cuentan con cifras en torno al 15%, mientras que
Suecia, Dinamarca y Francia ya bajan al entorno del 13%. Austria
(12%), Eslovenia (11,3%), Países Bajos (11,1%), Eslovaquia
(11%) y sobre todo la República Checa, con tan sólo
un 8,6%, figuran entre los países con menor riesgo de
pobreza entre su población.

Desigualdad inquietante (la desigualdad conduce a un
menor crecimiento económico)

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La "percepción" de los europeos (pérdida
de confianza)

¿Más Europa? Esa parece ser una de las
soluciones propuestas a la crisis económica y
política que asola al continente. La forma concreta que
esa "mayor" Europa tome no está nada clara
(creación de un tesoro europeo, establecimiento de
impuestos europeos, fortalecimiento de los mecanismos de control
fiscal por parte de las instancias supranacionales,…),
pero todas ellas parecen pasar por una nueva ronda de
transferencias de soberanía hacia las instituciones
supranacionales en el ámbito de la política
económica.

Nada hace pensar que los líderes europeos
encuentren en la opinión pública europea un aliado
en este proceso. Según el Eurobarómetro de
noviembre de 2011, menos de la mitad de los europeos (un 47%)
creen que la pertenencia de su país a la UE ha sido algo
positivo (frente al 18% que piensa que ha sido algo malo y al 31%
que considera que no ha sido ni bueno ni malo), y solo el 41%
confía en la Unión Europea (frente a un 47% que
desconfía). Si preguntamos a los europeos sobre algunas de
las reformas propuestas, como un mayor papel de las instituciones
supranacionales en la definición de la política
fiscal, los resultados son incluso menos
esperanzadores.

En cierto sentido, que el euroescepticismo esté
en auge no debería sorprendernos. Una de las regularidades
empíricas más estables encontradas por los
estudiosos de la opinión pública europea es que el
apoyo al proceso de integración está muy
correlacionado con el ciclo económico: los europeos
apoyamos la integración en los años de bonanza
económica y nos hacemos euroescépticos en las
crisis. Si observamos la evolución de la desconfianza
hacia la Unión Europea por países, se aprecia que
son los países que están atravesando mayores
dificultades económicas aquellos donde el ascenso del
euroescepticismo es más acusado.

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Mientras que en los países escandinavos (con
poblaciones tradicionalmente muy euroescépticas) la
desconfianza de sus poblaciones hacia Europa de hecho se ha
reducido ligeramente en la última década, en los
países del centro del continente y, sobre todo, en la
periferia más afectada por la crisis (los famosos PIIGS),
se puede detectar un claro aumento de la desconfianza hacia la UE
en los últimos cinco años. Por el papel central
que, según algunos, la opinión pública
alemana ha jugado en la capacidad de los líderes europeos
de adoptar determinadas decisiones, es particularmente
preocupante el aumento de la desconfianza hacia la UE en este
país que, a pesar de no haber sufrido apenas la crisis
económica, ha visto cómo su nivel de desconfiados
hacia Europa ha aumentado en solo cuatro años en veinte
puntos, hasta colocarse en un 55%.

Menos de la mitad de la población europea cree
que la UE ha sido positiva

¿Qué papel ha jugado la existencia de la
moneda única en este proceso de auge del euroescepticismo?
Resulta complicado establecer nítidas relaciones de
causalidad con estos datos, pero es llamativo que dos de los tres
países que decidieron quedarse fuera de la unión
monetaria tienen hoy índices de confianza en la UE mejores
que hace una década, mientras que, con la excepción
de Finlandia, todos los miembros de la eurozona han visto
cómo el euroescepticismo crecía en sus poblaciones.
El caso de Grecia es el más dramático de todos:
mientras que en el 2001 tres cuartos de la población
confiaban en la UE y un cuarto desconfiaba, en 2011 la
relación se ha invertido: hoy sólo un tercio de la
población confía en la UE, y dos tercios
desconfían.

¿Han cambiado las características de los
individuos europeístas y euroescépticos a lo largo
de esta década? Un análisis en detalle de los
determinantes de la desconfianza a nivel individual revela que si
bien muchas características de los individuos (edad, clase
social) siguen estando asociadas de la misma forma que hace diez
años con diferentes opiniones sobre la UE, el efecto de la
ideología del individuo ha cambiado de dirección:
en 2001 los europeos de izquierdas tendían, en media, a
desconfiar menos de la UE que los de derechas. Hoy sucede lo
contrario: ideológicamente, son los europeos de izquierdas
los que más desconfían de la UE.

Si, como apuntan estos datos, la crisis económica
y su gestión ha deteriorado el apoyo a la UE en los
países más duramente afectados por la crisis y
entre los sectores más progresistas de la
población, ¿existen formas de recobrar la confianza
de los europeos en la UE y de dotar de una legitimidad
democrática a los intensificación del proceso de
integración de la que ahora carece?

Es cierto que, dada la heterogeneidad de intereses que
conviven en la UE, la capacidad de adoptar políticas que
agraden a amplios sectores de europeos y que hagan por tanto
recobrar la confianza de éstos en las instituciones
supranacionales es limitada. Sin embargo, los propios datos de
Eurobarómetro muestran que sí existen
políticas demandadas de manera casi unánime por los
europeos: la abrumadora mayoría de los europeos creen que
la Unión Europea debería endurecer las
políticas contra los paraísos fiscales (89%),
regular los salarios en el sector financiero (82%), o establecer
un impuesto a los beneficios de los bancos (84%) o a las
transacciones financieras (el 72%). La UE puede aprovechar el
amplio consenso ciudadano sobre estas cuestiones como una
oportunidad para ganar la confianza ciudadana que ha perdido
durante la crisis. O puede elegir ignorar estas demandas y
agrandar los problemas de desconfianza ciudadana a medida que
estas cuestiones sean cada vez más centrales en la agenda
política de los europeos. Hagan ustedes sus
apuestas.

Los jóvenes que ni estudian, ni trabajan (el
problema crece en toda Europa por el paro y la falta de
alternativas)

Hay grandes diferencias entre los distintos
países de la UE. Y España, con un paro juvenil
cercano ya al 50%, está entre los que tienen peores datos:
son el 22,4% (en 2008 eran el 17%, y un año antes, el
13,8%). Con más de 800.000 jóvenes que ni estudian
ni trabajan, unos 280.000 más que en 2007 (si se cruzan
los porcentajes de la Encuesta Europea de Fuerza del Trabajo de
Eurostat con los datos del padrón del INE), España
ocupa el quinto puesto de la Unión en este preocupante
ranking. Por delante están Letonia (22,5%), Irlanda
(24,1%), Italia (24,2%) y Bulgaria (27,8%). Donde menos hay es en
Holanda (5,9%) y Luxemburgo (6,9%). Este último
está en el grupo de los únicos cuatro países
que han logrado reducir sus cifras durante la crisis, junto a
Alemania Malta, de forma levísima,
Bélgica.

"Es difícil hacer generalizaciones para toda
Europa, pero lo que parece estar ocurriendo es que los
jóvenes están siendo víctimas del paro (esto
ha sido peor en países como España), pues son los
más fáciles de despedir; y de los recortes de las
ayudas sociales. En Reino Unido se espera que bajen un 20% en los
próximos tres años, además de lo que ya se
han reducido", señala Neil Lee, economista del instituto
de investigación The Work Foundation, de la Universidad de
Lancaster.

El catedrático Psicología Social de la
Universidad de Valencia José María Peiró
distingue dos grandes grupos de jóvenes bajo la etiqueta
de ni-ni (ni estudian ni trabajan). Primero, los que lo son
porque no les queda más remedio: han fracasado en los
estudios y no encuentran trabajo. Segundo, los de tipo
"sabático", que se toman un tiempo antes de ponerse a
trabajar, al final o en medio de los estudios.
"Lógicamente, estos tienen salario de reserva,
quizás por la familia", añade.

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Precisamente el apoyo familiar -más en los
países del sur de Europa-, junto con las ayudas sociales y
el trabajo sumergido -el Ministerio de Economía
estimó a principios de 2011 que la economía
sumergida en el 20% del PIB español-, amortiguan el
impacto social de una cifra como ese 22,4% de ni-nis.

Aventurar cuántos jóvenes pertenecen a
cada situación es realmente complicado, pues la encuesta
europea simplemente señala a los jóvenes parados o
inactivos que no han estudiado, ni siquiera un cursillo de
inglés o de informática, en el último mes. Y
en realidad las variantes son infinitas: el que encuentra trabajo
pero lo rechaza por las malas condiciones del empleo o porque
tiene que desplazarse; el que vuelve a estudiar, pero se frustra
y lo deja (en Madrid, se titula sólo el 10% de los
matriculados en escuelas de adultos, según CC OO); el que
decide agotar el paro antes de ponerse otra vez manos a la obra;
el que se desanima tras mucho tiempo buscando
empleo…

Sin embargo, parece claro que el primer grupo que
señala Peiró, el de los que no trabajan porque no
pueden, y ni se les pasa por la cabeza retomar los libros, crece
en medio de la crisis. Sobre todo en un país como
España, que ha mantenido durante toda la década un
porcentaje de abandono escolar temprano cercano al 30%, aunque
ahora haya bajado al 28%. Fue en 2008 cuando en España
empezó a crecer mucho la cifra de ni-nis y se
disparó en 2009, precisamente cuando todos esos
jóvenes escasísimamente formados empezaron a
engrosar masivamente las filas del paro.

Antes de la crisis los jóvenes españoles
ya tenían serias dificultades para acceder a empleos de
calidad

Es decir, que son precisamente los más
vulnerables los que están engordando la
estadística, asume el catedrático de
Economía de la Pompeu Fabra José
García-Montalvo. "Las tasas de paro que han crecido
más rápidamente son las de los jóvenes con
menos formación; a diferencia de otras crisis anteriores,
mucho más rápido que las tasas de desempleo de los
universitarios", señala.

Así, no hay trabajo, y el reenganche en el
sistema educativo se hace complicado, no solo porque a los
jóvenes les pueda costar más o menos tomar la
decisión, sino "la escasa relevancia de los programas de
segunda oportunidad para mejorar la formación de los
alumnos que abandonan", señala el profesor de
Economía de la Universidad de Vigo Alberto
Vaquero.

La bomba de
tiempo del desempleo juvenil

El mundo, dicen, está "sentado sobre una bomba de
tiempo, social y económica". El mundo está plagado
de desempleo juvenil.

Los números son duros. En algunos países
del mundo árabe hasta el 90% de los jóvenes en
edades comprendidas entre los 16 y 24 años está
desempleado. En EEUU el desempleo juvenil llega a 23%, en
España al casi 50% y en el Reino Unido al 22%.

En todo el mundo hay 200 millones de desempleados. 75
millones tienen edades entre los 16 y 24 años, y cada
año cerca de 40 millones de jóvenes están
listos para entrar al mercado laboral.

Los líderes empresariales reunidos en el Foro
Económico Mundial (enero 2012) saben que las cifras son
importantes: los jóvenes que estuvieron desempleados por
mucho tiempo ganaran menos dinero durante toda su
vida.

Tendrán menos probabilidades de ser empleados. No
tendrán las habilidades que las empresas necesitan. Es
más probable que tengan problemas de salud a largo plazo.
Y la situación puede degenerar en descontento
social.

Hay un término para eso: la generación
perdida. O como dice un profesor de una escuela de negocios "El
desempleo es una porquería. El desempleo juvenil es peor
aún. Los jóvenes perdieron la línea de
visión hacia el futuro".

Cifras duras

•200 millones de desempleados a nivel
mundial

•75 millones con edades entre 16 y 24
años.

•90% de los jóvenes en países
árabes no tienen trabajo.

•23% desempleo juvenil en EEUU.

•22% en Reino Unido

•50% en España

•Cada año 40 millones de jóvenes
ingresan al mercado laboral.

A los jefes les preocupan estas cosas, hasta a los de
corazón más frío, porque todo lo mencionado
arriba cuesta dinero.

Indirectamente, porque hay un menor demanda para sus
productos y servicios; directamente, en costos de entrenamiento y
de salud, e impuestos más altos.

Luego tenemos la parte demográfica. En Jordania
cerca del 70% de la población tiene menos de 30
años. Si los jóvenes no están preparados
para el trabajo, el país se quedará pronto sin
talento, dijo un participante.

Para los políticos, la Primavera Árabe es
algo que sigue fresca en la mente de la gente. Los levantamientos
comenzaron en Túnez cuando Mohamed Bouazizi se
inmoló.

"Se mató no porque quería hacer una
protesta política. Se mató porque no tenía
un empleo", dijo un gerente de fondos de inversión de
Pakistán. La falta de oportunidades para los
jóvenes fue uno de los catalizadores de la llamada
Primavera Árabe.

Los organizadores del Foro Económico Mundial de
Davos quieren demostrar que su inmensa red -una
combinación única de grandes empresas, gobiernos,
activistas sociales y organizaciones no gubernamentales- puede
hacer una diferencia.

Se organizó un taller para identificar qué
causa el desempleo juvenil y si puede existir alguna
solución rápida para atacar el problema, para
quienes hablaron era obvio que el problema desafía las
soluciones simples.

Claro que todo desempleo tiene una cosa en común:
la falta de demanda de trabajadores. Pero cada país, cada
región tiene problemas diferentes.

La automatización reemplaza muchos trabajos
rutinarios, no sólo en los países
desarrollados.

Hay problemas estructurales, por ejemplo cuando es muy
burocratizado contratar a alguien.

También puede achacársele alguna culpa al
sistema educativo, que falla en darles a los jóvenes las
destrezas que se necesitan para trabajos en economías
avanzadas.

En Corea del Sur es al contrario. Hay tantos graduados
universitarios que el país se está quedando sin
gente para llenar trabajos de obreros.

Además están las destrezas vitales o la
falta de ellas. Algunos jóvenes no conocen lo
básico, desde vincularse con compañeros de trabajo
hasta tener las habilidades empresariales
fundamentales.

Pero a veces una mejor educación podría
aportar una solución: en China, muchos repartidores de
correspondencia sólo pueden leer chino, lo que les impide
trabajar en compañías logísticas
internacionales que distribuyen correos y paquetería
llegada del mundo entero.

También hay problemas culturales. Algunos
países gradúan grandes cantidades de mujeres en la
educación universitaria, sólo para negarles las
oportunidades de trabajo, con lo que desperdician sus
talentos.

¿Qué hacer?

Es un tema que se presenta una y otra vez: negocios,
universidades y escuelas, gobiernos y organizaciones no
gubernamentales, no logran comunicarse sobre qué es lo que
necesitan y qué es lo que pueden lograr.

"El sector privado podría ser un elemento de
cambio", afirmó un participante, un activista de izquierda
que trabaja en una campaña educativa.

"Las universidades son simplemente muy lentas", dice un
industrial, "Si les digo que necesito graduados con diferentes
destrezas, les toma dos o más años cambiar sus
cursos. Para ese entonces la tecnología estará
cambiando de nuevo".

Pero de todos modos, otro empresario advirtió que
"una buena educación ya no te garantiza una buena
vida".

Sean del mundo árabe, de América del Norte
o de América Latina o Asia, muchos ejecutivos lamentaron
la falta de impulso empresarial y de destrezas básicas de
negocios y la necesidad de una cultura donde el fracaso no sea
celebrado.

Un hombre que está a cargo de una empresa con
varios cientos de miles de empleados en todo el mundo se quejaba
de que "vivimos en un mundo en el que la creación de la
riqueza no va paralela a la creación de trabajo. Esa
otrora cercana conexión está rota".

Mientras algunos sugieren la creación de grandes
programas, con una inversión de US$ 50.000 millones en los
próximos diez años para adiestrar gente en todo el
mundo, otros proponen pasos más pequeños con mayor
garantía de éxito.

Un par de "metáforas" para el final del Apartado
(el que quiera entender que entienda)

– Estudio sobre los motines británicos encuentra
"500.000 familias olvidadas" (BBCMundo –
28/3/12)

Los cinco días de disturbios en
Londres y otras ciudades británicas en agosto de 2011
tuvieron sus raíces, entre otros factores, en la pobreza,
la desmotivación, la falta de oportunidades y la ausencia
de un entorno familiar sano.

Así lo constató el Panel de Comunidades y
Víctimas de los Disturbios, un grupo de expertos
establecido tras las revueltas de agosto del año pasado
para investigar sus causas, que además lanzó una
advertencia sobre la mala influencia de la publicidad excesiva
sobre los jóvenes.

Según el informe del Panel, que
se publica este miércoles pero fue filtrado por la prensa
el martes, 500.000 familias permanecen en el desamparo y el
olvido del sistema social del Reino Unido.

La falta de cuidado de los padres, la incapacidad del
sistema judicial para evitar la reincidencia y la escasa
confianza en la policía son algunas de las causas que se
señalan para explicar el estallido de violencia que
extendió el caos por las calles británicas durante
unos días.

En las revueltas hubo un total de cinco víctimas
mortales y se cree que hasta 15.000 personas participaron en las
protestas.

La muerte de Mark Duggan

La mecha que prendió la violencia fue la muerte
de Mark Duggan en el barrio londinense de Tottenham el 4 de
agosto de 2011 por un disparo de la policía, que intentaba
arrestarlo.

En un primer informe, el Panel señaló que
las primeras revueltas surgieron por el manejo que hizo la
policía de la muerte de Duggan.

Ahora, los investigadores van más allá y
apuntan a causas profundas para explicar la crisis: "Las familias
no reciben el apoyo que necesitan".

El portavoz y presidente del panel, Darra Singh,
subrayó que "tenemos que involucrar a todo el mundo en la
sociedad. Hay gente que se está agolpando en el fondo,
personas incapaces de cambiar sus vidas".

"Cuando la gente siente que no tiene un
motivo para mantenerse al margen de líos, las
consecuencias para las comunidades pueden ser
devastadoras".

"Las causas de los disturbios fueron
complejas y no hay una cosa única que pueda evitar que
ocurran de nuevo".

Medidas disuasorias

Los investigadores que forman el Panel realizaron
entrevistas en distintas comunidades británicas afectadas
por el desempleo y la criminalidad juvenil. Gran parte de los
entrevistados achacan las revueltas a los malos cuidados de los
padres.

"Hay jóvenes en las calles de Salford,
Manchester, Birmingham y más allá que les
dirán que el desempleo es una trampa de la que no pueden
escapar".

"Sin embargo, hay gente en esos barrios que insisten en
que esos mismos jóvenes no hacen lo suficiente para
ayudarse a sí mismos", sostiene el periodista de la BBC,
Chris Buckler, en una observación que muestra la
complejidad de esta cuestión.

En un intento por prevenir futuros conflictos, desde el
Panel se hace un llamado al sistema de justicia penal para que no
sólo se castigue a aquellos que cometan un delito sino
para que se combata la reincidencia.

Chris Buckler explica que el dueño de una tienda
de Manchester que fue seriamente dañada durante las
revueltas apuntó a los antecedentes criminales de muchos
de los jóvenes detenidos en los disturbios.

"El crimen es su empleo", le dijo al
periodista.

Supervisión de las escuelas

El Panel recomienda que las escuelas que fracasen en el
intento de mejorar las tasas de alfabetización de los
alumnos de acuerdo a los estándares mínimos paguen
una penalización.

Los centros educativos tienen que demostrar cómo
están construyendo la personalidad de los alumnos y ser
capaces de ofrecer consejo profesional o académico a cada
niño y adolescente.

David Lamy, parlamentario del Partido Laborista en
Tottenham, dijo que le parecía un poco injusto ese enfoque
sobre las escuelas pero aclaró que prefiere esperar a ver
el informe completo.

"Por supuesto que hay temas en nuestras escuelas, pero
es fácil, cuando las cosas van mal, señalar a una
institución grande y decir que las escuelas
deberían hacer más".

"Yo pondría más énfasis en la vida
de familia, en los padres y la comunidad",
manifestó.

Presión de la publicidad y las marcas

Recomendaciones del Panel

•Las autoridades locales
deberían seguir con atención a aquellos
jóvenes que, a partir de los 11 años, estén
en riesgo de estar desempleados

•El gobierno debe nombrar a un
"mediador independiente" que modere un diálogo entre las
grandes marcas y el gobierno sobre cómo proteger a los
menores de una publicidad excesiva

•Los jóvenes delincuentes
deben tener un mentor cuando terminen sus sentencias de
cárcel

•Los servicios policiales
deberían hacer más para desmitificar algunas
cuestiones que afectan a la imagen que la gente tiene de la
integridad de las autoridades, especialmente en temas como la
muerte de hombres negros bajo custodia policial

•Los servicios policiales deben
revisar sus procedimientos de denuncia

•También le exige al
gobierno tener un papel más importante y "ofrecer una
garantía de trabajo para todos los jóvenes que han
estado desempleados durante dos o más
años"

La pobreza y el desempleo no sorprenden a nadie como
causas para explicar el descontento social. Un elemento
sorprendente de esta investigación, es la responsabilidad
que se atribuye a las marcas y la publicidad como factores
desencadenantes de inestabilidad.

Así, el 85% de los encuestados por el Panel
opinó que "la publicidad presiona a los jóvenes
para que compren los últimos productos". Esto
explicaría, en parte, las imágenes de
jóvenes saqueando tiendas durante los disturbios y
llevándose pantallas planas de televisión o lo
último en tecnología.

En este sentido, el director de políticas de
Children"s Society, Enver Solomon, dijo: "Sabemos por nuestro
trabajo que hay una relación significativa entre la
privación material de un niño y su
satisfacción general con la vida".

Críticas por la filtración

Singh lamentó la publicación adelantada de
los resultados del grupo y aseguró que esto impidió
una perfecta conclusión de sus trabajos.

Además, en su opinión, se ha hecho un
daño a todas las personas que fueron entrevistadas para
hacer el estudio, puesto que merecían una amplia audiencia
que ahora se verá alterada por la filtración
mediática.

"Nuestra atribución era darle voz a las
comunidades y las víctimas de los disturbios de agosto.
Esta filtración afectó nuestra capacidad de
asegurar que reciban la audiencia más amplia posible",
aseguró.

– Almunia: "Esperar un trabajo fijo es bonito pero ya no
es realizable" (Expansión – 27/3/12)

El comisario europeo de Competencia, el
español Joaquín Almunia, considera que esperar
obtener un trabajo fijo para toda la vida es algo "bonito de
decir", pero ya no es "realizable", debido a todos los cambios
que se han producido y que, según él, se
seguirán produciendo en este siglo.

En una entrevista para el programa "Ballarò" de
la cadena pública italiana Rai Tre que se emite hoy,
Almunia apuesta por ser realistas y decir las cosas tal y como
están, así como por ofrecer a los trabajadores la
capacidad de mejorar su formación.

"En el siglo XXI, con todos los cambios
que se han producido y que seguirán produciéndose,
pensar que un puesto de trabajo puede ser para siempre es bonito
de decir, pero ya no es realizable. Es, sobre todo, una forma no
realista de afrontar el futuro", asegura el comisario europeo, en
un adelanto que ofrecen los medios italianos.

"Hay que ser valientes y decir las cosas como
están, ofreciendo al mismo tiempo a cada persona los
instrumentos necesarios para mejorar sus cualificaciones, sus
propios recursos y capacidades", agrega…

Almunia considera que un trabajo
"mediocre" no es lo mejor, por lo que hay que intentar conseguir
uno que "no dé solo un buen salario, sino también
oportunidades para desarrollar las capacidades de cada uno, para
llegar a una mayor socialización, para poner en evidencia
las capacidades personales".

"Pero, conociendo el gran problema del
desempleo y viendo la situación de los desempleados en
Europa, la condición de los jóvenes en algunos
países, creo que sea mejor una fórmula como la
alemana, que ofrece trabajos quizá no ideales pero al
menos una retribución segura", afirma el comisario
europeo.

Según Almunia, no todos los países de la
Unión Europea están afrontando los ajustes que se
requieren ante la crisis económica y financiera con el
mismo nivel de solidaridad.

"Cuando se trata de distribuir los esfuerzos, los
sacrificios, de tomar decisiones que afectan a los ingresos, a
los impuestos, y de adecuar el gasto público, se abren
grandes problemas políticos", sostiene el comisario
europeo.

"Hay países en Europa que están afrontando
la crisis de manera más solidaria, mientras otros
países y gobiernos tienen distintas prioridades. Los
desafíos son comunes, pero cuando se trata de distribuir
los bienes, los esfuerzos y de establecer las prioridades, el
aspecto político tiene una gran importancia",
concluye.

"Snippet" de
verano (julio europeo)

¿Qué son los "snippets"? Snippets viene
snip (inglés) y significa pequeño fragmento
(extraído de algo)

Es un término del idioma inglés utilizado
en programación para referirse a pequeñas partes
reusables de código fuente, código binario o texto.
Comúnmente son definidas como unidades o métodos
funcionales que se pueden integrar fácilmente en
módulos mucho más grandes, aportando funcionalidad.
También se utiliza la palabra para referirse a la
práctica de minimizar el uso de código repetido que
es común en muchas funciones, por medio del uso de un solo
método que pueda ser reutilizado.

En otros casos, he realizado mi comentario final en
forma de "blog", así que esta vez (para aquellos lectores
"adictos" a las nuevas técnicas de comunicación)
voy a probar un formato diferente: "Snippet" – Dato o comentario
– Desarrollo breve – Pregunta abierta al final (para el que
quiera contestarla).

En un Paper anterior: La pandemia de las
abuelas, publicado el 21/4/04, escribí:

(Pandemia: enfermedad endémica que
se extiende a muchos países o que ataca a casi todos los
individuos de una localidad o región).

El neo-capitalismo de mercado ha logrado -entre otras
maravillas- "conchabar" a las abuelas (y hasta a algún
abuelo) para cerrar la ecuación de dependencia laboral
familiar. En vez de dos trabajadores por el precio de uno
(más adelante lo explicaré), ya pueden contabilizar
tres, cuatro (cuando no, cinco o seis) por el precio de uno (y ni
siquiera a ese uno le pagan bien). Joder, ¡eso sí
que es "crear" valor!

Bueno valor, valor,…lo que se dice valor, es el
que tienen las abuelas para "criar" a sus nietos, mientras los
padres están en el "bosque" animado que le "ofrecen" los
fundamentalistas del mercado.

La historia (y la histeria), merece su "racconto".
Aunque más valdría llamarlo "recuento"…de
víctimas, por supuesto.

Todo comenzó con el "feminismo"… (seguro
que con esto, ya perdí a las lectoras). Pero, por favor,
tengan paciencia y lean un poquito más…Luego
ustedes deciden. Total…con un click, me mandan al carajo,
y sin dolor. Sólo unos renglones más, antes de dar
o quitar razones.

La "verdad" neoliberal absoluta, incontrastable,
definitiva e irreversible, necesitaba que las mujeres "tomaran"
el mando.

Nada es casual, nada es gratuito, nada es
espontáneo (como verán más adelante, si
estoy en lo correcto).

Las mujeres "debían" incorporarse al mercado de
trabajo. Las mujeres debían dejar el hogar (las tareas del
hogar, digamos) para "realizarse", para "encontrarse" a sí
mismas, para "ser" personas…

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8
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