Monografias.com > Sin categoría
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Tiempos modernos (“realidades cercanas” de un capitalismo sin control) – Parte I (página 6)




Enviado por Ricardo Lomoro



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8

Demoledor. Para el período
1970-2001, de los 355 fondos de inversión que
componían inicialmente la muestra, sólo 22,
sí, sí, repito, sólo 22 han ofrecido una
rentabilidad superior al mercado. Pero ahí no acaba todo.
De esos 22, 17 sólo lo han batido en una cifra situada
entre el 1% y el 2%. Y por si fuera poco, un único fondo
de inversión ha sido capaz de generar una rentabilidad
superior en más de cuatro puntos a la del mercado. Y no
nos olvidemos que un total de 197 fondos se ha quedado por el
camino…

Para Europa:

Monografias.com

Pues tres cuartos de lo mismo… O mejor dicho, casi
tres cuartos del total de fondos de inversión europeos
fracasan en su intento de batir al mercado -en este caso, el
índice MSCI-Europe-. Da igual si tomas un horizonte anual,
de cinco años o de incluso diez, el mercado siempre
gana.

¿Y qué noticias tenemos por aquí,
en España? Les recomendaría que no lo miraran, pero
que levante la mano el primero que no lo quiera ver… Pues vean,
vean:

Monografias.com

Pues ya lo han visto… Mientras que el Ibex 35 (con
dividendos) ha cabalgado al 13% anual a lo largo del
período 1995-2009, los fondos patrios apenas han salvado
la inflación (3.1% vs. 2.8%).

Llegados a este punto, la conclusión parece
clara: si los fondos de inversión, con toda su
preparación y experiencia, no han logrado batir al
mercado, ¿cómo puede un inversor particular
batirlo? El profesor Burton G. Malkiel, autor del libro Un paseo
aleatorio por Wall Street y de los dos primeros gráficos
que le he mostrado, le contestaría que es imposible: el
mercado es eficiente. ¿Acaso no le basta la evidencia
aportada? Diría él…

La Inversión en Valor

Pues no, no basta… La historia no acaba ahí.
Todavía queda un espacio para la esperanza y el buen
hacer. Y aquí es donde entra en escena la tercera
opción: la de invertir por su cuenta, con el Value
Investing
como herramienta de trabajo.

Y sí, sí que es posible
batir al mercado. Y es posible por un doble motivo: el primero,
porque la evidencia del comportamiento fallido de la gran
mayoría de los fondos no está relacionada con la
imposibilidad de batir al mercado, sino que guarda
relación con la gestión de esos mismos fondos; y,
el segundo, porque el mercado no para de darnos muestras de
fallos de interpretación clamorosos. Déjenme que
les explique.

Empecemos por el primero, el comportamiento fallido de
los fondos. Es imposible batir al mercado si sólo te
limitas a seguirlo. Si la cartera de un fondo de inversión
es muy similar a la composición del Ibex 35, obtener
rentabilidades superiores a las que arroja ese índice se
me antoja bastante improbable. Surgen, ahora, dos cuestiones: (1)
¿es cierto que los fondos de inversión se limitan a
seguir al mercado?, y (2) en el caso de que la respuesta anterior
fuese afirmativa, ¿por qué optan por esta
estrategia "pasiva" y abandonan la búsqueda de retornos
superiores?

1. Respecto a si los fondos siguen o no el dictado del
mercado, basta con atender al siguiente dato facilitado por el
profesor Jonathan W. Lewellen (Dartmouth College): para el
período 1980-2007, la correlación entre las
rentabilidades obtenidas por los inversores institucionales y
aquéllas obtenidas por la cartera de mercado es del 99,8%.
Incontestable. Dicho de una forma más gráfica:
fondos de inversión y mercado van de la mano. Más
unidos, imposible. Si uno mueve la manta, el otro se
constipa.

2. Pero como diría Mourinho: ¿por
qué? Pues motivos sí que hay. Les enumero unos
cuantos:

•La remuneración de los gestores está
ligada al volumen del fondo. Se ven, por ello, obligados a
invertir el flujo constante de ahorro que van captando, aun
cuando ya hayan agotado las buenas ideas de inversión
-aquéllas que sí podrían batir al mercado-.
Usted, como inversor particular, puede decidir no invertir ante
la ausencia de valores atractivos; un fondo no se puede permitir
ese lujo. Los profesores Berk y Green -de las universidades de
California y Carnegie Mellon, respectivamente- subrayan este
hecho.

•Mejor equivocarse siguiendo el consenso que
equivocarse sólo. Un gestor que apuesta por
Telefónica es consciente de que un revés en la
acción no sólo le afectará a su cartera,
sino que será un revés que golpee la cartera de la
mayoría de los colegas de profesión. El refranero
español lo tiene claro: Mal de muchos, consuelo de tontos.
¿Se imaginan el futuro profesional de un gestor de un
importante fondo que apostó por Barón de Ley como
símbolo bandera de su cartera, pero que le he salido rana
a corto? Sí, ¿verdad? Pues eso…

•Miedo a ganar. La volatilidad, la inseparable
compañera de los grandes retornos, está mal vista.
Las finanzas modernas se empeñan en ver únicamente
riesgo allí donde hay volatilidad. Extendido el dogma, las
casas de finanzas le rinden pleitesía: sacrifican
rentabilidad a cambio de una falsa seguridad. ¿Y
cómo lo hacen? A través de esa ONG llamada
Diversificación. En la jerga popular sería algo
así como: el que diversifica, su mal espanta. El error se
diluye entre la multitud. Pero claro, todo tiene su
contrapartida: el premio también se diluye.

•Los gestores deben cuidar de la liquidez de sus
fondos. Muchos de los inversores que acuden a un determinado
fondo acuden con la esperanza de que, en un momento dado, puedan
retirar su capital inicial con la rentabilidad asociada, o, como
mínimo, recuperar el capital invertido. Si el fondo ha
canalizado esos ahorros hacia valores poco líquidos
-valores con poco movimiento, en comparación con los
grandes valores-, es posible que el fondo tenga problemas para
deshacer posiciones importantes sin perder dinero. Abandonan,
pues, la idea de invertir en valores poco líquidos, poco
seguidos por el mercado, aun representando éstos
excelentes oportunidades en el medio-largo plazo. Los profesores
Gordon, Cici y Gibson arrojan evidencia al respecto (Review of
Financial Studies, 2007).

Habiendo analizado ya las causas del comportamiento
fallido de los fondos en su intento de batir al mercado, pasemos
ahora a destapar las ineficiencias del mismísimo Mr.
Market.

Hemos visto que las gestoras no baten al índice.
Pero la cuestión que realmente nos debería
preocupar es si, independientemente de los resultados de esos
fondos, se puede o no batir al mercado. Las gestoras no lo hacen,
no porque sea imposible, porque evidencia de fallos en la
valoración hay. Vaya si los hay. Ejemplos
recientes:

•La burbuja tecnológica que se pinchó
por el 2000. Precios inflados, alejados de la realidad contable
de la empresa. En uno de mis artículos anteriores les
hablaba de ello.

•No contento con la burbuja de las puntocom, el
mercado se volvió a indigestar con otra burbuja al poco
tiempo. Esta vez le tocó el turno al pelotazo
inmobiliario. Mala memoria, vamos. Rentabilidades de infarto,
acompañadas, cómo no, de caídas de infarto.
También les hablé de ello en otro
artículo.

•Obviar situaciones de tesorería
límite en las empresas. Enormes problemas de liquidez en
determinadas empresas que el mercado prefiere no mirar porque en
ese momento toca subir. Luego, la debacle. Y, como casi siempre,
debacle exagerada. No me quiero repetir, pero también les
comenté el caso de Thomas Cook en un artículo
anterior.

•Reacción desmedida ante catástrofes
de índole financiera o natural. Como sobre esto no
había escrito nada, permítanme que les muestre los
siguientes dos gráficos:

Monografias.com

Los dos gráficos se corresponden con las
cotizaciones de dos excelentes empresas. La primera, conocida por
todos, es Nike; la segunda, desconocida para la gran
mayoría, es Atwood Oceanics.

Como digo, dos excelentes empresas. Nike tiene ese
atributo que tanto le gusta al gurú de Omaha, Warren
Buffett, y que no es otra cosa que cuota de mente. No, no me he
equivocado. Digo cuota de mente y no de mercado, que
también, porque Nike ocupa un pedacito de nuestras mentes:
pensamos en deporte y nos acordamos de Nike, pensamos en Nike y
nos acordamos del deporte.

Por otro lado, Atwood Oceanics se dedica a la
extracción de petróleo en altamar y, en
relación a sus competidoras, presenta unos números
envidiables: un margen operativo superior al 50%, una deuda con
coste que apenas supera el 20% del total de la
financiación y una rentabilidad sobre fondos propios
cercana al 20%. En fin, dos empresas con muy buenos
números.

En el gráfico de Nike aparece señalado con
un círculo la tormenta financiera que se vivió
pasado el verano de 2008. La portada de unos de los boletines de
fin de semana del Financial Times reflejaba, claramente, el
sentimiento que se había instalado en la comunidad
inversora: PÁNICO. Nike abandonó la cota de los 70
dólares con la que estaba coqueteando para deprimirse
hasta los 50 dólares primero, y a los 40 después.
Ahora está cerca de los 107 dólares… (En mi
anterior artículo, destacaba que, tras el crash
bursátil de 2008, hemos asistido a una espectacular
revalorización de valores vinculados a marcas que cuentan
con un alto grado de fidelización; entre ellas,
Nike).

En el gráfico de Atwood Oceanics les he
señalado la catástrofe que tuvo lugar en el Golfo
de México en abril de 2010 y que supuso, tras la
explosión de una plataforma de extracción, un
importante derrame de petróleo en altamar. La plataforma
no pertenecía a Atwood Oceanics, pero la incertidumbre se
adueñó del sector y todas recibieron su castigo en
el mercado. Desde los 40 dólares a los que llegó a
cotizar en las semanas anteriores al vertido, la
cotización de Atwood Oceanics se desplomó visitando
cifras inferiores a 25 dólares. Ahora se encuentra por
encima de los 46…

Mi consejo es claro: no tenga miedo,
enfréntese al mercado e invierta por su cuenta. Busque
buenos negocios, buenas empresas con buenos fundamentos. Los
buenos precios aparecen en mercados deprimidos o asustados, o en
aquellos títulos abandonados por el mercado. Luego, a
esperar. ¿Cuánto tiempo? El que haga falta…
Pongamos que hablo de Value Investing.

Ah, y uno de los pocos fondos que sí puede
presumir de batir al mercado es, precisamente, Bestinver.
Curioso. Una gestora independiente y cuyos principios de
inversión se rigen por el Value Investing.
¿Casualidad?

(Pablo J. Vázquez es Doctor en Economía y
especialista en Value Investing)

– Consejos para invertir y fallos del capitalismo (Cinco
Días – 28/2/12)

No voy a ocultar mi parcialidad. En la gestora de fondos
estadounidense GMO trabajan dos de los mejores comentaristas
sobre economía y mercados financieros que se pueden leer
en la actualidad: Jeremy Grantham y James Montier. La
última carta trimestral de Grantham merece una lectura.
Tiene dos partes. La primera, "Consejos de Inversión del
tío Polonio" (el chambelán de Hamlet) y la segunda,
"Tus nietos no tienen valor", sobre las deficiencias que ha
desarrollado el sistema capitalista estadounidense en las
últimas décadas.

Una cita. "Suponiendo que hubiese y se descubriesen
existencias petróleo para otros 1.000 años con un
coste de extracción 200 dólares el barril,
además de las ya conocidas para 40 años con costes
variables, ¿cómo afectaría eso al precio del
crudo? Respuesta: en nada. El precio solo tiene que ver con la
demanda actual y con los costes de extracción a medio
plazo".

Grantham señala que el capitalismo ha
evolucionado a través de una serie darwinista de ensayos y
errores. Hoy, es una herramienta de lograr crecimientos en el
corto plazo a cualquier coste. El cambio en la estructura de
propiedad de las empresas y los incentivos a los ejecutivos
convirtieron las compañías en máquinas de
endeudarse para obtener beneficios rápidos, con los
resultados que ya conocemos. Después de la Segunda Guerra
Mundial un directivo cobraba 40 veces el salario de un trabajador
medio. Hoy son 600 veces, sin que nada indique un aumento
equivalente del talento, apunta.

Todo este crecimiento ha sido posible, en todo caso,
gracias al aumento de la población, de la productividad
(aunque esto no se ha trasladado a los salarios) y a la
energía fácil y barata de los hidrocarburos. Pero
no durarán para siempre. La incapacidad del mercado para
tener en cuenta que los recursos (y por tanto la
producción física de bienes) son finitos es el
principal problema esgrimido por Grantham.

Adicionalmente, añade, los rápidos
crecimientos de los beneficios hacen que las
compañías exijan descomunales ratios de retorno
sobre las inversiones. A finales de los 90 el mercado estaba
acostumbrado a retornos de más del 10% anual, una
tendencia que exagera la búsqueda del beneficio a corto
plazo a costa de minar el futuro. Como dice Grantham,
¿entonces nuestros nietos valen menos o son menos
importantes que nosotros?

No solo eso. La búsqueda del beneficio
rápido provoca que las compañías destinen
dinero a ocultar las propias debilidades del sistema en el largo
plazo y a sembrar la confusión alrededor de hechos
científicos, así como a abortar regulaciones que
pueden hacer el crecimiento más sostenible incluso para
las propias empresas (véase si no lo que ha sucedido con
el sector bancario en EEUU). Alguna asociación
científica ya ha alertado de que la ciencia afronta una
"edad oscura" por los lobbies empresariales.

No voy a extenderme mucho más… les cuento
los 10 consejos de inversión y lo dejamos ya. Solo decir
que tanto Grantham, como Montier, están deliciosamente
pasados de moda. En un mercado dominado por máquinas que
compran y venden en milisegundos, proponen invertir a la vieja
usanza:

1.- Cree en la historia. Se repite una vez y otra. La
euforia se pasa y las burbujas se pinchan, y el mercado sigue
siendo "gloriosamente ineficiente".

2.- No seas acreedor ni deudor. Si pides dinero para
invertir, amenazas tu sostenibilidad y pierdes la mayor ventaja
del pequeño inversor: la paciencia.

3.- No pongas todo el tesoro en un barco. Bastante
obvio, por otra parte.

4.- Sé paciente y piensa en el largo plazo.
Espera una oportunidad de mercado muy barata y soporta las
pérdidas. Al final, las acciones normalmente se acaban
recuperando.

5.- Reconoce tu ventaja sobre los profesionales. Es una
gran clave. Los gestores tienden a cuidar su carrera y no tanto a
sus inversiones; están preocupados por parecer muy activos
y por no quedar muy mal respecto al mercado o la competencia,
para no perder su empleo. Los profesionales tienen herramientas
matemáticas y equipos de analistas. El inversor particular
tiene tiempo.

6.- Intenta contener el optimismo natural. Este consejo
mejor guardárselo para dentro de unos
añitos.

7.- En raras ocasiones, sé valiente. Relacionado
con los números 4 y 5. Cuando se espera y surge la
oportunidad, se pueden hacer apuestas más fuertes sin
miedo a que, si salen mal, perdamos los clientes. Si no estamos
endeudados, podremos hacer frente a pérdidas
temporales.

8.- Resístete a la muchedumbre y mira los
números. Difícil de cumplir. "Ver enriquecerse al
vecino al final de una burbuja mientras tú estás
sentado es una tortura". Muy cierto. Véase lo que
pasó con la vivienda en España.

9.- No es tan difícil. Aconseja considerar que
los márgenes y el PER de las distintas clases de activos
terminan, a largo plazo, volviendo a su media
histórica.

10.- Conócete a ti mismo. Una cosa es pensar
cómo invertir y otra cosa hacerlo. Imaginar que tenemos
paciencia, que soportamos las pérdidas o que analizamos
los números fríamente cuando, en realidad,
adoptamos posiciones sesgadas, influidos por el entorno es la
receta para el desastre absoluto. Si no podemos hacer esto, mejor
no invertir por nuestra cuenta.

– Por qué las acciones son más riesgosas
de lo que cree (The Wall Street Journal –
21/3/12)

(Por Zvi Bodia y Rachelle Taqqu)

Una creciente sensación de
urgencia está llevando a muchos inversionistas a asumir
riesgos imprudentes con su dinero.

A pesar de haber experimentado en carne propia en 2008
los peligros de poseer acciones, los inversionistas se
están aventurando de nuevo a comprar acciones. Han sido
aconsejados que no hay otra manera de recuperar las
pérdidas sufridas -o alcanzar las metas para su inminente
jubilación- y, para no preocuparlo, el riesgo de las
acciones disminuye cuanto más tiempo se las mantenga. La
Reserva Federal, por su parte, ha anunciado su intención
de mantener las tasas de interés bajas hasta 2014,
proporcionando un poderoso incentivo para mantenerse en acciones
ya que los bonos probablemente generarán rendimientos
inusualmente bajos.

El deseo de recuperar lo perdido es
comprensible. Pero, como los economistas especializados en el
comportamiento han demostrado, también puede nublar su
juicio y llevarlo a tomar más riesgo del que puede
manejar.

A pesar del discurso de tranquilidad y
confianza de la industria financiera, las acciones son siempre
inversiones de riesgo, y cuanto más tiempo uno las
mantenga, mayores serán las posibilidades de ser
sorprendido por una crisis. La forma usual de mitigar ese riesgo,
la diversificación, tampoco ofrece garantías, por
la sencilla razón de que las inversiones no siempre se
mueven de la manera en que queremos en relación con
otras.

Una forma más segura para
construir y proteger los activos de jubilación es imaginar
sus objetivos con la mayor claridad posible. Luego,
redúzcalos a lo básico. Calcule el nivel de ingreso
mínimo que necesita e invierta en productos que lo
garanticen, tal como los bonos protegidos contra la
inflación. Utilice el resto de su dinero de
inversión para construir reservas para financiar sus metas
aspiracionales.

Pero cuando uno intenta alcanzar sus metas
aspiracionales, hay una manera de limitar el riesgo, mediante el
uso de instrumentos que le permitan limitar sus pérdidas a
costa de cierto potencial al alza. Uno puede hacer eso mediante
compras directas de opciones, o puede comprar fondos de
inversión que utilizan complejas estrategias de cobertura.
Esos fondos no son tan transparentes como las acciones, pero su
objetivo es proteger su dinero del desastre.

Una mirada en detalle a las acciones

Puede ser difícil dejar de lado la creencia de
que comprar y mantener acciones es una forma asegurar el
crecimiento de los activos. Pero eso es porque la gente ha sido
inducida a pensar que la inversión en acciones a largo
plazo reduce los riesgos significativamente. La verdad es que las
acciones son riesgosas sin importar la cantidad de tiempo que uno
las mantenga en su poder.

Sí, los valores pueden producir un rendimiento
superior en promedio en comparación con inversiones
más seguras. Así es como debería ser, porque
la mayor rentabilidad compensa a los inversionistas por asumir el
riesgo añadido. Pero eso no significa que las acciones
sean menos riesgosas a largo plazo.

Hay una serie de diferentes enfoques que demuestran por
qué la sabiduría tradicional acerca de las acciones
es errónea. Una de ellas tiene que ver con los mercados a
la baja, que tienen lugar con cierta regularidad; el largo
período de crecimiento que comenzó en 1983 y
duró hasta finales de los 90 no ha sido la norma. Y cuanto
más se aferre uno a sus acciones, mayor será la
probabilidad de toparse con una de esas crisis.

A pesar de la larga expansión,
los bonos superaron las acciones durante los 30 años desde
la caída de 1981 -otorgando un rendimiento anual promedio
de 11,5% frente a 10,8%, respectivamente- con menos riesgo y
menos volatilidad que las acciones.

Para probar su afirmación de que las acciones no
son muy riesgosas en el largo plazo, los entusiastas de las
acciones argumentan que las acciones han superado a los bonos en
períodos de 30 años a partir de 1861, excepto en el
más reciente. Sin embargo, su evidencia es mucho
más débil de lo que parece: desde 1861, ha habido
sólo cinco períodos de 30 años no
superpuestos. Estadísticamente, son demasiado pocos como
para justificar las conclusiones convencionales.

Además, la idea de que "las
acciones rinden en el largo plazo" no es una guía
práctica para las personas. Por un lado, el "largo plazo"
significa algo diferente para cada uno, dependiendo de sus edades
y objetivos. Y aunque las probabilidades de conseguir un buen
rendimiento de las acciones durante ese tiempo son buenas, las
consecuencias de una crisis pueden ser graves, dependiendo de
qué tan pronunciado sea el declive de los mercados,
cuánto tenga uno en el mercado y en qué momento de
su vida llegue la crisis.

Una estrategia más segura

¿Cuál es la mejor forma de
construir un portafolio de acciones? Primero, olvídese de
la idea de "recuperarse". La mayoría encontramos las
pérdidas tan dolorosas que estamos dispuestos a poner todo
sobre la mesa para recuperar lo perdido. Estamos dispuestos a
tomar riesgos que normalmente evitaríamos para recuperar
lo que vemos como propio.

En cambio, cuando uno comienza a mirar el objetivo y
centrase en lo que es absolutamente necesario, se protege a
sí mismo de olvidarse de las cosas esenciales en el caso
de que el mercado no cumpla con sus expectativas. Y se arma de
valor ante la obsesión de recuperar las
pérdidas.

Separe lo que es imprescindible de lo
que quiere o desea, y cree un plan de inversión que
garantice lo fundamental con inversiones seguras y protegidas
contra la inflación. Puede que le sorprenda cuanto menos
necesita frente a lo que quiere, pero trate de ser honesto con
usted mismo. Luego, ponga cualquier dinero que le quede cada
año en vehículos de mayor riesgo para alcanzar sus
objetivos aspiracionales.

Aunque puede parecer un enfoque intuitivo y simple, no
es comúnmente seguido por la mayoría de los
inversionistas y asesores. La evaluación de lo que es
realmente necesario toma tiempo y reflexión. Pocas
personas lo hacen de manera sistemática, si es que lo
hacen.

Limitar el riesgo

Ahora que ha separado lo necesario de lo
que quiere, puede ya decidir el límite de sus inversiones
aspiracionales.

Hay varias formas de proteger su dinero fuera de su red
de seguridad. Por ejemplo, hay productos de inversión que
ofrecen protección mediante el uso de estrategias de
cobertura con diversas combinaciones de derivados.

Pero hay que tener cuidado de leer la letra
pequeña. Es necesario entender la estrategia de los
administradores en detalle, incluidos los riesgos que
están cubriendo y qué riesgos se mantienen sin
cobertura. También es importante tener en cuenta los
gastos de un fondo, tanto implícitos como
explícitos. Los costos de tales transacciones pueden ser
altos, por lo tanto hay que mirar con cuidado la relación
de gastos del fondo junto con todos sus honorarios.

(Bodie y Taqqu so coautores de "Risk Less and Prosper:
Your Guide to Safer Investing". Bodie es profesor de gerencia de
Boston University y Taqqu es un consultor financiero con sede en
Boston)

"Snippet" de verano (julio europeo)

Algunas razones (entre otras) por las que nunca invierto
(ni invertiré) en bolsa

– Por qué no debe confiar en las acciones
más recomendadas por Wall Street (The Wall Street Journal
10/1/11)

(Por Brett Arends) Lectura recomendada

Este es el momento del año en el
que los corredores de bolsa probablemente le ofrezcan sus
principales recomendaciones en cuanto a qué acciones a
comprar en el nuevo año.

"Estas son las acciones que hay que tener en 2011", van
a decir. "Son las que nuestros analistas recomiendan ahora
mismo". Después le darán a usted todo tipo de
convincentes razones por las que sus analistas aman las acciones,
posiblemente junto con impactantes "metas de precios" para el
año.

¿Debería seguir su
consejo?

Antes que lo haga, miremos cómo
les fue a sus recomendaciones el año pasado. Y en los
años anteriores.

Pensé en hacer exactamente eso.

Entonces contacté a Thomson Reuters, que hace el
seguimiento de las recomendaciones de los analistas de Wall
Street.

Les pregunté por las diez acciones a las que los
analistas dieron las mejores un año atrás. Esto
equivalía a las acciones del índice Standard &
Poor's 500 con la mayor cantidad de recomendaciones de "comprar"
o de "comprar fuertemente", y la menor cantidad de sugerencias de
"vender" y el mejor promedio general.

Esas acciones eran los niños populares de Wall
Street. Aquellos con los que todos querían andar. Las
acciones que los gestores de fondos fanfarroneaban que las
tenían cuando estaban en el club de squash.

Los nombres iban desde la compañía
química FMC y la impresora R.R Donnelley & Sons hasta
la tabacalera Lorillard.

¿Cómo les fue?

No les fue mal. Si hubiese invertido US$ 1.000 en cada
una de ellas hace un año, su inversión de US$
10.000 habría crecido a casi US$ 12.400, un impactante
retorno de 24%. En contraste, el S&P 500 avanzó
solamente 13%.

Hasta ahora, todo bien,
¿no?

También le pedí a Thomson Reuters que me
enviara los nombres de las 10 acciones que a los analistas de
Wall Street menos les gustaban hace un año.

Si las 10 principales eran los chicos populares, estos
eran los nerds. Los ineptos sociales, los perdedores. Las
acciones con las que nadie quería ser visto. Los que
comían solos en la cafetería todos los días
y caminaban por los corredores con carteles de "patéame"
en sus espaldas. Los que los analistas creían que eran las
peores.

¿Cómo les fue?

Su avance: 32%. No es broma. Superaron el promedio
general del índice bursátil de la misma forma e
incluso mejor que las acciones populares.

El año pasado los "nerds" incluyeron a la
rescatada American International Group (subió 92%), el
grupo de inversiones inmobiliarias, Apartment Investment &
Management (aumentó 65%) y el destilador de Jack Daniel's
Brown-Forman (avanzó 35%).

Entonces, las acciones "estelares" no
fueron tan brillantes como decían.

Bien, entonces esos fueron los resultados de solamente
un año. Después miré los resultados del
año previo, 2009.

Otra vez, Thomson Reuters me dio las diez acciones que
los analistas recomendaban con más ahínco a
comienzos de año y las diez a las que les daban la peor
calificación.

Si usted hubiera comprado las acciones favoritas de los
analistas a comienzos de año, hubiese tenido una ganancia
de 22%. No está mal.

Pero si, en cambio, solamente hubiese invertido en el
S&P 500 habría obtenido 26%, cuatro puntos
porcentuales más.

¿Y qué hubiese pasado si usted hubiese ido
totalmente contra la corriente y hubiese invertido en las
acciones que los analistas más odiaban? Hubiese obtenido
una increíble rentabilidad de 70%.

No, en serio. Sears Holdings, la acción
más odiada entre todas, se, más que duplicó.
Ford Motor, que era la cuarta acción más odiada,
cuadruplicó su valor.

Está bien, esos son los
resultados de solamente dos años. Y los dos fueron
años de alzas en la bolsa. ¿Pero qué pasa
con una caída? Usted esperaría que las principales
sugerencias de los analistas lo protegerían en un colapso
bursátil, ¿no?

Entonces miré las acciones más
recomendadas en enero de 2008 y qué desempeño
tuvieron en los siguientes 12 meses, cuando todo se vino
abajo.

Ese año, el S&P 500 se desplomó 39%.
Para todo aquel que confiara en el índice, fue un
desastre.

Pero si se hubiese aferrado a las 10 acciones favoritas
de los accionistas, usted hubiese solamente perdido, eh,
48%.

En otras palabras, hubiese estado nueve puntos
porcentuales peor.

También miré cómo les fue a las
acciones más impopulares de ese año. Una
advertencia: a medida que retrocedemos más en el tiempo,
los resultados para las acciones peor calificadas tienen el
riesgo de presentar un "sesgo de supervivencia". Los datos de
Thomson Reuters se relacionan con el actual S&P 500,
así que una acción que colapsa tan completamente
que desaparece del índice será omitida. (Este es un
problema extendido que afecta también a la mayor parte de
los índices bursátiles).

Dicho eso, las acciones más odiadas del S&P
500 cayeron 51% en 2008, solamente tres puntos porcentuales
más que los papeles más aconsejados.

También hice un chequeo de los
fracasos más espectaculares de ese año.

¿Lehman Brothers? A comienzos de 2008, 17
analistas analizaron la acción. De ellos, nueve,
aconsejaron "mantener" las acciones, cinco "comprar" y dos,
sorprendentemente, "comprar fuertemente". Dada que una de las
más inteligentes cosas que alguien podría haber
hecho con su dinero, en toda su vida, era vender acciones de
Lehman a comienzos de 2008: ¿cuántos analistas
dieron esa recomendación realmente? Uno. De 17.

Bank of America y Citigroup se desplomaron en 2008. Pero
si usted piensa que los analistas le hubieran aconsejado
mantenerse alejados de ellos a comienzos de año, piense de
nuevo. Ambos comenzaron el año, muy populares con los
analistas. Tenían muchas recomendaciones de "comprar" y
pocas de "vender". Al menos Washington Mutual, que colapsó
en la bancarrota ese año, comenzó el 2008
impopular.

¿Cómo podría planificar a largo
plazo si sigue las recomendaciones de Wall Street cada
año? El futuro, por supuesto, es imposible de conocer.
Pero miré los cinco últimos años.
Pregunté cómo le hubiera ido si hubiese comprado
las 10 acciones favoritas de los analistas a comienzos de cada
año, las hubiera conservado durante 12 meses, y luego las
hubiera vendido y gastado el dinero comprando las sugerencias de
año nuevo de los expertos.

Si hubiese comenzado con US$ 10.000 a comienzos de 2006,
invertido US$ 1.000 en cada acción y reinvertido los
dividendos, hoy tendría US$ 10.950. Eso antes de costos
operativos e impuestos.

Pero si hubiera simplemente ignorado a los analistas de
Wall Street, hubiese puesto ese dinero en el fondo SPDR S&P
500- que sigue al conjunto del Standard & Poor's 500-
tendría US$11.190, un poco más. Y hubiese ahorrado
también un montón en costos transaccionales e
impuestos a las ganancias de capital. En conjunto, hubiese
terminado considerablemente mejor.

¿Y en cuanto a las acciones impopulares? Gracias
al "sesgo de supervivencia", no podemos saberlo con completa
certeza. Pero si hubiera simplemente comprado las diez acciones
más odiadas (en el S&P de hoy) cada año, hoy
tendría unos sorprendentes US$ 16.430.

Eso en solamente cinco años.

Eso derrota a las listas de las más populares y
al índice.

Incluso tomando en cuenta los pocos (como Washington
Mutual) que no son considerados porque fueron a la bancarrota,
los resultados son sorprendentes.

Sí, estamos mirando a un
pequeña muestra, un puñado de años. Uno no
puede sacar conclusiones universales. Pero esas conclusiones
tampoco son un accidente.

Los inversionistas frecuentemente olvidan que las
predicciones sobre la bolsa no son como, digamos, las que tienen
que ver con el clima, porque en el caso del mercado las
predicciones en realidad cambian al clima. Si todos en Wall
Street ya gustan de una acción, probablemente ya la
tienen. Y si ese es el caso, ya hicieron subir el precio por
encima del valor que debería tener. Mientras tanto, si
todo el mundo odia a una acción, y especialmente si su
reputación ha caído tan bajo que los
administradores profesionales de fondos tienen miedo de tenerla-
hay una buena posibilidad de que ya haya caído
demasiado.

Las acciones con baja calificación encuentran muy
fácil superar las expectativas. Las acciones favoritas,
mientras tanto, tienen que saltar por encima de dificultades
más y más altas.

¿Y con respecto a este año? Thomson
Reuters dice que las acciones más populares son las del
fabricante de equipos científicos Thermo Fisher Scientific
y Agilent Technologies, Apple, Halliburton y la empresa de
tecnologías de la información Compuware. Las menos
populares incluyen a Sears, la aseguradora Cincinnati Financial,
Berkshire Hathaway, la empresa de Warren Buffett, el distribuidor
de gas natural Nicor y la empresa farmacéutica Eli Lilly.
Tome esas recomendaciones de la manera que quiera.

Cuando su corredor lo llame para ofrecerle las
sugerencias para 2011 de sus analistas, quizás sea mejor
preguntarle cuáles son las acciones que su analista odia.
O puede dejar que el teléfono suene.

Tropezar dos veces con la misma piedra (el regreso de
las punto-cuen)

"Las inversiones desmesuradas en Facebook, Twitter,
Groupon o Zynga generan temor a una nueva crisis en
compañías de Internet"…
Burbuja
"puntocom", ¿segunda parte? (El País –
16/1/11)

Las comparaciones son odiosas, pero ideales para
entender situaciones inverosímiles como las que se
están produciendo en Internet. Por ejemplo: Facebook vale
a mediados de enero de 2011, once veces más que la
capitalización bursátil de Iberia o un 52%
más que la de Repsol YPF. También supera al BBVA,
Boeing y Nokia. Twitter se embolsó 200 millones de
dólares de inversión de una tacada en diciembre,
casi 10 veces más de lo que Google recibió en sus
cuatro primeros años. Y a Groupon, web de descuentos
fundada por un estudiante de música convertido en
emprendedor, le han inyectado esta semana 950 millones de
dólares, lo que deja su valoración en 4.750
millones (3.700 millones de euros), un 30% superior al
presupuesto del Ministerio de Educación español
para este año.

Cabría pensar que esto es normal si sólo
ocurriera con las grandes redes sociales y webs de comercio
electrónico. Pero la realidad es que firmas de Internet de
todo tipo se están llevando inversiones desmesuradas. En
los primeros 15 días del año 2011 se han producido
35 operaciones por un valor de 1.250 millones de dólares,
en especial en EE UU y Reino Unido. Y hay de todo. Desde una
aplicación para el iPhone para compartir fotos de comida
que se ha ganado tres millones de dólares hasta una
start-up de pagos con móvil, Square, que recibió
casi 30. Una lluvia de dinero que, según muchos analistas,
presagia algo más temido para 2011: la salida a Bolsa de
decenas de empresas de Internet.

"Antes de salir a Bolsa hay que crear un proyecto
sólido, con cifras públicas y referenciadas. De lo
contrario, se crean burbujas. Y ya no son tiempos de colocar en
el mercado empresas basadas en expectativas. El inversor quiere
verdades", dice Christopher Pommerening, cofundador de Active
Capital Partners, una de las primeras entidades que
invirtió en la española BuyVip, adquirida en
octubre por Amazon.

Pommerening prefiere quitar hierro al asunto con el
ejemplo de LinkedIn, la red social profesional creada en 2003 que
lleva años creciendo paso a paso y cuenta con 85 millones
de miembros. Saldrá a Bolsa en unos meses y ha contratado
a JP Morgan, Bank of America y Morgan Stanley para gestionar la
OPV. "LinkedIn ha esperado a ser un negocio robusto y rentable y
no defraudará", dice.

Pero el problema apunta al resto de
compañías de Internet que, como Facebook, han
adquirido una elevadísima valoración en un corto
periodo de tiempo. Los 500 millones de dólares que Goldman
Sachs y el fondo ruso DST han pagado por un trozo de la red
social, disparando su valor de 1.000 millones de dólares a
50.000 en cuatro años, han generando una temida
sensación de déjà vu entre inversores y
analistas. Rememoran lo que ocurrió entre 1998 y 2001,
cuando el Nasdaq se convirtió en un bingo planetario en el
que hasta las amas de casa apostaban en empresas
puntocom.

Sin ingresos sólidos detrás, miles de
firmas de Internet quebraron y 5 billones de dólares se
esfumaron del Nasdaq arrastrando a la economía mundial a
una breve recesión. En España, el pinchazo de la
burbuja lo protagonizó Terra, que en 2000 compró el
portal Lycos por 2,3 billones de las antiguas pesetas para
venderlo luego por un ridículo 0,8% de lo
pagado.

A diferencia de hace 10 años, cuando las puntocom
reventaban en el parqué creando un efecto dominó,
las participaciones se venden hoy como caramelos en mercados
secundarios, donde entidades e inversores privados buscan
fortuna. Y lo que preocupa es que Facebook, Twitter, Zynga,
LivingSocial o Groupon, cuyos datos financieros son pura
especulación, estén recibiendo cantidades
irracionales de dinero; que bancos como Goldman Sachs especulen
con sus participaciones, y que, de producirse salidas a Bolsa
este año, acaben en completo fiasco.

"En lo que a redes sociales se refiere, no se
está invirtiendo en resultados, sino en potencial. Pero la
diferencia es que hay más parámetros para
demostrarlo. La eficacia de la publicidad en Facebook o en
Twitter y su poder de recomendación es impresionante. Y el
futuro del marketing pasa por ahí", asegura
Pommerening.

Otros no piensan igual. Fred Wilson, de Union Square
Ventures, accionistas en Twitter, Foursquare o Tumblr, reconoce
en su blog que la competencia por los chollos está
enloqueciendo a los inversores privados. "Si sólo se
estuvieran disparando las valoraciones, no me preocuparía
tanto. El problema es que grandes acuerdos de entre 5 y 15
millones de dólares se están cerrando en
días sin apenas contrastar datos", dice, a la vez que
absuelve a Facebook de sospechas. "Todo el mundo sabe que es un
ganador".

Hasta Bono, el cantante de U2, se ha hecho accionista
del negocio de Zuckerberg (posee un 1,5% a través de la
entidad Elevation Partners). Aunque Facebook no parece que vaya a
salir a Bolsa este año, ya ha levantado el recelo del
regulador bursátil de EEUU, la SEC, por, supuestamente,
saltarse las reglas para evitar publicar datos sobre
cuánto gana o deja de ganar. JP Morgan calcula que solo
genera cuatro dólares por visitante, lejos de los 24 de
Google o los 189 de Amazon. Pero solo es una estimación. E
igual ocurre con Twitter, Zynga o LinkedIn: sus cifras de
facturación y rentabilidad son puras
divagaciones.

Rafael Casado, quien vivió la anterior crisis de
las puntocom al frente de Terra y hoy lidera la start-up Tooio,
asegura que cualquier comparación con la situación
de 2000 es infundada. "Hace 10 años no existían
empresas con 600 millones de usuarios". Y define las webs de
descuentos como Groupon y LivingSocial, también en el
punto de mira, como un negocio redondo. "Están llevando la
publicidad local, un sector muy mal servido por canales
tradicionales como Yelp o Páginas Amarillas, al mundo
digital. Groupon es una idea gigantesca".

Quizá por eso rechazaron la oferta de compra de
Google por 6.000 millones de dólares, casi seis veces
más de lo que les costó YouTube en su momento.
Groupon, con sede en Chicago, ofrece ofertas diarias de negocios
locales, desde tiendas de ropa hasta restaurantes, en ciudades de
150 países. Algunas fuentes sitúan sus ingresos de
2010 en 2.000 millones de dólares y lo definen como el
"próximo gran negocio tras Google". En pleno auge, ha
comprado competidores en Israel (Grouper), Sudáfrica
(Twangoo) e India (SoSasta), y le han surgido clones en
España (Oooferton) y Francia (Bon-Privé). Pero la
duda es la misma: ¿es un negocio tan sólido como
venden sus inversores? ¿Aguantará la salida a
Bolsa?

Zynga, creadores de Farmville, tampoco se libra de las
especulaciones. Su valoración se ha disparado a los 5.500
millones de dólares, más que el gigante del sector
Electronic Arts. Y Quora, una web de preguntas y respuestas
fundada por el anterior director técnico de Facebook, se
está convirtiendo en el último fenómeno
online, al que ya adjudican un valor de 86 millones de
dólares.

A las valoraciones infladas y modelos de negocio por
cocinar se une la excesiva alegría en la compra de firmas
de tecnología en una economía aún en fase de
recuperación en EEUU y Europa. En 2010, JP Morgan
contabilizó casi siete operaciones de compra por mes. La
semana pasada, Skype se hizo con el servicio de vídeo Qik,
Salesforce compró la firma de comunicación online
Dimdim y Sourcefire, dedicada a la seguridad en Internet,
adquirió Immunet. En total, 152 millones de dólares
en solo tres operaciones.

Si a ello añadimos los nuevos fondos que firmas
de capital riesgo están creando para apostar por
más puntocom, como el de 177 millones de euros cerrado el
martes por la alemana

Holtzbrinck Ventures (curiosamente, inversores en
Groupon), el resultado es una fiebre inversora en la que las
cifras pierden su significado.

Está por ver si valoraciones y próximas
salidas a Bolsa se indigestan o no. Por comparar a la inversa,
falta aún un buen trecho para que Facebook, Twitter,
Groupon y sus discípulos igualen en valor a Apple,
Microsoft, Google o Amazon; las dos primeras, por encima de los
300.000 millones de dólares de capitalización. Pase
lo que pase, algo es seguro: lo digital ya vale más que lo
físico.

Los grandes chollos

Las últimas inversiones en firmas de Internet
levantan sospechas sobre sus desmesuradas valoraciones. Los
chollos más buscados son:

– Facebook: supera los 600 millones de usuarios. La
inversión de Goldman Sachs y el fondo ruso DST valora la
red social en 50.000 millones de dólares, 50 veces
más que hace cuatro años. Se estima que
ingresó 2.000 millones de dólares en
2010.

– Twitter: vale 4.100 millones de dólares y
podría haber ingresado más de 150 millones en
publicidad el año pasado. Cuenta con 160 millones de
personas registradas.

– LinkedIn: con 85 millones de cuentas, su
valoración se sitúa en los 2.200 millones de
dólares. Saldrá a Bolsa en 2011.

– Zynga: cuenta con 80 millones de jugadores y
está valorada en 5.500 millones de dólares. Se
especula con su posible salida a Bolsa este
año.

– Groupon: con 12 millones de registros, ha cerrado esta
semana una inversión de 950 millones de dólares,
operación que sitúa su valoración en 4.750
millones de dólares.

Eufemismos aparte: a las nuevas burbujas las llaman
"bolsas de aires". Son unos genios

– Facebook o Twitter no provocarán una nueva
burbuja tecnológica (El Economista –
31/1/11)

(Por José Luis de Haro – Nueva York) Lectura
recomendada

Esa sensación que en la
década de los 90 hinchó sin piedad el precio de
compañías tecnológicas como Netscape vuelve
a hacer acto de presencia de la mano de Facebook, Groupon o
Twitter. Una vez más la valoraciones no sólo de
estas startups sino de la grandes compañías del
sector vuelven a engordar con fuerza. Recientemente hemos visto
como Apple alcanzaba el estatus de segunda compañía
más valorada del mundo, por detrás de Exxon Mobile,
con una capitalización de mercado de 305.000 millones de
dólares.

Si a esto sumamos que la red social de
Mark Zuckerberg podría costar más de 70.000
millones de dólares en el mercado privado mientras que
Groupon rechazó una oferta de Google por valor de 6.000
millones de dólares porque su OPV podría recaudar
hasta 15.000 millones de dólares, todo parece encaminado a
que volvamos a caer sobre la misma piedra.

En estos momentos, algunos apuntan que, quizás,
la Comisión de Mercados y Valores (SEC, por sus siglas en
inglés) debería tomar cartas en el asunto, algo que
ya ha comenzado a hacer. Cabe recordar que, hasta la fecha, una
compañía no tiene obligación de rendir
cuentas a la agencia mientras su número de accionistas no
supere los 499. De todos modos, la SEC podría estar a
punto de orquestar cambios para los mercados privados e, incluso,
podría obligar a Facebook a presentar sus cuentas, sea o
no una compañía que cotiza en bolsa.

Para John Prestbo, director ejecutivo y
editor de los títulos que forman parte de los
índices Dow Jones, los precios de estas
compañías "son una locura" y "esto no es bueno para
el futuro". "Sólo porque Goldman Sachs pagó lo que
pagó, no quiere decir que Facebook vale lo que piensa la
gente", explicó a elEconomista. De hecho dejó claro
que "los precios en el mercado privado no van a traducirse en una
nueva burbuja tecnológica".

Este especialista considera que "la prueba de fuego
llegará con su posible salida a bolsa, cuando todo el
mundo tenga oportunidad de examinar sus cuentas". De todas
formas, Prestbo dejó claro que "duda" que Facebook pueda
correr la misma suerte que otras compañías como
Google. "Desde mi punto de vista, Facebook carece de la misma
sustancia que tuvo Google cuando comenzó a cotizar en
bolsa", señaló. Al fin y al cabo en estos momentos
el modelo de negocio de la red social carece de un equilibrio
entre crecimiento y sostenibilidad, según muchos
expertos.

Por su parte, Robert Buckland, director ejecutivo de
estrategia global para Citi Investment, en estos momentos el
sector tecnológico mantiene una perspectiva neutral,
aunque reconoce que algunas valoraciones puedan considerarse
"algo enriquecidas". No hay que olvidar que el sector
tecnológico se divide claramente en empresas ya asentadas,
como Google, Microsoft, Intel, "cuyas valoraciones en estos
momentos podrían considerarse bajas", explica, y luego las
nuevas compañías, cuyo valor suele ser más
elevado en estos momentos.

"En el caso de las establecidas, muchos se preguntan
qué harán para seguir innovando aunque su nivel de
efectivo sea envidiable mientras las startups están en
pleno periodo de expansión y crecimiento, de ahí
sus valoraciones elevadas", apunta.

Barry Silvert, uno de los capitanes de SecondMarket, una
plataforma que permite a compañías privadas como
Facebook vender acciones, no dudó en afirmar durante la
conferencia Digital Life Design que las diferencias entre la
burbuja tecnológica de las Dot.com y la situación
actual es evidente. "Hace 10 años podías ser una
compañía valorada en 150 millones de dólares
y salir a bolsa, ahora tienes que valer más de 500 o 1.000
millones para poder dar el salto".

Para Silvert, compañías como Facebook o
Groupon son únicas en su género, como
sucedió con Google en su época, por eso
rechazó el hablar de burbujas, un hecho que sólo
ayuda a vender periódicos, desde su punto de vista. David
Liu, analista del banco de inversión Jefferies & Co.
en estos momentos "existe una desorbitada euforia en algunas
partes" pero "se tratan más de bolsas de aire que de una
nueva burbuja".

Si a la bolsa de aire (sic) le agregamos el trading de
alta velocidad, el splash está servido

"¿Se acuerdan del flash crash de mayo, cuando
el Dow Jones llegó a caer un 8% en una sola sesión?
Pues ahora puede llegar una catástrofe todavía
mayor que se extendería más allá de las
bolsas y afectaría a las divisas, las materias primas y
los bonos. Los norteamericanos lo han bautizado como splash crash
(splash significa salpicar"…
Después del flash
crash, puede llegar el splash crash (El Economista –
4/2/11)

Las interconexiones entre plataformas de trading de alta
velocidad hacen cada vez más probable un acontecimiento
así. Los problemas geopolíticos como los de Egipto
y el resto de países árabes son claros candidatos a
provocar este crash, que secaría la liquidez de estas
plataformas y provocaría el desastre en varios
mercados.

"Los efectos dominó ya no están limitados
a un solo activo, los algoritmos son cada vez más
sofisticados y acompasan todos los elementos que pueden tener
impacto en la operativa de cualquier mercado", advierte John
Bates, director tecnológico de la empresa Progress
Software.

El flash crash del 6 de mayo (2010) tuvo como detonante
la crisis de la deuda europea. Las investigaciones han
determinado que hubo una gran orden de venta que dejó sin
liquidez al mercado, lo que provocó que varias grandes
empresas cotizaran momentáneamente a un centavo. Pero el
daño quedó limitado a la bolsa.

Onda expansiva

Bates cree que, si se produce un acontecimiento similar
en el futuro, y hay un shock en los programas algorítmicos
que controlan el trading más agresivo, los efectos
serán mucho más extendidos. Y este experto no es el
único que teme un derrumbe en cascada si el miedo vuelve a
apoderarse del mercado.

"Estamos convencidos de que va a pasar. Estamos
constantemente en alerta naranja en busca de señales de su
desarrollo, porque, por definición, no vendrá de
donde todo el mundo está mirando. Tiene que venir de donde
nadie mira. Creemos que empezará en las divisas y se
trasladará a la deuda", opina Kevin Ferry, presidente de
Cronus Futures Mangement.

Un ejemplo de cómo sería un splash crash
es el siguiente, según Bates: los traders que operan en
una petrolera multinacional como BP -por decir una- se ponen
nerviosos si la economía China empieza a debilitarse y la
demanda de petróleo cae. Dado que el crudo está
denominado en dólares, eso provoca una subida de esta
divisa a la vez que se derrumban los futuros que apuestan por una
subida del petróleo. Y eso, a su vez, impactaría en
los precios de otras grandes petroleras como Exxon o
Chevron.

Aunque los programas algorítmicos están
preparados para manejar un acontecimiento de este tipo, su
traslado a los bonos afectaría a los bancos y los hedge
funds. Y como estos mercados cada vez están más
controlados por los mismos programas informáticos, que
suponen más de la mitad del volumen de las bolsas, los
efectos serían muy grandes, según este
escenario.

"Si se produce una gran inestabilidad o algo imprevisto
y unos de estos algoritmos hace algo extraño o inesperado,
el efecto dominó sería enorme en todas las clases
de activos", opina. "Los sistemas se colgarían, el
limitado ancho de banda haría que las órdenes se
colapsaran, los mercados se congelarían y eso
salpicaría a todos los activos. El Apocalipsis",
concluye.

Es cierto que se trata de un caso extremo, pero si algo
nos ha enseñado esta crisis es que los riesgos que se
ignoran porque parecen inverosímiles, ocurren. Son los
famosos cisnes negros.

Web 2.0 y Webonomics "buscan" Webonazos 2 para dejarlos
en 0 (y si no, al tiempo)

"Facebook y Google han negociado con Twitter una
posible oferta. Durante la negociación, el valor de la red
social se ha situado entre 5.865 y 7.330 millones de euros,
más del doble de la última tasación,
realizada en diciembre tras una ronda de financiación.
Estos precios han reavivado los fantasmas de otra burbuja
online"…
La "subasta" por Twitter reaviva el fantasma de
otra burbuja en internet (Cinco Días –
10/2/11)

En los años 2000 y 2001, la industria de internet
vivió su peor momento a causa de la explosión de
una burbuja generada por los excesos en la valoración de
las empresas. Ahora, los comentarios sobre otra burbuja se han
extendido por las altas valoraciones que se están haciendo
de los nuevos gigantes de la red.

Según publicaba ayer The Wall Street Journal,
Facebook y Google han mantenido negociaciones con Twitter, para
sondear una oferta. La cuestión clave es el precio. Y es
que la red social de microblogging (se escriben post de hasta 140
caracteres) se está valorando entre 8.000 y 10.000
millones de dólares (entre 5.865 y 7.330 millones de
euros). Las alarmas sobre burbuja saltan cuando se recuerda que,
en la ronda de financiación que Twitter cerró en
diciembre (2010), liderada por Kleiner Perkins Caufield &
Byers, y en la que captó 200 millones, la sociedad se
valoró en 3.700 millones. Twitter, que tiene 175 millones
de usuarios, fue tasada en 1.000 millones en septiembre de
2009.

¿Son lógicos estos precios? Quién
sabe. Twitter no ha publicado resultados nunca, si bien en la
prensa de EEUU se dice que en 2010 alcanzó unos ingresos
de entre 40 y 50 millones de dólares, procedentes de sus
negocios de publicidad y los acuerdos con buscadores. Pero
perdió dinero por el coste procedente de la gestión
de los centros de datos. Para 2011, las estimaciones apuntan a un
volumen de negocio cercano a 100 millones.

Claro que ha habido ya una serie de valoraciones que han
causado asombro. Facebook fue valorada en 50.000 millones de
dólares tras cerrar una ronda de financiación de
1.500 millones. A su vez, la empresa de cupones de e-commerce
Groupon rechazó una oferta de 6.000 millones de Google y
planea salir a Bolsa este año. Una opción que ha
escogido la red profesional LinkedIn, que ha sido valorada en
2.000 millones. Y la lista de nombres con movimientos de
inversores no para: Forsquare, Pandora, Quora, Yammer,
GroupMe…

Las empresas de la web 2.0 se están enfrentando
ya a su reválida. Deben demostrar que la gran cantidad de
datos que manejan tienen un alto valor y son una fuente de
negocio. De lo contrario, los comentarios sobre una nueva burbuja
irán a más.

Popularidad en el exterior y agitación interna
máxima

Las revueltas en Egipto han puesto de manifiesto el
poder de Twitter. Ahora, quién no conoce a la red de
microblogging. Pero para llegar a este punto de reconocimiento
exterior, la empresa ha vivido una acelerada expansión
interna.

Durante el año 2010, Twitter ha elevado su
plantilla en 100 empleados hasta superar los 350, contratando
ingenieros y responsables de ventas. Todo bajo el mando de un
nuevo consejero delegado, Dick Costolo.

También los inversores han estado ajetreados.
Durante la primera semana de febrero de 2011 se ha sabido que la
firma del inversor Marc Andreessen ha comprado títulos de
Twitter a otros accionistas por 80 millones. Quizá
esté tomando posiciones. Y es que, como se recuerda en
blogs especializados, el cofundador Evan Williams y el citado
Costolo ya han vendido en el pasado alguna empresa a
Google.

La cifra: 315 millones de dólares casi en
efectivo va a pagar AOL por la web de noticias Huffington Post,
en torno a 10 veces los ingresos de 2010.

El retorno de la "exuberancia irracional" de los
mercados (mañana digo basta…)

"Los osos hace meses que están hibernando y
los escépticos comienzan a creer. Ayer, el Standard &
Poor´s 500 volvió a dar muestras de la fortaleza del
rally: sumó 8,31 puntos para alcanzar los 1.336,32 enteros
o, lo que es lo mismo, ya se encuentra al doble de sus
mínimos de marzo de 2006, en los 666,79 enteros"…

El S&P 500 "cumple" un 100% de subida en dos años para
volver al nivel previo a Lehman (El Confidencial –
17/2/11)

De esta manera, el índice ha registrado la subida
de un 100% más rápida desde 1936, cuando
acumuló 501 días de rally alcista. En esta
ocasión el optimismo en los mercados viene durando 707
días, según publica The Wall Street
Journal.

Además, el último empujón
registrado en las primeras semanas de 2011 ha venido a desafiar
los augurios de inversores y analistas que aseguraban por
lógica se tenía que producir una corrección
tras un magnífico 2010.

"En menos de dos años, el S&P500 ha doblado,
algo estupendo para aquellos que fueron lo suficientemente
prudentes como para aguantar", asegura en The Wall Street Journal
Erik Davison, director de inversiones de Wells Gargo Private
Bank. "Pero tienen que ser cautelosos con la sobreconfianza,
sabemos que las correcciones ocurren con regularidad".

En este sentido, el analista asegura que cuando has
subido un 100% y existe una exuberancia irracional, a lo
único que se debe tener miedo es, precisamente, a la
ausencia de miedo. Es lo mismo que ocurrió con las
acciones tecnológicas con el pinchazo de la burbuja
puntocom o con el mercado inmobiliario japonés

Monografias.com

Zuck, Goldman, and so on: ¿todo
preparado para atrapar a los próximos
"burbu-giles"?

"Vuelve a hablarse de burbuja en
Silicon Valley. Empresas de Internet no cotizadas están
alcanzando de pronto valoraciones altísimas, aunque
todavía tienen que demostrar que pueden captar dinero a
estos precios"…
¿Estamos ante una nueva burbuja de
Internet? (El Economista – 18/2/11)

Algo que recuerda mucho a lo ocurrido en el año
2000, que acabó con la mayor caída de la Historia
del Nasdaq, que se encuentra aún casi a la mitad de su
máximo histórico.

Zygna, una empresa de juegos en red, fue valorada en
5.000 millones de dólares en varias pequeñas
colocaciones privadas de acciones hace tres meses, y ahora planea
captar una nueva ronda de capital a una valoración de
9.000 millones.

Groupon, el club de ventas locales que rechazó
una oferta de Google por 6.000 millones a finales de 2010, ha
recibido informes de bancos de inversión para su salida a
bolsa que la valoran entre 15.000 y 20.000 millones.

Y Facebook, que el mes enero cerró una
operación con Goldman Sachs a un precio de 50.000
millones, va a ayudar a que sus directivos vendan parte de sus
acciones con una valoración de 60.000.

Dada la velocidad con la que estas cifras se han
disparado en cuestión de semanas, es tentador considerarlo
fruto de un mercado sobrecalentado, con el añadido de la
falta de información real sobre la marcha de estas
empresas.

Para algunos analistas, esa explicación
ignoraría las grandes fuerzas que hay detrás de
este fenómeno. Las redes sociales y el Internet
móvil están cambiando la naturaleza del
comportamiento online, y cambios tan grandes como estos en la
tecnología suelen generar nuevos líderes… aunque
a menudo también son una excusa para que se formen
burbujas de las de toda la vida.

Según Richard Waters, redactor jefe del Financial
Times en la Costa Oeste de EEUU, hay tres pruebas básicas
para este nuevo grupo de niños bonitos de Internet; si han
encontrado un modelo de ingresos rentable; si los mercados que
están creando llegarán a ser suficientemente
grandes para sostener sus valoraciones; y qué impacto
puede tener la competencia futura en su crecimiento y sus
márgenes.

Estos analistas aportan algunas pruebas con las que
sustentan su confianza en estas compañías. Groupon
espera duplicar sus ingresos este año hasta 3.500-4.000
millones, de los cuales la mitad son para la empresa y la otra
mitad para sus distribuidores. Zygna espera un crecimiento de
entre el 150% y el 200% de sus ingresos desde los 1.000 millones
del pasado, ya que su modelo de negocio es muy rentable. Y
Facebook, que aloja algunos productos de Zygna como FarmVille, se
queda con una buena porción de estas ventas.

Según esta medida, Twitter sigue siendo el mejor
ejemplo de una empresa de Internet cuyo valor se basa más
en la esperanza que en los hechos. Pese a un cambio de moldeo
orientado a ganar dinero, sus ingresos apenas superarán
los 100 millones este año, pese a lo cual se la valora
entre 4.000 y 8.000 millones.

En todo caso, las grandes dudas surgen al plantear el
posible impacto de la competencia en todas estas
empresas.

Como las barreras de entrada son mínimas,
Internet puede ser despiadado, como han comprobado muchas
empresas de comercio electrónico -donde el precio es el
factor decisivo-, de juegos o incluso los grandes buscadores de
Internet 1.0, como Yahoo y AOL, arrasados posteriormente por
Google. ¿Alguien se acuerda de AskJeeves?

El Teatro de la bolsa: antes de invertir, miren con
atención a los "actores del mercado"

"Las fronteras son casi accesorias en la
inversión. La globalización de los mercados en las
últimas décadas ha supuesto la eliminación
de trabas a la inversión y ha fomentado enormes flujos de
capital que pasan de un país a otro y de un activo a otro
a gran velocidad. Un fondo puede invertir un día en Madrid
y al siguiente en Beijing, si lo desea"…
Los jugadores que
mueven el mercado (Expansión – 19/2/11)

Estos flujos de capital son, a día de hoy, los
actores principales de los mercados. Los expertos indican que su
carácter global complica su identificación aunque
apuntan que son, en su mayoría, fondos de
inversión. Sus fuertes inversiones crean tendencias que
luego replican los fondos más domésticos, que
invierten en un mercado o activo concreto, y los propios
inversores minoristas. Los planes de pensiones y los fondos de
seguros también juegan un papel importante.

Más volatilidad

"Cada vez hay una mayor concentración en el
sector, así como una mayor profesionalización",
indica Javier Ruiz, director de estrategia patrimonial de Banco
Madrid. Ello provoca que los gestores interpreten las noticias de
forma similar y que, en consecuencia, todos vayan en la misma
dirección. Estos fuertes flujos de capital provocan una
mayor volatilidad y movimientos más contundentes en el
mercado, explica Ruiz.

Estos movimientos uniformes han quedado patentes durante
la crisis. Un ejemplo claro fue el castigo a la deuda soberana
periférica europea: la desconfianza generalizada de los
inversores en torno a estas economías provocó un
fuerte repunte de sus diferenciales de deuda y el eventual
rescate de Grecia e Irlanda.

Un espejo en el que fijarse

Junto con los fondos, los grandes patrimonios juegan un
importante papel en los flujos de dinero. Aunque los
volúmenes de sus inversiones son menores, sus decisiones
provocan un poderoso efecto llamada: tanto inversores
institucionales como minoristas siguen las huellas de los grandes
gurús internacionales.

Warren Buffett (a través de su holding Berkshire
Hathaway), John Paulson, George Soros o Bob Doll son algunas de
las figuras en las que los ahorradores buscan ideas de
inversión.

En el escenario actual, los flujos de dinero parecen
centrarse en las bolsas de economías desarrolladas, en
especial la estadounidense. Por contra, las emergentes han
perdido parte del atractivo del que han disfrutado en los
últimos años (la bolsa china, por ejemplo, ha
ganado un 61% en los dos últimos años).

En divisas, la relajación de las tensiones en
torno a la periferia ha propiciado un repunte del euro.
Japón levanta mayores recelos y el yen ha sufrido la
salida de flujos. En materias primas, el oro ha visto salir
capital, aunque se mantiene como una de las apuestas clave. El
petróleo gana adeptos ante el temor a que las tensiones en
Egipto se extiendan por el resto de Oriente Medio.

Los actores del
mercado

El poder de los fondos de inversión

Los fondos de inversión de grandes gestoras
internacionales son el principal actor de los mercados. A finales
de 2010, sus activos bajo gestión ascendían a 18
billones de euros, muy por encima del volumen de los fondos
soberanos y el capital riesgo (en 2009 los fondos de
inversión casi sextuplicaron a estos dos actores en
patrimonio). Junto con ellos, los fondos de seguros y, sobre
todo, los planes de pensiones dirigen los flujos de
capital.

Los movimientos de los fondos globales marcan tendencias
que posteriormente asumen los fondos a nivel local y los
inversores minoristas. El dinero de los fondos opera
mayoritariamente a través de ETF o fondos cotizados. Estos
productos invierten en todo tipo de activos (pueden estar
referenciados a un valor, a un índice, a divisas o a
materias primas) y se contratan como una acción
convencional, lo que facilita las apuestas y permite a los fondos
cambiar rápidamente sus posiciones. Esta velocidad en la
reconfiguración de sus carteras puede afectar a los
inversores minoristas: de la misma manera en que la entrada de
flujos de dinero en bolsa u otro activo puede motivar fuertes
subidas en un valor, las ventas en bloque pueden dejar atrapado
al inversor individual en un activo cuyo valor ha caído
con fuerza y repentinamente.

Los "traders" (inversores muy cortoplacistas)
también crean tendencias importantes en los mercados.
Mueven grandes cantidades de dinero en todo tipo de mercados y
sus decisiones son especulativas, por lo que el inversor
minorista también debe estar alerta. Un ejemplo claro de
su poder en los mercados es la crisis de la deuda soberana
europea, a la que han atacado los bonos sin descanso.

Los bancos centrales de las potencias occidentales son
otro gran jugador de los mercados actuales. Sus movimientos se
limitan casi por completo a la renta fija. Tanto la Reserva
Federal como el BCE están comprando renta fija
pública para impulsar el crecimiento. En el caso europeo,
las adquisiciones han ayudado a combatir las especulaciones sobre
algunos países (desde julio de 2009 a enero de 2011, el
organismo monetario se ha hecho con deuda por 70.000 millones de
euros).

Al comienzo de la crisis, los fondos soberanos
asiáticos jugaron un papel fundamental en el mercado.
Muchos de ellos, en especial de Oriente Medio, aprovecharon las
turbulencias para hacerse con posiciones importantes en grandes
bancos anglosajones, como Barclays o Merrill Lynch. En esos
momentos las economías emergentes contaban con fuertes
superávit por la subida del petróleo
(alcanzó los 145 dólares en 2008), lo que les
permitía acometer fuertes inversiones. Cuando el precio
del crudo más bajo, su excedente de liquidez es menor y su
papel en la inversión se diluye. En divisas tienen un rol
capital, pues son los principales inversores.

Junto con estos grandes flujos, Nicholas Brooks,
director de análisis de ETF Securities, apunta que los
inversores minoristas tienen un papel muy importante en la subida
actual del petróleo, ya que están invirtiendo con
fuerza ante las especulaciones en torno a la situación en
Oriente Medio, donde están los principales exportadores de
crudo.

Las pensiones, un inversor estable

Los planes de pensiones movían a cierre del
pasado ejercicio 13,7 billones de euros en el todo el mundo, tras
aumentar un 11% su patrimonio, según Inverco. Su cartera
de inversión es diferente en cada país. En algunos
casos, el peso de la bolsa es muy elevado. EEUU acapara
más de la mitad del patrimonio, con 7,5 billones de
euros.

Los planes de pensiones de empleo, los que crean las
empresas para sus plantillas, invierten de media un 30% de su
patrimonio en renta variable, frente al 10% de los productos
contratados por los particulares. Se mueven a finales y
principios de año, y sus movimientos suelen ser
independientes de la corriente del mercado.

Una burbuja se define por demasiado dinero buscando
activos, una mayor producción de esos activos, y la
necesidad de encontrar un tonto mayor para comprarlos

"Casi todas las semanas aparece una nueva
estimación del precio de una empresa tecnológica
que, a ojos de algunos, parece astronómica"…
La web
2.0 y el temor a la burbuja (BBCMundo –
21/2/11)

Pero el mundo de la tecnología recuerda
todavía el colapso sufrido por la industria en abril de
2000.

Ahora la comparación es inevitable:
¿estamos ante una nueva burbuja especulativa de internet,
esta vez de la web 2.0?

Se supone que Facebook vale US$ 50.000 millones, Groupon
rechaza ofertas por US$ 6.000 millones y algunos valoran a
Twitter en cerca de US$ 10.000 millones.

El más reciente anuncio de una firma
tecnológica alcanzando valoraciones estratosféricas
parece ser el del servicio de música Spotify, que
según el blog sobre tecnología TechCrunch
está a punto de cerrar un acuerdo con la inversora Digital
Sky Technologies (DST) para captar financiación. El sitio
informa que DST valora en US$ 1.000 millones a
Spotify.

En muchas de estas empresas confluyen dos elementos: son
compañías de la web 2.0 y son valoradas a cifras
impensables hace poco más de un año.

Hay quienes aseguran (me incluyo entre ellos) que, al
igual que ocurrió en 2000 con la primera generación
de empresas punto.com, los precios sugeridos para algunas de
estas firmas no guardan relación con su valor
económico real, y que eventualmente sería
inevitable una corrección del mercado que refleje
aspiraciones más modestas.

Y es que no está claro si la facilidad para
atraer alto número de visitas, lo que ha puesto en la mira
de los inversores a muchas de estas empresas, es algo que se
puede traducir siempre en utilidades.

El antecedente

La burbuja de las punto.com estalló en abril de
2000, después de que el avance de las empresas vinculadas
a lo que entonces era un sector relativamente nuevo, internet,
provocara un sostenido aumento en las valoraciones de muchas de
ellas.

Los movimientos especulativos coincidieron con una
enorme disponibilidad de capital de riesgo que ayudó a
alimentar la burbuja, pero al final terminaron con el desplome de
muchas de esas empresas.

Otros analistas no creen que el actual
aumento en los precios de las firmas tecnológicas refleje
necesariamente una burbuja. "Las empresas de Internet, de la mano
de Google inicialmente, han demostrado que pueden ser muy
rentables, y las valuaciones están justificadas, al menos
en parte, por la posibilidad de generar ganancias",
sostienen.

"Muchos negocios web están
haciendo dinero con la publicidad. Y esa es sólo una
parte. Otro punto interesante es la simplicidad de los pagos
online de montos pequeños en relación al año
2000, que permite por ejemplo la venta de bienes virtuales en
juegos y micropagos en tiendas online", agregan.

"Tonto mayor"

Sin embargo, muchas de esas empresas de la web 2.0 no
cotizan en bolsa y por lo tanto no están sometidas a los
rígidos controles regulatorios de las que sí lo
hacen.

Por ejemplo, Twitter jamás ha hecho
públicos sus resultados. Por eso es más complejo
determinar si las valoraciones de que son objeto son las
correctas.

Alan Patrick, de la consultora tecnológica
Broadsight, opina que efectivamente estamos ante un nuevo
episodio de especulación.

"Una burbuja se define por demasiado dinero buscando
activos, una mayor producción de esos activos, y la
necesidad de encontrar un tonto mayor para comprarlos", opina
Patrick, citado por el diario británico The
Guardian.

"Mi recomendación es que el inversor dedique
menos tiempo a buscar el Santo Grial de la inversión que
le va a hacer rico milagrosamente y más tiempo a analizar
y gestionar los riesgos a los que está expuesto
",
decía Warren Graham, en su artículo: "Los riesgos
en la gestión patrimonial", publicado por Libertad Digital
el 15/9/10.

Ha llegado el momento en el que el inversor no puede
mirar para otro lado. Es su obligación ejercer una mayor
responsabilidad sobre su patrimonio, ya que opciones y motivos no
les faltan. A mí personalmente me vienen a la cabeza
fundamentalmente cuatro: independencia y objetividad plena en el
criterio y en la toma de decisiones, alineación de
intereses con sus proveedores, reducción de costes
-visibles y no visibles-, y por supuesto, conocimiento. El
inversor cuenta ya con todas las herramientas a su alcance para
gestionar adecuadamente sus ahorros y no dejarse distraer por
intoxicaciones financieras o cantos de sirena. Su futuro y el de
sus finanzas están en sus propias manos.

El dispensador de razones (¿me estoy perdiendo
algo?)

El futuro es siempre incierto, aún en los
días (negocios) en que no lo parece. No obstante ello, si
este es el cambio revolucionario de modelo (paradigma) a la
altura de la crisis, vamos dados.

No es mi intención hacer predicciones, ni hablar
en profundidad del tema bursátil, únicamente
pretendo hilvanar algunos datos e ideas para que racionalmente
tomen las decisiones más oportunas en sus inversiones. Mi
consejo es que cada cual se guíe por su sentido
común.

Internet es una magnífica herramienta para la
búsqueda de información, pero a su vez es perfecto
para los manipuladores.

Las redes sociales, con su dependencia devenida o
adicción provocada, pueden lograr la matanza de los
cerebros; entonces, cuando "salgan a bolsa" al fraude intelectual
(el control de nuestras mentes), agregaran el fraude
económico (la apropiación de nuestros bolsillos), y
si no, al tiempo (quedan avisados).

¿"Estamos presenciado la historia", como dice
Obama, o estamos presenciando "otra historia" (desde la Tierra de
la Fantasía) como decía el viejo Walt Disney (antes
de quedarse congelado)?

Lo único que puedo decirles (tómenlo como
una "leve percepción", si quieren) es que el estallido de
la próxima burbuja de las puntocom será más
grave y profundo que el anterior y ya no habrá "manguera"
de Greenspan, ni "helicóptero" de Bernanke (los grandes
"estimuladores"), con que paliarla. Será el fin del riesgo
moral. Daremos la bienvenida al riesgo real (y total). Y que cada
especulador aguante su vela. ¡Al fin!

A partir de esta "leve percepción", son ustedes
los que deben tomar decisiones. Como decía mi padre: "con
tu dinero haz lo que quieras" (con el vuestro, por favor, no con
el prestado).

Aunque en mi caso "nunca" vaya a realizar este tipo de
inversiones (probablemente pueda perder de ganar, bastante -en su
caso-, pero seguramente podré ganar de perder, mucho
más -en caso contrario-), asigno altas probabilidades de
fracaso a una economía que parece más fruto de la
ciencia ficción que de mejoras reales, y actúo en
consecuencia.

Como siempre no animo ni desanimo a la compra, esta es
una simplificación carente de valor para tomar una
decisión que debe ser profundamente meditada. Eso
sí, les recomiendo que no crean en la "pura magia
creativa" y mucho menos adopten un "comportamiento de manada" (y
se dejen arrear al matadero mansamente, por las serpientes
encantadoras de hombres).

En un mundo plagado de hipocresía el dilema del
pequeño inversor, tal vez, no sea una cuestión de
"redes" y de "poder" (siempre, de los otros), sino de poder
escapar de las redes (siempre, de los otros). Que de eso se
trata.

Y así es como la mentira, las medias verdades o
incluso la manipulación de los hechos con frases
medianamente ingeniosas sacadas del laboratorio hueco de las
ideas se han apoderado de la vida económica.

Sin duda no pertenezco "a ese mundo" de las redes
sociales, los SMS, Facebook, los artículos en Twitter, y
los "videítos" de YouTube, pero me permito preguntarles
(perdón): ¿en todas esas "fantasías
enredadas", cuál es su activo subyacente? Mientras buscan
la respuesta, por las dudas (perdón), no hagan del capital
riesgo un capital en riesgo. Por ahora, en vez de "cadenas de
valor" lo único que veo son "cadenas de papel".

No se crean el argumento: "esta vez es diferente". Tal
vez, logren separar la vida del video juego y la billetera de la
mesa de juego. Suerte.

En este punto se plantea la "gran pregunta":
¿qué pasará cuando la "morfina" -segunda
ronda de estímulos financieros- sea retirada? Esto
será lo que realmente separe el grano de la paja y permita
comprobar si el paciente puede mantener su "danza
frenética" sin estimulantes extremos. Entonces se
sabrá finalmente si las altas valoraciones de las "redes
sociales" y sus negocios colaterales, son grano o paja. Un nuevo
hito u otro timo.

¿Mark Zuckerberg for President? or ¿Mark
Zuckerberg will be the next Bernie Madoff?

Los portales de socialización y las pilas de
efectivo. En esta realidad virtual de gadgets (video juegos,
teléfonos inteligentes, tabletas…), animaciones
express, redes sociales, reportajes de autor, mensajes -poco
alfabetizados- contenidos en 140 caracteres, frivolidades varias
y otras memeces, puede que se mantenga la estrategia
(premeditada) de vender las participaciones accionariales fuera
de los circuitos bursátiles, con operativa "over the
counter", escaza transparencia, uso indebido de
información privilegiada, rumores intencionados o
manipulación fraudulenta del valor de la
acción.

En ese caso, vislumbro el riesgo de una
"implosión -nuclear- controlada", que a los viejos, como
yo, puede recordarles los ensayos nucleares que se realizaban en
el Atolón de Mururoa (Polinesia Francesa). Entonces la
burbuja podría estallar fuera de la bolsa y sólo
quedaría el tendal de los "burbugiles", para dar
testimonio del estropicio (evitando el contagio al resto del
mercado bursátil). Un flagrante ejercicio de
premeditación, complicidad y alevosía. Business as
usual…

Después del "día de la víctima",
The Wall Street Journal, Financial Times, Newsweek, ciertos
gurús mediáticos u otros "quiebra cabezas"
similares, sólo hablarán de "daños
colaterales" y comenzarán a "inflar" la próxima
burbuja. Sic transit gloria mundi…

Probablemente tenga mucho (todo) de ingenuo, pero poco
(nada) de cínico, por ello me permito reiterarles
(rogarles): no actúen como manada, no se dejen arrear, no
sigan demostrando algo que no se sabe si es una virtud excelsa o
un defecto reprobable: unas grandes, inmensas, tragaderas.
Tragaderas ante la mentira o el ocultamiento pertinaz.

Cuidado con la exuberancia enredadora de las redes
sociales (y otras redes más nebulosas) en las que
probablemente los usuarios (adictos) "piensen de que
existen".

(Reciente estudio) National Sleep Foundation: Son muchos
los datos que arroja este estudio, pero quédense con uno
especialmente relevante: uno de cada diez adolescentes
estadounidenses duerme con el móvil encendido, y lo que es
peor, se despierta con cada correo, SMS o Tweet que llega de
madrugada.

(Y al final) Si ustedes creen que se pueden hacer
grandes negocios con estos "tontos del culo", compren acciones de
las empresas que los arrean, espían, analfabetizan,
manipulan y prostituyen (si pueden). Si no creen en ello (y
además les provoca náuseas, como a mí), pues
actúen en consecuencia (y en conciencia). De no ser
así, además de cómplices (por
omisión), serán los próximos "burbugiles" o
"webonazos" (por inversión). Mi propuesta es: "no
invertir en actividades autodestructivas". That"s
all.

Anexos

Anexo I: Para "espeleólogos"
económicos
(de un Paper publicado el
15/12/09)

– Las lecciones de la crisis: ¿Y
ahora, qué hacemos con Wall Street?

(Historias de Disney "Wall":
Factoría de Ficciones)

SIN "GLOBOS" NO HAY PARAÍSO…

Monografias.com

– Las "serpientes encantadoras de hombres" (y sus
intrépidas máquinas voladoras)

Serguey Aleynikov fue interceptado el 3 de julio en el
aeropuerto internacional de Newark por varios agentes del FBI.
Este inmigrante ruso con residencia en Nueva Jersey fue arrestado
bajo la acusación de robar códigos
informáticos de alto secreto. Pero ni los secretos eran
militares ni su destino, aparentemente, era una potencia
extranjera. Aleynikov era un empleado de Goldman Sachs y
está acusado de haberse llevado el código que
utilizan los programas automáticos de inversión de
esta firma.

Esta historia de espías ha llevado a primera
línea de actualidad algo que se comentaba con asiduidad en
los círculos financieros desde hace meses: el cada vez
mayor peso de las operaciones automáticas en la Bolsa.
Según la New York Stock Exchange, hay semanas en las que
la mitad del negocio lo hacen ordenadores, sin que intervenga la
mano del hombre. Ellos observan el mercado, ellos miran, ellos
deciden y ellos compran. Y después venden. En
cuestión de milisegundos. Según fuentes del
mercado, la participación de las máquinas en el
negocio bursátil llega al 70% si se suman las operaciones
llevadas a cabo en las Bolsas no tradicionales. Y se gana mucho
dinero. Joe Saluzzi, bróker estadounidense de la firma
Themis Trade, calcula que el par de cientos de firmas que hacen
intermediación de alta frecuencia pueden ganar unos 21.000
millones de dólares al año.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter