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El turismo como factor de desarrollo económico local (página 2)



Partes: 1, 2, 3, 4, 5

Por eso, la célebre discusión de
crecimiento versus desarrollo es estéril si no se toman en
cuenta estas distintas visiones. Solamente cuando se llegue a un
real entendimiento del funcionamiento de la economía, la
discusión quedará zanjada.

Correspondió entonces a Carlos Rafael
Rodríguez ser el primero de los economistas cubanos que
planteara la diferencia entre desarrollo y crecimiento
económico: "para nosotros, para los economistas que amamos
el desarrollo, desarrollar es, en primer término, crecer
armónicamente: crecer en una forma que permita el
desarrollo autosostenido de la economía……el
aspecto fundamental, para que haya desarrollo, consiste en echar
las bases del crecimiento permanente…… Yo les
quisiera fijar qué entendemos por desarrollo, hacia
dónde nos lleva todo esto, en una economía
planificada, organizada, en que el desarrollo se concibe como un
proceso armónico de crecimiento, crecimiento con
desarrollo para el pueblo… "(Rodríguez Carlos
Rafael, 1983)

En opinión del autor, el concepto de crecimiento
es incompleto, aunque no inútil. Es cierto, como se
observa en la realidad, que el simple crecimiento no genera
desarrollo de por sí. Pero también es cierto que el
desarrollo difícilmente pueda prescindir indefinidamente
del crecimiento. Por ello, los economistas no pueden descansar en
ninguna de las visiones exclusivamente, y se deberán
esforzar para que el crecimiento y el desarrollo vayan de la
mano.

Después de una amplia consulta de materiales
bibliográficos, el autor asume como desarrollo,
lograr desde la comunidad más pequeña y en forma
organizada, planificada y equitativa, el crecimiento de las
personas en todas sus dimensiones (económico, social,
cultural, espiritual, es decir, humanista), vivir en
armonía con el medio ambiente, utilizar de manera racional
los recursos que de él provienen y respetar la integridad
de los demás[8]

Cuando el ámbito geográfico de
análisis del desarrollo económico, se reduce por
los atributos que le son inherentes, a lo municipal o
territorial, se puede estar hablando de Desarrollo
Económico Local.

1.3 Desarrollo Económico Local
(DEL)

Durante los años sesenta la problemática
del desarrollo se basaba en la discusión en torno a
"desarrollo versus subdesarrollo", centrada en procesos a escala
mundial o, cuando menos, nacional. Estos últimos procesos
serían los inductores del desarrollo a pequeña
escala.

El desarrollo local, provincial o regional se pensaba
más en términos exógenos (cómo hacer
participar a un territorio comparativamente atrasado del
desarrollo en general), que en términos de cómo
lograr un desarrollo general integrado y sostenible de un
territorio dado.

Durante los años 80, el DEL se convierte en la
estrategia de desarrollo territorial dominante, cuando queda
atrás la época en que la economía era una
cuestión sólo afectada por las decisiones de la
Administración Central del Estado y de las grandes
empresas. Había surgido de esta manera una estrategia
encaminada a solucionar los problemas territoriales y locales
cuyo fin se relaciona con el desarrollo y la
reestructuración del sistema productivo, el mejoramiento
del nivel de vida poblacional y el aumento del empleo a
través del uso racional de los propios recursos
materiales, laborales y financieros en inversiones
estratégicas para el desarrollo de cada
localidad.

El Desarrollo Económico Local es por tanto una
metodología que promueve la alianza entre los diferentes
gobiernos municipales y los sectores económicos, una
herramienta que hace viable y sostenible la planificación
participativa, la inversión productiva, la
participación equitativa de hombres y mujeres (enfoque de
género) y el desarrollo humano sostenible. Constituye un
instrumento que permite trabajar en la consolidación de
acuerdos y pactos que tienen un objetivo común y se
alían para trabajar a favor del desarrollo de la
comunidad.

La definición del desarrollo local es
polémica, algunos autores hablan de desarrollo local,
desarrollo territorial, desarrollo endógeno, desarrollo
económico local. No existe una única
interpretación de este concepto. Algunas acepciones
definen:

  • "El desarrollo económico local como un
    proceso de crecimiento y cambio estructural que se produce
    como consecuencia de la transferencia de recursos de las
    actividades tradicionales a las modernas, de la
    utilización de las economías externas y de la
    introducción de innovaciones, y que genera el aumento
    del bienestar de la población de una ciudad, comarca o
    una región". (Vázquez Barquero Antonio,
    1999)

  • "El desarrollo económico local es aquel
    proceso reactivador y dinamizador de la economía
    local, que mediante el aprovechamiento eficiente de los
    recursos endógenos existentes de una determinada zona,
    es capaz de estimular el crecimiento económico, crear
    empleo y mejorar la calidad de vida". (Manual de Desarrollo
    Local ILPES, 1998)

  • "Es un proceso participativo y equitativo que
    promueve el aprovechamiento sostenible de los recursos
    locales y externos, en el cual se articulan los actores clave
    del territorio para generar empleo e ingresos que mejoren la
    calidad de vida de la población". (GTZ/DDM/PROMOCAP,
    2001)

Aunque no existe un único modelo de desarrollo
económico local, se pueden subrayar algunos elementos
teóricos que son comunes a la gran mayoría de los
modelos de éxito existentes en la actualidad.
(Méndez Delgado Elier y Lloret Feijóo Ma. Carmen,
2004)

El desarrollo local entendido como estrategia
territorial de puesta en valor de los recursos propios posee
varias dimensiones (es multidimensional):

  • 1. Económica, en tanto que las empresas
    locales demuestran capacidad suficiente para organizar los
    factores productivos con unos niveles de productividad
    suficientes para poder competir en los mercados.

  • 2. Sociocultural, en tanto que los valores y
    las instituciones locales sirven de base al proceso de
    desarrollo y a su vez se fortalecen durante el
    mismo.

  • 3. Político-administrativa, en la que
    los poderes locales son capaces de crear un clima local
    estimulante, capaz de favorecer e impulsar el desarrollo del
    potencial socioeconómico local, enfrentando y
    resolviendo los bloqueos administrativos, económicos y
    políticos que existen en las economías que han
    seguido durante muchos años los modelos tradicionales
    de desarrollo.

  • 4. Otras como:
    científico-tecnológica, la medioambiental
    (desarrollo sostenible) y en el caso, por ejemplo de ciudades
    con marcados valores patrimoniales, la
    urbanístico-patrimonial (Perón Delgado Eva,
    2007)

Esto supone contar con las
siguientes condiciones: que sea un proceso creciente de
autonomía en las iniciativas para emprender un estilo
propio de desarrollo basado en las fortalezas locales, lo cual
contribuya a generar recursos financieros, con los que pueda
operar, con alguna capacidad de apropiarse de parte del plus
producto para poder reinvertirlo; tener una actitud permanente de
concientización con respecto a la protección
ambiental y el uso racional de los recursos naturales; la
identificación plena de la población con su
territorio y la merced al significado del
proceso.

Las características de las
localidades cambian, por lo que las acciones de las estrategias
se modifican sustancialmente y pueden ir desde el fomento de la
capacidad empresarial hasta la solución de los problemas
estructurales.

Son dos los elementos claves para
poder materializar las estrategias de desarrollo local: la
disponibilidad de recursos (humanos, materiales, empresariales y
financieros) y la participación de los agentes
públicos y privados interesados en cada iniciativa.
(Méndez Delgado Elier, 1997)

Para lograr un desarrollo local eficiente el gobierno de
la localidad, las instituciones que en ella existen y la
población en general deben estar unidas en aras de lograr
dicho desarrollo.

El desarrollo económico local debe ser
sostenible, es decir, debe prestar una atención permanente
al ambiente, en el corto, mediano y largo plazo. El tema
ambiental es un eje transversal del desarrollo económico y
está vinculado a toda la actividad económica y
social. El Estado, las municipalidades y la población
tienen la responsabilidad de propiciar el desarrollo social,
económico y tecnológico que mantenga el equilibrio
ecológico y prevenga la contaminación del ambiente.
Esto implica que un gobierno municipal debe ponderar en todas sus
decisiones, en materia de desarrollo económico, las
consecuencias y el eventual impacto sobre los recursos naturales
de la localidad. La gestión local de riesgo advierte el
cuidado del ambiente y se relaciona con la mortalidad y la
pérdida de recursos naturales indispensables para la
sobrevivencia y calidad de vida de la comunidad.
 

Los espacios que no encuentran los recursos necesarios
para su propio desarrollo deben explotar las potencialidades
endógenas, es decir, los recursos presentes en su
área geográfica y aprovechar la economía
local.

La capacidad de cada territorio o localidad de dirigir
el propio proceso de desarrollo, junto a la movilización
de los recursos disponibles, conducen al desarrollo
endógeno.

Para lograr el desarrollo de un territorio no es
necesario realizar grandes proyectos industriales, sino impulsar
los proyectos que utilizan el potencial de desarrollo y promueven
el ajuste progresivo del sistema socioeconómico local. Las
economías locales deben reforzar su tecnología y
organización para competir en mercados más amplios
a nivel nacional.

Algunos factores clave para el desarrollo de este
proceso son:

  • Tecnología: en regiones en desarrollo es
    difícil crear la propia tecnología por lo que
    se adapta la nueva o vieja tecnología y
    específicamente, se lleva a cabo la
    diferenciación del producto.

  • Instituciones: se aborda la colaboración
    entre las empresas locales y las diferentes instituciones del
    territorio como universidades y centros de formación e
    investigación, para facilitar el asesoramiento y la
    información.

Cuba ha tenido que replantear su metodología e
instrumentos para lograr un mejor funcionamiento de los
territorios al no estar exenta de los cambios políticos,
económicos, sociales y tecnológicos que ocurren en
el mundo.

Por ello adquiere gran importancia el perfeccionamiento
de la planificación y el desarrollo económico local
ya que el país necesita transitar a un sistema de
planificación acorde a los niveles de desarrollo
alcanzados. La necesidad de estos cambios se impuso desde 1959
cuando al triunfar la Revolución existían grandes
deformaciones y desproporciones
socioeconómicas.

1.3.1 Viabilidad del Desarrollo Económico
Local en Cuba

En Cuba se han desarrollado algunas experiencias de
desarrollo local sobre todo en los últimos cinco
años, las cuales han mostrado impactos muy positivos en la
vida de la sociedad cubana. Tal es el caso de Viñales, en
Pinar del Río; además en Camagüey, Santiago de
Cuba y Ciudad de La Habana.

Existen una serie de oportunidades que ubican al
país en una posición favorable para implementar
estrategias de desarrollo local: infraestructura acumulada por
más de 40 años en diversos sectores, excelente
capital humano, experiencia adquirida en materia de control y
administración de recursos centrales y locales,
modernización de los gobiernos locales,
descentralización fiscal de los presupuestos locales, la
presencia de un Estado Central fuerte (en contra del
neoliberalismo) que lucha por la equidad y justicia social, gran
variedad de programas sociales y la existencia de experiencias
novedosas, entre otras. Asimismo persisten aun algunas
limitaciones y obstáculos[9]a pesar de
esto, el desarrollo económico local representa un espacio
privilegiado para impulsar a la economía.

Un aspecto medular y que suscita mucha polémica
en este aspecto es lo relacionado con la centralización y
descentralización del aparato estatal cubano. Hay que
analizarlas en su contraposición dialéctica, en
cada momento y espacio, valorando la viabilidad y necesidad de
una u otra. La descentralización es muy relativa. El
grado, las formas y las vías que se utilicen para
lograrla, dependerán en gran medida de las condiciones de
cada país, de su sistema político, de su marco
jurídico e institucional, de su cultura, tradición
y de contar con el personal idóneo para implementarla. El
DEL implica poder generar alternativas, potenciar y desarrollar
iniciativas locales pero no exime el control y la guía por
parte del Estado.

La perspectiva del proyecto revolucionario cubano
propone una concepción del desarrollo en la que tiene como
centro al individuo, su relación armónica con los
demás y el mantenimiento de la sostenibilidad
medioambiental.

Es por ello que se considera sumamente importante abrir
la realidad cubana al desarrollo económico local.
Más que una propuesta alternativa de desarrollo, el DEL es
una necesidad, el único proceso capaz de activar la
economía local y dinamizar la sociedad, aprovechar de
forma sustentable y sostenible los recursos endógenos en
favor de propiciar el crecimiento, la generación de
empleo, riquezas y mejorar la calidad de vida de todas las
personas que integran la comunidad.

1.3.2 La planificación como herramienta
fundamental del desarrollo local y regional

Al hablar de desarrollo local o regional se puede decir
que existen dos medios para que este proceso ocurra con distintas
posibilidades de resultado. Uno es el crecimiento
espontáneo, motivado por las necesidades del momento en
que se producen y sin tener en cuenta su impacto a través
del tiempo; el otro, es el enmarcado en un proceso de
planificación[10]con objetivos y metas a
lograr de manera consciente, para que a través de la
implementación de políticas acordes, se disponga de
herramientas, se importen los impactos que éstas pueden
causar, se potencien los positivos y se minimicen o anulen los
negativos.

Las buenas prácticas indican que el desarrollo
económico local debe ser siempre guiado por una
estrategia.

La estrategia de DEL es componente de un plan de
desarrollo estratégico más amplio que incluye
componentes sociales y del medio ambiente. Provee un enfoque en
el fortalecimiento de la economía local y en la
construcción de la capacidad local. Es la
definición de un proyecto de ciudad que unifica
diagnósticos, concreta actuaciones públicas y
privadas y establece un marco coherente de movilización y
de cooperación de los actores sociales urbanos (Borja y
Castells: 1998). El término de tiempo asignado a una
estrategia de DEL es típicamente de cinco a diez
años incluidos los planes de implementación
anuales.

Un proceso de planificación estratégica
puede resumirse en 5 etapas básicamente:
organización de la iniciativa, evaluación de la
economía local o diagnóstico, elaboración de
la estrategia, implementación y revisión de la
misma.

Para que la metodología de un proceso de
planificación del desarrollo económico local se
lleve a cabo de manera sustentable y sostenible, se considera de
vital importancia la participación de la comunidad en la
determinación del autodiagnóstico o
diagnóstico participativo[11]

Después del diagnóstico, el ciclo
continúa con la fijación de los objetivos y metas
que determinarán el perfil o modelo de ciudad que la
localidad pretende como calidad de vida. De esta manera, la
comunidad residente permite el establecimiento de
políticas que posibilitan el desarrollo
socioeconómico sostenible y sustentable del área
local o regional. En base a ellas y como herramienta para la
determinación de un marco global el en que toda persona o
actividad pueda desarrollarse en pos de lograr los objetivos
dispuestos, aparece el Estado en su rol regulador, para que a
través de las normativas legales determine las condiciones
generales. Es decir, el Estado ocupa el rol de administrador y
garante de condiciones igualitarias para todos los residentes y
no la de ente decisor del destino local.

Estas políticas y normativas serán,
además del marco general, las que permitirán
establecer las líneas de acción para obtener los
lineamientos fijados para llegar al cumplimiento de las metas
establecidas y luego, en base a ello, fijar las estrategias para
cumplirlos. No debe dejar de tomarse en cuenta que la
implementación de la estrategia, la medición de sus
impactos y el proceso de retroalimentación que de ello se
derive, constituirán la principal fuente de
determinación de la efectividad en el proceso de
planificación del desarrollo local.

1.3.3 La actividad turística como motor del
desarrollo local y regional

La naturaleza de la actividad turística es un
resultado complejo de interrelaciones entre diferentes factores a
considerar conjuntamente desde una óptica
sistemática, es decir, un conjunto de elementos
interrelacionados entre sí que evolucionan
dinámicamente.

Actualmente es evidente la necesidad de realizar una
adecuada planificación para que un determinado municipio,
espacio o zona turística pueda llegar a tener un valor
significativo como producto turístico, y por lo tanto,
constituirse como un elemento relevante de la economía de
la zona.

La correcta optimización de los recursos
naturales, culturales, de infraestructura, intelectuales,
laborales disponibles en el área, la definición de
un plan de trabajo que unifique y coordine las distintas
disciplinas (transdisciplinas) que intervienen en el desarrollo
turístico y por sobre todo la adecuada
planificación de las estrategias de producto y
comercialización del mismo, pueden determinar la
diferencia entre obtener un producto altamente competitivo o uno
mediocre que tienda a desaparecer en el tiempo.

En la actividad turística confluyen muchas y
variadas disciplinas que generan equipos de trabajo
transdisciplinarios, como medio ambiente, urbanismo, sanidad,
legislación, infraestructura, etc., que de conjunto con
las especificaciones del hecho turístico, la
hotelería, gastronomía, transportación,
recreación, forman un todo para ser interpretado y
evaluado de forma adecuada al definir el modelo de desarrollo
turístico que se desea seguir. Este debe estar inserto y
armonizado con el modelo de ciudad, zona o región en su
conjunto, única manera de posibilitar la
interrelación de todos los sectores que intervienen con el
fin común de lograr el desarrollo de la
comunidad.

Paralelamente es necesaria la utilización del
Marketing para posicionar e incrementar la cuota relativa del
producto turístico en el mercado, lo que requiere de una
profunda evaluación y toma de decisiones.

En la actualidad el mercado plantea la necesidad de
obtener productos turísticos altamente competitivos, lo
que conlleva a desarrollarlos según un proceso de
planificación integral.

Mediante un correcto plan de desarrollo económico
local, la actividad turística debe lograr potenciar el
desarrollo de todos los sectores de la localidad y que
igualmente, la acción de estos sectores contribuya al
desarrollo de la actividad turística y de la comunidad en
general.

1.4 El turismo en Cuba

El turismo es considerado por muchos como la actividad
económica más dinámica de finales del siglo
XX y principios del XXI. Es un fenómeno
característico e irreversible de nuestra época con
especial importancia en el desarrollo de nuestra sociedad, entre
otras causas, por la gran cantidad de personas que en él
participan y su amplia repercusión económica,
ecológica, social y cultural.

El desarrollo del turismo a escala mundial, de manera
especial en el Caribe, es una realidad. De hecho, constituye la
principal fuente de ingresos para no pocos
países.

Sus efectos multiplicadores pueden y deben ser
aprovechados en beneficio de las economías.

Las tendencias en el siglo XXI muestran que, sin
despreciar la supervivencia del turismo de sol y playa, se
producirá el crecimiento del turismo cultural y de
naturaleza, la diversificación de las ofertas, la
revalorización del turismo activo frente al pasivo y la
apertura a nuevos destinos.

En los años 90 se dio en Cuba lo que para muchos
significó y aun significa una de las etapas más
difíciles que le ha tocado vivir a la Revolución
Cubana, el Periodo Especial. Con el derrumbe del Campo Socialista
y la total parálisis de su economía, el país
asume el turismo internacional como uno de los ejes
básicos en la redefinición de su estrategia
económica.

En el transcurso de 10 años se convirtió
en el sector más dinámico de la economía
cubana. En él se concentró la cuarta parte de las
inversiones efectuadas en el país y, como resultado,
ocupó el primer lugar en cuanto a aportes de ingresos
corrientes a la balanza de pagos, cerrando la década de
los 90 del siglo pasado con un impresionante 43% de
participación.

En el lapso de un decenio, el turismo dejó de ser
una actividad coyuntural para convertirse en un factor
estructural de la economía cubana.

Actualmente el sector-aunque no con el peso que
ocupó durante los años 90-clasifica como una de las
actividades económicas más importantes. Ha logrado,
entre otros, multiplicar los ingresos brutos, el número de
visitantes al país, de habitaciones y de sus
instalaciones. Se han diversificado las ofertas y productos
turísticos, así como los principales turoperadores
y mercados emisores de turismo que operan en la isla. Se ha
potenciado el desarrollo de todas las modalidades, algunas ya
tradicionales y otras muy poco conocidas para nosotros. El
turismo constituye hoy en día una de las fuentes de empleo
más significativas con que cuentan los cubanos y uno de
los sectores que pueden servir como pivote para su desarrollo
económico.

El logro de los resultados obedece al diseño e
implementación de una estrategia de desarrollo del sector.
Esta se ha orientado a consolidar la competitividad estructural
del turismo mediante la utilización de factores naturales,
sociales y culturales heredados, así como la
elaboración y ejecución de políticas
gubernamentales tendientes a la creación de ventajas
competitivas sostenibles en el largo plazo.

1.4.1 Turismo y desarrollo sostenible.
Indicadores de sostenibilidad turística

En Cuba, se define al Desarrollo Sostenible como el
proceso de elevación sostenida y equitativa de la calidad
de vida de las personas, mediante el cual se procura el
crecimiento económico y el mejoramiento social, en una
combinación armónica con la protección del
medio ambiente, de modo que se satisfagan las necesidades de las
actuales generaciones, sin poner en riesgo las de futuras
generaciones. (Gaceta Oficial de la Republica de Cuba, 1997. Ley
81 "Medio Ambiente").

Este proceso de desarrollo tiene como principios
fundamentales: la conservación del entorno natural, la
garantía de que el desarrollo sea compatible con el
mantenimiento de los procesos ecológicos esenciales y con
la diversidad biológica, la conservación de los
recursos naturales, el mantenimiento del patrimonio
arquitectónico, la supervisión de la capacidad de
carga de los sitios y la evaluación periódica de
los impactos ambientales.

La actividad turística no se concibe
hoy en día, si no es asociada a la sostenibilidad. La
Organización Mundial del Turismo (OMT), deriva del
concepto de desarrollo sostenible la siguiente definición:
"el turismo sostenible atiende a las necesidades de los turistas
actuales y de las regiones receptoras y al mismo tiempo, protege
y fomenta las oportunidades para el futuro. Se basa además
en el respeto a la cultura nacional y sus expresiones
territoriales y en la integración de las poblaciones
locales al desarrollo de sus actividades, contribuyendo
así a la elevación de la calidad de la vida de los
seres humanos." (Colectivo de Autores, 2004).

En el ámbito de la sostenibilidad, los
indicadores son entendidos como un conjunto de parámetros
diseñados y sistematizados para obtener información
y valorar la relación sociedad-medio ambiente, en un
contexto espacio-temporal de desarrollo dado o simplemente
instrumentos para medir las condiciones aceptadas por una
comunidad como criterios válidos para la evaluación
del progreso hacia la sostenibilidad. Estos indicadores son de
hecho, una creación intelectual y se construyen con el
espíritu de objetivar lo más posible el avance, en
el proceso dinámico de la interacción de la
sociedad con su medio ambiente.

La OMT propone un conjunto de indicadores básicos
de sostenibilidad turística (ver anexo 1), entre los
cuales se encuentran los siguientes: la protección del
sitio, el estrés, intensidad de uso, impacto social,
control de desarrollo, gestión de desechos, procesos de
planificación, ecosistemas críticos,
satisfacción del turista, satisfacción de la
población local y contribución del turismo a la
economía local.

Asimismo encontramos definidos indicadores
específicos de diferentes destinos, del CITMA-MINTUR (ver
anexos 2 y 3), etc., es decir, indicadores
complementarios.

El cumplimiento estricto de estos indicadores
propiciará que el turismo se convierta en fuente de
crecimiento económico, social, cultural y ambiental para
el mundo.

1.5 Patrimonio cultural y DEL

El patrimonio cultural es reconocido hoy como un factor
esencial para el desarrollo económico, la cohesión
social y la reafirmación de las identidades culturales
especificas de cada pueblo. Se está frente a un nuevo
paradigma de lo patrimonial que reafirma la idea del patrimonio
como riqueza y que claramente va más allá de lo
físico o museable para asumir un alcance
socioeconómico y de compromiso con el pluralismo y la
diversidad cultural, cuyo tratamiento requiere enfoques
integrales y multidisciplinarios y plantea desafíos para
hallar el equilibrio entre el desarrollo económico y la
conservación, sin que uno ponga en peligro al
otro.

La definición y modalidades de ejecución
de las actividades en este campo se hacen cada vez más
complejas y demandan orientaciones estratégicas que
implican la concepción integrada de las acciones de
restauración, preservación y gestión,
además del fortalecimiento de las capacidades
endógenas de cada país, zona o región. Los
conceptos de gestión urbana, desarrollo sostenible,
planificación estratégica, entre otros, cobran
vital importancia en este ámbito y provocan nuevos retos y
desafíos que demandan respuestas acordes con los
mismos.

América Latina y el Caribe constituyen ejemplos
fehacientes de regiones con marcado valor patrimonial y cultural
en sentido general. Cuba, específicamente, constituye un
digno ejemplo de ello.

La rehabilitación, conservación y
mejoramiento de ciudades históricas, basada en la
mejoría de la calidad de vida urbana y en el rescate de
los valores culturales, constituye una necesidad
impostergable.

Una de las dificultades principales para la
implementación de políticas de conservación
integrales lo constituye la poca articulación entre los
gobiernos municipales, como responsables del desarrollo y control
urbano, con el resto de los actores responsables de la
preservación o explotación de los bienes
patrimoniales. A esto se le suma la ineficiencia, en muchos
casos, de los órganos de planificación
local.

Se hace necesario la creación de marcos
institucionales con gran participación de todas las
fuerzas interesadas en un rescate verdaderamente integral, justo
y sostenible, no solo del patrimonio material, sino
también del social y espiritual (intangible).

La conservación del patrimonio debe verse como
una vía rápida y directa de mejorar las condiciones
de vida de la población y de hacer el entorno local cada
vez más autosustentable y gestor de sus propias decisiones
en función de su bienestar.

Capítulo II.

Trinidad de Cuba:
potencialidades para el turismo histórico-cultural y su
incidencia en el desarrollo local

2.1 Breve introducción al tema

Como se expresó en el capítulo anterior,
el desarrollo de una localidad puede lograrse si se toman en
consideración las potencialidades que la misma ostenta
para ello, desde la óptica de su estructura
socioeconómica, productiva, cultural, ambiental o
cualquier otra dimensión cuyas bases propicien una
contribución al progreso de ese territorio. Estas
alternativas necesitan de una mirada estratégica que
posibilite ir transitando en busca de un modelo cuya meta de
desarrollo pueda alcanzarse y mantenerse en el tiempo.

La cultura es desde tiempos remotos, un elemento que
hace especial una ciudad, que la singulariza y que conserva el
legado de los hombres a su paso por el universo.

El objetivo cultural y el conocimiento y disfrute de las
bondades de la naturaleza, como modalidades turísticas de
desarrollo alternativo tan latente por estos días, han
cobrado gran importancia y significación dentro de la
demanda actual del sector. Es por ello que los destinos
turísticos deberán afrontar no sólo el gran
desafío de revalorizar su patrimonio cultural y natural,
sino trazar estrategias que permitan además de su
conservación y correcta explotación, crear una
imagen que los posicione dentro de la preferencia del turismo
nacional e internacional. Además, el turismo cultural
deberá propiciar la participación de las
comunidades locales residentes en lugares con valores
patrimoniales e insertarse como un elemento impulsor de su propio
desarrollo.

Son muchos los destinos que existen en el mundo. Sin
embargo, hay uno que sin temor a equivocaciones se clasifica como
multiproducto y con valores excepcionales: Trinidad de
Cuba.

La expansión de la llamada industria del ocio en
la isla, llegó también a la mencionada ciudad.
Ubicada en el centro del país, se ha convertido en sitio
de obligada estancia para los miles de visitantes que acuden cada
año, ávidos de conocer el pasado de "la mayor de
las Antillas". Muchos epítetos-referidos como este a
Cuba-caracterizan la ciudad, entre ellos: "la ciudad museo
del Caribe
" o "la ciudad dormida en el
tiempo
".

En Trinidad se conjugan como en pocos lugares de nuestro
archipiélago, elementos físicos,
naturales[12]históricos, culturales,
haciéndola ideal para la práctica conjunta de las
disímiles modalidades turísticas: turismo de sol y
playa, de ciudad y ecoturismo, entre
otras.[13]

La subregión turística, o lo que hoy se
comercializa como Destino Turístico Trinidad de Cuba, se
encuentra ubicada en la región central del país, al
sur de la provincia Sancti Spíritus, a la cual pertenece.
Se extiende desde los 21°05´ hasta los 21°15´
de latitud norte, y entre los 79°45´ y los
80°07´ de longitud oeste. Por la ciudad de Trinidad
pasa el meridiano 80° oeste de Greenwich.

Por su eje más ancho de oeste a este, entre las
montañas de Sitio La Rosa en el límite con
Cienfuegos y las montañas de Ciego Ponciano, en el
límite con el municipio Sancti Spíritus, el
municipio mide unos 45 km; y por su parte más ancha de
norte a sur, desde el puente sobre el río Seibabo, en el
límite con el municipio de Manicaragua, hasta la Punta
Manatí, en la desembocadura del río Agabama, mide
unos 40 km.

Trinidad limita al norte con los municipios de Fomento
(Sancti Spíritus) y Manicaragua (Villa Clara); al sur con
el Mar Caribe; al oeste con el municipio Cumanayagua (Cienfuegos)
y al este con el municipio cabecera de la provincia de Sancti
Spíritus. (ver anexo 4)

La Villa de la Santísima Trinidad o La Trinidad,
su verdadero nombre, se encuentra entre los primeros
asentamientos establecidos por los españoles en el
archipiélago cubano y constituye un verdadero tesoro de
cultura e historia, con numerosos valores patrimoniales en
perfecto estado de conservación. Fundada como la tercera
villa en el país hacia 1514 por Fray Bartolomé de
Las Casas y el adelantado Diego Velásquez de Cuellar, fue
en sus inicios solo un modesto villorrio de casitas de madera y
techos de guano, con una iglesia no menos sencilla destruida en
1527 por una tormenta. El asentamiento se desarrolló a
partir del laboreo de minas y la cría de ganado, seguidos
después por la explotación de importantes cultivos
como el tabaco y la caña de azúcar, los que
levantaron considerables capitales que pronto se
expresarían en la riqueza arquitectónica de esta
ciudad, que hoy parece detenida en su pasado colonial.

El trazado de la ciudad se ajustó a las
líneas clásicas de las normas de las Leyes de
Indias empleadas para las fundaciones de villas por los
conquistadores españoles.

El Centro Histórico Urbano de
Trinidad[14]constituyó el lugar donde
convergieron con más fuerza los valores
arquitectónicos y urbanísticos del período
colonial en la villa. Poco más de 1168 edificaciones
monumentarias y alrededor de 55 manzanas muestra una rica
historia que por casi 5 siglos ha dejado al pueblo trinitario, de
Cuba y del mundo, un acervo cultural tan variado y majestuoso,
capaz de satisfacer las exigencias de los más entendidos.
(ver anexo 5)

La Plaza Mayor, desde la misma fundación de la
ciudad, se levantó como una joya arquitectónica y
eje central de la ciudad. En su entorno fueron levantados los
palacetes Brunet y Padrón (hoy Museos Romántico y
de Arqueología) y casonas como Ortiz y Sánchez
Iznaga, donde actualmente se encuentran instalados la
Galería de Arte y el Museo de Arquitectura. Completa el
conjunto de este espacio La Parroquial Mayor Santísima
Trinidad, consagrada en 1892 como expresión del poder
político-religioso y como espacio sociocultural
jerarquizado que favoreció el desarrollo de
prácticas sociales, religiosas y culturales que
condicionaron, aglutinaron y organizaron la vida cotidiana de la
ciudad. Esta iglesia atesora entre sus maravillas el Cristo de la
Vera Cruz unido a un altar de mármol dedicado al culto de
la Virgen de la Misericordia, único de su género en
el país. En la Plaza Mayor, en lo que hoy se conoce como
Parque Martí se haya la estatua de Terpsícore, musa
de la danza y la música.

Este conjunto, considerado el punto focal del centro
histórico, tiene una clara filiación al barroco
criollo del siglo XVIII, aunque la casa Ortiz haya sido edificada
en el siglo XIX y palacetes como Padrón y Brunet se
remozaron al influjo del neoclasicismo decimonónico. A
menos de cien metros de esta plaza, al descender la calle
Desengaño está el Palacio Iznaga en fase de
restauración, considerado uno de los inmuebles
representativos de la ciudad; y El Palacio Cantero, sede del
Museo Municipal de Historia, importantísima muestra de la
arquitectura doméstica local por su dimensión, sus
decoraciones murales de temas clásicos realizados por
artistas italianos y por su portentosa torre–mirador. A
solo cien metros hacia el oeste se encuentra el edificio que con
su hermosa torre simboliza la ciudad, actual sede del Museo de
Lucha Contra Bandidos. Otras construcciones de significativa
importancia en el entorno de esta Plaza son: en dirección
norte de la propia calle Desengaño, la casa "El Malibran"
y la conocida como del "Dominicano"; en la calle Cristo, "la Casa
de los Conspiradores" y el inmueble donde se alojara el sabio
alemán Alejandro de Humbolt durante su estancia en la
ciudad.

Se destaca el sistema de calles empedradas, parques,
plazas y plazuelas como la Real del Jigue, lugar donde se
ofició la primera misa católica y estuviera
instalado el primer cabildo; La Plaza Santa Ana en el extremo
oriental, conformada por dos edificaciones, la Ermita de Santa
Ana y la Cárcel Real; La Plaza de las Tres Cruces en el
extremo noreste, en el barrio conocido como "El Calvario", donde
en medio de su amplio espacio se levantan tres cruces de madera
instaladas al menos desde 1826 y que fueron punto de arribo de
las procesiones católicas durante la Semana Santa y el
Corpus, por lo cual la plaza adquirió relevancia desde esa
época; además, Las Tres Palmitas donde se encuentra
hoy parte del mercado artesanal "La Candonga". Otra plaza de
significación especial tiene el nombre de Carrillo,
situada al suroeste del Centro Histórico.

En la actualidad, Trinidad es la ciudad que más
ha conservado su imagen y patrimonio colonial en la
región. La distinguen detalles como sus rojizas techumbres
de tejas criollas; sus calles y callejuelas; sus esquinas,
rematadas muchas veces con guardacantones de hierro fundido; los
patios interiores de sus casas, sembrados de flores y helechos,
manteniéndola celosamente resguardada de la
modernidad.

En tanto, El Valle de los
Ingenios[15]constituye una gran reserva natural y
arqueológica de lo que fue, a principios del siglo XIX, la
floreciente industria azucarera local, cuya producción
hizo de Trinidad una de las ciudades más prósperas
de Cuba y su ruina posterior. En esta región han sido
ubicados 73 sitios (según Departamento de Planeamiento
Turístico DPPF, 2003), que conservan restos constructivos
de fábricas, elementos de maquinaria industrial e
innumerables objetos de gran valor arqueológico que hablan
de la naturaleza de las relaciones de producción y de las
costumbres de nuestros ancestros. (ver anexo 6)

Por la conjunción de los más variados
atractivos en un área que no excede los 20
kilómetros de radio, las bondades naturales e
histórico-materiales, el arte popular, el sincretismo
religioso, la danza, la música, la artesanía de la
cerámica, la fibra o el hilo, la palabra, el teatro, en
fin, por todo lo que ha sido capaz de encantar a miles de
personas y lo que recuerda de forma fehaciente una época
primada para la ciudad, fueron declarados el Centro
Histórico de Trinidad y su Valle de los Ingenios como
Patrimonio de La Humanidad el 8 de diciembre en la 12
sesión ordinaria del Comité del Patrimonio Mundial
celebrada en Brasilia del 5 al 9 de diciembre de 1988. Entre los
méritos señalados se hizo énfasis en la
suficiencia de la ciudad para trasmitir un importante mensaje
cultural: "la imagen de lo que fueron las antiguas fundaciones de
los españoles en la Isla y en el Caribe".

La amplia posibilidad de explotación que brinda
el turismo como motor impulsor del desarrollo local, no
sería viable sin antes diagnosticar todos los recursos con
que se cuenta en una localidad, con vistas a su posible
conversión en productos turísticos, y como base
para el establecimiento de una estrategia de gobierno eficaz y
coherente.

2.2 Procedimiento metodológico para el
diagnóstico estratégico de los recursos
turísticos. El inventario de recursos
turísticos

A nivel internacional se ha producido un notable
incremento en la demanda turística hacia modalidades hasta
ahora subvaloradas y subutilizadas. Las vacaciones de sol y playa
se combinan en estos momentos con experiencias gratificantes a
partir del patrimonio cultural y natural de las naciones,
haciéndose prácticamente indispensable el consumo
de productos turísticos con marcados valores
histórico-culturales en sentido general. La clave para
lograr el éxito está en saber dinamizar el
patrimonio desde la sostenibilidad, es decir, poder convertir los
recursos patrimoniales en productos altamente demandados para el
uso y disfrute social y turístico, garantizar su
preservación, conservación y generar beneficios
económicos, sociales, espirituales y culturales para las
comunidades donde se hayan. La correcta identificación y
jerarquización de dichos recursos (endógenos)
constituye el primer paso para fomentar el desarrollo
turístico a escala local. Por ello, la primera labor antes
de someterse a un proceso de planificación del desarrollo
turístico, es inventariar los recursos de posible
atracción, jerarquizarlos y valorar o ponderar su
potencial para su uso como producto turístico.

Antes de analizar posibles metodologías para este
proceso, se debe hacer un pequeño aparte en
relación a dos conceptos muy importantes y diferenciados:
recurso turístico y producto turístico. Para su
definición se tomaron en consideración las
expuestas por la Dra. María Rosario Navalón
García de la Universidad de Alicante en el Diplomado sobre
Planificación y Gestión Turística del
Patrimonio ofrecido en Trinidad, 2008. Según
aparecen:

  • Recurso turístico: conjunto potencial de
    bienes materiales o inmateriales a disposición del
    hombre que pueden utilizarse, mediante un proceso de
    transformación para satisfacer sus necesidades.
    Conjunto de potencialidades.

  • Producto turístico: todos los bienes y
    servicios que, por intermediación de la actividad del
    hombre, hacen posible la actividad turística y
    satisfacen las necesidades de la demanda. Puede resumirse
    también en patrimonio turístico más
    aportación humana igual a patrimonio
    utilizable.

Asimismo es necesario saber distinguir que el patrimonio
cultural como recurso turístico abarca dos clasificaciones
fundamentales: el patrimonio tangible y el patrimonio
intangible[16]Para una mejor comprensión de
estos aspectos se muestra el gráfico recogido en el anexo
7. (ver anexo 7)

Según la mencionada autora, no existe una
metodología general para la elaboración de los
inventarios. Estos consisten básicamente en el registro,
ordenación y catalogación (listado) del total de
recursos (o de un conjunto delimitado de los mismos) y lugares
presentes en un área seleccionada con potencialidades y
posibilidades para la explotación turística.
(Navalón García María Rosario, 2008 y
Rodríguez Fariñas Ricardo, 1995). El inventario de
recursos proporciona uno de los compendios informativos
más completos acerca del área, una
fotografía exacta de la situación actual de dichos
recursos que permite la elaboración del diagnóstico
de los mismos como etapa indispensable en la elaboración
de una posterior estrategia de desarrollo.

El método de la Organización Mundial del
Turismo (OMT), incluye en la ficha del inventario de recursos
turísticos cuatro bloques: identificación y
clasificación, descripción, valoración y
observaciones. (ver anexo 8)

El bloque de identificación comprende lo
siguiente:

  • Denominación

  • Localización (mapa local /
    comarcal)

  • Descripción del recurso: rasgos definitorios,
    características principales, fragilidad, nivel de
    excavación, nivel de conservación,
    etc.

  • Zona turística en la que se
    integra

  • Información fotográfica

  • Categorías de recursos
    turísticos

  • I. Recursos naturales

  • II. Recursos
    histórico-culturales

  • III. Infraestructura
    turística

  • IV. Infraestructura-Equipamiento

A su vez, la categoría de recursos
histórico-culturales comprende: arquitectura popular,
arquitectura monumental, artesanía, manifestaciones
artísticas, folklore, juegos populares, fiestas y
tradiciones, ferias y eventos, urbanismo y gastronomía,
vinos y otros productos similares de la localidad.

El bloque de descripción comprende:

  • Relación con otros recursos o
    circuitos

  • Infraestructura específica del recurso:
    servicios de información, oficinas,
    investigación, aseos, sala de audiovisuales, salas de
    exposiciones, áreas de descanso, cafetería,
    tienda de souvenirs, etc.

  • Equipamiento y servicios turísticos del
    entorno: oferta turística próxima como hoteles,
    restaurantes, bares, etc.

  • Calendario y horario de
    utilización

  • Propiedad (pública, privada)

  • Organismos responsables de su ordenación,
    gestión y promoción

  • Nivel y grado de utilización del recurso
    (está siendo aprovechado, susceptible de
    aprovechamiento, aprovechamiento restringido, aprovechamiento
    no recomendable)

  • Facilidades de acceso exterior y proximidad a
    centros emisores

  • Tipo de demanda que lo utiliza
    (características sociológicas, edad, nivel
    económico, estudios, número del grupo que
    visita, procedencia (local, regional, internacional).
    Básicamente si es turista cultural, afortunado o
    incidental

  • Existencia de actividades incompatibles

  • Existencia de líneas directrices en
    ordenación y planificación

  • Análisis de la accesibilidad dentro del
    recurso

  • Accesibilidad física a los elementos
    patrimoniales: recurso con acceso posible o no (abierto o
    cerrado al público), escaleras, rampas,
    señalización de accesos, etc.

  • Aparcamientos: características,
    ubicación, sombras, etc.

  • Señalización externa e interna del
    recurso: hacia y en el recurso

  • Accesibilidad intelectual de los recursos:
    descripción de señales, carteles y paneles,
    legibilidad, sencillez-claridad

  • Áreas de descanso: distribución,
    tipología, etc.

El bloque de valoración comprende:

  • Análisis de jerarquías

  • Atractivo de gran interés: 3

  • De interés turístico: 2

  • Recurso complementario: 1

  • Sin interés turístico actual:
    0.

  • Especificidad o importancia (en relación con
    otros recursos de naturaleza).

Por último, en el bloque de las observaciones se
contemplan aspectos como: el aprovechamiento y utilización
conveniente del recurso y acciones inmediatas para
emprender.

La culminación de estos bloques se concreta en la
elaboración de las fichas que conforman el catálogo
de recursos.

No todos los recursos son iguales, el potencial
turístico de un área se mide no sólo por la
cantidad sino por la calidad y disponibilidad de éstos.
(Navalón García María Rosario,
2008).

Además de la evaluación general de
potencialidad, han de tenerse en cuenta los aspectos más
relevantes, tanto positivos como negativos de un área. Es
decir, los principales aspectos que atraen o "conquistadores" y
aquellos que generan el rechazo o "desalentadores". Este criterio
es necesario porque, sencillamente, en el área
existirán aspectos que por sí mismos
constituirán un atractivo relevante o un desalentador
decisivo, haciendo variar ostensiblemente la valoración de
su potencialidad como producto turístico a explotar.
(Rodríguez Fariñas Ricardo, 1995).

Sin embrago, una fotografía de la
situación actual de los recursos no es suficiente. No se
trata para nada de discriminar el inventario de recursos, sino de
combinarlo con otras técnicas y procedimientos a fin de
obtener un diagnóstico (elemento activo del proceso de
planificación del desarrollo local), que lejos de los
tradicionales, sea más integral y
estratégico.

En las condiciones de la economía cubana, los
diagnósticos no han constituido del todo un elemento
activo para la toma de decisiones; han revelado su insuficiencia
como instrumento analítico al no sintetizar los problemas
centrales que confronta un territorio, ni han permitido evaluar
el efecto que los mismos introducen en el grado de desarrollo
alcanzado, la ejecución de determinados objetivos y
políticas.

La planificación estratégica a escala
local requiere de un diagnóstico estratégico que
constituya un instrumento metodológico que contribuya a
fundamentar las decisiones sobre los aspectos centrales del
desarrollo y orientar hacia dónde dirigir los recursos
limitados y las acciones en orden de prioridad, en cualquiera de
sus dimensiones.

A continuación se propone el procedimiento a
seguir por el autor para la elaboración final del
diagnóstico de los recursos turísticos
histórico-culturales en ciudades con altos valores
patrimoniales. Para la elaboración del mismo se ha tomado
como referencia el criterio de diversos analistas anteriormente
mencionados y el procedimiento propuesto en el 2007 por la Dra.
Eva Perón Delgado, perteneciente al Centro de Estudios de
Dirección Empresarial y Territorial de la Facultad de
Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de
Camaguey.

El procedimiento a seguir consta de las siguientes
etapas:

  • Etapa I: Información inicial. Los objetivos
    de la misma son: definir, captar y ordenar toda
    información relacionada con la situación actual
    de los recursos histórico-culturales. Comprende, entre
    otros, el inventario de recursos
    turísticos.

  • Etapa II: Cuantificación,
    clasificación y selección de
    expertos.

  • Etapa III: Conformación de la Matriz DAFO
    inicial (una gran DAFO). Incluye todas las debilidades,
    fortalezas, amenazas y oportunidades de dichos recursos, es
    decir, sus aspectos internos y externos.

  • Etapa IV: Conformación de las matrices
    Debilidades, Fortalezas, Amenazas y Oportunidades. El
    objetivo de esta fase es poder discriminar aquellos aspectos,
    tanto internos como externos, que son redundantes o no
    excluyentes y aquellos cuya influencia en el grado de
    desarrollo de la localidad es poco significativa. Todo esto
    bajo el criterio de un grupo de personas (expertos) con
    determinado grado de conocimiento, experiencia profesional en
    el tema en cuestión y nivel de responsabilidad en el
    trazado de estrategias de desarrollo. Los expertos
    tomarán en cuenta además de las propias
    peculiaridades del territorio, las principales tendencias y
    perspectivas que envuelven estos recursos turísticos a
    nivel nacional e internacional.

  • Etapa V: Conformación de la nueva DAFO (DAFO
    resumida).

  • Etapa VI: Evaluación de los vínculos
    entre el ambiente interno y externo (impactos
    cruzados).

  • Etapa VII: Validación y procesamiento final
    de la matriz resultante.

Para una mejor comprensión de los aspectos
anteriormente señalados se propone a continuación
un cuadro resumen. (ver figura 1)

Figura 1: Etapas del procedimiento para la
elaboración del diagnóstico estratégico de
los recursos turísticos histórico-culturales en
ciudades con altos valores patrimoniales.

Monografias.com

Fuente: elaboración del
autor.

La elaboración final del diagnóstico
contribuirá a la formulación de los objetivos, las
líneas estratégicas y las principales
políticas que permitirán centrar la
atención-del gobierno municipal y los diferentes actores-
en la toma de las decisiones que impulsen de forma significativa
su desarrollo y el de la comunidad.

2.3 Breve análisis descriptivo de los recursos
históricos-culturales de Trinidad

Como se mencionó en el epígrafe anterior,
los recursos histórico-culturales pueden presentarse de
disímiles formas, como patrimonio tangible (material) o
como patrimonio intangible (inmaterial).

De hecho, la propia ciudad de Trinidad constituye el
principal recurso histórico-cultural de la zona. En ella
se asentaron ganaderos, hacendados, azucareros y cafetaleros;
personas adineradas que demostraron el poder de su riqueza de
muchas maneras, una de las cuales fue levantar encantadores
palacios, suntuosas casonas y otras construcciones de una belleza
respetable. Muchas de estas edificaciones exhiben elementos que
testifican el desarrollo de la localidad y han perdurado al paso
de los años como testimonio de la plétora
arquitectónica de los siglos XVIII y XIX. Aún hacen
vivir sorpresa y encanto a quienes advierten los rasgos
distintivos que dan incomparable valor a la arquitectura que se
brinda de manera muy significativa, en una zona donde se
configura una agrupación habitacional homogénea
como pocas hay en Cuba por su antigüedad y magnitud,
constituyendo todo este sugestivo lugar el centro
histórico de la ciudad, que está entre los primeros
de la isla y que es uno de los conjuntos arquitectónicos
coloniales más completo y mejor conservado de
América.

La estructura urbanística de la ciudad fue creada
alrededor de espacios públicos, por lo que se puede
disfrutar en Trinidad de numerosas plazas y plazuelas. Entre las
más significativas se tienen las siguientes:

Plazas y plazuelas:

  • Plaza Mayor

  • Plaza Santa Ana

  • Plaza de las Tres Cruces o El Calvario

  • Plaza de Segarte

  • Plaza de Carrillo

  • Plazuela de Cándamo

  • Plazuela de Punta Brava

  • Plazuela Real del Jigue

  • Plazuela Tres Palmas

Estas plazas y plazuelas fueron el principal escenario
para la construcción de suntuosas edificaciones que
caracterizaron la arquitectura de la ciudad.

Las casas trinitarias tienen una fachada de
composición y textura barroca. Sus salas están
cubiertas por una artesa de trazas mudéjares repletas de
objetos e imágenes de patrimonio familiar, los aposentos
están a un lado y otro de la sala, una saleta con
recámaras a la izquierda y derecha y un corredor frente a
un patio corral extenso. Estas viviendas (ver anexo 9) han sido
fruto de una compleja evolución que va desde los
primitivos cobijos bajo techos de guano hasta las ricas piezas de
material importado. Muchas son las que caracterizan esta
arquitectura de los siglos XVIII y XIX, entre ellas: calle Camilo
Cienfuegos (antigua Calzada de Santo Domingo), vivienda # 272;
calle Camilo Cienfuegos (antigua Calzada de Santo Domingo),
vivienda # 265; calle Camilo Cienfuegos (antigua Calzada de Santo
Domingo), vivienda # 213 y calle Camilo Cienfuegos (antigua
Calzada de Santo Domingo), vivienda # 126, entre otras
muchas.

La ciudad posee además la particularidad de
conservar numerosos sitios arqueológicos coloniales. La
presencia en ellos de cerámica (barro cocido, loza y
porcelana) es recurrente. Al analizar su tipología se
aprecia que el grupo loza fina se encuentra muy representada en
los contextos arqueológicos, así como notoria es la
evidencia de marcas en las piezas. Como ejemplos de ello se
encuentran:

Sitios arqueológicos (ver anexo 10):

  • Real No 133: vivienda del Siglo XIX, conocida como
    la Casa de Félix Domínguez.

  • Desengaño No 424: vivienda del siglo XIX,
    conocida como Accesoria Ortiz, actual Mesón del
    Regidor. Su propietario fue Don José Rafael
    Ortiz.

  • Rosario No 406: vivienda del siglo XIX, actual Casa
    de la Cultura. Sus propietarios fueron: Joaquín
    Orizondo y Antonio Franqui Meyer.

  • Desengaño No 62: vivienda del siglo XVIII,
    actual Museo de Arqueología. Conocida como Casa
    Padrón. Sus propietarios fueron: Don Juan
    Andrés Padrón y Ángela
    Borrell.

  • Real No 90: vivienda del siglo XVIII, actual taberna
    La Canchánchara. Propietarios: Nicolás Pablo
    Vélez y Francisco Marín Villafuerte.

Es meritorio destacar las construcciones religiosas de
la ciudad. Desde el comienzo mismo de la fundación de la
villa con el pronunciamiento de la primera misa por Fray Juan de
Tesin, quedarían impregnadas en los trinitarios la
práctica y culto religiosos. Trinidad cuenta con varias
iglesias y conventos de enorme valor, por su nivel de
conservación, por el patrimonio material que atesoran y
por lo que significan para el pueblo. Tal es el caso de: la
Parroquial Mayor Santísima Trinidad, el Templo de San
Francisco de Paula, las ruinas de la Iglesia Santa Ana, el
antiguo Convento San Francisco de Asís y por
último, las ruinas de la Ermita Nuestra Señora de
la Candelaria de la Popa. Las creencias africanas no se quedaron
atrás, se fueron sincretizando como parte de la cultura
religiosa del pueblo trinitario. Esta religión
también tiene exponentes constructivos de gran valor: el
Templo de Yemayá, el Cabildo de Santa Bárbara, el
Templo de San Lázaro y el Santuario de Juana
Marín.

España dedicó cuantiosos recursos para la
defensa de sus colonias en América, sobre todo en aquellos
puntos de gran relevancia económica. Las fortificaciones
militares fueron una constante desde el punto de vista
constructivo y arquitectónico, por lo que la tercera villa
no estuvo exenta de eso. Aun existen vestigios de construcciones
militares que defendieron a Trinidad del ataque de corsarios y
piratas, entre las que se encuentran: El Fortín Vizcaya,
el de la Loma de la Vigía, la Cárcel Real y el
Cuartel de Caballería (antiguo Cuartel de Dragones). (ver
anexo 11)

En la localidad existen cinco monumentos que permiten
conocer la vida y obra de mártires que participaron en el
proceso revolucionario: el Monumento Alberto Delgado Delgado,
Monumento Manuel Ascunce y Pedro Lantigua, Monumento Conrado
Benítez, Monumento Manuel (Piti) Fajardo y el Monumento a
los Mártires Trinitarios.

Trinidad es la ciudad del país que posee el mayor
número de museos por cantidad de habitantes, por lo que es
conocida en el mundo como "la ciudad museo del Mar
Caribe
". Cinco de estos museos se encuentran en el centro
histórico de la ciudad, ofreciendo una esplendorosa
muestra de la Trinidad colonial. Ellos son: Museo
Romántico, Museo de Arquitectura, Museo de Historia, Museo
de Arqueología y el Museo de Museo Nacional de Lucha
Contra Bandidos. (ver anexo 12)

Aunque no un museo, existe en la ciudad uno como tantos
inmuebles que bien podrían serlo, no solo por sus valores
coloniales sino también por lo que representaron y
representan para la villa. Tal es el caso de la casa donde se
asentara, durante su estancia en Trinidad, el inminente sabio
alemán Alejandro de Humboldt.

Las condiciones histórico-sociales en las que
estuvo inmerso el territorio desde su fundación, marcadas
entre otros, por la fusión de la cultura española,
africana y por el propio desarrollo que alcanzó la villa
durante el proceso de colonización, entre otros,
propiciaron la formación de un amplio espectro de
tradiciones y leyendas, que engrosan el valor cultural de la
región.

Manifestaciones artísticas:

  • Musicales y danzarias: las descargas guajiras, las
    tonadas campesinas, la trova y los bailes y cantos
    afrocubanos.

  • Artesanales: bien conocidas son las joyas de la
    tradición trinitaria: la alfarería, el tejido y
    bordado de fibras, las labores de trenzado del yarey y la
    confección de esculturas de madera.

  • Populares: mitos y leyendas que dieron origen a
    celebraciones y fiestas populares.

Los mitos y leyendas, con sus misterios,
fantasías y realidades, entretejen la historia de la
Humanidad. En Trinidad se fueron enriqueciendo con el paso de los
años y hoy forman parte de muchos de los encantos que la
rodean. Entre los más conocidos y arraigados se tienen:
Caniquí[17]Barina y
Yarabí[18]El Cristo de la Vera Cruz, Carlos
Ayala y otras no menos importantes como: el Jigue del
Táyaba, el Niño Perdido, Ma´ Irene la
resucita, el Fantasma de la torre de Iznaga, Don Mariano Borrell,
Ma´ Dolores Cabarnao y el Fantasma del Palacio. (ver anexo
13)

Fiestas tradicionales y de carácter
religioso:

  • La Candelaria: fiesta tradicional que se celebra
    entre la población campesina y se efectúa el 2
    de febrero en el poblado de Condado. Es de origen canario y
    basada en la fe católica. Su celebración
    consiste en una gran feria donde se ofertan productos de todo
    tipo: artesanales, industriales, comidas, bebidas. Se
    realizan procesiones, bautizos colectivos, fiestas
    particulares, juegos de azar y peleas de gallos, las que en
    la actualidad están prohibidas.

  • San Blas: esta fiesta se realiza el día 3 de
    febrero en el poblado de Caracusey con idénticos
    antecedentes y características que La Fiesta de la
    Candelaria.

  • La Cruz de Mayo: celebrada en la comunidad de San
    Pedro del Palmarejo. Se basa en el antiguo mito que
    decía que si el santo era sacado a la calle en
    procesión, terminaría la sequía y
    comenzarían las lluvias. Tiene las
    características de las fiestas campesinas cubanas con
    mucha comida y ron en abundancia.

  • San Juan (carnaval)[19]: son las
    fiestas populares con mayor vigencia y las más
    celebradas en Trinidad.

  • Marítima Santa Elena: se celebra entre el
    17-18 de agosto en el poblado costero de Casilda en
    conmemoración a Santa Elena, patrona protectora de los
    pescadores. Se realizan juegos populares como: paseos de
    caballos y el puerco y la vara encebada.

  • Toques de tambor y ofrendas a Changó (Santa
    Bárbara): celebrada el día 3 de diciembre en el
    Cabildo de Santa Bárbara en Trinidad.

  • Toques de tambor y ofrendas a Babalú
    Ayé (San Lázaro): celebrada el día 17 de
    diciembre en el templo (cabildo) del santo en
    Condado.

  • Toques de tambor y ofrendas a Yemayá (Virgen
    de Regla): celebrada el día 7 de septiembre en el
    templo del santo, ubicado en la antigua calle Real en
    Trinidad.

  • Celebraciones de la Semana
    Santa[20]las celebraciones por la semana santa
    constituyen un fenómeno cultural-religioso que
    traspasa las fronteras del municipio y del país,
    además de que simbolizan la tradición
    católica (heredada de los españoles) del pueblo
    trinitario.

  • Aniversario de la fundación de la villa
    (semana de la cultura trinitaria): celebraciones en
    conmemoración a la fundación de Trinidad como
    la tercera villa fundada por los españoles en Cuba.
    Despliegue de todo un programa de actividades recreativas,
    galas culturales, exposiciones, eventos, donde se expone todo
    el acervo cultural, el talento y los logros alcanzados por
    esta añeja ciudad. Trinidad es la primera ciudad en el
    país en celebrar una semana de la cultura.

  • Fiesta del Día de Reyes: en la actualidad
    existe un baile afrocubano de igual nombre en honor a la
    fecha. Antiguamente los negros se tomaban ese día para
    realizar sus prácticas religiosas.

  • Otras festividades que desgraciadamente hoy no se
    realizan pero que tuvieron su origen y se fueron
    sincretizando con la incorporación de lo africano y de
    lo español: fiesta de Santa Cecilia, celebrada por los
    músicos y la de los Zapateros San Crispín,
    patrono de los Zapateros. Aunque no vigentes en la
    actualidad, forman parte y enriquecen el legado cultural de
    los trinitarios de generación en
    generación.

La ciudad cuenta con una amplia tradición de
juegos populares, entre los que se destacan: la competencia de
trinos de pájaros en las calles, donde se dan cita
criadores de sinsontes, negritos, tomeguines y mariposas; el
juego de dominó en las calles, organizándose
competencias entre los barrios; el corrido de caballos; la subida
del palo encebado y la captura del cerdo encebado.

Lo típico de la cocina cubana y por ende
trinitaria es el cerdo asado, el congris y la yuca con mojo;
además Trinidad es muy conocida por su cocina a base de
mariscos como la langosta y el camarón. Entre los dulces
más degustados están el arroz con leche y las
cremitas. Las bebidas son igualmente populares, pero sin dudas la
más singular y característica es La
Canchánchara, trago elaborado a base de ron y miel de
abejas que se sirve en una vasija de barro semejando una
jícara.

Existen en la ciudad otros lugares de valor
histórico-cultural: las ruinas del antiguo Teatro Brunet,
las de Segarte, la Casa de la Trova, el Palenque de los Congos
Reales, el Teatro "La Caridad", La Casa de la Música de la
EGREM, la taberna "La Canchánchara", la Biblioteca
Municipal, la Galería "Amelia Peláez" y "Benito
Juárez", la Casa de la Cultura "Julio Cuevas", entre
otros.

El Valle de los Ingenios fue declarado por
la UNESCO, junto al Centro Histórico de la ciudad de
Trinidad, como "Patrimonio Cultural de la Humanidad" en el
año 1988. Con una extensión de alrededor de 276
kilómetros cuadrados y geográficamente integrado
por los valles de La Pastora, San Luís, Santa Rosa, el del
segundo tercio del Agabama, la depresión de Meyer y
rodeado por otras unidades como la Serranía de Aracas, la
Llanura Sur y la franja del Litoral, constituyó el
territorio idóneo para el asentamiento y desarrollo de la
producción azucarera de la región en los siglos
XVIII y XIX, siendo la base para el florecimiento
socioeconómico de la villa La Trinidad. Sustentado por el
sudor esclavo, aun hoy como en aquellos tiempos, se pueden
apreciar en él los restos constructivos de alrededor de 73
sitios arqueológicos, subsistiendo haciendas,
caseríos de esclavos, enfermerías y otras
edificaciones. La existencia de marcados valores en el mencionado
valle, identifican un producto sumamente relevante para el
turismo especializado. A esto se le suma el gran potencial
(aún no aprovechado) existente en el área como un
atractivo turístico casi único en el país y
en el mundo, marcado por los vestigios de una época que
parece continuar renaciendo.

Los 73 sitios localizados en el Valle de los Ingenios
conservan objetos arqueológicos, que incluyen tanto restos
constructivos de las antiguas fábricas como una rica
colecta de superficie con elementos de la maquinaria industrial y
objetos utilitarios de la vida fabril, esclava y de los
dueños de las plantaciones. Estos sitios constituyen una
fuente importante para el desarrollo turístico y del
territorio en sentido general. Entre ellos tenemos los
siguientes:

  • Manaca Iznaga[21]conjunto
    monumentario cuyos exponentes fundamentales son: la casa de
    vivienda o casa-hacienda (ver anexo 14), torre campanario,
    almacén-herrería-cocina, caserío de
    esclavos, enfermería, entre otros.

  • Cementerio de esclavos: sitio aún por
    explorar que se encuentra muy cerca del asentamiento
    fundamental de Manaca Iznaga. Conserva el trazado original,
    con sus muros construidos, que emplean como elemento de
    pared, la piedra azul en forma de laja y con la mezcla
    similar a la empleada en el resto de las construcciones.
    Llama la atención que su ubicación está
    en el perímetro donde corre un arroyo.

  • San Isidro de los
    Destiladeros[22](ver anexo 15): constituye un
    exponente de la cultura azucarera de la región,
    conserva la casa vivienda, la torre, el aljibe, las hornallas
    y excepcionales ejemplos de la obra hidráulica del
    siglo XIX.

  • Se destacan además: Guáimaro (ver
    anexo 16), Buena Vista (ver anexo 17), Guachinango (ver anexo
    18), Palmarito, Cañamabo, El Papayal y La
    Pastora.

El Valle de los Ingenios cuenta en la llanura costera
del sur con el poblado de San Pedro, el más importante
exponente de la arquitectura vernácula al poseer un
conjunto de viviendas construidas en la segunda mitad del siglo
XIX con la técnica del embarrado.

Existen alrededor de 35 sitios más donde
permanecen ruinas que pertenecieron a construcciones del proceso
industrial o fabril azucarero, casas de hacienda, casas de
dotaciones de esclavos, enfermerías y caballerizas como
son: El Barral, El Corojar, La Yaguana, La Guaya, Santa Rita,
Santa Isabel, Mainicu, Altunaga, El Amparo, Aracas Viejos, El
Abanico, Algaba (Montserrat de Algaba), Magua y
Condado.

La existencia de estas edificaciones y la relativa
cercanía entre las mismas constituyen de hecho, un
macroconjunto patrimonial de gran interés para los
visitantes. A pesar de la singularidad y casi virginidad de estos
sitios, no se ha sabido explotar sus potencialidades como uno de
los tantos atributos que hacen de Trinidad de Cuba un destino
turístico excepcional.

2.4 Diagnóstico de los recursos
histórico-culturales

Esta etapa inicial del diagnóstico de los
recursos histórico-culturales de Trinidad que se propone a
continuación, está basada en lo fundamental en la
consulta y análisis de las fichas que conforman el
catálogo de dichos recursos. Además fueron tomados
en cuenta valiosos criterios de personalidades especializadas en
el tema (expertos), tanto nacionales como internacionales,
así como la revisión de un cúmulo importante
de bibliografía actualizada. Se selecciona el modelo de la
Matriz DAFO para elaborar el diagnóstico, mostrando las
fortalezas (F), debilidades (D), amenazas (A) y oportunidades (O)
que tiene en la actualidad el patrimonio trinitario. El
diagnóstico contribuirá a la formulación de
una estrategia encaminada a potenciar el desarrollo local de
Trinidad, cuyas potencialidades como ciudad de alto valor
patrimonial así se lo permiten.

Debilidades:

  • Infrautilización turística del
    patrimonio histórico-cultural.

  • Alto nivel de entropización de algunas
    zonas.

  • No existencia de un sistema se
    señalización adecuado como elemento orientador
    y guía de las características, facilidades y de
    accesibilidad a los diferentes recursos.

  • Accesibilidad deficiente (externa e interna):
    carencia en Trinidad de un aeropuerto internacional y mal
    estado de las redes viales que impiden el acceso y la
    conectividad con asentamientos poblacionales y sitios de
    interés histórico-cultural.

  • Sobrecarga turística.

  • Movilidad urbana mejorable: parqueos y trasporte
    disponible, que provoca problemas de capacidad en los accesos
    a los núcleos de interés
    turístico.

  • Deficiente sistema de rutas turísticas:
    inexistencia en muchos casos de circuitos o senderos trazados
    para los recorridos.

  • Distribución desequilibrada de la afluencia
    turística en el territorio.

  • Deficiente nivel de oferta complementaria: oferta de
    alojamiento cercana a los recursos y escasa red
    gastronómica, particularmente de las tradiciones
    culinarias locales.

  • Arquitectura no deseable o foránea a las
    características e historia de la ciudad:
    pérdida de la identidad por edificaciones banales y
    con un elevado nivel de estandarización.

  • Problemas de limpieza y saneamiento en áreas
    específicas.

  • Uso y manejo inadecuado de muchas
    áreas.

  • Ausencia de montajes que permitan exhibir la riqueza
    patrimonial.

  • Reducción de la diversidad
    paisajística producto de la existencia de elementos
    que provocan un impacto visual negativo.

  • Visualización deficiente del paisaje (falta
    de equipos).

  • Escaso nivel de accesibilidad a la
    información local, tanto por infraestructura como de
    personal especializado: no existe un centro de
    información ni guías especializados en el
    patrimonio cultural trinitario, lo que provoca una
    comunicación idiomática deficiente.

  • Bajo nivel de conciencia turística por parte
    de la población local.

  • Falta de formación y capacitación:
    escasez de personal especializado en las actividades de
    conservación del patrimonio local.

  • Escasa iniciativa local emprendedora: el gobierno
    local no desarrolla políticas turísticas
    suficientes que potencien la actividad del sector.

  • Descoordinación entre los actores encargados
    de dinamizar el patrimonio cultural. Desconexión de
    actuaciones dentro y fuera del municipio.

  • Falta de confianza en las propias
    capacidades.

  • Desestructuración económica, social o
    cultural de la comunidad.

  • Problemas de financiación.

  • Inexistencia de un Plan de Manejo Integrado y del
    proyecto Agenda XXI para la ciudad.

  • No aprovechamiento de la interpretación del
    patrimonio como una estrategia para elevar la calidad y la
    experiencia turística.

  • Estrategia de comercialización
    turística deficiente: hoy Trinidad de Cuba no se vende
    como un destino histórico-cultural.

Fortalezas:

  • Declaración por la UNESCO del Centro
    Histórico de la ciudad y el Valle de los Ingenios como
    Patrimonio Cultural de la Humanidad desde el año
    1988.

  • Trinidad como la tercera villa fundada por los
    españoles en la isla.

  • Singularidad y marcado grado de conservación
    de los valores patrimoniales y los elementos
    arquitectónicos de la época: mosaicos,
    azulejos, columnas, pilastras, platabandas, cancelas,
    zócalos, rejas, etc., que hacen de su casco
    histórico uno de los mejores conservados de Cuba y de
    América Latina y el Caribe.

  • Conjunción (en un mismo destino
    turístico que no excede los 20km de radio) como en
    ningún otro lugar de la zona central y del
    país, de los más diversos atractivos: cultura,
    tradición, historia, paisajes naturales, playa y
    contemporaneidad.

  • Existencia de un clima favorable para el disfrute de
    los recursos durante todo el año.

  • Presencia de sitios con alta calidad
    escénico-paisajística.

  • Existencia de sitios excepcionales en estado virgen,
    aún no explotados (mayoritariamente en el Valle de los
    Ingenios).

  • Factibilidad del turismo cultural trinitario para
    todos los segmentos turísticos.

  • Existencia de zonas o áreas
    lúdico-recreativas.

  • Alto nivel de fidelidad hacia el destino y hacia los
    productos turísticos culturales en
    explotación.

  • Valores, tradiciones y costumbres del pueblo
    trinitario.

  • Favorable percepción de la seguridad
    ciudadana por parte de los turistas.

  • Facilidades para el desarrollo de actividades
    colaterales a la explotación turística:
    encuentros, conferencias, actividades culturales y proyectos
    comunitarios destinados a transmitir a las nuevas
    generaciones la necesidad de preservar el acervo cultural de
    la ciudad.

  • Los recursos histórico-culturales constituyen
    una fuente de esparcimiento, recreación y aprendizaje
    para la comunidad local.

  • Son productos turísticos generadores de
    empleo en las zonas donde se encuentran.

  • Capital humano comprometido con el mantenimiento del
    patrimonio.

  • Experiencia profesional del personal encargado de la
    difusión, cuidado y conservación del patrimonio
    trinitario.

  • Desarrollo de una cultura turística debido a
    la superación y perfeccionamiento del personal
    asociado al sector turístico.

  • Validez de la expresión patrimonial y su
    reconocimiento a escala nacional e internacional.

  • Desarrollo político, cultural,
    científico y educacional alcanzado por la
    población.

Amenazas:

  • Afecciones a la permeabilidad de la trama
    urbana.

  • Escasez de recursos en favor del mantenimiento del
    paisaje.

  • Susceptibilidad a los embates de fenómenos
    naturales.

  • Alta dependencia de turoperadores extranjeros y
    centralización de la comercialización en las
    Casas Matrices.

  • Crítica situación económica
    internacional, desastres naturales o provocados y epidemias
    que afecten los países emisores de turistas.
    Desbalances en el flujo turístico
    internacional.

  • Fuerte competencia de otros polos en el país
    y la región del Caribe. Incremento de la
    competitividad entre destinos.

  • Desequilibrios entre el incremento de la actividad
    turística y la sensibilización social entorno
    al turismo.

  • Incremento de los costos en el mercado internacional
    relacionados con las actividades de
    restauración.

  • Bloqueo económico, comercial y financiero de
    EE.UU.

  • Presencia de barreras para aceptar
    cambios en la demanda, la diversificación de la oferta
    y las nuevas tecnologías.

  • Riesgos culturales y sociales que ponen en peligro
    la preservación de los valores auténticos de
    las comunidades.

Oportunidades:

  • Situación política estable: permite la
    tranquilidad y la seguridad social y ambiental del
    destino.

  • Redimensionamiento del producto turístico
    cubano.

  • Crecimiento constante del turismo en las
    próximas décadas. Descenso del turismo de sol y
    playa y ascenso del turismo urbano, turismo que tiene por
    destino la ciudad, su historia y su cultura.

  • Incremento, en tiempo de crisis, del turismo
    cultural como modalidad turística potencial, capaz de
    generar ingresos y cumplir con los indicadores de
    sostenibilidad.

  • Partes: 1, 2, 3, 4, 5
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