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¿Se enamoran o se identifican los adolescentes con el otro?



Partes: 1, 2

  1. Resumen
  2. Introducción
  3. El joven y sus
    dolores
  4. Conclusiones
  5. Bibliografía
  6. Anexos

"Mis queridos jóvenes: Veo la luz de vuestros
ojos, la energía que emana de vuestros cuerpos, y la
esperanza que impregna vuestras almas. Sé que sois
vosotros, y no yo, quienes levantaréis el futuro…
Que vosotros y no yo, rectificaréis nuestros errores y
haréis suma y sigue con las cosas buenas de este mundo"-
Nelson Mandela.

Fundación Universitaria Luis Amigó,
Medellín- Antioquia.

Resumen

A partir del rastreo del concepto de adolescencia, desde
una mirada psicológica y sus diferentes enfoques y
puntualmente de la revisión del concepto que tienen los
adolescentes del amor. Este artículo analiza los momentos
cruciales por los que atraviesa el adolescente cuando inicia el
proceso de vinculación afectiva con el otro. La
separación y el duelo, actualmente generan episodios
decisivos para las distintas elecciones de vida. Al realizar el
estudio con los adolescentes se abordaron las diferentes etapas,
como puente entre el proceso que se da en el estadio infantil al
paso de la adultez.

El propósito de este estudio fue establecer una
relación entre las variables: el Amor, la
separación y la concepción que tiene la comunidad
adolescente Homosexual y Heterosexual que frecuentan zonas
lúdicas y de integración en área
metropolitana (Parque de los Deseos y Parque lleras).

En el estudio participaron aproximadamente 200
adolescentes, a 150 se les aplico una encuesta y a los 50
restantes una entrevista. La edad de los adolescentes oscila
entre los 14 y 18 años.

Abstract

From the concept of adolescence tracking from a
psychological look and their different approaches and timely
review of the concept of having teenagers love. This paper
analyzes the crucial moments that beset the adolescent when you
start the bonding process with the other. The separation and
bereavement are generating decisive episodes for different life
choices. In conducting the study with adolescents addressed the
different stages as a bridge between the process that occurs in
the infant stage to the passage of adulthood.

The purpose of this study was to establish a
relationship between the variables: Love and separation and the
design community has homosexuality and heterosexuality teenager
who frequent recreational areas and metropolitan integration. The
study involved approximately 200 adolescents, 150 were applied a
survey and interview the remaining 50. The age of adolescents
between 14 and 18 years.

Palabras Claves: Adolescencia, Amor,
Separación, Duelo, Homosexualidad y
Heterosexualidad.

Key words: Adolescence, Love, Separation,
Mourning, homosexuality and heterosexuality.

Introducción

Mediante ésta investigación se pretende
analizar los distintos factores que influyen en las crisis
emocionales por la que atraviesan los adolecentes al establecer
un vínculo afectivo. Así como conocer el impacto
que se genera en los jóvenes a nivel personal, familiar y
social respecto al hecho de enfrentarse y someterse a procesos de
enamoramiento, teniendo en cuenta que para la gran mayoría
de los adolescentes implica un cambio biológico y
psicológico. Además, el modelo económico
capitalista de consumo masivo y en exceso, impacta lo afectivo y
emocional, es parte sustancial de una cultura que forma, deforma,
marca, construye y destruye.

Este proceso de adaptación y asimilación
en la adolescencia es importante, dado que permite la
elaboración de su identidad y el planteamiento de su
proyecto de vida; por esto es clave que el joven genere un
proceso de aceptación-confrontación en el
transcurso de sus vivencias a nivel
afectivo-emocional.

Uno de los propósitos de esta
investigación es tener una visión más amplia
del fenómeno adolescente actual: lo que piensan, lo que
sienten respecto al cambio, a la identificación con el
otro par amoroso y como es el proceso de asimilación y
adaptación cuando se presenta una separación. Todo
esto tiene que ver con la dificultad que se genera al terminar un
vínculo amoroso. Al adolescente se le dificulta comprender
que su cuerpo se encuentra pasando por un cambio, como
también el entender que cuando se quiere a alguien se
puede presentar la ruptura, lo cual impactará su
relación con el mundo y con él mismo.

Se requiere de estrategias de sensibilización y
formación ante el fenómeno que es latente en esta
comunidad, por tal razón la metodología que se
utilizará, será una investigación
cualitativa. Basaremos nuestra pesquisa en la teoría
psicoanalítica, pero consideraremos algunos referentes
teóricos de otras corrientes psicológicas.
Aplicaremos herramientas como: entrevistas, rastreo, estudio de
casos y encuestas; donde se interactúe con los
adolescentes.

Se eligió como escenario para la presente
investigación, un lugar frecuentado por los adolescentes
con identificación sexual homosexual, bisexual y
heterosexual, conocido comúnmente como El Parque de los
Deseos, estación Universidad del Metro, debido al
interés de los investigadores por conocer y entender las
distintas dinámicas que el joven adolescente practica
allí y cuál es la intencionalidad de sus
reuniones.

Se concluye que para que este estudio investigativo
pueda generar un impacto en la construcción, pensamiento e
interacción social y en la vinculación de los
adolescentes con el otro; se debe conocer en primera instancia
cuales son los intereses de ellos y luego analizar cuál es
el papel que tiene el adolescente en el pensamiento de los
adultos, referido a sus comportamientos, forma de relacionarse,
de identificarse y de asimilar la pérdida. A raíz
de esto nos surge el interrogante de si el adolescente se
encuentra en la capacidad de atravesar un proceso de duelo; y si
realmente los adolescentes suelen identificarse o enamorarse del
otro.

El joven y sus
dolores

La adolescencia es una de las fases de la vida
más fascinantes y quizás más complejas, es
una época en que la gente joven asume nuevas
responsabilidades y experimenta una sensación de
independencia. Existen una serie de pérdidas por las que
atraviesa un joven en su adolescencia que dejan huellas
profundas, que en muchos casos define y moldea su comportamiento,
como son las pérdidas físicas, como perder la
vista, o una extremidad y en el peor de los casos la muerte, que
es una de la principales.

Las pérdidas mas significativas en nuestra vida
se producen por muerte, divorcio o abandono de nuestros seres
queridos, que nos producen un motivo de desilusión y de
apego, tan fuerte que en la infancia se hace difícil
entender el por qué la partida de aquello que tanto se
quiere.

Hay pérdidas que generan cambios "normales"
durante el desarrollo de la vida. Algunos ejemplos son la
adolescencia, el inicio o el final de la escuela, cambios
relacionados con la edad, como perder cabello, reducción
de energía.

La cuarta área es la pérdida de objetos
importantes como dinero, esperanzas, aspiraciones o expectativas,
así como cambios en el medio social.

El temor que producen las pérdidas se origina,
-al menos inconscientemente- como reacción primaria, por
la amenaza que representa para nuestra sobrevivencia. En la
infancia se corre el riesgo de quedar muy afectado
psíquicamente y se crean apegos inadecuados -por la
inmadurez emocional que se maneja en este paso de la vida- La
inmadurez emocional, como el esquema central de todo apego,
implica una perspectiva ingenua e intolerante ante ciertas
situaciones de la vida, por lo general incómodas o
aversivas. Se señalan tres manifestaciones de la inmadurez
emocional relacionadas con el apego afectivo, tales son: bajos
umbrales para el sufrimiento que tiene que ver con la incapacidad
para soportar lo desagradable; está regida por el
principio del placer y la evitación inmediata de todo
estímulo aversivo, por insignificante que sea…, baja
tolerancia a la frustración, entendida como la incapacidad
para elaborar duelos, de procesar pérdidas y el no aceptar
que la vida no gira a nuestro alrededor, y la ilusión de
permanencia, que es el anhelo de la continuación y
perpetuación, Walter Rizo (2004).

Por tal motivo, es importante realizar un recorrido por
las distintas etapas que enfrenta el adolescente, como son: la
transformación del cuerpo, que implica el paso de la
infancia a la adolescencia. Freud en su texto: "Tres ensayos para
una teoría sexual" (1905) ubica a la pubertad como el
proceso después del cual se desencadenan los cambios que
conducen la vida sexual infantil a su conformación
definitiva; donde surge el concepto de la diferencia sexual y un
modelo de imitación hacia el otro. Se genera en el
adolescente un periodo de cambio físico, emocional,
afectivo-sexual y la búsqueda constante para encontrarle
una explicación al cambio. En palabras de Bercovich (1994)
"el sujeto que adolece, lo que allí hay de dolor, sabemos
que hay que renacer, hay un despertar sexual" porque no nos
enfrentamos a una adolescencia, si no a muchachas y muchachos que
están creciendo con una serie de preguntas a su
alrededor.

Por otra parte se atraviesa por la atracción,
gusto o química por el otro, donde surgen una serie de
mitos y fantasías sobre la relación amorosa que
lleva al adolescente a generar una descarga de sentimientos sin
límites y por tal motivo aparece la desilusión ante
una pérdida, donde el sujeto debe someterse a una
transición dolorosa por el desligamiento amoroso que se
efectúa con el otro, realizando así un proceso de
renuncia o de separación.

Es importante tener en cuenta la visión que tiene
el adolescente sobre el amor, las implicaciones de este, que
desde su manera de vivir, se convierte en algo poco duradero y
divertido, sin contemplar los límites que hay, establecido
por el orden social y determinando una manera de amar. En la vida
del adolescente se vivencian constantemente pérdidas a
nivel físico y emocional, donde se pone en juego la
autoridad, el amor, la compañía del otro, generando
así un sinnúmero de emociones que conllevan a
distintas maneras de actuar y reaccionar ante las
pérdidas.

Esto puede ser generado por la desesperada
búsqueda de sentir emociones a toda costa; por causa de la
aceptación y la necesidad de establecer vínculos
con el otro. Hay que tener en cuenta el impacto que tiene en el
individuo este despliegue de adrenalina, donde este no percibe
las consecuencias ni problemas a futuro, simplemente experimenta
lo que vive, sin comprender el cambio que se encuentra
atravesando, como lo menciona Arminda Aberastury (1971). Tanto
las modificaciones corporales incontrolables como los imperativos
del mundo externo que exigen al adolescente nuevas pautas de
convivencia, son vividos al principio como una invasión.
Esto lo lleva -como defensa- a retener muchos de sus logros
infantiles.

Según la UNICEF, los jóvenes buscan su
identidad, aprenden a poner en práctica valores aprendidos
en su primera infancia y a desarrollar habilidades que les
permitirá convertirse en adultos atentos y responsables.
Cuando los adolescentes reciben el apoyo y el aliento de los
adultos, se desarrollan de formas inimaginables,
convirtiéndose en miembros plenos de sus familias y
comunidades y dispuestos a contribuir. Llenos de energía,
curiosidad y de un espíritu que no se extingue
fácilmente, los jóvenes tienen en sus manos la
capacidad de cambiar los modelos de conducta sociales negativos y
romper con el ciclo de violencia y la discriminación que
se transmite de generación en generación. UNICEF
(2002). Es por tal razón que algunos de los adolescentes,
que se la pasan en la búsqueda de la aceptación y
de la identificación, tienden a vivenciar unas
modificaciones corporales, así que rompe gran parte sus
conexiones con el mundo externo, pero no porque estén
enfermos, sino porque una de las manifestaciones de su crisis de
crecimiento es el alejamiento del mundo para refugiarse en un
mundo interno, que es seguro y conocido; todo lo desconocido
genera en el adolescente temor a la pérdida, es decir,
siente temor a ser atacado por algo que aún no siente
propio de él y esto lo lleva a resguardarse en su
mundo.

Así mismo el joven al realizar el paso de la
infancia a la adolescencia presenta un cambio notorio en el
cuerpo y aunque esto suceda, la preparación para que los
adolescentes acepten sus transformaciones tiene que ver con la
capacidad de asimilar estas crisis, y es cuando comprenden que
tienen funciones parecidas a sus padres: "solo cuando el
adolescente es capaz de aceptar satisfactoriamente estos dos
aspectos, puede empezar a aceptar en forma fluctuante los cambios
de su cuerpo, y comienza a surgir su nueva identidad" Aberastury
(1971). Capitulo 3. El duelo por el cuerpo, la identidad y los
padres infantiles. (p115.)

De acuerdo a lo anterior, surgió en nosotros el
interés por realizar un estudio en el contexto del
adolescente actual, teniendo en cuenta su forma de vincularse con
el otro. Por tal razón es necesario comprender de
qué manera el adolescente asimila la separación de
su objeto deseado, y de este modo indagar como es el proceso de
enamoramiento e identificación.

Como profesionales en el área de la
Psicología Social partimos de una visión más
holística sobre el concepto de adolescencia y las
distintas fases que atraviesa en su proceso.

Algunos adolescentes se la pasan en la búsqueda
de aceptación y de identificación, tienden a
vivenciar unas modificaciones corporales, que rompen gran parte
sus conexiones con el mundo externo, no porque estén
enfermos, sino porque una de las manifestaciones de su crisis de
crecimiento es el alejamiento del mundo social que los
condiciona, para refugiarse en un mundo interno, que es seguro y
conocido. Todo lo desconocido genera en el adolescente temor a la
pérdida, siente temor a ser atacado por algo que
aún no siente propio y esto lo lleva a resguardarse en su
mundo.

El joven al realizar el paso de la infancia a la
adolescencia, presenta un cambio notorio en el cuerpo y la
preparación para que los adolescentes acepten sus
transformaciones, tiene que ver con la capacidad para asimilar
estas crisis. Comprenden que tienen funciones parecidas a sus
padres (reproducción sexual y amorosa), el duelo por el
cuerpo en proceso de adquisiciones y pérdidas.

La crisis puberal determina un autismo defensivo y la
impotencia despertada por la continua frustración frente
al mundo real externo. Según Arminda Aberastury: El
adolescente al realizar el paso de la infancia a la adolescencia
presenta un cambio notorio en el cuerpo y aunque esto suceda, la
preparación para que estos acepten sus transformaciones
tiene que ver con la capacidad de asimilar estas crisis. Donde
comprenden que tienen funciones parecidas a sus padres
(reproducción sexual), la representación de un
duelo por el cuerpo: paso de niño a adulto.

En la actualidad las Naciones Unidas – UNICEF analizan
que particularmente las niñas, pero también algunos
niños, están llegando a la pubertad y
experimentando algunos de los principales cambios
fisiológicos y psicológicos relacionados con la
adolescencia, antes de ser considerados adolescentes (10- 19
años).

Pero también sucede que algunos niños
varones entran a la pubertad a los 14 ó 15 años,
cuando ya han sido tratados como adolescentes en la escuela
durante al menos dos años, y cuando ya han forjado
relaciones con niñas y niñas mucho más
desarrollados física y sexualmente; es decir, que los
adolescentes están viviendo procesos acelerados en el
transcurso de su desarrollo de aceptación y
adaptación de su propio organismo.

Carlos Espinoza Marín, (s.f.) en su ensayo:
Adolescencia ¿Crisis o Duelo?; hace referencia a lo
anterior cuando dice que

… no nos enfrentamos a una adolescencia, sino a
muchachas y muchachos que están creciendo, con una serie
de preguntas alrededor de su cuerpo, con necesidades diversas que
pasan no solo por lo biológico o psicológico, por
lo económico sino por lo afectivo y emocional, inserto en
una cultura que lo forma, lo deforma, lo marca, lo construye y lo
destruye (como lo queramos ver)." Así mismo sostiene que
"es la hora de concebir al adolescente como una persona que se
encuentra en un periodo de cambios, a nivel físico,
emocional, afectivo, sexual, que requiere de apoyos y recursos
psicológicos y sociales para alcanzar ciertas metas, tales
como la elaboración de su identidad y el planeamiento y
desarrollo de un proyecto de vida satisfactorio.(p.2)

Es por tal razón que los adolescentes van en
búsqueda del conocimiento de su propio cuerpo y de las
preguntas comunes que aparecen, que ven la adolescencia como un
nacimiento "diferente", en el que se definen para el hombre y la
mujer ya No las condiciones de "su existencia", sino las
condiciones de su vida. El duelo por el que atraviesa el
adolescente no solo es a nivel del cuerpo, o de su círculo
social, también es un duelo familiar, por que como
decía Maren Ulriksen (2004) "En todo proceso de
adolescencia la operación de separación concierne
también a los padres". En este ciclo, el adolescente
adquiere recurrentemente estados de tristeza y abandono.
También es frecuente, cuando dejan a las personas que
hacen parte de su vida amorosa, ya que el sujeto llega a sentir
el tormento de la separación de ese "objeto
amado".

Es importante tener en cuenta para nosotros como
investigadores de una problemática Psico-social que el
constructo emocional y personal que hacen nuestros adolescentes
del siglo XXI – actualmente se encuentran expuestos a ambientes
vulnerables e influenciables- es el medio donde adquieren nuevas
experiencias a nivel de enamoramiento, duelo, autoridad y
sexualidad, por lo tanto los jóvenes contribuyen a un
cuestionamiento ético y moral, de una sociedad consumista
que constantemente incita a un "Libre desarrollo de la
personalidad".

El adolescente en su búsqueda de
vinculación a grupo social puede generar relaciones
interpersonales, donde se observan márgenes de
territorialidad y esto puede determinar un intercambio personal.
Como afirma Walter Riso (2003) "Los humanos, al igual que los
animales, estructuran a su alrededor un espacio primitivo y
exclusivo, a partir del cual se sienten amenazados si alguien
traspasa ese umbral de reserva personal".

Del tal forma el adolescente busca generar una intimidad
y estilos propios de comunicación y relación. El
amor adolescente es un mundo fascinante pero lleno de laberintos,
que se pueden convertir en callejón sin salida si no se
toma con madurez, bajo la égida del comprometerse con el
otro, ó con otros, lo cual demanda una serie de
responsabilidades, compromisos, y entender que el mundo de ese
otro es algo completamente diferente a lo que creemos y queremos.
Y es por eso que la angustia que se genera en los jóvenes
que están en ese paso de querer salir del ceno de sus
familias, olvidarse de todo, querer hacer lo que el medio actual
demanda, fiestas, desenfreno, amoríos, libertinaje etc.;
es allí donde el termino compromiso adquiere un valor
fundamental en toda relación, ya que aunque sea
tormentoso, es una base sólida para la
configuración sensata de su vida amorosa.

Es normal que los adolescentes tengan relaciones cortas,
porque la adolescencia es una etapa de una búsqueda
constante de experiencias y de saber que es de lo que se
están "perdiendo", pero si en esa búsqueda el joven
no tiene claro e instaurado unos principios éticos y
morales básicos, no se tiene una figura de autoridad
fundamentada en el respeto, el amor, y el apoyo que se brinda en
el seno de sus familias, se es más propenso a sufrir, y
quedarse atado a terceros, buscando ser reconocido, aceptado y
amado desde unos comportamiento que no son bien aceptado por la
sociedad. Amor en un adolescente es una emoción, un
sentimiento o un afecto, que se manifiesta y se acompaña
de reflexiones. Este sentimiento compromete la autoestima, que
implica un nivel de interacción o comunicación
entre las personas, para poder llegar al conocimiento de la otra
persona, que incluye aspectos de la sexualidad como son el deseo,
la atracción, es decir, una determinada respuesta sexual
que de algún modo interviene en el crecimiento
personal.

Otra arista importante del sentimiento amoroso es que
esta contextualizado en un marco social concreto, es decir, el
amor está atravesando por lo social y según el
momento social en que nos encontremos, le demarcará pautas
mediante las que se manifestará.

Cuando comienza el adolescente a sentir que se
está enamorando, se dice que la persona o su objeto de
amor, le ha brindado madurez y estabilidad, pero también
aparece el miedo, es por ello que no todos los adolescentes toman
el riesgo de amar a otro, pues le huyen al sufrimiento, o incluso
al mismo amor.

Sigmund Freud (1910) aclara que las etapas del
desarrollo psicosexual no comienzan en la pubertad, sino en la
primera infancia. La elaboración emocional del complejo de
Edipo depende de las relaciones personales que tenga cada uno con
las figuras parentales significativas y es a esto a lo que
quieren llegar nuestros padres, que son las primeras figuras de
amor, de ésta manera forjaran nuestro base fundamental de
actuar, y ya la cultura de encargara de brindarnos unos
suministros extras de cómo aplicar esas conductas
adoptadas para nuestra vida y que tanto bien o mal le
harán.

Cada época trae consigo diferentes momentos del
paso de la adolescencia a la adultez. Por ejemplo, en un tiempo
el hecho de usar pantalones largos, comenzar a beber, fumar e
iniciar la práctica sexual, los varones son llevados por
sus padres a prostíbulos; mientras que a las mujeres se
les asignaban prácticas enfocadas al hogar y eran
reprimidas sexualmente al prohibírseles tener una
relación antes del matrimonio, que con el paso del tiempo
ha ido cambiando, ya que la cultura ha venido implantando
diferentes formas de relación y no se hace parte solo de
una tribu, sino de un proceso de identificación, con el
cual el adolescente busca estructurar su personalidad.

Françoise Doltó (1980) describe que en los
últimos años del fenómeno de la
postadolescencia, – un alargamiento de la misma-, no permite
fijar su límite con mucha precisión. Para esta
autora: "El estado de la adolescencia se prolonga según la
proyección que los jóvenes reciben de los adultos y
según lo que la sociedad les impone como límite de
exploración. Los adultos están ahí para
ayudar a un joven a entrar en las responsabilidades y a no ser lo
que se llama un adolescente retrasado". Para Doltó no
había madurez posible en tanto no hubiera independencia
económica, y por lo tanto consideraba difícil el
fin de la adolescencia.

En la actualidad se contempla un fenómeno muy
particular en el que vemos y aceptamos la gran diversidad y las
distintas formas de pensar de estos jóvenes, tanto en su
forma de relacionarse, de amar, pensar y actuar, y damos por
hecho que ellos son adolecentes y que saben más que los
adultos, pero creemos que puede ser un grave error brindar exceso
de libertad a estos sujetos que aún son seres muy
emocionales y primarios en sus decisiones sesgadas por sus
condiciones aún inseguras y que los lleva a sentirse
atacados y vulnerados lo cual provoca el alejamiento de este con
el núcleo familiar, ya que sus prioridades e ideales son
contrarios a los de estos. Estos encuentros hacen parte de la
sumativa que debe enfrentar el joven que debe superar tres duelos
para convertirse en adulto:

1. El duelo por el cuerpo infantil: El adolescente sufre
cambios rápidos e importantes en su cuerpo, que a veces
llega a sentir como ajenos, externos, y que lo ubican en un rol
de observador más que actor de los mismos; es decir, que
el adolescente comprenda la transformación por la cual
está atravesando biológicamente (cambios hormonales
y maduración de los órganos sexuales).

2. El duelo por el rol infantil y la identidad
infantiles: Perder su rol infantil le obliga a renunciar a la
dependencia y aceptar responsabilidades. La perdida de la
identidad infantil debe remplazarse por una identidad adulta y en
ese transcurso surgirá la angustia que supone la falta de
una identidad clara; en esta instancia aparece el temor a crecer,
a enfrentarse con la sociedad y a comportarse como se establece
en un medio social.

3. El duelo por los padres de la infancia: renunciar a
su protección, a sus figuras idealizadas e ilusorias,
aceptar sus debilidades y su envejecimiento; se presenta la
separación con sus primeros objetos de amor y se
establecen nuevos vínculos.

En el año de 1971, Aberastury añade un
cuarto duelo, el de la pérdida de la bisexualidad de la
infancia, en la medida en que se madura y se desarrolla su propia
identidad sexual. Los adolescentes pasan por una crisis al
descubrir que las modificaciones corporales tienen que ver con
los factores del mundo externo, que le demandan al adolescente
una manera diferente de relacionarse y de convivir con los
demás, esto genera que estas experiencias sean tomadas
como invasión.

Así ha comenzado ese largo y penoso proceso que
consiste en el desasimiento de los primeros objetos de amor. Su
contrapartida: esa enorme capacidad de enamorarse propia del
adolescente, su pasión, su capacidad para construir ese
"gran amor", ese "primer amor" que luego recordará con
nostalgia, pues entre tanto, habrá olvidado lo que le hizo
padecer.

Margaret Mead sostiene que:

Estas sociedades la adolescencia es un momento
representado por un ritual de paso de una etapa de la vida a
otra, en la cual se accede a la sexualidad activa, se adquieren
responsabilidades y poder dentro de la tribu. En los casos donde
hay un ritual, la adolescencia casi no existe, es solo un momento
de pasaje y las etapas importantes son la pubertad, marca el fin
de la infancia, y la etapa adulta superior. Se han propuesto
equivalentes de los ritos de iniciación en las sociedades
desarrolladas.

Socialmente se adquiere la libertad en el Estado
Colombiano, cuando se cumple la mayoría de edad (18
años). Se supone que el adolescente pasa a la edad adulta,
donde puede experimentar sin restricción alguna de la
autoridad social y adquiere unos compromisos consigo mismo y con
la familia. Según la Convención Universal Sobre los
Derechos del Niño, suscrito en 1989 y ratificada por el
Congreso Nacional a través de la Ley 12 de
1991:

"Pues bien, esa mayoría de edad implica para el
individuo el reconocimiento por parte del Estado y de la sociedad
de la que hace parte, una
capacidad autonomía plena, como
sujeto de derechosobligaciones. No obstante, teniendo en
cuenta que tal condición no se adquiere de manera
automática dada la naturaleza evolutiva del ser humano,
sino que es el resultado de un proceso en el que el individuo
avanza paulatinamente en el conocimiento de sí mismo y en
el reconocimiento y uso de sus potencialidades
y capacidades; en el que se, descubre corno un ser
autónomo, singular y diferente, es que el mismo legislador
acepta que el acceso al estadio como individuo plenamente capaz
es gradual. De ahí que la legislación colombiana
distinga entre menores y menores adultos, señalando que en
esta última categoría se encuentran las mujeres
entre los 12 y los 18 y los hombres entre los 14 y los 18
años de edad".

Conclusiones

Deberías ir a un colegio de chicos.
Pruébalo alguno vez-le dije-. Están llenos de
farsantes. Tienes que estudiar justo lo suficiente para poder
comprar un Cadillac algún día, tienes que fingir si
te importa, si gana o pierde el equipo del colegio, y tienes que
hablar todo el día de chicas, alcohol y sexo. Todos forman
grupitos cerrados en los que no puede entrar nadie. Los del
equipo de baloncesto por un lado, los católicos por otro,
los cretinos de los intelectuales por otro y los que juegan al
bridge por otro. Hasta los socios del libro de mes tienen su
grupito. El que trata de hacer algo con inteligencia…Salinger,
(s.f.)

Se evidencio en el contexto investigado que el hecho de
reunirse genera en los adolescentes aceptación, respeto e
identificación con el otro, el hecho de que se
reúnan en un espacio especifico significa para ellos ser
aceptados y reconocidos en grupo social.

Luego de establecerse en la preadolescencia e iniciar el
proceso de responsabilización, vinculo y autonomía,
el adolescente sufre diferentes cambios en el proceso de
separación física y emocional, lo cual lo lleva a
identificarse con el otro, donde se generan distintas situaciones
positivas y negativas que en ocasiones le dificultan al
adolescente entender los cambios de su desarrollo evolutivo; como
es el caso del duelo en la separación; que la adolescencia
debe realizar como tareas propias, acorde a los tres procesos del
duelo: la negación, la resignación y el
desapego.

En los párrafos anteriores nos dedicamos a
concluir los aspectos más relevantes a la luz de la
teoría de algunos autores, pero como observadores del
contexto, deducimos que es la época, los cambios en el
desarrollo evolutivo del adolescente y el duelo en la
separación física y emocional, lo que permea las
vivencias sociales en el adolescente. Esto conduce a pensar que
el proceso de un adolescente también requiere de una
mirada psicosocial, la cual abarca las diferentes maneras de
relacionarse, de acceder a un grupo, identificarse con el otro y
adherirse a las propuestas que le hace el medio en el que se
encuentre.

La experiencia de campo que se realizó en el
Parque de Los Deseos y Parque lleras, nos permitió
encontrar las diferentes concepciones que se tienen del duelo y
la separación en el amor, entre la comunidad LGTB
(Lesbianas, Gay, Transexuales, Bisexuales) y también los
heterosexuales.

Cada uno tiene una concepción diferente del amor,
pero en la mayoría de los casos prima la infidelidad, esto
se evidencio en la ejecución de las encuestas y las
entrevistas grupales; observamos que los adolescentes tienden a
relacionarse en momento que sienten que el otro los reconoce y
los acepta, pero cuando esto no sucede se vuelven flexibles ante
el encuentro afectivo; es decir tienden a dejarse seducir por los
otros; buscan el sexo como método de vinculación,
el amor suele ser entendido como algo irreal y atravesado por lo
físico.

Se indagó sobre las experiencias amorosas y el
proceso que realizan en el momento de dejar a su
pareja[1]La primera experiencia fue con la
comunidad heterosexual, la cual describe el amor como: "un
sentimiento que no existe, frustrante. En la mayoría de
los casos les genera desespero no tener a la persona que se
quiere al lado; ese otro se remplaza fácilmente". Muchos
sostenían que es una atracción "solo
física", "no existen los sentimientos y luego se convierte
en un capricho y finalmente se vuelve una situación donde
se sufre más de lo que se puede ser feliz". Como
observadores se percibió que en la mayoría de los
casos de elección sexual por el sexo opuesto; tienen
relaciones más estables, debido a que no hay prejuicios
culturales, y existe por parte de la sociedad una
aceptación natural hacia las parejas heterosexuales; como
ejemplo nos encontramos diariamente personas que se dan un beso
en la calle, se toman de la mano y acuden a sitios
públicos sin ser discriminados y sin la
preocupación de ser juzgados. Dichas situaciones son muy
comunes en las parejas heterosexuales; lo anterior se evidencio,
en las entrevistas, donde las parejas exponían que en sus
relaciones eran pocas las veces en las que aparecía la
inestabilidad y la necesidad de cambiar a la pareja por otra
persona; en cambio en las parejas homosexuales está
latente la dificultad de asumir al otro como un
compromiso.

La segunda experiencia fue con la comunidad Homosexual,
Transexual y Bisexual; los cuales sostenían que el amor es
"una mierda. Somos muy enamoradizos. Nos importa demasiado el
acto sexual; en ocasiones nos alejamos de los amigos cuando se
consigue una pareja, pero es difícil conseguir pareja en
la comunidad gay, ya que somos muy infieles" Tienen unas frases
comunes para referir el asunto: "un clavo saca otro clavo", "todo
tiene un principio y un final" "solo buscamos vivir el momento";
por nuestra condición de que no somos aceptados ante la
sociedad, le tenemos miedo a demostrarle al mundo que podemos
querer a otro hombre o mujer, así que no demostramos, sino
que vivimos el momento". En la trabajo de campo se logró
evidenciar por parte de los adolescentes homosexuales un sin
número de pensamientos negativos respecto al amor y a la
condición social en la que se encuentran, aparece el temor
a ser juzgados, señalados y excluidos por el medio.
Dialogando con la comunidad gay se evidencio que para ellos se
genera un lazo afectivo cuando existe una vivencia sexual y es
esta situación la que los lleva a que se presente la
infidelidad y la promiscuidad; esto sucede debido a que para la
comunidad LGTB los espacios de encuentro son reducidos, ya que la
sociedad así lo ha determinado, porque no existe una
concientización constante sobre el derecho a la libre
expresión y a la igualdad. Todo lo cual los coloca en una
acepción muy efímera de la relación de
pareja y por demás, soportada en niveles de
satisfacción narcisista.

Descubrimos que en la búsqueda de identidad
pueden aparecer adherencias indeseadas (perversión,
depresión, suicidio, consumo de drogas, trastornos de
personalidad y afectivos) que se instauran cuando el adolescente
no elabora bien los duelos y la separación de la infancia.
La sociedad ofrece el constructo que le permite al adolescente
reconocer su mundo interno y externo, debido a que el adolescente
aún no se reconoce separado de lo que puede asimilar como
suyo, por los mismos cambios físicos y en ocasiones la
misma cultura exige hacer parte de una sociedad de consumo. No es
solamente las implicaciones del cambio biológico y
emocional lo que hace a un adolescente, sino el ajuste cultural y
las distintas demandas que le exige el medio.

Finalmente los resultados arrojados en el trabajo de
campo, se obtuvieron por medio de 10 variables, de las cuales 4
fueron las mas significativas para este proceso de
investigación2: La preferencia sexual (Gráfica 1),
Te has enamorado (Gráfica 2), Duelo (Gráfica 3),
Infidelidad (Gráfica 4). La tabulación de la
información nos arrojo los siguientes
resultados:

En la (Gráfica1) apareció que el 1% de las
mujeres encuestadas son bisexuales, el 22% son heterosexuales y
el 26% son homosexuales; en la población masculina se
presentó que el 4% son bisexuales, el 19 % son
heterosexuales y el 27% son homosexuales. Lo anterior nos permite
deducir que en los lugares de encuentros: Parque de los deseos y
Parque lleras, existe una prevalencia en la población
adolescente por personas de su mismo sexo.

La (Gráfica 2) respondió a la pregunta:
¿te has enamorado? y los resultados obtenidos fueron: la
población femenina en un 36% afirma que si se han
enamorado y en un 14% respondió que no se han enamorado;
mientras que los hombres en un 37% dijeron que si se han
enamorado y solo el 13% dice que no se ha enamorado. Lo cual nos
lleva a cuestionar la manera en la que los adolescentes
están asimilando la "concepción de amor", cuando
por lo general en esta etapa de la adolescencia este atraviesa el
duelo por el cuerpo, debido a los cambios hormonales; se presenta
también la necesidad de empezar a asumirse como adulto y
de generar un vinculo distinto al de sus padres; donde el otro lo
reconozca y este a su vez se sienta identificado.

El duelo como se observa en la (Gráfica 3);
evidencia que en las adolescentes mujeres, el 0% atenta contra su
vida, el 5% ha recurrido al consumo de drogas y alcohol, el 14%
ha remplazado su pareja y el 31% opto por otras opciones. En las
entrevistas que se pudieron realizar con los jóvenes, nos
dieron a conocer que dentro de estas otras opciones, cuando
atraviesan el duelo aparece: la música, el deporte, el
cine, retoman y recuperan amigos que se alejaron en el momento
que sostenían una relación afectiva.

Los adolescentes dieron a conocer por medio de la
encuesta su opinión, respecto a la Infidelidad
(Gráfica 4): el 13% no es infiel, mientras que el 37% si
lo es; en cambio en los hombres se presenta que el 15% no lo es y
el 35% si es infiel. Actualmente tanto el género femenino
como el masculino, sea heterosexual, bisexual o homosexual;
asumen la infidelidad como algo común y frecuente en sus
relaciones amorosas; debido a que se encuentran en una etapa de
identificación consigo mismo y de exploración con
el otro.

Para concluir nuestra investigación podemos
afirmar que los adolescentes crean un imaginario con respecto al
amor y cualquier manifestación de cariño o de
afecto los lleva a pensar y a sentir que se encuentran
enamorados. Por tal razón el adolescente necesita
atravesar esta etapa de enamoramiento para poder generar una
vinculación e identificación; donde se pueda sentir
reconocido por la sociedad.

__________________

2 Ver Gráficas en el Anexo B.

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