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Diferencias y similitudes en las teorías del crecimiento económico (página 2)



Partes: 1, 2

Con el paso del tiempo ha cobrado mayor importancia los
aspectos territoriales y las formas de gestiones empresariales y
tecnológicas. El desarrollo endógeno local emerge
como un nuevo modelo de análisis que incluye las empresas
locales, y su capacidad de innovación y potencialidad de
desarrolla existente en las regiones.

El crecimiento de las firmas empresariales genera
progreso económico, y al mismo tiempo, unas condiciones
macroeconómicas adecuadas que permiten a las empresas
mantener su competitividad de forma externa e interna. La
deficiencia del espíritu empresarial ha producido la
lentitud del desarrollo de América Latina, en
comparación con los países asiáticos los
cuales emprendieron estrategias de desarrollo basados en el
conocimiento tecnológico y recursos humanos, el respeto a
la iniciativa privada, en un marco de sana competencia, donde el
estado regulador juega un papel central en los mercados
imperfectos y fomento empresarial. Por su parte, la
localización constituye un importante punto de encuentro
entre la organización y la geografía
económica, producto de una mayor tendencia hacia la
especialización y concentración de la industria,
inherentes a los sistemas productivos abiertos, a la competencia
externa y a las desigualdades en la configuración de
ventajas comparativas entre regiones.

La globalización impulsa nuevas dinámicas
de acumulación que provoca cambios importantes en los
territorios, tanto en los factores productivos como de las firmas
asentadas y con posibilidad de localizarse allí. Estas
dinámicas afectan con distinta magnitud las estructuras
económicas y sociales de los espacios
regionales.

El territorio ofrece ventajas competitivas que refuerzan
el posicionamiento de las firmas en el contexto de
globalización, lo que determina la cuestión de
regiones ganadoras y regiones perdedoras, a su vez, el territorio
como expresión de las dinámicas macro
(geografía económica), meso (políticas e
incentivos) y microeconómicas (organización
industrial), es el resultado de la construcción de
relaciones entre el espacio sectorial y el espacio
geográfico. Ello convierte el crecimiento económico
en un proceso de desarrollo endógeno más que
exógeno, porque cada vez depende más del
fortalecimiento del capital social y la organización de la
producción, de las mejores relaciones interinstitucionales
e interempresariales y de las convenciones que se creen en torno
a una región (aspecto cultural).

CapÍtulo 9:

El crecimiento
económico desde la
dinámica del proceso industrial,
análisis del ciclo de vida industrial

El crecimiento económico no es un proceso a
través del cual los mismos agentes productivos generan, en
escala ampliada, un conjunto determinado de bienes y servicios,
sino en el cual crecen unos sectores y tienen a desaparecer
otros, unas empresas surgen y otras quedan rezagadas. Este
proceso no es lineal. No todos los sectores tienen la misma
capacidad para infundir dinamismo al conjunto, o para propagar el
progreso técnico.

La búsqueda de explicaciones sobre la
dinámica industrial, a través del ciclo de vida
industrial, es una preocupación fundamental hoy por el
proceso de crecimiento económico centrado en sectores
industriales y de servicios. La innovación, la
generación de empleo y las actividades de
cooperación son elementos esenciales para su
entendimiento.

Los procesos de creación y destrucción de
empresas, actividades productivas sectoriales, y las innovaciones
y redes que las determinan, son categorías que permiten el
diseño de políticas públicas en los
países en desarrollo caracterizados por la heterogeneidad
estructural. Al mismo tiempo, las instituciones sirven como
depositarias de información tecnológica pertinente,
contrarrestando las desventajas tecnológicas e innovativas
de las empresas entrantes o con escasa experiencia en la
actividad.

La propuesta institucionalista transita de ideas
generales respecto a la mediación humana, instituciones y
la naturaleza evolutiva de los procesos económicos, a
ideas y teorías específicas, relativas a
instituciones económicas o tipos de economía. Por
consiguiente, hay múltiples niveles y tipos de
análisis. No obstante, los niveles deben vincularse entre
sí. Un punto crucial es que los conceptos de hábito
e institución ayudan a establecer el vínculo entre
lo particular y lo general.

En contraste, la economía neoclásica
transita de manera directa de un sistema teórico universal
respecto de la elección racional y el comportamiento, a
teorías de los precios, bienestar económico y
así sucesivamente. Sin embargo, la economía
institucional no supone que su misma concepción de la
mediación humana, fundada en los hábitos, sea
suficiente para transitar hacia la teoría operacional o el
análisis. Se requieren elementos adicionales.

Los institucionalistas no solo se limitan e influyen a
los individuos. Con nuestro entorno natural y nuestra herencia
biótica, como seres sociales, estamos constituidos por
instituciones. Estas no son dadas por la historia y constituyen
nuestra carne y sangre socioeconómica. Esta
proposición debe cohabitar con la noción, en
general aceptada y valida, e que los individuos, a sabiendas o
inconscientemente, forman y transforman a las
instituciones.

De esta forma como el fracaso del proyecto de los micro
fundamentos proporciona al institucionalismo una oportunidad
significativa. Su punto central de atención en las
instituciones como entidades duraderas y por lo habitual
autorreforzantes proporciona un buen vinculo
micro-maro.

CapÍtulo 10.

Crecimiento
económico y "desarrollo"

La percepción del progreso o desarrollo ha sido
manejada, en referencia a la historia contemporánea, en
dos sentidos distintos. El inicial, se refiere a la
evolución de un sistema social de producción en la
contextura que éste, por razón de la
acumulación y el progreso de las técnicas, se hace
más eficaz, es decir incrementa la productividad del
conjunto de su fuerza de trabajo. Conceptos tales como eficacia y
productividad son ambiguos cuando nos enfrentamos a sistemas
sociales de producción. Este sentido es el que desarrolla
Schumpeter en su teoría del desarrollo
económico.

La hipótesis del desarrollo ha ejercido una
indiscutible influencia sobre la mente de los hombres que se
empeñan en comprender la realidad social. Desde el bon
sauvage con que soñaba, desde "el principio popular" de
Malthus hasta la concepción walrasiana del equilibrio
general, los científicos sociales siempre han buscado
apoyo en algún postulado enraizado en un sistema de
valores que llegan a ser explícito (Furtado, 1979:13). El
mito del desarrollo congrega un conjunto de

Hipótesis que no pueden ser verificadas. La
función principal del mito es orientar, a nivel intuitivo,
laconstrucción de lo que Schumpeter llamó la
visión del proceso social, sin la cual el trabajo
analíticono tendría ningún
sentido.

Así pues, el desarrollo radica tanto en una serie
de cambios espontáneos y discontinuos en los causes de la
corriente, como en las alteraciones del equilibrio existente con
anterioridad, y en ello sediferencia básicamente de la
corriente circular o de la tendencia al equilibrio. Si no fuera
por ellos, el sistema capitalista caería en un estado
estacionario de equilibrio walrasiano en el que todo elproducto
nacional se imputaría a los factores de manos de obra y
tierra (Galindo y Malgesini, 1994:111).

La acumulación de capital físico, el
conocimiento, las potencialidades del territorio, y el marco
institucional fortalecen el desarrollo tanto endógeno como
exógeno, que requiere estimular la construcción de
un tejido social basado en los valores y en el desarrollo del ser
humano. La mayoría de las teorías de desarrollo
asociadas a la modernidad, se basan en la omnipotencia de la
técnica, la ilusión con respecto al conocimiento
científico, la racionalidad de los mecanismos
económicos, las nociones de progreso y crecimiento como el
destino natural de todos los hombres, y la fe en la
planificación y en la organización
burocrático – racional para asegurar que el ser
humano se encuentre con su destino (Cardona, et. al.,
2003:16).

El incremento de la economía, tal como se
manifiesta en el crecimiento de la población y de la
riqueza, no se debe entender como desarrollo. Este
fenómeno no representa características
cualitativas. El desarrollo, en nuestro sentido, es un
fenómeno ajeno a lo que puede observarse en la corriente
circular o en la tendencia hacia el equilibrio. Es un cambio
espontáneo y discontinuo en los canales de la corriente,
según Schumpeter (1963), es una perturbación del
equilibrio que altera y desplaza en forma definitiva el estado de
equilibrio que antes existía.

El perfeccionamiento no es, según Schumpeter
(1963), un fenómeno que pueda explicarse
administradamente. Debido a que la economía está
afectada por los cambios del mundo que la rodea, las causas y la
explicación del desarrollo deben buscarse fuera del grupo
de hechos que describe la teoría económica. Por tal
razón, Schumpeter (1963) distingue al desarrollo del mero
crecimiento de la economía, porque este último no
representa fenómenos cualitativos distintos, sino
sólo procesos de adaptación. En este orden de
ideas, se debe considerar esta visión como un
fenómeno histórico, que reposa sobre el desarrollo
precedente y, a su vez, que todo proceso de desarrollo crea las
condiciones necesarias para el siguiente.

La obra de Schumpeter fue difusa pero significativa. Por
haberse agitado por el problema del desarrollo, este autor se
ubica en una posición especial entre la tradición
historicista yla neoclásica. Partiendo de la
concepción wickselliana de demanda de capital como factor
de inestabilidad, Schumpeter formuló una teoría del
empresario innovador, agente transformador de las estructuras
productivas, de evidentes afinidades con la visión
dialéctica de la historia que sirvió de fundamento
a la sociología económica de Marx (Furtado,
1987:43).Según Schumpeter (1963), lo que interesa en la
dinámica de la economía capitalista no son los
automatismos del mercado de competencia pura y perfecta, en los
cuales nada ocurre, sino las formas imperfectas de mercado
generadoras de renta de productor, aceleradoras de las
acumulación, concentradoras del capital. De ahí su
interés por descubrir las fuerzas que creantensiones y
provocan modificaciones en los parámetros de las funciones
de producción.

La imagen del desarrollo estaba en el centro de la
visión del mundo que prevalecía en aquella
época. Su sustrato era ver al hombre como un factor de
transformación del mundo, y por lo tanto de la
afirmación de sí mismo, de la realización de
sus potencialidades, lo que era posible dentro de un marco social
con niveles aceptables de necesidades básicas satisfechas
y con altos grados de equidad. El ser humano precisa transformar
su medio para poder potencializar sus capacidades, y es en este
medio en donde se genera el proceso del desarrollo.

Las sociedades son desarrolladas en la medida en que el
hombre logra de forma cabal satisfacer sus necesidades y renovar
sus aspiraciones.

Existe un plano en el cual es posible utilizar criterios
hasta cierto punto objetivos al tratar el tema del desarrollo
humano desde la concepción de la satisfacción de
las necesidades humanas: cuando se estudian las satisfacciones
elementales, tales como la alimentación, el vestido, la
habitación.

También es verdad que la ampliación de la
esperanza de vida de una población constituye un indicador
de mejoramiento en la satisfacción de sus necesidades
elementales. Pero en la medida en que nos alejamos de ese primer
plano se va haciendo más urgente la referencia a un
sistema de valores, pues, según Furtado (1979), la idea
misma de necesidad humana, cuando se refiere a lo esencial,
tiende a perder nitidez fuera de determinado contexto
cultural.

En tenacidad, según Furtado (1979), la idea de
desarrollo posee por lo menos tres dimensiones: 1) La del aumento
de la validez del sistema social de producción; 2) la de
la satisfacción de las necesidades elementales de la
población; y, 3) la de la obtención de objetivos a
los que aspiran grupos dominantes de una sociedad y que compiten
en la utilización de recursos escasos. El aumento de la
eficacia del sistema de producción no es una
condición suficiente para que se satisfagan mejor las
necesidades elementales de la población, incluso se ha
observado la degradación de las condiciones de vida de una
masa poblacional como consecuencia de la introducción de
técnicas más avanzadas.

La especulación sobre el desarrollo, al incitar
una progresiva aproximación de la teoría de la
acumulación a la teoría de la
estratificación social y a la teoría del poder, se
constituyó en un punto de convergencia de las distintas
ciencias sociales. Las primeras ideas sobre el desarrollo
económico, definido como un aumento del flujo de bienes y
servicios más rápido que la expansión
demográfica, fueron sustituidas en forma progresiva por
otras referidas a transformaciones del conjunto de una sociedad a
las cuales un sistema de valores presta coherencia y sentido
(Furtado,1987:39). Medir flujos de bienes y servicios es una
operación que sólo tiene consistencia cuando esos
bienes y esos servicios se vinculan a la satisfacción de
necesidades humanas definibles, es decir, identificables de forma
independientes de las desigualdades sociales
existentes.

Ciertos estándares de pensamiento
económico han dejado de reconocer el desarrollo como un
problema teórico relevante, porque lo conciernen bajo la
cuestión de la óptima formación del mercado
y la distribución económica, en función de
la más eficiente asignación de los recursos y de
una justa distribución de la riqueza. Esta
subordinación del tema del desarrollo al tema de la
distribución se ha hecho desde dos ópticas
distintas y en cierta medida opuesta (Razeto, 2000:7). Se
argumenta desde una óptica neoliberal, que la
elaboración de teorías y modelos de desarrollo
empezó cuando ciertos economistas y políticos
supusieron posible acelerar los procesos de crecimiento mediante
políticas de intervención estatal que, limitando el
libre juego del mercado, redistribuyeran la riqueza y reasignaran
los recursos en función de objetivos nacionales de
industrialización; pero tal intervención del Estado
en la economía sólo distorsionaría los
mercados provocando desequilibrios que terminan frenando el
crecimiento esperado. El problema importante, desde esa
perspectiva, no es el desarrollo económico en sí
mismo sino la óptima y equilibrada organización del
mercado, libre y abierto, siendo el desarrollo su lógica
consecuencia

A partir la teoría crítica, se denuncia el
"desarrollismo" y se argumenta que las dificultades de la
economía proceden de un modo de acumulación del
capital que se sostiene sobre la ilegaldistribución de la
riqueza. Esto se manifestaría en la división del
mundo entre naciones desarrolladas y subdesarrolladas, donde las
primeras se sostendrían sobre una inequitativa
organización mundial del mercado capitalista que concentra
la riqueza y excluye del desarrollo a vastas regiones del
mundo.

Se puede decir que Nurkse (1965), no dar el brazo a
torcer que en los países pobres, las propias fuerzas del
mercado perpetúan la pobreza; dado que para salir de ella
se requiere invertir para aumentar la productividad, ello resulta
difícil, no sólo por el escaso ahorro de los
pobres, sino por la falta de incentivo de beneficios para
construir plantas de alta productividad, cuando el mercado local
existente para su producto es demasiado pequeño. De igual
forma, Hirschman (1958) señala que la mayoría de
los países pobres sólo poseen recursos para
invertir en unos pocos proyectos modernos, y que, por tanto,
pueden intentar el crecimiento equilibrado sólo a largo
plazo, mediante un proceso secuencial de construir primero una y
después otra planta, corrigiendo con cada paso el
desequilibrio considerado como más dañino para
acercarse de forma gradual a una estructura más
equilibrada.

El nombre de la "Ley de Pareto" fue proporcionado a este
principio de la Economía por el Dr. Joseph Juran en
distinción de este economista quien realizó un
estudio sobre la distribución de la riqueza, en el cual
descubrió que la minoría de la población
poseía la mayor parte de la riqueza y la mayoría de
la población poseía la mayor parte de la pobreza.
Con esto estableció la llamada "Ley de Pareto"
según la cual la desigualdad económica es
inevitable en cualquier familia.

A esta misma situación, Giddens (1999), establece
que el capitalismo no permite acceder a una nueva y superior fase
del desarrollo por que establece un tipo de relaciones sociales
de producción que pone límites al desarrollo de las
fuerzas productivas. Asimismo, establece, que: "El capitalismo es
económicamente ineficiente, socialmente divisivo e incapaz
de reproducirse a largo plazo". Por tal motivo, emerge que el
"desarrollo" está basado en la concepción de la
distribución de la riqueza. La teoría de la
justicia distributiva se centra en las causas de la desigualdad y
aporta los fundamentos filosóficos y económicos
para esclarecer los debates sobre la desigualdad (Solimano,
1998:33). Si las desigualdades de ingreso y riqueza que se
observan en una sociedad reflejan, en buena parte, las
diferencias individuales en sus dotes iníciales de
riqueza, talento, origen familiar, raza, género, factores
según Solimano (1998), que en su mayoría escapan al
control del individuo, ósea, que constituyen un conjunto
de factores moralmente arbitrarios". Entonces la desigualdad pasa
a ser un problema ético, pues un conjunto de factores
claves para la creación de la riqueza son "externos" al
individuo.

Las discrepancias de entrada, fortuna y consumo que se
observan también destellan las diferencias individuales en
materia de esfuerzo, ambición y disposición a
asumir riesgos. En la medida en que este último conjunto
de elementos refleja preferencias individuales y pertenece al
ámbito de la responsabilidad personal, no toda desigualdad
de ingreso o riqueza constituye un problema ético desde el
punto de vista de la justicia distributiva. Las políticas
orientadas a incrementar las capacidades individuales de
generación de ingresos y su productividad son vitales,
según Solimano (1998), para compatibilizar el crecimiento
económico con una mejor distribución del ingreso y
una menor pobreza. Según este autor, la educación
constituyen ejemplo claro; dota a la gente de mayor capital
humano y capacidades productivas, y promuévela movilidad
social.

El mismo Adam Smith estudia la economía como una
parte de la política. Debemos avanzar unos años,
tal vez hasta John Stuart Mill, para comprobar la
emancipación neta de la economía respecto a la
política y la moral en el ámbito del saber
económico. Esta separación responde a la que se
opera entre la economía y la búsqueda de lo
necesario para la vida buena. El "principio de necesidad" –
correspondiente a la naturaleza – es reemplazado por el
"principio de maximización", que también, aunque
con otros términos, conocía Aristóteles. Se
produce, como señala Polanyi (1971), una escisión
entre un principio de uso y uno de ganancia, que ocasiona un
divorcio entre los móviles económicos y los fines
sociales.

En cambio, la ciencia económica moderna ha pasado
a ser una técnica que da cabida a la tentativa de alcanzar
el máximo posible para los individuos que concurren al
mercado, sin considerar su relación con lo adecuado. El
mismo instrumento, el mercado, que es una herramienta útil
para la coordinación de los intereses individuales que se
ajustan a la necesidad, sirve para sacar el máximo
provecho de los recursos como un fin en sí mismo. La
economía neoclásica canoniza esta última
tentativa como un principio científico y se aboca a su
logro.

Nuestra familia actual se rinde ante el éxito del
dinero. La economía, su ciencia y su influjo se hacen
sentir sobre el resto de las actividades y saberes del hombre.
Según Crespo (2003), el modelo maximizador tiende a
generalizarse. El mercado es un instrumento que se procura
aplicar a todos los ámbitos, aún a la misma
política. Hemos pasado de una situación en que la
economía estaba subordinada a la política a otra en
la que tiende a imponerle sus moldes.

La libertad, en exposiciones como la de Popper, es una
especie de bienes de resoluciones. Esto asimismo lo había
previsto el Estagirita. "Así, dice en La Política,
ha surgido la segunda forma de crematística, pues al
perseguir el placer en exceso, procuran también lo que
puede proporcionarles ese placer excesivo.

CapÍtulo 11.

Crecimiento
económico sostenible y "desarrollo"

La murmuración del desarrollo adquiere una
modernizada y especial energía por la entrada en escena de
una nueva vertiente intelectual. Desde una óptica muy
distinta a las anteriores, acuciados por la preocupación
ecológica, también abandonan el tema del desarrollo
quienes observan la tendencia del agotamiento de los recursos no
renovables y los desequilibrios del ecosistema derivados de la
expansión de la sociedad industrial. La conclusión
de tales análisis es que seguir persiguiendo el
crecimiento significa adentrarse aún más por un
camino sin salida y sin retorno.

El aumento económico, a partir de esta vertiente,
ha sido debatido por cuatro líneas distintas pero
convergentes. La primera hace referencia a una supuesta
decreciente disponibilidad de recursos, afirmada en base a la
proyección de las actuales tendencias de
aceleración del crecimiento, que hacen prever que en las
próximas décadas se verificará el
agotamiento o disminución crítica desiertos
recursos naturales indispensables. La segunda línea enfoca
los efectos que el crecimiento económico está
provocando en el medio ambiente.

Las observaciones, nos permite apuntar el tema del
aumento económico, que se diferencia del análisis
económico convencional, que lo considera y mide en cuanto
expansión del producto económico. El concepto se
amplía y se constituye no sólo en la
expansión del producto sino también y al mismo
tiempo, como crecimiento de las categorías
económicas, de los factores, de los recursos y de las
fuentes de los recursos, todo lo cual aparece como una
condición necesaria de la sostenibilidad del crecimiento
del producto y del desarrollo económico.

El Club de Roma levanto con una gran fuerza la
cuestión del agotamiento de los recursos en su informe de
1972 sobre los límites del crecimiento. Examinando con
modelos sistémicos las tendencias de crecimiento de la
población mundial, industrialización,
contaminación ambiental, producción de alimentos y
agotamiento de los recursos, concluyó que el planeta
alcanzaría los límites teóricos de su
crecimiento en el curso de los próximos cien años,
pero que ya mucho antes comenzarían a manifestarse
desajustes y desequilibrios tales que los límites
prácticos se harían presentes con una rapidez
asombrosa.

El enfoque opuesto es que el transcurso económico
está fundamentado en una base material sujeta a
determinadas restricciones. Dentro de este enfoque, sobresale el
planteamiento limitacionista, el cual sugiere la imposibilidad
del crecimiento exponencial de la economía y la
limitación forzosa de la sustitución de los
recursos naturales por el capital. El proceso económico
recibe recursos naturales valiosos y despide desperdicios. El
producto verdadero del proceso económico no es un flujo
material de desperdicios, sino un flujo inmaterial: el disfrute
de la vida, opina esta postura.

La teoría limitacionista advierte que la
economía es un sistema parcial, que se halla circunscrito
por un límite a través del cual se intercambia
materia y energía con el resto del universo material. Este
proceso ni produce ni consume materia – energía,
sólo los absorbe y expele de forma continua. La
interpretación es que el proceso económico recibe
recursos naturales valiosos y despide desperdicios sin valor. En
consecuencia, las innovaciones tecnológicas no pueden
poner fin a este problema irreversible, porque es imposible
producir "mayores y mejores" productos, sin producir "mayores y
mejores "desechos. Por tanto, según Galindo y Malgesini
(1994), el desarrollo económico basado en la abundancia
industrial sería "una bendición para nosotros y
para quienes lo puedan disfrutar en un futuro cercano, pero de
forma definitiva atenta contra los intereses de la humanidad como
especie".

Las declaraciones del crecimiento económico
venían, en gran medida, de la consideración de las
externalidades denegadas que se producen dentro de las sociedades
de consumo más satisfechas. Es en este contexto, en el que
se difundió la preocupación por el medio ambiente y
los límites naturales. En concreto, la teoría
limitacioncita sugiere que:

  • 1. El mundo se quedaría sin materias
    primas estratégicas.

  • 2. El aumento de la contaminación
    tendría efectos serios.

  • 3. La población sobrepasaría las
    posibilidades de abastecimiento del planeta.

Estos planteamientos fueron criticados, principalmente
por los neoliberales, quienes argumentaban que:

  • 1. No se había tenido en
    cuenta la innovación tecnológica a la escasez
    de los recursos

  • 2. Son los precios los que suponen
    un gran aliciente para realizar mayores descubrimientos de
    recursos y, por tanto, la ampliación
    sistemática de sus horizontes de
    disponibilidad.

  • 3. Si las técnicas son
    limitadas, negar el crecimiento sólo pospondría
    el colapso final.

  • 4. Los horizontes de
    contaminación pueden corregirse y reducirse cada vez
    más, si se aplican políticas de precios que
    internalicen las consecuencias negativas.

  • 5. A pesar que la oferta mundial
    de alimentos ha crecido de una forma más rápida
    que la población en las últimas décadas,
    nos encontramos con que la realidad nos muestra que la
    aceleración del crecimiento económico induce a
    una reducción del crecimiento demográfico
    (Galindo y Malgesini, 1994:131).

El desarrollo sostenible modifica el enfoque del
crecimiento económico basado en las medidas y en los
elementos tradicionales de la economía. Se critica la
utilización del Producto Interno BrutoPIB – como
una medida básica para calcular el crecimiento
económico, porque éste tiende a no desviarse de uno
de sus propósitos fundamentales, que sería reflejar
el nivel de vida de la población, lo que se
consideraría como desarrollo económico.

El Producto Interno Bruto se convierte en una medida
obsoleta del progreso en una sociedad que lucha por satisfacer
las necesidades de la gente con la mayor eficiencia posible y con
el menor daño para el ambiente (Brown, Postel y Flavin,
1992:253). Lo que cuenta no es el crecimiento del producto sino
la calidad de los servicios prestados. Así pues, este
aspecto de la transición del crecimiento económico
a la situación sostenible resulta mucho más
difícil porque llega a la base de las pautas de consumo de
la población. Una economía sostenible representa
nada menos que un orden social superior, preocupado por las
generaciones futuras tanto por la generación
actual.

Capítulo 12.

El aporte de las
unidades productivas micro, pequeñas y medianas empresas
(MiPyMe) al crecimiento económico

El aumento económico, ha sido parte fundamental
del estudio macro y microeconómico. Desde una y otras
teorías, se considera a la empresa como un importante
componente de la función de producción, pero se ha
subestimado el estudio de la organización económica
y la importancia del tamaño de las empresas, además
de la existencia de diversas formas de organización del
trabajo y acumulación del capital.

La investigación efectiva en el área del
aumento económico, se ha reducido en el gran desagregado
macroeconómico y en la actividad de las grandes empresas.
Esto enfrenta las posiciones clásica y neoclásica
con la postura Schumpeteriana frente al papel en el crecimiento y
desarrollo económico; las primeras asociadas a impulsar
empresas pequeñas, y la segunda a favor de las grandes
empresas, ya que son las mejores dotadas para explotar las
oportunidades de innovación.

Los neoclásicos consideraban a las empresas como
una caja negra, que se diluye en cuanto" no tiene importancia
describir o analizar lo que pasa dentro de ella o que la
eficiencia económica es independiente de la
organización interna de la empresa" (Santos, 1996:298).
Este postulado parte de dos supuestos: la organización
interna depende de factores tecnológicos determinados por
la función de producción; y la existencia de
grandes empresas con jerarquía dentro del mercado
está asociada a un monopolio tecnológico o a un
comportamiento estratégico anticompetitivo
(Rodríguez, 2001:55).Para Castells (1995:13), la peripecia
forma de organización económica es aquella que se
construye en torno a la empresa red, como un nuevo modo de
acción. No son solamente redes de empresas sino firmas que
trabajan en redes que constituyen cooperación entre ellas,
redes de subcontratación y de relación con empresas
más grandes. De esta manera, emerge como el factor
económico la red de empresas como una estrategia de
competitividad.

A partir de esta postura, las unidades productivas
MiPyME solicitan un análisis específico debido a
que en forma usual presentan un mayor surgimiento y
desaparición, lo que se convierte en una elevada tasa de
rotación o renovación y en una cierta
inestabilidad, pues el impacto de las oscilaciones
cíclicas de la economía se experimenta de forma
más intensa.

Si el mayor riesgo de desaparición se
sitúa en los primeros años de existencia (entre
tres y cinco años), momento en que fracasan muchas
iniciativas que no consiguen implantarse en el mercado de forma
competitiva, en los años siguientes se mantiene un alto
grado de movilidad espacial. La gran empresa, en cambio, suele
tomar sus decisiones con mayor conocimiento y realizar fuertes
inversiones en capital fijo allí donde se instala, por lo
que su estabilidad es mayor.

La teoría sobre las pequeñas unidades
productivas en la economía como eje fundamental puede
encontrarse en teóricos como Jean – Baptiste Say y
Richard Cantillon, que focalizaron su idea del desarrollo en la
función empresarial. Estas ideas fueron retomadas
posteriormente por Schumpeter. Say, afirmó que: "El
empresario utiliza algún capital de su propiedad pero su
debe estar separada de su retribución como capitalista. El
empresario pone en movimiento todo tipo de trabajo, aunque no
todas las clases de trabajo requieren las mismas grandes dotes
empresariales. Lo que cuenta a la hora de pagar sus altas
remuneraciones a los empresarios es la escasez del talento y el
riesgo corrido por el empresario, riesgo no sólo de
pérdida de fortuna sino también de pérdida
de fama".

En cuanto a la teórica Pre – clásica
asumía que: "Los empresarios son los comerciantes, al por
mayor, de lana y cereales, los panaderos, carniceros, artesanos y
mercaderes de toda especie que compran artículos
alimenticios y materias primas del campo, para elaborarlos y
revenderlos gradualmente, a medida que los habitantes los
necesitan. Estos empresarios no pueden saber jamás
cuál será el volumen del consumo en su ciudad, ni
cuánto tiempo seguirán comprándoles sus
clientes, ya que los competidores tratarán, por todos los
medios, de arrebatarles la clientela: todo esto es causa de tanta
incertidumbre entre los empresarios, que cada día algunos
de ellos caen en bancarrota".

La escasez puede afectar cualquiera de los elementos
necesarios para una economía productiva: tierra, trabajo y
capital. El capital, que es una reserva de bienes acumulados para
producir ya sea otros bienes o el dinero para adquirirlos, es uno
de los recursos más escasos, sobre todo en países
en vías de desarrollo. Las empresas que producen los
bienes que la gente necesita disponen de tres fuentes de capital:
fondos generados internamente, préstamos de instituciones
financieras y financiamiento captado en los mercados de capital.
Las pequeñas unidades productivas cuentan con limitaciones
en el acceso a la información y su capacidad de riesgo es
mayor. La gran empresa, por el contrario, suele tomar sus
decisiones con mayor conocimiento y realizar fuertes inversiones
en capital fijo, por lo que su estabilidad tiende a ser mayor y
su ciclo de vida más extenso en el tiempo.

Entre las principales barreras a la entrada de las
MiPyME y los factores que explican el corto ciclo de vida que
experimentan éstas, se encuentran una estructura
financiera inadecuada, un elevado costo de los recursos ajenos,
la inadecuada formación financiera y contable de sus
dirigentes (Lora, 2001).

Se mencionan otras barreras que dificultan su
crecimiento e inserción en los mercados mundiales y que no
les permite mejorar su productividad y competitividad como son
las relacionadas con la falta de una cultura exportadora y de
profesionalización de la administración;
además, la escasez de capital, el limitado y desigual
acceso a los mercados institucionales de crédito, el
acceso irregular a los insumos nacionales e importados unido a un
costo más elevado, además de la utilización
insuficiente de la capacidad de producción.

El impacto del ciclo económico según el
tamaño de las firmas es diferente. Así, el
patrón de las micro, pequeñas y medianas empresas
es mayor en las contracciones y menor en las expansiones. Esto se
relacionaría con las reestructuraciones que
efectúan las grandes firmas en busca de lograr eficiencias
durante las contracciones. Estas reestructuraciones tienen como
resultado la reducción en personal. En consecuencia, se
alentaría el autoempleo y el abastecimiento de
pequeños negocios por parte de empleados despedidos que
fomentarían el desarrollo de pequeños
emprendimientos de naturaleza defensiva.

La disciplina económica clásica y
neoclásica sostienen que las empresas relativamente
pequeñas, impulsadas por la motivación competitiva,
son más propicias para el progreso tecnológico; por
otro lado, la postura Schumpeteriana afirma que las grandes
empresas son las mejores dotadas para explotar las oportunidades
de innovación (ACS y Audretsch,1994:126). La
flexibilización estructural de las MiPyME podría
generar una mayor competencia laboral y acelerar el proceso de
acumulación de capital de trabajo lo que
establecería un ciclo de vida mayor en este tipo de
firmas, caracterizadas por su corta duración en los
mercados.

A lo largo del siglo pasado, en forma especial, durante
las décadas de 1950 y 1960, es posible verificar una
fuerte tendencia a la concentración industrial,
fenómeno asociado a las características de la
división del trabajo y a las formas de organización
económica y social fordistas, típicas de esa etapa
de la evolución de la economía capitalista. El
logro de economías de escala pasó a ocupar un papel
central en la determinación del nivel competitivo de las
empresas. Pero para alcanzar dichas economías se
requería la utilización de equipamientos muy
especializados que sólo eran rentables si eran aplicados a
la producción estandarizada de productos de consumo
masivo. Bajo estas condiciones, las grandes empresas
aparecían como las únicas capaces de lograr altos
niveles de eficiencia en la producción y la
comercialización (Motta, 1998:47).

Las economías de escala en las actividades de
investigación, desarrollo e introducción de
innovaciones fueron factores de gran importancia en la
explicación de la supremacía de la gran empresa. En
otras palabras, según Motta, hasta finales de la
década de 1960, el "modelo" de empresa eficiente fue el de
la gran empresa, capaz de beneficiarse de las economías de
escala características de la producción en masa de
productos estandarizados para un consumo masivo. En contrapartida
la pérdida de importancia gradual de las MiPyME
parecía inevitable.

El lazo entre tamaño y menos costo por unidad
producida no es automático ni aparece de forma
espontánea. Surge tan sólo cuando el capitalista
cuenta con un volumen de capital suficiente para ampliar su
industria o fundar una de tamaño superior a la media. El
tamaño de una empresa, entonces, tiene incidencias no
sólo sobre el costo del producto; también, supone
una estructura de mercado distinta a la de la competencia
perfecta pues, si así lo quieren, las grandes industrias
pueden utilizar sus ventajas para desplazar a las que se
encuentran en una situación difícil. De esta manera
se explica la tendencia del capitalismo a la concentración
y centralización del capital (Zerda y Rincón,
1996:14).

En cuanto a este modelo de la gran empresa, a partir de
1960 y comienzo de la década de 1970, empieza a entrar en
crisis. Motta (1998) cita dos aspectos relevantes:

  • 1. Se desacelera el crecimiento de la
    productividad y las economías de los países
    industrializados entran en una etapa de lento
    crecimiento.

  • 2. Se generan una serie de cambios que afectan
    el funcionamiento de la economía. Estas dichas
    modificaciones se refieren a la introducción de nuevas
    formas de organización de la producción, a la
    creciente globalización de la economía y a los
    cambios de la demanda, cada vez más direccionada a la
    satisfacción de necesidades con un mayor grado de
    finalidad.

Conclusiones

Es evidente con la evaluación de las diferentes
teorías de crecimiento económico que han faltado
teorías que expliquen con mayor profundidad los
determinantes de la distribución y concentración
del ingreso, y la aclaración de las causas de los
fenómenos que han conducido al estancamiento de la
actividad económica y a la inflación. Se ha
mostrado incapacidad de los agentes económicos de
anticipar perfectamente el futuro, lo que genera un estado de
incertidumbre constante en el sistema.

La ciencia económica moderna ha pasado de ser una
técnica que da cabida a la tentativa de alcanzar el
máximo posible para los individuos que ocurren en el
mercado, sin considerar su relación con la realidad que
hacemos medible. Se ha vuelto en la lógica de
interacción del mercado, que permite la
coordinación de los intereses individuales que se ajustan
a la necesidad., sirve para sacar el máximo provecho de
los recursos como un fin en si mismo.

Se pudo apreciar que la homogeneidad de la estructura
social y productiva en un ambiente territorial determinado
permite alcanzar niveles de especialización productiva, de
innovación técnica, de profesionalidad de la mano
de obra. De esta manera, se garantizan tanto las ventajas de la
gran dimensión (rendimientos a crecientes escalas) como
los de la pequeña empresa (flexibilidad productiva). Estos
dos factores son determinantes para el desarrollo productivo y la
endogenización del crecimiento en un territorio
determinado.

En el análisis realizado se consideraron los
diferentes enfoques y postulados sobre el crecimiento
económico, que llevan a mostrar que este es un campo de
conocimiento que debe seguirse explorando. Se evidencia que ha
sido parte fundamental del análisis del crecimiento las
dimensiones macro y micro económicas, por los portes desde
procesos de acumulación inestables y la heterogeneidad
estructural, productiva y territorial.

Bibliografía

  • BOYER, Robert (1992). "La Teoría de la
    Regulación un análisis crítico".
    Edicions Alfons El Magnànim. España.
    Pág. 31.

  • CARDONA, Marleny y Ana Rocío
    Osorio (2003). "La gestión empresarial del desarrollo
    desde la transferencia tecnológica, las redes y las
    competencias laborales". Universidad EAFIT, Medellín
    Colombia.

  • TIRADO, Ramón (2003). "La nueva
    teoría del crecimiento y los países menos
    desarrollados". En: Comercio Exterior de México, Vol.
    53, Núm. 10, Octubre.

 

 

Autor:

Abache Atamaika

Atencio Gonzalo

González Irlis

Solis Rebeca

Tirado José L.

Enviado por:

PROFESOR :

MSc. Ing. Iván
Turmero

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL
POLITÉCNICA

"ANTONIO JOSÉ DE SUCRE"

VICE-RECTORADO PUERTO ORDAZ

DEPARTAMENTO DE INGENIERÍA
INDUSTRIAL

CÁTEDRA: INGENIERÍA
FINANCIERA

PUERTO ORDAZ, DICIEMBRE 2012

Partes: 1, 2
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