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El espiritismo de cordón en Bayamo ante la crisis socioeconómica cubana de la década de 1990 (página 2)



Partes: 1, 2

Además de lo anterior, en el espiritismo de
cordón se han establecido un sistema de tradiciones y
costumbres que no constituyen herencia de otros sistemas
religiosos y que son el resultado de su actividad religiosa.
Entre ellas podemos destacar: la prohibición de cruzar las
manos y los pies en el templo por considerar que esto corta las
corrientes espirituales, la separación entre hombres y
mujeres durante el ritual religioso, pues los primeros se sientan
a la izquierda y los segundos a la derecha, el desenvolverse ante
la cruz y sobre sí mismo con el fin de purificarse, en el
acto del cordón que es un elemento distintivo de este tipo
de culto religioso que hacen girar en contra de la manecillas del
reloj. Ante estas particularidades reiterativas en los 16 centros
estudiados nos interesamos por saber las opiniones o posibles
respuestas que tienen los directivos con relación a estas
características de las prácticas las respuestas
redundaron: que por costumbre, porque lo aprendieron de sus
antepasados, y otros respondieron porque en los centros que
habían laborado antes lo realizaban de esa forma. La
violación de alguna de estas costumbres o tradiciones
puede traerle al miembro del centro una sanción en el seno
de la organización religiosa cordonera o el acarreamiento
de desgracias personales, elementos estos generadores de
dependencia.

Los cordoneros tienen, además, tradiciones que
están vinculadas a conmemoraciones populares y que ellos
le dan un matiz religioso como: el día de las madres, de
los padres, algunas fechas históricas y de, nacimientos de
líderes fallecidos. Para los cordoneros las costumbres y
tradiciones religiosas tienen tres funciones básicas:
transmisión de conocimientos, regulación de la
conducta de los creyentes y producción espiritual
religiosa.

En el espiritismo de cordón no existe una
doctrina sistematizada, por lo que la transmisión de
conocimientos se efectúa fundamentalmente a través
de las costumbres y tradiciones religiosas. En la
observación de la labor de instrucción, destinada a
la formación de los médiums en el conocimiento del
culto cordonero, pudimos constatar que el contenido
teórico es mínimo, a pesar que en 15 de las
sociedades se dedica un tiempo a la instrucción solo en 1
no se realiza.

Las costumbres y tradiciones religiosas cordoneras tienen un
importante rol en la conservación y proliferación
de las creencias religiosas, lo que constituye una de las causas
fundamentales del ingreso de personas a las filas del espiritismo
cordonero. Esto explica también la independencia relativa
de la conciencia religiosa, la misma puede conservarse una vez
desaparecidas aquellas condiciones sociales que le dieron
origen.

Lo anterior está unido a la universalidad del sistema
de creencias religiosas cordoneras que da respuesta a los
problemas de la vida y la muerte, así como orientan la
personalidad del individuo hacia actividades y actitudes durante
toda su vida. Las creencias cordoneras sancionadas por el tiempo,
la autoridad y el prestigio de las generaciones pasadas, son
asimiladas por el individuo como axiomas, acríticamente,
como verdades eternas siempre válidas. Las costumbres y
tradiciones religiosas cordoneras son la vía fundamental a
través de la cual se transmite el legado religioso como
sucesión y herencia; lo que es un factor fundamental en la
formación de la conciencia religiosa cordonera.

Los aportes propios son muy abundantes, empezando por el culto
y el ritual, en el que se destaca: el cordón, que no es
más que una típica danza religiosa que se asemeja a
los ritos primitivos y quizás a los del areíto de
nuestros desaparecidos indígenas, transmisiones,
oraciones, himnos de alabanzas que situamos dentro de la
tradición Folklórica campesina, plegarias muy
diversas por sus contenido, con marcada inspiración y
frescura con un ritmo simple subordinado al texto, que en la
practica, la vía oral es la fundamental para el
aprendizaje, que se trasmite de generación en
generación, otros de los aportes lo constituyen las
potencias, así como elementos del decorado y la
organización del templo. Desde el punto de vista musical,
la música es un canto a capella donde los coros y solistas
alcanzan belleza y armonía de forma empírica, el
elemento característico que lo distingue es el estilo
responsorial: un solista improvisa sobre un tema y el coro
responde, tal y como ocurre en la música campesina y el
son. Con una misma melodía cantan diferentes plegarias y,
en ocasiones, la melodía pertenece a una canción
popular a la que han agregado un texto religioso. La
música actúa como un agente de cambio de los
estados de tensión, ansiedad dolor y pena. Es un
intensificador y, a la misma vez un liberador de las emociones.
Para el culto cordonero es imprescindible la relación
música – danza en ciertos momentos, sobre todo a la
hora de convocar a los espíritus, cuando una
asociación de complicidad rítmica con movimientos
de pies y manos está acompañada de alguna
melodía o simplemente de estridentes gritos guturales
repetitivos como je, jay, jey, donde se hace imprescindible que
todos los fieles mantengan el equilibrio rítmico entre las
voces y el movimiento corporal; porque según dicen los
directores de centros si se rompe, entonces se corta la
"corriente", impidiendo la comunicación, al mantenerse el
equilibrio, va aumentando la intensidad de las exclamaciones y
los movimientos para llegar al clímax, que es cuando el o
los médium caen en trance.

En las visitas a los centros espiritistas de cordón se
ha observado la existencia de variados elementos de valor
estético, que se manifiestan en la forma de organizar y
adornar el templo, en particular, en los objetos artesanales
confeccionados por sus miembros, parte de los cuales tienen
carácter de exvotos como: tapetes, cortinas, ropas de
santos, muñecas, flores artificiales, abanicos, cuadros
para fotografías.

En la ornamentación de los templos un lugar
importante lo tiene el color, generalmente blanco en la parte
exterior y blanco y azul en el interior, en otros solo utilizan
el color blanco. Al igual en paños, banderas y en el
vestuario, que en algunos centros tienen como regla que todos los
médium asistan a las sesiones vestidos de blanco, otros al
menos los directores y médium cabeceros. Alegan que el
blanco constituye el símbolo de la pureza espiritual y la
paz universal.

Relacionada con el ritual, un lugar importante lo ocupa
la cruz. La cruces de distintos tamaños, móviles e
inmóviles, pueden estar situadas fuera y en el interior
del local. En este último caso, fundamentalmente en el
altar y en el centro de la habitación. En los 16 templos
observados, en el 100% de ellos las cruces están situadas
fuera y dentro del plantel. Se pudo constatar que
tradicionalmente a la cruz se le ha dado esa ubicación y
todas poseen el mismo significado de expiación y
redención cristiana, por eso en algunos altares se
acompañan con la representación del Cristo
crucificado.

La imagen de la Virgen de la Caridad en los altares
cordoneros obedece a una razón de índole
identitario "Es el primer símbolo nacional, antes de la
Bandera, el escudo y el Himno" ha sido motivo de culto y
veneración popular desde su aparición en nuestras
costas en 1612. Se le reconoce como la madre espiritual de los
cubanos. En los templos estudiados observamos que, se exaltan los
valores de nacionalidad, cubanía y patriotismo. Se rinde
culto a la par que ha representaciones de la iconografía
católica, a distinguidos patriotas Como Martí,
Maceo, Céspedes, el Che, Camilo, pues los cordoneros
consideran que por haber dedicado su vida al bien de la patria,
tienen la condición de espíritus de luz y el
privilegio de estar cercano a Dios. Algunos de los templos son
engalanados con la Bandera y el escudo nacional, recuerdan o
celebran fechas patrias dando alabanza a Dios por los dones
otorgados a nuestro país. Se pudo encontrar también
la estrella con las imágenes de los 5 héroes, por
los que hacen sesiones espirituales y piden por su
liberación. Lo que corrobora lo expresado por los
practicantes entrevistados con relación a su compromiso
con el proyecto revolucionario cubano.

Al analizar los datos aportados por el trabajo de campo
realizado a los centros cordoneros, estamos en condiciones de
afirmar que el espiritismo de cordón ha tomado y dado su
aporte al desarrollo de las tradiciones, costumbres y a la
cultura en general de Bayamo.

Si generalizamos acerca de esta cuestión, podemos
darnos cuenta de que no existe una reflexión por parte de
los cordoneros de su actividad. El aprendizaje consiste en la
repetición del acto religioso que incluye: movimientos,
oraciones, plegarias, hasta lograr automatismos y uniformidad en
la realización. Los conocimientos adquiridos de esta forma
se transmiten de generación en generación.
Según los propios cordoneros expresan que otra de la
vía de obtener sabiduría religiosa es por medio de
la revelación de verdades a través de los
espíritus, nos confiesan que éste es el origen de
muchas de sus ideas, costumbres y recetas para elaborar las
medicinas.

Los cordoneros tienen, además, tradiciones que
están vinculadas a conmemoraciones populares y que ellos
le dan un matiz religioso como: el día de las madres, de
los padres, algunas fechas históricas y de, nacimientos de
líderes fallecidos. Para los cordoneros las costumbres y
tradiciones religiosas tienen tres funciones básicas:
transmisión de conocimientos, regulación de la
conducta de los creyentes y producción espiritual
religiosa.

En el espiritismo de cordón no existe una
doctrina sistematizada, por lo que la transmisión de
conocimientos se efectúa fundamentalmente a través
de las costumbres y tradiciones religiosas.

Las costumbres y tradiciones religiosas cordoneras tienen un
importante rol en la conservación y proliferación
de las creencias religiosas, lo que constituye una de las causas
fundamentales del ingreso de personas a las filas del espiritismo
cordonero. Esto explica también la independencia relativa
de la conciencia religiosa, la misma puede conservarse una vez
desaparecidas aquellas condiciones sociales que le dieron
origen.

Lo anterior está unido a la universalidad del sistema
de creencias religiosas cordoneras que da respuesta a los
problemas de la vida y la muerte, así como orientan la
personalidad del individuo hacia actividades y actitudes durante
toda su vida. Las creencias cordoneras sancionadas por el tiempo,
la autoridad y el prestigio de las generaciones pasadas, son
asimiladas por el individuo como axiomas, acríticamente,
como verdades eternas siempre válidas. Las costumbres y
tradiciones religiosas cordoneras son la vía fundamental a
través de la cual se transmite el legado religioso como
sucesión y herencia; lo que es un factor fundamental en la
formación de la conciencia religiosa cordonera.

Los aportes propios son muy abundantes, empezando por el culto
y el ritual, en el que se destaca: el cordón, que no es
más que una típica danza religiosa que se asemeja a
los ritos primitivos y quizás a los del areíto de
nuestros desaparecidos indígenas, transmisiones,
oraciones, himnos de alabanzas que situamos dentro de la
tradición Folklórica campesina, plegarias muy
diversas por sus contenido, con marcada inspiración y
frescura con un ritmo simple subordinado al texto, que en la
practica, la vía oral es la fundamental para el
aprendizaje, que se trasmite de generación en
generación, otros de los aportes lo constituyen las
potencias, así como elementos del decorado y la
organización del templo. Desde el punto de vista musical,
la música es un canto a capella donde los coros y solistas
alcanzan belleza y armonía de forma empírica, el
elemento característico que lo distingue es el estilo
responsorial: un solista improvisa sobre un tema y el coro
responde, tal y como ocurre en la música campesina y el
son. Con una misma melodía cantan diferentes plegarias y,
en ocasiones, la melodía pertenece a una canción
popular a la que han agregado un texto religioso. La
música actúa como un agente de cambio de los
estados de tensión, ansiedad dolor y pena. Es un
intensificador y, a la misma vez un liberador de las emociones.
Para el culto cordonero es imprescindible la relación
música – danza en ciertos momentos, sobre todo a la
hora de convocar a los espíritus, cuando una
asociación de complicidad rítmica con movimientos
de pies y manos está acompañada de alguna
melodía o simplemente de estridentes gritos guturales
repetitivos como je, jay, jey, donde se hace imprescindible que
todos los fieles mantengan el equilibrio rítmico entre las
voces y el movimiento corporal; porque según dicen los
directores de centros si se rompe, entonces se corta la
"corriente", impidiendo la comunicación, al mantenerse el
equilibrio, va aumentando la intensidad de las exclamaciones y
los movimientos para llegar al clímax, que es cuando el o
los médium caen en trance.

En los centros cordoneros es habitual la existencia de
variados elementos de valor estético, que se manifiestan
en la forma de organizar y adornar el templo, en particular, en
los objetos artesanales confeccionados por sus miembros, parte de
los cuales tienen carácter de exvotos como: tapetes,
cortinas, ropas de santos, muñecas, flores artificiales,
abanicos, cuadros para fotografías.

En la ornamentación de los templos un lugar
importante lo tiene el color, generalmente blanco en la parte
exterior y blanco y azul en el interior, en otros solo utilizan
el color blanco. Al igual en paños, banderas y en el
vestuario, que en algunos centros tienen como regla que todos los
médium asistan a las sesiones vestidos de blanco, otros al
menos los directores y médium cabeceros. Alegan que el
blanco constituye el símbolo de la pureza espiritual y la
paz universal.

Relacionada con el ritual, un lugar importante lo ocupa
la cruz. La cruces de distintos tamaños, móviles e
inmóviles, pueden estar situadas fuera y en el interior
del local. En este último caso, fundamentalmente en el
altar y en el centro de la habitación. En todos los
Centros existentes las cruces están situadas fuera y
dentro del plantel. Se pudo constatar que tradicionalmente a la
cruz se le ha dado esa ubicación y todas poseen el mismo
significado de expiación y redención cristiana, por
eso en algunos altares se acompañan con la
representación del Cristo crucificado.

La imagen de la Virgen de la Caridad en los altares
cordoneros obedece a una razón de índole
identitario "Es el primer símbolo nacional, antes de la
Bandera, el escudo y el Himno" ha sido motivo de culto y
veneración popular desde su aparición en nuestras
costas en 1612. Se le reconoce como la madre espiritual de los
cubanos. En los templos estudiados observamos que, se exaltan los
valores de nacionalidad, cubanía y patriotismo. Se rinde
culto a la par que ha representaciones de la iconografía
católica, a distinguidos patriotas Como Martí,
Maceo, Céspedes, el Che, Camilo, pues los cordoneros
consideran que por haber dedicado su vida al bien de la patria,
tienen la condición de espíritus de luz y el
privilegio de estar cercano a Dios. Algunos de los templos son
engalanados con la Bandera y el escudo nacional, recuerdan o
celebran fechas patrias dando alabanza a Dios por los dones
otorgados a nuestro país. Se pudo encontrar también
la estrella con las imágenes de los 5 héroes, por
los que hacen sesiones espirituales y piden por su
liberación. Lo que corrobora lo expresado por los
practicantes entrevistados con relación a su compromiso
con el proyecto revolucionario cubano.

Al analizar los datos aportados por el trabajo de campo
realizado a los centros cordoneros, estamos en condiciones de
afirmar que el espiritismo de cordón ha tomado y dado su
aporte al desarrollo de las tradiciones, costumbres y a la
cultura en general de Bayamo.

Valoración
del ámbito religioso cordonero de Bayamo en la
década del 90 del pasado siglo

La religión, como forma de concepción del
mundo, aporta sentidos al hombre, aún cuando no sea la
única fuente. Las creencias pueden llegar a convertirse en
un sistema de orientación y acción de máxima
importancia en la vida, llegando, incluso, a determinar el
accionar social o simplemente no trascender más
allá de situaciones particulares y concretas. Para
comprender el papel del cordonero bayamès de la
última década del siglo XX, se hace necesario
penetrar en el rico mundo de sus significados, en su
articulación con los cambios sociales en el país, a
tenor con la difícil situación del llamado
Período Especial.

En un contexto donde la cotidianidad se representa de
modo incierto, signada por la monotonía –posible
pero no indispensable para dar cuenta de las rutinas cotidianas y
donde la tolerancia emerge como cualidad indispensable para la
convivencia cotidiana, no es entonces inusual que hacia lo
religioso se dirija la atención con mayor énfasis y
adquiera significados peculiares, que se expresan en el sentir de
los individuos con diverso grado de elaboración.En
circunstancias de inestabilidad, incertidumbre y escepticismo, el
ser humano tiende a buscar preceptos, nociones, y creencias que
le ayuden a compensar los males y ansiedades generados por la
situación.

El análisis de los discursos sobre la
religión apuntan a que la relación con lo
religioso, con independencia del tipo de creencias que profesan
los sujetos, permite enfrentar la realidad con mayor seguridad
emocional, le proporcionan cierta paz y tranquilidad y una
especie de energía o fuerza para dar cuenta de las
contingencias e incertidumbres de la cotidianidad.

Las creencias y prácticas religiosas llenan la
integridad de la vida del sujeto (practicante) con
motivación, significado y energías, y por tanto, no
queda restringida a un segmento limitado de la vida.

En las visitas de los seguidores se abordan
preferentemente las preocupaciones familiares y de salud,
así como la búsqueda de caridad para estos fines,
considerando que la crisis provocada por el Período
Especial no repercutió en las necesidades cotidianas de
los creyentes ni afectó la práctica del
espiritismo. Igualmente se verifica de forma unánime que
los espacios para las prácticas del espiritismo no fueron
cubiertos por el Gobierno o el Estado para otros fines ni mucho
menos serrados. Se retoma la búsqueda de un nuevo espacio
social con sentido misionero en este periodo (visitas a enfermos
en las casas, hospitales a niños, necesitados en general)
en labor de santiguación, sobar, llevar agua magnetizada
para la curación de los males. Los entrevistados que
practican el espiritismo desde varios años respondieron no
encontrar diferencias entre el de años anteriores y el
actual, pues el Espiritismo es Universal, no importa la
época, ni si se es analfabeto o no lo que importa es la
fuerza del espíritu y la Fé que se tenga,
además es una tradición y el Espiritismo es uno
solo. Desde otra perspectiva encuentran diferencia pues se
versifica tener una mayor preocupación por la
instrucción y superación de los Médium, pues
antes se trabajaba mecánicamente, ahora cuentan con cierta
bibliografía (Allan Kardec y Oraciones) a partir de
donaciones, hechas por Instituciones espiritistas de Brasil que
han visitado a centros cordoneros y el centro de estudios
parapsicológicos "Más Luz", otros lo definen con
que hay más ciencia, encuentran como diferencia haber
superado la etapa de tener que solicitar permiso a la P.N.R para
poder realizar las sesiones lo que los hace sentirse más
tranquilos y más libres ya que no es necesario tener un
permiso para sus reuniones, también consideran como
diferencia la inserción de militantes del PCC y otros
dirigentes a grupos religiosos de preferencia y sobre todo poder
practicar el espiritismo, dicen haber tenido más ayuda de
la Revolución porque existe la libertad de culto y
creencia espiritual, otras de las diferencias que se registran es
que en los centros se podía percibir una mayor presencia
de hermanos buscando la caridad para sus males, más
Unidad,

Se apreció con claridad a partir del
análisis y procesamiento de las entrevistas realizadas que
en las condiciones propias de Bayamo las funciones en el
individuo creyente y practicante se ejercen ante todo en la
compensación, satisfacción y
autodeterminación frente a problemas que actúan
sobre él directamente

En resumen, pueden establecerse como principales
aspectos a evaluar del espiritismo de cordón en Bayamo,
que constituyen un conjunto débilmente sistematizado de
ceremonias, ideas, representaciones y prácticas
religiosas, que bajo determinadas condiciones sociales se
extendieron en nuestro país y existen en cierto modo
modificado en un nuevo contexto social.

Se puede apreciar una relación estrecha entre el
culto de los antepasados (espíritus), los fetiches y la
magia, interrelacionados con ideas, sentimientos y
prácticas religiosas
mítico–mágico-supersticiosa.

No tienen un sistema teórico elaborado y sus
ideas y sentimientos, al quedarse en un nivel empírico, se
expresan de forma espontánea, dentro de lo sensible, con
un carácter marcadamente utilitario y en los
límites de lo cotidiano con una fuerte carga
emocional.

Carecen de desarrollo institucional; lo que unido a su
vinculación con los sectores más humildes de la
población, posibilita que sus practicantes se identifiquen
con gran facilidad al proceso revolucionario.

La incorporación se produce fundamentalmente por
vía familiar ante la debilidad de sus estructuras, y por
la influencia del barrio que como microorganismo social
contribuye a la reproducción del modelo de conducta. Como
elemento significativo se pudo conocer en la totalidad de los
centros, que no se permite como afiliado, personal masculino sin
vínculo laboral, según plantean sus
reglamentos.

En la actualidad desde el punto de vista estructural el
espiritismo de cordón se manifiesta organizado en grupos
alrededor de centros, sus prácticas aplicadas al campo de
la salud, y en enfermedades de variados tipos, sin solicitar a
cambio intereses materiales, ni recursos costosos para su
realización.

Los cordoneros reconocen en el contexto cubano del
periodo especial, la situación de crisis, las carencias
materiales, la inestabilidad económica, la carencia de
muchos productos en el mercado, pero refieren que en el plano
social estas afectaciones no tienen igual incidencia que en otros
países, pues el gobierno revolucionario no ha descuidado
tal aspecto. Confían en la búsqueda de alternativas
favorables al pueblo llevadas a cabo por los máximos
dirigentes de la Revolución. El período especial
para ellos es impuesto por las circunstancias externas y una
etapa necesaria por la que el país debía pasar para
lograr un peldaño superior en su desarrollo,
situación de la que ya ellos habían sido advertidos
con anterioridad por los espíritus, en otras palabras,
estaban preparados para soportarlo, por lo que la
situación existente no afecto en nada las practicas
espiritistas cordoneras, siguió su curso igual que en
años anteriores se da prioridad a las necesidades
esenciales del ser humano: la salud, la alimentación, la
tenencia de un trabajo decoroso y la educación, aspectos
tan necesarios al espíritu".

Existe consenso en cuanto a la insatisfacción
mostrada por muchas personas ante la vida, radicando
fundamentalmente en el sentido desmedido de lo material, pues
valoran la cantidad de cosas a tener y no su aspecto cualitativo;
así como al no reconocimiento de que el espíritu
del hombre puede conformarse con poco, si en todo lo que hace
lleva el amor y la paz de espíritu.

La reflexión de estos líderes y dirigentes
científicos y cordoneros también se extiende hacia
una crítica de la cultura del consumo que actualmente
prolifera a escala mundial y afecta a nuestro país. A la
par, condenan el comercio, a nombre de la ciencia espirita, en
cualquier forma que se ejerza.

A partir del trabajo desarrollado, se constata que
dentro de los grupos espiritistas de cordón de Bayamo en
los años 90 no ocurre un proceso de extroversión de
la conciencia religiosa en sus practicantes que pudiera estar
motivado por las condiciones excepcionales provocadas por el
Período Especial.

En el espiritismo que se practica en la década de
los noventa, en sentido general, están presente las
consultas o rituales vinculados a la presencia de dolencias y
enfermedades en las que se pide a un espíritu que ayude a
diagnosticar, caracterizar el mal y buscar la solución
para el bien del paciente.

Esta noción del centro como hogar de los
encarnados, que no son más que todos los hombres, hace que
los practicantes se vean como una gran familia y como hijos de
Dios que se consideran, se llaman todos hermanos espirituales. De
esta forma también acogen y denominan a todos los que
asisten a la ceremonia, compartan o no sus creencias. Es en este
sentido que puede hablarse del carácter abierto de esta
práctica, pues ofrece amparo y caridad a todos los
necesitados. Al considerarlo lugar de socorro, algunos creyentes
lo ven como un hospital donde se atienden los males
físicos, psicológicos y morales.

En su generalidad el espiritismo de cordón
practicado en los años 90, mantiene en lo fundamental las
características de un culto planteado como creencia
reorientadota del actuar cotidiano de los hombres, no se
inmiscuye en motivaciones políticas y económicas.
Los practicantes del territorio retoman su función
protectora en el propio culto, a tenor del desajuste en la escala
de valores que con un alto costo social se produce en los
años 90. Las prácticas del espiritismo de
cordón visualizadas por la autora a partir de la
observación directa, permite afirmar que en Bayamo capital
provincial de los granmenses esta práctica constituye una
expresión bien enriquecida apegadas como ninguna otra a la
identidad y se puede caracterizar como genuinamente cubana. Lo
que no niega la presencia del resto de las variantes con un
número importante de seguidores. Los lugares de la
práctica del culto son bien humildes, caracterizada
fundamentalmente por su riqueza en cantos y movimientos danzarios
cuando se realiza la sesión. Si bien es cierto que del
período estudiado desde el punto de vista local carece de
información, el trabajo de campo nos facilito encontrar el
equilibrio en la veracidad de la misma. El espiritismo
cordón de los años 90 en el territorio no refleja
en el culto los problemas cotidianos o los motivados por el
Período Especial, sus funciones en el individuo y
agrupaciones se ejercen ante todo en la compensación,
satisfacción y autodeterminación frente a problemas
que actúan sobre él directamente.
Observándose entre los practicantes una orientación
ideológica concreta hacia el proceso revolucionario, pero
consideran que durante las sesiones debe primar las acciones de
fe y mantenerse alejados de las cuestiones judiciales y
políticas.

Todo lo anterior permite afirmar que en el estudio de
los espiritistas realizado en Bayamo, las consecuencias negativas
que produjo la crisis de los años noventa en todas las
esferas de la vida, no han marcado una nueva evolución en
la forma de percibir el espiritismo por sus practicantes y que ha
sido también un resultado de la mayor libertad religiosa
proclamada desde el IV Congreso del Partido.

Notas y
referencias

1-Fernando Ortiz: "Una nueva secta espiritista de Cuba",
en Bohemia, La Habana, año42, no.9, enero 15 de 1850,
p.138.

2- Fernando Ortiz: "orígenes de los cordoneros
del orilé", p. 34.

3- Yiya Villalón, de la "Antorcha del Camino",
Gladis Gutiérrez, de "Redención", Freddy de Souza,
de "Buscando a Dios", Elia Reyes de "Tres luces divinas",
Joaquín Blanco, de "Estrella del Porvenir", fueron algunos
de los instructores preparados por Gliserio Cedeño en
"Más Luz".

4- Ludín B. Fonseca García y Aldo Daniel
Naranjo Tamayo: "Síntesis histórica municipal de
Bayamo", p, 133.

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Autor:

Lic. Maira Caridad Utria
Reyes.

 

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