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Genealogía fundamental




Enviado por Jesús Castro



Partes: 1, 2

  1. Lucas,
    el evangelista
  2. Genealogía
    mesiánica
  3. El
    evangelio lucasiano
  4. Erasmo
    de Rotterdam
  5. Alta
    crítica
  6. Genealogía del
    Génesis
  7. Conclusión

Existe una gran discordancia entre lo que la
antropología evolutiva entiende por "hombre primitivo" (u
"hombre prehistórico": homo sapiens anterior al
aparecimiento de la escritura, desde 150×103 hasta
6×103 años antes de la EC
aproximadamente) y la información aportada por el
Génesis en este sentido (cuya cronología arroja
unos 6×103 años atrás como el punto inicial
de la existencia del hombre o de la aparición del primer
ser humano, por creación, a partir de los elementos
químicos presentes en el suelo terrestre). Los
métodos arqueológicos de datación (absolutos
y relativos) son la principal herramienta científica con
la que cuenta la antropología evolutiva para recomponer la
vida del "hombre prehistórico", pero tales métodos
son apenas fiables cuando nos remontamos a un pasado de 5
ó 6 mil años. Esto hace que el relato
histórico del Génesis sea más relevante,
útil y fidedigno, pues no ha podido ser desmentido por los
antropólogos evolutivos.

Por otra parte, la Genealogía (como
técnica auxiliar de la Historia) aporta
documentación de mucho peso a favor del relato creativo
del Génesis. Un ejemplo lo tenemos en el libro
evangélico e histórico de Lucas, donde se detalla
la ascendencia materna de Jesucristo, hasta alcanzar al
mismísimo primer hombre, Adán. La línea
genealógica mencionada es la siguiente, según la
TNM (Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras,
publicada por la Sociedad Watchtower Bible And Tract en
inglés, español y otros idiomas en
1987):

«[…] Jesús mismo, cuando
comenzó [su obra], era como de treinta
años, siendo hijo, según se opinaba, de José
[el esposo de María], [hijo] de Helí
[el padre de María], [hijo] de Matat, [hijo] de
Leví, [hijo] de Melquí, [hijo] de
Janaí, [hijo] de José, [hijo] de
Matatías, [hijo] de Amós, [hijo] de Nahúm,
[hijo] de Eslí, [hijo] de Nagai [hijo] de Maat, [hijo] de
Matatías, [hijo] de Semeín, [hijo] de Josec, [hijo]
de Jodá, [hijo] de Joanán, [hijo] de Resá,
[hijo] de Zorobabel, [hijo] de Sealtiel, [hijo] de Nerí,
[hijo] de Melquí, [hijo] de Adí, [hijo] de Cosam,
[hijo] de Elmadam, [hijo] de Er, [hijo] de Jesús, [hijo]
de Eliezer, [hijo] de Jorim, [hijo] de Matat, [hijo] de
Leví, [hijo] de Simeón, [hijo] de Judas, [hijo] de
José, [hijo] de Jonam, [hijo] de Eliaquim, [hijo] de
Meleá, [hijo] de Mená, [hijo] de Matatá,
[hijo] de Natán, [hijo] de David, [hijo] de Jesé,
[hijo] de Obed, [hijo] de Boaz, [hijo] de Salmón, [hijo]
de Nahsón, [hijo] de Aminadab, [hijo] de Arní,
[hijo] de Hezrón, [hijo] de Pérez, [hijo] de
Judá, [hijo] de Jacob, [hijo] de Isaac, [hijo] de
Abrahán, [hijo] de Taré, [hijo] de Nacor, [hijo] de
Serug, [hijo] de Reú, [hijo] de Péleg, [hijo] de
Éber, [hijo] de Selah, [hijo] de Cainán, [hijo] de
Arpaksad, [hijo] de Sem, [hijo] de Noé, [hijo] de Lamec,
[hijo] de Matusalén, [hijo] de Enoc, [hijo] de Jared,
[hijo] de Mahalaleel, [hijo] de Cainán, [hijo] de
Enós, [hijo] de Set, [hijo] de Adán, [hijo] de
Dios» (Evangelio de Lucas, capítulo 3,
versículos 23 a 38).

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Evidentemente, para que este documento
genealógico sea convincente deberá responder a una
serie de preguntas que permitan acreditarlo como fidedigno.
Básicamente, las preguntas serían: ¿De
dónde proviene esta lista genealógica? ¿Es
confiable su fuente de origen? ¿Ha sido alterada dicha
lista con el paso de los años? ¿Tiene, esa fuente,
detractores contemporáneos? ¿Qué
reputación final habría que otorgar a la susodicha
fuente después de examinar el peso argumental de la
crítica efectuada por sus detractores y las pruebas
aportadas por sus defensores?

Lucas, el
evangelista.

El libro PERSPICACIA PARA COMPRENDER LAS ESCRITURAS,
tomo 2, página 253, editado en inglés,
español y otros idiomas en 1991 por la Sociedad Watch
Tower Bible And Tract, explica que el Lucas al que nos estamos
refiriendo, en calidad de historiador y evangelista (o
evangelizador), era un médico y fiel compañero del
apóstol cristiano Pablo, allá en el primer siglo de
la EC. Escribió el evangelio que lleva su
nombre y los "Hechos de apóstoles". Sus escritos
dejan manifiesto que tenía una buena educación
académica, y el que empleara términos
médicos en sus relatos históricos da prueba de sus
antecedentes en esta profesión.

El mismo libro PERSPICACIA, tomo 1,
páginas 886 y 887, señala que el término
EVANGELIZADOR proviene del griego "euagguelion", que
significa "buena nueva" o "evangelio". Un "evangelizador" (o
evangelista), por tanto, es un predicador del evangelio o
proclamador de "buenas nuevas" (buenas noticias). Tales buenas
noticias no se refieren a cualquier anuncio optimista, sino
más bien a un tipo de buenas noticias relacionadas con la
liberación de la humanidad de su esclavitud innata al
error, la decrepitud y la muerte. En este sentido, el evangelista
Lucas, como cualquier cristiano primitivo, era un predicador que
anunciaba buenas noticias para la humanidad, en el sentido de que
Dios había revelado al mundo el medio por el cual
salvaría en el futuro al ser humano de su enfermiza
condición heredada de Adán y Eva tras la
rebelión en Edén. Dicha salvación gira en
torno a la figura de Jesucristo según las Sagradas
Escrituras, quien ofreció su vida como rescate y
así despejó el camino para la reconciliación
con Dios. Por este motivo, el evangelio de Lucas, y los
demás evangelios también, narran la vida y
enseñanzas del personaje clave para dicha
liberación, a saber, Jesucristo.

El libro evangélico de Lucas abre
con las siguientes palabras: "Puesto que muchos han
emprendido la recopilación de una declaración de
los hechos que entre nosotros están plenamente
acreditados, así como nos los entregaron los que desde
[el] principio llegaron a ser testigos oculares y servidores del
mensaje, yo también, porque he investigado todas las cosas
desde el comienzo con exactitud, resolví
escribírtelas en orden lógico, excelentísimo
Teófilo, para que conozcas plenamente la certeza de las
cosas que se te han enseñado oralmente" (Lucas 1:
1-4).

Lucas dirigió su evangelio a una persona llamada
Teófilo (nombre propio de origen griego, cuyo significado
es "amado por Dios o amigo de Dios"). El que se le trate de
"excelentísimo" tal vez indique que ocupaba una
posición importante, o puede que simplemente sea una
expresión de aprecio. Al parecer, Teófilo era
cristiano, y se le había enseñado verbalmente
acerca de Jesús y de su ministerio. El documento escrito
de Lucas sirvió para corroborar lo que había
aprendido anteriormente por transmisión oral
(ver Nota, a continuación).

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NOTA:

¿Quién fue Teófilo? La
revista La Atalaya del 15-11-2007, página 19, editada por
la Sociedad Watchtower, comenta: «Lucas dirige
a Teófilo tanto el libro de Hechos de Apóstoles
como su Evangelio, donde lo llama "excelentísimo
Teófilo" (Lucas 1:3). "Excelentísimo" era un
epíteto para dirigirse a alguien muy acaudalado o a los
altos funcionarios del gobierno romano. Por ejemplo, el
apóstol Pablo se dirigió a Festo, procurador romano
de Judea, en términos similares (Hechos 26:25).

Según parece, Teófilo había
oído acerca de Jesús y se había interesado
en su mensaje. Lucas tenía la esperanza de que su
Evangelio lo ayudara a "conocer plenamente la certeza de las
cosas que se le habían enseñado oralmente" (Lucas
1:4).

Según el helenista Richard Lenski, es poco
probable que Teófilo fuera cristiano cuando Lucas lo
llamó "excelentísimo", porque "jamás en la
literatura cristiana a ningún hermano en la fe se le
menciona con títulos de distinción terrenal".
Cuando tiempo más tarde escribió el libro de
Hechos, ya no usó el título
"excelentísimo", sino que simplemente dijo:
"Oh Teófilo" (Hechos 1:1). Por lo tanto, Lenski llega a la
siguiente conclusión: "Cuando Lucas escribió su
Evangelio a Teófilo, este distinguido personaje no era
todavía cristiano, aunque estaba grandemente interesado en
los asuntos cristianos; pero cuando Lucas le envió el
Libro de Los Hechos, Teófilo ya había sido
convertido"».

Lucas dijo haber "investigado todas las cosas desde el
comienzo con exactitud" al preparar su Evangelio, lo que tal vez
signifique que consultó los registros disponibles para
trazar la genealogía de Jesús (La Atalaya del
15-3-2009, página 32, revista editada por la Sociedad
Watch Tower Bible And Tract). Así mismo dijo a su amigo
Teófilo: "Resolví también, porque he
investigado todas las cosas desde el comienzo con exactitud,
escribírtelas en orden lógico" (Luc. 1:3). Por lo
tanto, habiendo investigado, o habiendo recogido un gran
número de hechos relacionados con su asunto, se puso a
organizarlos en orden o secuencia entendible (Libro "Guía
para la Escuela del Ministerio Teocrático", página
44, editado por la misma Sociedad Watch Tower en
1992).

¿Cuándo escribió Lucas
su Evangelio?

"Hechos de apóstoles" 1:1 indica que el escritor
de este libro (Hechos), que también fue Lucas, ya
había compuesto "el primer relato", el Evangelio. Lo
más probable es que Lucas completara "Hechos" alrededor de
61 EC mientras estaba en Roma con Pablo, quien esperaba que se
atendiera su apelación a César. Esto indica que
Lucas quizás escribió el relato del Evangelio en
Cesarea alrededor de 56-58 EC, después de haber regresado
con Pablo de Filipos al final del tercer viaje misional de Pablo
y mientras éste esperaba dos años en prisión
en Cesarea antes de ser llevado a Roma debido a su
apelación. Puesto que Lucas estaba allí en
Palestina, se encontraba bien situado para hacer una
"investigación de todas las cosas desde el
comienzo con exactitud" acerca de la vida y el ministerio de
Jesús (Libro "Toda Escritura es inspirada de Dios y
provechosa", página 187, párrafo 4, editado en 1990
por la Sociedad Watchtower).

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El libro "La Biblia… ¿la Palabra de Dios, o
palabra del hombre?", páginas 80-82, impreso en 2006 por
la Sociedad Watchtower, comenta lo siguiente:

«Un hombre muy [bien] educado [intelectualmente]
del primer siglo que dio consideración cuidadosa a las
pruebas [acerca del testimonio cristiano] fue Lucas, un
médico (Colosenses 4:14). Lucas escribió dos libros
que ahora son parte de la Biblia: uno fue un Evangelio, o
historia del ministerio de Jesús, y el otro, llamado los
Hechos de Apóstoles, fue una historia de la
propagación del cristianismo en los años
posteriores a la muerte de Jesús.

En la introducción a su Evangelio
Lucas alude a muchas pruebas que le estuvieron asequibles,
pero que ya no lo están a nosotros. Habla de
los documentos escritos que consultó acerca de la vida de
Jesús. También indica que habló con testigos
oculares de la vida, la muerte y la resurrección de
Jesús. Entonces dice: "He investigado todas las cosas
desde el comienzo con exactitud" (Lucas 1:1-3). Es patente que la
investigación de Lucas fue minuciosa. ¿Era buen
historiador?

Muchos han atestiguado que lo era. Allá en 1913,
en un discurso, sir William Ramsay comentó sobre la
historicidad de las obras de Lucas. ¿A qué
conclusión había llegado? "Lucas es un historiador
de primera categoría; no sólo porque se puede
confiar en los hechos que expone, sino también porque
tiene verdadero sentido histórico".
Investigadores más recientes han llegado a la misma
conclusión. "The Living Word Commentary"
(Comentario sobre la Palabra viva), al introducir sus tomos sobre
Lucas, dice: "Lucas fue tanto historiador (e
historiador fiel) como teólogo".

El Dr. David Gooding, ex profesor de griego
del Antiguo Testamento en Irlanda del Norte, declara
que Lucas fue "un historiador antiguo a la manera de los
historiadores del Antiguo Testamento y a la manera de
Tucídides [uno de los historiadores más estimados
del mundo antiguo]. Como ellos, él habrá hecho
grandes esfuerzos por investigar sus fuentes y escoger y ordenar
su material. […] Tucídides combinó este
método con una pasión por la exactitud
histórica: no hay razón para creer que Lucas hizo
menos que eso"».

Genealogía
mesiánica.

El libro PERSPICACIA, tomo 1, página 1007,
apunta: «En el capítulo 1 [del evangelio] de Mateo
hallamos la genealogía de Jesucristo desde Abrahán
en adelante, y en el capítulo 3 [del evangelio] de Lucas
su genealogía se remonta hasta "Adán, hijo de
Dios". La genealogía de Jesús es la única
que consta en las Escrituras Griegas Cristianas [o Nuevo
Testamento]. Parte de ella aparece en los capítulos 1 al 3
[del Primer libro] de las Crónicas, comienza desde
Adán y pasa a través de Salomón hasta llegar
a Zorobabel. Los libros de Génesis y Rut combinados
proporcionan la línea desde Adán hasta
David.

Las listas de Génesis-Rut, 1 Crónicas y
Lucas concuerdan por completo desde Adán hasta Arpaksad,
con diferencias menores con respecto a ciertos nombres, como
Quenán, que en Lucas 3:37 es "Cainán". Las listas
de Génesis-Rut y Crónicas siguen concordando hasta
David, mientras que la de Lucas intercala otro "Cainán"
entre Arpaksad y Selah (Lu 3:35, 36)».

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La genealogía mesiánica, o de Jesucristo,
por ascendencia materna hasta llegar a Adán, facilitada
por el evangelista Lucas, nos interesa especialmente porque nos
lleva hasta el mismísimo primer hombre, con lo cual
obtenemos un importante argumento contra la noción de
hombre prehistórico o primitivo de más de 6 mil
años de antigüedad. Al grado que esta lista
genealógica se pueda probar verdadera, a ese mismo grado
quedaría desmentida la teoría del hombre primitivo
defendida por la antropología evolutiva.

El libro PERSPICACIA, tomo 1, página 1008,
comenta: «Cuando el apóstol Pablo escribió a
Timoteo entre los años 61-64 EC, le dijo que no prestase
atención a "cuentos falsos ni a genealogías, que
terminan en nada, pero que proporcionan cuestiones para
investigación más bien que una dispensación
de cosa alguna por Dios con relación a la fe" (1Ti 1:4).
La fuerza de esta advertencia puede apreciarse mejor conociendo
los extremos a los que posteriormente llegaron los judíos
en la investigación de las genealogías, y la
meticulosidad con que investigaban cualquier posible
discrepancia. El Talmud Babilonio (Pesajim 62b) afirma que "entre
"Azel" y "Azel" [1 Crónicas 8:38–9:44, una de las
listas genealógicas de la Biblia], la enorme cantidad de
interpretaciones exegéticas equivalía a la carga de
¡cuatrocientos camellos" (Hebrew-English Edition of the
Babylonian Talmud, traducción de H. Freedman, Londres,
1967).

[Desde el punto de vista del cristianismo
primitivo, no] tenía sentido el envolverse en un estudio
y consideración de tales asuntos, y menos
cuando Pablo escribió a Timoteo. En aquel entonces ya no
importaban los registros genealógicos, pues Dios no
reconocía ya ninguna distinción entre judíos
y gentiles dentro de la congregación cristiana (Gál
3:28). Además, los registros genealógicos ya
habían establecido el linaje de Cristo por medio de la
línea de David. Por otra parte, Jerusalén iba a ser
destruida en breve y junto con ella, los registros judíos.
Dios no los conservó. Por consiguiente, Pablo no
quería que Timoteo y las congregaciones se desviaran
malgastando el tiempo en investigaciones y controversias acerca
de asuntos de linaje personal que no contribuían nada a la
fe cristiana. La genealogía provista por la Biblia es
suficiente para probar que Cristo es el Mesías, y
ésta es la cuestión genealógica de mayor
importancia para los cristianos. Las otras genealogías de
las Escrituras permanecen como testimonio de la autenticidad e
historicidad del registro bíblico».

El pasaje recién citado del libro
PERSPICACIA nos muestra la extrema seriedad que la
cultura judaica daba los temas genealógicos, pues
la organización sociorreligiosa del pueblo hebreo
dependía por completo de la fiabilidad de las listas de
ascendientes de los hombres que componían la
nación. Por ejemplo, la correcta ubicación del
sacerdote o levita en el árbol genealógico era
fundamental a la hora de asignar los deberes sagrados, puesto que
la Ley de Moisés exigía que tales deberes
sólo recayeran en miembros pertenecientes a la tribu de
Leví; y dentro de ésta, para el caso de los
sacerdotes, sólo eran aceptos los pertenecientes a la
familia de Aarón. El incumplimiento de estos requisitos,
aún en un solo y raro caso de impostura, corrompía
e invalidaba gravemente la forma de adoración de los
hebreos, pudiéndoles acarrear el desamparo divino y
consecuentemente el desastre como pueblo escogido.
También, por otra parte, cualquier individuo que reclamara
su condición de israelita pero fuera incapaz
de acreditar su linaje en los registros genealógicos
oficiales, era considerado extranjero o gentil y recibía
un estigma social peyorativo, así como un rebajamiento
total en cuanto a privilegios relacionados con la
adoración sagrada.

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Por todo ello, para el primer siglo de la
EC, se consideraban de extrema importancia (social y
religiosa) las genealogías de la
nación, de manera que no se escatimaban medios ni
vigilancia en cuanto a la preservación de las mismas. La
ingente cantidad de investigaciones y consultas que diariamente
se efectuaban en torno a dichas genealogías pudiera dar la
impresión de que había una "obsesión
nacional" a este respecto. Esta norma social podía
eclipsar el progreso cristiano de algunos judíos que
habían abrazado la fe en Jesucristo (quien, según
las profecías, con su muerte abolía el viejo pacto
y sus genealogías obligatorias).

Habida cuenta de este panorama, es
fácil entender que el evangelista Lucas no tuviera muchas
dificultades para encontrar información
abundante, documentada y fidedigna respecto a la
genealogía del Cristo. En consecuencia, la pregunta
"¿De dónde proviene la lista genealógica de
Lucas acerca de Jesucristo?" queda contestada. La siguiente
cuestión a despejar es: ¿Es confiable la fuente de
origen de dicha lista?

Genealogía bíblica.

El libro PERSPICACIA PARA COMPRENDER LAS ESCRITURAS,
tomo 1, páginas 1006-1008, contiene los siguientes
comentarios:

«La genealogía bíblica
es confiable. Los estudiantes cuidadosos y sinceros de la
genealogía bíblica no pueden acusar a
los cronistas bíblicos de descuido, inexactitud o
exageración por haber glorificado a su nación, a
una tribu o a determinado personaje. Debe tenerse en cuenta que
aquéllos que registraron genealogías (como, por
ejemplo, Esdras y Nehemías) se remitieron al archivo
nacional y obtuvieron su información de las fuentes
oficiales disponibles. Después de hallar los datos
necesarios, usaron estas listas para probar de manera
satisfactoria lo que interesaba en aquel entonces. Sus
contemporáneos, que conocían los hechos y
podían acceder a los registros, aceptaron plenamente estas
listas genealógicas. También debe tenerse presente
el contexto histórico. Esdras y Nehemías vivieron
en tiempos de reorganización, y las genealogías que
compilaron eran esenciales para el funcionamiento de la
nación.

[…] Podemos tener una confianza completa en las
genealogías registradas en la Biblia. Suministraron
información fundamental, no sólo para cuando se
escribieron, sino también para nosotros hoy. Por medio de
ellas, podemos tener la seguridad, desde el punto de vista
genealógico, de que Jesucristo es la Descendencia
prometida de Abrahán por tanto tiempo esperada. Nos ayudan
a determinar la cronología hasta Adán, una
cronología que no puede hallarse en ningún otro
lugar […]; y las genealogías bíblicas nos ayudan
a comprender cómo están emparentadas todas las
naciones».

El mismo libro PERSPICACIA PARA COMPRENDER LAS
ESCRITURAS, tomo 1, páginas 1002-1003, ofrece los
siguientes datos:

«[En cuanto a los archivos oficiales,
parece] ser que en Israel se guardaban registros nacionales
de genealogías, además de los
registros que mantenían las mismas familias.
En el capítulo 46 de Génesis hallamos
la relación de los miembros de la casa de Jacob hasta la
muerte de éste después de su entrada en Egipto. En
Éxodo 6:14-25 aparece una genealogía,
principalmente de los descendientes de Leví, que
debió copiarse de un registro anterior. El primer censo de
la nación se efectuó en el desierto de Sinaí
en 1512 antes de la EC, al segundo año de su salida de
Egipto, cuando se realizó "el reconocimiento de su
descendencia respecto a sus familias en la casa de sus padres"
(Números 1:1,18; véase también
Números 3). El único otro censo nacional de
Israel

que Dios autorizó antes del exilio, y del que hay
registro, es el que se efectuó unos treinta y nueve
años más tarde en las llanuras de Moab
(Números 26).

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Además de las genealogías registradas en
los escritos de Moisés, están las listas hechas por
otros cronistas oficiales, como por ejemplo: Samuel, que
escribió Jueces, Rut y parte de Primero de Samuel; Esdras,
que escribió Primero y Segundo de las Crónicas y el
libro de Esdras, y Nehemías, el escritor del libro que
lleva su nombre. En esos mismos escritos hay prueba de que otros
mantuvieron registros genealógicos: Idó (2
Crónicas 12:15) y Zorobabel; este último
debió encargarse de que se hiciesen registros
genealógicos entre los israelitas repatriados (Esdras 2).
Durante el reinado del justo rey Jotán, se hizo un
registro genealógico de las tribus de Israel que
vivían en la tierra de Galaad (1 Crónicas
5:1-17).

Estas genealogías se conservaron con
cuidado hasta el principio de la era común. Esto lo prueba
el hecho de que cada familia de Israel pudo ir a
censarse a la ciudad de la casa de su padre, en conformidad con
el decreto de César Augusto promulgado poco antes del
nacimiento de Jesús (Lucas 2:1-5). Se sabe que
Zacarías, el padre de Juan el Bautista, era de la
división sacerdotal de Abías, y su esposa,
Elisabet, de las hijas de Aarón (Lucas 1:5). Se informa
que Ana, la profetisa, era "de la tribu de Aser" (Lucas 2:36). Y,
por supuesto, las extensas listas de los antepasados de
Jesús que se encuentran en Mateo, capítulo 1, y
Lucas, capítulo 3, muestran claramente que tales registros
se guardaban en los archivos públicos y podían ser
consultados.

El historiador Josefo da testimonio de que
los judíos tenían registros genealógicos
oficiales, pues dice: "No sólo soy oriundo de
una línea de sacerdotes, sino de la primera de las
veinticuatro líneas, y de la principal familia de mi
línea". Después de señalar que su madre era
descendiente de los asmoneos, concluye: "He anotado la
línea de descendencia de mi familia tal cual aparece
asentada en los registros públicos, haciendo caso omiso de
los que nos calumnian" (Vida de Flavio Josefo, sección
1)».

¿Es confiable la fuente de origen de la lista
genealógica facilitada por el historiador cristiano Lucas
en el capítulo 3 del evangelio que lleva su nombre?
Evidentemente sí, en virtud de la información
recién aportada. Sin embargo, cabe preguntarse lo
siguiente: ¿Ha sido alterada dicha lista con el paso de
los años? Es decir, ¿ha habido modificaciones en la
lista desde el siglo I de la EC hasta nuestros días? Esto
realmente equivale a cuestionar la integridad del texto
evangélico de Lucas, por lo que la pregunta pertinente
sería más bien: ¿Es el evangelio lucasiano
de nuestras biblias actuales una traducción fiel del que
escribió el evangelista Lucas?

El evangelio
lucasiano.

El libro RAZONAMIENTO A PARTIR DE LAS ESCRITURAS,
publicado en inglés, español y otros idiomas por la
Sociedad Watchtower Bible And Tract en 1989, páginas 66 y
67, pregunta: «¿Cómo podemos estar seguros de
que la Biblia no ha sido cambiada?»; y a
continuación responde:

«"En la cantidad de MSS.
[manuscritos] antiguos que adveran [o certifican que es
auténtico] un escrito, y en la cantidad de
años que habían pasado entre el original y los MSS.
adverantes, la Biblia disfruta de una decidida
ventaja sobre escritos clásicos [como los de Homero,
Platón y otros]. […] En conjunto, los MSS.
clásicos son sólo un puñado en
comparación con los bíblicos. Ningún libro
antiguo está tan bien adverado como la Biblia" (The Bible
From the Beginning [La Biblia desde el principio], Nueva York,
1929, P. Marion Simms, págs. 74, 76).

Un informe publicado en 1971 muestra que posiblemente
haya 6.000 copias manuscritas de las Escrituras Hebreas en su
totalidad o en parte; las más antiguas son del siglo III
antes de la EC. De las Escrituras Griegas Cristianas, hay unas
5.000 en griego, y la más antigua se remonta al principio
del siglo II EC. También hay muchas copias de traducciones
antiguas a otros idiomas.

En la introducción de su obra The
Chester Beatty Biblical Papyri (Los papiros bíblicos de
Chester Beatty), que consta de siete tomos, sir
Frederic Kenyon escribió: "La primera
conclusión, y la más importante, a que se llega al
examinarlos [los papiros] es la conclusión satisfaciente
de que confirman la validez esencial de los textos existentes. No
se muestra ninguna variación notable o fundamental ni en
el Antiguo Testamento ni en el Nuevo. No hay omisiones ni
añadiduras importantes en los pasajes, ni variación
alguna que afecte hechos ni doctrinas vitales. Las variaciones
del texto afectan asuntos menores, como el orden de las palabras
o la cuestión de precisamente qué palabras se
usaron […] Pero la importancia esencial de ellos es que
confirman, mediante pruebas de una fecha más temprana que
la de las pruebas hasta ahora disponibles, la integridad de
nuestros textos existentes" (Londres, 1933, página
15)».

La revista LA ATALAYA del 1-7-1986, página 29,
expone, en parte, lo siguiente:

«Un arqueólogo que apreció la verdad
bíblica [ha dicho:] "Se ha removido ahora la última
base para cualquier duda del hecho de que las Escrituras [o las
páginas de la Biblia] nos han llegado sustancialmente como
fueron escritas". Estas palabras de sir Frederic Kenyon,
extraídas de la página 289 de su libro The Bible
and Archæology (de 1940), se citan en la
página 53 del libro de la Sociedad Watchtower intitulado
"Usted puede vivir para siempre en el paraíso en la
Tierra". ¿Por qué llegó Kenyon a esta
conclusión? Fue porque manuscritos de papiro recientemente
descubiertos databan de una fecha tan cercana a la
composición de las Escrituras que él
consideró el intervalo de tiempo como "insignificante".
Sin embargo, estos papiros no mostraron diferencias
significativas de otros manuscritos más recientes. Este
hecho confirmó "la autenticidad e integridad general" de
los textos posteriores de los cuales se ha traducido la
Biblia.

Monografias.com

"En 1948 sir Frederic publicó el libro The Bible
and Modern Scholarship para contrarrestar un libro del Dr.
Barnes, obispo de Birmingham, quien calificaba algunas porciones
de la Biblia […] como "folklore". En el prefacio de su libro el
Dr. Kenyon dice: "Un examen detallado del libro del obispo me ha
convencido de que éste no es una representación
actualizada de los resultados de la erudición moderna,
sino, por el contrario, es una revitalización de una
escuela de crítica que estuvo en boga hace unos setenta
años y que descartaba casi totalmente los resultados de
las investigaciones de los últimos cincuenta años".
Con relación a su propio libro, Kenyon dijo: "Opino que ha
llegado el momento […] de restaurar la confianza en la Biblia
como guía a la verdad y base para la conducta humana […]
Sólo puedo esperar que [este libro] sirva de ayuda a los
que ven al cristianismo como la única esperanza para el
mundo enloquecido y a la Biblia como el fundamento
sólido de las creencias cristianas".

"Este erudito en asuntos bíblicos de
renombre internacional […] fue un hombre humilde y
genuinamente bondadoso. […] En 1889,
después de sobresalir como estudiante en Oxford,
ingresó en el Museo Británico como asistente en el
Departamento de Manuscritos. Posteriormente, ascendió a
asistente del conservador de manuscritos y en 1909 a Director y
Bibliotecario Principal del Museo Británico. En la primera
parte de sus largos años de ejercicio, su interés
principal fueron los manuscritos bíblicos y el
descubrimiento de papiros; más adelante, fue el Director a
cargo de las expediciones arqueológicas a Carquemis y Ur.
Después de su jubilación, tomó parte en la
adquisición del Código Sinaítico y en la
publicación de los papiros Chester Beatty, que ayudaron a
probar la autenticidad de las Escrituras Griegas.

"En conclusión, es apropiado citar
lo siguiente de su libro The Story of the Bible: "La Biblia
contiene historia humana así como
inspiración divina. Es una historia sumamente interesante
y que todo el que aprecie su Biblia debería conocer. […]
Proporciona tranquilidad saber que el resultado general de todos
estos descubrimientos y de todo este estudio es para reforzar la
prueba de que las Escrituras son auténticas y reforzar
nuestra convicción de que tenemos en nuestras manos,
sustancialmente íntegra, la verdadera Palabra de
Dios""».

La Wikipedia informa: «Frederick G.
Kenyon fue un arqueólogo y papirólogo
británico nacido el 15 de enero de 1863 y
fallecido el 23 de agosto de 1952. Trabajó en
excavaciones importantes en el Oriente
Próximo (en Tell es Sultán, Jericó) en los
años 1920, lo que inició los estudios
prehistóricos sobre el Neolítico. Otras
expediciones en Ur y Carquemis contaron con su
colaboración experta.

Fue director del Museo Británico
desde 1909 a 1930, colaborando en la edición
de papiros que contenían grandes obras de la literatura
griega clásica, así como en la difusión del
conocimiento sobre manuscritos bíblicos (como los de la
colección Chester Beatty, siglo II). Su hija Kathleen
Kenyon [1906-1978] colaboró extensamente en sus proyectos
arqueológicos, siguiendo sus pasos en el campo de la
investigación prehistórica.

De 1917 a 1921 fue presidente de la
Academia Británica. También publicó diversos
libros sobre arqueología y la
Biblia».

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¿Es el evangelio lucasiano de
nuestras actuales biblias una traducción fiel del que
escribió el evangelista Lucas? La respuesta
general es que los escritos bíblicos son confiables y no
están alterados, como hemos visto en los párrafos
inmediatos anteriores; y la respuesta particular, respecto al
evangelio lucasiano, es obviamente la misma (puesto que dicho
evangelio forma parte de la Biblia).

Erasmo de
Rotterdam.

Desiderio Erasmo de Rotterdam (1466-1536) fue un
humanista, filósofo, filólogo y teólogo
holandés, autor de importantes obras, escritas en
latín. Después de ser ordenado sacerdote
católico (es decir, a partir de 1490), Erasmo
estudió en la Universidad de París, que se
encontraba en ese momento experimentando con gran fuerza el
Renacimiento de la cultura de Grecia y Roma. Posiblemente en esta
etapa se encuentren los comienzos del pensamiento humanista de
Erasmo, que convirtieron al joven en un pensador libre y profesor
de ideas independientes.

Erasmo viajó a Londres entre 1499 y
1500. Lo más importante de este viaje fue la oportunidad
que tuvo de escuchar a John Colet dando una gran
exposición sobre la vida del apóstol Pablo en la
Universidad de Oxford. Una vez terminada, Erasmo se
acercó a John Colet y mantuvo con él una larga
conversación sobre el modo de efectuar una
lectura verdaderamente humanista de la Biblia, lo que
marcaría profundamente su forma de pensar.

NOTA:

El HUMANISMO es un movimiento intelectual,
filosófico y cultural europeo estrechamente ligado al
Renacimiento y cuyo origen se sitúa en el siglo XIV en la
península Itálica (especialmente en Florencia, Roma
y Venecia), en personalidades tales como Dante Alighieri,
Francesco Petrarca y Giovanni Boccaccio. Busca la Antigüedad
Clásica y retoma el antiguo antropocentrismo griego del
siglo de oro, y mantiene su hegemonía en buena parte de
Europa hasta fines del siglo XVI, cuando se fue transformando y
diversificando a merced de los cambios provocados por la
evolución social e ideológica de Europa.

Algunos de los rasgos ideológicos del humanismo
son: El antropocentrismo o consideración de que el hombre
es importante (su inteligencia es superior, al servicio de la fe
que le une con el Creador). La razón humana adquiere valor
supremo. Se ve como legítimo el deseo de fama, gloria,
prestigio y poder (valores "paganos" que mejoran al hombre.
Existe fe en el hombre: la idea de que merece la pena pelear por
la fama y la gloria en este mundo incita a realizar grandes
hazañas y emular las del pasado. La fe se desplaza de Dios
al hombre. El retorno a las fuentes primigenias del saber, la
lectura de los clásicos en los textos originales y no a
través de la opinión que dieron sobre ellos los
"santos padres" y la religión católica.
Búsqueda de una espiritualidad más humana e
interior, más libre y directa y menos externa, rechazando
las imposiciones de la Inquisición y del poderío de
la Iglesia.

Erasmo empezó a dictar una cátedra como
profesor titular de Teología en la Universidad de
Cambridge en Inglaterra, durante el gobierno del Rey Enrique
VIII, donde haría amistades que le durarían toda la
vida: Tomás Moro, John Colet y Thomas Linacre. Se le
ofreció un trabajo vitalicio en el Queen's College de la
Universidad de Cambridge y es posible que, de desearlo, hubiera
podido pasar el resto de su vida enseñando Ciencias
Sagradas a lo mejor de la realeza y la nobleza inglesas. Sin
embargo, su naturaleza inquieta y viajera y su espíritu
curioso, junto a un incontrolable rechazo a todo lo que
significara rutina, lo hicieron declinar ese cargo y todos los
que se le ofrecieron en adelante.

Entre 1506 y 1509 Erasmo vivió en Italia, la
mayor parte del tiempo trabajando en una imprenta. Varias veces
más se le ofrecieron trabajos serios y bien pagados,
especialmente como profesor, a lo cual él respondía
que prefería no aceptarlos, porque lo que ganaba en la
imprenta, si bien no era mucho, le resultaba
suficiente.

A partir de esas conexiones con universidades y con
escritores que iban a la imprenta, Erasmo comenzó a
rodearse de quienes pensaban igual que él y rechazaban los
abusos de la Iglesia. La fama de Erasmo se extendió
progresivamente por toda Italia, y sus ideas sobre la
elevación intelectual y religiosa comenzaron a conocerse y
discutirse.

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No sabemos cuál de las tres instituciones
educativas, en las que estuvo internado Erasmo en su juventud,
fue la causante del profundo rechazo que sintió toda su
vida hacia el autoritarismo que impedía pensar libremente.
Pudo ser la escuela primaria (de los 8 a los 13 años), el
convento agustino (de los 16 a los 22) o la
Universidad de París (a mediados de la década de
1490, cuando tenía más de 24
años).

Como resultado de su estancia en alguna
de ellas, o en las tres, Erasmo desarrolló un
sentimiento de rechazo frente a la Iglesia
Católica y llegó a la conclusión de que
tanto los colegios como las Universidades y, en general, la misma
Iglesia, impedían pensar libremente. Desde entonces se
opuso a cualquier tipo de autoridad y buscó mayor libertad
leyendo a los escritores de Grecia y Roma, puesto que ellos
vivieron en los tiempos en que todavía el cristianismo no
había triunfado. Quizá fueran los métodos de
disciplina que en las tres escuelas se aplicaba (como en todas
partes, en aquella época) para "quebrar la voluntad" de
los alumnos, lo que le llevó a distanciarse de las
autoridades. Lo que nadie podía prever era que la voluntad
de Erasmo se resistiría a ser "quebrada" hasta el
mismísimo día de su muerte. Por otra parte, se
enfurecía al ver la "disciplina" que se aplicaba con los
niños, mientras los monjes disfrutaban relajadamente
contrariando hipócritamente los propios principios morales
que enseñaban.

Las polémicas de Erasmo contra la
Iglesia han sido malinterpretadas con frecuencia.
Erasmo, que estaba de acuerdo con las enseñanzas de
Cristo, quería utilizar su formación universitaria
y su capacidad para transmitir ideas, con el fin de
aclarar las doctrinas católicas y hacer que
la Iglesia permitiera más libertad de pensamiento. Pero
estos objetivos no eran compartidos por los obispos del siglo
XVI.

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Desde su trabajo de académico versado tanto en la
doctrina como en la vida monacal, Erasmo creyó su
obligación liberar a la Iglesia de la parálisis a
que la condenaban la rigidez del pensamiento y las instituciones
de la Edad Media, ya que él creía que el
Renacimiento era una manera de pensar fundamentalmente nueva. La
tradición y las ideas de la Edad Media no tenían ya
lugar en el mundo, y él, creyéndose el "cruzado de
la rectitud", debía ser el encargado de cambiar el estado
de cosas.

Martín Lutero fue el primer hombre
que se rebeló con éxito contra la jerarquía
católica y, con sus ideas, creó una
Iglesia distinta de la católica. Lutero dijo en muchas
ocasiones que una de sus fuentes de inspiración era la
traducción que Erasmo había hecho de la Biblia; esa
traducción había llamado de inmediato la
atención del gran reformador y la analizó
detalladamente hasta el final de su vida. El amor de Lutero por
esta versión desató una catarata de traducciones
que por primera vez puso al "Nuevo Testamento" al alcance de la
gente que no sabía leer el latín. En 1522, seis
años después de la publicación de Erasmo,
Lutero la tradujo por primera vez al alemán. A su vez, la
versión alemana de Lutero fue la base de la primera
traducción de William Tyndale al inglés en
1526.

Los seguidores de Martín Lutero se
propagaron por toda Europa un año después de la
publicación del "Nuevo Testamento" en
latín de Erasmo de Rotterdam, lo que puso al traductor en
una difícil situación de exposición
pública. Lutero clamó a los cuatro vientos que el
trabajo de Erasmo le había ayudado a ver la verdad, por lo
que la mirada de la Iglesia comenzó a caer sobre Erasmo,
que supuestamente había dado el paso inicial de la Reforma
que terminaría por dividir al cristianismo.

Esta situación no fue fácil para Erasmo,
siendo como era su carácter y la poca simpatía que
sentía por la Iglesia y por el Papa. El conflicto entre la
Iglesia y los luteranos se hizo evidente para todo el mundo, y
ambos bandos exigieron de inmediato a quienes no habían
tomado partido que eligiesen un bando.

Esto mismo le sucedió a Erasmo, que
para colmo estaba en la cúspide de la fama por sus
importantes obras literarias. Lo que ni Lutero ni el
Papa comprendían era que, en la mentalidad individualista
del sabio, ponerse del lado de católicos o de
protestantes le resultaba igualmente repugnante. No estaba
dispuesto a colaborar con ninguno de los dos bandos, porque le
importaba más su libertad de pensamiento y su
independencia individual e intelectual. Sabía, por
supuesto, que esa libertad se perdería si se unía a
cualquiera de los bandos. Se negó a tomar partido y
ésa fue una jugada peligrosa.

A través de toda su vida, Erasmo había
sido consecuente en sus críticas a los poderes
establecidos y a los abusos que los malos religiosos
hacían de ellos. Al verse involucrado en la trampa de
tomar partido, tuvo que dar explicaciones y decir
públicamente que sus ataques jamás se habían
dirigido contra la Iglesia como institución ni menos
contra Dios como fuente de inteligencia y justicia, sino
sólo contra los malos obispos y frailes que ganaban dinero
vendiendo el paraíso y cometían otros delitos
religiosos como la simonía.

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