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Identidad cultural y comunicación en adolescentes (página 2)



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Las mediaciones según los círculos de referencia del adolescente (familia, trabajo, escuela, amistades, etc.) y a partir de ciertos aparatos tecnológicos, herramientas o servicios derivados de ellos (telefonía móvil, correos electrónicos, etc.) de los que harían constante uso, también son parte de las prácticas comunicacionales. A través de sus diversas formas (de actuar, hablar, vestir, etc.) es que tendremos un referente que evidenciará la influencia y las diferencias del contexto cultural de los y las adolescentes, que se configuran en un particular discurso que los identifica.

2.3. MARCO CONCEPTUAL:

2.3.1. CULTURA

a.) Definición:

Hablar de cultura es hablar de un fenómeno complejo, abordado desde múltiples perspectivas, pero que en muchas ocasiones es reducido y entrampado conceptualmente sin atender a las características de cada sociedad y a la dinámica social en sí misma.

Es así que cultura – en primera instancia – se equiparaba con las bellas artes, (pintura, escultura, literatura, música, otras) y con el nivel cultural de las personas respecto a estas materias, obviando muchos elementos. Incluso en la actualidad, las bellas artes son tomadas como referencia en las secciones de los diarios o programas televisivos para tratar el tema de "cultura", reforzando una perspectiva reduccionista.

Una de las primeras tareas de la antropología ha consistido, precisamente, en criticar el sentido elitista de "búsqueda de perfección espiritual", a través de las bellas artes (que lleva a la pretendida distinción entre una minoría "culta", con cultura y una mayoría "inculta", sin cultura) (Grimson; 2001: 22).

En otras conceptualizaciones, es concebida desde su historia y su continuidad en el tiempo. Así, la cultura es histórica y ninguna sociedad puede comprenderse sin atender a su historicidad, a sus transformaciones. A su vez toda sociedad se ubica en un espacio y se encuentra en interrelación con otras sociedades (Grimson; 2001:24).

Y en esta interrelación es que hayamos un punto de partida para explicar más fondo este fenómeno. En la existencia del ser humano encontramos a un grupo o grupos con los que lidia, a un espacio en el que se desenvuelve, a una serie de factores personales, psíquicos, materiales, ambientales con los que convive y de los que aprende. Así, a través de la experiencia y los procesos realizados en el tiempo (con distintas características) define su forma de vivir. Existen psicólogos sociales y antropólogos que coinciden en definir la cultura como un estilo de vida, caracterizado por patrones socialmente adquiridos de pensamiento, sentimiento y acción (Páez; 2003:26).

Las relaciones entre los y/o las miembros de determinado grupo social, necesitan ser reguladas bajo ciertos lineamientos establecidos en conjunto para asegurar una convivencia sana en base a la ideología de grupo, es por ello que otros autores definen la cultura como el comportamiento, las pautas, las creencias y todas las demás normas que regulan el funcionamiento de un grupo particular, que se transmiten de generación en generación, estos comportamientos son resultado de la interacción entre las personas y el ambiente (Santrock; 2003:214).

El poner en común es una característica de otras definiciones de cultura, así el compartir modos, formas, contenidos, expresiones, saberes, es propio dentro de una comunidad que además pueden o no compartir una misma historia, por ello, de un lado, cultura es concebida como todo aquello que compone la forma de vida de una persona e incluye valores compartidos, conocimientos, comportamientos y expresiones simbólicas (Dobkin; 2003: 23), y de otro, es un conjunto de conocimientos compartidos por un grupo de individuos que tienen una historia común y participan en una estructura social (Páez; 2003: 28).

La economía y la política aparecen en otras definiciones unificadas por un sentido social producido en diversas ocasiones, así la cultura es la producción y reproducción sociales de sentido, significado y conciencia. La esfera del sentido, que unifica las esferas de la producción (la economía) y de las relaciones sociales (la política) (O" Sullivan; 1997: 87).

La distinción de un colectivo a raíz de una conjunción de elementos es valorada por la Declaración Universal de la UNESCO sobre la diversidad cultural, en la que plantea que la cultura debe ser considerada como el conjunto de los rasgos distintivos espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o a un grupo social y que abarca, a demás de las artes y las letras, los modos de vida, las maneras de vivir juntos, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias (Grimaldo; 2006: 2).

Así también, cultura es vista desde lo que el hombre crea, desde sus producciones de significado como manifestación de lo aprendido. Shafer, plantea que la cultura es todo aquello que creamos, específicamente pasado, presente y futuro, mental, espiritual o material (Grimaldo; 2006: 2).

Como hemos podido observar, cultura es vista desde diversas perspectivas, en las que el hombre y su interrelación con los otros juegan un rol preponderante. Por ello, podríamos diferenciar dos grandes familias de definiciones: la cultura objetiva, entendida como patrones de conducta en un hábitat, y la cultura subjetiva, como estructuras de significado compartidas (Páez; 2003:26).

A nuestra consideración, cultura es un proceso de permanente construcción, en la que el contacto con los miembros del grupo es la génesis de este fenómeno. Al igual que Edward Hall, consideramos la cultura como una forma de comunicación, en la que el hombre vive re-significando todo lo que recepciona, por lo que existe un constante aprendizaje que va de generación a generación, de tiempos pasados a futuros y de lugares propios a desconocidos. Así pues, lo que el hombre es, hace, siente o produce está sujeto a ser modificado por la interinfluencia del medio y sus elementos, pero que guarda la esencia histórica o tradicional para identificarse como parte de una colectividad y diferenciarse de otra dentro de su comunidad o fuera de ella.

b.) Características

Brislin, identificó una serie de características de la cultura entre las que destacan las siguientes:

  • La cultura está compuesta por ideales, valores y asunciones sobre la vida que guían el comportamiento de las personas.

  • La cultura es el resultado de una construcción social.

  • La cultura se transmite de generación en generación y la responsabilidad de esta trasmisión residen los padres, los profesores y los líderes de un grupo (Santrock; 2003:215).

Pero a raíz de las conceptualizaciones consultadas, creemos conveniente agregar:

  • La cultura es un fenómeno complejo, estudiado desde distintas perspectivas.

  • La cultura permite la identificación – diferenciación de un grupo social.

  • La cultura es una forma de comunicación.

  • La cultura está compuesta por todo aquello que el hombre crea.

  • La cultura es un estilo de vida.

  • La cultura es un proceso inacabado.

2.3.2. IDENTIDAD

a.) Definición:

Los cuestionamientos sobre la existencia del individuo hacen que él o ella misma se responda a partir de lo que es, quiere ser o se propone ser. Así, se embarca en todo un proceso de autodefinición de su persona en base a sus orígenes, aprendizajes, pensamientos y toda una amalgama de factores psíquicos y físicos. Como primera definición podemos decir que la identidad es considerada como un proceso a partir del cual el individuo se autodefine y auto valora, considerando su pasado, presente y futuro (Grimaldo; 2006: 2).

Usualmente al hablar de identidad, recordamos la pregunta ¿quién soy?, que es considerada por muchos autores para resolver la definición de identidad. Por ejemplo, Gissi nos dice que la identidad es la respuesta a la pregunta ¿Quién soy?, poniendo énfasis en la importancia del componente cognitivo en el proceso de la construcción de la identidad (Grimaldo; 2006: 1), de otro lado, Fukumoto considera la importancia de los componentes cognitivo, afectivo y social conductual, quien plantea además que la identidad implica dar respuestas a interrogantes tales como: ¿Qué es? ¿Cómo se siente uno por lo que es? ¿Con quién se identifica? (Grimaldo; 2006: 1).

Asimismo, la identidad refiere particularidad respecto a otros individuos. En psicología se refiere a aquellos aspectos de la psiqui humana que tienen que ver con la unidad y la singularidad de un sujeto individual, en particular el auto reconocimiento de ese sujeto como único y particular (Cheim; 2006: 16).

Otros autores como Litle, toman en consideración la dinámica de los grupos en relación a uno en singular, así, señala que la identidad es cambiante, que contiene valoraciones culturales y que constituye una construcción en permanente movimiento, resultante de las necesidades de los grupos sociales concretos y de las situaciones en las que se plantean tales necesidades (Grimaldo; 2006: 1).

El enfoque socio cognitivo plantea, en cambio, una doble raíz, en la que lo personal y lo social se unen para formar un todo. La identidad es a la vez personal y un constructo social, osea una representación mental. En su representación del sí mismo, la gente se construye así misma como miembro de varias categorías y grupos. Esta auto representación está ubicada en la memoria episódica (personal), es una abstracción construida gradualmente desde las experiencias personales (modelos) de los acontecimientos (Van Dijk; 1998: 152).

De otro lado, hay quienes toman en cuenta la pertenencia a un determinado grupo para identificarse particular y colectivamente, así por ejemplo, Cheim refiere que la identidad es una auto adscripción en el seno de un colectivo, generalizada entre los miembros de ese colectivo. Un agente social dado entiende que hay un grupo de agentes sociales que tienen tales y cuales rasgos comunes, y que él o ella forman parte de ese grupo. Eso es lo que llamamos una auto adscripción en el seno de un colectivo. Si esta auto adscripción es compartida por muchos agentes sociales con referencia a un mismo colectivo entonces tenemos una identidad (Cheim; 2006: 10).

Pero, cabría preguntarse si es posible tener una sola identidad. Como seres gregarios, los humanos formamos parte de distintos grupos de referencia con cuyos miembros compartimos sentidos y significados según sea el tiempo y el contexto. ¿Podremos, a pesar de este constante contacto y aprendizaje, tener solo una identidad?. Grimson señala que ningún grupo y ninguna persona tienen una identidad, ninguno de ellos, tiene alguna esencia. Las personas y los grupos se identifican de ciertas maneras o de otras en contextos históricos específicos y en el marco de las relaciones sociales localizadas (Grimson; 2001:29).

Para lograr la aceptación de un grupo, las personas podrían usar mecanismos que revisten su personalidad e identidad de acuerdo a las características y circunstancias del momento. Hay autores – como Cheim- que estiman las identidades como cualquier contenido cultural de las subjetividades humanas, que son desarrolladas e incorporadas en las subjetividades de los agentes sociales en los procesos de socialización a lo largo de los cuales los actores intentan coordinar su acción con las de otros y participar de un modo aceptable en la realización de prácticas sociales ya existentes (Cheim; 2006: 17).

Este mismo autor, considera además que el número de identidades a las que puede adscribirse un actor social dado es imprevisible, así como a otro aspecto relacionado con este, el de que la variedad de esas identidades se presentan en una variedad igualmente impredecible (Cheim; 2006: 37).

La identidad, a nuestro juicio, es un proceso de constante definición, en la que permanece un patrón inamovible – la personalidad– que particulariza al individuo, pero que está sujeta a las influencias interpersonales o de grupos, así como a la madurez, dando como resultado un ajuste de la identidad o un despliegue de identidades de acuerdo a las circunstancias. El mundo cambia, la sociedad es dinámica, el hombre no es el mismo de hoy, aprende, corrige, redefine para el mañana. La identidad diferencia al ser humano de acuerdo a los tiempos.

2.3.3. TIPOS DE IDENTIDAD

a.) IDENTIDAD PERSONAL

En un plano individual, la identidad es concebida como un conjunto de cualidades y características espirituales, psíquicas y físicas que hacen distinguir al individuo como único. Yavaloy, señala que la identidad personal está referida a los atributos más personales y específicos de un individuo, tales como la idea de su propia competencia, atributos corporales, forma de relacionarse con otros, rasgos psicológicos, intereses individuales, gustos, etc.; es decir, atributos del individuo en tanto como ser único, le pertenecen exclusivamente a él (Grimaldo; 2006: 1).

La identidad personal es valorada también como producto de lo personal y lo social, así Dijk afirma que la identidad personal adopta dos formas: 1) una representación mental del sí mismo (personal) como un ser humano único con sus experiencias y biografías propias, personales, como se lo representan en modelos mentales acumulados, y el auto concepto abstracto derivado de esa representación, a menudo en la interacción con otros, y 2) Una representación mental del sí mismo (social) como una colección de pertenencias a grupos, y los procesos que están relacionados con tales representaciones de pertenencia (Van Dijk; 1998: 154).

b.) IDENTIDAD SOCIAL

La identidad en su plano social, se constituye como parte importante para la definición de la identidad. La teoría de la identidad social afirma que nuestra identificación con los grupos sociales es importante para nuestro autoconcepto y la relativa notoriedad de una identidad depende del contexto o del escenario social en el que nos encontremos en un momento determinado. Percibimos distintas partes de nuestra identidad como más o menos importantes basándonos en la posición social que nos otorga identificarnos con grupo en particular en una situación social determinada (Dobkin; 2003: 45).

Al igual que en la identidad personal, en este nivel los miembros sociales pueden compartir varias identidades sociales que son más o menos estables a través de los contextos personales, y así definir un sí mismo personal, pero, en situaciones concretas algunas de estas identidades pueden ser más prominentes que otras (Van Dijk; 1998: 153).

A través de la socialización es que el individuo también redefine la identidad social. La identidad de grupo también puede definirse, al menos parcialmente, en términos de las prácticas sociales características de los miembros de un grupo incluyendo acciones colectivas (Van Dijk; 1998: 158).

La identidad social, a nuestro parecer, es mucho más diversa, puesto que los seres humanos forman parte de grupos distintos, ya sean laborales, académicos, familiares, amicales, etc., que se insertan en estructuras sociales específicas de las que tienen referencia, conocen, viven y en donde se forman. Por ello, es que la constante interrelación apertura una incorporación o desalojo de elementos que transforman la identidad en sus distintas dimensiones.

c.) IDENTIDAD CULTURAL

A lo largo del marco conceptual hemos aclarado algunas conceptualizaciones sobre cultura e identidad. Esto nos ayudará a comprender qué es y en qué consiste la identidad cultural, ya que algunos autores se refieren a ella como algunos otros se refieren a la cultura propiamente dicha.

Ampuero, por ejemplo, refiere en líneas generales a la identidad cultural como la forma de ser y expresarse de un pueblo o sociedad, como resultado de los ancestrales componentes de su pasado frente a los cual se considera heredero e integrado, en tiempo y espacio (Grimaldo; 2006: 2).

Dobkin, por su parte, afirma que la identidad cultural comprende todo aquello que compone nuestra forma de vida, abarca los valores compartidos, conocimientos, conductas y nuestras expresiones simbólicas (Dobkin; 2003: 45).

Wikipedia, define identidad cultural como el conjunto de valores, tradiciones, símbolos, creencias y modos de comportamiento que funcionan como elemento cohesionador dentro de un grupo social y que actúan como sustrato para que los individuos que lo forman puedan fundamentar su sentimiento de pertenencia (WIKIPEDIA; 2009).

Si leemos estas definiciones sin saber que le pertenece a identidad cultural, probablemente las confundiríamos con una conceptualización de cultura. Entonces en qué difieren estos procesos? ¿Qué los hace diferentes? ¿O son lo mismo?.

El sentido de pertenencia y la particularidad de una cultura específica es identidad cultural, así encontramos que el sentirse parte de un grupo con determinadas características ideológicas y materiales es lo que los/as hace mantener una relación con el colectivo. Como afirma García, la identidad cultural refiere la existencia de un sujeto cultural – un grupo humano, una comunidad humana – que establece contacto o relación con otro sujeto cultural distinto a él, es un hecho relacional (García; 2008:1). Es decir, que esa correspondencia de ser parte de, de aceptar y ser aceptado no sólo lo hace miembro de un grupo cultural, sino que a la vez lo identifica y diferencia a partir de su afirmación colectiva.

Batzin, define la identidad cultural como la manera en la cual un pueblo se autodefine (influencia del factor endógeno) y cómo la definen los demás (énfasis del factor exógeno) (Grimaldo; 2006: 2). A raíz de este concepto diferenciamos dos factores importantes para la formación de la identidad cultural: el factor endógeno y el exógeno. Esto significa que -como en palabras de García- además de nuestras identidades sociales y de género, nuestra cultura es otra influencia sobre nuestra identidad, nuestro auto concepto y nuestros patrones de comunicaciones. Nos da un conjunto de creencias y suposiciones que orientan la manera en que contemplamos el mundo (García; 2008:1), a partir de nuestras propias experiencias y la de los otros.

Para afianzar esta idea, es que traemos a colación parte del modelo teórico para la identidad cultural realizado por las cubanas García y Baeza, quienes nos dicen que debemos considerar la identidad cultural como un proceso sociopsicológico, donde se tengan en cuenta la mismidad, la otredad y la relación entre ambas, en la conformación y expresión de la identidad cultural (Laurencio: 2004; 67).

A partir de estas concepciones podemos decir que la identidad cultural supone identidad propia, con la del otro y/o otra u otros/as sujetos y la identidad de ellos/as con nosotros/as. Asimismo, resulta dejar en claro que al igual que la cultura, la identidad cultural es un proceso dinámico en constante reinvención y definición. La identidad cultural es un proceso que se expresa a través del lenguaje, de la construcción de símbolos y estereotipos que el ser humano va construyendo o consumiendo a lo largo de su vida; no es un fenómeno que pueda explicarse en sí mismo como un proceso nacional de conocimiento y aprehensión de la realidad (Grimaldo; 2006: 2).

A través del curso de la vida hay una permanente retroalimentación de la identidad, la misma que es relacional y se entiende también a partir del otro o los otros, teniendo en cuenta no sólo los objetos producidos por una cultura, sino otros elementos como: el alter y el sujeto con el que se comunica, la herencia cultural de éste y la actividad de la cual los objetos son resultado (Laurencio: 2004; 67).

Por ello, es que la ciencia social tiene que ver la identidad como un proceso de comunicación; es decir, como un proceso y como un proceso específico, que es un proceso de comunicación. La identidad siempre va variando y se va ajustando a los tiempos y a los tipos de relación que tiene con los grupos con los cuales se comunica (García; 2008:1).

  • Modelos de estudio de la identidad cultural

Existen dos corrientes en antropología a la hora de abordar el fenómeno de la identidad cultural, de las cuales asumimos la constructivista.

  • La perspectiva esencialista estudia los conflictos de identidad como algo inmanente y hereditario culturalmente. Esta aproximación considera que los diversos rasgos culturales son transmitidos a través de generaciones, configurando una identidad cultural a través del tiempo.

  • La perspectiva constructivista, en cambio, señala que la identidad no es algo que se hereda, sino algo que se construye. Por lo tanto, la identidad no es algo estático, sólido o inmutable, sino que es dinámico, maleable y manipulable. (WIKIPEDIA; 2009).

2.3.4. COMUNICACIÓN

a.) Etimología:

La palabra viene del latín "comunis", "común". Comunicar sería "hacer común", es decir "crear comunidad", comulgar en algo. Por tanto es un proceso de puesta en común (o "común – unión") entre dos o más personas, consideradas en su integridad dimensional, en que comparten conocimientos, pensamientos, ideas, opiniones, sentimientos, sensaciones, actitudes, deseos, acciones, y diversas experiencias. (Niño; 1994: 35).

Según Wikipedia, etimológicamente la palabra comunicación deriva del latín communicare, que puede traducirse como poner en común, compartir algo. Se considera una categoría polisémica en tanto su utilización no es exclusiva de una ciencia social en particular, teniendo connotaciones propias de la ciencia social de que se trate.

Como podemos notar, la palabra comunicación en su raíz evidencia un conocimiento mutuo entre dos o más sujetos, los mismos que intercambian subjetividades. Siendo este proceso el origen de su conceptualización.

b.) Definiciones:

La comunicación a través de la historia fue evolucionando conceptualmente. Las nuevas investigaciones han trascendido la limitada definición que la reducía a una mera información para poner énfasis en la cultura.

Un breve recorrido por la historia de las teorías de la comunicación nos muestra el concepto de comunicación en diferentes momentos: uno que corresponde a la teoría de la información emparentada con la ingeniería y la cibernética, desarrolladas con la Segunda Guerra Mundial y basada en el esquema de un emisor que transmite información a un receptor. Otro momento corresponde al análisis de contenido y el estudio de audiencias, característicos de la Communication Research, en la Norteamérica de los años 50. Un tercer momento nos sitúa en las décadas del 60 y 70 con los estudios de inspiración marxista y corte ideológico que terminaban en la denuncia política de los medios y sus mensajes y dejaban como lección la expectativa de cambiar el contenido del mensaje como alternativa para transformar la comunicación. El cuarto y último momento, rico en investigación empírica y deberes conceptuales, plantea la comunicación en relación con la cultura. Respaldado con la importante contribución de las ciencias sociales. Especialmente la antropología y la semiología, el concepto de comunicación ha ganado en densidad y proyección. Los estudios culturales (sociológicos e históricos) han llevado a redefinir el punto de vista de las discusiones. Esta etapa que podemos situar a partir de la décadas de los 80 hasta ahora, es un período fecundo en la investigación sobre industrias culturales, procesos y prácticas de comunicación popular. Este desplazamiento supone la creación de un nuevo objeto de análisis: el sujeto de la recepción como actor social, agente dinámico y ya no como un receptáculo vacío a ser llenado por el mensaje del emisor, ni como víctima indefensa de la manipulación todopoderosa de los mass media (Ulloa; 1994: 45).

Las diversas definiciones que explican la comunicación se alimentan de los enfoques positivistas, críticos, estructuralistas y el latinoamericano. El enfoque positivista se identifica con el método general de las ciencias naturales: la concepción de que los fenómenos naturales, al igual que los naturales, responden a leyes universales incambiables y de que el científico social debe adoptar una posición de plena neutralidad (Lozano; 1996: 22).

Los teóricos críticos antes de estudiar la comunicación, analizan las características de las sociedades actuales y cuestionan las desigualdades económicas, educacionales, de control y de poder en los diferentes sistemas contemporáneos (…) Ellos se preguntan sobre el rol que juega la comunicación en la preservación de sistemas tan inadecuados y tan injustos como los actuales (Lozano; 1996: 23).

El enfoque  estructuralista  sostiene que los sentidos  engañan, y por lo tanto la comunicación se debe estudiar mediante la construcción de estructuras lógicas, que permitan descubrir las interrelaciones creadoras del sentido y las reglas que constituyen a las normas sociales.

Para reforzar algunos de los momentos por los que atravesó el proceso evolutivo de la comunicación, es que traemos a colación la definición de diversos autores.

Para la Real Academia Española, la comunicación es la transmisión de señales mediante un código común al emisor y al receptor. De este concepto se sirve una gran variedad de ciencias para definir, cada cual en su campo, una infinidad de fenómenos distintos, aunque todos ellos de naturaleza similar que se explica en su raíz etimológica (Wikipedia; 2009).

De una manera general existen dos variedades de definición de este término. Según la primera, la comunicación es un proceso en virtud del cual A envía un mensaje a B, que provoca en este un efecto. La segunda definición ve en ella una negociación y un intercambio de sentido, donde mensajes, gente perteneciente a una cultura y realidad interactúan para que produzcan un sentido o un entendimiento. (O" Sullivan; 1997: 66). A través de esta diferenciación podemos notar claramente que la comunicación es comparada con información, y en contraposición es vista como un fenómeno de intercambio que se desenvuelve en un escenario particular para producir.

De otro lado, la comunicación trata de explicar cómo se realizan los intercambios comunicativos y cómo éstos afectan a la sociedad. (Wikipedia; 2009). Por lo que deja entrever una característica no inocua de las herramientas y el proceso mismo de la comunicación.

Por ello, la comunicación ha sido tratada desde diversos puntos de vista: a) la acción de hacer partícipe a otros de algo, b) la interacción entre dos o más personas, c) la unión que se establece entre los elementos, d) los medios a través de los cuales se produce esta unión y, por último, e) el mensaje transmitido (Igartua; 2004: 34).

Hay otras definiciones que incorporan elementos nuevos en el proceso comunicativo, tal es el caso de Dobkin, quién nos dice que es posible definir a la Comunicación como el proceso de crear y compartir significado a través del uso de símbolos. Comprende un conjunto de habilidades que deben dominarse (Dobkin; 2003: 07). El actor social de acuerdo a su contexto maneja ciertas habilidades y a partir de estas, comparte significados diversos para hacer que la comunicación sea efectiva.

La Cultura y la experiencia personal también forman parte del complejo comunicacional. Lande, resalta una característica principal de la comunicación, la interpretación es esencial para el proceso de la comunicación. Esto es importante, ya que la forma en que se interpreta un mensaje depende de la cultura y la experiencia individual de una persona así como el contexto de la comunicación y de la situación en la que se establece. (Fernández; 2001: 170 – 171).

Así mismo para Fernández, la comunicación humana es el proceso por el cual los individuos se influyen mutuamente, a través de los mensajes que recíprocamente envían y reciben, en forma permanente, por los diferentes canales de un con texto temporal, espacial, etc. y que, en su conjunto, construyen una historia que los vincula (Fernández; 2000: 181). Este concepto evidencia el carácter social de la comunicación. La influencia de los sujetos aparece como parte importante en este proceso desde el cual construyen permanentemente su cultura.

De otro lado, hay quienes consideran que la comunicación es un fenómeno inherente a la relación grupal de los seres vivos por medio del cual estos obtienen información acerca de su entorno y de otros entornos y son capaces de compartirla haciendo participes a otros de esa información (Calderón; 2008: 20). Esto quiere decir que la comunicación es parte de la vida social del hombre, siendo transversal en su proceso de evolución social, a través de la cual tiene apertura al conocimiento e involucra a otros sujetos a través de esta.

Tanto las teorías constructivistas (Interaccionismo, Fenomenología), como las más estructuralistas se deduce que la comunicación es un elemento esencial de la vida social. Es la red que permite la acción e interacción social en cualquiera de los niveles, micro o macro que se consideren (Igartua; 2004: 49).

Hoy en día la comunicación no es necesariamente codificada, hay una comunidad virtual además de la real, se comparte infinidad de información en la red, se habla de una subjetividad mediática sin códigos compartidos, hay una falta de diálogo cara a cara. Recibimos infinidad de información a través de las nuevas tecnologías y no toda la llegamos a procesar internamente (Psicopedagogías; 2008). Pese a estas nuevas características que se incorporan a las experiencias comunicativas, no debemos olvidar lo profundamente socio cultural que es la comunicación.

A nuestra consideración la comunicación es un proceso complejo, coyuntural y transversal en la vida del hombre abordado y estudiado desde distintos puntos de vista, los cuales le asignan virtudes diversas y la enmarcan en contextos (culturales, sociales, económicos, políticos, religiosos, etc.) de acuerdo a sus requerimientos. En este marco la definición de comunicación ha evolucionado trascendentalmente dejando de lado la unidireccionalidad de los mensajes y concibiéndola como una interacción social a través de mensajes (Igartua; 2004: 46).

c.) Funciones

A la comunicación se le atribuyen diferentes funciones en el contexto social donde se desenvuelva este proceso (Wikipedia; 2009).

  • Informativa: Tiene que ver con la transmisión y recepción de la información. A través de ella se proporciona al individuo todo el caudal de la experiencia social e histórica, así como proporciona la formación de hábitos, habilidades y convicciones. En esta función el emisor influye en el estado mental interno del receptor aportando nueva información.

  • Afectivo – valorativa: El emisor debe otorgarle a su mensaje la carga afectiva que el mismo demande, no todos los mensajes requieren de la misma emotividad, por ello es de suma importancia para la estabilidad emocional de los sujetos y su realización personal. Gracias a esta función, los individuos pueden establecerse una imagen de sí mismo y de los demás.

  • Reguladora: Tiene que ver con la regulación de la conducta de las personas con respecto a sus semejantes. De la capacidad autorreguladora y del individuo depende el éxito o fracaso del acto comunicativo. Ejemplo: una crítica permite conocer la valoración que los demás tienen de nosotros mismos, pero es necesario asimilarse, proceder en dependencia de ella y cambiar la actitud en lo sucedido.

Así mismo se le atribuyen otras funciones de la comunicación dentro de un grupo o equipo:

  • Control: La comunicación controla el comportamiento individual. Las organizaciones, poseen jerarquías de autoridad y guías formales a las que deben regirse los empleados. Esta función de control además se da en la comunicación informal.

  • Motivación: Lo realiza en el sentido que esclarece a los empleados qué es lo que debe hacer, si se están desempeñando de forma adecuada y lo que deben hacer para optimizar su rendimiento. En este sentido, el establecimiento de metas específicas, la retroalimentación sobre el avance hacia el logro de la meta y el reforzamiento de un comportamiento deseado, incita la motivación y necesita definitivamente de la comunicación.

  • Expresión emocional: Gran parte de los empleados, observan su trabajo como un medio para interactuar con los demás, y por el que transmiten fracasos y de igual manera satisfacciones, es decir sentimientos.

  • Cooperación: La comunicación se constituye como una ayuda importante en la solución de problemas, se le puede denominar facilitador en la toma de decisiones, en la medida que brinda la información requerida y evalúa las alternativas que se puedan presentar.

Para Eilen, las funciones de la comunicación humana se pueden
clasificar en expresiva y utilitaria. La función utilitaria puede clasificarse,
a su vez, en informativa y persuasiva.

Monografias.com

Fuente: Eileen Mc Ente. Comunicación Oral para el liderazgo del mundo moderno

Algunas funciones de la comunicación humana:

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Los hechos sociales pueden tener una forma de comunicación informativa. Aunque también pueden tener aspectos reguladores con otras funciones como el afectivo-valorativo, en la que el emisor trata de influir sobre el estado mental del receptor para sacar ventaja.

d.) Tipos

No todas las acciones comunicativas son de la misma naturaleza. Al menos se pueden distinguir tres tipos: la comunicación cara a cara, la comunicación interpersonal mediada por alguna tecnología y la comunicación mediática (Igartua; 2004: 49)

  • Comunicación cara a cara

Se produce una acción mutua de un emisor sobre un receptor y viceversa, de modo que cada acto comunicativo se convierte en un estímulo para el otro participante. Es dialógica (intercambio de varios argumentos) y dialogal (supone la existencia de dos participantes como mínimo).

  • La Comunicación Interpersonal

No se reduce a las interacciones cara a cara. El desarrollo de las tecnologías de la comunicación ha favorecido el surgimiento de relaciones comunicativas mediadas técnicamente, cuyo rasgo diferenciador respecto a la comunicación cara a cara es la ruptura de la co presencia espacio temporal.

La comunicación interpersonal asistida por máquinas (o comunicación por medios tecnológicos) combina características tanto de la comunicación interpersonal como de la masiva. En este contexto se comunican una o más personas por medio de uno o más aparatos mecánicos con uno o varios receptores. Una de las características principales de este tipo de comunicación es permitir que la fuente y el receptor estén separados por tiempo y espacio. Existe una variedad de tipos de comunicación asistida por máquinas tales como: correo electrónico, sitios de charlas y noticias en internet (Joshep, 2001).

  • La Comunicación Mediática

Se produce cuando los medios de comunicación como instituciones sociales asumen las tareas de producir y transmitir contenidos simbólicos a unos grupos de receptores alejados espaciales y temporalmente de los ámbitos de la elaboración de dichos contenidos.

Por su parte Magallanes, señala los siguientes tipos de comunicación:

  • Comunicación Intrapersonal, es la que establece la persona consigo misma (monólogo o soliloquio). Tiene un carácter reflexivo y permite el control de los emisores.

  • Comunicación Interpersonal, se da entre dos personas, sean éstas individuales o colectivas, en forma directa o indirecta.

  • Comunicación Directa, se da cuando los interlocutores están a corta distancia y en que el aire actúa como canal. Ocupan el mismo espacio. Ejemplo: una clase dinámica, una conversación entre dos niños, etc.

  • Comunicación Indirecta (telecomunicación), en que se utiliza un medio técnico y se sortean el tiempo y/o espacio. Por ejemplo en el uso del teléfono, televisión, fax, beeper, revistas, libros, etc.

  • Comunicación Unidireccional, se da en un sólo sentido: el receptor no tiene posibilidad de utilizar el mismo canal. El contenido que se trasmite a través de los medios de comunicación masiva, el mensaje de un presidente a su nación.

  • Comunicación Bidireccional, o de ida y vuelta. Los interlocutores intercambian mensajes por medio de un mismo canal. Su forma más acaba es el diálogo.

La comunicación cara a cara es la más tradicional, es aquella que nos acompaña desde el origen de nuestro existir siendo de vital importancia para poder socializarnos y hacer más efectiva la comunicación. Mientras que la relación con los medios de información son parte importante de la vida del hombre, debido a su uso y funcionalidad.

A diferencia de los tipos antes mencionados, la comunicación interpersonal cada día cobra fuerza gracias a los avances tecnológicos, los cuales se han convertido en parte indispensable del ser humano (la telefonía celular, la internet), permitiendo que la comunicación fluya sin importar las barreras de espacio y tiempo.

  • ¿Cómo utiliza la gente los medios de comunicación masiva?

Según Joshep, algunos investigadores han clasificados los usos y gratificaciones a nivel individual en un sistema de cuatro categorías:

  • Conocimiento, es el acto de llegar a saber algo. Cuando una persona utiliza los medios para obtener información, está usando el medio como forma de conocimiento. En el nivel individual los investigadores han observado dos funciones de conocimientos distintas. Una de ellas relacionada con el uso de los medios para mantenerse informado sobre los acontecimientos cotidianos; la otra, con el aprendizaje de temas generales o aspectos particulares vinculados a la curiosidad personal.

  • Diversión, es otra necesidad humana. Entre las que han sido identificadas por los investigadores se incluyen: la estimulación o búsqueda contra el fastidio o la rutina cotidiana, relajación o escape de las presiones y problemas diarios y liberación emocional de energía y de emociones reprimidas.

  • Utilidad Social, los psicólogos también han identificado un conjunto de necesidades sociales integradoras, que incluye nuestra necesidad de fortalecer la relación con la familia, los amigos y el resto de la sociedad.

Los medios proporcionan un terreno común en las conversaciones sociales; muchas personas usan como temas de conversación cosas que han leído, visto u oído.

  • Evasión, a veces las personas utilizan los medios para crear una barrera entre ellas y otras personas o actividades. Las personas también usan los medios para crear una barrera invisible entre ellas y los demás.

El individuo al hacer uso de los medios de información (radio, prensa, televisión y virtual), de adherir a su conocimiento ciertos mensajes y socializarlos con sus familiares, pares y extraños a través de la comunicación; de por sí, la considera como una práctica comunicacional debido a su utilidad social.

2.3.5. PRÁCTICAS COMUNICACIONALES

Debido a la ausencia – en nuestra búsqueda – de definiciones de prácticas comunicacionales, creemos conveniente aproximarnos conceptualmente según nuestra posición y experiencia en la presente investigación.

Práctica se refiere – según cuatro de las once acepciones elegidas del diccionario de la Real Academia Española – a:

  • Los conocimientos que enseñan el modo de hacer.

  • Ejercicio de cualquier arte o facultad, conforme a sus reglas.

  • Destreza adquirida según este ejercicio.

  • Uso continuado, costumbre o estilo de algo.

Si relacionamos estos significados, nos percatamos que existen factores implícitos como el tiempo en su continuidad, el conocimiento en su aplicación y/o uso y la habilidad desarrollada por la costumbre. Estos elementos forman parte de las prácticas sean del tipo que fueran.

De otro lado, lo comunicacional está referido a la comunicación en sus diversas formas:

  • Cara a cara

  • Interpersonal o mediada

  • Mediática

Así, lo comunicacional se refiere a las interrelaciones de los individuos con interlocutores de su entorno, entendiéndose a estos últimos no sólo como personas, sino también como recursos tecnológicos. A ello, aclaramos que las formas de comunicación determinarán las prácticas referidas a estas experiencias en uso y tiempo.

a.) Aproximación conceptual

Vinculando los significados de estos componentes, podemos afirmar que en base a los conocimientos aprendidos – gracias a la socialización – se adquieren destrezas según el uso o ejercicio de las distintas formas, tipos de comunicación o procesos informaciones que se hagan en una frecuencia continua, convirtiéndose en prácticas comunicacionales. Así, existirían prácticas comunicacionales ligadas al consumo de medios, a las mediaciones según los círculos de referencia del individuo (familia, trabajo, escuela, amistades, etc.) y a partir de ciertos aparatos tecnológicos, herramientas o servicios derivados de ellos.

No debemos perder de vista además que estas prácticas comunicacionales las realizan grupos específicos en un contexto determinado, adquiriendo ciertas particularidades, por ello las prácticas comunicacionales se constituyen en prácticas culturales.

b.) Aclaración

A nuestro propósito consideramos a los medios de información como medios que transmiten intangibles (entiéndase estos como ideas, estilos de vida, pensamientos, etc.) en una solo dirección, por ello, en este estudio, no son llamados medios de comunicación como usualmente son denominados. Esto nos haría pensar que las prácticas comunicacionales no se corresponderían con este sistema, sin embargo, como hemos explicado en la aproximación conceptual, en esta investigación hemos tomado en cuenta los procesos informativos como parte de las prácticas comunicacionales, ya que la información es parte de la comunicación. Así, las prácticas ligadas al uso y consumo de los medios de información tradicionales son considerados como prácticas comunicacionales.

2.3.6. ADOLESCENCIA

a.) Definición

La adolescencia es la etapa más difícil en la vida del ser humano, en donde no sólo se tiene que lidiar con el rotundo cambio biológico y psicológico, sino también con el social y cultural.

Es por ello que es indiscutible dejar de hablar de adolescencia sólo como la transformación biológica y psicológica, sino también analizar los factores externos que influyen en ellos desde el ámbito en el que se desenvuelven y según sus condiciones.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), define a la adolescencia como la etapa que va entre los 11 y 19 años, considerándose dos fases, la adolescencia temprana 12 a 14 años y la adolescencia tardía 15 a 19 años. Sin embargo la condición de juventud no es uniforme y varía de acuerdo al grupo social que se considere (Wikipedia; 2009).

Si bien es cierto, muchos autores aún no coinciden exactamente en la edad en que empieza la adolescencia, este no es materia de discusión. Sin embargo en lo que si coinciden es cambios que afectan al adolescente. La adolescencia es el periodo de transición de la infancia a la adultez e implica cambios biológicos, cognitivos y socio emocionales. En la mayoría de culturas la adolescencia empieza aproximadamente entre los 10 y los 13 años de edad y finaliza entre los 18 y los 22 (Santrock;…:20).

La etapa de la adolescencia no sólo implica el "yo" sino que para entender ese "yo" primero se debe analizar el espacio en donde habita y se relaciona el joven. La adolescencia es un continuo crecimiento, en donde se realiza la transición entre el infante o niño de edad escolar y el adulto. Esta transición de cuerpo y mente, proviene no solamente de sí mismo, sino que se conjuga con su entorno, el cual es trascendental para que los grandes cambios psicológicos que se produce en el individuo lo hagan llegar a la edad adulta. La adolescencia es un fenómeno biológico, cultural y social, por lo tanto sus límites no se asocian solamente a características físicas (Monografías; 2009).

Dos contextos altamente ligados al adolescente son la familia y la sociedad. Hoy día, un estudio del adolescente, aparte de cuestiones individuales propias, sólo puede ser encarado en su interrelación en el medio familiar y social. La adolescencia es un hecho individual, pero transcurre en un medio cultural, social e histórico determinado, que marca las características de cada chico. Literalmente la adolescencia significa la condición o proceso de crecimiento (Consultor de psicología infantil y juvenil: la adolescencia; s/a: 181).

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