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La iglesia cristiana en los siglos segundo y tercero



Partes: 1, 2

  1. Objetivos
  2. A
    manera de introducción
  3. La
    situación del Imperio Romano en estos dos
    siglos
  4. La
    expansión del Cristianismo
  5. La
    política religiosa del Imperio
  6. Los
    Padres Apostólicos
  7. Corrientes heterodoxas
  8. La
    vida cotidiana de los cristianos
  9. Las
    Escuelas Teológicas de Alejandría, Antioquia y
    Cartago
  10. Conclusión

Objetivos

1.1. Objetivo General: Presentar una visión
general de la situación del Imperio Romano durante los
siglos dos y tres, así como la situación de la
Iglesia y sus hechos mas significativos.

1.2. Objetivos Específicos:

1. Analizar la situación política del
Imperio Romano, así como su tolerancia religiosa, y la
trayectoria de la Iglesia Cristiana en el período que nos
ocupa.

2. Enumerar el aporte de los Padres Apostólicos,
así como el de los primeros centros de enseñanzas
teológicas en los siglos dos y tres.

3. Describir la expansión del Cristianismo, como
su vida cotidiana y las primeras corrientes heréticas y
heterodoxas que tuvo que afrontar en sus inicios.

A manera de
introducción

El presente trabajo, que en su forma originaria contaba
con seis partes, y en el cual se estudia la Iglesia Cristiana en
los siglos dos y tres, esto es iniciando con Trajano y
finalizando con Diocleciano. Si bien es cierto que en el mismo no
penetramos la Edad de Oro de la Patriótica, si podemos
afirmar, que en el mismo se núcleo el centro y la
quintaesencia del pensamiento cristiano. desde la figuro de
Policarpo y Justino, santos varones de llenos de fe y de bondad,
hasta la recia personalidades de Tertulianos y Clemente de
Alejandría, como la bastedad de conocimientos reunidos en
el cerebro de Orígenes, son el abono donde
florecerán posteriormente los cuatro grandes capadocios y
el Obispo de Hipona.

Así es que el presente trabajo que consta de
siete partes, nos permitirá tener una visión
resumida y compendiada de la vida cotidiana de los cristianos en
el período en cuestión, así como la forma en
que se expandió el mensaje que ellos predicaban, gracias a
la unidad política del imperio y a la tolerancia religiosa
de sus leyes. No dejaremos de apuntar, que las persecuciones
fueron un factor determinante en la expansión de dicho
mensaje, pues aunque parezca paradójico, la convivencia de
distintas creencias religiosas, fue la causa de fricción y
celos entre los grupos heterogéneas.

Se verá resaltada en estas páginas, el
pensamiento como vehiculo de expansión, en un
círculo de personas, que en sus orígenes, eran
gente del pueblo y de condición humildes, pero que
tuvieron que enfrentar la critica de filosos y literatos que los
querían indisponer con las autoridades de turno. Es por
eso, que si el presente trabajo inicia con un rosario de
emperadores crueles y sanguinarios, bestias sedientas de sangre,
el mismo finaliza con pensadores sublimes y escuelas que pueden
tener las categorías de verdaderas universidades, guiadas
por verdaderos moralistas y hombres de vidas
ejemplares.

La critica a cada uno de los capítulos, ha sido
guardada para el final de cada uno, para que a semejante del
escorpión, contenga su carga de veneno en la cola. No
somos lo suficientemente breves como desearíamos, pero
procuramos en todo lo posible ser: pequeño, dulce y
punzante, como las abejas que liban el néctar de las
flores.

La
situación del Imperio Romano en estos dos
siglos

Cuando hablamos de la situación del imperio
romano, en los siglos dos y tres, esto es en el lapso de tiempo
que se extiende de año 101 hasta el 301, debemos decir
ante todo, que fueron doscientos años caracterizados por
la violencia y la inseguridad política. También
debemos decir, que fue en este período, que llegaron a
conducir al imperio cinco emperadores de lustre y fuste. A estos
se les conoce como a Los Cinco Buenos Emperadores, los cuales
llevaron Roma a su máxima extensión territorial,
económico y de poder: Nerva; Trajano, de origen hispano y
gran conquistador; Adriano, querido emperador que realizó
grandes reformas y visitó numerosas partes del imperio;
Antonino Pío; y Marco Aurelio, pensador a la par que
defensor de la fronteras.

Para tener una idea de la situación
política del imperio, durante la época que nos
ocupa, debemos decir que durante esos doscientos años, 99
emperadores se disputaron el poder, lo cual nos dice que la
duración promedio de su gobierno fue de unos dos
años y tres meses. Los tres emperadores que mas duraron en
el poder fueron Antonino Pío, quien duro unos 23
años, seguido por Adriano con 21 años y Trajano con
20 años. Y Marco Aurelio, quien pasó 17 de sus 19
años de gobierno, en guerra

Pero no es de extrañar que entre el año
218 hasta el 222, hubo 9 emperadores; entre el 247 y el 253 hubo
15 emperadores; entre el 260 y el 262 hubo otro 15 emperadores; y
finalmente, entre 270 y el 271 hubo 16 emperadores.

El siglo segundo se inicia con Trajano y el siglo tres
finaliza con Diocleciano. Fueron los años de
persecución contra los cristianos, como lo trataremos en
el apartado 2.6. Es este período el tiempo en que el
cristianismo se expande por todo el territorio delatado del
imperios, tal y como lo resumimos en el apartado 2.2. Las
corrientes heterodoxas y los Padres Apostólicos hacen su
aparición, con la gran contribución de los
Apologistas y las escuelas de formación teológicas
llegan a su mayor auge, y eso lo desarrollamos en los
acápites 2.4, 2.5 y 2. 7.

La
expansión del Cristianismo

Rodney Stark, profesor de sociología
de las religiones en la Universidad de Washington, ha aplicado a
la primera cristiandad los métodos de análisis
utilizados hoy para explicar los nuevos movimientos religiosos.
Dice que el cristianismo se extendió tan
rápidamente por la fuerza de su doctrina, su mensaje de
amor misericordia que impulsaba al perdón, a la
atención de los enfermos (durante las muchas epidemias que
hubo en esos siglos los cristianos pudieron superarlas por su
sentido de solidaridad). Agrega que las mujeres eran las primeras
que se convertían, por la valoración que hace el
cristianismo de ellas; y hubo muchos judíos que se
convirtieron al cristianismo, sobre todo fuera de Palestina. El
cristianismo se propagó mucho entre las clases sociales
más privilegiadas económicamente.. En lo
concerniente a la expansión del cristianismo en el Imperio
Romano, en el Siglo primero, desde los tiempos apostólicos
recibieron la luz del Evangelio, no solo Roma, sino
también la Italia meridional, el litoral ilírico,
las costas de Provenza y de España, Cirenaica,
África proconsular (Cartago), a través de los que
son los elementos orientales de Marsella, Cartago, Pozuolli,
entre otros.A principios del siglo II: Tracia, Tesalia,
Lacedemonia, Bizancio la iglesia de la Galia y de Africa. En
España no faltan monumentos que constaten la
propagación del cristianismo desde los primeros siglos. En
el concilio de Elvira desde donde existe la leyenda de que S.
Pedro envió 7 obispos a España.Desde el principio
es muy probable la difusión entre: partos, medios,
elamitas y habitantes de Mesopotamia. El reino de los partos
será conquistado a principio del siglo III por los persas.
En el estado independiente de Edesa se difunde rápidamente
el Evangelio, y desde ahí a la iglesia de Arbela,
detrás del Tigris. Expansión del cristianismo al
final de las persecuciones antes del año 300 en Roma
había millares de cristianos; en Italia, un centenar de
comunidades más en el sur. En Cartago la mayoría de
la población romanizada era cristiana (no así la
población púnica y bereber del interior); con un
centenar de comunidades con obispo propio. En el siglo III hay
cristianos en Treveris, Colonia y Maguncia. En el siglo III hay
mártires en Inglaterra, los cuales fueron la semilla de
los misioneros.Como un dato importante debemos decir que hacia el
año 300, el 10% de la población del Imperio era
cristiana. El 50% lo era en el norte de África (zona
alrededor de Cartago), la península de Anatolia, Armenia,
Chipre, Creta, Valle del Nilo. Del 20 al 30% lo era en
Bética, Tarraconense, Aquitania, Valles del Ródano
y Saona, centro y sur de Italia, costa oriental griega,
Tracia.

La
política religiosa del Imperio

En el capitulo Segundo de su Historia del
Cristianismo,
y que tituló El Cumplimiento del
Tiempo
, el Doctor justo González, abre un apartado
para hablarnos del mundo Greco-romano, que es el que nos sirve de
marco de referencia para la Política Religiosa del Imperio
Romano. Esto es lo que podemos leer: Pero hubo también
otros aspectos de esa situación que sirvieron de reto y
amenaza a los primeros cristianos. Puesto que el Imperio
intentaba lograr la mayor uniformidad posible entre sus
súbditos de diversos orígenes, parte de la
política imperial consistía en fomentar la
uniformidad religiosa. Esto se hacia mediante el sincretismo y el
culto al emperador.

El sincretismo, que consiste en la mezcla indiscriminada
de religiones, fue característico de la cuenca del
Mediterráneo a partir del siglo III a.C. Dentro de ciertos
límites, Roma lo impulsó, pues el Imperio
tenía interés en que sus diversos súbditos
pensaran que, aunque sus dioses tenían distintos nombres y
atributos, en fin de cuentas eran todos los mismos dioses. Al
Panteón romano se fueron añadiendo dioses
provenientes de las más diversas regiones. (La palabra
Panteón quiere decir precisamente "templo de todos los
dioses".

Como una causa fundamental de la Política del
Imperio, que permitió el crecimiento del cristianismo, y
que la pregunta que se le formuló al hermano Faustino, el
doctor Justo González la sintetiza de esta manera: Por los
mismos caminos por los que transitaban los mercaderes y
misioneros cristianos transitaban también gentes de muy
variadas religiones, y todas esas religiones se entremezclaban y
confundían en las plazas y los foros de las ciudades. El
sincretismo era la moda religiosa de la época.

En tal ambiente tanto los judíos como los
cristianos parecían ser gentes intransigentes, que
insistían en su Dios único y distinto de todos los
demás dioses. Por esta razón, muchos veían
en el judaísmo y en el cristianismo un quiste que
debía ser extirpado de la sociedad romana. Pero fue el
culto al emperador el punto neurálgico que desató
la persecución.

Muchas veces esas persecuciones tenían
características políticas, pues el culto al
emperador era uno de los medios que Roma utilizaba para fomentar
la unidad y la lealtad de su imperio. Negarse a rendir ese culto
era visto como señal de traición o al menos de
deslealtad. Luego, no son pocos los casos en que resulta claro
que, al mismo tiempo que un mártir moría por su fe,
quien le condenaba lo hacía impulsado por sentimientos de
lealtad política.

Además, estos dioses no eran celosos entre
sí, como el Dios de los judíos y de los cristianos,
y por tanto hubo quienes se dedicaron a coleccionar misterios,
haciéndose iniciar en uno tras otro de estos cultos. Todas
estas tendencias sincretistas, en las que se entrelazaban los
viejos dioses con las religiones de misterio y con el culto al
emperador, presentaron un fuerte reto al cristianismo naciente.
Puesto que los cristianos se negaban a participar de todo esto,
frecuentemente se les acusó de incrédulos y de
ateos. Frente a tales acusaciones, los cristianos podían
recurrir a ciertos aspectos de la cultura de la época que
parecían prestarles apoyo.

Pero por lo pronto señalemos que hubo dos
tradiciones filosóficas en las que los cristianos
encontraron un nutrido arsenal para la defensa de su fe. Una de
ellas fue la tradición platónica, y la otra el
estoicismo.

Al igual que en el caso del platonismo, esto acarreaba
el peligro de que se llegase a confundir la fe cristiana con
estas doctrinas filosóficas, y que así se perdiera
algo del carácter único del evangelio. No faltaron
quienes, en un aspecto u otro, sucumbieran ante esa
tentación. Pero ello no ha de ocultarnos el gran valor que
estas doctrinas tuvieron en la primera expansión del
cristianismo.

Según el apóstol Pablo, el cristianismo
penetró en el mundo "cuando vino el cumplimiento del
tiempo". Quizá alguno podría entender esto en el
sentido de que Dios les facilitó el camino a aquellos
primeros cristianos. Y no cabe duda de que mucho de lo que estaba
teniendo lugar en el siglo primero facilitara el avance de la
nueva fe. Pero también es cierto que esos mismos
acontecimientos le planteaban a la iglesia difíciles retos
que exigían enorme valor y audacia.

Los Padres
Apostólicos

Se denomina con el nombre de Padres Apostólicos,
a los os autores del cristianismo primitivo que, según la
tradición, tuvieron algún contacto con uno o
más de los apóstoles de Jesús de Nazaret. Se
trata de escritores de los siglos I y II. La expresión fue
acuñada por Jean-Baptiste Cotelier en 1672 con su obra
Patres aevi apostolici, padres de la edad
apostólica. Este Cotelier fue primero ministro
protestante, y luego se hizo sacerdote de la iglesia de Roma, en
Francia. El consideraba que fueron cercanos a los
apóstoles Bernabé, Clemente de Roma, Ignacio de
Antioquía, Policarpo y el Pastor de Hermas.

Luego la lista se ha ido ampliando y reduciendo de
acuerdo con los estudios de patrología. Por ejemplo, se
considera también la carta a Diogneto como parte de los
escritos de los padres apostólicos pero ya no la
narración del martirio de Ignacio de Antioquia.

Dado que resulta complicado demostrar por medio de datos
históricos que esos autores tuvieran un contacto con los
apóstoles, normalmente se consideran los elementos
literarios: uso del griego semejante al que se da en los textos
canónicos del Nuevo Testamento, modo de expresar el
contenido de la predicación y, por supuesto, los mismos
contenidos relacionados con el Evangelio anunciado en los
primeros años del cristianismo.

La mayoría de estos escritos son cartas de
contenido pastoral y exhortativo. Casi ni se presenta la
apología aunque sí alerta de herejías o
posibles cismas.

Jean B. Cotelier (1672) incluyó en
su edición de escritos de los Padres que florecieron en
los tiempos posteriores a los apóstoles y que nosotros
trataremos de apretar en este resumen:

1. Clemente de Roma, es el primer autor:
tercer sucesor de Pedro y autor de una Carta a los Corintios. La
Carta está motivada por las continuas disensiones en la
comunidad de Corinto porque algunos presbíteros mayores
habían sido substituidos por jóvenes como podemos
leer en los Cáp. 40-58. Esta podemos resumirla de la
siguiente forma: Contenido: 65 capítulos; un proemio: 1-3.
La primera, que vendría a ser la parte Principal 4-39;
luego vendría la parte mencionada de la sustitución
de los ancianos por otros no tan ancianos, para ser rubricada por
un paréntesis y exhortaciones sobre la unidad, caridad y
humildad, a ejemplo de Cristo y en vistas de la
escatología final, seguida de lo que se ha denominado
oración final (59-65).

2. Los escritos de Ignacio de Antioquia.
Escritas desde Esmirna. Fueron dirigidas estas cartas a las
comunidades de Efeso, Magnesia y Tralia; desde Esmirna
también le escribió a también a la iglesia
de Roma. Desde Troas escribe a Filadelfia, Esmirna y a Policarpo,
aquel santo varón, cuyo testimonio a dado consuelo a
tantos cristianos, no mucho tiempo después también
coronaria su vida con la palma del martirio, como muchos otros
cristianos, pero que su sangre será semilla. Policarpo,
Orígenes y Eusebio atestiguan que Ignacio padeció
el martirio en Roma. Los estudios más recientes afirman
que el viaje y la muerte de Ignacio se produjeron entre los
años 105 y 135. Los temas tratados en las cartas, serian,
contra los docetas, y la unidad de la iglesia de
Cristo.

3. Policarpo de Esmirna. La carta de
Policarpo a los Filipenses, que tiene 14 capítulos, se
trata de una compilación de dos cartas, según
vemos. Ignacio pide a los de Filipo que escriban a Antioquia.
Estos escriben a Policarpo de Esmirna y le piden que envíe
las castas de Ignacio que él posea. Policarpo escribe a
los de Filipo y les envía lo que piden. Probablemente
después los de Filipo escriben de nuevo a Policarpo
contando la estancia de Ignacio en Filipo. Policarpo envía
su segunda carta a Filipo no mucho tiempo después de la
muerte de Ignacio, a quien vimos camino a Roma, para el martirio.
Contenido: exhorta a la fe y a la conducta recta; previene contra
los herejes.

4. Papías de Hierápolis, amigo de
Policarpo, escribió la "Explicación de las
sentencias del Señor", todo lo que de él
conservamos, se puede resumir en una página, ya que solo
son fragmentos, unas seis o siete citas solamente. De éste
Papías se dice más que de lo que de él
logramos saber hoy día.Se presume que vivió entre
los años 90 y 140. Los comentaristas recientes tienden
más hacia 130/140. Este Papías, tiene una tendencia
antignóstica: se apoya en tradiciones orales, no en
escritos. También en las tradiciones recogidas en Marcos y
Mateo. Es escuro lo que sobre el se dice, y nada mas.5. La
Didaché. La "Instrucción de los doce
apóstoles" gozó de alta estima en la
Antigüedad. En 1873 Filoteo Bryennios dio con el texto
completo en Constantinopla. Es probable que se escribiera en
Siria o en Palestina, y, porque no en Egipto. En este documento
se describe el orden de la comunidad a principios del siglo II, y
es una fuente histórica de referencia. Podemos decir que
su estructura es la siguiente: constan de 16 capítulos:
ética 1-6; doctrina de los dos caminos Cáp. 7-10;
la eucaristía con comida, sin citar las palabras de la
institución; trato con los profetas itinerantes y
cristianos vagabundos Cáp.11-13; fuerte presencia de los
ministerios carismáticos; figura del profeta itinerante;
vida de la comunidad (14-15); escatología (16).

6. El Pastor Hermas: De la Enciclopedia
Electrónica de Wikedia copio lo siguiente: "es una obra
cristiana del siglo II que no forma parte del canon
neotestamentario y que gozó de una gran autoridad durante
los siglos II y III. Tertuliano e Ireneo de Lyon lo citan como
«Escritura», el Code Sinaiticus lo vincula al Nuevo
Testamento y en el Codex Claromontanus figura entre los Hechos de
los Apóstoles y las cartas de Pablo."

Los autores y escritos presentados, y correspondientes a
los Padres Apostólicos, son escritos edificantes y
apologéticos, con los cuales se procura confirmar la fe de
los hermanos. Han sobrevivido hasta nuestros días y visto
con agrado, por el espíritu de piedad que emana del
corazón de sus autores.

Corrientes
heterodoxas

Antes de penetrar por el pórtico de este
subtitulo, he necesario que haga una ligera aclaración, la
cual es más de forma que de fondo, y la definición
de las palabras: Heterodoxa y Herejía. Para los fines de
este trabajo, tiene una misma significación como veremos
inmediatamente. Ambos conceptos se pueden usar en forma
indistintas, y así lo hace Justo González, el cual
la denomina Herejía en el capitulo V de su Historia del
Pensamiento Cristiano, y el capitulo 8 de su Historia del
Cristianismo. Los que prepararon este programa de Historia del
Pensamiento Cristiano, entendieron que eran palabras
sinónimas, y aquí cave que digamos que si, que son
sinónimas, pero que mantienen una diferencia.

Por Heterodoxa, debemos entender, como lo dice el
Diccionario de la Lengua en su primera acepción:
Disconforme con el dogma de una religión; en cambio que la
Herejía es el error sostenido en materia de fe.

Hecha esta aclaración, encontramos que las
herejías y las ideas heterodoxas entraron temprano a la
iglesia, ya que personas de distintas religiones y culturas no
abandonaban de un todo, sus ideas y creencias. Las cartas de
pablo a los Gálatas y a los Colosenses, así como
los escritos de Juan Y la primera carta de Pedro son una
respuesta a esos errores. Pero esos errores, herejía o
heterodoxia, son del siglo primero; aunque el gnotisismo se
extendió durante siglos, pero es con Marción, donde
nacen las herejías.

Justo González, en su Historia del Pensamiento
Cristianos nos dice que cuando Marción fue expulsado de la
iglesia, formó su propia iglesia marcionita, y esto fue lo
que le hizo uno de los más temibles rivales del
cristianismo ortodoxo. Los distintos maestros gnósticos
eran sólo eso: maestros que nunca fundaron más que
escuelas. Marción fundó una iglesia frente a la que
ya existía, y esta iglesia llegó a tener tantos
adeptos que durante algún tiempo pudo pensarse que
resultaría victoriosa en el conflicto. Aunque
después del siglo tercero el marcionismo comenzó a
decaer, y pronto desapareció en el Imperio Occidental,
antes de esa fecha fue una verdadera amenaza para la iglesia que
se debatía en medio de las persecuciones.

Para tener una idea acabada sobre las ideas
heréticas, en el período que nos ocupa, es
necesario ir a la fuente primaria, que es Ireneo de Lión.
De la obra de Ireneo, la que escribió Contra los
Herejes
, hemos tomado este pequeño muestrario, para
que se tenga una idea, de cómo andaban las cosas en estos
siglos.

1. Menandro fue su sucesor, de origen samaritano, que
también aprendió la más elevada magia. El
decía que la primera Potencia era desconocida para todos.
El habría sido enviado desde los lugares invisibles como
Salvador, para la salud de los hombres. Que los Angeles
habrían hecho el mundo, los cuales, así como
Simón, habrían sido emitidos por el
Pensamiento.

2. Saturnino, originario de Antioquía cerca de
Dafnes, y Basílides. Uno en Siria y otro en
Alejandría, ambos enseñaron doctrinas diversas.
Saturnino, siguiendo a Menandro, enseñó que hay un
solo Padre, de todos desconocidos. Este hizo los Ángeles,
los Arcángeles, los Poderes y Potestades. Siete de los
Ángeles fabricaron el mundo y todo cuanto hay en
él. El hombre sería hechura de los Ángeles,
pues se les habría manifestado de lo alto una Potestad
suprema de brillante apariencia.

3. Basílides, para parecer que había
hallado cosas más verdaderas y profundas, extendió
su doctrina al infinito. Según él, el Padre
ingénito habría engendrado en primer lugar la
Mente, después de la Mente al Verbo, en seguida, del Verbo
engendró la Prudencia , de la Prudencia a la
Sabiduría y la Potencia, de la Sabiduría y la
Potencia las Potestades, los Principados y los Ángeles a
los cuales llama «los primeros», y éstos han
hecho el primer cielo.

4. Carpócrates y sus seguidores dicen que el
mundo y cuanto contiene fue hecho por Ángeles muy
inferiores al Padre ingénito. Jesús nació de
José, y en todo era semejante al resto de los hombres. Los
superaba sólo porque su alma, siendo recta y pura,
recordaba todas las cosas que había visto, en el entorno
del Dios ingénito; por tal motivo éste le
habría infundido un poder para que pudiera escapar de los
hacedores del mundo y para que, pasando a través de todos
ellos, una vez liberada volviera a ascender hasta él. Lo
mismo sucedería a las almas que lo siguieron y se hicieron
sus semejantes. Dicen también que el alma de Jesús,
aunque fue educada en las costumbres de los judíos, sin
embargo los despreció, y por eso recibió poder para
destruir los sufrimientos de los hombres que se les habían
impuesto como castigo.

5. Cerinto, en Asia, enseñó que el mundo
no fue hecho por el primer Dios, sino por una Potestad muy
separada y distante del primer Ser (Authentía)
que está sobre todo, y que no conocía al Dios que
está sobre todas las cosas. También hipotizó
que Jesús no ha nacido de una Virgen (pues le
parecía imposible), sino que fue hijo de José y
María de modo semejante a todos los demás hombres,
y era superior a todos en justicia, poder y sabiduría. Y
después del bautismo, desde el primer Ser que está
sobre todo, el Cristo descendió sobre él en forma
de paloma, y desde ese momento anunció al Padre
desconocido y realizó los milagros; y al final el Cristo
de nuevo se retiró de Jesús, y Jesús
sufrió y resucitó, pero el Cristo continuó
impasible, pues existía como un ser
pneumático.

6. Los que se llaman ebionitas confiesan que el mundo
fue hecho por Dios, pero respecto al Señor enseñan
los mismos mitos que Cerinto y Carpócrates. Usan
sólo el Evangelio según Mateo, y rechazan al
Apóstol Pablo pues lo llaman apóstata de la Ley.
Exponen con minucia las profecías; y se circuncidan y
perseveran en las costumbres según la Ley y en el modo de
vivir judío, de modo que adoran a Jerusalén como si
fuese la casa de Dios.

7. Los nicolaítas tienen como maestro a un cierto
Nicolás, uno de los primeros siete diáconos
ordenados por los Apóstoles (Hech 6,5-6). Estos viven
laxamente. El Apocalipsis de Juan expone ampliamente
quiénes son. Enseñan que no hay dificultad alguna
en fornicar y en el comer las carnes ofrecidas a los
dioses.

8. Cerdón, tomando su punto de partida de los
seguidores de Simón, vivió en Roma en tiempo de
Higinio, el noveno en el episcopado desde los Apóstoles.
Enseñó que el Dios anunciado por la Ley y los
profetas no era el Padre de nuestro Señor Jesucristo;
porque a éste lo conocemos, mientras el primero es
desconocido; el primero es justo, el segundo bueno.

9. Los barbeliotas hablan de un Eón que nunca
envejece, y que vive en un Espíritu virginal, al cual
llaman Barbelo en él radica el Padre innombrable. Este
decidió revelarse a Barbelo. Entonces el Pensamiento
apareció para ponerse delante y pedirle el Preconocimiento
(Prognosis). Habiendo también aparecido el
Preconocimiento, a petición de ambos surgió la
Incorrupción, y tras ella la Vida eterna. Barbelo se
envaneció en estos frutos, y contemplando la Grandeza y
deleitándose en su presencia, engendró la Luz
semejante a sí.

10. Los ofitas cuentan la prodigiosa narración de
que en la potencia del Abismo hubo una Luz primera, dichosa,
incorruptible e infinita, que fue el Padre de todas las cosas, al
que llaman el Primer Hombre. De él nació el
Pensamiento como hijo suyo: éste es el Hijo del Hombre, es
decir el Segundo Hombre. Sobre éstos está el
Espíritu Santo, y sobre este Espíritu de lo alto se
hallan separados los elementos agua, tinieblas, abismo y caos. Y
dicen que el Espíritu vuela sobre éstos (Gén
1,2), al que llaman Primera Mujer. En seguida, según
dicen, el Primer Hombre se regocijó con su Hijo al ver la
hermosura del Espíritu, es decir de la Mujer, y
habiéndola iluminado, de ella engendró la Luz
incorruptible, y al Tercer Hombre, al que llaman Cristo, hijo del
Primero y del Segundo Hombre, unidos al Espíritu Santo que
es la Primera Mujer.

11. Los cainitas dicen que Caín nació de
una Potestad superior, y se profesan hermanos de Esaú,
Coré, los sodomitas y todos sus semejantes. Por eso el
Hacedor los atacó, pero a ninguno de ellos pudo hacerles
mal. Pues la Sabiduría tomaba para sí misma lo que
de ellos había nacido de ella. Y dicen que Judas el
traidor fue el único que conoció todas estas cosas
exactamente, porque sólo él entre todos
conoció la verdad para llevar a cabo el misterio de la
traición, por la cual quedaron destruidos todos los seres
terrenos y celestiales. Para ello muestran un libro de su
invención, que llaman el Evangelio de Judas.

Merecerían una mención especial los
valentinianos, una de las más importantes sectas
gnósticas del siglo II, constituida por discípulos
del famoso Valentín. Esta fue la causa principal por la
que Ireneo escribiera su obra Contra la Herejía. Hacia el
año 160 existía una escuela valentina, que pudo
haber sido fundada por el mismo Valentín una o dos
décadas antes. Valentín tuvo numerosos
discípulos, de los que quedan algunos escritos, y de los
que nos dan noticias numerosos escritores cristianos.

Ireneo de Lión nos dice que: Valentín fue
el primero en tomar los principios antiguos de la secta llamada
Gnóstica para aplicarlos a las
características de su propia doctrina. Valentín la
definió de esta manera: había una Díada
innombrable, uno de suyos elementos se llamaba Inefable y el otro
Silencio. Esta Dualidad emitió una segunda Dualidad, a uno
de cuyos elementos llama Padre, y al otro Verdad. Esta Cuaterna
produjo como frutos el Verbo, la Vida, el Hombre y la Iglesia.
Esta fue la primera Ogdóada. El Verbo y la Vida emitieron
las diez Potestades como arriba expusimos.

Hace mención Ireneo de un Ptolomeo y de Marco, de
lo que nada se sabe. Pero es Simón el Mago, el que aparece
en Hechos de los Apóstoles capitulo 8, quien da origen a
la raíz de toda herejía. Los nombres y doctrinas se
siguen a continuación son:

Su secta se dividió en dos ramas: la itala y la
anatola, la primera, más sobria, pertenecen Ptolomeo,
Florino y Heraklion. La rama anatolia u oriental, más
complicada y menos conocida, tiene como representantes a Marcos
el mago, Axiónico y Ardesianes.

Finalizo con el montanismo, porque a ella
perteneció Tertuliano, el primer teólogo en lengua
latina y creador de la escuela de Cartago. El origen de este
movimiento se puede fijar entre los años 160 y 170 en
Frigia; allí, un hombre llamado Montano se sintió
transportado a estados de éxtasis durante los cuales
profería advertencias proféticas. Luego se unieron
a él dos mujeres, Prisca y Maximila, que también
empezaron a profetizar.

Montano y sus profetisas anunciaban el final inminente
del mundo, ordenando a sus fieles que se reunieran en un lugar
determinado para esperar allí el descenso de la
Jerusalén celeste. Esta profecía fue acogida
rápidamente en distintos estratos de la sociedad,
organizándose en comunidades que realizaron una propaganda
muy activa entre cristianos y paganos.

El montanismo, a diferencia de la gnosis y del
marcionismo, no pretendía anunciar una nueva doctrina sino
más bien revalorizar ciertos elementos relativamente
olvidados de la doctrina tradicional de la iglesia.

La vida cotidiana
de los cristianos

Esta parte del trabajo, junta con la el capitulo que
trata sobre la Heterodoxa, forman mi exposición oral, y
que hizo que UD. Prof. Fortuna me sugiriera ahondar un poco en el
culto de la época que nos ocupa. En lo concerniente a las
persecuciones, que fueron mi gran énfasis, vuelto a decir,
a manera de introducción, que un pueblo perseguido, es un
pueblo que vive en la zozobra, en la expectación y en la
intranquilidad.

Que sean mis primeras palabras sobre este tema, las
dicha por el Hermano Vila, quien citando a un autor decía,
que cuando en los inicios del cristianismo una persona se
bautizaba, con ese acto estaba firmando su acta de
defunción. Pensemos un momento, como seria la vida de esas
personas, cuando después de la destrucción del
Templo, por las legiones de Tito en el año 70 de nuestra
era, y los cristianos quisieron diferenciarse de los
judíos, y comenzaron arreciar las
persecuciones.

Por no pertenecer a nuestro radio de acción, no
entramos en detalles de las persecuciones de los días de
Claudio, Nerón y Diomiciano, ya a finales del primer
siglo, y que fue el encargado de enviar a Juan a Patmos, donde
tuvo su Apocalipsis. Pero haciendo un recuento somero, sin
necesidad de entrar en lujos de detalles, como podemos ver en
Justo L. González, (1994), cuando en su Historia del
Cristianismo
, dedica los capítulos 5, 6, 7, 10 12 de
esta obra, a narrar las vicisitudes de los cristianos. Los
cristianos tuvieron un respiro con la llegada al trono de
Constantino, pero eso fue a principio del siglo V.

Como mi trabajo no llega hasta Constantino, hagamos un
poco de historia.

En el 111 Plinio el joven, gobernador de la
Bitinia a orillas del Mar Negro, estaba regresando de una
inspección de su popular y rica provincia cuando un
incendio acabó con la capital, Nicomedia. Mucho se
habría podido salvar si hubiera habido bomberos. Pero
Trajano no queria que le mencionaran asociaciones. Es cuando
Plinio recibe las informaciones de cómo tratar a los
cristianos. El no tardó en aplicar la prohibición
sobre el caso de las eterías, o asociaciones a un caso
particular que se le presentó en el otoño del 112.
Bitinia estaba llena de cristianos. «Es una muchedumbre de
todas las edades, de todas las condiciones, esparcida en las
ciudades, en la aldeas y en el campo», según le
escribe al emperador Trajano."

Continúa diciendo "que ha recibido
denuncias por parte de los fabricantes de amuletos religiosos,
estorbados por los cristianos que predicaban la inutilidad de
baratijas. Había creado una especie de proceso para
conocer bien los hechos, y había descubierto que ellos
tenían «la costumbre de reunirse en un día
fijado, antes de la salida del sol, de cantar un himno a Cristo
como a un dios, de comprometerse con juramento a no perpetrar
crímenes, a no cometer ni latrocinios ni pillajes ni
adulterios, a no faltar a la palabra dada. Ellos tienen
también la costumbre de reunirse para tomar su comida que,
no obstante las habladurías, es comida ordinaria e
innocua».

Bajo Marco Aurelio (161-180), emperador
filósofo, quien pasó 17 de sus 19 años de
imperio guerreando. En las Memorias en que cada noche,bajo la
tienda militar, anotaba algunos pensamientos «para
sí mismo», se encuentra un gran desprecio hacia el
cristianismo. Lo consideraba una locura, porque proponía a
la gente común, ignorante, una manera de comportarse
(fraternidad universal, perdón, sacrificarse por los otros
sin esperar recompensa) que solo los filósofos como
él podían comprender y practicar después de
largas meditaciones y disciplinas. En un rescrito del 176-177
prohibió que sectarios fanáticos, con la
introducción de cultos hasta entonces desconocidos,
pusieran en peligro la religión del Estado. La
situación de los cristianos, siempre desagradable,bajo
él se puso más áspera, ya que el emperador
filosofo no podía entender, ni soportar, que esa forma de
vida sea para las personas del burgo.  En el 260 fue
capturado el emperador Valeriano con todo el ejército de
70 mil hombres, y las provincias del este fueron devastadas. La
peste acabó con las legiones supervivientes y se
propagó lentamente a lo largo del imperio. La vida
regresó a un estado primitivo y selvático. La
agricultura y elcomercio fueron aniquilados. En este tiempo de
grave incertidumbre las seguridades garantizadas por el Estado se
vienen abajo. Ahora son losgentiles quienes se vuelven
«irracionales», y confían no ya en el orden
imperial, sino en la protección de las divinidades
más misteriosas y raras.

Sobre el Quirinal se levanta un templo a la diosa
egipcia Isis, el emperador Heliogábalo impone la
adoración del dios Sol, la gente recurre a ritos
mágicos para tener lejos la peste. Y sin embargo
también en el para esta época hay años de
terrible persecución contra los cristianos.

Con Septimio Severo (193-211), fundador de
la dinastía Siria, parece pronunciares para el
cristianismo una fase de desarrollo sin estorbos. Cristianos
ocupan en la corte cargos influyentes. Sólo en su
décimo año de reinado el año 202, el
emperador cambia radicalmente de actitud. En el 202 aparece un
edicto de Septimio Severo, que conmina graves penas para quien se
pase al judaísmo y a la religión cristiana. Las
devastaciones más llamativas las sufrieron la
célebre Escuela de Alejandría y las comunidades
cristianas de África fue entonces cuando muere el padre de
Orígenes, el gran apologista creador de escuela.. Maximino
el Tracio (235-238) tuvo una reacción violenta y brutal
contra quien había sido amigo de su predecesor, Alejandro
Severo, tolerante hacia los cristianos. Fue devastada la Iglesia
de Roma con la deportación a las minas de Cerdeña
de los dos jefes de la comunidad cristiana, el obispo Ponciano y
el presbítero Hipólito, quedando la comunidad
acéfala entonces. Pero esa no fue la única
comunidad que perdió a su cabeza visible, otras
correrían la misma suerte..Bajo el emperador Decio
(249-251) se desencadena la primera persecución
sistemática contra la Iglesia, con la intención de
desarraigarla definitivamente. Todos los habitantes están
obligados a sacrificar a los dioses y reciben, después,
certificados. Las comunidades cristianas se ven desconcertadas
por la tempestad. Aquellos que rehúsan el acto de
sumisión son arrestados, torturados, ejecutados. Los siete
años sucesivos (250-257) son años de tranquilidad
para la Iglesia, turbada solamente en Roma.

La persecución vuelven cuando el
emperador Treboniano Gallo (251-253) hace arrestar al jefe de la
comunidad cristiana Cornelio y lo destierra. En el cuarto
año del reinado de Valeriano (257) se originó una
dura persecución de los cristianos. No se trató de
un asunto de religión, sino de dinero. Ante la precaria
situación del imperio, el consejero imperial, más
tarde, usurpador Macriano indujo a Valeriano a intentar taponarla
secuestrando los bienes de los cristianos, los cuales fueron
tomados en expiación, pero la perdida de los bienes, era
lo menos que los cristianos podía perder. Sus vidas eran
sometidas a la tortura, así como a las vejaciones. .
Aunque con esto salimos de nuestro radio de acción, no
quiero finalizar lo concerniente a las persecuciones sin decir
que los primeros veinte años del reinado de Diocleciano no
vieron molestados a los cristianos. En el 303, como un lance
imprevisto, se disparó la última gran
persecución contra loscristianos. Cuatro edictos
consecutivos (febrero del 303- febrero del 304) impusieron a los
cristianos la destrucción de las iglesias, la
confiscación de los bienes, la entrega de los libros
sagrados, la tortura hasta la muerte para quien no sacrificara al
emperador. Solo en el 311, seis días antes de morir por un
cáncer en la garganta, Valerio emanó un airado
decreto con que detenía la persecución.

No debemos perder de vista, que lo que nos
nueve en este trabajo, es la vida cotidiana de los cristianos, en
el período de tiempo determinado. Para tener una
día mas acabada, de esas personas, que vivían con
la persecución a la puerta, vamos a insertar estas
líneas del capitulo once de la Historia del
Cristianismo
del Dr. Justo L. González: hemos citado
las palabras del pagano Celso acusando a los cristianos de ser
gentes ignorantes cuya propaganda tenía lugar, no en las
escuelas ni en los foros, sino en las cocinas, los talleres y las
talabarterías. Aunque la obra de cristianos tales como
Justino, Clemente y Orígenes parece darles un
mentís a las palabras de Celso, el hecho es que, en
términos generales, Celso decía verdad. Los sabios
entre los cristianos eran la excepción más bien que
la regla. Y en su obra Contra Celso, Orígenes se cuida de
no desmentir a su contrincante en este punto. Desde el punto de
vista de paganos cultos tales como Tácito, Cornelio
Frontón y Marco Aurelio, los cristianos eran una gentuza
despreciable, sin educación ni cultura. En esto no se
equivocaban los paganos, pues todo parece indicar que la
mayoría de los cristianos de los primeros siglos
pertenecía a las clases más bajas de la
sociedad.

Según el testimonio de los Evangelios,
Jesús pasó la mayor parte de su ministerio entre
pescadores, prostitutas e inválidos. El apóstol
Pablo, que parece haber pertenecido a una clase social algo
más elevada, dice sin embargo que la mayoría de los
cristianos en Corinto eran gentes ignorantes, carentes de poder,
y de linaje oscuro. Lo mismo es cierto a través de los
tres primeros siglos de la vida de la iglesia.

Justo González, termina ese párrafo con
estas iluminadoras palabras: Aunque sabemos de algunos cristianos
de alta clase social, tales como Domitila y Flavio Clemente en
Roma, y Perpetua en Cartago, por cada uno de estos personajes
parece haber habido centenares de cristianos de baja
posición social. En su mayoría, los cristianos eran
esclavos, carpinteros, albañiles o herreros.

Volviendo de nuevo al capitulo once de la Historia del
Cristianismo, y pergeñando, como nos aconseja el profeta
Isaías, un poquito aquí y otro poquito allá,
podemos decir, que fuel culto al verdadero Dios, y la
acción del Espíritu Santo, que permitió, que
ese pueblo ignorante y pobre, pudiera perseverar hasta el
día de hoy, por esa razón, Justo González
nos dice que: Lo que sabemos del culto cristiano nos da una idea
del modo en que aquellos cristianos de los primeros siglos
percibían y experimentaban su fe. En efecto, cuando
estudiamos el modo en que la iglesia antigua adoraba, nos
percatamos del impacto que su fe debe haber tenido para las masas
desposeídas que constituían la mayoría de
los fieles.

Desde sus mismos inicios, la iglesia cristiana
acostumbraba reunirse el primer día de la semana para
"partir el pan". En los comienzos de la iglesia, el cristianismo
fue desarrollándose en un marco de fuerte
persecución por parte del gobierno de Roma y de los
propios judíos, lo que llevo a los nuevos conversos a
renunciar a reunirse alrededor del templo y de las
sinagogas.

Partes: 1, 2

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