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Bettelheim y la industria del
autismo
El odio patológico que el famoso
"psicoanalista" Bruno Bettelheim demuestra tener hacia la
generalidad de progenitores desde sus primeras publicaciones en
1943 hasta su suicidio en 1990, sin duda determinó que
durante casi tres décadas, miles de madres de niños
con autismo fueran culpabilizadas de aquello que les
ocurría a sus hijos primero y separadas de estos
después. Lo cierto es, que ya que contamos con pocos datos
acerca de su biografía, desconocemos con exactitud la
fecha, el origen y los motivos por los que Bettelheim
desarrolló ese odio enfermizo que manifiesta
abiertamente en todas y cada una de sus obras y que a su
vez, le sirvió como base para erigirse en
autoridad y dirigir sin ningún cuestionamiento y ninguna
oposición lo que luego vendría a ser un enorme
negocio. De hecho, después de su llegada a los Estados
Unidos en 1939, él mismo se encargó de reinventarla
con un gran número de datos falsos que serían
descubiertos casi cuarenta años después gracias a
la investigación llevada a cabo por el periodista Richard
Pollack. Pero esta no es una biografía, sino más
bien, un cuestionamiento de aquellos datos que ya reinventados,
reconstruidos, serían útiles a Bettelheim para
llevar a cabo sus sueños de gloria.
Hasta la publicación de "The
Creation of Dr B", pocos autores nos han dado- como Pollack- una
ligera idea de los eventos que sucedieron en la vida de
Bettelheim antes de que emigrara y que pudieron ser el
desencadenante de lo que hasta ahora sigue siendo una
incógnita. Sin embargo, sabemos que tanto su "fealdad"
como la sífilis que padecía su padre y que Bruno no
descubrió hasta la adolescencia, dos cuestiones
importantes que no impidieron que a lo largo de los años
fuera proyectando interiormente sus prometedores sueños de
dedicarse al estudio de la filosofía, la psicología
y el arte, y no fue hasta la muerte de su padre cuando tuvo
que abandonarlos definitiva y forzosamente para
dedicarse en exclusiva al negocio familiar.
Bettelheim tenía muy claro que todo
aquello que planeó hubiera podido llevarse a cabo sin
ningún problema de no ser ¿tal vez?.. Por la
frialdad e indiferencia de su madre que de alguna manera
condujeron a su padre a mantener relaciones con otras mujeres
fuera del matrimonio y a contraer la sífilis desbaratando
de esta manera sus proyectos de futuro. Lo que sí es
evidente es que Bettelheim canalizó hacia la figura de su
madre sus sueños rotos, sus frustraciones e
insatisfacciones. La posibilidad de verse a sí mismo con
la imagen mental que había venido proyectando desde su
niñez y adolescencia como el gran filósofo o
psicólogo que sería valorado por su intelecto, por
la capacidad intelectual que acabaría venciendo sus
complejos y el rechazo del que siempre se creyó objeto y
que sin duda alguna atribuía a su fealdad, de pronto se
hizo pedazos para asumir- aún en contra de
sus deseos- ser un simple "comerciante " en una Viena anexionada
y en la que se sentía despreciado no solo por ser
judío, sino también por no pertenecer a la
élite intelectual judía. Sin duda, es probable que
Bettelheim encontrara en su madre la culpable perfecta de todos
sus males, la responsable silenciosa descubierta en sus propias
sesiones de psicoanálisis con el prestigioso Richard
Sterba, la bruja malvada de los cuentos de hadas, la guardia de
las SS de los campos de concentración de Buchenwald y
Dachau en los que estuvo interno once meses… pero ese
único odio no era suficiente y en lo sucesivo, Bettelheim
lo aprovecharía en su propio beneficio …Admirador
ferviente de Freud, y al igual que este, atribuía un
origen psicológico a los trastornos neurológicos,
el psicoanálisis Freudiano fue su salvación,
después de todo, a este le debió haber encontrado
las "causas" , "razones" , y "respuestas" con las que montar su
propia industria del autismo y a partir de ahí y de la
tremenda red de mentiras que tejió a su llegada a
Norteamérica, incrementó su autoridad en el tema y
prestigio, pero también su economía. En menos de
cinco años, el pobre refugiado Vienés que a duras
penas llegaba a fin de mes como profesor se convirtió en
el rico y prestigioso Dr Bettelheim, tres años más
tarde era nombrado director de la escuela Ortogénica de
Sonia Shankman, escribía ensayos, recibía premios,
y daba conferencias. Fue ya ejerciendo como psicólogo
infantil de la escuela Ortogénica de Chicago cuando
Bettelheim materializó ese odio en su teoría de las
"madres nevera"; asumiendo, decidiendo y publicitando que los
comportamientos autísticos estaban provocados por la
frialdad emocional de las madres de niños afectados y lo
más deleznable de todo, manifestando su creencia de que
*el factor precipitante del autismo infantil era el deseo de los
padres de que el niño no existiera, pero eso no fue todo,
en su escuela, Bettelheim "prescribía, la
perectomía, la remoción de los padres de la vida
del niño, como una solución a las criaturas
severamente dañadas"(Maldonado). Bettelheim hizo funcionar
la escuela Ortogénica a modo de empresa, una vez nombrado
director, solicita un subsidio para financiar un proyecto sobre
el autismo infantil, a partir de entonces, la escuela no solo es
financiada por la Universidad de Chicago sino que además,
pasa a ser patrocinada por la fundación Ford,
organización creada en 1936 por Edsel Ford
para financiar programas que promuevan la ciencia, la
educación y el desarrollo humano y que le
concede la cantidad de un millón trescientos mil
dólares después de que su comisión asesora
sobre salud mental informara su confianza absoluta acerca de que
sin la intervención de Bettelheim, los niños
autistas morirían de hambre o terminarían recluidos
en instituciones mentales. El número de niños
ingresados en la escuela nunca superó los cincuenta y
según la versión de Bettelheim provenían de
familias acaudaladas que podían pagar la totalidad o parte
de los tratamientos y los demás quedaban a cargo de los
poderes públicos.
Citando a Goldberg en su revisión
Blaming the Victim (culpando a las víctimas),
"Bettelheim siempre necesitó alguien a quien culpar,
las víctimas más vulnerables que en aquel entonces
tenía a mano eran las acongojadas madres que le
pedían ayuda y a las que señalaba como la causa del
autismo de sus hijos. Bettelheim afirmó falsamente haber
descubierto en las madres nevera la etiología del autismo
y en el psicoanálisis la cura y mintió a la
fundación Ford, patrocinadora de la escuela que él
mismo dirigía asegurando haber curado a un 85% de
niños con autismo".
Me sorprende y preocupa que aún hoy
en día, distintos artículos de investigación
sobre la vida y obra de Bruno Bettelheim sigan siendo publicados
en prestigiosas revistas de neuropsiquiatría
atribuyéndole una labor pionera en el tratamiento del
autismo, tal es el caso de Catherine Dreyfuss, quien asegura que
"Hasta ser conocidas las investigaciones de Bettelheim se les
consideraba incurables, pero él logró devolver a
muchos de ellos a la vida ordinaria poniendo en marcha un
pensamiento optimista, atento a lo particular, paciente y
respetuoso."..Supongo que por una parte y a pesar de que
los estudios más recientes lo demuestran, Dreyfuss
sigue ignorando que el autismo es un trastorno
crónico que se prolonga a lo largo de toda la vida de
la persona afectada, es decir, que no tiene cura, y
por otra, que la investigación efectuada por Pollack
revela no solo que mientras vivió en Viena Bettelheim no
tuvo ninguna experiencia en el tratamiento de niños con
autismo, sino también que muchos de los niños
internos en la escuela Ortogénica de Chicago tenían
severos disturbios emocionales y muchos otros no, es decir, que
un buen número de los niños a los que Bettelheim
aseguraba haber curado no eran precisamente autistas aunque
él dijera lo contario con el único objeto de
asegurarse definitivamente el éxito. Este es el caso de
"Patsy", hija de una acaudalada norteamericana a la que
Bettelheim y su esposa Gina acogen en su domicilio de Viena a lo
largo de siete años. En la actualidad, nadie desconoce que
fue Gina y no Bruno quien se encargó exclusivamente del
cuidado de la niña mientras su madre viajaba por la vieja
Europa, no obstante, es Bettelheim quien se atribuye
el mérito de "haber conseguido progresos que superaron
todo lo previsto gracias a la eficacia de
procurarle a la niña un ambiente totalmente
terapéutico", en otras palabras, Bettelheim se
adjudicó el milagro y gracias a su terapia y a la
aplicación del psicoanálisis "Patsy" se
curó, hecho que contradice la investigación de
Pollack, que con el objeto de llevarla a cabo, entrevistó
a Patsy, la misma que corroboró que no era autista y que
nunca lo había sido, esto es, que Bettelheim no pudo
"curar" su autismo puesto que este nunca existió. No
obstante, de su existencia dependía que Bettelheim se
asegurase una experiencia inexistente en el tratamiento del
autismo. Precisamente es a la madre de Patsy y no a Eleanor
Roosevelt a la que Bettelheim debe su liberación de los
campos de concentración de Dachau y Buchenwald así
como su posterior viaje a los Estados Unidos. Me pregunto ahora,
¿Qué pensaría la madre de Patsy cuando
después de haberle salvado la vida tuvo conocimiento de
sus crueles teorías que en definitiva, también la
señalaban a ella con el dedo acusador como un SS o una
bruja malvada o simplemente como una madre emocionalmente
desafectiva cuyo fracaso convirtió a su hija
en autista? Dé cualquier modo, Bettelheim tenía la
batalla ganada y a este respecto él hubiera dicho;
¿Qué clase de madre deja a su hija siete
años seguidos en manos de otros? Solo una
madre desafectiva, solo una madre que no tiene ningún
sentimiento hacia su hija.
La misma investigación de Pollack
menciona a una antigua profesora de esta escuela que recuerda a
Bettelheim decirle:"Necesitamos desarrollar alguna
credibilidad en la comunidad, y la manera de hacerlo es
mostrar algo de éxito", lo cierto es que de una u
otra manera y valiéndose de falsedades, lo
consiguió. Pero volviendo a la tristemente célebre
teoría de la "madre nevera", nadie que conozca
medianamente bien el tema del autismo ignora que esta
había sido postulada por el psiquiatra Austríaco y
residente en Norteamérica, Leo Kanner en 1943, cuando
publicó su estudio "Trastornos autistas del contacto
afectivo" y afirmó que el autismo se trataba de un
trastorno de origen emocional que aparecía como
consecuencia del rechazo o frialdad afectiva de las madres de
niños afectados : "Otro hecho sobresale de manera
destacada. En todo el grupo , hay muy pocos padres y
madres realmente cálidos, incluso algunos de los
matrimonios más felices son a menudo fríos y
formalistas en sus relaciones….surge la pregunta
de si este hecho ha contribuido a la condición de los
niños y niñas, o en qué medida lo han
hecho." pese a su afirmación, Kanner sugiere
tímidamente que: "La soledad de los niños desde
el nacimiento hace difícil atribuir el cuadro general
exclusivamente al tipo de relaciones parentales tempranas
con nuestros pacientes" esto es, que
el autismo podía tener un origen biológico
expresado conductualmente por una severa dificultad para
establecer vínculos afectivos con otras personas y que por
sí sola, la frialdad afectiva de la madre era insuficiente
para su aparición, de cualquier modo, estoy convencida de
que las conclusiones de la investigación efectuada por
Kanner fueron del todo precipitadas ya que comprendía
únicamente el estudio de la conducta de once niño
de distintas edades con comportamientos peculiares .
No obstante, en 1949, Kanner publica en el
American journal of ortopsychiatry, su artículo
"Problems of nosology and psychodynamics of early infantile
autism" en el cual una vez más vincula la falta de
calor maternal con el autismo y compara a las madres
de niños afectados con una "nevera". De nada
servirá que casi treinta años después
publicara su libro "En defensa de las madres", en el cual
se desdice de su propia teoría después de constatar
que los hermanos de niños con autismo criados por los
mismos padres no presentaban síntomas similares. No me
cabe duda de que apropiarse de la teoría en un principio
propugnada por Kanner para popularizarla benefició a
Bettelheim tanto a nivel profesional como económico, pues
desde entonces sería considerado toda una autoridad en el
campo del autismo y cientos de padres angustiados , desesperados,
pero sobre todo, con la suficiente capacidad económica
para poder solventar los cuantiosos precios que cobraba la
escuela Ortogénica, recurrían a él buscando
ayuda tanto para ellos como para sus hijos. Lo cierto es que
el famoso "psicoanalista" nunca fue muy original que
digamos, de hecho, no solo tomó prestada la idea de
Kanner, años después también tomaría
"prestados" los postulados que Anna Freud sostuvo sobre "la
identificación con el agresor como un mecanismo de defensa
frente a este" , para utilizarla en el ensayo que
escribiría y en el que postularía que tanto los
presos internos en los campos de concentración como los
niños con autismo se identifican con sus enemigos o
agresores como un mecanismo de defensa frente a estos,
también este "préstamo" le supuso cuantiosos
beneficios de cara a su prestigio y autoridad tanto en el tema
del autismo como en la veracidad que se le concedió
"superviviente del holocausto Judío".
Demasiados años después de
que Kanner se retractara descartando la teoría de la
frialdad afectiva como causa del autismo y de que Bernard Rimland
lo planteara como un desorden genético, en una de sus
últimas entrevistas concedida a la revista Americana de
psiquiatría, Bettelheim afirmó;"Mis principales
detractores son principalmente los padres de niños con
autismo, incapaces de reconocer su propia responsabilidad, es
mucho más fácil afirmar que es genético, que
todo se trata de la fatalidad, por supuesto, estos niños
son particularmente sensibles, reinterpretan como una amenaza
cada gesto de sus padres, por lo que se sienten rechazados y
optan por refugiarse en un aislamiento total. Un niño
menos sensible en las mismas circunstancias
quizás se habría convertido en neurótico,
delincuente o rebelde. Lo importante es ayudar a los
niños, los partidarios de la teoría genética
son incapaces de hacerlo."
No hay ninguna prueba efectiva que
certifique que Bruno Bettelheim estudió psicología,
ni mucho menos – y a pesar de su muy conocida
admiración por el padre del psicoanálisis- de haber
sido discípulo de Freud durante el tiempo que vivió
en Viena. Si consideramos que Sigmmund Freud vivió en
Viena desde 1860 hasta 1938 en su domicilio de la Bergasse 19 en
el centro de la ciudad y supuestamente perteneciendo al mismo
gremio intelectual que Bettelheim no debía parecernos
extraño que en algún momento de sus respectivas
carreras y pese a la diferencia de edad hubieran tomado contacto,
pero no fue así. Ninguno de los refugiado Vieneses que en
aquellos tiempos y al igual que hiciera Bruno, emigraron a
América, da testimonio o confirma "esa
amistad" , ni siquiera recuerdan haber leído alguno de
"Sus libros" o de haberlo conocido cuando
"supuestamente" y a lo largo de catorce años
ejerció cátedra en la Universidad de Viena . La
investigación de Pollack también revela que
Bettelheim reinventó su biografía en muchos otros
aspectos. Pero, ¿Qué motivos tuvo Bettelheim para
hacerlo? Estoy convencida de que por una parte muchos de esos
motivos tuvieron que ver con reconstruir en la realidad de un
nuevo país un autorretrato de sí mismo con el que
había fantaseado a lo largo de los años y al que se
creía con derecho a reivindicar, por otra, solo de ese
autorretrato plagado de falsedades, corregido y exagerado hasta
la obscenidad dependería la clave de su
éxito y prestigio. Necesitaba reinventarse
para ser alguien, para tener credibilidad, para
acceder a los círculos intelectuales con los que
tanto había soñado, fue entonces cuando
borró por completo su pasado como un simple trabajador en
el negocio familiar y solo rescató de este
los episodios que luego le servirían para llevar a cabo
sus objetivos, es decir, la existencia de Patsy, de la que ya
hemos hablado y su paso por los campos de
concentración de Buchenwald y Dachau . América le
brindó la mejor de las oportunidades; el
patito feo por fin podría transformarse en cisne y eso era
algo a lo que Bettelheim no estaba dispuesto a
renunciar.
En 1943 Bettelheim escribe "Comportamiento
individual y en masa en situaciones extremas", ensayo que no
cobraría fama hasta 1945 cuando el mundo tomó
conciencia del destino que corrieron seis millones de
judíos en los campos de exterminio de la Alemania Nazi y
que posteriormente fue incluido por Bettelheim en su famosa
obra "La fortaleza vacía", aunque con una
variación, ya que el escrito en un principio le
sirvió de base para el que luego escribiría
afirmando sin contemplaciones que el comportamiento de los
niños con autismo es bastante similar al que tenían
los presos internos en campos de concentración ; "Para
reconstruir o especular cómo los niños autistas
experimentan el mundo, puedo afirmar que del mismo modo como los
prisioneros de los campos de concentración
percibían el mundo en el que vivían.". Sin
embargo, Bettelheim no se da por satisfecho con ello y es
entonces cuando recurre a una despreciable comparación; la
de asegurar que la conducta de las madres de niños con
autismo es igual al de los guardias de la SS.
El análisis que Bettelheim hace al
respecto se inicia con la descripción de los llamados
presos "moslems" a los que otros presos llamaban de esta manera
ya que se habían resignado a morir tal y como los SS
deseaban, aceptando la muerte sin mostrar ninguna clase de
oposición, sin luchar para sobrevivir e
identificándose con su enemigo. Para Bettelheim, los
"moslems" permitieron que los SS se apoderasen de ellos
psicológica y emocionalmente, ya que interiorizaron sus
deseos transformando su realidad interior en correspondencia con
la exterior teniendo una visión de ellos mismos y del
mundo similar al de los niños con autismo. En
conclusión, para Bettelheim, los "moslems" interiorizaron
el deseo de los SS de que no deberían vivir del mismo modo
que los niños autistas interiorizan el deseo de sus padres
de que no existan. Nadie cuestionó sus
propuestas, de hecho, esas propuestas pronto y a medida
que Bettelheim publicaba muchos otros ensayos, se
convirtieron en hechos certeros magníficamente expuestos
por un "discípulo" de Freud… así fue como
"Joey, el chico mecánico" captó la atención
de toda la comunidad médica que apoyó sin
más la teoría de la "madre nevera". Bettelheim
expuso que a Joey le habían robado su humanidad y que se
convirtió en una máquina debido al rechazo paterno
combinado a veces con amor, describe a una madre enajenada que
dejaba llorar a Joey durante horas cuando tenía hambre y
cuya preocupación se centraba en ella misma, es decir, que
Joey no le despertaba ningún sentimiento.
Como consecuencia de ello Joey creó máquinas
imaginarias para que dirigieran su cuerpo y su mente ya que era
demasiado doloroso ser humano. La opinión de Bettelheim
siempre se centra a los padres, es a ellos a los que analiza
haciendo juicios subjetivos de los que no aporta ninguna otra
prueba que no sea su propia opinión basada en una simple
entrevista que es posible tergiversara a su antojo, es a ellos a
quienes culpa de haber hecho una máquina de Joey,
una máquina que no se desarrolló ni
relacionó porque ellos no le aportaron
ningún sentimiento. En su ensayo, no se
aprecia la descripción detallada que describa la conducta
autista, como balanceo de cuerpo, escaso contacto visual, rigidez
mental, temor a ciertos sonidos, ecolalia, inversión de
pronombres, etc. Después de leerlo con detenimiento,
considero que el Dr Bettelheim no hubiera pasado de ser un don
nadie de no haber contado con el apoyo que desafortunadamente
obtuvo de la comunidad médica de aquel entonces, que le
confirieron la categoría de gran autoridad en el tema del
autismo durante más de treinta años, de hecho, no
es hasta 1967 cuando Bettelheim publica "La fortaleza
vacía", tratado con el que sigue aportando al mundo su
inventada "experiencia" en el tratamiento de niños
autistas que según sus propias palabras , "se han
retraído del mundo por la ansiedad y el dolor que les
causa los sentimientos negativos de sus madres, estas por su
parte, ya sea por frustración o también por
ansiedad responden no con amabilidad sino más bien con
rabia o intencionada indiferencia, lo cual crea una nueva
ansiedad en el niño añadido al sentimiento de que
el mundo (representado por la madre) no solo causa angustia, sino
también ira o indiferencia".
En este tratado Bettelheim describe el caso
de varios niños, la primera de ellos es Laurie, autista no
verbal, centrándose, como no podía ser de otra
manera, en sus padres: describe a la madre como narcisista, al
padre sin ningún interés por Laurie ya que
está convencido de que está dañada
irreversiblemente y concluye que el problema está en la
madre o en ambos padres. A continuación cita el caso de
Marcia, cuya madre tuvo una infancia difícil
ya que tuvo que hacerse cargo de su familia y estaba
resentida por ser mujer, se casa, pero no ama al padre.
Ambos padres deseaban que Marcia no existiera, pero por distintas
razones. El padre para obtener más de la madre, y la madre
para verse libre de los dos. Como consecuencia de todos estos
sentimientos negativos, Marcia percibe las señales de los
deseos de sus dos progenitores; que ella no
esté y decide vivir una vida de no existencia, es decir,
que Marcia decide vivir para vengarse de sus
padres.
Uno de los casos que más
llamó mi atención fue el de Martha, como
introducción a este, Bettelheim citan -anticipando a sus
propias ideas- a Ekstein y Wallesten, que en una discusión
sobre niños psicóticos recuerdan la historia de
Hansel y Gretel que ilustran como "la antipática madre" se
transforma en la mente de un niño ocasionando que este
desarrolle una visión paranoide de la madre como una bruja
devoradora. Al respecto, Bettelheim enfatiza que la figura
destructiva de la madre o bruja devoradora es la
creación de la imaginación del niño, pero a
su vez esta misma imaginación deriva en realidad dados los
destructivos intentos de la persona de la madre. Ahora, debemos
preguntarnos: ¿Cómo llegó Bettelheim a esa
conclusión? Lo cierto es que no lo sabemos porque
además de sus propias opiniones sus ensayos no aportan
ninguna prueba objetiva que demuestre que la madre de Joey, de
Laurie, de Marcia o de Martha fueran enajenadas, o
estuvieran mentalmente perturbadas, tuvieran
sentimientos negativos hacia sus hijos o desearan que estos
no nacieran, tampoco aportó pruebas efectivas que pudieran
demostrar que esas mismas madres tuvieran un diagnóstico
psiquiátrico previo de todas y cada una de las
patologías que él apreciaba en ellas y no las
aportó sencillamente porque esos diagnósticos no
existían. Bettelheim se limitó a interpretar a su
manera, de la forma que quiso la "psiquis" de esos padres
intentando buscar respuestas basadas únicamente en sus
particulares "psicoanálisis",¿ pero de qué
manera los psicoanalizó?, ¿con una o dos
entrevistas después de las cuales los acusó de ser
la causa del autismo de sus hijos y aconsejó el ingreso de
estos en la escuela Ortogénica de Chicago en la que ya en
los años sesenta se pagaban ocho mil dólares por
niño?
En su magnífica investigación
"The Creation of Dr B", Richard Pollack refiere que siempre
había pensado que su madre exageraba al decir que el Dr
Bettelheim odiaba a todos los padres, sin embargo, su
opinión cambió después de su primer
encuentro con Bettelheim ( Pollack había concertado esta
entrevista para tener un conocimiento más amplio de su
hermano autista Stephen – interno en la escuela Ortogénica
de Chicago a lo largo de cinco años) quedó
absolutamente atónito por la crueldad y desdén con
el que este se refirió a su madre asegurando "Que la causa
de los problemas fue que esta se comportaba como una madre
judía". Pero volviendo al caso de Martha, lo que
Bettelheim si nos describe son los antecedentes de sus
progenitores, como por ejemplo, la circunstancia de que antes de
que Martha naciera su madre estuvo deprimida, luego tuvo una hija
que nació y se desarrolló de forma normal,
posteriormente tuvo un aborto, debió de ser operada y su
vida se complicó, le aconsejaron no tener más
hijos, pero haciendo caso omiso se quedó embarazada de
Martha. La relación madre-hija se tornó más
difícil que al principio y el padre decidió escoger
entre su esposa y su segunda hija ya que estaba totalmente
convencido que de seguir viviendo juntas una de las
dos terminaría en un psiquiátrico. Por fin, el
padre decidió a favor de su esposa; Martha no
debía vivir, el padre pensaba que Martha destruía a
su madre y Martha, que percibía la actitud de su padre
decidió vivir como una autista no verbal. A
continuación Bettelheim manifiesta que después de
varios años de devotos cuidados, Martha
reveló a su consejero la creencia de que su madre la
quería meter en un horno para luego comérsela. La
comparó con "Gretel" y concluyó que el terror, la
ansiedad y el autismo de Martha fueron una creación
propia, esto es, el terror era la forma como Martha
visualizaba y se explicaba a sí misma los sentimientos que
su madre tenía hacia ella y el autismo era una respuesta
espontánea que surgió como defensa. He aquí
el buen uso que el Dr Bettelheim vuelve a dar a un
"préstamo" de ideas ajenas, en este caso , es el
postulado de Anna Freud acerca de la "identificación de la
víctima con el agresor como mecanismo de autodefensa" el
que pone en la palestra mediante "La fortaleza vacía y el
nacimiento del yo".
Las mentiras de Bettelheim, los datos
puntuales de la biografía que él mismo
reinventó, su megalomanía, su admiración
ferviente por Freud y el psicoanálisis, su vulgar falta de
originalidad, su necesidad vital de dejar de ser un patito feo
para transformarse en un hermoso cisne, incluso, el odio que a lo
largo de toda su vida pudo sentir por sus
progenitores me traerían sin cuidado de no ser porque
todos estos factores se conjugaron fatalmente con la
connivencia de aquellos que le apoyaron, de aquellos que le
aclamaron, de aquellos que buscaban una respuesta fácil
que estuviera a mano y que de alguna manera Bettelheim les
proporcionó dando como resultado unas únicas
culpables; las madres. Ni siquiera la sensata llegada de Rimland
al panorama del autismo pudo detenerles, la maquinaria estaba en
marcha y pasarían cuarenta años hasta que alguien
dijera; No son madres nevera,no son las brujas malvadas de
los cuentos de hadas que tanta fama y prestigio dieron a un
fraude como Bettelheim, no son guardias de la Gestapo
que disfrutaron humillando y torturando a miles de hombres,
mujeres y niños por la única circunstancia de ser
judíos, no son emocionalmente desafectivas ni sus gestos
inducen a sus hijos autistas a retrotraerse dentro de una
fortaleza vacía como única alternativa a una vida
ausente de afecto, no son culpables de las frustraciones e
insatisfacciones de un ser despreciable que aprovechó su
propia crueldad para montar la industria del
autismo.
Bibliografía:
– Bettelheim, living and dying, David James
Fisher.
-Blaming The Victim. Helene
Goldberg.
-The creation of Dr B, Richard Pollack,
Simon&Schuster 1997-
– In the case of Bruno Bettelheim, Molly
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– Defending Bruno Bettelheim. Jacquelyn
Seevak Sanders reply by Robert Gotlieb. The New York
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– Recuerdo de Bruno Bettelheim. Catherine
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-El mal pensante, artículo
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-El cisne del autismo, Eliana
Pérezegaña, ilustrados.com
-Who really was Bruno Bettelheim. Angres,
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-Descubrir el Asperger. Ramón
Cererols, wwwpairal.net
-Psicoanalistas de niños,
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-La Fortaleza Vacía, Bruno
Bettelheim. Paidós, Bs Aires,2001.
-Trastornos autísticos del contacto
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-Reseña Biográfica del Dr
Bettelheim. Alvin Rosefeld.
-Comportamiento individual y en masa en
situaciones extremas. Bruno Bettelheim, psicología social
1943,XXXVIII, 415-452
– Terapia estructural, Maldonado Abascal,
Gustavo.
– Psicoanálisis de los cuentos de
hadas. Bruno Bettelheim, editorial Crítica.
-Breve revisión de la historia del
autismo. Balbuena Rivera, Francisco.
Autor:
Lic. Eliana
Pérez-Egaña