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Niños en situación de calle y trabajo infantil en Medellín, Colombia



  1. Resumen
  2. Consideraciones
    previas a la temática
  3. Bibliografía
  4. Anexos

Resumen

Medellín es una ciudad que se encuentra en
expansión y cada vez tiene más renombre en los
diversos ámbitos mundiales, pero por diversos factores y
problemáticas sociales propias del contexto
socio-cultural, se ha venido presentando un fenómeno
problemático llamado niños habitantes de calle y
trabajadores.

Es mucho el desconocimiento que se presenta frente a
esta temática y en las formas de actuar en dichos casos,
razón por lo cual el presente trabajo intenta ayudar
clarificando algunas de las preguntas más frecuentes
frente al tema.

Los trabajos remunerados que se ofrecen a los
niños se tipifican según el sexo, y aunque no todos
ingresan a vivir en la calle de la misma manera, la
mayoría lo hacen por razones bastante frecuentes: huir del
conflicto armado, padres que no les brindan lo necesario,
familias maltratantes, abandono, pares acosadores,
drogadicción, entre otras. También se observa que a
pesar de los programas aplicados por la alcaldía o
algún otro ente, son de fuerte vocación
asistencialista y no proveen integralmente al niño de lo
que necesitan, contribuyendo a que finalmente deserten de dichos
programas.

Palabras claves: niños habitantes de calle,
niños trabajadores, maltrato infantil.

Abstract Medellin is a city that is expanding and
is increasingly popularity in various fields worldwide, but
several factors social issues own socio-cultural context has been
showing a growing phenomenon called street children and working
people it is much ignorance presented address this issue and even
more in the way of acting in such cases, which is why this is
sought to clarify some of the frequently asked questions on the
subject. The works for children are some already stereotyped by
gender, and while not all children enter homelessness in the same
way most do it for the same reasons: the fleeing the armed
conflict, parents who do not provide it necessary, abusive
families, abandonment, peers, substance abuse, among others. It
is also noted that despite the programs used by the city or any
government body and these are very welfarist not provide the
child with what they need at the time, helping these drop out of
such programs.

Consideraciones
previas a la temática

Para toda persona civilizada, es raro, o algo fuera de
lo común ver a un niño habitante de
calle.

En Colombia es un asunto frecuente, y se suelen ver
pidiendo dinero o comida en las esquinas, delinquiendo, durmiendo
en las aceras, viviendo bajo los puentes, residiendo en edificios
abandonados y hasta en cajas de cartón, o en cualquier
rincón, donde puedan dormir sin ser agredidos, ni
descubiertos por la policía.

Para los propósitos del presente artículo,
destacaremos lo concerniente a la ciudad de Medellín y las
características que poseen los niños habitantes de
calle de la misma. Habrá algunas condiciones parecidas o
similares a las de otras regiones del mundo, como otras que son
únicas del contexto socio-cultural de la
región.

Dicho artículo se basa en documentos sobre
investigaciones y aplicaciones desarrolladas sobre el tema, y con
él pretendemos dar a conocer las diferencias entre dos
tipos de niños en situación de calle y sobre las
características físicas y emocionales que ambos
presentan, además, algunas de las principales razones que
auspician la ocurrencia de ambos casos. También se
dará a conocer como estos niños comienzan a formar
un vínculo con la vida en la calle, hasta el punto de
llegar a ser habitantes de esta o vivir de la mendicidad.
Igualmente se comentará como se presenta el inicio del
consumo de sustancias psicoactivas.

El presente artículo asume posición frente
a la política de prevención del problema en el
contexto local, dado que las consecuencias de éste flagelo
en la ciudad se asocian a otras problemáticas complejas y
de deterioro social.

Medellín ofrece poca información que
ilustre a padres y cuidadores sobre las razones que conducen a
muchos de estos niños a la condición de calle, lo
cual amerita el fortalecimiento de los conocimientos de la
población sobre este malestar social, puesto que
será la base sobre la cual se puedan diseñar
mecanismos interventores que mejoren la calidad de vida de
nuestros niños y niñas de la calle.

Los niños habitantes de calle o como
también comúnmente son llamados "niños de la
calle", son identificados como aquellos menores de edad que viven
en las calles de una ciudad, en la cual se encuentran
desprovistos de atención familiar o de protección
de algún tipo, por parte de un adulto o del estado.
Niño de la calle no es solamente aquel que duerme sobre
cajas de cartón, bajo los puentes, en aceras o en
edificios poco transitados, también se clasifican como
niños de la calle aquellos que pasan todo el día o
la mayor parte de su tiempo en ella, ya sea trabajando,
delinquiendo o consumiendo sustancias psicoactivas y que cuando
culminan su labor vuelven a sus casas para dormir.

Las labores, las motivaciones, los quehaceres diarios de
los niños habitantes de calle son diversas, es por eso que
la UNICEF (2002) creó dos categorías para explicar
este término: "Niños de la calle son aquellos que
están relacionados con algún tipo de actividad
económica, que va desde la mendicidad a la venta modesta.
La mayoría de ellos vuelven a casa al final del día
y contribuyen con sus ingresos a la economía familiar.
Ocasionalmente pueden asistir a la escuela y normalmente
mantienen cierto sentido de comunidad familiar. Por
último, los niños de la calle también son
aquellos que realmente viven en esta, fuera de un medio familiar
convencional. Los lazos familiares pueden existir todavía,
pero son mantenidos sólo ocasional o involuntariamente"
(informe sobre los niños de la calle Zimbabue)

En nuestro medio se encuentran testimonios como el de
Juliet:

"Desde que me fui de casa a los 9 años, no he
querido saber nada cerca de mis padres, porque ellos me
prostituían; yo solo me hablo con mi hermana, que fue
quien se voló conmigo". Juliet (agosto 13 del
2012)

También encontramos referencias sobre los
niños que se encuentran privados de una atención
familiar, de protección de un adulto, con padres poco
capacitados para atenderle adecuadamente, cuando hacen parte de
una familia maltratante, cuando han sufrido un desplazamiento
forzado, o una deserción escolar, se convierten
fácilmente en niños en vulnerabilidad de calle.
Estos pasan gran parte de su tiempo en las calles de su barrio y
además presentan problemáticas en los diferentes
aspectos de sus vidas y manejan una estrecha relación con
amigos vinculados a la calle y con baja autoestima:

"Mi papá era un borracho que nos golpeaba y
mi mamá nunca nos defendió, cuando tenía 5
años golpeo a mi hermano menor hasta que lo mató,
como yo camellaba con los duros del barrio fui llorando y les
conté; ellos lo mataron y mi mamá dijo que fue
culpa mía y me echó de la casa, desde eso vivo en
la calle" Juan Camilo (Agosto 22 del 2011- muerto por
tuberculosis en octubre del mismo año a los 21 años
de edad).

En la ciudad de Medellín hay unos oficios
infantiles ya "normalizados" para este tipo de población,
como es el trabajo en los semáforos, los niños
vendedores ambulantes, los que piden dinero o comida, los que
realizan espectáculos callejeros o se vuelven ayudantes de
algún trabajador artesanal. Pero hay otros que no son
fácilmente reconocibles, como los "carritos", los que se
prostituyen, los que trabajan realizando labores domesticas, los
que migran a trabajar en fincas o minas, entre muchos otros. La
situación de calle en algunos infantes los hace
vulnerables para ser incluídos en células
delictivas organizadas de la ciudad.

Según los informes presentados por UNICEF (2002),
existen 100 millones de niños abandonados en todo el
mundo, de los cuales 40 MILLONES pertenecen a América
Latina y la mayoría de estos viven en las calles de las
ciudades en las cuales pueden obtener beneficios
económicos (Informe sobre los niños de la calle
Zimbabue).

En el año 2007 el ICBF dio a conocer
estadísticas sobre niños en situación de
calle y la cifra fue de que de 4.457 niños habitan en las
calles de las 16 principales ciudades del país (Colombia),
el 81% de estos están entre los 12 y 17 años, otro
grupo lo constituyen los menores de 7 años, que suman 171
niños y niñas que viven en las calles.

En el año 2001 el DANE en su III Censo Sectorial
anuncio que el departamento de Antioquia era el que tenia mayor
número de niños en situación de calle con
respecto a Colombia, con una cifra de 565 individuos, pero esta
cifra continuo incrementándose de manera tal que para el
año 2007 fueron censados 835 niños en esta misma
situación.

En el año 2012 se dio a conocer que hay un total
de un 1 millón 800 mil niños y niñas que
laboran en el país. Según el Departamento Nacional
de Estadísticas -Dane- los trabajos en los cuales se
destacan más niños son: la agricultura, en la cual
los niños que trabajan son el 37,3%, lo siguen el comercio
30,5%; los servicios 7,8%; la industria 13,6; el transporte,
almacenamiento, comunicaciones 6,9%; la construcción 2,1%
y las actividades inmobiliarias 1,2%. (RCN radio,
2012)

Los habitantes de calle generan una percepción
negativa, puesto que son asociados con algunas de las más
viles y deplorables prácticas de la sociedad.
Percepción que se acentúa si se trata de
niños, ellos son una población generalmente
calificada como la de menos jerarquía en nuestra cultura
actual, son repudiados y aislados, tanto por su familia como por
la sociedad (incluyendo su grupo de pares). Son individuos que
viven entre la droga (ya que la mayor parte de la
población en vulnerabilidad de calle la consume), la
suciedad, la enfermedad y la agresión.

¿Pero como comienzan estos niños sus vidas
en las calles? Llegan a ellas buscando un medio de sustento, ya
sea para contribuir económicamente a sus familias o para
encontrar algún tipo de aceptación o refugio en
ellas cuando han sufrido desplazamiento forzado o
deserción escolar. Cuando son abusados o violentados y las
familias no poseen la capacidad de brindarles lo que necesitan
(ya sea económico, afectivo o protección) de
ahí que las calles se convierten en un atractivo sumamente
fuerte para ellos, ya que muchos buscan los faltantes registrados
en sus hogares, incluso, la necesidad de sentir que ellos mismos
pueden dirigir su futuros o su destino, sin normas, horarios o
programas impuestos por un adulto:

"Yo encontré en la calle el apoyo que no tuve
en mi casa, mis papas vivían lejos y yo vivía con
mis 5 hermanos en un apartamento en la ciudad; mis padres solo
venían 3 veces al año y cundo mi hermano mayor
murió no sentí necesidad de quedarme en un lugar
que no me daba el cariño que necesitaba" Ana María
(Agosto 28 del 2012)

En el primer encuentro para la vida en la calle un
niño busca aquello que le era deficiente en su hogar, como
hacerse acreedor de un grupo que garantice su protección.
Por lo general estos grupos son organizaciones al margen de la
Ley, con las que se genera un proceso de identificación, y
para pertenecer a él es necesario que el nuevo integrante
se inicie en el consumo de sustancias, o de otras transgresiones,
que luego se irán convirtiendo en prácticas
consuetudinarias, lo cual les permitirá encontrar en su
nuevo grupo de pares la diversión y algunas otras ventajas
de la vida en las calles, que los mantiene ocupados y alejados de
la preocupación de una visión del mundo con una
prospectiva de futuro.

En este tiempo y espacios, los niños como grupo,
crean formas de obtener aquello que les falta mediante el hurto,
robo a mano armada, indigencia, pequeños arreglos (como en
supermercados, lavaderos de autos, quehaceres domésticos)
o utilizar los lugares que les brinda el gobierno. Al estar
inmersos en un grupo de dos o más personas, se sienten
protegidos, así deban compartir las ganancias. En este
tiempo ya conocen la sectorización de la ciudad, que no es
la misma que se muestra en los mapas, ellos saben porque lugares
pueden andar sin problemas y donde se les pedirá dinero o
pueden convertirse en fáciles victimas de agresión,
de esta forma van pasando los años y van adquiriendo una
mejor posición en su grupo de pares, a la vez realizan una
interiorización del entorno urbano, reconociendo los
lugares que de alguna manera los benefician y de los que saben
cómo sacar provecho, de manera que viven la vida bajo sus
condiciones.

En la vida en la calle se dan situaciones confrontantes,
lo que activa algunas crisis, como cuando un compañero
muere por una sobredosis, o lo matan, o reciben una grave herida
que los haga cuestionar sobre su futuro, e incluso, se da muy a
menudo que su grupo de pares los hacen a un lado, o los
traicionan, aunque en algunos casos entran a los programas
gubernamentales que cuenta con educadores callejeros, llamados
operadores (muchos de los cuales han vivido lo mismo, pero ahora
se encuentran "regenerados").

Por último, el habitante de calle aprende a
soportar la soledad, pues después de al menos dos
años de vivencia en la calle se da cuenta que el grupo de
pares con quien se inicio no le brinda lo suficiente, o las
disputas y diferencias que llegan a presentarse ya no hacen la
vida en grupo tan segura.

La forma de relación de este grupo de individuos
es agresiva y basada en la desconfianza, ya que han sido
rechazados y descartados desde sus hogares (o grupo familiar
más cercano), produciendo en ellos sentimientos de
aislamiento, tristeza y/o dolor. "El ser humano nace con un
conocimiento intuitivo (inmediato) de sus necesidades
organísmicas, a medida que se desarrolla, va empezando a
construir un esquema de sí mismo con base a ese
conocimiento. En los avatares de sus relaciones con el mundo y
los otros, puede recibir dos clases generales de
retroalimentación: consideración positiva
incondicional
y consideración positiva
condicional
. En tanto recibe ésta última, el
sujeto, -que tiene necesidad de aceptación-, aprende a
rechazar partes de su sí mismo que los demás
desaprueban, con lo cual pierde parte de su proceso de
satisfacción de esas necesidades que ya no reconoce de
sí." (Carl Rogers, 2000) Con respecto a esto, los
habitantes de calle poseen un sí mismo pobre, ya que las
consideraciones positivas en este momento de sus vidas son
infrecuentes, y también porque en su juventud temprana o
niñez se retiraron de sus hogares, ocasionando que el
desarrollo de su relación con el mundo se vea afectado
negativamente, y como resultado final no reconocen partes
valiosas e importantes de sí. La falta de conocimiento de
sí mismo, hace que al momento de autoevaluarse,
ésta sea errónea y sesgada
negativamente.

Al vivir entre la droga, la suciedad, la enfermedad, la
agresión, entre muchas otras cosas deplorables, no
encuentran nada positivo hacia lo que son, se sienten inferiores,
suponen que sus decisiones nunca serán ni han sido las
correctas a lo largo de sus vidas, sienten que no pueden ni
poseen derecho de ser felices, actúan con agresividad y
atacan a los demás. Como dice Markus y Kunda (1986) "la
autoestima influye en la autorregulación de la conducta,
mediando en la toma de decisiones, influyendo en la
elección de objetivos y en el establecimiento de planes de
actuación".

Cuando estos jóvenes pasan por las diferentes
crisis que viven en las calles, hace que todo lo malo que ven de
ellos se incremente, llevándolos al estrés, la
depresión, ocasionando que el desarrollo personal se vea
limitado y/o sesgado y que caigan en conductas que refuerzan el
concepto inadecuado que poseen de sí mismos y puede
llevarlos a que atenten contra su ser físico y
psíquico, de forma que la relación con sus pares,
es problemática, ya que entre ellos mismos se han
catalogado y esquematizado como los malos. Este fracaso en las
relaciones se pueden dar por una disputa, un malentendido en el
momento de expresarse, el relacionarse solo por conveniencia
(este me protege o tiene más que yo), el aprovechar el
momento, que entorpece la relación y produce falta de
confianza y confiabilidad hacia las demás
personas.

Muchos de los problemas, tanto familiares como con sus
pares, son causados por desacuerdos con las personas que
personifican la autoridad frente a una determinada
situación, estos no los aceptan, produciendo dificultades
a la hora de convivir en grupo.

En la ciudad de Medellín existen algunos
componentes o características en estos niños que no
se dan en otros lugares del mundo, como son sus formas de
trabajo. Es muy común que estos niños trabajen en
lavaderos de carros, transportando artículos o
víveres en supermercados o en lugares como la plaza de
mercado minorista, lo que les trae problemas de salud, ya que
además de transportar grandes cantidades de
artículos (que pesan casi lo mismo que ellos) la paga no
es suficiente para el trabajo que realizan y no cuentan con un
seguro de salud que los proteja de lesiones o dolores (RCN Radio,
2012). Algunos de los niños buscan una mejor paga, o un
lugar en el cual puedan ganar más dinero, por tal
razón algunos deciden migrar a lugares tales como las
minas, donde están expuestos a una gran cantidad de
riesgos, pero las gratificaciones económicas suelen ser
más altas que en la ciudad. Otros trabajan en la
mendicidad, ya sea para su subsistencia en la calle o como forma
de colaborar en sus casas, es común también verlos
vendiendo todo tipo de mercaderías, que ofrecen a altas
horas de la noche en discotecas, tiendas, restaurantes y algunos
otros lugares que permitan su acceso.

En Medellín existe un trabajo para estos
niños denominado "carritos", que es aquel que transporta
drogas y/o armas de un lugar a otro, ya que por ser menores de
edad los policías no acostumbran requisarlos, estos
niños o jóvenes se exponen a un gran riesgo, ya que
de ser descubiertos por la policía pueden ir a
reformatorios, y si son descubiertos por personas que
estén involucradas en el mismo negocio y son rivales,
pueden matarlos. Generalmente estos trabajos los
desempeñan los varones, pues para el sexo femenino se
encuentran trabajos como la prostitución, que se da en
lugares específicos de la ciudad como el parque
Bolívar, la Veracruz, algunas discotecas, etc.

Otro trabajo esquematizado para las niñas es el
intercambio, el cual consiste en que la niña
trabajará en algo determinado, como son los quehaceres
domésticos, que generalmente no se le pagaran con dinero,
si no con techo y comida (trabajan como internas), esto las
expone a malas pagas, malos tratos y abusos de sus
jefes.

Algunos niños y niñas obtienen sus
ingresos del hurto, pero este es igual de riesgoso que el de
"carrito", pues hay lugares que están protegidos por
grupos de personas armadas que no toleran este tipo de
actos.

"Cuando mi madre murió yo tenía 11
años y me fui a vivir con mi abuela, ella dijo que
tenía que pagar mi propia comida, y fue por allá y
hablo con el dueño de una heladería, trabaje dos
semanas en las que no se me pago, cuando exigí la paga, el
señor me dijo que tenía que irme una noche con el o
no me daba nada, y luego cuando mi abuela hablo con él,
él decía que yo no le estaba entrando la plata
suficiente al negocio, que tenía que acostarme con los
clientes si quería que yo ganara algo; llame a mi novio y
le conté y él fue y le pego para que me diera la
plata y con eso pagamos el hotel pa" dormir los primeros
días" Marina (Noviembre del 2011)

En la ciudad de Medellín existen hogares de
acogida para estos niños, en los cuales les ofrecen
acogida, adopción y reintegración a sus familias,
pero los procesos y espacios al parecer no son suficientes, ya
que solo 1 de cada 100 niños es reintegrado de manera
eficiente a la sociedad después de terminar el programa,
convirtiendo a aquellos que no lo lograron en una
población flotante, que se mantiene en el consumo de
drogas. Hay organizaciones gubernamentales encargadas de proveer
a estos niños de conocimientos (artísticos o les
enseñan algún tipo de trabajo) para sus vidas, e
incluso les pagan un lugar para vivir y cuando son mayores de
edad les dan un plante para que lo inviertan y puedan conseguir
un sustento económico que no se encuentre al margen de la
ley y sea digno, pero estos individuos utilizan estos lugares
como refugios, cuando las condiciones en las que viven se tornan
mas difíciles, ya sea por las olas invernales o la
violencia en la ciudad, de resto utilizan estos espacios para
comer, dormir, asearse, entre otras ventajas que pueden obtener,
razón por la cual esta es una población flotante,
en la cual no duran un mes en una casa de acogida y las comienzan
a tomar como lugares de paso que los proveen de algo que
necesitan en el momento, como es protección, salud (pues
acuden a estas cuando están muy enfermos),
alimentación y aseo, pero la idea de que dejen la calle,
los amigos que han hecho en ella, la droga, o vuelvan a sus
hogares, o sujetarse a unos parámetros disciplinarios hace
que descarten la idea.

Para que en la ciudad de Medellín se pueda llevar
un proceso de resocialización más exitoso, creemos
que es necesario que se intervenga a la población cuando
se encuentra en las dos primeras fases de la vida en la calle, ya
que en la última -la drogodependencia y su prolongada
estadía en esta-, el individuo no ve mas formas de llevar
su vida si no es en la calle.

Las mayorías de niños que viven en las
calles abandonan sus hogares por que en estos no encuentran
suplidas sus necesidades, lo cual evidencia la necesidad de
instaurar un proceso que medie entre ellos y sus carencias, antes
de que su única opción sean vivir en las calles. A
pesar de la existencia de instituciones que buscan cumplir con
esta labor, al parecer no cuentan con las lecturas y
procedimientos adecuados, ya que muchos de estos niños han
estado en estos lugares y expresan que "es mejor vivir en la
calle y cuidarme solo, que estar de nuevo con mi familia, o
alguien peor, a quien tenga que rogarle por comida y me griten
por todo".

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Anexos

Para el presente artículo se tomo en cuenta unas
entrevistas realizadas a personas que a pesar de tener su
mayoría de edad, vivieron en la calle cuando eran
niños o adolecentes. Estas personas se encontraban en una
institución de la alcaldía en la cual se
encontraban por problemas de salud.

Sistematización de la
información:

Nombre: Marina

¿Qué edad tenias cuando comenzaste a vivir
en la calle?

14 Años

¿Hace cuanto tiempo eres habitante de
calle?

31 Años

¿Por qué comenzaste a vivir en la
calle?

A los 9 años murió mi madre, a los 13 me
mude con mi abuela, ella decía que tenía que
trabajar y me empezó a llevar a un bar de
prostitutas… a la semana me escape pal centro con un
noviecito que tenia.

¿Te gustan los lugares que brinda el gobierno a
los niños habitantes de calle?

Si, por que se ponen en contacto con los pocos
familiares que tengo, pero no me gusta porque lo tratan de
controlar a uno… prefiero conseguir mis propias
cosas.

Nombre: Monica

¿Qué edad tenias cuando comenzaste a vivir
en la calle?

13 Años

¿Hace cuanto tiempo eres habitante de
calle?

6 Años

¿Por qué comenzaste a vivir en la
calle?

Porque no me aguantaba a mi
mamá…

¿Te gustan los lugares que brinda el gobierno a
los niños habitantes de calle?

No, prefiero estar en las ollas o los patios,
aquí si me dan comida pero en el patio y la olla uno pasa
muy bueno.

Nombre: Fabiana

¿Qué edad tenias cuando comenzaste a vivir
en la calle?

13 Años

¿Hace cuanto tiempo eres habitante de
calle?

9 Años

¿Por qué comenzaste a vivir en la
calle?

Problemas con mi familia de acogida.

¿Te gustan los lugares que brinda el gobierno a
los niños habitantes de calle?

Cuando estoy enferma.

No me gusta, porque no me dejan consumir ni tener
contacto físico con nadie, además te ponen a
limpiar.

Nombre: Jennifer

¿Qué edad tenias cuando comenzaste a vivir
en la calle?

11 Años

¿Hace cuanto tiempo eres habitante de
calle?

7 Años

¿Por qué comenzaste a vivir en la
calle?

Por problemas con mi papá.

¿Te gustan los lugares que brinda el gobierno a
los niños habitantes de calle?

Si, por que puedo ir cuando quiero, dormir y me dan
comida.

No me gusta permanecer mucho tiempo en ellos, son a
veces como cárceles… prefiero estar
consiguiéndome lo mío con mis amigos.

Nombre: Juan Camilo

¿Qué edad tenias cuando comenzaste a vivir
en la calle?

5 Años

¿Hace cuanto tiempo eres habitante de
calle?

16 Años

¿Por qué comenzaste a vivir en la
calle?

Porque mi papá era un alcohólico que mato
a mi hermano menor, yo hise que lo mataran y mamá me hecho
de la casa.

¿Te gustan los lugares que brinda el gobierno a
los niños habitantes de calle?

No, prefiero pedir plata para comprar bazuco.

Nombre: Daniel Tobon

¿Qué edad tenias cuando comenzaste a vivir
en la calle?

15 Años

¿Hace cuanto tiempo eres habitante de
calle?

6 Años

¿Por qué comenzaste a vivir en la
calle?

Porque me volé de mi casa (Segovia) y me vine
para la ciudad.

¿Te gustan los lugares que brinda el gobierno a
los niños habitantes de calle?

Si, por que me dan lo que necesito, comida,
ropa, dormida… pero prefiero estar con mis amigos de
fiesta y comprar mariguanita.

Nombre: Ana María

¿Qué edad tenias cuando comenzaste a vivir
en la calle?

15 Años

¿Hace cuanto tiempo eres habitante de
calle?

17 Años

¿Por qué comenzaste a vivir en la
calle?

Problemas con mi familia, ellos nunca estuvieron cuando
los necesite, nunca me dieron su apoyo ni su cariño, ni
siquiera cuando perdí mi bebé; encontré
más apoyo en las drogas.

¿Te gustan los lugares que brinda el gobierno a
los niños habitantes de calle?

Si, por que conozco gente que no
está consumiendo todos los días y ayudando me
siento útil.

Nombre: Francisco

¿Qué edad tenias cuando comenzaste a vivir
en la calle?

12 años

¿Hace cuanto tiempo eres habitante de
calle?

13 años.

¿Por qué comenzaste a vivir en la
calle?

Porque en mi casa me pegaban mucho y era
mejor estar afuera.

¿Te gustan los lugares que brinda el gobierno a
los niños habitantes de calle?

Nunca me han gustado, prefiero estar afuera
consiguiéndome lo mío, desde chiquito he sido
así, ahora me toco estar en uno pero solo fue por el
accidente que tuve, no espero sino poder caminar para irme otra
vez.

 

 

Autor:

Viviana
Rendón[1]

Enviado por:

Julio César Córdoba
Upegui

 

[1] Estudiante de Psicología de la
Fundación Universitaria Luís Amigó. En
habilitación del trabajo de grado se desarrolló
durante 2011-2012 una investigación
–revisión- del tema.

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