El otoño del patriarca – Monografias.com
El otoño del
patriarca
"…y adoraron al dragón que
había dado autoridad a la bestia, y adoraron a la bestia,
diciendo: ¿Quién como la bestia, y quién
podrá luchar contra ella?
La Biblia. Apocalipsis, 13:4
El entusiasmo que demostró mi profesora Vera
Liñán por el Otoño del Patriarca me
impulsó a estudiar la obra de Gabriel García
Márquez. Leí ese libro por primera vez en mayo de
1995 y ha representado para mi uno de los principales
acontecimientos de mi vida intelectual. De hecho, hoy más
que nunca está en vigencia el contenido temático de
ese maravilloso libro porque nos encontramos ante la
descripción de personajes que están aferrados al
poder y que quieren perpetuarse en él. Mis esfuerzos
iníciales por comprender esta impactante obra se
caracterizaron por asumir otro estilo de relato, otra estructura,
como condición ineludible para introducirme en el universo
del dictador. Durante la lectura del libro siempre asaltaba una
pregunta a mi memoria: ¿Quién habla? Obviamente
esta novela está compuesta de infinidad de voces y
circunstancias retornantes que se hacen evidentes en un tiempo
cíclico.
En el relato, Gabriel García Márquez se
sume en su grotesco, muchas veces improbable, y definitivamente
terrorífico material, con un deleite colosal, acumulando
detalle tras detalle voluptuoso, alternando el encanto y el
horror, fragancia con hedor a corrupción, con la
vulgaridad del momento íntimo; pero procurando
constantemente el férreo deseo y la esperanza de una
América Latina libre de tiranías y del abominable
imperio del norte.
El Otoño del Patriarca se nos presenta como un
modelo sintético del dictador latinoamericano, en el cual
se dan a conocer todas sus extravagancias, temores, debilidades,
complejos y un carácter de psicópata desbordante.
En la obra el pueblo es protagonista de toda una sucesión
de hechos, que son plasmados mediante un lenguaje
hiperbólico. El general es concebido como un Dios: ser
omnímodo, omnipresente y omnipotente, que todo lo puede,
todo lo cambia, donde él es Alfa y Omega, principio y fin
de la existencia, donde sus gobernados no pueden vivir "sin
él ni con él". Sin embargo, el patriarca aun con
todo ese poder ilimitado, sui generis, inexpugnable,
impío, vive en un estado paranoico que raya en delirio de
persecución y pánico a ser destronado. Es un ser
proteico, inasible, repugnante; en él la crueldad es un
arte sino una profesión.
En el curso de los acontecimientos, nos damos cuenta
que, sin duda alguna, el poder no puede existir sin la violencia,
sin periodos de crisis. El General necesita la crisis. Siempre
con su afán de ser reconocido como salvador. En la paz,
él no juega ningún papel. Por consiguiente, las
naciones regidas por gobernantes de esta naturaleza viven de
conflictos en conflictos, y el general en actitud
maquiavélica e inhumana ordena, sin temblarle la mano,
homicidios individuales, genocidios, magnicidios brutales, pero
que luego él maquinará hábiles artificios
para justificarse y declararse inocente. Además, la bestia
en su actitud majestuosa y soberbia, seguía los
despiadados, espeluznantes y salvajes consejos de su consigliori1
de cabecera, Sáenz de la Barra:
"Que usted no es el gobierno, general, usted es
el poder"2
Igualmente es menester señalar que el patriarca
nunca fue educado para el amor o mejor dicho, confundió
amor con sexualidad, viviéndola con agresión
instintiva, animalesca, licenciosa, con violencia avasalladora,
alcanzando forma de perversión, reflejando así toda
la pobreza humana del dictador. Este concebía el amor como
un espasmo de unos cuantos segundos, cargados de lujuria,
lascivia, donde no existía el mínimo indicio de
sentimientos, sino un cúmulo de sensaciones
instantáneas. De hecho, esto nos sugiere que hasta en el
amor, él era quien regía:
"Por el placer la mujer es una esclava, sé
su señor; por el amor la mujer es una reina, no seas su
esclavo"3
A pesar de todo lo anterior, el general cae en el
ridículo, acosando a una bella reina de barrio tugurial de
quien se ha enamorado enloquecidamente. Sin embargo, ésta
no le corresponde. Un hecho que nos hace recordar a una
canción vallenata muy popular:
"¿Dónde está mi potencia,
que no da pa´ tenerte, si tan sólo por verte, dejo
de ser fuerte, te digo verdad. ¿Dónde está
mi presencia?, tan sensible a tu vida, tan sensible al
amor"4
Por otro lado, un detalle que llamó mi
atención sobremanera, fue el hecho que, siendo el pueblo
el protagonista determinante de la obra, siempre se nos
presentará como una voz individual o colectiva, y
representada ésta como un camaleón, ya que cambia a
cada instante, viéndose reflejada a través de un
campesino, un poeta, una ama de casa, un militar, un leproso, un
paralítico, una doncella enamorada, etc. Así mismo
los habitantes del pueblo llegan a convertirse en
crédulos, ingenuos, satíricos y desafiantes,
decepcionados por la falsa eternidad del patriarca, lacayos y
lisonjeros, acólitos fanáticos y furibundos,
siempre respaldando al Patriarca; embriagados por esa enfermedad
cerebral hereditaria llamada religión, atemorizados y,
finalmente, felices por la muerte del dictador.
Este libro registra, además, la existencia de
alternancia de tonos, aparición de canciones y versos,
retrospecciones históricas, un devenir constante, desde un
presente narrativo invariable, representado por la muerte del
dictador, hasta un pasado que se va esclareciendo en el discurrir
de la obra.
En resumidas cuentas, este libro está revestido
de elementos carnavalescos que parodian el poder y al mismo
tiempo caricaturizan a esa figura senil y legendaria denominada
Patriarca. De igual manera, estos elementos tiñen de
excentricidad, de profanación, de ritos paganos y
ridiculez al curso de la vida, mejor dicho, un mundo al
revés o patas arriba. Así mismo nos tropezamos con
elementos polifónicos, íntimamente relacionados con
intertextualidad o dialogismos.
La existencia de múltiples narradores sirve para
ahorrar diálogos y descripciones que quedan
sobreentendidas.
"Nunca en el resto de los larguísimos
años de su poder volvió a encontrar a Manuela
Sánchez de mi perdición en el laberinto de su
casa"5
Nos damos cuenta que la narración empieza en
tercera persona omnisciente, y de inmediato pasa a primera
persona.
Otra situación donde se destaca claramente el
intercambio de narradores es aquella escena que se lleva a cabo
después del atentado de Patricio Aragonés, en la
cual éste le vocifera un montón de verdades sobre
la falsa concepción que el patriarca tenia del
mundo:
"Dicho sea sin el menor respeto mi general, pero
a él no le importa la insolencia sino la ingratitud de
Patricio Aragonés a quien puse a vivir como un rey en un
palacio y te di lo que nadie le ha dado a nadie en ese mundo
hasta prestarte mis propias mujeres, aunque mejor no hablemos de
eso mí general que vale más estar capado a mazo,
que andar tumbando madres por el suelo como si fuera
cuestión de herrar novillas"6
En la cita anterior inferimos que existe un
diálogo implícito desde el punto de vista de un
narrador omnisciente, suprimiendo los guiones, como habitualmente
se acostumbra. De la misma manera aparece un narrador en primera
persona.
Surge igualmente un narrador testimonial que se
manifiesta en plural, iniciando y cerrando el relato.
"solo entonces nos atrevimos a entrar sin
embestir los carcomidos muros de piedra fortificada, como
querían los mas resueltos"7
"vimos en el fondo la antigua caballeriza de los
virreyes transformada en cochera, y vimos entre las camelias y
las mariposas la berlina de los tiempos del
ruido"8
"Ni siquiera entonces nos atrevimos a creer en su
muerte porque era la segunda vez que lo encontraban en aquella
oficina"9
Seguidamente analizaremos un modelo claro y preciso
donde se conjuga tanto lo que expresa el narrador omnisciente
como los pensamientos de los personajes, en esta caso el
Patriarca y Manuela Sánchez, en donde el primero, con
actitud señorial y avasalladora, ordena cambiar todo el
barrio tugurial donde vive Manuela y lo convierte en un lujoso
barrio parecido al imponente Beverly Hills en el Condado de Los
Angeles, California.
"Y así habían construido en muchas
noches furtivas el nuevo barrio de Manuela Sánchez para
que tu lo vieras desde tu ventana el día de tu
onomástico, ahí lo tienes, reina, para que cumplas
muchos años felices, para ver si estos alardes de poder
conseguían ablandar tu conducta cortes pero invencible de
que no se me acerque demasiado, excelencia, que ahí
está mi mama con las aldabas de mi honra, y él se
ahogaba en sus anhelos, se comía la rabia ,tomaba a sorbos
lentos de abuelo el agua de guanábana fresca de piedad que
ella le preparaba para darle de beber al
sediento"10
Retomando el punto de la carnavalización, pongo
en evidencia, que es uno de los más relevantes y
entretenidos a lo largo de la trama de la obra; donde se elimina
toda distancia entre las personas, toda jerarquía,
estatus, rango, es decir, todos viven la vida en forma
carnavalesca y extravagante. Como lo dije antes, existen rasgos
excéntricos, profanos, la falsa coronación y
subsiguiente destronamiento, rasgos que indiscutiblemente le dan
un toque especial, pintoresco y magistral a ese mundo
dionisíaco.
"y quienes se atrevieron a acercarse oyeron desastres
de pezuñas y suspiros de animal grande detrás de
las paredes fortificadas, y una tarde de enero habíamos
visto una vaca contemplando el crepúsculo desde el
balcón presidencial, imagínese, una vaca en el
balcón de la patria, que cosa más inicua, que
país de…"11
Cuando llegue a esta página y leí lo
anterior, pensé para mis adentros, caramba, que cosa mas
excéntrica, y sin descartar el hecho de haberme llamado
más la atención la muerte de los pobres loros, que
eran acusados de insurrectos, sólo porque los loros le
gritaban al Patriarca que Manuela Sánchez lo había
dejado plantado y no aceptaba sus cortejos amorosos
"las patrullas militares apertrechadas para la
guerra rompían portillos en los patios y fusilaban a los
loros por subversivos en las estacas…"12
Y de igual manera podría citar cualquier cantidad
de pasajes cargados de exageración, pero ahora
quedémonos mejor con un acontecimiento puramente profano:
Bendición Alvarado había obtenido de Dios la
facultad de contrariar las leyes de la naturaleza, vendían
hilos de la mortaja, vendían escapularios, aguas de su
costado, estampillas con su retrato de reina.13
Pero como no hay mal que dure cien años ni cuerpo
que lo resista, el Patriarca, figura salvaje y tiránica,
ve desmoronarse el castillo que un día
erigió.
"Cuando se convenció en el reguero de
hojas amarillas de su otoño que nunca había de ser
el dueño de todo su poder, que estaba condenado a no
conocer la vida sino por el revés"14
"Era apenas el temblor de unos labios taciturnos,
el adiós fugitivo de un guante de raso de la mano de nadie
de un anciano sin destino que nunca supimos quién fue, ni
cómo fue, ni si fue apenas un infundio de la
imaginación, un tirano de burlas que nunca supo donde
estaba al revés y donde estaba el
derecho"15
Finalmente, sólo me resta decir que libros como
estos, nos llenan de regocijo y enaltecen nuestro espíritu
de libertad, colocándolo en la cúspide de la
felicidad, y fortaleciendo nuestros deseos ineluctables de paz.
Nadie es eterno en el mundo, sería tal vez, la frase que
resume la enseñanza que nos deja esta historia.
Además, nos encontramos frente a la expresión
sencilla de lo bello, de lo irreal hecho tangible, de una
poesía escrita en prosa sobre el poder, el banquete, la
fiesta: qué viva la vida, qué mueran los
pesares!
"De que sirve mi fuerza, si ya esta resentida y
así pierde Sansón, y al más fuerte del mundo
que se viste de gloria, yo lo he visto
perder"16
1. El termino
consigliori significa en italiano consejero,
y era utilizado por la mafia siciliana.2. García Márquez,
Gabriel. El Otoño del
Patriraca.Pág.214.3. Vargas Vila, José
María. IBIS. Editorial Oveja
Negra:1981.Pág.194. Núñez, Aurelio.
Trabajo Discográfico El Más Fuerte. Sony Music
Entertainment.1990.5. García Márquez,
Gabriel. El Otoño del Patriarca.1era Edición.
Barcelona: Plaza y Janes,S.A.1975.Pag.866. García Márquez,
Gabriel. El Otoño del Patriarca.1era Edición.
Barcelona: Plaza y Janes,S.A.1975.Pag.287. García Márquez,
Gabriel. El Otoño del Patriarca.1era Edición.
Barcelona: Plaza y Janes,S.A.1975.Pag.5,8. Ibíd.,
Pág.6,9. Ibíd., Pag.10
10. Ibíd.,
Pag.8011. Ibíd.,
Pág.912. Ibíd.,
Pág.8113. Ibíd.,
Pág.14214. Ibíd.,
Pág.27015. Ibíd.,
Pág.27016. Núñez, Aurelio.
Trabajo Discográfico El Más Fuerte. Sony Music
Entertainment.1990.
BIBLIOGRAFIA
García Márquez, Gabriel
.El Otoño del Patriarca. Barcelona: Plaza y
Janés, 1975.1era Edición.L. Canfield, Martha. Manual de
Literatura Colombiana. Tomo II.Bogotá, 1988.Editorial
Planeta.
Autor:
Cicerón Rivero