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Paraiso recobrado de Carlos Martinez Rivas



Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Análisis literario
  3. Primera escala
  4. Segunda escala
  5. Tercera escala
  6. Análisis de la obra
  7. Conclusiones
  8. Bibliografía

Introducción

La poesía utiliza palabras poco comunes -o usa palabras de manera inusual- para transmitir significados, emociones o ideas para el lector o el oyente. Los poemas a menudo hacen uso deliberado de imágenes, asociación de palabras y las cualidades del sonido. Se hace hincapié en el uso deliberado de características tales como la repetición, la métrica, la rima, la asonancia y aliteración para lograr efectos mágicos, lo místico, lo musical o de epifanía.

El Paraíso Recobrado (1943) es un poemario del escritor Carlos Martínez Rivas (1924-1998), es el texto base del que se hace un análisis de la dialéctica, que el escritor de forma muy elaborada utiliza en la estructuración de la obra.

El proceso llevado a cabo en este trabajo investigativo, parte de una lectura exhaustiva del texto, derivando de ahí el tema La dialéctica en el Paraíso recobrado, considerando que Martínez Rivas es de los escritores a quien en pocas ocasiones se ha tomado como un referente en la literatura nacional para analizar en parte su producción literaria. Un poema complejo rara vez posee una única interpretación definitiva, el sentido está determinado muchas veces por la capacidad del lector o del oyente.

La dialéctica analizada en la obra se concibe a partir de la dualidad entre un estado perdido y el recuerdo, con la posibilidad de recuperar el paraíso a través del amor y por medio del amor.

El ser humano presenta la sana virtud de estar hablando constantemente de lo que fuimos, somos y seremos. Todo este conjunto de exposiciones sobre lo que el hombre sabe o cree sobre si mismo se conserva aun en mitologías, se convierte en un espejo de anhelos, temores y miedos que despiertan los recuerdos, aún así el ser humano mantiene el deseo de transformarse a si mismo y ser dueño de los enigmas de la vida.

Debido a su dependencia de las "excepcionales" características del lenguaje y el significado de connotación, la poesía verdadera es muy difícil de hacer, traducir o entender, porque la poesía genuina utiliza insinuaciones, el matiz, y el simbolismo, que puede ser difícil de interpretar o puede irse un poema abierto a múltiples interpretaciones.

La característica distintiva de la verdadera – transformación – del arte es su poder de producir trastornos psíquicos en una mente preparada y el transporte que cuenta con una dimensión superior. Se utiliza el término "arte transformador" para incluir la producción consciente o disposición de las palabras, sonidos, colores, formas, movimientos, u otros elementos de una manera que permite a una persona comprender y experimentar, la Verdad y la Belleza (las esencias o las formas), y esto sucede en El Paraíso Recobrado.

La relación de Martínez Rivas con Costa Rica, fue establecida desde niño y está signada por encuentros, rechazos, olvidos y recuerdos, en esa ambigüedad terrible que dio forma a la personalidad de Martínez Rivas, en su relación con Costa Rica, desde que patinaba y corría en bicicleta por el antiguo Parque Morazán, en San José.

Muchas y en variadas ocasiones el poeta hizo de Costa Rica su casa: su padre vivía en este país luego del divorcio de doña Berta Rivas, y abrió los ojos al amor, Martínez Rivas, 17 ó 18 años, enamorado de la legendaria Yadira Jiménez Argüello, a quien está dedicado El Paraíso Recobrado uno de los poemas más importantes escritos por el poeta, presencia emblemática de lo que habría de ser el texto amoroso, a partir de esa fecha, en tierras centroamericanas. El poema parte del recuerdo y la nostalgia para recuperar el dominio de la adolescencia, vista como ascenso al orden universal de las cosas, con la mente en Barrio Amón, y la realidad en Granada, donde el poeta recuerda el amor juvenil.

Análisis literario

  • A. Plano Temático

Pues la rosa sexual

al entreabrirse

conmueve todo lo que existe

con su efluvio carnal

y su enigma espiritual.

Rubén Darío,

Cantos de vida y esperanza, XIII.

  • 1. Tema.

El Paraíso Recobrado (1943) es un poema compuesto por un prólogo y tres escalas, inserto en la obra Insurrección Solitaria del escritor nicaragüense Carlos Martínez Rivas, esta última trata acerca de la actitud rebelde ante los valores establecidos, donde muestra una visión secular[1]respecto a las tradiciones espirituales.

Posterior a la enunciación del nombre del poema, CMR en la página siguiente escribe un epígrafe integral en el extremo inferior izquierdo que textualmente dice:

"Cogidos de la mano, con pasos errabundos

y lentos, emprendieron por los campos del

Paraíso, su camino solitario"

versos que son un fragmento del libro XII, del poemario Paraíso Perdido[2](1667) de John Milton.

Esta evocación es la tesis a la que Rivas pareciera dirigirle el título de su poema, donde el adjetivo "perdido" de Milton es transfigurado por el de "recobrado", dado que el primero alude a la explicación del origen del mal en el mundo y los problemas esenciales del ser humano: el conocimiento y la decisión, visión distinta a la de Carlos Martínez y que se expone enseguida.

Sin adentrarse aún a la obra al mejor estilo de un heraldo, Martinez Rivas escribe en el centro de la página siguiente una dedicatoria que textualmente dice:

"A YADIRA JIMÉNEZ

En el Puerto de Cartagena, Colombia.

Apartado No. 75."

  • 2. Asunto

El paraíso para el ser humano es el lugar que Dios le da al primer hombre sobre la tierra para que viviera en ella, lastimosamente este bien lo pierde por la entrada del mal al mundo a través del pecado y encarnado en la desobediencia de Eva.

Lo anterior es el preámbulo de la obra objeto de análisis, a la que CMR le hace un prólogo donde expone desde una percepción geográfica el recobrado paraíso, que según él está en la América del Sur, específicamente en una región de Colombia con un escenario marítimo y esplendoroso, como el que tuvieron Adán y Eva a su alcance, de ahí que se le podría llamar a este poeta un: "Explorador de todos los espacios", porque inicia su descripción citando el Sur del continente americano, luego se traslada al norte de Colombia exactamente al puerto de Cartagena, enseguida se ubica: "…en medio del paisaje marino…". Hasta aquí la primera parte de la geodescripción de CMR.

Seguidamente el poeta sin anunciarlo, hace una aparente fracción del Prólogo, advirtiendo brevedad cuando en un verso intermedio afirma: "No es largo de contar", una forma de parodia de la historia de Adán y Eva, trasladándose a contar una ingenua y genial descripción de la presencia figurada e idealizada de su Eva, (Yadira).

A diferencia de Adán, el poeta conoce a su amada una mañana, pero no en la soledad y sobriedad del paraíso religioso, sino entre la multitud propia de un aeropuerto, llena de personas y no animales obedientes como los tuvo Adán a su disposición.

El armonioso paraíso se transgrede al amor divino, amor que en el poema es extensivo a una colectividad de jóvenes que el autor no precisa, al sostener: "…la amé. Todos los jóvenes la amábamos." Sin dejar de anunciar que todo esto es sencillo.

Dicha sencillez es la misma humildad que tiene Martinez Rivas para declararse vacío, dada la partida de su amada hacia Colombia, paraíso antes descrito, partida que no es la misma de Eva al dirigirse al pecado y la entrada del mal al mundo. Yadira estimula en el escritor un cambio sensible porque antes de padecer, él prefiere tornar el amor en melodía y no en tristeza,

Y, entonces, yo,

al no hallar qué hacer con mi amor,

hice de él una canción.

como la vive la humanidad después del acontecimiento de Eva.

Finalmente, los afanes divinos de Dios de darle al hombre un lugar merecido para retribuirle alabanzas, Martínez los encuentra en el amor hacia Yadira, a través de la canción, exteriorizando con una adjetivación poética su estado de ánimo:

La encontré buena. Y me la aprendí de memoriapara mi propio recreo y deleite;y para decirla ante un grupo de amigosque con cierta frecuencia me piden que recite.

En lo particular El Paraíso Recobrado tiene como temática principal la dialéctica, lo cual se ve reflejada desde el mismo título hasta sus epígrafes. Es un poema de juventud, de amor puro e idealizado por los adolescentes, donde el encuentro entre dos seres puede llegar hasta la creación de un mundo nuevo.

La dualidad entre un estado perdido (llámese paraíso) y el recuerdo que, aunque implicado por la separación, mediante la re-creación del momento perdido, devuelve Carlos Martínez Rivas a este paraíso, identificando la pérdida nada más que a como él lo presenta, en 3 pasos.

Va a intentar recuperar, mediante la actividad poética, el recuerdo, y haciéndolo propio, o apoderándose lo más que puede de este recuerdo (esfumado, perdido, etc. como todo recuerdo, véase En busca del tiempo perdido que pasa por la remembranza de los olores de la infancia mediante la toma de una Magdalena con café[3]diría de forma enfermiza, de la posibilidad (muy poco probable) de recuperarlo o revivirlo para siempre (final de la 3 escala).

Cuando nuestros corazones maduren:Cuando sobre este aire limpio, inaugurado,colocaremos otra vez la rama,la manzana, el pájaro y la estrella…

Por eso desde la primera escala, dice que es buscándola en ella misma que la logró hallar (es decir no en las manifestaciones externas, que ya se esfumaron)

Día y noche golpeaba el pie de tu sonrisa.Pero tú no me oías. Te llamé con abejas…y nada. Con gorriones… tampoco. Con caballos…y tu pecho seguía cerrado.Hasta que un día,cuando todo era inútil y la cosa parecía perdida,se me ocurrió llamarte a ti contigo misma.Y por medio de ti llegar a ti. Y di en el clavo.Fue leve, como un zarpazo de violeta,como un puñetazo de abanico. Pero sonó la aldaba,rechinaste… y te fui abriendo toda,como una puerta, y penetré en tu nombre.

Primera escala

Antes del aire

El amor es un sentimiento puro que Dios dejó para compartirlo con los seres queridos, el amor nunca deja de ser, todo lo sufre, lo soporta y espera; eso implica dejarlo todo por alguien, el riesgo está en ganar o perder en el camino, es una entrega sin condición que determinará la felicidad y libertad que se anhela en cada ser humano. Con el epígrafe:

Abandona tu patria y tú

parentela y ven a un país

que yo te mostraré.

tomado del libro del Génesis, Martínez Rivas anuncia la preeminencia del amor en su paraíso interior.

Ese país es el paraíso interior del poeta, ofreciéndolo para crear uno nuevo en conjunto, preparándose para una nueva etapa de cambio, porque todo cambio es bueno, y dependerá de la perspectiva desde donde se hará. Este homenaje del poeta a la bella doncella inviolable (o intocable) es una figura tradicional del amor cortés, cuyo máximo ejemplo es la Divina comedia, es decir toda la humanidad ama a Dios (la amada) pero para todos ella es intocable (como Dios es invisible o distante), por ende el amor de Carlos Martínez hacia ella, en su humildad corresponde a estos dos niveles de personas evocadas: el escritor que es el enamorado, pero no es más para ella que los demás, y el objeto de amor, la persona invocada, pero distante, la belleza pura, trascendental: Yadira (la Beatriz de Dante, la Laura de Petrarca, la Amada de San Juan, el Amado de Santa Teresa o Sor Juana Inés).

Para el poeta ella es simple y estaba allí haciendo ese llamado desde el epígrafe, llamándola de varias maneras e intensidades, logrando encontrar la llave para que lo escuchara, a través de la poesía, la cual es capaz de despertar los más recónditos lares del ser, impregnándolo con un halo de misterio. Haciéndole saber que hasta la vida misma le rendirá tributo, que vendrá el amor y la alegría para abrir una resurrección del amor, ofreciendo una prueba de fe[4]como su más preciado tesoro. Le muestra que hay algo nuevo, detalles que van haciendo de las cosas sencillas algo extraordinario, seduciendo con sus atenciones a su amada, y le ofrece una profesión de poder, la gloria, identidad, música, inocencia, la vida, el tiempo como el fruto y final del amor, con esa intensidad de sueños imposibles cargados de poder, explicándole a su manera el universo y todo lo que ha hecho para ella.

Ofrece su existencia solitaria, mecanismo que reafirma su abandono a la vida y confrontándolo con su tragedia personal ante el destino, este amor lo ubica entre sus recuerdos, recordando todo, cada detalle de los días que ha idealizado dando cambios de madurez y descubrimiento en búsqueda a su otro yo, en una búsqueda de sí mismo, dejando a un lado sus impulsos infantiles dando un paso hacia la madurez y logra hacer un viaje con su amada en su paraíso interior, y dentro de ese amor se desprende una parte de su amada y acaso eso no es suficiente, el ser humano nunca se conforma con lo que tiene, busca tener más o encontrar lo desconocido para entrar en un proceso del descubrimiento del placer de amar y donde la esencia del ser transgrede en madurez, e iniciar un nuevo camino en sincronía del amor, y al estar todo en armonía, el corazón y la mente de su amada realizan una dialéctica, haciéndole saber cuándo estarán en el punto de llegada.

Llegaremos allá cuando las estrellas brillen[5].

Y juntos harán el gran cambio que tanto anhela el poeta, pero no lo harán solos, se conforma una divina etérea trinidad, Dios, su amada y él.

Segunda escala

En el aire

En unión, el poeta y su amada como dos seres en uno se ubican a la altura de las estrellas, donde se logra una metamorfosis,[6] la misma que realiza cada ser humano en su viaje por la vida hasta su culminación. Lo presenta de la manera más sencilla pero intensa:

Donde va tu cuerpo quemándose en el aire

Con rumbo hacia un seguro porvenir de lucero…

Pasando de muchacha a estrella

De estrella a remolino

De remolino a brisa

De brisa a ilustre aire.

La metamorfosis se da de una manera intensa y sublime, provee un poder inigualable para el ser humano, el alma se transforma así como el cuerpo, así lo detalla el poeta en metáforas de búsqueda y encuentro con la belleza,[7] suministra una transformación integral a la realidad, conformando una divinización humana del amor y por el amor que llega a tentar los límites de la herejía y es de una fuerza metafísica tal que difícilmente llegan a tener corporeidad, escasamente llegan a tener cuerpo, se realiza una transmutación efectuada por el amor,[8] el universo se presenta como un fluido ordenado que contiene el inventario del mundo, dándole identidad al firmamento, pero lo que en realidad significa es el cuerpo cósmico de su amada en una transformación integral a la realidad,

Por eso, a través de tu cuerpopuedo contemplar todo el cielo.Como si lo tuviera dentro de ti.Y tu esqueleto brilla como los hilos de una lámpara.Y de tu corazón, en vez de sangre,sale un río astronómico y celeste, que en ordeny de pies a cabeza te recorre.

Y el espíritu puede separarse[9]y como una historia épica el sueño es parte del cambio en un símbolo como el anillo[10]mostrando las dimensiones de identidad del ser.

Tercera escala

Después del aire

Retomando un epígrafe del Siglo de Oro español, el poeta le dice a su amada donde están, hasta qué momento ha llegado la transformación, previendo que ya no la perderá y estará allí para siempre, como la madre a un hijo que nunca abandona por ningún motivo y ese amor maternal[11]que todo lo puede, dando ya significado y valor a ese amor idealizado como símbolo del cambio en el ser, presentando un vacío virginal que el poeta reedita en el mito de la creación y el paraíso, estableciendo un nuevo retorno al principio y preparar para un nuevo inicio, adjudicando a la mujer la llave hermética de la vida como dispositivo que desencadena el proceso de la creación con todo el poder del espíritu juntos, desarrollando una relación especial y única, inefable, la mujer como centro y final del universo, fuente de pecado y salvación, abriendo las posibilidades a una nueva humanidad.

  • 3. Motivos

El motivo central del Prólogo en El Paraíso Recobrado es la Percepción melódica del amor en un geo-paraíso marítimo, porque el poeta no desestima los elementos naturales del entorno próximo al mar para hacer una sobria descripción de ellos, como escenario genuino para conjugar la armonía natural del paraíso con su interior paraíso, mismo que adquiere un sentimiento melódico sustentado en el amor.

Frente al escándalo de las olas,y bajo los suntuosos cocoteros;

En medio del paisaje marinocon el muelle, los barcos, las gaviotas…

Vive una niña.

El motivo secundario de este apartado de El Paraíso Recobrado es la Parodia cardinal del paraíso bíblico, porque en la descripción que Martínez Rivas hace de su paraíso, se apoya en adverbios y adjetivos para direccionar su descripción y la temporalidad, por ejemplo:

Allá, en la América del Sur, lejos, en Colombia.Al norte, en el Puerto de Cartagena.Frente al escándalo de las olas,y bajo los suntuosos cocoteros;

en medio del paisaje marino

No es largo de contar.

La conocí una mañana…

Un día partió para Colombia,

Otro motivo es la Fructificación adánica, ideal y armónica de un amor distante porque el poeta solo logra asir el ideal del amor de su amada, y la única manera de encontrar consuelo es a través de la inspiración melódica, después del sacro pecado de no tenerla, cambiando el mal por el deleite de la música:

Y, entonces, yo,al no hallar qué hacer con mi amor,

Hice de él una canción.

La encontré buena. Y me la aprendí de memoriapara mi propio recreo y deleite;y para decirla ante un grupo de amigosque con cierta frecuencia me piden que recite.

Dice así la canción…

4. Personajes

Dos niveles de personas evocadas: el escritor que es el enamorado, pero no es más para ella que los demás, y el objeto de amor, la persona invocada, pero distante, la belleza pura, trascendental: Yadira

5. Ambiente

Comienza el poemario describiendo el paisaje marítimo, transcurre una parte en Costa Rica y Nicaragua, en la época de la infancia y adolescencia, además del espacio propio del poeta.

6. Acción

Se realiza la acción desde el prólogo, en donde el poeta dice qué hará con su amor, continuando con la primera escala, pero en la segunda escala se presenta la mayor fuerza accionaria de todo el poemario. La metamorfosis se da de una manera intensa y sublime, provee un poder inigualable para el ser humano, el alma se transforma así como el cuerpo, así lo detalla el poeta en metáforas de búsqueda y encuentro con la belleza.

B. Plano compositivo

Si para recobrar lo recobrado

debí perder primero lo perdido,

si para conseguir lo conseguido,

tuve que soportar lo soportado.

Si para estar ahora enamorado

fue menester haber estado herido,

tengo por bien sufrido lo sufrido,

tengo por bien llorado lo llorado.

Porque después de todo

he comprobado

que no se goza bien de lo gozado

sino después de haberlo padecido.

Porque después de todo

he comprendido

que lo que el árbol tiene de florido

vive de lo que tiene sepultado[12]

  • 1. Título

El Paraíso Recobrado es un poemario escrito por el nicaragüense Carlos Martínez Rivas, en primera instancia, el elemento que más llama la atención del lector es el título mismo del poema. Este elemento liminar está constituido, desde la perspectiva sintáctica, por tres estructuras: El es un artículo determinante masculino, Paraíso es un sustantivo –individual, y Recobrado es un verbo adjetivado.

Consecuentemente, desde la perspectiva semántica, el grupo nominal El Paraíso Recobrado adquiere una carga significativa que concede abrir un panorama previo de entendimiento al texto, transmitiendo una asociación con un principio, un génesis:

Y, entonces, yo,

al no hallar qué hacer con mi amor,

hice de él una canción.

Desde las perspectivas sintáctica y semántica, el título principal del poema se inscribe, y se transforma en el elemento protagónico del texto literario, marca el inicio del poema y guía la lectura total.

La relación del título con el cuerpo del poema se observa desde el título de las escalas en la cual cada una va desarrollándose en un orden preciso en relación con los epígrafes. Es indispensable recordar la afirmación de Genette, cuando indica que se debe considerar la transtextualidad y sus componentes (intertextualidad, paratextualidad y otros) en general, no como una clase de textos, sino como aspectos de la textualidad (literariedad), ya que todo texto posee trascendencia textual (1989: 18).

En este sentido, los paratextos son esos aspectos que trascienden el texto literario, pues poseen una carga semántica que relaciona al texto con "algo más" y que sirve de límites, de anticipación y de orientación a la lectura. Los espacios preliminares a todo texto literario se han denominado, entonces, como paratextos. Son aquellos textos paralelos al texto literario, los cuales le son autónomos, más no independientes, y resultan fundamentales para la comprensión de la producción ficcional.

Gerárd Genette denomina a los paratextos de la siguiente forma: "Le paratexte est done pour nous ce par quoi un texte se fait livre et se propose comme tel à ses lecteurs, et plus genéralement au public. Plus que d"une frontière éche, il s"agit ici d"u seuil…" (1987: 7).

Este teórico francés ubica dentro de la paratextualidad elementos como: título, subtítulos, intertítulos, prefacios, epílogos, advertencias, prólogos, notas al margen, al pie de página, epígrafes, ilustraciones, fajas, sobrecubierta, etc. Son todas aquellas señales accesorias que forman parte del entorno del texto literario, y que se constituyen en uno de los sitios privilegiados para la dimensión pragmática, o sea, en la acción sobre el lector y el contrato de lectura consecuente (Genette 1989: 11- 12).

A pesar de la pluralidad de posibilidades que involucra la paratextualidad, tres de estos espacios fronterizos al texto son valiosos para la presente lectura: los epígrafes, el título principal, y las escalas.

Los epígrafes se consideran algo más que simples citaciones de un determinado autor y su obra. En realidad, son entendidos como elementos que justifican, esclarecen o adelantan comentarios sobre el texto literario mismo (Genette 1987: 145). Asimismo, sirven para obtener la eventual decodificación del texto como signo, de manera que van más allá de su relación con el cuerpo de la obra y su mayor importancia radica en la oportunidad que proporcionan para explicar el texto literario como un todo (Genette 1987: 145- 146).

En este sentido, los cuatro epígrafes que están en todo el poema han de responder a estas funciones básicas, como un refuerzo de autoridad, introduciendo de antemano una significación de validez a través de la institucionalidad literaria. Lo que cada uno de estos paratextos indica, tendrá entonces relación con el cuerpo de la obra, pero, a la vez, posee un referente extratextual para su admisión, por ende, un significado mayor con respecto al signo-texto.

El primer epígrafe pertenece a Jhon Milton tomado del libro XII, del Paraíso Perdido. En la iniciación de un nuevo camino después de estar perdido. Indica un viaje del individuo para recuperar su origen. Es un recorrido para encontrar respuesta(s) a la interrogante inicial de ¿quién soy? Las relaciones de parentesco, que marcan tanto el poema como al epígrafe, indican una búsqueda de identidad, la cual es producto de una crisiscrítica-reflexión sobre la propia existencia.

Segundo epígrafe tomado de La Biblia, Génesis, indica la expulsión del paraíso por la desobediencia, pero que existe la posibilidad de recuperarlo a través del amor.

Tercer epígrafe, es tomado de San Juan de la Cruz, para indicar el significado de aire para el poeta, por tanto es clave para entender el amor que el poeta desea realizar y tener.

Cuarto epígrafe, de la Égloga I de Garcilaso de la Vega, indica la reunión de los amantes y la intención de mantener el paraíso recobrado.

En esta primera mirada exógena que proporcionan los epígrafes, el escritor asienta las bases del contexto sobre el cual pretende referir su palabra, un momento de caos-crisis-crítica y, finalmente, reflexión ante sus propias circunstancias.

Una segunda asociación de carácter endógeno de estos paratextos, remite al Espacio subjetivo. Los tres epígrafes entroncan en el interior del sujeto, el cual asume estas circunstancias caóticas de su contexto e inicia el proceso de crisis-crítica.

La primera escala, antes del aire alude al inicio de un amor inalcanzable, una preeminencia del amor.

Día y noche golpeaba el pie de tu sonrisa.

Pero tú no me oías. Te llamé con abejas…

Y nada. Con gorriones… tampoco. Con caballos…

y tu pecho seguía cerrado.

Esta significativa estrofa, indica que existe una progresión genésico en la intención del poeta.

La segunda escala, en el aire, orienta el orden, manteniendo lo que se desarrolló previamente, remite también a la referencia bíblica de una visión trinitaria, dando paso así a una comunión entre dos seres, yendo más allá del espacio terrenal, desarrollando así una transformación en su amada y en él.

Hemos llegado a la primera estrella.

Mira la inmensa noche azul llena de temblorosos ojos.

Todo esto forma ahora nuestro nuevo camino.

Por él vamos, Yadira, y te miro

Como un gorrión saltar de estrella a estrella.

Subir de astro en astro. De cometa en cometa.

Y más allá. Más alto. Más arriba,

ya por las últimas orillas del cielo,

en donde va tu cuerpo, quemándose en el aire,

con rumbo hacia un seguro porvenir de lucero.

Tercera escala, después del aire, alude a culminación o permanencia del estado del amor, aquí se desarrolla la reunión de los dos seres evocados en el poema.

De escala en escala, todo ha ido desapareciendo.

Ahora ya no queda nadie.

Nada.

Sino el espacio

y un hombre y una mujer.

La nueva creación apoyada en nosotros.

La tierra es otra vez la tierra.

El hombre es otra vez un hombre.

La mujer es de nuevo una mujer.

  • 2. Puntos neurálgicos

a. Motivo inicial

El motivo inicial del poemario transcurre en la primera escala, antes del aire donde se desarrolla una nueva visión del amor en el paraíso interior del poeta, impregnándolo de misticismo.

b. Motivo final

Retorno al principio y preparación para un nuevo inicio, ubicando a la mujer como la clave hermética de vida, dispositivo que desencadena el proceso de la creación, abriendo así una nueva oportunidad de recuperar el paraíso.

3. Estructura interna y externa de la obra.

Orden del poemario. Está estructurado en tres escalas y un prólogo-

Primera escala Antes del aire.

Segunda escala, en el aire.

Tercera escala, después del aire.

Final del poema, es la tercera escala, después del aire, donde ambos sujetos, el poeta y su amada, ya lograda su metamorfosis se disponen a realizar la culminación e iniciación de un paraíso nuevo.

C. Plano lingüístico

""Desde que prisma mirar

el mundo, donde encontrar

la verdad sino en la letra

cosa saco caso caos asco. ""

(Beltrán Morales, "Indagación"")

1. Estructura fónica.

El Paraíso Recobrado, poema en tres escalas y un prólogo, del poeta nicaragüense Carlos Martínez Rivas, es una obra donde con gran maestría expresa el autor los más diversos registros emotivos que puede sentir una persona hacia otra. Los recursos expresivos, que utiliza cargados de emotividad trasmiten al lector la intensidad de ese amor.

El poema comienza con un prólogo donde el poeta expresa su descripción del paraíso, proyectando así su paraíso interior. En esta composición el léxico es muy rico y variado, utiliza términos sofisticados, pero de forma sencilla.

Existe una euritmia en todo el poema, ya que en cada escala hay un título y subtítulo que tienen concordancia: se desarrolla una intertextualidad interior que toma como referente asuntos del propio poeta, en este sentido la recurrencia de determinadas isotopías como el tiempo, el pasado, los recuerdos y el amor son constantes.

Primera escala

Antes del aire

Segunda escala

En el aire

Tercera escala

Después del aire.

Anáforas

Y tu esqueleto brilla como los hilos de una lámpara.

Y de tu corazón, en vez de sangre,

se irán tus otras manos,

se irán tus otros ojos,

tu otra voz,

tu otra frente,

tu otra tú,

Segunda escala, en el aire.

Estamos ya más allá de todo.

Más allá de todo lo que fue antes del aire.

De los discos en moda, de los paseos en bicicleta

y de tus vestidos con un barco bordado en la bolsa.

Más allá de los cumpleaños y de los pequeños obsequios

a los que cuidadosamente les borramos el precio.

Más allá de la cadena de oro y el anillo

dados a guardar a alguien

para mientras nos bañamos en la piscina.

Más allá de las radiantes fotografías, en grupos,

tomadas en la playa, debajo del verano.

Más allá de todo eso!

Más allá de la nube y el relámpago.

Más allá de las constelaciones. En los aires finales.

Y más allá, todavía. Más allá del mismo aire,

es decir,

en el aire de tu aire que es mi aire.

La mujer es anterior a la vida.

La mujer es anterior a Adán.

La mujer es anterior a la mujer

Cuando nuestros corazones maduren:

Cuando sobre este aire limpio, inaugurado

Tercera escala, después del aire.

Aliteraciones

Y por medio de ti llegar a ti. Y di en el clavo.

sube…y sube, y hasta que ha llegado al término

se despliega y se entrega de lleno al azul puro;

Sepárate de ti hasta caer en ti.

Un desprendido pétalo que llega de tu cielo

Un pedazo de espuma caído de tu espuma

(Anáfora y aliteración)

Segunda escala, en el aire

2. Estructura semántica

Dos campos semánticos se pueden seleccionar del poema, si bien cada uno de ellos son traslaciones metafóricas de otros tantos de significación más amplia, como es la luz y la oscuridad, trasuntos, respectivamente, de la infancia pasada y recordada, de la madurez presente. Es una progresión temática camino, estrella, cometa, lucero, infancia adolescencia, de carácter sinonímico contextual, la información se convierte en metáfora de aquel tiempo feliz del pasado, mientras que las otras sinonimias contextuales aluden al presente, nosotros, tú y yo, sueño. Estas dos columnas conceptuales se encuentran separadas por tres locuciones indéxicas, como en el siguiente esquema;

Los recuerdos

Locuciones deícticas

Vivencias presentes

recuerdo

Pero espera

nosotros

antes

Ya va siendo hora

Tu y yo

Allá lejos

Ya de lejos

camino

alrededor

Me refiero

sueño

La manifestación más evidente del tema central del poema se basa en el hiperónimo aire, escoltado por una serie de cohiponimos del tipo; viento, tierra, estrella, espuma, cielo, pelusa, remolino, brisa, además de la conformación de diferentes grupos de elementos:

Música (abejas, gorriones, golondrinas)

Anatómicos (manos, boca, oído, cuerpo, sangre, pies)

Vegetales (árbol, manzana, naranja, rosa, clavel)

No es difícil descubrir el juego de sinonimia y antónimos del poema, en sinonímicos contextuales; era, recuerdo, pienso, las cuales son traslaciones de carácter sinestésico, recordar, trasladarse al pasado, lo mismo ocurre con allá lejos, más allá, ahora ya de lejos, locuciones de tipo locativo que connota el tiempo en la intención del poeta,

Por otra parte:

Me refiero a las vueltas alrededor del parque,a los discos en moda de ese tiempo;a las interminables partidas de ping pongen el asueto de los sábados por la tarde.A tus vestidos con un barco bordado en la bolsa,y a los paseos en bicicletapor los alrededores de la capital…Cosas que no valen la pena,pero que yo las canto -y lo hago ardientemente-porque en torno de esto hay algo tuyo que se reúne

Representa la infancia, concretamente el significado; a tus vestidos con un barco bordado en la bolsa y los paseos en bicicleta.

El poema tiene una arquitectura libre y temáticamente abierta, por un lado se abre con una geodescripción del paraíso según el poeta y por otro lado hay respuesta a la actitud interrogante del autor y lector;

Qué es antes

Qué o quién entrelaza

Qué es después

Esta especial disposición permite admitir que el poema tiene un ritmo de pensamiento espaciado, tan legítimo como los amaneceres y atardeceres.

La situación vital del poeta se introduce con una serie de ideas que anuncian;

Allá, en la América del Sur, lejos, en Colombia.Donde el Magdalena corre ancho y solemne,y el Tequendama se alzacomo un río que se puso de piepara mirar de lejos el mar;

Y, entonces, yo,al no hallar qué hacer con mi amor,hice de él una canción.

Aquí es donde comienza el momento importante, el latido espiritual y alentador del poeta.

Se observa en la organización morfosintáctica de algunos versos que la lentitud o rapidez se hacen elementos relevantes, así los acontecimientos se precipitan gracias a las amplísimas elipsis con las que el poeta convoca;

Porque tú… Pero espera. No vayamos tan lejos.Creo que ya va siendo hora de que me explique.Yadira, aquí me tienes:solo, como los monogramas en los pañuelos.Y desde Granada, desde el Colegio.Sobre mi ventana que da al Lago de Nicaragua,y en esta hora, te recuerdo, y pienso:Era entonces en San José de Costa Rica…En el Barrio Amón, y en la misma esquina de tu casa,de tu casa con barandas…

Ahora ya de lejos,

Desde el punto de vista morfosintáctico, se observa como rasgo relevante, la profusión de formas verbales y más concretamente de formas verbales con movimiento: corre, alza, encontré, golpeaba, llame, tejan, he construido, bailan, juegan, prepárate. Es como si el poema se fuera componiendo mientras se lee, como si van trazándose al mismo tiempo, los versos y la trayectoria de dos seres. Los verbos se hacen estáticos cuando se refieren a la actitud evocadora del autor, que se contempla en sí mismo sumergido en el líquido amniótico de la infancia, es decir, de la felicidad descrita con vocablos que denotan sencillez, concreción y ternura;

Me refiero a las vueltas alrededor del parque,a los discos en moda de ese tiempo;a las interminables partidas de ping pongen el asueto de los sábados por la tarde.A tus vestidos con un barco bordado en la bolsa,y a los paseos en bicicletapor los alrededores de la capital.

También hace uso del presente evocador;

Porque tú… Pero espera. No vayamos tan lejos.Creo que ya va siendo hora de que me explique.Yadira, aquí me tienes:solo, como los monogramas en los pañuelos.Y desde Granada, desde el Colegio.Sobre mi ventana que da al Lago de Nicaragua,y en esta hora, te recuerdo, y pienso:

Finalmente, los elementos de indeterminación e impersonalidad sirven para aludir al tiempo como fenómeno filosófico, portador de significación al margen de la vida del hombre:

Prepárate. Igualatu reloj de pulsera con el reloj del aire

Deja que todo quede como está, en desorden.Y date prisa. Tenemos todo el día por delantepero el camino es largo.Llegaremos allá cuando las estrellas brillen.Prepárate para el salto.Y que el aire sea con nosotros.Listos.A la una…a las dos…y a las…tres!

Tan profusa como la del verbo es la utilización de los sustantivos, lo cual viene a corroborar el carácter narrativo del poema. Por otra parte, y derivado de la condición de poema-historia, es lógico que esté presente una significativa escasez de adjetivos, lo cual no deja de ser una intencionada voluntad de imprimir al poema un estilo conciso, exacto y nada retórico. Un indudable aire de sobriedad emerge de la lectura del poema, sobre todo si ésta se hace en voz alta: Y en esa intencionada medida de sensaciones, el poeta maneja con singular maestría la presencia o ausencia de artículos, alusivos a concreciones o universalidades intencionadas.

En la disposición discursiva del poema es indirecta con fuerza afectiva.

Predomina en el poema la modalidad oracional asertiva, si bien aparecen seis enunciados interrogativos, organizados de la manera siguiente:

Interrogación retórica equivalente a una duda existencial sobre el poder del tiempo

Prepárate. Igualatu reloj de pulsera con el reloj del aire.Y ahora mismo, mientras todos bailan,y en tu puerto el alcalde y el comandante jueganuna partida de ajedrez para mientras llega el barco,tú y yo nos vamos.Deja que todo quede como está, en desorden.Y date prisa. Tenemos todo el día por delantepero el camino es largo.Llegaremos allá cuando las estrellas brillen.Prepárate para el salto.Y que el aire sea con nosotros.Listos.A la una…a las dos…y a las…tres!

Interrogación retórica sobre la propia identidad del poeta

Yadira, aquí me tienes:

solo, como los monogramas en los pañuelos

Se pregunta el poeta por la ruta del amor, dónde empieza y dónde acaba el sentimiento amoroso.

Prólogo,

primera escala antes del aire,

segunda escala en el aire

y tercera escala después del aire.

Partes: 1, 2

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