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La psicología grupal y comunitaria, recopilación de la obra de Maritza Montero




Enviado por Raúl Mejías



  1. Introducción
  2. Marco
    conceptual de la psicología grupal y
    comunitaria
  3. Maritza Montero
  4. Psicología
    Comunitaria
  5. Historia de la Psicología
    Comunitaria
  6. La
    Psicología Comunitaria en Venezuela
  7. El
    Aporte de Marx y de las Corrientes de Influencia
    Marxista
  8. Objetivos, características y fundamentos
    teóricos
  9. Conclusiones
  10. Referencias

Introducción

La situación económica, social y
política que atraviesan los países, en especial los
latinoamericanos, llama a una reflexión por parte de todos
los ciudadanos y ciudadanas, teniendo una responsabilidad mayor
quienes se han formado académicamente, personas
profesionales e intelectuales, quienes cuentan con herramientas
científicas como para producir cambios económicos,
sociales y políticos. Es por ellos que en Venezuela,
cuando en el país existe un momento histórico de
acelerados cambios que afectan el ámbito educativo, los
profesionales de la educación deben incorporarse a las
comunidades, no a ejercer un liderazgo como muchos lo han
expuesto sino a ser un colaborador o colaboradora en el proceso
de cambios, destinados a conseguir el poder por parte del
ciudadano común, especialmente en las zonas más
vulnerables en momentos de crisis.

La educación en Venezuela constituye uno de los
pilares prioritarios en términos de calidad y cantidad, no
solo por el número de educadores con que cuenta sino por
su influencia en la vida del país; es por ello que la
búsqueda de alternativas que contribuyan a mejorar la
situación existente se traduce en un elemento fundamental
para el proceso educativo, y en este orden de ideas la
educación comunitaria, apoyada en la psicología
comunitaria, juega un papel fundamental, clave para la
transformación de la estructura social, de los estratos
sociales venezolanos y especialmente del ambiente hostil donde se
desenvuelven millones de venezolanos y venezolanas.

El presente trabajo es una investigación
documental, de tipo monográfico, que pretende acopiar la
información obtenida acerca de la Psicología Grupal
y Comunitaria, especialmente lo producido por la Doctora Maritza
Montero, con un análisis crítico y reflexivo, desde
un enfoque materialista, y se presenta de la siguiente manera: Un
marco conceptual, contenido de diferentes conceptos que son
importantes abordar para entrar con claridad al tema, tales como
psicología, psique, comunidad y psicología social.
Igualmente se destaca una reseña biográfica de la
Dra. Maritza Montero, ya que en sus trabajos se fundamenta la
actual investigación, y concluye con la definición
de ésta sobre Psicología Comunitaria;
continúa con la historia de esta rama de la
psicología, haciendo un aparte para la experiencia en
Venezuela y cómo ha sido la influencia materialista, por
medio de Marx, como su máximo exponente; finalmente se
presenta la teoría que se ha desarrollado, como es el
objetivo, sus características, los principios
fundamentales y dimensiones, concluyendo con el poder como
necesidad imperante.

Marco conceptual
de la psicología grupal y comunitaria

Para comenzar el análisis de una
investigación documental es conveniente realizar unas
definiciones que hacen en conjunto un marco conceptual, sin
pretender elaborar un glosario de términos, esto sirve
para que el lector se relacione familiarice con definiciones, que
tal vez le sean un poco extrañas, y les sirva de abreboca
para el compendio de subtemas a leer dentro de la presente
monografía. En este sentido también es importante
contar con una reseña histórica de un área
de la investigación que cobra más importancia,
especialmente de la Venezuela actual, como es la actividad
comunal y en este caso el uso del método de los
profesionales de la psicología sobre este fenómeno
de las ciencias sociales.

Psicología

La psicología es la ciencia que estudia la
conducta humana, es decir estudia la psique, que a su vez es la
actividad nerviosa superior del ser humano, que define su
comportamiento. Son objeto de la psicología la actividad
psíquica, las propiedades y estados psíquicos del
sujeto.

Uno de los objetivos importantes de la psicología
consiste en investigar la actividad de las personas en el
trabajo, sobre todo en el manejo de dispositivos técnicos.
Por supuesto que es una concepción capitalista para que la
investigación sirva como fundamento a un posible cambio en
la conducta y así poder hacer que el sujeto o individuo
produzca más.

En el régimen socialista, la psicología
investiga el proceso relativo a la formación del perfil
moral del nuevo hombre, en particular de la nueva
generación, busca los recursos y métodos que
contribuyan al desarrollo polifacético de la personalidad,
de sus facultades físicas e intelectuales. Al descubrir
las leyes de la actividad psíquica, el origen y desarrollo
de la misma, la psicología proporciona un valioso material
para elaborar la teoría materialista de la
dialéctica del conocimiento y de la lógica.
(Rosental – Iudin, 1999).

Psique

La psique es producto de una interacción entre el
sujeto y el objeto, específica del primero, se representa
bajo el aspecto de fenómenos del mundo subjetivo del ser
humano, accesibles a la introspección, es decir:
sensaciones, percepciones, representaciones, pensamientos,
sentimientos, etc. El concepto filosófico del psique se
relaciona con los conceptos de conciencia, pensamiento,
conocimiento, razón, idea, espíritu, etc. El psique
está vinculado al desarrollo de la vida, al hecho de
hacerse más complejas las formas de interacción
entre los seres vivos y el medio ambiente, a la aparición
de nexos señalizadores entre el organismo y el medio. En
el curso de la evolución se constituye el órgano
especial de la psique, el sistema nervioso, y más tarde su
sección superior: el cerebro. (Rosental – Iudin,
1999).

Comunidad

Para referirse a comunidad se observa de la misma
palabra la raíz común, es decir algo que es igual
para todos, pero también se entiende que no es de manera
general sino más bien local, grupal, tiene un enfoque
específico, a diferencia de sociedad. Bastidas, 2004, la
define como un sistema o grupo social de raíz local, que
se diferencia en el seno de la propia sociedad de que es parte en
base a características, particularidades e intereses
compartidos por sus miembros y sus subsistemas que incluyen,
tales como ubicación geográfica, interdependencia,
interacción psicosocial estable, identificada con sus
símbolos e instituciones. Sus miembros desarrollan
relaciones y lazos, vínculos interpersonales, con
cohesión social, sentido de pertenencia al grupo e
identificación con él.

De esta concepción se desprenden cinco (5)
componentes básicos de la comunidad:

1. Localización geográfica de base, que
les permite ubicarse y compartir recursos.

2. Estabilidad temporal, mínimo de tiempo
compartido entre las personas.

3. Instalaciones, servicios y recursos materiales
compartidos: escuelas, parques, mercados, plazas, etc. porque
además de constituir infraestructura, es la matriz que
facilita un intercambio relacional fundamental entre los
miembros; en otros términos son la base material de la
prestación de servicios.

4. Estructuras u organización social: culturales,
políticos, económicos.

5. Componente psicológico: sentido de pertenencia
individual y la validación de los lazos con la
comunidad.

Psicología
Social

La psicología social consiste en es el estudio de
los sentimientos, estados de ánimo, costumbres,
pensamientos, ilusiones, orientaciones y rasgos inherentes a las
personas humanas, gracias a sus condiciones de vida
económica y social. La psicología social puede
tener como objeto de estudio a las clases o estratos sociales,
naciones, grupos sociales, etc.

Desde el punto de vista materialista se puede decir que
son rasgos típicos de la psicología del
proletariado el sentido del colectivismo y de la solidaridad,
mientras que son típicos de la psicología burguesa,
el individualismo y la codicia. Es más, bajo el
socialismo, las particularidades psicológicas propias de
las personas humanas, producto de la transformación hacia
el nuevo hombre, son los sentimientos de colectivismo, del saber
social, de creatividad, etc. Bajo esta concepción, la
psicología social consiste en el análisis de la
naturaleza económica – social de los factores y de
las leyes a que obedece la formación de los sentimientos
sociales, de los estados de ánimo, de los estímulos
de la actividad y de otros procesos psíquicos. (Rosental
– Iudin, 1999).

Maritza
Montero

Para abordar la concepción de Psicología
Comunitaria es conveniente realizar una reseña de la
biografía de la Doctora Maritza Montero, quien en
Venezuela y América Latina es su máxima exponente,
ella es Licenciada en psicología, egresada de la
Universidad Central de Venezuela, con Magíster en
Psicología cursado en la Universidad Simón
Bolívar y Doctora en Sociología por la Escuela de
Altos Estudios en Ciencias Sociales de la Universidad de Paris.
Actualmente es profesora titular y directora del Postgrado de la
Universidad Central de Venezuela, así como docente de
postgrado en varias universidades de América, Europa y
Australia. Es una de las figuras pioneras de la Psicología
Social Latinoamericana, ha escrito múltiples
artículos en revistas científicas, libros,
capítulos de libros y dictado gran cantidad de
conferencias en congresos de la especialidad. Sus producciones
consisten en originales desarrollos en Psicología Social
Comunitaria, Psicología Política y Crítica y
Psicología de la Liberación, los que se
caracterizan además por la riqueza de sus investigaciones
y análisis. Cabe destacar que ha recibido el premio de la
Sociedad Interamericana de Psicología en 1995 y el Premio
Nacional de Ciencias en el área de las Ciencias Sociales,
en Venezuela en el año 2000. Además de ser una de
las más importantes investigadoras en el área se
trata de una profesional comprometida con la
transformación y liberación de las sociedades
latinoamericanas. (Universidad de Buenos aires, 2012).

Psicología
Comunitaria

La Doctora Maritza Montero explica que la
Psicología Comunitaria es producto de un desarrollo
disciplinar que se ha ido conformando como una rama de la
psicología, una disciplina científica que ha
configurado un objetivo, desarrollando instrumento y principios
generales, interpretaciones y explicaciones, hasta constituir un
conjunto sistémico de premisas y conocimientos, ya sea
desde una práctica o desde un proceso de
constitución de teoría. Y la define como "la rama
de la psicología cuyo objeto es el estudio de los factores
psicosociales que permiten desarrollar, fomentar y mantener el
control y poder que los individuos pueden ejercer sobre su
ambiente individual y social para solucionar problemas que los
aquejan y lograr cambios en esos ambientes y en la estructura
social." (Montero M., 2004, P. 32)

Al analizar esta definición realizada por la
autora en 1982 por primera vez, se evidencia que la incluye
dentro de la psicología, por lo tanto debe usar el
método de esa ciencia, no se trata de una nueva ciencia;
su objeto es el estudio de factores de la psique de los
individuos que integran a grupos de la sociedad,
específicamente esos factores que pueden darle el poder a
los individuos sobre el medio ambiente individual y social, un
poder que debe ser desarrollado, fomentado, permanente, para
así solucionar problemas comunes, además de cambiar
la realidad en los ambientes y en la estructura
social.

El papel de psicólogas y psicólogos
comunitarios se convierte en el de facilitadores, cuyo grado de
compromiso con la comunidad contribuyen a que ésta se
organice, discipline y participe activamente en la
solución de sus problemas a través de la toma de
conciencia de su posición dentro de la sociedad y del
cuestionamiento a la misma, apoyada por la metodología de
la Investigación, Acción,
Participación.

Historia de la
Psicología Comunitaria

La Doctora Maritza Montero (2004), en su obra
Introducción a la "Psicología Comunitaria.
Desarrollo, conceptos y procesos", realizó una amplio
desarrollo histórico de esta rama de la psicología,
es por ello que, dentro del modelo monográfico, a
continuación se realiza un resumen de lo contenido en
dicha obra al respecto, tema que es de suma importancia para la
comprensión general del tema ya que la
reconstrucción histórica conlleva una esencia
económica, social y política que configura a las
sociedades, y así es muy didáctica la
explicación del surgimiento de necesidades que son la
esencia de la psicología comunitaria.

No suele haber fechas exactas del surgimiento de formas
de producción de conocimientos. Sin embargo, el nacimiento
de la psicología comunitaria en los Estados Unidos cuenta
con el equivalente de una "partida de nacimiento". En efecto, es
bien conocido que en mayo de 1965, en un congreso (Conference on
the Education of Psychologists for Community Mental Health)
convocado por psicólogos sociales, clínicos y
escolares en Swampscott, Massachusetts, se dio inicio a esta rama
de la psicología.

En ese congreso se decidió generar un nuevo tipo
de formación para los psicólogos que les permitiese
ejercer su práctica, así como desempeñar un
nuevo rol en la comunidad.

Detrás de esta propuesta se encontraban el
Movimiento de Salud Mental Comunitaria, la tendencia
desinstitucionalizadora en el tratamiento de las enfermedades
mentales, el movimiento sociopolítico de "Guerra a la
Pobreza", programas de desarrollo y planificación urbanos
la crítica y la revisión de los programas de
beneficencia social y, un poco más atrás, la
defensa de los derechos civiles y el
antisegregacionismo.

Durante los años sesenta y setenta del siglo XX
se produce una serie de movimientos sociales que difunden ideas
políticas y económicas, entre ellas, la
teoría de la dependencia, que van a influir sobre los
modos de hacer y de pensar en las ciencias sociales. En la
psicología esas ideas producen un vuelco hacia una
concepción de la disciplina centrada en los grupos
sociales, en la sociedad y en los individuos que la integran,
entendiendo al sujeto humano como un ser activo, dinámico,
constructor de su realidad, así como en sus necesidades y
expectativas, se busca hacer una psicología cuyas
respuestas se originen dentro de la disciplina.

Esta tendencia responde a un movimiento de las ciencias
sociales y humanas que, en América latina, a fines de los
años cincuenta, había comenzado a producir una
sociología comprometida, militante, dirigida
fundamentalmente a los oprimidos, en sociedades donde la
desigualdad, en lugar de desaparecer en virtud del desarrollo, se
hacía cada vez más extrema. A su vez, en el campo
de la psicología, el énfasis en lo individual, la
visión del sujeto pasivo, receptor de acciones o productor
de respuestas dirigidas, predeterminadas, no generador de
acción, difícilmente permitían hacer un
aporte efectivo a la solución de problemas urgentes de las
sociedades en las cuales se la utilizaba. El reto era enfrentar
los problemas sociales de una realidad muy concreta: el
subdesarrollo de América latina y sus consecuencias sobre
la conducta de individuos y grupos, la dependencia de los
países que integran la región y sus consecuencias
psicosociales tanto sobre las atribuciones de causalidad como
sobre sus efectos en la acción.

En América Latina la psicología
comunitaria nace a partir de la disconformidad con una
psicología social que se situaba, predominantemente, bajo
el signo del individualismo y que practicaba con riguroso cuidado
la fragmentación, pero que no daba respuesta a los
problemas sociales. Puede decirse, entonces, que es una
psicología que surge a partir del vacío provocado
por el carácter eminentemente subjetivista de la
psicología social psicológica y por la perspectiva
eminentemente macrosocial de otras disciplinas sociales volcadas
hacia la comunidad. Es también una psicología que
mira críticamente, desde sus inicios, las experiencias y
prácticas psicológicas y el mundo en que surge y
con cuyas circunstancias debe lidiar.

Al mirar hacia el mundo, hacia el entorno, se agudizaba
igualmente su carácter insatisfactorio, porque fueron
justamente las condiciones de vida de grandes grupos de la
población, su sufrimiento, sus problemas y la necesidad
urgente de intervenir en ellos para producir soluciones y cambios
los que generaron un tipo de presión que, surgida desde el
ambiente, desde lo que suele llamarse la realidad,
pasó a ser internalizada y reconstruida por los
psicólogos que hallaban que la acción derivada de
las formas tradicionales de aplicación de la
psicología era no sólo insuficiente, sino
también tardía y muchas veces inocua, al limitarse
al mero diagnóstico y al producir intervenciones fuera de
foco.

La separación entre ciencia y vida advertida por
las ciencias sociales llevó a rescatar líneas de
pensamiento que nunca estuvieron silenciosas, pero cuyos aportes
fueron muchas veces hechos a un lado al calificárselos de
"no científicos" o al no ajustarse a la tendencia
dominante.

Así, en los años setenta, por fuerza de
las condiciones sociales presentes en muchos de los países
latinoamericanos y de la poca capacidad que mostraba la
psicología para responder a los urgentes problemas que los
aquejaban, comienza a desarrollarse una nueva práctica,
que va a exigir una redefinición tanto de los
profesionales de la psicología, como de su objeto de
estudio e intervención. Tal situación mostraba una
crisis de legitimidad y de significación para la
disciplina, particularmente sentida en el campo
psicosocial.

La
Psicología Comunitaria en Venezuela

En los años setenta, ante el creciente
fenómeno de la marginalidad, producto de la
migración rural-urbana interna y de la inmigración
desde países vecinos, se inicia en Venezuela una serie de
intervenciones en comunidades de pocos recursos, a partir de la
iniciativa de instituciones gubernamentales (Fundacomún y
Fundasocial) y no gubernamentales. A mediados de los años
setenta se crean los Módulos de Servicios Múltiples
del Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, consistentes en
pequeños centros asistenciales instalados en barrios
marginales o de bajos recursos. Sus objetivos eran promover y
asistir técnica y financieramente organizaciones
económicas que permitan a la población de estos
barrios pobres su incorporación en el proceso de
desarrollo económico y promover organizaciones de base en
esos barrios. Estas últimas tenían el objetivo de
crear una conciencia social que fomentase el mejoramiento del
nivel de vida de los habitantes. Se buscaba así incorporar
a los sectores más desfavorecidos socialmente a la
política de desarrollo estatal, adoptando recomendaciones
provenientes de organismos internacionales.

La concepción del desarrollo comunitario que
fundamentó esa política buscaba que las comunidades
de pocos recursos, carentes de servicios, se organizasen y
asumiesen la tarea de gestionar el cambio, en el sentido de
mejorar su ambiente y responsabilizarse por su mantenimiento. A
su vez, el VI Plan de la Nación proponía
formalmente la organización social del pueblo mediante la
participación de todos sus miembros en todos los niveles,
pero podría decirse que, de hecho, entre las disposiciones
generales (planes de la Nación, decretos del Poder
Ejecutivo) y su ejecución, ocurrió una
separación de objetivos y medios. Y si bien en muchos
documentos de organismos estatales puede leerse palabras tales
como formación de conciencia, organización,
desarrollo y autonomía
, lo que se logró
mayormente fueron formas mediatizadas de participación en
planes en los cuales, muchas veces, a la agenda explícita
se superpone otra oculta de carácter controlador, mucho
más perentoria y poderosa.

Las necesidades eran determinadas por especialistas y
funcionarios públicos, y si bien a veces los programas se
iniciaban por petición popular, en función de
exigencias planteadas por algún grupo, luego se
modificaban, se aceleraban o se suspendían según
las políticas fijadas oficialmente. Estos programas
revelaron en la práctica un cariz eminentemente
político-partidario: los programas de
rea-condicionamiento de barrios satisfacían
algunas necesidades determinadas externamente, a la vez que
tenían un efecto calmante de la inquietud y la
motivación hacia cambios más profundos. Las juntas
comunales o de vecinos pasaban a estar integradas por
simpatizantes o por miembros de los partidos políticos que
ejercían el poder, y se constituían en instrumentos
de control social y muchas veces en verdaderos filtros de las
necesidades sentidas, a la vez que en detentadoras inmediatas del
poder de dar y negar. Esta situación generó un
sistema que incorporaba a los beneficiarios manteniéndolos
a la espera, a la vez que conservaba el estado de necesidad.
Otorgaba y mejoraba, pero a cambio de ciertas acciones o de la
ausencia de otras. Y, de hecho, mediatizaba el desarrollo
comunitario y la organización popular, mientras fomentaba
una participación dirigida y controlada que
escindía las gestiones comunitarias oficiales y las
acciones comunitarias privadas o independientes.

Esta separación ocurría porque los
sectores populares, cuyas necesidades eran parcialmente
satisfechas a veces, comprendían al mismo tiempo que para
obtener ciertos logros, para producir la pronta
transformación de su modo de vida, debían
organizarse y asumir el control. Surgieron así,
paralelamente, asociaciones de vecinos, comunidades de base y
otras formas de organización popular que, tanto en barrios
marginales como de clase media o en zonas obreras, colocaron el
núcleo de la acción comunitaria bajo su propio
control.

Entonces, se produjo simultáneamente otro tipo de
movimiento social: al lado de las juntas controladas por partidos
políticos surgieron asociaciones y agrupaciones motivadas
por necesidades vividas y sentidas colectivamente y por el deseo
de producir una transformación, no sólo del
ambiente, sino también de los individuos y de la
relación entre ambos. Se constituyeron así
organizaciones privadas, algunas de base religiosa, orientadas
por la necesidad de transformar su hábitat y su modo de
vida, y de ejercer influencia en la producción de esa
vida. Ese movimiento social independiente ha sido tan importante
que para mediados de los años ochenta se hablaba de la
ocupación por esas organizaciones, del espacio
político hasta entonces controlado por los partidos. Ante
esto, no tardaron en producirse reacciones tales como la
creación de asociaciones oficiales paralelas,
campañas de desprestigio y aun de hostigamiento por parte
de los partidos desplazados.

Lo interesante es que se abrió una perspectiva de
acción colectiva y, a pesar del clientelismo
político, muchas personas y grupos tuvieron la oportunidad
de experimentar los alcances del trabajo comunitario. Como
consecuencia, una política estatal y una
orientación académica que se desarrollaba
paralelamente coincidieron en fomentar una forma diferente de
encarar los problemas sociales; en este sentido se puede decir
que había comenzado a formarse una cultura
comunitaria.

Los gobiernos venezolanos han observado una
tradición paternalista-clientelista ininterrumpida hasta
ahora. Pero es necesario señalar que incluso en momentos
en los cuales toda ayuda oficial pasa por la exigencia de
doblegar la cerviz ante las exigencias de funcionarios
gubernamentales, de la nomenclatura partidaria, de los
desmanes del autoritarismo y del temor a sus represalias, las
organizaciones comunitarias nacidas de la capacidad
autogestionaria y del deseo de transformación de sus
condiciones de vida que pueden tener las personas,
continúan fuertes y decididas, si bien el techo
económico y el techo político, al hacerse
más bajos, pueden generar obstáculos de gran
magnitud, así como factores de desorganización y
desesperanza, de desmovilización y apatía, que es
necesario enfrentar y vencer mediante recursos
democráticos participativos.

El Aporte de Marx
y de las Corrientes de Influencia Marxista

Las ideas de Marx, de forma explícita o
implícita, son la base de gran parte de la
psicología comunitaria latinoamericana, especialmente las
ideas de los manuscritos económico-filosóficos de
1844 y 1848. La relación con esta teoría
permitió comprender los problemas comunitarios en el plano
de la totalidad económica, social, política en la
cual se producen, superando la tendencia psicologista al hacer
del sujeto el universo de estudio, descontextualizándolo.
No se trató de una adopción religiosa o de acuerdo
con lineamientos partidarios de las ideas de Marx y de Engels.
Fue, y continúa siendo, una lectura crítica que ha
permitido ir a las fuentes de ciertas ideas, tales como la
relación amo-esclavo, planteada por Hegel, animada por el
deseo de comprender las relaciones de exclusión, de
sumisión, de opresión y de obediencia, pero
también de resistencia.

A estas influencias tempranas se unió la de
sociólogos latinoamericanos igualmente influidos por las
ideas marxistas, entre las cuales se encuentra la teoría
de la dependencia y el movimiento de la llamada sociología
militante o ciencia social crítica, en la cual los
trabajos de Fals Borda y Molano sentaron las bases para una
praxis renovadora de las ciencias sociales, del rol de los
investigadores e interventores sociales y para el desarrollo de
métodos, entre los cuales está la
transformación participativa de la
investigación-acción.

Asimismo, dentro del amplio campo de la influencia
marxistas, está la educación popular postulada por
Paulo Freiré, si bien esta poderosa y original corriente,
quizás la praxis más creativa y transformadora
generada en el campo socioeducativo en el siglo XX, aportó
nuevas formas de intervención social, mediadas y
efectuadas por y con la comunidad, es decir, realizadas con un
sujeto activo, en relación, actor de su propia
transformación, en control de sus circunstancias de vida y
del rumbo de su acción. Esta corriente constituyó
una importante contribución al crear los conceptos, y
muchas técnicas unidas a ellos, de
problematización, desideologización,
concientización y liberación.

Objetivos,
características y fundamentos
teóricos

Objetivos de la Psicología
Comunitaria

"El objetivo de la Psicología Comunitaria es:
lograr la autogestión para que los individuos produzcan y
controlen los cambios en su ambiente inmediato. Así el
psicólogo es un agente de cambio que promueve la toma de
conciencia, la identificación de problemas y necesidades,
la elección de vías de acción, la toma de
decisiones y al cambio de la relación individuo-ambiente
para transformar este último. Con ello se logra la
transformación de expectativas y el logro de las formas de
control." (Montero M., en Montero V., s/f, documento en
línea)

Estos objetivos se pueden agrupar en cuatro aspectos muy
importantes:

  • a) Toma de conciencia, de los
    problemas, de su situación, su identidad y de sus
    recursos y de su utilización colectiva para resolver
    problemas comunes.

  • b) Desarrollar elementos de tipo
    motivacional
    , de tal manera que las personas sean
    capaces de organizarse en torno a lo que perciban como meta
    de cambio.

  • c) Autogestión, utilizar los
    recursos de la propia comunidad de forma
    independiente.

  • d) Socialización en el sentido de
    trabajo organizado.

Características de la
Psicología Comunitaria

Para Montero Maritza (2004), las principales
características de la Psicología Comunitaria son
las siguientes:

• Se ocupa de fenómenos psicosociales
producidos en relación con procesos de carácter
comunitario, tomando en cuenta el contexto cultural y social en
el cual surgen.

• Concibe a la comunidad como ente dinámico
compuesto por agentes activos, actores sociales relacionados
constructores de la realidad en que viven.

• Hace énfasis en las fortalezas y
capacidades, no en las carencias y debilidades.

• Toma en cuenta la relatividad
cultural.

• Incluye la diversidad.

• Asume las relaciones entre las personas y el
medio ambiente en que viven.

• Tiene una orientación hacia el cambio
social dirigido al desarrollo comunitario, a partir de una doble
motivación: comunitaria y científica.

• Incluye una orientación hacia el cambio
personal en la interrelación entre individuos y
comunidad.

• Busca que la comunidad tenga el poder y el
control sobre los procesos que la afectan. .

• Tiene una condición política en
tanto supone formación de ciudadanía y
fortalecimiento de la sociedad civil.

• La acción comunitaria fomenta la
participación y se da mediante ella.

• Es ciencia aplicada. Produce intervenciones
sociales.

• Tiene un carácter predominantemente
preventivo.

• A la vez, y por su carácter
científico, produce reflexión, crítica y
teoría.

Principios Fundamentales de la
Psicología Comunitaria

1. Autogestión de los sujetos que constituyen su
área de estudio, es decir a que toda transformación
repercute sobre todos los individuos involucrados en la
relación comunitaria.

2. El centro de poder o empoderamiento recae sobre la
comunidad, contraponiéndose a cualquier forma de
paternalismo, autoritarismo o intervencionismo.

3. La unión entre la teoría y la
práctica son fundamentales para lograr una acción
integradora y comprensión verdadera de la
situación.

Una comunidad es un grupo en constante evolución
y cambio dinámico, que es anterior al
observador.

Por desarrollo comunal se entiende el producto de la
acción comunal, organizada para resolver sus problemas,
utilizando todos los recursos.

En la psicología comunitaria, los investigadores
y sujetos están del mismo lado en la relación de
estudio, pues ambos forman parte de la misma situación y
evolucionan en conjunto en la intervención.

Dimensiones de la Psicología
Comunitaria

Maritza Montero detalla cuáles serían las
dimensiones de la Psicología Comunitaria:

1) Dimensión epistemológica.
Conexión compleja en la cual los sujetos cognoscentes
objetos de conocimiento producen conocimiento, mediante
relaciones que establecen.

2) Dimensión ética. Se refiere a la
definición del Otro y a su inclusión en la
relación de su producción de conocimiento; al
respeto a ese Otro y a su participación en la
autoría y propiedad del conocimiento producido.

3) Dimensión metodológica. Abarca los
modos empleados para producir el conocimiento, que en la
psicología comunitaria tienden a ser predominantemente
participativos, si bien no se excluyen otras
vías.

4) Dimensión ontológica. Concierne a la
naturaleza y la definición del sujeto cognoscente, que en
la psicología comunitaria implica tanto a los agentes
externos, investigadores, psicólogos, como también
a los miembros de las comunidades, cuyo carácter productor
de conocimientos es reconocido.

5) Dimensión política. Atañe al
carácter y finalidad del conocimiento producido,
así como a su ámbito de aplicación y efectos
sociales, esto es, al carácter político de la
acción comunitaria y la posibilidad que toda persona tiene
de expresarse y hacer oír su voz en el espacio
público.

Poder y Ejercicio de la
Psicología Comunitaria

Un aspecto relacionado con estas características
del quehacer de los psicólogos comunitarios concierne a la
noción de poder, usualmente relacionado con el control del
saber. Al admitirse la acción conjunta y la existencia de
diversos saberes convergiendo en una misma situación, en
un mismo problema y provenientes de diversos actores sociales el
equilibrio del poder y del control sobre las acciones no
residirá en un solo grupo, usualmente los agentes externos
definidos como técnicos o expertos, sino que se
repartirá entre los diversos agentes. En comunidades
marcadas por las carencias socioeconómicas, los agentes
externos con la etiqueta profesional suelen ser vistos como
pertenecientes a un estatus socioeconómico superior, pero
la labor comunitaria comienza por establecer relaciones de
respeto entre todas las personas involucradas en la
relación, y al plantearse el bienestar y el
fortalecimiento de las personas para que pueden ejercer su
condición de ciudadanas y se reconozcan como tales,
ejerciendo sus deberes y derechos, debe crearse una
relación en la cual las diversas voces tengan la misma
oportunidad de hacerse oír, de intervenir, de ser
oídas y de recibir respuesta.

Esto no significa igualdades planas en las cuales
desaparecen las diferencias individuales, las capacidades
diferenciales, los compromisos desiguales, las participaciones
más o menos activas y más o menos eficaces,
así como los errores tanto personales como colectivos. Se
trata de igualdad de oportunidades para todas las personas que
intervienen en el trabajo comunitario. Se trata de que el trabajo
comunitario, como su nombre lo indica, sea de un grupo de
tamaño indefinido en el cual todos sus miembros puedan
decir lo que piensan, aprobar, desaprobar o disentir y sobre todo
actuar, discutir y reflexionar sobre lo hecho. Las comunidades no
son utopías urbanas o rurales, ni están exentas de
conflictos y descalabros. Por eso, al trabajar con ellas se
está trabajando con seres humanos específicos, cada
uno con su idiosincrasia y cada comunidad con su situación
específica, sus características únicas y sus
elementos semejantes a otros grupos, razón por la cual si
bien la psicología comunitaria presenta principios y
orientaciones generales, al mismo tiempo advierte a quienes la
ejercen y analizan que es necesario que esos principios y
orientaciones sean aplicados en función de las condiciones
de cada comunidad en particular.

Conclusiones

Como primera conclusión se puede aseverar que el
docente, debe intervenir en las comunidades usando las
herramientas de la psicología comunitaria, mediante el
método científico, a través del proceso de
Investigación, Acción, Participación,
convirtiéndose en facilitadores, con un compromiso amplio
ante las comunidades y la sociedad en general, para que las
personas se organicen, disciplinen, tomen conciencia y así
participen en la solución de sus problemas, siempre
cuestionando todo, con una perspectiva
dialéctica.

El trabajo extenso que ha realizado la doctora Maritza
Montero es de una amplia importancia, el cual debe ser expuesto
al conocimiento de todos los ciudadanos y ciudadanas, desde las
aulas hasta las comunidades, ya que de él se desprende un
cúmulo de ideas y conocimientos que pueden impulsar el
quehacer dentro de las comunidades, haciendo de éstas un
ambiente mejor para la vida, transformando
sistemáticamente a la sociedad.

Finalmente, se puede decir que teniendo conocimiento
previo del trabajo de Paulo Freire, quien pretendía la
transformación social por medio de la pedagogía del
oprimido, como pedagogía humanista y liberadora,
establecido como doctrina en la Universidad Nacional Experimental
de la Seguridad, y ahora de esta autora tan prominente, se puede
decir que en América Latina se ha concebido una
alternativa de revolución que de ponerse en
práctica se lograrían cambios sustanciales que
harían temblar la estructura social, económica y
política actualmente predominante en el modo de
producción capitalista y sólo así
cambiaría esa cruda realidad expuesta por Galeano en Las
Venas Abiertas de América Latina.

Referencias

Bastidas, G. (2004). Psicología
Comunitaria
. [Monografía en línea].
Categoría: Psicología. Disponible: www.monografias.com. [Consulta:
2012, noviembre07].

Fondo Editorial de la Universidad Pedagógica
Experimental Libertador. (2004). Manual para la
Elaboración de Trabajos de Grado de Especialización
y Maestría y Tesis Doctorales.
Caracas:
FEDUPEL

Montero, M. (2004). Introducción a la
Psicología Comunitaria. Desarrollo, Conceptos y
Procesos.
Buenos Aires: Editorial Paidós. Primera
Edición.

Montero Víctor. (s/f). Nuevos Enfoques y
Prácticas de Psicología Comunitaria para el
Desarrollo.
[Libro en línea]. Disponible:
www.ucv.ve/uploads/media/Montero-Psicologia_comunitaria.pdf
[Consulta: 2012, noviembre 07].

Universidad de Buenos Aires. (s/f). Reseña
Biográfica de Maritza Montero.
[Libro en
línea]. Disponible: http://23118.
psi.uba.ar/academica/carrerasdegrado/psicología.

 

 

Autor:

Prof. Raúl
Mejías

FACILITADORA:

M.Sc. ANA SOTTOLANO

Monografias.com

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE
VENEZUELA

UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA
EXPERIMENTAL LIBERTADOR

INSTITUTO PEDAGÓGICO DE
MIRANDA

"JOSÉ MANUEL SISO
MARTÍNEZ"

SUBDIRECCIÓN DE
INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO

CURSO DE PSICOLOGÍA GRUPAL Y
COMUNITARIA

Monografias.com

La Urbina, noviembre de 2012

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