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Requerimientos nutricionales y la fertilización del cultivo del café (página 2)




Enviado por María R. Suárez



Partes: 1, 2

Respuesta del
Cultivo del
Café a los Fertilizantes y Niveles
Críticos en el Suelo

Los trabajos realizados para Puerto Rico según
referencias 13 y 19 a 23, nos indican que el café responde
positivamente a la fertilización, especialmente al
nitrógeno y potasio. Según el trabajo realizado y
presentado por Carvajal, 1984 (referencia 2), la respuesta del
café al NPK varía de país a país,
pero el elemento de común denominador en la mayoría
de los casos es el nitrógeno. Tomando un resumen
presentado por el autor, a continuación se presentan las
respuestas del cafeto a la fertilización con NPK en varios
países:

País

N

P

K

Angola

+

X

X

Brasil

+

X

+

Brasil

+

X

+

Colombia

+

X

+

Costa Rica

+

X

+

Costa Rica

+

+

El Salvador

+

0

Filipinas

+

0

Filipinas

+

0

India

+

X

0

Kenya

+

X

X

Puerto Rico

+

X

+

Puerto Rico

+

X

+

Puerto Rico

+

X

X

+ = respuesta positiva, X = no hubo
respuesta, – = respuesta negativa, 0 = sin
información

A continuación se presenta una discusión
sobre la respuesta del café a los diferentes nutrientes y
sus respectivos niveles críticos, presentada por varios
autores (referencias 2, 4, 6, 16,19, 20, 26 27 y 29).

  • 1. Nitrógeno:
    según los trabajos revisados, la respuesta del cultivo
    del café a adiciones de nitrógeno es siempre
    positiva, y tanto los países africanos, como
    americanos y región del caribe reportan excelentes
    resultados a la aplicación de este elemento,
    especialmente cuando se hace 3 a 4 veces al año. Los
    rangos de aplicación anual reportados para los varios
    países varían entre 130 y 450 kg/ha y los
    rendimientos respectivos varían entre 1880 kg/ha a
    3600 kg/ha de café limpio de mercadeo. El nivel
    crítico de aplicación para este elemento
    está alrededor de 220 a 260 kg/ha/año,
    dependiendo de la productividad deseada.

  • 2. Fósforo: los reportes
    de la respuesta del cafeto al fósforo no han sido
    consistentes. Por ejemplo en Hawai se obtuvo incrementos en
    la cosecha del 20.4, 30.1 y 30.9% a adiciones incrementales
    de fosfato. En Puerto Rico no se ha observado respuesta al
    fosfato, y la investigación en Kenya ha demostrado
    (mediante numerosos ensayos) que no hay respuesta a pesar de
    que el fósforo extraíble aumenta
    significativamente con la adición del fosfato. En
    Costa Rica, inclusive se observó respuesta lineal
    negativa a niveles incrementales de fosfatos. A pesar de
    esto, la aparente no respuesta (o respuesta negativa) al
    fósforo debe interpretarse con cautela, ya que se han
    observado respuestas positivas al fósforo, sobretodo
    en la etapa juvenil del cafeto (desde vivero hasta 2 a 3
    años de edad después del transplante). Por tal
    razón, sus niveles críticos pueden variar entre
    150 y 200 kg/ha en los primeros tres años y
    posteriormente se pueden disminuir las dosis alrededor de 60
    a 80 kg/ha de P2O5.

  • 3. Potasio: con respecto a la
    respuesta al potasio, se han obtenido algunas
    inconsistencias, pero no tan marcadas como en el
    fósforo. En países como Colombia, Brasil,
    Puerto Rico (algunas localidades), Costa de Marfil, Ruanda y
    Kenya (algunas localidades), se han obtenido respuestas
    positivas a la aplicación incremental de potasio. La
    no respuesta en algunos sitios se debe probablemente a suelos
    con altos contenidos de este elemento o con un bajo
    porcentaje de saturación de bases. Adicionalmente se
    ha observado que en regiones donde la respuesta es positiva
    (en suelos volcánicos de Colombia), el análisis
    foliar indica que un aumento de potasio resulta en una
    disminución del contenido de magnesio. Para estos
    suelos se recomienda que el contenido de potasio en las
    fórmulas debe ser igual o mayor que el
    nitrógeno para evitar desequilibrios en la
    nutrición. Los niveles críticos para este
    elemento están alrededor de 300 a 350 kg/ha para
    rendimientos entre 2,500 y 3,000 kg/ha de café limpio
    de mercadeo.

  • 4. Magnesio: la importancia del
    suministro de magnesio a los cafetales radica en la
    interacción de este elemento con otros en la
    solución del suelo. Por ejemplo se puede ocasionar un
    desequilibrio en la relación Mg/K por la acción
    periódica del segundo. Este cociente debe mantenerse
    entre 2 y 5. Para la relación aceptable de Ca/Mg debe
    caer entre 2 y 4. De todas maneras está comprobado que
    los fertilizantes para el café que incluyen de 3 a 6 %
    de MgO producen resultados satisfactorios para evitar
    deficiencias por este elemento. Adicionalmente, de acuerdo
    con el trabajo reportado para Puerto Rico, cuando el rango de
    este elemento en el suelo cae por debajo de 0.4 meq/100g de
    suelo, se debe añadir alrededor de 230
    kg/ha/año de este elemento para evitar deficiencias e
    interacciones detrimentes con otros cationes.

  • 5. Calcio: la adición de
    calcio para modificar la reacción del suelo y obtener
    incremento en la producción no han sido exitosas, tal
    como lo reportan los estudios en Costa Rica, Puerto Rico,
    Colombia y El Salvador. Los mayores beneficios de una posible
    adición de calcio, especialmente en suelos de poca
    fertilidad y baja acidez, son los siguientes: corrige los
    síntomas severos de toxicidad por manganeso, equilibra
    la relación Ca:Mg:K, mejora la respuesta al
    fósforo y en presencia de nitrógeno, produce un
    efecto sinérgico positivo con la interacción N
    X Ca.

  • 6. Azufre: la respuesta al
    azufre ha sido en todos los casos positiva (El Salvador y
    Brasil) para evitar los síntomas de deficiencia por
    este elemento. Su uso más común viene a
    través de aplicaciones de yeso, aunque existen otras
    fuentes de azufre. En Brasil, se observó que de 60 a
    120 kg/ha de S (como yeso), logró incremento en la
    productividad de café limpio de 2,000 a 2,500 kg/ha,
    así como un incremento en el contenido de S en las
    hojas de 300 a 400 ppm.

  • 7. Boro, Zinc y Manganeso: el
    cafeto es muy susceptible a deficiencias por estos elementos,
    por lo cual la investigación ha cobrado mucho
    interés. Por tal razón en países como
    Colombia, Costa Rica y Puerto Rico, la adición de
    estos microelementos (incluyendo el hierro, zinc y cobre) en
    bajas cantidades y aplicados por aspersiones foliares o en
    las fórmulas convencionales dos veces al año,
    son de alta importancia dentro de sus programas de
    abonamiento. Los valores de referencia en Puerto Rico y otros
    sitios han sido los siguientes: 2-4 kg/ha/año de
    sulfato de Zinc, Borax al 11%, Fe = 25 g/arbusto /año
    como EDTA-NaFE, con 13% de hierro, oxicloruro de cobre de 1.5
    a 3 kg/ha o hidróxido cúprico de 2 a 4 kg/ha y
    sulfato de Mn o cloruro de Mn a razón de 2-4 kg/ha
    cada uno.

Métodos y
Época de Aplicación de
Fertilizantes

La fracción disponible de los elementos minerales
que se aplican en el suelo dependen de la solubilidad de las
fuentes utilizadas y del remanente que escapa a la
fijación química y biológica por parte de
suelo y al lavado por agua[33]Según los
reportes estudiados, la aplicación puede ser al voleo en
forma superficial, o en banda colocado a 7-10 cm de profundidad o
en forma circular, dependiendo de la solubilidad de los
compuestos de fertilizantes. Las fórmulas utilizadas para
el café tienen alta solubilidad y movimiento en el suelo
para el nitrógeno y potasio. Para el potasio, su
disponibilidad depende de tipo de arcilla predominante. Si es
caolinita, el potasio no se retiene fácilmente. Si
predominan las ilitas, el potasio se fija en cantidades
considerables. Por otro lado, la fijación del
fósforo depende de la disponibilidad del ión
fosfato una vez que se solubiliza, dependiendo de la
reacción del suelo. En Costa Rica[34]se ha
demostrado que el fósforo marcado (32P) aplicado con una
capa de tierra de poco espesor resultó ser superior a la
aplicación en banda a 8 cm de profundidad. Por otra parte,
en Kenya, la inyección de 32P en la región de mayor
actividad radicular (entre 10 a 15 cm de distancia del tronco en
cafetos pequeños y entre 30 y 85 cm en cafetos adultos)
induce una distribución uniforme en los
arbustos[35]Así, la aplicación de
fertilizantes nitrogenados y potásicos puede hacerse en la
superficie del suelo, en banda o al voleo, teniendo en cuenta la
distancia al tronco.

Para el fósforo es preferible aplicarlo en banda
a una profundidad de 7 a 10 cm. Si la pendiente es muy
pronunciada, la aplicación debe hacerse en semicorona en
la parte superior[36]

Por otra parte, según los trabajos realizados en
los diferentes países, la mayoría coincide en que
las aplicaciones de nitrógeno deben subdividirse en tres
al año, mientras que el potasio y el fósforo se
deben aplicar dos veces al año. La primera al inicio de la
estación húmeda y a los dos meses aplicar las
fórmulas que contienen NPK, con algún suplemento de
boro y magnesio. La tercera aplicación (nitrógeno
extra) debe hacerse al final de la estación
lluviosa.

Si se presentan deficiencias nutricionales (discutidas
en la siguiente sección), se deben corregir las mismas
aplicando abonos foliares o a través de fertilizantes
aplicados al suelo, según sea el caso.

Por último, no debe descartarse la
incorporación de materia orgánica y el uso de
abonos orgánicos en los programas de abonamiento del
cultivo del café, especialmente en suelos de poca
fertilidad o con procesos erosivos presentes. En trabajos
realizados en Costa Rica[37]y
Colombia[38]se demostró que los abonos
orgánicos favorecen el crecimiento de plántulas de
café igual o mejor que la fertilización tradicional
y que es posible reducir costos, mejorar la calidad del
café y mejorar la oferta ambiental sin el uso de
fertilizantes químicos. Entre los abonos orgánicos
que se pueden utilizar están: la pulpa del café, la
gallinaza, estiércol de animales o compostas.

Como dato significativo estimado por Uribe en
1956[39]en la zona cafetera Colombiana se producen
anualmente alrededor de 860,000 toneladas de pulpa de
café, que se traducen en 2,480 toneladas de
nitrógeno, 16 toneladas de fósforo y 4,960
toneladas de potasio, cifras que no deben ser despreciadas si se
tiene en cuenta el valor nutritivo que este residuo de cosecha
puede tener al utilizarse en forma eficiente dentro del programa
de abonamiento de café, desde su producción en
almácigos hasta cafetales adultos en
producción.

Debido a que su aplicación puede contaminar el
suelo, la incorporación de abonos orgánicos debe
hacerse con cautela, cuidando de no usarse en exceso.
También se debe tener en cuenta la interacción
negativa que el abono orgánico pueda tener con elementos
suministrados en forma convencional. Por ejemplo, en Kenya se
encontró que el efecto de la aplicación de
estiércol de bovino se reduce con aplicaciones de
nitrógeno convencional[40]

Síntomas
Típicos de Deficiencias Nutricionales del
Café

El trabajo en tiestos y bajo condiciones de invernadero
realizado por Cibes y Samuels (1955)[41] en Puerto
Rico sobre síntomas de deficiencias nutricionales en el
cafeto debido a la carencia de elementos mayores y menores en las
soluciones nutritivas dio los siguientes resultados:

  • 1. El crecimiento más pobre, tanto en
    altura como en diámetro, lo causó la ausencia
    de nitrógeno, seguido por potasio y
    fósforo.

  • 2. Entre los elementos menores, la deficiencia
    de hierro fue la que menos afectó el desarrollo de las
    plantas, y la deficiencia en calcio fue la que más
    redujo el crecimiento, producción y formación
    de raíces.

  • 3. El crecimiento fue reducido notoriamente por
    deficiencias en magnesio.

  • 4. El boro solo produjo una reducción en
    altura, sin afectar el crecimiento de otras partes de la
    planta.

  • 5. El azufre también afectó el
    crecimiento de la parte aérea y raíces y
    solamente los arbolitos carentes de hierro y los tratados con
    solución completa produjeron frutos.

  • 6. La deficiencia por manganeso se
    manifestó por la carencia de flores.

  • 7. Los contenidos foliares siempre se mostraron
    reducidos por el elemento carente.

  • 8. El nitrógeno se presentó alto
    en los arbolitos carentes de fósforo y también
    en mayor cantidad en hojas jóvenes que en hojas
    adultas.

  • 9. El potasio tendió a acumularse en
    hojas de arbolitos carentes de calcio y magnesio,
    especialmente en hojas jóvenes.

La siguiente tabla presenta un resumen del efecto en el
crecimiento por la carencia de cada uno de los elementos
estudiados.

Trat.

Altura

(cm)

Diá.

(cm)

Peso Verde

(g)

Peso Seco

(g)

Raíces peso
seco

Sin N

9

0.47

115

55

22

Sin P

25

1

638

205

68

Sin K

18

0.65

502

182

42

Sin Ca

14

0.77

525

181

49

Sin S

29

0.89

428

117

41

Sin Mg

19

0.77

687

213

70

Sin Fe

36

1.06

688

222

83

Sin B

19

0.90

594

197

70

Sin Mn

22

0.88

540

164

41

Fórmula completa

40

1.29

986

293

65

De esta tabla se deduce la gran importancia que tienen
los elementos mayores dentro de los requerimientos nutricionales,
y el papel que juegan los demás elementos en el desarrollo
y crecimiento de los arbolitos de café.

Los síntomas típicos presentados por el
trabajo anterior y complementado por otras presentaciones
(referencias 2, 13 y 16) se resumen a
continuación:

Elem

Síntoma de
Deficiencia

N

Clorosis en hojas viejas y luego general para toda
la planta. El amarillamiento avanza desde la base de la
hoja hasta el ápice y de la vena central hacia los
bordes. Las hojas viejas se caen y los frutos se vuelven
amarillos, crecen poco y caen con facilidad.

P

Las hojas presentan manchas amarillas y
áreas necróticas en el ápice y bordes.
Las manchas son de diferente tamaño y pueden cubrir
toda la hoja, desde el ápice hasta el interior de la
hoja. En casos severos se produce la caída de las
hojas y de las ramas con frutos maduros.

K

Produce bordes necróticos en las hojas,
limitados hacia el interior de la hoja por un halo verde
amarillento. En almácigos, se produce una
defoliación profusa.

Mg

Produce manchas amarillentas o cloróticas
entre las nervaduras de las hojas viejas, conservando el
color verde las nervaduras principales. El amarillento
avanza desde la base de la hoja hasta la punta. En ramas
con frutos maduros, se caen las hojas más
viejas.

Ca

Las hojas jóvenes presentan un color verde
pálidos en el borde. En almácigos, la
deficiencia de calcio se manifiesta por una amarillamiento
general de las hojas y una muerte descendente desde los
puntos terminales de las hojas, así como
defoliación profusa.

Fe

Las hojas muestran clorosis generalizada sobre lo
cual se destacan las venas color verde. Los síntomas
más evidentes ocurren en la época de
sequía.

B

Muerte de las yemas terminales de las ramas, con
desarrollo de ramas secundarias con apariencia de "escoba
de de bruja". Las hojas apicales se tornan finas y
deformes.

Mn

Amarillamiento total de las hojas de las puntas de
las ramas. Carencia de frutos en
almácigos.

Zn

Las hojas crecen poco y en forma alargada. Los
bordes se encrespan y los entrenudos son cortos. En los
chupones de soca, las hojas presentan una forma acanalada
con bordes amarillos.

Conclusiones

Los trabajos sobre la nutrición y fertilidad en
el cultivo del café han sido extensos y muy variados,
tanto en países del África, como en América.
A pesar de las diferencias encontradas (aunque no muy
contrastantes) tanto en los niveles de nutrimentos requeridos,
como en niveles críticos en planta y suelo y en los
programas de abonamiento para los cultivos de café, se
concluye que el café es muy sensible en cuanto a sus
requerimientos nutricionales y que los programas que apuntan
hacia un abonamiento anual con 3 aplicaciones de
nitrógeno, fósforo, potasio y elementos menores,
más una dosis adicional de nitrógeno, en una
fórmula de 20-10-20 o similar, que sea el resultado de
experimentos regionales y locales y ajustados según
pruebas de calibración, siempre traerán beneficios
económicos y sociales para los caficultores y para las
regiones donde se cultiva el grano.

Han sido muchos años de experiencia y trabajo con
este cultivo que representa un reglón importante para
muchas economías de países en desarrollo. Hacia el
futuro la investigación se debe concentrar sobre los
efectos residuales y ambientales que pueda tener la
fertilización a largo plazo con abonos químicos,
así como sobre el uso de abonos orgánicos
más amigables al ambiente, tanto en sus dosis, como en su
forma de incorporación y empleo. No obstante lo anterior,
el caficultor debe seguir afinando las dosis de fertilizantes
convencionales, tanto para reducir un posible uso excesivo, como
para ser más eficiente en su relación
costo-beneficio.

Siempre se le recomienda al caficultor que para llevar
un buen programa de abonamiento, se base en experimentos
exhaustivos locales o se refiera a los resultados obtenidos de
los trabajos realizados en su área primero, y de acuerdo
con las condiciones edafológicas, climáticas y
ecosistémicas de donde se desenvuelve su
actividad.

 

 

Autor:

María del Rocío
Suárez Rozo

Departamento de Cultivos y Ciencias
Agroambientales

Universidad de Puerto Rico, Mayagüez,
Puerto Rico

[1] . Referencias La Historia del
Café. http://www.mundodelcafe.com/historia.htm

[2] Carvajal, J.F. 1984. Cafeto: Cultivo y
Fertilización. 2da Edición. Instituto
Internacional de la Potasa. Quito, Ecuador. 254 p.

[3] Malavolta, E. 1986. Nutricio adubacao e
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Pocos de Caldas, Paracicaba, Brasil. Associacao Brasileira para
Pesquisa de Potassa e do Fosfato. Pp. 165-274.

[4] Palma, M.R. 1991. Estimación de
los requerimientos de fertilización del café
(Coffea arabica L.) a partir del diagnóstico
químico del suelo. XIV Simposio de Caficultura Latino
Americana, Mesa de Trabajo: Suelos, Fisiología y
Beneficiado. PROMECAFÉ. Panamá.

[5] Carvajal, J.F. 1984. Cafeto: Cultivo y
Fertilización. 2da Edición. Instituto
Internacional de la Potasa. Quito, Ecuador. 254 p.

[6] Palma, M.R. 1991. Estimación de
los requerimientos de fertilización del café
(Coffea arabica L.) a partir del diagnóstico
químico del suelo. XIV Simposio de Caficultura Latino
Americana, Mesa de Trabajo: Suelos, Fisiología y
Beneficiado. PROMECAFÉ. Panamá.

[7] Carvajal, J.F. 1984. Cafeto: Cultivo y
Fertilización. 2da Edición. Instituto
Internacional de la Potasa. Quito, Ecuador. 254 p.

[8] Carvajal, J.F. 1984. Cafeto: Cultivo y
Fertilización. 2da Edición. Instituto
Internacional de la Potasa. Quito, Ecuador. 254 p.

[9] Snoeck, J. 1980. Evolution du chimisme du
sol dans des essais d’engrais minéraux sur Coffea
canephora en Cote, d’Ivoire. Café, Cacao,
Thé XXIV (3), 177-188.

[10] Carvajal, J.F. 1984. Cafeto: Cultivo y
Fertilización. 2da Edición. Instituto
Internacional de la Potasa. Quito, Ecuador. 254 p.

[11] Mehlich, A. 1966. Soil Fertility and
Plant Nutrition. Coffee Research Foundation, Kenya. Annual
report 1965/1966, pp. 32-40.

[12] Carvajal, J.F. 1984. Cafeto: Cultivo y
Fertilización. 2da Edición. Instituto
Internacional de la Potasa. Quito, Ecuador. 254 p.

[13] Universidad de Puerto Rico. Recinto de
Mayagüez. Colegio de Ciencias Agrícolas.
Estación Experimental Agrícola. Río
Piedras. 1999. Conjunto Tecnológico para la
Producción de Café. Publicación No.
104.

[14] Wilson, K.C. 1985. Mineral Nutrition and
Fertilizer Needs. Coffee Botany: Biochemestry and Production of
Beans and Beverage. CROON HELM LTD. P. 150

[15] Moya, C. y Zantua, M.I. 1991
Caracterización de la Fertilidad de Suelos de la
región Cafetalera de Santa Bárbara, Honduras. XIV
Simposio de Caficultura Latino Americana, Mesa de Trabajo:
Suelos, Fisiología y Beneficiado. PROMECAFÉ.
Panamá.

[16] Federación Nacional de Cafeteros
de Colombia. 1979. Manual del Cafetero Colombiano. Cuarta
Edición. Sección de Divulgación
Científica de CENICAFÉ

[17] Carvajal, J.F. 1984. Cafeto: Cultivo y
Fertilización. 2da Edición. Instituto
Internacional de la Potasa. Quito, Ecuador. 254 p.

[18] Palma, M.R. 1991. Estimación de
los requerimientos de fertilización del café
(Coffea arabica L.) a partir del diagnóstico
químico del suelo. XIV Simposio de Caficultura Latino
Americana, Mesa de Trabajo: Suelos, Fisiología y
Beneficiado. PROMECAFÉ. Panamá.

[19] Chandler, J.V., Abruña F.,
Bosque-Lugo, R. y Silva S. 1969 El Cultivo Intenso del
Café en Puerto Rico. UPR-RUM Estación
Experimental Agrícola, Rio Piedras. PR.

[20] Abruña F., Chandler, J.V., Silva,
S. 1959. The Effect of Different Fertility Levels on Yields of
Intensively Managed Coffee in Puerto Rico. Journal of
Agriculture of University of Puerto Rico.

[21] Rodriguez, S.J.,Bosque-Lugo, R.
Perez-Perez y Rodriguez-Cabrera, A. 1965. Yield Response of the
Two Puerto Rico and Columnaris Coffee Cultivars in Two Latosols
of Puerto Rico, as affected by different Level of Nitrogen,
Phosphorus, Potassium and Lime. Journal of Agriculture of
University of Puerto Rico.

[22] Abruña, F. and Chandler, J.V.
1963. Effect of Six Sources of Nitrogen on Yields, Soil Acidity
and Leaf Composition of Coffee. Journal of Agriculture of
University of Puerto Rico.

[23] Monroig Inglés, M.F. 2001. Manual
para una Caficultura Sostenible. Servicio de Extensión
Agrícola, Southern Agriculture Research and Education.
Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayaguez, Colegio de
Ciencias Agrícolas. 55 p.

[24] Palma, M.R. 1991. Estimación de
los requerimientos de fertilización del café
(Coffea arabica L.) a partir del diagnóstico
químico del suelo. XIV Simposio de Caficultura Latino
Americana, Mesa de Trabajo: Suelos, Fisiología y
Beneficiado. PROMECAFÉ. Panamá.

[25] Moya, C. y Zantua, M.I. 1991
Caracterización de la Fertilidad de Suelos de la
región Cafetalera de Santa Bárbara, Honduras. XIV
Simposio de Caficultura Latino Americana, Mesa de Trabajo:
Suelos, Fisiología y Beneficiado. PROMECAFÉ.
Panamá.

[26] Jaramillo, S., Miranda, A., Villareal,
R. y Sánchez, G. 1991. Respuesta del café (Coffea
arabica) a la Fertilización con Nitrógeno y
Potasio en el área de Renacimiento, Panamá. XIV
Simposio de Caficultura Latino Americana, Mesa de Trabajo:
Suelos, Fisiología y Beneficiado. PROMECAFÉ.
Panamá.

[27] San Juan, R. y López, E.E. 1991.
Evaluación de Tres Planes de Fertilización
Combinados con Poda B / F a ciclo de 5 años. XIV
Simposio de Caficultura Latino Americana, Mesa de Trabajo:
Suelos, Fisiología y Beneficiado. PROMECAFÉ.
Panamá.

[28] Giron, J.J. 1991. Comparación de
Cuatro Épocas y Dos Niveles de Aplicación de Cal
Dolomitica al Cafeto. XIV Simposio de Caficultura Latino
Americana, Mesa de Trabajo: Suelos, Fisiología y
Beneficiado. PROMECAFÉ. Panamá.

[29] Uribe, A. 1983. Efecto del
Fósforo en la Producción de Café.
Publicación del Centro Nacional de Investigaciones de
Café. Chinchiná, Caldas, Colombia. Vol. 34, No.
1. p. 3-15.

[30] Aponte de Londoño, M.E. y
Valencia, G. 1983. Toxicidad de Aluminio en Plantas de
Café. Publicación del Centro Nacional de
Investigaciones de Café. Chinchiná, Caldas,
Colombia. Vol. 34, No. 3. p. 61-91.

[31] Valencia, G. y Bravo, E.d. J. 1981.
Influencia del Encalamiento en la Producción de
Cafetales Establecidos. Publicación del Centro Nacional
de Investigaciones de Café. Chinchiná, Caldas,
Colombia. Vol. 32, No. 1 p. 3-14.

[32] Uribe, A. y Salazar, N. 1981. Distancias
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Café. Publicación del Centro Nacional de
Investigaciones de Café. Chinchiná, Caldas,
Colombia. Vol. 32, No. 3 p. 71-87.

[33] Carvajal, J.F. 1984. Cafeto: Cultivo y
Fertilización. 2da Edición. Instituto
Internacional de la Potasa. Quito, Ecuador. 254 p.

[34] Sauerbeck, D.R.. 1979. Fósforo
Foliar Absorbido del fertilizante por Plantas de Café
(Coffea arabica L.). Agronomía Costarricense. 3(1),
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[35] Patel, R.Z. y Kabaara, A.M.. 1976.
Isotope Studies on the Efficient Use of P-Fertilizers by Coffea
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[36] Federación Nacional de Cafeteros
de Colombia. 1979. Manual del Cafetero Colombiano. Cuarta
Edición. Sección de Divulgación
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[37] Castellón, J.U. 2000 Uso de
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Café Orgánico. Turrialba (Costa Rica), CATIE.
Tesis: Magíster Science). Resumen en: Manejo Integrado
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[38] Martínez G., F.J. 1999.
Aproximación a un Modelo de Fertilización
Sostenible en Café. Suelos Ecuatoriales (Colombia)
29(2): 109-113

[39] Uribe, H. 1956. Los Cafeteros
Colombianos Botan Anualmente Siete Millones de Pesos.
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[40] Carvajal, J.F. 1984. Cultivo y
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Fertilizantes. Instituto Internacional de la Potasa. 2da Ed.
Quito, Ecuador.

[41] Cibes, H. y Samuels, G. 1955. Mineral
Deficiency Symptoms in Coffee Trees Grown under Controlled
Conditions. Universidad de Puerto Rico. Recinto de
Mayagüez. Colegio de Ciencias Agrícolas.
Estación Experimental Agrícola. Río
Piedras. 21 p.

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