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Análisis, discusión e interpretación de algunos conocidos refranes



Partes: 1, 2, 3

  1. De la diferencia entre los deseos y las necesidades
  2. Sobre la ideología
  3. Del narcisismo y la fantasía inventiva
  4. Sobre la civilización
  5. De la reversibilidad y la irreversibilidad
  6. Representación y escisión
  7. De la organización y hacia niveles crecientemente cada vez más complejos de la misma
  8. El desarrollo espiritual como alternativa
  9. Verdad y salud emocional
  10. Envidia y degradación de los procesos representacionales
  11. Capacidad de integración y síntesis: sabiduría popular
  12. Integración y sabiduría vs fracaso en la integración, envidia y ansiedad persecutoria
  13. Procesos en fenómenos físicos, cognoscitivos y emocionales
  14. Las figuras parentales y la estructuración del self
  15. La grandiosidad narcisista se paga con monedas de inteligencia
  16. Proyección y estados psicóticos
  17. De la inhibición
  18. Bibliografía

"Sabedlo, soberanos y vasallos,

próceres y mendigos: nadie tendrá

derecho a lo superfluo mientras

alguien carezca de lo estricto".

Cuarteta de "Asonancias" de

Salvador Díaz Mirón.

Empecemos con el refrán: "Por algo Dios no les dio alas a los alacranes". En su base inconsciente, denuncia la presencia del "instinto de muerte" (Freud, 1920) el cual es tramitado a través de la manifestación de la agresividad. Antes de la pulsión de muerte, Freud planteó la "pulsión de apoderamiento", (Freud, 1905) Laplanche y Pontalis (1968/ 1983) observan que "… es una pulsión no sexual, [y] solo secundariamente se une a la sexualidad y consiste en dominar al objeto por la fuerza". Probablemente al ser asimilada por la libido (energía del amor y la integración), inicia el proceso de "neutralización". El predominio de la pulsión agresiva coincide con el período del "sadismo normal" propuesto por Klein, (1923) Como quiera que sea, su forma manifiesta típica se nutre del impulso a la agresión. Al realizarse "registros neuronales" respecto de las primeras sensaciones percibidas que son los primeros registros vegetativos, surgen las "huellas mnémicas". Y éstas son las primeras estructuras, ya no vegetativas, sino psíquicas que Freud, (1895-1896) propuso en El Proyecto. Encontramos en ellas, bastante coherencia con el concepto propuesto por Perner (1988) de "representaciones de modelo único", pues el neonato procesa la información en un nivel "frontera" entre lo psíquico y lo somático. Las "huellas mnémicas" (primeros vestigios que Freud concibió como origen de la memoria) son producto de su figurabilización en forma de representaciones que llevan a las "representaciones cosa" (Freud, 1895)

Así se puede deducir que Klein (1923-1926) lo pensó desde su teoría de los "objetos parciales": pecho "bueno" y pecho "malo": figurabilidad de una información merced a la integración con el afecto lógico concomitante agradable (libido) o desagradable (agresión) Esta capacidad parece ya bastante elaborada cuando el bebé puede disponer desde lo consciente, intencionalmente (alrededor de los 12 meses) de las "representaciones de modelos múltiples" (Perner, 1988)

Al inventor del refrán que analizamos, "le cayó de perlas" un bicho ponzoñoso para tal efecto, suele ser un recurso circunstancial frecuente, para la proyección, sobre todo la asociada con las fobias. Un proceso así nos informaría de la etiología de algún tipo de fobias. Aquellas que se refieren a"bichos". Cuando el bebé ha logrado familiarizarse con el uso de las "huellas mnémicas", un estímulo externo le facilita el requerimiento de figurabilización –trabajo mental-, al servicio del desarrollo cognoscitivo, de un determinado contenido, empleándolo como "depositario" de dichos contenidos distorsionados, en ocasiones, parcialmente simbolizados. Cuando no hay acceso a un estímulo externo, es probable que se eche mano de información genética y por eso las figurbilizaciones, en ocasiones, pueden ser aún más terroríficas.

En algunas fobias a diferentes animales, pareciera que ocurren "mezclas" de información tanto real externa, como interna fantasmática (bagaje de la humanidad), e incluso genética heredada. De ahí lo irracional y el alto grado de angustia que pueden llegar a provocar pues son contenidos del inconsciente, a veces, ancestral. Por lo demás, las fobias se complementan con los mecanismos de condensación y desplazamiento. Por eso las encontramos, a nivel de síndrome, en varios cuadros psicopatológicos.

Las representaciones de objetos parciales (ya sean de modelo único o múltiple) y, en especial, la del "malo" persecutorio que, en ocasiones, es lo que impide que el bebé se pueda relajar para dormirse, se convierten en un problema que suele prolongarse por varios años, hasta la etapa de representaciones de objetos (de vínculo y afecto) integrados y objetos "persona" (imagen de la madre propiamente tal) Y se les puede encontrar justificación a través del concepto de Josef Perner (1988) de las "representaciones de modelos múltiples" propiamente tales. El niño ya no se tranquiliza simplemente por la recuperación del equilibrio por una vía puramente fisiológica. (Por ejemplo: saciedad o no dolor) El fenómeno psíquico empieza a ejercer su importante papel hegemónico sobre la personalidad como sistema. La "representación de modelos múltiples" allana el camino para desarrollar "metarrepresentaciones". (Capacidad de diferenciar entre pensar y hacer) Esta capacidad faculta al niño para la resolución parcial del Edipo a partir de los cuatro años e inaugura, con ello, la capacidad para simbolizar. Alude al trabajo del Yo, parte "ejecutiva" de la personalidad.

El trabajo del yo resulta más exitoso, por tanto, gracias a la capacidad "metarrepresentacional": significa que ya puede disponer de representaciones respecto del pasado, evaluar con ellas la experiencia presente, complementarla con representaciones de lo inexistente pero deseable, e incluso, representaciones erróneas, pero útiles como hipótesis. Es decir, todo ese proceso que en Psicoanálisis asignamos a las funciones yóicas de organización, integración y síntesis. Gracias a la "metarrepresentación", el niño se percata de que piensa. Discrimina lo que es pensado de la realidad exterior (prueba de realidad), y que es básico para poder simbolizar. No resulta difícil seguirle la pista a los mecanismos defensivos que se privilegian como recurso inicial en ese proceso: la introyección (ver en sí mismo lo deseable lo "bueno" del objeto) la proyección (ver en el otro algo propio "bueno" o "malo") y la escisión (desarrollar representaciones de la vivencia, tanto agradable como desagradable, pero independientes, como si no tuvieran relación una y otra)

En este refrán, la fantasía agresivo-destructiva implícita, es de magnitud importante. Más aún, en tanto que los alacranes inoculan su veneno; es decir, lo inyectan dentro de su víctima, puede asociarse con las formas de identificación proyectiva (identificarse-indiferenciarse con el otro, a partir de algo propio que se colocó "dentro" de aquel, y que, en realidad, pertenece al sujeto) e introyectiva (identificarse-indiferenciarse con el otro merced a que se puso algo de aquel dentro de sí mismo) En la identificación proyectiva, en ocasiones, como en una suerte de verdaderas evacuaciones de algo propio, dentro del pecho materno y, con un poco más edad, dentro de la madre misma, se pone dentro del pecho o de la madre cosa "buena" o cosa "mala" para indiferenciarse de y/ o "tomar posesión" de ella, o para descargar agresión y dañar por experiencias de frustración o envidia. En otro momento, simplemente para liberarse de algo "malo" (dolor o amenaza, para que el otro lo procese por uno), y, en otras, por el placer de descarga, desde su sadismo "normal" y la "pulsión de apoderamiento".

De las arañas, (femenino) el "alacrán" (masculino) parece su contrapartida. Por tanto, se puede pensar que el refrán denuncia el estilo "masculino" a nivel instintivo-animal, de la "pulsión de apoderamiento". Sin que deje de ser evidente su cercanía con la agresión destructiva asociada con la envidia o la ira. El refrán sugiere que el hombre se afanó en simbolizar su tendencia a procurarse el mayor número posible de ventajas, y más aún, se permite, aunque sea por medio de la fantasía, otras formas que pudieran hacerlo sentir como más contundente, trasluciendo que cierto placer de descarga se preserva dentro de una forma de libido agresivizada y no aludiendo, necesariamente, a pulsión de muerte ni a destructividad por reacción. Pensemos en la "Pulsión de apoderamiento" (Freud, 1905) o el "Sadismo infantil" (Klein, 1923) Sin embargo, hay de alacranes a alacranes. El de tierra caliente es altamente ponzoñoso. Su piquete, si no le es aplicado el antídoto pertinente y de manera oportuna, puede matar a una persona en poco más de una hora. Pasa lo mismo con algunos enfermos de "poder". Los de la elite son, en esencia, peores que los que arriban. Para el pueblo: "Son como los tiburones, tienen doble hilera de dientes, y no se andan con mamadas".

Asimismo, nos permite pensar en la forma de operar de un tipo de "fantasía inconsciente" altamente egoísta, que se nutre de libido de naturaleza narcisista maligna (no bien diferenciada de la agresión) Es decir, energía instintiva precariamente organizada, de modo tal que no logra diferenciarse de la influencia de la pulsión de muerte. Se pueden deducir de él, ciertas expectativas mágicas, pasivo-agresivas, pues se pretende alcanzar una descarga, a manera de búsqueda de un equilibrio estático, minimizando al máximo los esfuerzos sanos, normales, que demandaría la recuperación de un equilibrio o una gratificación libidinal o pensada: si los alacranes tuviesen alas, el "esfuerzo" sería mínimo.

Un chiste puede ayudar como ejemplo. Va un señor por la calle con su hijo, un púber, y le ofrecen un billete de lotería. Lo compra y se pone a soñar despierto. Y en voz alta dice a su hijo: "Si nos la sacamos hijo… carro deportivo… Venecia… mujeres hermosas…" y en esas va, hasta que su hijo le pregunta: "Pá ¿y si no nos la sacamos?", devolviéndolo a su triste realidad. Entonces le contesta: "No pues si no nos la sacamos, el metro…, Xochimilco…, y… tu madre".

En este chiste, en efecto, se resalta el predominio de libido narcisista, (energía instintiva de amor egoísta) cuya satisfacción induce fantasías sin ningún miramiento por la realidad, ni por nadie. Esto es lo característico en el principio, en las formas primitivas del funcionamiento mental en general, y del sistema inconsciente, en particular. Seguramente no es difícil recordar alguna situación en que le escuchamos a alguien decir algo así: "Si yo tuviera el poder para…, haría esto y aquello" o "Si yo tuviera el dinero, entonces x ó y", en donde lo que se desea en función de esas condiciones, implica un abuso, venganza o una transgresión. El interlocutor aprovecha la oportunidad, al percatarse de las expectativas ventajosas, para aplicar el refrán: "Si pero, por algo Dios no le dio alas a los alacranes".

El refrán denuncia pues que, con miramiento por la muy frecuente y humana posibilidad de perder la dimensión de la realidad, trastocar los valores, la justicia; "perder el piso" y el control de los impulsos, fue Dios mismo el que nos "diseñó" negándonos las alas. Es decir, una ventaja mayor. Sin embargo, es de todos sabido que hay "bichos", gente enferma, que son peores que "alacranes voladores". Con un "poder" exagerado, político y/ o económico, aún cuando esos no son poderes legítimos o auténticos, sino circunstanciales y en ocasiones realmente arbitrarios, el hombre consigue, como sintiéndose "Sentado a la derecha del Padre", manipular o "comprar" el poder social, "el derecho", la ley, la tecnología, incluso, "comprar" a ciertas personas. Significa que "bichos" peores que los alacranes pueden llegar a poseer mucho más que unas alas naturales para colocarse en posición ultra-ventajosa con respecto a los demás y así poder cometer abusos. Pero, ¿por qué? Por un lado, porque existe un placer sádico infantil de dominio que es "normal" en tanto que nos recuerda que pertenecemos al reino animal: "la pulsión de apoderamiento" (Freud, 1905) y que puede verse incrementado por la voracidad (temperamento heredado) Por otro lado, por la existencia de la pulsión de muerte, y, entonces, por reacción envidiosa, porque ventaja tan exagerada no es fácil pensarla como al servicio de la supervivencia. Por lo general, este refrán se emplea para denunciar una expectativa (fantasía de deseo), en efecto, ultra-ventajosa.

Pero tales intenciones también pueden ser estimuladas por resentimientos al menos, y no sólo por voracidad. Se pretende abusar sin riesgos, someter a otro o apoderarse de algo. Lograrlo, incrementa el poder. Se asocia, por lo tanto, con ansia de poder y ambición, llevadas hasta un nivel de pasión: pasión por el poder y pasión por el poseer. Joan Riviére (1937), considera que:

  • "La voluntad de poder… deriva del intento de controlar los peligros internos por métodos más directos que los de la proyección y huida. Lo más temido es siempre el carácter de nuestros deseos y agresión, nuestro frente a esos impulsos. Un modo de protegernos sería lograr un poder omnipotente [sin límites], que permitiera controlar [o conjurar] todas las situaciones potencialmente dolorosas y tener acceso a todo lo útil y deseable, tanto dentro como fuera de nosotros. En la fantasía, la omnipotencia brinda seguridad". Riviére, 1937)

Y es que tanto poder como ambición, tienen la particularidad de hacer sentir al voraz y/ o al encumbrado, como un héroe, como un ser omnipotente y "superior". La exacerbación del narcisismo estimula en el ser humano una sensación de placer que puede llegar a rayar en el delirio. La peligrosidad mayor en este fenómeno, está representada por una actitud de desprecio (compárese con el concepto de "Arrogancia" de Bion, 1958; o la psicopatología del narcisismo y los aspectos agresivos del mismo que observó Rosenfeld, 1964b-1971) respecto al derecho de los demás para tener un narcisismo propio (Etchegoyen, 1960) Es decir, el derecho de amarse, respetarse y valorarse a sí mismo. Se puede, entonces, sentir que se tiene derecho a "usar", "abusar" y decidir sobre las posesiones, la vida, e incluso la muerte del otro.

En realidad, en los renglones precedentes, se viene hablando de las cuatro estrategias que, en "El Nuevo Testamento", se dice que empleó el demonio para tentar a Jesucristo en el desierto: "Las cuatro "pes": el placer, el poder, el parecer [narcisismo] y el poseer [ambición] (Testimonio verbal del Padre Roberto Cobarruvias, Fundación Rougier. México. 2002) Por lo demás, habría que agregar que la primera "pe", el placer erótico o autoerótico, coloca las otras tres "pes" bajo su primacía: el placer, llevado hasta el nivel de la pasión: por el poder, el parecer (narcisismo) y por los bienes materiales (ambición) Las pasiones, con facilidad, exacerban el egoísmo, inducen autocentramiento e infiltran con tanatos (pulsión de muerte) el placer narcisista normal que es base de la autoestima (Kohut, 1971) Según "El Nuevo Testamento", para poder ser capaz de preservarse ante la contundencia de tales "tentaciones", sólo Jesucristo.

Joan Riviére (1937) observa que "… el control omnipotente mediante" es algo que desearían algunos líderes religiosos. Y agrega que "… es fundamentalmente distinto del que deviene del amor al poder que, en esencia, es egoísta y no se amalgama con ningún grado de amor; sólo puede simularlo. El amor genuino denota capacidad para el sacrificio, cierta tolerancia al dolor, cierta dependencia, en nombre del amor, que la compensa con creces". Asimismo, agrega que "La necesidad de poseer o ejercer poder [puede verse infiltrada por el odio] surge directamente de la incapacidad de tolerar ya sea el sacrificio por los demás [amor en forma de solidaridad o empatía] o la dependencia en relación con ellos. Debido a esta incapacidad… cualquier intento de lograr una finalidad aparentemente constructiva mediante la omnipotencia, siempre es falso… y sólo triunfa… por medio de la violencia o del engaño". (Riviére, 1937)

De la diferencia entre los deseos y las necesidades

Ya observamos que cualquier motivación, con frecuencia puede convertirse en una verdadera pasión. La cuestión es que las necesidades son fisiología, mientras que los deseos son psicología. La envidia (odio), por ejemplo, se "asimila" a la "motivación de logro" (odio "sublimado, reglamentado) la cultura la absorbe al abrigo de la ideología, y el sujeto, desde el individualismo que estimula aquella, se "acomoda", en el sentido piagetiano (Piaget, 1964) a las circunstancias. Lo demás, es "ganancia" pues la estructura caracterológica coopera al "conjurar" lo doliente de los síntomas. Así, a manera de "carácter nacional" se puede hablar de la influencia de la labor de la ideología. Instituciones, como la familia entre otras, se entregan de manera inconsciente, a la tarea de moldear y modelar sistemáticamente a sus miembros en lo que se refiere a rasgos de personalidad y afectividad. Y con ello, de las reglas, normas, etc., que mejor se acomodan con los intereses de la ideología que impone la cultura líder o el sistema en el poder.

Con la intención de preservarse, el sistema encomienda a la ideología, inducir directamente entre los miembros de la sociedad, cierta "insensibilidad" emocional y sobrevaloración de lo intelectual, en aras de una "tradición" nacional y/ o familiar. Es labor de la familia la preservación de un status entre sus miembros o el arribo a él. Situación que para consolidarse, se mimetiza por egosintonía, con aspectos de la "naturaleza humana", pues se camuflajea con ellos: el temperamento, la "pulsión de apoderamiento", la voracidad, "sadismo normal" y envidia. La promoción de tendencias competitivas, son una "máscara" ideal para eso.

Una filosofía, ad-hoc, (Mao, 1971/ 1974, observa que "En la sociedad de clases, cada persona existe como miembro de una determinada clase, y todas las ideas, sin excepción, llevan su sello de clase"), se ocupa de buscar que esas tendencias guíen a disciplinas como la política, la economía, la sociología, etc., con la encomienda de crear la ideología pertinente a sus fines.

Sobre la ideología

Entendemos por ideología al "sistema de ideas propio de una corriente política" (López, 1996) que se encarga de moldear, modelar y guiar las estructuras que se ocuparán de reglamentar, legislar, "justificar" e inducir mediante principios, reglas, leyes, etc., lo que está "bien" y lo que está "mal"; lo que es permitido y lo que se prohíbe. Y en la personalidad, expectativas y modelos de "intereses" y "valores" deseables, acordes con esas intenciones, a manera también de "encomienda" pero para la estructura familiar. La maquinaria ideológica integral está representada en cada estructura de la cultura dominante, y ésta se vale del indoctrinamiento a través de los medios de comunicación masiva, la educación institucionalizada y controles militares y financieros.

Pero todo empieza justamente en la familia como institución. La familia determinada por la cultura, promueve la utilización de ciertos mecanismos psicológicos de adaptación al servicio de la supervivencia, primero de la familia como totalidad y sólo secundariamente de sus miembros individuales. Asume la encomienda, a cualquier costo. Las familias dan forma específica de significado a la ley, orientándola de manera coherente con las formas de una supuesta "sublimación" deseable. Y echa mano de todos los mecanismos mentales. Por ejemplo, de mecanismos obsesivos, al servicio del control y la "justificación" más adecuada, dada la transmisión de consignas pertinentes a los valores de esa su filosofía. ¿La consecuencia?: los problemas típicos que podemos observar en la familia contemporánea y las condiciones en que observamos los valores actualmente.

Las familias de hoy día, por lo menos, son efímeras. Pero las hay perversas, adictas, psicóticas, incestuosas, filicidas, etc. ¿Quién se habrá inventado el refrán de que "por algo no les dio Dios alas a los alacranes"?, seguramente algún sabio, de los muchos sabios anónimos que desde la "sabiduría" del inconsciente y la función yóica normal de síntesis, capitalizó la experiencia acumulada a través de los años. A partir de la capacidad temprana para organizar emociones e intelecto, los cuales, después se refuerzan por la actividad social sana y espontánea e insana y tendenciosa.

Registros innatos y/ o neuronales, relación temprana de objeto, organización de la información y afectos; funciones de integración y síntesis, intercambio e influencia social, son mecanismos y procesos que se encargan del desarrollo y al mismo tiempo estimulan que podamos ir "Aprendiendo de la experiencia" (Bion, 1966) pero siempre en el contexto de determinada cultura.

La motivación de fondo para la creación de refranes, desde otra perspectiva, podrá ser un contenido que ejemplifica el "retorno de lo reprimido" (Freud, 1900-1906), en tanto que puede ser una segunda oportunidad para la elaboración, a la manera del "héroe" de la (Freud, 1906) Porque resulta que, además: "Nadie escarmienta en cabeza ajena". O sea, viendo los hechos, enfatizando el significado y sus consecuencias, necesitamos, no obstante, realizarlos personalmente, sin importar que lo que se haya observado en otro, (y aún que), hubiese sido doloroso o de fracaso. Esto permite introducir cambios y ajustes buscando el éxito, cuando hablamos de una persona emocionalmente equilibrada. Pero si no lo es, parece obedecer al papel que el pensamiento omnipotente juega en el origen, y, desde la exacerbación del narcisismo. Como si la persona pensara que al otro no le salieron bien las cosas por tonto y reaccionara pensando que a ella si le resultarán. Tal vez por eso la Biblia nos resulta tan repetitiva a los legos. Ni así, en muchas ocasiones, pensamos dos veces las cosas. Y eso es también "naturaleza humana".

Un día de agosto del 2003, Guillermo Ochoa, mencionó, en el espacio "La vida va" del noticiero matutino "Panorama Informativo", que "… Es de humanos errar, pero es mucho más de humanos, tratar de culpar a otros de los propios errores" (F. M. 88.9; 7:30 A. M.) El recurso de la proyección mina la objetividad y la cordura, aparentemente, para salvaguardar la autoestima. Siempre que alguien yerra, queda la duda de si a uno le pasará lo mismo. Descartes, institucionalizó la duda al servicio del conocimiento. Y seguramente el dudar originario, sentó las bases para el desarrollo de la inteligencia. ¿El riesgo? enfermar de obsesividad. Y en el mismo Descartes, tal vez durante su desarrollo normal, por ahí del segundo año de vida, ante la disyuntiva de ceder o no, para aprehender el control esfinteriano, dado que demanda la renuncia del placer de la descarga inmediata e irracional. Estamos, pues, llenos de contradicciones y paradojas.

En materia de ciencia, el conocimiento acumulado hasta la fecha puede parecernos increíble, casi mágico y súper veloz. Probablemente porque como observara Kuhn, (1970) "No es lineal" y no nos lo transmiten así los historiadores de la ciencia. El desarrollo puede sorprendernos y maravillarnos, y no solamente por el actual súper desarrollo tecnológico, también por la sabiduría espiritual. Lo que pasa es que dados los anacronismos institucionales, parecemos ir, irremisiblemente, a la zaga en los procesos de integración y síntesis, en cuestión de valores. "No hay nada nuevo bajo el sol". Significa que el ser humano es descubridor y sólo relativamente inventor. Se inventan cosas con base en principios y leyes de la naturaleza y de acuerdo con las capacidades humanas. Desde esta verdad se puede entender lo engañoso que puede resultar creer que se: "Descubrió el hilo negro", las fantasías narcisistas –en detrimento de la capacidad simbólica, la objetividad y la adecuada función de síntesis- provocan una tendencia a los sentimientos de grandeza. Y en ocasiones puede ser que por algo que, quizás sólo nosotros desconocíamos. Es decir, que existía pero no lo habíamos colegido en la realidad porque no había aparecido la necesidad de explicarlo.

En otras palabras, una sensación así, denuncia la dificultad humana para poder salvaguardarse de la tendencia a la reactivación narcisista.

Cuando era niño por alguna razón que no recuerdo, mi madre me dijo el refrán: "La vida todo te lo enseña, pero tan tarde, que ni se agradece". Es decir, en la realidad y merced al vivir, encontramos la verdad. El conocimiento se extrae de ahí, al ir viviendo. Y a veces se nos va la vida sin caer en la cuenta de muchas cosas. Lo que ocurre, tanto como lo que es factible de ocurrir, nos percatemos de ello o no, está en la realidad. Nada que no sea naturalmente posible se puede inventar. De ahí el fracaso de los antiguos alquimistas. Lo posible, para ser tal, tiene que obedecer a las leyes naturales, de la física y la química, la economía, etc., y existir dentro de las posibilidades del ser humano. Pero captamos lo que necesitamos en la búsqueda de satisfactores. Es difícil captar algo que no se conecta con una necesidad. Tiene que significarnos algún interés para estar dispuesto a dedicarle el tiempo que requiere hacerlo consciente, instrumentarlo y desarrollarlo. Por tanto, lo susceptible de ser conocido, es lo que "ya" existe potencialmente, y "espera" ser descubierto, ya como algo concreto y tangible o como principios y modelos teóricos.

El conocimiento, entonces, se descubre y se aplica y sólo relativamente se inventa. Lo que si se inventa, para bien y para mal, son los métodos y procedimientos. "No hay nada nuevo bajo el sol", lo que pasa es que nuestra ignorancia es enorme. Y bueno, se dice que Sócrates decía, "Yo sólo se que no se nada". Hay tanto que ignoramos, que, en efecto, como si no supiéramos nada, o no supiéramos gran cosa, por comparación entre lo que sabemos y lo que ignoramos. Es cierto que hace 50 años no había los vehículos que tenemos hoy, o las PCs., y los celulares tan sofisticados; instrumentos con los que podemos comunicarnos con alguien vía Internet que incluso esté en el otro lado del mundo, además, pudiendo verlo en el monitor como hace unos cuarenta y cinco años se veía sólo como ciencia ficción, en los dibujos animados de los "Supersónicos". Pero también se puede pensar que fue una estrategia de los hombres en la lucha por el poder masculino. Si no hubiésemos despreciado la inteligencia intuitiva (fundamental en el proceso de maternaje y, entonces, principalmente femenina) y "entronizado" la intelectual, a lo mejor se podría estar haciendo lo mismo pero sin aparatos, por telepatía.

Del narcisismo y la fantasía inventiva

O sea que sigue siendo cierto el "no hay nada nuevo bajo el sol" porque el ser humano ha logrado el desarrollo científico y tecnológico, en el mejor de los casos "jugando" a copiar a la naturaleza, utilizando "isomorfismos" (Bertalanffy, 1968-1976) y aplicando principios y leyes de la biología y la física, como los campos mórficos y la electrónica. El hombre ha invertido siglos de estudio, dedicación, trabajo y esfuerzo, en la consolidación del poder masculino y el desarrollo de la ciencia y sus descubrimientos. Los científicos crean teorías para explicar los fenómenos naturales, la realidad humana, psíquica, social y económica y, con el afán por demostrar la eficiencia de sus descubrimientos, han inventado máquinas y aparatos con resultado útiles y que satisfacen necesidades de comodidad, y de ahí se han derivado objetivos de lucro y transformación. En la tarea, se ha destruido gran parte de la naturaleza a la cual, en último de los términos, se ha imitado. Así, se desarrolló el sistema patriarcal y la tecnología nos tiene ahora en la inteligencia artificial.

Creatividad, conocimiento, sabiduría, etc., le pertenecen a la humanidad, el ser humano en tanto descubridor, a partir del desarrollo psíquico y el estudio de la naturaleza. La organización de libido y agresión con sus vicisitudes, han sido las energías fundamentales para lograrlo. Pero finalmente, nosotros mismos somos un producto de la naturaleza, de la realidad. Lo más valioso y funcionalmente perfecto, en cualquier sentido, tiene un punto de partida natural y un apego a las leyes naturales. El ser humano sólo lo ha descubierto, estudiado y aplicado; y ha modificado y transformando la realidad, para bien y para mal. No ha sido, en efecto, escatimando riesgos, trabajo y esfuerzo. El hombre ha evolucionado y desarrollado ciencia y tecnología, a través de la actividad, aprendiendo en cabeza propia. Se necesita experimentar en cabeza propia por medio de la acción y correr los riesgos. De cualquier manera, no está en discusión que hay que pagar las consecuencias.

San Juan, Freud, Piaget y la psicología cognitiva

En el Evangelio según San Juan se lee: "En el principio fue el Verbo…", es decir la acción. Y parafraseando a Piaget (1964): las acciones, permitieron la construcción de estructuras de conocimiento. A partir de representacionalizaciones de la experiencia: organización, integración y síntesis simultáneas a la organización de las emociones, se dio "cuerpo" a las diferentes formas de inteligencia. La evolución de libido y agresión (energías instintivas) y la organización de los afectos y emociones, mas el desarrollo intelectual y moral, dan cuenta de la importancia y trascendencia de los procesos de organización de libido y agresión, que son su base. Organizar la energía de los impulsos instintivos fue posible a través del proceso de "neutralización" al investirse las representaciones de las experiencias con la intención de controlar el medio.

Haber logrado desarrollar representaciones de la realidad y luego la forma de "archivar" esa información constituyó el origen de la memoria y de la inteligencia, pues significaron intentos exitosos de procesamiento intelectual, no vegetativo, de sensaciones y percepciones, placenteras y displacenteras. La energía se "ligó" con los registros sensitivo-sensoriales y, poco a poco, se integraron las representaciones y se hicieron más complejas al incluir imágenes de alguna parte del objeto materno (pecho, mano, ojos, etc.) en relación con otra parte del self (boca del bebé, piel, ojos, etc.) y se guardaron en alguna parte de la corteza (a decir de Ruiz Vargas -1994-1996): memorias "episódica" y "procedimental". Después, las funciones incluyeron los roles desempeñados: sujeto-objeto, dentro de un cierto contexto o situación. Es decir: la madre y el bebé en las escenas y los roles propios de su interacción. Quizás a manera de "pictogramas" como propone Aulagnier, (1975) energizados con libido y agresión y matizados con las emociones que cada una de esas energías induce. Pero de no haberlo logrado, las energías instintivas en sus formas de manifestación "no ligada" o "libre", no organizada o "bruta", por decirlo de alguna manera, de naturaleza animal ó cuasi-animal, seguirían asociadas con los instintos y los equilibrios vegetativos propios del S. N. A. Y, algunos, sólo se podrían descargar sobre el soma, sobre el cuerpo, como ocurre con las dermatitis, la conducta de ataque o de huida.

Experimentar en cabeza propia (hacer-pensar-corregir), conlleva lo inalienable de tener que enfrentar las consecuencias de nuestros actos y eso fue lo que permitió que construyéramos las estructuras de la inteligencia. En gran medida, se aprehende de los errores. Aunque, y al mismo tiempo porque, los repetimos. Y, generalmente, se "pagan" las consecuencias del aprendizaje.

Diferencia entre "mezcla" y "neutralización".

Siempre me ha parecido confuso que, en Psicoanálisis, se hable de "mezcla" (energía instintiva ligada) y "desmezcla" (energía libre o separada, desligada de la representación) de energía instintiva para hablar de energía "ligada" o "no ligada". Ni Freud ni Hartmann lo manejaron al principio como "mezcla" o "desmezcla", (Corrobórese en el Proyecto de psicología, Freud, 1895; en "El Yo y el Ello", 1923, y, después según el concepto de "Neutralización" en Hartmann, 1939-1959) Y es que la palabra "mezcla" se asocia con la idea de revoltura, lo cual no nada más está lejos de lo que significa y pretende transmitir la propuesta freudiana de "energía ligada", sino que es lo opuesto. Por eso cuando observamos la conducta de enfermos de perversión y perversidad, delincuentes y psicópatas, es justamente la sexualización de lo agresivo o la agresivización de lo sexual, (Hartmann, 1939-1959), lo que caracteriza sus actos. Esas si son mezclas.

Por tanto, una "Mezcla" es evidentemente algo diferente al proceso de "neutralización". Las propiedades físico-químicas de ciertos elementos pueden, al mezclarse, en efecto "neutralizar", su reactividad o sus comportamientos particulares, pues la combinación de dos o más elementos da lugar a compuestos. Se observa un equilibrio diferente, pues se "transforman" en otra cosa. Es decir, se organizan de manera diferente juntos, que estando separados. En tal caso, no se puede hablar de "elementos" en el mismo sentido, cuando nos referimos a las energías instintivas, porque éstas no alcanzan equilibrios estáticos y se encuentra predominio de una u otra en infinidad de matices, en diferentes conductas y en todos los seres humanos, tanto sanos como enfermos.

En un primer nivel las energías instintivas se organizan a través de la investidura o energización de las "zonas erógenas" y de la actividad motriz y los registros intrapsíquicos que por dicha actividad, tienden a desarrollarse; en niveles subsecuentes tienden a formas crecientemente cada vez más complejas de organización, muchas de ellas fuera de lo racional, como cuando se encuentran en las reacciones e interacciones emocionales dentro de la dinámica vincular. Aquí median la percepción y los intercambios afectivos, teniendo como base patrones ancestrales que son bagaje de la humanidad y que se han depurado, al servicio de la supervivencia, en el seno de la evolución.

Después se construyen las representaciones, que son las estructuras encargadas de inaugurar el desarrollo psicológico en general y del intelectual en particular. La naciente actividad cognoscitiva juega un papel central pues da lugar, o echa a andar, la capacidad para integrar y sintetizar la experiencia. La diferencia estriba en el concepto de "organización", el cual, sin mayor forzamiento, se puede asociar al de "neutralización".

Desde esta perspectiva, el concepto de "estructura" (del latín structura que significa tanto el modo, incluyendo los elementos con los que, y el cómo, se hace una construcción), y la forma como lo emplearon los estructuralistas, abrieron una brecha en la epistemología clásica desde el desarrollo de diferentes disciplinas. El estructuralismo eleva a un nivel muy importante el concepto de organización: -del latín organum que alude al órgano, instrumento musical de viento- (inventado, y construido, según la Biblia, por Jubal), pero quién sabe desde cuándo, si antes o después, también se había usado en los estudios de la naturaleza para referirse a los organismos o a una parte de un ser organizado destinada para desempeñar una función necesaria para la vida: Organizado: provisto de órganos.

Cognoscitivismo contemporáneo y representación.

Piaget, (1921/ 1964) con su concepto de inteligencia como "estructura cognoscitiva", deja claro que es producto de una organización de la experiencia -crecientemente cada vez más compleja y con rumbo a la capacidad de abstracción, lógico-formal, que representa el nivel más alto de las estructuras de la inteligencia- en la dinámica de las acciones, en aras de la necesidad constante de recuperar equilibrios, los cuales se pierden por el hecho de estar vivo y el transcurrir del tiempo. La materia prima para las estructuras que informan de la organización y el desarrollo cognoscitivo son justamente las representaciones, (Freud, 1895; Leslie, 1987; Perner, 1988) Y las representaciones tienen la particularidad de "autogenerarse".

No podemos soslayar el hecho de que la experiencia, inicia con las emociones simultáneas a la captación sensorial, desde el momento mismo del nacimiento. Y, sin embargo, deben de contar con una "estructura" previa, a manera de "génesis" (Piaget, 1964) que sustenta la posibilidad del desarrollo. Captación sensorial y emociones son, por tanto "estructuras" en un sentido epistemológico que hacen las veces de "génesis" para las representaciones más elaboradas como estructura.

Relaciones objetales y la mente como sistema representacional.

Si nos situamos a partir del momento en que ocurre la experiencia del nacimiento, todas las estimulaciones que conlleva para el neonato el trabajo de parto y el parto mismo desde el rol que a él le corresponde jugar: armonizarse con las contracciones de la parturienta para "cooperar" en su propio nacimiento en una especie de reacción instintiva de supervivencia, echando mano, incluso, de la agresión como lo mencionara Ronald Fairbairn (1951), irremisiblemente nos conduce a pensar que ciertas estimulaciones masivas implícitas, deberán ser "registradas" en el "disco duro" innato o naciente "sistema de representaciones" humano, pero partiendo de la base de un bagaje genético, -e incluso, probablemente, esas experiencias entre pre y peri-natales, sean captadas como sensación de contacto (Spitz, 1965)- y serán punto de partida en la trayectoria para alcanzar una forma de organización de la información y de las vivencias. Tal organización se irá tornando cada vez más compleja y sofisticada tanto en materia de organización instintiva, como de emociones y desarrollo de representaciones, según una secuencia genética-instinto-sensación e imagen, energizados con libido y agresión.

De las representaciones a las estructuras.

Y hasta dar lugar a las "estructuras" psicoanalíticas, tanto las freudianas: Yo, Ello y Superyó (1923), como a las kleinianas: objetos "buenos" y "malos", "posición esquizoparanoide", "posición depresiva", "fantasía inconsciente", "mundo interno", etc., (1919-1925-1935), y las piagetianas: "Inteligencia sensorio-motriz e intuitiva", "Inteligencia de operaciones lógicas concretas" e "Inteligencia de operaciones lógicas abstractas" (1964), y en intermedio de las cuales, se pueden determinar muchas otras. Y en un sentido epistemológico son, a su vez, estructuras propiamente tales, y funcionan dentro de la totalidad de los modelos o "paradigmas" (Khun, 1962-1970) que nos permiten pensarlas y estudiarlas en interacción sistémica.

La organización de la experiencia, percepciones y emociones que se nutren de la energía instintiva en el seno de la dinámica y la economía de las relaciones tempranas de objeto, (predeterminadas por la filogenia en el "fondo", y la ontogenia en la "figura"), tal y como lo podemos analizar desde lo relacional-interpersonal, lo íntra e ínter-subjetivo, constituye la "piedra angular" para la edificación de estructuras.

Pero para que sea así, independientemente de que, en ocasiones, podamos pensar que "para bien y para mal", no podemos ahorrarnos la actividad. Física y/ o mental. De manera que cuando por ejemplo Fidel Velásquez (de dominio público) dijo alguna vez "El que se mueve no sale en la foto", querría decir que:

De las acciones y su potencial contradicción con la ideología.

En la política es "peligroso" el movimiento o la iniciativa, dad la centralización y los feudos de poder. Nadie debe moverse libremente. ¿Será por eso que los sistemas de Estado se anacronizan y luego resulta casi imposible subsanarlos? ¿O será más bien, resultado de las enfermedades de poder y de ambición, en pos de los cuales nos apasionamos los humanos buscando satisfactores para los deseos, que no necesidades? De qué tendríamos que jactarnos los seres humanos si:

Partes: 1, 2, 3

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