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Comportamiento del trauma raquimedular en SanctI Spiritus. Cuba 2006 (página 2)



Partes: 1, 2

  • Síndrome de la" cola de caballo": Las heridas
    y traumatismos que lesionan la columna vertebral por debajo
    de la vértebra L1 pueden dañar las
    raíces nerviosas que constituyen la cola de caballo.
    Las raíces espinales que la forman son las 4
    últimas lumbares y las sacrococcígeas y se
    extienden hasta el fondo de saco dural. Las lesiones
    traumáticas de la cola de caballo son poco frecuentes.
    Las afectaciones de estas raíces provocan una
    parálisis total de los miembros inferiores que
    comprende el territorio crural y ciático en su
    conjunto y que se acompaña de trastornos esfinterianos
    de naturaleza periférica. Cuando la lesión no
    es completa y se mantienen intactas las raíces L1-L4,
    el reflejo rotuliano permanece conservado. La
    alteración de la sensibilidad afecta todo el miembro
    inferior pero no llega alcanzar el pliegue inguinal por estar
    respetado la raíz L1. La sensibilidad de los
    testículos permanece intacta. Si la lesión
    sólo afecta las raíces S3-S4 la anestesia se
    dispone en silla de montar, de manera similar como ocurre en
    las lesiones del cono medular. Si el trauma lo que provoca es
    una compresión de esta región pueden
    desencadenarse dolores radiculares de carácter
    intenso. Esta asociación de anestesia con dolor es
    típica de las lesiones compresivas de la cola de
    caballo y es un síntoma importante que permite
    diferenciarla de las afectaciones del cono medular. El dolor
    se localiza en la región lumbar y ser extiende por la
    cara posterior del muslo, pierna y región perineal.
    Resumiendo, los traumatismos que lesionan la cola de caballo
    en su forma completa dan origen a un síndrome
    caracterizado por una parálisis motora de tipo
    periférico, con hipotonía y abolición de
    los reflejos, impotencia sexual, alteraciones de los reflejos
    y anestesia dolorosa. Se trata de la única
    parálisis periférica que se acompaña de
    trastornos esfinterianos 23, 24.

  • Diagnóstico topográfico de las lesiones
    medulares
    .

    Lesiones medulares cervicales: los traumatismos
    de la columna cervical con lesión medular ocurren
    generalmente por un mecanismo de
    hiperflexión-extensión como consecuencia de un
    accidente de tránsito, caídas desde alturas y
    prácticas de deportes de clavado. Las lesiones de los
    segmentos C1-C2 raramente son compatibles con la vida. Cuando la
    lesión ocurre desde los segmentos C1-C4 estas se
    acompañan de cuadriplejía con alteraciones
    respiratorias severas al estar comprometidos los segmentos
    medulares que inervan los músculos de la
    respiración. La muerte es con frecuencia rápida. La
    sección transversal provoca tetraplejía con
    anestesia que comienza en el cuello y nuca, pueden estar
    comprometidos los músculos trapecio y
    esternocleidomastoideos, con la consiguiente dificultad para
    mover la cabeza y elevar los hombros. La respiración
    está afectada, con crisis disneicas y asfixia por
    parálisis del diafragma, al existir compromiso de los
    segmentos C3-C4 donde se encuentran los cuerpos neuronales que
    dan origen al nervio frénico.

    Si la lesión compromete los segmentos cervicales
    inferiores (C5-D1) se produce parálisis motora de tipo
    periférica de los miembros superiores y de tipo central en
    los inferiores con anestesia hasta las clavículas. Si la
    lesión se encuentra en C5-C7, la parálisis de los
    cuatro miembros es total. Si los segmentos seccionados son C7-DI,
    el nivel de la parálisis comprende los músculos de
    las manos y los antebrazos. La anestesia en los miembros
    superiores se dispone a lo largo de la porción interna del
    brazo y alcanza el tronco hasta la segunda costilla. Si el
    segmento DI, está dañado se observa un
    síndrome de Claude Bernard-Horner.

    Lesiones medulares torácicas: estas
    lesiones provocan paraplejia con parálisis de los
    músculos intercostales y dificultad respiratoria. La
    localización del nivel lesional se hará a
    través del trastorno de la anestesia. El reflejo abdominal
    superior tiene su centro reflexógeno en los segmentos
    D6-D7, el abdominal medio en los D8-D9 y el inferior en los
    segmentos D10-D11-D12.

    Lesiones medulares lumbares: si se produce una
    lesión traumática que actúe a nivel de los
    segmentos LI-S2, el resultado es una parálisis de los
    miembros inferiores, concomitando con una anestesia cuya
    demarcación superior esta delimitada por los pliegues
    inguinales. El reflejo rotuliano esta abolido al igual que el
    aquiliano. Se producen además trastornos de los
    esfínteres y de las funciones vegetativas del territorio
    dependiente de los segmentos por debajo de la lesión. Las
    lesiones de los segmentos L4-SI, de acompañan de
    parálisis de los músculos flexores de la rodilla,
    extensores de la cadera, abductores de la pierna así como
    de los músculos del pie. Si las alteraciones están
    limitadas a esta zona se conserva el reflejo rotuliano, pero
    están abolidos el aquíleo y el plantar 25, 26, 27.
    Existen músculos que se consideran claves para definir el
    nivel motor de la lesión y su correspondencia con el nivel
    medular, esto resulta de gran importancia para establecer el
    diagnostico.

    Músculos claves para la clasificación
    del nivel motor
    :

    • C5 – flexores del codo.

    • C6 – extensores radiales de la
      muñeca.

    • C7 – extensores del codo.

    • TI – aductor digital mínimo (aductor
      del dedo meñique).

    • L2 – flexores de cadera.

    • L3 – extensores de la rodilla.

    • L4 – dorsiflexores del tobillo.

    • L5 – extensores largos de los
      dedos.

    • S1 – flexores plantares del
      tobillo.

    Se califica de acuerdo a la escala de fuerza muscular
    con puntación de 0 a 5.

    Calificación

    Fuerza muscular.

    0

    Ausencia de contracción
    muscular.

    1

    Contracción muscular, sin
    movimiento articular.

    2

    Contracción muscular, con
    inicio de movimiento.

    3

    Contracción muscular, con
    movimiento venciendo la gravedad.

    4

    Contracción, vencimiento de la
    gravedad contra resistencia moderada.

    5

    Contracción y movimiento
    contra máxima resistencia.

    La evaluación sensitiva se lleva a cabo por medio
    de los dermatomas, en los cuales también se valoran los
    esfínteres, tanto anal como vesical. Los niveles
    sensitivos deben ser determinados por las áreas sensitivas
    claves y guiándose por un diagrama de
    dermatomas.

    Áreas sensitivas:

    C2 – protuberancia occipital.

    C3 – fosa supraclavicular.

    C4 – borde superior de la articulación
    acromio-clavicular.

    C5 – borde lateral de la fosa antero
    cubital.

    C6 – dedo pulgar.

    C7 – dedo medio.

    C8 – dedo meñique.

    T1 – borde medial (ulnar) de la fosa
    antero-cubital.

    T2 – ápex de la axila.

    T3 – tercer espacio intercostal.

    T4 – cuarto espacio intercostal
    (pezones).

    T5 – quinto espacio intercostal.

    T6 – sexto espacio intercostal
    (xifoesternón).

    T7 – continuación del séptimo
    espacio intercostal hacia la línea media.

    T8 – continuación del octavo espacio
    intercostal hacia la línea media.

    T9 – continuación del noveno espacio intercostal
    hacia la línea media.

    T10 – continuación del décimo espacio
    intercostal hacia la línea media.

    T11 – continuación del undécimo espacio
    intercostal hacia la línea media.

    T12 – ligamento inguinal en región de la
    arteria femoral. 24, 26, 27, 28, 29.

    Para la confirmación del diagnóstico de
    las lesiones raquimedulares traumáticas, resultan de gran
    importancia los exámenes imagenológicos. Los
    estudios radiográficos se realizarán en los
    enfermos después que se hayan tomado aquellas medidas para
    lograr la estabilización vital de los pacientes graves y
    limitar el daño medular post-traumático. La
    mayoría de las lesiones vertebrales pueden ser valoradas
    por radiografías simples en proyecciones antero-posterior
    y lateral. Si se pretende evaluar las vértebras C1 y C2
    debe realizarse la radiografía frontal con la boca
    abierta. Esta vista permite establecer las relaciones entre el
    atlas y el axis y visualizar la apófisis odontoides. La
    zona más difícil de evaluar mediante
    radiografías simples es la cervicodorsal, donde son
    necesarias realizar vistas especiales como la proyección
    de nadador o tomografías lineales. 30, 31. La presencia de
    inestabilidad, definida como la pérdida de la capacidad de
    la columna vertebral para mantener las relaciones entre las
    vértebras entre sí sin que se originen signos
    clínicos de daño medular o de las raíces, es
    posible determinarla mediante estudios simples. Son criterios de
    inestabilidad vertebral, el desplazamiento mayor de 3,5
    milímetros de un cuerpo vertebral sobre el otro, observado
    en las placas laterales en la región cervical, la
    diastasis de los pedículos, la angulación mayor de
    11 grados de un cuerpo vertebral sobre el otro, en
    relación con la angulación de la vértebra
    adyacente y subyacente no lesionada en la columna cervical y el
    desplazamiento mayor de un 5to del cuerpo vertebral en la columna
    toracolumbar visto en la placa lateral. La Tomografía
    Axial Computarizada (TAC) es el método idóneo para
    la evaluación de los cuerpos y discos vertebrales,
    así como para valorar el grado de compresión del
    canal vertebral. La Resonancia Magnética Nuclear (RMN)
    permite evaluar además de los cuerpos y discos
    vertebrales, el canal medular, la médula espinal y las
    raíces nerviosas 31, 32.

    Manejo del paciente con traumatismo
    raquimedular
    .

    El primer aspecto en el manejo de un
    paciente con un TRM es la realización de un correcto
    diagnóstico. En los pacientes conscientes que se quejan de
    dolor en cuello y espalda con dificultad para movilizar las
    extremidades el diagnóstico resulta fácil. Sin
    embargo, en aquellos individuos que se encuentran inconscientes
    como resultado de un traumatismo craneoencefálico (TCE) o
    en el curso de un trauma severo en otra región del
    organismo el diagnóstico no resulta tan claro. En estas
    últimas circunstancias deben ser manejados como si
    tuvieran una lesión medular hasta que se demuestre lo
    contrario: todo paciente con un TCE, enfermos con toma de la
    conciencia, personas con trauma menor que manifiesten molestias
    en el cuello o espalda o presenten síntomas tales como
    hormigueo, adormecimiento, debilidad o parálisis de una o
    varias extremidades, respiración abdominal o priapismo. La
    evaluación del paciente se efectuará de manera
    rápida y precisa a través de una historia
    clínica que esclarezca el probable mecanismo de la
    lesión, el estado de conciencia, la existencia de
    debilidad motriz en algún momento después del
    trauma. Como mencionamos con anterioridad las lesiones medulares
    por encima de C5 producen insuficiencia respiratoria grave,
    frecuentemente fatales. En las secciones medulares completas a
    nivel de C5 la musculatura intercostal resulta paralizada,
    mientras que se mantiene la respiración
    diafragmática, en tanto, en las lesiones a nivel de C3-C4
    es esta última la afectada. En los casos de lesión
    de C5 la parrilla costal se deprime a la inspiración y
    resulta una respiración paradójica. En los traumas
    severos la obstrucción por sangramiento nasal resulta en
    taponamiento de la vía aérea.

    En todas las condiciones anteriores es
    imprescindible asegurar una adecuada ventilación del
    paciente. Si es necesario se administrará oxígeno
    por catéter nasal o se procederá a la
    intubación y acople del enfermo a ventiladores
    mecánicos. La oxigenación de la sangre se
    determinará mediante gasometría. Si el daño
    medular es severo o se produce por encima de D6 se produce
    vasoplejía con caída de la presión arterial,
    aunque generalmente en estas condiciones no se produce shock
    hipovolémico. En caso de shock se recomienda el uso de
    agentes vasopresores como la dopamina.

    La hidratación se hará de
    manera cuidadosa para evitar el edema pulmonar. Ante la presencia
    de shock hipovolémico se debe sospechar la ruptura de una
    víscera, hemotórax u otra causa de sangramiento. La
    administración de infusiones intravenosas, expansores del
    plasma, plasma y transfusiones de sangre se realizarán de
    forma rápida para controlar la anemia aguda y mantener
    estable la tensión arterial. Una vez determinada las
    lesiones de la columna y la médula, de forma inmediata se
    procederá a la administración de esteroides. La
    aplicación de una dosis inicial de 30 mg/kg de
    metilprednisolona seguido de 5,4 mg cada hora ha demostrado ser
    beneficiosa para la recuperación de las funciones motoras
    y sensitivas. La metilprednisolona es capaz de suprimir la muerte
    neuronal secundaria.

    Parece existir una correlación
    positiva entre menor infiltración de leucocitos y mayor
    preservación del tejido medular. Al reducir el edema y la
    infiltración leucocitaria, la metilprednisolona disminuye
    la intensidad de la perioxidación y preserva más
    tejido medular. El efecto es el resultado de la
    interacción de la metilprednisolona con el receptor de
    glucocorticoides expresado por células del
    parénquima medular. Se ha demostrado que dicho receptor es
    detectable en el parénquima 15 minutos después de
    una contusión, alcanzando su máxima
    expresión transcurridas 8 h de la lesión,
    disminuyendo hasta sus niveles basales a las 72 horas 8, 12, 15,
    28, 30.

    Manejo específico de las lesiones
    medulares
    .

    Si existen fracturas por aplastamiento o subluxaciones
    cervicales, en un principio serán tratadas por
    inmovilización con tracción esquelética que
    se mantiene por un tiempo suficiente que debe ser aproximadamente
    hasta 6 semanas para lograr la realineación, evitar la
    luxación y el daño medular. Para tal efecto existen
    sistemas de pesas que pueden ser sustituidas dadas las
    condiciones con inmovilización con yeso, además de
    la fijación de un halo en torno al cráneo con
    soporte rígido de una pieza rígida desde el
    pectoral.

    Una regla sencilla para iniciar la tracción es
    colocar 5 libras de peso por cada espacio vertebral a reducir. El
    peso puede ser aumentado hasta el doble de la cantidad
    mencionada, lo que se debe realizar con extremo cuidado para no
    ocasionar o agravar el daño medular. Una buena medida que
    evita el uso de tracciones con mayores pesos lo es el uso de
    relajantes musculares. Entre los relajantes musculares usados con
    este fin se encuentra el baclofeno (relajante muscular por
    excelencia), diazepam, clonidina, tizanidina, gabapentina,
    dantroleno y otros. En las fracturas conminutas o por
    aplastamiento de la región toracolumbar, la
    inmovilización con reposo en cama puede lograr la
    realineación. Si existe daño medular a cualquier
    nivel o la médula se encuentra comprimida por esquirlas
    óseas, discos protuídos o hematomas, o no se logra
    la descompresión mediante la tracción
    esquelética el tratamiento quirúrgico es la
    solución definitiva y se realizará con urgencia
    para evitar la instalación de daño irreversible.
    Las secciones medulares resultan siempre irreversibles pese al
    tratamiento quirúrgico, no obstante, si existe
    compresión de la médula está indicado este
    con el objetivo de que la lesión no se agrave.

    Algoritmo de trabajo en el manejo del trauma
    raquimedular
    .

    Monografias.com

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    Las complicaciones más frecuentes que
    pueden aparecer en el curso de los traumatismos raquimedulares
    son:

    Hemorragia digestiva alta.

    Fenómenos trombo-embólicos,
    fundamentalmente trombosis venosas profundas y trombo-embolismo
    pulmonar.

    Ulceras por presión.

    Edema pulmonar.

    Infecciones nosocomiales.

    Vejiga neurogénica.

    Atelectasias 34, 35.

    Pronóstico.

    El pronóstico de las lesiones medulares
    traumáticas depende de la intensidad, extensión y
    localización de las lesiones. El traumatismo de la
    región cervical superior es fatal, en la mayoría de
    las veces. Los de la médula cervical inferior
    también resultan muy graves a consecuencia del edema o
    hemorragia que suelen provocar compresión sobre las
    estructuras vitales del bulbo vecino, además se
    acompañan de tetraplejía. Las lesiones dorsales y
    de la región lumbosacra tienen buen pronóstico y
    sólo rara vez producen muerte inmediata, pero cuando son
    extensas pueden originar paraplejías definitivas con
    complicaciones infecciosas a largo plazo, que pueden dar al
    traste con la vida. En este sentido la atención esmerada y
    las medidas de rehabilitación actual mejoran el
    pronóstico. Las lesiones del cono medular y la cola de
    caballo no son nunca mortales, pero pueden dejar graves secuelas
    paréticas y trastornos esfinterianos que incapacitan al
    enfermo.

    Capítulo II.

    Diseño
    Metodológico

    • A- Tipo de estudio.

    Se realizó una investigación descriptiva,
    longitudinal y retrospectiva, que reconoce como coordenadas
    espacio-temporales las siguientes:

    Espacio: servicio de neurocirugía del
    Hospital Provincial Universitario" Camilo Cienfuegos" de Sancti
    Spíritus.

    Tiempo: período comprendido desde el
    primero de enero hasta el 31 de diciembre del año
    2006.

    La población quedó conformada por 51
    pacientes con el diagnóstico de traumatismo raquimedular,
    que fueron atendidos en el servicio e institución
    mencionados, durante el período de tiempo considerado. En
    la definición de la población a estudiar se
    consideraron como criterios de inclusión: todos los
    pacientes registrados oficialmente en el Hospital Provincial
    Docente "Camilo Cienfuegos" de Sancti Spíritus con el
    diagnóstico de traumatismo raquimedular.

    Obtención del dato primario.

    Como instrumento para la obtención del dato
    primario se confeccionó un modelo de recolección de
    la información (anexo 1), diseñado en
    correspondencia con las variables a estudiar, que permitió
    registrar los datos, tomando como fuente, los expedientes
    clínicos de los pacientes ingresados con
    diagnóstico de trauma raquimedular, ubicados en el
    Departamento de Estadísticas y Archivo del
    hospital.

    Métodos de la
    investigación

    Del nivel teórico.

    Método del enfoque sistémico; el
    cuál ofreció una orientación para el estudio
    de la problemática relacionada con los traumatismos y sus
    diferentes interrelaciones.

    Método histórico-lógico para la
    elaboración de la fundamentación teórica de
    la investigación y para referir la evolución del
    problema hasta la determinación de los
    resultados.

    Método analítico sintético para la
    determinación de las partes que constituyen el proceso
    investigativo y su integración en sus distintas
    etapas.

    Del nivel empírico.

    Observación documental: para determinar las
    características del diagnóstico y tratamiento de
    los pacientes con lesiones medulares traumáticas, a partir
    de la descripción de diferentes variables como la edad,
    sexo, etiología del trauma, tipo de fractura,
    localización de la lesión, clasificación
    funcional, tratamientos y complicaciones. Los documentos
    observados fueron las historias clínicas de los
    pacientes.

    Del nivel estadístico
    matemático
    .

    El procesamiento de la información se
    realizó mediante el uso de programas estadísticos,
    empleando el Microsoft Word 2003 del paquete de office, para la
    organización y presentación de la
    información. Para el análisis de la incidencia de
    traumas raquimedulares y la letalidad por esta causa se
    calcularon las siguientes tasas:

    Monografias.com

    Asumiendo que la población adulta espirituana en
    el año 2006 era de 37 9568 habitantes. Se utilizó
    la distribución porcentual y los resultados se presentaron
    en tablas de contingencia y gráficos, que permitieron dar
    salida a los objetivos del trabajo y respuesta al
    problema.

    Consideraciones éticas.

    El carácter documental y anónimo de la
    recogida de la información permiten respetar tanto la
    confidencialidad de la misma, como la individualidad e intimidad
    de los pacientes; además los principales resultados
    sólo serán utilizados con fines
    científicos.

    Operacionalización de las
    variables.

    Edad: Se considera la edad, el tiempo en
    años, transcurrido desde el nacimiento hasta la
    recolección de los datos, constituye una variable
    cuantitativa discreta y se toma la siguiente escala:

    • 15- 24 años

    • 25- 34 años

    • 35- 44 años

    • 45- 54 años

    • 55- 64 años

    • Más de 65 años.

    Sexo: Constituye una variable cualitativa ordinal
    y se define como el género al que pertenece el paciente,
    dividiéndose en masculino y femenino.

    Etiología del trauma: variable cualitativa
    nominal politómica. Se refiere a la causa que
    provocó la lesión, pudiendo ser:

    • Accidente de tránsito

    • Accidente deportivo

    • Accidente laboral

    • Accidente casual

    • Intento de autolisis.

    Tipo de fractura: variable cualitativa nominal
    politómica. Determinado a partir de las imágenes
    radiológicas, con la siguiente escala:

    • Aplastamiento

    • Fractura- luxación

    • Estallido

    • Luxación bilateral

    • Fractura en" lágrima"

    • Luxación unilateral.

    Localización de la lesión: variable
    cualitativa nominal politómica. Se refiere al segmento
    vertebral afectado y se divide en:

    • Cervical

    • Dorsal

    • Lumbosacra.

    Tipo de lesión de acuerdo a su
    clasificación funcional
    : variable cualitativa nominal
    politómica. Se define como el conjunto de síntomas
    y signos que aparecen una vez sufrido el trauma raquimedular,
    ellos pueden magnificarse a las funciones sensitivas, motoras y
    autonómicas. Se toman las siguientes escalas:

    • Lesión medular completa: pérdida total
      de movimientos, sensibilidad, reflejos y control de los
      esfínteres por debajo del nivel de la lesión
      medular.

    • Lesión medular incompleta: presenta hallazgos
      neurológicos variables, como pérdida parcial de
      la sensibilidad y/o motricidad por debajo de la
      lesión.

    Tratamiento: variable cualitativa nominal
    dicotómica. Se refiere a las medidas adoptadas en el
    manejo de los pacientes afectados Se definen dos
    categorías:

    • Tratamiento médico: dirigido a reducir el
      edema y para la protección medulorradicular, a base de
      metilprednisolona con una dosis inicial de 30 mg/kg de peso
      por vía endovenosa, en 15 minutos, luego una pausa de
      45 minutos y posteriormente continuar con una dosis de
      mantenimiento a razón de 5.4 mg/kg/hora en
      infusión continua. durante las siguientes 23 horas y
      la administración de manitol al 20% en dosis de 100ml
      endovenosos a pasar en 5 minutos.

    • Tratamiento quirúrgico: el objetivo esencial
      es descomprimir si persiste la compresión de
      estructuras nerviosas y estabilizar si se trata de una
      columna inestable.

    Complicaciones más frecuentes: variable
    cualitativa nominal politómica. Se definen como los
    resultados adversos en la evolución y tratamiento de los
    pacientes afectados, dividiéndose en:

    • Úlceras por presión

    • Fenómenos tromboembólicos

    • Infecciones nosocomiales

    • Hemorragia digestiva alta

    • Vejiga neurogénica.

    Evolución de los pacientes: variable
    cualitativa nominal dicotómica, que mide el estado del
    paciente al egreso y sus dos categorías son:

    • Vivo

    • Fallecido.

    Análisis y
    discusión de los resultados

    Al finalizar la investigación, se revisaron 51
    historias clínicas de pacientes con traumatismos
    raquimedulares.

    Tabla 1. Comportamiento de los indicadores en
    relación con los traumatismos raquimedulares. Hospital
    Provincial" Camilo Cienfuegos". Sancti Spíritus.
    2006.

    Indicadores Estadísticos

    Valores
    encontrados

    Tasa de Incidencia

    1,3 X 10 000
    habitantes

    Fallecidos

    2

    Tasa de Letalidad

    3,9 %

    Total de Población

    379 568

    Fuente: Anuario Estadístico
    Salud.

    En la tabla 1 se hace referencia al comportamiento de
    algunos indicadores estadísticos entre los pacientes
    portadores de traumas raquimedulares. Así tenemos una tasa
    de incidencia de 1,3 X 10 000 habitantes y sólo dos
    pacientes fallecieron, para una tasa de letalidad de 3,9 %. Se
    comprueba así la existencia de una baja mortalidad por
    esta patología; si se compara con otros autores como:
    García Reneses 8 en una investigación realizada en
    el año 2005, obtuvo un 5,3 % de mortalidad; Marino 36
    reflejó un 4,2 % de mortalidad en el 2004, Mazaira 37 en
    el 2003, reportó un 4,5 % y Krause 38 en el 2005, obtuvo
    un 4,9 %. Sin embargo Rodríguez Suárez 39 en el
    año 2000, en el Hospital" Gustavo Aldereguía Lima",
    reportó sólo un fallecido, para un 3,12 % de
    mortalidad.

    Si bien, los traumatismos raquimedulares no alcanzan la
    frecuencia de otros traumas como los craneoencefálicos, en
    la actualidad están adquiriendo una connotación
    social y económica creciente en los países
    desarrollados. Más, lo importante no radica en las cifras
    de mortalidad, sino en las discapacidades que pueden generar, en
    su grupo más afectado que son los adultos jóvenes,
    quienes son en potencia los más productivos de las
    sociedades.

    El coste social, familiar, personal, económico y
    laboral que genera la patología raquimedular
    traumática es enorme. Todo ello justifica cualquier
    infraestructura multidisciplinaria que favorezca el largo proceso
    de rehabilitación y reintegración social de las
    víctimas de lesiones medulares traumáticas, junto
    con el tratamiento de las muchas complicaciones tanto
    psíquicas, como somáticas que puedan
    surgir.

    La casuística que se presenta no es
    expresión de un problema alarmante, pero sí resulta
    expresión de un problema real que existe en la provincia;
    del cuál no se cuenta con estudios anteriores y que
    solamente con una adecuada conducta preventiva,
    diagnóstico precoz y tratamiento oportuno puede ser
    resuelto.

    La tabla 2, muestra la distribución etaria de los
    pacientes; de ellos, 24, para un 47,05 % se encontraban entre los
    15- 24 años de edad, seguidos en orden de frecuencia por
    el grupo etáreo de 25- 34 años, que aportó
    19 pacientes al estudio, para un 37,25 %. A medida que
    aumentó la edad, la frecuencia de aparición del
    trauma raquimedular fue disminuyendo; así tenemos que para
    el grupo de edad de más de 65 años, sólo se
    reportó un caso, para un 1,96 %. Los resultados pueden
    apreciarse en la tabla 1.

    Tabla 2. Distribución etaria de los
    pacientes con traumatismos raquimedulares en el Hospital
    Provincial" Camilo Cienfuegos" de Sancti Spíritus durante
    el año 2006.

    Edad en años

    No

    %

    15- 24

    24

    47,05

    25- 34

    19

    37,25

    35- 44

    3

    5,88

    45- 54

    2

    3,92

    55- 64

    2

    3,92

    Más de 65

    1

    1,96

    Total

    51

    100

    Fuente: Historias
    Clínicas.

    Los resultados encontrados por la autora en el estudio
    que se presenta, coinciden con lo reportado por diversos autores
    nacionales y extranjeros como se aprecia en las siguientes
    consideraciones:

    En 1995, Terré Boliart R. 40 encontró en
    una serie de 61 pacientes con traumatismos raquimedulares, que 25
    pacientes, para un 40,98 % tenían menos de 20 años,
    24 para un 39,34 % estaban entre 20-40 años y 12 para un
    19,67 % tenían más de 40 años. Por su parte,
    Pereira Riverón R. 3 en 1997 en Ciudad Habana
    reportó un mayor porcentaje de lesiones medulares
    traumáticas entre 15- 30 años. Donovan y col. 22
    también encontraron en su casuística, que el mayor
    número de pacientes eran adultos jóvenes, que
    oscilaban entre 20- 25 años de edad. Vaccaro y col. 31
    señalaron en sus estudios, como a medida que aumenta la
    edad, decrece el porcentaje de traumas raquimedulares en
    relación con la menor cantidad de ancianos que conducen
    vehículos motorizados, así como menor
    participación en actividades laborales y deportivas. La
    investigación que se presenta, coincide con los estudios
    anteriormente comentados, donde en general se señala una
    mayor frecuencia de traumatismos raquimedulares en personas
    jóvenes, porque es el grupo de edad implicado en las
    actividades más violentas y de mayor riesgo.

    Tabla 3. Pacientes con trauma raquimedular
    distribuídos según el sexo. Hospital Provincial"
    Camilo Cienfuegos". Sancti Spíritus. 2006.

    Sexo

    No

    %

    Femenino

    16

    31, 37

    Masculino

    35

    68, 62

    Total

    51

    100

    Fuente: Historias
    Clínicas.

    En la tabla 3 se aprecia la distribución por sexo
    en este grupo de enfermos; existiendo un predominio del sexo
    masculino con 35 pacientes, para un 68,62 %, con respecto al
    femenino que aportó 16 pacientes para un 31,37
    %.

    Todos los trabajos encontrados coincidieron con los
    resultados de la autora, el género masculino se ve
    envuelto por lo general en actividades donde es más
    susceptible a sufrir traumas de alta intensidad, que truncan
    así su vida productiva, razón por la que se le
    considera como un problema serio de salud.

    Gonzáles de la Torre 4 en su estudio donde
    analizó el diagnóstico y tratamiento de las
    fracturas toracolumbares encontró que el 75 % de los casos
    eran del sexo masculino. Green 41 en una investigación
    referida al enfoque global en la prevención,
    atención médica de urgencia y manejo de las
    lesiones de la médula espinal en el año 2004, en
    Buenos Aires, comprobó que el 58 % de sus casos eran
    hombres, al igual que Mclain 7 quien comunicó que el 62 %
    de los pacientes estudiados por él, eran del sexo
    masculino; asimismo, Chesnut 10 también encontró un
    predominio de este sexo.

    La autora no halló ningún estudio donde
    predominaran las mujeres en relación con los traumas
    raquimedulares.

    Tabla 4. Etiología del trauma raquimedular
    en los pacientes ingresados en el Hospital Provincial" Camilo
    Cienfuegos" de Sancti Spíritus en año
    2006.

    Etiología del trauma

    No

    %

    Accidente laboral

    6

    11,76

    Accidente de tránsito

    32

    62,74

    Accidente deportivo

    4

    7,84

    Accidente casual

    9

    17,64

    Intento de autolisis

    0

    0

    Total

    51

    100

    Fuente: Historias
    Clínicas.

    En relación con la etiología del trauma
    raquimedular; tabla 4, la autora del estudio que se presenta,
    encontró, que los accidentes del tránsito
    constituyeron la primera causa de los mismos, aportando 32
    pacientes, para un 62,74 %. Los accidentes casuales, entre ellos,
    las caídas y las inmersiones en aguas poco profundas,
    fueron la segunda causa, con 9 pacientes, para un 17,64 % del
    total de casos. La tercera causa fueron los accidentes laborales
    en relación con el uso inadecuado de los medios de
    protección, con 6 casos, para un 11,76 %. La cuarta causa
    respondió a los accidentes deportivos, con 4 pacientes,
    representando un 7,84 %.

    Al revisar la bibliografía, la autora
    encontró que la mayoría de los autores concuerdan
    con los resultados del presente estudio; así tenemos
    que:

    García- Reneses 8 en su estudio
    epidemiológico del daño espinal medular en
    España, reportó los accidentes de tránsito,
    como la primera causa de traumas raquimedulares con un 69 % de
    los casos, seguidos por los accidentes casuales con 16 %. Este
    autor informó un discreto aumento de los accidentes
    deportivos con un 6,5 %, en relación con los laborales,
    que aportaron un 5 %, así como un 3,2 % de intento de
    autolisis.

    Contreras 42 reportó un 61 % de accidentes de
    tránsito, que también constituyeron la primera
    causa de traumatismos raquimedulares, seguidos por accidentes
    casuales con un 19 %, los laborales con un 12 % y los deportivos
    con un 7,6 % de su serie. Este autor además coincide con
    el estudio que se presenta en que no reporta intento de autolisis
    como causa de lesiones medulares traumáticas.

    Por su parte, Romero Meza 43 en un estudio realizado en
    el Hospital Militar Central de Santafé de Bogotá,
    del personal activo de las fuerzas militares que ingresó
    con el diagnóstico de traumatismos raquimedulares,
    reportó, como principales etiologías, las heridas
    por armas de fuego con 43,6 %, lo cuál, guarda
    relación con los constantes enfrentamientos de este sector
    de la población con grupos paramilitares, condicionado por
    el ambiente de violencia que vive ese país; caídas
    de alturas y sumersión 34,6 %, accidentes de
    tránsito 15,4 %, heridas por armas corto punzantes 1,3 % y
    electrocución 1,3 %.

    En sentido general, la mayoría de los autores
    coinciden en que actualmente los accidentes de tránsito
    constituyen la primera causa de los traumas
    raquimedulares.

    Tabla 5. Distribución de los pacientes con
    traumatismos raquimedulares ingresados en el Hospital Provincial"
    Camilo Cienfuegos" de Sancti Spíritus durante el
    año 2006, según la etiología del trauma y el
    sexo.

    Monografias.com

    Fuente: Historias
    Clínicas.

    Se estableció una relación entre la
    etiología de los traumatismos raquimedulares y el sexo de
    los pacientes estudiados; tabla 5, donde se destaca que de los 32
    accidentes de tránsito, 26 de ellos ocurrieron en el sexo
    masculino, para un 74,20 % y 6 en pacientes femeninas, que
    representó un 37,50 %; con respecto a los 6 accidentes
    laborales, 5 ocurrieron en hombres, para un 14,28 % y sólo
    uno en mujeres, para un 6,25 %. Tuvieron lugar 9 accidentes
    casuales, predominando en ellos el sexo femenino con 7 pacientes,
    para un 43,75 %, mientras que, el sexo masculino, aportó 2
    pacientes, que representó un 5,71 % de todos los casos.
    Los accidentes deportivos comportaron similar frecuencia en ambos
    sexos.

    En 1966, la Asamblea Nacional de la Salud en Ginebra
    definió los accidentes de tránsito como un problema
    de salud; de manera que se torna urgente la lucha organizada
    contra la endemia de los accidentes, que van adquiriendo
    carácter epidémico, como primera causa de muerte en
    los primeros cincuenta años de la vida y cuarta para todas
    las edades. Se calcula que tan solo en las carreteras de los
    países del mundo desarrollado, perecen anualmente 2,5
    millones de personas y otros 10 millones quedan mutilados o
    lesionados.

    El predominio del sexo masculino en los accidentes de
    tránsito, se debe a que estos individuos realizan
    actividades laborales y sociales de mayor riesgo, favorecido en
    muchos casos, por actitudes inmaduras con respecto a las medidas
    de profilaxis de los accidentes, como son la falta de
    cumplimiento de las leyes del tránsito, el uso inadecuado
    de medios de protección, como el casco y el
    cinturón de seguridad y la conducción de
    vehículos bajo los efectos de la ingestión de
    bebidas alcohólicas, entre otros. Esto coincide
    ampliamente con la literatura revisada 6, 8, 17, 21, 36,
    39.

    Tabla 6. Fracturas más frecuentes
    observadas en los pacientes con traumatismos raquimedulares.
    Hospital" Camilo Cienfuegos" de Sancti Spíritus.
    Año 2006.

    Fracturas más frecuentes

    No

    %

    Aplastamiento

    36

    70,58

    Fractura- luxación

    3

    5,88

    Luxación unilateral

    8

    15,68

    Luxación bilateral

    2

    3,92

    Fractura en" lágrima"

    1

    1,96

    Estallido

    1

    1,96

    Total

    51

    100

    Fuente: Historias
    Clínicas.

    La tabla 6 presenta las fracturas más frecuentes
    encontradas en esta casuística. Las fracturas por
    aplastamiento resultaron ser las más frecuentes con 36
    casos para un 70,58 %, seguidas por la luxación unilateral
    con 8 casos, que representó un 15,68 % de todos los
    pacientes estudiados; la fractura- luxación aportó
    3 pacientes, para un 5,88 % y la luxación bilateral con 2
    casos, para un 3,92 %. Con relación a las fracturas en
    estallido y en" lágrima" sólo se reportó 1
    caso de cada una, representando un 1,96 % de los pacientes
    analizados.

    La gran mayoría de las fracturas pueden y deben
    ser diagnosticadas mediante estudios radiológicos simples
    tras el accidente, las radiografías en proyecciones
    anteroposterior y lateral nos mostrarán la línea de
    fractura, así como sus posibles desplazamientos. Esta
    exploración puede completarse mediante estudios con
    Tomografía Axial Computarizada y Resonancia
    Magnética Nuclear, para valorar posibles lesiones
    ligamentosas u óseas asociadas y el estado de la
    médula. Los avances en pruebas de imágen que han
    surgido en las últimas décadas proporcionan al
    facultativo la posibilidad de limitar al máximo, el
    márgen de error en la evaluación de la
    patología traumática del raquis 40.

    En un estudio realizado por Martín Ferrer 44 en
    el servicio de neurocirugía del Hospital Universitario"
    Joseph Trueta" en Girona reportó 54 pacientes para un
    71,64 % de fracturas por aplastamiento, así como 20
    pacientes para un 28,35 % de luxaciones unilaterales, lo
    cuál coincide con los resultados encontrados por la
    autora. Asimismo, Gonzáles de la Torre y col. 12 en un
    estudio realizado desde enero de 1999 hasta diciembre del
    año 2000 en el Hospital Juárez de México,
    reportó resultados muy similares a los encontrados en el
    estudio que se presenta.

    De la literatura revisada, sólo Romero Meza 43 en
    su trabajo realizado en el Hospital Militar de Santafé de
    Bogotá, no concuerda con lo reportado en la presente
    investigación. La autora opina que esto se encuentra en
    relación con el predominio de las heridas por armas de
    fuego reportadas por Romero Meza en su estudio; como consecuencia
    del constante estado de violencia que vive Colombia.

    Gráfico 1. Distribución de los
    pacientes con traumatismos raquimedulares ingresados en el
    Hospital Provincial" Camilo Cienfuegos" de Sancti Spíritus
    durante el año 2006 según la localización de
    la lesión.

    Monografias.com

    Fuente: Historias
    Clínicas.

    El gráfico 1, muestra la localización
    topográfica de las lesiones, donde se observó un
    predominio a nivel de la columna cervical con 32 pacientes, para
    un 62,74 %, seguidas por las lesiones lumbosacras con 16
    pacientes, que representó un 31,37 %. Con respecto a las
    lesiones dorsales, sólo se reportaron 3 casos, para un
    5,88 % de todos los casos estudiados.

    Las lesiones de columna ocurren predominantemente en los
    segmentos móviles cervical y lumbar. En la región
    lumbar baja las lesiones traumáticas preferentemente
    rompen discos; en la unión toraco- lumbar
    predominantemente causan fracturas. Las fracturas de la columna
    torácica son raras por la protección que significa
    la caja torácica, pero de ocurrir son particularmente
    graves, por incluir traumatismos del tronco y a menudo
    daño irreversible en la médula espinal. Las
    fracturas cervicales ocurren por angulación aguda del
    cuello en sacudidas de flexo- extensión, como en
    accidentes automovilísticos o en flexión marcada
    por caídas de alturas o zambullidas en aguas poco
    profundas 28, 31.

    Al comparar los resultados que se presentan con otras
    series, se observa lo siguiente:

    Martínez Padilla 45 en un estudio realizado en el
    Centro de Atención para Lesionados Raquimedulares de la
    Ciudad de México del primero de marzo al treinta de
    noviembre del 2006, reportó 51 pacientes, para un 73,91 %
    de lesiones cervicales, seguidas por 13 pacientes, para un 18,84
    % con lesiones lumbosacras y 5 casos para un 7,24 % que
    presentaron lesión de la columna dorsal, lo cuál
    coincide con la casuística presentada. Caballero
    Chacón 46, 47 y Nieto Sampedro 48 reportan similares
    resultados a los presentados en esta
    investigación.

    A juicio de la autora y según la
    bibliografía consultada, la columna cervical resulta
    particularmente sensible a los traumatismos, debido a que la
    misma soporta el peso de la cabeza, aproximadamente entre siete y
    diez kilogramos de peso, los músculos que la rodean son
    pequeños y no existen otros huesos que contribuyan a la
    protección de la misma. Todo esto, unido a que es la
    región de mayor movilidad de la columna y que constituye
    la zona de unión de dos elementos rígidos que son
    la cabeza y el tórax, hacen de la columna cervical el
    sitio más vulnerable ante la ocurrencia de un
    trauma.

    Tabla 7. Clasificación funcional de los
    traumas raquimedulares y su relación con la
    localización topográfica. Hospital Provincial"
    Camilo Cienfuegos". Sancti Spíritus. 2006.

    Monografias.com

    Fuente: Historias
    Clínicas.

    La clasificación funcional de los traumatismos
    raquimedulares se ilustra en la tabla 7. Se reportaron 49 casos
    de lesión incompleta, para un 96 % de todos los pacientes
    estudiados, de los cuáles, 30, para un 93,75 % ocurrieron
    en la columna cervical. En relación con las localizaciones
    dorsales y lumbosacras, todos los casos presentaron lesiones
    incompletas, para un 100 % de las mismas. En cuanto a las
    lesiones completas, se informaron 2 casos, para un 6,25 %,
    ubicándose ambos en la región cervical.

    El primer documento exhaustivo acerca de la
    lesión medular completa fue de Theoder Kocher en 1896. La
    misma se caracteriza por una pérdida definitiva de la
    sensibilidad y de la fuerza muscular por debajo del sitio de la
    lesión y constituye la forma más severa; en tanto
    que, en la lesión incompleta, las funciones motoras pueden
    estar perdidas parcialmente o completamente desde el nivel de
    afectación y sólo hay pérdida parcial de las
    funciones sensitivas 9, 12, 23.

    En la mayoría de las series publicadas se
    describe una mayor incidencia de lesiones incompletas y varios
    autores como Vaccaro 31, Martín Ferrer 44 y Nieto Sampedro
    48 entre otros, concuerdan en que existe una gran relación
    entre lesión completa y localización
    topográfica de la misma en la región
    cervical.

    El único estudio que reportó un predominio
    de lesiones completas estuvo a cargo de Gonzáles de la
    Torre 12 en el Hospital General La Villa en la Ciudad de
    México, donde se estudiaron 44 pacientes y de ellos, 28
    casos, para un 64 %, presentaron lesión medular completa y
    16 pacientes, lesión incompleta, que representó un
    36 % de todos los casos.

    Además de las lesiones primarias que se producen
    directamente en el momento del traumatismo raquimedular, existen
    lesiones secundarias que aparecen posteriormente. Algunas se
    deben a las alteraciones post- traumática de las funciones
    vitales, que en ocasiones se presentan; por ejemplo la hipoxia o
    la isquemia medular. Otras lesiones secundarias se deben a un
    manejo inadecuado de estos pacientes. Actualmente el tratamiento
    conservador de las fracturas de la columna vertebral atrae el
    interés de muchos médicos; tal vez porque la
    cirugía de las fracturas vertebrales no obtiene resultados
    satisfactorios, lo cuál puede guardar relación con
    el hecho que la mayoría de los argumentos a favor de la
    intervención quirúrgica, están basadas en
    estudios observacionales y apenas existen estudio basados en la
    evidencia. La principal ventaja del tratamiento conservador
    consiste en la ausencia de morbilidad asociada a la vía de
    acceso. Otras ventajas del tratamiento conservador son la corta
    duración del ingreso hospitalario y la rápida
    derivación hacia las terapias de rehabilitación 14,
    18, 37, 46, 47.

    Tabla 8. Distribución de los pacientes con
    traumas raquimedulares ingresados en el Hospital Provincial"
    Camilo Cienfuegos" de Sancti Spíritus durante el
    año 2006 según los tratamientos
    recibidos.

    Tratamientos

    No

    %

    Médico conservador

    44

    86,27

    Quirúrgico

    7

    13,72

    Total

    51

    100

    Fuente: Historias
    Clínicas.

    La tabla 8, distribuye los pacientes según el
    tratamiento recibido, observándose, que 44 pacientes, para
    un 86,27 %, recibieron tratamiento médico conservador y
    sólo 7 casos, o sea, 13,72 % de todos los pacientes
    estudiados fueron tributarios de tratamiento
    quirúrgico.

    Forner Cordero 49 en un estudio realizado en el Hospital
    La Fe de Valencia entre 2000- 2002, para comparar el tratamiento
    conservador versus quirúrgico, concluyó que de un
    total de 223 pacientes estudiados, 115 de ellos recibieron
    tratamiento médico conservador, para un 51,8 % y 107 casos
    necesitaron intervención quirúrgica, lo que
    representó un 48,2 %, lo cuál coincide con nuestra
    casuística; aunque en el estudio que se presenta el
    número de pacientes tributarios de tratamiento
    quirúrgico fue escaso.

    Otros autores como Donovan 22 y Alund 27 reportaron
    series similares al trabajo que se presenta. Moras
    Hernández 14 en un estudio realizado en el año 2006
    en el Hospital Clínico Quirúrgico Manuel Ascunce
    Doménech de Camaguey, reportó un 82,25 % de los
    pacientes con tratamiento conservador y sólo el 17,75 % de
    los casos resultaron operados.

    El tratamiento conservador, cada vez más
    orientado hacia lo funcional, es el recomendado en una
    mayoría de fracturas, en las cuáles el
    pronóstico parece claramente favorable y su tendencia a
    las complicaciones son mínimas. La conducta
    quirúrgica debe reservarse para aquellos casos en los que
    las características de la fractura hagan temer una mala
    evolución.

    La decisión entre tratamiento conservador o
    quirúrgico, dependerá de un análisis
    específico para cada paciente; en el que será
    conveniente incluir, además de factores como la
    región lesionada de la columna, el mecanismo de
    lesión, el grado de destrucción de la
    vértebra y sus ligamentos, la presencia de luxación
    o cifosis inicial y el déficit neurológico, otros
    elementos como: estado físico y pronóstico vital
    del paciente, así como la actividad a esperar, de acuerdo
    a su estilo de vida y el tipo de trabajo que realiza 17, 22,
    38.

    Tabla 9. Evolución de los pacientes con
    traumas raquimedulares. Hospital Provincial" Camilo Cienfuegos"
    de Sancti Spíritus. Año 2006.

    Evolución

    No

    %

    Vivo

    49

    96,07

    Fallecido

    2

    3,92

    Total

    51

    100

    Fuente: Historias
    Clínicas.

    La tabla 9 muestra la evolución que siguieron los
    pacientes. Se observa como 49 pacientes para un 96,07 % siguieron
    una evolución favorable y fueron egresados vivos y
    sólo en 2 casos tuvieron un desenlace fatal, lo que
    representó un 3,92 %.

    En un estudio realizado por Rodríguez
    Suárez 39 en el Hospital Universitario" doctor Gustavo
    Aldereguía Lima" de Cienfuegos, en una serie de 32
    pacientes, reportó sólo un fallecido, para un 3,12
    % de todos los casos; coincidiendo con la presente
    investigación, donde predominaron los pacientes que
    egresaron vivos. Asimismo, Pereira Riverón 3 en Ciudad de
    la Habana y García Reneses 8 en España, obtuvieron
    resultados similares a los mostrados en el presente
    estudio.

    En opinión de la autora, sólo cuando se
    cuenta con un eficiente servicio para emergencias médicas,
    se puede brindar a los pacientes con traumatismos raquimedulares
    los beneficios de una recogida calificada, reanimación
    respiratoria y circulatoria e inmovilización de la columna
    vertebral en el sitio del accidente y transportación
    asistida hasta el centro de atención secundaria, por
    personal médico y paramédico. Además resulta
    de suma importancia que los pacientes con estos traumas; cuando
    son graves, lleguen a un centro especializado en la
    atención de estas lesiones, dentro de las tres horas
    posteriores al accidente, o al menos, que en ese lapso de tiempo,
    reciban tratamiento de neuroprotección como la
    metilprednisolona y la oxigenación que requiere el sistema
    nervioso central; ya que, de la reanimación inicial y
    transportación eficiente a cargo de los centros de
    atención primaria y el Sistema Integrado de Urgencias
    Médicas y las posibles acciones quirúrgicas o de
    tratamiento médico intensivo, realizados en las primeras
    horas en un centro especializado, dependerán, en
    aproximadamente la mitad de los lesionados, sus posibilidades de
    supervivencia y de reintegrarse plenamente a la vida social.
    También es válido señalar, que existe otro
    grupo de pacientes, afortunadamente reducido en la mayoría
    de las series, en los que las lesiones primarias no
    permitirán su recuperación; al menos, con los
    conocimientos actuales.

    Tabla 10. Complicaciones más frecuentes en
    los pacientes con traumas raquimedulares. Hospital Provincial"
    Camilo Cienfuegos". Sancti Spíritus. 2006.

    Complicaciones

    No

    %

    Hemorragia digestiva alta

    2

    14,28

    Úlceras por presión

    3

    21,42

    Infecciones nosocomiales

    5

    35,71

    Vejiga neurogénica

    3

    21,42

    Fenómenos tromboembólicos

    1

    7,14

    Total

    14

    100

    Fuente: Historias
    Clínicas.

    La tabla 10 expone las complicaciones más
    frecuentes, ocupando el primer lugar las infecciones nosocomiales
    en 5 pacientes, para un 35,71 %, seguidas de la vejiga
    neurogénica y las úlceras por presión con 3
    casos de cada una, representando un 21,42 % respectivamente. Se
    reportaron dos pacientes con hemorragia digestiva alta, para un
    14,28 % y sólo un paciente presentó
    fenómenos tromboembólicos, para un 7,14 % de todos
    los casos.

    En las etapas iniciales, las infecciones nosocomiales
    son más frecuentes en los traumas raquimedulares abiertos
    o en los cerrados que requieran cirugía urgente, por lo
    que debe realizarse profilaxis antibiótica preoperatoria;
    en las fases tardías las sepsis generalmente obedecen al
    encamamiento, al uso de cateterismo vesical,
    broncoaspiración de alimentos, entre otros 35, 43, 54,
    55.

    La hemorragia digestiva alta es un evento que puede
    causarnos problemas desde la llegada del paciente a la sala de
    emergencias, por lo que se aconseja utilizar tratamiento
    antisecretor de forma sistemática 31, 43, 46,
    47.

    Los fenómenos tromboembólicos,
    principalmente la trombosis venosa profunda y el tromboembolismo
    pulmonar son frecuentes. La profilaxis con heparina de bajo peso
    molecular en el área de urgencias durante las primeras
    horas tras el traumatismo puede suponer la aparición de
    hemorragias a otros niveles, especialmente graves en pacientes
    con traumas craneoencefálicos, por lo que parece razonable
    demorarla, sobre todo si se tienen en cuenta los frecuentes
    trastornos de la coagulación que presentan los pacientes
    con politraumatismos. Las úlceras por presión son
    de aparición más tardía 56, 57.

    En el pasado lejano, la condición de
    paraplejía se acompañaba de graves infecciones
    urinarias, en la actualidad, el mejor manejo del vaciamiento
    vesical, con la colocación de una sonda de Folley en las
    primeras horas del traumatismo para evitar la
    sobredistención vesical que dañaría los
    plexos nerviosos intramurales de la vejiga, dificultando la
    recuperación de su tono original; y el control de las
    infecciones, junto a los programas de rehabilitación
    precoz del lesionado, han mejorado enormemente la
    recuperación de los mismos 47, 58, 59, 60.

    Según Martínez Padilla 42 en su serie, la
    hemorragia digestiva alta fue la complicación más
    frecuente, ocupando el 38,62 % de los casos, seguidas por las
    sepsis nosocomiales con un 24,36 %, la vejiga neurogénica
    con 20,29 % y las úlceras por presión con 16,71 %;
    este autor no reportó fenómenos
    tromboembólicos en su serie. Esto difiere con la
    casuística presentada por la autora, ya que en la misma
    predomina la hemorragia digestiva alta como complicación
    más frecuente. Sin embargo, los reportes de otros autores
    como Pihlajamaki 34, Fritzell 35 y Faraj 60 coinciden con los
    resultados presentados en la investigación.

    Conclusiones

    El diagnóstico del problema de la
    investigación en cuanto a la incidencia de los
    traumatismos raquimedulares en la provincia de Sancti
    Spíritus, permitió determinar que la
    problemática con relación a esta patología
    se encuentra focalizada en la morbilidad, debido a que la
    mortalidad por dicha afección no comportó cifras
    alarmantes. Se comprobó un predominio del sexo masculino
    en las edades comprendidas entre 15-24 años porque es el
    grupo implicado en las actividades más violentas y de
    mayor riesgo.

    Los accidentes de tránsito constituyeron la
    etiología predominante, lo cual se ve favorecido en muchos
    casos por actitudes inmaduras con respecto a las medidas de
    profilaxis de los mismos, como son la falta de cumplimiento de
    las leyes del tránsito, el uso inadecuado de medios de
    protección, como el casco y el cinturón de
    seguridad y la conducción de vehículos bajo los
    efectos de la ingestión de bebidas alcohólicas.
    Estos accidentes aportaron un mayor número de fracturas
    por aplastamiento con localización mayoritaria a nivel de
    la columna cervical ya que esta resulta particularmente sensible
    a los traumatismos, debido a que soporta el peso de la cabeza,
    los músculos que la rodean son pequeños y no
    existen otros huesos que contribuyan a la protección de la
    misma; esto unido a que es la región de mayor movilidad de
    la columna y que constituye la zona de unión de dos
    elementos rígidos que son la cabeza y el tórax,
    hacen de la columna cervical el sitio más vulnerable ante
    la ocurrencia de un trauma.

    En cuanto a la clasificación funcional las
    lesiones incompletas resultaron predominantes, ubicadas
    también en la región cervical y el mayor
    número de pacientes recibió tratamiento
    médico conservador, este tipo de tratamiento orientado
    cada vez más hacia lo funcional, es el recomendado en la
    mayoría de las fracturas; reservándose la conducta
    quirúrgica para aquellos casos en los que las
    características de la fractura hagan temer una mala
    evolución, aunque la decisión entre tratamiento
    médico conservador o quirúrgico, dependerá
    de un análisis específico para cada
    paciente.

    El mayor porciento de los pacientes fueron egresados
    vivos y sólo se reportaron dos defunciones, las cuales
    ocurrieron en el sexo masculino, esto se debe a que son
    precisamente los hombres, quienes realizan las actividades
    más difíciles y peligrosas y también son los
    protagonistas de la mayoría de los accidentes de
    tránsito.

    La infección nosocomial resultó la
    complicación más frecuente, la cuál obedece
    generalmente al encamamiento, al uso de cateterismo vesical, a la
    broncoaspiración de alimentos, entre otros; además
    se reportaron otras complicaciones como las úlceras por
    presión, la vejiga neurogénica, la hemorragia
    digestiva alta y los fenómenos
    tromboembólicos.

    Recomendaciones

    • Profundizar sobre el conocimiento acerca del
      comportamiento de los traumatismos raquimedulares en la
      provincia de Sancti Spíritus, ampliando los
      períodos de tiempo a estudiar.

    • Ofertar cursos de adiestramiento en el manejo
      integral del politraumatizado y específicamente ante
      la sospecha de lesiones medulares, como realizar
      inmovilización básica y transportación
      adecuada.

    • Informar a la población en general a
      través de los medios audiovisuales sobre el
      mínimo de ayuda que puede brindar y sobre todo, lo que
      no deben hacer con estos lesionados.

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    Autor:

    MSc.Dra. Yasmina Estepe Fernández (*)

    MSc.Dr.Domingo Ramón Fleitas García
    (**)

    * Especialista de 1er grado en Anestesiología y
    Reanimación. MSc en Urgencias Medicas.MSc en
    Bioética

    * * Especialista de1er grado en Neurocirugía. MSc en
    Urgencias Médicas. MSc en Bioética. Profesor
    Instructor

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