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La crisis económica de la Unión Europea: ¿Complejo de Saturno o Síndrome de Estocolmo? Parte I (página 2)




Enviado por Ricardo Lomoro



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8

Pero la globalización (por la vía de la
financierización internacional), la liberación del
comercio exterior (por la apertura de mercados y las rebajas de
aranceles a países de fuera de la región) y por los
diferentes grados de desarrollo económico de los socios,
han hecho saltar las costuras y la "gran carpa" ha comenzado a
perder aire. Eso que los técnicos
(eufemísticamente) llaman "asimetrías". En una
palabra, se jodió el invento…

Se puede atribuir a la "irresponsabilidad" de los PIGS
(irrefutable), a la "deslealtad" inglesa (evidente), a la
"subsidiaridad" francesa (el último país
socialista), o a la "racanería" alemana (que no se muestra
dispuesta a comprar más "chucherías" a sus
"socios", para que ellos puedan comprar sus Mercedes, o a darles
crédito suficiente, como hacen los chinos con los
norteamericanos, para que sigan viviendo el "sueño
americano"). Lo uno por lo otro y la casa sin
barrer…

Entre los pecados "originales", dignos de
reseñar, de esta "des-Unión Europea", está
el temor reverencial y agradecimiento eterno que sienten los
alemanes por los EEUU. Las "chocolatinas" de la guerra, dicen los
mayores. En definitiva, ni honra, ni barcos. O sea.

Tal vez por eso, ha resultado tan fácil para la
banca americana y los brujos de Wall Street extender
(¿contagiar?) su "way of life" por el ámbito
europeo. El sida financiero que inoculó la mayor crisis
económica desde el fin de la segunda guerra mundial puede
terminar matando al proyecto de la Unión. Dejando claro
que el virus vino de los EEUU (responsable inicial), pero su
principal portador europeo ha sido Gran Bretaña
(responsable subsidiario), les dejo con un pequeño relato
(inicialmente gracioso, finalmente dramático) sobre la
estupidez de Heidi (una cervecera alemana) y la
titulización de las deudas. Tanto como para "relajar" un
poco esta desdichada crónica.

La crisis financiera explicada de manera
sencilla

Heidi es la propietaria de un bar en
Berlín.

Como es natural, quiere aumentar las ventas, y decide
permitir que sus clientes, la mayoría de los cuales son
alcohólicos en paro, beban hoy y paguen otro
día.

Va anotando en un cuaderno todo lo que consumen cada uno
de sus clientes.

Esta es una manera como otra cualquiera de concederles
préstamos.

Muy pronto, gracias al boca a boca, el bar de Heidi se
empieza a llenar de más clientes.

Como sus clientes no tienen que pagar al instante, Heidi
decide aumentar los beneficios subiendo el precio de la cerveza y
del vino, que son las bebidas que sus clientes consumen en mayor
cantidad.

El margen de beneficios aumenta
vertiginosamente.

Un empleado del banco más cercano, muy
emprendedor, y que trabaja de director en la sección de
servicio al cliente, se da cuenta de que las deudas de los
clientes del bar son activos de alto valor, y decide aumentar la
cantidad del préstamo a Heidi.

El empleado del banco no ve ninguna razón para
preocuparse, ya que el préstamo bancario tiene como base
para su devolución las deudas de los clientes del
bar.

En las oficinas del banco los directivos convierten
estos activos bancarios en "bebida-bonos", "alco-bonos" y
"vómito-bonos" bancarios.

Estos bonos pasan a comercializarse y a cambiar de manos
en el mercado financiero internacional.

Nadie comprende en realidad qué significan los
nombres tan raros de esos bonos; tampoco entienden qué
garantía tienen estos bonos, ni siquiera si tienen alguna
garantía o no. Pero como los precios siguen subiendo
constantemente, el valor de los bonos sube también
constantemente.

Sin embargo, aunque los precios siguen subiendo, un
día un asesor de riesgos financieros que trabaja en el
mismo banco (asesor al que por cierto despiden pronto a causa de
su pesimismo) decide que ha llegado el momento de demandar el
pago de las deudas de los clientes del bar de Heidi.

Pero, claro está, no pueden pagar las
deudas.

Heidi no puede devolver sus préstamos bancarios y
entra en bancarrota.

Los "bebida-bonos" y los "alco-bonos" sufren una
caída de un 95% de su valor. Los "vómito-bonos" van
ligeramente mejor, ya que sólo caen un 80%.

Las compañías que proveen al bar de Heidi,
que le dieron largos plazos para los pagos y que también
adquirieron bonos cuando su precio empezó a subir, se
encuentran en una situación inédita.

El proveedor de vinos entra en bancarrota, y el
proveedor de cerveza tiene que vender el negocio a otra
compañía de la competencia.

El gobierno, tras conversaciones entre el presidente del
gobierno y los líderes de los otros partidos
políticos, interviene para salvar al banco, porque claro,
los bancos son las venas mismas de la economía de un
país (y porque son poderosos, aún más que
los gobiernos)

Para poder financiar el rescate del banco, el gobierno
introduce un nuevo impuesto muy elevado que… pagarán los
abstemios.

¡Por fin! ¡Una explicación que
entiendo!

(Lo valioso de las explicaciones es que sean sencillas
para quienes no son especialistas en el tema. Pero lo cierto es
que el bar estaba en USA no en Alemania…)

Después vinieron "volando" los PIGS y pusieron
contra las cuerdas a Heidi, al abuelito de Heidi y hasta a la
Señorita Rottenmeier… Al final, los "camareros" del
Club Med, han resultado ser unos africanos y amenazan con
estropear las vacaciones de sol y playa de los laboriosos
alemanes o el bucólico retiro de los jubilados
teutónicos.

Tomemos nota de la extraña levedad de Europa, e
intentemos ver si es posible "no acabar como el Rosario de la
Aurora":

"En las últimas horas de la cumbre de
Copenhague sobre el cambio climático, el primer ministro
chino, Wen Jiabao, organizó una reunión con otros
líderes de grandes países en desarrollo, el
presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y
sus colegas, indio, Manmohan Singh, y sudafricano, Jacob
Zuma.

Al rato, apareció Barack Obama con Hillary
Clinton, y un par de horas después sellaron el pacto que
cerró la cumbre. El presidente de turno de la UE, el sueco
Frederick Reinfeldt, se enteró del acuerdo por
SMS"…
La Unión Europea lucha contra la irrelevancia
(El Mundo – 31/10/09)

"No corresponde a la Unión Europea rescatar a
los países miembros con problemas de presupuesto, como
Grecia, según indicó el martes un importante
portavoz presupuestario del partido Conservador de la canciller
alemana Angela Merkel.

Norbert Barthle indicó que Grecia tan
sólo es "la punta del iceberg", y señaló a
Italia, España, Irlanda, Letonia y Hungría como
otros países europeos con problemas, informa
Reuters"…
Alemania avisa: no es trabajo de la UE "rescatar
a estados en quiebra" (Libertad Digital –
16/12/09)

"Salta la espita en el seno de la UE. La
Comisión Europea (CE) estudia acudir al rescate de Grecia,
evitando así la ignominia que supondría que un
país de la zona euro acuda al Fondo Monetario
Internacional (FMI). El Gobierno griego niega este plan y
responde que no necesitan un "rescate"…
La UE estudia
rescatar a Grecia mediante créditos extraordinarios o
avales (Libertad Digital – 21/1/10)

"Este año, se suponía que la
Unión Europea formada por 27 países,
alcanzaría la mayoría de edad como protagonista en
el escenario mundial, impulsada por el Tratado de Lisboa, que ha
simplificado la engorrosa estructura institucional de la UE. En
cambio, Europa está empezando a verse como el perdedor en
un nuevo orden geopolítico dominado por Estados Unidos y
las potencias emergentes, lideradas por China"…
Los
sueños de grandeza de Europa menguan (The Wall Street
Journal – 30/1/10)

"Los funcionarios europeos no tardan en ridiculizar
cualquier especulación sobre un rescate de Grecia e
insisten en que lo que Atenas necesita es poner en orden sus
finanzas.

Pero si se intensifican los temores que han
infectado a algunos de los miembros más débiles de
la zona euro y Grecia tiene dificultades para refinanciar su
elevada deuda, las autoridades europeas dispondrán de
varias opciones para ayudar al país a salir del
atolladero"…
En caso de ser necesario,
¿quién saldría al rescate de Grecia? (The
Wall Street Journal – 9/2/10)

"La quiebra del gigante estadounidense de la banca
de inversión Lehman Brothers en septiembre de 2008
cortó la respiración del sistema financiero
mundial, igual que el desplome de las Torres Gemelas tras los
sangrientos atentados del 11-S en Nueva York marcó un
antes y un después en el orden mundial.

En las semanas siguientes al caso Lehman, las
entidades bancarias a ambos lados del Atlántico comenzaron
a caer como moscas, y sólo la intervención de los
Estados evitó lo que iba camino de convertirse en una
masacre financiera.

Las más o menos discretas maniobras en las
últimas semanas de los Gobiernos de la UE para apuntalar
las finanzas públicas de Grecia y evitar su bancarrota
persiguen precisamente evitar que el efecto dominó que
vivió la banca a finales de 2008 se repita, pero con los
Estados como víctimas. El objetivo de los líderes
europeos es dejar claro a los especuladores que las capitales del
Viejo Continente serán solidarias entre ellas. Y que
apostar por quebrar eslabones débiles como Grecia,
Portugal o España no tendrá premio porque no se
romperá la cadena"…
El euro pone a prueba la
solidaridad de la UE (El Economista – 11/2/10)

"La crisis griega brinda la oportunidad a
París y Berlín de controlar a sus vecinos y marcar
las directrices de la política de la zona euro"…

Merkel y Sarkozy sacan tajada (El Mundo –
14/2/10)

"El rescate de Grecia no sólo afectará
la deuda soberana en el viejo continente sino la soberanía
de cada país"…
La tragedia griega que
cambió a Europa (The Wall Street Journal –
16/2/10)

"El siglo XXI comenzó a toda velocidad en
Grecia. Saludó la nueva centuria con su
incorporación a la Europa del euro, de la que en principio
había quedado fuera pero a la que luego se adhirió
en 2001, ya con los criterios establecidos en Maastricht en el
bolsillo. Tres años después, volvió a ser la
casa de los Juegos Olímpicos. Demasiadas emociones
fuertes. Y ahora se están pagando en forma del
déficit público más elevado de la zona euro
y el riesgo de impago pendiendo como una espada de Damocles sobre
el país.

Esta tesitura ha planteado un dilema al resto de
eurosocios. ¿Conviene respaldar a Grecia para proteger
así al euro? El cuerpo lo pide, pero la cabeza dice que
esta maniobra está repleta de riesgos"…
Cierren la
puerta a Grecia (El Economista – 20/2/10)

"Las desigualdades y desequilibrios internos de la
euro zona, que benefician a Alemania, son el verdadero problema
del euro, dice un ex Secretario de Estado del Ministerio de
Finanzas alemán"…
¿Nostalgia por el
Marco? (La Vanguardia21/2/10)

"Siguiendo la prensa económica internacional,
podríamos llegar a una conclusión cierta: el
sistema político-económico mundial funciona ya de
tal manera que es más fácil que quiebre un
país que un banco. Estos últimos son siempre
demasiado grandes para cerrar y son los contribuyentes los que
les tienen que asistir. Por otra parte, la zona euro, a pesar de
que es producto de la voluntad política de 16
países, se puede desplomar, porque Grecia tiene unas
deudas muy grandes"…
Tragedia griega, drama europeo (El
Mundo – 21/2/10)

"Con frecuencia se expone que las raíces de
la crisis financiera de Grecia se remontan al diseño de la
divisa única europea. En realidad, es aún peor. La
crisis griega guarda relación con la misma base sobre la
que se ha edificado la unidad europea en los últimos 60
años. Es una amenaza no sólo para el euro, sino
para todo el complejo de la UE.

El riesgo para Europa ahora es que si la UE no
realiza avances en materia de política como respuesta a la
crisis griega, dará un paso atrás -y el largo
proceso de integración europea podría comenzar a
derrumbarse-"…
Grecia amenaza no sólo al euro
(Expansión – 24/2/10)

"Parto del supuesto de que los Gobiernos europeos no
se pondrán de acuerdo para violar la ley vigente", declara
el antiguo miembro del Tribunal Constitucional alemán en
una entrevista adelantada hoy por el semanario "Der
Spiegel".

En el caso de que, pese a todo, esas ayudas se
produzcan, existe la posibilidad de recurrir y los parlamentos o
diputados podrían presentar denuncias ante sus respectivos
tribunales constitucionales, señala Kirchhof"…
Un
experto advierte de que las ayudas a Grecia vulneran los tratados
de la UE (El Economista – 28/2/10)

La crisis griega ha demostrado que los organismos
financieros de la UE no tienen las facultades para obligar a los
países miembros que se desvían del camino a ordenar
su casa, señala en una entrevista Jean-Pierre Jouyet,
presidente de la superintendencia francesa de bolsas.
"Necesitamos nuevas herramientas para manejar estos
desequilibrios, porque un pacto sin sanciones no basta", dice
Jouyet, quien también fue ministro de Finanzas de
Francia.

¿Será posible pasar del gigante
económico (ahora, entre dudas y deudas) y el enano
político (sin peso internacional), al gigante
económico (independiente) y al gigante político
(soberano)? Aprovechando las "rebajas", tal
vez…

Mal que les pese a los "socios" atlánticos
(EEUU y el "submarino" británico).

– La verdad de la milanesa (víctimas
colaterales: no hagan olas, muchachos…)

(Traducción para lectores no argentinos)
Milanesa: filete de carne empanado; el desplazamiento de
significado se relaciona con la expresión consignada, que
alude a un posible engaño respecto de la carne oculta. La
verdad de la milanesa: supuesto conocimiento de una causa
encubierta. (Diccionario etimológico del lunfardo – Oscar
Conde – Taurus 2004)

¿Por qué pueden ser rescatados los
bancos y no los países? O si ustedes quieren, ¿por
qué hay que rescatar a los países, sí y
sólo si, con ello se salvan a los bancos?

El "veleidoso" (Napo) Sarkozy (en el tiempo que le queda
entre las prácticas de movilidad del pelvis y la
atenciones dedicadas al pubis angelical de Carla) se da prisas
para solucionar el problema de la deuda griega, en clave de
resolver el problema de los bancos franceses que se han quedado
"pringados" con los bonos helénicos.

La "hacendosa" Merkel (haciendo memoria de sus
épocas en la Alemania Oriental) deja de lado los "usos y
costumbres" teutónicos, para no dejar caer a Grecia, si
con ello atiende las reclamaciones de los bancos alemanes
"ahítos" de deuda soberana ateniense.

Esa es la verdad de la milanesa. Grecia les importa
una "higa". Lo único que los moviliza es el riesgo de que
el Partenón se caiga sobre el balance de los bancos
franceses y alemanes. Hecha la trampa… se hace la
ley.

El Banco Central Europeo que tuvo y tiene dinero para
monetizar la deuda de los bancos, no la tiene (o quiere tener)
para monetizar la deuda de los países miembros. El BCE que
repartió dinero a espuertas para salvar a los bancos
sub-prime (y otras estafas piramidales), se hace el abstemio y
sugiere a Grecia que vaya a "alcohólicos anónimos"
para resolver su "adicción" a la deuda. Para los bancos
hay dinero. Para Grecia (y otros PIGS) sólo
"metadona".

¿Por qué el BCE se "traga" todos los
títulos sub-prime que le dan los bancos y no tiene
capacidad para lanzar un "bono europeo" que consolide la oferta y
mejore la calificación crediticia? ¿Saben lo que es
la sinergia? Colusión rima con
corrupción.

El mundo al revés (I): los bancos han cogido
dinero de los bancos centrales y ahora se lo prestan a los
gobiernos.

El mundo al revés (II): ¿cómo es
posible que los bonos corporativos tengan menor riesgo que los
bonos soberanos de algunos países de la zona
euro?

"La reciente caída en los mercados
financieros mundiales ha intensificado las dudas de los
inversionistas sobre los bancos que podrían tener
exposición a la deuda de las economías europeas en
apuros.

La preocupación es que las instituciones
financieras, en especial las de Europa, enfrenten una nueva ronda
de problemas debido a su exposición a la deuda soberana de
Grecia, Portugal, España, Irlanda y otras economías
con un mayor riesgo de declararse en cesación de pagos.
Eso podría frenar una recuperación incipiente en un
sector que tal vez no está preparado para afrontar una
nueva crisis"…
La crisis de Grecia infecta a los bancos y
la presión puede llegar a Francia y Bélgica (The
Wall Street Journal – 8/2/10)

"La enorme exposición de los bancos alemanes
y franceses a Portugal, Irlanda, Grecia y España explica
por qué las mayores economías de Europa
están actuando para rescatar a sus vecinos del sur,
según el informe de Société
Générale titulado Casamiento griego"…
La
banca europea tiene 1,5 billones expuestos a los países
con problemas (Expansión – 12/2/10)

"Alemania y Francia han sugerido en los
últimos días que el rescate de Grecia podría
ser necesario para salvaguardar la zona euro, pero ambos
países podrían tener una motivación
más apremiante: proteger sus propios bancos"…
La
deuda pesa sobre los bancos de Francia y Alemania (The Wall
Street Journal – 19/2/10)

"La banca alemana y francesa es, junto a la
británica y la suiza en menor medida, la más
expuesta a una hipotética quiebra de los denominados PIGS
(Portugal, Irlanda, Grecia y España). Los bancos europeos
tienen 185.000 millones de euros en Grecia y más de 1,5
billones en los cuatro países"…
La quiebra de los
PIGS causaría un agujero de 1,5 billones a la banca
europea (Libertad Digital – 26/2/10)

"El BCE no confía en los gobiernos de los
países de la eurozona. Al menos no lo suficiente como para
esperar que cumplan con el Pacto de Estabilidad que ellos mismos
se impusieron. Y eso que el propio Trichet ha alertado en
numerosas ocasiones sobre el peligro de perder la confianza de
los mercados"…
El déficit se dispara en la UE
– El BCE no confía en sus gobiernos: nadie cumplirá
el Pacto de Estabilidad (Libertad Digital –
12/3/10)

Una de las palabras claves que se asocian a cualquier
unión monetaria es "credibilidad". Tener una moneda en
común obliga a los estados miembros a cumplir con unas
normas que transmitan confianza a los mercados y aporten
equilibrio a toda la zona. Por eso, cuando se creó el
euro, todos los países se comprometieron con un Pacto de
Estabilidad con estrictos límites sobre el déficit
(3% del PIB) y la deuda pública (60% del PIB).

Desde el 11 de marzo, cuando publicó su
Boletín del mes, sabemos que el Banco Central Europeo
(BCE), el encargado de fijar la política monetaria
adecuada en función de las necesidades de la eurozona, no
confía en que ninguno de los países sobre los que
tiene que velar cumpla con sus obligaciones al menos en los
próximos 3 años. Es más, en sus
últimas previsiones, pronostica que el déficit del
conjunto de la eurozona se situará en el 5,6% en 2011
(casi el doble de lo permitido) y en el 3,9% en 2012, cinco
años después de iniciada la crisis. La deuda, por
su parte, llegará al 87,3% en 2012.

El problema es que, además, ningún
país cumplirá con el criterio del déficit
exigido por el BCE. Es más, lo que antes parecía un
límite inflexible, ahora se ve como una simple meta a
alcanzar según las necesidades de cada país. De
hecho, el propio informe reconoce que la deuda volverá a
caer por debajo de su nivel "recomendable", al menos "dos
décadas".

La institución presidida por Jean-Claude Trichet
no parece que esté muy tranquila con esta
situación, y alerta de las "amenazas a la sostenibilidad
de las finanzas públicas"; al reflejo que estos
incumplimientos tendrán en un posible alza de la
inflación; y a la subida en el precio que los mercados
exigirán a los gobiernos para seguir comprando su deuda
pública (y este incremento en los tipos también
lastrará a empresas y hogares).

Pero además de hacer el análisis en
conjunto, el BCE también se detiene en las cifras de cada
país. En este aspecto, España sale muy malparada en
la foto. Su déficit público estará en 2012
en el 5,3% (7,5% un año antes) si se cumplen los
pronósticos de los chicos de Trichet, lo que la
sitúa en el segundo puesto de este dudoso podio de
endeudamiento público, sólo superada como
Irlanda.

Viendo estas cifras, no es extraño que el
economista jefe del BCE, Jürgen Stark, alertase hace unos
días sobre la posible creación de un Fondo
Monetario Europeo que salvase a los países con
dificultades en sus finanzas públicas. Algunos economistas
lo ven como una posible escapatoria para los gobiernos menos
responsables. Y viendo lo que han hecho hasta ahora, teniendo
unas normas supuestamente estrictas y sin una red de seguridad,
es lógico que Stark y su jefe teman lo que pudiera ocurrir
en ese caso.

En una de sus conclusiones, el boletín alerta de
que "el éxito del ajuste" dependerá no sólo
de lo que hagan los gobiernos, sino también de su
fiabilidad ante los mercados. Y teniendo en cuenta que ni
siquiera el BCE prevé que ninguno cumpla antes de 2012,
¿qué pensarán los inversores?

La Europa "high yield": los Gobiernos europeos
necesitarán pedir prestado 1,45 billones de euros este
año, una cifra superior al récord de 1,39 billones
de euros de 2009, según Standard & Poor's. Mucho
"papel" para tan triste papel…

– ¿Y a partir de ahora, qué? (de
Eurolandia a los Estados Unidos de Europa)

Si la Unión Europea hubiera querido demostrar
que "sabe" y "puede" podría haber empezado por controlar
los abusos especulativos de la banca, antes, durante y
después de la crisis.

¿Se han adoptado medidas de control sobre las
entidades financieras y la "exuberancia irracional" de los
mercados, para evitar que se repita una crisis de este
tipo?

¿Qué hizo y qué hace por la
regulación de los fondos de inversión alternativos,
incluidos los "hedge funds" (fondos de inversión libre) y
los fondos de capital-inversión o
capital-riesgo)?

¿Qué hizo y qué hace por
controlar los CDS "naked"?

¿Qué hizo y qué hace por
controlar las operaciones de productos derivados o estructurados
negociados "over-the-counter", esto es, de forma bilateral y en
mercados no "organizados"?

¿Qué hizo y qué hace por
controlar las inversiones especulativas a la baja?

¿Qué hizo y qué hace para
controlar los fondos de cobertura (swap)?

¿Qué hizo y qué hace para
controlar el alquiler de acciones, su venta al contado y su
compra a futuro, para devolverlas al locador?

¿Qué hizo y qué hace para
controlar las vetas a corto (short selling)?

¿Qué hizo y qué hace para
controlar las operaciones (excesivamente)
apalancadas?

¿Qué hizo y qué hace para
mejorar la seguridad de los mercados de derivados?

¿Qué hizo y qué hace para
controlar las operaciones de la banca en la
sombra?

¿Acaso, los especuladores son "buenos" cuando
favorecen los intereses creados y "malos" cuando pisan los cayos
de la casta política?

¿Por qué el BCE no interrumpe su
política de encargar los análisis del riesgo de los
países a organismos de clasificación
estadounidenses, siendo que estos últimos tienen un
historial pésimo y a pesar que depender de dichos
organismos resulta simplemente inaceptable?

¿Por qué el BCE no ha establecido
algún tipo de tasa de resarcimiento al sector financiero
que ha impuesto tan enormes externalidades sobre el resto de la
sociedad?

Mientras la UE "ataba los perros con chorizos" los
"hedge funds" eran Inversores Extranjeros Directos; al retirarse
la marea y dejar la playa sembrada de cadáveres, esos
mismos "fondos especulativos" resultan ser los culpables de la
creciente y de la bajante.

No hay tsunamis buenos y malos. Hay "observatorios
meteorológicos" que los prevén (anticipan) y otros
que no se enteran. Hay poblaciones que viven en zonas de riesgo
(y así les va) y otras que habitan en zonas más
seguras para afrontar los avatares climáticos.

¿Dónde estaba y está la UE ante
el tsunami financiero?

¿Dónde estaba y está el BCE ante
el tsunami financiero?

¿Hasta dónde pueden llegar las
"tragaderas" de la UE y del BCE ante el despropósito que
los bancos puedan especular contra los Gobiernos que los
rescataron?

¿Qué están haciendo la UE y el
BCE (tanto monta monta tanto) por resolver los excesos del
fundamentalismo de libre mercado?

La Unión Europea (y Europa en general) es
acomplejada, imitadora y facilona. Se queda embarazada a la
primera y ni siquiera sabe con quién pasó la noche
del hecho. Cobarde, cómplice, segundona (luego "tercerona"
y pronto "cuarterona").

En el grupo de países más
desarrollados, que primero fue el G-8, después el G-9,
luego el G-10, y que ahora, para "pastelear" mejor, es el G-20
-donde sólo se hacen discursos fatuos y protocolares
"fotos de familia"- (en realidad, poco más que un
G-Je!-20), la Unión Europea es la secretaria-ejecutiva que
atiende la centralita telefónica, por lo que, en la
mayoría de los casos, se termina enterando por SMS. Por lo
cual, la Unión Europea resulta ser uno de los más
"¡Je!" de los 20.

En el próximo mundo G-2 (EEUU + China), la
Unión (o des-Unión) Europea (juntando todos los
trastos) podrá llegar a la butaca número 4
(después de Japón), sí y sólo
sí, India lo permite, a Brasil lo pillan en Carnaval, y el
precio del petróleo y el gas no aceleran a Rusia. Al
final, puede que la inviten a las "fotos" del
G-20.

Antes, los secretarios de Estado norteamericanos (con
sorna) preguntaban: ¿cuándo necesito hablar con
Europa, a quién llamo?

Ahora, lo tienen claro. Da igual. A Europa no tengo
que llamarla. Que se enteren de lo resuelto por los
periódicos. Esto es lo que hay. Triste pero
real.

A la "inmadura" Unión Europea le ocurre lo
mismo que a sus jóvenes: Ni-Ni-Ni (ni estudian, ni
trabajan, ni piensan). Blanda, sobreprotegida, sin convicciones
firmes. Cree en las impresiones y en las tendencias que
proporcionan el gusto y el género.

¿Por qué pensamos que éramos tan
ricos, tan rápido y tan fácilmente?

La Unión Europea ha entrado en una era llena
de incertidumbres laborales, económicas y vitales. Se
acabó lo conocido.

Reconociendo que no hay estrategias sencillas a las
que recurrir ante los nuevos problemas sistémicos,
indudablemente, mayores serán los daños cuanto
más tarden en reconocerse, tanto por parte del sector
público como del privado.

Para empezar, tal vez, los "mandamases" europeos, con
toda humildad y espíritu de enmienda, podrían
esclarecer a sus ciudadanos ¿por qué la
Unión Monetaria Europea pasa su mayor crisis? En esta
crisis ha quedado de manifiesto que existe una cadena de errores.
El primero es un error técnico, en el que se venden
productos que el vendedor no entiende; un error profesional, en
el que se dejan de hacer tareas de control que deberían
realizarse; y, finalmente, un error ético, que es el
más grave. Hemos aprendido que el Estado debe impedir que
se vuelva a producir esa cadena de errores.

Luego, podrían enseñar a sus ciudadanos
¿cuál es el secreto para sobrevivir a esta crisis?
Ser muy austeros.

Después, podrían explicar a los ciudadanos
¿cómo ven el futuro? Tenemos que pensar que somos
pobres. Debemos pensar que hemos retrocedido cinco años;
no hay nada de malo en eso, por lo menos todavía estamos
vivos. Los que estamos medianamente bien tenemos que ayudarnos
unos a otros. Y luego, tenemos que empezar a ser competitivos, no
sólo limitarnos a reclamar al Gobierno porque, al final,
el Ejecutivo te quita a ti para poder darte. No todo son
derechos. Además, los gobiernos deben hacer leyes
suficientemente buenas para que el empresario pueda crear pronto
empleo y riqueza, y también los sindicatos deben dar
facilidades a los empresarios. En definitiva, debemos tomar
conciencia y ayudarnos unos a otros, todos juntos. El futuro
tenemos que crearlo nosotros… Ni "onda" de Elliot, ni "C"
de Barak, ni mandangas… sólo sangre, sudor y
lágrimas. Volver a los orígenes. Hacer "lo de
siempre". Orgullosos de ser europeos.

Aunque el caso de Grecia nos sirve de aviso para
extraer lecciones para la unión monetaria, por ahora,
sólo se puede constatar el fenómeno del silencio,
ese espeso "silencio de los corderos" exhalado otras veces, en la
retrospectiva de la historia, provocando el desconcierto profundo
de sus ciudadanos. Una faena de "becarios".

– El mareo de la perdiz (no comment)

(Les voy a ahorrar el esfuerzo de leer el siguiente
Apartado en su versión original. Creo que con los
"Titulares" tendrán suficiente material, para el
sufrimiento y la frustración.)

– Bruselas quiere un "Gobierno económico" europeo
y centralizado (Libertad Digital – 10/2/10)

– Un Gobierno económico para la UE (Cinco
Días – 11/2/10)

– La "moneda única" debe hacerse mayor (El
Economista – 11/2/10)

– Van Rompuy se estrena con una cumbre crucial para la
deuda pública española (El Confidencial –
11/2/10)

Grecia pierde su soberanía y no
tendrá "derecho a voto en la UE" si hay rescate (Libertad
Digital – 17/2/10)

– Nuevo tratado – Berlín y París elaboran
documento estratégico para el gobierno económico UE
(Cinco Días – 27/2/10)

– Bruselas confirma que trabaja en la creación de
un Fondo Monetario Europeo (El Economista –
8/3/10)

– El economista jefe del BCE rechaza la creación
de un Fondo Monetario Europeo (Expansión –
8/3/10)

– Europa quiere bajar el calibre de un arma financiera
clave: los CDS (The Wall Street Journal –
10/3/10)

– Líderes de la Unión Europea proponen
regulación para los CDS (The Wall Street Journal –
11/3/10)

– EE UU advierte a Europa que el plan para la
regulación de fondos puede enfrentarlos (Cinco Días
11/3/10)

– Sobre la queja del Secretario del Tesoro – La CE
responde a EEUU: La propuesta europea de controlar los hedge
funds emana del G20 (Cinco Días –
11/3/10)

– La ministra de Finanzas de Francia no cree que Grecia
necesite un rescate (The Wall Street Journal –
12/3/10)

– Alemania es partidaria de limitar el voto de los
países que no controlen sus finanzas (Negocios.es –
12/3/10)

– Londres y París chocan por la regulación
financiera (Expansión – 12/3/10)

– La zona euro avalará la deuda griega si se
dispara su coste (Cinco Días – 13/3/10)

– Alemania: "Necesitamos reglas más severas" en
la Eurozona (El Economista – 15/3/10)

Grupos de capital británicos se oponen a la
regulación de los "hedge funds" en la UE (Intereconomia.es
15/3/10)

– El eurogrupo decide que no se garantizarán
préstamos para sanear la deuda de Grecia (Expansión
16/3/10)

– Bruselas aplazada la directiva sobre hedge funds tras
las advertencias de EEUU (El Economista –
16/3/10)

(Si ponen en los "titulares" anteriores, año 2011
o año 2012… todo sigue igual. O sea.)

¿Puede Europa estar "medio embarazada"? (apoyo
a Grecia sin firmar cheques)

Si tuviera que contestar ahora mismo (16/3/10) la
pregunta que encabeza este Apartado: ¿Y a partir de ahora,
qué? (de Eurolandia a los Estados Unidos de Europa),
seguramente diría que continuamos en
"Eurolandia".

Para tranquilidad de los EEUU y alegría del
Reino Unido, la Unión Europea continúa "mareando la
perdiz". Fingiendo que está "medio embarazada". Diciendo
"Diego" donde antes había dicho "digo". Borrando con el
codo lo que escribe con la mano. Acomplejada. Cobarde. Timorata.
Indecisa. Miserable. Tacaña. Despreciable. Avara.
Vacilante. Indecente. Cómplice. Deshonesta.

La Europa (de los "mercaderes") que no se anima a
enfrentar el "momento de la verdad". Donde "finanzas
sólidas" e "integración" parecen incompatibles.
Donde se plantea el gran dilema entre "credibilidad" o
"cohesión". Pura esquizofrenia.

¿De "Zorba" el griego a "sobra" el griego?
Como no podemos tener 16 alemanias (16 países con
superávit), tenemos que afrontar los desequilibrios. Tal
vez, la alternativa sea que Alemania se "españolice" o
todos se "argentinicen" (lo más probable, si todo sigue
igual). Así, Europa pierde peso económico en el
mundo.

Si se decidiera dejar de ser Eurolandia
(¡aleluya!), se podría comenzar (de menos a
más, digo) aplicando la "regla Volcker". Limitando el
riesgo que pueden tomar las firmas bursátiles, imponiendo
límites a los bancos comerciales para que no puedan operar
por cuenta propia en los mercados, ni invertir o promover "hedge
funds" o fondos de capital riesgo. Un pequeño golpe en la
mesa…

Supervisar los "hedge funds" más de cerca, y
los que gestionan más de 100 millones de euros
deberán registrarse en un organismo centralizado europeo
de control y revelar sus datos financieros para limitar el riesgo
sistémico y para proteger a los inversores. Finalmente,
por qué no, limitar la paga de los ejecutivos, dando
más poder a las juntas de accionistas. Como para ir
moviendo ficha…

Una vez cogida carrerilla, quedará por
resolver el gran asunto europeo: que para tener una moneda
única hay que tener un tesoro común. Crear una
unión fiscal europea. Entonces, recién, se
podría hablar de Unión Europea. Difícil,
pero real…

– Conclusión (o anhelo) preliminar: Más
Europa

La razón de que haya crecido mi escepticismo
sobre las perspectivas a largo plazo para la eurozona no es el
aspecto económico inherente de la unión monetaria.
Es que dudo de que exista la voluntad política para hacer
lo que es necesario.

Ahora que pueden estarse dibujando en la pizarra de la
Historia, esto que parece ser el fin de los días de vino y
rosas, más que la crisis en sí, me preocupan los
síntomas de descomposición que se advierten por
todas partes. Una "ciclogénesis explosiva".

Señores, el problema no es Grecia (que
también), tampoco el euro (que también), el
problema es que éste capitalismo (librecambista,
financiero, fugaz y falaz), tal como lo padecemos, está
muerto. Lo único que se puede aguardar (y desear) es que,
si es cierto que hay vida después de la muerte, surja uno
nuevo, mejor, más sostenible, menos abusivo y más
social. El antiguo ha muerto por exceso. Es de esperar que nazca
uno nuevo, así sea por defecto. Tempus fugit…, el tiempo
corre…, el tiempo apremia.

Europa (y por consiguiente Grecia, sin olvidar a los
otros PIGS), se ha contagiado el SIDA financiero por andar
"durmiendo con el enemigo". Por débil, por acomplejada,
por invertebrada, se ha dejado encandilar por el
"espectáculo de la bolsa". Y ahora, vienen los
arrepentimientos. Tarde; no se puede estar "medio embarazada". A
Venus no le es suficiente con la "contabilidad creativa"
inventada por Marte, para disimular la crisis (el niño)
que lleva en sus entrañas. Hay que asumir la maternidad
responsable, reconocer al niño (PIGS & Cía.) y
decidirse a ser una buena madre soltera. Está claro, una
"madre soltera". Tal vez, a partir de allí, se pueda criar
al hijo (los Estados Unidos de Europa) de mejor manera
(autónoma y soberana). Ganar importancia y
credibilidad.

No se puede jugar a todas las cartas a la vez. Y mucho
menos si el "croupier" es norteamericano o inglés (los
chicos de la quiebra). Es posible que así amaine, la
"tormenta perfecta" que barre Europa. Y hasta vuelva a brillar el
sol… ¿Es mucho pedir (y desear) unos Estados Unidos
de Europa a "toda velocidad"? Nada abstracto…

Buscando
soluciones definitivas (vacunas contra la "malaria"
europea)

¿Qué puede hacerse para resolver los
problemas derivados de la crisis griega u otras similares (PIGS
al volante)?

Descartando que un país miembro del "área
euro" (AE) deje de serlo o salga temporalmente, así como
partiendo de que los países miembros del AE no
están dispuestos a ampliar los recursos del presupuesto
europeo, lo lógico es que estos países, durante el
periodo en el que ajustan sus desequilibrios excesivos tanto
fiscales como de competitividad, reciban financiación
externa durante algunos años para suavizar los efectos
sociales de dicho ajuste. Existen varias opciones posibles para
lograrlo:

1. La opción más sencilla y fácil
de aplicar es dejar que el Fondo Monetario Internacional (FMI)
ayude a Grecia porque está deseando hacerlo, al ser uno de
sus miembros, y porque tiene una gran experiencia en imponer
condiciones con un programa de reducción de su
déficit y su deuda, y de mejora de su competitividad. De
hecho, ya ayudó al Reino Unido en 1967, ha ayudado a
Polonia y ahora está ayudando a Letonia. Sin embargo,
parece existir una extraña distinción entre los
miembros de la Unión Europea y los del AE. La ayuda del
FMI a uno de los 16 miembros del AE parece ser considerada como
un estigma para el AE, como si fuera una aceptación de que
no funciona adecuadamente. Es verdad que se ha permitido que el
FMI envíe a sus expertos economistas para que estudien la
verdadera situación económica y fiscal griega, pero
no parece que se quiera que le ayude, lo que es ridículo,
ya que es otro miembro más y además, en una
reunión histórica del G-20 en 2009, se
aprobó un fuerte aumento de los recursos y emisiones de
DEG del FMI para que pudiera prestar 750.000 millones de
dólares adicionales para hacer frente a estos
casos.

2. Otra opción planteada es crear un FMI dentro
de la UE (FME) para hacer frente a estas situaciones. Éste
impondría unas condiciones más duras que el FMI,
tendría un sistema de resolución rápido en
caso de quiebra o impago de deudas soberanas de países
miembros y se financiaría al principio en los mercados y
después con las multas que pagarían todos los
países que incumpliesen los requisitos del PEC.

Esta misma idea se planteó tras la crisis
asiática sin éxito ya que presenta varios
problemas: lleva mucho tiempo ponerla en marcha; si impone
condiciones más duras que el FMI, los países
preferirán acudir a éste en lugar de al FME; su
financiamiento sería muy complicado ya que más de
la mitad de los países del AE exceden los requisitos de
deuda del PEC y todos los de déficit y, finalmente, los
países no son empresas y no quiebran porque son soberanos
y nadie puede imponérsela.

3. Una tercera opción con mayor posibilidad que
la anterior es crear un solo emisor de bonos soberanos en euros
en lugar de (o además de) los 16 actuales miembros del AE.
Ésta tiene dos importantes ventajas para sus inversores:
una mayor liquidez y una mayor diversificación del riesgo.
Las dos razones por la que el bono alemán tiene el spread
más bajo del AE es que su probabilidad de impago es la
más baja y su mercado el mayor y más líquido
del AE y, a mayor liquidez, menor spread, ya que los inversores
necesitan poder entrar y salir con facilidad de cualquier bono
soberano.

Al aumentar la liquidez del mercado, agrupando los 16
actuales en un solo bono en euros, incluso Alemania podría
salir beneficiada ya que el tamaño del mercado de bonos
del Tesoro de Estados Unidos es de unos seis billones (europeos)
de dólares, el del conjunto de bonos soberanos del AE es
de unos cuatro billones de euros y el alemán es de un
billón de euros aproximadamente. El concentrar todas las
emisiones en una sola produciría una gran ventaja de
reducción de los spreads medios sin ningún coste
aparente.

Su segunda ventaja es su mayor diversificación.
Este bono soberano en euros de 16 países mejoraría
tanto la diversificación para el inversor que una
garantía común por parte de todos sus países
miembros implicaría que todos ellos podrían salir
ganando, aunque aquellos con mayor probabilidad de impago
ganarían más que los de menor probabilidad. Pero
sería difícil determinar la ganancia neta de unos y
otros, y además los costes para los transferidores netos
serían mucho mayores de verse obligados a rescatar a un
país miembro de una situación cercana al impago,
como está ocurriendo hoy.

El único problema que plantean dichos bonos es
que debilitaría la disciplina que imponen los mercados
financieros a los países que no controlan su
déficit y su deuda. Pero podría resolverse
introduciendo cláusulas y multas mucho más duras en
el PEC para aquellos países que incumpliesen sus
requisitos, dando mayor credibilidad al bono europeo. Finalmente,
el emisor de estos euro-bonos podría ser el Banco Europeo
de Inversiones y la garantía podría ser conjunta o
cada país garantizando de acuerdo con su
participación relativa en su capital, o también la
Comisión Europea.

Que un ministro de Finanzas alemán refrendara en
público la idea de un Fondo Monetario Europeo (FME) con
recursos para rescatar a los miembros de la eurozona con
problemas financieros resulta bastante sorprendente. Parece
atentar -o al menos modificar- contra las reglas básicas
alemanas que prohíben los rescates y muestran tolerancia
cero a una disciplina financiera poco estricta dentro de la
eurozona.

Sin duda, la idea sugerida por Wolfgang Schäuble es
un arma de doble filo. Daría a ese fondo las mismas
herramientas para imponer condiciones e intervenir en las
políticas fiscales de los países de las que dispone
el Fondo Monetario Internacional. Desde el punto de vista
alemán, sería su principal
propósito.

Pero igual de sorprendente resulta el hecho de que la
iniciativa, que incluye la promesa de otras medidas sin
especificar para reforzar la coordinación política
en la eurozona, haya surgido antes de Berlín que de
París.

Normalmente, las propuestas más espectaculares en
la UE son una prerrogativa francesa. La tradición alemana
es mucho más prudente. Las "huidas hacia adelante"
francesas provocan irritación. Pero, en general,
sólo si Berlín apoya la idea se alcanza alguna
solución.

Al final, las grandes iniciativas europeas raramente se
aprueban a menos que los dos mayores estados fundadores entierren
sus diferencias y lleguen a un acuerdo. Eso era sin duda lo que
sucedía cuando el club europeo contaba con menos miembros.
En una UE ampliada, la cooperación franco-alemana es una
condición necesaria, aunque no siempre suficiente, para el
progreso.

Aquellos fuera del círculo mágico
-especialmente en Reino Unido- desconfían con frecuencia
de la estrecha relación entre Berlín y
París. Tradicionalmente se los ha considerado
empeñados en la integración europea, como en los
días de Helmut Kohl y François Mitterrand. La
tendencia británica a hablar de un "eje
franco-alemán" -una frase muy ofensiva en Alemania por
recordar el eje germano-italo-japonés de la Segunda Guerra
Mundial, de infausto recuerdo- pone de relieve la instintiva
hostilidad, al menos en Londres.

La realidad es mucho más compleja, ya que en la
mayoría de las ocasiones París y Berlín
muestran posturas distintas. De seguir así, no
habrá posibilidad de acuerdo en Bruselas.

Ese es el caso en el área fundamental de la
política económica -y especialmente de la
política fiscal– de la eurozona. Francia siempre ha
expuesto que los ministros de Finanzas que se sientan en el
Ecofin, y en el eurogrupo de miembros de la eurozona,
deberían tener mayores poderes para coordinar la
política. Alemania ha considerado tradicionalmente esta
idea como una estrategia para reducir la independencia del Banco
Central Europeo (BCE) y, potencialmente, no sólo para
interferir en las políticas presupuestarias de los estados
miembros endeudados, sino también para obligar a los
defensores de una firme disciplina presupuestaria -tal y como se
considera a sí misma Alemania- a relajar y expandir la
demanda doméstica a través del Tesoro.

La pregunta ahora es si los dos pueden encontrar
intereses comunes para diseñar un paquete de medidas,
inspirado por la crisis griega (aunque no se acordarían a
tiempo para ayudar a Atenas).

La entrevista a Schäuble en un dominical
alemán ha provocado un gran revuelo. Parece ser que fue
aprobada por Angela Merkel, la canciller, pero no se
comunicó a París. Por este motivo, al lunes
siguiente las autoridades de Berlín trataron por todos los
medios de hacer hincapié en que "tenemos que consultar a
nuestros socios, y en especial a París".

A primer vista, Schäuble y Merkel han hecho un gran
avance para cumplir el deseo francés de crear algún
tipo de "gobierno económico" para la eurozona. Merkel
incluso ha usado esa frase -aunque deliberadamente al referirse a
los 27 estados miembros, y no sólo a los 16 miembros de la
eurozona-.

Sin embargo, es probable que las propuestas alemanas se
centren principalmente en la disciplina presupuestaria y que
incluyan severas reglas y multas para aquellos que infrinjan las
"normas de Maastricht", fijando un techo del 3% del PIB para los
déficit presupuestarios, y un límite sobre los
préstamos gubernamentales del 60%. No habrá nada en
el paquete que pudiera fomentar la negligencia fiscal, sobre todo
no por parte de Berlín.

Al hacer pública la idea del FME, es posible que
Schäuble intente poner en evidencia a París. No
parece haber analizado cómo podría crearse sin una
nueva negociación del tratado de la UE -algo que otros
estados miembros contemplarían con pavor, teniendo en
cuenta su experiencia con el tratado de Lisboa-.

Así que el resultado final quedará
determinado por lo que pueda hacerse sin un cambio en el tratado,
y conseguirse con París y Berlín del mismo lado.
Sin duda llevará tiempo.

Paper – La era de la austeridad ("double" Keynes o
"full" Weber… ¿qué les apetece?) (I)
(Noviembre 2010)

Vivimos un tiempo de requiebros, mitos y
mentiras… ¿A quién le interesa conocer la
realidad?

-Acto I: De aquellos polvos…
(hipócritas de todos los países,
uníos)

When begin the beguin

En 2007 estalló la burbuja
inmobiliaria en Estados Unidos. En 2008 estalló
oficialmente la crisis y sus consecuencias continuaron retumbado
a lo largo de todo el 2009.

A comienzos de 2009, la angustia se apoderaba de los
inquilinos de Wall Street mientras algunas vacas sagradas, como
Lehman Brothers, fueron devoradas por la epidemia de las
hipotecas basura y los perversos derivados asociados a
éstas. Fue entonces cuando, el ex presidente de EEUU,
George Bush, advirtió sobre el posible colapso del sistema
financiero, al mismo tiempo que la cuna del capitalismo
urdía un plan de rescate, valorado en 700.000 millones de
dólares y con cargo a los contribuyentes.

Casi 365 días más tarde, el S&P 500
registraba máximos anuales con una subida del 24,8% en
2009, los cinco bancos más importantes continuaban con sus
operaciones y casi todos habían resuelto sus deudas,
Bernard Madoff estaba cumpliendo condena por su descomunal
fraude, las principales entidades financieras se preparaban para
repartir más de 25.000 millones de dólares en bonus
y la Casa Blanca contaba con un nuevo inquilino: el
demócrata Barack Obama.

Sin duda Obama se benefició de la crisis para
ganar la presidencia. Pero la ganó sin saber qué
hacer exactamente frente a la crisis. No tenía arma
secreta, no tenía fórmula mágica. El
"liderazgo" del que presumió en los últimos meses
de 2008 consistió básicamente en seguir a pies
juntillas las recomendaciones del último secretario del
Tesoro de Bush hijo, Henry Paulson. Paulson contó a veces
con más apoyo de los demócratas que de ciertos
sectores republicanos.

Entre otras cosas porque ya se veía por
dónde se intentaba pasar la maroma de la crisis: por un
dispendio público inaudito y por abrir la puerta a una
penetración gubernamental de la empresa privada sin
precedentes en Estados Unidos. Algo que tiene que sacar de sus
casillas a cualquier conservador.

Pero en el otoño del terror financiero cualquiera
que se opusiera al rescate estatal de la economía estaba
condenado a la crucifixión política. Si a eso se le
suma que Goldman Sachs y otras grandes firmas de Wall Street eran
y son las primeras donantes de la campaña de Obama -y de
John McCain, y de Hillary Clinton-, queda claro que el
presidente, cualquier presidente, tenía poca o ninguna
opción. Había que hacer como si las espaldas del
Tío Sam fueran anchas hasta el infinito y esperar a que
pasara el temporal.

Para solventar este inconveniente, la
Administración Obama y el Congreso aprobaron en febrero un
plan de estímulo de 787.000 millones de dólares,
que incluyó créditos fiscales de hasta 8.000
dólares para aquellos que compraran su primera vivienda o
de 6.500 para los que compraran la segunda.

Un parche para hacer frente a la caída de los
precios inmobiliarios, que ya han cedido cerca de un 20% desde
que alcanzasen la cima allá por 2005. Al fin y al cabo,
entre la Administración Bush y Obama, el gasto para
impulsar el sector inmobiliario y evitar los desahucios asciende
hasta los dos billones de dólares. A principios de 2010,
nueve de cada diez hipotecas cuentan con el respaldo directo o
indirecto del Gobierno de EEUU.

El dinero gastado en rescates económicos en la
recta final de la Administración Bush y la recta inicial
de la de Obama, si se suma dinero del Gobierno y de la Reserva
Federal, asciende a la friolera de 2 billones -con b de boina- de
dólares. Eso es bastante más que los 750.000
millones del TARP que costó sangre, sudor y
lágrimas que el Congreso aprobara a ras de
elecciones.

Sin embargo, por mucho que se quiera endulzar el
contexto, la realidad posee un sabor agridulce, el temporal
apenas ha pasado -si por pasar se entiende seguir con un 10% de
paro- y el Gobierno norteamericano se encuentra en una
situación que daría envidia a la Unión
Soviética en sus buenos tiempos. Según datos
recogidos por The Wall Street Journal (enero 2010), Washington
S.L. metió 245.000 millones en cerca de 700 bancos y
compañías de seguros, garantizó 350.000
millones más de deuda bancaria, hizo préstamos a
corto plazo por valor de 300.000 millones, rescató a dos
de los tres gigantes de Detroit, regó 955.000 millones
más sobre pequeños negocios y para desatascar
tarjetas de crédito, controla en estos momentos, directa o
indirectamente, nueve de cada diez hipotecas en EEUU….
etcétera.

Un llamativo resultado de todo esto es que el
déficit se dispara. En 2014 el Gobierno no ganará
para pagar sus deudas, mayormente a acreedores extranjeros,
muchos de ellos chinos.

Otro resultado no menos llamativo es que, aunque el
Gobierno no se cansa de proclamar que sin estas medidas
extraordinarias la crisis habría sido mucho peor, tampoco
está nada claro cuándo va a empezar a ser mejor.
Cuándo va a despegar de una vez el empleo, y se va a poder
volver por fin a una relación normal entre la Casa Blanca
y las empresas.

La gran pregunta es: ¿es eso tan fácil?,
¿Se puede simplemente volver al minuto y resultado de
antes de la crisis? Si el Gobierno simplemente se sale tal cual
de las empresas intervenidas, ¿quién garantiza que
en diez o quince años no volverá a pasar
esto?

Y si el Gobierno no se sale tal cual,
¿quién garantiza que superará sus
contradicciones entre garante de los beneficios de las empresas
intervenidas y el interés público? Si en el momento
en que es presidente y principal accionista de Washington S.L.
Obama no atina a crear empleo, ¿cómo atinará
cuando ya no se siente en el consejo de administración de
América? ¿Quién rescatará al
Tío Sam de sí mismo?

The Big Bang (la factura de los rescates
públicos)

La intervención de los gobiernos, bajo la excusa
de rescatar al sistema financiero internacional y combatir la
recesión económica, ha supuesto un desembolso de
dinero público histórico.

El coste de los rescates bancarios y la
aplicación de los planes de estímulo, asciende a 13
billones de dólares hasta 2009. Esta cifra equivale al
21,12% del PIB mundial (61,5 billones de dólares), de modo
que la intervención pública supone una carga
adicional próxima a los 1.900 dólares por cada ser
humano del planeta. Y ello, sin contar con las inyecciones
extraordinarias de liquidez aplicadas por los principales bancos
centrales.

En concreto, los rescates bancarios por parte de los
gobiernos (empleando dinero del contribuyente) asciende a 3,6
billones de dólares (el 5,73% del PIB mundial) o, lo que
es lo mismo, 515 dólares per cápita. Mientras, los
planes de estímulo suman 9,4 billones de dólares
(el 15,39% del PIB mundial), equivalente a 1.382 dólares
por ser humano, según un estudio elaborado por Grail
Research and de Luxe & Associates, para la prestigiosa
Harvard Business Review (enero 2010).

Según el informe, casi el 75% del rescate
bancario ha sido llevado a cabo por los países
occidentales, es decir, EEUU y las grandes potencias europeas. En
este caso, el coste de salvar el sistema financiero haciendo uso
del gasto público ha sido del 7,8% del PIB conjunto de
dichos países.

Islandia lidera el ranking de esfuerzo público
para sostener en pie su banca tras destinar el 76,2% de su PIB a
esta tarea, seguido de Irlanda (48,3%), Letonia (33,6%) -junto a
otros países del Este como Hungría (20,6%)-, Reino
Unido (19,3%), Rusia (14,2%), Emiratos Árabes Unidos
(12,2%), EEUU (7,3% del PIB), España (5,2%) y Alemania
(5,1%).

En cuanto a los planes de estímulo, por encima de
todos destaca Arabia Saudí (85%) y China, cuyo Gobierno ha
destinado el 46,7% de su PIB a estimular la economía
mediante un ingente plan de gasto público, según
los autores del informe. Le siguen Sudáfrica (29,3%), EEUU
(34,6%) y Japón con el 13,9% del PIB. El plan de
estímulo aprobado por el Gobierno español hasta
2009 asciende al 5,3% del PIB, indica el informe.

Sin embargo, tras este dispendio, las cuentas estatales
comienzan a indigestarse como consecuencia de la absorción
de los activos tóxicos de la banca y los planes de
estímulo económico, según reconoce el propio
Banco Central Europeo (BCE).

Pese a ello, ante el temor de que la recuperación
adopte una forma de W (doble recesión), el Fondo Monetario
Internacional (FMI) anima en su último informe a seguir
manteniendo los planes de estímulo en 2010, con lo que la
factura global de la intervención pública para
combatir la crisis podría llegar a ser superior en los
próximos meses.

Por el momento, los gobiernos han gastado con el dinero
de los contribuyentes la quinta parte de la riqueza mundial. Una
deuda adicional de 1.900 dólares por cada niño,
mujer y hombre del planeta.

El tamaño estimado de la burbuja global asciende
al dinero gastado en el Plan Marshall, la compra del Estado de
Lousiana, la guerra de Corea, el New Deal, la guerra de Irak, la
guerra de Vietnam y la operación de la NASA a la
Luna.

Imaginemos que contamos con una fortuna mayor que la
suma del dinero gastado en el Plan Marshall, la compra del Estado
de Lousiana, la guerra de Corea, el New Deal, la guerra de Irak,
la guerra de Vietnam y la operación de la NASA que
llevó al aterrizaje en la Luna y que de la noche a la
mañana lo perdemos. Aún a pesar de nuestra
incapacidad para hacer dicha suma algo comprensible, el total del
problema deja de ser un número seguido de muchos ceros,
para así sentirlo enormemente más
cercano.

Éste es el tamaño estimado de la burbuja
global o, en otras palabras, lo que se ha perdido. Diría
que un desastre de tal calibre merece un poco de
reflexión. Lo sucedido es el resultado -como es habitual
en el caso de una catástrofe- de una combinación de
factores. La pregunta que hizo la Reina Isabel II de Inglaterra
en la London Business School de "cómo hemos llegado a este
punto" es equivalente a preguntar al portero del edificio en
llamas si sabe por qué está ardiendo la
azotea.

Todo es relativo

El Fondo Monetario Internacional, FMI (21/4/10), calcula
que el total de las depreciaciones y provisiones por
pérdidas crediticias asumidas por la banca mundial
ascenderá a 2,3 billones de dólares, es decir,
medio billón de dólares menos que su anterior
estimación.

De esta cifra, el fondo calcula que los bancos de EEUU
asumirán un total de 588.000 millones de dólares,
frente a los 654.000 millones de dólares de la anterior
estimación, tras la estabilización de los precios
de la vivienda en la segunda mitad de 2009.

Por su parte, para los bancos de la Eurozona las
estimaciones ascienden a 442.000 millones de dólares,
38.000 millones de dólares menos que en octubre, mientras
que 398.000 millones de dólares corresponden a las
entidades de Reino Unido.

Todo es relativo: cuando el FMI considera una buena
noticia anunciar pérdidas de 2,3 billones de
dólares, es señal de lo mal que han ido las cosas.
De su último informe sobre Estabilidad Financiera Global,
se desprende que el panorama sombrío de los mercados
financieros y el sector privado comienza lentamente a
mejorar.

No obstante, una nueva tormenta se cierne sobre la deuda
soberana. Hace sólo seis meses, el FMI calculó que
la crisis obligaría a bancos y entidades financieras
globales a realizar unas provisiones de 2,8 billones de
dólares en los próximos cuatro años. La
recuperación del crecimiento económico, el control
del desempleo en Europa, y el freno a la caída de los
precios inmobiliarios han reducido en medio billón de
dólares esa estimación.

El FMI calcula que dos tercios de las pérdidas ya
se han materializado. Aunque los sólidos beneficios
compensan actualmente las pérdidas registradas, a medida
que la regulación sea más estricta, este
fenómeno se disipará. Además, la sombra de
la duda sigue amenazando a los sistemas bancarios de algunos
países (en concreto, el FMI vigila muy de cerca de EEUU y
Alemania).

Aunque el sistema financiero se esté enderezando,
el proceso será lento. Todavía puede verse afectado
por los riesgos de los mercados de deuda pública. La
crisis ha forzado al límite los balances soberanos: a
medida que las perspectivas de crecimiento se iban agotando, el
endeudamiento fue incrementándose, lo que coincidió
con la necesidad de aumentar generosamente el gasto del
déficit. La deuda pública sigue subiendo
vertiginosamente.

Las autoridades se enfrentan entonces a dos grandes
desafíos. Hacer de los mercados financieros un lugar
más seguro (aunque las reformas apuntan en esa
dirección, avanzan muy lentamente). Y recuperar el
equilibrio fiscal para mantener, o recuperar, la credibilidad de
las entidades crediticias sin cortar la cuerda de salvamento a
las economías que todavía la necesitan.

-Acto II: … vinieron estos lodos (la
canción del lamento)

Los estados se indigestan con los activos tóxicos
de la banca y los estímulos

Un informe del Banco Central Europeo titulado The
Janus-headed salvation. Sovereign and bank risk premia (El
rescate de dos caras. Prima de riesgos bancarios y soberanos)
muestra, con gran aparato gráfico y analítico, la
verdadera causa de la más que posible quiebra de
países como Grecia y, quizá la propia España
si sigue aumentando su deuda pública. (Libertad Digital –
27/1/10)

Las conclusiones del estudio, firmado por Jacob W.
Eijsing y Wolfgang Lemke, apuntan a los Gobiernos europeos como
los primeros responsables de la situación actual de
endeudamiento soberano y negras perspectivas de
recuperación económica.

Según los autores, cuando los Gobiernos europeos
anunciaron en octubre de 2008 paquetes de rescate para sus
sistemas financieros "los diferenciales de riesgo de los bancos
decayeron y subió el riesgo soberanos, ya que los
inversores percibieron una transferencia de riesgo crediticio del
sector bancario al Estado".

Monografias.com

Posteriormente los diferenciales se ampliaron y la
crisis se ha agravado. Gran parte de la banca, que está
virtualmente quebrada por invertir en activos ruinosos o conceder
créditos de difícil recuperación, ha sido
apoyada ciegamente por los Gobiernos de todos los países
que, sin pretenderlo, se han apropiado de este modo de todos los
activos tóxicos que poseía la banca. La cobertura
estatal se ha hecho en gran parte mediante emisión de
deuda, lo que ha puesto a algunos Estados al borde de la
quiebra.

La operación de transferencia comenzó en
el otoño de 2008, coincidiendo con la quiebra de Lehman
Brothers. Muchos estados, incluyendo España, garantizaron
la supervivencia de los todos los bancos para evitar que, los
más afectados por las malas inversiones, quebrasen y
arrastrasen consigo a todo el sistema.

Pero la "ventanilla" bancaria no fue la única
largueza financiera que los Gobiernos se han dado en el
último año y medio. Con idea de evitar que la
crisis financiera pasase a la economía real, todos los
gobiernos lanzaron ambiciosos planes de estímulo
financiados en su mayor parte contra deuda soberana.

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Los dos planes de estímulo: el bancario para
evitar la quiebra de la banca privada; y el económico,
para mitigar la crisis fomentando artificialmente la demanda, han
llevado la deuda pública y, como consecuencia, la prima de
riesgo soberana a las nubes. Porque, todo ese dinero gastado
alegremente por los gobiernos ha venido de las continuas
emisiones de deuda que han realizado -y siguen realizando- todos
los países de Europa.

Los inversores, conscientes del deterioro
económico general y de las cargas que los Estados
están asumiendo, desconfían y evitan comprar deuda,
o lo hacen contratando seguros de impago, los CDS o Credit
Default Swap, cada vez más onerosos.

En este sentido, tal y como informa el diario
Expansión, Grecia, Irlanda, Portugal y Malta son, por este
orden, los únicos países de la eurozona a los que,
en estos momentos, los inversores exigen una rentabilidad
más elevada que a España por colocar la deuda en
los mercados. El rendimiento del bono español a diez
años alcanzó ayer el 4,028%, por lo que, por
primera vez desde finales de 2007, se sitúa por encima del
de Eslovaquia a ese plazo.

El siguiente paso es la declaración formal de
quiebra por parte de los países que más
irresponsablemente se han endeudado. Grecia está la
primera de la fila y Ucrania la segunda. España no anda
muy lejos y camina decidida tras las últimas emisiones de
deuda por parte del gobierno de Zapatero.

Además, a los planes de estímulo se suma
la insostenibilidad a largo plazo del sistema de prestaciones
públicas y pensiones, debido al envejecimiento de la
población y un escenario de bajo crecimiento
económico. Así, según un reciente informe de
la Comisión Europea (CE), España se sitúa en
el grupo de países con "alto riesgo" de insostenibilidad
fiscal a largo plazo. El informe divide a los 16 países de
la zona euro en tres grupos de "riesgo":

Alto: Irlanda, Grecia, España, Chipre, Malta,
Países Bajos, Eslovenia y Eslovaquia.

Medio: Bélgica, Alemania, Francia, Italia,
Luxemburgo, Austria y Portugal.

Bajo: Finlandia.

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Desde 2006, cuando se publicó el anterior estudio
sobre sostenibilidad fiscal, tan sólo seis países
han visto empeorado su nivel de "riesgo" como resultado del
intenso deterioro que han sufrido las cuentas públicas
tras la crisis económica y financiera: Irlanda,
España, Malta, Países Bajos, Austria y
Eslovaquia.

La CE emplea el denominado S2 como principal indicador
de sostenibilidad fiscal, ya que mide la magnitud del ajuste
fiscal que precisa un país (más impuestos o menos
gasto público) para garantizar su solvencia
soberana.

La CE concluye que la mayoría de los
países necesitan diversas reformas estructurales para
reducir el "riesgo" de insostenibilidad fiscal a largo plazo:
generar superávit presupuestarios primarios estructurales;
reformar el sistema público de pensiones; posibilitar
tasas de crecimiento económico que aumenten nuevamente las
tasas de empleo; y controlar el gasto sanitario.

Y todo ello, según el escenario base (baseline
scenario). Y es que, el ajuste presupuestario sería
aún mayor en caso de que se materialicen las peores
previsiones económicas, que los analistas de la
Comisión denominan Crisis scenario: lost decade (Escenario
de crisis: la década perdida). Es decir, la CE no descarta
una depresión económica en Europa similar a la
sufrida por Japón desde los años 90.

Los gobiernos europeos necesitan 2,2 billones de euros
para financiar el gasto

La agencia de evaluación de riesgo Fitch calcula
que dieciséis países europeos necesitarán
créditos por valor de 2,2 billones de euros de los
mercados de capitales en 2010 para financiar su deuda, lo que
equivale al 19% de su Producto Interior Bruto. (Libertad Digital
26/1/10)

Los países analizados por la agencia son:
Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, España,
Finlandia, Francia, Grecia, Holanda, Irlanda, Italia, Luxemburgo,
Portugal, Reino Unido, Suecia y Suiza, que no es miembro de la
UE.

Según el informe, los países que
más endeudamiento van a necesitar (incluidos los
vencimientos y la deuda a corto plazo) son Francia, con 454.000
millones de euros; Italia, 393.000 millones; Alemania, 386.000
millones, y Reino Unido, que requerirá 279.000 millones de
euros.

En relación con su PIB, los países que
más créditos van a precisar son Italia,
Bélgica, Francia e Irlanda, donde el porcentaje
rondará el 25 por ciento.

Fitch señala que durante el pasado año
algunos gobiernos han aumentado hasta un 20 por ciento respecto
al año anterior su deuda a corto plazo.

Francia y Alemania cubrieron durante 2009 más de
la mitad de sus créditos netos con Letras del Tesoro,
mientras que en España y Portugal esta proporción
fue cercana al tercio.

Según Fitch, los países analizados en su
informe tienen una deuda a corto plazo (con menos de un
año de período de madurez) de 766.000 millones de
euros.

Según el autor del informe, Douglas Renwick, "el
aumento del volumen de deuda a corto plazo preocupa a Fitch
porque incrementa los riesgos del mercado".

La crisis europea en gráficos (Fuente: BBCMundo –
24/6/10)

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Una de las principales causas de la
crisis monetaria en la zona del euro es que prácticamente
todos los países involucrados han violado sus propias
normas autoimpuestas.

Según los criterios de convergencia adoptados
como parte de la unión económica y monetaria, la
deuda pública no debe superar el 60% del PIB al final del
año fiscal.

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En la eurozona, el déficit público
anual no debe superar el 3% del PIB. Sin embargo, como muestran
los mapas, sólo dos de los 16 países que la zona
del euro -Luxemburgo y Finlandia- han logrado adherirse a las
reglas.

En general, Grecia es el país que más ha
fallado, con la deuda en 115,1% del PIB y un déficit de
13,6% del PIB. Pero entre las economías más
grandes, la deuda de Italia es aún más alta que
Grecia, como porcentaje del PIB, mientras que el déficit
de España es del 11,2% del PIB. Si el Reino Unido se
encontrara en la zona del euro, también estaría en
contra de los criterios, con una deuda actualmente en el 68,1%
del PIB y su déficit en un 11,5% del PIB.

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En términos de tamaño económico,
Alemania es el centro neurálgico de Europa, seguido del
Reino Unido, Francia e Italia, mientras que Malta es sin duda la
economía más pequeña de la
eurozona.

El Reino Unido se muestra en gris en el mapa porque no
pertenece a la zona del euro, pero es fácilmente la mayor
economía de la UE que no han adoptado el euro.

Si nos fijamos en los miembros de la eurozona en
términos de PIB per cápita, la situación es
distinta. Luxemburgo es de lejos el líder de la liga en
este ranking. De hecho, es el país más rico del
mundo según esta medida, con las Bermudas y Noruega en
segundo y tercer lugar.

La economía de la eurozona representa más
del 75% del PIB global de la UE. La UE en su conjunto compite con
Estados Unidos por el título de la mayor economía
del mundo: cada uno que representa alrededor del 20% del PIB
mundial.

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La zona del euro en su conjunto ha salido de la
recesión mundial, pero la recuperación sigue siendo
insuficiente y frágil, ya que algunos países
todavía no han registrado un crecimiento
renovado.

En las 16 naciones que han adoptado el euro, el
crecimiento global para los tres primeros meses de 2010 fue de
0,2% con respecto al último trimestre de 2009,
según la Agencia de estadísticas
Eurostat.

Esa fue una buena noticia después de las
contracciones agudas que sufren todos los países del
área de la moneda durante el 2009. El Reino Unido, que no
está en la zona del euro, se muestra en gris en el
gráfico para fines de comparación.

Sin embargo, el panorama sigue siendo sombrío en
la República de Irlanda, Grecia, Chipre y Luxemburgo,
mientras que los temores de una "doble porción" de la
recesión no se pueden descartar.

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La recesión mundial ha cobrado empleos en la
zona del euro. En marzo de 2010, la tasa de desempleo de la zona
fue del 10%.

Pero aquí también hay evidencia de lo
lejos que el club de divisas está de una convergencia
económica real, con marcadas variaciones en los niveles de
desempleo entre los 16 países miembros.

España está en la peor situación,
con una tasa de desempleo que se ha duplicado desde 2008 – un
hecho dramático tratándose de un país que
fue uno de los mayores creadores de empleo de la UE. Y el
panorama es aún peor para los jóvenes trabajadores
en España, para quienes el nivel de desempleo es superior
al 40%.

Por otra parte, Eslovaquia, la República de
Irlanda, Portugal, Grecia y Francia tienen tasas de desempleo de
dos dígitos que están por encima de la media de la
zona del euro, mientras que Holanda es el menos afectado, con un
desempleo de apenas 4,1%…

¿Una tragedia griega o una tempestad en un vaso
de agua?

Para algunos, los temores del mercado de bonos que
afligen a Grecia y otros países europeos brindan un motivo
real para preocuparse. Sostienen que mientras los problemas de
deuda ahora parecen contenidos, puede extenderse con facilidad.
Grecia es sólo una de muchas economías -incluida la
de EEUU- que soportan fuertes cargas de deuda como legado de la
crisis financiera.

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Incluso si los problemas de deuda soberana en
países de la zona euro no causan un contagio global a gran
escala, los pesimistas afirman que de todos modos el resultado
probablemente serán costos más altos para los
préstamos en Europa. Esto le restaría bríos
a la recuperación económica tanto en el continente
como en el resto del mundo.

Grecia "es un llamado de atención", afirma Henry
McVey, director de macroeconomía y asignación
global de activos en Morgan Stanley Investment Management. Ahora
que las instituciones financieras han reducido sus deudas, "los
inversionistas se concentran en qué gobiernos están
sobreapalancados", señala. (The Wall Street Journal –
8/2/10)

Independientemente de si la reacción a Grecia se
justifica, el revuelo de principios de febrero de 2010 refleja la
naturaleza tenue del sentimiento alcista del mercado
bursátil. Los inversionistas empezaron este año en
general con optimismo, según las expectativas de una
recuperación global "equilibrada" en la que el crecimiento
mejoraría, pero a un ritmo lento que permitiría que
las tasas de interés se mantuvieran bajas.

El primer problema surgió a mediados de enero,
cuando China se movió con mayor rapidez que lo previsto
para restringir los préstamos bancarios. En febrero, la
crisis de deuda en Europa, que se viene gestando desde hace
tiempo, dificulta aún más el proceso.

"Lo que hace un par de semanas parecía un
escenario perfecto de recuperación económica ha
desaparecido", escribieron analistas de divisas de BNP
Paribas.

La primera semana de febrero (2010), los inversionistas
se apresuraron a volver a deshacerse de activos de riesgo,
incluyendo materias primas y bonos corporativos. En tanto, el
dólar se fortaleció a medida que los inversionistas
abandonaban el euro. Para muchos inversionistas, el destino
elegido fueron los bonos del Tesoro estadounidense.

Hay una amplia gama de temores, desde una simple
desaceleración económica hasta escenarios
más extremos como una nueva crisis de crédito en
Europa en momentos en que los bancos afrontan pérdidas
ligadas a su exposición a la deuda gubernamental, o un
retiro de países como Grecia de la Unión Europea.
El mayor temor es el contagio, que los problemas de las
economías atribuladas se diseminen a medida que los
inversionistas se apresuran a vender sus inversiones en mercados
aún saludables más accesibles para compensar
pérdidas en lugares como Grecia.

La caída en los mercados financieros mundiales ha
intensificado las dudas de los inversionistas sobre los bancos
que podrían tener exposición a la deuda de las
economías europeas en apuros.

La preocupación es que las instituciones
financieras, en especial las de Europa, enfrenten una nueva ronda
de problemas debido a su exposición a la deuda soberana de
Grecia, Portugal, España, Irlanda y otras economías
con un mayor riesgo de declararse en cesación de pagos.
Eso podría frenar una recuperación incipiente en un
sector que tal vez no está preparado para afrontar una
nueva crisis.

Buena parte de la deuda que desvela a los inversionistas
estaría en las manos de las entidades locales de cada
país, aunque hay indicios de que los bancos europeos
podrían tener parte de estos activos. Incluso si los
bancos no poseyeran montos importantes de deuda soberana, hay
dudas sobre la exposición a los mercados en problemas de
sus carteras de crédito. "Los efectos de esto son
negativos", manifestó Jon Peace, analista de Nomura en
Londres. Peace, por ejemplo, redujo su recomendación del
banco español BBVA debido a su exposición a la
deuda soberana de España.

Según cifras del Banco Internacional de Pagos,
los bancos franceses y suizos tienen una exposición de US$
75.500 millones y US$ 64.000 millones a Grecia, respectivamente.
Los bancos británicos, en tanto, tienen una
exposición de US$ 193.000 millones a Irlanda y los
alemanes tienen una exposición de US$ 240.000 millones a
España.

Contagio financiero

El domingo 7 de febrero (2010), los ministros de
Finanzas del grupo de las siete economías más
industrializadas del mundo (G-7), trataron de disipar las dudas
sobre la deuda griega en medio de los temores de que los
problemas se diseminen a otros miembros de la zona
euro.

Timothy Geithner, el secretario estadounidense del
Tesoro, señaló que los países europeos y el
G-7 manejarían la situación de Grecia con extremo
cuidado. Otros asistentes al encuentro realizado en una remota
localidad de Canadá subrayaron que, al ser un país
relativamente pequeño, Grecia no constituía una
gran amenaza al sistema financiero global.

Los mercados, no obstante, parecen concentrados en las
repercusiones más allá de Atenas. "Nadie
está tan preocupado por Grecia, sino por el contagio
potencial", afirma Axel Merk, presidente y director de
inversión de Merk Mutual Funds.

Lo que más preocupa a las autoridades europeas es
que las dudas de los mercados se traspasen desde los
países altamente endeudados, como Portugal, Grecia,
Irlanda y España, a los miembros de la zona euro con
finanzas más sólidas. Los bonos de Bélgica y
Austria ya se vieron presionados en la primera semana de
febrero.

"Los trastornos en Grecia han reducido la liquidez del
mercado", indicó Mohamed El-Erian, presidente ejecutivo de
la firma estadounidense de renta fija Pacific Investment
Management Corp. "Como resultado, las economías vecinas se
han convertido en coberturas parciales para exposiciones que no
se pueden cubrir directa y totalmente".

Países como Bélgica, Austria y Francia, en
todo caso, deberían ser capaces de sortear un asalto
contra sus bonos pese a su alto endeudamiento porque no dependen
de los inversionistas extranjeros para financiar sus
déficits, señala Sebastien Galy, estratega
cambiario de BNP Paribas en Nueva York.

La transmisión de presiones especulativas desde
un país, banco o moneda a otro, un fenómeno
conocido como "contagio financiero", ha sido el motor de algunas
de las peores crisis financieras de los últimos
años. A menudo, la presión se traspasa de un grupo
de activos financieros a otros a medida que los inversionistas
reaccionan a las pérdidas al liquidar otros activos en su
portafolio.

Durante la crisis asiática de 1997, que
partió con la devaluación de la moneda tailandesa,
una serie de países con importantes déficits en
cuenta corriente se vieron afectados. Esto es lo que parece
ocurrir ahora con la zona euro, señala Ricardo Hausmann,
profesor de la Escuela Kennedy de Gobierno de la Universidad de
Harvard y ex ministro de Planificación de
Venezuela.

Deuda soberana sin freno

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