Monografias.com > Sin categoría
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

La crisis económica de la Unión Europea: ¿Complejo de Saturno o Síndrome de Estocolmo? Parte I (página 5)




Enviado por Ricardo Lomoro



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8

Sin embargo, Alemania ha limitado en gran medida la
influencia del FMI sobre los periféricos, en lugar de
seguir su consejo sobre las cuestiones importantes para gestionar
la crisis. El resultado han sido severas medidas de austeridad en
todo el continente y una crisis que ha ido a peor. A diciembre de
2011 el gobierno británico está preparando planes
de contingencia para algo que se creía impensable: la
disolución del euro.

Tampoco hay que olvidar que el FMI tiene sus
límites: no dispone del dinero suficiente para impedir una
catástrofe de tal magnitud, aunque los líderes
europeos han estado debatiendo los últimos tiempos
(diciembre 2011) como incrementar los recursos del Fondo y poder
dar crédito (por la puerta trasera) a España e
Italia.

"Pero si hay algo que la crisis europea ha demostrado es
que el FMI ya no puede ser acusado de no tener las ideas
correctas", apunta Jarad Vady en The New Republic.

Antes el FMI, ahora la OCDE… ¿estaremos
ante un cambio de paradigma?

"Los gobiernos de varios países desarrollados
deberían considerar crear impuestos que graven el
patrimonio y los bienes inmuebles, o incrementar los ya
existentes, en el marco del conjunto de medidas pensadas para
detener y revertir la creciente desigualdad de rentas, dijo el
lunes la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico"…
La OCDE aboga por impuestos
en países desarrollados para combatir la desigualdad (The
Wall Street Journal – 5/12/11)

En su primer informe sobre el tema desde 2008, la OCDE
dijo que la diferencia entre ricos y pobres en la mayoría
de sus 34 miembros ha seguido aumentando. La renta media del 10%
de la población más rica de las economías
desarrolladas es ya nueve veces la del 10% más pobre,
mientras que en la década de 1980 la diferencia era de
cinco veces.

Desde mediados de la década de 1990, las
diferencias de renta han aumentado rápidamente incluso en
países como Suecia y Alemania, donde tradicionalmente hay
menos desigualdad. Sólo dos miembros de la OCDE
México y Chile- se libran de la tendencia generalizada,
pero partían de una situación en la que registraban
las distribuciones de ingresos más desiguales de los
34.

La OCDE indica que la creciente desigualdad está
alimentando la insatisfacción con las estructuras sociales
y económicas en varios países
desarrollados.

"El impacto social está comenzando a desatarse en
muchos países", comentó Ángel Gurría,
secretario general de la OCDE. "Los jóvenes que no ven un
futuro para sí mismos sienten cada vez más que no
están representados. Ahora se les han unido los quienes
creen que están soportando lo peor de una crisis en la que
no han tenido responsabilidad, mientras que las personas con
rentas altas no parecen afectadas".

La OCDE dijo que diversos factores han contribuido al
incremento de la desigualdad. El cambio tecnológico ha
sido desproporcionalmente beneficioso para los más
cualificados, al igual que los cambios en el mercado laboral y
otras normas pensadas para responder a la mayor competitividad en
un periodo de rápida globalización. Los recortes de
los impuestos a las rentas altas y las reducciones de las
prestaciones sociales para los desempleados o los trabajadores
con salarios bajos también han desempeñado un
papel, según la OCDE.

"Este estudio disipa las asunciones de que los
beneficios del crecimiento económico se trasladarán
automáticamente a los desfavorecidos y que una mayor
desigualdad promueve una mayor movilidad social", dijo
Gurría. "Sin una estrategia integral para el crecimiento
inclusivo, la desigualdad seguirá aumentando".

La OCDE dijo que esta estrategia debería incluir
mejores sistemas educativos y más formación cuando
la gente se integra en el mundo laboral, y agregó que
también ayudaría garantizar el libre acceso a la
educación y los servicios de salud.

Pero el organismo, con sede en París,
agregó que los gobiernos también deberían
revisar sus sistemas impositivos para asegurarse de que los
ciudadanos con rentas más altas pagan en impuestos "lo que
les corresponde en justicia".

"Esto puede lograrse aumentando los tipos impositivos
marginales a los ricos, pero también mejorando el
cumplimiento fiscal con eliminaciones de las deducciones fiscales
y volviendo a valorar el papel de los impuestos en todos los
tipos de propiedad y renta", dijo la OCDE.

La OCDE indicó que la desigualdad de los ingresos
es generalmente elevada en los países anglófonos,
ya que tanto Estados Unidos como Reino Unido están en el
grupo de países en el que el 10% más rico posee
rentas 15 veces superiores a las del 10% más pobre. Ese
ratio es, de media, de cinco a uno en varios países del
norte de Europa, como Dinamarca, Noruega, Finlandia y
Suecia.

El estudio de la OCDE sólo cubre el periodo hasta
2007, pero sus autores aseguran que no es probable que los
niveles de desigualdad hayan cambiado durante la crisis
financiera e inmediatamente después. "Imagino que no
habrá demasiado cambio", indicó Michael Forster,
principal autor del estudio. "Ha habido un enorme incremento del
desempleo, pero al menos temporalmente algunas de las rentas
más altas han descendido porque la renta del capital se ha
reducido".

– Euronews: informaciones y comentarios destacados
del 1er. cuatrimestre 2012

"La Unión Europea quiere poner fin a los
modelos de crecimiento económico desaforados a cualquier
precio, que tantos desastres han generado en desempleo y
deterioro del bienestar social. Se quiere evitar, por ejemplo,
los modelos como los de España e Irlanda, basados en un
crecimiento especulativo desenfrenado de la construcción,
que cuando han estallado han acabado con un paro masivo,
endeudamiento insoportable y bancarrota de numerosas
instituciones financieras. La Comisión Europea dio a
conocer este martes los criterios que empleará para
verificar si las pautas de crecimiento adoptadas por los
distintos países son sanas y sostenibles"…

España, entre los cuatro países de la UE con
más desequilibrios económicos (El País –
15/2/12)

Monografias.com

Los diez criterios elegidos en la tabla de marcadores
con sus márgenes de variación de referencia son los
siguientes: balanza por cuenta corriente, (que puede oscilar
entre un superávit del 4% y un déficit del 6%);
posición neta de inversión internacional con un
máximo del 35% del PIB; (tipo de cambio efectivo real);
cuota de mercado en las exportaciones (-6%); costes laborales
unitarios, (entre +9% y +12%); variación del precio de la
vivienda, (+6%); flujo de crédito al sector privado, (15%
del PIB); deuda privada (160% del PIB%), deuda pública,
(60% del PIB) y desempleo (105).

España es uno de los 12 países que
suspenden el primer análisis de desequilibrios
macroeconómicos de la Unión Europea, con un total
de 6 suspensos de los 10 indicadores que se analizan. Estos
países son Bélgica, Bulgaria, Chipre, Dinamarca,
Finlandia, Francia, Italia, Hungría, Eslovenia,
España, Suecia y Reino Unido, si bien nuestro país
es el que peor resultado obtiene de todos ellos junto a
Chipre.

España supera los umbrales máximos en 6 de
los 10 indicadores utilizados por el Ejecutivo comunitario para
identificar riesgos económicos con el nuevo. De este modo,
se sitúa -junto con Irlanda, Chipre y Portugal, que
también sobrepasan el límite en 6 indicadores-
entre los Estados miembros con mayor número de
desequilibrios.

El siguiente paso será que el Ejecutivo
comunitario proponga medidas correctivas. Si el Gobierno las
desoye se iniciaría el procedimiento sancionador
propiamente dicho, que podría desembocar en una multa de
hasta el 0,1% del PIB (1.000 millones de euros en el caso de
España). Además de a España, la
Comisión ha dado el primer paso para sancionar a Italia,
Chipre y Hungría, que acumulan múltiples
desequilibrios; así como a Francia, Reino Unido y
Bélgica fundamentalmente por pérdida de cuota
exportadora; a Dinamarca, Suecia y Finlandia por la
aparición de una burbuja inmobiliaria y también a
Eslovenia y Bulgaria.

Grecia, Portugal e Irlanda se libran de momento porque
la UE ya les ha impuesto un plan de reformas a cambio de los
respectivos rescates. Para el resto de países, el
Ejecutivo comunitario considera que no es necesario realizar
exámenes en profundidad. De hecho, Alemania respeta el
límite del indicador de balanza por cuenta corriente, ya
que registra un superávit del 5,9%, frente al 6%
máximo que se considera sano.

– Draghi convierte al BCE en el gran "banco malo" de
Europa (Libertad Digital – 19/2/12) Lectura
recomendada

Los balances de los grandes bancos
centrales han registrado una expansión sin precedentes.
El BCE de Draghi supera a la imprenta de
Bernanke.

(Por Adrià Pérez Martí)

Los bancos centrales de todo el mundo
han estado aplicando durante los últimos años, y
muy especialmente durante los últimos meses, una fuerte
política de expansión que ha hecho estallar no
sólo el tamaño sino también el riesgo de sus
balances. Tanto la Reserva Federal de EEUU (FED) como el Banco
Central Europeo (BCE) han monetizado enormes cantidades de deuda
pública, lo que a medio plazo podría poner en jaque
la estabilidad del sistema monetario de estas
economías.

Pero parece que esto no preocupe demasiado a los
dirigentes de estas instituciones. Al fin y al cabo, el riesgo
que asumen deteriorando sus cuentas, lo gestionarán "muy
bien", según comentó recientemente el presidente
del BCE, Mario Draghi. Y si no, siempre estará el sufrido
contribuyente para sufragar esta socialización de
pérdidas de la banca y estados deficitarios, que se niegan
a ajustarse a la nueva realidad económica.

Expansión monetaria sin precedentes

El tamaño de los principales
bancos centrales del mundo se ha multiplicado por 3 durante la
crisis económica. En los niveles previos al estallido de
la crisis los balances de los ocho principales bancos centrales
ascendían a 5 ó 6 billones de dólares
mientras que a finales de 2011 alcanzaron los 15 billones -un
nivel equivalente al 30% de la capitalización
bursátil mundial-.

Monografias.com

Líderes destacados: la FED y el BCE

Dentro de estos bancos centrales
destaca el sistema de la Reserva Federal y el Eurosistema. El
balance de este último ha sufrido un incremento sin
precedentes en apenas 6 meses, alcanzando la friolera de casi 3
billones de euros. Así, mientras que los activos totales
de la FED se han incrementado un 1% desde julio de 2011 (hasta
casi 3 billones de dólares), los activos del BCE han
subido un 38% desde el 1 de julio de 2011 hasta el 6 enero de
2012, alcanzando los 2,7 billones de euros.

Monografias.com

Y, sin embargo, estas cifras pronto se quedarán
desfasadas porque la próxima gran subasta de liquidez de
finales de febrero podría ascender, de acuerdo con algunos
analistas (Credit Suisse), a más de medio billón de
euros -cifra similar a la del mes de diciembre, y por encima del
consenso en los mercados-. Ésta es una muestra clara del
giro que está imprimiendo el nuevo presidente de la
institución monetaria, Mario Draghi, cuyo principal
objetivo es el de relajar las tensiones de deuda pública y
de liquidez bancaria -motivadas, en parte, por la resistencia de
éstos a la reestructuración y ajuste a la nueva
realidad económica-.

No sólo expansión, también
deterioro

Como ya comentaba Juan Ramón Rallo, un banco
central ha de cuidarse de no deteriorar su balance porque de lo
contrario le será más difícil estabilizar el
sistema monetario y, en particular, el valor de su moneda. Dos de
las condiciones más importantes para ello es que estos
bancos no asuman demasiada deuda en relación con los
fondos propios y que el vencimiento de sus activos no sea muy
superior al de los pasivos.

En cuanto a la primera condición, el sistema
de la Reserva Federal presenta un apalancamiento de 54 veces sus
fondos propios, y el Eurosistema de 33 veces
. Esto significa
que de producirse una depreciación en balances de los
activos de ambos sistemas de tan sólo un 1,8% y un 3%,
respectivamente, sería imposible atender todas las deudas
contraídas. En tal caso se haría necesario inyectar
nuevo capital a costa, claro está, del
contribuyente.

Por lo que se refiere a la segunda condición, el
hecho de que prácticamente la totalidad de la
expansión del balance del sistema de la Reserva Federal se
haya producido por la adquisición de deuda pública
a un plazo más largo que anteriormente (ver
gráfico) ha supuesto descompasar la maduración de
su activo con respecto a su pasivo, con el deterioro consiguiente
de su balance:

Monografias.com

Fuente: elaboración propia a partir de los datos
de la Reserva Federal

Por su parte, el Eurosistema no sólo sigue los
mismos pasos que su homólogo americano sino que,
además, le añade la exposición a la deuda
pública de mala calidad de los PIIGS. De acuerdo con
algunas estimaciones, ésta exposición
ascendería a más de 700.000 millones de euros,
habiendo crecido a un ritmo apocalíptico del 50% en pocos
meses.

Un importe, probablemente, ya obsoleto si tenemos en
cuenta que el BCE acaba de suavizar los colaterales exigidos a
los bancos que busquen financiarse en la institución
monetaria, especialmente aquéllos que acudan a siete
bancos centrales (Irlanda, España, Italia, Francia,
Chipre, Austria y Portugal). Una medida que degradará aun
más el balance del Eurosistema y que, aunque el propio
Draghi reconozca que supone asumir un riesgo, éste
será "muy bien gestionado" (sic).

Depreciación del euro

Finalmente, no debemos olvidar las
consecuencias que estas expansiones del BCE tendrán sobre
el valor del euro. Algunos pronósticos alertan de que las
últimas grandes inyecciones de liquidez del BCE
podrían llegar a depreciar fuertemente el valor del euro
con respecto al dólar. En opinión de Morgan
Stanley, la depreciación podría llegar a situar el
tipo de cambio en los 1,15 EUR/USD.

"No existe otra opción. Si los griegos
quieren democracia no les queda más remedio que hacer
default. De lo contrario, deberán acatar las
órdenes impuestas por los dirigentes europeos sin tener
capacidad siquiera para decidir quién les gobierna,
asegura en un artículo de opinión el columnista del
Financial Times Wolfgang Münchau"…
¿Grecia,
primera colonia de la Eurozona? El plan de suicidio asistido de
Alemania (El Economista – 20/2/12)

En este sentido recuerda que el ministro de Finanzas
alemán, Wolfgang Schaüble, planteó hace unos
días que Grecia debía posponer las elecciones
previstas para abril como condición para obtener
más ayuda. Estamos en el punto donde el éxito ya no
es compatible con la democracia, apunta el FT, que
asegura que el ministro de Finanzas alemán quiere evitar
una "mala" elección democrática. La cuestión
de fondo, sin embargo, es que la Eurozona quiere imponer la
elección del gobierno de Grecia -la primera colonia de la
zona euro.

La situación pone de relieve la vulnerabilidad
política de la actual estrategia de rescate de la
Eurozona. Y es que alguien que pide un aumento de su paquete de
rescate debería recordar que la solidaridad entre
gobiernos está a punto de agotarse, recuerda el autor.
Transferir cientos de miles de millones de euros más, no
puede hacerse simplemente sobre una base intergubernamental,
donde Alemania, Holanda y Finlandia, por ejemplo, pagan por
Grecia, Portugal e Irlanda. Para eso se necesita un sistema
federal. Es el argumento más fuerte para una unión
fiscal.

La razón por la que el sistema actual se
está rompiendo es la pérdida de la confianza mutua.
Esto estrecha las opciones políticas de una
resolución de crisis. La desconfianza es la razón
por la cual el paquete de rescate griego se ha retrasado hasta el
último momento posible.

La estrategia alemana parece ser la de hacer la vida tan
insoportable que los propios griegos van a querer salir de la
zona euro. No es más que una estrategia del suicidio
asistido, y que es extremadamente peligrosa e irresponsable,
sentencia el artículo.

"Cuando el gobierno alemán pide un
protectorado sobre Grecia, sigue las ideas de Verwaayen: en este
mundo global, la nación está desapareciendo y se
debe reemplazar por la relación entre corporaciones y
regiones. Las corporaciones europeas no pueden competir con Asia.
Sobran pensiones y prestaciones. Es la "asiación" de la
UE.

El desempleo pasa a ser un problema individual. Los
trabajadores están tan asustados y tan endeudados que la
deuda cura el problema laboral. Las reformas se aceptan con tal
de mantener el trabajo.

Como en toda guerra hay efectos colaterales. Grecia
y los ciudadanos solo son eso"…
Grecia y sus
ciudadanos son meros daños colaterales (El Confidencial –
21/2/12)

– Déficits buenos y malos (Project Syndicate –
20/2/12) Lectura recomendada

(Por Robert Skidelsky)

Londres.- "Los déficits siempre son malos",
truenan los halcones fiscales. No es así, replica el
analista de inversiones estratégicas H. Wood Brock en un
nuevo libro interesante: The American Gridlock ("El estancamiento
americano"). Una evaluación adecuada -sostiene Brock-
depende de la "composición y la calidad del gasto estatal
total".

Los déficits estatales debidos
al gasto corriente para servicios o transferencias son malos,
porque no producen ingresos y contribuyen a la deuda nacional. En
cambio, los déficits resultantes del gasto de capital son
-o pueden ser- buenos. Si se administra con prudencia, ese gasto
produce una corriente de ingresos que sirve para sufragar el
servicio de la deuda y con el tiempo saldarla; más
importante es que aumenta la productividad, con lo que mejora las
posibilidades de crecimiento a largo plazo de un
país.

De esa distinción se sigue una
importante regla fiscal: normalmente, se debe equilibrar el gasto
corriente de los Estados con la fiscalidad. A ese respecto, las
medidas adoptadas actualmente para reducir los déficit
debidos al gasto corriente están justificados, pero
sólo si se los substituye enteramente por programas de
gasto de capital. De hecho, la reducción del gasto
corriente y el aumento del gasto de capital deben darse
conjuntamente.

El argumento de Brock es el de que, en vista del estado
de su economía, los Estados Unidos no pueden recuperar el
pleno empleo mediante la política actual. La
recuperación es demasiado débil y el país
necesitar invertir un billón más de dólares
al año durante diez años en servicios de transporte
y educación. El Gobierno debe crear un Banco Nacional de
Infraestructuras para facilitar la financiación mediante
su endeudamiento directo y atrayendo los fondos del sector
privado o con una mezcla de los dos. (Yo he propuesto una
institución similar en el Reino Unido.)

La distinción entre el gasto de capital y el
gasto corriente (y, por tanto, entre déficits "buenos" y
"malos") no es nada nuevo para cualquier estudioso de la Hacienda
pública, pero se olvidan los conocimientos a un ritmo tan
alarmante, que vale la pena volver a exponerla, en particular en
vista de que los halcones del déficit ocupan el poder en
el Reino Unido y en Europa, aunque, por fortuna, (aún) no
en los EEUU.

Según las propuestas acordadas en una
reunión oficiosa del Consejo Europeo celebrada el 30 de
enero, todos los miembros de la UE deberán modificar sus
constituciones para introducir la norma de un presupuesto
equilibrado que limite los déficits estructurales anuales
al 0,5 por ciento del PIB. Sólo se podrá aumentar
ese límite máximo en caso de depresión
profunda u otras circunstancias excepcionales, para permitir una
política anticíclica, siempre y cuando se convenga
en que se trata de un déficit suplementario cíclico
y no estructural. De lo contrario, las violaciones
desencadenarían automáticamente sanciones de hasta
el 0,1 por ciento del PIB.

El Reino Unido es uno de los dos países de la UE
(junto con la República Checa) que se negó a firmar
ese "pacto fiscal", cuya aceptación es obligatoria para
tener acceso a los fondos de rescate europeos, pero el Gobierno
de Gran Bretaña tiene el objetivo idéntico de
reducir sus déficit actual del 10 por ciento del PIB hasta
casi cero en cinco años.

Un argumento que se oye comúnmente en apoyo de
semejantes políticas es el de que "los vigilantes de los
bonos" no exigirán menos que eso y las haciendas de
algunos Estados europeos (y latinoamericanos, en el pasado
reciente) han estado en situación tan precaria, que esa
reacción es comprensible.

Pero no es así en el caso de los EEUU y del Reino
Unido, que tienen -los dos- grandes déficits fiscales, y
la mayoría de los países estaban ateniéndose
a una disciplina fiscal bastante estricta antes de que la crisis
de 2008 socavara sus bancos, redujera sus ingresos fiscales y
provocase un aumento de la deuda soberana.

Al mismo tiempo, no debemos atribuir el
entusiasmo actual por la disciplina fiscal a semejantes
contingencias. Fundamentalmente, se debe a la creencia de que
todo gasto estatal por encima de un mínimo necesario es
despilfarrador. Europa tiene sus propios chalados del Tea Party,
que aborrecen el Estado del bienestar y quieren abolirlo o
recortarlo radicalmente y que están convencidos de que
todo el gasto de capital patrocinado por el Estado es una
"pérdida de tiempo": tantas carreteras, puentes y
líneas férreas que no van a parte alguna y absorben
su dinero en corrupción e ineficiencia.

Quienes creen eso no se inmutan ante
la corrupción y el despilfarro que caracteriza gran parte
del gasto del sector privado y prefieren el despilfarro total de
mantener a millones de personas sin hacer nada (Brock calcula que
el 16 por ciento de la fuerza de trabajo americana está
desempleada, subempleada o demasiado desalentada para buscar
trabajo) al posible despilfarro parcial de programas que los
pongan a trabajar, perfeccionen sus aptitudes y equipen el
país con activos.

Podemos criticar algunos detalles del argumento de
Brock: una comprensión más profunda de Keynes le
habría brindado una respuesta más convincente a la
objeción de que, si los proyectos financiados por el
Estado valieran la pena, el sector privado estaría
ejecutándolos. Pronto vamos a tener que dar respuestas a
esas cuestiones, porque las normas fiscales anteriores a la
crisis que los europeos están intentando en vano
fortalecer no sirvieron.

Distamos mucho de haber formulado una
teoría de la política macroeconómica
posterior a la recesión, pero ciertos elementos
están claros. En el futuro, la política fiscal y la
monetaria tendrán que ir a la par: ninguna de las dos por
sí sola puede estabilizar unas economías de mercado
inherentemente inestables. La política monetaria
tendrá que hacer mucho más de lo que hacía
antes de 2008 para limitar la "exuberancia irracional" de los
mercados financieros y necesitamos un nuevo sistema de
contabilidad fiscal carente de ambigüedades y que distinga
entre el gasto estatal financiado con cargo a los impuestos y el
gasto público que se autofinancie.

Por encima de todo, hemos de reconocer
que el papel del Estado es algo más que el mantenimiento
de la seguridad exterior y la ley y el orden interiores. Como
escribió Adam Smith en La riqueza de las
naciones:

"El tercero y último deber del
soberano (…) es el de erigir y mantener las instituciones
públicas y las obras públicas que, aun siendo
beneficiosas en sumo grado para una gran sociedad, sean de tal
naturaleza, que el beneficio nunca podría amortizar los
gastos para una persona o un grupo pequeño de personas y,
por tanto, no se puede esperar que ninguna persona o grupo
pequeño de personas las erija ni las
mantenga".

Las principales de entre esas obras
públicas, para Smith, son las que "facilitan el comercio
de cualquier país, como, por ejemplo, unas buenas
carreteras, puentes, canales navegables, puertos,
etcétera". Otra muestra de conocimiento olvidado que Smith
cita también es la importancia de la educación.
Está en lo cierto al hacerlo, por mucho que los halcones
actuales del déficit parezcan demostrar, con su
comportamiento, lo contrario.

(Robert Skidelsky, miembro de la Cámara de los
Lores británica, es profesor emérito de
Economía Política en la Universidad Warwick.
Copyright: Project Syndicate, 2012)

"La segunda, y probablemente última,
megainyección de liquidez a tres años del BCE se ha
saldado con peticiones de 800 bancos europeos de dinero al 1% por
importe de 529.531 millones de euros.

El importe solicitado al Banco Central Europeo (BCE)
ha estado prácticamente en línea con todas las
previsiones, que lo cifraban en torno al medio billón de
euros. De ahí que la reacción del mercado haya sido
neutral. Los expertos de Barclays Capital consideran que el
impacto de la subasta ha sido "limitado".

Además, la cuantía que el Banco
Central Europeo (BCE) ha concedido a un interés del 1% ha
sido tan solo un 8,2% superior a la que los bancos europeos
pidieron en la anterior subasta a tres años (la del 21 de
diciembre, cuando se pidieron 489.191 millones) como bien
vaticinó su presidente, Mario Draghi, en la reunión
de tipos del 9 de febrero. Hasta ese momento, las proyecciones
apuntaban a que la banca podría pedir cerca de un
billón de euros.

Pero ese billón de euros ha sido finalmente
el importe acumulado en las dos inyecciones de liquidez a tres
años, es decir, en poco más de dos meses. En
concreto el importe con el que se ha regado a la banca ha sido de
1,019 millones de euros"…
800 bancos acuden en masa a la
barra libre del BCE: piden 529.531 millones (Expansión –
29/2/12)

– ¿Qué aflige a Europa? (El País –
4/3/12) Lectura recomendada

La mayor parte de lo que la gente sabe
sobre la crisis europea no es cierto y las historias falsas
están contaminando el discurso económico de
EEUU

(Por Paul Krugman)

Las cosas están fatal en Lisboa, Portugal, donde
el desempleo se ha disparado por encima del 13%. Las cosas
están todavía peor en Grecia, Irlanda, y
podría decirse que también en España, y
Europa en su conjunto parece estar volviendo a caer en la
recesión. ¿Por qué se ha convertido Europa
en el enfermo de la economía mundial? Todo el mundo sabe
la respuesta. Por desgracia, la mayor parte de lo que la gente
sabe no es cierto, y las historias falsas sobre las tribulaciones
de Europa están contaminando nuestro discurso
económico.

Si leemos un artículo de opinión sobre
Europa -o, con demasiada frecuencia, un reportaje de prensa que
supuestamente se atiene a los hechos- lo más probable es
que nos encontremos con una de dos historias, que yo distingo
como versión republicana y versión alemana. Ninguna
de las dos se corresponde con los hechos.

La versión republicana -es uno de
los temas centrales de la campaña de Mitt Romney- es que
Europa está en apuros porque se ha esforzado demasiado en
ayudar a los pobres y a los desafortunados, que estamos
observando los últimos estertores del Estado del
bienestar. Por cierto, que esta historia es una de las eternas
cantinelas del ala derecha. Allá por 1991, cuando Suecia
atravesaba una crisis bancaria provocada por la
liberalización (¿les suena?), el Instituto Cato
publicó un jactancioso informe en el que afirmaba que esto
demostraba el fracaso de todo el modelo del Estado del bienestar.
¿He mencionado ya que Suecia, un país que sigue
teniendo un Estado del bienestar sumamente generoso, es en la
actualidad uno de los países más productivos, con
una economía que crece más rápidamente que
la de cualquier otra nación rica?

Pero hagamos esto de modo sistemático.
Fijémonos en los 15 países europeos que usan el
euro (dejando a un lado Malta y Chipre), y
clasifiquémoslos según el porcentaje del PIB que
gastaban en programas sociales antes de la crisis.
¿Destacan los países GIPSI (siglas en inglés
de Grecia, Irlanda, Portugal, España, Italia) por sus
Estados del bienestar excesivamente grandes? No, no lo hacen.
Solo Italia se encontraba entre los cinco primeros, y a pesar de
ello, su Estado del bienestar era más pequeño que
el de Alemania. De modo que los Estados del bienestar
excesivamente grandes no han sido la causa de los
problemas.

A continuación, la versión
alemana, que es que todo es cuestión de irresponsabilidad
fiscal. Esta historia parece encajar con Grecia, pero con
ningún otro país. Italia registraba déficits
en los años anteriores a la crisis, pero eran solo
ligeramente más altos que los de Alemania (la elevada
deuda italiana es el legado de las políticas
irresponsables que siguió hace muchos años). Los
déficits de Portugal eran considerablemente más
pequeños mientras que España e Irlanda presentaban,
de hecho, superávits.

Ah, y los países que no
pertenecen al euro parecen capaces de registrar grandes
déficits e incurrir en grandes deudas sin enfrentarse a
ninguna crisis. Reino Unido y Estados Unidos pueden obtener
préstamos a largo plazo con unos tipos de interés
en torno al 2%, y Japón, que está muchísimo
más endeudado que cualquier país europeo, incluida
Grecia, solo paga un 1%. En otras palabras, la
helenización de nuestro discurso económico,
según la cual nos faltan uno o dos años de
déficits para convertirnos en otra Grecia, es un completo
disparate.

Entonces, ¿qué es lo
que aflige a Europa? La verdad es que la historia es
fundamentalmente monetaria. Al introducir una moneda única
sin las instituciones necesarias para que la moneda funcionara,
Europa reinventó a efectos prácticos los defectos
del patrón oro, defectos que desempeñaron un
importante papel a la hora de causar y perpetuar la Gran
Depresión.

Más concretamente, la
creación del euro fomentó una falsa
sensación de seguridad entre los inversores privados, y
desencadenó unos movimientos de capital enormes, e
insostenibles hacia países de toda la periferia europea.
Como consecuencia de estas entradas de capital, los costes y los
precios aumentaron, el sector industrial perdió
competitividad, y los países que tenían un comercio
más o menos equilibrado en 1999 empezaron a registrar
grandes déficits comerciales. Luego paró la
música.

Si los países periféricos
siguieran teniendo su propia moneda, podrían recurrir y
recurrirían a la devaluación para restaurar
rápidamente la competitividad. Pero no la tienen, y eso
significa que les espera un largo periodo de desempleo masivo y
una deflación lenta y demoledora. Sus crisis de deuda son
básicamente un subproducto de este triste panorama, porque
las economías deprimidas provocan déficits
públicos y la deflación magnifica la carga de la
deuda.

Ahora bien, el entender la naturaleza
de los problemas de Europa no beneficia especialmente a los
propios europeos. Los países afligidos, en concreto, no
tienen nada excepto malas alternativas. O bien sufren el dolor de
la deflación o toman la drástica medida de
abandonar el euro, lo cual no será políticamente
factible hasta que, o a menos que, todo lo demás fracase
(un punto al que parece estar aproximándose Grecia).
Alemania podría ayudar si suprimiera sus políticas
de austeridad y aceptara una inflación más elevada,
pero no va a hacerlo.

Sin embargo, para el resto de nosotros, enderezar a
Europa supondría una gran diferencia, porque las falsas
historias sobre Europa se están utilizando para promover
políticas que serían crueles, destructivas, o ambas
cosas. La próxima vez que oigan a la gente citar el
ejemplo de Europa para exigir que destruyamos nuestros programas
de protección social o recortemos el gasto para hacer
frente a una economía profundamente deprimida, esto es lo
que necesitan saber: no tienen ni idea de lo que están
hablando.

(Paul Krugman es profesor de Economía de
Princeton y premio Nobel 2008. © New York Times
Service)

"Los bancos centrales que conforman el eurosistema
han asumido en sus balances riesgos excesivos, que se
sitúan en el límite de su mandato". La frase es
parte de unas declaraciones realizadas a Der Spiegel por Jens
Weidmann, a la sazón gobernador del Banco Central de
Alemania o Bundesbank. Siguen a una carta enviada por él
mismo la semana pasada a Mario Draghi, cabeza visible del BCE, en
el que le exige que endurezca las garantías necesarias
para acceder a la financiación de la autoridad monetaria
europea. Tal gestos han sido interpretados por la prensa
especializada como un capítulo más del conflicto
entre la ortodoxia, encarnada en la postura germana, y el
pragmatismo que ha decidido adoptar el presidente italiano del
banco central a la hora de resolver la crisis del euro"…

(Bundesbank Chief Sparks ECB Rift Over Strategy, WSJ –
5/3/12)

Es una visión reduccionista que no entra en el
fondo de la cuestión, a saber: el riesgo de contrapartida
de Alemania en el sistema Target-2, mecanismo de pago entre los
bancos centrales de la Eurozona, se acerca peligrosamente a los
500.000 millones de euros, con un crecimiento exponencial desde
el verano Se trata de una cifra equivalente al 20% de su PIB que
molestaba, pero apenas importaba, cuando el riesgo de ruptura de
la Unión era cero (WSJ-Heard on the Street, Bundesbank
bark is worse than its bite, 5/3/12). Pero ya no es el caso y en
Berlín y Frankfurt han saltado las alarmas.

¿Qué son las cuentas Target-2?
Básicamente líneas de financiación del BCE
con los distintos bancos centrales locales. Permiten cubrir
-cuando el flujo exterior de fondos se seca, como ha ocurrido en
varias ocasiones desde el inicio de la crisis- la necesidad de
liquidez de naciones con abultados déficits por cuenta
corriente a través de las aportaciones de otras en
situación de superávit. Hay una cuenta asignada por
cada miembro de modo tal que, si tiene saldo positivo, es que el
país es prestamista, mientras que si es negativo significa
lo contrario. Al permanecer en su totalidad en el balance de la
autoridad monetaria, este crédito -muy ligado a
operaciones intracomunitarias- no supone tanto un cambio en la
reserva total de dinero de la región cuanto una
transferencia "forzada" de fondos en su seno, de los
países exportadores de liquidez a los
importadores.

Precisamente por eso, "su saldo no se recoge en el
balance del BCE, pues la suma agregada de las distintas
posiciones acreedoras y deudoras es cero, pero sí aparece
en el de cada uno de los bancos centrales nacionales como activos
que generan intereses cobrables al BCE o como pasivos pagables al
BCE. Hasta mediados de 2007, su importe agregado era
insignificante. Desde entonces han crecido a un ritmo de 100.000
millones de euros al año". En el caso del Bundesbank de
5.000 millones en 2006 a 323.000 en marzo de este año a
cobrar. Por el lado de Grecia, Irlanda, Portugal y España,
salen 340.000 millones… a pagar (51.000 solo en
España), una cantidad equivalente a los déficits
por cuenta corriente acumulados por estos cuatro estados entre
2008 y 2010. ¿Mera casualidad? "No estamos hablando de una
política monetaria sui generis sino de un rescate en toda
regla", concluye Sinn. Mucho más grande y a un coste menor
que el oficial, pero rescate al fin y al cabo.

Los entrecomillados correspondían a citas
literales de una pieza firmada por el Presidente del Instituto
IFO alemán, Hans-Werner Sinn que, poco después,
publicaría junto con Timo Wollmershäuser un
imprescindible documento de 43 páginas desarrollando su
tesis. A este último informe hace referencia Wolfgang
Münchau en su columna en el Financial Times en el que da las
claves para comprender la postura de Weidmann señalada al
principio (FT, The Bundesbank has no right al all to be baffled,
5/3/12).

Básicamente, viene a decir, la raíz del
problema europeo se encuentra en los desequilibrios por cuenta
corriente entre sus estados miembros. Su corrección
requiere de ajustes por el lado de los estados deficitarios, que
los están adoptando forzosamente, pero también de
políticas de fomento del consumo en la propia Alemania,
que se niega a implantarlas.

Ante esa negativa, la única vía que tienen
los germanos para minimizar su riesgo de contrapartida es tratar
de impedir que la bola siga creciendo de forma simultánea
a las facilidades de financiación del BCE, por una parte,
y aumentar la garantía de cobro a través de la
exigencia de colaterales de la mejor calidad o en mayor
cuantía, por otra.

Como afirma Münchau, "si el Buba busca asegurarse,
qué no deberían hacer los demás". Ese es,
por tanto, el quid de la cuestión. Bajo la superficie de
lo aparente subyace un riesgo real, perfectamente cuantificado,
que exacerba aún más los desequilibrios europeos y
las consecuencias derivadas de la quiebra de uno de los miembros
de la moneda única. Que aumenta por días y que
exige, para su corrección, medidas drásticas como
ese paso de una "transfer unión" a una "support
unión", mayor integración financiera y
supervisión fiscal, que postulaba Martin Wolf el pasado
verano (2011).

– La alargada sombra de los desequilibrios en Europa (Fedea –
7/3/12)

(Por Javier Andrés) Lectura recomendada

El debate mediático se centra inevitablemente
estos días en el efecto sobre el desempleo de las reformas
emprendidas por el gobierno, en particular en su efecto a corto
plazo. La magnitud del problema y los riesgos de que las altas
tasas de paro se hagan persistentes justifican esta
preocupación. Sin embargo una vez que los acuerdos
fiscales y la actuación decidida del banco Central Europeo
parecen haber alejado, al menos por ahora, el riesgo de una
crisis fiscal desordenada es el momento de recordar que el
éxito o el fracaso de las reformas se medirá en
función de su contribución a aliviar los problemas
de fondo de las economías europeas, que se han ido
gestando a lo largo de más de una década y que no
van a resolverse de la noche a la mañana. El primer Alert
Mechanism Report, que la Comisión Europea hizo
público el 14 de febrero, recoge una serie de indicadores
macrofinancieros de los países miembros. Más
allá de la foto fija que proporciona el informe, el
análisis dinámico de estos indicadores sugiere que
los principales desequilibrios de las economías europeas
-en particular su baja capacidad competitiva y su elevado
endeudamiento exterior- no se están corregido a un ritmo
adecuado o incluso que no se están corrigiendo en
absoluto.

El ARM supone el primer paso para
poner en marcha el denominado Macroeconomic Imbalances Procedure,
del que la Unión Europea se ha dotado para monitorizar la
evolución económica de cada uno de los
países que la forman. EL MIP -cuya descripción
puede encontrarse aquí- pone un especial énfasis en
el seguimiento de los desequilibrios que pueden desembocar en
crisis generalizadas como la que estamos sufriendo y a los que no
se ha prestado una atención suficiente en el pasado. A
partir del resultado de este seguimiento, si la Comisión
Europea considera que alguno de los indicadores entra en zona de
peligro puede obligar al país afectado a proponer un plan
de acción para su corrección que, en caso de no ser
aplicado adecuadamente, puede dar lugar a una sanción
económica o a la pérdida de ciertos derechos de
voto. La lista de indicadores, diseñada para detectar
desequilibrios interiores, financieros y de competitividad, es la
siguiente (entre paréntesis figuran los límites a
partir de los cuales se detecta algún tipo de
desequilibrio relevante): Balanza por cuenta corriente (%PIB,
-4%, 6%); posición internacional neta (%PIB, -35%); tipo
de cambio real efectivo (tasa de variación, -5%, 5%);
cuota de mercado de exportación (tasa de crecimiento,
-6%); coste laboral unitario nominal (tasa de crecimiento, 9%);
precio de la vivienda (tasa de crecimiento, 6%); flujo de
crédito al sector privado (%PIB, 15%); deuda del sector
privado (%PIB, 160%); deuda pública (% PIB, 60%); y tasa
de desempleo (10%).

Como se aprecia en el cuadro resumen -en
el que he excluido los países más pequeños-
el primer informe de situación señala que todos los
países tienen al menos dos indicadores en zona de peligro
y que varios tienen más de la mitad fuera de los
límites que se consideran sostenibles. Los países
con peores resultados cualitativos pertenecen a la periferia del
área Euro en donde Grecia, Portugal, Irlanda y
España suspenden en al menos cinco de los diez criterios.
La situación es peor si tenemos en cuenta que indicadores
como la tasa de crecimiento del precio de la vivienda y del
crédito al sector privado están hoy día
dentro de los límites aceptados por el MIP como
consecuencia de la extraordinaria restricción de
crédito que sufren la mayoría de las
economías de la UE.

Monografias.com

Dejo para otro momento un análisis más
detallado de esta información o de la muy desfavorable
posición de España en varias de sus dimensiones.
Sin embargo la dinámica de estos indicadores muestra con
más claridad el problema de largo plazo de la UE y,
más en concreto, de la Eurozona -he seleccionado el dato
al inicio del Euro, 2001, en la fase final de la fase expansiva,
2008, y el más reciente disponible, 2010. En el
Gráfico 1 se recoge la evolución del déficit
por cuenta corriente de los países recogidos en el cuadro.
Sólo Alemania, Dinamarca, Finlandia, Austria, Holanda y
Suecia presentan superávits de forma sostenida aunque en
general por debajo del límite superior marcado como
problemático. Por el contrario diez países de la UE
tienen déficits muy elevados, sistemáticamente por
encima del 4%.

Monografias.com

Es cierto que la propia recesión ha reducido esta
disparidad en 2010 (barras en verde) desde los valores extremos
que alcanzó alrededor de 2008 (rojo) y que esta
convergencia se ha acentuado en los últimos trimestres,
como se podrá sin duda corroborar en el próximo
ARM. Sin embargo, como muestran los dos gráficos
siguientes el problema exterior de la mayoría de los
países Europeos, está lejos de resolverse. Por una
parte las posiciones exteriores netas no han hecho sino empeorar
a pesar de la reducción de los déficits exteriores
(Gráfico 2). Con la excepción de Bélgica,
Alemania, Holanda y Finlandia los países de la UE tienen
una posición exterior negativa que ha aumentado desde
2001, y que no ha dejado de hacerlo en plena recesión.
Nueve de estos países llevan ya varios años con
niveles que no sólo superan el límite marcado por
la Comisión -una posición negativa superior al 35%
del PIB- sino que en varios casos más que la duplican en
2010. Y la enumeración de las economías en esta
situación revela un patrón claro. En general son
los países menos avanzados de la Unión, pero
mientras en algunos casos -Eslovenia, Polonia, Hungría,
etc.- esta situación se puede entender por su estado de
desarrollo y su tardía apertura al exterior, el
endeudamiento externo de los países periféricos de
la Eurozona se ha multiplicado por dos -y hasta por tres- desde
la creación del Euro, incluso en países con una
década de bajo crecimiento como Portugal, y ha aumentado
entre 10 y 15 puntos de PIB desde 2008. En estos países la
combinación de estructuras poco competitivas, con una
fuerte presión de la demanda interna -impulsada por el
crédito y/o un elevado déficit público- y
una moneda común y fuerte han dado lugar a un
endeudamiento externo al que parece difícil poner
coto.

Monografias.com

Más allá de las diferencias en las
posiciones exteriores netas, la dependencia respecto a la
financiación exterior es una debilidad estructural,
persistente de la UE que no da muestras de remitir. Las
tendencias del ahorro en los actuales países emergentes
indican que este va a seguir creciendo en los próximos
años -aquí y aquí, por ejemplo- pero, como
ya señalaba en un post anterior, esto supone una buena
noticia sólo a medias. Por una parte es previsible que el
ahorro mundial siga aportando fondos potencialmente suficientes
para financiar nuestras economías, pero, por otra, la
dependencia exterior puede hacer que los riesgos de crisis de
financiación que sufrieron los emergentes en los
años ochenta y noventa se conviertan en crónicos en
las economías de la periferia Europea.

Y es que la única forma en que es
posible reducir este endeudamiento exterior sin incurrir en una
profunda recesión es la mejora de las exportaciones. Pero
la evolución de un indicador crucial de la competitividad,
como es el aumento de cuota de mercado de las exportaciones
europeas, ha tenido un comportamiento decepcionante. En el
Gráfico 3 se recoge esta evolución que ha sido
negativa para los países más desarrollados de la
UE. En particular todos los países de la Eurozona han
experimentado un declive sustancial entre 2001 y 2008 en la
penetración -en términos relativos- en los mercados
exteriores, declive que se ha mantenido e incluso acentuado hasta
2010. Este proceso es hasta cierto punto natural debido a la
irrupción de algunos emergentes, pero indica que la
economía Europea en su conjunto continúa con la
misma tendencia que nos ha llevado a la difícil
situación actual.

Monografias.com

Si el MIP funciona, debe ser útil para reforzar
los mecanismo de gobernanza europea en lo que a prevención
de crisis se refiere. La primera radiografía -ARM- de los
desequilibrios macrofinancieros en la Unión Europea no
deja una buena imagen de muchos de los países que la
conforman, ni de la del área en su conjunto. Los peores
registros se observan en aquellas variables que por su naturaleza
-son stocks- tienen un ajuste más lento: posición
exterior neta, endeudamiento privado, etc. Sin embargo tampoco
los flujos están evolucionando con la rapidez que
cabría esperar. La recesión por sí sola no
está favoreciendo el desapalancamiento ni la
reducción de nuestra dependencia con respecto al ahorro
exterior. El objetivo de las reformas debe ser acelerar este
proceso de ajuste como condición necesaria para un
crecimiento significativo y equilibrado. Ese es el verdadero
criterio para juzgar su eficacia.

– ¿Cuán importante es la deuda?

"Más allá de los indicadores de
actividad, la salida de la crisis está teniendo
consecuencias colaterales para el mundo de la Economía.
Buena parte de sus teóricos, sobre todo en Estados Unidos,
andan divididos entre quienes defienden la necesidad de aplicar
nuevos estímulos fiscales para evitar una vuelta a la
recesión y garantizar la creación de empleo y
quienes defienden que la política monetaria es un
instrumento más que suficiente para la gestión de
la demanda. Es la tradicional guerra entre keynesianos y
neoclásicos, a los que cada día se suman nuevas
corrientes: neomonetaristas, los seguidores de la economía
verde, psicoeconomistas"…
Economistas en pie de guerra (El
País – 1/4/12)

Paul Krugman (profesor en Princeton),
Brad DeLong (Universidad de Berkeley) y Mark Thoma (Universidad
de Oregón) lideran el grupo de los defensores de las
teorías de John Maynard Keynes, los conocidos como
saltwater (agua salada, en inglés, por estar situadas sus
universidades cerca del mar). Enfrente de sus tesis, John
Cochrane, Eugene Fama (los dos, de la Universidad de Chicago) y
Robert Barro (profesor en Harvard) que cuestionan la
política de estímulos fiscales como vía para
salir de la crisis.

Es un enfrentamiento similar al que vivieron en los
años treinta John Maynard Keynes y Friedrich von Hayek,
una historia que recoge Nicholas Wapshott en su libro Keynes
frente a Hayek. El enfrentamiento que definió la
economía moderna. Entonces, estos padres de la
economía mantuvieron un arduo debate sobre el papel que
debería tener el Estado en la economía. "Hayek fue
derrotado por Keynes en los debates económicos de los
años treinta; no, según creo yo, porque Keynes
probara su tesis, sino porque una vez que la economía se
colapsó, nadie estaba muy interesado en la cuestión
de cuál fue su verdadero causante", según Robert
Skidelsky, biógrafo de Keynes.

Lo cierto es que el dominio del
keynesianismo en el debate económico fue patente hasta los
años setenta, cuando Milton Friedman decretó
aquello de que "en cierto sentido todos somos keynesianos; y en
otro, ya nadie es keynesiano nunca más". El consenso entre
los expertos empezó a construirse en torno a un menor
papel del Estado en la economía y a propiciar el control
del crecimiento, de los precios y de la creación de
empleo, en buena medida, a través de los tipos de
interés.

Desde entonces, sus tesis se han dado
más o menos por muertas en varias ocasiones hasta que en
pleno apogeo de la crisis financiera, en 2008 y 2009, todo el
mundo se volvió keynesiano, como recordaba Peer
Steinbruck, ministro alemán de Finanzas con Angela Merkel,
pese a pertenecer a la socialdemocracia. "La misma gente que no
tocaría nunca el gasto público está ahora
desparramando miles de millones. El cambio de décadas de
políticas de oferta a un drástico keynesianismo es
impresionante", dijo en diciembre de 2008. Pero ese cambio no
llegaría para quedarse.

Henry Farrell, de la Universidad George
Washington, y John Quiggin, de Queensland, acaban de publicar un
papel sobre el auge y la caída del keynesianismo durante
la crisis económica. Los dos profesores de Economía
explican que en aquellos años fue posible lograr un
consenso en torno a las políticas de estímulo, toda
vez que los antikeynesianos no tenían una respuesta clara
a qué hacer ante la crisis, ni disponían de los
mismos medios de divulgación. Algunas conversiones al
keynesianismo de economistas reconocidos como Richard Posner o
Martin Feldstein hicieron el resto.

Farrel y Quiggin explican que la entrada
en la escena internacional de los economistas del Banco Central
Europeo, partidarios -cómo no- de la política
monetaria, y la lenta salida de la crisis, sin apenas
creación de empleo, incluso en los países que
más estímulos habían aplicado, volvió
a cuestionar el modelo de Keynes. Pero tampoco zanjó la
cuestión, y el debate, hoy en día,
persiste.

El escenario de las nuevas guerras es Internet. No hay
día en que un bando no le recuerde al otro en qué
se equivocan sus teorías, a través de blogs,
Twitter, vídeos, conferencias, cartas al director en los
principales diarios, gráficos… todo sirve en la guerra
de los economistas y lo hacen en todos los formatos que admite la
Red. Ahí, Paul Krugman, con su blog en The New York Times
y su columna, saca varios cuerpos de ventaja a sus
oponentes.

En la guerra de guerrillas, los economistas atacan las
bases que sustentan las teorías del contrario, como en la
crítica que Paul Krugman lanzó recientemente contra
Jean Claude Trichet, el anterior presidente del BCE. "Él
ignoró todo lo que sabemos sobre la inflación y la
diferencia entre shocks transitorios para subir los tipos de
interés al comienzo de un problema pasajero (la subida de
precios del verano de 2008, cuando la eurozona ya estaba en
recesión). Y ahora, habiendo rechazado e ignorado lo que
la macroeconomía tenía que decir al respecto, se
queja de que esa misma ciencia no ofrece una guía de
política útil. Increíble".

Pero el enfrentamiento entra también en
cuestiones personales que revelan orgullos dañados. Es el
enfrentamiento que mantiene el profesor Steve Keen con Paul
Krugman y otros keynesianos. "El establishment neoclásico
(sí, Paul, eres parte del establishment) ha ignorado toda
la investigación de los investigadores no
neoclásicos como yo por décadas. Así que es
bueno ver cierto compromiso en lugar de una ignorancia
deliberada, o, más probablemente, ciega, a otros
análisis alternativos".

Lo cierto es que las derrotas se suceden en ambos bandos
y se lo recuerdan mutuamente. Quienes defienden el impacto
expansivo de las políticas de austeridad, como Alan
Reynolds, del Cato Institute, pusieron como ejemplo a Irlanda,
que tras aplicar duras políticas de ajuste logró
salir de la recesión, avanzar planes para sanear sus
bancos y retomar la senda de crecimiento. La victoria ha
resultado pírrica, pues Irlanda volvió a finales de
2011 a los números rojos, y sus autoridades vuelven a
negociar con sus acreedores el calendario de pagos de sus
deudas.

Dado que los economistas estadounidenses son los
más activos en esta batalla, no es de extrañar que
la campaña política estadounidense haya entrado
también en el debate sobre la salida de la crisis. Desde
Standford, John B. Taylor (cuyos análisis sobre la
relación entre la inflación y el crecimiento
potencial de la economía sirven como referencia para la
política monetaria) ha puesto en duda que las ayudas a los
Estados y los Gobiernos locales hayan servido para estimular la
economía, como defienden los demócratas frente a
los republicanos. Un extremo que ha cuestionado con firmeza
Christina Romer, de la Universidad de Berkeley y antigua asesora
de Barack Obama. Y, así, hasta no acabar.

"Como en las guerras de Luis XIV, los intentos de
rehabilitar el viejo keynesianismo han provocado mucho ruido y
mucha furia, pero solo modestas ganancias de territorio",
subrayaba un activo bloguero sobre el debate que se está
produciendo entre los economistas. Con conquistas o no, la guerra
está muy lejos de haber terminado.

– La disolución de la eurozona no es la respuesta
(Expansión – WSJ Europe – 3/4/12)

(Por Richard Barley) Lectura recomendada

La búsqueda del santo grial continúa.
Cinco personajes compiten por el Premio Wolfson de
Economía, valorado en 300.000 euros, y para el que todos
los candidatos tuvieron que diseñar un plan de
contingencia ante la posible disolución de la
eurozona.

Sin embargo, las propuestas no hacen más que
confirmar que los intereses de la eurozona van en la
dirección opuesta: hacia una mayor consolidación
política y fiscal.

Algunas de las propuestas prevén la salida de uno
o más países, como el plan de la inversora privada
Catherine Dobbs de denominar todos los euros en
circulación en dos nuevas monedas para intentar evitar la
fuga de capitales.

Sin embargo, los mercados financieros
cuestionarían automáticamente la credibilidad de
los miembros de la eurozona que quedaran dentro, lo que
provocaría la salida de más miembros. Neil Record,
de Record Currency Management, cree en cambio que la única
opción es un plan secreto para la total disolución
de la eurozona, aunque manteniendo de alguna forma un mercado
único de la Unión Europea.

Las condiciones del galardón generan una
predisposición a argumentar que una disolución es
un proceso factible que no tiene por qué desencadenar un
desastre. Jonathan Tepper, de la firma de investigaciones Variant
Perception recuerda que en la historia también ha habido
más desintegraciones monetarias.

Así ocurrió, argumenta, con el Imperio
Austro Húngaro en 1919 o con Checoslovaquia entre 1992 y
1993; Tepper sostiene que, sorprendentemente, no se produjo una
grave crisis a nivel macroeconómico. Sin embargo, cabe
recordar que el euro es una moneda de reserva global, que ha
generado una fuerte integración financiera, en un mundo
con un nivel de interconexión mucho más fuerte que
en el pasado.

El mayor problema, en cualquier caso, no
es qué hacer con la moneda, sino con la deuda que se ha
acumulado. Capital Economics argumenta que cualquier país
que saliera de la eurozona intentaría tramitar un impago o
denominar su deuda en otra moneda. El impago de Grecia
tardó 18 meses en gestionarse, un lujo con el que no
contaría seguramente una disolución de la
eurozona.

Y los economistas de Nomura recuerdan
en su propuesta que el total de instrumentos denominados en euros
que operan bajo la legislación extranjera podrían
superar los 30 billones de euros
. Por otra parte, incluso en
Grecia los ciudadanos son partidarios de permanecer en el euro.
Aunque los problemas del euro son innegables, intentar
enmendarlos parece una mejor opción que provocar una
situación de caos en la segunda mayor economía del
mundo.

De la boda de Kenneth al divorcio de Nouriel (¿y
ustedes que opinan?)

– El euro no prosperará sin centralización
(Project Syndicate – 4/4/12)

(Por Kenneth Rogoff) Lectura recomendada

Cambridge.- El desempleo juvenil en algunos
países de la eurozona, como España y Grecia, roza
el 50%. ¿Será esto el sacrificio de una
generación en aras de una moneda única que abarca
un grupo de países demasiado diverso para ser sostenible?
Si es así, ¿extender a otros países la
membresía en la eurozona servirá realmente para
alcanzar la aparente meta europea de maximizar la
integración económica sin lograr necesariamente una
unión política plena?

Hay una buena noticia y es que respecto de la
cuestión de si Europa debería tener una moneda
única, hay investigaciones económicas que pueden
dar algunas respuestas. La mala noticia es que está cada
vez más claro que, al menos tratándose de
países grandes, las áreas monetarias son sumamente
inestables a menos que se correspondan con las fronteras
nacionales. Como mínimo, una unión monetaria
requiere una confederación con más
centralización de la autoridad en materia de impuestos y
otras políticas que la que los líderes europeos
imaginan para la eurozona.

¿Qué queda entonces de la famosa conjetura
propuesta en 1961 por Robert Mundell, ganador del premio Nobel,
según la cual no hace falta que las fronteras nacionales
se superpongan significativamente con las monetarias? En un
provocativo artículo que publicó en el American
Economic Review, titulado "A Theory of Optimum Currency Areas"
(Una teoría de las áreas monetarias
óptimas), Mundell sostuvo que mientras los trabajadores
puedan moverse dentro de la región monetaria para ir
allí donde haya trabajo, la región puede prescindir
del uso del ajuste cambiario como mecanismo de equilibrio.
Mundell atribuyó a otro (futuro) ganador del premio Nobel,
James Meade, el crédito por haber reconocido en un trabajo
anterior la importancia de la movilidad de la mano de obra, pero
criticó su interpretación de la idea por
considerarla demasiado estricta (especialmente en el contexto de
la naciente integración europea).

Aunque el trabajo de Mundell no pone el acento en las
crisis financieras, es de suponer que en la actualidad la
movilidad de la fuerza laboral es más importante que
nunca. A nadie debe sorprender que los trabajadores se vayan de
los países de la eurozona afectados por la crisis; pero no
lo hacen necesariamente para ir a los países más
prósperos del norte. En cambio, los trabajadores
portugueses huyen hacia ex colonias en ascenso, como Brasil y
Macao, y los trabajadores irlandeses se van en tropel a
Canadá, Australia y Estados Unidos. Un flujo de
trabajadores españoles está entrando en Rumania,
que hasta hace poco era una importante fuente de mano de obra
agrícola para España.

Aun así, si dentro de la eurozona hubiera una
movilidad cercana al ideal de Mundell, hoy no estaríamos
viendo una tasa de desempleo del 25% en España, mientras
en Alemania es inferior al 7%.

Otros autores descubrieron más
tarde otros criterios esenciales que definen el éxito de
una unión monetaria y que son difíciles de alcanzar
sin una profunda integración política. Peter Kenen
sostuvo a fines de los sesenta que sin el efecto amortiguador de
los movimientos cambiarios, las uniones monetarias necesitan
apelar a las transferencias fiscales como un modo de compartir
riesgos.

En un país normal, el sistema impositivo nacional
obra como un inmenso estabilizador automático
interregional. Por ejemplo, cuando sube el precio del
petróleo, en Estados Unidos se produce un aumento de
ingresos en Texas y Montana, que a su vez implica que estos
estados tributarán más a las arcas federales y, de
ese modo, ayudarán al resto del país. Pero
obviamente Europa no tiene una autoridad impositiva central
significativa, de modo que este estabilizador automático,
básicamente, no existe.

Algunos académicos europeos
intentaron demostrar que no se necesitan transferencias fiscales
como en Estados Unidos, porque cualquiera sea el nivel de
coparticipación en los riesgos que se desee, en
teoría se puede lograr a través de los mercados
financieros. Pero esta afirmación era muy errada. Los
mercados financieros pueden ser frágiles y ofrecen muy
poca capacidad de compartir los riesgos relacionados con el
ingreso de los trabajadores, que constituye la mayor parte de la
renta de cualquier economía avanzada.

El tema central para Kenen eran las transferencias de
corto plazo tendientes a suavizar los altibajos cíclicos.
Pero en una unión monetaria con enormes diferencias de
ingresos y niveles de desarrollo, el corto plazo puede abarcar un
período muy largo. En la actualidad, muchos alemanes
consideran, con razón, que cualquier sistema de
transferencias fiscales acaba convirtiéndose en una sonda
de alimentación permanente, muy al estilo de la ayuda que
le ha estado dando el norte de Italia al sur durante el siglo
pasado. De hecho, más de 20 años después de
la unificación de Alemania, los alemanes del oeste
todavía no saben cuándo se acabarán las
facturas que dejó.

Otro autor posterior, Maurice Obstfeld,
señaló que además de transferencias
fiscales, una unión monetaria necesita reglas claras
respecto de la función de prestamista de última
instancia. De lo contrario, las corridas bancarias y los
pánicos financieros estarán a la orden del
día. Obstfeld pensaba en un mecanismo de rescate bancario,
pero ya quedó suficientemente claro que también se
necesitan prestamistas de última instancia y
procedimientos de quiebra para estados y municipios.

Un corolario lógico de los
criterios propuestos por Kenen y Obstfeld, e incluso para el
criterio de movilidad laboral de Mundell, es que las uniones
monetarias no pueden sobrevivir sin legitimidad política,
lo cual implica, casi siempre, elecciones populares que abarquen
toda la región. Los líderes europeos no pueden
continuar indefinidamente haciendo grandes transferencias entre
los países si no cuentan con un marco político
europeo coherente.

En la actualidad, los responsables políticos
europeos se quejan a menudo de que si no fuera por la crisis
financiera de Estados Unidos, a la eurozona le estaría
yendo bien. Puede que tengan razón, pero cualquier sistema
financiero tiene que ser capaz de soportar perturbaciones
externas, incluso de las grandes.

Tal vez Europa nunca sea un
área monetaria "óptima" según ningún
criterio. Pero a menos que se logre una integración
política y económica más profunda (que no
necesariamente incluirá al final a todos los miembros
actuales de la eurozona), puede ser que el euro no llegue ni
siquiera al final de esta década.

(Kenneth Rogoff, Professor of Economics at Harvard
University and recipient of the 2011 Deutsche Bank Prize in
Financial Economics, was the chief economist at the International
Monetary Fund from 2001)

– Nouriel Roubini: ¿Cómo lograr un
divorcio amistoso en la Eurozona? (El Economista – 5/4/12)
Lectura recomendada

Las operaciones de refinanciación
a largo plazo en tres años del BCE han estabilizado la
Eurozona y los sistemas financieros internacionales. La
reestructuración ordenada de la deuda griega ha sentado el
precedente de que cuando las burbujas de activos apalancados
estallan no tienen por qué precipitar un impago
desordenado, crisis de crédito, recesión acusadas y
alto riesgo de depresión. La deuda de la Eurozona ya no es
la gran amenaza para una recuperación global
todavía frágil.

Dicho eso, no se ha resuelto nada
fundamental
. Las contradicciones internas de la respuesta
política del ajuste fiscal y estructural podrían
reintensificar los desequilibrios latentes. Si el crédito
del BCE a tres años es adecuado para sostener la
estabilidad financiera, la cuestión es qué
pasará cuando venzan las facilidades de crédito
actuales. Ninguna crisis bancaria se ha resuelto sólo
mediante el crédito colateralizado de un banco central
frente a una huida de los pasivos bancarios por el miedo a un
déficit grave de capitales. Dejar que el legado de activos
tóxicos infecte los balances los zombificará. El
desapalancamiento en lugar de la recapitalización
agravará la recesión. La cuestión central
es cómo recapitalizar los bancos y limpiar los
créditos basura con recursos fiscales
, normalmente la
única posibilidad con una grave crisis bancaria en
países donde una parte considerable de la deuda mala es
pública.

El euro y sus contradicciones

El propio euro es la raíz de esas
contradicciones internas y fallos de diseño. Casi todas
las crisis de balanza de pagos derivan en crisis monetaria o
maxidevaluación. La deflación es necesaria para
restaurar la competitividad y el crecimiento en el país
deudor, pero agrava las cargas reales de la deuda. La estabilidad
de precios hace falta para evitar aumentos reales de la carga de
deuda, pero cierta inflación ayuda a reducirla, aunque
ambas evitarían una depreciación real del tipo de
cambio, restringiendo la competitividad.

Las secuelas de la crisis internacional de 2008 han
sacado a la luz unos desequilibrios insostenibles en la Eurozona.
La gestión de la crisis demuestra que no sólo
carece de las características de las uniones monetarias
que han resistido al paso del tiempo, sino de la voluntad
política para establecerlas. Sólo ha habido una
transferencia fiscal mínima de los países
acreedores a los deudores mediante una reducción
tardía del tipo de interés de la
financiación extranjera oficial. Aunque la primera -de
probablemente varias reestructuraciones de deuda- ha reducido las
existencias de la deuda griega, la falta de ajuste del tipo de
cambio y la inadecuación del crecimiento llevará la
deuda a unos índices insostenibles del 120-170% del PIB en
esta década, devolviendo a Grecia a los niveles donde
perdió el acceso al mercado y se vio sometida a una
reestructuración.

Los programas de reforma suenan bien pero podrían
dejar a la Eurozona con menos en vez de más resistencia a
los golpes regionales. Aunque hay libertad de movimiento de
trabajadores y capital, en la práctica la migración
es inadecuada y no hay suficientes cambios en el control
corporativo a través de las fronteras nacionales como para
facilitar el ajuste a los golpes económicos regionales.
Tanto la rigidez del mercado de trabajo como su inmovilidad se
deben en gran parte a la dificultad para contratar y despedir al
personal y a unos sistemas de bienestar generosos desde los que
es difícil gestionar las ventajas del bienestar a largo
plazo entre países. Algunos programas abordan lo primero,
pero no lo último.

Los flujos de cartera, sobre todo de deuda, fluyen
libremente y desde luego han contribuido a la crisis actual pero
las preferencias nacionales hacia los paladines corporativos
nacionales permanecen. Son obstáculos difíciles de
superar dada su naturaleza política de tercera vía
y la captura reguladora y política por intereses
creados.

Divorcio amistoso en 7 pasos

Por todo ello, hemos elaborado una
propuesta de divorcio amistoso que resolvería los dilemas
políticos, contradicciones internas y fallos de
diseño estructural. Al fin y al cabo, y por muy
difícil que parezca, salirse de un matrimonio que no
funciona es mejor que permanecer en él. A los estados
miembros les interesa llegar a este divorcio amistoso porque la
crisis de deuda de los países periféricos
representa un déficit del capital bancario y pasivo fiscal
para los miembros del centro, dado que cada vez está
más claro que su interés común en solucionar
la deuda y recuperar el crecimiento dentro de los confines de la
UME es factible. A continuación resumimos los siete
capítulos de nuestro Manual del divorcio amistoso de la
Eurozona.

El fin último es un proceso de crecimiento
más equilibrado y sostenible en general. Los países
que abandonen la Eurozona deben reequilibrarse hacia un
crecimiento basado en las exportaciones y los ingresos. Los que
permanezcan deberán reequilibrarse hacia la demanda
doméstica. La salida de varios países no tiene por
qué ser una tragedia, ya que podría volver a poner
a Europa en un camino positivo a largo plazo si se gestiona
bien.

Un resultado óptimo es que los
cinco miembros en apuros de la periferia (Portugal, Irlanda,
Italia, Grecia y España) negocien una salida cooperada con
financiación puente
y conserven la unión
aduanera de la UE para restaurar la viabilidad de los
países miembros que salgan o permanezcan. La
realineación de la moneda facilitaría ese ajuste.
Devolver la competitividad a través del tipo de cambio
nominal es mucho mejor a largo plazo tras una transición
financiera potencialmente tortuosa que cambiar los precios
relativos con un tipo de cambio fijo nominal, lo que implica una
inflación prolongada de la deuda, potencialmente abocada a
impagos desordenados y salidas de la Eurozona en cualquier caso,
y una inflación sostenida por encima de los objetivos en
los países excedentes. Evidentemente, las alteraciones
financieras, económicas y legales serían
inevitables, la UE más amplia y la comunidad internacional
ayudarían a minimizar los daños
colaterales.

La primera fase para que el divorcio sea
amistoso y evitar un resultado peor pasaría por una
negociación a alto nivel y a puerta cerrada
entre los
jefes de Estado, ministros de Economía, gobernadores de
bancos centrales, la junta del BCE y la directora gerente del FMI
para comprometerlos a todos con la estrategia acordada de salida.
Ésta identificaría y garantizaría la
viabilidad a corto y largo plazo de los países salientes,
aseguraría la viabilidad a largo plazo de la Eurozona y la
credibilidad del euro y del BCE, mantendría la
unión aduanera de la UE para el beneficio de todos los
estados miembros actuales y futuros, y establecería un
marco monetario para el BCE y los bancos centrales de los
países salientes.

El BCE compraría moneda de los
países salientes al tramo más bajo, para mitigar
pérdidas financieras nacionales, y en la Eurozona, por
impagos desordenados, salidas y colapsos monetarios en el sector
privado, el propio BCE y los bancos centrales de los
países acreedores. La figura de la pensión
transitoria o pago único es clave
en este divorcio
amistoso y se trataría de un anticipo para la
supervivencia y cohesión de la propia UE, donde el libre
comercio coexista con la Unión Monetaria Europea, los
tipos flotantes de cambio y tipos de cambio fijo discrecionales
respecto al euro y una europeización efectiva.

Otros grandes bancos centrales, en
especial la Fed, estarían en guardia para ofrecer canjes
de divisas en caso de huida del euro restante. El BCE
podría soportar pérdidas de este mecanismo de
estabilización del tipo de cambio, pero sus tenencias de
moneda saliente depreciada se absorberían con el tiempo y
quedarían mitigadas por el eventual excedente externo de
los países salientes. Por supuesto, el marco legal de la
estrategia de salida, aplicable a los contratos (nacionales y
extranjeros, públicos y privados, financieros y
económicos) y regido por las leyes y el nexo territorial
sería fundamental. Redenominaríamos todos los
contratos nacionales de deuda pública y privada y otros en
las nuevas monedas en el momento de salir. Mantendríamos
la denominación en euros de los contratos extranjeros
públicos y privados, sujetos a la conexión
territorial del contrato o deudor, basado en el pago
físico y nexo económico, en sintonía con la
opinión legal de consenso.

La gestión de las hojas de
balance activo precedería a la introducción de la
transición del tipo de cambio e incluiría la
domesticación de la deuda externa de los países
salientes
para minimizar los desajustes en la hoja de balance
antes de la redenominación. Este proceso, ya en curso a
medida que los acreedores privados extranjeros reducen su
exposición, se aceleraría y ampliaría todo
lo posible. Los desequilibrios en el sistema de pagos y
exposiciones asociadas del BCE y los bancos centrales nacionales
se redenominarían por negociación y
compensarían. El ensanchamiento de los pasillos de
operaciones de divisas dada la caída de las primas de
riesgo de divisas e inflación minimizaría los
efectos de la hoja de balance. Los bancos centrales resultantes,
independientes, con flotación libre y objetivo de
inflación, restaurarían los amortiguadores
macroeconómicos y contribuirían a la credibilidad y
disciplina políticas.

Los bancos y mercados financieros
plantean la amenaza más grave e inmediata a la estrategia
de salida. Perseguir activamente la domesticación antes
de la salida reduciría las pérdidas de
crédito y riesgo monetario
. El tiempo ofrecido por el
apoyo monetario del BCE permitiría cubrir y devolver las
obligaciones denominadas en euros. Estas políticas
mitigarían los daños al sistema bancario a la vez
que maximizan tanto el nivel de la riqueza como la capacidad para
crearla mediante una actividad económica real e
inversión financiera. No obstante, las dudas sobre la
estrategia política pese a su solidez intrínseca
impondrían una fuga de capitales y depósitos, y
podrían exigir nacionalizaciones bancarias, limitaciones a
las retiradas de depósitos y una mayor dependencia en los
pagos no en efectivo.

La Eurozona debe desarrollar, cuanto
antes mejor, planes para una salida ordenada, porque retrasar
las rupturas suele acabar saliendo caro
.

(Nouriel Roubini, presidente de RGE)

Coda: el caballo de Troya en el jardín de Angie
(esto no lo arregla ni la "Task Force")

– En Grecia, la corrupción endémica se ve
claramente en la "isla de los ciegos" (The Wall Street Journal –
7/4/12) Lectura recomendada

(Por James Angelos)

La isla de Zakynthos (Zacinto), famosa
por sus ruinas venecianas y aguas turquesas, tiene desde hace un
tiempo un nuevo apodo en Grecia: "la isla de los
ciegos".

El Ministerio de Salud griego está investigando
Zakynthos después de que funcionarios locales sonaran las
alarmas tras detectar un número inusualmente alto de
solicitudes de pensiones por ceguera.

En torno a 1,8% de la población
de la isla, que tiene unos 39.000 habitantes, cobró ese
subsidio el año pasado, según el Ministerio de
Salud. Ese porcentaje es nueve veces más alto que la
prevalencia de ceguera estimada para muchos países
europeos en un estudio de 2004 publicado por la
Organización Mundial de la Salud.

Entre los que solicitaron la
pensión por invidencia en Zakynthos, indica un
funcionario, se encontraban un conductor de taxi y un cazador de
aves.

Zakynthos se ha convertido en un símbolo de la
corrupción endémica que contribuyó a la
implosión financiera del país. "Parece que los
"ciegos" de Zakynthos sólo veían el color del
dinero", decía un artículo en el periódico
griego Ethnos.

Pero la isla no está sola en
esto, según los funcionarios, que aseguran que las
solicitudes por discapacidad fraudulentas son un problema en todo
el país, lo cual le cuesta al gobierno cientos de millones
de euros al año.

Grecia, bajo presión de acreedores
internacionales, está tomando medidas más agresivas
para combatir la corrupción y recortar los gastos. Sin
embargo, la ofensiva contra el fraude por discapacidad,
enturbiada por acusaciones de posible complicidad política
e imprecisiones, demuestra lo complejas que resultan estas
iniciativas de reforma.

Algunos de los que recibieron los pagos por discapacidad
y que ahora están siendo investigados argumentan que no
tenían alternativas, conforme las medidas de austeridad
azotan sus bolsillos en un país donde las pensiones y los
salarios son cada vez menores.

El alcalde de Zakynthos, Stelios Bozikis, contó
en un programa de televisión griego cómo un grupo
de ciudadanos enojados con los recortes presupuestarios lo
rociaron con yogur en un evento reciente. El jefe municipal lo
consideró "un honor".

Un registro centralizado

En un intento por eliminar el fraude, el Ministerio de
Salud griego empezó recientemente a exigir que los
solicitantes de pensiones por discapacidad en todo el país
se registraran en una base de datos centralizada, para lo que
debían presentarse en persona o enviar a un representante.
El registro resultó en una reducción de 36.000
solicitudes frente a 2011, según cifras del
gobierno.

El Ministerio asegura que las solicitudes ausentes
probablemente eran falsas: en muchos casos reflejaban
múltiples reclamos por la misma discapacidad o
pedían pagos en nombre de beneficiarios fallecidos.
También alega que algunos médicos aceptaron dinero
por dar diagnósticos falsos y que algunos políticos
locales aprobaron las solicitudes para ganar votos. Sólo
190 de las casi 700 personas que han estado cobrando la
pensión por ceguera en Zakynthos participaron en el
registro, señala el ministerio.

Incluso cuando las autoridades oficiales prometen
medidas drásticas, a algunos les preocupa que la
campaña corra el riesgo de estigmatizar a las personas
discapacitadas, presentándolas como inválidos en
sillas de ruedas y que utilizan bastones blancos, tal como parece
predominar en la cobertura mediática. "La
representación de las personas con una discapacidad en los
medios de comunicación es absolutamente insoportable",
lamenta Yannis Vardakastanis, presidente de la
Confederación Nacional de Personas Discapacitadas de
Grecia.

El viceministro de Salud, Markos Bolaris, que
asumió el cargo a mediados del año pasado, dijo que
el nuevo programa pretende asegurar que los limitados recursos
del país alcancen a los que realmente los necesitan.
Previos gobiernos en Atenas deberían haber detectado el
fraude, puntualizó. "Si a algunos no les importó en
el pasado, ahora nos tiene que importar".

Ciertos funcionarios locales y nacionales le echan la
culpa al ex prefecto de la isla, Dionysios Gasparos, cuya firma
era imprescindible para autorizar los pagos. Gasparos niega las
acusaciones y arremetió contra el viceministro por
incurrir en "juegos políticos". También
denunció al oftalmólogo del hospital público
de Zakynthos, Nikolaos Vartzelis. "Yo no soy quien los declara
ciegos", dijo Gasparos. "Es el oftalmólogo".

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter