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La crisis económica de la Unión Europea: ¿Complejo de Saturno o Síndrome de Estocolmo? Parte II (página 8)




Enviado por Ricardo Lomoro



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9

Eso no quiere decir que los analistas proyecten una
drástica caída en los precios de los bonos en medio
de un frenesí por invertir en la bolsa. Pero a medida que
aumenta la confianza en la economía estadounidense, el
viento puede empezar a soplar a favor de las acciones.

Se trataría de un giro importante
para los inversionistas, quienes han visto cómo en la
última década la renta fija ha barrido con la renta
variable.

El índice agregado de bonos de
Estados Unidos elaborado por Barclays Capital, que sigue la
evolución de los mercados de deuda con grado de
inversión, incluyendo soberana, corporativa y valores
respaldados por hipotecas y otros activos, acumula un retorno de
cerca de 113% desde el 31 de diciembre de 1999. En
comparación, el índice Standard & Poor's 500,
que agrupa las acciones de las principales empresas
estadounidenses, registra una ganancia de 19%, incluyendo la
apreciación de la acción y el reparto de
dividendos.

Los ejecutivos de PineBridge Investments, una gestora de
fondos que administra más de US$ 67.000 millones, han
notado un aumento en el interés por las acciones entre sus
clientes institucionales.

"Se empieza a observar una mayor fe en los mercados de
renta variable", dice John Baumann, director gerente de
PineBridge y jefe de ventas institucionales y servicios a los
clientes.

Wall Street también lo ha notado. Goldman Sachs,
UBS y Barclays acaban de publicar informes en los que recomiendan
priorizar las acciones en desmedro de los bonos.

Los estrategas de Goldman creen que las perspectivas de
retornos de las acciones son las mejores en una
generación. La renta variable probablemente
"iniciará una trayectoria alcista en los próximos
años", escribieron.

Este tipo de recomendaciones incorpora
una serie de presunciones. Tal vez la principal es una
convicción cada vez más arraigada de que lo peor de
las crisis de los últimos años ya quedó
atrás.

Monografias.com

Eso debería limitar la probabilidad de que EEUU
caiga en una espiral deflacionaria como Japón, uno de los
pocos escenarios que, en opinión de los economistas,
haría caer las tasas de interés y
prolongaría la marcha alcista de los bonos que ya se
extiende por décadas.

De todos modos, aún hay numerosas razones para
dudar del mercado bursátil. Las proyecciones sobre las
utilidades de las empresas están cayendo y los
márgenes de ganancia se estarían estrechando. Hay
señales de debilidad en la demanda asiática de
materias primas y el alza en los precios del petróleo
podría mermar el consumo en EE.UU. Y aunque la crisis
europea parece haberse tranquilizado, aún no ha sido
resuelta del todo.

Algunos observadores también resaltan que Wall
Street es optimista por naturaleza, por lo que su favoritismo por
las acciones no es de extrañar. "La industria, en
general… es genéticamente optimista", dice Albert
Edwards, estratega global de Société
Générale en Londres. "Algunos de estos tipos,
debido al sesgo de la industria, serían optimistas aunque
estuvieran a punto de ser atropellados por un
camión".

Asimismo, los inversionistas no pierden de vista los
riesgos asociados a las acciones, en especial después de
presenciar el derrumbe de 2008 y el estallido de la burbuja
tecnológica en 2000.

Entre enero de 2008 y enero de 2012, el
último mes del cual hay datos disponibles, los
inversionistas estadounidenses retiraron unos US$ 400.000
millones de los fondos de renta variable y colocaron US$ 800.000
millones en los de renta fija, según estimaciones de
Investment Company Institute, un organismo que agrupa al sector.
Los bonos han generado rendimientos de entre 7% y 8% en los
últimos años, debido en buena parte a la
caída en las tasas de interés. Cuando éstas
caen, los precios de los bonos suben. Pero las tasas ya se
encuentran cerca de cero.

– Bernanke hace bailar al dólar (The Wall Street
Journal – 28/3/12)

(Por Nicholas Hastings)

Londres (Dow Jones).- Un paso en la dirección
correcta y el dólar se fortalece.

Pero un paso en falso y el dólar
se deprecia.

Eso ha sido en gran parte lo que ha estado haciendo el
presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, con la moneda
estadounidense en las últimas semanas, al elevar y reducir
las expectativas de una flexibilización monetaria
adicional.

Pero al parecer la danza se podría estar
complicando.

Los precios más altos de la energía, las
preocupaciones de que la mejora del mercado laboral no es
sustentable, la amenaza de las elecciones presidenciales y los
crecientes temores sobre la recuperación mundial
están haciendo su parte.

Cuando el lunes Bernanke advirtió que era
improbable un rápido descenso adicional del desempleo a
menos que se acelere el crecimiento económico, el
dólar registró un rápido
descenso.

Aunque Bernanke no consideró la necesidad de
más flexibilización cuantitativa, sus comentarios
sugirieron que la opción sigue sobre la mesa y que la
política monetaria seguirá siendo
expansiva.

Debido a que Bernanke había apuntado al
"obstáculo" económico que representa el aumento de
los precios de la energía y cuestionó el efecto de
una desaceleración de la economía mundial sobre
Estados Unidos, sus comentarios no fueron una
sorpresa.

El presidente de la Fed enfrenta las críticas de
su propio comité de política monetaria sobre los
crecientes costos de la energía. Pero, ante la
presión aún baja de los precios básicos y
con la poca probabilidad de que los precios de la energía
se hagan sentir hasta agosto, la baja inflación le da la
opción de mantener una política monetaria relajada
por el momento.

Además de debilitar al dólar, el
presidente de la Fed se las arregló para generar ganancias
en las acciones y alentar un generalizado apetito por el
riesgo.

Pero los movimientos fueron de corta duración, y
la escasa reacción de los bonos del Tesoro sugiere que
Bernanke ya no maneja al dólar tan fácilmente como
en el pasado.

Sigue siendo poco claro por qué los rendimientos
de los bonos del Tesoro no cayeron en línea con las
expectativas monetarias.

Una explicación podría ser que a medida
que se acercan las elecciones presidenciales de noviembre, la Fed
tendrá problemas para defender los movimientos de
política, los cuales podrían ser considerados un
apoyo a la economía que favorecería al presidente
Barack Obama.

Otra explicación podría ser que, pese a su
rechazo a descartar un mayor expansionismo cuantitativo, es
improbable que Bernanke adopte ese curso debido a que las
inyecciones de liquidez anteriores no tuvieron el efecto deseado
sobre el mercado de viviendas de Estados Unidos.

Pero hay otra razón, tal vez más simple,
por la que los bonos del Tesoro tal vez no sean el
termómetro de las expectativas del mercado que fueron
alguna vez.

Los bonos del Tesoro de Estados Unidos podrían
estar perdiendo su estatus de refugio.

Desde que surgió la crisis financiera en 2008,
los bonos del Tesoro han tenido razón de ser.

Pero los recientes datos de flujos sugieren que tal vez
ese ya no sea el caso. Un reporte de Standard Chartered Bank
mostró que la salida de los fondos de bonos del gobierno a
largo plazo ascendió a US$ 1.000 millones en la
última semana, la mayor cantidad en al menos cinco
años.

Si ése es el caso, predecir ahora cómo
reaccionará el dólar a los futuros pronunciamientos
de la Fed demostrará ser más difícil que en
el pasado.

– Roubini: la periferia de la zona euro necesita que el
euro se deprecie (El Economista – 30/3/12)

El célebre analista Nouriel
Roubini ha apuntado que una de las posibles soluciones para que
los países en problemas de la zona euro superen su crisis
económica es que la divisa comunitaria se deprecie y se
acerque a la paridad con el dólar.

"La Eurozona necesita una depreciación real en la
periferia para alcanzar la recuperación del crecimiento,
el equilibrio externo y la competitividad", asegura en
declaraciones recogidas por la CNBC. "La periferia necesita que
el euro se acerque a la paridad con el dólar",
aseguró.

Algunos expertos han defendido que la única
opción posible para que los países en apuros
retomen la senda del crecimiento es abandonar el euro y regresar
a sus divisas anteriores, de forma que pudieran devaluar las
divisas para aumentar su poder exportador y mejorar su
competitividad.

En este sentido, Roubini considera que las medidas que
están adoptando los periféricos, ante la exigencia
europea de la austeridad, les está llevando a un
"círculo vicioso" que "hace la recesión aún
peor". "Sin crecimiento, el rechazo socio-políticas se
volverá insoportable para algunos gobiernos",
afirmó.

Mercados "esquizofrénicos"

Esta situación se refleja ya en
los mercados, que a ojos del analista están
"esquizofrénicos" porque no pueden decidir si deben
recompensar o castigar a países como España o
Italia por las reformas puestas en marcha.

A este respecto, reconoce que la mano del Banco Central
Europeo (BCE) ha contribuido a calmar las tensiones entre los
inversores con sus intervenciones en la compra de bonos y con sus
inyecciones de liquidez.

Sin embargo, considera que se trata de una ayuda solo a
corto plazo y que la institución que preside Mario Draghi
se está quedando sin margen de maniobra. El BCE
está "llegando al límite" de lo que puede hacer
para impulsar a las economías europeas. "El doloroso
proceso de desapalancamiento va a continuar",
añadió.

– Las bolsas de EEUU cierran el trimestre con alzas
históricas (The Wall Street Journal –
30/3/12)

(Por Chris Dietrich)

Nueva York (Dow Jones).- Las acciones estadounidenses
subieron el viernes, impulsadas por un alentador informe sobre el
gasto de los consumidores, al tiempo que el Promedio
Industrial Dow Jones y el índice S&P 500 registraron
las mayores alzas en puntos para el primer trimestre en la
historia.

Durante el primer trimestre, el Dow acumuló un
ascenso de 994,48 puntos, o un 8,1%, y el S&P 500 ganó
150,87 puntos, o un 12%, en medio de las señales de un
fortalecimiento de la recuperación económica
estadounidense.

El viernes, las acciones superaron una caída a
mediados de la sesión para cerrar al alza. El Dow
ganó 66,22 puntos, o un 0,4%, a 13212,04, y el Standard
& Poor's 500 interrumpió una racha de tres sesiones de
pérdidas al subir 5,19 puntos, o un 0,4%, a
1408,47.

El Índice Compuesto Nasdaq declinó 3,79
puntos, o un 0,1%, a 3091,57. En el primer trimestre, el Nasdaq
añadió 486,42, o un 19%.

Las ganancias las encabezaron las acciones de los
sectores del cuidado de la salud y la energía. Pfizer
subió 23 centavos, o un 1%, a US$ 22,65, y Merck &
Co., añadió 39 centavos, o un 1%, a US$ 38,40. Walt
Disney ganó 77 centavos, o un 1,8%, a US$ 43,78 y
mostró el mejor desempeño del Dow en
términos porcentuales, mientras que Hewlett-Packard
avanzó 32 centavos, o un 1,4%, a US$ 23,83.

El sector tecnológico fue el único que
cerró en territorio negativo el viernes. Micron Technology
declinó 32 centavos, o un 3,9%, a US$ 8,10, arrastrando al
Nasdaq 100 a la baja, luego que la empresa revisara sus
resultados para el segundo trimestre de su año fiscal, con
el fin de reflejar el cierre de una demanda interpuesta en su
contra por Oracle en 2010, por supuestas violaciones a las leyes
antimonopolio y de libre competencia.

El procesador de tarjetas de crédito y
débito Global Payments perdió US$ 4,73, o un 9,1%,
a US$ 47,50, tras sufrir una violación de seguridad que
puso en riesgo a 50.000 titulares de tarjetas, según
dijeron fuentes a The Wall Street Journal. Visa cayó US$
1,00, o un 0,8%, a US$ 118,00; y MasterCard declinó US$
7,68, o un 1,8%, a US$ 420,54, por el incidente.

En el ámbito económico, los gastos
personales de los estadounidenses crecieron un 0,8% el mes
pasado, el mayor aumento desde julio, mientras que los ingresos
se incrementaron un 0,2%. Los economistas consultados por Dow
Jones Newswires proyectaban, en promedio, que los gastos
crecerían un 0,6% y los ingresos subirían un 0,4%
en febrero.

En tanto, el índice preliminar de la
percepción del consumidor que compila la Universidad de
Michigan y Thomson Reuters ascendió a 76,2 a fines de
marzo. Economistas encuestados por Dow Jones Newswires esperaban,
en promedio, una lectura de 74,5 para el
índice.

"El gran temor era que nos acercáramos a una
cambio (en la tendencia al alza en los indicadores
económicos de Estados Unidos) cerca de la segunda semana
de abril. La gente está claramente preocupada por ello,
por no vemos nada que apunte a una renovación más
amplia", dijo Christian Thwaites de Sentinel
Investments.

En cuanto a noticias corporativas, las acciones de
Research in Motion subieron 97 centavos, o un 7,1%, a US$ 14,70,
luego que el presidente ejecutivo de la empresa se mostrara el
jueves por primera vez abierto a la posibilidad de vender la
compañía.

– Bundesbank ya no aceptará bonos bancarios de
Grecia, Irlanda y Portugal (The Wall Street Journal –
30/3/12)

(Por Christopher Lawton)

Fráncfort (EFE Dow Jones).- El banco central
alemán ya no aceptará bonos bancarios de Irlanda,
Grecia y Portugal como colateral, lo que le convierte en el
primer banco central de la eurozona en ejercer el nuevo
privilegio de proteger sus balances de la crisis de deuda de la
región.

La decisión demuestra la determinación del
Deutsche Bundesbank de limitar los riesgos de las medidas no
convencionales adoptadas por el Banco Central Europeo para
combatir las tensiones del mercado durante la crisis.

Además refleja los temores a que las medidas del
BCE para combatir la crisis puedan estar alentando a los bancos a
desviar deuda de dudoso valor hacia los balances del banco
central, exponiendo en última instancia a los
contribuyentes a lo que podrían acabar siendo activos
tóxicos.

La semana pasada, el BCE dio permiso a 17 bancos
centrales nacionales para rechazar bonos colaterales respaldados
por gobiernos que hayan recibido rescates de la Unión
Europea y del Fondo Monetario Internacional o cuyas
calificaciones crediticias hayan caído por debajo de los
estándares del BCE.

Aprovechando esta libertad, el Deutsche Bundesbank ha
decidido dejar de aceptar los bonos garantizados por Irlanda,
Grecia y Portugal, empezando por los 500 millones de euros que ya
tiene en su balance, dijo una portavoz a Dow Jones Newswires el
viernes.

Los tres países están recibiendo
préstamos de la UE y del FMI para seguir a
flote.

"Nuestra valoración de estos
bonos bancarios y estatales no cumplen con los requisitos
mínimos como colateral", dijo la portavoz de Bundesbank.
Señaló que hasta donde ella sabe, el Bundesbank es
el primer banco nacional de la eurozona en haber rechazado estos
bonos.

La decisión de rechazar estos bonos
tardará unas semanas en implementarse, dijo la portavoz
del Bundesbank, porque el banco central alemán debe
primero cambiar los "términos y condiciones" y publicar
los nuevos términos.

– Las grietas en el mercado inmobiliario abatirán
a la libra (The Wall Street Journal – 30/3/12)

(Por Nicholas Hastings)

Londres (Dow Jones).- La confianza en la libra
podría quebrase en cualquier momento.

Por el momento, la libra sigue firme y los rendimientos
de los bonos del gobierno del Reino Unido siguen bajos debido a
que los inversionistas están saliendo de los mercados
más riesgosos, como los de acciones.

La reciente mejoría en las perspectivas
económicas de Estados Unidos no pudieron mellar seriamente
el soporte, aunque los rendimientos de los títulos del
Tesoro de Estados Unidos y los del Reino Unido a 10 años
están ahora equiparados en el 2,2%.

El problema es que esto no durará si las
perspectivas económicas del Reino Unido siguen
deteriorándose.

Además de las crecientes expectativas de otra
dosis de relajación cuantitativa, un retroceso en las
perspectivas de crecimiento reducirá las posibilidades de
que el gobierno cumpla sus metas de déficit fiscal y le
restará incluso más atractivo a los bonos del Reino
Unido y la libra.

En los últimos dos años,
la libra se ha sostenido bien, debido a que los inversionistas
pusieron su fe en que el gobierno de coalición del Reino
Unido, bajo el liderazgo del primer ministro conservador David
Cameron, cumpliría. Frente a muchos otros países,
especialmente aquellos vecinos en la zona del euro, el Reino
Unido ha sido considerado como un modelo de austeridad
fiscal.

No obstante, el programa de la coalición no ha
cumplido con las expectativas. Incluso el presupuesto de la
semana pasada, dirigido a lograr las metas gubernamentales en
materia de gasto y ahorro, no pudo impulsar la
confianza.

Es irrelevante que las dificultades del gobierno
provengan de las presiones políticas de una
coalición, o de que el Reino Unido esté siendo
golpeado por los precios más altos de la energía y
un crecimiento mundial menor al esperado.

Nuevos datos del PIB mostraron que la contracción
económica en el cuarto trimestre del año pasado fue
incluso más severa de lo estimado originalmente y que los
ingresos disponibles reales del año pasado cayeron al
ritmo más rápido desde 1977.

Como los precios de la vivienda también
están retrocediendo en un 1,0% este mes, las expectativas
de que la economía comience a experimentar un repunte al
alza en el primer trimestre de este año estarán
seriamente comprometidas. Ciertamente, parte de la caída
en el precio de la vivienda posiblemente se deba al efecto
distorsionador del vencimiento de la exención al impuesto
de timbre para quienes compran una vivienda por primera vez.
Esto, empero, no modificará la opinión de quienes
prevén mayores caídas en los precios de las
viviendas en los próximos meses.

Como el crecimiento de los ingresos sigue siendo muy
modesto y la inflación está cediendo a un ritmo
más lento de lo esperado, los consumidores
difícilmente estén en posición de aumentar
sus gastos o comenzar a buscar casas nuevamente.

Dado que el Reino Unido enfrenta un futuro
económico más incierto este año de lo que
muchos pensaban hace apenas unas pocas semanas, la
dirección de sus políticas fiscal y monetaria se
pondrá en duda.

Y nada de eso será de ayuda para la
libra.

Las metas de déficit se analizarán con
incluso mayor atención conforme el gobierno trata
nuevamente de hacer recortes en sectores como el seguro social,
donde los presupuestos ya están bajo una fuerte
presión. Entretanto, el Banco de Inglaterra bien
podría tener que contemplar una extensión
aún mayor de su política de relajación
cuantitativa para preservar la liquidez en los mercados
financieros del Reino Unido.

Y esta necesidad podría volverse incluso
más imperativa si los inversionistas internacionales
comienzan a perder la fe y el país ve que los rendimientos
de los bonos del Reino Unido, o los costos de su endeudamiento,
comienzan a aumentar nuevamente.

Entonces, las pequeñas fisuras que ya se han
visto en la confianza podrían volverse grietas más
serias y llevar a un derrumbe de la libra.

– Atención a la anomalía histórica
que presenta EEUU (Libertad Digital – 31/3/12)

Por primera vez en la historia de EEUU,
los bonos han ofrecido una rentabilidad media superior a la renta
variable considerando un período de 30
años.

(Raquel Merino Jara)

El anterior artículo de esta sección lo
dedicamos a examinar cómo puede afectar el envejecimiento
poblacional. Suponíamos un menor ahorro canalizado hacia
la renta variable, en alguna medida, desviado en favor de la
renta fija. Precisamente a renta fija y variable dedicaremos el
espacio de esta semana, aportando un dato que podrá
sorprender a más de uno, máxime cuando desde esta
columna venimos apostando por la inversión en renta
variable.

Por primera vez en la historia del
mercado de capitales norteamericano desde la Guerra Civil que
enfrentó a federales y confederados, los bonos han
ofrecido una rentabilidad media superior a la renta variable
considerando un período de 30 años. La
tónica general que persistía hasta este momento
histórico es que la media a largo plazo dejaba en mejor
lugar a la bolsa frente a la renta fija.

Echando un vistazo al índice de bonos de Ibbotson
SBBI, que mide la evolución de los precios de una cesta de
bonos de amplio espectro, se observa que ha obtenido un retorno
anual del 11,03% en los últimos 30 años (hasta
finales de 2011) mientras que las acciones se han comportado algo
peor, con un 10,98% (incluyendo dividendos). La diferencia no es
muy significativa, pero sí lo es el hecho de que no haya
dado mejores resultados la bolsa en un período tan amplio.
En ambos casos, el inversor vendría a duplicar su
inversión inicial cada unos 6 años y medio. Si
evaluamos los resultados de los últimos 10 y 20
años, el índice de bonos ha mostrado un mejor
comportamiento.

El motivo por el que la bolsa a largo plazo suele
hacerlo mejor descansa en que en la renta variable se negocian
títulos que representan el valor de una empresa en
crecimiento. Por lo general, en lapsos tan amplios, la
economía crece o, lo que es lo mismo, lo hacen las
empresas, que son quienes tiran de ésta y el riesgo de
volatilidad se atempera.

También ha de tenerse presente un factor
adicional. Invertir en valor es invertir a largo plazo. Que los
inversores que se mueven en estos parámetros recomienden
tener paciencia, emplear recursos para invertir que no se
necesiten en el corto o medio plazo y no tener miedo a la
volatilidad -pues en el largo plazo la tendencia, si se eligen
razonablemente bien las acciones o nos indexamos, es alcista- nos
debiera indicar que 30 años es más que suficiente
para demostrar que la bolsa se porta mejor que los
bonos.

Por regla general, hay ciertos momentos del ciclo en que
los bonos responden mejor que las acciones, y al revés. De
ello hablamos cuando abordamos cuestiones de asset allocation
hace ya varios meses. En épocas de inflación, la
bolsa es una mejor protección que los bonos en tanto que
los intereses y el principal que recibamos al cabo de los
años estarán menguados en capacidad de compra.
Dicho de otra manera, se habrá devaluado la moneda. En
estos casos, el deudor (pongamos el Estado) sale muy bien parado,
pues en términos reales estará devolviendo menos y
recaudando más y le será más fácil
atender al pago de la deuda. Las acciones, por su parte,
sí van incorporando, al menos en parte, la
inflación en los dividendos y su
capitalización.

Al mismo tiempo, la inflación de precios suele ir
acompañada de inflación de tipos de interés.
En estos casos, si se desea invertir en renta fija, conviene
hacerlo a corto plazo, en productos del estilo de letras de
cambio o letras del Tesoro e ir reinvirtiendo al vencimiento a
tipos crecientes. De lo contrario, si, como estamos analizando en
este artículo, lo hemos hecho en largo plazo (5, 10, 20
años…), nos encontraremos con que el tipo de descuento
al que lo hemos adquirido es menor al que hay conforme pasa el
tiempo. Por tanto, estamos bloqueados en una inversión a
medio o largo plazo que reporta menores intereses que los
existentes en el momento presente. Bien es sabido que si queremos
deshacernos de ese activo para obtener liquidez, lo habremos de
hacer a precios decrecientes al haber subido los tipos de
interés. Así que, bien sea por la inflación,
bien por la depreciación del activo o la menor
remuneración de la inversión, tenderemos a salir
perdiendo.

Dentro de este panorama de precios y tipos de
interés crecientes, nos podemos hallar con fases de
inflación y estancamiento económico, lo que en la
jerga se conoce como estanflación, o con épocas de
crecimiento. Si es el primer caso, la bolsa sigue siendo mejor
opción para protegerse de la inflación y aún
mejor comportamiento se consigue en bienes reales (materias
primas e inmuebles). En el segundo, la ventaja de la renta
variable es incuestionable.

Por su parte, cuando precios y tipos caen, las tornas
cambian. El dinero que nos devuelven por invertir en bonos tiene
incluso más poder adquisitivo (o al menos no lo ha
perdido) y el precio del activo, conforme bajan los tipos de
interés, es creciente. Si decidimos enajenarlo antes de
que venza, tenemos una ganancia real muy cuantiosa. Si decidimos
mantenerlo, nos puede estar reportando un 15% de intereses (al
haberlo adquirido, pongamos, hace 20 años), lo cual no es
nada desdeñable visto lo visto.

Hay épocas, no la actual, obviamente, en que los
tipos de interés van cayendo y se experimenta un fuerte
crecimiento en la economía (incluso con alguna burbuja de
por medio). En ese contexto, la bolsa estará teniendo
grandes beneficios igualmente, si bien se vendrá abajo
cuando llegue el colapso económico, la recesión y
la deflación. Los bonos lo habrán hecho mejor para
quien no haya hecho algo de arbitraje en esos
años.

Una vez presentado este esquema, puede resultarnos
más fácil interpretar el por qué de esta
reciente anomalía histórica. Los batacazos en la
renta variable norteamericana en la última década
se han concentrado en los dos períodos bajistas que van de
2000 a 2002 y de 2007 a 2009. Este hecho ha dejado muy tocada la
confianza de los inversores en el mercado de acciones. Cuando se
esfuma la confianza en las acciones, la huida hacia adelante
pueden ser las materias primas o la deuda pública.
Asimismo, es tal la volatilidad de la bolsa que muchos la
interpretan como una feria, con gran riesgo y no menor
incertidumbre sobre el crecimiento empresarial.

Los bonos del índice estudiado se han
revalorizado en EEUU una media del 28% sólo en 2011,
quedando muy por detrás los rendimientos del Standard
& Poor"s 500 con un pírrico 2,1% en
comparación. Coincidiendo con el desplome de la bolsa y de
las expectativas, se ha experimentado una burbuja del mercado de
bonos, en especial, desde 2009 y, en particular, en este
último año 2011. Los últimos 30 años
son un caso de libro de desinflación de precios e
intereses, contexto muy favorable a la renta fija, como se acaba
de explicar. La subida en los precios de los bonos ha sido, por
extensión, muy significativa.

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La misma Reserva Federal (FED) está comprando
masivamente la deuda pública emitida por el Gobierno con
el fin de inyectar liquidez al mercado financiero manteniendo los
tipos en niveles muy bajos y decrecientes. Cuestión
aparte, y muy importante, es cuánto puede durar una
política de imprimir billetes antes de dejar sentir sus
efectos en la estabilidad monetaria.

Otro factor determinante es el comentado, precisamente,
en el último artículo. El envejecimiento hace que
los americanos que están cerca de la retirada
(babyboomers) y que ya estén jubilados soporten mucho peor
la volatilidad.

La cuestión que, a
continuación, podemos plantearnos es si se ha llegado al
fin de la historia. En otras palabras, seguirá
cumpliéndose esto en el futuro. Si estamos en plena
recesión (EEUU empezando a salir, y nosotros de lleno),
qué puede tocar a partir de ahora. Si no nos metemos en
una dinámica de estancamiento como la de Japón, lo
más probable es que "todo lo que baje, suba", que toquemos
suelo en precios e intereses y tiremos para arriba en no mucho
tiempo. Dicho de otro modo, es momento de preguntarnos
dónde está ahora la burbuja y cuándo
estallará.

– Las "trampas" de los stress test – La banca de EEUU no
superaría una nueva crisis financiera (Libertad Digital –
1/4/12)

Diversos analistas cuestionan las
pruebas de la FED para medir la solvencia de las entidades ante
una nueva crisis.

(Por Toni Mascaró)

La Reserva Federal de EEUU (FED) ha realizado pruebas de
resistencia (stress tests) a diecinueve grandes bancos
norteamericanos. Cuatro no han superado la prueba. Sin embargo,
diversos analistas cuestionan la metodología aplicada e,
incluso, el objetivo real de las pruebas.

El método

Oficialmente, las pruebas están diseñadas
para comprobar si las principales instituciones financieras
disponen de suficiente capital para hacer frente a una crisis
crediticia como la de 2008. La FED considera que se necesita un
coeficiente del 5% de capital Tier 1 para superar con
éxito un escenario así. La intención del
banco central es realizar estas pruebas anualmente y publicar los
resultados pormenorizados para cada una de las instituciones
participantes, como ya hizo el año pasado.

El escenario para esta tercera edición fue
diseñado en noviembre de 2011 teniendo en cuenta la
"situación en Europa y la tensión permanente en los
mercados hipotecarios", y considerando "prudente ofrecer un
escenario adverso que fuese lo suficientemente severo como para
asegurar una valoración rigurosa de la habilidad de los
bancos para soportar pérdidas inesperadas".

El supuesto de la FED contempla una
"profunda recesión" en Estados Unidos, iniciada en el
último trimestre de 2011, con una tasa de paro similar a
la experimentada, en promedio, en las recesiones severas de
1973-75, 1981-82 y 2007-09, y que alcanzaría su
máximo a mediados de 2013, situándose en el 13%.
Junto a este aumento del paro, se produciría una
caída notable en la actividad económica a nivel
mundial y nacional con el índice Dow Jones U.S. Total
Stock Market Index desplomándose en un 50%, hasta los
5.668,34 puntos a finales de 2012 y cerrando 2014 en 12.005,11,
todavía lejos de la actual cota de los 14.600 puntos. El
escenario supone también una caída en los precios
de los activos en los mercados financieros de todo el mundo,
incluyendo una caída de los precios de las viviendas en
EEUU del 21%.

Conviene tener en cuenta que este triste panorama no
pretende ser una predicción de lo que los próximos
trimestres pueden deparar sino un escenario hipotético
para valorar cómo les iría a los grandes bancos si
las condiciones fuesen especialmente adversas.

A principios de enero, los diecinueve bancos analizados
presentaron al banco central norteamericano sus planes detallados
con "sus estrategias para gestionar su capital en un horizonte de
nueve trimestres", es decir, hasta finales de 2013.

Resultados oficiales para marzo de 2012

Basándose en los datos recibidos, la FED
estimó "pérdidas, ingresos, gastos y coeficientes
de capital para cada uno de los 19 bancos" para el escenario
arriba descrito. Los resultados "sugieren que los 19 bancos en su
conjunto experimentarían pérdidas importantes bajo
los supuestos" del escenario. En concreto, a lo largo de los
próximos nueve trimestres perderían 534.000
millones de dólares.

La FED, en realidad, realizó dos valoraciones. La
primera, para el primer trimestre de 2012, o sea, inmediata, en
la que los bancos todavía no habrían tenido tiempo
de aplicar sus planes ni la recesión del escenario
habría tenido tiempo de cebarse en ellos.

Monografias.com

En esta valoración (las columnas de la derecha en
el gráfico para cada banco), sólo uno se
quedaría por debajo del 5%. Se trata de Ally Financial
Inc., una compañía fundada en 1919 por General
Motors como General Motors Acceptance Corporation. En mayo de
2009 cambió su nombre por el actual y su accionista
mayoritario pasó a ser el Tesoro de los Estados Unidos.
Después de recibir millonarias ayudas del programa de
rescates TARP y de que el Gobierno americano se haya hecho con
nada menos que el 74% de su capital, Ally no consiguió
más que un capital del 2,5% en el escenario descrito para
marzo de 2012, justo la mitad del nivel mínimo exigido por
la FED.

Resultados para diciembre de 2013

La segunda valoración, sin embargo, es la
relevante, pues estima la situación de los diecinueve
bancos después de nueve trimestres de recesión y de
aplicar sus planes de capital hasta finales de 2013. En este caso
(las columnas en color sólido a la izquierda para cada
banco), Ally vuelve a suspender con un 2,5% y se le unen SunTrust
Banks Inc. con un 4,8% y, por los pelos, Citigroup Inc. con un
4,9%.

Citigroup es el mayor de los bancos que no pasaron la
prueba. En el último trimestre de 2011, en realidad, su
coeficiente de capital Tier 1 fue del 11,7%, situándose
cómodamente entre los mejores de los diecinueve. Sin
embargo, las pruebas de la FED lo hallaron especialmente
vulnerable ante pérdidas en préstamos a
particulares y consumidores, financiación a comercio e
industria y tarjetas de crédito. En su defensa, Citigroup
solicitó que la FED publicase más detalles de las
pruebas y anunció que no llevaría a cabo sus planes
de aumentar los dividendos.

Un cuarto banco, MetLife Inc., que había superado
ambas valoraciones con un 5,4% y 5,1%, respectivamente,
pinchó en otra prueba al no alcanzar el 8% de "coeficiente
de capital total" y quedarse con un 6%. La compañía
anunció que solicitaría permiso para adquirir
acciones propias por valor de 2.000 millones de dólares y
aumentar su dividendo anual de los 74 céntimos por
acción actual hasta 1,10 dólares.

El banco central anunció que, tras las pruebas,
estos cuatro bancos disponían de un plazo de treinta
días para presentar nuevos planes de capital. Y, aunque se
trata de un plazo prorrogable, sus planes de dividendos no
serán aprobados mientras no cumplan con los criterios
mínimos.

Los triunfadores

En marcado contraste, algunos de los que sí
superaron la prueba, no esperaron ni un solo día para
anunciar sus planes de aumentar dividendos. Es el caso de J.P.
Morgan Chase & Co., que recomprando acciones por valor de
15.000 millones, tiene intención de aumentar sus
dividendos trimestrales un 20%. Otros bancos que anunciaron este
tipo de medidas fueron Wells Fargo & Co. y U.S.
Bancorp.

La FED tenía planeado publicar los detalles de
los resultados dos días después de anunciarlos,
pero los grandes bancos no tuvieron ningún reparo en
precipitarse a anunciar ese mismo día sus propias
reacciones a las pruebas con lo que, finalmente, el banco central
decidió publicar los detalles a última hora de esa
jornada.

Otro triunfador a destacar fue la Regions Financial
Corporation, que con un 5,7% y 6,6% respectivamente,
superó ambas valoraciones sin que a la Fed le preocupase
lo más mínimo este pequeño detalle: esta
institución se encuentra entre las que todavía no
han devuelto el importe del rescate que se les concedió
mediante el programa TARP. Además, desde 2007 no ha
conseguido beneficios anuales.

Crítica al criterio de apalancamiento

A estas pruebas de resistencia no les han faltados los
críticos habituales. Pero en este caso se les ha sumado
una detractora muy relevante: Sheila Bair. Se trata ni más
ni menos de la que fuera presidente de la Federal Deposit
Insurance Corporation (FDIC) entre 2006 y 2011, una
institución pública creada en 1933 para garantizar
los depósitos bancarios.

La crítica de Bair se centra en que en
situaciones como la de 2008 "el mercado sólo se preocupa
por el coeficiente de apalancamiento de los bancos" y "no
confía en el capital ajustado al riesgo, que permite que
un banco reduzca su capital si esos activos son considerados de
bajo riesgo".

En esta ocasión, la FED ha establecido un
coeficiente de apalancamiento mínimo del 3% para 15 de los
19 bancos participantes. Es decir, pueden endeudarse por un valor
hasta 32 veces mayor que sus fondos propios. Esto no ha
representado ningún problema para instituciones como
Goldman Sachs (3,8%), J.P. Morgan Chase & Co. (3,8%) o Morgan
Stanley (3,4%).

Pero Bair considera que en un escenario como el
planteado por la FED, "cualquiera por debajo del 4%,
especialmente un banco de inversión, padecería un
pánico bancario", es decir, los clientes retirarían
sus activos a toda prisa. En este sentido, la expresidente de la
FDIC recuerda que durante los peores momentos de la pasada crisis
financiera "todos los bancos de inversión que sufrieron
problemas tenían coeficientes de apalancamiento claramente
por debajo del 4%".

Crítica a los balances de los bancos

Jonathan Weil, de Bloomberg, por su parte, ha hallado
interesantes contradicciones al analizar los balances de la
Regions Financial Corporation, ese banco que pasó las
pruebas sin haber devuelto el dinero del rescate público.
"Las notas a pie de página de los últimos estados
financieros de la empresa cuentan la historia", afirma Weil. Los
préstamos contabilizados "valían 8.100 millones de
dólares menos que lo que decían sus balances a 31
de diciembre".

Para ponerlo en perspectiva, añade que "los
fondos propios tangibles, una medida tosca del patrimonio neto,
eran de 7.600 millones". Con lo cual, si no se hubiese inflado el
valor de los préstamos esta medida tosca del patrimonio
neto habría resultado negativa. Por ello, Weil afirma que
"la prueba fue un chiste, aunque consiguió su efecto
deseado", ya que Regions y otros grandes bancos vieron aumentar
la cotización de sus acciones.

Regions, concretamente, consiguió 900 millones
vendiendo acciones el día siguiente de publicarse los
resultados de las pruebas de resistencia, y anunció que
tiene intención de destinarlos a devolver parte del
rescate recibido mediante el TARP en 2008, que asciende a 3.500
millones.

– Las mentiras y medias verdades de Ben Bernanke sobre
la crisis financiera (Libertad Digital –
7/4/12)

El presidente de la Reserva Federal aleccionó a
una treintena de alumnos sobre la benevolencia de la FED sin
hacer la más mínima autocrítica.

(Por Toni Mascaró)

El presidente de la Reserva Federal de EEUU (FED), el
honorable Ben Bernanke, ha impartido una serie de cuatro
lecciones en la Escuela Universitaria de Negocios George
Washington (GWU) entre los días 20 y 29 de marzo, con el
título La Reserva Federal y la crisis financiera. La
treintena de alumnos asistentes al curso de 1,5 créditos
recibió a Bernanke con un discreto aplauso ya que,
según informa USA Today, se les había "animado a
aplaudir respetuosamente".

Orígenes y misión de la Reserva
Federal

La primera lección se centró en "lo que
hacen los bancos centrales, el origen de la banca central en los
Estados Unidos y la experiencia de la FED durante la Gran
Depresión".

Al inicio de su presentación (página 6),
Bernanke afirmó que un "banco central no es un banco
comercial ordinario sino una agencia gubernamental".
Ningún alumno levantó la mano para preguntarle
desde cuándo había cambiado la FED radicalmente de
opinión sobre sí misma. Y es que, cuando
periodistas de Bloomberg News y Fox Business quisieron acceder a
los documentos secretos de la FED, ésta se negó
alegando no estar sujeta a la Ley de Libertad de
Información, precisamente, por no ser una agencia
gubernamental.

Más allá de sus problemas de identidad, la
FED es propiedad de 12 bancos federales, como su propia web
indica. Y, como cualquier banco ordinario, y a gran diferencia de
las agencias gubernamentales, puede alardear de un desaforado
ánimo de lucro. No en vano, sus beneficios superaron los
77.000 millones de dólares en 2011.

En cuanto a la misión de los bancos centrales,
Bernanke explicó lo siguiente (página 7): "Todos
los bancos centrales se esfuerzan por conseguir una
inflación baja y estable". El primer problema aquí
es que, por inflación, en este contexto, se entiende un
aumento generalizado del nivel de precios. Por bajo que sea, un
aumento porcentual anual constante es, por definición, un
aumento exponencial de los precios. Pero Bernanke no dice
"precios bajos y estables".

Incluso dando por buenos los datos
oficiales de inflación, aquejados de graves defectos, es
evidente que los esfuerzos de la Reserva Federal para conseguir
una inflación "baja y estable" no producen resultados tan
deseables como podría parecer. Véase el siguiente
gráfico, donde puede apreciarse un índice de
precios estable, hasta que a finales de diciembre de 1913 se crea
la FED (zona sombreada) y los precios empiezan a inflarse
exponencialmente, o sea, "una inflación baja y estable",
según Bernanke.

Monografias.com

Pánicos financieros

Por otro lado, trató de ilustrar la
aparición y naturaleza de los pánicos bancarios
haciendo referencia a la película ¡Qué bello
es vivir!, que pocos alumnos habían visto. Según
indicó (página 11), estos procesos son provocados
"por una repentina pérdida de confianza en una o
más instituciones financieras, llevando a que el
público deje de financiar esas instituciones mediante, por
ejemplo, depósitos".

Brilló por su ausencia la explicación de
por qué de repente los clientes dejan de confiar en su
banco. Tampoco se molestó en esclarecer cómo
sobrevivían los bancos comerciales antes de la
aparición de la banca central si una falta de confianza
repentina inexplicable los ponía en apuros. Así,
por ejemplo, los analistas de QB Asset Management Lee Quaintance
y Paul Brodsky consideran que los pánicos se dan cuando
una parte de la población se percata "de que no hay
suficiente dinero en existencia para respaldar el crédito
pendiente".

Prestamista de última instancia

Así que para "detener el pánico, los
bancos centrales han de actuar como prestamista de última
instancia", añadió (página 13). Aquí
el presidente de la FED no dudó en citar el aforismo
"todavía relevante" -según él- del
inglés Walter Bagehot referente a la actuación
apropiada de los bancos centrales durante las crisis: "Presta
libremente, contra buenas garantías, a tipos
punitivos".

Después de haber destinado más de 16
billones de dólares en préstamos secretos,
según una auditoría limitada de la GAO, nadie
podrá negarle a la FED su cumplimiento con lo de "presta
libremente".
Pero ningún alumno de la prestigiosa
Universidad le preguntó cómo puede hablar de buenas
garantías cuando lleva cuatro años inflando el
balance de la FED con activos de ínfima calidad. Tampoco
le preguntaron cómo puede considerar relevante la regla de
prestar "a tipos punitivos" cuando, en realidad, está
prestando a menos del 1% (los tipos más bajos de la
historia de la institución).

Claramente, la FED incumple de forma explícita
dos de los tres principios de la Regla de Bagehot. Por si fuera
poco, como dice el economista George Selgin en un demoledor
artículo titulado Anti-Bernanke, el presidente de la FED
"menciona el trabajo de Bagehot, pero sólo para recitar
las reglas para prestar en última instancia. Permite
así que todos esos estudiantes inocentes de la GWU
supongan [como era seguramente su intención] que Bagehot
consideraba que la banca central era una cosa
estupenda".

Nada más lejos de la realidad. El inglés
detestaba la banca central, pero consciente de que su
desaparición no era factible elaboró estas famosas
recomendaciones para, al menos, limitar los destrozos. En
palabras del propio Walter Bagehot: "Estamos tan acostumbrados a
un sistema bancario, dependiente de un banco único para su
función cardinal, que difícilmente podemos concebir
otro. Pero el sistema natural -el que habría aparecido si
el Gobierno hubiese dejado a la banca en paz- es el de muchos
bancos de igual o no muy diferente tamaño".

Bagehot criticó claramente a la banca central,
que consideró una monarquía antinatural: "No hay
ninguna tendencia a la monarquía en el algodón; ni,
donde se ha dejado libre a la banca, existe tampoco tendencia
alguna a una monarquía en la banca". Y
añadió: "Una república con muchos
competidores (…) es la constitución de cada negocio si
se le deja en paz, y de la banca tanto como de cualquier otro.
Una monarquía en cualquier negocio es un signo de alguna
ventaja anómala y de alguna intervención
externa".

Según Bernanke (página 20): "Los
pánicos financieros de 1873, 1884, 1890, 1893 y 1907
provocaron cierres de bancos, pérdidas para los
depositantes e inversores y frecuentes desaceleraciones de la
economía en general". Afirmación que ilustra con un
gráfico de los cierres bancarios de 1873 a 1914. En la
página siguiente, Bernanke vuelve a enseñar
exactamente el mismo gráfico.

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Convenientemente, el gráfico
acaba justo en el año en que la FED inició sus
actividades. Lo que queda oculto más allá de 1914
es otro detalle incómodo que Bernanke omitió sin
que los alumnos se inmutasen. En efecto, tras la creación
de la FED, los pánicos bancarios no disminuyeron. Todo lo
contrario, aumentaron considerablemente las suspensiones
bancarias, tanto en número total de bancos quebrados como
en proporción sobre el número total de bancos
activos, según datos oficiales de la propia Reserva
Federal.

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El patrón oro

Pero el plato fuerte de la primera
lección consistió en la crítica de Bernanke
al patrón oro, enumerando hasta ocho problemas de ese
antiguo sistema monetario. "La fortaleza del patrón oro es
también su mayor debilidad: debido a que la oferta
monetaria es determinada mediante la oferta de oro, no puede
ajustarse en respuesta a las condiciones económicas
cambiantes" (página 23). Y añadió: "Todos
los países con patrón oro están obligados a
mantener tipos de cambio fijos. Como resultado, los efectos de
las malas políticas en un país pueden transmitirse
a otros países si ambos están en el patrón
oro" (página 24).

Una visión muy distinta la presenta el editor
financiero James Grant, considerado por Ron Paul como el
candidato ideal para presidir la FED cuando acabe el actual
mandado de Bernanke en 2014. Grant cita un libro que obtuvo del
Banco de la Reserva Federal de Atlanta en el que se afirma que
"de 1879 a 1914, un periodo considerablemente más largo
que el de 1945 al final de Bretton Woods en 1971, no hubo cambios
en las paridades entre Estados Unidos, Gran Bretaña,
Francia y Alemania, por no mencionar varios países
europeos menores". Y -sigue citando Grant- los resultados de este
tipo de cambio fijo basado en el oro fueron "un flujo de
inversión extranjera privada en una escala que el mundo
jamás había visto y, en relación a otros
agregados económicos, jamás volvería a
ver".

Mientras, Bernanke continuó con su particular
lección: "Si no es perfectamente creíble, el
patrón oro está sujeto a ataques especulativos y a
un colapso final a medida que la gente intenta cambiar papel
dinero por oro". Y, habiendo evitado enseñar el
gráfico completo de los pánicos bancarios antes y
después de la creación de la FED, Bernanke
sentenció: "El patrón oro no evitó
pánicos financieros frecuentes" (página
25).

La debilidad de estos últimos
argumentos contra el patrón oro radica en que achaca
sólo a éste los problemas que se dieron cuando el
patrón oro convivía con otros dos importantes
factores del sistema monetario, a saber: la propia Reserva
Federal y la reserva fraccionaria. En este sentido, el analista
estadounidense Mish Shedlock matiza las críticas lanzadas
por Bernanke "La historia muestra que los supuestos problemas del
patrón oro son, principalmente, un problema de
manipulaciones del tipo de interés por parte del banco
central en conjunción con préstamos con reserva
fraccionaria que permiten que los bancos presten más
dinero del que está respaldado por oro".

Bernanke se basa en estas críticas al
patrón oro para culparlo de la Gran Depresión. A lo
que Lee Quaintance y Paul Brodsky contestan que "el dinero, per
se, no puede causar ciclos económicos o empresariales",
mientras que "los sistemas bancarios de reserva fraccionaria
pueden y, de hecho, causan ciclos económicos y
empresariales".

Orígenes de la reciente crisis

En la segunda lección, impartida el pasado 22 de
marzo, Bernanke relató las políticas de la Reserva
Federal después de la Segunda Guerra Mundial hasta los
orígenes de la reciente crisis.

Lo ilustró con el siguiente gráfico, donde
se ve claramente cómo los precios de las viviendas
unifamiliares se disparan con el cambio de siglo. Pero en 2005,
2006 y 2007, él mismo insistía una y otra vez que
no había burbuja y que no habría problemas con las
hipotecas.

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Según el presidente de la Reserva
Federal, las pruebas demuestran que los periodos de estabilidad y
crecimiento económico se deben a la Reserva Federal, pero
"no desempeñó un papel importante" en la
creación de la burbuja.

Es decir, la FED se dedica a inundar el mercado con
dinero barato para que la gente, entre otras cosas, se endeude
con hipotecas. Además, como prestamista de última
instancia, incentiva a que los agentes económicos se
endeuden muy por encima de sus posibilidades y asuman riesgos
excesivos porque, en última instancia, les
prestará. Y, cuando los que se han endeudado y arriesgado
en exceso empiezan a padecer las consecuencias, la culpa es de
"los mercados emergentes", según
explicó.

La gestión de la
crisis

Habiendo sentado estas bases de rigor e imparcialidad,
las dos últimas lecciones fueron una auténtica
campaña de autobombo para vender su propia labor lidiando
con la crisis. En su opinión, la FED hizo lo que
tenía que hacer y volvería a hacer lo
mismo.

La tercera lección empieza con un breve listado
de las "vulnerabilidades" del sector privado (página 5), a
saber: "Excesivo apalancamiento (deuda), incapacidad de los
bancos para realizar una gestión y seguimiento adecuados
de los riesgos, excesiva dependencia de la financiación a
corto plazo y aumento del uso de los instrumentos financieros
exóticos que concentraron el riesgo".

Precisamente, para evitar estos vicios,
decía Bagehot que, si el banco central prestaba,
tenía que hacerlo a tipos no ya altos sino "punitivos".
Sabiendo que la Reserva Federal le cubre las espaldas como
prestamista de última instancia y que, además, esos
préstamos no serán ni punitivos ni tendrán
que respaldarse con deuda de calidad, es el sector privado quien
peca de estas vulnerabilidades, pero es la Reserva Federal quien
las genera de la nada, en primer lugar.

Finalmente, en la cuarta y última lección
se aborda el periodo posterior a la crisis financiera. Bernanke
considera que las pruebas de resistencia realizadas por el banco
central a los diecinueve mayores bancos de EEUU han "ayudado a
recuperar la confianza de los inversores", obviando las graves
deficiencias de estas pruebas.

Otro de los logros de los que el
presidente del banco central se autocongratula es de que la
institución "se ha hecho más transparente en lo
referente a la política monetaria" (página 23).
Pone como ejemplo que en 2011 empezó a celebrar ruedas de
prensa, después de casi cien años de secretismo
extremo. Una vez más, las omisiones de Bernanke resultan
especialmente relevantes. En este caso, se olvidó de
explicar que los planificadores económicos de la FED
sólo han iniciado esta especie de glasnost después
de que la prensa les llevase a los tribunales para poder acceder
a los documentos secretos que el propio Bernanke se negaba a
desvelar.

– Los bancos vuelven a dar crédito a clientes de
alto riesgo (El Economista – 12/4/12)

(Por Alain Galibert)

En lo más duro de la crisis financiera, los
clientes con baja calificación de crédito fueron
casi completamente eliminados por los bancos tradicionales. De
hecho, era difícil incluso para los clientes más
solventes conseguir préstamos.

Pero a medida que las entidades
financieras se recuperan de las pérdidas que les causaron
los préstamos a deudores con problemas, algunos de los
mayores prestamistas a los clientes subprime
están intentando recuperarlos
, como Capital One y GM
Financial. Otros como HSBC y JP Morgan también
están volviendo a coquetear con el mercado
subprime.

Los bancos entregaron 1,1 millones de nuevas tarjetas de
crédito a clientes poco solventes en diciembre, lo que
supone una subida del 12,3% respecto al mismo mes del año
pasado, según datos de Equifax. Estos clientes supusieron
el 23% de los nuevos préstamos para comprar coches en el
cuarto trimestre de 2011, con una subida del 15% respecto al
mismo período de 2009.

Las asociaciones de consumidores y los abogados temen
que las entidades financieras estén buscando presas otra
vez entre los deudores más vulnerables y menos
sofisticados, que muchas veces están dispuestos a
conseguir un crédito a cualquier precio.

"Estas personas son adictas al
crédito y los bancos las están empujando",

según Charles Juntikka, un abogado experto en bancarrotas.
Los bancos, por su parte, buscan recuperar los miles de millones
en comisiones que se han evaporado con las nuevas regulaciones en
EEUU centrándose en dos partes de su negocio: el segmento
más alto y el más bajo. Los deudores subprime
suelen pagar elevados intereses, de hasta el 29%, y a menudo
generan comisiones por retrasos en los pagos.

¿Recuperación?

Algunos reguladores aseguran estar preocupados porque
este tipo de préstamos, aunque sólo estén
comenzando, señalan una vuelta potencialmente muy
peligrosa a las mismas prácticas de riesgo que provocaron
el inicio de la crisis financiera.

Los bancos argumentan que han aprendido
la lección y distinguen entre los clientes que nunca
dejarán de ser insolventes y lo que la industria llama
"ángeles caídos", aquellos con un buen historial de
crédito antes de ser arrastrados por la crisis.

La Office of the Controller of the Currency, el
supervisor de los mayores bancos del país, afirma que
mientras los bancos se adhieran a unos estándares
estrictos y hagan un seguimiento del riesgo, no hay nada
inherentemente peligroso en extender el crédito a una base
más amplia de clientes.

De hecho, un incremento del crédito es una
señal de que la economía se está
recuperando, según los economistas.
Aunque el paro
sigue siendo elevado, los consumidores han reducido sus deudas.
La morosidad de las tarjetas de crédito y de los
préstamos para comprar coches ha bajado con fuerza desde
sus máximos de la crisis. "Es natural esta
relajación de los estándares de crédito
porque los bancos sienten que pueden volver a crecer",
según Michael Binz, un director general de Standard &
Poor's.

Y los bancos se arriesgan a perder
muchos clientes potenciales si sólo se centran en la gente
con una calificación de crédito perfecta. "Ya no
puedes seguir ignorando esté segmento, simplemente",
según Deron Weston, analista de prácticas bancarias
en Deloitte. Esta búsqueda de deudores
subprime no se ha extendido al mercado hipotecario, que
sigue cerrado para todo el mundo salvo para los clientes
más solventes.

– QE3 y el persistente riesgo de otra guerra de divisas
(The Wall Street Journal – 21/4/12)

(Por Michael J. Casey)

Tal como el perro de Pavlov, que
salivaba al escuchar el sonido de una campana, los inversionistas
del mercado bursátil de Estados Unidos se
embarcarán en estos días en un frenesí de
compras ante la más mínima señal de
estímulo monetario.

Pero si las garantías de un continuo apoyo a la
recuperación estadounidense por parte de los funcionarios
de la Reserva Federal liberan endorfinas de la felicidad entre
los soñadores de Wall Street, del mismo modo, sus sutiles
afirmaciones de que una tercera ronda de "flexibilización
cuantitativa", o QE3, no está descartada podrían
haber estremecido a los titulares de los bancos centrales de
mercados emergentes.

Las autoridades financieras de
países en vías de desarrollo temen que sus
economías queden en la línea de fuego si las
condiciones económicas de Estados Unidos se deterioran
tanto que la Fed nuevamente deba comenzar a comprar bonos para
anclar las tasas de interés. Saben por experiencia que
muchos de los dólares que la Fed inyecta al sistema
financiero fluirán al extranjero y se dirigirían a
sus monedas, cuyos rendimientos más altos son más
atractivos para los inversionistas. Este "dinero especulativo"
impulsaría al alza a sus tipos de cambio en perjuicio de
sus exportadores y dejaría a sus mercados de capital
vulnerables a cambios volátiles en la
percepción.

Si estos encargados de política
reaccionaran a una tercera flexibilización cuantitativa, o
QE3, como muchos lo hicieron con la QE2 -comprando dólares
en el mercado cambiario, reduciendo las tasas de interés o
frenando la apreciación del tipo de cambio-
revivirían lo que el ministro de Hacienda de Brasil, Guido
Mantega, describió de forma tan alarmante en 2010 como una
"guerra de monedas". Ante las quejas de los líderes
exportadores sobre la pérdida de competitividad, los
bancos centrales se verían bajo una inmensa presión
política para proteger industrias vitales y adoptar una
postura blanda respecto a la inflación, que suele ser
consecuencia de una moneda debilitada. Y esta vez, las
condiciones globales son tales que sus medidas podrían
iniciar un ciclo de devaluaciones competitivas que se
autoperpetuaría y que es muy dañino para el sistema
de comercio mundial.

Contrario a lo que ocurrió en 2010, la
economía china ahora está desacelerándose.
Mientras tanto, Europa está en una recesión
provocada por la austeridad y la economía estadounidense,
que presenta una leve mejora, enfrenta una dura prueba cuando se
implementen fuertes recortes fiscales a fin de año. Una
QE3 podría fácilmente llegar en un mundo en que la
demanda global se debilita, lo que significa que los exportadores
de países como Corea del Sur, Turquía, Brasil y
Sudáfrica se disputarán una participación
cada vez más pequeña de la torta. La
tentación de combatir la pérdida de competitividad
con intervención de mercado en lugar de mediante una
reducción de los costos internos será
grande.

Para empeorar las cosas, los
inversionistas ahora tienen menos alternativas como apuestas
cambiarias. No quieren perseguir al euro al alza, no en medio de
la persistente amenaza de una crisis de deuda en España.
No hay posibilidades una apreciación del franco suizo, que
ahora se encuentra anclado por un precio mínimo de 1,20
francos que el Banco Nacional Suizo promete pagar por euros. Y
desde la guerra de monedas de 2010, muchos gobiernos,
principalmente el brasileño, aplican impuestos al capital
extranjero y utilizan otras medidas para limitar el ingreso de
capitales especulativos.

El dinero buscará la vía
de la menor resistencia. Por lo tanto, las monedas de mercados
emergentes y productores de bienes básicos con un
régimen cambiario menos intervencionista -como el de
Australia o México, por ejemplo- podrían sufrir la
peor parte. El resultado sería una matriz de tipos de
cambio fuertemente distorsionados, y una mayor tensión
internacional, todo lo cual finalmente podría fomentar las
sanciones comerciales.

Las acciones de China serán claves. En el pasado,
las intervenciones del Banco Popular de China para evitar una
apreciación demasiado acelerada del yuan exacerbaron la
guerra de monedas inducida por la Fed. La cuenta de capital
cerrada de China y su fuerte control de las tasas de cambio
mantuvieron al yuan vedado para los especuladores,
obligándolos a buscar monedas de naciones más
pequeñas. Ahora, tras ampliar la banda dentro de la cual
el yuan puede negociarse libremente, las autoridades chinas han
dado señales de más flexibilidad. Sin embargo, el
reconocimiento internacional que recibieron por esta
"liberalización" del tipo de cambio podría ser
prematuro. Beijing todavía puede componer el punto medio
del nuevo rango de negociación y podría
también decidir mantenerlo. La moneda china sigue
demasiado controlada para ser la válvula de seguridad que
necesita el mundo.

Jim Rickards, autor del libro
"Currency Wars" (las guerras de divisas), cree que estamos en una
fase que no es distinta a los dos ciclos previos de devaluaciones
competitivas destinadas a empobrecer al vecino: el que se
extendió entre la década del 20 y el 30, y el de la
del 70. Depende de la Fed, afirma, evitar una repetición
desastrosa al reafirmar la fortaleza del dólar y
desaprobar un mayor expansionismo cuantitativo.

Podemos esperar un discurso similar a "todo depende de
la Fed" cuando los ministros de finanzas y titulares de bancos
centrales de los países BRICS -Brasil, Rusia, India, China
y Sudáfrica- se reúnan en el marco de las reuniones
de esta semana del Fondo Monetario Internacional en Washington.
Pero el presidente Ben Bernanke y sus colegas de la Fed han
tendido a desestimar la retórica sobre la guerra de
monedas y, en cambio, argumentan que el problema radica en que
los bancos centrales de los mercados emergentes prestan demasiada
poca atención a la inflación y demasiada a las
tasas de cambio.

Por supuesto, todo esto será discutible si la
economía estadounidense sigue añadiendo empleos y
si la Fed no toma nuevas medidas. Por el bien de la estabilidad
mundial, el mundo completo debería rezar para que ese sea
el caso.

– La economía de Reino Unido sufre su peor
recaída en la recesión desde los 70 (El País
25/4/12)

El PIB del país cae por segundo trimestre
consecutivo y baja un 0,2% entre enero y marzo

El deterioro económico coincide con el final de
las medidas de estímulo del Banco de Inglaterra

La industria y la construcción tiran hacia abajo
de la actividad, mientras el consumo sigue al alza

La economía de Reino Unido ha
arrancado 2012 agravando su deterioro, lo que ha provocado que,
por primera vez desde mediados de los 70, el país entre en
lo que los técnicos llaman "doble recesión" y que
equivale a sufrir dos trimestres consecutivos de
contracción apenas unos meses después de dejar
atrás las tasas de crecimiento negativas. Según los
datos difundidos este miércoles por la Oficina Nacional de
Estadística (ONS), el Producto Interior Bruto (PIB)
británico cayó un 0,2% en el primer trimestre, con
lo que da continuidad al descenso del 0,3% registrado en los
últimos tres meses de 2011.

La caída de la actividad económica en
Reino Unido ha sido el resultado de una contracción del
0,4% en la industria y del retroceso en un 3% de la
construcción, la mayor desde el primer trimestre de 2009.
Mientras, el sector servicios, el de mayor peso, ha logrado
crecer mínimamente con un exiguo avance del 0,1%. En tasa
interanual, la economía británica se
estancó.

El primer ministro, David Cameron, ha calificado estos
datos como decepcionantes y se ha comprometido a apoyar el
crecimiento sin dar marcha atrás en su programa de
consolidación presupuestaria, el mayor desde la II Guerra
Mundial y que está en la línea con la
política de austeridad que recorre Europa. Sin embargo,
las previsiones que afronta Reino Unido no son positivas, ya que
si por un lado el Banco de Inglaterra tiene previsto poner fin
este mes a sus medidas de estímulo, por el otro, la crisis
de la eurozona, que es el principal mercado del país,
lastrará sus exportaciones.

En cualquier caso, el mal resultado del
primer trimestre puede animar al instituto emisor de la libra a
prolongar su programa de compra de deuda. "Los malos datos
conocidos hoy apoyan la opinión de que el Banco de
Inglaterra podría aprobar una inyección final de
25.000 millones de libras en mayo", ha comentado a Bloomberg
Philip Rush, economista de Nomura.

La mayor economía europea al margen de la zona
euro encadenó seis trimestres consecutivos con
caídas del PIB entre 2008 y 2009, en lo que fue la
recesión más prolongada de la economía
británica.

El dato "decepcionante" para Cameron, puede animar al
BoE a prolongar sus ayudas

Con la confirmación de la recaída en
recesión, Reino Unido se suma al grupo de países
europeos que han vuelto a terreno negativo por el efecto de los
planes de ajuste y medidas contra el déficit, así
como por la incertidumbre que genera la falta de una salida a la
crisis de deuda. También España ha pasado a formar
parte de este colectivo una vez que el Banco de España ha
adelantado esta misma semana que cerró el primer trimestre
con una contracción de su PIB del 0,4%. A falta de los
resultados oficiales que publicará el Instituto Nacional
de Estadística, España ha entrado oficialmente en
su segunda recesión en menos tres años
después de cerrar a finales de 2009 un retroceso de 21
meses consecutivos.

Al acabar 2001, cinco países de la Unión
Europea se encontraban en recesión. La oficina
estadística Eurostat confirmó el pasado 15 de
febrero la contracción de la economía durante dos
trimestres seguidos en Bélgica, Italia y Holanda. Estos
países se sumaban a finales de año a los rescatados
Grecia y Portugal, donde la actividad ya se había
paralizado con anterioridad.

– El Banco de Japón anuncia nuevas medidas de
flexibilización monetaria (Expansión –
27/4/12)

El Banco de Japón (BOJ) anunció hoy que
ampliará su programa de compra de activos en 5 billones de
yenes (46.663 millones de euros) en una nueva medida de
flexibilización monetaria destinada a combatir la
persistente deflación.

La ampliación supone que el programa del BOJ,
destinado a inyectar liquidez al sistema, se elevará hasta
70 billones de yenes (652.000 millones de euros), según un
comunicado de la entidad tras una reunión extraordinaria
de su junta de política monetaria.

En el encuentro, los siete miembros de la junta
decidieron además de forma unánime respaldar el
mantenimiento de los tipos de interés entre el 0 y el
0,1%, bajísimo nivel en el que se encuentran desde
diciembre de 2008.

La institución japonesa anunció que
incrementará la adquisición de bonos del Gobierno
nipón de manos de las instituciones financieras para
inyectar mayor liquidez al sistema bancario y fomentar la
actividad empresarial.

Además, incrementará en unos 200.000
millones de yenes (1.861 millones de euros) la compra de fondos
bursátiles y en 10.000 millones yenes (93 millones de
euros) la de fondos inmobiliarios, según un comunicado del
Banco.

El emisor nipón también ha decidido
ampliar el plazo de vencimiento de los bonos del Gobierno y los
bonos corporativos que actualmente adquiere dentro del programa,
que pasará "de uno a dos años" a ser de "uno a tres
años".

La noticia de la ampliación del programa fue bien
recibida por los inversores del parqué nipón, lo
que motivó que el selectivo Nikkei subiera un 1 % tras el
anuncio.

El Banco de Japón (BOJ), que desde hace
años tiene como objetivo frenar la tendencia inflacionista
que aqueja a la economía del país asiático,
estableció el pasado febrero el objetivo concreto de
situar la inflación en el 1 por ciento y se mostró
dispuesto a flexibilizar su política monetaria hasta
alcanzar dicha meta.

Recuadro IV: La imposibilidad "competitiva" de Europa
(la alquimia de Wall Street)

– La fórmula matemática acusada de
destruir la economía mundial (BBCMundo –
28/4/12)

(Por Tim Hartford)

No todos los días ocurre que
alguien formula una ecuación que puede transformar el
mundo. Pero a veces sí ocurre, y el mundo no siempre
cambia para bien. Algunos creen que la fórmula
Black-Scholes y sus derivadas, ayudó a generar el caos en
el mundo financiero.

La fórmula se escribió por primera vez en
los primeros años de la década de 1970, pero su
historia comienza muchos años antes, en el mercado de
arroz de Dojima en el siglo XVII en Japón, donde se
escribían contratos de futuros para los comerciantes del
arroz. Un contrato de futuros simple dice que una persona
acordará comprar arroz de otra persona en un año, a
un precio que acuerdan al momento de la firma.

En el siglo XX, la Bolsa de Comercio de
Chicago era el lugar para que los comerciantes negociaran no
sólo futuros sino contratos de opciones. Un ejemplo de
esto último es un contrato en el que se acuerda comprar
arroz en cualquier momento durante un año, a un precio
convenido con la firma, pero que es opcional.

Es posible imaginarse por qué uno de estos
contratos puede ser útil. Si alguien tiene una cadena
grande de restaurantes de hamburguesas, pero no sabe
cuánta carne necesitará comprar el próximo
año -y está nervioso de que el precio pueda subir-
entonces lo único que tiene que hacer es comprar unas
opciones en carne.

Pero eso genera un problema: ¿Cuánto
debería estar pagando por esas opciones?
¿Cuánto valen? Es precisamente acá donde
puede ayudar la fórmula revolucionaria
Black-Scholes.

El precio de una hamburguesa

"El problema que trata de solucionar es
definir el valor del derecho, pero no de la obligación,
para comprar un activo particular a un precio específico,
dentro de un periodo determinado o al final de él", dice
Myron Scholes, profesor de finanzas de la Facultad de Negocios de
la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, y -por supuesto-
coinventor de la fórmula Black-Scholes.

Una parte del rompecabezas era la pregunta del riesgo:
el valor de una opción para comprar carne a un precio,
digamos, de US$ 2 por un kilo depende del precio de la carne y
cómo ese precio se está moviendo.

Pero la conexión entre el precio
de la carne y el valor de la opción de la carne no
varía de una manera sencilla. Depende de qué tan
probable sea la utilización de la acción. Eso, a su
vez, depende del precio de la opción y del precio de la
carne. Todas las variables parecen estar enredadas de manera
impenetrable.

Scholes trabajó en el problema
con su colega, Fischer Black, y descubrió que si alguien
tiene el portafolio de carne correcto, además de las
opciones para comprar y vender carne, esa persona tiene un
portafolio excelente y totalmente sin riesgos. Como ya conoce el
precio de la carne y el precio de los activos libres de riesgo,
si mira la diferencia entre ellos puede calcular el precio de
esas opciones de carne. Esa es la idea básica. Los
detalles son excesivamente complicados.

En la tienda de dulces

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