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Década dorada, economía e inversiones españolas 1990-2000



Partes: 1, 2, 3, 4

  1. Economía de América Latina.
    Panorama actual y perspectivas
  2. El
    consenso de Washington. Una nueva política
    económica
  3. Las
    transiciones incompletas
  4. Desafíos para completar las
    reformas
  5. Panorama de la economía
    latinoamericana
  6. Argentina. La primera crisis económica
    del siglo XXI
  7. Los
    procesos de integración económica en
    américa latina. Del panamericanismo al ALCA.
    Implicaciones para la unión europea y
    España
  8. Conclusiones
  9. Una
    década de inversiones españolas en
    América Latina (1990-2000)
  10. Conclusiones
  11. Bibliografía

PARTE I

Economía
de
América Latina. Panorama actual y
perspectivas

  • I. EL PASADO RECIENTE Y LA
    EVOLUCIÓN ACONTECIDA

  • 1. El pasado reciente

En la mañana del 9 de diciembre de 1824, dos
ejércitos se enfrentaron en un pequeño valle de los
Andes Peruanos. La acción militar duró apenas una
hora y, a su término, las tropas patriotas conducidas por
el general Antonio Sucre, habían aniquilado al
ejército realista dirigido por el virrey La Serna. La
batalla de Ayacucho, constituyó la culminación de
la lucha por la independencia latinoamericana. Quince años
de guerra y revolución, marcaron el fin de tres siglos de
dominio imperial sobre un vasto territorio que se extendía
desde Colorado y California, hasta Tierra del Fuego.

La conquista de la independencia política no
implicaba el logro de la independencia económica, pues si
bien Latinoamérica rompió sus antiguos lazos con
las monarquías ibérica vínculos comerciales
con el mundo exterior.

  • 2. La evolución
    acontecida

La demanda de exportaciones y las entradas de capital
tuvieron un impacto profundo en las diversas estructuras
económicas, sociales y políticas de
América

Latina durante este periodo. Influyeron asimismo tanto
la «lotería de los productos básicos»5
como el tamaño, por lo que se entiende la dimensión
económica efectiva de un país en función de
la población, el ingreso y la extensión
territorial.

La geografía, el legado político y las
características sociopolíticas subyacentes fueron
otros aspectos importantes respecto a las naciones europeas, la
rápida expansión del comercio mundial
también resultó una de las características
de la aceleración del crecimiento económico de
estos países, cuya industrialización fue intensa
durante el siglo XIX.

Uno de los rasgos más destacables durante todo
este período, es la alta proporción de materias
primas, como una de las constantes del comercio
mundial.

Hasta la Primera Guerra Mundial, otra
característica notable fue el predominio de

Europa Occidental, sobre todo de Gran Bretaña,
aunque el equilibrio se fue desplazando gradualmente hacia
Estados Unidos.

De los países pequeños, tanto Uruguay, que
se benefició de la inversión extranjera al mismo
tiempo que Argentina, aunque no en igual medida, como los
países abiertos a la inversión de Estados Unidos en
la actividad azucarera, a saber, Cuba, Puerto Rico y
República Dominicana, son las excepciones a la
regla.

En otras palabras, el tamaño de por sí no
determinó el interés del inversionista. La
geografía, las relaciones y la estabilidad política
también influyeron; los países que acababan de
salir de las turbulencias del siglo XIX quedaron al final de la
lista.

TABLA I. EXPORTACIONES Y TASA DE
CRECIMIENTO DEL PIB: 1900-1929

(Promedios Anuales, en
Porcentajes)

Monografias.com

Nota: Exportaciones: Las cifras se
expresan en millones de dólares de Estados Unidos, a los
precios de 1970. PIB: Las cifras se expresan en millones de
dólares constantes de Estados Unidos, a los precios de
1970. Fuente: Progreso, Pobreza y Exclusión. BID.
1998.

  • 3. Del crecimiento hacia fuera al
    crecimiento hacia dentro

Se ha descrito habitualmente la depresión de 1929
como el momento decisivo de la transición de
América Latina desde un crecimiento económico hacia
fuera, basado en la exportación, hacia un desarrollo hacia
dentro, sustentado en el modelo conocido como
Industrialización mediante la Sustitución de
Importaciones

(ISI).Tanto los «estructuralistas», que
generalmente consideran este cambio favorablemente, como los
«neoliberales», consideran los años treinta
como una década en la cual América Latina
extravió el camino.

Es indudable que a lo largo de estos años,
surgieron en muchos países nuevas fuerzas
económicas, sociales y políticas, que en
última instancia darían un perfil muy diferente al
modelo latinoamericano de desarrollo económico.

Los años setenta llegaron con una acusada
inestabilidad de la economía mundial, intensificada por el
primer aumento considerable del precio del
petróleo

(1973) y con ello, la necesidad del reciclaje de los
abundantes recursos financieros

(que aumentaron por las repetidas subidas), los cuales
se dirigieron en gran medida hacia América Latina, que
proporcionados a un bajo coste, supusieron un amplio
endeudamiento de los diferentes países.

A lo largo de dicho período en América
Latina, los acontecimientos resultaron más prometedores
que lo previsto para el sector externo: la expansión en
los años cincuenta, con la recuperación europea en
marcha, permitió a la región crecer y enriquecerse,
convirtiéndose en suministradora de materias primas para
todo el mundo, en tanto que Europa se reconstruía tras la
Segunda Guerra Mundial.

TABLA II. CRECIMIENTO DEL
PIB:

MUNDO Y MAYORES REGIONES,
1820-1998

Monografias.com

(Tasas de crecimiento anual promedio
ponderado)

Fuente: Cálculos de la
CEPAL, sobre la base de Maddison (2001)

Los años ochenta se caracterizaron por
acontecimientos que resultaron muy perjudiciales para las
economías latinoamericanas, destacando los cambios en la
política económica de Estados Unidos. Estas
adversas circunstancias influyeron directamente en una
contracción del comercio internacional, importantes
aumentos en la tasa de interés y el deterioro en los
precios de las materias primas, lo que provocó la
subsiguiente escasez generalizada de divisas.

En síntesis, el efecto combinado de las crisis
externas comercial y financiera, ocasionó un descenso del
7 por 100 en el promedio del PIB per cápita entre
1980-1981 y durante 1983-1990, un descenso del 15 por 100 en la
absorción interna.

Esto contrasta notoriamente con el dinamismo de los
años setenta, dondeel promedio anual del crecimiento del
PIB era del 5.6 por 100, el consumo aumentaba en el 6.1 por 100 y
la inversión crecía al 7.3 anual, frente a un
crecimiento demográfico del 2.4 por 1000. Por su parte, la
CEPAL, así como el

Banco Mundial, estimaron que durante los años
ochenta la producción per cápita disminuyó
en un 8 por ciento y durante el período 1983-1990 se
obtuvo un crecimiento del cero por ciento, estimándose que
los ingresos per cápita a finales de los ochenta fueron un
11 %inferiores a los alcanzados al comenzar la
década.

El desarrollo industrial realizado en América
Latina adoleció de tres fallos fundamentales que
debilitaron su contribución al mejoramiento del nivel de
crecimiento. Éstos han sido:

  • a) Toda la actividad industrializadora se ha
    dirigido hacia el mercado interno.

  • b) La elección de las industrias se ha
    hecho por razones circunstanciales, más que por
    consideraciones de economicidad.

  • c) La industrialización no ha corregido
    la vulnerabilidad exterior de los países
    latinoamericanos.

Los mencionados acontecimientos, junto con las
transformaciones en la economía mundial, exigieron un
cambio en el rumbo de la política de desarrollo de la
región. Se comenzó pues, de manera unívoca,
el abandono de un modelo de crecimiento hacia dentro,
caracterizado por el proteccionismo y la fuerte
intervención estatal en la economía. Los
países iniciaron una transición hacia una
economía más abierta, desregulada y competitiva,
junto con un Estado de menor tamaño, pero más
eficiente.

Desde este nuevo modelo comenzó la última
década del siglo XX y con ella, también aparecieron
las primeras señales de recuperación. La
reanimación del crecimiento económico estuvo
asociada con la primera entrada neta positiva de capitales
procedentes del resto del mundo desde 1981, resultado de un mejor
acceso a la financiación privada externa, como de un
drástico descenso de los tipos de interés en el
mercado estadounidense.

GRÁFICO. CICLO ECONÓMICO
EN AMÉRICA LATINA 1997-2001

Monografias.com

(PIB desestacionalización,
variación trimestral anualizada)

*Incluye: Argentina, Brasil,
Chile, Colombia, México, Perú,
Venezuela.

Fuente: BBVA.

El modesto crecimiento de los noventa, permitió
elevar el ingreso promedio de los latinoamericanos sólo un
1.5% anual, menos que en los países desarrollados, donde
aumentó un 2% anual, o que en algunos grupos de
países de Asia, donde creció a tasas cercanas al
3.5%. Pero América Latina no es una región
uniforme, y las brechas de ingreso entre países ricos y
pobres dentro de la región también están
aumentando. Mientras que en los ocho países más
ricos, el ingreso per cápita aumentó cerca del 2%
anual en los noventa, en los ocho más pobres apenas
creció un 0.7%.

De una activa intervención en la
asignación de recursos y las actividades productivas
directas hasta los años setenta, el Estado pasó a
centrarse en la política macroeconómica, la
construcción de infraestructuras y los programas sociales.
Se necesitaba un Estado con más músculo y menos
grasa, cediendo su protagonismo en el desarrollo
económico, reconociendo así el papel central que
juega para el crecimiento la iniciativa privada, siendo la
empresa motor del desarrollo económico y
social.

En este nuevo acontecer económico, tuvieron vital
importancia las propuestas elaboradas en el «Consenso de
Washington», aplicadas con distinta firmeza y amplitud por
cada uno de los gobiernos del continente.

TABLA III. AMÉRICA LATINA.
PRODUCTO INTERIOR BRUTO 1970-1999

(En porcentajes)

Monografias.com

Fuente: Cálculos de Ricardo
Ffrench-Davis sobre las bases oficiales de CEPAL.

El consenso de
Washington. Una nueva política
económica

  • 1. El Consenso de
    Washington

El agotamiento del modelo de ISI promulgó las
bases para emprender las reformas estructurales necesarias que
permitiesen cambiar el rumbo económico del continente. Al
mismo tiempo que se delineaba este giro económico, algo
histórico sucedió en la región entre 1982 y
1990, una quincena de países logró realizar la
transición política desde la dictadura a la
democracia, adoptando todos la «economía de
mercado» como modelo económico.

El Consenso, se elaboró para encontrar soluciones
útiles sobre la forma de afrontar en la región la
crisis de la deuda externa, y establecer un ambiente de
transparencia y estabilidad económica. Se explicara en
primer lugar el contenido y los objetivos de dicho Consenso;
veremos los efectos de la aplicación de dichas medidas, y
después los principales problemas que se derivaron de la
puesta en práctica de estas políticas de reformas,
para, finalmente, estudiar en qué medida un «Nuevo
Consenso» que reforme y amplíe dichas reformas
podría mejorar la situación actual y posibilitar un
crecimiento enconó-mico estable y sostenido.

  • A. LAS FORMULACIONES DEL
    CONSENSO DE WASHINGTON

  • 1. Disciplina
    presupuestaria

La disciplina presupuestaria es un elemento esencial en
los programas negociados por el Fondo Monetario Internacional
(FMI) con los miembros que desean pedirle préstamos.
También tuvo notable importancia en Washington, lo cual
condujo al restablecimiento de un presupuesto equilibrado
mediante la aprobación de la Ley Gramm-Rudman- Hollings en
1993.

Sin embargo, y a pesar de las diferencias significativas
en la interpretación de la disciplina presupuestaria en
Washington, la mayoría de los miembros coincidió en
que los grandes y persistentes déficits fiscales
constituían una fuente básica de trastornos
macroeconómicos en forma de inflación,
desequilibrios en la balanza de pagos y evasión de
capitales.

  • 2. Cambios en las prioridades del gasto
    público

Washington optó por reducir los gastos más
que por aumentar la recaudación tributaria. Existen tres
categorías principales de gastos, esto es, las
subvenciones, la educación y la sanidad, y la
inversión pública. El objetivo de la reforma
política respecto al gasto público fué
tratar de desviar el gasto improductivo de los subsidios hacia
actividades como la sanidad, la educación o las
infraestructuras, para poder combatir más eficazmente la
pobreza en beneficio de los menos favorecidos.

  • 3. La reforma fiscal

A pesar de la existencia de un importante contraste de
actitudes por parte de los miembros del Consenso, la mayor
recaudación fue considerada por Washington como una
alternativa inferior para remediar al déficit
presupuestario en comparación con la reducción del
gasto público.

  • 4. Los tipos de interés

Los tipos de interés debían seguir dos
principios fundamentales. En primer lugar, tenían que ser
determinados por el mercado de modo a evitar una
asignación inadecuada de los recursos.

  • 5. El tipo de cambio

En Washington se propuso que los tipos de cambio fueran
determinados por las fuerzas del mercado, sin embargo la
opinión dominante era que, más que debatir sobre la
forma de determinar el tipo de cambio, resultaba más
importante tratar de que éste sea competitivo.

  • 6. Liberalización comercial

Para Washington, otro elemento importante para una
política económica orientada hacia el sector
exterior era la liberalización de las importaciones. El
acceso a las importaciones de factores de producción
intermedios a precios competitivos se consideraba importante para
la promoción de las exportaciones, mientras que una
política de protección de las industrias nacionales
frente a la competencia extranjera se interpretaba como creadora
de distorsiones costosas que acababan penalizando las
exportaciones y empobreciendo la economía
nacional.

  • 7. Política de apertura respecto a la
    inversión extranjera directa

La liberalización de los flujos financieros
extranjeros no fue una prioridad importante en el Consenso de
Washington, aunque una actitud restrictiva, limitadora de la
entrada de la inversión extranjera directa (IED), fuera
considerada como una insensatez.

Se pensaba que dicha inversión podía
aportar capital, tecnología y experiencia mediante la
producción de bienes necesarios en el mercado nacional o
contribuyendo a nuevas exportaciones.

  • 8. Política de
    privatizaciones

La privatización puede ayudar a la
reducción de la presión en el presupuesto del
gobierno, tanto a corto plazo, gracias a los ingresos derivados
de la venta de la empresa, como a largo plazo, puesto que el
gobierno ya no tiene que financiar la inversión necesaria.
Por otra parte, el fundamento de la idea de privatización
se basa en que la industria privada está gestionada
más eficientemente que las empresas estatales.

  • 9. Política desreguladora.

La desregulación también se
consideró como un modo de fomentar la competencia, y en
particular en América Latina, donde se hallaban las
economías de mercado más reguladas del mundo, pero
éstas estaban principalmente gestionadas por
administradores mal pagados y fácilmente
corruptibles.

Es interesante anotar que la actividad productiva estaba
regulada de varios modos, mediante la legislación vigente,
por medio de decretos del gobierno, o la vía de toma de
decisiones sobre casos puntuales. Esta práctica era la
más difundida en Latinoamérica, lo cual
fomentó oportunidades de corrupción a la vez que
discriminaba a las pequeñas y medianas empresas,
importantes generadoras de empleo y de estabilidad
social.

A finales de la década de los 80, en
América Latina, los derechos de propiedad eran muy
inseguros, lo cual contrastaba con el que estuvieran tan
firmemente implantados en Estados Unidos; por ello, Washington
optó por implantar unos derechos firmemente establecidos y
garantizados.

  • B. APLICACIÓN DE LAS
    REFORMAS ECONÓMICAS DEL CONSENSO DE

WASHINGTON

Durante los años 90, la dirigencia
tecnócrata y política de América Latina
aplicó con firmeza el paquete de reformas
económicas del Consenso de Washington. Los cambios de
política en la región recibieron un vigoroso
respaldo de las instituciones financieras internacionales, y se
reforzaron con créditos «vinculados a las
reformas» y condicionados a su aplicación, lo cual
alimentó la esperanza de los líderes, de hacer
retornar el capital privado a la región después de
los desastrosos años 80 (mientras tanto las
políticas económicas comunistas fracasaban
estrepitosamente, y el fin de la historia parecía
próximo).

La cara adversa fueron los resultados desalentadores en
términos de crecimiento económico, reducción
de la pobreza, redistribución del ingreso y condiciones
sociales. En los años 90, el aumento real del PIB en la
región fue escaso; 1 por ciento anual durante toda la
década, esto es, un porcentaje ligeramente superior a las
alarmantes cifras registradas en los años 80, pero muy por
debajo de las tasas del 5 por ciento, o más, que se
alcanzaron en los años 60 y 70.

Se suele culpar a las reformas económicas por el
lento crecimiento y el decepcionante progreso social de los
años 90. Pero esto es difícilmente justificable.
Varios análisis minuciosos demuestran que sin las
reformas, la situación hubiera sido aún
peor.

Ciertamente, el ingreso per cápita y la
producción en América Latina hubiesen sido
inferiores, mayor la inestabilidad, y agravadas la pobreza y la
desigualdad de ingresos. De manera que debería perdurar un
importante núcleo de la sabiduría económica
contenida y contrastada en el Consenso de Washington.

  • C. LOS FALLOS DEL CONSENSO DE
    WASHINGTON

Los años 90 en América Latina pusieron en
evidencia las importantes deficiencias del Consenso de
Washington. La primera de las carencias concierne claramente el
tema de la equidad como objetivo, buscado a través de la
distribución de la renta. Esto no fue parte del Consenso
de Washington en contraposición con la lucha contra la
pobreza que sí lo fue, gracias al establecimiento de
prioridades del gasto público, dirigidas en gran parte a
sectores como la educación, la sanidad y a otros de gran
interés para las capas más bajas de la
sociedad.

Se excluyeron otros temas como el crecimiento o el medio
ambiente, a la vez que el carácter de las propuestas era
más bien liberalizador o anti-estatalista, además
de hacer escasas referencias a la necesaria tarea gubernamental
de luchar para mantener condiciones auténticas de
competencia en los mercados.

  • 2. Ampliar las
    reformas

La interpretación neoliberal, adoptada en las
propuestas del Consenso, ha demostrado su incapacidad para
resolver los problemas económicos y sociales del
continente, de modo que es necesario seguir una nueva senda,
basada en reducir la gran inestabilidad social que impide la
confianza de los mercados financieros, confianza que a su vez
limita las posibilidades de mejora.

Ya en las reuniones cumbre celebradas en 1994 y 199828,
los Jefes de Estado, en sus declaraciones formales, decidieron
incorporar como metas fundamentales la disminución de la
pobreza, la educación y el buen gobierno.

Ello supone una significativa extensión que va
más allá del ajuste y el crecimiento plasmados en
el Consenso de Washington y demuestra que la reducción de
la pobreza y la equidad han pasado al primer plano en la agenda
del desarrollo, desplazando así al crecimiento, aunque sin
desecharlo del todo.

  • 3. Conclusión

Podemos decir que las amplias reformas económicas
derivadas del Consenso de Washington, aplicadas en los
países de América Latina durante la década
de los 90, advierten hoy una «sensación generalizada
de insatisfacción entre la población, y los actores
sociales» y se impone la búsqueda de opciones que
garanticen un mayor crecimiento, sustentable y con equidad. La
principal razón de esta desilusión reside en que la
distribución de los ingresos y las oportunidades han
empeorado y al hecho, de que existe un significativo potencial de
inestabilidad, como lo demuestran las crisis
sucesivas.

Sin embargo, en la mayoría de los casos, los
equilibrios alcanzados se produjeron a costa de otros
desequilibrios en variables macroeconómicas
(particularmente referidas al sector externo) o bien descuidando
aspectos esenciales para lograr la equidad o la competitividad
sistémica como la inversión en capital humano y
nuevas tecnologías.

Las transiciones
incompletas

No hubo, ni hay un proceso único de
transición en América Latina. Fueron muchos los
procesos de transición que, a pesar de tener
características comunes, se diferenciaron sustancialmente
entre uno y otro país, tanto por el año en que
comenzaron como por el nivel de profundidad de las reformas
instrumentadas.

El cambio en el crecimiento y en la estructura de la
población, la reforma del

Estado, el comercio intrarregional, los ajustes
macroeconómicos, el cambio en las políticas
comerciales y la apertura comercial y financiera fueron las
principales reestructuraciones ocurridas en el proceso de
transición en casi todos los países de
América Latina. Los aspectos más generales de este
cambio se pueden dividir en:

  • 1. La transformación
    demográfica

La población de América Latina se
triplicó en los últimos 50 años, pasando de
menos de 170 millones de habitantes en 1950 a un total calculado
en más de 500 millones en el 2000. En el grafico se
muestra la tasa de crecimiento de la población ha
caído sistemáticamente desde los años 60
debido principalmente a la disminución de las tasas de
fecundidad. La población de la región está
creciendo actualmente a un ritmo de 1,4% al año, es decir,
la mitad del crecimiento (2,8%) registrado a finales del decenio
de 1950.

GRÁFICO DE POBLACIÓN
TOTAL Y TASA DE CRECIMIENTO

1950-2000

Monografias.com

Fuente: Banco Mundial.

La conjunción de estos dos cambios ha tenido un
impacto importante en la composición por edad de la
población y, por consiguiente, en el crecimiento de la
oferta de trabajo (aumento de la población
económicamente activa).

En lo que se refiere a la composición por edad de
la población, la participación relativa de la
población joven (0-14 años), que aumentó en
términos relativos hasta mediados del decenio de 1960
comenzó a disminuir, llegando amenos de 32% este
año.

De la misma forma, la población de más de
45 años también amplió su
participación relativa en el total de la población
en las últimas décadas, pasando de menos de 17% en
1950 a casi 20% en el 2000.Todo ello se puede observar en el
Gráfico IV.

GRÁFICO DE ESTRUCTURA DE EDADES
DE LA POBLACIÓN 1950-2000

Monografias.com

La combinación de más mujeres y más
jóvenes en el total de la población
económicamente activa es un factor que ejerce
presión en el mercado de trabajo y, seguramente, tiene
como resultado un impacto negativo en las tasas de desempleo y en
los niveles de salario real. Para las próximas
décadas, se pronostican tasas más bajas de
crecimiento de la población económicamente activa.
Sin embargo, el ajuste de la oferta de trabajo sólo
deberá completarse durante el decenio del 2010.

  • 2. La reforma del Estado

La reforma del Estado constituye un área de
cambios estructurales paradigmáticos en la región.
La liberalización de mercados y precios, junto al papel
prominente asumido por el sector privado en el campo
económico, significaron un cambio correlativo y
fundamental en la dimensión y funciones del

Estado.

El Estado cambió su carácter de agente
central y rector del funcionamiento de las economías, que
lo realizaba desde la Gran Depresión, como ente
subsidiario de la actividad pública. Sucesivamente, gran
cantidad de empresas estatales fueron privatizadas, así
como numerosos mecanismos de control y regulación
desmantelados.

La apertura de las economías regionales
integró a América Latina de manera más
profunda en la economía mundial, llevando a los
productores internos a aumentar sus niveles de competitividad.
Mientras la apertura de los mercados financieros facilitaba la
entrada del capital extranjero necesario para el crecimiento de
las inversiones.

La integración económica regional
también avanzó de manera considerable en este
período como lo demuestra el crecimiento del flujo de
exportaciones en la región. Las exportaciones
intrarregionales crecieron del 11,1% de las exportaciones totales
en 1985 hasta más del 21% en 1999.

  • 4. Reestructuración
    industrial

La creciente y más rápida
incorporación tecnológica y la
reestructuración del proceso productivo, representan otros
cambios importantes que se registraron en muchas de las
economías latinoamericanas desde las últimas
décadas.

Los cambios en la composición del PIB ocurrieron
no sólo en América Latina sino también en la
economía mundial en su totalidad. Sin embargo, la
región ha experimentado cambios más extremos que el
resto del mundo en los últimos 20 años, lo cual es
una buena señal de que Latinoamérica se suma a la
corriente de industrialización.

GRÁFICO DE COMPOSICIÓN
DEL PIB DEL MUNDO Y DE AMÉRICA LATINA

Monografias.com

Fuente: Banco Mundial.

Nota: Las líneas, leídas de
arriba abajo en su extremo derecho, representan los siguientes
componentes del PIB: Servicios latinoamericanos, Servicios
mundiales, Industria mundial, Industria latinoamericana,
Agricultura latinoamericana, Agricultura mundial.

Es importante tener en cuenta que el mayor nivel de
integración en la economía mundial, principalmente
como consecuencia de la integración regional, dio como
resultado la redistribución espacial de algunas
actividades.

  • 5. Ajustes
    macroeconómicos

La crisis económica que se generalizó en
la región como consecuencia del agotamiento del modelo de
sustitución de importaciones, se caracterizó por
crecientes déficit fiscales, hiperinflación y
desequilibrios de las cuentas externas, lo cual exigió
grandes esfuerzos de ajuste macroeconómico en las
últimas dos décadas, y especialmente a lo largo de
los años 90. Por otra parte, el crecimiento bajo e
inestable, muchas veces con tasas negativas, ha fomentado el
incremento observado en las tasas de desempleo abierto, y en el
empleo informal de baja productividad y
remuneración.

  • 6. Apertura comercial y
    cambiaria.

Los países de la región emprendieron la
liberalización comercial en función de decisiones
unilaterales.

La liberalización del mercado cambiario
constituyó el complemento natural de la reforma comercial.
Actualmente, la gran mayoría de países han
liberalizado el movimiento de capitales con el exterior, el tipo
de cambio flexible pasó a ser el sistema predominante en
la mayor parte de estos, ya sea mediante un régimen de
tasas flotantes dentro de unas bandas acotadas por la autoridad
monetaria o bien con tasas fluctuantes, independientemente de
dicha autoridad.

  • 7. Apertura Arancelaria.

Junto con la reducción y la
racionalización de las estructuras arancelarias, los
gobiernos eliminaron la mayor parte de las medidas no
arancelarias, tales como licencias previas, licencias no
automáticas, restricciones de control de cambios,
prohibiciones sobre las importaciones, cuotas y contingentes de
importación.

  • 8. El comercio
    Intrarregional.

Cabe destacar el papel significativo que durante la
década de los años noventa ha jugado el comercio
intrarregional. A las ventajas que ello implicaba para el
comercio exterior y la eficiencia productiva, se suma el hecho de
que se trataba de un pilar básico para actividades
manufactureras de mayor contenido tecnológico y creador de
empleos de mayor calidad.

  • 9. Regionalismo abierto.

La expresión regionalismo abierto, califica las
acciones que apuntan a incrementar la interdependencia entre los
países de una zona determinada, en el marco de una
tendencia hacia el libre flujo de comercio, capital, trabajo y
conocimiento.

Cabe destacar que Un referente básico, para los
procesos de integración regional, ha sido el modelo de
integración federativo europeo, que ha transitado desde la
formación de los mercados nacionales hasta la
creación de un espacio único y de una Unión
Económica y Monetaria, mediante el establecimiento de
reglas, políticas e instituciones comunes.

En América Latina, este proceso, basado
generalmente en acuerdos políticos intergubernamentales,
evolucionó hacia una integración mayormente de
facto, merced a vínculos comerciales y de inversión
entre empresas. Se puede medir cuán cerca o cuán
lejos está el regionalismo del proceso multilateral por
medio de dos parámetros:

  • La profundidad del proceso, es decir, la
    extensión y la amplitud de las normas acordadas entre
    los miembros del grupo.

  • La capacidad de incorporar nuevos miembros. Los
    conceptos de regionalismo profundo y regionalismo abierto
    reflejan los desafíos que se plantean a los
    países para lograr una mejor inserción
    internacional.

Desafíos
para completar las reformas

El gran desafío al que se enfrenta América
Latina, es complementar la transición en la estrategia
general de desarrollo interrumpida por la crisis financiera
asiática (1998), conciliando la eficiencia
económica con mayor justicia social.

La priorización de las inversiones y un esfuerzo
social conjunto de incorporación de una gran parte de la
población actualmente marginada del proceso productivo,
igualmente pueden y deben dar como resultado una mejor
distribución del ingreso y una reducción de la
pobreza en la región. El crecimiento con mayor justicia es
un problema antiguo que exige soluciones nuevas y
creativas.

  • 1. Eficiencia, productividad,
    equidad

La equidad como objetivo, medido principalmente a
través de la distribución de la renta, no es, como
se ha expuesto, parte integrante del Consenso de Washington. El
hecho de que dicho Consenso estuviera pensado para
América

Latina y que en ésta, la lucha directa contra la
pobreza sea ya una prioridad (claramente aceptada por el Banco
Mundial y el BID), explicaría que la equidad, como
movimiento más amplio a favor de una mejor
distribución de la renta, no figure en el Consenso. Sin
embargo, es razonable pensar que la lucha directa contra la
pobreza y las políticas de fomento de una mejor
distribución de la renta son dos frentes de una misma
batalla.

  • 2. Política fiscal

Dentro del contexto macroeconómico, es
fundamental la continuidad de políticas monetarias y
cambiarias realistas y transparentes con el fin de reducir los
niveles de incertidumbre relacionados con la estabilidad
económica, creando incentivos a la inversión a
largo plazo. Sin embargo, la política fiscal tal vez
mantenga el papel más destacado en la reanudación
del crecimiento económico y en los avances de la
eficiencia del Estado y de la economía de manera
general.

  • 3. Política monetaria

La tendencia a una cierta normalización de los
mercados financieros internacionales percibida desde finales de
1999, permitió durante el 2000, apoyar una política
más expansiva en los países que habían
sufrido una recesión el año anterior y deseaban
complementar la reactivación con un nivel adecuado de
liquidez.

GRÁFICO DE LA DEUDA DE
ARGENTINA (millones de dólares)

Monografias.com

Fuente: Secretaría de
Finanzas del Gobierno Argentino, junio 2002.

  • 4. Educación y
    tecnología

El hecho de que la informática se encuentre
aún en su etapa de difusión, ofrece la oportunidad
de comprobar la relevancia de estas variables y de comprender de
forma más general, las causas del atraso
tecnológico de la región. Subsidiar los ordenadores
o la creación de puntos de conexión de Internet no
apunta en solucionar este atraso.

  • 5. Integración
    económica

La continuidad de una política comercial abierta
y el fortalecimiento del proceso de integración
económica regional son dos principios básicos en la
búsqueda del mejoramiento de los niveles de competitividad
de los países de la región.

Los avances potenciales de la integración
económica a través de la instrumentación de
los diferentes acuerdos de libre comercio, unión aduanera
y mercado común existentes en América Latina son
enormes.

  • 6. Mercado de trabajo

En contra de la creencia común, América
Latina no tiene abundancia de trabajo sin cualificación,
lo que implicaría concentrarse en la producción de
bienes intensivos en mano de obra no especializada, y donde la
competitividad internacional depende ante todo del costo de la
mano de obra. Sin embargo, no ha alcanzado una estructura
educativa comparable a la de los países líderes del
Sudeste Asiático o los desarrollados, donde la
producción está orientada a actividades intensivas
en conocimiento y desarrollo tecnológico.

Ningún sector productivo, puede pretender que su
competitividad se base en reducir el bienestar de sus
trabajadores. Incluso en los sectores más intensivos en
mano de obra, la posibilidad de competir y expandirse no depende
del salario de los trabajadores, sino de los costos laborales
unitarios, es decir la combinación del costo efectivo por
trabajador y la productividad del trabajo.

La prioridad fundamental debe ser la
universalización de la educación secundaria
mediante una mezcla de incentivos de oferta y demanda. Una mejor
educación es esencial para mejorar las posibilidades
futuras de los sistemas de capacitación
laboral.

Una mayor participación del sector privado, la
separación de funciones de regulación y
previsión, junto a la competencia por los fondos
públicos son algunos de los elementos del éxito de
los nuevos sistemas de formación profesional de algunos
países.

  • 7. El ambiente empresarial

En el mundo empresarial, reciben gran atención
las comparaciones de tamaño de las grandes firmas de cada
país y de cada sector, porque reflejan en una forma
sencilla la capacidad de crecimiento de unas empresas frente a
otras. No es sorprendente que cuanto mayor es el tamaño de
una economía, más grandes son sus
empresas.

Estas deficiencias, representan barreras aún
mayores para el desarrollo de las empresas medianas y
pequeñas dado que cuentan con menos vinculaciones a los
mercados financieros nacionales o externos, y que tienen menor
escala para sufragar inversiones que les ayuden a compensar las
deficiencias de las infraestructuras públicas.

  • 8. Las reformas estructurales y el
    crecimiento

Desde el punto de vista microeconómico se
necesitan la consolidación y la profundización de
las reformas estructurales para aumentar la eficiencia del
mercado. Entre otras reformas, es importante hacer
hincapié en la importancia de que se apliquen incentivos
reales para el aumento del ahorro interno y su inversión
productiva.

Para lo cual, se impone solidificar el sistema
financiero para que éste actúe de manera eficiente
en la captación de ahorros internos y externos y en la
distribución de estos recursos al sector privado en la
forma de inversiones sólidas, productivas y
rentables.

El retorno a tasas más altas de crecimiento
está vinculado a una aceleración de los niveles de
inversión, que a su vez depende del aumento del ahorro
interno y de las condiciones «favorables» para la
captación del ahorro externo. No obstante, el crecimiento
por sí solo no tendrá necesariamente como resultado
una mejor distribución del ingreso y una reducción
de los niveles de pobreza en la región. Las
políticas más agresivas de «bienestar
social», que tienen un impacto paliativo y transitorio en
los efectos negativos de la extrema desigualdad económica
en la región.

  • 9. Riesgos a corto, medio y largo
    plazo

Las reformas aplicadas en la región, así
como la necesidad de consolidar y fortalecer este proceso de
transición en el futuro, presentan riesgos que se deben
analizar y resolver.

En el corto y medio plazo, uno de los riegos más
evidentes de la mayor inserción de los países
latinoamericanos en la economía mundial, lo constituye la
mayor vulnerabilidad ante las crisis internacionales. Sin
embargo, el fortalecimiento de los sistemas financieros
nacionales asociado a una política macroeconómica
sólida podrá, si no evitar completamente los
peligros del contagio, reducir los impactos negativos que
éstos conlleven.

En el largo plazo, el riesgo está vinculado a la
exclusión social y la concentración del ingreso.
Antes que nada, es importante resaltar que el crecimiento
económico mundial sustentable es condición
necesaria, aunque no suficiente, para la reducción de la
pobreza y para una mayor justicia social en la
región.

Partes: 1, 2, 3, 4

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