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Estrategias de comunicación




    Estrategias de comunicación
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    Estrategias de
    comunicación

    La palabra "estrategia" proviene del vocablo griego
    "estratego" que significa general. Sus orígenes se revelan
    en el campo militar, transfiriéndose con gran acierto a la
    esfera económica y, a su vez, ha encontrado propiedad en
    las diferentes esferas de la sociedad. Muchas son las
    definiciones que podemos encontrar en la literatura tratando de
    conceptualizar el término de referencia y su diversidad se
    expresa en correspondencia con la esfera en que se
    emplee.

    La estrategia de comunicación es una serie de
    acciones programadas y planificadas que se implementan a partir
    de ciertos intereses y necesidades, en un espacio de
    interacción humana, en una gran variedad de tiempos. La
    estrategia lleva un principio de orden, de selección, de
    intervención sobre una situación establecida.
    (Arellano, citado por López Viera, 2003: 214).

    López Viera hace referencia a las
    estrategias de comunicación como el proceso que tiene que
    conducir en un sentido y con un rumbo, la voluntad planificada
    del hombre hacia el logro de objetivos generales que permitan
    modificar; la realidad de la cual partimos, sin perder el rumbo,
    sin perder lo esencial de esos propósitos (2003: 213).
    Según Yarmila Martínez una estrategia de
    comunicación es la vía por la que se pretende
    posicionar determinado concepto comunicativo (mensaje principal)
    entre los distintos públicos. Se expresa en acciones
    específicas que definen una alternativa principal para
    conseguir el fin y otras alternativas secundarias o
    contigenciales en aras de lograr el mismo propósito (2009:
    160).

    Lo cierto es que la acción comunicativa exige de
    un proceso de planeación previa que contribuya de alguna
    manera a garantizar la eficacia del esfuerzo y para ello es
    necesario hablar entonces de estrategias de comunicación
    que constituyen el conjunto de formas y modos comunicativos que
    tienen como objetivo establecer una comunicación eficaz de
    ideas, productos o servicios con un compromiso implícito
    de recursos y que ayuden a la toma de decisiones.

    El gran aporte de Henry Mintzberg consiste en un enfoque
    integrador de las distintas perspectivas y la toma de posiciones
    en diversos temas que tradicionalmente son objeto de debate en el
    campo de la ciencia. (Mendoza, 2009:7). El concepto de
    estrategia ha sido objeto de múltiples
    interpretaciones, de modo que no existe una única
    definición. No obstante, es posible identificar cinco
    concepciones alternativas que si bien compiten, tienen la
    importancia de complementarse:

    Estrategia como p lan: Un curso de
    acción conscientemente deseado y determinado de forma
    anticipada, con la finalidad de asegurar el logro de los
    objetivos de la empresa. Normalmente se recoge de forma
    explícita en documentos formales conocidos como
    planes.

    Estrategia como táctica: Una
    maniobra específica destinada a dejar de lado al oponente
    o competidor.

    Estrategia como pautas: La estrategia es
    cualquier conjunto de acciones o comportamiento, sea deliberado o
    no. Definir la estrategia como un plan no es suficiente, se
    necesita un concepto en el que se acompañe el
    comportamiento resultante. Específicamente, la estrategia
    debe ser coherente con el comportamiento.

    Estrategia como p osición: La
    estrategia es cualquier posición viable o forma de situar
    a la empresa en el entorno, sea directamente competitiva o
    no.

    Estrategia como p erspectiva: La
    estrategia consiste, no en elegir una posición, sino en
    arraigar compromisos en las formas de actuar o
    responder.

    Los enfoques clásicos del concepto de estrategia
    la definen como un proceso a través del cual el estratega
    se abstrae del pasado para situarse mentalmente en un estado
    futuro deseado y desde esa posición tomar todas las
    decisiones necesarias en el presente para alcanzar dicho estado.
    De esta definición se destaca el concepto de estrategia
    como un plan puramente racional y formal que se define hacia el
    futuro con total prescindencia del pasado.

    Henry Mintzberg no niega la importancia de mirar hacia
    al futuro y de impulsar visiones creativas, pero introduce un
    concepto clave: la existencia de patrones de comportamiento
    organizacional que dependen en gran medida de las experiencias
    pasadas. La experiencia que surge de las acciones pasadas
    deliberadas o no, no dejan de hacerse sentir,
    proyectándose hacia el futuro. Así, el estratega
    sabe con precisión que le ha funcionado y qué no ha
    servido en el pasado; posee un conocimiento profundo y detallado
    de sus capacidades por lo que se encuentran situados
    entre las capacidades del pasado y las oportunidades del
    futuro.

    En consecuencia, al incorporar la importancia de las
    experiencias pasadas, su concepto de estrategia se aparta de la
    concepción clásica, para arribar al primer concepto
    clave: "Las estrategias son tanto planes para el futuro como
    patrones del pasado".

    Para el quehacer del comunicador resulta necesario
    compartir el término estrategia como una serie de acciones
    programadas y planificadas que se implementan a partir de ciertos
    intereses y necesidades, en un espacio de interacción
    humana, en una gran variedad de tiempos. La estrategia lleva un
    principio de orden, de selección, de intervención,
    sobre una situación establecida. Estrategia es "el arte de
    desarrollar acciones a través de un método
    sistemático". (Arellano, 1998).

    Las estrategias comunicativas, parten de determinar un
    grupo de situaciones y saber a dónde se va a construir el
    escenario futuro, preparar una ruta y prever la capacidad de
    corregirla. Una buena estrategia plantea hacia dónde se
    quiere llegar, qué se desea lograr, cuáles son sus
    metas.

    Existen dos formas de estrategias de
    comunicación, la transmisiva, de modelo vertical, parte
    del clásico paradigma EMISOR – MENSAJE – RECEPTOR, es
    unidireccional y va hacia afuera, y la participativa que
    será abordada más adelante es la otra forma de
    estrategia de comunicación que resulta horizontal, parte
    de que todos son sujetos de la estrategia, funciona la
    autopersuasión y va hacia dentro. La conformación
    de una serie de actos comunicativos implica una
    planeación, un orden, un principio de interés, de
    disposición, de intercambio y de compartir
    información.

    Dada las formas de estrategia anteriormente expuestas,
    se elabora desde la posición como autor una
    definición propia sobre dicho concepto, el cual se
    considera como: "un conjunto de acciones que se llevan a cabo
    para lograr un determinado fin que asegura una decisión
    óptima en cada momento y tiene como objetivo incrementar
    los niveles de efectividad e impacto a nivel del comportamiento
    individual, el cambio social y organizacional. Es una perspectiva
    integral, guiado por una visión a largo plazo donde sus
    objetivos son verificables".

    Operativamente, la estrategia parte de la
    realización de ciertos objetivos, de principios rectores
    que coordinen la puesta en marcha de una gran diversidad de
    acciones que permitan llegar a las metas deseadas. Ahora bien,
    referirnos específicamente a un tipo de estrategia,
    determina la programación y la intención con la
    cual se va a llevar a cabo.

    Galindo (1996) construye una explicación de los
    términos estrategia informativa y estrategia comunicativa
    a partir de una dimensión sociocultural, donde la
    información constituye un mundo configurado desde el poder
    y la conservación del mismo, desde un centro dominante y
    una periferia dominada. La lógica de las sociedades
    dominadas por la estructura informativa es impositiva, no permite
    la posibilidad de una retroalimentación, no existe
    más opción que la establecida por el marco
    normativo. Por otra parte, la sociedad de la comunicación
    parte de una concepción más democrática,
    donde se plantea la posibilidad del diálogo para transitar
    de un poder absoluto a uno consensuado.

    La comunicación se entiende como la posibilidad
    de participación desde un gran entramado de relaciones
    donde se intercambiarán vivencias, experiencias y
    objetivos comunes, para la construcción de sociedades
    horizontales, con más opciones de vida y
    libertad.

    "Una estrategia debe estar compuesta por estas dos
    lógicas, la informativa y la comunicativa. Es arriesgado
    dar una explicación por separado para definir la
    función de cada uno de estos términos,
    máxime si su articulación, dato- significado,
    constituye el principio básico para la construcción
    de representaciones sociales" (Arellano, 1998).

    La función de la información
    en una estrategia consiste en difundir los aconteceres o los
    sucesos, a partir de una selección de procedimientos en
    donde se encuentran involucrados los agentes para el cambio, los
    medios de comunicación y los mensajes. Por su parte, la
    función de la comunicación se ubica en la
    intención de compartir o poner en común una
    situación, esto es entr ar en un proceso de
    calibración donde existe la intención de generar
    marcos de referencias similares, entre él o los que emiten
    un mensajes y entre é l o los que reciben. La
    intención de compartir una misma visión o modelo de
    acción-representación de la realidad
    es la finalidad de la comunicación. Una estrategia
    comunicativa al centrarse en un principio de interacción,
    de entendimiento participativo y de diálogo, necesita
    utilizar todos los niveles y tipos de comunicación
    existentes, para hacerla funcionar de manera operativa, pues debe
    tener como principio una visión comunitaria, de compartir
    y construir, pues estos tiempos exigen estrategias con una
    visión integral, humanista y holística.

    El cambio social implica la participación de la
    comunidad en todos los procesos concernientes a la
    implementación de proyectos. Asimismo, la estrategia
    participativa caracterizada por la horizontalidad de la
    comunicación ejerce un papel fundamental para que la
    población adopte como suyos, los métodos y los
    estilos de vida necesarios para su sostenibilidad.

    Las estrategias de intervención en
    comunicación se dirigen a orientar acciones de
    comunicación encaminadas a fortalecer la capacidad de
    individuos y comunidades de incidir efectivamente sobre su propio
    desarrollo. Dichas estrategias requieren una mayor
    implicación de la población en la
    movilización social donde estén presentes
    voluntades para actuar en la búsqueda de un
    propósito común bajo una interpretación y un
    sentido compartidos.

    Un componente importante en las estrategias es la
    elaboración de un sistema propio de evaluación y
    monitoreo, que brinde los insumos necesarios para realizar los
    ajustes pertinentes y oportunos a la estrategia, a fin de
    optimizar su desempeño y adecuada
    implementación.

    Las estrategias de comunicación participativas no
    sólo deberán ocuparse de vehicular la
    información para capacitar, formar a las personas, grupos
    sociales y hacerles así más fuertes o poderosos en
    procesos. La formación o capacitación de las
    personas a las que se dirigen los programas y estrategias se
    logra también dialogando con ellos, paralelamente al
    proceso de planificación de dichos programas, para
    analizar los temas, problemas y conocer sus expectativas y
    soluciones siempre de acuerdo con las necesidades e intereses
    concretos de los grupos. Esta dinámica facilitará
    que progresivamente, los ciudadanos asuman mayores
    responsabilidades en su formación y apliquen nuevas
    situaciones a otras áreas de su vida, los procedimientos
    de análisis y solución de problemas aprendidos por
    medio de este tipo de estrategia.

    La estrategia de comunicación participativa,
    resulta horizontal, parte de que todos son sujetos de la
    estrategia e involucra en el diseño a los comunicadores y
    los destinatarios, quienes enjuician los conceptos a trabajar en
    los mensajes. Funciona la autopersuasión y va hacia
    dentro. Es empleada para el trabajo con los públicos
    internos de las instituciones, en el trabajo comunitario, en las
    escuelas y en sectores muy particulares (resistentes al cambio).
    Está muy relacionada con las actuales tendencias de la
    comunicación- acción, que han sido desarrolladas en
    Latinoamérica (Saladrigas Medina, S/A: 9).

    Las ideas que se expresan a continuación
    constituyen una propuesta metodológica de cómo
    hacer una estrategia comunicativa con fines educativos,
    manteniendo esencialmente, un propósito participativo
    según los intereses, necesidades y puntos de vistas de los
    coprotagonistas, así como una participación real de
    estos en toda la realización de la estrategia.

    Esta estrategia no se logra de golpe, sino que parte de
    aproximaciones sucesivas, primeramente hay que dar respuesta a
    las siguientes preguntas:

    ¿Quiénes somos?, es decir, definir
    el referente, los protagonistas, la esencia de la
    organización, institución o grupo que se propone
    hacer la estrategia, su misión o credo
    básico.

    ¿Qué queremos?, analizar y exponer
    los objetivos que concretan la misión o credo
    básico.

    ¿Con quiénes deseamos compartir
    nuestros mensajes?,
    definir los coprotagonistas de la
    estrategia y caracterizarlos.

    ¿En qué contexto desarrollamos nuestra
    acción?,
    obstáculos y oportunidades para
    desplegar nuestra estrategia, límites y orientaciones que
    vienen dados por el entorno.

    ¿Con qué recursos contamos o
    podríamos contar?,
    analizar la
    logística.

    Después de responder estas interrogantes a
    través de entrevistas individuales o trabajo en grupos,
    tanto en el seno de la organización, institución o
    grupo que se propone la estrategia como con personas o grupos
    representativos de los coprotagonistas de ésta, se
    definen:

    1. Objetivos comunicativos: Particulares o
    específicos, porque en el credo básico se encuentra
    lo general, pueden plantearse cómo será la
    representación ante los coprotagonistas, las
    informaciones a compartir y los propósitos comunicativos
    que se plantean con tales acciones.

    2. Caracterización de los mensajes:
    Según las características y necesidades de los
    participantes. Los mensajes se transmiten a través de la
    acción, donde están juntos protagonistas y
    coprotagonistas.

    3. Medios a emplear: Propios o ajenos para
    desarrollar las acciones de comunicación.

    4. Acciones y calendario de eventos: Este es un
    elemento esencial pues permite planear en el tiempo todas las
    etapas y acciones comunicativas que se desplegarán,
    garantizando una continuidad y reiteración a la vez que se
    evitan las saturaciones o coincidencias de acciones que se anulen
    entre sí. Deben ser previstos todos los contactos que el
    grupo organizador debe tener con los coprotagonistas de la
    estrategia.

    5. Discurso básico: Elaborar el mensaje
    fundamental que se desea compartir, para ser utilizado por los
    miembros del grupo primeramente y luego de forma paulatina por
    otros participantes de la estrategia, esencialmente a
    través de grupos de discusión y utilizando a los
    líderes de opinión. Eso garantizará una
    coherencia en torno a los objetivos trazados.

    6. Línea de diseño: Debe ser creada
    para apoyar el discurso básico, una línea de
    diseño gráfico que complemente el trabajo
    comunicativo de los mensajes y contribuya a alcanzar los
    objetivos trazados.

    7. Evaluación: Se debe prever los momentos
    y procedimientos mediante los cuales se irá evaluando el
    acercamiento o no a los objetivos trazados, por tanto, medir la
    efectividad de la estrategia.

    La investigación como "proceso en el que se
    vinculan diferentes niveles de abstracción, se cumplen
    determinados principios metodológicos y se cubren diversas
    etapas lógicamente articuladas, apoyado dicho proceso en
    teorías, métodos, técnicas e instrumentos
    adecuados y precisos para poder alcanzar un conocimiento
    objetivo, es decir, verdadero, sobre determinados procesos o
    hechos sociales", (Rojas Soriano, 1985: 18)
    está muy relacionado con la planeación
    estratégica de la comunicación en momentos en que
    este proceso ha adquirido nuevas dinámicas al atravesar
    todas las esferas de la vida individual y colectiva de los
    hombres, así como la complejidad creciente del mundo
    contemporáneo que exige también el empleo riguroso
    de procedimientos científicos de
    investigación en periodismo, publicidad, relaciones
    públicas u otras expresiones de la Comunicación
    Social.

    Desde una propuesta comunicativa y a partir de una
    taxonomía incipiente para un campo que puja por
    convertirse en ciencia podemos clasificar en dos grandes tipos
    las investigaciones que para las estrategias de
    comunicación se vienen desarrollando: con carácter
    comunicológico, o lo que es lo mismo, con un enfoque
    teórico o teórico aplicado en el diagnóstico
    y evaluación de la estrategia trazada como producto
    comunicativo y con un enfoque para la producción con el
    objetivo de obtener con el mayor rigor posible, la
    información destinada a nutrir su
    elaboración.

    Diagnosticar el estado de una estrategia de
    comunicación, su evolución y eficacia son estudios
    propios del proceso comunicativo concernientes a la fase del
    mensaje según el momento del acto comunicativo y que se
    ejecutan a través del análisis del contenido para
    determinar el balance entre la forma y el contenido, así
    como encuestas de opinión a los públicos objetivos
    para recoger criterios referente al contenido esencial de la
    misma y así valorar la influencia que en la opinión
    pública ha ejercido la forma en que se ha estado
    ejecutando, ejercicio que también es conocido como
    postest. Las pruebas de aceptación del mensaje se realizan
    en todas las fases del proceso creativo para garantizar el
    recuerdo de éste y en general la eficacia del proceso
    comunicativo. Previos a la creación de la estrategia de
    comunicación son realizados estudios encaminados a conocer
    las características esenciales de los públicos
    objetivos del mensaje, o sea, de los receptores. Estos resultan
    estudios de caracterización sociopsiocológicas
    (actitud, motivaciones, necesidades) y sociodemográficas
    (edad, sexo, ocupación, nivel de escolaridad, etc.); de
    imagen; de opinión, que miden intenciones de los
    públicos, creencias y juicios de valor; de medios de
    comunicación y soportes publicitarios (tamaño y
    composición de la audiencia, aceptación de
    programas radiales y televisivos, así como de
    periódicos y revistas, frecuencia de exposición al
    impacto publicitario, etc.).

    Los análisis de audiencia son posiblemente el
    tipo de estudio más utilizado en esta línea, dada
    la tremenda inversión que los anunciantes hacen en estos
    medios. Este tipo de estudio sobre los medios permite establecer
    qué canales o medios concretos resultan
    más eficientes como vehículo de presentación
    publicitaria y qué tipo de combinación de
    inserciones en medios podrá obtener el máximo de
    impactos.

    También resultan importantes los análisis
    del contexto que interpretan de manera dialéctica la
    propia realidad del contexto en el que se va a intervenir, y
    así encontrar las fuerzas que ahí actúan,
    las contradicciones que operan, las limitaciones concretas, las
    tensiones, las oportunidades y que se realizan a través de
    investigación bibliográfica, observación y
    entrevistas en profundidad. La validez de estos estudios
    está en dependencia de las técnicas de muestreo,
    los métodos, técnicas, procedimientos e
    instrumentos a emplear, las características personales y
    profesionales de los investigadores, el proceso de
    aplicación, la interpretación y
    contextualización de los resultados y la capacidad de los
    decisores para emplear los resultados.

    Referencias
    bibliográficas.

    1. López Viera, Luis: (2003).
    Comunicación Social. Editorial Félix Varela, La
    Habana.

    2. Martínez Nocedo, Yarmila: (2009). Hablemos de
    comunicación. Ediciones Logos, ACCS, La Habana.

    3. Mendoza Fuentes, Adriana: (2009). Propuesta de la
    Estrategia de Comunicación para el Festival "Casa de
    Cristal". Tesis en opción al título de Licenciado
    en Comunicación Social. Sede Universitaria Municipal de
    Santa Clara.

    4. Arellano, E. (1998). La estrategia de
    comunicación como un principio de integración/
    interacción dentro de las organizaciones. Razón y
    palabra, enero- marzo, Vol. 3, [Edición especial].
    Extraído el 06 abril de 2009 desde
    http://www.razonypalabra.org.mx/ anteriores/supesp/
    estrategia.htm.

    5. Galindo, C: (1996). Cultura de Información,
    Política y Mundos Posibles, en Culturas
    contemporáneas. Revista de investigación y
    análisis. Número 3, Época.

    6. Arellano, E. (1998). La estrategia de
    comunicación como un principio de integración/
    interacción dentro de las organizaciones. Razón
    y palabra
    , enero- marzo, Vol. 3, [Edición especial].
    Extraído el 06 abril de 2009 desde
    http://www.razonypalabra.org.mx/ anteriores/supesp/
    estrategia.htm.

    7. Saladrigas Medina, Hilda: (S/A). Investigación
    y estrategias. Relación de concomitancia en la
    comunicación persuasiva. Facultad de Comunicación.
    Universidad de La Habana.

    8. Rojas Soriano, Raúl. (1981).
    Guía para realizar investigaciones sociales.
    México, 16ª edición,
    UNAM.

     

     

    Autor:

    Jaile R. Miranda Roque

    Lic. en Comunicación
    Social

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