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Los insecticidas



Partes: 1, 2

  1. Generalidades
  2. Antecedentes
  3. Clasificación de los
    plaguicidas
  4. La
    etiqueta
  5. Diferentes tipos de
    formulaciones
  6. Modo
    de acción de los insecticidas
  7. Intoxicación por
    organoclorado
  8. Intoxicación por
    organofosforados
  9. El
    Malathión
  10. El
    clorpirifos
  11. Aldicarb
  12. Intoxicación con
    Fipronil
  13. Intoxicación por
    mercurio
  14. Insecticidas
    biológicos
  15. Métodos de aplicación de
    insecticidas
  16. Conclusión
  17. Bibliografía

Los sufijos son instrumentos del lenguaje
que sirven para modificar el significado de una palabra, dando
origen a una palabra derivada.

El sufijo "cida", proveniente del
latín, ampliamente utilizado en el español, entra
en la palabra para la creación de nombres y adjetivos que
significan "matador", "exterminador", "destructor", o que mata,
extermina o destruye.

De esta forma, un "biocida" es una
sustancia que se emplea para matar organismos vivos o detener su
desarrollo; un producto que elimine los callos será un
"callicida"; el que mate que hongos "fungicida" y el que inhiba
la acción del espermatozoide,
"espermicida"………… Y así por
estilo.

Dentro de ese contexto, los plaguicidas son
sustancias que se utilizan para eliminar plagas. Suele utilizarse
erróneamente el término pesticida para nombrar a
los plaguicidas; y es que la palabra pesticida, por sus
raíces etimológicas correspondería a un
producto para acabar con la "peste", enfermedad contagiosa propia
de los roedores producida por una bacteria, la Yersinia
pestis
. La peste pasa del roedor al hombre mediante la
picada de una pulga que previamente ha picado a un roedor
enfermo. (Ver: Causas y consecuencias de la peste
negra).

Comercialmente, los plaguicidas se nombran
según el tipo de plaga que ataquen, incluso se diferencian
según su particularidad; por ejemplo, entre los herbicidas
para matar hierbas, unos matan especies monocotiledóneas o
de hoja fina, y otros afectan solo dicotiledóneas o de
hoja ancha; unos actúan inhibiendo la fotosíntesis
y otros inhibiendo la división celular. En muchos casos
existe un producto que es de "amplio espectro", este no es
especifico; por ejemplo, un herbicida amplio espectro
afectaría dicotiledóneas y monocotiledóneas,
o la gran mayoría de ellas.

Asimismo, los insecticidas son para matar
insectos.

A finales del siglo 19, la necesidad de
controlar las plagas agrícolas provocó el impulso
de la industria de los plaguicidas, o sea, floreció la
alternativa de la utilización de productos que

eliminaran las plagas que afectaban los
diferentes cultivos comerciales. Hasta ese entonces se registran
ejemplos particulares de utilización de insecticidas
naturales en el control de plagas

agrícolas; de forma limitada se
aprovechaba el efecto insecticida de sustancias naturales como
los piretros, la nicotina y la rotenona. Las enfermedades de la
uva promovieron la aparición de los fungicidas en bases a
cobre y magnesio. También se usaron derivados del
arsénico entre otros, contra la filoxera y otras plagas
agrícolas, como la del escarabajo del
algodón.

En realidad, la industria de los
plaguicidas tiene sus raíces en la investigación de
los venenos con fines bélicos. Ya la primera guerra
mundial había sido catalogada como "guerra
química", por la cantidad y variedad de venenos utilizados
por uno y otro bando y lo que propició el establecimiento
de un acuerdo internacional, que prohibía el uso de
químicos tóxicos con fines
bélicos.

Durante la segunda guerra mundial la
utilización de venenos se hizo necesaria para la
erradicación de los vectores (mosquitos, pulgas y piojos)
que transmitían enfermedades que afectaban a los soldados
como la malaria, dengue, Tifus, enfermedad del sueño, etc.
También se practicó el uso de gases venenosos en
los campos nazis de exterminio judío.

Es así como se desarrollan los
plaguicidas orgánicos sintéticos (orgánicos
por ser derivados del carbono); los aliados occidentales
trabajaban en el desarrollo de hidrocarburos clorados, mientras
los alemanes hacían lo mismo con los fosforados. Los
carbamatos fueron desarrollados por los suizos a partir del
1940.

En el año 1939, el investigador
suizo Paul Müller (1899-1965) descubrió la efectiva
acción insecticida del dicloro-difenil-tricloroetano,
conocido mundialmente con el nombre de DDT; este descubrimiento
le valió el Premio Nobel en fisiología y medicina
en 1948. Los éxitos alcanzados por el DDT fueron
espectaculares. Su efectividad se manifestó no solo en
campañas de salud pública, sino a nivel de cultivos
agrícolas. Sin embargo, las plagas fueron adquiriendo
resistencia a estos productos, lo que obligó a aumentar la
concentración de las aplicaciones, adquiriendo las plagas
mayor resistencia aun, a tal punto que muchas se hicieron
inmunes.

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Los estragos provocados en el medio
ambiente a causa de la utilización del DDT fueron enormes.
Este insecticida no se diluye en el agua, pero si en la grasa
animal donde se acumula provocando trastornos a la salud del
hombre, animales, aves, peces e insectos. Su permanencia en el
ambiente es larga debido a que es poco biodegradable; en el suelo
puede durar hasta 50 años, en la grasa humana de 7 a 8
años.

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La alarma contra el DDT, fue el libro
"Primavera Silenciosa" de Rachel Carson, cuyo tema planteaba una
campiña sin vida silvestre por haber sucumbido victima de
la acción de este y otros insecticidas.

Esta bióloga estadounidense, madre
del ecologismo moderno, se dedicó a estudiar los efectos
del uso de los insecticidas y sus repercusiones en el ambiente.
Publicó su obra en el 1962. Carson afirmaba con
razón que el DDT más que insecticida era un biocida
y se refería a ese producto como el "elixir de la
muerte".

"En una población en la que se
pulverizaron las tierras con DDT para acabar con una
invasión de escarabajos se inició un proceso de
fatales consecuencias. Los escarabajos medio muertos atrajeron a
los pájaros insectívoros, la lluvia arrastró
los componentes químicos, los cuales afectaron a las
lombrices y contaminaron los charcos donde bebían
diferentes aves. Ardillas, ratas almizcleras, conejos o zorras
tigrillo fueron los siguientes en morir. Los pájaros que
sobrevivieron quedaron estériles, ya que el DDT impide que
la cáscara de los huevos se endurezca, con lo que se
rompían antes de su ciclo natural. Los gatos
desaparecieron. A medida que el DDT iba escalando niveles
tróficos, aumentaba su concentración en tejidos
animales".

Este hecho sucedió en Sheldon,
Estados Unidos, durante la cruzada que se llevó a cabo
para exterminar al escarabajo japonés desde 1954 hasta
1961.

Lo peor de todo, dicho escarabajo
continuó avanzando hacia nuevos territorios.

Este es uno de los tantos casos que ella
narra en su libro. Cita también ejemplos reales de
manifestación inaudita de nuevas plagas, de insectos que
tradicionalmente eran inofensivos y que casi ni se veían,
aumentaban su población desproporcionadamente; sus
depredadores naturales habían muerto por la acción
del plaguicida.

Hasta 1os años sesenta, los
esquimales del norte no conocían el cáncer; cuando
empezaron a manifestarse repetidos casos de esta enfermedad los
estudios revelaron presencia de trazas de DDT en los cuerpos de
los enfermos. Este hecho causó gran asombro en la
comunidad científica. Se descubrió que el DDT y los
clorados, tienen la capacidad de migrar a través de la
atmosfera y depositarse en las regiones templadas.

Los argumentos de la Sra. Carson llevaron a
la prohibición del uso del DDT en los EU, y dejaron
abierto el debate de los efectos adversos de la
utilización de los plaguicidas.

Primavera Silenciosa constituye un
estandarte del pensamiento conservacionista. Loor a esta gran
dama.

A partir del DDT, otros productos clorados
aparecieron en el mercado, conformándose la primera
generación de insecticidas, los órganos clorados,
tales como los Drines (Endrín, Aldrín y
Dieldrín), Endosulfán y Lindano. Las
características residuales de los clorados, y las quejas y
argumentos de los ecologistas, lograron desacreditar estos
productos, dando nacimiento a una nueva generación de
insecticidas, los órganos fosforados; solubles en agua y
de menos acción residual; entre estos, Malatión,
Paratión y Diclorvos. No obstante para los años 80,
ya se había demostrado que los fosforados podían
producir daños similares a los que producían los
clorados. Posteriormente fueron desarrollados los carbamatos,
derivados del acido carba mico, los cuales perdieron
rápidamente su reputación debido a su alta
toxicidad en animales de sangre caliente: Temik (aldicarb), Sevin
(carbaryl) y Matacil (aminocarb).

Vale mencionar que el uso de todos los
insecticidas hasta este momento mencionados, está
prohibido en EEUU, y en los países de la Unión
Europea, no así su fabricación. Estos países
a pesar de no usarlos en sus territorios, los fabrican y hacen
negocio con el tercer mundo.

La tendencia actual en la producción
de los insecticidas es la utilización de productos
naturales o productos naturales sintéticos, o sea,
compuestos naturales de origen, pero producidos artificialmente
los cuales tienen una acción inicial fuerte (efecto knock
down) sobre el insecto, pero su efecto disminuye
considerablemente rápido después de su
aplicación. Tienen muy poca acción residual y no se
acumulan en el organismo animal; predominan los insecticidas en
base a los productos utilizados antiguamente: los piretros y la
nicotina. A la rotenona que también solía
aprovecharse, se le atribuye cierta relación con la
manifestación del mal de Parkinson, por lo que se ha
dejado de utilizar como insecticida.

El uso de plaguicidas se ha hecho
prácticamente necesario, por lo que es importante conocer
sus pro y sus contra, para estar en capacidad de saber escoger a
que producto exponerse cuando sea necesario usarlos y correr el
menor riesgo posible. Para el caso específico de las
aplicaciones de insecticidas contra plagas domésticas, o
sea, cuando las aplicaciones se hacen en las inmediaciones del
hombre y sus animales, debe tenerse como norma general que el
producto sea de origen natural: piretroides y nicotinoides con
sus múltiples variantes, u otras opciones naturales, entre
ellas, el neem, el limonelo y los biológicos.

Nota.

Existe un fenómeno denominado
"efecto de destilación total" (global distillation effect,
en inglés), mediante el cual, ciertos compuestos
orgánicos volátiles tóxicos para la vida,
unos fabricados intencionalmente y otros resultado de procesos
industriales, pasan a través de la atmósfera desde
las regiones del globo más calientes para condensarse en
las regiones superiores más frías,
depositándose en la vegetación, suelos y
superficies acuosas. Estos componentes han sido bautizados con el
nombre de Componentes Orgánicos Persistentes (COPs); son
resistentes a la degradación química,
biológica y foto lítica, y además se
acumulan en el organismo animal y vegetal. Evidencias a nivel
global señalan la presencia de este tipo de compuestos en
pingüinos de la Antártida (Risebrough et., al 1976) y
en osos polares (Derocher, 2003) en el Ártico. De igual
forma se ha detectado la presencia de COPs en zonas de
montaña tan remotas como el Aconcagua en los Andes
(Quiroz, 2008), el Himalaya (Yang, 2008), los Alpes (Finizio,
2006) y los Pirineos (Gallegos, 2007) en Europa. Encabezan la
lista de los producidos intencionalmente, el DDT y los
organoclorados, hexaclobenceno -HCB-, el lindano
-hexaclorohexano- y el Endosulfán; compuestos de
utilización industrial: bifenilos poli clorados -PCBs- y
los ésteres bifenilicos polibromados -PBDEs-. Otros son
productos secundarios de procesos industriales, liberados a
través de las chimeneas de industrias en que se fabrican
algunos herbicidas: las dioxinas y los furanos.

La industria de los plaguicidas es amplia y
diversa; bajo el calificativo de plaguicida, aparecen el mercado
una amplia gama de ellos: herbicidas, insecticidas, raticidas,
etc. Para su identificación se agrupan atendiendo a
diferentes particularidades

Tipos de Plaguicidas

1. Según la plaga que
controla:

Insecticidas……………………………….insectos.

Fungicidas…………………………………………..hongos.

Herbicidas………………………………………….
hiervas.

Acaricidas…………………………………………..
ácaros.

Nematicidas-……………………………
Nemátodos (Gusanos de menos de 1mm de
longitud).

Molusquicidas……………………………………
moluscos (babosas).

Raticidas…………………………………………….
ratas y ratones.

Avicidas………………………………………………aves.

Bactericidas…………………………………………
bacterias.

Parasiticida………………………………
parásitos.

2. Según su origen

Orgánicos Contienen carbono en su
composición química

Inorgánicos No contienen
carbono

Naturales Neem (azidarachtina), piretro
nicotina

Naturales artificiales Piretroides,
piretrinas, nicotinoides.

Biológicos Bacterias, depredadores
(dipteros, coleópteros, ácaros, etc.)

3. Según la composición
química:

– Órgano clorado.

– Órgano fosforado- Carbamatos-
Piretroides- Bipiridilos- Fenoxiacéticos- Bromuros- Nitro
fenólicos y Nitrocresólicos- Cloruros
Orgánicos Sólidos- Arsenicales

– Mercuriales

4. Por su modo de
acción

Contacto……………………………..
El producto actúa al tocar la plaga.

Ingestión……………………………..
Debe ser consumido, directa o indirectamente.

Inhalación………………………
Productos gaseosos.

Sistémico…………………………
El insecticida sistémico es generalmente de uso
agrícola y es formulado para penetrar al sistema
circulatorio interno de la planta y dirigido hacia el estomago de
insectos con aparato bucal chupador.

Todos los plaguicidas disponibles en el
mercado, deben venir acompañados de una serie de
informaciones propias del producto. Normas internacionales han
sido establecidas para imprimirle un carácter universal a
la nomenclatura con la que se identifican ciertas
características de los plaguicidas. Dicha
información debe venir impresa en la etiqueta del envase
en el cual se expende el producto (frasco, funda, cubeta, etc.).
No debe comprarse un plaguicida sin su etiqueta con las
características del producto, advertencias e instrucciones
correspondientes. Y si no se conoce el producto, no debe
comprarse si la etiqueta del mismo está en un idioma que
uno no pueda entender.

Las leyes fitosanitarias obligan a que la
etiqueta de todo plaguicida que se comercializa, debe venir
acompañado de una etiqueta en el idioma oficial del
país donde se comercializa y en la cual debe aparecer la
siguiente información:

Nombre Comercial. El nombre dado al
plaguicida por el fabricante.

Nombre químico. (Principio o
ingrediente activo). Es el nombre del compuesto químico
que actúa como veneno. OJO: Debe tenerse en cuenta que es
común encontrar el mismo producto químico con
diferentes nombres comerciales.

Formulación. Las etiquetas de
los plaguicidas siempre describen el tipo de fórmula;
polvos, gránulos, pastillas, líquidos, soluciones y
gases.

Composición. Describe los
ingredientes que conforman el plaguicida y sus porcentajes. El
ingrediente activo es el agente toxico del producto. Los
ingredientes inertes son aquellos componentes que no tienen
acción toxica, pero actúan como coadyuvantes.

Clasificación
toxicológica
. Viene dada por el color de una banda de
color que generalmente es colocada en la parte inferior de la
etiqueta.

Fabricante. La etiqueta debe tener
el nombre y dirección del fabricante del producto.

Registro agrícola y
números del producto
. Según las leyes de cada
país.

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Cuadro 6. Color banda etiqueta del envase
según riesgo por OMS.

Palabra de precaución. Una
parte del proceso de registro asigna una categoría de
toxicidad a cada plaguicida y prescribe que palabra de
precaución debe ser usado en la etiqueta.

Categoría

Palabra de precaución en la
etiqueta

Toxicidad alta

PELIGRO

Toxicidad moderada

ADVERTENCIA

Toxicidad baja

PRECAUCIÓN

Relativamente no
tóxico

NINGUNA

Indicaciones de precaución.
Describe los peligros relacionados con el químico. Este
menciona porque el plaguicida es peligroso, que efectos adversos
pueden ocurrir y describe el tipo de equipo protector que debe
ser usado mientras se trabaja con el producto.

Indicaciones de primeros auxilios.
Describe que se debe hacer en caso de exposición
accidental de contacto, inhalación o ingestión.
Antídotos.

Indicaciones en clasificación de
uso
. Los plaguicidas son clasificados por las agencias de
protección ambiental como de "Uso General" o "Uso
Restringido". Estos últimos generalmente ameritan de
técnicos registrados para su uso.

Instrucciones para el uso. Estas
instrucciones describen como aplicar el plaguicidas, la dosis,
cuanto usar, donde y cuando usar.

Indicaciones de uso inadecuado. Esta
le recuerda al usuario aplicar el plaguicida de acuerdo a las
indicaciones de la etiqueta.

Indicaciones sobre reentrar.
Restricciones pueden aplicarse al tiempo que debe pasar para que
una persona entre al área tratada con el plaguicida.

Indicaciones de almacenamiento o
desecho
. El almacenamiento inapropiado de algunos plaguicidas
puede causar que estos pierdan efectividad, o peor aún,
que cause explosión o fuego. Indicaciones para un
almacenamiento apropiado y desecho de plaguicida deben aparecer
claramente detallados en la etiqueta.

Garantía. Esta le informa a
usted de sus derechos como comprador y limita la responsabilidad
del fabricante.

Venta restringida. En algunos
países, la venta de ciertos productos de acción
controversial, y generalmente prohibidos en países
desarrollados, existe esta figura; en este caso, el producto solo
se vende en cantidades limitadas y a profesionales de grado
especifico.

La Dosis

Se refiere a la cantidad de producto por
unidad de volumen, o de área, necesaria para que el
producto cumpla su función; y define una relación
entre dos unidades de volumen, entre una de volumen y otra de
peso o entre una de volumen y otra de área:
centímetro cúbico del producto por galón o
litro (cc/gal, cc/lt), mililitro por galón o litro
(mm/gal, mm/lt.), litro del producto por hectárea (lt/ha),
etc.

Las dosis que vienen dadas por unidad de
área, generalmente corresponden a aplicaciones
agrícolas.

Para plagas domesticas se trabaja con
centímetros cúbicos por galón de agua
(cc/galón), y centímetros cúbicos por litro
de agua (cc/litro), para productos líquidos. O sea, tantos
cc de un producto por litro o galón de agua, mezclados.
Otros casos podrían también ser, gramos por litro o
galón de agua, para productos en polvo o gránulos,
pastilla por galón, o alguna medida por galón o
litro de agua.

La Formulación.

Es la presentación del producto. La
formulación es el proceso mediante el cual se combinan los
componentes de un plaguicida, para hacerlo apto para su
utilización y manejo. A través de la
formulación, el ingrediente activo es combinado con
aditivos que facilitan o estimulan su acción
letal.

Un principio o ingrediente activo puede
presentarse formulado de diferentes maneras lo que en ocasiones
permite elegir la formulación a emplear dependiendo del
objetivo buscado (seguridad, permanencia, equipo disponible,
costos, etc.). Al momento de elegir que formulación
utilizar, la seguridad del usuario y el respeto por el medio
ambiente deben ser requisitos indispensables.

1- Formulaciones
Sólidas

a) Polvo mojable (WP)

Se mezcla con agua la cual actúa
como dispersante. No se diluye, cuando se seca el agua, el polvo
queda. Ideal para superficies porosas.

b) Polvo soluble (SS)

Se mezcla con agua en la cual se diluye y
forma un sistema homogéneo.

c) Gránulos solubles (SG)

Se presenta en gránulos mayores que
el polvo, y que se diluyen en agua, comportándose igual
que los polvos solubles.

d) Gránulos dispersables.

Gránulos como los anteriores pero
con comportamiento similar al de el polvo mojable; al mezclarse
con el agua el granulo se divide en partículas muy
pequeñas, menores que el polvo.

e) Pastillas o tabletas. (TB)

Son los mismos polvos, pero presentados en
tabletas o pastillas que al entrar en contacto con el agua, se
diluyen o dispersan.

f) Gránulos o polvos para
espolvoreo.

El principio activo se asocia a un inerte
sólido, y el producto se aplica espolvoreado.

2) Formulaciones liquidas.
Soluciones.

  • Concentrados Solubles.

Acuosas. Cuando el producto es para diluir
en agua.

Oleosa. Para diluirse en aceite pues el
ingrediente activo no se diluye en agua sino en
aceite.

b) Concentrados emulsionables.
(EC)

Muchos principios activos no son solubles
en agua, pero pueden disolverse en otro tipo de solventes, a
estos se les ha denominado Líquidos Emulsionables. Estos
productos llevan como soporte un solvente y sustancias
acompañantes que mejoran sus características, tales
como agentes emulsificantes y otros coadyuvantes. Los solventes
no son solubles en agua y se mezclan con ella con dificultad,
pero la presencia de los emulsificantes permite que puedan
mezclarse en forma muy homogénea, formando emulsiones de
aspecto lechoso. Necesitan les sea aplicada cierta
agitación para conservar la homogeneidad de la misma al
momento de aplicación.

c) Suspensiones concentradas.
(FS.)

Este tipo de formulación se utiliza
cuando el ingrediente activo es un sólido insoluble en
agua y también insoluble en solventes orgánico. El
mismo se muele muy finamente y se mezcla con un líquido
juntamente con emulsificantes y dispersantes, hasta formar una
suspensión concentrada estable. A veces el activo se
disuelve en un solvente muy volátil (acetona, por
ejemplo), con esta solución se impregna un inerte el cual
se luego sometido al proceso de formulación como
suspensión concentrada.

d) Micro encapsulado

La micro encapsulación es una
tecnología que se está aplicando a la
formulación de plaguicidas. El principio activo,
líquido o sólido puede ser cubierto de un material
sintético y suspendida en un medio liquido. Después
de la aplicación el principio activo es liberado
gradualmente a medida que la cobertura que lo forma se va
deteriorando.

e) Formulaciones gaseosas

-Fumígenos (FU)

Son insecticidas que actúan como
humo y se presentan en tabletas comprimidas, bombonas, latas,
potes, etc., y en su generalidad corresponden a formulaciones de
insecticidas naturales sintéticos de uso domestico. El
humo se consigue al encender el piloto del aparato de
aplicación. El plaguicida alcanza un diámetro de
gota que oscila entre 0.0001 y 1 micra.

– Fumigantes

El principio activo es un gas y puede
presentarse en formulaciones sólidas (pastillas,
comprimidos, cartuchos o polvos), líquidos o como gases
licuados. La liberación del gas puede deberse a las
reacciones con la humedad (fosfamina) o mediante reacciones
químicas exotérmicas (gamexone), o mediante
combustión (cartuchos fumígenos de azufre). Al
final de la liberación del agente tóxico quedan los
residuos y sustancias acompañantes que actuaron como
soporte, como catalizadores o como oxidantes en las reacciones
químicas. Son sumamente peligrosos; es mejor no usarlos en
aplicaciones domesticas.

Dosis letal, DL50

La toxicidad es la capacidad de una
sustancia para producir daño y se mide por la cantidad de
miligramos necesarios por kilogramo de peso vivo de un animal,
para matar el 50% de una población de dicho animal en
experimentación y se representa como DL50. Cada plaguicida
tiene su dosis letal y debe informar sobre el tipo de animal con
que se determinó su valor. La dosis letal puede ser oral y
dérmica, o sea por ingestión o por contacto con la
piel.

La concentración.

La concentración está
indicada en la composición. Es decir, el porcentaje de
ingrediente activo por unidad de medida. En este sentido, una
cipermetrina al 5% es diferente a una al 10%. La cipermetrina al
10% contiene el doble de ingrediente activo que contiene la
cipermetrina al 5%.

La concentración condiciona la dosis
de aplicación; una dosis de 1cc/litro de cipermetrina al
5% es igual a 1/2cc/litro de cipermetrina al 10%. Esto es
importante conocerlo, porque además de evitarse el
desperdicio del producto, paradójicamente, los productos
más concentrados son más baratos.

La resistencia

La multiplicidad de insecticidas en el
mercado es consecuencia de la capacidad que tienen los insectos
de desarrollar resistencia a la acción letal de un
producto.

Existen varias definiciones que explican el
fenómeno de la resistencia, siendo la más aceptada
la propuesta por la FAO (9), la cual menciona a la resistencia
como la capacidad desarrollada por una población
determinada de insectos, a no ser afectada por la
aplicación de insecticidas. Técnicamente se define
como la habilidad complementaria y hereditaria propia de un
individuo o conjunto de ellos, que los capacita para bloquear la
acción tóxica de un insecticida  y en
consecuencia sobrevivir a la exposición de dosis que para
otros seria mortal.

El primer caso de insectos resistentes a la
acción letal de un producto cuenta del año 1887
cuando se verificó que el Aspidiotus perniciosus
Comstock (escama de San José) había adquirido
resistencia al sulfuro de calcio con el cual se controlaba
tradicionalmente dicho insecto. En 1982 se tenían
detectados 428 casos de insectos resistentes, dentro y fuera del
área de la agricultura (6). Para 1991 Georghiou y Lagunes
Tejeda (7) reportaron el último registro de casos de
artrópodos resistentes con 504 insectos.

Se han definido varios tipos de resistencia.

La resistencia cruzada se considera cuando
una población de insectos, sometida a presión de
selección con un insecticida, adquiere resistencia a el y
a otros insecticidas relacionados toxicológica mente y que
no han sido aplicados.

Otro caso es resistencia es la cruzada
negativa; cuando una población que ha adquirido
resistencia a un insecticida, regresa a una susceptibilidad
cercana a la original, como consecuencia de la aplicación
de otro insecticida que es toxicológicamente diferente
(11).

Por su parte, la resistencia
múltiple se presenta en una población que ha
adquirido resistencia a varios insecticidas, tanto a insecticidas
a los cuales se haya  expuesto como a los que no haya sido
expuesto.

En la práctica del control de
plagas, el fenómeno de la resistencia se vence "cambiando
el veneno"; intercalando diferentes insecticidas según
tiempo o aplicación.

Niveles de toxicidad de algunos
insecticidas expresa en dosis letal media oral para ratas y grupo
a que pertenecen.

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El modo de acción de un insecticida
puede definirse como la respuesta bioquímica y
fisiológica de un organismo asociada a la
aplicación de dicho insecticida. Aunque el modo de
acción de los plaguicidas está más o menos
establecido, resulta ser que dichos productos pueden afectar a
los organismos de diferentes maneras y según la dosis; en
sentido general la acción se verifica en el bloqueo de
procesos metabólicos que terminan matando el organismo o
evitando su desarrollo.

En términos de modos de
acción los insecticidas se clasifican en siete grupos:
tóxicos físicos, venenos protoplásmicos,
venenos nerviosos, inhibidores metabólicos, toxinas cito
líticas, venenos musculares y agentes
alquilantes.

La forma cómo actúan se
verifica a nivel de los procesos bioquímicos de las
células de los organismos vivos a los cuales están
dirigidos. Para entender estos procesos objetivamente,
habría que ser prácticamente un experto en
química, biología, fisiología, etc.; esto a
pesar de que se acepta que la forma de acción de los
plaguicidas no está absolutamente establecida.

Lo que sí es seguro, es que todos
los venenos necesitan cierto tiempo para aniquilar sus
víctimas y según la dosis, de forma que para todos
hay una dosis mínima que mata más rápido,
por encima de ella se perderá producto, por debajo la
acción es más lenta o inefectiva, y precursora de
resistencias. Esto quiere decir que cierto periodo de tiempo es
necesario para verificarse la acción letal sobre el
insecto, y según el caso podría ser cuestión
de segundos, minutos, horas y días.

El organismo animal tolera el cianuro en
pequeñas cantidades acumulándose progresivamente en
el hígado, el cual pierde su función cuando la
acumulación del veneno alcanza niveles insoportables,
provocando la muerte del individuo. Las semillas del granadillo
contienen cianuro, la yuca también. Para quienes gustan de
las batidas de granadillo con todo y semillas, que sepan que
ingieren cianuro en pequeñas cantidades. Con la yuca es
diferente, ya que como es cocida al calor, el cianuro como la
generalidad de los venenos, virus y bacterias, pierde su efecto
letal, ante la exposición al calor intenso.

Insecticidas Orgánicos
Sintéticos

Son productos fabricados por el hombre y
que contienen átomos de carbono.

a) El DDT y los órgano
clorados

Estos insecticidas están
constituidos principalmente por cloro, hidrogeno y carbono;
algunos tienen azufre y oxigeno. Su acción es por contacto
y sobre el sistema nervioso del insecto matándolo
lentamente. Los síntomas sucesivos son excitación,
convulsión, parálisis y muerte. Tienen un alto
poder residual.

El DDT y los órgano clorados
(Drines-aldrin-bidrin-dieldrin, Endosulfán, Dimetoato,
Lindano, heptacloro) efectúan su acción toxica
sobre los insectos afectando el sistema nervioso central
y

periférico (neurotóxicos),
mediante un complejo proceso que tiene que ver con las
células nerviosas (neuronas), produciendo variación
en la permeabilidad de sus membranas con respecto al sodio y el
potasio, causando un desequilibrio de sus concentraciones tal,
que provoca disfunción en la transmisión de los
mensajes neuronales.

La presentación comercial de estos
productos es variada: el DDT es un polvo blancuzco; los Drines,
Endosulfán y Lindano, líquidos; el heptacloro viene
granulado; el Lindano también es comercializado en pomadas
contra ectoparásitos.

El hecho de que en muchos países ya
se haya prohibido el uso del DDT durante la primera mitad de la
década de los 70, indica claramente la peligrosidad de
esta sustancia. Esta peligrosidad se fundamenta en su alta
persistencia en todos los ámbitos del medio ambiente,
razón por la cual está distribuido por todo el
mundo. En la evaluación del DDT, es determinante no
sólo su aguda toxicidad sino, fundamentalmente, su
propiedad de acumularse en los organismos, suelos y cuerpos de
agua, con lo que genera efectos a un plazo imposible de
determinar. Teniendo en cuenta que existen sustancias (aunque
más costosas) que lo sustituyen, no sólo es
ecológicamente inadmisible el uso del DDT, sino
también que se lo continúe produciendo para
comercializarlo en países subdesarrollados.

Los síntomas de la
intoxicación por órgano clorados en humanos y
animales de sangre caliente son variados; en el caso del DDT,
existe un temblor como signo principal. En otros aparece cefalea,
alteraciones visuales, vértigo, sudoración,
malestar nauseas y vómitos. Posteriormente hay
convulsiones con pérdida de conciencia, alternando con
depresión neurológica profunda. En el caso del
Lindano aparecen nauseas, vómitos, alteración del
nivel de conciencia, ataxia, temblor, convulsiones generalizadas,
pudiendo llegar incluso al estatus epiléptico. La causa
principal de muerte es el fallo respiratorio por edema pulmonar
no cardiogénico, de origen probablemente
neurogénico.

La intoxicación crónica por
exposición profesional origina dermatitis de diferentes
tipos, alteraciones digestivas y/o respiratorias, astenia, anemia
aplasia ligada al lindano, otras discrasias sanguíneas y
epilepsia. En animales de laboratorio se ha demostrado que los
organoclorados atraviesan la barrera de la placenta. En
mamíferos, los neonatos presentan al nacer una carga
inicial de plaguicidas.

En seres humanos uno de los primeros
efectos de la ingestión crónica de estos compuestos
es su depósito y almacenamiento en el tejido adiposo
(grasas). Esto se ha asociado en humanos, a canceres primarios
del hígado, leucemia, enfermedades neurológicas,
cirrosis y tumores cerebrales.

Este grupo de insecticidas no tiene
antídoto conocido. En caso de intoxicación con
algún organoclorado, las medidas a tomar son de soporte y
sintomáticos. El paciente debe ser colocado en ambiente
exento de ruidos. Se recomienda ante la manifestación de
convulsiones tratar con diazepán

a dosis de 5-10 mg o fenobarbital a dosis
de 100 mg. En caso de insuficiencia respiratoria, proceder a
intubación y ventilación mecánica; la
deshidratación tratarla con líquidos. Se debe
evitar el uso de medicamentos que contengan dopamina por el
peligro de desencadenar arritmias cardíacas.

Si la vía de entrada es
cutánea, se procederá a realizar un lavado con agua
abundante durante varios minutos. Si la vía es digestiva y
estamos dentro de las primeras cuatro horas, se debe realizar
lavado gástrico, administración de carbón
activado seguido de un laxante. Las medidas de depuración
renal y extra renal no son eficaces, al tratarse de compuestos
muy solubles en lípidos y con escasa eliminación
renal.

A pesar de todo lo expuesto, lo más
importante que debe considerarse sobre los órganos
clorados es que nunca deben usarse. Rechácelos,
húyale hasta a su olor, hasta a su envase, aunque este
herméticamente cerrado.

b) Los insecticidas órgano
fosforados.

El desarrollo de estos insecticidas data de
la Segunda Guerra Mundial, cuando los técnicos alemanes
encargados del estudio de materiales que podrían ser
empleados en la guerra química, descubrieron y
sintetizaron compuestos orgánicos del fósforo. El
desarrollo de los insecticidas fosforados se atribuye a Gerhard
Schrader, quien trabajaba en la compañía
química Bayer a comienzos de la década de 1930.
Bayer desarrolló organofosforados para ser usados en
guerra química: la Sarina o Sarin, el Somán y el
Tabún. La Sarina tiene una toxicidad oral aguda de
aproximadamente 0,01 mg/kg. Estos productos se utilizaron en los
campos de exterminio nazi.

Los insecticidas órgano fosforados
son inhibidores enzimáticos; manifiestan su acción
toxica bloqueando la acción de una importante enzima del
sistema nervioso: la colinesterasa. Los organofosforados a pesar
de ser solubles en agua, y no acumularse por largo tiempo en el
organismo animal, son a corto plazo, más tóxicos en
los mamíferos que el DDT y los clorados, ya que su
acción sobre los animales es similar a su comportamiento
en los insectos; disminuyen el nivel de la colinesterasa
bloqueando la trasmisión nerviosa. Su permanencia en el
organismo animal va desde tres horas hasta dos días,
tiempo durante el cual disminuye el nivel de la colinesterasa
causando trastornos variados; son eliminados en la orina
después de ser metabolizados por el
hígado.

Los síntomas de intoxicación
por organofosforados son usualmente nausea, cefalea, fatiga,
vértigo, parpadeo excesivo, visión borrosa -muchas
veces descrita "como un velo sobre los ojos" y
constricción pupilar. Dependiendo de la severidad de la
intoxicación estos síntomas pueden agravarse
agregándose vómito, dolor abdominal, diarrea,
sudoración y sialorrea. El empeoramiento progresivo se
caracteriza por espasmos musculares que usualmente inician en la
lengua y los párpados, progresando a crisis convulsivas y
finalmente parálisis. También hay bronco
constricción e hipersecreción bronquial y en la
etapa final se observa parálisis, convulsiones,
depresión respiratoria y coma. En la intoxicación
fatal por organofosforados la causa inmediata de muerte es
generalmente la asfixia como resultado de depresión
respiratoria.

La exposición prolongada puede
producir, entre otros síntomas, fatiga crónica,
cefalea, disminución en la libido, intolerancia al alcohol
y nicotina e impresión de envejecimiento precoz, o
presencia de síncope, defecto de memoria y demencia,
daños que pueden persistir hasta por 10 años.
Además debilidad muscular, afección de
músculos de la respiración y flexores cervicales y
alto riesgo de muerte por problemas respiratorios.

En caso de intoxicación por
organofosforado coloque el paciente en lugar ventilado,
proporcione ventilación artificial si es necesario (boca a
boca, boca-nariz, boca-nariz-boca o mediante mascarilla y bolsa
de respiración si se cuenta con ella), y suministre una
cantidad apropiada de oxígeno (6-12 litros por min). En
caso de que la contaminación haya sido por
exposición cutánea, retire todo posible material
contaminado incluyendo la ropa del paciente y descontamine la
piel y mucosas lavando con abundantes cantidades de agua y
jabón En caso de ingesta efectúe lavado
gástrico con solución salina a temperatura
ambiente. Si el producto cayere en los ojos, lavar con agua
copiosamente.

Partes: 1, 2

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