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Lecturas sobre gestión de carteras



Partes: 1, 2

    INTRODUCCIÓN

    Los mercados bursátiles van adquiriendo una
    importancia cada vez mayor dentro de la economía, siendo
    creciente el número de interesados en su funcionamiento.
    Centrándonos en el mercado de capitales, las bolsas de
    valores tienen una creciente actualidad. Empresas especializadas
    se dirigen al mercado a demandar fondos o a invertirlos,
    también los particulares han acudido frecuentemente a
    rentabilizar su dinero. Por todo lo anterior, este estudio sobre
    la eficiencia del mercado bursátil creemos que
    tendrá interés para un amplio sector del
    público. La primera pregunta que nos haremos será
    el propio concepto de eficiencia y su utilidad. Es importante que
    el mercado sea eficiente, pero, además, el saberlo resulta
    de gran interés para el que actúa en la bolsa. En
    segundo lugar probaremos la eficiencia del mercado
    bursátil español, en la que se denomina forma
    débil, utilizando una metodología basada en el
    análisis Box – Jenkins. Este artículo creemos que
    puede resultar de gran interés para personas que, con
    diferente formación, actúan en la bolsa. Por ello
    trataremos al principio de explicar los conceptos y las
    conclusiones, dejando para el final una descripción
    más detallada de la metodología utilizada, esto
    último más dirigido al especialista.

    En las líneas que siguen vamos a hacer una
    aplicación, no demasiado sofisticada, de los dos modelos
    más conocidos de valoración de acciones, el
    C.A.P.M. y el A.P.T., sobre los valores de cotización
    más frecuente en el parqué bilbaíno. Nos
    centraremos primeramente en el CAPM, llegando al cálculo
    de las betas para el periodo considerado (1980-87) y a la
    contrastación de su validez. Haremos después una
    aplicación de análisis factorial para el mismo
    período y valores, viendo las semejanzas y diferencias que
    este modelo (APT) mantiene con el anterior. Partimos de los datos
    de los 24 valores más importantes que se cotizan en la
    bolsa de Bilbao, según su frecuencia de
    contratación en los años iniciales del periodo
    considerado; nuestro deseo hubiera sido tomar una muestra
    más amplia, pero en los siguientes valores la frecuencia
    de contratación bajaba demasiado. Normalmente hemos
    utilizado los valores de cotización de la citada bolsa,
    tomando datos de la de Madrid cuando no había habido
    cotización en Bilbao. Lógicamente el mercado
    madrileño, a causa de su mayor tamaño, resulta
    más fiable, pero las operaciones de arbitraje hacen que
    las diferencias sean pequeñas. Por otro lado, al ser
    algunos valores "típicamente bilbaínos", los datos
    de la bolsa de Bilbao pueden tener una mayor fiabilidad en
    algunos casos. Antes de terminar con esta introducción,
    quiero resaltar que este trabajo ha supuesto el ir acumulando
    datos año tras año (y confiamos seguir
    haciéndolo en el futuro), para lo que ha sido necesaria la
    colaboración de grupos de alumnos de distintas promociones
    de la Universidad Comercial de Deusto. También ha sido
    imprescindible la colaboración del Centro de
    Cálculo de nuestra facultad, habiéndose concluido
    con la financiación de la Fundación
    Gangoiti.

    Los modelos de valoración de activos han
    suscitado el interés de los especialistas desde los
    años sesenta, habiéndose concentrado gran parte del
    trabajo en la contrastación empírica de los mismos.
    El objeto de las páginas que siguen consiste en tratar
    de recoger algunos estudios realizados bajo mi
    dirección en el Departamento de Finanzas de la Universidad
    de Deusto. Por ello he de comenzar agradeciendo la
    colaboración prestada por mis alumnos de 5º curso de
    los últimos años, que han participado en la
    creación, mantenimiento y explotación del banco de
    datos. También, y de forma muy especial a Javier
    Santibáñez, profesor del Departamento, que ha
    coordinado los trabajos este último año. De igual
    manera a la Fundación Luis Bernaola, que nos ha apoyado
    económicamente.

    Estudiaremos el CAPM y el APT, según una
    metodología desarrollada con anterioridad
    (Gómez-Bezares, G-B, 1989a, comentada por Rodríguez
    Castellanos, 1989; véase también GB, 1989b, caps.
    IV y V). Comenzaremos calculando las rentabilidades de los
    periodos base (día, semana y mes). Tales rentabilidades se
    calculan suponiendo que el accionista compra la acción al
    final de un periodo, manteniéndola hasta el final del
    siguiente, cuando la vende a su precio
    correspondiente.

    Recientemente ha comenzado a funcionar un mercado
    continuo, basado en una conexión informática, al
    cual se están incorporando rápidamente los valores
    más importantes. Este dato es interesante pues vamos a
    presentar el análisis de diferentes mercados, y el mercado
    a analizar influirá en la elección del periodo
    base. Alternaremos así los diferentes periodos, utilizando
    el mes y la semana para los datos más antiguos y del
    mercado bilbaíno (lo que se justifica por la menor rapidez
    de reacción de este mercado al utilizarse un método
    de contratación menos eficiente y ser un mercado
    más pequeño). Para los datos más modernos
    utilizaremos el periodo diario (lo que se justifica en el caso
    del mercado madrileño por su mayor tamaño y
    más aún en el mercado continuo a causa de su mayor
    agilidad en la contratación). Dado lo anterior hemos
    pasado al cálculo de la rentabilidad del mercado. Tal
    magnitud se calcula para cada periodo como una media ponderada de
    la rentabilidad de los diferentes títulos analizados,
    tratamos de conseguir así una aproximación a la
    verdadera cartera de mercado que estaría compuesta por
    todos los activos. Roll (1977) critica con acierto las carteras
    que normalmente se utilizan, teniendo las nuestras también
    esas deficiencias, pero ésta es una limitación de
    los tests del CAPM. Los factores de ponderación se
    obtienen calculando el valor de capitalización
    bursátil que representa la empresa sobre el total de la
    muestra utilizada. También hemos usado la media sin
    ponderar, como un complemento al estudio. Calculadas las
    rentabilidades, el siguiente paso es el estudio del modelo de
    mercado, regresión lineal entre la rentabilidad de la
    cartera de mercado y cada uno de los diferentes títulos.
    Esto da lugar a los coeficientes "beta" (pendiente de cada una de
    las rectas) que representan el riesgo sistemático. Pasamos
    después a la contrastación del CAPM, efectuando la
    regresión entre los coeficientes beta y la rentabilidad
    media de cada título. Veremos que en general el ajuste que
    se produce es realmente pobre.

    Para utilizar el APT el paso previo es la
    realización de un análisis factorial sobre las
    rentabilidades de los diferentes títulos. Veremos que el
    primer factor es siempre muy parecido a la rentabilidad del
    mercado (que es lo que se utiliza en el CAPM), bajando
    mucho la explicación en los siguientes factores, por
    lo que no parece interesante el paso al APT. Para la
    interpretación de los factores, se ve claro que el primero
    es la rentabilidad del mercado, siendo poco relevantes los
    demás. Haciendo rotaciones se puede ver hasta qué
    punto pueden identificarse los factores con los sectores
    bursátiles. En cada caso hemos hecho varias pruebas con el
    número de factores, presentándose el resultado que
    se considera más claro. Paso a resumir los resultados
    más relevantes, siendo muy breve en los comentarios por no
    alargarme demasiado.

    En las líneas que siguen vamos a estudiar la
    adecuación de algunos aspectos fundamentales de la
    teoría de cartera de Markowitz y del Modelo de
    Valoración de Activos de Capital (más conocido por
    sus iniciales en inglés: CAPM) a la realidad de los
    valores más importantes de la Bolsa de Bilbao en el
    periodo 1980-1987. Una parte importante de estos estudios han
    sido publicados con anterioridad (Gómez-Bezares,
    1989a, 1990 a y b), lo que aquí haremos será
    resumir algunas de sus conclusiones y aportar algunas nuevas. Lo
    primero a plantear será la razón del periodo
    elegido, y ésta es clara: se trata de un periodo
    suficientemente extenso y relativamente reciente. No hemos
    añadido datos más próximos pues en 1988
    empiezan a producirse fusiones importantes en nuestra bolsa, y al
    comenzar a funcionar el mercado continuo en 1989, el tipo de
    análisis se ve afectado. Partimos de los datos de los 24
    valores más importantes que se cotizan en la bolsa de
    Bilbao, según su frecuencia de contratación en los
    años iniciales del periodo considerado; si
    hubiéramos querido tomar una muestra más amplia,
    nos habríamos encontrado con valores cuya frecuencia de
    contratación bajaba demasiado. Hemos empleado generalmente
    los valores de cotización de la bolsa bilbaína,
    tomando datos de la de Madrid cuando no había habido
    cotización en Bilbao. Lógicamente, el mercado de
    Madrid, por su mayor tamaño, resulta más fiable,
    pero las operaciones de arbitraje hacen que las diferencias sean
    pequeñas. Por otro lado, al ser algunos valores
    "típicamente bilbaínos", los datos de la bolsa de
    Bilbao pueden tener una mayor fiabilidad en algunos casos. Antes
    de terminar con esta introducción, queremos resaltar que
    este trabajo ha supuesto el ir acumulando datos año tras
    año, para lo que ha sido necesaria la colaboración
    de grupos de alumnos de distintas promociones de la Universidad
    Comercial de Deusto. Ellos también nos han ayudado en
    cálculos y comprobaciones. Desde aquí queremos
    testimoniarles nuestro agradecimiento.

    LA EFICIENCIA EN
    EL MERCADO BURSATIL ESPAÑOL

    Los mercados bursátiles van adquiriendo una
    importancia cada vez mayor dentro de la economía. Empresas
    especializadas se dirigen al mercado a demandar fondos o a
    invertirlos, también los particulares han acudido
    frecuentemente a rentabilizar su dinero. Por todo lo anterior,
    este estudio sobre la eficiencia del mercado bursátil
    creemos que tendrá interés para un amplio sector
    del público. Este artículo creemos que puede
    resultar de gran interés para personas que, con diferente
    formación, actúan en la bolsa. Por ello trataremos
    al principio de explicar los conceptos y las conclusiones,
    dejando para el final una descripción más detallada
    de la metodología utilizada, esto último más
    dirigido al especialista.

    El concepto de eficiencia

    Para Fama (1970) el mercado cuyos precios siempre
    reflejan la información disponible se denomina eficiente.
    Según esto, los precios de los valores que cotizan en una
    bolsa "eficiente" reflejarán toda la información
    referente a dichos valores; visto de otra forma, un mercado
    eficiente valorará de forma adecuada los títulos
    que en él se cotizan. De esta manera el mercado
    guía correctamente la asignación de los recursos,
    indicando a los agentes cuáles deben ser sus decisiones de
    inversión. En muchas ocasiones expertos en
    estadística y en economía han tratado (y
    todavía tratan) de sacar rentabilidad a sus conocimientos
    mediante la especulación en bolsa. Si lográramos
    predecir el comportamiento de los precios de los valores,
    podríamos enriquecernos fácilmente; veámoslo
    con un ejemplo: Si yo compruebo que los precios suben siempre a
    fin de año (lo que pudiera suceder si los inversores
    trataran en esas fechas de completar sus carteras) para bajar
    en

    Enero, sería muy fácil enriquecerse
    vendiendo en Diciembre para comprar al comienzo del año
    siguiente. Para que un mercado sea eficiente es necesario,
    paradójicamente, que los que actúan en él,
    al menos una parte importante de ellos, crean que no lo es y
    traten de aprovechar oportunidades de enriquecerse, analizando
    para ello la información disponible con la esperanza de
    vender a un precio más alto que el intrínseco o
    comprar a uno más bajo de esta manera consiguen que la
    cotización se centre en el valor intrínseco. La
    existencia de pequeñas ineficiencias (éstas siempre
    las hay), justifica el que los analistas estudien métodos
    cada vez más sofisticados para sacar partido a la
    información disponible, tratando de obtener rentabilidades
    extraordinarias; pero su propia actuación hace cada vez
    más difícil obtener tales rentabilidades, llegando
    a conseguirse un mercado eficiente.

    Las clases de eficiencia

    – Eficiencia débil; es cuando el precio refleja
    toda la información histórica, las series de datos
    históricos no contienen información que pueda ser
    usada para obtener rentabilidades extraordinarias.

    – Eficiencia semifuerte; cuando el precio refleja toda
    la información pública, tal es el caso del anuncio
    de los beneficios anuales o de los tipos de interés. En
    este caso sólo sería posible obtener rentabilidades
    extraordinarias mediante la utilización de informaciones
    privilegiadas, si éstas existen.

    – Eficiencia fuerte; el precio refleja toda la
    información existente, en tal caso nadie puede obtener una
    rentabilidad extraordinaria mediante la utilización de
    informaciones privilegiadas, bien porque no existen, bien porque
    son públicas. Resumiendo, un mercado es eficiente, cuando
    utilizando información no podemos lograr rentabilidades
    extraordinarias por estar esa información contenida en el
    precio.

    ¿Se da la eficiencia?

    Comencemos este punto con un comentario sobre las
    condiciones para que se dé la eficiencia. Fama (1970)
    comenta que son condiciones suficientes:

    – que no haya costes de
    transacción.

    – toda la información disponible puede ser
    libremente utilizada por los participantes en el
    mercado.

    – existe acuerdo sobre las implicaciones que la
    información tiene sobre el precio actual y
    distribución de los precios futuros de cada
    valor.

    Pero la pérdida de alguna de estas condiciones
    tampoco garantiza la pérdida de la eficiencia, son
    suficientes pero no necesarias. La existencia de elevados costes
    de transacción puede inhibir el flujo de transacciones,
    pero eso no quiere decir que cuando éstas se producen, los
    precios no reflejen la información disponible. Las otras
    dos condiciones también pueden relajarse, al menos
    parcialmente; así será válido con que una
    mayoría suficiente las cumpla.

    En el caso español los estudios realizados
    confirman normalmente la eficiencia débil, si bien con
    algunas reservas, habiendo más dudas sobre la semifuerte y
    la fuerte, de todas formas el número de estudios es
    reducido para sacar conclusiones claras.

    Quiero terminar este punto con una pequeña
    reflexión. La idea de la eficiencia creo que es clara y de
    gran utilidad; personalmente entiendo que es una idea central de
    las modernas finanzas, sólo si los mercados son eficientes
    se pueden aceptar los actuales desarrollos teóricos, y,
    todavía más importante, sólo si los mercados
    son eficientes se puede aceptar el mercado como sistema eficiente
    de asignación de recursos. Quizá otros
    comportamientos que hoy juzgamos de ineficientes puedan ser
    explicados en el futuro conforme vaya aumentando nuestro
    conocimiento del mercado. La situación actual la
    podríamos resumir diciendo:

    – la mayoría de los estudios
    empíricos validan la existencia de eficiencia.

    – la mayoría de los prácticos no se la
    creen, y señalan hechos que contradicen las
    hipótesis de eficiencia.

    – sin embargo no se ha logrado una estrategia
    comprobable para obtener resultados claramente mejores que
    manteniendo una cartera al azar. De todo esto concluyo que hay
    mucha más eficiencia que la que los prácticos
    creen, si bien nos quedan por explicar algunos comportamientos,
    que yo calificaría de "aparentemente"
    ineficientes.

    Nuestro estudio

    Hemos tratado de contrastar la eficiencia en su forma
    débil para el caso del mercado español, entre los
    años 1970 y 1985 (a partir de este momento parece que se
    dan cambios estructurales, lo que podrá ser analizado
    dentro de unos años). La idea es muy simple: Tomando datos
    mensuales de cotizaciones, dividendos y derechos de
    ampliación, hemos estudiado si era posible modelizar el
    comportamiento de las rentabilidades para, según las
    informaciones del pasado, obtener rentabilidades extraordinarias
    en periodos futuros. Para que esto se dé es preciso que el
    comportamiento en un periodo, se repita en periodos futuros. Los
    resultados son claros: "O los comportamientos son totalmente
    aleatorios, o no hay una repetición de tales
    comportamientos que permita la obtención de las citadas
    rentabilidades extraordinarias".

    El análisis de series
    temporales

    Hemos visto cómo el concepto de eficiencia del
    mercado, está estrechamente ligado con la capacidad de
    predecir el comportamiento futuro de una acción, para
    poder sacar de él alguna ventaja diferencial, es decir,
    una rentabilidad extraordinaria. En concreto, la eficiencia
    débil se relacionaba con la posibilidad de
    predicción de la evolución de una acción, a
    partir de los datos históricos de la propia acción.
    Esto es lo que en estadística se conoce como
    análisis univariante de series temporales. Este
    análisis parte de la observación de los resultados
    pasados de la variable, tratando de buscar un modelo que explique
    el comportamiento sistemático (si existe) de la misma,
    para así extrapolar sus resultados y poder predecir su
    comportamiento futuro (principalmente a corto plazo).

    La aplicación de diferentes técnicas
    estadísticas de análisis de series temporales ha
    sido extensa en economía, siendo, tal vez, el estudio de
    la evolución de las acciones en bolsa donde mayores
    esfuerzos se han realizado. Por otro lado, en la última
    década, el avance de la teoría estadística
    en lo referente a las técnicas de análisis de
    series temporales, ha sido grande.

    ? La metodología
    Box-Jenkins

    Lo que Box y Jenkins (1976) plantearon no fue un
    único modelo de serie temporal, sino toda una familia de
    ellos que pudiesen ajustarse para explicar la evolución de
    una variable a lo largo del tiempo. Son los denominados modelos
    ARIMA.

    Partiendo de la definición de esta familia de
    modelos, la metodología Box-Jenkins sigue un proceso que
    consta de cuatro fases:

    1. Identificación: Se trata de elegir uno o
    varios modelos ARIMA como posibles candidatos para explicar el
    comportamiento de la serie.

    2. Estimación: Se realiza la estimación de
    los parámetros de los modelos seleccionados.

    3. Diagnóstico: Se comprueba la adecuación
    de cada uno de los modelos estimados y se determina cuál
    es el más idóneo.

    4. Predicción: Si el modelo elegido es
    satisfactorio se realizan las predicciones de la variable. Se
    trata pues de un procedimiento iterativo de prueba y error, hasta
    lograr encontrar un modelo que nos satisfaga
    plenamente.

    ¿Cuáles son las ventajas de este
    método frente a los métodos tradicionales? Pankratz
    (1983) señala tres ventajas que justifican y aconsejan la
    utilización de los modelos ARIMA: En primer lugar, los
    métodos tradicionales son, en su mayor parte, modelos "ad
    hoc" o intuitivos, sin un fundamento sólido de
    estadística matemática y teoría de la
    probabilidad. En segundo lugar, los modelos ARIMA, como hemos
    dicho, no son un único modelo sino una familia completa de
    posibles modelos. Por último, se puede demostrar que un
    modelo ARIMA adecuado produce las predicciones óptimas, es
    decir, ningún otro modelo univariante consigue
    predicciones con menor error medio cuadrático.

    Resumen de los resultados de nuestro
    estudio

    Tomando como criterio de selección el volumen de
    contratación en bolsa, se han escogido los siguientes doce
    valores, que figuran entre los de mayor volumen en el periodo
    1978-1986:

    – BANCO DE BILBAO

    – BANCO CENTRAL

    – BANCO DE VIZCAYA

    – BANCO ESPAÑOL DE
    CREDITO

    – BANCO DE SANTANDER

    – TELEFONICA

    – COMPAÑIA ESPAÑOLA DE
    PETROLEOS

    – UNION DE EXPLOSIVOS RIO-TINTO

    – SEVILLANA DE ELECTRICIDAD

    – UNION ELECTRICA FENOSA

    – IBERDUERO

    – HIDROELECTRICA ESPAÑOLA

    La crisis en bolsa se empieza a notar precisamente a
    finales del año 1975, produciéndose el año
    1985 un nuevo cambio en su comportamiento con el auge que ha
    cobrado en los últimos años.

    Construimos dos series temporales diferentes: En primer
    lugar calculamos la correspondiente a las rentabilidades
    mensuales de las acciones seleccionadas, teniendo como criterios
    para el caso de ampliaciones y dividendos que se encuentran a
    caballo entre dos meses, la afección al primer mes, tanto
    de uno como del otro. Se obtiene a continuación el
    logaritmo neperiano de la rentabilidad más uno: ln (1+Rt),
    por las razones antes aducidas.

    En segundo lugar, un índice que refleje la
    evolución de la cotización corregida por dividendos
    y derechos, que resulta más intuitivo para el inversor en
    bolsa. El cálculo será, tomando el año 1970
    como base.

    Resultados

    Siguiendo las etapas indicadas anteriormente, obtenemos
    los siguientes resultados:

    – Primera etapa: Al analizar el conjunto de series
    totales de 1970-1985, resulta que las del BANCO DE SANTANDER y
    CEPSA son aleatorias según se deduce de la
    aplicación de test estadísticos (Portmanteau e
    individuales), mientras que el resto, al no ser tan clara la
    aleatoriedad (a pesar de que en muchos casos no se pueda
    rechazar), pasan a la siguiente etapa. En conclusión, los
    dos valores que quedan en esta etapa, resultan de imposible
    predicción debido a que sus series son
    aleatorias.

    – Segunda etapa: En los casos en los que, en la primera
    etapa, se ha observado que existe la posibilidad de encontrar
    algún comportamiento, dividimos en dos periodos, 1970-1975
    y 1976-1985, viendo que los siguientes valores: BANCO DEBILBAO,
    BANCO DE VIZCAYA, BANCO CENTRAL, BANCO ESPAÑOL DE CREDITO
    y UNION DE EXPLOSIVOS RIO-TINTO, presentan, claramente,
    diferentes comportamientos en los dos periodos (cambios
    estructurales) y la última parte de la serie que va de
    1976-1985 es aleatoria. Por lo tanto vemos, en primer lugar, que
    la crisis afecta al comportamiento de la bolsa
    produciéndose un cambio estructural. Por otro lado, este
    grupo de acciones, al tener un comportamiento aleatorio en el
    periodo 1976-1985 (que es el periodo más cercano a
    nosotros) no pueden ser susceptibles de predicción por
    ninguna técnica.

    – Tercera etapa: Para el resto de valores:
    HIDROELECTRICA ESPAÑOLA, IBERDUERO, UNION ELECTRICA
    FENOSA, SEVILLANA DE ELECTRICIDAD y TELEFONICA, se
    aprecia también en la segunda etapa el cambio
    estructural del periodo 1976-1985 respecto al periodo 1970-1975,
    pero además muestran en el periodo 1976-1985 un
    comportamiento no aleatorio, por lo que lo dividimos en dos
    partes 1976-1980 y 1981-1985 al objeto de analizar la
    homogeneidad de la serie. El resultado es que se vuelven a
    producir cambios en el comportamiento, lo que hace imposible el
    uso de esta información histórica.

    MODELOS DE
    VALORACION DE ACCIONES EN LA BOLSA DE BILBAO

    Los modelos de valoración de activos han
    suscitado el interés de los especialistas desde los
    años sesenta, habiéndose concentrado gran parte del
    trabajo en la contrastación empírica de los mismos.
    El objeto de las páginas que siguen consiste en tratar de
    recoger algunos estudios realizados bajo mi dirección en
    el Departamento de Finanzas de la Universidad de Deusto. Por ello
    he de comenzar agradeciendo la colaboración prestada por
    mis alumnos de 5º curso de los últimos años,
    que han participado en la creación, mantenimiento y
    explotación del banco de datos. También, y de forma
    muy especial a Javier Santibáñez, profesor del
    Departamento, que ha coordinado los trabajos este último
    año. De igual manera a la Fundación Luis Bernaola,
    que nos ha apoyado económicamente.

    Datos a utilizar en la investigación: Nos
    hemos fijado en los siguientes valores:

    – BANCO DE BILBAO BANCO CENTRAL

    – BANESTO BANCO GUIPUZCONO

    – BANCO HISPANOAMERICANO BANCO
    POPULAR

    – BANCO SANTANDER BANCO DE
    VIZCAYA

    SEGUROS AURORA SEGUROS BILBAO

    – CARTINBAO FINSA

    – HIDROLA ALTOS HORNOS

    – UNION CERRAJERA TUBACEX

    – TELEFONICA EXPLOSIVOS RIOTINTO

    – PAPELERA ESPAÑOLA
    EMPETROL

    – CEMENTOS LEMONA VACESA

    – IBERDUERO SEVILLANA

    El primer paso era calcular las rentabilidades semanales
    (optamos por ese periodo básico de análisis) de
    cada uno de estos valores en el periodo considerado (1980
    – 1987). Para ello hemos utilizado:

    – Las cotizaciones al final de la
    sesión del viernes, en enteros, que nos sirven
    simultáneamente como valor final de una semana y comienzo
    de la siguiente.

    Dichas cotizaciones se han tomado
    ex-derecho y ex-dividendo, cuando se daban estas
    circunstancias.

    – Los dividendos brutos tomados, en
    pesetas, el primer día que pueden cobrarse.

    El hecho de tomarlos brutos (sin restar las retenciones
    por impuestos) se debe a que no consideramos el impuesto sobre la
    renta (las retenciones son a cuenta de dicho impuesto),
    suponiendo que todos los agentes pagarán después el
    impuesto sobre la renta.

    – Los derechos tomados, en pesetas, al valor del primer
    día de cotización; esto justifica, de forma similar
    a lo visto antes, la utilización de la cotización
    exderecho.

    La filosofía de todo lo anterior consiste en dar
    la entrada de fondos en la caja del accionista en la semana en
    que esto se produce, y en valores brutos, tal como aparecen en la
    base del impuesto sobre la renta. Evidentemente, este
    planteamiento puede ser discutido, pero creemos que la
    consideración de las entradas y salidas, prescindiendo del
    impuesto sobre la renta, puede ser una aproximación
    suficiente. Dada la forma de medir las rentabilidades, resulta
    indiferente que el dividendo se cobre al comienzo de la semana
    que al final, con tal de que sea dentro de la misma semana. Esto
    aconseja tomar un periodo básico de análisis (la
    semana en nuestro caso) suficientemente breve como para disculpar
    tal error.

    Calculo de las rentabilidades
    semanales

    La rentabilidad semanal (semana t) de un valor (sea el
    i) se obtiene con la siguiente fórmula:

    Dónde:

    Rit= (Cit + dit + Dit –
    Ci,t-1)/Ci,t-1

    Cit= Cotización final de la semana, en
    pesetas.

    Ci,t-1=
    Cotización inicial de la semana (final de la anterior), en
    pesetas. Dit= Derechos vendidos en la semana, en
    pesetas.

    Dit= Dividendos cobrados en dicha semana, en
    pesetas.

    Calculo de la rentabilidad de mercado

    Hemos calculado también la rentabilidad semanal
    del mercado. Para ello, hemos sumado la rentabilidad de cada
    título ponderada por el peso específico de ese
    título sobre el total de los 24 valores. Dicho peso
    específico se ha obtenido en función del valor de
    capitalización bursátil (VCB) de la sociedad al 1
    de Enero de cada año. Su cálculo es
    fácil:

    VCB = número de acciones x
    nominal x cotización

    Así el peso específico de
    cada título (i) se obtiene del siguiente cociente:
    Monografias.com

    Este cálculo se ha hecho para cada año,
    porque consideramos que así se recoge mejor el peso de
    cada valor dentro del total a lo largo del tiempo. Esta forma de
    calcular, o mejor de aproximar, la rentabilidad del mercado es
    lógicamente discutible, pero con los datos que se poseen
    puede ser un buen sistema.

    El modelo de mercado

    Sharpe (1963) propone el que se ha denominado modelo
    diagonal, de índice simple o de mercado. Este supone que
    las relaciones entre las rentabilidades de los diferentes
    títulos se deben únicamente a la relación
    que todos tienen con un índice de mercado. Esto lo propone
    Sharpe para simplificar el modelo de cartera de Markowitz (1952 y
    1959), facilitando así el cálculo de la sumatoria
    de; matriz de varianzas y covarianzas entre las rentabilidades de
    los diferentes títulos que operan en el
    mercado.

    Resultados del modelo de mercado

    En primer lugar, vamos a testar el Modelo de Mercado,
    que tiene unas condiciones menos restrictivas que el CAPM
    propiamente dicho.

    Una vez realizadas las 24 regresiones anteriormente
    citadas entre la Rentabilidad semanal de cada valor y la del
    mercado para cada uno de los períodos de nuestro estudio
    obtenemos las siguientes conclusiones:

    Ri = ai+ ßiRmt +
    Eit

    Periodo 80-87: Se comprueba que todas las þ
    estimadas son positivas, y con una probabilidad de
    error del 5% rechazamos la Hipótesis nula de ß =0 en
    todos los valores (lo mismo sucede con el
    1%).

    Período 80-85: La situación es la misma
    que en el período anterior salvo que se acepta la
    hipótesis deß=0 en Seguros Bilbao tanto con un a del
    5 como del 10%

    Período 86-87: Todas las ß estimadas son
    positivas. Con una probabilidad del 5% se rechaza la
    hipótesis de ß =0 para todas ellas. Con una
    probabilidad del 1% se acepta para Seguros Aurora y
    Finsa.

    De todo lo anterior parece deducirse la existencia de
    una relación entre la Rentabilidad de Mercado y la del
    título y por lo tanto la existencia de un riesgo
    sistemático. La correlación entre los
    títulos y el mercado es positiva para todos ellos, no
    existiendo por lo tanto ningún título que realice
    la función de cobertura para diversificar riesgos en el
    mercado.

    Análisis de la estabilidad del modelo de
    mercado

    Este estudio lo realizamos para comprobar si ha habido
    alguna transformación en la economía, o en sectores
    específicos de la misma, que haga que el modelo de
    mercado, y sobre todo el riesgo sistemático de los
    distintos valores pueda variar.

    Para efectuar este análisis, aplicamos el test de
    Chow, test que se apoya en el siguiente
    estadístico:

    Monografias.com

    Siendo: T=418

    Dónde: SCR indica la suma de los cuadrados de los
    residuos en los respectivos períodos. De los resultados se
    obtiene que los coeficientes no se mantienen estables en los
    siguientes títulos:

    – Con un 5% de Probabilidad

    BANCO CENTRAL BANESTO

    BANCO GUIPUZCOANO BANCO HISPANO BANCO DE
    SANTANDER SEGUROS BILBAO IBERDUERO

    – Con un 1% de Probabilidad

    BANCO CENTRAL BANCO HISPANO SEGUROS BILBAO

    EL C.A.P.M.

    El Modelo de Valoración del Precio de los Activos
    Financieros o Capital Asset Pricing Model (modelo CAPM) es una de
    las herramientas más utilizadas en el área
    financiera para determinar la tasa de retorno requerida para un
    cierto activo.

    El modelo CAPM ofrece de manera amena e intuitiva una
    forma sencilla para predecir el riesgo de un activo
    separándolos en riesgo sistemático y riesgo no
    sistemático. El riesgo sistemático se refiere a la
    incertidumbre económica general, al entorno, a lo
    exógeno, a aquello que no podemos controlar. El
    riesgo no sistemático, en cambio, es un riesgo
    específico de la empresa o de nuestro sector
    económico.

    La SML

    El CAPM se lleva a cabo en dos etapas. Primero se
    realiza la regresión entre cada título y la
    rentabilidad de mercado. Y así se obtiene la b para cada
    título. En segundo lugar, se trata de calcular, a partir
    de los datos anteriores, la línea del mercado de
    títulos o SML. Para ello, se hace la regresión
    entre la rentabilidad media de cada título y su
    b.

    El APT

    Se ha criticado al CAPM el basarse en la eficiencia de
    la cartera de mercado, el APT no necesita esa condición y
    utiliza el argumento del arbitraje: "En equilibrio, las carteras
    que supongan una inversión cero y que no tengan riesgo,
    deberán dar una rentabilidad cero. En caso contrario los
    arbitrajistas invertirán en ellas hasta conseguir que este
    principio se mantenga". Estas carteras se denominan carteras de
    arbitraje. Otra diferencia consiste en que el CAPM se basa en el
    modelo de mercado, que mantiene que la rentabilidad de un valor
    viene explicada por su relación lineal con un único
    factor, la rentabilidad del mercado. Por su parte el APT
    introduce más de un factor explicativo.

    El Modelo Factorial: Los grupos de valores
    corresponden a los sectores económicos, lo cual significa
    que los sectores económicos siguen un comportamiento
    similar.

    Modelo Factorial – Modelo de Mercado: El modelo
    factorial explica más que el de mercado, dado que utiliza
    más variables explicativas en el periodo total y en el
    primer subperiodo, se ve una correlación negativa
    relativamente importante, indicadora de que son los valores mejor
    explicados por el modelo de mercado, los que también mejor
    explica el segundo factor; pero esto cambia en el segundo
    subperiodo, luego parece tratarse de un hecho poco claro. Lo que
    sí parece que se puede afirmar es que no tiene mucho que
    ver con el riesgo no sistemático.

    MODELOS DE
    VALORACIÓN DE ACCIONES EN EL MERCADO DE CAPITALES
    ESPAÑOL

    Desde los años sesenta los modelos de
    valoración de activos han despertado el interés de
    los especialistas habiéndose concentrado gran parte del
    trabajo en la contrastación empírica de los mismos.
    La finalidad de este tema consiste en tratar de recoger algunos
    estudios realizados en el Departamento de Finanzas de la
    Universidad de Deusto. Se estudiará el CAPM y el APT,
    según una metodología, comentada por
    Rodríguez Castellanos, 1989(Gómez-Bezares,
    1989).

    El Modelo de Valoración del Precio de los Activos
    Financieros (modelo CAPM) es una de las herramientas más
    utilizadas en el área financiera para determinar la tasa
    de retorno requerida para un cierto activo.

    Riesgo Sistemático: incertidumbre
    económica general, a aquello que no podemos
    controlar.

    Riesgo No sistemático: es un riesgo
    específico de la empresa o de nuestro sector
    económico.

    Se comenzará calculando las rentabilidades de los
    periodos base (día, semana y mes). Tales rentabilidades se
    calculan suponiendo que el accionista compra la acción al
    final de un periodo, manteniéndola hasta el final del
    siguiente, cuando la vende a su precio correspondiente. Durante
    este tiempo, si los hay, cobra los dividendos y vende los
    derechos de suscripción a su precio de cotización.
    Estos fondos consideran un aumento de su patrimonio final. En
    resumen se tomaran:

    1. Las cotizaciones en pesetas al final de cada periodo
    base, que nos sirven simultáneamente como valor final de
    un periodo y comienzo del siguiente. Dichas cotizaciones se han
    tomado ex-derecho y ex-dividendo, cuando se daban estas
    circunstancias.

    2. Los dividendos brutos tomados, en
    pesetas, el primer día que pueden cobrarse

    3. Los derechos (se refieren a los derechos preferentes
    de suscripción que se cotizan ante una ampliación)
    tomados, en pesetas, al valor del primer día de
    cotización.

    Se procede a calcular la rentabilidad de cada
    título en cada periodo base con la
    fórmula:

    Ri, t =
    (Ci, t + di, t
    + Di,t – Ci,
    t-1)/Ci,t-1

    Dónde:

    Ci, t: Cotización
    final del periodo base, en pesetas.

    Ci, t-1:
    Cotización inicial del periodo (final del anterior), en
    pesetas. di,t : Derechos vendidos en
    el periodo base, en pesetas.

    Di, t: Dividendos cobrados en dicho periodo, en
    pesetas.

    LAS CARTERAS EN
    LA BOLSA DE BILBAO (1.980-1.987)

    En las líneas que siguen vamos a estudiar la
    adecuación de algunos aspectos fundamentales de la
    teoría de cartera de Markowitz y del Modelo de
    Valoración de Activos de Capital (más conocido por
    sus iniciales en inglés: CAPM) a la realidad de los
    valores más importantes de la Bolsa de Bilbao en el
    periodo 1980-1987. Una parte importante de estos estudios han
    sido publicados con anterioridad (Gómez-Bezares,
    1989a, 1990 a y b), lo que aquí haremos será
    resumir algunas de sus conclusiones y aportar algunas
    nuevas.

    Calculo de la rentabilidad de mercado

    Hemos calculado también la rentabilidad semanal
    de la cartera de mercado, para ello hemos usado varias
    aproximaciones: la ponderada, la sin ponderar, y, finalmente, una
    cartera equivalente al primer factor del modelo factorial (que
    luego explicaremos). Para el cálculo de la rentabilidad
    media ponderada del mercado hemos sumado la rentabilidad de cada
    título ponderada por el peso específico de ese
    título sobre el total de los 24 valores, es la que
    denominaremos cartera ponderada. Dicho peso específico se
    ha obtenido en función del valor de capitalización
    bursátil (VCB) de la sociedad al 1 de Enero de cada
    año. Su cálculo es fácil:

    VCB = número de acciones x
    nominal x cotización2

    Así el peso específico de
    cada título (i) se obtiene del siguiente cociente:
    Monografias.com

    La segunda alternativa consiste en calcular una media no
    ponderada de los 24 títulos obteniendo la cartera no
    ponderada. La tercera alternativa es más original, y
    consiste en el cálculo de una cartera equivalente al
    primer factor del modelo factorial obtenido con las
    rentabilidades de los 24 títulos. No queremos cansar
    aquí al lector con consideraciones matemáticas que
    ya han aparecido en trabajos anteriores (los resultados del
    primer factor aparecen en Gómez-Bezares, 1989a, y en 1990b
    el razonamiento para el cálculo de la cartera). Creemos
    que puede ser suficiente con afirmar que hemos construido una
    cartera equivalente a un factor que es el que mejor explica la
    variabilidad de los 24 títulos. Llamaremos a esta cartera:
    cartera factor.

    Resultados con la "cartera ponderada"

    Tomadas las rentabilidades semanales de los 24 valores
    en las 418 semanas y utilizando como cartera de mercado la media
    ponderada, los resultados del modelo de mercado pueden verse en
    el cuadro nº 1, alcanzándose una explicación
    total del 33,98%. El resultado del CAPM es:

    R = 0,00459 + 0,0028 ??+ uj R2 = 0,21161
    (0,001178) (0,00118) D. típica = 0,00202

    Rechazamos que el término independiente sea cero;
    respecto a que lo sea la pendiente, se rechaza con un 5% pero se
    acepta con un 1%. Los resultados son bastante pobres, aunque no
    desastrosos, consiguiéndose una explicación total
    del 21%.

    Resultados con la "cartera no
    ponderada"

    Si utilizamos ahora como cartera de mercado la media sin
    ponderar, los resultados del modelo de mercado varían
    algo, alcanzándose una explicación total del
    34,17%. El resultado del CAPM es:

    R = 0,00409 + 0,00318 ??+ uj
    R2 = 0,54917 (0,000684) (0,00061) D. típica =
    0,00153

    Rechazamos que el término independiente y la
    pendiente sean cero. Los resultados son mucho mejores, luego
    comentaremos este hecho.

    Resultados con la "cartera factor"

    Veamos lo que ocurre ahora tomando como cartera de
    mercado la que hemos llamado "cartera factor". Los resultados del
    modelo factorial pueden verse en el cuadro nº 3. En
    él puede apreciarse cómo la capacidad explicativa
    del modelo es del 36,33%, ligeramente mejor 78 LECTURAS SOBRE
    GESTIÓN DE CARTERAS que el obtenido en los modelos de
    mercado anteriores, tomando las carteras "ponderada" y "no
    ponderada" como aproximaciones a la cartera de mercado. En cuanto
    al CAPM, el resultado es el siguiente:

    R = 0,00390 + 0,00325 ??+ uj
    R2 = 0,39425 (0,000963) (0,00086) D. típica =
    0,00177

    Rechazamos que el término independiente y el
    coeficiente de regresión sean iguales a cero. Puede verse
    cómo el resultado es significativamente mejor que el
    obtenido con la "cartera ponderada", pero peor que el que resulta
    de utilizar la "cartera no ponderada".

    RIESGO Y
    RENTABILIDAD EN MERCADOS DE TAMAÑO INTERMEDIO (el caso
    español)

    Existen tres características importantes que
    debemos tomar en cuenta a la hora de adquirir un valor;
    rentabilidad, riesgo y liquidez, pero la teoría financiera
    se ha centrado en la relación entre el riesgo
    y la rentabilidad. Sin embargo el Modelo de Valoración de
    Activos de Capital, CAPM, desarrollado en los años sesenta
    defiende que, en equilibrio, los títulos deben rendir en
    función de su beta: la rentabilidad esperada ha de ser una
    función lineal positiva de la beta, que será la
    única medida del riesgo; además, el término
    independiente debe coincidir con el tipo de rentabilidad sin
    riesgo, y la pendiente con el premio por riesgo (diferencia entre
    la rentabilidad esperada del mercado y el tipo sin riesgo). A
    partir de este modelo se desarrollaron muchos más como por
    ejemplo, el PER demostrado por Basu (1983), el cual ayuda a la
    explicación de las rentabilidades, en tests que incluyen
    el tamaño y la beta y el APT de Ross (1976), que propone
    que la rentabilidad esperada de un activo será
    función de varias betas (que medirán diferentes
    riesgos). Todo esto trajo consigo la polémica en el mundo
    académico.

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