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Mercados emergentes y crisis financiera mundial (página 2)



Partes: 1, 2

Pero éste había sido apenas el comienzo de
los grandes cambios en el sistema financiero argentino. La
segunda parte de esta concentración prosiguió a lo
largo de 1997, pero en un contexto distinto y a través de
un mecanismo de centralización de capitales. En lugar de
operarse en medio de una fuga o un retroceso de los
depósitos del sistema, este capítulo de la
transformación se dio en un período de crecimiento
de las imposiciones del orden del 30 %. Y en lugar de avanzar
como una derivación de quiebras o suspensiones de
entidades, avanzó en la forma de la absorción de
los grandes bancos privados nacionales por parte de la banca
extranjera.

CUARTA PARTE

La crisis
asiática: "Segunda ola" de crisis
financiera

Analizar la crisis asiática reviste importancia
considerando que lo que hoy es conocido como "blindaje" o ayuda
financiera internacional, comenzó en 1997 y
específicamente en la región del Sudeste
Asiático, cuando fue necesario salvar a las
economías de la región. El blindaje llegó a
Tailandia, en julio de 1997, luego que la devaluación de
su moneda (Bath) arrastrara a Corea del Sur, Malasia Filipinas e
Indonesia.

Un mes después que Tailandia dejara flotar su
moneda, el FMI anunció un paquete de 16.000 millones de
dólares para apoyar sus audaces "medidas de ajuste". En
ese momento, Malasia y Singapur habían devaluado
también sus monedas. Cuarenta días después
sería el turno de Corea que también sería
prontamente socorrida por la coordinada acción financiera
internacional.

Al comienzo el presidente de los Estados Unidos, William
Clinton, minusvaloró el colapso de la moneda tailandesa.
Como su economía no resultó directamente afectada,
Estados Unidos no ofreció asistencia inmediata, en marcado
contraste con la situación mexicana en la crisis de 1995.
Esta falta de ayuda generó un sentimiento de desconfianza
generalizado en Tailandia, especialmente después del
intenso apoyo brindado a los Estados Unidos en la guerra de
Vietnam.

La crisis de Asia constituye un ejemplo de cómo
las medidas del FMI afectan las economías regionales, y
cómo estas medidas, en ocasiones, desequilibran las
economías nacionales de los países en desarrollo
desencadenando -a corto ó mediano plazo- un proceso
devaluatorio.

Para diversos autores el desbalance de la
economía asiática, genero un conjunto de
aseveraciones e interpretaciones. "La crisis asiática,
objeto de interpretaciones muy diversas, puede verse, como el
resultado de liberalizaciones incompletas y mal controladas que
en cierto modo, por sus implicancias mundiales aún poco
claras son un verdadero giro en la historia de la
globalización".

Como sostiene otro autor, "la liberalización
de la cuenta de capital fue el factor individual más
importante que condujo a la crisis (Stiglitz, 2002). Las
políticas del FMI en el Este asiático tuvieron
exactamente las consecuencias que han hecho que la
globalización haya sido atacada (Stiglitz,
2001)".

En ocasión de su visita a Buenos Aires en 1999,
el Primer Ministro de Singapur, Go Chok Tong, sostuvo: "La
crisis asiática ha concentrado la atención en los
riesgos de la globalización
".

Las economías del Sudeste
Asiático

Como se sostuvo: "Para entender la crisis que
estalló en 1997, cabe recordar primero los diferentes
enfoques teóricos e ideológicos que pretenden
explicar los logros pasados".

La visión neoclásica y liberal adjudica
los logros pasados a la apertura exterior, al papel de los
mecanismos de mercado y a las intervenciones estatales favorables
al mercado (medidas market-friendly), o sea, tendientes a
asegurar simplemente un mejor funcionamiento del mercado. Las
interpretaciones heterodoxas enfatizan, por otro lado, el papel
activo y "guía" del Estado (medidas market-aumenting), los
factores culturales (valores asiáticos), el aprendizaje
tecnológico y la situación geoestratégica de
los "tigres" en la Guerra Fría.

El primer enfoque tiende a explicar la crisis por los
excesos de intervencionismo estatal que habrían generado
ineficiencia y corrupción. Sin embargo no parecía
ser éste un argumento sostenible. Como sostiene Cesarin:
"aún descreyendo de los estándares nacionales, la
información provista por fuentes "no gubernamentales"
sostenía similar perspectiva. Un ejemplo lo brinda el
ranking elaborado por Transparency International (TI) sobre
Corrupción. Los datos referidos a los tres últimos
años del siglo XX que comprenden el pico de la crisis
asiática y rozan la latinoamericana indican que, sin
grandes fluctuaciones, entre las principales treinta
economías consideradas más abiertas y con menores
niveles de corrupción aparecen Singapur, Hong Kong,
Japón, Taiwán y Malasia (siendo Chile la
única entre las latinoamericanas). (…), tampoco
parecían ser las economías asiáticas
"paradigma de corrupción y falta de
transparencia"

El segundo, subraya las contradicciones internas y
también internacionales de los modelos asiáticos,
en particular su apertura financiera que los expuso a las
fluctuaciones del sistema financiero mundial, así como
también la pérdida de importancia
estratégica de aquellos países en tiempos de
posguerra fría y al surgimiento de un gran número
de países competidores (como China), que amenazan las
posiciones por ellos logradas. En estas circunstancias, el papel
del FMI y del BM es visto, en general, como el de un
corresponsable, o incluso responsable principal, de la
crisis.

Para George Soros, "el auge asiático
podría haberse reducido si los inversores y los
prestamistas hubieran caído en la cuenta que aunque las
entradas de capital y los déficits de cuenta corriente de
la región financiaban inversiones productivas, estas
inversiones sólo habrían seguido siendo productivas
en la medida en que las entradas de capital podían
sostenerse".

Para el pensamiento liberal, la crisis se debió
al "Capitalismo dirigido", la intervención perversa de los
gobiernos de la región en la economía, marginando
al mercado como aquel que asigna los recursos por excelencia y de
manera más eficiente. Como cualquier fracaso del mercado
es imposible para esta escuela, pues implicaría poner en
duda todo su andamiaje analítico, no considera la
posibilidad que los mercados no observaron que estaban
proliferando inversiones justamente allí donde no
había condiciones para sustentarlas.

Para Stiglitz, la crisis se desata a partir de la salida
de capitales, que comenzó cuando los inversores
percibieron el déficit en la cuenta corriente que se
venían acumulando desde 1994. "Al investigar las causas
profundas de la crisis asiática, se hizo evidente que fue
básicamente causada por el súbito retiro de
capitales de la región. El flujo de inversiones privadas
dentro de las cinco economías más afectadas
Tailandia, Corea, Malasia, Indonesia y Filipinas que totalizaba
UPS 93.000 millones en 1996, pasó a ser negativo en UPS
12.000 en 1997; registrando una caída equivalente al 11 %
del PBN combinado de los cinco países. Los déficits
fiscales mostraban la secuencia de gravedad junto al aumento de
la deuda pública: en 1999 éste representaba el 91 %
del PBI de Indonesia, en Filipinas el 72 %, Tailandia el 50 %,
Corea el 38 % y Malasia el 37 %, presionando sobre la confianza
de los inversores externos"

El déficit fiscal se presenta también
aquí como un factor de suma importancia en el
análisis de la crisis en la región. El debate sobre
los desequilibrios apuntaba a sus causas endógenas o si se
debía a fuerzas exógenas sobre las que los
países carecían de control, por ejemplo las fallas
de los mercados financieros internacionales.

Los principales indicadores económicos que ayudan
a explicar la crisis tienen que ver con que estas
economías registraron un altísimo crecimiento sin
inflación, superávit fiscales y elevadas tasas de
ahorro interno que no fueron suficientes para financiar las
aún mayores necesidades de inversión privada de los
últimos años. Todo esto redundó en un
elevado endeudamiento externo del sector privado, en forma de
préstamos o inversiones de cartera.

El ingreso masivo de capitales fue posible por la gran
liquidez internacional de la década de los noventa y el
mayor inversor fue el vecino Japón. También es
importante destacar que una parte sustancial de los
créditos, que llegaron a la región atraídos
por el diferencial en las tasas de interés,
financió actividades relacionadas con la producción
de bienes y servicios no transables, especialmente en el sector
inmobiliario y financiero. Es decir que se endeudaron en
dólares en actividades que no generaban capacidad de
devolución de divisas.

Se dio también, la sobreinversión en
algunos sectores, electrónica de consumo, automotores,
petroquímicas, acero. En 1996, el exceso de capacidad
productiva provocó la caída de los precios de estos
productos, principales rubros de exportación. El
déficit de cuenta corriente continuó hasta que los
capitales se fugaron, cuando los prestamistas perdieron la
confianza en la capacidad de pago de estos
países.

Es importante destacar y diferenciar la modalidad de
inserción en la economía mundial y la estrategia de
industrialización adoptada por los países
asiáticos y los latinoamericanos. Mientras que a partir de
la década de los "60, los países del S.E
Asiático adoptaron el modelo llamado
"Industrialización orientada por las exportaciones" (IOE),
por su parte América Latina adoptó el modelo de
"industrialización por sustitución de
importaciones" (ISI), vía clásica de la
industrialización en la región desde 1930. Conviene
recordar que" la sustitución de importaciones tan
excesivamente puesta en el banquillo de los acusados, fue la base
inicial de la industrialización de Corea, Taiwán y
Malasia. La diferencia esencial fue que en Asia tal
política se fue luego suavizando, flexibilizando y
combinando de manera eficiente con una estrategia exportadora: se
usó -y no se abusó- del argumento de las infant
industries y se interpretó en una perspectiva
dinámica y no estática la teoría de las
ventajas comparativas; en América Latina, en cambio,
prevaleció -y sigue prevaleciendo, en los años "90-
la perspectiva estática, después de las desventuras
proteccionistas".

En lo que respecta a la cuestión de la crisis y
su relación monetaria, Soros sostiene que la causa
más inmediata de los problemas fue una alineación
incorrecta de las monedas de la región. Una
alineación bastante rígida que puede ser
identificada con un tipo de cambio fijo, los desplomes suelen ser
catastróficos. "La crisis asiática es un ejemplo en
este sentido".

Las economías del S. E. Asiático
mantenían un acuerdo informal por el cual vinculaban sus
monedas al dólar norteamericano. La aparente estabilidad
de la vinculación con el dólar alentó a los
bancos y negocios locales a endeudarse en dólares y
convertir los dólares en las monedas locales sin
cobertura; después los bancos prestaron a proyectos
locales o invirtieron en ellos, sobre todo bienes raíces.
Esa parecía una forma sin riesgo de ganar dinero. Pero
este acuerdo tácito se vio sometido a diferentes
presiones, entre ellas se mencionó la subvaluación
de la moneda china en 1996 y del dólar norteamericano,
respecto del yen japonés. La balanza comercial de los
países afectados se deterioró, aunque los
déficits comerciales fueron contrapesados al inicio por el
continuo ingreso de capitales.

Algunos autores enfatizan las debilidades estructurales
de las economías de la región. La retracción
de los mercados exteriores, a partir de 1996, obedeció a
diferentes factores como el renovado proteccionismo comercial de
los mercados tradicionales (Estados Unidos, U.E., Japón).
La competencia con China, la depreciación de las monedas
de la región, consecuencia de la gran entrada de capitales
externos y del sistema cambiario adoptado. Todo esto
provocó el descalabro financiero que sumado a la
fragilidad de los bancos de la región llevó a la
necesidad de salvar las economías.

La crisis del S. E. Asiático es más
financiera que de competitividad industrial y tecnológica.
Entre los factores que llevaron a la crisis se pueden citar:
liberalización financiera, tasas altas y tipo de cambio
estable, muy atractivo a la llegada de capitales especulativos y
causa de la deuda externa cada vez más
astronómica.(viktor Sukup).

Para el autor antes mencionado, sería ciertamente
erróneo no ver el lado financiero de la crisis. Dado que
detrás de éste está, el clásico
problema de la sobreproducción y el subconsumo, que
enfatizan autores de tendencia marxista como Chesnais o Greider.
La cada vez más desigual distribución del ingreso,
a escala mundial y al nivel de prácticamente todos los
países, resultado inevitable y también deseado de
las políticas de Reagan o Tatcher, cobra por fin su precio
lógico: El desajuste entre producción y demanda
solvente crea problemas crecientes, como lo preveían en
sus tiempos Malthus, Marx, Keynes y Schumpeter.

Paul Krugman llama a los tigres asiáticos "tigres
de papel" porque el desarrollo asiático parecía
estar impulsado por un desarrollo extraordinario de inputs
(trabajo y capital) en lugar de ganancias en la eficiencia.
Recordando que el crecimiento sostenido en la renta per
cápita de la nación solo puede ocurrir si hay un
aumento de output por unidad de input, dado que el crecimiento a
través de los inputs es inevitablemente
limitado.

"Inputs es el crecimiento en empleo, en nivel de
educación de los trabajadores y en el stock de capital
físico (maquinarias, edificios, carreteras,
infraestructura en general, etc.); y los incrementos de output
por unidad de input pueden ser el resultado de una mejor
gestión económica, pero a largo plazo se debe a un
incremento en el conocimiento. Los asiáticos para Krugman,
crecieron basándose en input por eso los compara con la
Rusia estalinista de los años "50".

Algunos analistas sitúan la crisis de la
región en el marco de la pérdida de estos
países al cesar la Guerra Fría. Según de la
Balze, mientras el 70 % de las exportaciones coreanas a los
Estados Unidos gozaba de los beneficios del Sistema Generalizado
de Preferencias del GATT, sólo el 20 % de las argentinas o
brasileñas tenían igual ventaja. Esto nos
indicaría la falta de cumplimiento del principio de la
"nación más favorecida" dentro del sistema general
de aranceles y tarifas.

Pero esta preferencia estratégica de Estados
Unidos se debió a razones geopolíticas. En el marco
internacional de la Guerra Fría, este país
necesitaba asegurarse el éxito de estas economías.
Los tigres asiáticos supieron aprovechar esta
relación preferencial para desarrollar un modelo de
crecimiento económico orientado a la exportación.
No cualquier país podía transformarse en exportador
de bienes manufacturados a partir únicamente de la ayuda
de Estados Unidos, como lo demuestran los casos
específicos de Egipto y Panamá. Según De la
Balze es necesario analizar también los factores
endógenos para explicar los logros de este grupo de
países, por ejemplo: "políticas
macroeconómicas ortodoxas, una alta tasa de ahorro, una
ética de trabajo estricta y un estado que planificaba las
inversiones".

Los elementos de intervención estatal, fueron
absolutamente esenciales, constantes aunque cambiantes,
eficientes y multifacéticos, de manera que hubo mucho
más algo como un "Estado gobernando al mercado", que una
"economía de mercado" propiamente dicha. No hubo "estados
minimalistas" ni "estados mínimos", sino un "estado
interventor" que ayudó a perfilar y dirigir los mercados
en la mayoría de los países de la
región.

Visiones de los logros y de la crisis
en Asia desde la corriente de pensamiento ortodoxa y la corriente
heterodoxia.

Visión ortodoxa

Visión heterodoxa

Logros explicados por:

– Apertura externa y proceso de

reforma

– Intervenciones promercado

– Políticas
macroeconómicas

ortodoxas, alta tasa de ahorro,
ética

del trabajo, planificación inicial de
las

inversiones por parte del estado

– Papel activo y guía del estado

– Factores culturales

Aprendizaje tecnológico

– Situación
geoestratégica

Crisis explicada por:

– Excesos de intervención estatal
y

capitalismo dirigido

– Corrupción y nepotismo

– Crony capitalismo o capitalismo de

amigotes

-Contradicciones internas e internacionales de la
inserción del modelo asiático.

– Apertura excesiva

– Pérdida de importancia

estratégica

– Surgimiento de nuevos

competidores en la subregión:

China

-FMI y BM, vistos como

corresponsables

– La liberalización financiera

excesiva, produjo la llegada de

capitales especulativos causantes

del aumento de la deuda externa.

– Crisis financiera esconde el

problema de la sobreproducción y

subconsumo y la falta de una

demanda efectiva

La crisis en Asia y la intervención del
FMI.

La crisis de Asia a criterio de Stiglitz presenta dos
patrones familiares. El primero es justamente ilustrado por Corea
del Sur. El segundo es materializado por Tailandia. Corea del
Sur, tras el naufragio de la guerra de las "Dos Coreas", el
país formuló una estrategia de crecimiento que
aumentó la renta per cápita en ocho veces en tan
solo 30 años y a su vez avanzó significativamente
en la reducción de la brecha tecnológica que la
separaba de los países más desarrollados. Durante
el transcurso de la década del noventa había
ingresado a la Organización para la Cooperación y
Desarrollo Económico, comúnmente identificada bajo
la sigla OCDE, el club de las naciones más desarrolladas
como la llaman muchos autores.

En las primeras etapas de su transformación
económica Corea del Sur había controlado
estrictamente todo lo relativo a su mercado financiero, pero bajo
presión de Estados Unidos, había permitido de mala
gana el endeudamiento de sus empresas en el exterior, de esta
manera quedaron a merced de "los caprichos" de los mercados
internacionales.

En 1997, surgieron dudas sobre la capacidad de Corea del
Sur de refinanciar los préstamos de corto plazo y el
vencimiento con bancos occidentales. Nos recuerdan Soros y
Stiglitz que esos mismos bancos ya no quisieron prestar a este
país, a pesar de la manera impulsiva que lo habían
hecho tiempo atrás.

El segundo caso lo constituía Tailandia que
reflejó la combinación entre un ataque
especulativo, con un elevado endeudamiento de corto plazo.
Stiglitz había advertido que: "Si Tailandia hubiera
mantenido las regulaciones a la entrada de capital que tuvo
durante el milagro asiático y no les hubiera hecho caso a
quienes la convencieron de que estaba alterando la
disposición eficiente de recursos, tal vez hoy no
estaría sufriendo esta crisis, su primera caída en
más de tres décadas".

El FMI, inicialmente atacado por su posición
anterior de "promotor" sobre este país, defendió su
posición: "las tres ciudades que más han sufrido
–Tailandia. Indonesia y Sur Corea – cada cual entro
en lo profundo de sus propios problemas antes de ser preparados
para seguir las recomendaciones del FMI. Con el tiempo el
organismo se llamo para auxiliar a cada ciudad con todas las
opciones ofertadas a bajo costo.

No sólo las crisis tenían patrones
familiares, también los tenían las respuestas del
FMI a estas crisis. El FMI inyectó vastas sumas de dinero
para que los países de Asia pudieran mantener el valor de
su moneda. El total de los paquetes de rescate, incluyendo el
apoyo de los países del G-7 fue de 95.000 millones de
dólares, distribuyéndose de la siguiente manera:
Corea del Sur con 55.000 millones, Indonesia con 33.000 millones
y Tailandia con 17.000 millones de dólares.

El FMI se limitó a acusar a estos países
de no haber aplicado las reformas estructurales "en serio". Estas
críticas exacerbaban la estampida de estos capitales hacia
el exterior.

Surgieron dudas sobre las políticas del FMI y del
Tesoro de los Estados Unidos propiciaron un entorno que
alimentó la crisis al estimular un ritmo de
liberalización financiera y de los mercados
injustificablemente veloz. Los defensores de la
liberalización de los mercados de capitales plantean el
argumento que los controles en el mercado de capitales impiden la
característica eficiencia económica en la
distribución, por lo cual se estaría mejor sin
ellos.

Los problemas con la introducción de los
controles de cambio son bien conocidos. Ellos dificultan el
esfuerzo y son efectivos parcialmente, crean nuevas distorsiones,
demoran el restablecimiento de los mercados confiables y la
necesidad en el flujo de capitales. Sin embargo, Stanley Fischer
sostuvo en diciembre de 1998 que: "El FMI opina desde hace ya
largo tiempo que la liberalización de capitales debe
realizarse de manera ordenada: los países no deben abolir
el control de salidas más que progresivamente, a medida
que mejora su balanza de pagos. En lo que respecta a la entrada
de capitales, debe liberalizarse en primer lugar la de capitales
a largo plazo y pasar a la de los capitales a corto plazo
sólo cuando se hayan reforzado los sistemas financieros y
bancarios".

El FMI admitiría luego que la política que
aconsejo fue "excesivamente austera" según la
versión de Stiglitz. Éste en un claro golpe al
subdirector ejecutivo primero del FMI del momento, Stanley
Fischer, quien sostuvo que lo único que se le pedía
a estos países de Asia era que tuvieran un presupuesto
equilibrado; dice al respecto que ningún economista
respetable he pensado que una economía que va hacia una
recesión debía tener un presupuesto
equilibrado.

El FMI indicó a los países en crisis que
al afrontar una desaceleración se debía recortar el
déficit comercial e incluso acumular superávits.
Como sostiene Stiglitz, esto podría tener lógica si
el objetivo central de la política macroeconómica
de un país fuera pagar a sus acreedores extranjeros
(Stiglitz, 2001). La última opción fue la
opción desarrollada. Fue lo que ocurrió en aquella
zona de Asia a finales de la década del noventa. Las
políticas fiscales y monetarias contractivas, combinadas
con políticas financieras erradas, produjeron frenos
económicos masivos, rebajando las rentas, lo que redujo
las importaciones y dio lugar a voluminosos superávits
comerciales, con los cuales obtuvieron los recursos para pagar a
los acreedores foráneos. Si bien entre los objetivos del
FMI se contaba evitar el contagio, éste fue
inmediato.

Las consecuencias fueron las predecibles: los elevados
tipos de interés engrosaron el número de empresas
en apuros, lo que a su vez expandió los números de
bancos que afrontaron préstamos verdaderamente
impagables.

En el país donde fue más evidente la falta
de percepción del FMI sobre el mercado financiero fue en
Indonesia. Ya habían cerrado más de una docena de
bancos, y se informó que otros podrían hacerlo en
el futuro, los depositantes quedaron librados a sí mismos.
Esto generó corridas hasta los bancos privados que aun
tenían sus puertas abiertas, y el retiro de sus
depósitos hacia bancos estatales que se creía
gozaban de garantía estatal.

Críticas a la actuación del FMI en
Asia

En numerosos foros se ha planteado la necesidad de
reformar el FMI. Institución surgida con los acuerdos de
Bretton Woods, que a pesar de la finalización de estos ha
persistido. Los gobiernos de países en vías de
desarrollo plantean la necesidad de la reforma del FMI, pero
incluso Estados Unidos consciente de la interconexión de
las economías al nivel mundial, plantea como objetivo el
aumento de los recursos para dicha institución.

En las crisis financieras internacionales del
último decenio del pasado siglo, el FMI se enfrentó
a problemas que nunca antes había tenido que abordar. La
crisis asiática era una crisis compleja, con un componente
monetario y uno crediticio. Lo que hacía que la crisis
asiática fuera diferente de cualquiera de las crisis a las
que el FMI se había enfrentado antes era que se
había originado en el sector privado; el sector
público estaba en una forma relativamente buena. Por eso
Soros pensó que la crisis asiática serviría
para poner fin a ese modelo de capitalismo, llamado "crony
capitalismo", o "capitalismo de amigotes" para el autor, que
antes se ensalzaba con el nombre de capitalismo confuciano o
capitalismo asiático.

Para Paul Krugman, el FMI es "un prestamista de
última instancia para los gobiernos nacionales". Y los
prestamistas de última instancia se supone que practican
un "amor doloroso": darle lo que usted necesita en vez de lo que
usted quiere y en el proceso obligarlo a poner la casa en orden.
Un FMI cálido y abrazador no estaría cumpliendo con
su deber, argumento éste bastante rebatible desde una
posición de subdesarrollo como la nuestra.

Para Stanley Fischer en lo que respecta al rol del FMI
sostiene: " si soy empático sobre este punto, es porque el
FMI fue fundado en la espera del establecimiento de un
fórum permanente sobre cooperación monetaria
internacional que ayudaría a evitar los problemas de la
consecuentes devaluaciones, restricciones en el control de cambio
y ser vigilantes de otra destructiva economía que
contribuya a la gran depresión y al levantamiento de
guerras. La economía internacional ha cambiado
considerablemente desde entonces y también el FMI. Pero su
propósito primario es el mismo.

En su papel de policía exigente del sistema y por
tanto del mercado financiero internacional, se espera que el FMI
indique explícitamente las deficiencias fundamentales de
las políticas económicas de sus estados miembros.
Se supone que la asistencia financiera a los estados miembros
debe limitarse al "rol catalítico" de cubrir las moderadas
brechas financieras que pudieran mantenerse después de ser
reconocido el éxito del programa de ajuste de un estado en
el restablecimiento de la confianza de los mercados.

Gran parte de la insatisfacción popular hacia el
FMI, especialmente en los países que han operado bajo los
programas de ajuste del mismo, se debe a este celoso papel de
policía exigente, en vez del "ultra permisivo" papel del
trabajo social (Mussa, 2002).

Es una discusión acerca de la naturaleza del FMI.
Pero claro está que en sus diálogos con el FMI,
todos los países prefieren dialogar con el trabajador
social y no con el policía exigente. "Poner la casa en
orden", orden de policía exigente y no de trabajador
social comprensivo, generalmente trae aparejado una serie de
conflictos internos tanto en lo político como en lo
social, que dejan de manifiesto la vulnerabilidad política
para dar respuesta a los problemas planteados. Esto sumado a la
corrupción y a las actuales concepciones sobre quienes
hacen la política en el Tercer Mundo pone en peligro la
gobernabilidad y por lo tanto la democracia en sí misma.
Krugman considera dos cuestiones en donde el FMI mostró su
ineficiencia con respecto a la crisis asiática. La
primera, está relacionada con el exigir la práctica
de austeridad fiscal, elevar los impuestos y reducir el gasto con
el fin de evitar déficits presupuestarios más
grandes200. Esto se materializó cuando se le
solicitó al FMI que interviniera en Tailandia, Indonesia y
Corea. La segunda consistió en exigir la "reforma
estructural" (cambios que van más allá de la
política monetaria y fiscal) como condición para la
obtención de mayores prestamos. Por tanto, el FMI impuso a
la crisis asiática su medicina tradicional: elevar los
tipos de interés y reducir el gasto público para
estabilizar la moneda y restablecer la confianza de los
inversores internacionales. Si bien se cree que este
último punto es la razón de ser de la lógica
de funcionamiento del FMI.

Específicamente, las monedas no se podían
estabilizar hasta que se atajaran los problemas de la deuda,
porque los deudores se precipitaron a cubrir su exposición
cuando la moneda cayó y la debilidad monetaria
sirvió para aumentar su exposición en un
círculo vicioso. Soros se pregunta, "¿Por
qué el FMI no se dio cuenta de esto? Quizá porque
había desarrollado su metodología para tratar
desequilibrios en el sector público, su conocimiento del
funcionamiento de los mercados financieros dejaba mucho que
desear".

El FMI ha sido criticado por establecer demasiadas
condiciones e interferir demasiado en los asuntos internos de los
países que recurren a él. La pregunta es
¿para qué sirve el FMI? La respuesta está en
que sirve para contener las crisis de liquidez; pero los
problemas estructurales deben ser solucionados por el país
afectado.

Similares problemas, diferentes
respuestas

Los efectos altamente negativos de las
políticas del FMI resaltan aun más si se contrasta
lo explicado anteriormente por los países que sufrieron la
crisis con lo sucedido en Malasia y China. Estas dos naciones
optaron por no aceptar los programas del FMI.

De estas dos naciones, sobre todo Malasia fue
fuertemente criticada por la comunidad financiera internacional.
Se genero una discusión importante acerca del gasto
fiscal. Malasia aumentó su gasto fiscal, contrariamente a
lo que indicaba el FMI que aconsejaba ajustes y reducción
del gasto. El aumento del gasto fiscal impulsó una
rápida recuperación económica en este
caso.

La gestión de la crisis en Malasia se destaca por
dos cuestiones:

– El gobierno no recurre a la asistencia del
FMI

– Decide controlar el flujo de capitales por un tiempo
limitado.

En principio el país malayo era extremadamente
reticente a aceptar el programa del FMI por una cuestión
idiosincrásica, los funcionarios de allí se negaban
a ser mandados por foráneos, pero también
claramente porque desconfiaban de la institución del
FMI.

Gracias a su política macroeconómica, las
fuertes regulaciones existentes en el país protegieron a
los bancos de quedar expuestos a la volatilidad de los tipos de
cambio204. E incluso se limitó el endeudamiento exterior
de las compañías a la que dichos bancos
prestaban.

El gobierno de Mohamed Mahatir también impuso
restricciones a las transferencias al exterior de los capitales
de los residentes de Malasia, congeló durante el lapso de
un año la repatriación de las inversiones de
cartera. Estas medidas fueran anunciadas como aquellas de corto
plazo, y fueron "delicadamente" diseñadas para no parecer
que el país se comportaba de manera hostil con la
inversión extranjera de largo plazo que quisiera
venir.

Los economistas de Wall Street y aquellos del FMI
predijeron "el desastre" cuando se establecieron este tipo de
controles y pensaron que los inversores se quedarían
afuera de Malasia durante años por el mismo miedo que esas
medidas generaban. Entonces se sentaron a esperar que la
inversión extranjera se hundiera, que sucediera lo mismo
con la Bolsa y que apareciese un mercado negro de ringgits con
sus respectivas distorsiones.

Por su parte Dani Rodrik y Ethan Kaplan nos dicen que
cuando los controles fueron adoptados por Malasia en septiembre
de 1998, la crisis estaba lejos de ser superada. Lo que pareciera
indicar que, en todo caso, el mayor éxito de los controles
de capital ha sido la efectividad en alcanzar su objetivo de
cerrar el mercado offshore que exponía al país a un
nivel de especulación significativamente mayor que el
resto de los países de la región. Esto
contribuyó a crear un escenario apropiado para disminuir
las tasas de interés domésticas y lograr frenar el
aumento en las tasas de créditos
irrecuperables.

Otra cuestión de suma importancia a tener en
cuenta es que hay escasas pruebas que los controles de capitales
diseminen a los inversores extranjeros. De hecho en el
período estudiado, y bajo el caso malayo, la
inversión extranjera directa aumentó. Como a los
inversores les preocupa la estabilidad macroeconómica y
como Malasia logro obtenerla durante este tiempo, el país
logro atraer a los inversores.

El otro país que opto por un rumbo marcadamente
independiente fue el país que tiene la mayor
población del mundo, China. No es producto de la mera
casualidad que los dos países en desarrollo más
grandes de la región que escaparon de los avatares de la
crisis fueran China e India. Ambos con mecanismos de control de
capitales.

Mientras todos los países del mundo
subdesarrollado que habían liberalizado sus mercados de
capitales vieron caer sus rentas, India creció a un ritmo
superior al 5 % y China llegó casi al 8 % promedio. Esto
claro está en un contexto de desaceleración
generalizada de la economía internacional. China
logró esta situación respetando algunas
prescripciones de la ortodoxia económica. Ante un giro
negativo de la actividad económica hay que responder con
una política macroeconómica expansiva. Este
país aprovechó la oportunidad para combinar sus
necesidades de corto plazo (infraestructura) con sus objetivos de
largo plazo. En su economía interna había vastas
oportunidades para las inversiones públicas con alta
rentabilidad y lo supo aprovechar.

Los remedios estándares de la ortodoxia
funcionaron (no las medidas tipo hooveristas). Al plantear
decisiones de política económica estatal, China
consideró el vínculo entre macroestabilidad y
microeconomía. China apreciaba cabalmente las
consecuencias sistémicas de las políticas
macroeconómicas, consecuencias que las políticas
dictadas por el FMI habitualmente se olvidan de tomar como
variables.

Como sostienen varios autores, los factores de
vulnerabilidad parecen haber estado ausentes en China:

– Los grandes bancos nacionales estaban respaldados por
el estado

– Como ya fuera mencionado, los controles
gubernamentales sobre la cuenta de capital impidieron la entrada
masiva de capitales de corto plazo.

"Las restricciones sobre los empréstitos en
moneda extranjera tomados por las empresas nacionales, la entrada
y salida de inversiones en cartera y la prohibición de
realizar operaciones "a futuro" con la moneda local el Renminbi
(RMB) permitieron moderar el impacto de la crisis regional sobre
la economía. El ahorro interno superaba con creces los
montos de inversión foránea, posibilitando contar
con superávits de cuenta corriente y la
programación de vencimientos de corto

Plazo".

– La devaluación competitiva de la moneda china
en 1994, se suele presentar como otro factor que
contribuyó a agudizar la crisis económica agravando
el deterioro de los "términos de intercambio" entre las
economías de la región

– China mantuvo su paridad frente al dólar, por
su histórica desvinculación del yen
japonés.

Al estar las economías asiáticas
fuertemente integradas monetariamente por formar parte del
"área del yen" (salvo China) experimentarían una
brusca desaceleración del ciclo económico de
crecimiento como efecto de la retracción japonesa y la
imposibilidad de seguir sosteniendo su nivel de demanda
importadora e inversiones externas. Ante tal situación,
China propuso mantener la paridad de su moneda estable frente al
dólar para evitar un mayor colapso económico
regional, segura de aún mantener "ventajas competitivas"
frente al resto de competidores.

Según Krugman, "lo que salvo a China fue el hecho
de que, a diferencia de sus vecinos, no había hecho que su
moneda fuera "convertible", es decir, en China uno todavía
necesitaba una licencia del gobierno para cambiar yuanes por
dólares, una licencia que obtenía si el
propósito era simplemente especular contra la
devaluación. Esta falta de convertibilidad significaba que
no podía darse una vertiginosa crisis de la moneda como lo
que se experimentó en otros lugares, donde todo el mundo
corrió a convertir su moneda local en dólares antes
de una devaluación, y al hacerlo forzaron que la
devaluación ocurriera".

Como resultado, se exponen argumentos relativos a que la
"competitividad de la economía china" permitió
penetrar con mayor facilidad el mercado de los Estados Unidos,
restando así espacios de inserción a varias de las
economías del Sudeste de Asia.

Los indicadores corroboran estas hipótesis. Entre
1989 y 1999, la participación del mercado estadounidense
sobre el total de las exportaciones chinas aumenta del 23 al 36
%, en tanto para las economías de la ASEAN – 4
(Indonesia, Malasia, Tailandia y Filipinas) el incremento fue del
18 al 21 % en el período considerado. La expansión
china tuvo lugar principalmente en sectores como prendas de
vestir, calzado y productos domésticos, tradicionalmente
competitivos con respecto a los del Sudeste de Asia.

De esta manera: "Asia se vio favorecida en la
resolución de su crisis gracias a la posibilidad de
reemplazar el alicaído dinamismo de la economía
japonesa, por la "nueva locomotora económica
asiática": China. En estos cinco años, el tren de
crecimiento de la economía china no se ha detenido, por el
contrario la profundización de las reformas y su ingreso
en la OMC han mejorado notablemente la confianza en su potente
mercado y, consecuentemente, favorecido las expectativas de
recuperación del resto de las economías
asiáticas.

Sumamente diferente es el escenario que puede observarse
para ALC. La ausencia de una economía como la de China en
la región es una cuestión notable y si a esto se
suma la desaceleración del crecimiento de la
economía estadounidense coincidentemente con ciclos
recesivos en Brasil, México, Argentina y las
economías de menores de la región, lo cual nos
indica que no contamos "con similares "ventajas" derivadas de la
"competencia virtuosa" existente entre China y Japón por
liderar el proceso económico intrasiático (Cesarin,
2003).

Período de Crisis, corto
plazo

Período de calma, largo
plazo

Medidas débiles

• Repatriación rápida de las
divisas hacia el

territorio nacional.

• Compraventa de las divisas por el Banco
Central a

un tipo de cambio establecido.

• Tasa Tobin regional, mundial.

• Transparencia de los agentes financieros
y

reglas cautelares vinculantes.

• Depósitos obligatorios para los
capitales

entrantes durante un año (Chile,
30%).

• Tasa fiscal sobre los créditos en
divisa a corto

plazo.

• Tasa sobre las compras y reventas
de

obligaciones (Brasil).

• Duración mínima y monto
mínimo para la

compra de acciones y obligaciones por
los

extranjeros (Malasia).

• Limitación y control de la
IED.

Medidas fuertes

• Control del tipo de cambio parcial
(Taiwán) o total

(Malasia).

• Tasa sobre la salida de capitales (Malasia
30% del

principal).

• Prohibición de los créditos
bancarios en moneda

local y en divisas en el extranjero para
luchar

contra la especulación sobre la moneda
local.

• No convertibilidad de la moneda
(China).

Cómo controlar los flujos de capitales. Posibles
medidas.

El "efecto arroz" sobre el sistema financiero
argentino

La internacionalización de la crisis
comenzó el 17 de octubre cuando Taiwán dejó
de intervenir en el mercado cambiario y que se depreciara su
moneda; se profundizó el 23 cuando se produjo la
caída de la bolsa de Hong Kong y 4 días más
tarde (el 27 de octubre) cayó el índice Dow Jones,
extendiéndose la crisis al resto del mundo. Por su parte,
las bolsas latinoamericanas cerraron con pérdidas. Esto
fue seguido de un crash bancario en Japón (producto del
cierre de dos importantes instituciones financieras el 17 y 24 de
noviembre) y de la devaluación de Corea en los primeros
días de diciembre.

Es a partir de la extensión de la crisis al resto
del mundo que nuestro país comenzó a verse
afectado. Debe tenerse presente que Hong Kong guarda un esquema
cambiario similar al argentino, por lo que el ataque contra la
moneda del primero hizo que algunos operadores internacionales
dudaran de la solidez del segundo.

El Banco Central actuó de manera preventiva para
asegurar el buen funcionamiento del sistema financiero, y de esta
manera evitar problemas de liquidez. No fueron necesarias medidas
importantes, ya que las implementadas en 1995 fueron suficientes
para asegurar la solidez del sistema.

El Banco Central también permitió a las
entidades utilizar nuevos instrumentos para constituir los
requisitos de liquidez mediante cartas de créditos stand
by emitidas por entidades de alta calificación
internacional.

Además, con el objeto de proveer mayor liquidez
al sistema se dispuso la ampliación de la línea de
pases. La fortaleza del sistema financiero argentino y la buena
performance de los "fundamentals" permitieron la absorción
de la crisis sin que surgieran problemas de confianza que
implicaran una drástica huida de capitales.

Luego de esta segunda crisis financiera internacional
quedó demostrado que la fortaleza del sistema financiero y
la consistencia de las políticas implementadas son
factores clave para absorber estos shocks
internacionales.

"El derrumbe de la Argentina, es el simétrico del
derrumbe del Muro de Berlín. El derrumbe del Muro de
Berlín demostró que el socialismo dogmático
y autoritario no funcionaba. El derrumbe de la Argentina
demuestra que cierto tipo de ultraliberalismo, cierta
imposición de la globalización, no
funciona".

QUINTA PARTE

El cambio
sistemático internacional y la crisis
Argentina

El "caso argentino" y el cambio de paradigma
global

La crisis de Argentina, se debe a los escenarios
negativos inmediatos que encontramos, un cambio de paradigma
económico global, la caída de Brasil con
posterioridad a la crisis rusa, la crisis de Turquía con
sus particulares similitudes para nuestro país, y los
atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001. Argentina
verá reducido su "margen de maniobra" y el desenlace final
será el quiebre del 21 de diciembre de 2001.

Antecedentes inmediatos: la caída de Brasil y
de Turquía.

Por la crisis en Rusia se vio bien afectado Brasil.
Debió a esto las reservas se redujeron unos 30.00 millones
de dólares en dos meses, mientras se trataba de contener
el real y pagar las deudas. Se corrió el rumor de una mora
en el pago de los préstamos, por consecuente el FMI se
movió rápidamente y se habían dispuesto un
programa de préstamos de 41.600 millones de
dólares. Se fimo una carta ese mismo año, donde el
Brasil se comprometía a una serie de objetivos; entre
ellos la reducción del déficit fiscal del 8% del
PBI 4,5% lo cual se lograría por el lado de los ingresos.
Mientras tanto la economía profundizada su
recesión.

El gobierno opto por aplicar una devaluación del
8%. El mercado de San Pablo inmediatamente aumento un 34% pero
los mercados del exterior bajaron; el gobierno presionado por el
FMI elevo aun más las tasas de interés, pero no se
logro tranquilizar a los inversionistas internacionales ya que
ellos decían que el real se estaba desmoronando. La crisis
en Brasil trajo consigo efectos intramercosur. Se recordaba la
falta de coordinación en el Mercosur de políticas
macroeconómicas; la crisis turca también hizo
sentir su efecto sobre Argentina; por la disputa que había
entre el presidente de Turquía y su primer ministro esto
provoco que su mercado se derrumbara, afectando a Argentina ya
que comparten la volatilidad financiera que caracteriza al grupo
de los "mercados emergentes".

Similitudes y Diferencias entre Argentina
y Turquía.

Similitudes

Diferencia

– Programa de estabilización dictado por el
FMI.

– Programa de privatizaciones.

– Política económica
neoliberal.

– sistema de crawling peg acordado con el
FMI.

– Ministro de Economía con mayores
atribuciones otorgadas por el Congreso.

– Disputas dentro del poder ejecutivo de una
coalición de gobernantes.

– Lucha contra la corrupción.

– Gobernabilidad en crisis y crecientes escenarios
de violencia social.

– Cuestión de la integración
presente.

– Problema de la minoría kurda en su
territorio.

– Importancia geoestratégica y
geopolítica por ser puente territorial entre el Este
y el Oeste. Miembro pleno de la OTAN.

– Es solo una democracia en las formas. En su
Constitución se penalizan los delitos de
pensamiento.

La estructura de poder presuntamente civil en la
realidad es dependiente, por medio del Consejo de Seguridad
Nacional, de los militares desde 1923.

En argentina las autoridades económicas
intentaron marcar las diferencias con Turquía sobre la
base de diferencias fiscales, monetarias, financieras,
institucionales y de estructura de la deuda externa. Porque la
deuda turca estaba en manos de tenedores locales. El sistema
turco es débil y el de la Argentina es
sólido.

Inestabilidad institucional y crisis económica
en los noventa.

El endeudamiento de la Argentina remonta de la
década de los setenta, entre las principales medidas de
política económica adoptadas
encontramos:

– La liberalización total de
precios

– Devaluación y congelamiento de
salarios

– Reducción de aranceles
aduaneros

– Eliminación de reintegros a la
exportación industrial

– Liberalización del régimen
de inversión extranjera directa otorgándole los
mismos beneficios y derechos que al capital de origen
nacional.

Todas estas medidas llevaron al FMI a ofrecer al nuevo
gobierno nuevos créditos. Cuando se asumió el nuevo
gobierno radical el problema fue más grave, la principal
debilidad económica fue la inflación a tal punto
que alcanzo el 1000% anual, entonces el gobierno lanzo el Plan
Austral; consistía en un cambio de moneda, control de
precios industriales y un sistema de
desindexación.

El Plan Austral fue un fracaso, por ende ante la
constante pérdida de reservas el gobierno declaro un
atraso en el pago de los intereses de la deuda externa, ese
año lanza un nuevo plan llamado Plan Primavera; que
disponía un sistema cambiario múltiple, con tipos
de cambio diferentes para operaciones ligadas con el comercio y
las operaciones de carácter financiero, cuyo plan
también fracaso. Llevando así a Argentina a una
deuda externa en un casi 50%.

Un balance económico del gobierno de
Raúl Alfonsín, nos arroja los siguientes
datos:

– Caída del PBI en un 2 %
promedio

– Desplome de la inversión
fija

– Aumento del desempleo de un 5,5 % a un
8,4 %

– Un tope máximo de inflación
en 1989 de 4.900 %

– Déficit del sector público
en un 7,6 % del PBI

– Solo presenta superávit el
comercio exterior, pero esto no es debido al aumento de las
exportaciones, dado que apenas tuvo variación, sino debido
al brusco descenso de las importaciones causado por la
recesión interna.

La principal medida en materia de política
económica "la convertibilidad" se entiende en el marco de
historia inflacionaria del país. Daniel Muchnik, en un
libro de 1992, argumenta que: "Los fundamentos de la Ley de
Convertibilidad sostienen que en la Argentina la inflación
viene acompañada por una agudización de la
recesión, dada la caída vertical que se registra en
la demanda global por la disminución del poder de compra
de los trabajadores. Este diagnóstico establece, asimismo,
que la crisis económica se debe a la caída de la
demanda final, determinada por la disminución de los
salarios reales".

La Ley de Convertibilidad

El 1 de abril de 1991 el tipo de cambio equivalía
a un dólar cada 10.000 australes. La ley 23.928,
disponía que el Banco Central de la Republica Argentina
debiera guardar reservas de libre disponibilidad equivalentes a
no menos del 110%. También se llego a modificar el
Código Civil autorizando así los contratos en
moneda extranjera. Paralelamente se dispuso una rebaja de los
encanjes bancarios de los depósitos en australes y un
aumento de los correspondientes en dólar. La
convertibilidad era un sistema con tres partes que actuaban de
manera articulada:

– Un tipo de cambio fijo

– Una moneda convertible

– Una emisión monetaria dependiente
del ingreso de dólares al Banco Central.

Los sistemas comparados de EEUU, la UE y
la Argentina.

Item

Cada estado dentro de
EEUU

Cada país dentro de
UE

Argentina

Tipo de cambio

Fijo moneda única

Fijo moneda única

Fijado al dolar

Monetaria Independiente

no

no

no

Política Fiscal
Independiente

Parcialmente

Independiente bajo criterios de
Maastricht

Independiente

Supervisión
Bancaria

Parcial

Independiente bajo un marco
común

Independiente

Prestamista de Última
Instancia

Centralizado

Banco Centrales Nacionales bajo reglas
comunes

Ninguno

Cuenta Corriente Externa

No se incluye como un criterio de análisis
de riesgo

No se incluye como un criterio de análisis
de riesgo

Seguido de cerca por inversores

Niveles de deuda publica

Juzgados pro el mercado

Independiente bajo criterios de
Maastricht

Juzgados pro el mercado

La convertibilidad modificó sustancialmente el
funcionamiento del Banco Central de la República
Argentina. Bajo un sistema estándar, el Banco Central
emite moneda de acuerdo a los criterios fijados por el gobierno y
de forma independiente. En los sistemas de "caja de
conversión", la oferta monetaria está determinada
por el ingreso o salida de dólares de las reservas del
Banco Central. Una de las reglas básicas era que el Estado
debía mantener la disciplina fiscal y gastar solo sobre la
base de los recursos obtenidos por impuestos. La
estabilización de la economía y el programa de
privatizaciones generaron un significativo aumento en el ingreso
de capitales externos, en tanto que el ingreso al Plan Brady para
refinanciar la abultada deuda externa disminuyó el monto e
intereses.

El último periodo.

El nuevo gobierno, resulto de una alianza entre partidos
políticos con eje en la UCR (Unión Cívica
Radical) y el Frepaso (Frente País Solidario). "La
Alianza" duro durante todo el gobierno del presidente Fernando De
la Rúa sin un plan autocentrado; su política se
basó en responder, o al menos responder las exigencias del
FMI. Pero había una cuestión importante que
dividía las opiniones: el tipo de cambio.

La mayoría de los economistas consideraba que el
tipo de cambio estaba atrasado, sobrevalorado, por lo tanto no
facilitaba las exportaciones del país. Pero la
discusión pasaba por si era prudente o no modificarlo
(devaluación acordada, programada), incluso algunos se
negaban a discutir en público la
cuestión

Ni bien "La Alianza" asumió el gobierno
declaró públicamente que el déficit fiscal
consolidado era de 10.000 millones de dólares. La
aplicación posterior de una política fiscal
restrictiva, acentuó la baja en la demanda
interna.

Una posible solución a estos dilemas pasaba por
aplicar una política orientada a las exportaciones
combinada con un ajuste fiscal basado en mejorar el cobro de
impuestos a grandes evasores, sectores de rentas
monopólicas y de altos ingresos. Para septiembre de 2000,
la Argentina veía reducir constantemente sus posibilidades
de tomar créditos en el exterior.

El circulo vicioso de la crisis
financiera.

Monografias.com

Crisis y "solución final": el
blindaje financiero
.

La respuesta final fue que el blindaje argentino solo
sirvió para postergar el default. El blindaje argentino
alertaba a otros que si no se tomaba medidas que impulsaran la
inversión y el empleo, lo ayudaba apenas para renovar las
deudas del 2001. El socorro financiero llego a la Argentina
porque vencían deudas públicas y privadas; la clave
de todo esto era que la Argentina no recurriera a un
préstamo especial para que la historia no volviera a
repetirse en condiciones agravadas.

Situación que de no aumentar la inestabilidad
política, tendría que acelerar el crecimiento
económico. Según el presidente del FMI, Horst
Köhler, "servirá para recrear un mejor clima de
inversión en la Argentina, se debe esperar solo la
reacción de los mercados". En primer lugar el blindaje se
produce antes del estallido de la crisis; Barbeito nos dice:
"…la diferencia es que ahora afirma el carácter de
un operativo destinado a producir efectos antes del estallido de
la crisis y no después como ocurrió en la
mayoría de las experiencias anteriores".

El blindaje consistió para la Argentina, en un
cronograma de aportes financieros por un valor de 40.000 millones
de dólares, compuesto por fondos del FMI, de otros
organismos y entidades financieras internacionales y de gobiernos
del grupo del G – 7, con los que se esperaba afrontar el pago de
la deuda de 2001. Es importante tomar en cuenta que la ayuda no
era tan amplia como parecía.

Porcentaje deuda pública y deuda
privada sobre la deuda externa; y evolución de la deuda
total (en millones de dólares).

Monografias.com

Endeudamiento, déficit fiscal y
déficit oculto (en millones de dólares).

Monografias.com

Argentina y los intereses de la Deuda
Externa.

Monografias.com

Lo que se quería era una disminución de
las tasas de interés y el descenso del riesgo-país.
Es importante decir que la liberalización y el desarrollo
de mercados de bonos aumento la importancia de las
clasificaciones del riesgos país. La disminución de
las tasas se logra gracias a la mayor confianza internacional, a
los préstamos del FMI, a tasas más
bajas…

Horst Köhler, Director del FMI, en una entrevista
para Le Monde comentaba que: "El FMI debería haber estado
más atento a la solidez de las instituciones argentinas y
a sus valores sociales El desenlace de la situación
política y económica es la última etapa de
un declive que ya había comenzado décadas
atrás y que afecta a la sociedad entera". El blindaje se
identificaba con dos tipos de compromisos asumidos por el
gobierno, que se puede enmarcar dentro del debate acerca de la
continuidad.

El blindaje, para la comunidad financiera internacional,
sería la estructuración de un plan de
prevención no sólo para el rescate de los estados
nación en situación financiera peligrosa y con
cierto grado de posibilidad de declarar el default, sino
también para prevenir la caída de los financistas
internacionales, es decir, para rescatar al sector privado en
crisis. Este parecería ser el nuevo rol del FMI o el gran
cambio de sus prioridades a partir del auge de la ola neoliberal.
Stanley Fischer expresaba en 1998 que: "Veamos el tema del azar
moral. Debemos poner en la balanza el tema del azar moral y el
costo para el sistema de una inestabilidad agravada por la falta
de asistencia a los países en dificultades. Ésta
cuestión está estrechamente ligada a la de saber
cómo lograr que el sector privado refinancie sus deudas en
lugar de buscar romper el compromiso contraído a toda
costa".

En junio de 2001, se exigió una tasa de 15 %. El
Ministro Cavallo se negó y decidió lanzar una
operación de canje de títulos ya existente por
otros en los que esperaba tener tasas más bajas, que fue
conocido como "megacanje". El "megacanje" es simplemente la
decisión del gobierno argentino de canjear los bonos de la
deuda. Nada tiene que ver con la estrategia del blindaje.
Éste mecanismo de canje fue producto de la decisión
del gobierno argentino y según la prensa del momento no
fue una decisión tomada bajo la influencia del FMI. Fue
vista como la última estrategia posible antes de la
debacle.

El cambio sistémico internacional y su impacto
en la relación Argentina – FMI
.

En este orden de ideas Gabriel Rubinstein sostiene que:
"el 11 de septiembre será una fecha que no se borre
fácilmente para la economía". Como hemos sostenido:
"Los atentados del 11 de septiembre además de un ataque
contra los símbolos del poder norteamericano fueron, como
cualquier acto terrorista, un ataque contra la libertad y los
derechos de las personas que constituyen la razón primera
de la democracia liberal. Aquél acto criminal fue
calificado entonces como de "terrorismo internacional", y no
sólo porque fue planeado por individuos de diferentes
nacionalidades sino principalmente porque era un ataque contra la
"seguridad y estabilidad" del orden internacional dominado por la
potencia hegemónica estadounidense".

El comercio internacional, la inversión
extranjera directa y los flujos de capital cambio a partir de
dichos sucesos, por primera vez la economía norteamericana
sufría en carne propia las reacciones negativas que los
mercados internacionales suelen tener para castigar sin
contemplaciones la falta de seguridad económica,
política y jurídica de los países
emergentes. "Muchos, hasta se animan a pronosticar duras
consecuencias para los países emergentes, entre los que
está la Argentina, que serían los primeros y
principales perjudicados si la economía mundial se
resiente pro el ataque masivo a los estados Unidos, sobre todo si
los inversores internacionales deciden bajar el riesgo de sus
inversiones hasta que el panorama se aclare y retiran masivamente
de sus carteras las inversiones en estos
países".

La mejora de la situación de Argentina pos
atentado dependía de tres factores, a
considerar:

-La capacidad de implementar el canje de la deuda
voluntario de manera ordenada y sin mirar la estabilidad del
sistema financiero interno

-La necesidad de mantener la estabilidad
política

-El apoyo de los Estados Unidos.

Sobre finales de 2001 se dio un fuerte retiro de
depósitos de las reservas y su consiguiente traslado al
exterior o bien, simplemente su salida del sistema. Según
el Banco Central de la Argentina, en los días previos "al
corralito", salieron del sistema más de 7.000 millones de
dólares, lo cual recordaba los momentos vividos en la
época del Plan Bonex. El corralito logró terminar
con la huida de los depósitos, pero a la vez logró
precipitar la caída del gobierno. Kenneth Rogoff, el
economista jefe del FMI, sostuvo el 19 de diciembre de 2001, que:
"Es claro que la combinación de política fiscal,
deuda y régimen de tipo de cambio no es sustentable. Esto
es objeto de las negociaciones en curso. Todo el mundo reconoce
que hasta cierto punto el problema reside en la Argentina. La
solución se encuentra en Argentina pero el FMI está
listo para ayudar".

El juego de las opciones y las
diferencias.

Lo que se debe tomar en cuenta en lo que se debe o no
debe hacer en materia financiera, es extraer las siguientes
lecciones según Joseph E. Stiglitz:

– En un mundo de tipos cambiarios volátiles,
fijar una moneda a otra como el dólar es muy
arriesgado. Hace años que se debía haber
aconsejado a Argentina que abandonara ese sistema
cambiario

– La globalización expone a los países a
enormes sacudidas. Las naciones deben enfrentarse a esas
sacudidas. Los ajustes de los tipos de cambio forman parte del
mecanismo de globalización

– Ignorar el contexto socio – político constituye
un peligro en perjuicio propio

– Centrarse exclusivamente en la inflación – sin
prestar atención al desempleo o al crecimiento – es
arriesgado

– El crecimiento requiere de instituciones financieras
que brinden créditos a las empresas nacionales. Vender los
bancos a extranjeros, sin crear las salvaguardas necesarias,
puede impedir el crecimiento y la estabilidad

– Raramente se restablece la confianza económica
con políticas que conducen a la economía de un
país a una profunda recesión. El Fondo
Monetario

Internacional es el gran culpable por haber insistido en
políticas restrictivas

– Faltan mejores métodos para afrontar
situaciones similares a la de Argentina.

El elevado interés de los propios argentinos por
traer disciplina al sistema, fue la esencia de la
destrucción de ese sistema. Esto nos demuestra en
principio que los extremos nunca son buenos, y menos en
economía donde es difícil evitar los costos de las
decisiones pasadas. Se trata de buscar nuevas estrategias, que
surjan de los propios países, que dejen de ser impuestas,
no hay mayor disciplina que la autoimpuesta.

El legado de la crisis.

La peor crisis del país fueron los efectos
internos sobre la economía. Se tenían 700 quiebras
anuales y se llego a triplicar ese número.

Evolución de las quiebras
empresariales.

Año

Nro. de quiebras

1989

762

1990

694

1991

772

1992

840

1993

1.252

1994

1.400

1995

2.279

1996

2.469

1997

2.232

1998

2.468

1999

2.438

2000

2.665

2001

2.696

En lo que referente a la desocupación, los
niveles de la misma hacia 1991 se mantuvieron en un promedio del
7 %, comenzándose a incrementar paulatinamente,
alcanzándose en mayo de 1995 un pico de 18,4 % (efecto de
la Crisis del Tequila). En octubre de 1999 la desocupación
descendió hasta el 13,8 % llegando a octubre de 2001
nuevamente al porcentaje alcanzado en mayo de 1995.

Desocupación y subocupación
para los años 1989, 1995, y de 1999 a 2001

Año

Desocupación

Subocupación

1989

M:8,1

O:7,1

M:8,6

O:8,6

1995

M:18,4

O:16,6

M:11,3

O:12,5

1999

M:14,5

O:13,8

M:13,7

O:14,3

2000

M:15,4

O:14,7

M:14,5

O:14,6

2001

M:16,4

O:18,3

M:14,9

O:16,3

En referencia al sector público, y como se
sostuvo, el plan económico surgido de la Ley de
Convertibilidad sólo era sustentable si el déficit
presupuestario se mantenía en niveles reducidos. Durante
los primeros años de su aplicación se produjo una
mejora en el Balance Fiscal, alcanzando cifras superavitarias en
los años 1992 y 1993. En 1994, reapareció el
déficit fiscal, haciéndose persistente a pesar de
los ingresos por las privatizaciones y del aumento de la
presión fiscal. Elemento que, como sostiene Broder,
"realimentaba a la vez la recesión". Llegando el
déficit fiscal al 2,6 % para 1999 y al 3,1 % para
2001.

Evolución de los coeficientes
Deuda/PBI y Deuda/Exportaciones

Año

Deuda/PBI

Deuda/Exportaciones

1989

0,76

6,56

1995

0,44

5,40

1999

0,62

7,56

2000

0,65

7,01

2001

0,71

7,31

El proceso de resiliencia.

El caso de Argentina es único en la historia
contemporánea ya que ningún otro país
occidental produjo tamañas regresiones sin entrar en
guerra. Lo llamativo en nuestro caso es el proceso de
descomposición profunda y el retroceso, continuo a pesar
de ciertos paréntesis que lograron provocar
ilusión. La imagen que generalmente se tiene de los
disfuncionamientos internaciones, es a menudo aquella de las
guerras o crisis regionales que llegan a su fin tras la
intervención de las organizaciones de seguridad colectiva.
En la Argentina nos encontramos ante un fenómeno de
"implosión". Argentina es excluida a partir de la
implosión, en gran parte y por un determinado periodo de
tiempo del sistema internacional. Hoy en día el sistema
internacional pone en cuarentena y excluye del juego a aquel que
entra en disfuncionamiento. Un sistema internacional de
exclusión siempre es inestable.

Como sostienen Russell y Tokatlián, "el gobierno
de Bush utilizó a la Argentina como "conejillo de indias"
de su nueva política para los países emergentes que
atraviesan crisis financieras. (…), ella sostiene que no tiene
sentido prestar el dinero de los contribuyentes estadounidenses a
países cuya estructura de deuda no es sustentable, ni
salir al rescate de quienes realizaron malas inversiones en
economías de alto riesgo en busca de mayor rentabilidad.
(…), la Argentina pasó de ser el ejemplo de las reformas
económicas promovidas por los Estados Unidos para
América Latina en la década del noventa en el test
case de esta nueva política". En este sentido, el caso
argentino es el primero, y hasta el momento, único; y
constituye el verdadero test case de un nuevo tipo de
política internacional en materia financiera promovida por
Estados Unidos.

La caída de la Argentina no fue en silencio,
desde este punto de vista no se puede comparar con la
caída de la URSS, país que para Waltz
desapareció no sólo como potencia sino
también como país calladamente. Argentina permanece
unida como país, pero de poco servirá si no
logramos una estado de resiliencia, entendida como la capacidad
de recuperar las propiedades iniciales aún después
de duras pruebas. "La resiliencia consiste en lograr extraer vida
de una situación desesperada". Debemos lograr extraer esas
condiciones de resiliencia, aún "si la realidad resulta
inconcebible, entonces debemos forjar caminos inconcebibles".
Esta es tan sólo la "simple" tarea de los argentinos
unidos.

Conclusión

De acuerdo al resultado de la investigación se
pueden dar las siguientes conclusiones:

  • El análisis del caso argentino, a la luz de
    las experiencias mexicana y asiática, nos deja la
    sensación que ninguno de los países emergentes
    puede declararse a salvo de las consecuencias potenciales de
    la inestabilidad que caracteriza a las corrientes
    internacionales de capital financiero y de sus efectos en los
    eslabones más débiles del sistema.

  • Estos países tendrán que dirigir sus
    políticas a reducir su vulnerabilidad frente a las
    crisis financieras. En la medida que uno tras otro, los
    mercados emergentes opten por encontrar soluciones de manera
    unilateral, no se podrá lograr un cambio en el sistema
    financiero internacional.

  • No todos los países que están bajo
    presión financiera internacional enfrentan una
    única y misma tipología de crisis, por lo
    tanto, las soluciones no son inequívocamente las
    mismas, pero esto no implica que no puedan ser conjuntas con
    el fin de mejorar el sistema en su totalidad.

  • Los mercados financieros son intrínsecamente
    inestables. El carácter estructural de esta
    inestabilidad plantea la necesidad de una voluntad
    política para remediarlo. Una voluntad política
    verdaderamente democrática logrará reducir la
    inestabilidad estructural del sistema.

  • El neoliberalismo, y los modelos que de él
    emanan, se han demostrado, y se están demostrando,
    como insuficientes para un desarrollo en el sentido
    más cabal del término. Con los modelos
    neoliberales se analiza al estado en términos de
    cantidad y no de calidad.

  • El caso argentino, fue el último y más
    duro de estos golpes. Cada uno de estos golpes adquiere
    características particulares. Aún nuestro caso
    puede ser considerado una crisis de funcionamiento en lo que
    respecta al sistema capitalista, pero a la vez pareciera
    arrojar a la luz la característica patológica
    del sistema mismo.

Bibliografìa

ADDONO. Carlos Nahuel. Relaciones Internacionales.
Mercados emergentes y crisis financiera mundial.
Buenos Aires: Editado por eumed·net, 2004. 154 pág.
Accesible a texto completo en
html://www.eumed.net/cursecon/libreria/ODDONE.

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Buenos Aires, 2003.

 

 

Autor:

Boada Daniel

Calella Vito

Millán Gabriela

Rodríguez Soleimy

Toussaint Luis

Enviado por:

PROFESOR:

Ing. Iván Turmero
MSc.

Monografias.com

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE
VENEZUELA

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL
POLITÉCNICA

"ANTONIO JOSÉ DE SUCRE"

VICE-RECTORADO PUERTO ORDAZ

DEPARTAMENTO DE INGENIERÍA
INDUSTRIAL

INGENIERÍA
FINANCIERA

Ciudad Guayana, FEBRERO 2013

Partes: 1, 2
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