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¿Qué es el espiritismo? (página 2)



Partes: 1, 2

Además publicó otros libros como:
Instrucción Práctica sobre las Manifestaciones
Espíritas
en 1858, ¿Qué es el
Espiritismo?
En 1859 y El Espiritismo en su más
simple Expresión, en 1862.
En 1890, después de
su desencarnación, apareció "Obras
Póstumas".

También fundó la Sociedad Parisiense
de Estudios Espíritas
el 1 de abril de 1858 y la
Revista Espírita en enero de 1858, la que
dirigió hasta su desencarnación el 31 de Marzo de
1869.

En estos 15 años, Allan Kardec publicó 9
libros que encierran la base ideológica y doctrinaria del
espiritismo. Además la publicación mensual de la
Revista Espírita, órgano de divulgación y
prueba de las nuevas ideas Espíritas.

Hoy, después de 155 años de la
aparición del libro de los espíritus, podemos
afirmar que excepto algunas ideas propias de la época y
las diferencias lingüísticas naturales que hay, el
libro de los espíritus sigue siendo tan actual como el
primer día de su publicación, cabiéndonos a
todos los que deseemos conocer el espiritismo, estudiarlo y
meditarlo con el mismo espíritu con el que Kardec se
aproximó al espiritismo, es decir, con un espíritu
de análisis y criterio.

Terminamos con la siguiente reflexión:

"La fuerza del espiritismo reside en su
filosofía, en el llamamiento que hace a la razón y
al buen sentido"

Allan Kardec

Aspecto
filosófico

A la hora de abordar sucintamente el aspecto
filosófico del espiritismo, recurrimos a la
enseñanza anterior de Allan Kardec. En ella el codificado,
hace mención a la importancia de la filosofía
espírita, que se encuentra muy por encima de la simple
fenomenología, la que tiene únicamente el valor de
haber sido el medio por el cual se llegó a las
conclusiones filosóficas, que son sin lugar a dudas, la
fuerza y la base del espiritismo.

Pero antes de entrar en la base de la filosofía
espírita, vamos a empezar por definir qué es
filosofía.

La palabra filosofía viene del latín:
philosophia, cuya definición sería:
"amor por la sabiduría".

La filosofía nos invita, por ello, al estudio de
una serie de problemas fundamentales en relación a
nosotros mismos y la vida, con la finalidad de tornar al hombre
más sabio. Cuestiones como la existencia, el conocimiento
o la verdad, son analizadas por la filosofía.
También la belleza, la mente, el lenguaje o la moral
entran en el campo de estudio de la filosofía.

Las preguntas relacionadas con nuestra esencia, es
decir, con lo que somos, así como con nuestra
transcendencia, son preguntas clásicas dentro del
discurrir filosófico, las cuestiones:
¿Quiénes somos? ¿De donde venimos?
¿Hacia donde vamos? ¿Cuál es la finalidad de
nuestro existir? Entrarían dentro del campo de las
formulaciones filosóficas.

Sin entrar a hablar de filosofía y sus diferentes
vertientes, -labor para la que no estamos suficientemente
cualificados
-, podemos considerar que la filosofía se
distingue del misticismo, la mitología o la
religión en que, mientras estas últimas adoptan
posturas dogmáticas, inamovibles o tradicionales, la
filosofía pone su énfasis en los argumentos
racionales. Para abordar el fenómeno filosófico, es
necesario plantearnos preguntas como el por qué, el para
qué, o la finalidad de tal cosa, y llegar a conclusiones
por medio del razonamiento, el análisis y la
lógica.

La filosofía también se distingue de la
ciencia, ya que la ciencia necesita datos empíricos. Para
la filosofía las herramientas que nos permiten llegar a
conclusiones son los análisis conceptuales, los
experimentos mentales o la especulación, además de
otros métodos de razonamiento. De todas formas, la
filosofía no desconoce la importancia de los datos
científicos.

Entrando de lleno en la cuestión de la
filosofía espírita, vemos que ella nace de varios
factores:

  • En primer lugar de los fenómenos
    mediúmnicos. La propia existencia de esos
    fenómenos nos lleva a preguntarnos por la naturaleza
    de los mismos, y por medio de investigaciones
    empíricas en ese campo, se llega a la
    conclusión de nuestra naturaleza espiritual e
    inmortal.

  • En segundo lugar, la revelaciones de los
    espíritus. En la práctica mediúmnica se
    obtuvieron respuestas precisas en relación a
    cuestiones existenciales. Todas esas respuestas fueron
    expuestas a un examen analítico, racional y
    lógico antes de ponerlas como bases filosóficas
    de la doctrina espírita.

  • En tercer lugar, la universalidad del
    fenómeno. Se comprobó que los espíritus
    daban las mismas respuestas en diferentes partes del mundo y
    por médiums diversos que no se conocían entre
    ellos.

La base filosófica del espiritismo o doctrina
espírita, se encuentra en el Libro de los
espíritus, obra prima y esencial para el conocimiento del
mensaje espírita. Posteriormente surgieron, primero de
manos del codificador, y posteriormente de otros
espíritas, desarrollos más amplios y profundos que
han venido a complementar, desarrollar y evidenciar lo que
está en germen en ese libro. Por lo tanto, tomamos como
base el libro de los espíritus para hacer un esbozo
general de la filosofía que los espíritus
ofrecieron.

El libro de los espíritus se encuentra dividido
en cuatro partes, cada una de ellas abordando temas relacionados
de la enseñanza de los espíritus. Además,
contiene una introducción donde se analizan los
fenómenos que dieron lugar a la filosofía
espírita, junto con una exposición
dialéctica sobre la posibilidad o imposibilidad de dichos
fenómenos. En la introducción, encontramos
ampliamente evidenciado el carácter profundamente
analítico y racional del espiritismo. En ella vemos que
nada se da por sentado o descartado, que todo se analiza
criteriosamente y que incluso se presta especial cuidado en el
uso correcto de las palabras para evitar posteriores confusiones.
Esa actitud racional es aplicada posteriormente a toda la obra,
donde se plantean cuestiones que son respondidas por los
espíritus invitándonos a la reflexión de las
mismas.

El libro de los espíritus no es un libro que se
deba leer de corrido. Es un libro sobre el que hay que meditar.
Cada pregunta debe ser analizada y asimilada y lo mismo con la
respuesta. El propio Kardec nos afirma en diversas partes de la
codificación, que antes de aceptar una idea como verdad,
debemos analizarla, razonarla y comprenderla. Solo de esta forma
podremos asimilarla como parte de nuestra concepción del
problema que estamos analizando. Esa es la esencia y el
espíritu del espiritismo.

Una vez terminada la introducción, en la primera
parte del libro de los espíritus, bajo el título de
"Causas primeras", se analiza la existencia de Dios y todo lo
existente como consecuencia de su acción creadora. Surge
así el primer punto filosófico del espiritismo, "La
existencia de Dios"

La idea de Dios que plantea la filosofía
espírita dista mucho de la idea antropomórfica que
hasta la fecha se tenía de Dios. Para la filosofía
espírita Dios transciende el concepto de hombre, por lo
que no se puede considerar a Dios como persona. Por eso, Allan
Kardec, en una muestra de profunda sabiduría realiza la
pregunta: -¿Qué es Dios?, en vez de
preguntar: -¿Quién es Dios?

Preguntar ¿Quién es Dios? Lleva
implícita la respuesta. Quien se refiere a la persona que
es, por lo tanto realizar esa pregunta es presuponer que Dios es
una persona. La filosofía espírita plantea la
pregunta: ¿Qué es Dios? Cuando planteamos
la pregunta de esta forma no limitamos la respuesta, ya que la
interrogación se refiere a la naturaleza, cualidad o
cantidad de algo. Por lo tanto, Kardec preguntó sin
limitar.

La respuesta de los espíritus vino de la misma
forma: "Es la inteligencia suprema, y la causa primera de
todas las cosas"

Tampoco aquí limitamos a Dios. Por lo tanto, para
la filosofía espírita Dios es la inteligencia
suprema y absoluta del universo, el creador de todo cuanto
existe, sin fijarle los límites que las definiciones
anquilosadas hacían de Dios, las cuales, mostraban en su
concepto antropomórfico a Dios como si fuera un hombre que
se alegra o entristece, que se molesta o se complace por nuestros
comportamientos.

Posteriormente la filosofía espírita
platea las pruebas que tenemos sobre la existencia de Dios. Las
pruebas están por todas partes y basta observar todo
cuanto existe para reconocer la presencia de una inteligencia
generadora de todo.

La propia ciencia, para los espíritas, es la que
mejor nos muestra la existencia de Dios. Kardec hizo
célebre una frase que dice: "Los descubrimientos de la
ciencia glorifican a Dios en vez de rebajarlo, y solo destruyen
los conceptos absurdos y equivocados que se tenían de
Dios"
(No hemos reflejado la frase textualmente)

Para la filosofía espírita, Dios no
actúa de forma milagrosa. El milagro no existe para el
espiritismo. Dios es el creador de todo cuanto existe, pero su
creación se basa en unas leyes que regulan todo el
universo. Por lo tanto, cada ley descubierta por la ciencia, es
un paso más para conocer a Dios, cada fenómeno
explicado, nos aproxima un poco más a nuestro creador.
Esta es la visión que ofrece el espiritismo de Dios,
lejana, como puede verse, de un ser sobrenatural y
antropomórfico que actúa por medio de milagros para
hacerse ver.

Una vez analizada la existencia de Dios y la
creación como consecuencia de su acción no
milagrosa, sino por medio de leyes naturales, se pasa a la
segunda parte del libro de los espíritus

En la segunda parte, cuyo título es: "Mundo
espírita o de los espíritus" se plantea la
cuestión de la naturaleza de los espíritus y las
relaciones que hay entre los espíritus y los hombres.
Tenemos el 2º y 3er punto filosófico del espiritismo,
es decir, la inmortalidad y la comunicabilidad de los
espíritus.

Para el espiritismo los espíritus somos nosotros
mismos cuando hemos dejado el cuerpo, por lo tanto, la primera
conclusión que podemos sacar de esto es que la muerte no
es el fin de la vida. Muere el cuerpo, pero nosotros continuamos
vivos. Como espíritus ya no tenemos el cuerpo, pero
nosotros seguimos viviendo, y lo más importante, somos
nosotros. Tenemos los mismos afectos, las mismas emociones, los
miedos, las alegrías, los sentimientos, en definitiva,
seguimos siendo los mismos pero sin el envoltorio material. Bajo
este concepto de nuestra realidad como seres inmortales, la
filosofía espírita aborda cuestiones como nuestro
estado en el mundo espiritual y qué influye en él,
la posibilidad de comunicarnos con el mundo corporal, la
posibilidad de continuar aprendiendo y evolucionando como
espíritus. Además, la filosofía
espírita considera la posibilidad de volver a reencarnar
de nuevo como un proceso de evolución constante,
único medio para adquirir todas y cada una de las
facultades que como espíritus podemos adquirir. La
reencarnación se torna un punto importante y fundamental
para la filosofía espírita, ya que solo mediante la
reencarnación podemos entender las diferencias de
carácter, evolución y vida de cada uno de nosotros
delante de una justicia equitativa de parte de Dios. Sería
el 4º punto filosófico de la doctrina
espírita.

El espíritu y la vida espiritual no es algo
abstracto y ajeno a la realidad para el espiritismo. El
espíritu es la realidad misma de nuestra naturaleza,
siendo nuestra naturaleza corporal simplemente transitoria, es
decir, no tenemos un espíritu, sino que somos un
espíritu. Los espíritus no son seres
extraños y ajenos a nosotros, sino nosotros mismos, y por
lo tanto su influencia en el mundo corporal hace parte de una de
las leyes de la naturaleza. No hay nada de sobrenatural y
extraño en las comunicaciones entre los encarnados y
desencarnados, como no lo hay entre las comunicaciones entre dos
personas que se encuentren distantes. De esta forma, la
filosofía espírita desmonta el aspecto
místico o sobrenatural de que están rodeados estos
fenómenos, presentándolos como algo natural y mucho
más común de lo que creemos.

En la tercera parte del libro de los espíritus,
bajo el título: "Las leyes morales", la filosofía
espírita aborda la cuestión de las leyes que rigen
al espíritu.

Hay leyes físicas que regulan los
fenómenos de la materia, desde la materia densa hasta la
que encontramos en los más diversos estados de
agregación, y de la misma forma, existen leyes que regulan
los fenómenos espirituales y morales. Desde esta premisa,
la filosofía espírita aborda leyes como la ley de
Adoración, desvinculándola de una simple
adoración mística o religiosa, para pasar a
tornarse una forma de agradecimiento interior a Dios por todo lo
que tenemos. Esa adoración no es una imposición
sacramental sin la cual no es posible la salvación, sino
el efecto natural del ser humano de sentir respeto y gratitud por
Dios, que nos ha dado todo, y la mejor forma de ejercer esa
adoración es por medio de la ley del trabajo, que es
presentada por la filosofía espírita como la
herramienta esencial para el progreso, mediante la cual, cada uno
tiene aquello que consigue para si mismo por su esfuerzo y
trabajo, sin privilegios ni dones de unos hacia otros. Desde esta
óptica, cada cual gana su posición espiritual por
sus propios méritos, sin ser poseedor de dones o actitudes
que no se merecen.

Presentando las leyes morales, la filosofía
espírita irrumpe en el terreno de la ética y la
moral, ofreciendo respuestas en relación a la ley de
reproducción y la responsabilidad que todos tenemos
delante de esta ley. Así mismo se contempla la ley de
conservación como necesaria para nuestra subsistencia,
mostrándonos la diferencia entre lo que es necesario y lo
que es superfluo, a la vez que se hace un estudio sobre la ley de
destrucción y la responsabilidad en que incurrimos cuando
abusamos de esa ley.

La ley de sociedad, con las implicaciones del ser humano
como gregario, es abordada por la filosofía
espírita considerando que todos debemos colaborar y
cooperar en el progreso social y colectivo, para que la ley del
progreso se efectúe de forma segura y eficaz.

Pero nada de esto tendría sentido sin la ley de
igualdad, que nos equipara a todos delante de la vida, sin
privilegios concedidos a unos sobre otros. Esta ley de igualdad
es analizada por la filosofía espírita desde la
justicia de Dios, que a todos trata por igual, explicando las
diferencias que observamos en el hombre como resultantes de las
múltiples experiencias por las que cada uno hemos pasado
como espíritus eternos. La ley de la reencarnación
ofrece la visión clara y perfecta de esa justicia de Dios,
que mediante la ley de libertad que nos concede a todos, nos hace
constructores de nuestras propias vidas. Así pues, para la
visión espiritista, no hay nada equivocado en la
creación. Aquello que podemos considerar equivocado solo
existe como tal por nuestra falta de ver el hoy como consecuencia
de un ayer que nosotros mismos moldeamos.

Por último, la filosofía espírita
nos habla de la ley de justicia, amor y caridad como la
máxima conquista del ser humano, cuya finalidad es la
adquisición de las virtudes necesarias para el
cumplimiento de las leyes morales, que son, como todo, naturales
y necesarias para nuestra vida.

La perfección moral, sin hipocresías ni
rituales cabalísticos, nacida de la reforma íntima,
será la que otorgará al ser humano la plenitud y la
conciencia tranquila, único medio para la
adquisición de la felicidad. De esta forma, la
visión filosófica del comportamiento moral es
fundamental en la doctrina espírita. (Más adelante
haremos una análisis más pormenorizado de la moral
espírita)

Por último, y para terminar este artículo,
considerando que hay mucho que hablar y decir todavía en
cuanto a las bases filosóficas del espiritismo, y que no
podrá ser abordado en el presente artículo por
exceder los límites del mismo, llegamos a la cuarta parte
del libro de los espíritus, que con el título:
"Esperanzas y Consuelos" nos habla de nuestro destino futuro, el
cual estará vinculado inequívocamente a nuestro
comportamiento moral presente. No hay cielo e infierno como
lugares destinados al sufrimiento o al goce eterno. Lo que existe
son diferentes estados de conciencia, y mientras más nos
perfeccionemos más cerca estaremos de la felicidad, que
lejos de estar fuera de nosotros, se encuentra en nuestra
intimidad.

La filosofía espírita, utilizando el
razonamiento, nos ofrece una visión integral del ser
humano, que es creación de Dios con la finalidad del
perfeccionamiento y la felicidad. Es una filosofía
profundamente optimista y consoladora, que nos muestra que cada
uno tendrá en materia de felicidad, aquello que haga
consigo mismo, y por lo tanto tenemos en nuestras manos la
posibilidad de ser felices, desde que trabajemos por ello.
Así mismo, nuestros dolores y sufrimientos no son
consecuencia de un destino injusto, de un azahar caprichoso.
Ellos son consecuencia directa de nuestra falta de
observación de las leyes morales y tienen la finalidad de
hacernos aprender en el proceso del perfeccionamiento.

Remontándonos al inicio, cuando
formulábamos las preguntas existenciales al respecto de
quiénes somos, de donde venimos y para donde vamos, el
espiritismo ofrece una respuesta nacida de la revelación
de los espíritus y refrendada por el análisis
racional de todos nosotros. Es por ello que podemos afirmar que
el espiritismo es una doctrina filosófica, puesto que
ofrece al ser humano una serie de respuestas en cuanto a su
naturaleza, su existencia y la finalidad de su ser.

Obviamente no hemos agotado el tema. Será la
lectura atenta del libro de los espíritus, junto con su
reflexión, quien nos ofrecerá las herramientas para
comenzar a penetrar en la filosofía espírita, que
como dijimos al inicio del artículo y parafraseando a
Kardec, es la fuerza del espiritismo.

Aspecto
científico

Llega la hora de abordar un tema crucial a la hora de
determinar la verdadera naturaleza del espiritismo.

Que el espiritismo es una filosofía es cosa
evidente, y como vimos, él aborda temas cruciales sobre el
hombre, Dios y la vida. Pero cuando llegamos a la parte
científica del espiritismo, o si se quiere, a la
cuestión: ¿Es el espiritismo una ciencia? Las dudas
son más que evidentes.

Aunque para los espíritas esté claro que
tal y como dejó definido Kardec el espiritismo, él
es una ciencia, muchos tienen dificultades en verlo como
tal.

El problema radica en el objeto de estudio: El
espíritu.

Esto sucede, porque el paradigma actual de la ciencia es
un paradigma materialista. Bien es verdad que poco a poco surgen
investigadores valientes que cuestionan ese modelo de
pensamiento, pero las presiones dentro del círculo
científico actual para intentar seguir manteniendo ese
paradigma, pese a las evidentes contradicciones que tiene, no
deja de ser un elemento disuasorio para aquellos que desean
realmente el conocimiento de la realidad.

Aún así, hoy en día se define
ciencia como el método por intermedio del cual podemos
llegar al conocimiento de la realidad siguiendo una serie de
pasos. A estos pasos se les designa como "método
científico".

La ventaja que obtenemos de actuar de forma
metódica a la hora de descubrir la realidad es que los
resultados tendrán una base, la forma de estudiarlos
será programada y los resultados responderán a la
experiencia. Además, estos resultados serán
presentados de forma clara y organizada. Por lo tanto, la ciencia
será ese conjunto de técnicas y métodos que
se utilizan para alcanzar el conocimiento. El vocablo ciencia
proviene del latín "scientia" y significa:
"Conocimiento".

El concepto de método científico va
cambiando gradualmente, a medida que el progreso de las ciencias
se va acrisolando. Lo que antes era "el método
científico
" hoy ha cambiado a "Métodos
Científicos
", y esto es porque poco a poco los
científicos se están dando cuenta que los
métodos de investigación no pueden ser
rígidos, sino flexibles, y que no es igual investigar una
reacción química que a un ser humano, por ejemplo.
De esta forma, se han ido haciendo progresivamente divisiones y
subdivisiones en cuanto a las diferentes ciencias que
existen.

Sin entrar a valorar esas divisiones, lo que
sería salirnos de la finalidad esencial de este
artículo, nos vamos a quedar con la clasificación
que hizo el epistemólogo alemán Rudolf Camp, que
dividió a las ciencias como:

Formales: No tienen contenido concreto, como la
lógica y la matemática.

Naturales: Su objeto de estudio es la naturaleza,
por ejemplo la Biología, la Química o la
Geología.

Sociales: Se ocupan de aspectos de la cultura y
la sociedad, como la Historia, la Economía y la
Psicología.

A medida que se han ido dividiendo las diferentes
categorías científicas, han ido surgiendo
diferentes métodos de investigación dependiendo de
la modalidad de ciencia a la que nos referimos, aun así,
los métodos científicos deben cumplir con varios
requisitos, como reproducibilidad, es decir, la capacidad
de repetir un experimento en cualquier lugar y por cualquier
persona, y la falsabilidad, es decir, que una
teoría podrá ser situada frete a pruebas que logren
contradecirla.

Ante esto, cabe analizar, dentro del marco de los pasos
dados por los investigadores iniciales, fundamentalmente por
Kardec, cuales son las bases del conocimiento que ofrece el
espiritismo y determinar si estos pasos se encuadran dentro del
método considerado científico.

El primer paso es la observación. En todas
las épocas de la humanidad han existido los
fenómenos naturales, sin embargo, hay un momento en el que
hombre se pregunta: -Esto que sucede así, ¿por
qué sucede así? Es el proceso de la
observación. Observar científicamente no significa
solamente ver el fenómeno, mirarlo, contemplarlo. Es
preciso preguntarnos las causas. Es lo que hicieron los primeros
investigadores, a partir de los fenómenos de Hydesville
que narramos anteriormente en este trabajo. Todos ellos se
preguntaron la causa de estos fenómenos. ¿Por
qué se producían? ¿Qué o quién
los producía? ¿Cuál era la finalidad de los
mismos? Y así una serie de preguntas sobre las que empezar
a trabajar. Todas estas preguntas las podemos encontrar en las
diferentes obras espíritas, y en concreto las podemos ver
en la introducción del Libro de los Espíritus. Por
lo tanto, el primer paso del método se cumple en
relación al espiritismo.

El segundo paso es hacer una descripción
detallada del fenómeno
. En otras palabras, observarlo
detenida y concienzudamente. Ver claramente cómo y de
qué manera se produce, las diferentes modalidades en las
que se presenta. A este respecto Allan Kardec hace acopio de un
espíritu científico en su obra: El libro de los
médiums
. En esta obra encontramos la
descripción detalla de las diferentes modalidades del
fenómeno mediúmnico. La forma de clasificar los
fenómenos de Kardec demuestra el método y la
seriedad con que enfrentó su tarea de codificar el
espiritismo.

Para clasificar los fenómenos, después de
amplias observaciones, llegó a la conclusión que
éstos se englobaban en dos grandes grupos. Los
fenómenos físicos y los fenómenos
inteligentes. Dentro de cada grupo, existían diversos
tipos de fenómenos, por ejemplo, dentro de los
fenómenos inteligentes encontramos la psicografía,
psicofonía… Posteriormente la clasificación
continuó, y se observó que cada modalidad
presentaba diversos grados, encontrando dentro de la
mediúmnidad de psicografía, por ejemplo, la que es
intuitiva, semiconsciente y mecánica.

Pero ahí no acaba la clasificación. Kardec
supo encontrar más características dentro del
fenómeno a estudiar, es decir, la mediúmnidad, y
vemos como dedica un capítulo del libro de los
médiums llamado: "Médiums especiales" para
continuar con su estudio metódico y profundamente
científico de la mediúmnidad, llegando a catalogar
71 variedades diferentes dentro del fenómeno
mediúmnico. Por lo tanto, el espiritismo cumple con el
segundo paso del método científico.

Las hipótesis para explicar el
fenómeno
. Si vemos con atención el
capítulo IV de la primera parte del libro de los
médiums, podremos observar una descripción clara y
detallada de todos los sistemas que existían hasta ese
momento para explicar el fenómeno mediúmnico. Esos
sistemas, no dejan de ser las diferentes hipótesis que
iban surgiendo para intentar explicar el fenómeno. Por lo
tanto el espiritismo no se forma en base a una idea preconcebida.
El propio Kardec hace las reflexiones oportunas en
relación a las hipótesis surgidas,
comparándolas con los resultados obtenidos en la
observación de los fenómenos mediúmnicos
para descartar aquellas que no pueden explicar el fenómeno
satisfactoriamente. Además, las compara entre si para ir
descartando poco a poco aquellas que no responden satisfactoria
mente a sus necesidades de investigación.

La experimentación controlada para comprobar
las hipótesis
. En este aspecto es donde más se
critica que el espiritismo sea una ciencia, ya que la
experimentación dentro del campo de la mediúmnidad
no puede hacerse como si tratáramos con fenómenos
físicos. Los fenómenos físicos responden a
leyes mecánicas, que una vez conocidas son predecibles,
por lo tanto, se puede anticipar el resultado a través de
la aplicación de las leyes que intervienen en el proceso.
En cuanto a la mediúmnidad, la investigación se
hace con los espíritus, que son seres inteligentes,
libres, que tienen una voluntad propia y podrán decidir en
todo momento como actuar. Por lo tanto el método
experimental clásico no podrá ser usado para
comprobar y estudiar la mediúmnidad.

En la época actual, cuando nos encontramos en el
año 2013, se ha superado el concepto clásico de
ciencia, mediante el cual solo un método de
experimentación era válido. Estamos en una
verdadera revolución de ideas y conceptos, e infinidad de
estudios científicos han abandonado el método
clásico de la experimentación,
suprimiéndolos por otros más acordes con los
fenómenos observables.

Un ejemplo de ello son las ciencias sociales, cuyo
objetivo, o al menos uno de los objetivos más importantes
que tienen, es conseguir una mayor comprensión del ser
humano como individuo y ser social.

Por ello, para realizar un estudio profundo del
comportamiento humano, fue necesario crear diferentes espacios
científicos donde trabajar independientemente sobre cada
tema, y de este modo surgen la psicología, la
antropología, la economía, la
sociología…, las cuales estudian el comportamiento
dentro de un contexto cultural. Se trata de realizar una
observación imparcial y juntar datos que ayuden a entender
el asunto y sacar conclusiones lo más objetivas
posibles.

Por lo tanto se está haciendo una diferencia
básica entre las ciencias exactas y las humanas. En las
primeras, cada vez que quiere repetirse un evento para realizar
su comprobación se puede hacer a través del
método hipotético-deductivo, sin embargo, en las
ciencias humanas es imposible repetir los fenómenos,
porque los elementos que interfieren son sociales, temporales e
inteligentes, y no pueden suceder de idéntica manera
jamás. Esto hizo que las ciencias sociales desarrollasen
un método científico distinto, que es el
método cualitativo, en el cual se recogen datos de un
entorno y se comparan con otros tomados en otra circunstancia o
en otro entorno, para conseguir llegar a una conclusión
certera de estadísticas sociales y culturales de un pueblo
o conjunto de individuos.

Por ejemplo en antropología se aplica un
método científico llamado "observación
participante
" cuyo creador fue Bronislaw Malinwski. Con
dicho método consiguió entender cómo
vivían los pueblos primitivos de las islas que se
encuentran en Australia del norte. Este método
consistía en observar lo máximo posible, participar
en aquello que los colonos le permitían, discutir nuestras
hipótesis y experiencias con todos los nativos que
podamos. De esta forma se estaría poniendo en
práctica un método científico dentro del
campo de la antropología.

Por lo tanto, y con esto llego la conclusión que
pretendía al extenderme dentro del campo de la
experimentación, la ciencia es la metodología que
permite acercarse al conocimiento a través de la
realización de una determinada cantidad de pasos. El
conjunto de estos pasos se denomina método y, de acuerdo
al tipo de conocimiento que se quiera llegar, será
necesario utilizar uno u otro método, según
corresponda.

De esta forma, tratar científicamente con la
mediúmnidad no puede ser una experimentación donde
los fenómenos se repitan iguales si son iguales las
condiciones en que se producen, ya que estos resultados
variarán puesto que el objeto a estudio es un ser
individual e inteligente, con un comportamiento propio que
podrá decidir, en todo momento como actuar o incluso si
desea hacerlo o no.

Pero esto no implica que el fenómeno no sea
cuantificable, tanto en cantidad como en cualidad, y es lo que
Kardec, junto con sus compañeros de la Sociedad de
Estudios Espíritas de París realizó, para
llegar al último paso del método científico,
que no es otro que el de elaborar una serie de leyes
universales que explican el fenómeno
, como podemos
observar en su trabajo: "El libro de los
médiums"

Todo el libro es resultado de una profunda y detallada
investigación del mundo espiritual.

No queremos extendernos más. El objetivo de este
artículo no es mostrar los diferentes aspectos
científicos del espiritismo, sino analizarlo en su parte
científica y determinar que, como Kardec afirmó,
él es una ciencia.

Aspecto
moral

Después de hablar de forma rápida de los
aspectos filosófico y científico del espiritismo,
pasemos al tercer aspecto, el que completa el triángulo
doctrinario que ofrece el espiritismo. El aspecto
Moral
.

Abordar el aspecto moral del espiritismo desde una
visión racional es muy importante, ya que la
cuestión moral está muy vinculada al
fenómeno religioso, pero no solo al fenómeno
religioso, sino también al fenómeno social,
cultural, psicológico y humano, por lo que la moral es un
concepto mucho más amplio y profundo de lo que
podríamos ver a primera vista.

Pasamos pues, a un análisis del significado del
concepto "La Moral", para intentar ubicarlo dentro del
contexto de la doctrina espírita.

La moral son las reglas o normas que rigen la conducta
ética de los seres humanos. Esta conducta debe estar en
concordancia con el medio social, familiar e íntimo en el
que el ser humano vive. Esa es la definición actual de La
moral, aunque en un primer momento, y desde una visión
etimológica, la palabra moral viene del latín
"Mores", que significa "Costumbres". Las
costumbres pueden ser buenas o malas, y cupo a la
Filosofía moral, determinar qué costumbres, y en
él último de los casos, que conductas se
podían considerar buenas y cuales no lo eran, definiendo a
las primeras como conducta moral y a las segundas como conducta
inmoral. Si hablamos de amoral, estaríamos haciendo
alusión a la conducta que dentro de una perspectiva moral
fuera neutra.

Sobre este aspecto, el espiritismo tiene una
definición bastante clara sobre lo que es la moral. En la
pregunta 629 del libro de los espíritus, Kardec hace esta
pregunta:

-¿Qué definición puede darse de
la moral?

-La moral es la regla para portarse bien, es decir,
la distinción entre el bien y el mal. Está fundada
en la observación de la ley de Dios. El hombre se porta
bien cuando todo lo hace con la mira y para el bien de todos,
porque entonces observa la ley de Dios.

Los espíritus y Kardec definieron claramente la
postura de la moral espírita. Ella se basa en la
observación de la ley de Dios, y esa ley Divina que regula
el comportamiento del hombre tiene por base el bien común,
lo que sería, en otras palabras, el destierro del
egoísmo.

Sin embargo, Kardec entendió muy bien las enormes
dificultades que tiene el ser humano para portarse de acuerdo a
una conducta ética y moral, y por eso mismo,
continúa en el mismo capítulo del libro de los
espíritus profundizando en el concepto del bien y el
mal.

Gracias a los diálogos que por intermedio de la
mediúmnidad tiene con los espíritus que
acompañan y orientan sus trabajos, llega a la
conclusión de que el ser humano tiene en sí mismo
los elementos para distinguir el bien del mal, pero que muchas
veces por orgullo puede confundirse a la hora de apreciar su
comportamiento. Ante eso, pregunta a los espíritus la
mejor manera de no equivocarse a la hora de apreciar el bien, y
ellos le contestan claramente que si miramos lo que nos
gustaría que nos hicieran a nosotros, y actuamos con los
demás de la misma manera, no nos equivocaríamos
jamás.

Pero ante esta cuestión, surge un problema, y es
la moral delante de nosotros mismos. Kardec vuelve a preguntar a
los espíritus, con otras palabras, que si miramos por los
demás, en una acción que podría llamarse de
solidaridad, puede que nos descuidáramos a nosotros
mismos, ¿Dónde ubicar ahí la moral? Y los
espíritus enseguida responden con una alusión
física: Necesitamos comer para sobrevivir, la
alimentación es una cosa necesaria, pero si comemos de
más, nos indigestamos
.

En esta clara respuesta la moral espírita se
perfila con claridad meridiana, todos tenemos el deber de
cuidarnos a nosotros mismos, pero eso no implica que nos
olvidemos de los demás. La reciprocidad y la solidaridad
son las bases de esa moral.

Una vez que se define la característica de una
conducta moral, Allan Kardec hace un profundo análisis de
las diferentes leyes morales que el espiritismo contempla, y de
la misma forma que emplea un espíritu de
clasificación y orden para la parte filosófica y
científica del espiritismo, utiliza esa cualidad para
definir y clasificar las leyes que rigen la conducta moral en
base a la ley de Dios.

Ya hablamos de ello cuando hicimos referencia al aspecto
filosófico del espiritismo, pero volveremos a insistir en
el tema, a riesgo de ser repetitivos, debido a la importancia que
tiene en el espiritismo el aspecto moral.

Las leyes morales, según la taxonomía de
Allan Kardec, pueden dividirse en 10, y son las
siguientes:

  • 1- Ley de Adoración

Es un deber estar agradecidos a aquellos que nos
benefician, por lo mismo, la gratitud a Dios, que nos ha dado
todo, es un deber moral del ser humano.

La palabra adorar tiene varios significados. Adorar
sería amar mucho a… Desde el punto de vista
religioso, adorar significa rendir culto.

¿Cuál de estas dos posturas contempla el
espiritismo delante de Dios? Como sabemos, el espiritismo es una
doctrina racional que busca el fondo por encima de la forma, por
lo tanto, el culto que rendimos a Dios no es en ningún
momento un culto ceremonial ni litúrgico. El culto, desde
la visión espírita, es el amor, consecuente del
agradecimiento, que debemos sentir hacia Dios. Solo desde esta
visión podemos entender la adoración a Dios, como
un acto de reconocimiento y agradecimiento íntimo hacia
él.

La adoración externa, para el espiritismo, nada
significa, y si tiene algún valor, es cuando está
acompañada por el pensamiento.

De la Adoración llegamos a la oración, que
en el espiritismo tiene un significado profundo y totalmente
ajeno al concepto de rezo. Orar es elevar el pensamiento a Dios o
a los buenos espíritus en un acto de recogimiento y
sinceridad, y nunca una acción repetitiva de un texto
supuestamente sagrado. De esta forma, la oración encuentra
cabida en el alma, pues está acompañada por el
sentimiento.

Sobre esto, escribía Amalia Domingo Soler, y con
sus palabras terminamos esta ley:

Para rogar al eterno,

yo no encuentro necesario,

entrar en un santuario,

que la costumbre fijó.

Cuando el alma dolorida

no encuentra a su mal
consuelo,

le basta mirar al cielo,

¿Hay templo más grande? –
¡No!

  • 2- Ley del trabajo:

El trabajo es la forma de conseguir algo. Solo por
intermedio del trabajo es que llegaremos a conquistar las
cualidades de los espíritus puros. Para el espiritismo el
trabajo no es un castigo impuesto por Dios a los hombres como
algunas religiones presentan, sino una herramienta para el
crecimiento y el desarrollo humano, tanto a nivel individual como
a nivel colectivo.

Para el espiritismo es una ley moral, porque todos somos
responsables delante de la vida de lo que hacemos, y la pereza es
un mal para nosotros mismos, ya que si nos acomodamos a ver la
vida pasar, sin una acción clara en nuestro progreso y en
el progreso colectivo, la propia inacción será
nuestro propio castigo pues serán atrofiadas nuestras
cualidades por falta de uso. Por lo tanto, el trabajo se
constituye una bendición de Dios.

Pero si tenemos la obligación de trabajar, tanto
físicamente como moralmente, también tenemos el
derecho al descanso. El hombre tiene que buscar el equilibrio
entre ambos para aprovechar su existencia.

  • 3- Ley de Reproducción

Aquí hace el espiritismo un análisis de la
necesidad de la reproducción para la perpetuidad de la
especie. Es por lo tanto una ley natural. Desde esta perspectiva,
ya en el año 1857, el espiritismo habla con total
naturalidad de la sexualidad, en una época donde las
religiones eran profundamente castradoras en materia de sexo. A
este respecto, Kardec hace mención sobre el celibato y la
importancia de este en el progreso moral del hombre, a lo que los
espíritus contestan que nada tiene de meritorio, y que si
se hace por egoísmo no solo no es meritorio, sino que es
perjudicial. Aún así, establece que el abuso de las
facultades sexuales conlleva graves problemas para el ser humano,
y establece la monogamia como condición natural de los
hombres y las mujeres.

En cuanto a la responsabilidad delante de la vida, cada
uno será responsable por el mal que haga y por el bien que
haya dejado de hacer, por lo tanto, aborda la cuestión del
control de la natalidad, bajo la base de que el ser humano puede
tener el control de dicha natalidad, siempre que ese control
esté reglamentado por la necesidad y no por el
egoísmo.

  • 4- Ley de Conservación.

Sobre esta ley, el espiritismo manifiesta que todos
tenemos el instinto de conservación. Es por lo tanto una
tendencia natural luchar por nuestra propia vida. La tierra
provee de lo necesario para todos los hombres, pero el
egoísmo, la ambición y la falta de solidaridad
hacen que mientras unos viven en la abundancia, muchos mueran en
la miseria. Esto es obra del hombre y solo él mismo puede
solucionarlo. La educación sobre este aspecto es muy
importante para el espiritismo.

En cuanto al goce de los bienes materiales, el
espiritismo establece que todos tenemos derecho de buscar el
bienestar, pero cuando ese goce se vuelve vicio, estamos
atentando a la ley del equilibrio, y como consecuencia generamos
un desequilibrio social e íntimo. Saber superar las
pasiones y las tentaciones, en la búsqueda de nuestro
perfeccionamiento moral, dando más importancia a las
emociones que a las sensaciones, es síntoma de madurez
espiritual. Por otro lado, la comprensión exacta de lo que
es necesario y lo que no lo es no deja de ser una asignatura
pendiente para todo ser humano.

En cuanto a las privaciones voluntarias o autocastigos
impuestos por sentimientos de culpa, no tienen ningún
valor moral y por lo tanto no son necesarias. Solo la
práctica del bien y el deseo de ayudar a los demás
constituye un elemento real de progreso.

  • 5- Ley de destrucción:

Puede parecer, y de hecho lo hace, que la ley de
destrucción no cabe dentro de las leyes morales. Cuando
hablamos de destrucción, nos viene a la mente
imágenes relacionadas con guerras, terremotos,
catástrofes etc.

Lo cierto es que la destrucción hace parte de la
vida, y bien vista, es un proceso de reforma, de progreso y de
crecimiento. Actualmente, en las ciencias de la educación
se habla de un concepto muy interesante, que es
desaprender. Este concepto implica la
"destrucción" de nuestros paradigmas para la
adquisición de otros nuevos. Por lo tanto la
destrucción bien vista contribuye al progreso de la
humanidad.

Es necesario, tanto material como espiritualmente la
destrucción, vista desde una óptica de
renovación para la construcción de cosas nuevas,
generalmente mejores que las antiguas. Por lo tanto, la
destrucción como tal es neutra.

Pero, ¿Cuál ha de ser nuestro
comportamiento de cara a esa realidad?

Para el espiritismo hay dos tipos de destrucción.
La que viene de forma natural, y que hace parte de una
planificación superior, -como sería, por ejemplo,
la renovación de las culturas-, y otra que es originada
por el orgullo y el egoísmo del hombre.

La primera es ajena a su voluntad y por lo tanto debe
adaptarse a ella. De nada vale negarnos a aceptar las fuerzas
inconmensurables de la naturaleza, ellas están ahí
presentes y lo estarán siempre, pero podemos paliar sus
efectos si aprendemos de ellas, si organizamos nuestras vidas en
la prudencia, el equilibrio y la rectitud. De esta forma,
conseguimos extraer algo positivo de esa ley natural, y gracias a
ella, conseguimos evolucionar rápidamente.

En cuanto a la segunda, las que son originadas por
nosotros mismos, el progreso moral, a nivel individual y social,
se irá encargando de desterrarlas. Las guerras, los
asesinatos, la polución, la falta de sensibilidad con las
personas carentes, y un larguísimo etc., hacen parte de
los asuntos pendientes de solucionar por el ser humano. La
propuesta espírita es una propuesta de responsabilidad
ante nosotros, la sociedad, la naturaleza, aprendiendo a
respetarnos, a respetar al prójimo y cuidar el medio
ambiente

  • 6- Ley de sociedad

Todos somos seres gregarios. Todos pertenecemos a una
sociedad de la que necesitamos, y a la que tenemos el deber de
contribuir. El espiritismo considera que la vida en sociedad es
profundamente necesaria para el progreso del individuo y de los
pueblos, por eso establece la necesidad de vivir en sociedad,
participando de la cultura de nuestra época y aportando
nuestro granito de arena a la evolución social.

En relación a la ley moral del hombre delante de
la sociedad, el espiritismo nos invita a contribuir con nuestro
trabajo, no solamente con el remunerado, sino también con
nuestro aporte solidario. Por eso para el espiritismo la vida en
aislamiento no es un mérito moral, porque si es verdad que
no se hace nada malo, tampoco se realiza el bien. La familia es,
por lo tanto, valorada por el espiritismo como el primer
núcleo social y en el que nuestros deberes de gregarios
están presentes.

  • 7- Ley del progreso

La ley de progreso es una ley natural a la que todos
estamos subordinados. Por más que nos empeñemos en
no progresar, la evolución hace parte de nuestra vida. El
hecho de vivir ya genera progreso en nosotros pues nos otorga
experiencia, aunque momentáneamente pueda dar la
sensación que las experiencias son perturbadoras, estas a
la larga nos enseñaran, pues aprenderemos como no debemos
comportarnos.

Se cuenta de Edison, cuando buscaba afanoso como
conseguir la luz eléctrica, hizo múltiples intentos
sin ningún resultado. Cuando un ayudante le sugirió
que abandonaran el proyecto, ya que habían realizado mil
intentos sin conseguir nada, Edison le dijo: -Hemos conseguido
algo, ya sabemos mil formas de cómo no se
hace.

Por eso el espiritismo no se preocupa en hacer
proselitismo, no está interesado en discusiones sin freno
por la supremacía de los ideales. Para el espiritismo el
campo de trabajo es ofrecer al hombre la doctrina que
enseña, para que él mismo la estudie y analice, y
si no le convence que continúe buscando hasta que
encuentre algo que le satisfaga. Esto es así, porque
sabemos que todo aquello que es verdad, que corresponde con una
realidad natural, podrá ser censurado, podrá ser
perseguido o incluso borrado, pero tarde o temprano se
impondrá, y por eso mismo, se podrá adornar de la
mejor forma posible una mentira, pero tarde o temprano la fuerza
del progreso la rechazará de las conquistas del
conocimiento.

Pero eso no significa que haya que quedarnos quietos
esperando que el progreso llegue, ya que aunque es una ley
natural, todos nosotros podemos contribuir para acelerarlo o
retrasarlo, y que obviamente somos responsables de nuestro
comportamiento delante de esa fuerza de crecimiento.

  • 8- Ley de Igualdad

Muy interesante es la propuesta espírita en
cuanto a la igualdad. Por un lado comienza estableciendo una
igualdad delante de Dios. Para Dios todos somos iguales, no ha
dado a uno nada que no lo haya dado al otro. Pero si esto es
así, ¿Cómo explicar las diferencias que hay
entre los seres humanos? ¿Por qué hay los que
desarrollan la inteligencia hasta límites inimaginables,
mientras otros son incapaces de aprender las nociones
básicas? ¿No estaría esto en contra de la
ley de igualdad?

Ante esto, debemos considerar que si miramos el hombre
en relación a una única vida, efectivamente debemos
considerar que la igualdad natural no existe. Pero sabiendo como
sabemos que el espíritu es inmortal, y que reencarna
tantas veces como sean necesarias para ir cumpliendo su progreso,
la igualdad se comprende de forma factible. Las diferentes
aptitudes y actitudes corresponden a diferentes grados de
progreso conseguido en el largo y lento camino de la
evolución.

En cuanto a las desigualdades sociales, ellas son
resultado de dos factores, de la desigualdad de aptitudes, y del
orgullo y del egoísmo humano. Al tener distinto nivel de
evolución, es lógico que no exista una igualdad
social absoluta, pero esto no implica las profundas y
desgarradoras desigualdades sociales, económicas,
educacionales y culturales que existen en la actualidad, y que
solo se pueden imputar al propio ser humano. El espiritismo
condena, pues, esas diferencias y los abusos sociales que existen
por doquier, e invita a los hombres a la práctica de la
fraternidad, la solidaridad y la tolerancia, tanto entre
individuos como entre naciones y pueblos.

Pero el espiritismo va a más. En el año
1857 Kardec establece la igualdad social del hombre y de la
mujer, y ante la diferencia del organismo fisiológico y
anatómico de hombres y mujeres, el espiritismo proclama
que esa diferencias solo hace parte en relación a la vida
material, pero que a nivel espiritual esa diferencia no existe,
ya que un espíritu puede reencarnar siendo hombre o mujer
indistintamente y dependiendo de las experiencias que deba
aprender. Establece que la diferencia del organismo
somático hace que las aptitudes puedan ser distintas, pero
que en ningún caso debe haber una supremacía de un
sexo sobre otro, alentando a la necesidad de la
emancipación de la mujer como un referente del progreso de
una civilización.

Por último establece la igualdad ante la muerte,
delante de la cual, todos recibiremos de acuerdo con nuestras
obras, sin ser tenidas en cuenta posiciones sociales, religiosas,
culturales, intelectuales… sino la forma de comportarnos
en la vida.

Por lo tanto, respetar al otro como igual nuestro hace
parte de la estructura moral del espiritismo.

  • 9- Ley de libertad.

¿Qué sería de la humanidad sin la
libertad? Ella ha constituido, sin lugar a dudas, uno de los
avances más grandes en la sociedad actual. Hoy se reconoce
el derecho a ser libre de todos los hombres.

Sin embargo, ¿la libertad que tenemos es
absoluta?

A este respecto el espiritismo nos dice que no, puesto
que en el momento que estamos con otras personas, existen unos
derechos que debemos respetar. Por eso mismo, nuestra libertad
acaba donde empieza la libertad de los demás.

¿Qué quiere decir esto? Que es verdad que
somos libres, y que debemos sentirnos libres, pero que no podemos
hacer uso de esa libertad para dañar a los demás,
ya que de lo contrario la vida se tornaría imposible y las
relaciones humanas de basarían en la ley del más
fuerte, que al final de cuentas, es quien tendría la
libertad.

Por lo tanto, el espiritismo es claro a este respecto, y
nos propone que si es verdad que somos libres para actuar, somos
en todo momento, responsables de lo que hacemos, y habremos de
acatar las consecuencias.

En cuanto a la libertad de pensamiento y de conciencia,
el espiritismo establece que es un derecho, y nadie puede en sana
lógica, atentar en contra de la libertad de pensamiento de
otro ser humano.

Por lo tanto, el espiritismo condena claramente la
esclavitud, no solo la esclavitud física que ya es poco
frecuente, al menos con las características atroces de
siglos pasados, sino también la esclavitud moral y
psicológica, exhortándonos al respeto profundo a
los demás.

  • 10-  Ley de Justicia, Amor y Caridad

Llegando a este punto, tenemos una visión
retrospectiva y rápida de las bases morales del
espiritismo, pero aún así, falta la más
importante. La ley de Justicia, Amor y Caridad.

Para el espiritismo el cumplimiento de esta ley lleva
implícito el cumplimiento del resto, porque -por ejemplo-
no podremos ser justos sin tener un sentimiento de igualdad y sin
respetar la libertad de los demás. Si amamos, estaremos
cumpliendo las demás leyes morales. Por eso mismo, el
espiritismo potencia el amor y la caridad como las dos virtudes
que más nos aproximan a la perfección.

Hemos hecho un repaso de las leyes morales para
establecer que la moral que presenta el espiritismo no es una
moral imprecisa, donde abundan las palabras y no los conceptos
claros. Como hemos podido ver, Kardec y los espíritus que
guiaron sus trabajos ofrecieron una moral activa, que no se queda
en la forma, en la liturgia o en los rituales. Que no busca
aparentar sino ser, porque la apariencia podrá
engañar al resto pero no enriquecer a quien la usa. Es
espiritismo aborda las cuestiones íntimas y de
relacionamiento con las demás personas, y en base a eso,
establece una conducta ética, que nunca podrá ser
impuesta a nadie, ya que solo mediante la comprensión y el
sentimiento, podremos actuar en nuestra renovación
interior hacia mejor.

Una vez que Kardec comprende la visión profunda
del espiritismo y logra sacar del fenómeno
mediúmnico la estructura doctrinaria, filosófica y
moral que constituyen el espiritismo, hace una pregunta
profundamente relevante:

Pregunta 625 del libro de los
espíritus:

-¿Cuál es el tipo más perfecto
que Dios ha enviado al hombre para servirle de modelo y
guía?

-Contemplar a Jesús.

Así pues, y según la enseñanza de
los espíritus, Kardec hace un estudio profundo de
Jesús a través de los evangelios, y de ese estudio
y bajo la orientación de los espíritus, publica el
tercer libro de la Codificación, que es el Evangelio
según el Espiritismo
.

Encontramos, en el Evangelio según el
espiritismo, un desarrollo de la moral que el espiritismo
presenta. ¿Pero en qué consiste esa moral?
¿Para qué un nuevo libro si ya existían los
evangelios originales? ¿Si la moral de los evangelios era
la misma que la del espiritismo, porqué el evangelio
según el espiritismo si ya existían los
otros?

El propio Kardec responde a esas preguntas. Es verdad
que la moral genuina de Jesús se encuentra en los
evangelios, pero por la época en la que Jesús
habló, no pudo decir todo y lo que dijo hubo de hacerlo
por parábolas, era necesario ofrecer una
explicación a esas enseñanzas morales, adaptarlas a
la época actual y aplicarlas a las diferentes
circunstancias de la vida para que ellas pudiesen ser
comprendidas por todos.

Así pues, el espiritismo bebe de las fuentes de
los evangelios para extraer su esencia, y mostrarnos una moral
sin subterfugios, sin ambigüedades y coherente con las
enseñanzas de los espíritus. El Evangelio
según el Espiritismo es un libro admirable, un libro de
consulta diaria, que nos ayuda en nuestro crecimiento moral y
espiritual, y que ofrece las enseñanzas de Jesús
bajo la visión de la óptica
espírita.

Ahora bien, y entramos aquí en un tema caliente
sobre el que no voy a extenderme, ¿puede ser considerado
el espiritismo una religión? ¿No presenta una moral
basada en las enseñanzas de Jesús de
Nazaret?

Ante esto, no voy a intentar justificar mi
opinión al respecto, pues se ha escrito mucho sobre este
tema. Pero considerando las características generales de
las religiones, creo poder afirmar, con un profundo respeto hacia
los que ven el asunto de otra manera, que el espiritismo no puede
verse como una religión, pues la noción de culto,
ritual, iglesia, sacerdote, jerarquía institucionalizada,
dogma etc., tan común en todas las religiones, no
está presente en el espiritismo, que es una
filosofía que toma la moral que enseña Jesús
para ofrecernos un derrotero de vida, y la presenta de una forma
racional, analítica y libre de liturgias, sacramentos y
confesiones de fe, tal y como la presentó el propio
Jesús en su lúcida conversación con la mujer
Samaritana.

Conclusión

Como hemos podido ver a lo largo de este trabajo, el
espiritismo representa una filosofía con una base
científica y unas consecuencias morales. No era la
finalidad de este artículo explicar todo lo que abarca la
doctrina espírita, ya que para ello sería necesario
un espacio mucho más amplio que el que hemos utilizado.
Muchos temas han quedado sin mencionar, pero creemos que hemos
cumplido con el objetivo que nos pusimos al realizar este
trabajo, que era el presentar lo que es el espiritismo, para
definitivamente, llegar a las conclusiones de lo que no
es.

Como dijimos, el espiritismo no es nada de lo que la
ignorancia y la superstición le atribuye. Es verdad que la
imagen que se tiene del espiritismo en los medios sociales es muy
distinta de lo que en realidad es. Las causas ya las hablamos y
no las reiteraremos, pero creemos que era un deber moral realizar
un pequeño y humilde trabajo de síntesis como este
para publicarlo en nuestra Web, con la finalidad de ofrecer al
lector que así lo deseara, una visión objetiva del
espiritismo.

Como dijimos, no pretendemos convencer a nadie. El mismo
espiritismo tiene como punto capital de su doctrina el
análisis y la argumentación lógica de todo,
invitándonos a la aceptación de aquello que se
adecue a nuestro raciocinio. Pedimos si, una apertura mental en
las ideas, libre de los preconceptos sociales, en la certeza que
solo mediante una postura analítica y no acrítica,
sino basada en la imparcialidad, la humanidad caminará
rumbo al conocimiento de nuestra verdadera naturaleza.

 

 

Autor:

Juan José Torres
Fernández

[1] Doctrina es un conjunto de
enseñanzas, principios o posiciones basadas en un
sistema de principios o conocimientos. -Se llama doctrina, a un
conjunto de enseñanzas, instrucciones, postulados y
opiniones que se poseen he imparten al respecto de un
determinado tema, ya sea político, social, religioso,
filosófico, científico o de diversa
índole. Es en este contesto en el que se encuentra la
definición de la palabra doctrina vinculada al
espiritismo. Así pues, el empleo de término
Doctrina Espírita, hace alusión al conjunto de
enseñanzas de que se compone el espiritismo, y como ese
conjunto de enseñanzas está basado en el
razonamiento, el análisis de los fenómenos
mediúmnicos y las enseñanzas dadas por los
espíritus, sería correcto clasificar al
espiritismo como una doctrina filosófica,
científica y ético moral. (Nota del autor)

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