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Refranes y asociaciones libres (página 2)



Partes: 1, 2, 3

En fin, en el refrán: "En la guerra,
el comercio y el amor, todo se vale", esa ideología le
otorga un significado de "validez" social y cultural del tipo:
"si cuento con los recursos económicos, militares y
armamentistas, en supuesta "buena lid", tengo derecho a despojar
a una nación entera y tomarla si me place. Con todo y su
gente -las que me interesen por lo menos- como botín de
guerra. Y, asimismo, la consumación del acto, me da
derecho a exterminar a quienes me estorben, ya porque se
resistan, ya porque no me gusten por rebeldes o por
feos.

En la misma línea se puede entender
el refrán estadounidense de la invasión del Oeste:
"Indio bueno es indio muerto". Y es que, pues, los indios no se
dejaban, pelearon sin tregua. Y como los gringos valientes parece
que sólo existen en las películas de vaqueros, de
héroes de guerra o de agentes secretos, de ahí su
peligrosidad. Cuando se asustan, echan mano de un arma o de todos
sus encantos para conseguir ayuda; disponen de la guardia
nacional o de toda su milicia, no importa que sea para exterminar
una termita "persecutoria". Pero, regresando al refrán
anterior, "En la guerra, el comercio y el amor todo se vale"
mientras que no se golpee los intereses de los grandes consorcios
trasnacionales, porque entonces, no todo es
válido.

Hoy día se le llama
"piratería". Simplemente porque: "El que hace la ley, hace
la trampa". Eso les ha ganado a los abogados el "prestigio" de
"abogansters". No es lo mismo que, de repente, te encuentres en
algún tianguis una prenda de "marca" a precio de "trapo",
que seguramente fue robada y que sí provee de elementos
como para evitar comprarla, a que nos sintamos atraídos
por los compactos de diez o doce pesos. Si te alineas a la "ley",
bueno, ve a Mix shop, Gandhi, Liverpool, Palacio de Hierro, etc.,
y, para empezar, supera tu propio rollo obsesivo de duda en
conflicto con el snobismo, al descubrir que en todos lados vale
diferente: en Gandhi vale doscientos pesos, en Liverpool
doscientos noventa y cinco, en El Palacio trescientos cuarenta y
siete pesos.

En efecto, los "piratas" de los tianguis no
traen la misma fotografía de la portada, los estuches son
más delgados y frágiles y, eventualmente, alguna
pieza tiene algún defecto, no siempre. La mayoría
están bien. Pero el acabose es pensar que alguien que gana
el salario mínimo y quiera darse el gusto de escuchar
cierto tipo de música, no compre el compacto pirata, y,
entonces, renuncie a comer durante una semana por comprarlo en
algún otro lugar, "legalizado".

¿Pues qué pasó con:
"La economía de la libre competencia"? No, que "no pagan
impuestos", "no pagan regalías a los artistas", "no tienen
gastos fijos", en tanto que industria informal, etc. Es decir,
las trampas, las autorizan y legitiman las estructuras en el
poder. Entonces, no siempre es valido el refrán, hay un
filtro que se reservan dichas estructuras.

Los chinos, como los japoneses en su
momento, hoy día copian todo lo que se cruza en su camino
y luego regresan y lo ofrecen a la venta a un precio que no
costea, por lo menos aquí, ni la materia prima. Y contra
los chinos no ha habido una campaña abiertamente hostil.
Ni por parte de los gringos. Antes al contrario, le acaban de
hacer unos millonarios préstamos para que se desarrollen
en el capitalismo.

O sea que: "El miedo no anda en burros"
porque los gringos pues se desorganizan con las ideas
socialistas. Pero además ¿quién se anima a
conflictuarse con el país más grande y poblado del
mundo que, además, tiene una cultura marcial milenaria y,
desde hace varias décadas, también
armamentista?

En otras palabras: "El que las hace no las
tolera", porque la piratería siempre ha existido.
Piénsese en la venta de armas de los gringos a todos sus
oponentes y, por otro lado, ¿cómo empezaron los
grandes consorcios orientales como Sony o Samsung? Pero no es
privativo de otras naciones y de cualquier producto. En los
laboratorios farmacéuticos, por ejemplo, es: "El pan
nuestro de cada día". ¿Si no?, dígame
alguien ¿cuál es la diferencia entre el
Enterovioformo y el Senoformo como no sea la de que, el segundo
se lo pirateó Laboratorios Senosiain?; por último,
tampoco todo se vale en el amor cuando se trata de mi esposa, mi
hija, mi madre o mi hermana. La hija, la esposa, la hermana o la
mamá de otro, (quien lo dude corrobórelo con "Y tu
mamá también"), ese ya es otro cantar.
Estará en función de los propios "atractivos" y
capacidad persuasiva, habilidad seductora, etc. y, en
último de los casos, de la "liviandad de aquellas". "En la
guerra, el comercio y el amor todo se vale", si y sólo si,
no tenga que ver con mi persona, ni con mis intereses, ni con mi
familia. Sobre todo si soy una figura de poder.

Tal vez por esto la proliferación
tan espantosa de la inseguridad social. Porque no podemos dejar
de pensar que mientras haya corrupción, pobreza,
injusticia social y tan escandalosas diferencias en la
distribución de la riqueza, controles convenencieros para
el ejercicio de los negocios y el trabajo, e incongruencias tan
surrealistas como que Karl Marx y Van Gogh hayan muerto en la
inopia o Freud que, en diferentes momentos de su vida,
necesitó que amigos como Breuer lo respaldaran
económicamente (Anzieu, 1959/ 1978); y, por otro lado, que
Michael Jordan hubiera ganado sesenta y cinco millones de
dólares en un solo año, cuando estrenó su
película Space Jam (de dominio público), esos
problemas parecen, en realidad, irresolubles. Al menos con la
ideología que predomina.

En efecto, la paz y la seguridad social
también parecen problema irresoluble. ¿De
qué se puede esperar que vivan los doce millones de
amerígenas que tenemos en el país, si, lo propio,
sus tierras en que vivieron incluso sus más lejanos
antepasados prehispánicos, se las expropiaron o, hasta la
fecha, se las roban con justificaciones del talante de que no
pueden tener animales porque sus propiedades han sido absorbidas
por la "mancha urbana" u otro tipo de recurso legaloide? Sin
contar que se los sigue considerando inferiores. ¿De
qué espera el gobierno que vivan los… diez o veinte mil
fabricantes de productos piratas?; ¿en qué les va a
permitir trabajar, (porque están trabajando, sólo
que fuera de la reglamentación legal), donde,
además, pudieran tener unos ingresos razonables, ganar un
sueldo o salario realístico y decoroso? Porque si no es
así, cualquier propuesta es una ofensa a la inteligencia
más elemental.

Desde esta perspectiva tenemos que pensar
por qué los secuestradores y los asesinos de Chihuahua que
parecen estar –se dice que seguramente, en
asociación con figuras de poder de acá de
México y de allá de Estados Unidos o de
Japón– traficando con órganos de mujeres y/ o
"vendiendo" filmes de violaciones que culminan en asesinato.
También se dice, en efecto a nivel de rumor, que en
Japón son un producto para la red y: "Se venden como pan
caliente". El pueblo sabe que "Donde hay dinero el diablo enreda
la cola". A todos nos espanta, horroriza, enfurece e indignan,
esos actos. Pero a ojos de los gringos, el problema parece ser la
pobreza. Que a nadie extrañen sus estrategias y
políticas, pues ya se conocen. Lo peor es que parecen
haber aprendido a ya no decirlas, las ejecutan: "Pobre bueno es
pobre muerto". ¡Y lo están haciendo, en
África y en todo el "tercer mundo"!

Mientras no se tome consciencia y se
trabaje, trascendiendo fronteras, arduamente, en soluciones de
fondo y la creación de estructuras acordes con la realidad
para que todos puedan acceder a vivir en condiciones humanas y
decorosas, no es posible observar una verdadera voluntad de
soluciones. Eso significa que el problema de la inseguridad
social, seguirá, más bien, creciendo.

El impactante y reprobable ataque a las
Torres Gemelas (suponiendo sin conceder que haya sido real), a
manos de terrorista, puede pensarse abordando algunos refranes:
"El valiente vive mientras el cobarde quiere".

Nuestros tristemente celebres vecinos del
norte, cuya valentía está en entredicho: "Ni tardos
ni perezosos", desde el desconcierto, el pánico, el
lógico dolor y la consecuente –pero en ellos
característica- cobardía, asumieron un, por
demás, peligroso y destructivo: "No busco quién me
las hizo, sino quién me las pague", lo cual, dada su
ideología y su condición auto-nominada y auto
asumida de "amos del mundo" –auto nombramiento, en efecto,
pero: "Aléguenle al ampayer"- parece haber disparado su
paranoia. La incapacidad para detenerse y reflexionar acerca de
cómo le han hecho para, tan eficientemente agenciarse todo
ese odio -mismo que, además ya pasó a las acciones,
y en su propia casa- los llevó a exterminar al pueblo
Talibán.

Y, ¿quién tiene la certeza de
que fueron ellos?, su estrategia, en realidad la estrategia del
miedo: "La mejor defensa es el ataque".

Evidentemente, es una estrategia de tipo
esquizoparanoide. Y no se puede garantizar que no estuvieran:
"Dando palos de ciego"; esa estrategia es también "vieja
conocida" desde la época de pre-industrialización
de la guerra y por los países guerreros.

Más de acá, y guardando las
dimensiones, sería: "El que pega primero, pega dos veces";
que no específica si con razón o sin ella; tal vez
complementario, con: "¡Fusílelo y después
verigua!", que se le atribuye a Francisco Villa. Sin embargo,
éste último parecería mas inclinado en la
línea de un deshumanizado, "no pierdan tiempo, ni se
arriesguen", y diferente del: "The time is Money", de los
norteamericanos, el cual podría servirnos para pensar lo
que han dicho muchos, que utilizando como pretexto una estrategia
de persecución de terroristas, la "fabricaron" ellos
mismos. Porque se les ocurrió tratar de subsanar su
economía mal trecha, atacando e invadiendo Irak,
justamente para subsanarla vendiéndoles armas "por debajo
del agua" y con petróleo ajeno.

O sea, suele suceder que, en efecto,
abusando del poder: "No dan paso sin huarache" o "No dan brinco
sin huarache", aunque ese tipo de zapato no sea su estilo, porque
ese es calzado de "indio". Por lo demás, Villa es la
única figura mexicana que no se les "agachó" (en
él, tal vez se habrá inspirado el hoy difunto
(2005) ex-embajador de México en la ONU, Aguilar
Zínser –noviembre del 2003- cuando declaró
que los norteamericanos tratan a México "como si
fuéramos su patio trasero" y esperando que nos la pasemos
"comiendo camote", y es de conocimiento público
cómo le fue) Si bien tampoco ellos eran en los tiempos de
Villa, lo que son hoy. Los estadounidenses, por su historia y su
misma idiosincrasia, parecen negados de poder recurrir a refranes
del tipo: "El que nada debe, nada teme", el cual podría
estimular que se acercasen a una necesaria actitud reflexiva,
más sana y reparativa, previsora.

Pero eso no va con el estereotipo de su
personalidad y su "caracteropatía nacionalista". En pocas
palabras, ellos, por maquiavélicos y ventajosos, parecen
debérselas a todo el mundo. Y con los verdaderos
americanos, desde que llegaron a América se empezaron a
endeudar. Simplemente porque, según la historia, "pidieron
permiso" para asentarse en una pequeña región del
Este y terminaron, de una u otra manera, apropiándose de
todo el enorme territorio con que cuentan actualmente. Y esto, a
partir de que se percataron de que había oro. Invadieron
todo el norte de la región. Únicamente respetaron
lo que ya se había agenciado Inglaterra directamente para
la corona: Canadá. Destruyeron cualquier signo de
resistencia, a juzgar por el exterminio que perpetraron de los
indios del norte.

Podrá tener cierta validez su
justificación para la ocupación, al menos una parte
se "la compraron a Santa Anna" y pues, en efecto, desde su
perspectiva voraz, tal vez eran "tierras improductivas".
Aún así, eso no puede justificar el genocidio. La
situación de las comunidades de amerígenas del
norte en aquellos tiempos, pareciera que era similar a la que
denunciara Marcos (¿estrategia de Carlos salinas?) en
enero de 1994.

La "ceguera" y falta de voluntad del
gobierno no tiene límites, hace ya diez años y,
vergonzosamente, sólo se han puesto "parches" en el
sureste mexicano. Todo se conserva empantanado hasta la fecha,
incluyendo el supuesto diálogo con Marcos. El norte
pre-gringo, como el Chiapas de hoy, eran tierras olvidadas, por
donde "Dios no pasó", para bien en el norte mientras no
llegaron los gringos, y sus pobladores originales porque no se
acercaban los españoles. Para mal en el sur, porque no
estaban en las mismas condiciones. El problema en el sur de
México es un problema intestino, dada la gran cantidad de
extranjeros "propietarios". En el norte, como en el sur, todo
tenía dueño, pertenecía a una gran cantidad
de tribus y comunidades de amerígenas nativos, que
tenían sus respectivas organización, cultura y
espiritualidad, mismas que, inclusive hasta hace muy poco,
seguía intrigando a buena parte de antropólogos y
sociólogos gringos.

Las estructuras de Estado del México
en aquellos tiempos, naciente, habrán, en efecto, faltado
a ese otro refrán que dice que: "Al ojo del amo engorda el
caballo", pero debe haber sido una "rebatinga" con lo que se
concentraba hacia la parte más poblada, en materia de
minas y haciendas, donde, además, hasta la mano de obra
era, en realidad, regalada, pues los españoles se trajeron
africanos en calidad de esclavos, por negros, y, hasta bien
entrada la revolución, también nuestros
amerígenas, por morenos, lo eran. Es decir,
españoles y portugueses: "No cantan mal las rancheras",
comparados con los gringos de hoy, por lo menos "no las cantaban
mal" en ese tiempo.

La única atenuante que
podrían tener es que ha sido común, para todos los
hombres a lo largo de la historia, regirse según un:
"¿A dónde vas Tomás?, a donde hay
más", independientemente de que sea real o sólo una
fantasía como, según la historia, ocurrió
con "El Dorado".

Total que como si fuera una "canija
maldición": "De fuera vendrá, quien de tu casa te
echará". Y parecería que los contendientes en la
guerra de independencia, los criollos y peninsulares contra la
monarquía, se llenaban las manos con lo del centro, como
para "invertir" en expediciones hacia el norte. De manera
similar, los poderosos en la revolución, ni siquiera
calcularon que se les podían colar o separar gente como
Villa y Zapata, más bien mestizos. El problema de los
indios del norte, fue su desunión, la mayoría,
guerreros, entre los que, curiosamente había tribus que
despreciaban el individualismo como los Hopis, (Schoeck, 1969)
Hubieron célebres guerreros, como Jerónimo, que le
propinó varias "noches tristes" a Custer y al
ejército invasor. Por cierto que en un calendario, en la
parte de atrás de una de las hojitas, me encontré
una breve historia de "Gerónimo"(:

  • …nació en la actual
    Arizona, no se sabe a ciencia cierta cuando. Pero
    murió en 1909. Fue el último gran jefe apache,
    huyó en 1873 a México al frente de un grupo de
    Chiricahuas y en las áridas montañas de la
    Sierra Madre, protagonizó, durante más de diez
    años, una feroz lucha de resistencia y sin esperanza
    para su pueblo contra el ejercito estadounidense. Cuando en
    1609 unos pocos inmigrantes ingleses fundaron la ciudad de
    Jamestown, en Virginia, entre ellos y el remoto
    pacífico se extendía un vasto territorio
    ocupado por aproximadamente medio millón de indios de
    distintas tribus.

  • Justo trescientos años
    después, cuando en 1909 falleció el gran
    último jefe apache, Gerónimo, el genocidio
    prácticamente se había consumado.
    Gerónimo hostigado desde su juventud por los
    poderosísimos invasores, pasó en los
    últimos años de su vida a convertirse en un
    símbolo útil para la flamante conciencia
    nacional norteamericana.

  • El inclemente punto de vista impuesto
    por Hollywood se encargó de desposeerlo de los
    últimos vestigios de su dignidad y así
    pasó a engrosar la epopeya de los pioneros, tanto
    más gloriosa cuanto más temibles, salvajes y
    valientes habían sido los enemigos a los que
    habían tenido que enfrentarse. Gerónimo
    alcanzó una indeseable popularidad universal y
    alimentó una de las más engañosas
    mitologías del siglo XX.

Lo que es la psicopatía gringa:
"Para muestra basta un botón", desde entonces, cambiaban
armas por oro, a los indios para que pelearan contra los mismos
soldados gringos. Y los corrompían con Wisky.

Como los gringos proveen de "Mucha tela de
donde cortar", veamos otro refrán que parece haber surgido
por ahí de los 60s ó 70s, y que dice que: "Cuando a
los gringos les da tos, a nosotros nos da pulmonía",
quizás con la influencia de: "Cuando se enojan, hasta el
niño Dios hace pucheros", tal vez más claro decir
que cuando se asustan. Y es que cómo no, si nos endosan
los gastos de sus desgracias. Los gobiernos mexicanos hasta la
fecha, se conducen como estados asociados a la política y
la economía de ellos. Porque ¿quién no se
enteró de la petición de Fox a Fidel Castro:
"desayunas y te vas" y del ridículo en que quedó?
Siendo los gringos los "amos" del poder, el dinero y las armas,
hoy día nos queda el consuelo, si es que se le puede decir
así, de que: "Mal de todos consuelo de tontos", pues no
somos los únicos alineados y alienados.

El mismo problema del "narco", (no
olvidemos que teníamos que ser periódicamente
"certificados", "jalada gringa" que cambió cuando se supo
lo del "rápido y furioso") no ha de tener un origen muy
diferente que aquel que le dio la base de su poder
económico a la Vidriera Monterrey y a los fabricantes de
tequila, cuando la 2ª guerra mundial. La táctica era
embrutecer con tequila a los soldados gringos, para que –lo
cual no parece nada fácil- perdieran el miedo.

Se dice que los Gómez Cepeda
(curiosame3nte fundadores del PAN): "De ahí, se fueron al
cielo con todo y zapatos". Pero en las guerras de Corea y
Vietnam, no fue con tequila, seguramente las crudas cobraban sus
dividendos, fue con marihuana, opio, heroína y alguna otra
cosa. Fueron los gringos quienes pusieron a sembrar, por la
demanda y la paga en dólares, a todo Latinoamérica,
al menos cuando la guerra de Vietnam, porque descubrieron que con
la droga pues también "hacían valientes" a sus
soldados.

Pero lo más terrible, es que una
estrategia de este tipo -muy en la línea de "Los fines
justifican los medios"- significó ofrecer a sus propios
hijos en holocausto y, no obstante, no pudieron derrotar a los
vietnamitas.

Gila, el humorista español, aquel
que hacía sus chistes hablando por teléfono,
ironizó sobre la inteligencia de los estadounidenses
(confrontar Con Forrest Gump) cuando inventó el chiste
basado en el hecho de que todos los orientales a ojos de
occidente parecen idénticos, y decía que los
gringos habían perdido la guerra porque todos los
días en la mañana salían y mataban al
mismo.

Y el sistema de poder gringo, como les ha
ocurrido ya varias veces: "En el pecado llevó la
penitencia
", por mucho que no tengan "consciencia" de ello,
o intenten defenderse basados en la proyección, porque
ahora, no pueden controlar el consumo de droga de sus
adolescentes. ¿Qué podemos esperar los
demás, "humildes mortales", si "en el pecado lleva la
penitencia" cualquier neurótico "normal" promedio, al
tener que pagar con síntomas sus fantasmáticas
intenciones de realización de deseos?

La situación actual de los Estados
Unidos, se prestó para la aplicación de varios
refranes, porque son los máximos representantes del
momento, en materia de ideología individualista, la cual
exportan y porque acusar a Hussein de fabricar armas
biológicas que nunca encontraron, nos recuerda ese otro
refrán que dice que: "El león cree que todos son de
su condición", mismo que denuncia una suerte de
combinación entre proyección y
racionalización, al servicio tanto de deshacerse de lo
malo propio, como de justificarse del abuso que se comete, al ver
eso malo propio proyectado en el otro y darse a la tarea de
destruirlo. Que conveniente ¿no?

Lo justo es que se vea también a los
estadounidenses desde otras perspectivas. Pero pues "Ya picados
de gachupín", no sin antes agregar, por la
indignación a nivel mundial que provocó tal y tan
reciente abuso, que: "Siembra vientos y cosecharás
tormentas", esta simbolización permite vislumbrar la
corresponsabilidad en los desenlaces a futuro de la historia.
Porque nadie hicimos nada. A manera de chiste y tanto por la
intensidad como por la magnitud de los hechos perpetrados y la
dimensión de ciertos fenómenos propios de la
región del norte de América, cabe decir "siembra
vientos y cosecharás tornados".

"En el pecado llevó la penitencia",
también se le puede aplicar a Osama Bin Laden, si es que,
en efecto, él fue el del ataque a las Torres, porque
exterminaron a los Talibanes que ni siquiera eran su pueblo,
recordemos que él es Saudita. En ese sentido: "Se le hizo
chico el mar pá aventarse un buche", o no echó de
ver las consecuencias de su decisión.

Este refrán también, con
frecuencia, refleja la imprudencia del adolescente tan
hipersensible e intolerante ante el aburrimiento o su fracaso al
intentar producir, libidinalmente, experiencias satisfactorias en
el contexto de la cotidianidad; lo cual lo coloca ante la
necesidad de buscar y generar el placer de la emoción, por
vía del incremento en la concentración de
adrenalina en la sangre, que resulta muy riesgoso pues es una
especie de antídoto tanático. Su peligro radica en
el hecho de que la adrenalina, como cualquier droga, causa
adicción. Luego el organismo la demanda. La
ideología del sistema en el poder la absorbe (el nuevo
circo romano), y entonces, nacieron los deportes extremos, los
cuales por su grado de peligrosidad, representan una especie de
seudo-sublimación o "producto" al servicio de la
enajenación.

Respecto al refrán anterior,
"siembra vientos y cosecharás tormentas", también
significa que todo tiene una lógica. Decía el
fundador del PUP con todo aquel aire de humorismo refinado y
culto, que "las grandes pendejadas" eran de la "gente grande",
porque de los que no eran "gente grande", no se podían
esperar más que "pendejaditas".

A nivel del sistema familiar ese
refrán guarda cierta relación con otro:
"Cría cuervos y te sacarán los ojos" pues tiene
mucho que ver con el individualismo. Un individualista asume de
manera natural aquello de "los fines justifican los medios". Y de
este refrán se derivó un chiste: "Cría
cuervos y tendrás muchos". Si se educa a los hijos de
manera que lleguen a sentir y pensar que todo lo pueden, todo se
lo merecen y todo se les permite, serán unos perfectos
individualistas, pero al mismo tiempo, tendrán mucho como
para ser psicópatas o terroristas: de la casa, del barrio,
o de donde puedan desplegar sus talentos. Se dice que tanto a
Osama Bin Laden como a Sadam Hussein, los protegieron, formaron y
entrenaron los mismos gringos. O sea, en tal caso, son sus
propios hijitos "cuervos", como los sindicalistas lo son del
PRI.

Un refrán a propósito de esos
personajes, si es que las cosas fueron así: "Dijo el sabio
Salomón en la página primera, sólo
Adán no fue cabrón porque no hubo quien lo
hiciera". Adán gozó que no hubo quien lo hiciera
empezando por su infancia, porque no tuvo. Y luego, porque no
había otros hombres que hubieran querido someterlo o
manipularlo. Aunque como en lo personal a mi no me consta nada de
lo que los gringos les achacan a esos dos personajes
–figúrense que cuando "La tormenta del desierto" o
"La guerra de las galaxias", como se dice que la llegó a
llamar el presidente actor, se decía que Hussein era "El
anticristo"- yo no asevero nada, sólo lo relaciono con los
refranes y lo que de "verdad", siempre tienen. Después de
todo: "De los perros se ve, de los gatos se oye, de la gente se
dice".

Pero además de los gringos, pensemos
en la alianza que hicieron con Inglaterra y España. Los
líderes de esos países han de tener ambiciones
importantes en relación con esa alianza, de seguro
petróleo, porque ambos tienen problemas de inestabilidad
interna, y justamente en la línea del terrorismo.
Quizás atenuados en Inglaterra pero no erradicados, y en
España, la verdad es que nunca han podido resolver su
conflicto con los vascos como para que no se percaten que
están importando un enemigo terrorista
más.

Entonces no sólo no pensaron que:
"Cuando veas a tu vecino rasurar pon tu barba a remojar", a
propósito del 11 de septiembre, sino que "Se fueron a
meter al ajo". Tampoco captarán que están
"sembrando vientos…" y que, de alguna manera, "Se les hizo
chico el mar pa´aventarse un buche".

Refranes sobre la
mujer y consecuencias de vivir en condiciones de predomino
masculino

Dicen unos versos de una conocida
canción de Joan Manuel Serrat:

"No llores porque no me voy a
quedar

Me diste todo lo que tú sabes
dar.

La sombra que en la tarde da una
pared.

Y el vino que me ayuda a apagar mi
sed.

¿Qué más puede
ofrecer una mujer? "

Joan Manuel Serrat.

La mujer, con varias ventajas sobre el
hombre, tiene mucha tarea atrasada: instrumentar el drenaje de
una gran cantidad de resentimientos acumulados y construir la
oportunidad de poder devolver al sistema patriarcal,
(ojalá que de manera productiva y no revanchista como
parece haberle ocurrido al hombre al salir del "matriarcado"),
sometimiento, afrentas y humillaciones milenarias sufridas. La
verdad es que la humanidad no puede darse el lujo de una "guerra
ínter-sexual" mientras los poderosos terminan de destruir
el planeta.

Más nos vale, porque la
hegemonía del "divide y reinaras", encuentra su
complemento perfecto con el: "A río revuelto ganancia de
pescadores". Esa es la labor de la ideología. Incluso,
ampliando algo que ya habíamos mencionado, hoy se dice
mucho alrededor de que el ataque a las Torres fue una estrategia
de los mismos gringos para legitimar a Bush en el poder y para
reactivar su economía "fabricando" las condiciones que les
permitieran retomar y explotar su trayectoria y experiencia
guerrera. Después de todo no sería la primera vez
(piénsese en lo que se dice respecto de que sabían
del ataque japonés a Pearl Harbor) y que, además,
son los más grandes fabricantes de armas y,
tecnológicamente, los más calificados del
mundo.

Pero, regreso mejor a los refranes de
mujeres. Parafraseando a Engels, (1884), desde la
aparición de la propiedad privada, justamente en
relación con la "posesión exclusiva" de la mujer, a
ellas les ha tocado: "Bailar con la más fea" o "con el
más feo" porque en relación con los hombres:
"Debajo de la manta, ni la hermosa asombra, ni la fea espanta", y
es que pasó a ser un objeto, una posesión. Fue
cosificada y mercantilizada. En el mejor de los casos, para los
gringos y algunos pueblos europeos, fue convertida en un "objeto
de lujo".

Hasta la fecha, muchas mujeres parecen
asumirlo más o menos inconscientemente. A muchas de ellas
se les ha tornado muy importante embellecerse por vía
cosmética y de múltiples cirugías, para
conseguir mejores condiciones de vida.

Si es que fue cierta la época del
matriarcado, pareciera que, en efecto, el patriarcado, tiene
matices como de revancha. "Bailar con la más fea"
significa que al sujeto en cuestión le tocan las
desventajas dentro de una dinámica manipulada e
ilógica que presupondría que, incluso por azar, por
cada mala se podría esperar que la siguiente fuera buena,
es decir, 50-50. En ese sentido nos recuerda algo escrito antes;
"cuando nos ha tocado bailar con la más fea" es, por lo
menos en parte, equiparable a: "No sentir lo duro sino lo
tupido", mientras dure el baile. Un refrán como
éste, se le habrá inventado a un boxeador,
después de una hondonada de golpes preliminares a caer o a
que le detuvieran la pelea. Pero también se aplica a las
lluvias, por ciclones, en las tierras altas. Una esperanza en el
caso del boxeador que, después se pudiera decir que: "Lo
salvó la campana". Pero entonces, la mujer se ha tenido
que ajustar a la dinámica y ejercicio del machismo, no sin
haber gozado de algunas ventajas, como ocurre con los
síntomas, al principio permiten una adaptación que
sólo con el tiempo cobra sus dividendos. Pero seguimos
hablando de la mujer y sus contradicciones, porque igual
llegó a ya "no haber sentido lo duro sino lo tupido" y,
acaso, no siempre la "salvó la campana". Si ¿no?,
quién creen que se habrá inventado aquel
refrán de: "Dios y hombre", pues una de dos, si no fueron
los curas, fueron mujeres dependientes.

Pero, pues no debemos olvidar que "Los
caminos del Señor son misteriosos". Y una herencia para
aquellos que se la creyeron a pie juntillas, fue escribir la
historia de la alta incidencia de infartos en los hombres
comparado con una mínima que padecían, hasta hace
poco, las mujeres. Porque con el gran desempleo existente hoy
día, se han incrementado los suicidios de hombres, han
disminuido los de mujeres y éstas están emparejando
las estadísticas en materia de proclividad al infarto
(Testimonio verbal de la Maestra Zoila Rodríguez, UIC.
México. 2004)

Su contrapartida fue: "Mujer y demonio",
pero esa sí sabemos que está en la Biblia,
aludiendo a la exigencia y dificultad del celibato.
Imagínense, ahora resulta que si al curita o religioso:
"Se le calienta la hormona", es culpa de una mujer que trae al
demonio adentro, o del demonio que se mete en una mujer para
"tentar" al pobrecito indefenso.

Un consejo para quienes deben respetar el
celibato, les dice el pueblo: "Salud y el credo, atrás un
dedo, por si se les sale un… suspiro". Pero "mujer y
demonio" equipara a ambos, o sea que ¿son uno y lo mismo?,
esto permite deducir que es una flagrante proyección
racionalizada. La mujer viene tratando de no, simplemente,
renunciar de forma pasiva, a cualquier posibilidad de cambio, en
aras de un respeto y tratamiento igualitario. En efecto, ha
pagado elevados precios. El hecho de que cada vez sean más
las mujeres que optan por renunciar a la maternidad o decidan no
casarse, es ejemplo de ello. Y es que la maternidad ha de ser
algo duro de no asumir, pero esclaviza y ancla, al menos en la
fantasía, con un hombre.

Y, nuevamente las diferencias,
habrán sido motivo de muchos corajes y envidias por la
libertad y el libertinaje del hombre de la cultura del machismo:
"Envidia del pene" y algo más. Pero, que
contradicción porque también la mujer ha jugado su
papel activo en ese asunto. En cualquier momento de la
niñez del hijo que hubiera podido significarle feminidad o
amaneramiento, pues de inmediato era motivo de angustia y,
automáticamente, era inducir y reforzar cualquier actitud
o conducta hacia el otro extremo. Y aunque así ha sido, no
tenemos nada que hacer al respecto si nos comparamos, por ejemplo
con los japoneses o con los musulmanes. Quizá por eso la
condición de la mujer allá es todavía
más tremenda.

El refrán: "La mujer es fuego, el
hombre estopa, llega el diablo y sopla", quizás variante
de "El hombre es fuego, la mujer estopa, llega el diablo y
sopla", a saber, nos coloca a hombres y mujeres en una
situación de condescendencia: "Curándonos en
salud", por mucho que, y aunque: "De nada sirve curarse en
salud", pues al menos brinda la oportunidad de justificarnos
hasta cierto punto, dado el poder del instinto o de la
pulsión sexual; y digo hasta cierto punto, porque, en
efecto, desde la fuerza natural del instinto, la cual, de no ser
así, podría poner en peligro la supervivencia de la
especie, más un temperamento fuerte, que además, es
herencia, pues sí, se puede aceptar.

Pero ni estamos en peligro de
extinción por decaimiento sexual, por lo menos en
América, sino más bien desfasados en materia
demográfica y contaminando por lo mismo; por lo tanto, no
podemos dejar de pensar que el refrán se lo hubiera
inventado alguien: "De temperamento ardiente" o de precariedad
moral, ya sea rigidez o indulgencia. Porque ¿en
dónde se deja la ternura?, podría disculparse en el
adolescente e inmaduro, pero no se justifica en general. Un poco
en broma pero no de mentiras, "la mujer es fuego…" pero como
soplete y "el hombre estopa…" pero como bañado en
gasolina, las veces del diablo las tendría que jugar el
consumo de drogas o el trastorno fronterizo, por lo demás,
valiéndose del "lenguaje del cuerpo" e irradiaciones de
feromonas, porque o es locura o ignorancia y primitivismo casi
animal, el abandonarse al instinto. Nietzsche, se volvería
a morir.

Pero si en materia de poder y de
ambición los "poderosos" y "desarrollados" reflejan andar
tan mal, que les permite ir tan bien que: "Van en caballito de
hacienda", apropiándose de lo ajeno, destruyendo la
ecología y "usando" a la gente como peones de ajedrez y de
los otros, a lo mejor podríamos darnos el chance de:
"Pegarle duro al peligro", por aquello de correr riesgos sin las
debidas precauciones conceptivas, o lo que es igual que decir:
"Ponerle Jorge al niño" sin ton ni son y con singular
alegría. Pero sería "hacerle el juego" al instinto
de muerte, por aquello de las prácticas de alto
riesgo.

Pasando a otra cosa pero dentro de la misma
línea, todos hemos escuchado y contado chistes de
gallegos. Y como dice el refrán: "Cuando el río
suena, agua lleva" que, dicho sea de paso, vale para todo lo que
se dice de los gringos; pareciera que los gallegos no se han
preocupado mucho por cultivarse culturalmente. Pero ¡ah!
cómo son buenos para ganar billetes. Una amiga de origen
gallego, profesionista, me decía que no le ofenden para
nada los chistes de gallegos, que sobresalen, efectivamente, la
mayoría porque privilegian trabajar, hacer negocios y
generar dinero, sobre el estudiar y prepararse
académicamente. Que tienden a ser muy cerrados pues
procuran no casarse más que entre gallegos y que,
aquí en México, son los dueños de la
mayoría de los hoteles de paso que hay, entre otros tipos
de negocios. Ahora ya sabemos que, acaso, los gallegos son los
culpables en el hecho de que "la mujer sea fuego y el hombre
estopa", o sea, ellos han de ser el diablo que "sopla"
llenándonos la Calzada de Tlalpan con hoteles de paso, ya
hasta llevan un buen tramo de la carretera federal a Cuernavaca.
Pero, bueno, después de esta broma de gallegos, "cuando el
río suena agua lleva" significa, que hay cosas que resulta
muy difícil ocultarlas y que la gente captamos mucho
más de manera intuitiva que lo que de manera consciente
podemos referir. Porque hay conocimientos, como el de los
refranes que, en mucho, se nutren justamente de
información intuitivo-inconsciente.

"A la mujer ni todo el amor ni todo el
dinero". Desde su inseguridad, el hombre, y dada la actitud
femenina de dependencia, pretende ejercer un control sobre la
mujer, colocándola en la condición de "algo" de su
propiedad, para lo cual debe resquebrajarles el narcisismo,
normalmente, mayor en ellas. Pero, de alguna manera, pareciera
que se pretende mantenerla "motivada", como en cierto estado de
deprivación, tal como los psicólogos
experimentalistas hacen con sus sujetos experimentales, para
potenciar su respuesta y proveer de las condiciones para el
"moldeamiento" de ciertas conductas "deseables". En ese sentido,
el refrán denuncia que aquel que no puede "controlar" a su
mujer, no sabe la estrategia y por ello, la probabilidad de pasar
a ser un "mandilón" es mayor. Asimismo, vale para
reflexionar sobre la tendencia del varón a la
autoexaltación narcisista, pero proyectada en la
mujer.

Se acostumbra decir que cuando alguien se
casa ya tiene "seguro" al otro y entonces: "Enseña el
cobre" porque mientras novios, todos procuramos presentar,
"nuestra mejor cara" ocultando desplantes y defectos de
carácter como vicios o ciertas costumbres que descubrimos
como incompatibles con las de la pareja en cuestión. De
ahí que también el pueblo descubrió que: "Si
quieres conocer a Inés, vive con ella un mes". En el
análisis, la forma por excelencia para analizar el
carácter, es la psicoterapia analítica de grupo,
porque es desde la forma de reaccionar y el modo de
relacionarnos, como se pueden resaltar los rasgos del
carácter y analizar lo que provocan en el (los) otro(s) El
analista debe señalar esas sutilezas; puede y debe hacerlo
en el análisis individual, pero, asimismo, deberá
ser capaz de no temer la transferencia negativa y desarrollar
habilidad para interpretarla sistemáticamente y así
evitar una de las formas que provoca el surgimiento de la
"reacción terapéutica negativa". La convivencia en
la cotidianidad es la mejor forma de conocer al otro a
profundidad. En ese sentido, el pueblo tampoco se equivoca cuando
ha dado un espacio considerable a la posibilidad de las "uniones
libres" previas al matrimonio, o como una forma permanente de
relación. Por lo demás, pareciera que fue un hombre
que se quería "curar en salud" o una suegra quienes
inventaron el refrán, porque, aunque hay unos peores,
Inés es un nombre preferentemente femenino, sin embargo,
hay quienes se han aventado la puntada de llamar a un hijo
José Inés.

"Las mujeres son el diablo, parientes del
alacrán, cuando ven al hombre pobre paran el rabo y se
van". En grupos de adolescentes, frecuentemente los muchachos se
quejan de que "todas las mujeres son unas interesadas" y
racionalizan diciendo que si no tienes auto o que si no vistes
ropa de marca, no "te pelan".

Hay otro refrán que puede
complementar lo que se pretende decir aquí: "Cuando el
dinero sale por la puerta, el amor salta por la ventana". Es
decir, muere, se suicida o huye. La primera vez que
escuché este refrán, justamente me lo dijo un amigo
que habiendo tenido que cerrar su negocio, se quejaba del cambio
de humor y de actitud de su esposa. Y, a fuerza de estar
él mismo "metido" en la situación, no se percataba
de su propia alteración. Era evidente que estaba entre
deprimido, enojado y desesperado. Por lo mismo, intolerante y
reactivo. Pero, ¿qué se debería esperar de
la mujer?, ¿que no tomara ninguna providencia en aras de
su seguridad, bienestar y tranquilidad?

Hubo tiempos en que las parejas se casaban:
"A la buena de Dios" y empezaban "de las nada" o a partir de lo
que los padres les daban. La desaparición del modelo de la
familia extensa, en el cual, incluso, el recién casado
trabajaba con el padre, el abuelo o algún familiar y la
esposa se agenciaba a la familia y a las actividades de la casa
de sus suegros, ya no es más una alternativa.
Principalmente para bien. Porque por eso era que muchos
niños menores de veinte años se casaban. Ahora si
que aventándose: "Como el borras", y confiando en la buena
suerte o simplemente sin pensar. Y luego, sin ninguna guía
ni consejo, incursionaban en la paternidad, con los asegunes
conocidos por todos. La decisión de casarse "a la buena de
Dios" o: "A la viva México", ocurría en tiempos en
que primaba el abrigo de la ignorancia, principalmente en la
mujer, y a partir del modelo rural de familia extensa de hace
más de medio siglo. "A la viva México", alude a la
forma como inició la guerra de independencia. La
"conspiración" había sido descubierta y todo se
tuvo que acelerar. Justamente fue Hidalgo el que arengó
con el "grito de independencia".

Quizás desde los buenos deseos de
los mayores, se inventó este otro refrán: "Todos
los niños vienen con su torta bajo el brazo", tal vez
porque, sin darse apenas cuenta, algunos padres, en el mejor de
los casos, asumían en automático la responsabilidad
que se camuflajeaba con la emoción y el contento de ver a
un descendiente. De cualquier manera, tener un hijo marca el
momento para cambiar de actitud frente a la vida. Hay quien lo
puede hacer y hay quienes no. Pero lo sano sería que el
cambio de actitud del padre fuera lo que garantizara que el
niño "viniera" con su torta bajo el brazo. La realidad y
muchas madres abandonadas o engañadas, hicieron madurar a
la mujer. Después, la economía, impredecible por
cierto, que la empezó a demandar en ámbitos
industriales y comerciales, así como el deseo de
superación y las posibilidades de estudiar a nivel,
primero técnico y luego universitario, la ha llevado a
mejor decidir escoger que ser escogida, y a planear qué
quiere hacer con su vida. De tal manera que hoy día muchas
mujeres deciden no casarse, tener un hijo sin casarse o, incluso,
no tener hijos. Muchas de ellas son empresarias e industriales,
cabeza de familia; otras son directoras de área o gerentes
y por ello, también cada vez son más las familias
que viven con "roles invertidos".

A mis pacientes adolescentes cuando se
expresan como se observara antes: "todas las mujeres son unas
interesadas" suelo decirles irónicamente, -pues si, ya no
se dejan utilizar y se ocupan de prever su futuro, su seguridad y
optan por su conveniencia, ahora ellas escogen.
¿Qué ingratas verdad? Y ellos entienden la
ironía. Si estuviéramos como los gringos que pueden
alcanzar un ingreso decoroso, incluso en la condición de
contratados, las mujeres seguirían, tal vez, sintiendo que
se les hace un favor al quererlas. Si no hubiera sido ella quien
empezara a ver por sí misma, quizás estaría
igual que hace cincuenta o cien años. Por eso, se
habrá inventado aquello de que: "El que quiera azul
celeste, que le cueste" y quizás hoy, más que
nunca, es claro que todo tiene un costo. Nada es gratis. Del
impuesto por las puertas de Santa Anna (1794-1876) al impuesto
por enfermar que quiso cobrar Fox y que en cada sexenio se vuelve
a mencionar -porque cobrar impuesto por las medicinas significa
eso en esencia, aún cuando no sería sano olvidarse
del "comercio con el dolor humano" de muchos médicos y
laboratorios farmacéuticos- en realidad, hay poco de
diferencia. Pero, por ejemplo los impuestos de tenencia, el
"ietu" y el impuesto sobre nóminas es otra "santa annada"
que se inventaron los del PRI. Sin embargo, se puede entender que
con la política de "salario mínimo" existente y
entre más seamos y más destruyamos la naturaleza,
haya, asimismo, más demanda, escasez y, por ende,
carestía. También se puede pensar que no ha de ser
fácil la decisión para los políticos de,
simplemente bajarse los sueldos, reducir sus excedentes de
personal, correr a una gran cantidad de burócratas que
sólo sirven para armar "embotellamientos" en las oficinas
de gobierno (como los de tránsito en el periférico
en horas pico o por los "segundos pisos" y las autopistas
urbanas), y que son herencia: "hijos" del paternalismo y
estrategias mediatizadoras priístas, sobre todo por el
papel que juegan sus propios "hijos cuervos": los líderes
sindicales a quienes los mismos políticos llegan a temer.
Quizás más los políticos nuevos, los no
priístas, porque todo mundo recuerda como le fue a La
Quina con Salinas de Gortari.

Y es que con los políticos de hoy,
como con los puerqueros: "En el negocio de los puercos todo es
dinero y en el negocio del dinero todos son puercos". Eso
justifica aquello de: "En la política se ganan amigos de
mentiras y enemigos de adeveras". Pero, "Para que la cuña
apriete, ha de ser del mismo palo". Carlos Salinas de Gortari fue
el último de los presidentes (hasta ahora) de la antigua
camada. De aquellos que mandaban matar periodistas, opositores y
estudiantes y "corregían" sus errores con sangre. De los
mismos que, como Echeverría, se adueñaron de
territorios enteros.

En fin. Pero, ¿por qué
habría de conformarse eternamente la mujer con un trato
desventajoso, injusto e impar? Y por otro lado,
¿cómo encontrar el justo medio entre el trabajar
para pagar y darse lo que uno quiere y necesita, sin caer
víctima de la corrupción, la superficialidad y/ o
la enajenación, dado el bombardeo sistemático de
publicidad y mercadotecnia a través de todos los medios de
comunicación masiva? Más o menos se entiende que
"azul celeste" quiere significar un lujo. Y no es tan simple como
que el que se lo quiera dar, que lo pague. Porque si es un
político, lo va a pagar con dinero del pueblo. Si es un
empresario, va tener que escamotearlo de los impuestos o
"apretar" más la nómina o bajar la calidad de sus
materiales, y si es un (¿habrá una frontera bien
definida entre ellos?) delincuente de cuello blanco tendrá
que incrementar sus ilícitos, etc.

Si "azul celeste" se refiere a una mujer
hermosa, narcisista, ambiciosa y caprichosa: "Sálvese el
que pueda" porque, además, se pierde la cordura. Pero no
es cosa de la mujer, porque como bien aconseja la moraleja de la
ranita que quería emigrar a la ciudad: "Nunca hay que
perder la cabeza por unas nalguitas"; el hombre, para que
así ocurra tiene que: "Ser tierra fértil", lo cual
es frecuente durante la adolescencia o en la crisis de madurez
pues, como se dijo antes son los períodos de la vida en
los que, por re-exacerbación del impulso sexual y la
angustia existencial, el hombre suele "Ponerse de
pancita".

Los sabios del pueblo sugieren: "A la mujer
y al aguardiente, de repente". O como en la variante: "A la mujer
y al viento, pocas veces y con tiento". Obvio, se refieren a un
tipo de acercamiento con intención de: "Echarse una cana
al aire" porque cuando las cosas no son claras en ese sentido, en
realidad se engaña, y provoca en la mujer resentimiento e
indignación plenamente justificados. Por eso será
que: "A la mujer, como a los charcos, derecho y de frente". Es
decir sin mentir, sin dobleces, sin querer: "Pasarse de listo",
porque como decía mi papá "Sale uno a buscar
pendejo y lo encuentran a uno".

Otro refrán dice: "A la mujer, por
lo que valga y no nada más por la nalga". Este es un
bonito refrán que denuncia la "cosificación" de la
mujer, por un lado, y la escisión por el otro; pues quiere
decir que hay dos tipos de mujeres: "buenas" y "malas", buenas y
feas, valiosas y desvaloradas u honestas y prostitutas. Pero
denuncia también la debilidad masculina ante la fuerza del
impulso y la encomienda instintivo-biológica, de
naturaleza animal, "embarazadora", del hombre, misma que, en su
momento, estuvo probablemente al servicio de la supervivencia de
la especie. Para ello, la percepción visual, como en la
mayoría de los animales que no se rigen directamente por
el olfato, juega el papel central en la atracción para la
activación del impulso sexual. De hecho, hay una serie de
expresiones: "está embarazable", "está
ensabanable", "está muy correcta", "está muy
potable", etc., que aluden a lo mismo: la vista comandando a los
demás sentidos. Y aquí detectamos otra dificultad:
¿cómo encontrar el justo medio entre la necesidad
al servicio de la civilización, de aspirar a la fidelidad
–y como observara Freud en "La moral sexual
<<cultural>> y la nerviosidad moderna" (1908d)- sin
enfermar emocionalmente, por la represión, y/ o la
amargura?

Para la mujer la fidelidad es algo menos
complicado porque su encomienda, la maternidad y el maternaje, le
ocupan años. Pero también porque la
ideología de la cultura en el poder, la a moldeado desde,
casi siempre para reprimirse. Aún así, la mujer
contemporánea se permite una libertad sexual mucho mayor
que hace un par de décadas, y claro, para el pueblo, con
el riesgo de que después se diga que: "Les pasó lo
que al tamal de la tía Chencha que se lo acabaron a
probadas". Pero el verdadero peligro es otro, porque es bien
probable que muchas de las enfermedades de origen sexual,
encubran sentimientos de culpa inconscientes y sean, por tanto,
inducidas o hasta "buscadas" por necesidad inconsciente de
"purga".

Otro refrán de mujeres dice: "Beatas
de las que el diablo arrebata". Denuncia a las mujeres que, de
repente, no salen de, o no fallan a, la iglesia. Pero luego,
así como algunas pueden ser muy "modernas" y locuaces en
ciertos lados, otras podrán ser, por lo general,
coléricas, hostiles, altivas o despreciativas.

En términos de agresividad, hay un
refrán que dice: "A la mujer brava, darle cuerda larga"
que se parece, por cierto, al refrán, ya visto, "Dale
cuerda, solito se manea". Es decir, "A la mujer brava…"
déjala que solita se amuele. ¿De dónde tal
seguridad? Probablemente denuncia el hecho de que la mujer,
siendo principalmente más emocional que el hombre, se
pierde con mayor facilidad tanto por el enojo, como por el
enamoramiento. Antes veíamos que el hombre se pierde
más fácilmente que la mujer por el impulso sexual.
Una amiga analista, de origen judío, me comentaba en
alguna ocasión que la mujer se enamoraba a partir de la
experiencia sexual, mientras que el hombre se podía
mantener "enamorado" en tanto que no conseguía que la
mujer cediese al coito. Me parece que, quizás en ocasiones
puede ser así. Sigue teniendo mucho de enigmático
el por qué se enamora la gente.

Dice un chiste "El enamoramiento embrutece,
tanto, que hasta la gente se casa". Y luego: "A la mujer casada,
el marido le basta". ¿Y quién dice? No pasa por el
hecho de ser casada o no, también cuenta que el marido
cumpla con su deber y que, entre ambos, haya por lo menos
"voluntad". Por lo demás, será el deseo del que
inventó el refrán.

La contrapartida: "La mujer, como la
escopeta, cargadas y atrás de la puerta". Es decir,
controladas y a la mano. ¿Qué tanto se puede
permitir la mujer estando embarazada?, por lo tanto se la tiene
segura. Y la escopeta, si de repente la requiere alguien y no la
encuentra y si a las mil que la halla resulta que no está
cargada y los cartuchos perdidos, pues valiente arma. Este es un
refrán también del México predominantemente
rural, de los tiempos en que la mujer no contaba más que
para robársela y embarazarla, pues luego ni sus
papás la querían. Recuérdese el corrido de
la Martina. Cuando "le pinta el cuerno" al marido -siendo una
niña de 15 años, que extraño, o el marido
"era puñal", nunca estaba o le fallaba el arma-
éste la lleva con sus suegros a devolverla y resulta que
el suegro le dice que no, que la iglesia se la entregó y
que él no se la recibe. O el suegro le sabía algo a
su hija y ni así, o "que poca". Ahora si que la mataron
por culpa de él. Algo de eso ha de ocurrir con las muertas
de Juárez.

Otro refrán dice que: "A la mujer,
el diablo le dio el saber". Bueno, de entrada se está
reconociendo que la mujer sabe. O sea que el que inventó
este refrán a lo mejor venía "pagando con monedas
de inteligencia", pues no se había percatado de que las
mujeres no nada más piensan, sino que pueden ser
tremendamente agudas, pues además de la inteligencia
intelectual, cuentan con la intuitiva en un nivel muy superior al
del hombre.

Sin embargo, también pudiera estar
denunciando el hecho de que con el paso del tiempo, el
ímpetu del varón cede y el de la mujer crece; el
hombre, porque tiende a deprimirse al envejecer y la mujer porque
se torna colérica. El varón, sobre todo el de clase
media y de ciudad, porque cifra su valía en su potencia
sexual y laboral. La mujer, porque pondera qué tanto pudo
haber valido la pena su proyecto de vida, la tolerancia y sus
esfuerzos ante un marido que ya dio lo que podía y a lo
mejor se esperaba más de él. Pero esta
evaluación ocurre cuando la vida ya se le está
acabando. (Corrobórese con el trabajo "Problemas vitales
del hombre adulto" en Psicoterapia de niños y adolescentes
de Annemarie Dührssen, 1960-1966) Mi papá
decía: "En el momento que empiezas a entender la vida, ya
te vas".

"A la mujer y al ladrón, quitarles
la ocasión" y otra vez, el que lo creó se vale de
la proyección porque ahora resulta que la mujer
sólo anda buscando la ocasión, ¿pues
qué pasó con aquello de que la mujer reprime
más? Sin embargo, queda claro que el que debe hacer el
esfuerzo por no andar: "Buscándole ruido al
chicharrón" es más bien el hombre, en aras de la
civilización. O como se observa en la siguiente variante,
es él, el que debe de ocuparse de no andar:
"Buscándole tres pies al gato sabiendo que tiene
cuatro".

En el intento por "querer curarse en
salud", seguramente que también un hombre inventó
ese otro refrán que dice: "A la mula y a la mujer, a palos
se ha de vencer"; y esta idea está tan al orden del
día que es bien probable que muchos de los que
todavía acostumbran a golpear a sus mujeres, estén
plenamente convencidos de que así debe de ser. Y basta con
que estemos al pendiente de las noticias o de los programas
incluso importados de televisión, para que nos demos
cuenta de que no es privativo de ninguna "cultura" ni de
ningún nivel social.

"La mujer buena no tiene ojos ni orejas" o
sea que debe tolerarlo todo, ¿si no? no es buena. Muy
coherente con: "La mujer que te quiere no dirá lo que en
ti viere". En efecto, cuando amamos a alguien, sus "defectos", en
el mejor de los casos, nos parecen "pecatta minuta". De eso a ser
tonto, en tanto que hay de defectos a defectos, pues hay mucha
diferencia.

Desde el resentimiento y la inseguridad
paranoide, para muchos hombres: "La mujer es honrada hasta las
dos de la tarde" como si por la necesidad de comer tuviera que
perder la honra.

Este tipo de hombres débiles
aconsejan: "La mujer honrada, la pierna quebrada y en casa" o
sea, no sólo atemorizada. El concepto de mujer que un
varón tiene, se remonta a la imagen que internalizó
de su propia madre y como: "De todo hay en esta viña del
señor", la locura misma habrá tenido que ver con la
calidad de relación temprana vivida. Pero esto nos
estaría hablando de la enfermedad emocional de hombres y
mujeres y no de particularidades de la mujer. Probablemente, un
estudio más profundo de refranes sobre la mujer
podría darnos luz para entender mucho de lo que
actualmente pasa en materia de violencia intrafamiliar y
violencia hacia la mujer en particular.

"La mujer, en sus quehaceres, para eso son
las mujeres". Es decir, en casa y en las labores del hogar. Dadas
las, ya viejas, condiciones económicas difíciles,
sólo a regañadientes y con desconfianza,
todavía cuesta trabajo a muchos hombres "tolerar" que sus
esposas trabajen. ¿Será un resabio de la paranoia
que indujeron los abusos sexuales de algunos hacendados de las
épocas pre-revolucionarias? ¿O una herida
narcisista heredada del mestizaje
amerígena-español?

Quizás la mejor manera de pensarlo
es otra vez desde el Psicoanálisis kleiniano, a partir del
pasaje "normal" por la posición esquizoparanoide y las
dificultades, también "normales", que conlleva esa etapa.
Específicamente, por el hecho de que la relación
temprana bebé-madre, los involucra a ambos.

Es decir, esa primera relación es,
invariablemente, entre el bebé y una mujer y en
circunstancias, muchas veces, condicionadas. Unas fortuitas y
otras determinadas por la patología, del hombre, de ella,
de ambos, de la familia y/ o de la sociedad.

Algunos refranes
sobre el hombre

"Hombre que no da y cuchillito que no
corta, si se pierden no importa". Se espera que el rol del hombre
sea el de proveedor, de modo que si no lo cumple no le significa
ningún atractivo a la mujer. En alguna ocasión un
amigo le decía a otro: Oye que bien está tu
secretaria ¿ya le brincaste? Y el otro le respondió
–No cómo crees, luego no me la podría quitar
de encima. A lo que el primero respondió: ¿A poco
se te hace difícil deshacerte de una chava?, con que no le
des de comer, solitas se regresan a su casa. (¡!) Sin
palabras.

"Hombre casado burro domado". Evidentemente
que al casarse, lo sano es que se aboque uno a cumplir con las
obligaciones y responsabilidades que implica la decisión,
y la condición. A partir de entonces, la dependencia
respecto de los padres y el placer de la irresponsabilidad que
entran en crisis con la necesidad de independencia en la
adolescencia, son totalmente incompatibles con el rol de
casado.

Es una tarea nada fácil de entender
y asumir en el principio del matrimonio, sobre todo cuando en la
propia familia de origen no era claro. Otra canción de
Serrat, dice:

"La mujer que yo quiero

Me ató a su yunta

Para sembrar la tierra

De punta a punta

La mujer que yo quiero

Me ató a su yunta

Pero por favor, no…

se lo digas nunca"

Joan Manuel Serrat.

O sea, más que de burro, en
condición de buey. Eso es enamorarse. Para el hombre
implica renunciar a la irresponsabilidad y a la actitud materna
indulgente. Tiene que trabajar y sostener a su familia. Y entre
más macho, que no pueda tolerar que su esposa trabaje,
más tendrá que trabajar él. Como buey, de
sol a sol. Pero también debido a eso es que se dice que
son las mujeres las promotoras del estatus.

Del enamoramiento: "Hombre enamorado,
espíritu esclavizado", porque el objeto de amor lo es todo
y vale todo, uno no es nadie y sin el amor del ser amado tampoco
vale nada. En otro refrán el pueblo observa: "El que se
enamora no lo nota, pero al poco tiempo se vuelve idiota" y
aunque eso les pasa a hombres y mujeres, seguramente que estos
refranes fueron inventados por los amigos, en parte tristes, en
momentos celosos y en otros, envidiosos, de los enamorados. O por
las suegras… Al enamoramiento se debe la gradual
disolución, en ocasiones no sólo de la
dinámica original, del grupo de adolescentes. En realidad
el refrán denuncia también la pérdida,
cualitativamente hablando, de cierto grado de libertad y
autonomía. Por lo demás, a partir del
establecimiento de una relación, las decisiones ya no son
unilaterales, principalmente respecto de lo que atañe a la
pareja. Y tampoco podemos soslayar el hecho de que para algunas
madres, la hija significa trabajo doméstico y/ o aporte
económico, y, entonces, lo que menos les emociona es que
la hija se enamore.

Cuando las cosas llevan hasta el
matrimonio, para el pueblo: "Hombre casado, hombre acabado".
Desde mi propia condición de casado, creo que lo que se
querrá decir es que se convierte uno, necesariamente, en
un señor. Lo que se acaba, o, por lo menos, se debe de
acabar, es el "reventón". Sobre todo cuando vienen los
hijos. Incluso, el hombre debe tornarse prudente y precavido. En
lo emocional, no se puede más, sin consecuencias,
escamotear la ternura. Quizás una dificultad en ese rubro
es lo que hace a padres primitivos "actuar" el impulso sexual con
los hijos y de ambos sexos. Y aunque la ignorancia no justifica
la locura, tampoco la cultura, la inteligencia y la
economía, son garantía de salud o equilibrio
emocional: "En todos lados se cuecen la habas".

De alguna manera, este refrán me
recuerda ese otro que dice que: "A la bondad la llaman tarugada,
y al bondadoso tarugo". Y es que el individualismo "aconseja" que
el que no aprovecha las "oportunidades", sin miramientos, es un
tonto. Encontrar el justo medio entre las oportunidades
lícitas y las transgresiones, es una cuestión que
cada vez se hace más nebulosa. Ya cuando fue creado este
refrán la bondad parecía un valor pasado de moda.
Hasta la palabra "tarugo", en el Larousse (1992) no la incluyen.
En la biblioteca de consulta Microsoft Encarta (2003) la
definición que se encuentra más apropiada nos dice
que es "Una persona de rudo entendimiento" o un "Hombre de mala
traza pequeño y gordo"; pero otra definición
allí mismo observa que es "Un pedazo de madera, trapo u
otro material que sirve para tapar un agujero". En las
máquinas industriales de coser, se le llama "tarugo" a un
trozo de madera de forma cilíndrica situado en la parte
superior derecha del mueble y que sirve para recargar la "cabeza"
de la máquina cuando se necesita revisarla o limpiarla. Es
decir, su papel se reduce a soportar el peso de la cabeza de la
máquina, pues se la recarga sobre él. En otras
palabras un "tarugo" es algo o alguien que sirve exclusivamente
para algo elemental y superfluo. Y si la bondad es una "tarugada"
quiere decir que es una tontería, una cosa intrascendente,
superflua. Interesante, ¿no?

Lo "importante", es, y muy en coherencia
con "los fines justifican los medios" de la ideología del
sistema en el poder, ganar, salirse con la suya, demostrar que se
es "superior", más capaz, más osado o más
"fuerte". En las películas gringas, el tarugo
equivaldría al "perdedor" o al "nerd" que contempla los
valores de antaño, otras cosas que no son el deporte, ser
el "más popular" o la violencia. Por eso sus niños,
cuando se frustran, balean compañeros y maestros en las
escuelas… no les gustará ser
tarugos…

Pasando a otro refrán, el pueblo
detecta muy bien las actitudes del paranoide: "Hombre celoso, es
cornudo o quiere serlo". ¿Se imaginan? ¿Por
qué un hombre querría ser "cornudo"?, bueno, pues
la teoría psicoanalítica contempla que un cierto
montante de libido de naturaleza homosexual (fijaciones al objeto
incestuoso o fijación entre el final de la etapa
esquizoparanoide kleiniana y la anal freudiana) ha permanecido
sin resolverse con las consabidas consecuencias en
términos de permanencia de libido de naturaleza homosexual
no ligada que induce "pendientes" en los procesos de
identificación psicosexual.

Según el modelo kleiniano, debido a
ciertos pendientes en la elaboración de las ansiedades
persecutorias (0 a 3 meses), se refuerzan, y, posteriormente, por
fijación, se reeditan a niveles de etapa anal,
retentivo-incorporativa, (13 a 30 meses) con las consecuencias de
la re-exacerbación de placeres anales. Impulsos que siendo
propios del erotismo que se organiza en esa zona del cuerpo,
tienen que ver con la estimulación y surgimiento de
fantasías inconscientes de gratificación
erótica, pero mezcladas desde las formas de
gratificación oral incorporativa, y traspoladas a la zona
anal. De tal manera que provocan en el paranoico, fantasearse a
sí mismo en el rol de la mujer cuando está en el
coito. Luego, ponerse celoso, se deduce, que es algo que ocurre
con respecto de otro que al que le parece "atractivo" es
más bien a él mismo. El pueblo, por tanto, "sin
saber" pero "sospechando", alude a que el celoso "quiere ser
cornudo". Entendemos, por tanto que, en su fantasía
inconsciente, de manera vicaria y fantasmática, es
él mismo el que será objeto del acercamiento
erótico e incorporará analmente al que "provoca"
sus celos.

El pueblo agrega: "El que hambre tiene, en
pan piensa". Y entonces, complementando, "quiere ser cornudo"
porque así satisface un deseo inconsciente.

Este es un refrán
paradigmático de una interesante hipótesis: El ser
humano posee ciertos "conocimientos" especializados que no pueden
más que ser concebidos como intuiciones verdaderas o como
contenidos dentro de un "Inconsciente colectivo". Para Chomsky
(1972/ 1997) sería porque, para él, las estructuras
sintácticas son innatas.

A propósito de ese refrán,
otro dice: "Hombre dormido, culo perdido" y aquí el
Psicoanálisis nos faculta para interpretar: "dormido" es
equiparable a inconsciente pues sabemos, desde la doctrina
freudiana de interpretación de los sueños, que los
sueños, como los "ensueños diurnos" son "Intentos
de cumplimientos de deseos…" debido a que son disfrazados
o distorsionados por y "… con predominio de la
elaboración secundaria" (Freud, 1900)

Por otro lado, el refrán:
"Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente" denuncia
que no estar pendiente, es como estar dormido; que es equivalente
a decir: "Estar en la luna". Es decir, sin enterarse de lo que
ocurre a su alrededor, en la tierra. Una frase al respecto dice,
"pon los pies en la tierra" y en España se acostumbra
decir como regaño cuando alguien está despistado o
comete un error "Qué tienes en la cabeza". Un chiste de
principios de los setenta era decirle a otro con el que no se
estaba de acuerdo: "Estas madreado de tu cabeza". El siguiente
refrán alude a lo mismo: "Lo vacunaron con una aguja de
tocadiscos", que corresponde a la forma
simbólico-artística de los refranes para decirle a
alguien que está loco. O, como dicen hoy los
jóvenes, que está "debrayando".

"Hombre envuelto o cobijado, o es muy flojo
o trae algo robado". Con la primera parte: "hombre envuelto o
cobijado", lo primero que se piensa es en el indio dormido con el
sombrero puesto, de las figurillas artesanales antiguas y que
extranjeros ignorantes interpretaron como que en México no
había más que de dos leches o puros indios
"güevones" o charros a la usanza de Jorge Negrete.
Acá, también durante los setenta, se decía:
"No le hagas al ensarapado" que nos sirve para interpretar la
segunda parte del mismo refrán "… o trae algo
robado". O sea, decirle a otro que no le "hiciera al ensarapado"
significaba "qué ocultas", "qué escondes", "Escupe
Lupe" o desembucha. Incluso: "No te hagas pendejo, no te quieras
pasar de vertebra".

La molestia ante la actitud reticente de
alguien, podría inducir a que se le aplicara,
agresivamente, otro refrán, "Ya estás…":
"Como el conejo, misterioso y pendejo", pero aquí ya se
manifiesta precisamente el enojo o molestia que provoca su
supuesta reserva, la cual se siente inapropiada o
exagerada.

"Hombre hablador y vano, nunca sabio". Una
canción de Alberto Cortes basada en un poema de Violeta
Parra dice: "Aprender a callar, esa es la clave, si se tienen
intenciones de saber" y en otra parte agrega: "Que suerte he
tenido de nacer para aprender a callar cuando habla el que
más sabe…"

Hay varios refranes que tienen un
significado similar a estos versos, por ejemplo: "No a todos les
va bien el puro, nomás a los hocicones". Pero en este,
además, se está confrontando a un
"echador".

Otro refrán, más conocido,
dice: "El pez por la boca muere" afín al, también
bastante conocido: "Más pronto cae un hablador que un
cojo".

En términos generales, los
últimos siete refranes denuncian la importancia, el valor
que el hombre debe otorgar a su palabra. De ello depende su
hombría, de manera que: "La mujer por la honra, el buey
por el asta y el hombre por la palabra". Pero acá queda en
evidencia el auge del machismo: la "honra" de la mujer estaba
representada por su fidelidad y su virginidad; el buey es el
mismo hombre cuando se casa o cuando es engañado,
generalmente, por una mujer considerada deshonesta. Es decir, es
ella la culpable. Pero "la palabra del hombre", esa es la ley. Y
bueno, Cristo es el Hijo del Hombre y con la palabra
transmitía la Ley del Padre. Y bueno, no olvidemos el "En
el nombre del padre" lacaniano.

Y a propósito de parejas: "El hombre
es carne de cañón; la mujer, cañón de
carne". Acá parece denunciarse, la fuerza del impulso
sexual, la mujer puede controlar y "utilizar" a un hombre
apasionado. Pero también se puede pensar que "la mujer es
un cañón", valiéndose de sus atractivos
físicos y la resonancia instintivo-impulsiva, sexual, del
hombre; misma que lo torna en un "blanco fácil", pues "se
pone de pancita", para bien y para mal. Es decir, ante una
intención libidinal u hostil de parte de ella. Para esta
última, bastará que estuviera resentida y
trastornada, con "sed de venganza". En ambas posibilidades, la
mujer, desde el dominio que puede ejercer sobre el varón,
lo puede "proyectar" a ser productivo o destructivo, con otros y/
o consigo mismo.

La justificación para este
razonamiento podría encontrarse en el hecho de que cuando
se observa a niñas y adolescentes curiosas, precoces,
coquetas y maquilladas, suele decirse que "Son carne de
cañón" y que "Están en la edad de la
punzada".

Entonces, es el hombre el que resulta que,
ventajosamente, "Compra boleto" para el resentimiento posterior.
Y es que como dice el refrán: "El hombre apasionado no
quiere ser consolado", en donde el pueblo denuncia el placer
perverso masoquista del hombre asociado con el apasionamiento, el
cual, por regresivo, nubla la función del razonamiento. El
hombre, por su parte, y sirva el ejemplo para percatarnos de que
se siguen creando nuevos refranes, racionaliza: "Si lo uso me da
SIDA y si no lo uso se me oxida" claro, hay que ver con
quién se lo usa…

Complementando algo mencionado antes, se
acostumbra decir que las púberes, hombres y mujeres, en
ese caso: "Están en la edad de la punzada". Este proverbio
se deduce inventado por una mujer. Lo habrá captado a
fuerza de haber pasado por la misma experiencia, o por envidia de
la belleza y atrevimiento juveniles.

Los hay también románticos y
cuasipoéticos, con un tono, menos hostil: "La mujer es una
pera que en el árbol está dura; cuando se cae de
madura, la coge el que no la espera y goza de su hermosura".
Seguramente éste lo inventó un hombre "con suerte",
pues denuncia que hay quienes "se comen la pera madura" sin hacer
la labor correspondiente, como en el ya visto: "Ariles y
más ariles, ariles del carrizal, me picaron las avispas,
pero me comí el panal". Pero aquel también parece
denunciar que, con el paso del tiempo, el narcisismo femenino
decae ante el envejecimiento normal y puede llegar a devenir
enfermedad del narcisismo en forma de la cual, al inducir
depresión se defenderá con un carácter
colérico. Y si le damos crédito a Kohut,
(1971-1977), podríamos complementar lo propuesto por
Dürhssen (1960-1966), pues pareciera que, al envejecer,
muchas mujeres, por el abuso de que fueron objeto, acumulan
resentimiento y se llenan de "furia de
indignación".

"El hombre bueno no necesita abolengo",
porque la bondad es un verdadero valor, desecha las ventajas.
Otra forma de decirlo, es que la bondad presupone honestidad y
actitudes justas, para lo cual, es imprescindible el respeto por
uno mismo, por la realidad y por los demás. El poder y la
riqueza, asociadas al abolengo (prestigio viejo, patrimonio y
riqueza que viene de los abuelos), denuncia que alguien no
luchó por lo que es, ni por lo que tiene.

Aunque el haberlo hecho tampoco es
garantía de nada pues: "Un tonto y su dinero pronto se
separan", donde se denuncia que para el que hereda como para
cualquiera, la bondad es un patrimonio que aunque también
se puede "heredar" como valor, muchos deben forjarlo y todos
esforzarse por preservarlo. La prepotencia y un sentimiento de
superioridad, serán un riesgo posible. Pero, en realidad,
en todos. Porque: "El hombre es el lobo del hombre", pues cuando
los líderes enferman del narcisismo, no piensan más
que en sí mismos. Y sus procesos superiores se degradan,
viéndose infiltrados por los instintos, ansia de poder y
ambición. Entonces, "profesan" siendo un "ejemplo"
enfermo, "dan línea" con sus actos, en relación con
todo lo que se permiten, y a toda la jerarquía
descendente. De tal manera que, si no establecen una
tiranía evidente para ejercer algún control, es
factible observar un proceso de generalización de la
corrupción, el abuso y las transgresiones. Parece que eso
pasó con los setenta y dos años de priístas
en el poder. Y la bondad se pierde, arrastrando los demás
valores.

"El hombre castiga el acto, Dios la
intención", siempre y cuando se pueda preservar "El temor
a Dios". Porque hay momentos en que la realidad nos confronta con
la imposibilidad de preservar la fe. Y no nos queda más
remedio que echar de menos los tiempos de los
caudillos.

¿Será, pues, naturaleza
humana que: "El hombre es honrado hasta que quiere"? La
teoría de "La pulsión de muerte" (Freud, 1920-1923)
es el único recurso teórico que puede permitirnos
reflexionar al respecto. Justamente por su carácter
instintivo, nos recuerda el origen animal del hombre.

Después, y, por el progreso de la
civilización, es que: "El hombre es un péndulo
entre la tristeza y la alegría". El ser humano no nada
más se entristece por sus carencias y pérdidas,
también por sus fallas morales. Se dice que el
Superyó es corruptible (Testimonio verbal del Dr.
José de Jesús González Núñez,
UIC. 1986) se diluye en alcohol, "negocia" internamente las
transgresiones, trabajando duro, además de que se disocia
por enfermedad mental. Entonces, las "alegrías" que se
puede procurar el sujeto por vía de la descarga
instintiva, son efímeras y reactivan "núcleos
actuales", agrandan los "hoyos en el continuo de las
representaciones" (Botella, C. y S., 2001) Y lo instintivo no
llena los vacíos internos que dejan las experiencias de
"Lo irrepresentado" (Winocur, 1999) resultado del
desentreveramiento, en detrimento de la neutralización, de
las energías instintivas.

"El hombre hasta de sufrir se cansa". Las
circunstancias se han prestado, en algunas ocasiones, para que
ante la queja descalificadora de algún paciente
resistencial, respecto de ciertos conflictos que no ha podido
resolver, exprese: "Estoy harto de esto, estoy cansado de lo
otro", a manera de confrontación, la intervención
que me he permitido hacer ha sido en línea de: -¿En
serio estás harto?- el paciente asiente esperando ya con
una sonrisa, a fuerza de saber mi estilo, en efecto, en ocasiones
duro, y complemento –Entonces quiere decir que ahora si vas
a hacer el esfuerzo por ordenar tu vida- Todo tiene un
límite y, en efecto, "El hombre hasta de sufrir se cansa"
entonces resuelve. Otra forma de decirlo es que llega a cansarse
de gratificaciones masoquistas. Entonces, se afana en resolver.
Ello le puede requerir desprenderse de deseos de venganza, de
fantasías infantiles de dependencia y pasividad, entre
otras, lo cual puede temer enormemente por los resabios
infantiles de su personalidad, inseguridad y culpas
neuróticas. Se requiere realmente de "cansarse" de sufrir
para, por lo menos cambiar de actitud frente a la vida. Se
potenciará, por lo tanto, la productividad al resignarse
la energía invertida en la rumia
melancolicoide.

Es indiscutible que: "El hombre
nació para trabajar, como el ave, para volar", y su
derecho al descanso y al placer, se lo debe de ganar con su
trabajo, so pena de no tener para lo más elemental. Ya
antes veíamos que "La ociosidad es la madre de todos los
vicios". También a mi padre le escuche aquello de: "El que
nació se chingó, y el que va a nacer, se va a
chingar". Si bien era una expresión que acompañaba
un regaño cuando no se había cumplido con los
deberes y andaba uno "perdiendo el tiempo", se refiere justamente
a que "El hombre nació para trabajar". Y en todos los
tiempos y a todas las edades, hay deberes que cumplir.

Después de todo: "Hombre luchador,
hombre vencedor", pues como también ya veíamos
antes, "El que persevera alcanza" o "El que porfía, mata
venado" y triunfar o tener éxito no es, por lo justo,
acumular atropellando a los demás. El hombre sano lucha
por nobles ideales y se afana en preservarlos. La verdadera
civilización se forja así.

"El hombre que sabe, pronto sobresale",
siempre que no se saboteé a sí mismo. Porque el
desequilibrio emocional es experto en provocar esas
incongruencias. En ese sentido, otro refrán, que he podido
emplear a manera de interpretación, con cierta frecuencia
es aquel de: "Destruyes con la mano izquierda, lo que construyes
con la derecha". Parece obvio que lo que hay, de fondo, en una
actitud así, es "compulsión de repetición",
y, probablemente, se nutre de sentimientos inconscientes de culpa
o de una reactividad impulsiva, exacerbada, la cual, a
propósito de: "Después de la tempestad viene la
calma", puede ser sentida y pensada, como traduciéndose en
depresión, minusvalía y culpa. Con sus deseables
excepciones, generalmente la mayoría de las personas dejan
de pensar cuando se enojan. Si "la suerte" ayuda, no se
desarrolla una "concha" caracterológica, y después
se presenta la resaca. "Después de la tempestad", desde el
modelo psicoanalítico kleiniano, pasa el sujeto a
posición depresiva, y ese es el momento para "bordar" con
la intervención, pues: "Una cosa lleva a la otra": surge
la "necesidad de reparar" (Klein, 1926-1935) Habrá que
acompañar al paciente para que se desprenda de los
aspectos maníacos originarios del recurso, y pueda,
así entrar de lleno en la intención
realística de reparación, de manera que pueda
acceder a la sublimación propiamente tal. Cuando "se deja
de pensar" porque la furia invade, se hace difícil
discriminar al hombre pensante del troglodita.

De tal manera que un hombre preparado, por
regresión, actúa como en el refrán: "Hombre
ignorante, es poco tolerante". La ignorancia confronta a personas
pensantes con sus más o menos disminuidos recursos para
defender las ideas. La frustración y la sensación
de impotencia, orilla al sujeto por dos senderos posibles: la
renuncia amargada o la agresividad que rompe el diálogo.
Es decir: "La tolerancia es pequeña cuando la ignorancia
es grande". Siendo justos, habría que agregar, en el
ejemplo que se viene manejando, "o cuando el temperamento es
fuerte".

"El hombre y el diablo, no tienen ni
cómo ni cuando". Este refrán más que como
interpretación parece útil para reflexionar en un
problema clínico: en la infiltración por los
instintos: el Ello tiende a subyugar al Yo y a asumir el
liderazgo del "aparato mental". Pulsiones de vida y muerte fluyen
sin la posible influencia reguladora del Yo. En ocasiones puede
funcionar plantearle al paciente la escisión, como hacen
en las caricaturas, figurabilizando las partes de su personalidad
en términos de "su diablito interno" que azuza para la
agresión, la venganza y la transgresión, y, por el
otro lado "su angelito interior" que se angustia, se preocupa y
se afana en que se preserve justo y honesto, valiéndose de
subjetivas promesas de salud y "paz interior". La práctica
clínica y la dinámica vincular, hacen posible que
podamos platicar las cosas en esos términos
(Corrobórese con el trabajo "Análisis de
niños con los adultos" de Ferenczi, 1931) con los
pacientes, sin que parezca demasiado infantil. La mayoría
asume como un juego la situación y la encuentran divertida
e, incluso, útil. Habrá que cuidarse de plantear
las cosas de la manera más "neutral" posible, simplemente
exponiéndole los cuadros. Pues a propósito del
"juego", podrían sentir que se les prohíbe algo, y
reaccionarán como niños malcriados.

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