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“Dificultades de la “correspondencia grafema-fonema “en la adquisición de la lectura



  1. Etapas
    de la lectura
  2. Dificultades presentes en la
    lectura
  3. Referencia
    bibliográfica

El presente artículo, resalta la importancia que
tiene el grafema- fonema en el desarrollo de la lectura, teniendo
un papel importante en la etapa alfabética. La
codificación fonológica esta estrechamente
relacionada con la "correspondencia grafema-fonema"
(término de un especialista en los problemas de lenguaje)
o correspondencia grafofonética (plan de estudios
2011
), porque puede realizar la identificación y
manipulación fonemática, que es importante en el
momento que se realiza la lectura.

En el ámbito escolar se han presentado
dificultades con la "correspondencia grafema-fonema",
pues al no tener esta conciencia no puede realizar correctamente
la lectura y por ende tampoco comprende de qué se trata la
lectura. Es por eso una de las inquietudes por exponer la
importancia de las dificultades que se pueden presentar en la
lectura con relación a la "correspondencia
grafema-fonema"
y como estas dificultades llegan a afectar
el aprendizaje en niños que están en el primer
curso de la enseñanza primaria.

Al estar en contacto con niños de la edad de
cinco a seis años, se observan como tienen dificultades
con la "correspondencia grafema-fonema", dificultades en
la lectura tanto en su adquisición y consolidación,
por lo que, se hace importante investigar mas sobre el tema,
reflexionar y hacer conciencia sobre las dificultades del
aprender a leer correctamente. El Objetivo general es
detectar las dificultades en la adquisición de la lectura
en la "correspondencia grafema-fonema" en niños
de cinco a seis años y como afecta en la
lectura.

La teoría socio-histórica, relaciona al
aprendizaje con la zona de desarrollo próximo (ZDP), esta
zona despierta en el aprendizaje una serie de procesos evolutivos
internos, capaces de operar cuando el niño está en
interacción con las personas de su entorno y en
cooperación con algún semejante (Vigotsky,
1995).

Un buen aprendizaje es el que promueve en el sujeto esta
zona, es decir, interviene procurando crear diferencias en los
niveles de desarrollo real o desafíos en términos
pedagógicos. Un ejemplo es el proceso de
alfabetización que puede considerarse como un "genuino
progreso en el desarrollo en sentido estricto" pero que por otro
lado implica la apropiación de procedimientos,
estrategias, habilidades más locales, que en si mismos no
constituyen "genuinos logros del desarrollo". El proceso de
alfabetización se presenta en la lectura y la escritura.
Estos son procesos cognitivos diferentes en donde la
adquisición de la lectura siempre antecede a la
escritura.

Intervienen en la lectura los procesos de
percepción, de memoria y reproducción, en la
escritura además interviene los procesos motores de
automatización más complejo. Y la escritura es la
representación grafica del lenguaje, que esta compuesto de
sonidos (fonemas) y estos sonidos tienen representaciones
graficas (grafemas). Este proceso es inverso en la escritura pues
transformamos a los grafemas en fonemas.

El aprender a leer es algo más que adquirir un
sistema de representación, e implica la capacidad para
usar el lenguaje de manera más consciente, deliberada,
formal y descontextualizada.

El desarrollo de la lectura se va adquiriendo a
través de estímulos, de los cinco a seis
años es el nivel de edad en donde debe culminar todo el
proceso de aprendizaje inicial de la lectura, sin que esto quiera
decir que posteriormente no sea necesario seguir trabajando en el
afianzamiento de otra serie de estrategias lectoras de orden
superior, acorde a los múltiples y variados objetivos
lectores.

Durante el primer curso de la enseñanza primaria
se consigue un domino de las habilidades lectoras y conseguiremos
que las habilidades cognitivas estén bien estructuradas y
al niño le gutara leer y estudiar.

La adquisición formal de la habilidad lectora se
desarrollo en dos etapas: la etapa alfabética y la etapa
ortográfica. En la primera etapas se desarrollan las
estrategias de decodificación fonológica y en la
segunda se desarrollan estrategias de reconocimiento directo a
partir de la representación ortográfica de la
palabra. De tal forma que durante la etapa alfabética se
desarrollaría la ruta fonológica que posibilita el
acceso al significado mediante la decodificación
fonológica y, en la etapa ortográfica se
desarrollaría la ruta visual u
ortográfica.

En la etapas iníciales de la adquisición
lectora se acentúan la importancia de la ruta
fonológica, ya que construye a crear representaciones
ortográficas en el léxico interno que
permitirán posteriormente el acceso directo
(Alegría, 1985).

El proceso central de la ruta fonológica es el
mecanismo de "correspondencia grafema-fonema", que
según Coltheart (1986) se encarga de separar los grafemas
que componen la palabra, de asignar a cada grafema el fonema
correspondiente, y de combinar los fonemas generados para
recuperar la pronunciación de dicha palabra del
léxico fonológico. A partir de aquí, el
procedimiento para acceder al significado y será continuo
en la compresión del lenguaje oral. Este sistema nos
permite leer pseudopalabras y todas las palabras regulares,
incluso todas las que no hemos visto con anterioridad.

Las palabras regulares, muy pocas en la lengua
española, al no ajustarse a las reglas de
"correspondencia grafema-fonema", ha de ser
leídas por dos rutas que funcionan paralelamente y
será la ruta mas rápida la que nos proporcione el
significado. Es decir, que hay una especie de competencia que nos
permite la interacción entre las rutas, mientras que en la
ruta fonológica las unidades de correspondencia
ortográfico-fonológicas sean de secuencias de
letras de mayor tamaño que el grafema (silabas, rimas,
etc.).

Algunos de los estudios de lectura ponen en evidencia la
importancia de la decodificación. Según Henry
(1993) son "Aquellos niños que no aprenden a leer y que
parecen tener un factor común; tienen una gran dificultad
en adquirir las habilidades necesarias para decodificar con
rapidez. La comprensión es un problema solo porque los
niños no pueden decodificar con rapidez" (pág.
107). Además los estudios diferenciales indican que las
mayores diferencias entre buenos y malos lectores se dan
precisamente en los microprocesos (Adams, 1982; Graeser, Hoffman
y Clark, 1980; Laberge y Samuels, 1974).

Otros apoyos a esta idea provienen de los estudios que
revelan que los buenos lectores utilizan más eficazmente
la ruta fonológica que los malos lectores, lo que ha sido
constatado tanto en ingles (Perfetti y Hogaboam, 1975), como
español (Domínguez y Cuetos, 1992; Jiménez y
Rodrigo, 1994). Por lo tanto con independencia de la lengua,
podemos afirmar que para aprender a leer en un sistema
alfabético hay que adquirir habilidades de
decodificación fonológica. La decodificación
en la capacidad lectora depende del nivel de desarrollo de la
habilidad lectora.

Etapas de la
lectura

Durante la adquisición de la lectura el
niño tiene que desarrollar habilidades y durante este
proceso pasa diferentes etapas. Algunos autores también le
llaman niveles o fases de la lectura. Das y cols. (1999) se
refieren a la primera etapa como simbólica o estadio
mágico,
donde no existe relación del garabato
con la palabra. La segunda etapa de pictórico, a las
palabras las ve como una fotografía o cuadro
pictórico, esto es en la edad preescolar y lee como
fotografía, ejemplo: coca-cola, sólo asocia el
significado con la imagen; por otra parte, el niño
reconoce la palabras y puede describe cuadros, dibujos o fotos,
reconoce las palabras aisladas a partir de un patrón y lo
lee como un todo, ejemplo: mamá.

La siguiente etapa inicia cuando el niño reconoce
las letras, las asocia con un sonido concreto, combina las letras
y sus sonidos para formar palabras. Quiere decir, que cuando el
niño puede leer la palabra completa por medio de la vista,
da el paso a la etapa alfabético. En esta etapa es
gradualmente sustituida la lectura de la palabra pictórica
por medio del reconocimiento del sonido, cuando el niño
desarrolla el conocimiento que permite la conexión entre
las letras y su sonido, a esto se le llama "correspondencia
grafema-fonema".
Cuando el niño reconoce el sonido de
la letra, reconoce que al combinar estas puede formar palabras
que se puede leer y está realizando la
codificación fonológica.

En la etapa alfabética se subdivide en la
identificación fonémica y manipulación
fonémica; la primera se refiere a que reconoce el fonema,
ejemplo: cual es el primer sonido de la palabra taza… "t")
y la segunda se refiere a que el niño puede manipular,
mover e identificar el fonema (ejemplo: en la palabra taza si se
le cambia el /t/ por /k/ diría casa).

Por última etapa está la
ortográfica, en donde el niño pude realizar el
deletreo o silabeo, tiene la capacidad de pronunciar lo
leído secuencialmente en unidades de segundo y reconoce la
diferencia, significado de las palabras que están escritas
de forma diferente pero suenan igual (casa: donde vive; caza:
actividad de matar animales).

Dificultades
presentes en la lectura

Durante el proceso de la lectura, el niño puede
presentar dificultades, como que el niño no lee bien, por
que no ha aprendido a leer mecánicamente, no decodifica
correctamente; otra dificultad, es que al leer el niño
sólo lee algunas palabras aisladas sobre lo leído y
se piensa que el niño al leer no comprende. Por eso es
importante identificar realmente cuales son las dificultades que
se presentan.

El niño puede realizar una lectura lenta, sin
prosodia (sin ritmo homogéneo), también puede
llegar a cortar las palabras a la mitad y desde ahí vuelve
a comenzar su lectura sin recuperar todos los grafemas de la
palabra, otra dificultad seria el perder el renglón donde
estaba leyendo, confusión del orden de las letras
(invierte o realiza transposición), dificultad en analizar
fonemáticamente las palabras (deletrear), confusión
entre derecha e izquierda, problemas en la orientación.
También, tienen deficiencias perceptivas que les ocasionan
problemas para diferenciar símbolos simples como b y d, y
la consiguiente elaboración de las reglas de
correspondencia entre fonemas y grafemas, lo que se interpreta
como confusiones entre los símbolos y/o alteraciones en el
reconocimiento, lo cual incide en la falta de fluidez

Al hecho de que los niños se confundan en muchas
y variadas correspondencias entre letras del alfabeto y los
sonidos componentes de las palabras habladas, se le atribuye como
causa un defecto en la habilidad para discriminar los sonidos del
habla. En estos casos, se supone que los niños carecen de
conciencia fonológica, lo cual es falso, porque el hecho
de que el niño no pueda producir algunos sonidos, no
significa que no los identifique.

Las personas no tienen necesidad de identificar y
clasificar las letras individuales para comprender las palabras,
sino que al ver la palabra escrita se alude directamente al
significado. Es fundamental no reducir la enseñanza de la
lectura a la identificación de sonidos, ni convertir la
enseñanza de la escritura en sonidos, porque de esta
manera no se ayuda a clarificar su significado.

Cuando el componente fonológico del lenguaje
presenta dificultades, es más difícil construir el
grado de conciencia fonológica que necesita el aprendizaje
de la "correspondencia grafema-fonema"; por ejemplo, en
la memorización de las correspondencias entre letras y
grupos de letras, por una parte, y de los fonemas y silabas que
representan. Los procesos cognitivos que compone a la conciencia
fonológica muestra la mayor variabilidad común con
el aprendizaje inicial de la lectura, y en algunos su nivel de
desarrollo es determinante para su éxito o fracaso en el
aprendizaje de la lectura.

Los niños con problemas de aprendizaje presentan
dificultades en la realización de actividades que implican
el uso afectivo del código fonológico, dificultades
que parecen reflejar un déficit más básico
en la elaboración de las representaciones
fonológicas de las palabras. Por ello, estos niños
tienen desventaja en el proceso de adquisición del
principio alfabético y en el mantenimiento en la memoria
de la "correspondencia grafema-fonema" (Gómez, L.
y Cols. Septiembre-Diciembre, 2007).

La enseñanza de la lectura debería empezar
por las vocales secuenciadas por su dificultad gráfica y
seguir con las consonantes que no presentan problemas de
interferencia y que tienen una "correspondencia
grafema-fonema"
estable. Posteriormente se van introduciendo
aquellos grafemas que presentan contrastes a fin de obtener
ventajas en el aparato discriminativo.

Surge un problema adicional cuando la misma letra en
diferentes posiciones debe ser identificada como del mismo tipo,
con las mismas características, al margen de la
posición que ocupen. Las letras en distintas posiciones
dentro de una sílaba representan fonemas de distinta
dificultad (Gómez, L. y Cols. Septiembre-Diciembre,
2007).

Esto exige que haya que entrenar específicamente
aquellas estructuras silábicas más regularizadas en
las que puedan aparecer letras. Algunos efectos de
facilitación como puede ser el nombre de la letra pueden
desaparecer si la sílaba a la que pertenecen aparece en
posición media o final de la palabra, aunque esa letra se
encuentre en la posición inicial de la
sílaba.

Todas las irregularidades de la "correspondencia
grafema-fonema"
contribuyen a la dificultad en su
aprendizaje en impedir su generalización. Al no existir
regularidad de la "correspondencia grafema-fonema" el
aprendizaje impone una gran carga a la memoria. Afortunadamente
el aprendizaje de la lectura dispone de otra estrategia, utiliza
la información que ya posee y que le proporciona la
palabra completa, lo que resuelve muchos de estos problemas. Es
posible que al principio los niños no sean conscientes de
la existencia de los segmentos de sonidos de las palabras. Para
los niños pequeños el aspecto más importante
del habla es el significado y éste está contenido
en las palabras y frases.

En conclusión, marcamos la importancia que tiene
la buena adquisición de la lectura en niños de
primer curso de la enseñanza primaria, que al
enseñarles una correcta "correspondencia
grafema-fonema"
y una adquisición adecuada,
será mas fácil el inicio de la lectura y sobretodo
a los niños les será de su agrado leer. Pues al no
tener dificultades en esa correspondencia su lectura y
comprensión será adecuada.

El niño cuando tiene que leer hace una
asociación de grafía con fonema que es el sonido
que le corresponde, estas grafías al ser unidas con otras
mas le darán significado a una palabra y podrá
realizar una comprensión de oraciones y/o textos. Pero
para poder tener la "correspondencia grafema-fonema",
también es importante la conciencia fonológica pues
es el mecanismo que posibilita el acceso al significado mediante
la decodificación fonológica, asignando a cada
grafema el fonema correspondiente, y de combinando los fonemas
para la pronunciación de dicha palabra del léxico
fonológico.

La conciencia fonológica ayudara a construir y
crear las representaciones ortográficas en el
léxico interno, esto permitirá posteriormente el
acceso directo y así poder reconocer
ortográficamente cual es la correcta palabra cuando se
tenga que escribir o darle un significado cuando se
lee.

Pero durante el proceso de la adquisición de la
lectura el niño puede tener dificultades en la
"correspondencia grafema-fonema", teniendo confusiones
entre las grafías y/o alteraciones en el reconocimiento de
esa grafía, lo cual incide en la falta de fluidez de la
lectura y puede repercutir en su comprensión. Puede ser
causa de un defecto en la habilidad para poder discriminar los
sonidos del habla y se podría creer que carecen de la
conciencia fonológica, pero es una equivocación
porque el hecho de que el niño no pueda producir algunos
sonidos, no significa que no los identifique. Es por eso que el
niño tiene que ver a las palabras escrita como un todo el
cual tiene un significado y es aun mayor cuando se lee una
oración y/o textos.

Por eso no se debe de enseñar solo la
identificación de los sonidos sino también hacer la
comprensión de las palabras, que tenga un significado para
que en el momento que es guardado en el léxico tenga
representación y también una correcta
ortografía.

Referencia
bibliográfica

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Autor:

L. C. H. Flor Alicia Santin
Diaz.

 

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