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El Alhambra: su contribución a la conformación del teatro bufo en Cuba (página 2)



Partes: 1, 2

Para concluir podemos destacar que la guaracha a llegado
a ser un signo de identidad cubana que permanecerá mucho
más de los dos siglos que llevamos disfrutándola ,
sobre todo si se alcanza la calidad inmutable , su
expresión en un lenguaje correcto , ni chabacano ni
pornográfico como algunas , que obviamente no han sido
mencionadas , que fueron prohibidas por la antigua
comisión de la Decencia , en el siglo xx y que eran
cantadas sotto voce por muchas personas , las cuales eran
aún más criticables que las antiguas "Al morena" y
"La Guabina", por solo citar algunas

Capítulo#2

El Teatro Alhambra,
su contribución la formación de nuestra identidad
nacional

Epígrafe1.1Características generales
del Teatro Alhambra
.

En los albores del siglo XX el teatro tuvo en Cuba un
prometedor reflorecimiento, si bien la mayor actividad teatral se
concentraba en lo que años atrás fue bautizado como
"género bufo", cuyos orígenes se remontan al autor
y actor Francisco Covarrubias.

Cierto es que este teatro, el Alhambra , estaba
clasificado , "teatro para hombres solos ", a causa de los
chistes y ocurrencias de subido color y aún de sabor
pornográfico , que aparecían intercalados en los
sainetes que allí subían a escena ; pero algunas de
estas obras culminaron en éxitos tan resortes que la
empresa juzgó conveniente presentarlas en algún
coliseo al que pudieran concurrir las familias , previo cuidadoso
expurgo de chistes groseros y chocarreros , durante cortas
temporadas que se renovaban de año en año , y que
constituían una selección de loas sainetes que
habían alcanzado mayor éxito .

Las piezas escritas para este teatro eran, en realidad
ingeniosos sainetes con sabios manejos de los resortes
escénicos y viz cómicas de buena ley.

Entre los años 1923 a 1933, nos hallamos –
en lo que ha producción dramática se refiere -,
ante un verdadero vacío ideológico por cuanto los
temas que debían ser abordados se obviaron o recubrieron
con imagen idílica, como consecuencia de los intereses
clasistas, fundamentalmente. El pueblo, por tanto no se
"reconocía" en este teatro, porque no planteaba realmente
sus inquietudes ni sus problemas.

Es por esto que los espectáculos del Alhambra
devino símbolo de la seudorrepública, acapararon el
interés del público, y sus temporadas "afirmaron la
otra imagen populachera y divertida del cubano socavando los
pilares morales del pueblo."(18)

Los espectáculos del Teatro Alhambra no variaron
sustancialmente lo que habíamos heredado del teatro bufo,
se utilizaban sus mismos mecanismos: música, texto
superficial, el choteo, la parodia y por supuesto un tono que en
lo general lindaba con la pornografía .Los temas de
actualidad política se abordaban pero en la medida en que
pudieran provocar la risa del espectador, sin hacer la más
leve alusión a las causas de los males que padecía
el país.

El Alhambra fue algo más que un teatro .Es el
símbolo escénico de esos años, su
definición mejor, y como tal lo caracterizó Mella
en 1925. En su artículo titulado "Machado: Mussolini
Tropical", decía: "Creemos tan útil la
política como las representaciones del Alhambra; ambas
cosas sirven para divertir al pueblo de Cuba, y para corromperlo
.Hablamos de política como la última
representación lírica en el teatro de
Regino."Pensamos que nada mejor que esta similitud que establece
el líder estudiantil para caracterizar a los
espectáculos de tan popular teatro."(19)

Frente al desierto ideológico que la
creación dramática ofrece, las temporadas del
Alhambra afirmaron la otra imagen populachera y divertida del
cubano, socavando los pilares morales del pueblo.

En este sentido no hicieron otra cosa que prolongar (y
perfeccionar) los mecanismos de comunicación del bufo,
sustituir unos tipos vernáculos por otros y mantener los
elementos de apelación del publico, basados en la
música, el texto superficial, el choteo, la parodia, el
tono subido de color o francamente pornográfico, y la
actualidad política, excluyendo de la misma toda critica
que fuese a la raíz del problema.

Su repertorio tuvo los oportunos cambios que le
convenían: atacó a los mambises en el 95; a los
norteamericanos en el 98, se plegó al a la
intervención; y si descubrimos referencias antiyanquis en
algunas piezas, se trata mas bien de nostalgia madrileña
frente a los vencedores, que defensa de la soberanía .En
la República barrió con el juego de los partidos
políticos, se sometió a Menocal para quien se
escribe" La Casita Criolla" y fue anticomunista, por
supuesto.

Como bien vemos, este tipo de teatro fue continuidad del
bufo, pero además en él se incorporaron nuevos
elementos que lo hicieron peculiar. Según la
opinión de la investigadora por su tiempo fue el que
más ha durado con respecto a años anteriores, lo
que demuestra su trascendencia histórica y
cultural.

Epígrafe1.2Etapas y representantes
significativos del Teatro Alhambra

Sus principales figuras siguieron un patrón
semejante. Regino López hizo honor a su condición
hispana durante la guerra , e interpretó obras
antindependentista , y Villoch no ocultó nunca sus
simpatías por la Madre Patria …¡aunque
había nacido en Ceiba Mocha !Muy pocos se salvan de esta
relación , como Mario Sorondo , o Gustavo o Francisco
Robreño , o Guillermo Anckermann , que en estos
años de mediocridad y entreguismo , supieron al menos ,
moverse con alguna dignidad .

Villoch que conocía el género como pocos y
lo manejó como un fructífero negocio, divide la
historia del Alhambra en cuatro etapas .Antigua: desde su
fundación el 10 de noviembre de 1900 hasta el estreno de
batalla de triples en 1905. Media: desde 1905 hasta La Casita
Criolla en 1912. Moderna: desde La Casita Criolla hasta 1930, el
momento de esplendor. Contemporánea: desde el machadato
hasta la caída del techo del teatro el 18 de febrero de
1935. Es ya la decadencia del género, que desde
hacía algunos años mostraba los síntomas
más externos de su deterioro.

Si bien el Alhambra había abierto en 1890, su
verdadera historia comienza en 1900, cuando se hace cargo del
mismo la empresa Pirolo Villoch –Arias. A la muerte del
primero, le continuó su hermano Regino, y a Arias
sucedió en 1915 Pepe Gomíz, y luego Nono Noriega,
escenográfos que crearon grandes espectáculos de
efectos deslumbrantes. En el aspecto musical, se destacan Manuel
Mauri , José Marín Varona ,y Rafael Palau , y en
1911 es nombrado director orquestal , Jorge Anckermann , que
desarrolló un verdadero Conservatorio nacional, y compuso
nada menos que 767 partituras teatrales que , francamente
hablando, es lo mejor y lo más nacionalista que nos
dejó el Alhambra .

El repertorio de este teatro ha sido clasificado en
varias facetas: el sainete costumbrista, el de solar, el
político, los sainetes –revistas de actualidad, las
revistas de espectáculos, la opereta y las parodias. Es
fácil observar que en el fondo el Alhambra tocaba cuerdas
diversas de un mismo diapasón: el acento sainetero,
espectacular, musical y actual .Con esta mezcla, sazonada con la
gracia de sus intérpretes y el doble sentido los
escritores jugaban al seguro .Y así surge la dramaturgia
del Alhambra.

Si Regino fue su máximo intérprete,
Federico Villoch fue denominado, alhambrezcamente, "el Lope de
Vega de La Calle Consulado."Escribió, según
confesión propia, 386 obras (otros señalan 412), en
las que ningún tema, estilo o actualidad le fueron
ajenos.

Nacido en 1868, en Matanzas, se educó en
España, y en 1896 obtiene su primer triunfo con La Mulata
María. A partir de ese momento fue el índice de las
temporadas, su firma más segura, el autor cubano que
más dinero ha ganado en la escena. Estreno Aliados y
alemanes, La carretera central, La chambelona, Delirio de
automóvil, La danza de los millones, La isla de las
cotorras, El lobo segundo, El Patria en España, La revista
sin hilos, El Ferrocarril central, Cuba en la guerra y entre
otras que se pueden citar. La mayor parte las musicalizo
Anckermann aunque también intervinieron Rafael Palau y
Mauri, y hasta Pepín Rodríguez colaboro como
coautor. Talento, gracia y espontaneidad no le faltaron nunca, y
sobre estos valores convirtió a al Alhambra en un feudo
privado.

Tubo una gran virtud: manejaba la actualidad como un
cronista vivaz, y los títulos de sus obras son un catalogo
de los hechos mas populares de la republica. Sabía como
agradar y donde estaba el gusto del público. Intento hacer
teatro dramático pero el fracaso de: el proceso Dreyfus,
que interpretó en 1900 La Martínez Casado, le
convenció que su fuerte era la sátira y la
actualidad. Sus competidores más cercanos fueron los
hermanos Robreños, Francisco y Gustavo, hijos de
Joaquín. El repertorio de estos es amplísimo, y
Gustavo fue un actor favorito del público.

Algunas de sus obras son:

  • Napoleón

  • Tin Tan te comiste un pan

  • Buffalo Exposition

  • Los Dardanelos

  • Un bombardeo de Amberes

  • Las paz del Mundo

  • Pachencho capitalista

Otras personalidades que se pueden destacar son: Julio
Díaz, Agustín Rodríguez, José
Sánchez Arcilla, Manuel Más, José del Campo,
Sergio Acebal, Armando Bronca, Raúl del Monte,
Víctor Reyes, Pedro Catany y Félix Soloni .Ellos y
muchos más crearon las cientos y cientos de obras que el
Alhambra representó a lo largo de sus 35 años, como
un inmenso central que devorase cañas hasta dejar un
bagazo tan seco, que de él muy poco puede extraerse. El
teatro ofrecía 2 estrenos semanales y 3 tandas diarias,
con 5 el domingo. ¡Veintitrés funciones a la semana!
Y solía desplazar su repertorio más aceptable a
otros escenarios como el Payret o el Nacional, para realizar
temporadas "decentes". No puede negarse que exprimieron las ubres
del público de todos los niveles.

También resulta significativo destacar algunos
interpretes liderados por Regino Villoch que desfilaron por el
Alhambra como : Ramón Espigul , padre e hijo .Carlos
Llorens , , Pedro Castany , Roberto Gutiérrez (bolito ),
Alberto Garrido , padre , José Sanabria , Benito Simancas
, Sergio Acebal , Enrique Arredondo , Blanca Becerra , la
mexicana Luz Gil , Pilar Jiménez, Adolfo Colombo , Arturo
Ramírez Pancho Bas , Adolfo Otero , SINDO Triana Candita
Quintana , Raúl del Monte , Mariano Fernández ,
Aníbal de Mar Eloísa Trías , Inés
Maria Hernández (la chelito criolla ), Consuelo Castillo y
María Pardo .

Al igual que los bufos del siglo XlX, sus actores y
cantantes fueron parte destacadísima de los
espectáculos. Y en cierto sentido , coautores de los
mismos .Las creaciones de negrito , gallego , mulata , chinos ,
policías , bobos , borrachos , triples, cómicas ,
caracterizaciones de personajes de la época y tipos
populares , contribuyeron en enorme medida a crear el
fenómeno Alhambra .

Pero a todos aventajó Regino López Falco
.Nacido en Austrias, emigró a Cuba a los nueve años
y se dedicó a tabaqueros. Aunque en sus ratos libres era
actor aficionado de la Caridad del Cerro y el Pilar. El
empresario del primitivo Alhambra lo convenció para que se
pusiese al frente de una nueva compañía cubana ,
que debutaría en ese teatro el 21 de febrero de 1891,
sustituyendo a la zarzuela .Así ingresa Regino en la
escena bufa, aunque años después se disgusto con su
hermano Pirolo , y pasó al Lira . Se dice que el motivo
del rompimiento fue el amor de consuelo Novoa que se caso
finalmente con Regino .Cierto o no, la Novoa se divorcio
más tarde de Regino y, este tuvo que entregarle 12000
pesos de bienes gananciales.

Al morir Pirolo, Regino pasó a integrar la
empresa del Alhambra y allí reinó sin
discusión posible. Probablemente fue el actor más
popular de nuestra historia, y su trabajo lo enriqueció.
Como director fue un artista responsable, serio, disciplinado.
Como actor genérico interpretaba cualquier tipo, excepto
el de negrito: borracho, gallego, asturiano. "bruja",
"guayabito", y hasta emocionado galán.

Como bailarín era excelente en danza, danzones y
rumbas .Como cantante su voz de barítono aun puede
escucharse en viejas grabaciones.

Fue un actor inteligente, variado e incansable y
poseía un olfato infalible para saber como conquistar al
"respetable.". Murió en 1945, a los84 años de edad,
y cuarenta y dos de trabajo escénico.

Su rival más peligroso fue Arquímedes Pous
(1892-1926). Abandonó los estudios de medicina y se
dedicó a la escena, debutando muy joven como aficionado.
Se especializó en negritos, y recorrió los
principales teatros del interior de la Isla. Empresario del
Politeama realizó largas temporadas, así como en el
Regina, y ocasionalmente trabajo en el Alhambra. Viajó por
México , Puerto Rico , Santo Domingo , Estados Unidos y
Canadá .Escribió entre muchas otras , La
canción del mendigo , Del ambiente, La mulatas de Manbay ,
Habana –Barcelona –Habana y Pobre papá
montero, una tetralogía , pues dedicó otros tres
títulos a tan renombrado personaje .Su fama llegó a
tales niveles que su Cienfuegos natal le erigió un busto,
honor que no a alcanzado ningún intérprete cubano ,
murió repentinamente en Puerto Rico , en pleno trabajo ,
su sobrino Carlos Pons , aún derrocha gracia y
profesionalidad .

En 1958 nuestro teatro está en un callejón
sin salida. Bien es verdad que surgen nuevos autores
()Piñera , Felipe , Ferrer) pero en cuanto a la
producción nacional , lo más que se alcanza es que,
febrero, el mes más corto del año se dedique a
estrenos nuestros .El repertorio extranjero ahoga de nuevo la
expresión propia . El 31 de diciembre de 1958 hay una sola
obra "cubana" en cartelera, es la adaptación de Mujeres de
la norteamericana Clare Boothe. El ejemplo no puede ser
más elocuente, lo que trae consigo una nueva etapa en el
desarrollo de nuestro teatro cubano.

Epígrafe1.3La película "La Bella del
Alhambra", su impronta en el teatro cubano.

A continuación se presentan algunos criterios de
diferentes personalidades de nuestra Cultura Cubana, los cuales
resultan ser de vital importancia para este trabajo, por lo cual
se estima conveniente consultarlos, pues sirvieron para
acercarnos más hacia el Teatro Alhambra, siendo esta
película un ejemplo de desacuerdo y crítica a la
etapa en la que se desarrollo este teatro cubano, además
de reflejar uno de las etapas más valiosas de nuestra
historia teatral.

Hay películas que, como los buenos perfumes,
disimulan sus historias secretas. Son abismos donde uno se
sumerge a gusto y protege de la cotidiana devastación del
tiempo. Esas películas se recuerdan no solo por lo que
cuentan, sino por lo que inspira en nosotros su sola
evocación. El placer de evocarlas se convierte en un raro
estremecimiento al que nos gusta recurrir con demasiada
frecuencia.

"La Bella del Alhambra" tiene para mí muchos
significados. Es la película, con su banda sonora de lujo,
su historia romántica, y el descubrimiento de una Beatriz
Valdés sencillamente impresionante. Pero es también
el puente que me hizo amigos de personas a las que, de entonces
para acá, no he podido dejar de admirar, de
extrañar. Sé que soy demasiado predecible, y que
todo el que me lee ahora sabe que hablo en primer lugar de
Enrique Pineda Barnet. Más no es el único: en todo
caso tendría que decir que Enrique se ha erigido en el
puente mismo a través del cual se deslizan sus amigos, la
gente que lo quiere.

Me hubiese gustado estar hoy a su lado, festejando la
existencia de ese clásico de clásicos que es "La
Bella del Alhambra". Pero Enrique me ha enseñado que no es
la distancia física lo que arruina la comunicación
entre los seres humanos, o la hace posible. Gracias a Enrique
Pineda Barnet, sé de puentes que ahora mismo me permiten
llegar hasta él. Y la mayoría de las veces sin que
lo note.

Enrique Pineda Barnet

"La bella del Alhambra es un excelente ejemplo de la
obra de arte como sistema complejo y riquísimo de
lenguajes y estructuras multidimensionales. Lejos de ser el acto
unipersonal de una estrella, se conforma como un sistema
planetario orgánico que gira en torno del protagonismo
excepcional de Beatriz Valdés, quien combina ingenuidad,
frivolidad, gracia, timidez y cierta malicia erotizada, con una
admirable madurez artística que pulveriza la probable
connotación kitsch de su diva. (…) La bella del Alhambra
es una obra mayor sin la grandilocuencia de las aspirantes a
"grandes obras". En cierto modo, este filme es como su
protagonista: un simple ser humano que supo jugarse la apuesta de
la vida, sin miedo y sin pecados preconcebidos, entregando su
eros y su alma a una opción cultural, contaminada para
siempre por el virus maldito del arte escénico. Ella es
Beatriz Valdés y la nostalgia, la cubanía y su
reencuentro. La aprehensión de la belleza y del placer del
sonido, el reino de comunicación de los valores de una
fuente específica de nuestra nacionalidad. En su rostro
hermoso nos hemos encontrado con esa verdad que Martí nos
alertara: en este filme, todo es música y
razón."

Eduardo López Morales

"La bella del Alhambra desborda por su complejidad y su
nitidez, por su transparencia y su densidad, los objetivos de
estos apuntes apresurados, pero eso sí apasionados. Si en
otras ocasiones hemos hablado -refiriéndonos al teatro
sobre todo- de que muchas veces ignoramos, y hasta despreciamos
lo que tenemos al alcance de la mano, Pineda Barnet logra
aquí un precioso homenaje a la cultura cubana en sus
costados más esenciales. Lo tragicómico, que es una
de nuestras evidentes y cardinales características como
pueblo, está aquí de forma coherente y
diáfana. Es una película repleta de música,
de ¿alegría?, de ritmo y picardía
insular…pero tiene momentos profundamente trágicos. En
otras situaciones -como la brillante secuencia en que Rachel se
reencuentra con su descubridor Adolfito- el resultado del trabajo
actoral, de la fotografía y de la música, dan ganas
de reír y llorar a la vez, en una casi inexplicable y
lúcida mezcla que recuerda inevitablemente a Brecht. Puede
argumentarse que en otros momentos asoma su oreja el melodrama,
que hay encuentros que se tornan artificiosos como el de Rachel y
el villano amante o la casual muerte de Adolfito…pero
¿acaso este matiz un tanto sensiblero no está
también, como componente, en el ajíaco de nuestra
idiosincracia?. La música de Mario Romeu, la
escenografía, el vestuario (Derubín
Jacomé-Diana Fernández) y el sentido mismo de las
caracterizaciones, convierten a la película en un homenaje
al teatro cubano, a la música y a la época de la
primera mitad del siglo XX. Pero es mucho más; se hace
evidente la indagación, desde nuestras circunstancias,
sobre el destino individual del artista y su responsabilidad
social. Recuerdo que para los estudiantes de teatro, la historia
del Alhambra fue siempre un tema controvertido. Leímos al
maestro Robreño en sus defensas afectivas y argumentadas,
junto a otros intelectuales que atacaban con vehemencia todo ese
género que se le ha dado en llamar bufo, vernáculo,
o en ocasiones, alhambresco. Porque, sin dudas, fue en el
Alhambra donde la música de Anckerman y otros compositores
brilló más y donde actores como Regino
López, Acebal y actrices como la Rachel histórica,
imprimieron un estilo donde la gracia personal, el canto y el
baile, aseguraron público suficiente para abrir
ininterrumpidamente el telón desde 1902 hasta el 36, en lo
que se ha llamado la temporada teatral más larga de la
historia. Pineda Barnet nos ha dado una gratísima sorpresa
en una película muy bien facturada en todos sus elementos;
pero que concede protagonismo al talento del actor. Mucho se
hablará de la encantadora Rachel de Beatriz Valdés,
tal vez esta y las venideras generaciones le pongan a su figura y
encanto el misterioso rostro de la legendaria artista de la que
se enamoraron, allá en la adolescencia, los
abuelos".

Amado del Pino.

"Desde una seriedad de planteamientos en sus
propósitos, Pineda Barnet transita conocidos caminos
expresivos y sale bastante airoso, además de por los
aciertos apuntados, porque tiene el apoyo de una excelente
fotografía y una actuación general que se mueve a
tono con los requisitos estilísticos del filme. En esos
desempeños sobresale Beatriz Valdés como Rachel, un
personaje que la obligó a convencer también desde
la canción y el baile. Las semanas y meses de trabajo
dedicados al afán de convertirse en una dama de las tablas
de los tiempos del Alhambra dieron un fruto inmejorable. Ahora
bien, el siempre atrayente y a la vez peligroso melodrama, hace
que La bella del Alhambra esté punteado de algunos tonos
que resultan demasiado facilistas y hasta sensibleros, como la
muerte a balazos y a cámara lenta del chaplinesco
Adolfito, el telegrama del rompimiento amoroso y posterior
anuncio periodístico anunciando el suicidio del novio y el
espejo que se rompe con premoniciones del mal agüero. Son
aspectos que en un rejuego discursivo que contemplara la parodia
u otra estructura no convencional a partir de la
reformulación de viejos modelos hubieran encontrado un
mejor campo para la plasmación. Pero ése no era el
propósito del director, sino la película que hizo,
seria en intenciones dramáticas, una La bella del Alhambra
que con sus más aciertos que defectos se agradece y
disfruta".

No sé cuántas cuartillas he leído
sobre La Bella del Alhambra. En veinte años mucho se ha
escrito sobre esa película que ha recibido el favor de
críticos y espectadores. Aún recuerdo cómo,
en un acto de rectitud, el público ovacionó hasta
el cansancio a Beatriz Valdés en el teatro Carlos Marx,
cuando ella anunciaba los premios Corales del XI Festival
Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano. Los asistentes a la
ceremonia sabían ya que a Beatriz no le habían
otorgado el lauro a la Mejor Actuación Femenina, y
acompañaron las palmadas exclamando "Justicia", hasta
hacer llorar de emoción a la actriz y que ella, casi en un
susurro, dijera: "Todos ustedes son mis Corales, cada
uno".

Nadie entendió entonces, ni entiende ahora, por
qué la joven actriz fue despojada de un cetro que
merecía como ninguna otra competidora. Mucho se
especuló sobre si la entrega del Coral masculino a Ernesto
Tapia por el filme Papeles secundarios y la premisa nunca escrita
de no conceder las dos preseas de actuación a un mismo
país, apartaron a La Bella del galardón. Si la
causa fue esa, la injusticia es mayor aún, porque Tapia
estuvo bien en su papel, pero ni siquiera es el protagonista del
otro buen filme cubano que compitió el mismo año
que la película de Enrique Pineda Barnet.En ese 1989, los
Corales primero, segundo y tercero recayeron, respectivamente, en
Ultimas imágenes del naufragio, de Eliseo Subiela; Papeles
secundarios, de Orlando Rojas; y Morir en el golfo, de Alejandro
Pelayo. Mientras que el Premio Especial del Jurado se le
entregó a La nación clandestina, de Jorge
Sanjinés.

La película de Beatriz y Pineda obtuvo los lauros
a la mejor música, escenografía y
ambientación. Bien ganados, ciertamente, pero
merecía más; y a ella, la actriz
protagónica, sin dudas, le fue usurpado su premio. Por
supuesto, un trofeo no siempre es sinónimo de equidad
porque los jueces son seres humanos que pueden equivocarse, y lo
hacen. Esa es la razón por la que muchas personas creemos
que el tiempo es el mejor juez. Por suerte, para salvar el
inmenso dislate, y aunque no se trataba de un Coral pero
sí de un reconocimiento responsable, El Caimán
Barbudo le entregó a Beatriz en ese momento un premio
especial. El director, a su vez, ha contado que luego del acto de
clausura, un poco defraudado, iba a entrar en su casa y "me
encuentro en un escalón un premio Coral, idéntico a
los del Festival, y que dice: Premio del Pueblo a La Bella del
Alhambra. Hasta hoy no he podido saber quién lo hizo,
quién tuvo el gesto, quién lo sintetizó,
pero realmente mi premio más grande fue este
trofeo."

Pronto Pineda y todo su equipo pudieron paladear el
Premio Goya de la Academia de Artes y Ciencias
Cinematográficas de España, en 1990; la
categoría de aspirante al Oscar a Mejor Película
Extranjera, en 1991; el Premio Mano de Bronce en el Festival
Latino de New York, 1991; el Premio Pitirre en el Festival
Cinemafest de San Juan, Puerto Rico, 1991; los de mejor filme y
mención especial a Beatriz Valdés en Troia,
Portugal (1990); los Premios Caracol de dirección,
fotografía, sonido, edición, diseño de
vestuario y escenografía, actuación femenina en el
VII Festival de la UNEAC, La Habana (1990); el Premio a la mejor
película concedido por la Universidad de La Habana (1990),
y premio El Mégano de la Federación de Cine Clubes
de Cuba, La Habana (1991). Pasados cuatro lustros, todos los que
trabajaron en la película pueden gozar de la gran
satisfacción de ver cómo los espectadores siguen
disfrutando la cinta.No faltan quienes dicen: "Claro, es un
melodrama". Pero esa no es la única razón de su
éxito, ni tampoco el que se enlace con el musical. La
Bella del Alhambra, como muchas obras de arte, parece estar
bendecida por ese duende indescifrable que algunas piezas poseen,
y que hace que una las vea y escudriñe, que vuelva sobre
ellas con el mismo gusto.

Desde la fecha en que se estrenó, un 31 de
diciembre por cierto, imponiendo un récord de taquilla en
los días siguientes; y en tiempos recientes, cuando fue
exhibida por la televisión y acaparó la
teleaudiencia, la cinta ha demostrado un producto de alta
efectividad comunicativa. Si a esto se añade que ha
gustado en diferentes latitudes, probada ante públicos
diversos, se comprende mejor esa singularidad de atracción
que posee.

Los críticos en la época de su estreno y
ahora, han valorado distintas aristas. Para Rufo Caballero "La
Bella del Alhambra constituye una enérgica parábola
sobre las facultades subversivas y transgresoras del orden
deformante que asisten, por naturaleza, al genuino arte popular.
La película está dedicada a todos los que hicieron
y hacen posible nuestro teatro, pero creo que en el fondo se abre
más a las potencialidades de emplazamiento y
liberación que han encarnado de siempre —y por
supuesto todavía hoy— en la desfachatez sensual y a
menudo refinadísima con que el arte popular sabe leer lo
real, desafiarlo, transgredirlo, instar a su
rebasamiento".

Mientras, el desaparecido Eduardo Morales aseguró
que el filme de Barnet "es un excelente ejemplo de la obra de
arte como sistema complejo y riquísimo de lenguajes y
estructuras multidimensionales. Lejos de ser el acto unipersonal
de una estrella, se conforma como un sistema planetario
orgánico que gira en torno del protagonismo excepcional de
Beatriz Valdés, quien combina ingenuidad, frivolidad,
gracia, timidez y cierta malicia erotizada, con una admirable
madurez artística que pulveriza la probable
connotación kitsch de su diva. (…) La Bella del Alhambra
es una obra mayor sin la grandilocuencia de las aspirantes a
'grandes obras'. En cierto modo, este filme es como su
protagonista: un simple ser humano que supo jugarse la apuesta de
la vida, sin miedo y sin pecados preconcebidos, entregando su
eros y su alma a una opción cultural, contaminada para
siempre por el virus maldito del arte escénico. Ella es
Beatriz Valdés y la nostalgia, la cubanía y su
reencuentro"

Amado del Pino dijo que "Pineda Barnet nos ha dado una
gratísima sorpresa en una película muy bien
facturada en todos sus elementos; pero que concede protagonismo
al talento del actor. Mucho se hablará de la encantadora
Rachel de Beatriz Valdés, tal vez esta y las venideras
generaciones le pongan a su figura y encanto el misterioso rostro
de la legendaria artista de la que se enamoraron, allá en
la adolescencia, los abuelos".

"¿Qué representa La Bella del Alhambra en
el contexto del cine cubano revolucionario…? El saldo
—tardío, pero válido— de una deuda con
un género de arraigo popular que los espectadores cubanos
(y de otras latitudes) esperaban de la cinematografía del
país durante varias décadas. El cine cubano
prerrevolucionario, pese a contar en numerosas películas
con la presencia de varias figuras del Alhambra, no llegó
a rendirle el tributo que merecían. Las tentativas
anteriores, fallidas en grado superlativo, por revitalizar el
género musical, de Manuel Octavio Gómez con
Patakín (1982) y de Constante Diego con Hoy como ayer
(1987), dejaron el camino libre para que brillara con luz propia,
alejada de toda historicidad y documentalismo, la creación
lozana e imperecedera de Enrique Pineda Barnet", sostiene Luciano
Castillo.

Juan Antonio García recordó hace poco:
"Hay películas que, como los buenos perfumes, disimulan
sus historias secretas. Son abismos donde uno se sumerge a gusto
y se protege de la cotidiana devastación del tiempo. Esas
películas se recuerdan no solo por lo que cuentan, sino
por lo que inspira en nosotros su sola evocación. El
placer de evocarlas se convierte en un raro estremecimiento al
que nos gusta recurrir con demasiada frecuencia. La Bella del
Alhambra tiene para mí muchos significados. Es la
película, con su banda sonora de lujo, su historia
romántica, y el descubrimiento de una Beatriz
Valdés sencillamente impresionante. Pero es también
el puente que me hizo amigo de personas a las que, de entonces
para acá, no he podido dejar de admirar, de
extrañar. Sé que soy demasiado predecible, y que
todo el que me lee ahora sabe que hablo en primer lugar de
Enrique Pineda Barnet.". Mientras, Rafael Grillo asegura que La
Bella…hizo nacer algo inusual: nuestra Marilyn, una sex
simbol de la cinematografía nacional posrevolucionaria, y
argumenta: "Resulta curioso que la mayoría de las visiones
críticas e historiográficas sobre La Bella del
Alhambra subrayen el rol renacentista del filme de Pineda Barnet
dentro de la tradición del cine musical en Cuba, pero que
no insistan en su significado para la psico-sociología de
sus oriundos. Mentes lúbricas y sensuales, con ojos que
comen y cuerpos ardientes, los nativos de la isla tropical
hallaron por fin, en la Rachel de Beatriz, las dotes a la medida
de sus sueños húmedos."

Si veinte años atrás, sólo en las
dos primeras semanas de exhibición, alcanzó La
Bella… cifra récord de dos millones de
espectadores; hoy a Pineda Barnet hay que seguirle agradeciendo
por haber rescatado una tradición teatral y músical
que estaba preterida, por entregarnos a una Beatriz Valdés
insuperable, y el que dotara al cine cubano, en fin, de una
película que si bien es alegórica al pasado
histórico, sirve para el entretenimiento a partir de
sólidos presupuestos éticos y estéticos.
Esto último no es fácil de conseguir y La
Bella… lo logró con creces, para bien de nuestro
cine y de sus seguidores

Para finalizar podemos destacar que esta película
sirvió para cambiar la situación en la que estaba
envuelto nuestro país tanto en lo histórico como en
otros ámbitos de la vida social .Un aspecto relevante, es
la presencia de la música cubana a través de un
género singular como: la guaracha y otros que forman parte
de nuestra cubanía e identifican al pueblo cubano en
cualquier parte del mundo, los cuales están presentes en
muchas de las escenas del filme.

Conclusiones

  • El teatro bufo es una representación de la
    lucha por la independencia nacional a pesar de la
    opresión colonialista.

  • El Teatro Alhambra ha tenido una enorme
    significación para la conformación de teatro
    bufo pues constituyó un desafío para la
    preservación de nuestra nacionalidad
    cubana.

  • Contribuyó al desarrolló de un teatro
    distinto, dispuesto a defender sus tradiciones culturales y
    artísticas.

Recomendaciones

  • Desarrollar interés por el Teatro Alhambra, a
    partir de sus principales características así
    como su interrelación con el Teatro Bufo.

  • Continuar desarrollando investigaciones
    socioculturales de este tema, tan relevante dentro de nuestra
    historia teatral.

  • Que los estudiantes de la Carrera de Estudios
    Socioculturales se sientan motivados a seguir profundizando
    en este peculiar teatro.

  • Realizar conversatorios y conferencias relacionadas
    con este tema.

Referencias
bibliográficas

  • 1. Rine Leal : Para leer a nuestro
    clásicos de siglo XlX , Editorial Letras Cubanas, La
    Habana , Cuba, 1986, p, 5.

  • 2. Inés María Mariatatu
    <<Eugenio Hernández, un dramaturgo entre la
    polémica y "altos riesgos">>(entrevista), en la
    Gaceta de Cuba, La Habana, #1, enero- febrero de 2005,
    pp.6-10.

  • 3. Frank Padrón <<Es mejor
    reír (para no llorar). (Sobre el choteo
    Cubano)>>, la Gaveta, Pinar del Río, Año
    V, #13, enero –abril, 2006, pp. 35-38.

  • 4. Rine Leal. ob. Cit., p.23.

  • 5. Ibídem p23.

  • 6. <<Fue la Guerra de independencia 1868
    -1878, primera y verdadera gran batalla por abolición
    esclavitud en Cuba, aunque no todos los que participaron esa
    contienda estuviesen acuerdo con eliminar tan oprobiosa
    institución. Sin embargo, fue también el
    momento dentro del cual apareció nítidamente lo
    devendría una constante a largo historia:
    supeditación cuestión racial al proyecto unidad
    nacional, ante necesidad unir fuerzas contra España,
    se hicieron conseciones. >> Estevan Morales
    Domínguez :<<Un modelo para el análisis
    de la problemática racial cubana contemporánea
    >>, en Catauro. Revista Cubana de Antropología,
    La Habana ,Año 4, #6.2002, pp.32-93

  • 7. Rine Leal. ob. cit., p38.

  • 8. Ibídem p10.

  • 9. Ibídem p14.

10. Ibídem p 17

11. Rine Leal: La selva oscura. De los bufos a la
neocolonia, ed. Cit .pp63-67.

12. Jorge Mañach: Indagación del choteo.
Edición digital tomada de la tercera edición
revisada de la Editorial del Libro Cubano, Colección
Clásicos del Pensamiento Cubano. Siglo XlX, La Habana,
1955.

13. Rafael Hernández :<<1912.Notas sobre
raza y desigualdad>>, en Catauro. Revista Cubana De
Antropología, La Habana, Año 4, #.6, julio
–diciembre, 2002, p. 99.

14. Enrique Sosa: La economía en la novela cubana
del siglo XlX, Editorial Letras Cubanas, Colección
Teoría y Crítica, La Habana, 1978.

15. Tomado de Catauro. Revista Cubana de
Antropología, La Habana, #0, jul-dic., 1999, pp.
94-104.

16. Rine Leal: La selva oscura. De los bufos a la
neocolonia, ed. Cit .1982p20.

17. Leal: ob .cit

Alejo Carpentier: La música en Cuba, Fondo de
Cultura Económica, México, 1946.

18. Mella, Julio A:"Machado: Mussolini tropical ", en
Mella .Documentos y artículos .p 169.

19. Leal, Rine Breve historia del teatro cubano. p
113.

Bibliografía:

  • Martiatu, Inés María: Bufo y
    nación. Editorial Letras Cubanas, La Habana, Cuba,
    2008.

  • Leal Rine: Breve historia del teatro cubano.
    Editorial Letras Cubanas, La Habana ,1980.

  • Leal Rine: La selva oscura. De los bufos a la
    neocolonia, Editorial Arte y Literatura, La Habana,
    1982.

  • Leal Rine: Teatro Bufo siglo XlX, Tomo 1, Editorial
    Arte y Literatura. Colección Biblioteca Básica
    de Literatura Cubana, La Habana, 1975.

  • Hernández Sampier, Roberto:
    Metodología de la Investigación Tomo 1.
    Editorial, La Habana, 2004.

  • Rojas Bez, José: el cine entre las artes.
    Reflexiones estéticas sobre cine. Editorial Pueblo y
    Educación, Cuba, 2006.

  • Muñoz Carrazana, Fernando: treinta
    años de Teatro Profesional en Granma una propuesta de
    periodización. Editorial Crisol, Bayamo, Granma,
    2007.

  • Colectivo de Autores: Apreciación de la
    Cultura Cubana "Apuntes para un libro de texto."Empresa
    Nacional de Producción del Ministerio de
    Educación Superior, julio de 1986.

  • Revista de Cine Cubano # 172 abril –junio,
    2009.

Artículo"La Bella del Alhambra"
(1989), de Enrique Pineda Barnet

Anexos

El teatro cubano

Monografias.com

RECUERDOS DE LA BELLA

En el 2007, Carlos Barba realizó el documental
Canción para Rachel, un homenaje merecido a la
película y a sus hacedores, con los numerosos testimonios
de ellos. Pineda rememora frente al joven director cómo
asistió junto a Manuel Octavio Gómez, a principios
de los sesenta, a un agasajo a los sobrevivientes del Teatro
Alhambra. Y allí nació la semilla de lo que
sería la película, porque mientras él ya
paladeaba la ficción, el otro acariciaba la idea de un
documental. Luego, la vida lo puso en un encuentro-desencuentro
con Amalia Sorg, quien lo apretujó en un ómnibus.
Días después supo que aquella audaz y coqueta
mujerona había sido una de las reinas del Alhambra. Le
contó a su primo, el escritor Miguel Barnet, y este le
dijo que iría a conocer a Amalia. Ella sería la
musa y protagonista de la novela testimonio Canción de
Rachel, publicada en 1969. Y sólo cuatro lustros
después es que Pineda podría hacer su
película; la cual toma como referencia al libro pero, en
esencia, es la película que el cineasta había
soñado desde el principio.

Para el director era vital encontrar a Rachel. Con un
casting de unas 50 mujeres preseleccionadas, y luego de haberse
negado a contratar a una rusa que le facilitaría la
producción porque atraería presupuesto, Pineda se
enfrentó a una disyuntiva: "Yo no estaba seguro de que
fuera Beatriz. La había conocido y la veía como una
muchacha deportiva, muy contemporánea, no me daba para
nada la imagen de aquella mujer de los años 20, 30, y
entonces le hicimos las pruebas. Probamos la escena donde ella
tiene la discusión con Federico, en el camerino, cuando
este le da la bofetada. Una escena fuerte, yo quería que
terminara desgarrada, halando la cortina, una onda muy overacting
del cine mudo, después le pedí que una vez que
estuviera desgarrada en el piso, que empezara a tratar de revivir
y que llegara a treparse hasta alcanzar nuevamente el espejo del
camerino y ahí se viera y que su imagen le devolviera su
optimismo, le devolviera sus ganas de vivir, su sentido de
autocomplacencia, de belleza, y Beatriz lo hizo y fue exactamente
el gesto nada más que de mirarse, cuando ella se descubre
en el espejo y empieza a sentirse bella, empieza a sentirse ella,
ahí yo dije: Esta es Rachel".

Por su parte, Beatriz Valdés evoca: "Recuerdo
cuando hice La Bella… que algunos juzgaban errada mi
elección. Fue una apuesta total y absolutamente hermosa la
de Enrique (…) que quiso y creyó en lo que
'miró". La actriz confiesa que el largometraje "sí
fue un desafío, pero también hubo mucho de
disciplina y de ejercitación. Estuve un año
preparándome para esa película y colaboraron
conmigo muchas personas que me ayudaron a conformar ese
personaje. No fue producto ni mucho menos de la 'voluntad
inexpugnable y férrea' que yo tuviera para atreverme a tal
o más cual cosa. Tuve el privilegio de contar con gente
que individualizaron cada objetivo a cumplir y me
acompañaron en un proceso que resultó maravilloso.
¿Qué hubiera sido de mí si no hubiera
contado con Olivia Belisaire, que me enseñó a
bailar, sin el coreógrafo Gustavo Herrera, sin Zenaida
Castro, que me recibió en su casa todos los días
para dar clases de canto, sin ese cineasta que se llama Enrique
Pineda Barnet?".

LA BELLA DEL ALHAMBRA

(1989)/ 100"/ D: Enrique Pineda Barnet/ Productor:
Humberto Hernández/ Argumento basado en la novela
"Canción de Rachel" del escritor Miguel Barnet/
Guión: Miguel Barnet, Enrique Pineda Barnet, con la
colaboración de Julio García Espinosa/
Fotografía: Raúl Rodríguez/ Edición:
Jorge Abello/ Sonido: Raúl García/ Actúan:
Beatriz Valdés, César Évora, Carlos Cruz,
Isabel Moreno, Omar Valdés, Verónica Lynn,
Ramoncito Veloz, Jorge Martínez, Miguel Navarro, Miguel
Gutiérrez, Omar Padilla, Héctor Echemendía,
Chaflán, Roberto Jiménez, Gaspar González,
Carlos Más, Adolfo Robal, Ulises Requeiro, Andrés
Piñero, Héctor Eduardo Suárez, Yara
Yglesias, María Elena Molinet, Paula Alí,
José Raúl Cruz.

Inspirada en la novela de Miguel Barnet "Canción
de Rachel". En la atmósfera de La Habana de los
años veinte, transcurre la vida de Rachel, corista de una
carpa, que ambiciona llegar a ser una vedette del famoso teatro
Alhambra. Con el apoyo del dueño del teatro, que la hace
su amante, y sus dotes artísticas, llega al
pináculo de la fama, siendo conocida como La Bella del
Alhambra. En el camino ha perdido trágicamente el amor de
su vida y se han entregado a una pasión que estuvo a punto
de destruir su carrera.

"He querido contar la historia de una mujer que, como la
República, no quiso ser prostituida, y su mayor
aspiración fue la de ser actriz. La cinta es un melodrama
que incorpora diversos números musicales, pero no es un
musical. Contiene todos los géneros de nuestra
música y pretende renovar para los oídos actuales,
con una sonoridad nueva, nuestra vieja música. Por
representar el testimonio de una época estoy seguro que le
va a interesar especialmente a los jóvenes y al
público en general."

PREMIOS:Premio Goya a la mejor película
extranjera de habla hispana. Corales a la mejor música,
escenografía y ambientación en el Festival de la
Habana"89; mejor actuación femenina en el Festival Latino
de Nueva York; mejor película en el Festival de San Juan,
Puerto Rico. Premio especial de El Caimán Barbudo a
Beatriz Valdés, premio de la Universidad de la Habana;
premio al mejor filme de ficción y premio Pitirre en II
Festival de San Juan, Puerto Rico (1990), mejor filme y
mención especial a Beatriz Valdés en Troia,
Portugal (1990); premios Caracol de dirección,
fotografía, sonido, edición, diseño de
vestuario y escenografía, actuación femenina en VII
Festival de la UNEAC, La Habana (1990), premio a la mejor
película concedido por la Universidad de La Habana (1990),
premio El Mégano de la Federación de Cine Clubes de
Cuba, La Habana (1991).

 

 

Autor:

Lic. María Rosalía
Ramírez Aguilar

Lic. Susell Gómez
González

Lic. Elena María Díaz
Rosabal

Lic. Yanel Pompa
Chávez

Universidad de Granma

Facultad de Ciencias Sociales y
Humanísticas

Partes: 1, 2
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