Connotación histórica y social de la educación en los planes de estudios de las asignaturas
Breve análisis de cómo se manifiesta la
connotación histórica y social de la
educación en los planes de estudios o programas de las
asignaturas – Monografias.com
Breve análisis de cómo
se manifiesta la connotación histórica y social de
la educación en los planes de estudios o programas de las
asignaturas
La Sociología de la Educación es una de
las disciplinas que ofrece un marco teórico indispensable
para desarrollar el enfoque de los planes de estudios como modelo
pedagógico y tecnología social, teniendo en cuenta
sus dimensiones organizativas, culturales y también todos
los condicionamientos e impactos sociales desde lo
económico, político y cultural.
La educación cumple una función social,
así se sugiere en las Tesis sobre Feuerbach de
Carlos Marx, cuando se alude al papel de la educación en
la conformación del hombre como ser social o conjunto de
relaciones sociales.
Esto significa entonces destacar la función
socializadora de la educación respecto a los individuos,
pero también la necesidad de entender sus
condicionamientos sociales, así como su funcionamiento,
desarrollo, y su relación con los procesos productivos y
las relaciones sociales (Rivero y Proveyer, 2005).
Existen muchas aristas sociológicas a tener en
cuenta en el enfoque de lo planes de estudios a partir de la
connotación histórico-social de la
educación, aristas que reconocen precisamente las
múltiples relaciones que se dan entre el proceso
pedagógico y el proceso social, entre los educadores, los
educandos y demás actores sociales del ámbito
educativo, vinculadas a las demandas educativas de aprendizaje y
las demandas de la sociedad. Por lo tanto consideramos que la
elección de determinados objetivos, contenidos y medios,
así como el sistema de evaluación para un plan de
estudio o currículo; no es socialmente neutral ni desde el
punto de vista técnico ni ideológico ni
político ni cultural.
Desde esa perspectiva los aspectos que la
sociología de la educación desarrolla, pudieran
constituir presupuestos teóricos importantes para el
diseño, la ejecución, control y evaluación
del plan de estudio, con vistas a lograr la articulación
entre el proceso pedagógico y el proceso social, elemento
que viene a ratificar su connotación.
Según Bernstein Basil en: (Núñez,
2001) el enfoque de los planes de estudios como modelo
pedagógico ha de comenzar tomando como referentes
teóricos los estudios sociales de la ciencia y la
tecnología o estudios de ciencia, tecnología y
sociedad, donde se enfatiza en los aspectos, aún
imprecisos, de las fronteras entre la primera y la segunda y por
tanto en la emergencia de las "tecnociencias" o "sistemas
científico-tecnológicos".
Desde ese ámbito interdisciplinario propone el
autor, interpretar la ciencia y la tecnología como
procesos sociales vinculados a la educación.
Viéndolo desde ese punto de vista somos del
criterio que un plan de estudio es una tecnología social,
pues el plan de estudio posee dimensiones propiamente
técnicas y también intelectuales, así como
otras dimensiones, por ejemplo: la dimensión organizativa
que tiene que ver con el sistema de relaciones sociales que se
demanda y la dimensión cultural que incluye los valores
asumidos por los actores sociales implicados.
Es por eso que todo plan de estudio está
insertado desde la concepción de su diseño, en un
contexto histórico social e indudablemente va a estar
condicionado por las demandas sociales del momento concreto,
respondiendo a ellas y en particular al modelo pedagógico
que recoge desde la teoría, es decir, la relación
que se va a dar entre los procesos pedagógico y sociales
como citábamos al inicio del análisis: procesos
económicos, políticos, y culturales.
Por otra parte, el diseño e implementación
de un plan de estudio trae consigo impactos, ya no sólo
los relacionados con la socialización educativa de los
estudiantes, sino también al lugar de los mismos en la
sociedad y el movimiento social que va a existir en los papeles o
roles sociales de cada uno.
No podemos pasar por alto en este análisis que
por ejemplo, la sociología educativa de los años 90
del siglo XX, defendió y recogió la idea de la
subordinación de la enseñanza a las exigencias del
modelo neoliberal de sociedad, (aclaro que no defiendo las
tendencias neoliberales), me acojo a una interpretación
desde una corriente de pensamiento revolucionaria, en un enfoque
desde lo histórico cultural en función de las
buenas prácticas sociales.
De acuerdo a lo que plantea (Schultz, 2005:81), bajo los
sistemas educativos neoliberales en expansión hoy en el
mundo, se entiende que los conocimientos y las habilidades son
una forma de capital, y por lo tanto se impone una
enseñanza cada vez más ligada al puesto de
trabajo
En ese sentido entonces queda claro, que hoy se
está demandando más que la cantidad de
educación, su calidad; es decir, la enseñanza para
la competitividad en todos los ordenes.
Según Gallart, en: (Ortiz Mejía 2005)
"Ya no es suficiente conocer un oficio o acceder a un empleo,
sino hay que estar preparado para cambiar de trabajo, manejar
niveles de autonomía y exigencia mayores, o sea,
reciclarse en la vida¨. De ahí que se esté
hablando del paso de las calificaciones cuantitativas a aquellas
evaluaciones que se definen por el análisis de las tareas
del puesto de trabajo en el llamado profesiograma o perfil, que
se elabora según los conocimientos necesarios para el
mismo, el lugar del trabajador en la estructura de la empresa y
sus competencias, vistas estas últimas como el conjunto de
conocimientos, habilidades, cualidades, capacidades, aptitudes,
que le permiten discutir, consultar y decidir sobre lo relativo
al trabajo que desempeña.
Del elemento competencias, aunque no es el objetivo de
este análisis, al formar parte del proceso de
formación profesional, relacionado este,
íntimamente con los programas de estudios, debemos
señalar que existe una contradicción entre los
planes y la formación del profesional al que aspiramos, y
muy a pesar de que recogen en su contenido– formar un
profesional competente– no están los indicadores de
competencia establecidos y no graduamos profesionales por
competencias, graduamos estudiantes por objetivos
vencidos.
Todo esto sin lugar a dudas, se convierte en un problema
para la Sociología de la Educación por la
contradicción que se establece; problema que pensamos
deberá tener solución a mediano plazo, si tenemos
en cuenta los estándares de calidad que se demandan en la
sociedad actual en un mundo altamente competitivo.
Siguiendo esta línea, consideramos que el Plan de
Estudio como modelo pedagógico sugiere una determinada
articulación entre las necesidades, demandas,
requerimientos, expectativas y prioridades del proceso
pedagógico y del proceso social. El desarrollo de este
enfoque necesita entonces aproximarse a los estudios sociales de
la tecnología y la ciencia, la sociología de la
educación, la filosofía de la educación, la
pedagogía y las políticas educativas que se
implementen.
Finalmente, podemos acotar que los estudios sociales
realizados acerca de la ciencia y la tecnología, indican
que un plan de estudio en calidad de tecnología social, se
manifiesta como un modelo pedagógico en dependencia de sus
condicionamientos sociales, económicos, políticos y
culturales como se puntualizó anteriormente.
Esto representa ir más allá de su
análisis como mecanismo técnico o mera
aplicación de conocimientos científicos, camino que
debe seguirse bajo la visión y amparo de la
Sociología Educativa.
Podemos concluir manifestando, que la Sociología
de la Educación es materia obligada para explicar los
impactos sociales y la incidencia del Plan de Estudio o Programa
de la Asignatura en la dinámica de las relaciones
sociales, sobre todo de distribución de oportunidades
dentro y fuera de la institución educacional, y de
priorizar habilidades y competencias en el proceso de
formación de los estudiantes.
Es innegable que el proceso pedagógico y los
procesos sociales no pueden estar divorciados, son parte del un
entramado de relaciones que se establece en un contexto social
determinado, y que por lo tanto juegan un papel determinante en
la configuración o reconfiguración de los Planes de
Estudio o Programas de Asignaturas en el función del
desarrollo de una nación.
BIBLIOGRAFÍA
Colectivo de autores. La Nueva Universidad Cubana y
su contribución a la universalización del
conocimiento. Editorial "Félix Varela". Ciudad Habana,
2006.José Luis Luján (1997) en su
Teorías de la inteligencia y tecnologías
sociales, Tomado de Marta I, López Cerezo et al.
Ciencia, Tecnología y sociedad. Madrid,
1997.Ortiz Mejía Jorge Alberto. Educar en el siglo
XXI. Globalización y educación.
Pedagogía 2005. Encuentro por la unidad de educadores
latinoamericanosRivero Bisel. Pautas principales en la trayectoria
de la Sociología de la Educación. Rivero Yisel
Baxter y Proveyer Cervantes Clotilde. Selección de
lecturas de Sociología y Política Social de la
Educación. Editorial "Félix Varela". Ciudad
Habana, 2005.Bernstein Basil. La construcción del discurso
pedagógico (textos seleccionados). Editorial El Griot,
Bogotá 1990.Schultz Theodore. Economía y
educación. En: Rivero Yisel Baxter y Proveyer
Cervantes Clotilde. Selección de lecturas de
Sociología y Política Social de la
Educación. Editorial "Félix Varela". Ciudad
Habana, 2005.
Trabajo evaluativo de la asignatura
Sociología de la Educación.7ma edición de la
maestría en EaD
Autor:
Mabel González
Arró