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Definición del perfil arquitectónico de Banes (Cuba)




Enviado por Yurisay Pérez Nakao



  1. Breve
    caracterización histórica y socio
    económica de Banes
  2. Arquitectura de
    Banes

La arquitectura de Banes ofrece un rico y variado
conjunto de hechos que tipifican el origen y desarrollo de la
ciudad a partir de la penetración imperialista y su
expansión monopolista, con el fomento y desarrollo de la
industria azucarera. Esta zona estuvo vinculada más
directamente al mercado de Estados Unidos que al resto del Isla,
razón por la cual en la formación y
evolución de la ciudad se evidencia una marcada
urbanización al estilo norteamericano, a través de
las construcciones de madera con techo de cinc.

La escasez de mano de obra que enfrentó la United
Fruit Company a su llegada a Banes, favoreció el arribo de
un gran número de inmigrantes que integraron un respetable
porciento de la masa trabajadora de la plantación en las
tres primeras décadas del siglo XX; construyéndose
una ciudad en la cual la distribución físico –
espacial de los barrios estaba en correspondencia con la
categoría social y la raza de los ocupantes y el propio
sistema ferroviario trazaba los límites de cada uno de
ellos.

Iniciando el segundo cuarto del siglo XX se produce el
emplazamiento de algunos inmuebles en madera por construcciones
de mampostería, en el barrio americano esto responde a la
política reformista y economista de la United y aparece en
el centro de la ciudad el eclecticismo.

Así la arquitectura se desarrolló en dos
períodos: uno desde 1899 hasta inicios de la década
del 20 y el otro durante el segundo cuarto del siglo. Por lo que
nos proponemos demostrar cómo la presencia de la United
determinó la definición de la arquitectura local,
de acuerdo a cada barrio, y la diferenciación social,
racial y étnica que esto implicó, durante la
republica neocolonial.

Breve
caracterización histórica y socio económica
de Banes

En 1882 llegó a Banes el primer grupo de
personas, que se establecieron en lo que es hoy la zona urbana,
pero el florecimiento comenzó realmente en el año
1887, con la llegada de los hermanos Dumois – de nacionalidad
francesa -, quienes se dedicaron a la plantación
bananera.

A partir de ese momento la zona se convirtió en
un fuerte potencial económico – comercial. La Sociedad de
los Dumois en pocos años era una de las empresas
agrícolas más importantes del país y la
mayor en las provincias orientales.[1] Sus
producciones de banano se exportaban directamente a los Estados
Unidos.

Solo merecen especial mención las fincas de Banes
y Yaguajay, situadas en el litoral, dedicadas a la
plantación de guineos, cocos, piñas, que tienen
cultivadas más de 60 caballerías del primero de
dichas frutas, habiendo obtenido el mejor éxito puesto que
recientemente han hecho exportaciones directas a los Estados
Unidos de ese fruto que ha competido ventajosamente con el
procedente de Jamaica, Centro América y demás
puntos procedentes cuyas empresas proporcionan constante trabajo
a gran número de braceros, contribuyendo así al
fomento y desarrollo de la
agricultura.[2]

En este período el pueblo se desarrolló
más allá de la capacidad requerida por la
plantación y fue escogido como centro de residencia de la
mayoría de los propietarios de la
región.

Al estallar la Guerra del 95, Banes se incorporó
a la gesta libertadora, pero en el año 1896, el
Generalísimo Máximo Gómez – preocupado
porque las actividades productivas de la plantación le
restaban fuerzas a la Revolución -, ordenó el
incendio y destrucción del pueblo, el 11 de agosto de
1896.[3]

Concluida la Guerra de Independencia, con la
intervención de los Estados Unidos, se inició la
recuperación económica del país. En Banes se
produjo con una particularidad, el establecimiento de una
poderosa compañía norteamericana – United Fruit
Sugar Company-, que comenzó la construcción del
Central Boston en 1899 e hizo su primera zafra en
1901.

Esta Compañía se apoderó del 67 %
del territorio y llegó a convertirse en la principal
fuente de empleo. En sus inicios carecía de mano de obra,
por lo que tuvo que importarla, fundamentalmente de Las Antillas.
Además su presencia favoreció la llegada de oleadas
espontáneas de inmigrantes de Asia y Latinoamérica
que se fueron radicando en la localidad. Como resultado de este
asentamiento de trabajadores inmigrantes, la población de
Banes creció extraordinariamente, al igual que sus
barrios.

La United fue fundando diferentes barrios, en los cuales
ubicaba a los obreros, particularmente a los inmigrantes, de
acuerdo a las nacionalidades, ocupaciones y posición
social. Apreciándose una gran diferenciación
racial, étnica y social.

Arquitectura de
Banes

Las compañías norteamericanas azucareras,
llevaron a cabo una activa labor en la conformación de las
comunidades en las que se asentaron, donde la vivienda fue un
elemento clave en su organización funcional y
contribuyó al "ordenamiento" social y étnico de
acuerdo al proyecto y los intereses de las instancias
hegemónicas, en el que prevalecía el más
rígido segregacionismo social, racial y étnico. A
ello hace referencia la investigadora Diana María Cruz
cuando señala: "en Banes, esta presencia es decisiva en la
diferenciación del perfil arquitectónico de los
barrios que nacieron al calor de este
proceso."[4]

A raíz de esa colonización de la United
Fruit Company, Banes fue dividido en diferentes barrios: de un
lado la ciudad originalmente fundada, que constituía lo
que es hoy el centro histórico, compuesto por cuatro
calles y dos plazas; en las que se encontraba el comercio,
algunas fábricas, las residencias de la "oligarquía
terrateniente local", clases medias, intelectuales y al margen
los barrios populares. Al este el "barrio americano". Este barrio
y la población cubana original estaban separados por el
puente sobre el río Banes.

La United creó la infraestructura necesaria:
escuelas, iglesias, hospitales, centros comerciales y viviendas
para sus trabajadores.

La vivienda se convirtió en un medio de
explotación ya que los obreros que la ocupaban eran
arrendatarios y cuando perdían el empleo, esto implicaba
perder el usufructo. Algunos consideraban como una ventaja
adicional la posibilidad que la Compañía
ofrecía a sus trabajadores, de adquirir una vivienda
– aunque fuera en estas condiciones, pero en realidad
constituía un sutil y poderoso instrumento de
coerción extrasalarial. Todo trabajador, tanto inmigrante
como cubano, sabía que la suspensión de su contrato
con la United Fruit Company significaba no solo desempleo
inmediato, sino que también, se verían obligados a
salir de las propiedades de la Compañía. Esta
empresa era propietaria de los inmuebles y no había
posibilidades de adquisición o compra. En caso de
defunción, separación o expulsión del
trabajador se perdía el derecho a seguir haciendo uso del
inmueble.

La United Fruit Company creó su propia
tipología arquitectónica, la que denominaron A, B,
C, D, E, H Y Cuartería, de acuerdo al barrio en que
estuvieran ubicados, pues estos se encontraban separados
según la categoría y raza de los ocupantes,
variando en cada uno de ellos la calidad, acabado,
distribución físico espacial y materiales de
construcción de las viviendas, demostrando que la
arquitectura doméstica está íntimamente
ligada al modo de vivir. En todas las tipologías la
conformación de sus espacios, las técnicas
constructivas, así como los elementos que se incorporan
con interés decorativos, reflejan el status social y
económico de sus moradores.

El Barrio Americano, al estilo de una villa
norteamericana de grandes bungalow, calles bien pavimentadas,
áreas verdes, jardines, campo de golf. En la parte alta
– calles: Los Ángeles, Polo y Campana –
residían los norteamericanos y altos empleados criollos,
sus viviendas se incluyen en las tipologías A y B; en la
parte baja – calles: Mulas, Palma, Puerto Rico y
Tráfico – se ubicaban los obreros cubanos, en
viviendas tipología C y E.

La tipología A se caracteriza por ser una
construcción de madera, con techo de cinc, con una amplia
distribución físico – espacial en su interior,
presenta galería perimetral. La unión de las tablas
es por machihembrado; las paredes exteriores e interiores son de
doble forro. La cubierta por su terminación es de tirantes
forrados de madera, con forma de cuatro faldones o a aguas.
Algunas de ellas presentan marquesinas o buhardillas. Las puertas
y ventanas se encuentran protegidas por cristales y en otros
casos por tela metálicas. Los pisos de madera son
entarimados barnizados. Cuentan con más de 8 habitaciones.
En ellas residían los altos funcionarios
norteamericanos.

La tipología B es igual que la A, solo se
diferencian en que son un poco más pequeñas, pues
cuentan con 6 habitaciones. En ellas residían los altos
empleados criollos y los jefes de departamentos con nacionalidad
norteamericana.

La tipología C es una construcción de
madera, techo de cinc, con una distribución físico
– espacial de portal, sala, comedor, dos habitaciones,
baño interior y cocina. Presentan un uso racional del
espacio. La cubierta de cinc, por su terminación, es de
tirantes simples de madera, con forma de cuatro faldones o a
aguas. La unión de las tablas es por machihembrado. Los
pisos de madera son entarimados. En ellas residían los
jefes de departamentos de nacionalidad cubana.

En este barrio construyeron el hospital, también
de madera y cinc y un club que funcionaba como sociedad de
instrucción y recreo; además del centro comercial,
las oficinas de la administración general, una iglesia y
un colegio, estos últimos fueron reemplazados en la
década del 20, siendo construidos de
mampostería.

El Barrio Amarillo se encuentra ubicado en las
inmediaciones de la ciudad, separado del "barrio americanos" por
el "patio", del sistema ferroviario, fue fundado iniciando la
década del 20, en él residían los
trabajadores cubanos, vinculados a las labores del taller de
locomotoras y ferrocarriles. Las viviendas edificadas en
él están representadas en las tipologías C,
D y Cuartería.

La tipología D es una construcción de
madera con techo de cinc, con una distribución de espacio
de medio portal, sala, dos habitaciones, baño interior y
una pequeña cocina – comedor. La unión de las
tablas en las paredes es por machihembrado. La cubierta de cinc,
por su terminación es de tirantes simples de madera con
forma de dos faldones. Los pisos de madera son
entarimados.

Las Cuarterías eran construidas de madera con
techo de cinc y una distribución espacial de 12
habitaciones con pasillo central que daba acceso por el interior
al baño colectivo. La unión de las tablas en las
paredes es por machihembrado. La cubierta de cinc, por su
terminación es de tirantes simples de madera de dos
faldones. En ellas residían los inmigrantes
fundamentalmente asiáticos y españoles.

El Barrio Antillano, comúnmente conocido
como el barrio de La Güira, se encuentra ubicado en las
inmediaciones de la ciudad, separado del barrio americano por el
patio del sistema ferroviario de la plantación. Fue
construido a principios del siglo XX para establecer allí
la fuerza de trabajo anglocaribeña, mayormente jamaicana.
Las viviendas edificadas en él están representadas
en la tipología H, aunque también aparecen algunas
de tipología D.

La tipología H es una construcción de
madera con techo de cinc, con una distribución de portal,
sala, una habitación, cocina y baño interior. La
unión de las tablas en las paredes es de tapajunta. La
cubierta de cinc, por su terminación es de tirantes
simples de madera de dos faldones. Los pisos de madera son
entarimados.

La formación de esa comunidad de jamaicanos, en
La Güira, contribuyó al incremento de las
aportaciones culturales de acuerdo a las nuevas situaciones
sociales que se gestaron.

En este barrio los jamaicanos constituyeron una sociedad
semicerrada. Ese segregacionismo unido a las particularidades de
su cultura, retardaron el proceso etnoasimilativo de
ellos.

Es de destacar que muchos jamaicanos de raza blanca, que
ocupaban puestos importantes en la Compañía,
vivían en el barrio americano, evidenciando una
negación de sus raíces y una marcada
discriminación social y racial.

En el centro de la ciudad – hacia donde retornó
la oligarquía de plantadores, que había emigrado
durante la guerra, se asentaron los comerciantes, artesanos y los
inmigrantes procedentes de España, Arabia y algunos
países de Latinoamérica -, la distribución
físico – espacial de las calles tiene una marcada
influencia norteamericana (con 6 metros de ancho), formando una
buena orientación dentro de una trama vial
regular.

Las construcciones son de madera uniplantas y biplantas
con pisos de madera, montadas sobre pilotes y con el techo de
cinc. La unión de las tablas de las paredes es por
machihembrado y escantillado. Los pisos de madera son entarimados
o entablonados. Las cubiertas son generalmente de tirantes
simples de madera, en forma de cuatro faldones o a agua, la
terminación de las mismas es de cinc en el 90 % y en un 10
% de tejas; en algunas de ellas aparecen las buhardillas,
fundamentalmente de caballete, aunque existen buhardas
rampantes.

En sentido general las viviendas presentan una amplia
distribución físico – espacial con portales en los
cuales se conjugan los elementos estéticos funcionales.
Las barandas de hierro utilizadas a principios de siglo dieron
paso a balaustres planos de madera calada con diversos y
atractivos diseños. Las fachadas se enriquecieron con el
uso de frisos recortados en tablas y los vanos de puertas y
ventanas con tablas colocadas en forma de entredós.
Existen construcciones con pretil de hojalata y en otros casos de
madera.

En la arquitectura banense, tanto en los barrios
construidos por la United como en el centro de la ciudad, se
observa una generalización de los mismos materiales de
construcción, o sea, madera y cinc, ya que como refiere el
investigador José Vega Suñol:

La influencia de la U.F.Co., en Banes fue cada vez
más absorbente hasta el punto de convertirse en centro de
referencia en la esfera arquitectónica.

La fusión de elementos arquitectónicos
norteamericanos en la vivienda cubana es específica en la
ciudad de Banes pues en otras partes del territorio nororiental e
incluso en Cuba no llegaron a darse las condiciones para una
transferencia de este tipo.[5]

En ambos períodos (1899 – 1925 y 1926 –
1958), en el centro de la ciudad, predominaron las construcciones
en madera, reservándose los escasos edificios de
mampostería – que a parecen a partir de 1924 –
para las principales casas comerciales, las sociedades de
instrucción y recreo y oficinas públicas,
respondiendo todos al estilo ecléctico.

En 1911 se construye el primer inmueble de
mampostería, que fue la casa comercial del español
Ángel Anglés; en 1924, la sede de la Colonia
española; en ese mismo año el edificio de la Cuban
Telephone Company; entre 1926 y 1933 la vivienda del
terrateniente Alberto Quiñones. En esto influyó la
construcción de la carretera central, que les
permitió a los comerciantes locales tener acceso a las
principales ciudades del país, adquirir diferentes
materiales de construcción, y recibir la influencia de
otros estilos arquitectónicos, en los que predominó
el eclecticismo.

Este estilo se generaliza en la ciudad, a partir de
1936, los principales ejemplos lo constituyen las casas
comerciales El Encanto, El Paraíso y
Fin de Siglo y Los Locos.

En 1947 se construyó la sede del Ayuntamiento
Municipal que es el máximo exponente del eclecticismo en
Banes.

El trazado urbanístico de esta localidad responde
a una política discriminatoria y segregacionista aplicada
– hasta en la vivienda – por la penetración
norteamericana, a través de sus compañías
azucareras.

En Banes, al no despuntar como una plaza de arquitectura
colonial, por ser una ciudad nacida con el siglo XX, no
llegó a formarse una tradición, ni un aprendizaje
constructivo de mampostería. En cambio se generalizaron
las construcciones en madera, por la influencia norteamericana,
cuya presencia fue muy significativa en todos los aspectos de la
sociedad.

Por lo que no cabe dudas que Banes, es el núcleo
urbano más representativo del área nororiental en
cuanto a la asimilación de traspasos
arquitectónicos cubano – norteamericanos, pues desde su
fundación – vinculada a la United Fruit Company – la
arquitectura banense fue tributaria de la madera, el cinc y
demás materiales de la tradición
vernácula.

En el segundo cuarto del siglo XX, aunque aparece del
eclecticismo en el centro de la ciudad, – en algunos edificios
que son una verdadera muestra del esplendor económico de
sus propietarios, o de las instituciones que en ellos radicaban,
es un período que se caracteriza por la continuidad de las
construcciones en madera.

En el empeño de continuar cuidando nuestro
patrimonio cultural que nos identifica y enaltece es importante
conocer el significado social que tuvo esa arquitectura y los
barrios de esta localidad, pues como planteó Miguel de
Unamuno "los edificios de un pueblo son el mejor camino para
conocer su espíritu, civilización y condiciones de
vida".

 

 

Autor:

M.Sc. Yurisay Pérez Nakao.

Historiadora de Banes.

[1] Ariel James: Banes: Imperialismo y
nación en una plantación azucarera. p.75.

[2] AHPH. Fondo Alcaldía. Legajo 46.
Exp. 1289.

[3] Materiales del Archivo del Museo
Municipal. Banes.

[4] Diana María Cruz Hernández:
“La vivienda de madera en los bateyes azucareros de
Oriente: otra mirada”. P. 92.

[5] José Vega Suñol: Presencia
norteamericana en el área nororiental de Cuba.
(Etnicidad y Cultura). p. 118 – 119.

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