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Este es el BID, ¿qué les parece?




Enviado por rubèn ramos



Partes: 1, 2

  1. Los países
    miembros del BID
  2. Países
    miembros "prestatarios"
  3. Países
    miembros "no prestatarios"
  4. El gobierno del
    BID
  5. Las
    políticas de operación del
    BID
  6. Las "Estrategias de
    País" del BID
  7. La "Estrategia de
    país" para el Perú
  8. El BID y sus
    proyectos en el Perú
  9. El fortalecimiento
    del BID
  10. El BID y las
    "inversiones de impacto" en América latina y el
    Caribe
  11. El BID y la
    sociedad civil

Acaba de concluir en Lima- Perú, la
reunión del "Foro Económico Mundial para
América latina". Habría que precisar, en primer
término, que esta región no la conforman
Perú, México y Panamá cuyos mandatarios
fueron los únicos presentes. Estos son tres de los
países que integran esa Alianza, a-histórica,
llamada del Pacífico, impuesta por el FMI, el BM y el BID,
donde además están Chile y Colombia bajo el
liderazgo de los EEUU, como otro de sus integrantes. Todos con
economías de mercado del modelo neoliberal al servicio de
los capitales transnacionales, con los más altos
índices de pobreza extrema en el continente, de violencia
y criminalidad organizada por el narcotráfico, de
corrupción social e institucional.

Segundo, la Alianza del Pacífico responde al
interés de EEUU de dividir la UNASUR y, sobre todo,
enfrentar al ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de
nuestra América) integrada, hasta ahora, por Cuba,
Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, y tres países del
Caribe: Antigua y Barbuda, Dominica y San Vicente y
Granadinas.

Tercero, a la reunión asistieron también
fantoches (prestos a recitar los manualitos del BM, del propio
BID, sobre inclusión social, emprendimiento, clases
medias, sostenibilidad y otras especies). Igual se dieron cita
títeres (algunos octogenarios), habilidosos titireteros
(como el reelecto "presidente" colombo-norteamericano del BID).
Hubo también volatineros y anfitriones y anfitrionas.
Alguien dijo alguna vez que los personajes del Foro
parecían "gordos de nieve". Pero, qué destructivos
son, bajo esa apariencia. Tanto como el propio Banco
Interamericano de Desarrollo BID, del que me ocuparé
enseguida.

El BID fue fundado en 1959 como parte de la estructura
financiera del nuevo orden mundial capitalista para
América latina y El Caribe. Por eso forma parte de la
moribunda Organización de Estados Americanos (OEA). Pero,
no se equivoque, el BID sirve a los interese económicos de
los llamados países miembros "no prestatarios" (22 en
total) pertenecientes a la Unión Europea, los Estados
Unidos, Canadá, Japón, Israel, Croacia, Suiza y
China.

Estos países "no prestatarios" se reservan el
derecho de ser los únicos que pueden procurar los bienes y
servicios a los proyectos financiados por el BID en nuestros
países, identificados como "prestatarios". Esto quiere
decir que el BID compromete a nuestros pueblos en cuantiosos
préstamos, que engrosan nuestra deuda externa, para
comprarles bienes y servicios a los países "no
prestatarios" que nada tienen de latinos, de americanos o de
caribeños. Son norteamericanos, europeos y
asiáticos. ¿Qué clase de Banco
"Interamericano" es éste? ¿De qué
"desarrollo" se ocupa? O, mejor aún, ¿del
desarrollo de quiénes?

Los más de 50 años de esta lógica
perversa, que comparten por igual el BID y los aparatos
financieros de la Organización de las Naciones Unidas como
el FMI y el Banco Mundial, y del Departamento de Estado de los
EEUU, como la USAID, sólo acreditan la exacción de
nuestros recursos naturales, mayor pobreza en nuestros pueblos,
más terrorismo –ahora so pretexto del
narcotráfico-, mayores niveles de delincuencia y de crimen
organizado, y la perennización del
neocolonialismo.

El BID, se define como "la principal y mayor fuente de
financiamiento y pericia multilateral para el desarrollo
económico, social e institucional de manera sostenible y
respetuosa con el medio ambiente". Sin embargo, son sus miembros
"no prestatarios" a través de sus "inversionistas de
impacto" (que son todas las grandes empresas extranjeras
instaladas en nuestros países), los que depredan nuestras
riquezas mineras, petrolíferas, acuíferas,
forestales, pesqueras, turísticas, agrícolas,
ganaderas; destruyen nuestra cultura, enajenan nuestra identidad,
nuestra historia, nuestra música, nuestras costumbres,
nuestras comidas.

Tras 60 años, desde su fundación, los
"esfuerzos" de esos "inversionistas" y de la "ayuda" de los
países "no prestatarios", sólo dan cuenta de
más del 50% de niños entre 0 y 11 años, en
extrema pobreza, según cifras de los propios organismos de
NNUU que comparten la misma impronta. Lo que quiere decir que son
todos esos niños los condenados a sobrevivir sin esperanza
alguna de salud y bienestar. Negados, de por vida, a la
posibilidad de aprender algo válido y significativo. Una
población descartable. Útil para las
estadísticas con que el BID demuestra la necesidad de
mayores préstamos.

El BID, dice de sí mismo, que no se trata de
cualquier banco, porque, además de préstamos,
impone donaciones y asistencia técnica; realiza
investigaciones que le sirven para conocer mejor nuestras
reservas naturales, nuestra gente, instrumentalizar la
sedición, el terror, el hambre, la guerra y elaborar sus
"Estrategias de país" para imponérselas a nuestros
obsecuentes gobernantes.

El BID tiene 48 países miembros de los cuales 26
son países miembros "prestatarios" de América
Latina y el Caribe. Son la mayoría en la Junta de
Gobernadores del BID, pero no lo gobiernan. Este derecho se
reserva el gobierno norteamericano por ser el "creador" del
Banco, así como de la OEA, y tiene el 31% del capital del
Banco que alcanza los cien mil millones de dólares.
Argentina, Brasil y México, juntos, llegan al 26%. El
resto, sólo cuenta para llevarle el amén a los
EEUU.

Dada su base de accionistas "no prestatarios" el BID
puede endeudarse en los mercados internacionales a precios
competitivos y transferir esos beneficios a sus socios europeos,
norteamericanos y asiáticos para sus inversiones en los 26
países "prestatarios" de América Latina y el
Caribe. Y si de inversiones en los países más
pobres y vulnerables se trata, opera a través de su "Fondo
de operaciones especiales" (FOE), beneficiando igual a sus socios
inversionistas. Es decir, nadie se salva de la agonía de
la deuda que nos impone. Excepto Cuba.

Los países
miembros del BID

Esta sui géneris institución financiera,
"interamericana", reúne entre sus miembros a 26
países latinoamericanos y caribeños; a 17
países europeos y a

EEUU, Canadá, la República Popular China,
Corea del Sur y Japón. Todos estos (los no
latinoamericanos y caribeños), son, además,
miembros de la Corporación Interamericana de Inversiones
(CII) y del Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN) que
conforman el Grupo del BID (GBID). Su pertenencia es en calidad
de países "No prestatarios". Esta calidad les otorga el
derecho de asumir los "negocios" que canalizan y aseguran estas
dos instituciones y el propio BID, en los 26 países
latinoamericanos y caribeños "prestatarios". Éstos
tienen la obligación de aportar los fondos con los que el
BID, el CII y el FOMIN, fomentan las inversiones privadas de los
"No prestatarios", "en favor de los pobres".

La Corporación Interamericana de Inversiones
(CII), opera desde hace 25 años, y beneficia a quince de
las veinte mayores economías del mundo con "negocios e
inversiones" en los países de América latina y el
Caribe. En los últimos años, el CII ha "focalizado"
las inversiones de los socios "No prestatarios" en las llamadas
"energías limpias" (agrocombustibles, aire, sol, agua),
las microfinanzas, y el turismo. Ha logrado capitalizar activos
propios sobre los dos mil millones de dólares en los
últimos 10 años, gracias a su labor de
intermediación a favor de empresas "no" latinoamericanas o
caribeñas.

El Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN), fundado en
1993 como parte del Grupo del BID, tienen como propósito
incrementar la inversión privada en el continente, mejorar
el entorno ambiental para el desarrollo del sector privado. El
FOMIN es el mayor proveedor de asistencia técnica a este
sector en América latina y el Caribe. Moviliza más
de dos mil millones de dólares para este efecto y para
garantizar la seguridad de los negocios e inversiones de los
miembros "no prestatarios" del Banco y del propio
FOMIN.

En el 2005, con la firma del Convenio Constitutivo FOMIN
II firmado en Okinawa-Japón, sus miembros "prestatarios" y
"no prestatarios", acordaron la "reposición de sus
recursos para una nueva gestión más agresiva en pro
del crecimiento económico equitativo y la reducción
de la pobreza". Desde entonces, FOMIN ha favorecido la
intermediación financiera de sus inversionistas con cargo
a los fondos provenientes de los países de América
latina y a los "prestamos" impuestos por el BID, en las
áreas de remesas, microfinanzas, capital emprendedor,
turismo sostenible, alianzas público-privadas,
formación de jóvenes. (Temas sobre los cuales
pontificaron los fantoches en la reunión del Foro
Económico Mundial realizado en Lima)

Países
miembros "prestatarios"

La singularidad del BID no está únicamente
referida a que siendo una institución financiera de los
países de América latina y el Caribe, para la
interacción entre éstos, tenga entre sus miembros a
países que no sólo geográficamente, sino
histórica y culturalmente, nada tienen que ver ni con lo
amerindio, ni con lo afro-latino-caribeño. Su
particularidad, también tiene que ver con la manera como
distingue la calidad de unos y otros de sus miembros.

A fin de supervisar la distribución del
financiamiento de sus proyectos, el BID comenzó en 1999 a
usar una clasificación que divide a los países en
Grupos I y II, según su PIB per cápita de
1997.

El Banco canaliza un 35 por ciento del volumen de sus
préstamos a los países del Grupo II (los de ingreso
menor), que incluye a Belice, Bolivia, Colombia, Costa Rica,
Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras,
Jamaica, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú,
República Dominicana, Suriname. El 65 por ciento restante
se canaliza a los países del Grupo I (los de mayor
ingreso) como Argentina, Bahamas, Barbados, Brasil, Chile,
México, Trinidad y Tobago, Uruguay, Venezuela.

Independientemente de lo paradójico de esta
política pensada y ejecutada por el BID, lo evidente son
los enormes beneficios que alcanzan sus socios "inversionistas"
gracias a sus "financiamientos" con cargo a deuda
externa.

Países
miembros "no prestatarios"

Ser uno de estos miembros, significa la posibilidad de
canalizar mejor sus "inquietudes" de negocios y rentabilidad ya
que a través del BID se puede alcanzar a un mayor
número de países "beneficiarios" que con programas
bilaterales.

Asimismo, los países miembros "no prestatarios"
se benefician de los procesos de "adquisiciones y
contrataciones", ya que sólo empresas de estos
países pueden procurar bienes y servicios a los proyectos
financiados por el BID. El Banco, además, sólo
contrata a ciudadanos de los países miembros "no
prestatarios". El BID colabora con los países miembros "no
prestatarios", y reparte información sobre adquisiciones a
través de las "Redes de oficiales de enlace del sector
privado".

Veintidós de los 48 países miembros del
BID son "no prestatarios". Estos pueden brindar apoyo financiero,
ya sea en forma de capital integrado como en cuanto a
suscripciones de capital. Tienen derecho a voto en la Asamblea de
Gobernadores del Banco y en el Directorio Ejecutivo, de acuerdo
con sus suscripciones de capital. Como ya se dijo, los
países miembros "no prestatarios" del BID, son Estados
Unidos, Canadá, Japón, Israel, República
de

Corea, República Popular de China y 16
países de Europa: Alemania, Austria,

Bélgica, Croacia, Dinamarca, Eslovenia,
España, Finlandia, Francia, Holanda,

Italia, Noruega, Portugal, Reino Unido, Suecia y
Suiza.

(http://www.iadb.org/es/acerca-del-bid/paises-miembros-no
prestatarios,6006.html)

El gobierno del
BID

El BID está encabezado por la Asamblea de
Gobernadores que la integran todos los países miembros
prestatarios y no prestatarios. Cada país miembro nombra a
un "gobernador" cuyo número de votos es proporcional al
capital que suscribe al Banco. Los 26 países miembros de
América Latina y el Caribe tienen el 50.02% de los votos,
pero aquí, el principal accionista es Estados Unidos, con
el 30.01% de los votos. (EEUU no es ni histórica, ni
culturalmente, un país de latinoamericano ni mucho menos
caribeño). Al porcentaje de votos que maneja, en una
organización a la que no pertenece, pero que
impulsó para sus propios fines, hay que agregar la de los
países "amigos" latinoamericanos y caribeños que se
suman por presión o por obsecuencia. El 20.01% que
representan los países latinoamericanos y caribeños
es simplemente una ficción)

El Presidente del Directorio Ejecutivo del BID, es
elegido por la Asamblea de Gobernadores por un mandato de cinco
años de duración. Es el funcionario ejecutivo
principal y representante legal de la institución, y
dirige las actividades del Banco. Se trata de un funcionario de
carrera de un país "amigo" como Uruguay (antes del actual
Presidente José Mujica), lugar de nacimiento de Enrique
Iglesias que "sirvió" al Banco entre 1988 al 2005, o
Colombia, donde se dice habría nacido Luis Alberto Moreno,
su actual re-electo presidente. Los dos anteriores, de los cuatro
presidentes que ha tenido el BID, uno fue chileno, Felipe
Herrera, entre 1960-71, y el otro, mexicano, Antonio Ortiz Mena,
entre 1971-88.

Las políticas
de operación del BID

El BID impone su dominio sobre los gobiernos de ALC a
través de dos tipos de políticas: las
"políticas operativas generales" y las "políticas
sectoriales". Para el BID las políticas son disposiciones
que definen la acción del Banco a todo nivel. En este
contexto, las "políticas operativas" son aquellas
disposiciones que tienen por objeto regular la asistencia que el
Banco proporciona a sus "prestatarios", definir estrategias de
desarrollo y proporcionar una guía de alto nivel para la
toma de decisiones operativas. Estas políticas son
"generales", cuando sirven para regular los términos y
condiciones comunes a todas las actividades operativas del Banco;
"financieras", cuando establecen las fuentes de financiamiento de
los préstamos, propósito y aplicación de
cada uno de los fondos existentes y sus correspondientes
términos y condiciones para las operaciones;
"sectoriales", cuando se imponen a un sector específico de
la actividad económica y precisan un marco
estratégico para la programación de sus operaciones
a nivel nacional y regional; multisectoriales, las aplicables al
desarrollo de varios sectores económicos o a diversos
campos de la actividad económica, y para el sector
privado.

Para cualquier efecto el banco prepara un "documento de
política" o informe que se somete a los diferentes
órganos del Banco para su aprobación y
autorización. Estos "documentos" son elaborados por los
departamentos responsables de las políticas generales
(DPP, por sus siglas en inglés), sectoriales (SDS) y del
sector privado (PRI). Los órganos de aprobación son
el Comité de Programación que revisa, comenta y
autoriza elevar la propuesta de política al Comité
de Coordinación. Éste discute y aprueba la
propuesta de política operativa y autoriza
someterla al Directorio Ejecutivo, quien finalmente la
aprueba.

Una vez aprobado, se impone a los gobiernos y negocia
con los "inversionistas". El contenido de una Política
depende de la naturaleza del financiamiento y se expresa en
términos precisos, claros y concretos. Incluye
básicamente:

  • Antecedentes, sobre la experiencia y acción
    del Banco en la materia objeto del financiamiento o
    negociado, conteniendo información y análisis
    que contribuyan a una mejor comprensión y
    sustentación de los alcances de la política
    propuesta.

• La política propiamente tal, dando cuenta
de su postulado, el detalle del o sus objetivos, los campos de
actividad y las prioridades (sobre todo tratándose de
políticas sectoriales)

• Los criterios u orientaciones básicas que
faciliten y clarifiquen la aplicación de la
política.

• Los manuales, conteniendo la política
propiamente tal, y el documento original aprobado por el
Directorio Ejecutivo del BID.

Nada queda al azar. Todo está determinado para
perennizar la agonía del financiamiento externo. En este
sentido, las "políticas sectoriales", precisan al detalle
las disposiciones generales aplicables a los préstamos
financiados por el Banco en los diferentes sectores
económicos o áreas especiales.

El BID tiene además las llamadas "política
de adquisiciones" que establece las normas y procedimientos para
la licitación de contratos de bienes y servicios que
serán habilitados por sus socios "inversionistas" en los
proyectos financiados por el Banco
(http://www.iadb.org/es/acerca-del-bid/resources,6236.html).

A cada política del BID, le corresponde su
respectiva "estrategia" orientada a hacer operativos los mandatos
de la Asamblea de Gobernadores, donde EEUU se reserva el derecho
de la toma de decisiones.

Las "Estrategias de
País" del BID

Al igual que el BM, el BID también define e
impone sus "Estrategias de país", elaboradas por sus
equipos de profesionales establecidos en cada uno de nuestros
"Estados independientes". Estas "estrategias" se establecen en
función de "las prioridades de desarrollo del BID para la
región".

"La Estrategia de país" se elabora "en base a
estudios analíticos elaborados por el propio Banco para
una amplia escala de sectores económicos y sociales, tales
como desarrollo urbano y rural, salud, educación,
modernización del estado, transporte, comercio, medio
ambiente, entre otros".

Todos los sectores implicados, "se benefician" de los
bienes y servicios que esta institución "interamericana"
canaliza desde EEUU, Europa y Asia para asegurar la
competitividad, integración y desarrollo del mercado de
sus aliados inversionistas.

La "Estrategia de
país" para el Perú

Está orientada a consolidar el ritmo de
"crecimiento macroeconómico con inclusión social".
Al igual que la "Estrategia país" que ejecutó el
gobierno de Alan García, entre el 2007-2012, la impuesta
al actual gobierno de Ollanta Humala para el período
2012-2016 tiene como objetivo continuar con el desafío de
"diversificar la economía para evitar los impactos
negativos de la volatilidad de las condiciones externas y poder
lograr que el crecimiento económico se traduzca en
incremento del empleo formal y en bienestar para la
mayoría de los peruanos". En este sentido los "nuevos
retos" de la "Estrategia país" para el 2016 serán
fortalecer la inserción internacional y la competitividad
de las "exportaciones peruanas", promover el desarrollo social y
la inclusión (para cuyo efecto se creó el
ministerio de Desarrollo e inclusión social que lo dirige
una informante del BM, del BID y de USAID), profundizar la
reforma del Estado y mejorar la gestión
pública.

Para fomentar la competitividad y diversificación
productiva, el Banco asegura

"negocios lucrativos a sus inversionistas" en
carreteras, puertos, recursos hídricos, agua potable y
saneamiento; financiamiento directo al sector privado para la
explotación minera, de hidrocarburos y otros recursos
energéticos; "apoyo" en las etapas subsiguientes al
proyecto "gas de Camisea".

Para promover el desarrollo social y la inclusión
los "socios inversionistas" del BID seguirán operando los
servicios básicos, la promoción de oportunidades de
empleo temporal, la protección social (que puede
significar cualquier cosa).

En el área de gestión pública, el
BID seguirá operando la provisión de servicios, una
mayor calidad del gasto público, y el fortalecimiento del
sistema judicial, a través de sus "socios inversionistas".
El préstamo del BID para el 2012-2016 es similar al del
período anterior (tres mil millones de dólares).
Esto consolida al BID como la principal fuente de financiamiento
multilateral del Estado peruano.

La condición básica que impone el BID,
para que puedan cumplirse los propósitos fijados por sus
socios inversionistas, es el fiel cumplimiento de parte del
gobierno peruano, de las reformas de políticas impuestas
por el propio Banco. Entre estas, la de profundizar la
relación Banco-País, en el contexto de la nueva
organización del BID a nivel mundial. Esto obliga al
Perú a modernizar y fortalecer la oficina de
Representación del Banco en el país, como una
exigencia clave para robustecer el diálogo con sus
"inversionistas" y el enfoque en las "necesidades del
cliente".

El Banco, fiel a su política, se cubre de
antemano de lo que pudiera afectar su

"buena voluntad" y la de sus inversionistas: los riesgos
macroeconómicos, sociales, políticos,
institucionales, ambientales y desastres naturales. En caso
surgieran, el Banco usará los mecanismos que tiene
incorporados para identificar, prevenir y mitigar sus efectos. De
esta forma, "la ayuda" y su posible incremento, queda asegurada.
Puede perder el país, pero el Banco y sus
"inversionistas", jamás.

El BID y sus
proyectos en el Perú

Los financiamientos actuales del BID en este país
van desde los otorgados a la "Sociedad peruana de
gastronomía APEGA", que maneja la feria anual de comidas
"Mixtura", hasta los orientados a la apropiación de sus
riquezas naturales estratégicas, en nombre de la "gran
transformación del crecimiento económico con
inclusión social". (La feria gastronómica Mixtura,
no es más que una artificiosa mercantilización de
la verdadera gastronomía nacional, que se ha convertido en
una fuente importante de ganancias para beneficio personal de sus
dos socios auspiciadores).

Debe entenderse que sobre el presupuesto de cada
proyecto, una parte la cubre el aporte del BID con cargo a la
deuda externa del país, y la otra el propio Estado en base
a sus recursos propios. Esto quiere decir que en la lógica
de los beneficios al sector privado, el Estado facilita recursos
financieros u otro tipo de recursos como infraestructura
básica, puentes, caminos, energía, agua, tierra,
para asegurar la explotación de nuestras riquezas
naturales o la manipulación y enajenación de la
población, de los trabajadores, funcionarios, docentes,
alumnos o de cualquier otro actor social implicado directa o
indirectamente en los proyectos. He aquí alguno de
éstos:

  • PE-L1120: Acceso a una educación
    privada de calidad para el desarrollo de la clase media
    emergente, que ponderó el ministro de economía
    del gobierno de Humala y cogobernante del BM, en la
    reunión de Lima del Foro Económico Mundial. Se
    trata de un proyecto para la expansión de una "red de
    colegios privados" dirigidos a poblaciones urbanas. El
    "socio" de este proyecto es "Colegios peruanos s.a.c.", una
    empresa privada bajo la modalidad de sociedad anónima
    cerrada. Fundada en el 2005, está dedicada a la
    enseñanza en todos los niveles y modalidades:
    superior, universitaria, tecnológica y escolar. La
    sede del proyecto es un distrito de clase media alta llamado
    San Borja en la ciudad de Lima, constituida por provincianos
    "emergentes". Actualmente ya se ha extendido a varios
    distritos de Lima metropolitana y a varias regiones del
    país.

El financiamiento estimado para una primera etapa es de
32 millones de los cuales el BID aporta 10 millones de
dólares. Empresas extranjeras vinculadas a la
producción de libros, mobiliario, instalaciones, software,
equipamiento, brindan servicios y bienes de capital. El tipo de
financiamiento se define como "Préstamo del Sector Privado
Tipo A".

  • PE-L1101 : Mejoramiento de la
    Gestión de la Inversión Pública
    Territorial

El proyecto busca mejorar la eficacia, eficiencia y
efectividad en la gestión de la inversión
pública de los gobiernos regionales, como articuladores de
la inversión privada territorial (Existe un Decreto Ley
para tal efecto). El proyecto forma parte de la "reforma y
modernización del Estado". El tipo de financiamiento se
define como una "operación de préstamo" por 50
millones de dólares. Está a cargo del ministerio de
economía y finanzas.

  • PE-L1068 : Proyecto de Innovación para la
    Competitividad

Para permitir la continuidad del Programa de Ciencia y
Tecnología y continuar con las actividades de
promoción de la investigación científica y
tecnológica, la innovación empresarial y la
formación de recursos humanos avanzados en ciencias e
ingeniería para incorporarse como mano de obra barata a la
empresa privada extranjera. Es una operación de
préstamo por 100 millones de dólares, a cargo de un
inexistente sector denominado Ciencia y Tecnología. Su
ejecución lo tiene el "Consejo de ministros".

  • PE-M1083: Inclusión de pequeños
    productores y MyPES (medianas y pequeñas empresas) en
    los mercados gastronómicos. Está orientado a
    favorecer a los inversionistas del Banco con el desarrollo
    del mercado gastronómico de alto valor agregado,
    apoyar la conversión de mercados de abastos en
    "mercados gastronómicos" a través de su
    mejoramiento integral y acceso a nuevos clientes.
    Paralelamente, mejorar la articulación restaurantes y
    mercados gastronómicos con pequeños productores
    agrícolas y pecuarios beneficiándose de los
    bajos precios de sus productos. El FOMIN financia la
    capacitación y asesoría, articulación y
    la generación de modelos de negocios replicables. Es
    una operación a cargo del FOMIN con la
    Asociación Peruana de Gastronomía (Apega) por
    tres millones de dólares.

  • RG-L1047: Green Line Banco Itau BBA S.A. Nassau
    Branch

Es un proyecto que el BID financia tanto en Perú
como en Brasil, Chile, Colombia, Paraguay y Uruguay. Son los
llamados "proyectos verdes" que se desarrollan a través
del Banco Itaú BBA S.A. La operación se realiza a
través de la sucursal de Itaú, en Nassau (la isla
hermana de Miami). El Itaú Banco, pertenece a Itaú
Holding, el más poderoso de latinoamérica
después de su fusión en el 2008 con Unibanco, el
tercer banco más grande de Brasil que fue dueño del
Banco Nacional luego de la crisis brasileña de los 90. El
Itaú Banco no sólo actúa en América
latina sino también en Europa, Asia, EEUU, Japón.
Su poder le viene de la serie de adquisiciones y fusiones que en
la última década ha realizado de y con bancos de
Europa que operaban en Brasil, Argentina, Chile, Uruguay. Es el
décimo banco más grande del mundo. Posee una
cartera diversificada de proyectos "amigables" con el
medioambiente en América latina a través de una
línea verde o "Planet Banking".

Según una de las voceras del Itaú, el
financiamiento otorgado al proyecto constituye una "singular
transacción porque permite apalancar la pericia y
reputación del BID en los mercados latinoamericanos con la
capacidad del grupo Itaú para originar y ejecutar
proyectos respetuosos del medio ambiente y lograr un efecto de
demostración" (Carolina Camargo, titular del área
Instituciones Financieras Internacionales de Itaú
BBA).

De parte del BID el proyecto incluye un préstamo
A senior, no garantizado, de hasta US$100 millones y otro
préstamo B de US$100 millones otorgado por "inversores
comerciales". El financiamiento se justifica en la certeza que
arguye el BID de que "hay una escasez de financiamiento para
proyectos verdes en América Latina, y con esta
operación se pretende cerrar la brecha", según lo
expresara Daniela Carrera Marquis, jefa de la División de
Mercados Financieros del Departamento de Financiamiento
estructurado y corporativo (SCF por sus siglas en inglés)
del BID. En los últimos años, la SCF ha generado
US$325 millones en préstamos a instituciones financieras
de América Latina y el Caribe para financiar proyectos
"respetuosos" del medio ambiente. El SCF es responsable de todas
las operaciones sin garantía soberana de los Estados para
proyectos a gran escala, así como para aquellos proyectos
vinculados con empresas e inversionistas financieros socios del
Banco. Por medio de su Programa de Sindicación de
Préstamos, el SCF cumple la función
catalítica ayudando a sumar recursos de terceros,
asociándose con bancos comerciales, inversores
institucionales, co-garantes y otros co-prestamistas para
proyectos con un "gran impacto para los inversionistas
privados".

Volviendo al proyecto: el préstamo del BID se
complementa con asistencia técnica de Itaú BBA a
través de una plataforma electrónica de aprendizaje
desarrollada por el programa "Beyond Banking" del BID, que
permite a entidades financieras participantes mejorar sus
procesos de otorgamiento de "préstamos verdes" y la
adopción de diferentes procedimientos de selección
para evaluar proyectos. "El proyecto es una clara
demostración de que el sistema bancario en la
región puede ir más allá de los modelos
tradicionales de evaluación de riesgos e incluir procesos
que le permitan a los inversores maximizar su impacto" (Karina
Azzinnari, jefa del equipo de proyecto del BID).

El programa "Beyond Banking" del BID "más
allá de la banca": una apuesta por la "sostenibilidad
global", ha sido desarrollado por la División de Mercados
Financieros del SCF del BID para promover, a través de la
cooperación técnica y financiera, principios de
sostenibilidad medioambiental, social, y de buen gobierno
corporativo en intermediarios financieros de América
Latina y el Caribe. Al incorporar variables no financieras, como
las medioambientales y sociales, el BID refuerza la
planificación estratégica y, en última
instancia, la viabilidad comercial a largo plazo de sus clientes
y socios del sector financiero. Esto le permite a "Beyond
Banking" contribuir al desarrollo de la "banca del futuro", como
un nuevo sistema bancario orientado a equilibrar el rendimiento
financiero de las inversiones de sus socios, expandir sus
coberturas de penetración y arrasar con el medioambiente y
las comunidades donde desarrollan sus negocios.

  • Programa de Desarrollo Cultural del Centro
    Cultural-BID

Dentro de la perspectiva de convertir la cultura en una
mercancía, como paso previo a su destrucción (tal
como reza la doctrina de la CIA en los Documentos de Santa
Fé), el "Programa de Desarrollo Cultural del Centro
Cultural" del BID impone proyectos culturales a través de
alianzas con instituciones públicas e "inversionistas de
impacto". Estos proyectos están dedicados a la
capacitación de comunidades residentes en las proximidades
de sitios arqueológicos con el fin de ayudarles a
"preservar y gestionar" el patrimonio cultural; "restaurar"
lugares de interés histórico con fines educativos y
económicos; capacitar docentes a través de las
artes, la literatura, poesía, danza y teatro; poner en
marcha de talleres de formación artística en zonas
previamente "focalizadas". Operan en los 26 países
"prestatarios" de Latinoamérica y el Caribe. En el
Perú, el BID maneja los "Talleres de cultivos
prehispánicos" en el Santuario arqueológico de
Pachacamac en Lima, la capital peruana. La idea básica es
rescatar para el mercado la herencia cultural referida al manejo
de cultivos ancestrales procurando, al propio tiempo, su
destrucción.

El programa viene imponiéndose en la
región desde 1994 y financia cada año nuevos
proyectos. Condición previa para su aprobación es
que aseguren capacidad de movilizar recursos financieros
adicionales y que impliquen la mercantilización de la
cultura.

El fortalecimiento
del BID

El BID en los dos últimos años ha
fortalecido su intromisión en América latina y el
Caribe. En junio de 2010, los Gobernadores del BID acordaron
oficialmente aumentar el capital del Banco en US $ 70 mil
millones, hasta alcanzar más de US $ 170 mil millones.
Este aumento de capital, el más grande en la historia
del

BID, ha permitido al Banco proporcionar préstamos
hasta por US$ 12 mil millones de dólares anuales,
duplicando así los niveles alcanzados antes de la crisis
financiera mundial y, al mismo tiempo, aumentar sustancialmente
los préstamos destinados al sector privado. Llama la
atención, en este sentido, que los gobernadores de algunos
países de América latina y del Caribe, se
comprometieran con esta decisión. Implica, no sólo
claudicar de un elemental sentido de soberanía, sino sumir
a sus pueblos en una mayor pobreza y desarticulación de
sus culturas. Unos por ignorancia, otros por ineptitud; todos por
el servilismo que nos distingue frente a las imposiciones del
poder de los EEUU y a sus chantajes.

Gracias a este aval, el BID es, ahora la
institución que provee el mayor financiamiento en
América Latina y el Caribe que cualquier otra
institución financiera regional para beneficio de las
empresas privadas; tiene la inversión multilateral
más grande en Haití; contacta e incrementa nuevos
socios inversionistas en los países "no prestatarios";
coloca más personal extranjero en sus oficinas en todos
los países; aumenta significativamente sus
préstamos con cargo a deuda para los programas de alivio a
la pobreza (que no alivian nada, pero los empobrecen más);
aumenta la financiación de la empresa privada para
facilitar la integración regional y mundial de las grandes
empresas transnacionales; promueve millonarios negocios de
protección al medio ambiente y adaptación al cambio
climático"; incrementa el negociado de sus inversionistas
en Haití induciendo pestes como el cólera,
extendiendo el hambre, la desnutrición y la violencia
interna.

El BID y las
"inversiones de impacto" en América latina y el
Caribe

Durante los últimos dos años, el BID
movilizó cerca de US$110 mil millones en recursos
provenientes de "inversionistas de impacto", a través de
su programa de "sindicación de préstamos" y
mediante co-préstamos, con el objetivo de financiar
proyectos destinados a mejorar las condiciones de vivienda de
poblaciones de bajos recursos, otorgar beneficios a mujeres
emprendedoras, ayudar a pequeños productores a aumentar su
productividad y mejorar comunidades rurales. Propósitos
loables, sin lugar a dudas, pero que lo único que han
producido es mayor empobrecimiento, frustración y
migración del campo a la ciudad. Considerados como
"proyectos rentables" que logren "cambios sociales", dentro de
una lógica de mercado, el BID impulsa a "inversionistas"
del sector privado que buscan intervenir en proyectos sociales y
ambientales considerados como "negocios lucrativos".

La "inversión de impacto" es un tipo de
inversión "emergente" realizada por individuos de alto
patrimonio neto, fundaciones y gestores de activos que se
concentran en proyectos rentables que tangencialmente produzcan
beneficios sociales funcionales, como "mejorar la calidad de vida
de la población sumergida en la pobreza" (que es decir
cualquier cosa). Tradicionalmente, los "inversores de impacto"
habían apoyado el microfinanciamiento en varios
países en vías de desarrollo pero, en los
últimos años, han diversificado su cartera de
valores y su impacto expandiéndose a otros sectores como
salud, vivienda y educación.

La asociación entre el BID y los "inversionistas
de impacto" ha permitido al Banco alcanzar hitos importantes en
la región con grupos sociales que están "al margen
de los mercados de capitales internacionales". En el 2010, el BID
hizo efectivo su primer "préstamo sindicado"
(préstamo B) en moneda local en Perú. En Ecuador,
completó una sindicación con el crédito
más grande que jamás se haya registrado para una
institución financiera. En este mismo país
el

BID logró la primera sindicación de "deuda
subordinada" que le permitió asegurarse para sí y
los bancos sindicados, una alta rentabilidad, teniendo en cuenta
el crecimiento económico ecuatoriano y la imposibilidad de
declararse en bancarrota. En el 2011, el BID cerró
igualmente, en Honduras, su primera sindicación, con
similares resultados.

Algo más sobre el "crédito sindicado"
y los "inversionistas de impacto"

El "crédito sindicado" es una de las formas como
el BID consigue financiación externa a través de
deuda con uno o varios bancos o instituciones de crédito,
unidos como sindicato. El objeto es diversificar riesgos cuando
el crédito concedido es de gran cuantía. Los bancos
prestamistas le confían la gestión del
crédito al BID, por su especial relación con los
gobiernos de sus países "prestatarios". El GBID canaliza
los préstamos sindicados hacia los inversionistas
privados, identificados como "inversionistas de impacto". La "Red
de inversión de impacto global" (Global Impact Investing
Network GIIN), vinculada a aumentar la escala y eficacia de las
"inversiones de impacto", estima que estas inversiones suman
actualmente un total de más de US$50.000 millones en todo
el mundo. J.P. Morgan y la Fundación Rockefeller, estiman
que, durante la próxima década, las inversiones
crecerán hasta alcanzar un monto mayor de los US$400.000
millones.

Las "inversiones de impacto" constituyen una forma de
penetración de la cultura de mercado a través de la
microfinanza o microcrédito. De esta forma se
instrumentaliza las necesidades de las personas y algunos tipos
de asociaciones de campesinos, artesanos, mujeres, con el
engaño del negocio propio que les permite sobrevivir, pero
al propio tiempo aferrarse a la lógica del mercado que es
la verdadera finalidad. Se prestan a esta
instrumentalización, cientos de ONGs que canalizan los
microcréditos y se convierten en verdaderos grupos de
poder y de manipulación de las necesidades de la gente.
Operan en los sectores urbano marginales de población
migrante y sub o desocupada, y en las áreas
rurales.

Desde 2010, el BID ha cerrado, 10 transacciones con una
docena de "inversionistas de impacto", entre los que se incluyen
Blue Orchard que en el Perú opera como Blue Orchard
Finance América Latina SAC, Oikocredit, Incofin,
responsAbility, Deutsche Bank Social Finance, y la
Fundación Calvert. Cada una con un promedio de US$1
billón en activos, y todas dedicadas al negocio del
microcrédito. Sus operaciones abarcan América
latina, el Caribe, África, Europa, Asia y el propio
EEUU.

El setenta por ciento de las sindicaciones del BID se
realizaron en Ecuador, El Salvador, Honduras, Paraguay,
Perú. En estas transacciones, el BID actuó como
único agente de cálculo y organizador principal, e
invirtió US$146 millones de sus propios recursos. Al
respecto, Yolanda Chenet, gerente regional de BlueOrchard para
América Latina, declaró en una entrevista: "Durante
el 2011 hemos establecido una fuerte alianza con el BID, que nos
permitió participar en tres de sus préstamos
sindicados. Esta colaboración nos ha permitido expandir
nuestras operaciones de crédito para incluir a algunos
prestatarios de muy alta calidad, y participar en actividades de
apoyo a las microempresas y las PYME, operaciones que muy
probablemente no seriamos capaces de prestar
directamente…Este año, esperamos que esta alianza
nos permita ampliar nuestra cobertura geográfica en la
región y llegar a otros sub-segmentos poblacionales dentro
de las microfinanzas".

El BID se está convirtiendo en un socio cada vez
más importante para estos inversores en América
Latina y el Caribe, debido a su amplio conocimiento de la
región, experiencia en el sector y redes locales, que le
permite crear alianzas y estimular la elaboración de
proyectos manipuladores y enajenantes. Kristin Dacey, oficial de
sindicaciones del BID sostiene:

"A través del trabajo con el BID los
inversionistas de impacto tienen la oportunidad de desplegar
capital en proyectos innovadores a los que tal vez no
tendrían acceso de otra manera…Es una
situación en la que nuestros clientes (países
prestatarios) también ganan, dado que nuestra sociedad con
los "inversionistas de impacto" les brinda mayor acceso a los
paquetes financieros y la posibilidad de construir nuevas
relaciones con inversores internacionales".
¡Alucinante!

Partes: 1, 2

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