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Estilos de dirección, liderazgo, en equipos de fútbol sala



Partes: 1, 2, 3

  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Fundamentos
    conceptuales
  4. Aspectos
    metodológicos e instrumentales
  5. Análisis de
    los resultados
  6. Conclusiones
  7. Referencias
    bibliográficas

RESUMEN

El objetivo general de la presente investigación
consistió en determinar qué efectos producen en los
resultados competitivos de equipos de Fútbol Sala, las
actitudes de su membresía hacia los patrones de
comportamiento característicos del estilo de
dirección de su Director Técnico, el grado de
liderazgo ejercido por el Capitán del equipo en las
situaciones de juego, así como los niveles de
integración sociométrica grupal de la
membresía tanto en el plano funcional como
emocional.

Este estudio reconoce la existencia de una variedad de
factores que pueden afectar la eficacia grupal competitiva.
Algunos de estos se basan en elementos
técnico-tácticos de las situaciones de juego,
así como en competencias y habilidades individuales de los
participantes; pero otros dependen de variables de naturaleza
psicosocial. De manera que el estudio brinda soporte a la
perspectiva de entender el desempeño como un proceso
resultante de la influencia de múltiples factores. Resulta
importante esclarecer el rol de cada uno de estos, y la manera en
que se integran en un resultado global.

La muestra estuvo integrada por los 13 equipos
participantes en el Campeonato Provincial de Fútbol Sala
Rama Masculina Primera Categoría de la Ciudad de la
Habana, celebrado en el 2012. Estudiamos el patrón de
desempeño de estos considerando la proporción de
juegos ganados y perdidos. Para determinar el grado de
interdependencia entre las variables se construyó una
matriz resultante de la base de datos elaborada a la que se le
aplicó el coeficiente de correlaciones tipo
Pearson.

Los resultados de mayor significación pusieron de
manifiesto la existencia de correlaciones estadísticamente
significativas y positivas al nivel de (p.05), entre la
Ejecución del Equipo y las variables relacionadas con las
Actitudes de la Membresía hacia el Estilo de
Dirección de su Director Técnico, y el Grado en que
el Capitán del Equipo era considerado como un Verdadero
Líder de Grupo. Sin embargo, el estudio arrojó
correlaciones significativas pero negativas entre la
Ejecución del Equipo y su Estructura Sociométrica,
tanto en el Plano Funcional como Emocional. Un resultado que
confirma nuestros hallazgos en investigaciones precedentes, y que
pone de manifiesto la orientación fundamentalmente
competitiva, más bien que emocional de determinados
equipos. Su interpretación e implicaciones se discuten en
el informe.

PALABRAS CLAVES: Psicología Social, Eficacia
Grupal, Liderazgo, Psicología del Deporte, Eficacia de
Equipos Deportivos.

ABSTRACT

The Effects of Management Style,
Leadership and Group Processes on Indoors Football Soccer Teams
Performance

The purpose of this paper was to study the impact of
management style, leadership and group processes on indoors
football soccer teams performance. This study recognizes that a
variety of factors can affect group effectiveness. Some of them
are based on tactics and technical aspects of this sport, but the
others depend on variables of a psychosociological nature. This
perspective offers support for viewing group effectiveness as a
process being influenced by many factors.

The sample consisted of 13 male teams participating in
the "2012 Indoor Football Championship " in Havana City. We
explored patterns of performance for teams over a run of games.
Teams were first ranked by total points and then by total wins,
regardless of the goal difference. A correlation matrix was
elaborated in order to explore the association (or relationship)
among the different variables that we studied. The Pearson
Correlation Coefficient Test was used.

Results: Significant and positive correlations (p.05)
were found between the Team Performance and the following
variables: Group Attitudes Toward Management Style, and Group
Members" Perceptions About the Extent to Which Their Captain was
a Real Leader. There was how ever, a significant but negative
correlation between Team Performance and the Sociometric Group
Structure. That is, the study showed that the more interlinked
sociometric group structure, the less performance the team got.
This finding offers support for our research before. It has been
explained by considering the competitive (and not emotional)
nature of some sporting groups.

KEY WORDS: Social Psychology, Group Effectiveness,
Leadership, Sport Psychology, Sport Team
Effectiveness.

I- INTRODUCCION

El presente estudio se inserta dentro de un programa de
investigaciones desarrollado en la Facultad de Psicología
de la Universidad de la Habana, bajo la dirección del Dr.
Julio César Casales F., cuya finalidad ha sido determinar
el impacto que sobre la efectividad de Grupos y Organizaciones
tienen un conjunto de variables pertenecientes al subsistema
directriz. El objetivo más general de ese programa, ha
consistido en el desarrollo de un modelo de análisis de
los factores determinantes de la eficacia directiva (Ver Casales,
1986, 1991, 1996, 1999a, 1999b, 2005).

Estos estudios fueron desarrollados inicialmente en el
sector empresarial (véase Casales, 1996), pero se han ido
extendiendo progresivamente a otros sectores como el área
de prestación de servicios de Salud (Casales, 1999b),
así como a la esfera educacional de nivel universitario
(Casales, 2005), por necesidades de la práctica, y con
vistas a la verificación de ciertas hipótesis
relacionadas con el modelo de análisis, lo cual
permitiría identificar alguna base común en las
situaciones estudiadas a pesar de las diferencias. En la
última etapa de nuestro trabajo intentamos hacer
extensivos los resultados iniciales, a la esfera de grupos que
compiten en la esfera deportiva. (Véase Casales,
González, Machado y Casañas, 2010). La presente
investigación se desarrolló para dar continuidad a
este último propósito, analizar en qué
medida, la integración de variables consideradas por el
programa de Casales en investigaciones precedentes, tienen un
impacto en la manera en que los grupos trabajan y funcionan en
este nuevo sector. Obviamente, no pueden considerarse del mismo
modo a los equipos que compiten en la esfera deportiva con
respecto a los grupos de trabajo dentro de una empresa (como las
brigadas de perforación y extracción de
petróleo), o los equipos que prestan servicios de salud en
las salas de un hospital, o los departamentos docentes en una
universidad; ya que en cada uno de estos sectores se plantean
problemas específicos de gestión que son de una
naturaleza muy distinta. Sin embargo, es necesario conocer
qué regularidades relativas a los procesos grupales y de
ejercicio del liderazgo subsisten, y dónde radican las
diferencias.

Para cumplimentar nuestro propósito nos
planteamos en la presente investigación el siguiente
objetivo general: "Determinar qué efectos producen en los
resultados competitivos de equipos de Fútbol Sala, las
actitudes de su membresía hacia los patrones de
comportamiento característicos del estilo de
dirección de su Director Técnico, el grado de
liderazgo ejercido por el Capitán del equipo en las
situaciones de juego, así como los niveles de
integración sociométrica grupal de la
membresía tanto en el plano funcional como
emocional".

Como se observa, esta investigación difiere de la
de Casales y Cols. (2010) en que se incluye un estudio de los
efectos en los resultados competitivos de los equipos, de las
actitudes de la membresía hacia las pautas de
comportamiento relativas al estilo de dirección de su
Director Técnico, y de los efectos del grado de
integración sociométrica grupal en la esfera
emocional.

II- FUNDAMENTOS
CONCEPTUALES

2.1) Revisión de la literatura científica
sobre el tema: Los estudios sobre liderazgo en la esfera
deportiva.

Las primeras investigaciones acerca de la efectividad
del liderazgo y de los procesos directivos se llevaron a cabo
fuera de los entornos deportivos; por lo general en la industria,
en el área de la administración de negocios, en el
campo militar y en la esfera educacional. Amplias referencias de
investigaciones en cada uno de estos sectores se encuentran en
Bass and Bass (2008). Sin embargo, en vista de los objetivos del
presente trabajo nos concentraremos en una revisión de las
investigaciones en la esfera deportiva.

En retrospectiva podemos plantear que también en
la esfera deportiva los enfoques de rasgos y los conductuales
resultaron excesivas simplificaciones para una adecuada
comprensión de los determinantes del liderazgo efectivo.
Las investigaciones que pusieron a prueba estos enfoques
conceptuales han dado lugar a modelos teóricos y
diseños de investigación más complejos y
avanzados. Una extensa revisión de la literatura
así lo atestigua, y confirma la importancia y actualidad
del tema en los últimos años. Véase Jowett
(2001); Kozub and Peace (2001); Horn (2002); Janssen and Dale
(2002); Lyle (2002); Jowett and Cockerill (2002); Kellett (2002);
Borrie and Knowles (2003); Jowett (2003); Sullivan y Kent (2003);
Pain and Harwood (2004); Richardson and Riley (2004); Moradi
(2004); Jowett and Ntoumanis (2004); Hernández y Canto
(2005); Lin, Jui-Chia and Esposito (2005); Loehr (2005); Konter
(2005); Loughead, and Hardy (2005); Shu-Chen (2005); Jowett,
Paull, Pensgaard, Hoegmo and Riise (2005); Crust y Lawrence
(2006); Ivey and Kent (2007); Gould, Collins, Lauer and Chung
(2007); Maças, Claudino, Serodio-Fernandes, y Sampaio
(2007); Arce, Torrado, Andrade, Garrido, y De Francisco (2008);
Horn (2008); Nazarudin (2009); Ramzaninezhad, y Hoseini (2009);
Weinberg and Gould (2010); Arce, Torrado, Andrade y Alzate
(2011); Konter (2012).

A continuación presentamos algunos resultados que
conviene referenciar para que se tenga una idea más clara
de la dirección de las investigaciones en esta esfera.
Para comprobar las relaciones especificadas en los modelos y su
aplicabilidad a la predicción de la efectividad del
liderazgo en los contextos deportivos, se ha partido del
desarrollo de instrumentos para la medición de los
constructos. Una de las primeras aproximaciones en
relación con ese asunto lo constituyen los estudios
realizados por Smith, Smoll y Hunt (1977) sobre la conducta de
los entrenadores deportivos. Estos primeros estudios están
basados en el instrumento CBAS (Coaching Behavior
Assessment System
). Se trata de un Sistema para Evaluar las
Conductas del Entrenador que pretende llevar a cabo un inventario
de sus conductas para luego desarrollar programas de
educación de entrenadores.

El trabajo de Arce, Torrado, Andrade y Alzate (2011)
tuvo como objetivo fundamental la construcción de una
escala de evaluación del liderazgo ejercido por
deportistas, la cual fue diseñada a partir de una muestra
de 407 jugadores de fútbol españoles, de la
categoría senior, de la Comunidad Autónoma
de Galicia (España), que participaban en las competiciones
federadas autonómicas y estatales. Las edades de los
deportistas estaban comprendidas entre 16 y 38 años. Los
sujetos evaluaron las características de los
líderes de equipos deportivos sobre un total de 54
ítems.

La escala inicial partía de la línea
tradicional de los estudios de liderazgo, en el sentido de la
consideración de dos grandes dimensiones:
Orientación a la Tarea y Orientación Social. La
orientación a la tarea significa de acuerdo con estos
autores que el líder deportivo está concentrado en
la actividad deportiva esforzándose continuamente por
entrenar duro y competir con el máximo empeño. La
orientación social es una dimensión de mayor
amplitud y se descompone aquí, con base en investigaciones
previas (Arce et al., 2008), en cuatro sub dimensiones:
Empatía, Influencia en la Toma de Decisiones, Valores
Deportivos y Apoyo Social.

De acuerdo con esto, la Empatía se refiere al
grado en que el líder emergente se preocupa por lo que le
sucede a sus compañeros, comprende sus problemas y se
identifica con sus sentimientos. La Influencia en la Toma de
Decisiones se refiere al grado en que aprovecha el respeto que le
tienen los compañeros para ejercer influencia en el
proceso de toma de decisiones grupales. El desarrollo de Valores
Deportivos se refiere al grado en que el líder emergente
desarrolla valores que orientan el comportamiento de sus
compañeros en el deporte y en la totalidad de la vida. El
apoyo Social se refiere al grado en que proporciona apoyo
emocional y feedback positivo a sus compañeros de
equipo.

Todos los ítems representaban conductas que se
pueden atribuir a los deportistas que funcionan como
líderes en sus equipos, a juzgar por la revisión de
la literatura dedicada al tema y sobre la base del trabajo de
Arce et al. (2008). A los sujetos se les pidió que
indicasen la frecuencia con que los líderes mostraban cada
una de las conductas en una escala de 1.a.5, donde 1 significaba
"casi nunca", 2 "pocas veces", 3 "algunas veces", 4 "a menudo" y
5 "casi siempre". La ubicación de los ítems en la
escala siguió un proceso ordenado, de forma que se
alternaban en función del factor previo al que
pertenecían.

En cuanto al procedimiento, la escala se
administró a los deportistas de manera colectiva siguiendo
un procedimiento estandarizado. Cada deportista debía
pensar en el compañero de equipo que mejor había
actuado como líder. A continuación, debía
valorar la frecuencia con que dicho jugador realizaba cada una de
las 54 conductas recogidas en la escala.

Se realizaron análisis factoriales exploratorios
y confirmatorios, así como análisis de fiabilidad y
evaluación de la consistencia interna de los factores. Los
resultados ofrecieron una escala de 30 ítems, agrupados en
5 factores, que permite la evaluación del liderazgo entre
deportistas de equipo. Los factores fueron denominados
Empatía, Orientación a la Tarea, Influencia en
la Toma de Decisiones, Valores Deportivos y Apoyo Social
. La
escala presenta buenas propiedades psicométricas en
términos de la fiabilidad de los ítems y de
evaluación de la consistencia interna de los factores, con
valores de Alpha de Cronbach que se sitúan entre .776 y
.849.

Se realizó un análisis factorial de
segundo orden, en que se obtuvo evidencia de que la
orientación a la tarea se posiciona separada de los otros
cuatro factores primarios, que se agrupan en un factor de
orientación social.

De igual modo, Kozub and Peace (2001), desarrollaron la
Escala de Liderazgo del jugador (Player Leadership Scale) (PLS),
asentada en el modelo teórico predominante de dos
dimensiones (orientación a la tarea y orientación
social), sobre la base de equipos de baloncesto de
educación secundaria, para medir la influencia del
liderazgo del entrenador sobre los jugadores. Consta de 12
ítems distribuidos en dos subescalas, de
orientación a la tarea y orientación social. Los
ítems fueron generados a partir de una revisión de
la Leadership Scale for Sports (LSS-Escala de Liderazgo en el
Deporte) de Chelladurai and Saleh (1980), y del Leader Behavior
Description Questionnaire (LBDQ).

Sin embargo, en los estudios acerca del liderazgo
deportivo, el Modelo Multidimensional del Liderazgo de
Chelladurai constituye la referencia fundamental: Chelladurai
(1990), Chelladurai and Saleh (1978 y 1980), Chelladurai and
Riemer (1998). Se trata de un Modelo desarrollado
específicamente para el ámbito
deportivo.

Es decir, que a pesar del atractivo de determinadas
teorías situacionales, Chelladurai considera que el
principal problema en el intento de transponer las teorías
generales de la dirección al ámbito deportivo, ha
consistido en la falta de consideración de las
características y demandas únicas de los entornos y
equipos deportivos (Chelladuria, 1978 y 1990), a pesar de que las
mismas proporcionen marcos útiles para la
comprensión de la problemática del liderazgo. En
respuesta, Chelladurai (1978, 1990) desarrolló el modelo
multidimensional del liderazgo para proporcionar un marco
conceptual que permita el análisis de la efectividad del
liderazgo en el ámbito deportivo.

Chelladurai plantea que la efectividad del liderazgo
constituye un proceso dinámico, basado en una serie
compleja de interacciones entre los miembros, el líder del
grupo, y las limitaciones situacionales. La esencia de su modelo
plantea que las características situacionales tienen un
impacto en la conducta del entrenador y, a su vez, la conducta
del entrenador tiene consecuencias para la satisfacción
del atleta y el rendimiento individual y de equipo.

El modelo de Chelladurai parte de considerar la
importancia de la interacción de tres factores
fundamentales del comportamiento del líder. (Aquí
utiliza el término líder para referirse al
entrenador del equipo). Dichos factores son los
siguientes:

1- La conducta requerida del líder: es
la conducta que se espera que este lleve a cabo.

2- La conducta real del líder: es la
conducta que el líder o entrenador lleva a cabo de hecho.
Esta conducta es la que perciben los deportistas de su
entrenador.

3- La conducta preferida del líder: hace
referencia a las preferencias de los deportistas en
relación con la conducta del líder, y está
en función de las características de la
situación y de los deportistas.

El presupuesto más importante del modelo de
Chelladurai es que el grado de congruencia entre estos tres
factores de la conducta del líder, determina el
rendimiento y la satisfacción de los miembros del equipo.
(Chelladurai y Saleh, 1980). Es decir, cualquier entrenador si
quiere ser efectivo debe intentar adecuar su conducta real de
liderazgo a las preferencias de los deportistas y a los
requerimientos de la situación. De manera que la
conclusión fundamental de las investigaciones realizadas,
es que ningún estilo por sí solo es mejor que el
resto, sino que éste depende de la situación y de
los deportistas. Es importante (Chelladurai, 1990), que el
entrenador conozca el mayor número de detalles para saber
qué estilo de liderazgo aplicar en cada momento para que
su interacción con los deportistas sea óptima. Por
ello, para Chelladurai, los buenos líderes modifican su
comportamiento para adaptarlo mejor a la situación y a las
necesidades de los miembros. En otras palabras son líderes
transformacionales. En consecuencia, el comportamiento de
coaching efectivo varía en contextos específicos de
acuerdo con las características de los atletas y el cambio
de la situación prescrita (Chelladurai y Saleh, 1978). Por
ello, el contexto de la situación deportiva y las
características del entrenador y los propios atletas
dictan el comportamiento de liderazgo apropiado. Esta es la
razón por la que el reto para los entrenadores (como se ha
dicho), es mostrar flexibilidad en la adaptación de su
estilo de liderazgo dominante para adaptarse a las situaciones
específicas de liderazgo. Debe existir congruencia entre
los comportamientos reales, necesarios y preferidos según
el autor. Por lo tanto, cuando se producen discrepancias, los
líderes se enfrentan a dilemas importantes, si es que
continúan sin realizar cambios significativos y esperan (o
alientan) a los demás a ser más
serviciales.

Por otra parte, debe tenerse presente según
Chelladurai, que el comportamiento no ocurre en el vacío,
de manera que los tres aspectos de la conducta del líder
identificados más arriba, están afectados por una
serie de antecedentes y consecuentes. Dentro de los antecedentes,
Chelladurai resalta:

a) Las características de la situación:
tipo de deporte (individual versus de equipo), tiempo
disponible para decidir, historia del grupo, el poder del
entrenador, el tamaño del grupo, etc.

b) Las características del líder
(entrenador). De acuerdo con este autor, aun cuando resulta
difícil determinar las características universales
de los líderes, sin embargo se pueden perfilar de manera
general algunas características necesarias aunque no
suficientes, como serían la inteligencia, la asertividad,
la persuasión, flexibilidad, etc.

c) Las características de los miembros
(deportistas). Aspectos como el sexo, la experiencia, el nivel
deportivo, la motivación, la percepción de
competencia, etc., de los deportistas pueden influir en el
liderazgo del entrenador.

La interacción de los tres antecedentes con los
de la conducta del líder ofrece como resultado las
consecuencias del liderazgo. Chelladurai considera al rendimiento
y a la satisfacción como los dos máximos exponentes
de la consecuencia del liderazgo. El rendimiento podría
ser medido utilizando distintas medidas (por ejemplo, porcentaje
de victorias/derrotas del equipo, cantidad de tiempo jugado,
etc.). Y la satisfacción hace referencia al grado de
aprobación de los deportistas de los distintos aspectos
del liderazgo y de los resultados obtenidos por el equipo en un
período de tiempo determinado. Las investigaciones de
Chelladurai ponen de manifiesto que el grado de
satisfacción de los deportistas es mayor cuando los
entrenadores muestran conductas de feedback positivo,
apoyo social, entrenamiento, instrucción y conducta
democrática.

El modelo de Chelladurai, lleva asociada una herramienta
de evaluación denominada Leadership Scale for Sports
(LSS), conocida como Escala de Liderazgo en el Deporte
(Chelladurai and Saleh, 1980). Posiblemente resulte la Escala de
Liderazgo para el Deporte más conocida, la cual ha sido
traducida a más de 15 idiomas. Mediante esta se miden las
dimensiones del liderazgo utilizado por los entrenadores (es
decir, sirve para medir un amplio espectro de comportamientos de
liderazgo). La versión definitiva de la LSS se compone de
40 ítems agrupados en cinco dimensiones del comportamiento
del líder en la esfera deportiva: Un factor de
Orientación a la Tarea (mide el comportamiento de
Entrenamiento e Instrucción del entrenador. Es decir, sus
comportamientos instructivos), dos factores relacionados con los
estilos de dirección vinculados con el proceso de toma de
decisiones (Autoritarismo y Democratismo) y dos factores que
miden las tendencias motivacionales del entrenador (Apoyo Social
y Feedback Positivo). Los sujetos responden a cada item
utilizando una escala de 5 grados. Las cinco alternativas de
respuesta son Siempre, A menudo, Ocasionalmente, Rara vez, y
Nunca, en la que "Siempre" representa el 100% del tiempo, "A
menudo" alrededor del 75% del tiempo, "Ocasionalmente"
aproximadamente el 50% del tiempo, "Rara vez", el 25% del tiempo,
y Nunca, representa el 0% del tiempo (Chelladurai, y Saleh,
1980).

La puntuación de cada ítem va desde
Siempre (5 puntos), A menudo (4 puntos), Ocasionalmente (3
puntos), Rara vez (2 puntos) y Nunca (1 punto). La suma de las
puntuaciones de los ítems de una dimensión se
divide entre el número de ítems de dicha
dimensión para derivar la puntuación de cada
individuo.

Las 5 dimensiones del comportamiento del líder se
definen por Chelladurai (1990) del siguiente modo:

— Formación e instrucción de
comportamiento:

(Capacitación y entrenamiento)

Se refiere al comportamiento del entrenador dirigido
hacia la mejora del rendimiento de los atletas. Se trata de un
comportamiento que hace énfasis en el rendimiento. Estos
comportamientos facilitan el entrenamiento duro y agotador, e
instruye a los atletas en las habilidades, técnicas y
tácticas del deporte mediante técnicas de
capacitación; aclara la relación entre los
miembros, y estructura y coordina las actividades de
estos.

— Comportamiento Democrático:

Se refiere al grado en que el entrenador permite una
mayor participación de los atletas (pidiendo su
opinión) en las decisiones relativas a los objetivos del
grupo, y en los medios para alcanzarlos; así como en la
puesta en práctica de métodos, tácticas y
estrategias de juego.

— Comportamiento autocrático:

El comportamiento que implica la toma de decisiones
unipersonales, haciendo énfasis en la autoridad personal.
Nunca considera las opiniones de los atletas en la toma de
decisiones, y los atletas deben obedecer sus
órdenes.

— Apoyo social:

Comportamiento caracterizado por una preocupación
por el bienestar de los deportistas individuales, un ambiente
positivo en el grupo, y cálidas relaciones interpersonales
con los miembros.

— La retroalimentación (feedback)
positivo:

Se refiere al comportamiento del entrenador que refuerza
al atleta al reconocer y premiar el buen
desempeño.

Se elaboraron tres versiones de la Escala definitiva: La
Versión de Percepción del Jugador. Se trata de la
percepción que tiene el jugador de la conducta real de su
entrenador. En esta figuran items sobre como perciben los
deportistas la conducta real de su entrenador. La Versión
de Preferencia del Jugador. Se refiere a la conducta que se
prefiere del líder (entrenador). Hace referencia a las
preferencias de los deportistas en relación con los
comportamientos del entrenador. En esta versión figuran
las conductas de un entrenador ideal. La Versión de
Percepción del Entrenador de su Propia Conducta. Mide la
Conducta Requerida del Entrenador. Es decir, la conducta que se
espera que llevará a cabo. Mide la percepción del
entrenador de su comportamiento de liderazgo.

De manera que el LSS puede ser utilizado para examinar:
a) Las percepciones de los atletas con respecto a la conducta
real de su entrenador, b) Las preferencias de los atletas con
respecto al comportamiento del entrenador como líder y c)
Las percepciones del entrenador con respecto a su propio
comportamiento.

Cada item se encuentra precedido por una frase, por
ejemplo: "El entrenador debe …", o "Prefiero que mi entrenador
…", etc, en dependencia del objetivo de la escala particular de
que se trate, ya sea la referida a las percepciones de los
atletas con respecto al comportamiento del líder, la
relativa a las preferencias con respecto a la conducta del
líder o la correspondiente a la percepción del
entrenador con respecto a su propia conducta.

A continuación presentamos algunos ejemplos de
dos de estas versiones de la prueba, tomados de Hernández
y Canto (2005), para que se tenga una idea más clara del
instrumento:

Versión de preferencia del
deportista.

INSTRUCCIONES:

Cada uno de los ítems del siguiente cuestionario
describe uno de los comportamientos específicos que puede
tener un entrenador. Indica tu preferencia. Contesta todos los
ítems, incluso si no estás seguro en alguno de
ellos. Por favor comprende que no estás evaluando ni a tu
entrenador actual ni a ningún otro entrenador. Lo que se
pide aquí son tus preferencias personales. No hay
respuestas correctas ni incorrectas. Tus respuestas sinceras y
espontáneas son importantes.

Prefiero que mi entrenador:

1

2

3

4

5

1. Se preocupe de que los jugadores
entrenen al máximo de sus posibilidades.

2. Pregunte la opinión de los
jugadores sobre la táctica que han de usar en
algunos partidos.

3. Ayude a los jugadores en sus
problemas personales.

4. Felicite a un jugador delante de
los demás por jugar bien.

5. Explique a cada jugador la
técnica y la táctica a seguir.

6. Planifique los entrenamientos sin
tener en cuenta las opiniones de los jugadores.

Versión de percepción del
entrenador de su propia conducta.

Cuando entreno:

1

2

3

4

5

1. Procuro que los jugadores se
esfuercen al máximo

2. Pido la opinión de los
jugadores sobre la táctica a utilizar en
determinados partidos.

3. Ayudo a los jugadores en sus
problemas personales.

4. Felicito delante de las
demás a un jugador por su buen juego.

5. Explico a cada jugador durante los
entrenamientos las técnicas y tácticas del
deporte

6. Planifico sin pedir opinión
a los jugadores

En cuanto a las propiedades psicométricas de la
LSS, puede plantearse que se han realizado numerosas pruebas
psicométricas y posee un apoyo en general bueno. En tal
sentido puede plantearse lo siguiente:

Fiabilidad. Fueron utilizadas estimaciones de
consistencia interna (Alfa de Cronbach) para las cinco
dimensiones (sub escalas) de liderazgo de la LSS en los estudios
realizados por Chelladurai y Saleh (1980).

La consistencia interna de las estimaciones para la
versión de la LSS que mide la preferencia de los atletas
de las dimensiones de la LSS, para la versión que mide la
percepción de los atletas de las dimensiones de la LSS, y
para la versión que mide la percepción de los
entrenadores de su propio comportamiento, resultan de manera
general satisfactorias, de conformidad con una serie de estudios
reportados por Chelladurai y Saleh (1980). Esta tendencia se
manifestó también por Chelladurai (1990) en su
revisión de la Escala. Es decir, las tres versiones de la
LSS se consideran fiables.

Validez. Entendida como el grado en que el LSS mide
Liderazgo en los deportes. El LSS se ha demostrado como un
instrumento válido en la medición del liderazgo en
el deporte por una variedad de estudios. Cuatro diferentes tipos
de validez se han establecido para la LSS incluyendo validez
factorial, validez de contenido, validez convergente y
discriminante y validez de criterio. Chelladurai y Saleh (1980)
fundamentan la validez factorial, en vista de que los items
tenían un similar factor de estructura. (Es decir, el
factor de estructura pudo considerarse estable). También
consideraron la validez de contenido, en vista de que en los
estudios realizados, las cinco subescalas del comportamiento del
líder resultaron consistentes con los resultados
alcanzados en el proceso de construcción de la prueba. En
cuanto a la validez convergente y discriminante, fue fundamentada
(Chelladurai, 1990), en vista de que diferentes versiones de la
prueba podrían ser utilizadas para medir el liderazgo en
los deportes. Y con respecto a la validez de criterio, estuvo
referida a la capacidad de la escala para estimar (medir)
algún tipo de comportamiento diferente de aquello para lo
que la escala fue diseñada. Es decir, en qué medida
la LSS puede ser utilizada para estimar factores
psicológicos distintos del liderazgo. Según
Chelladurai (1990), la validez de criterio se desprende del grado
de relación entre las cinco dimensiones de comportamiento
del líder y variables seleccionadas como criterio. Esto
es, una variedad de estudios han mostrado una relación de
apoyo entre las cinco dimensiones del comportamiento del
líder y otros factores psicológicos. Estos factores
incluyen la satisfacción de los atletas, sus niveles de
rendimiento, el comportamiento de deserción en el
atletismo, y el grado de compatibilidad
entrenador-atleta.

Una serie de investigaciones se han desarrollado sobre
la base del modelo de Chelladurai, y han puesto a prueba su
validez y utilidad: Moradi (2004); Shu-Chen (2005); Horn (2008);
Nazarudin (2009); Ramzaninezhad, y Hoseini (2009). Por el
interés que suscitan, haremos referencia explícita
sobre algunos estudios que ponen de manifiesto que las
preferencias de los atletas por las diferentes dimensiones del
comportamiento del entrenador (es decir, por el liderazgo
ejercido por este), dependen de factores como la edad, el sexo,
la nacionalidad y el tipo de deporte. Estos trabajos indican lo
siguiente:

Con respecto al sexo, en un estudio sobre preferencias
de género y liderazgo, Hastie (1995) administrando la
Versión Preferencia del LSS, encontró en equipos
australianos de voleibol de secundaria básica, que los
niños prefieren más Comportamiento
Autocrático que las niñas, las que a su vez
prefieren más Feedback o retroalimentación
positiva. Por otra parte, existen algunas evidencias acerca de
que los hombres prefieren las conductas más instructivas y
un estilo autocrático de liderazgo (Terry, 1984). En
cuanto al tipo de deporte, curiosamente, existe evidencia de que
los participantes en deportes de equipo altamente interactivos
tales como baloncesto, fútbol o voleibol, prefieren un
liderazgo más autocrático, en contraste con las
preferencias de los participantes en deportes co-actuantes como
la natación o el bolo (Terry y Howe, 1984; Terry,
1984).

Con respecto a la nacionalidad, Hastie (1995)
administrando la Versión Preferencia del LSS,
encontró diferencias entre equipos australianos y
canadienses de voleibol. Según su estudio, los jugadores
de voleibol australianos prefieren más Comportamiento
Democrático que los canadienses. Con respecto a la edad,
existe determinada evidencia de que en la medida en que los
atletas se hacen mayores y más maduros, existe una mayor
preferencia por un estilo autocrático y de apoyo del
liderazgo (Horn, 2002). Estas preferencias pueden reflejar,
según el autor del estudio, que los atletas mayores toman
cada vez más en serio sus actuaciones y están
más orientados hacia los objetivos.

Sin embargo, existen otros enfoques utilizados en las
investigaciones sobre liderazgo en el deporte, que no involucran
el uso de cuestionarios. Consideramos necesario destacar el de la
Sociometría Conductual (Hernández, González,
Ortega y Roldan, 1999). Este trabajo puede ser considerado como
una primera aproximación en la utilización de la
sociometría y el diseño de mapas socioconductuales
al contexto deportivo. Dicho enfoque se basa en el uso de la
metodología observacional con los criterios
sociométricos de Moreno, para de esta forma eliminar los
problemas relacionados con la deseabilidad social que presenta el
uso de cuestionarios.

Para el estudio de Hernández et. al. (1999), se
utilizó el SOC-IS (Sistema de Observación
Conductual de las Interacciones Sociales), que se trata de un
modelo propuesto por Santoyo (1994) y por Santoyo y Espinosa
(1987, 1988). Constituye una estrategia alternativa al test
sociométrico de Moreno, que permite la obtención de
información de las interacciones sociales en el
ámbito natural, determinando su dirección e
identificando los agentes sociales implicados. Esta
información es indispensable para la comprensión de
los mecanismos de control mutuo, de elección
interpersonal, de preferencia social (Santoyo y Espinosa, 1988),
y crítica para la construcción de una red social
(Santoyo, 1994).

El trabajo de Hernández et. al., tuvo como
propósito conocer las direcciones de las interacciones
sociales en un equipo de baloncesto de la Liga ACB,
UNICAJA-Málaga.

Como es conocido, la Sociometría tradicional, ha
permitido el estudio de las atracciones interpersonales intra
grupos, haciendo uso de las técnicas de nominación,
en donde se analiza el juicio o la elección social de cada
integrante del grupo. En este proceso de elección se les
pide a los sujetos que señalen con quiénes les
gustaría trabajar, y con quiénes no les
gustaría hacerlo. La información que se obtiene,
permite conocer la afinidad existente entre ellos, es decir, la
atracción o el rechazo. De acuerdo con Santoyo (1994), las
técnicas tradicionales de nominación de la
sociometría, aunque nos revelan la estructura del grupo,
las conexiones percibidas por sus integrantes e incluso el status
de los miembros dentro del grupo, tienen un valor
limitado.

Esta herramienta (el SOC-IS) considera la emisión
de las conductas (verbal y física) hacia otros agentes
sociales (emisión social), además de las emisiones
sociales que otros dirigen al sujeto (recepción social).
La dirección de las emisiones o recepciones puede verse
representada gráficamente en virtud de los mapas
sociocéntricos. En este sentido, pueden distinguirse dos
modalidades, el mapa sociocéntrico de emisiones, que
representa los agentes sociales que elige con mayor frecuencia el
sujeto focal, y el mapa sociocéntrico de recepciones, que
constituye la representación del valor del sujeto focal
como estímulo social o de la frecuencia con la cual el
sujeto es elegido por sus compañeros (Santoyo,
1994).

En el trabajo de Hernández et. al. se ha aplicado
el SOC-IS y diseñado el mapa socioconductual a
través del siguiente procedimiento. En primer lugar, se
procedió a grabar tres sesiones de entrenamientos en el
contexto natural donde se desarrollan las prácticas del
equipo. A continuación se identificaron las direcciones de
las interacciones sociales mediante la observación
conductual de los entrenamientos, y teniendo en cuenta la
trayectoria del móvil o balón. De este modo, se
pudo conocer qué agentes sociales o jugadores
elegían con mayor frecuencia el/los sujeto/s focales
(emisiones) y además la frecuencia con la que el sujeto
fue elegido por sus compañeros (recepciones). Con estos
datos se construyó la matriz sociocéntrica, donde
en cada una de las filas se colocan las emisiones que realiza
cada sujeto, mientras que en las columnas se sitúan las
recepciones de dichos sujetos. Con la información de la
matriz se pudo calcular el índice de
interacción.

Partes: 1, 2, 3

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