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Existencialismo (del latín – existentia: existencia)



  1. Existencialismo en
    Estética
  2. Existencialismo y
    Estética
  3. Existencialismo y Compromiso
  4. Tres
    escuelas de existencialismo
  5. Anexo

Filosofía de la existencia (para el
marxismo “corriente irracionalista de la filosofía
burguesa´´. Rosental e Iudin). Surgió
después de la primera Guerra Mundial en Alemania y luego
en Francia, como un intento de crear una nueva concepción
del mundo en consonancia con los estados anímico de la
intelectualidad burguesa. El termino
Existencialismo´´, fue introducido por el
neokantiano Fritz Heinemann en 1929. Las fuentes
ideológicas del existencialismo son: la filosofía
de la vida, la fenomenología de Husserl, y la doctrina
místico-religiosa de Kierkegaard. Se distinguen, el
existencialismo religioso (Gabriel Marcel, Karl Jaspers, Nicolai
Berdaiev, y Martin Buber), y el existencialismo ateo (Martin
Heidegger, J.P Sartre, Albert Camus).

En sentido amplio, el concepto de
existencialismo es confuso y oscuro. No hay una definición
teórica clara y unánime. Sin embargo, la
concepción más compartida apunta hacia un
movimiento filosófico, cuyo postulado fundamental es que
son los seres humanos, en forma individual, los que crean el
significado y la esencia de sus vidas. La corriente, de manera
general, destaca el hecho de la libertad y la temporalidad del
hombre, de su existencia en el mundo más que de
su supuesta esencia profunda. Las cuestiones
filosóficas del existencialismo tienden a
escudriñar en lo profundo de la condición
humana
.

Emergió como movimiento en el
siglo XX, en el
marco de la literatura y la filosofía, heredando algunos
de los argumentos de filósofos anteriores como
Schopenhauer, Kierkegaard, Nietzsche y Unamuno.

El existencialismo es una corriente,
movimiento o serie de doctrinas filosóficas y culturales
que tiene por objetivo y disciplina, el análisis y la
descripción del sentido individual de la vida humana en
cuanto "existe". Sostiene que el existente humano piensa,
actúa, se refiere y relaciona consigo mismo, con su propia
trascendencia, con sus contradicciones y sus angustias. Para el
pensamiento existencialista el individuo no es una porción
mecánica o "parte" de un todo, sino que el hombre es en
sí una "integridad" libre por sí. Esta doctrina
filosófica considera qué es la existencia del ser
humano libre y qué es lo que define su esencia, en lugar
de entender que su esencia o condición humana determina su
existencia. Para esta corriente del pensamiento la existencia del
ser humano no es nunca un "objeto" sino que, desde el momento que
el ser humano es capaz de generar pensamiento "existe"; en
consecuencia el reconocimiento de esa existencia tiene
primacía y precedencia sobre la esencia. No obstante, la
existencia del hombre puede ser inauténtica o falsa si
éste renuncia a su libertad. La carencia de libertad es
carencia de existencia. En un sentido estricto para el
existencialismo las cosas materiales en cambio "son", pero no
"existen".

El existencialismo implica que el individuo
es libre y, por ende, totalmente responsable de sus actos. Esto
incita en el ser humano la creación de una ética de
la responsabilidad individual. Según el filósofo e
historiador de la filosofía Nicola Abbagnano, «Se
entiende por existencialismo toda filosofía que se conciba
y ejercite como análisis de la existencia siempre que por
"existencia" se entienda el modo de ser del hombre en el mundo.
La relación hombre-mundo es, pues, el único tema de
toda filosofía existencialista (…) Los antecedentes
históricos más cercanos del existencialismo son la
fenomenología
de Husserl y la filosofía de Kierkegaard.» Abbagnano
considera pensadores fundamentales de esta corriente a Heidegger,
Jaspers y Sartre.

En la filosofía de la existencia,
también se ha reflejado la crisis del liberalismo
burgués, incapaz de responder a las situaciones que la
práctica social ha planteado en el mundo capitalista. El
“Existencialismo ´´ es una reacción
“irracionalista´´ al “racionalismo´´ de
la ilustración y la filosofía clásica
alemana. Los filósofos existencialistas afirman que el
“vicio´´ principal del pensamiento racional, radica
en tomar como punto de partida el principio de la
contraposición entre sujeto y objeto, o sea, en dividir el
mundo en dos esferas: la objetiva y la subjetiva. La
filosofía “autentica´´, según los
existencialistas, ha de partir de la unidad entre sujeto y
objeto. Dicha unidad se halla encarnada en la
“existencia´´, el hombre debe hallarse en una
“situación límite´´, por ejemplo, ante
la faz de la muerte. Ello hace que el mundo se convierta para el
hombre en “íntimamente próximo´´. Para
los existencialistas el procedimiento verdadero de
cognición (penetración en el mundo de la
existencia) es la “intuición´´ (que Marcel
llama “experiencia existencial´´; Heidegger
“comprensión´´; y Jaspers, “ilusionismo
existencial´´).

En el existencialismo, ocupa un lugar
importante el planteamiento y la solución del problema de
la “libertad´´, definida como
“elección´´ que hace el hombre de una
posibilidad, entre innumerables posibilidades. El carácter
voluntarista que el existencialismo otorga al problema de la
libertad, estriba en separar esa “elección´´
de la circunstancias, es decir, en aislar al hombre de la
necesidad objetiva y de las leyes sociales. En última
instancia, los existencialistas convierten el problema de la
libertad en una cuestión puramente ética, y
entienden esa noción según el espíritu del
individualismo extremo, como libertad incondicionada del
individuo frente a la sociedad. El existencialismo ha ejercido
enorme influencia sobre el arte y la literatura del siglo
XX.

Existencialismo en
Estética

Las ideas existencialistas aparecieron por
primera vez en el mundo del arte, en los sonetos y las
elegías del poeta austríaco Rainer María
Rilke (1875-1926). Luego, penetraron en el arte de muchos
países. Estas ideas hallan su más nítida y
brillante expresión estética en las obras de Camus
(“La Peste´´; “El extranjero´´); de
Simone de Beauvoir (“Todos los hombres son
mortales´´; “La Sangre de otros´´); y de
Sartre (“Los Caminos de la libertad´´; “El Diablo y
el buen Dios´´; “La náusea´´,
etc). Para la estética existencialista, el objeto del arte
es representar la “iluminación de la
existencia´´(o sea, la vivencia irracional del
individuo) y los fenómenos que originan esa
“iluminación´´. La estética de los
existencialistas “ateos´´, enlaza con el
“naturismo´´, pues le exige al arte reproducir los
bajos impulsos y la facetas “sombrías´´ de la
vida humana. Sin embargo, para los existencialistas religiosos,
el arte es una “cifra´´, un signo de las fuerzas del
más allá, un reino intermedio entre el mundo y la
unidad divina. Consideran que la misión principal del
arte, es despertar las vivencias subconscientes del ser
humano.

Algunas obras claves de filósofos
existencialistas sobre estética, son: “Strindberg y Van
Gogh´´ (1922), de Karl Jáspers; “Existencia y
libertad Humana en Jean Paul Sartre´´ (1946), de
Gabriel Marcel; y “Discursos en Suiza´´ (1957), de
Albert Camus.

J.P. Sartre (n.1905)- Existencialista ateo.
Recibe influencias de Husserl y Heidegger. Su filosofía
también tiene vínculos con la doctrina de
Kierkegaard, y tiene deudas con el método del
Psicoanálisis de Freud. Los atributos de su doctrina son
el “antropocentrismo´´ y el
“subjetivismo´´. Concibe al hombre como “ser para
sí´´, del que se derivan las formas del “ser
en sí´´, es decir, del mundo objetivo
–espacio y tiempo, cantidad y calidad, etc-.

Esta representación idealista de
libertad está contenida en el famoso principio: “El
Hombre es lo que hace de sí mismo´´, que es la
base de la ética de Sartre.

Gabriel Marcel – (francés,
nació en 1889). Uno de los grandes paladines del llamado“
existencialismo católico´´. Principales
trabajos: “Diario metafísico´´; “Ser y
tener´´; y, “Los Hombres contra lo
Humano´´. Es el más cercano de los
existencialistas a la doctrina Kierkegaard. La filosofía,
según Marcel, se contrapone a la ciencia, que estudia el
mundo objetivo pero no la experiencia existencial, o sea, la vida
espiritual del Hombre. Para Marcel, la experiencia existencial es
“irracional´´ por su esencia, pues contiene
misterios´´ y es objeto de la fe. Según
Marcel, por medio de la experiencia existencial puede llegarse al
conocimiento de Dios. La ética de Marcel se sustenta en la
doctrina católica acerca de la predestinación y el
libre albedrío.

Martin Heidegger. (n. 1889) uno de los
principales representantes del existencialismo alemán
ateo. Las preocupaciones, la angustia, el temor, son formas que
componen la existencia subjetiva del hombre, lo que Heidegger
llama: “Estar en el mundo´´. Para él,
sólo se puede captar el sentido de la existencia si se
renuncia a todo propósito que implique la
consecución práctica de algún fin, o sea, el
hombre ha de alcanzar conciencia de su
“mortalidad´´, de su “temporalidad´´.
La experiencia de confrontar con la muerte, según
Heidegger, es la única que permite al Hombre apreciar el
valor de la vida, y despojarse de todos los “ídolos de la
existencia social´´: de los fines, los ideales, y las
abstracciones científicas.

Albert Camus. (1913-1960) Filósofo y
escritor francés. Existencialista ateo. Premio Nobel de
literatura en 1957. Obras principales: “El mito de
Sísifo´´; “La peste´´; “El
hombre rebelde´´. Recibe influencias de Schopenhauer,
Nietzsche y del existencialismo alemán. Para él, el
mundo exterior es el “estado ´´ del sujeto, y, el
único problema filosófico a resolver es el del
suicidio´´. Las ideas de Camus son extremadamente
pesimistas: El hombre siempre se halla en una situación
absurda y su destino es una ruta sin sentido.

Soren Kierkegaard (1813-1855).
Filósofo místico danés, precursor del
existencialismo moderno. Obras principales: “O lo uno o lo
otro´´; “El concepto de la angustia´´;
“Enfermedad mortal´´. Crítico de
filosofía de Hegel desde las posiciones de un subjetivismo
extremo. “La verdad siempre es subjetiva´´,
según Kierkegaard. En ética, defendió el
individualismo y el relativismo moral, y propagó el
desaliento, el miedo, y el odio a las masas populares. Introdujo
el concepto de existencia, como “síntesis de lo finito y
del infinito, de lo temporal y lo
eterno´´.

Karl Jaspers (1883). Relevante figura del
existencialismo alemán. Dedicado inicialmente a la
psiquiatría, ello determinó su manera de asumir los
problemas filosóficos. Así, en los fenómenos
psicopatológicos, Jaspers no ve una expresión de
desintegración de la personalidad, sino atormentadas
búsquedas que hace el hombre de su propia individualidad.
El existencialismo de Jaspers alcanza su culminación con
su teoría de las “situaciones
límites´´. Según la misma, el sentido
de la existencia sólo se revela al hombre en
períodos de profundísimas conmociones (enfermedad,
muerte, culpa inexpiable, etc). Es entonces, según
Jaspers, cuando se produce el “desplome de la
cifra´´, o sea, cuando el hombre se libera de sus
preocupaciones cotidianas y se abre ante él, el mundo de
su existencia profundamente íntima. Esto lo denomina
“Iluminación de la existencia´´. Sólo
entonces puede acceder a la autentica vivencia de
Dios.

Nicolai Alexandrovich Berdiáiev.
Filósofo ruso, existencialista religioso, místico,
fundador del llamado: “Nuevo cristianismo´´.
(1874-1948). A la lucha de clases marxista, contrapone
Berdiáiev la “liberación espiritual
interior´´ de la personalidad por el camino de la
religión (expresado sobre todo en “filosofía de la
libertad´´ de 1911). Berdiáiev llama al
capitalismo “régimen inhumano´´, y al viejo
cristianismo “instrumento de explotación ´´.
Además, afirma que el marxismo no “ve´´ al
hombre tras los compartimientos estancos de las clases sociales y
que es incapaz de resolver el problema de la libertad humana.
Berdiáiev, afirma que el existencialismo cristiano si
resuelve dicho problema. Para él, la única realidad
es la “existencia´´ del sujeto, cuya plenitud se
basa en la “libertad absoluta´´. Berdiáiev,
introduce la noción de “dialéctica de la humanidad
divinizada´´, que se apoya en el presunto misterio
“del nacimiento de Dios en el Hombre y del Hombre en
Dios´´. (Idea que toma de Dostoievski).

El Existencialismo – que el
marxismo define como ¨corriente irracionalista de la
filosofía burguesa¨. Rosental e Iudin-, surgió
después de la primera Guerra Mundial, a partir de 1927,
con la publicación de ¨El ser y el
tiempo
¨, de Martin Heidegger, en Alemania, y luego se
extendió a Francia. Para muchos estudiosos, fue el intento
de crear una nueva concepción del mundo, en consonancia
con los estados anímicos de la intelectualidad burguesa.
Sin embargo, el término
Existencialismo´´ no apareció en
los círculos filosóficos hasta 1929, cuando fue
introducido por el neokantiano Fritz Heinemann. Las fuentes
ideológicas del existencialismo son, fundamentalmente, la
fenomenología de Husserl, y la doctrina
místico-religiosa del pensador danés Soren
Kierkegaard (1813 – 1855), a quien se considera su
precursor. La tesis nuclear del Existencialismo queda expresada
en el apotegma de que ¨la existencia precede a la
esencia¨, y a partir de ello se distinguen el Existencialismo
religioso (Gabriel Marcel, Karl Jaspers, Nicolai Berdaiev, y
Martin Buber), y el existencialismo ateo (Martin Heidegger, J.P
Sartre, Albert Camus).

Con razón se ha planteado que en la
filosofía de la ¨existencia¨, también queda
reflejada la crisis del liberalismo burgués, incapaz de
responder a las situaciones que la práctica social impone
en el mundo capitalista. El ¨Existencialismo¨, de hecho,
es percibido como una reacción ¨irracionalista¨,
al ¨racionalismo¨ de la Ilustración y la
filosofía clásica alemana. Los filósofos
existencialistas afirman que el “vicio´´ principal
del pensamiento racional, radica en tomar como punto de partida
el principio de contraposición entre sujeto y objeto, o
sea, en dividir el mundo en dos esferas: la objetiva y la
subjetiva. La filosofía “autentica´´, desde
la perspectiva existencialista, ha de partir de la unidad entre
sujeto y objeto. Dicha unidad se halla encarnada en la
“existencia´´, es decir, en cierta ¨realidad
irracional
¨. Según la doctrina existencialista,
para adquirir conciencia de sí mismo como
¨existencia¨, el hombre debe hallarse en una
“situación límite´´, por ejemplo, ante
la faz de la muerte. Ello hace que el mundo se convierta para el
hombre en “íntimamente próximo´´. Para
los existencialistas, el procedimiento verdadero de
cognición (que llaman ¨penetración en el
mundo de la existencia
¨) es la
intuición´´ (que Marcel consigna
como “experiencia existencial´´; Heidegger
como “comprensión´´; y Jaspers, como
ilusionismo existencial´´).

En el Existencialismo, ocupa un lugar
importante el planteamiento y la solución del problema de
la “libertad´´, definida como
“elección´´ que hace el hombre de una
posibilidad, entre innumerables posibilidades. El carácter
voluntarista que el Existencialismo otorga al problema de la
libertad, estriba en separar esa “elección´´
de la circunstancias, es decir, en aislar al hombre de la
necesidad objetiva y de las leyes sociales. En este sentido, es
emblemática la concepción idealista de la libertad,
contenida en el famoso principio: ¨el hombre es lo que
él hace de sí mismo¨, que es la base del
pensamiento de Sartre. En última instancia, los
existencialistas convierten el problema de la libertad en una
cuestión puramente ética, y entienden esa
noción según el espíritu del individualismo
extremo, como libertad incondicionada del individuo frente a la
sociedad.

Existencialismo y
Estética

Las ideas existencialistas –que han
ejercido una enorme influencia en la estética del siglo XX
– aparecieron por primera vez en la esfera artística en
los sonetos y las elegías del poeta austríaco
Rainer María Rilke (1875-1926). Luego, se propagaron entre
los creadores de varios países. Estas ideas hallan su
más nítida y brillante expresión
estética en las obras de Camus (“La
Peste
´´; “El
extranjero
´´); de Simone de Beauvoir
(“Todos los hombres son mortales´´;
La Sangre de otros´´); y de Sartre
(“Los Caminos de la libertad´´; “El
Diablo y el buen Dios
´´; “La
náusea
´´, etc). Para la estética
existencialista, el objeto del arte es representar la
“iluminación de la existencia´´(o sea, la
vivencia irracional del individuo) y los fenómenos que
originan esa “iluminación´´.

Es justamente en el orden estético,
donde emerge una diferencia apreciable entre existencialistas
ateos y religiosos. La estética de los primeros enlaza con
el llamado ¨Naturismo¨, pues, demanda del arte,
la reproducción de los bajos impulsos del hombre y de las
facetas más sombrías de la conducta humana.
¨El mal entendido¨, la joya teatral de Camus
recreada recientemente en Cuba por Juan Carlos Cremata, es una
excelente ilustración de ese modo de asumir el arte. Esta
pieza de Camus, a mi juicio, es el arquetipo de un planteamiento
narrativo propio del existencialista ateo. Reúne un
contexto sumamente perverso como ¨situación
límite¨ (una mujer y su hija que asesinan a cuanto
huésped llega a su posada) y una solución absurda
hasta lo demencial (un forastero, peregrino misterioso, hijo y
hermano irreconocible de las criminales, es asesinado como parte
de la macabra práctica). Estamos ante una visión de
la existencia profundamente pesimista, donde son hiperbolizadas
las experiencias que la degradan hasta la categoría de
¨nada¨. ¨La náusea¨ de Sartre, es el
invitado de honor en este panorama.

Sin embargo, para los existencialistas
religiosos, el arte es una “cifra´´, un signo de
revelación de las fuerzas del más allá, un
reino intermedio entre el mundo y la unidad divina. Consideran
que la misión principal del arte, es despertar las
vivencias subconscientes del ser humano. En este sentido, el
artista que profesa ideas existencialistas religiosas se
considera un cronista privilegiado del único proceso
vivencial que, a su juicio, puede dar una solución
existencial: la ¨iluminación del acto de vivir¨.
Esta circunstancia permite acceder al conocimiento de Dios.
Así, el arte, en el Existencialismo religioso, ancla
finalmente en un ¨optimismo teológico¨.

Existencialismo y
Compromiso

El otro punto a considerar en la
diferenciación entre existencialismo ateo y religioso, es
el de la ¨resultante¨ existencial propiamente dicha, el
de la ¨solución¨ filosófica a que conduce
cada enfoque. Examinemos a los ateos: Camus es el cénit
del pesimismo, el mundo exterior es para él, el
¨estado¨ del sujeto, y el único problema
filosófico a resolver es el del ¨suicidio¨; para
Heidegger, cuando la confrontación con la muerte le hace
percibir al hombre su ¨temporalidad¨ y justipreciar el
valor de la vida, deberá hacerlo despojándose de lo
que él denomina ¨ídolos de la existencia¨,
o sea, de fines, ideales y abstracciones
científicas…De manera que, la
¨liberación¨ que propone Heidegger, lleva
ineludiblemente a una suerte de ¨estado vegetativo¨ de la
conciencia, a una conciencia que se vacía voluntariamente
de todo contenido ideológico y que renuncia al compromiso
social y humanístico; y Sartre, finalmente, que cuando
¨despeja¨ la ¨ecuación de la libertad¨ le
confiere al hombre ¨responsabilidad¨, es víctima
de la afirmación absoluta de la subjetividad, que es
fundamento de ella misma y negación de todo lo
demás. Para muchos estudiosos, Sartre representa el
¨paroxismo del antropocentrismo¨ y nos lega un
humanismo que bien pudiera llamarse ¨un humanismo contra
el hombre
¨. La existencia, pues, según Sartre,
sigue siendo un absurdo, y el ser humano es, como reza su famosa
expresión: ¨una pasión
inútil
¨.

Filosóficamente hablando, el
panorama que brindan los existencialistas ateos es de un
pesimismo insuperable. No hay espacio en este cuadro para una
perspectiva humanística esperanzadora.

Entre los existencialistas religiosos, la
tesis de que el episodio de ¨iluminación de la
existencia¨ permite acceder al conocimiento de Dios, origina
una perspectiva de compromiso humanístico que no es
posible obviar. Gabriel Marcel forma filas entre la militancia
teológica católica, y Berdiáiev, que alcanza
una estatura de místico, funda el llamado ¨Nuevo
Cristianismo¨, como contrapartida de una religión
cristiana que a su juicio es ¨un instrumento de
explotación¨. Ya Martin Buber, el ¨filósofo
del diálogo¨, a quien el Nazismo le prohibió
hablar en público en Alemania, es la figura mayor de este
comprometimiento. Estamos ante un pensador hebreo que supo
apartarse del Sionismo, y cuya obra permitió que el
Judaísmo, como pensamiento y forma de vida, volviera a
ofrecer una perspectiva ideológica y ética seria,
ante los problemas de cada momento. Y si hablamos de compromiso
con la época y el pueblo, es memorable la polémica
que sostuvo Martin Buber con Mahatma Gandhi, cuando este
último le recomendó a la comunidad hebrea europea,
poner en práctica contra el Nazismo los métodos de
resistencia pacífica. Buber, construye una visión
¨dialógica¨ de la realidad y del hombre, de la que
son consecuencias naturales la ¨proyección
comunitaria¨ y su ¨filosofía del encuentro¨.
Un nuevo modo de comunicación humana y
personalización, que mucho revitalizó el
Judaísmo. En este sentido, es oportuno recordar estas
palabras de Buber: ¨Únicamente cuando el individuo
reconozca al otro en toda su alteridad como se reconoce a
sí mismo, como hombre, y marche desde este reconocimiento
a penetrar en el otro, habrá quebrantado su soledad en un
encuentro riguroso y transformador¨.

Tres escuelas de
existencialismo

En términos: a) de la existencia e
importancia de Dios o asimilables como lo Espiritual o el Ser; b)
a su negación; c) los dudosos o no-importancia de Eso por
la existencia. Se pueden ver tres escuelas de pensamiento
existencialista: la teológica, la atea y la
agnóstica.

Existencialismo
teísta

Esta escuela se puede ulteriormente dividir
en "religiosa" y "espiritualista". El existencialismo
teológico-religioso halla en Kierkegaard el primero y
mayor representante. Heidegger representa el existencialismo
espiritualista con su concepción del "ser" y se distancia
expresamente del existencialismo ateo de Sartre en su Carta sobre
el humanismo. También Buytendijk,
psicólogo cercano a Heidegger, admite ser existencialista
su esta línea. Martin Buber, por su
parte, representa a una corriente de existencialismo judío
muy influida por el hasidismo. Mientras que Gabriel Marcel y
Jacques
Maritain
son encuadrables dentro de un "existencialismo
cristiano" no tanto de línea kierkegaardiana sino
más bien jasperiana/mounierista (filosofía de
la existencia
y personalismo).
También Nicolai Berdyaev puede considerarse un
existencialista religioso de fe ortodoxista.

Existencialismo ateo

El existencialismo ateo es expuesto en el
siglo XX por Jean-Paul Sartre y
Albert Camus,
que escriben novelas, obras teatrales y ensayos
filosóficos. Pero Sartre es, sin duda, aquel que ha dado
con El ser y la nada un ejemplo de ateísmo
filosófico importante.

En el siglo XXI hay que mencionar tres
filósofos ateos (dos franceses y un italiano) muy
interesantes. Se trata de André
Comte-Sponville
, Michel Onfray y
Carlo
Tamagnone
.

Existencialismo
agnóstico

Es un existencialismo por el cual la
existencia o no de Dios es una cuestión irrelevante para
la existencia humana. Merleau-Ponty puede ser considerado gran
representante de la corriente, aunque manteniendo más
nexos con la fenomenología
de Husserl

Anexo

J.P. Sartre (n.1905) – Existencialista
ateo. Recibe influencias de Husserl y Heidegger. Su
filosofía también tiene vínculos con la
doctrina de Kierkegaard, y tiene deudas con el método del
Psicoanálisis de Freud. Los atributos de su doctrina son
el “antropocentrismo´´ y el
“subjetivismo´´. Concibe al hombre como “ser para
sí´´, del que se derivan las formas del “ser
en sí´´, es decir, del mundo objetivo
–espacio y tiempo, cantidad y calidad…

Gabriel Marcel (francés,
nació en 1889). Uno de los grandes paladines del llamado“
existencialismo católico´´. Principales
trabajos: “Diario metafísico´´; “Ser y
tener´´; y, “Los Hombres contra lo
Humano´´. Es el más cercano de los
existencialistas a la doctrina de Kierkegaard. La
filosofía, según Marcel, se contrapone a la
ciencia, que estudia el mundo objetivo pero no la experiencia
existencial, o sea, la vida espiritual del Hombre. Para Marcel,
la experiencia existencial es “irracional´´ por su
esencia, pues contiene “misterios´´ y es objeto de
la fe. Según Marcel, por medio de la experiencia
existencial puede llegarse al conocimiento de Dios. La
ética de Marcel se sustenta en la doctrina católica
acerca de la predestinación y el libre
albedrío.

Martin Heidegger (n. 1889). Uno de los
principales representantes del existencialismo alemán
ateo. Las preocupaciones, la angustia, el temor, son formas que
componen la existencia subjetiva del hombre, lo que Heidegger
llama “Estar en el mundo´´. Para él,
sólo se puede captar el sentido de la existencia si se
renuncia a todo propósito que implique la
consecución práctica de algún fin, o sea, el
hombre ha de alcanzar conciencia de su
“mortalidad´´, de su “temporalidad´´.
La experiencia de confrontar con la muerte, según
Heidegger, es la única que permite al Hombre apreciar el
valor de la vida, y despojarse de todos los “ídolos de la
existencia social´´: de los fines, los ideales, y las
abstracciones científicas.

Albert Camus (1913-1960) Filósofo y
escritor francés. Existencialista ateo. Premio Nobel de
literatura en 1957. Obras principales: “El mito de
Sísifo´´; “La peste´´; “El
hombre rebelde´´. Recibe influencias de Schopenhauer,
Nietzsche y del existencialismo alemán. Para él, el
mundo exterior es el “estado ´´ del sujeto, y, el
único problema filosófico a resolver es el del
“suicidio´´. Las ideas de Camus son extremadamente
pesimistas. El hombre siempre se halla en una situación
absurda y su destino es una ruta sin sentido.

Soren Kierkegaard (1813-1855).
Filósofo místico danés, precursor del
existencialismo moderno. Obras principales: “O lo uno o lo
otro´´; “El concepto de la angustia´´;
“Enfermedad mortal´´. Crítico de
filosofía de Hegel desde las posiciones de un subjetivismo
extremo. “La verdad siempre es subjetiva´´,
según Kierkegaard. En ética, defendió el
individualismo y el relativismo moral, y propagó el
desaliento, el miedo, y el odio a las masas populares. Introdujo
el concepto de existencia, como “síntesis de lo
finito y del infinito, de lo temporal y lo
eterno
´´.

Karl Jaspers (n.1883). Relevante figura del
existencialismo alemán. Dedicado inicialmente a la
psiquiatría, ello determinó su manera de asumir los
problemas filosóficos. Así, en los fenómenos
psicopatológicos, Jaspers no ve una expresión de
desintegración de la personalidad, sino atormentadas
búsquedas que hace el hombre de su propia individualidad.
El existencialismo de Jaspers alcanza su culminación con
su teoría de las “situaciones
límite´´. Según la misma, el sentido de
la existencia sólo se revela al hombre en períodos
de profundísimas conmociones (enfermedad, muerte, culpa
inexpiable…) Es entonces, según Jaspers, cuando se
produce el “desplome de la cifra´´, o sea, cuando el
hombre se libera de sus preocupaciones cotidianas y se abre, ante
él, el mundo de su existencia profundamente íntima.
Esto lo denomina “Iluminación de la
existencia´´. Sólo entonces, puede acceder a
la autentica vivencia de Dios.

Nicolai Alexandrovich Berdiáiev
(1874 – 1948). Filósofo ruso, existencialista
religioso, místico, fundador del llamado: “Nuevo
cristianismo´´. A la lucha de clases marxista,
contrapone Berdiáiev la “liberación espiritual
interior´´ de la personalidad por el camino de la
religión (expresado sobre todo en “Filosofía
de la libertad
´´ de 1911). Berdiáiev
llama al capitalismo “régimen inhumano´´, y
al viejo cristianismo “instrumento de explotación
´´. Además, afirma que el marxismo no
“ve´´ al hombre tras los compartimientos estancos de
las clases sociales y que es incapaz de resolver el problema de
la libertad humana. Berdiáiev, afirma que el
existencialismo cristiano sí resuelve dicho problema. Para
él, la única realidad es la
“existencia´´ del sujeto, cuya plenitud se basa en
la “libertad absoluta´´. Berdiáiev, introduce
la noción de “dialéctica de la humanidad
divinizada
´´, que se apoya en el presunto
misterio “del nacimiento de Dios en el Hombre y del Hombre
en Dios
´´ (idea que toma de
Dostoievski).

 

 

Autor:

Jorge Alberto Vilches
Sánchez

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