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Historia criminal – El petiso orejudo, asesino serial (página 4)




Enviado por Roberto Yrago



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6

El Dr. Lázaro N. Bendersky juzgó acertada
la decisión del Juez Dupuy al disponer la
internación de Escobar ¨aún cuando de la
prosecusión de la investigación surgiera que no fue
el autor, porque si en principio el magistrado creyó estar
ante un insano, en todos los casos el Estado debe velar por la
seguridad de los insanos y de toda la sociedad; es decir se los
debe internar y brindarles el tratamiento médico adecuado,
sean o no delincuentes¨.

En este caso el medio periodístico mitiga la
conmoción pública provocada por el acto criminal, a
través de una exposición mesurada citando las
opiniones de expertos, que la opinión pública
rescata como idóneas.

Poco más de una década, distintos
escenarios sociales, diversas necesidades y estados
anímicos, y esencialmente el triunfo de la corriente
positivista según la interpretación de sus
referentes locales más una sociedad dividida en clases
bien definidas dan lugar a mostrar los hechos con variados
enfoques.

En definitiva, los medios condicionan pero
también son condicionados por el sentimiento de la
sociedad, del cual se hacen partícipes.

En el diario Clarín del 3 de marzo de 1983 sale
un artículo titulado ¨Ultimó al asesino de su
hija¨. El caso, sucedido en Alemania, fue calificado por la
prensa local ¨La venganza de una madre¨, aunque en
términos estrictamente jurídicos podría
calificarse como un asesinato con
premeditación.

El artículo dice así: ¨Una mujer
joven, esbelta y bien parecida, entró el 6 de marzo de
1981 en la sala de vistas de un tribunal de la ciudad de Lubeck,
al norte de Alemania.

Ante los ojos de los jueces sacó una pistola del
bolsillo, apuntó al acusado y apretó el gatillo
ocho veces. Alcanzado por siete disparos, el hombre de 35
años se desplomó muerto. Dos años
después de este caso de homicidio en la sala de un
tribunal –inédito en la historia judicial alemana-
Marianne Bachmaier, de 32 años fue condenada por un
tribunal de Lubeck a seis años de
cárcel.

Pese a que el hecho en si equivalía objetivamente
a una muerte premeditada, los jueces impusieron una pena leve,
pues llegaron a la conclusión de que la Sra. Bachmaier no
había cometido asesinato sino solamente homicidio porque
se hallaba en un estado anímico de emergencia.

En efecto: tras los disparos de Marianne Bachmaier se
esconde un mundo de sufrimiento humano.

¨La venganza de una madre¨ calificaron los
periódicos de masas al acto de la Sra. Bachmaier. En las
calles de Lubeck se congregaron numerosas personas exigiendo la
libertad de la acusada.

Pero tampoco Grabowski ( el asesino), quien había
confesado haber matado a la niña, no actuó, sin
dudas, por puras ganas de matar. El acusado sufría de
anomalías perversas en su sexualidad. El funcionario de
libertad condicional, que tenía la obligación de
supervisar la vida del criminal por delitos cometidos
anteriormente, falló en su cometido.

La hija de Marianne Bachmaier fue así
también, indirectamente, víctima de una
errónea decisión judicial.

Varios psicólogos y psiquiatras analizaron
durante el proceso a Bachmaier la personalidad de la acusada.
Pusieron al descubierto la vida interior de una mujer incapaz de
hacer frente a excesivos sufrimientos.

Marianne que tiene otros dos hijos, tuvo una infancia
sin amor y una juventud signada por frustraciones sentimentales.
Si Bachmaier tiene una conducta ejemplar en la cárcel se
le dispensará, sin duda, una tercera parte de la condena,
es decir dos años¨.

Otro caso similar, pero siendo los protagonistas
norteamericanos, provoca idéntica respuesta por parte de
la sociedad.

El título del artículo
periodístico, reproduciendo la noticia enviada desde
Washington, USA por AFP es ¨Dicen que es una
heroína¨. Subtítulo: ¨Defienden a la mujer
que mató al violador de su hijo¨

¨Todo el pueblo californiano de Sonora, el pie de la
Sierra Nevada, se unió en defensa de Ellie Nessler, quien
en plena audiencia judicial mató al acusado de haber
violado a su hijo el pasado 2 de abril.

La mujer de 35 años se ha convertido en una
heroína local y su vida está en boca de todos los
2.500 habitantes de este pueblito fundado a fines del siglo XIX
por buscadores de oro.

De Ellie se dice que mató para vengar a su hijo.
Que estuvo casada dos veces y que crió sola a sus dos
hijos, pese a que no tiene más ingresos que el subsidio
familiar y lo poco que gana cortando troncos o vendiendo en los
mercados.

Fue a fines de los ´80 cuando Ellie conoció
a Daniel Driver de 35 años. El hombre le propuso llevar a
uno de sus hijos, que entonces tenía seis años, a
un campamento de vacaciones. Cuando volvió, el chico le
contó los abusos sexuales de que había sido objeto.
Driver desapareció en 1989, lo detuvieron por robo y lo
llevaron a Sonora para ser juzgado.

Se supo que cinco años antes se había
declarado culpable de agresiones similares en la región de
San Francisco, por las que fue condenado a sólo cinco
meses de prisión.

La familia de Ellie cuenta que el muchacho violado
había sido amenazado de muerte por Driver, quien
según testigos, el mismo día de la audiencia, se
reía a caracajadas de sus víctimas.

Cuando se presentó para prestar
declaración contra el violador, Ellie sacó una
pistola de su bolso y disparó cinco veces. El quinto rito
no dio en el blanco, pero los cuatro primeros alcanzaron para que
muriera una hora después en el hospital.

Al día siguiente, en Sonora aparecieron como
hongos las remeras y las pegatinas con inscripciones de apoyo a
la mujer tales como ¨Liberen a Ellie Nessler¨ y otras
más festivas, como ¨Tuviste buena puntería,
Ellie¨.

El pueblo la considera una justiciera, frente a una
justicia incapaz de castigar a los criminales. Tanto es
así, que para pagar a los abogados se abrió una
suscripción popular.

Gracias a la presión de los habitantes de Sonora
fue puesta rápidamente en libertad, aunque bajo una fianza
de 500.000 dólares.

Entre sus abogados se encuentra Dadi Lewis, uno de los
que defendieron al ex hombre fuerte de Panamá, Manuel
Noriega¨.

Estos distintos hechos están vinculados con un
hecho común: el homicidio; la muerte de uno o varios a
manos de semejantes y cada uno puede ser visto de distintos modos
por la sociedad que los observa.

Godino fue considerado insano al igual que Escobar del
caso Mondaque, pero Godino fue a parar al presidio de Ushuaia y
Escobar a un nosocomio para locos.

El caso Bachmaier fue justificado por estar sumida en un
¨estado anímico de emergencia¨ y el caso Nessler
se justifica por el descreimiento en la justicia.

Cada uno de los casos recibió distinto
tratamiento periodístico y legal. Por lo que podemos
concluir que el tratamiento periodístico puede condicionar
a los lectores para que se sientan proclives a la piedad, la
tolerancia o la venganza.

Hemos podido ver como el artículo de La
Razón rogaba por el éxito del alegato de
apelación de la Fiscalía. No se equivocaba, puesto
que el Sr.Fiscal dice taxativamente que recomendaría la
pena de muerte para Godino, sino estuviese amparado por la
eximente de la minoridad.

En su lugar le cupo al petiso orejudo la condena a
prisión perpetua con el accesorio de reclusión por
tiempo indeterminado.

La cárcel
de Ushuaia

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En 1881 el gobierno argentino firmó un Tratado de
Límites con Chile. Un año después, inspirado
en el éxito que habían tenido Francia e Inglaterra
en fundar penales en lugares inhóspitos, dispuso instalar
una colonia penal en el extremo sur de nuestro país. Los
antecedentes mundiales fueron los presidios franceses de las
Guayanas, Nueva Caledonia y Argelia y las inglesas de
Australia.

La idea de instalar una penitenciaría en el
extremo sur del país surgió en 1882, por el
pensamiento del presidente Julio A. Roca, que pensaba de ese modo
¨ resolver el problema penitenciario, crear un elemento de
población en esas lejanas regiones y asegurar la
soberanía¨. O sea que, además de contribuir con
una estrategia geopolítica, se lograba expulsar de la
europeísta y culta Buenos Aires a delincuentes
reincidentes.

Cuando en 1884 se construyó en la
fueguina Isla de los Estados el faro de San Juan de
Salvamento (apodado el Faro del Fin del Mundo, inspirado en
la obra de Julio Verne), en la misma bahía se
levantó una cárcel militar. Trasladada luego
a Puerto Cook, dentro de la misma isla, en marzo
de 1899 se juzgó conveniente reubicar el
presidio en la Isla Grande de Tierra del Fuego, para
prevenir las enfermedades causadas por la extrema
humedad y frío de la isla. Además, la falta de
infraestructura para el trabajo de los prisioneros hacía
improductiva su prisión; la mejor dotada Isla Grande
permitiría destinarlos a cumplir tareas de
forestación y minería, además de ser un
destino considerado más humanitario.

El 30 de noviembre de 1902, 36 de los
prisioneros fueron llevados a la Isla Grande, con la mayor parte
de las instalaciones, para preparar el edificio definitivo del
penal. Los acompañaba el jefe del presidio y quince
soldados destinados a su custodia. Una semana más tarde,
los 83 presos que permanecían en Cook se amotinaron, y 51
de ellos escaparon en los pequeños navíos
disponibles en la isla. El motín de Puerto
Cook acabaría en desastre para los huidos: siete de
ellos murieron, y 39 fueron apresados por Enrique Fliess,
el teniente de fragata encargado de la base militar, o
por Horacio Balivé, que capitaneaba
el ARA Azopardo, un buque de la Armada que llevaba
material para el nuevo faro en construcción en
la Isla de Año Nuevo. Capturados y juzgados
nuevamente, fueron finalmente trasladados a Ushuaia.

Dos eran los objetivos principales: resolver el problema
penitenciario y repoblar esa región inhóspita,
después de haberse despoblado de indígenas, y de
esa manera afianzar nuestra soberanía. La
colonización de esas tierras había comenzado en
1869 por los hermanos anglicanos.

En la isla grande e Isla de los Estados, el gobierno
creó en 1884 las Subprefecturas, convirtiendo a Tierra del
Fuego en gobernación y su único pueblo fue
consagrado capital. Fue el comandante Augusto Lasserre quien
fundó Ushuaia, nombre que en lengua yamana significa,
"bahía hacia el este".

El 15 de setiembre de 1902, fue colocada la piedra
fundamental del "Presidio Nacional". La construcción fue
realizada con materiales de la región y con mano de obra
de los penados, que habían sido ubicados en
cárceles provisorias. En 1920 finalizó la
construcción, que contaba de 5 pabellones de 76 celdas
exteriores cada uno. Totalizaban 380 celdas unipersonales de 1,50
por 2 metros, con una puerta de gruesa madera con un orificio
vidriado a un metro del suelo, que permitía vigilar desde
afuera. La ventilación ingresaba por una abertura enrejada
de 20 por 20 cm ubicada cerca del techo. Un verdadero encierro
solitario y absoluto.

Los 5 pabellones convergían en forma radial a una
rotonda múltiple, donde se concentraban todos los presos
con distintos propósitos: para dirigirse a realizar
distintas tareas tanto dentro como fuera del presidio, como sala
de conferencias, celebrar misas, auditorio y cine. Ello, para
ejercer la vigilancia de los presos cuando se encontraban en sus
celdas.

Entre el pabellón 1 y 2 se
levantó la cocina y entre el l y el 3, la
panadería. En el comienzo de cada pabellón se
construyeron unos martillos que cumplían distintas
funciones, bibliotecas, enfermerías, oficinas. En un
tiempo fueron alojados reclusos, lo que permitió que la
población llegara a 600 penados. Cuando la
población del penal excedía su capacidad, las
caballerizas se transformaban en improvisadas celdas comunes,
alojando cada una unos 40 o 50 reclusos.

La cárcel contaba con 30 sectores de trabajo,
algunos instalados fuera del edificio central pero dentro del
predio, el que no contaba con un muro que lo circundara,
sólo una alambrada de 2 metros de altura coronada de 4
hileras de alambres de púas.

En 1943 se inauguró un moderno hospital que
posteriormente fue el Hospital de la Base Naval y por mucho
tiempo el único en la zona.

El primer nombre del presidio fue "Cárcel de
Reincidentes". En 1918, "Cárcel y Presidio de Tierra del
Fuego". Posteriormente, en 1934, "Cárcel de Ushuaia" y por
último, en 1940, "Cárcel de Tierra del
Fuego".

Fueron enviados los condenados más peligrosos del
país, los reincidentes, soldados, suboficiales y oficiales
juzgados por tribunales militares y confinados
políticos.

El tristemente famoso presidio de Ushuaia fue ideado en
el aspecto edilicio por el ingeniero Catello Muratgia.

Su piedra fundamental fue colocada en el año 1902
y el 21 de marzo de 1947 el presidente Juan Domingo Perón
firmó el decreto que clausuró definitivamente al
penal, orden que ejecutó su director Roberto Pettinato
(padre). Los presos fueron distribuidos en distintos
establecimientos carcelarios sin el denigrante uniforme a rayas,
cuyo uso había sido derogado. Los guardias, en su
mayoría extranjeros, volvieron a sus países de
origen o abrieron negocios en la ciudad. Los muros de
frías paredes, las celdas, los grilletes y todo lo que se
ha conservado se han convertido en piezas de museo, donde los
visitantes pueden tomar una idea de aquel lúgubre lugar al
que con justicia se llamó "La Siberia
Argentina".[26]

Sus primeros veinticinco presos fueron nueve mujeres y
veinticinco varones, que contribuyeron a construir los cinco
pabellones y trescientas ochenta celdas individuales,
además de las cloacas y alumbrado de la ciudad de Ushuaia,
que fue fundada en 1884.

Godino fue el preso número 90.

La cárcel llegó a albergar cerca de 600
presidiarios, antecedente elocuente del problema carcelario, que
continúa hasta nuestros días.

Albergó a presos famosos junto a Godino, y
tenemos por ejemplo a Simón Radowitzky, que recordamos fue
el anarquista ruso que asesinó al Coronel Falcón,
responsable de la represión contra las huelgas obreras, y
su ayudante Lartigau con una bomba. Fue indultado por
Hipólito Yrigoyen en 1930 y murió en el exilio en
1956.

También fue huésped destacado el homicida
Mateo Banks, El Místico, que llegó al presidio en
1924, condenado por el asesinato de ocho personas para hacerse de
sus fortunas; entre ellos sus tres hermanos, su cuñada,
sus dos sobrinas y dos peones, de un establecimiento
campestre.

A algunos parientes los envenenó con estricnina y
a otros los mató a tiros. El motivo: quedarse con dos
estancias de sus parientes, situadas en Azul, provincia de Buenos
Aires.

Derivó a una crisis mística y el viejo
solitario pasaba sus días rezando arrodillado, en
éxtasis. Fue liberado con libertad condicional en
1944.

En el caso de Godino, la preocupación
médica pasó por saber si sus risibles orejas, que
le daban el mote de orejudo, serían el recipiente de su
maldad, por lo cual se las operaron. Objetivamente: no
surtió efecto.

A pesar de ello, los médicos deben haber quedado
contentos, porque su informe individual de 1938 daba que se
manifestaba como un preso ejemplar.

Godino arriba al penal de Ushuaia ya que el pedido de
apelación pidiendo su encierro por parte de la
Fiscalía obtuvo respuesta afirmativa por los camaristas
quienes ratificaron el pedido de reclusión por tiempo
indeterminado, que le vedaba al reo la posibilidad de acceder a
la libertad condicional.

Justificaron su reclamo citando nuestra
Constitución Nacional, que reza: ¨ la condena no
significaría aplicar al reo torturas o someterlo a un
tratamiento cruel ¨. Todo se reduciría a recluirlo en
una cárcel higiénica, como medida de profilaxis
social y sana ejemplarización.

La Constitución nacional de 1853, vigente cuando
funcionaba el presidio, en el artículo 18 dice: "Quedan
abolidos para siempre la pena de muerte por causas
políticas, toda especie de tormento y los azotes. Las
cárceles de la Nación serán sanas y limpias
para seguridad y no para castigo de los reos retenidos el ellas y
toda medida que a pretexto de precaución conduzca a
modificarlos, más allá de lo que aquélla
exija, hará responsable al juez que la
autorice".

Además, decía el fiscal: ¨ el
tratamiento carcelario y nosocomial no difieren fundamentalmente
en lo que a esos sujetos se refiere, y siendo nuestras
cárceles para seguridad de los delincuentes y no para su
castigo, la cárcel es la mejor solución del
momento, porque brinda mayor seguridad para la sociedad
¨.

En la actualidad y a pesar del largo tiempo transcurrido
no se han encontrado soluciones integrales al problema
carcelario, donde continúan vigentes las falencias y la
aplicación de paliativos que no alcanzan a normalizar ese
estado de cosas.

Un editorial del diario Clarín titulado ¨
Reformar las cárceles ¨ nos dice: ¨ las
deficiencias de las cárceles argentinas han sido
reiteradamente objeto de preocupación en esta columna,
como también lo han sido de numerosos hombres de leyes,
médicos, psicólogos y miembros de entidades de bien
social.

La conciencia de estos especialistas y voluntarios
reflejan la desazón y la consternación que desde
hace mucho tiempo son patrimonio de la conciencia social frente a
las paradójicas instituciones en que se convirtieron
nuestros establecimientos carcelarios. Destinados a custodiar
ciudadanos en espera del veredicto judicial sobre su presunta
conducta delictiva o a constituirse en el instrumento para
efectivizarlas, las penas de reclusión o prisión
recaídas sobre los ya condenados, se han transformado en
ambos casos en casas de castigo, que excede larga y duramente las
prescripciones legales, las garantías constitucionales y
el mismo espíritu de nuestra Ley Magna y de los valores
éticos aceptados por nuestra sociedad.

Un miembro del servicio Pastoral Penitenciario del
Episcopado definió la cárcel como ¨ un lugar
distinto de todo, frío, inhóspito, tremendo ¨.
Su finalidad de rehabilitar al recluso para su retorno a la
sociedad, según la opinión de un criminólogo
también consultado, ha quedado totalmente desvirtuada:
¨ No es posible ni educar ni reeducar para la libertad en un
mundo lóbrego, de tensiones agobiantes, de días
calcados, con pitazos entre ceja y ceja, en la convivencia
forzada, el ocio, los coloquios lastimeros, los escabrosos
reacondicionamientos sexuales…¨.

Godino, quien nunca tuvo acceso carnal con una mujer,
sino que era un onanista crónico, termina siendo definido
en la ficha personal del penal como pederasta pasivo.

Estas descripciones resumen cruda y elocuentemente las
condiciones y el funcionamiento de institutos, que no sólo
implican una sanción desmedida para el culpable o presunto
culpable, sino que también concluyen por ser verdaderas
escuelas de delincuencia.

Peor aún, si este término es asimismo
empleado para designar a los institutos de detención de
menores; en este caso habría que hablar ya de verdaderas
universidades del delito ¨.

A propósito de la transformación del
sistema carcelario ¨ contará en definitiva la
reversión integral de la situación del país,
la refundación de nuestra sociedad sobre bases materiales
e institucionales más sólidas ¨.Pero uno de los
tantos caminos que deben converger para el logro de dicha meta
pasa por las modificaciones inmediatas; que las autoridades a
cargo del sistema penal pueden implementar desde ya con audacia,
coraje y decisión.

Corresponde a la sociedad en su conjunto, a
través de organizaciones representativas, de los
legisladores y de los simples ciudadanos peticionantes, apoyar,
exigir y colaborar para que las reformas se concreten.

El problema de las cárceles, como parte del
problema de la violencia delictiva en general, es un problema de
todos y no sólo de los funcionarios del área, de
los infortunados reclusos o de las víctimas de los delitos
¨.Conociendo el panorama actual carcelario no se hace
difícil proyectar sobre las condiciones de los presos a
principios de siglo con el agravante de las condiciones
climáticas extremas que azotan a Tierra del
Fuego.

Trataremos de hacer una aproximación a esta
mención a través del testimonio del
guardiacárcel Martín Chávez, que hizo su
relato de un transporte de presos a penal de Ushuaia en 1911 y
recogido y publicado por el diario Clarín en marzo y abril
de 1947, con motivo del cierre del establecimiento
carcelario.

¨ Hacía dos meses que había sido
nombrado para ocupar un puesto de celador en el penal de Ushuaia,
permaneciendo adscripto al personal de la Penitenciaría
Nacional de la calle Las Heras, hasta que estuviera en
condiciones el transporte Chaco, que me llevaría al lejano
sur.

En esa aburrida espera me consumía en la
Penitenciaría, cuando una tarde fui notificado que
tenía cuatro horas para arreglar mi equipaje. A las 18
horas estuve de vuelta. Media hora más tarde se
realizó la acostumbrada formación para el recuento
y encierro en las celdas, a los reclusos.

No veía por ninguna parte al contingente que iba
a ser trasladado al sur.

Una hora más tarde me incorporé a una
comisión de empleados y con más de cincuenta
guardianes nos internamos en los pabellones.

Fuimos abriendo celdas, a las que penetraban dos
soldados que sacaban al ¨ candidato ¨ llevándolo
rumbo a la Alcaidía.

El ruido de las llaves en las fuertes puertas de hierro
ponían sobreaviso a todos los ¨ vecinos ¨, que
proferían voces de insultos.

Así recorrimos cinco pabellones y al regresar a
la Alcaidía ya estaban allí mis compañeros
de viaje, ¨62 números ¨ sentados en largos bancos
colocados junto a las paredes. Se pasó lista y se les
ordenó desnudarse.

Si alguno no hacía caso o demoraba en cumplir la
orden, los guardianes se le acercaban amenazantes y los ¨
ayudaban ¨ a quitarse la ropa.

Sesenta y dos sombras. Sesenta y dos fantasmas quedaron
en el gran salón. Dos practicantes de la enfermería
revisaron el cuerpo de los viajeros. Ningún contrabando
puede pasar, las limas y cualquier elemento cortante es
peligroso.

Vestidos de nuevo, entra en funciones el herrero. Las
argollas se cierran en el tobillo y se las une con una barra de
hierro de veinte centímetros de largo, que luego se
remacha a golpes de martillo. Pom, pom, pom. Resuenan los golpes
como si estuvieran remachando ataúdes.

En el silencio de la noche esos tres golpes sobre el
negro remache suenan como una campana que dobla por la vida de
los que ya no son. El alarido del llanto los
acompaña.

Algunos parecen más fuertes y miran la
operación con indiferencia; es porque no conocen los
grillos y caen cuando quieren dar un paso, entonces ellos
también sienten los tres golpes de martillo sobre su
corazón.

Luego en un carro celular, rumbo al puerto. Allí
la vigilancia es más estrecha y dos guardianes se
responsabilizan del penado entregado en custodia.

En 1944 se evadieron 144 penados, amotinándose en
la bodega del ¨ Buenos Aires ¨.

Nunca se estableció con exactitud cuál fue
el penado que logró romper los grillos y libertar de ellos
a sus compañeros. Se atribuye tal hazaña a Brasch,
el alemán. Lo cierto es que los 114 penados se amotinaron
en la bodega y a golpes de puño se abrieron paso y se
fugaron.

Entonces les era más fácil; no
vestían el uniforme a rayas y podían confundirse
fácilmente en las calles. Casi todos volvieron a ser
detenidos.

Desde esa época se toman toda clase de medidas de
precaución: guardianes en abundancia y hasta potentes
reflectores que iluminan la silueta de los fantasmas que bajan a
la bodega del transporte, que antes del alba, como si tuviera
vergüenza de su carga, pone rumbo a Tierra del
Fuego.

Se nos había informado que para llegar a Ushuaia
eran suficientes quince días de navegación. Nuestro
viaje duró veintinueve, en el mes de marzo de ese
año.

Yo iba con la oficialidad del transporte, y un
día bajé al entrepuente a ver los penados.
Jamás olvidaré la impresión que
recibí. Aquello era un infierno. Humedad, calor y
pústulas.

En Bahía Blanca se había detenido la
embarcación para cargar carbón, que iba depositando
en la bodega, debajo del entrepuente donde viajaban los
presos.

El polvillo de carbón se filtraba
imperceptiblemente, persistente, como una maldición sobre
los hombres engrillados.

Se les pegaba en la cara, lo respiraban, lo
escupían, ponía máscaras en los rostros
acentuando las ojeras. Fantasmas, espectros, no se lo que
vi.

Salí de esa cámara de tortura con el alma
dolorida, preguntándome si los directores del penal, si
los jueces, los ministros, no tendrían noticias de este
bárbaro suplicio. Pero el destino me reservaba
comprobación más amarga aún.

En el puerto de Ushuaia nos esperaba el director del
penal, algunos empleados y muchos guardianes, los que tomaron
posiciones estratégicas para el desembarco de los penados.
Y los espectros salieron al aire, a la luz, después de
veintinueve días.

¡Como salieron! Sucios y enfermos es poco para dar
una idea del estado de esos sesenta y dos hombres. Flacos, con la
barba crecida, llagados los tobillos a causa de los aros de los
grillos, con escoriaciones sangrantes en los muslos, la ropa
deshecha como pañuelos o toallas. Habían llegado al
Infierno Blanco ¨.

Una vez instalados en el presidio de Ushuaia, bajo
régimen retributivo de trabajo obligatorio se les asignaba
una tarea en las dependencias o talleres, atendiendo las
necesidades del penal. Además prestaban servicios a toda
la ciudad, construyendo calles, puentes, muelles, edificios… Se
instalaron la primera imprenta, teléfonos, electricidad,
bomberos etc.

Se explotaron los bosques para proveer de leña a
las calderas y calefacción y la madera para la
construcción. Para el transporte de los guardias, los
presos y la madera fue necesario habilitar un tren de trocha
angosta. Se lo ha denominado "Tren del Fin del Mundo" y en la
actualidad funciona como atracción
turística.

Todos los presos recibían obligatoriamente
instrucción primaria. Todas las actividades se realizaban
bajo una severa disciplina. A los reclusos se les
proporcionaba educación primaria, en caso de no
tenerla, y una retribución por los trabajos realizados.
Existían rudimentarios talleres de carpintería,
herrería, imprenta, mecánica y zapatería;
otros reclusos trabajaban cubriendo las necesidades de la propia
población del presidio. Los que se consideraban de buena
conducta trabajaban en la tala de árboles para
leña, y en las últimas etapas de su funcionamiento
en las obras públicas para la ciudad que también
estaba en construcción. Un
pequeño tren que conducía hasta la actual
ubicación del Parque Nacional Tierra del
Fuego transportaba a los reclusos. Existen archivos
fotográficos en el propio museo del Presidio que dejan
constancia de que hacia la década de 1920 los presos
formaban una banda de música que animaba a los habitantes
en los días domingo.[27]

Muchos legajos se han perdido, destruidos por el agua en
los sótanos de la Penitenciaría Nacional. A pesar
de esto, se han rescatados muchas historias, algunas siniestras,
en los crudos inviernos… Todo hacía que muy pocos
lograran dejar ese infierno sin las secuelas de tanto
sufrimiento. Nos parece que el extracto transcripto es elocuente
sobre las condiciones imperantes en los traslados, a
través de un observador y testigo directo.

Osvaldo Bayer, en su obra ¨ Los anarquistas
expropiadores ¨ nos completa el panorama, texto que tiende a
ser excusatorio de los delitos cometidos por Severino DiGiovanni
y Paulino Scarfó, quienes fueron ejecutados en el
último fusilamiento realizado en la Penitenciaría
Nacional de la calle Las Heras.

Nos dice Bayer: ¨ Con muy poco dinero y el trabajo
de los condenados se ha ido levantando esa mole de cemento y
piedra, destinada a mantener bajo custodia a los criminales
más feroces, y a todos aquellos llamados reincidentes, es
decir los que han repetido tres veces hechos delictuosos
¨.

Los que leen ¨ La casa de los muertos ¨ o ¨
El sepulcro de los vivos ¨ de Dostoiewsky, y sufren con el
autor los padecimientos de los condenados, no sospechan tal vez,
que en el territorio argentino existió un lugar
exactamente igual, de donde muy pocos fueron los que salieron con
vida o retornaron a la sociedad con sus facultades mentales
normales.

El gobierno de Yrigoyen ordenó un sumario
administrativo para saber la verdad sobre los malos tratos en el
penal. En el sumario se calificará a los tres carceleros
informados (Alapont, Cabezas y Sampedro) de ¨ personas de
malas costumbres y peores antecedentes ¨ y en base a ello se
los suspende.

Dicha investigación estuvo fundada en el impacto
psicológico logrado por el diario La Protesta, de
tendencia anarquista y escrito por Marcial Belascoin
Sayós. Fue un folleto titulado ¨ El presidio de
Ushuaia ¨, donde denuncia las torturas a que ha sido sometido
Simón Radowitzky.

En el capítulo titulado ¨ La Sodoma fueguina
¨, acusa al subdirector Palacios de haber hecho cometer
delitos sexuales contra Radowitzky, detallando asimismo los
castigos a que éste fue sometido por los carceleros
mencionados ¨.

Durante los gobiernos de José Félix
Uriburu y Agustín Pedro Justo los
contingentes de obreros enviados al penal fueron numerosos, y el
trato hacia los mismos particularmente brutal. El director del
presidio durante esa década, Adolfo Cernadas, fue
acusado de torturas en varias oportunidades. Entre los
enviados a Ushuaia estuvieron los
líderes radicales que protagonizaron alzamientos
contra los gobernantes de la Década
Infame.

A pesar del escepticismo que pueda tenerse en el avance
social, en la humanización de la sociedad, descartando a
los hechos aberrantes de ¨ los años de plomo ¨ que
han manchado la historia política reciente, presumimos que
en la actualidad quizá no haya cárceles que repitan
las absolutas condiciones degradantes de la cárcel de
Ushuaia, unida a condiciones naturales inhóspitas y
crueles.

Federico Enrique Stolte, abogado, psicólogo
social (esc.Pichon Rivière) y licenciado en
Psicología (UBA), defensor oficial en la Ciudad de Buenos
Aires dice¨¨Dime las cárceles que tienes y te
dirá la sociedad que
eres¨.[28]

Con sendos informes, la Procuración Penitenciaria
(PP) y el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), organismo
no gubernamental cercano al gobierno, cuestionaron con dureza las
actuales condiciones del Servicio Penitenciario Federal (SPF),
elogiado por la presidente Cristina de Kirschner y el ministro de
Justicia Julio Alak como un sistema ¨modelo¨.

En su documento que elevó al Congreso, la
Procuración Penitenciaria realizó un
diagnóstico de la situación carcelaria a diciembre
del año pasado (diciembre de 2011). Entre las principales
observaciones vale destacar las siguientes: a) Maltratos:
¨Las torturas y los maltratos constituyen un problema
extendido y generalizado (…) El carácter
sistemático de estas prácticas no radica en la
existencia de un plan deliberado de las autoridades del estado,
sino en los métodos ilegítimos que se encuentran
fuertemente arraigados en las rutinas de las fuerzas de
seguridad¨. Y añade: ¨Durante 2011 se investigaron
y documentaron 399 casos de maltrato y torturas, es decir, 205
casos más que los registrados en el año 2010. b)
Violencia: ¨Las muertes en cárceles federales se ha
exacerbado notablemente en el período 200/2012. Como
primer dato alarmante, basta mencionar que sólo en el
año 2011 se han producido 22 muertes violentas.
Además en los tres primeros meses de 2012, las muertes
violentas registradas ascienden a siete, lo que hace temer una
proyección anual de profunda preocupación¨. C)
Salud: ¨La proporción entre el número de
internos alojados y el de los agentes de salud no se adecua a las
necesidades asistenciales (dotación de profesionales,
enfermeros, técnicos y administrativos)¨. d)
Alimentación: ¨En líneas generales se
corroboró la provisión de una comida deficiente, en
lo que se refiere a calidad, cantidad y variedad de los
alimentos¨. ¨Pese al avance de algunas políticas,
como las iniciativas para disminuir el hacinamiento y la ley de
estímulo educativo, no se han materializado reformas en la
gestión del Servicio Penitenciario Federal y persisten
prácticas de violencia arraigadas en su
funcionamiento¨ indicó el CELS en su informe anual de
derechos humanos.[29]

Todo ello a pesar de que se destinan $ 18.400.-
mensuales por cada recluso para 9.693 presos alojados en las
cárceles federales y teniendo el Servicio Penitenciario
Federal un presupuesto asignado de $ 2.140 millones para el
año 2012.[30]

Según Eugenio Burzaco, politólogo y jefe
por dos años de la Policía Metropolitana ¨la
gente lo único que quiere saber es que el que comete un
delito va preso. En ese sentido la cárcel cumple tres
roles: el disuasivo (el temor a ir presos hace que la gente
cometa menos crímenes; el resocializador (porque para
quien pasó por la cárcel la experiencia es tan
traumática que no quiere volver allí) y uno no
menos importante, que es la inhabilitación. Es decir,
impedir que quien está en la cárcel siga en la
calle delinquiendo. Porque lo que la sociedad no está
dispuesta a tolerar es que las personas violentas queden
impunes¨, sostiene.

Según sostiene Jorge Rizzo, presidente del
Colegio Público de Abogados de Capital Federal explica el
fracaso del tratamiento con los presos para lograr su
reinserción en la sociedad. Dice: ¨el rol de la
cárcel aparece en el artículo 18 de la
Constitución Nacional. Pero eso es el ideal porque
después, en la práctica, la cárcel termina
siendo la universidad del delito¨. ¨Por eso hay
especialistas que directamente hablan del fracaso del sistema
carcelario y proponen pensar alternativas. Porque la paradoja es
que en el mundo hay cada vez más gente presa, pero la
resocialización va por la misma vía muerta que en
Argentina. Le estamos pidiendo a la cárcel lo que no
está en condiciones de
hacer¨.[31]

Continuando la historia del penal de Ushuaia hasta
nuestros días, podemos agregar que luego de su cierre
en 1947 fueron transferidos a la Armada
Argentina y desde ese momento las instalaciones del presidio
fueron utilizadas, entre otros fines, como depósitos de
materiales y hasta como cuadra de soldados.

En 1994 una asociación civil ushuaiense
(Asociación Civil Museo Marítimo de Ushuaia)
consiguió que la Armada desafectara del uso militar tanto
el predio como el edificio del presidio, y gracias a la
colaboración de las autoridades y el aporte de fotos y
material de variados orígenes se inauguraron en el
edificio dos museos: el del Presidio, y el Museo Marítimo
de Ushuaia, con las maquetas navales realizadas por el Ing.
Mirón Gonik, parte de la colección del Lic. Carlos
Pedro Vairo; Director del Museo hasta. Otros maquetistas han
tenido gran participación como Carlos Casella,
Ghiringheli, Schmidt, etc. También se exponen en los
pabellones muestras no permanentes relacionadas con distintos
aspectos de la historia de la ciudad y sus pobladores
originarios.

También funciona (desde 1996) el Museo de
Arte Marino Ushuaia,11 que es el primer Museo de Arte de
Tierra del Fuego. En el se puede apreciar todos los artistas
argentinos con la temática relacionada al agua. Así
encontramos a Berni, Soldi, Quinquela Martín, Oscar Vaz,
Lacamera, Daneri, Lazzari hasta artistas contemporáneos.
En otro pabellón encontramos el Museo Antártico
José María Sobral. Este fue inaugurado en 1997 bajo
la Dirección del Dr. Ricardo Capdevila de la
Dirección General del Antártico. Presenta distintos
aspectos de la Argentina en la Antártida y una gran
muestra de maquetas navales de todos los países en su
carrera al Polo Sur. Considerada por la guía Lonely Planet
como: "Perhaps the best collection of the world" (tal vez la
mejor colección del mundo) Lonely Planet "Antarctica"
Capitulo Ushuaia Ediciones 2006 al 2012. La Dirección
Museológica de los cuatro Museos es realizada por el
Licenciado Carlos Pedro Vairo desde la inauguración hasta
la actualidad (2012).

En 1997 el Museo fue declarado Monumento
Histórico Nacional por el Congreso de La
Nación.

En 1997 el Museo Marítimo de Ushuaia
conjuntamente y con el apoyo de la Armada Argentina realizaron
estudios de arqueología en los restos del Faro de San
Juan de Salvamento, más conocido como Faro del Fin del
Mundo por la novela de Julio Verne. Es así como se
levantaron los planos (por parte del ingeniero Miron Gonik) y se
realizó una maqueta a escala 1/1 en el predio del Museo,
más precisamente en el lugar que ocupaba la cocina del
Presidio, demolida tiempo atrás. En su interior se
encuentran los restos del antiguo faro, linternas de
iluminación, etc.[32]

El reconocimiento de la inexistencia de establecimientos
según las palabras del Fiscal Coll, actuante en la causa
Godino surge de sus propias palabras: ¨ Es necesario decir
que se carece del establecimiento que el derecho penal aconseja
apropiado a su caso ¨. Agregamos, lo que no hizo mella para
su pedido de pena.

Estas situaciones se repiten muchos años
después. En 1987 es internado en el Hospital José
T. Borda el psicópata Ángel Velázquez (a)
Chapita, por orden judicial.

Está enfermo de sida, provocando el repudio del
personal, con un paro general de actividades.

Las declaraciones del director interino Dr. Jorge
Fernández Amallo son las siguientes: ¨ La falta de
instituciones para hacerse cargo de pacientes enfermos mentales
con personalidades psicopáticas, acompañadas de un
alto nivel de drogadicción y peligrosidad, como en el caso
que nos ocupa, que generan violencia en cualquier medio, hacen
que un hospital psiquiátrico no sea el continente adecuado
para ellas.

Las propuestas para superar el problema se hallan en
estudio, en esfera del Gobierno, que incluye al Poder Judicial.
Una de ellas podría ser una extensión, un anexo en
el Servicio Penitenciario Nacional u otras instituciones, para
poder internar a pacientes de alto riesgo social, en un marco
adecuado de seguridad; es decir a pacientes no procesados y que
corresponden al fuero civil, para no caer en una figura de
privación ilegítima de la libertad, o bien, en el
futuro, la creación de un hospital psiquiátrico
judicial ¨.

A la luz de los hechos que son motivo de este libro,
pareciera que sería necesario reabrir los portones de la
cárcel de Ushuaia.

Casi un siglo después, las palabras del Dr.
Fernández Amallo suenan con una similitud asombrosa con
otras ya citadas en el caso Godino.

A veces se hace difícil creer que los avances en
la materia hayan sido tan escuetos. La orden judicial para
Chapita Velázquez es similar a la de los jueces De Oro y
Francisco Ramos Mejía.

Esa metamorfosis del discurso judicial no es el
resultado de distintas interpretaciones de una norma
jurídica, ni de la deducción de reglas que cuentan
con un significado a descubrir (como cree el formalismo
jurídico), ni de las decisiones individuales (como piensa
el realismo) sino de un discurso que surge, se modifica y
transforma a través de batallas entre las distintas
instituciones actuantes.

Porque aquí también se advierte que el
cruce de los distintos discursos –psiquiátrico,
administrativo, en el triple espacio de la organización
carcelaria, los establecimientos de salud mental y de
correccionales de menores; policial, moral, educacional,
político-social, habitacional-laboral,
social-inmigratorio, con el drama del alcoholismo, la
drogadicción, la pobreza extrema, hay momentos de avance y
retroceso, hay conquistas precarias y repliegues, hay juegos de
posición, oposición y relaciones de
fuerza.

Así es como se advierte que el destino final del
loco criminal no estuvo en los textos de psiquiatría, ni
en el Código Penal, ni en las normas jurídicas por
más abiertas que se consideren sus texturas, y por
más que la sentencia asegure, bajo la forma de
interpretación, fundarse en forma preexistente sino en los
textos de discursos ausentes o mencionados al pasar.

El ampliamente documentado libro citado ¨ El Museo
del Crimen ¨, que ha sido esencial a esta obra concluye de
este modo: ¨ Godino no ha perdido sus mañas
¨.

La mitología sobre el motivo de su muerte es
variado. Unos dicen que un día se entretuvo martirizando a
unos pequeños gatitos, mascotas de la sección
Carpintería del penal de Ushuaia, hasta darle muerte.
Otros dicen que fue un solo gato, a quien le hundió los
ojos y lo arrojó al fuego de los hornos.

A raíz de ello los reclusos reaccionaron y le
propinaron una feroz paliza. Su débil cuerpo no
logró recuperarse jamás y poco después dijo
basta.

Sin embargo, el certificado de defunción dice que
fallece a causa de una hemorragia interna causada por una
gastritis avanzada.

Pero luego aparece, aunque parezca mentira, un testigo
de los hechos. Santiago Vaca, salteño, en aquella entonces
(2004) estaba por cumplir sus 90 años, regresó a la
capital fueguina para visitar el antiguo presidio, donde estuvo
preso entre 1935 y 1941, época en que compartió
prisión con Godino.

Llegó a la cárcel luego de herir
gravemente a un superior durante el servicio militar obligatorio,
que estaba vigente en aquellas épocas.

Las penosas situaciones en que vivían los
alojados en la cárcel lo lleva a planear la fuga. Dice
Vaca: ¨ Por las noches los presos soportábamos unos
diez grados bajo cero, aún con las estufas encendidas. Era
terrible el frío que hacía adentro del presidio
¨. Junto con el chaqueño Cáceres alcanzaron a
escapar pero fueron recapturados por los guardias, que los
llevaron nuevamente a la cárcel, donde tuvieron que
soportar nuevas palizas por el desliz.

Y en reportaje para Telam , el ex convicto cuenta que
Godino limpiaba las dependencias de la cárcel y los
convictos tenían fundadas sospechas de que era confidente
de los guardias y eso motivó la feroz paliza que lo
llevó a la muerte.

Vaca nos dice textualmente: ¨ No había chisme
en la cárcel que el Petiso Orejudo no supiera y por eso
los presos lo odiaban, porque suponían que era el
soplón de los guardias, hasta que un día no
aguantaron más y lo mataron ¨.

Murió como había vivido ¨.

¿Cómo había vivido? Nació en
1896. En 1904, a los ocho años de edad comete su primera
tentativa criminal.

Entre 1908 y 1911, es decir entre los doce y quince
años de edad se encuentra internado en la Colonia
Correccional de Marcos Paz.

Es detenido cuando contaba 16 años, en 1912, por
el crimen de Gesualdo Giordano.

En principio lo enviaron como enfermo mental al Hospicio
de la Merced y posteriormente, etiquetado como preso peligroso a
la Penitenciaría Nacional o Cárcel de Las Heras en
la ciudad de Buenos Aires hasta 1923, para luego ser trasladado a
su confinamiento definitivo en el presidio de Ushuaia de donde ya
no saldría.

Al cumplir 23 años de prisión se
solicitó su libertad condicional, la que es rechazada
fundando su rechazo en el informe médico del 20 de agosto
de 1936, donde se evaluó la conducta del recluso. En
él se manifiesta que su personalidad anómala,
incapaz de readaptación se ha evidenciado en los distintos
establecimientos donde estuvo recluido, concluyendo que dada su
peligrosidad debe permanecer indefinidamente en el presidio de
Ushuaia, negándose con fecha 21 de septiembre de 1936 su
libertad condicional.

A partir de ese momento estará preso hasta su
muerte en 1944.

Estuvo preso 35 de sus 48 años de
vida.

Nos preguntamos entonces ¿murió como
había vivido? ¿Había, en realidad,
vivido?

Fotografías de Cayetano Santos
Godino

(A) EL PETISO OREJUDO

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Apéndice

Informes médico-legales sobre
Godino

Alegatos de la
Fiscalía

Sentencias absolutorias y
condenatorias

A continuación transcribiremos textualmente los
Informes médico-legales, solicitados por el Juzgado
actuante, los cuales son elocuentes en cuanto dan consistencia a
afirmaciones hechas a lo largo del ensayo.

Primer Informe médico-legal de los Dres. Neri
y Lucero

Miente cuando confiesa que ataca a los niños por
efecto de ¨ un ataque que le da hace como un año y
medio ¨, porque hace siete y ocho años que
lesionó a los niños Miguel Depaoli y Ana
Nera.

Engaña a la madre del primero, mostrándose
como el salvador de su hijo.

Mistifica al agente de policía que le ha
sorprendido mientras golpeaba a la niña Carmen Gittone; y
al padre del niño Giordano, a quien aconseja que se
presente en la comisaría.

Con la misma astucia ya empleada, se salva en el proceso
citado sobre tentativa de homicidio del niño Carmelo
Russo.

Concurre al velatorio del niño Giordano y ¨
le toca la cabecita para ver los efectos del clavo que le
introdujo ¨.Se hace leer una crónica policial sobre la
muerte del niño Giordano y guarda el recorte del diario
que la publica.

Declara que comete los hechos de sangre bajo la
influencia de un ataque que se traduce en deseos de matar y los
incendios para divertirse, para ver a los bomberos. Dice que
hasta hace un año el padre era un ¨ ebrio
consuetudinario que golpeaba a la madre ¨.

Si es cierto lo que dice del padre, el hecho constituye
un factor de primer orden en la etiología hereditaria. Si
no es cierto, la imputación es injuriosa y mide el grado
ínfimo de sus sentimientos filiales.

Los hechos denotan una evidente anormalidad sea desde el
punto de vista criminológico y del punto de vista
psiquiátrico, lo que sólo explica por la
analogía existente entre la delincuencia congénita
y la locura moral.

Son actos ejecutados en plena conciencia probada por la
memoria que revelan sus referencias circunstanciadas, lo que
excluye la suposición de que fueran epilépticos,
porque en esos actos, por ser inconscientes, la amnesia es
constante. Se dirigen contra todos los niños, lo que
elimina la posibilidad de provocación o de agresión
o de venganza o de cualquiera de los motivos exteriores que
determinan los homicidios o las tentativas de homicidio o las
lesiones diversas producidas por individuos más o menos
normales.

Su actitud en el velatorio del niño Giordano
significa que su insensibilidad moral persistía
después de cumplidos los actos de crueldad.

Se corrobora el carácter consciente de sus
impulsos anormales en su mismo enunciado desproporcionados entre
los actos homicidas y propósito de masturbarse, excitado
por el recuerdo de las escenas de crueldad o de divertirse con el
espectáculo de los bomberos apagando el
incendio.

Tales propósitos para la excitación
sensual por el recuerdo se habrían logrado con una sola
tentativa y respecto de la concurrencia de los bomberos, no se
satisficieron sino una sola vez; todo lo cual induce a establecer
perentoriamente la falta de control intelectual normal suficiente
para desvanecerlo o disuadirlo como propósitos superfluos;
esto aparte de toda consideración moral, también
ausente.

Por lo demás, la precocidad sexual y el exceso de
masturbación, el sadismo imaginario o representativo que
lo estimula con signos de observación frecuentes entro los
predispuestos a las psicopatías o entre los degenerados
hereditarios, principalmente entre los débiles de
espíritu y los imbéciles.

Ha estado detenido seis veces en establecimientos
públicos donde pudo y debió ser examinado por
médicos que hubieran diagnosticado su anormalidad, pero el
hecho de que esos reconocimientos no se hayan verificado hasta
ahora, permite creer por su aspecto, por sus expresiones y sus
maneras, no ha sugerido las sospechas de que sea un alienado,
error común y muy frecuente en el trato superficial y
transitorio de los psicópatas por efectos del
desenvolvimiento mental o sea de los degenerados hereditarios,
cuando sus trastornos no llegan al grado visible, ya muy
impresionante de la extrema imbecilidad o de la
idiotez.

El procesa es un muchacho que por su talla
pequeña y escasa corpulencia, por su palabra de
pronunciación algo infantil, su sonrisa inocente y su
expresión fisonómica ordinaria, representa menos
edad de la que tiene.

La falta de vello en el cuerpo y la detención del
vello pubiano en el límite horizontal en vez de
prolongarse hacia el abdomen en una superficie de vértice
superior y mediano ratifican la impresión
anterior.

Por el contrario, el bozo del labio superior, el vello
de las piernas y el desarrollo de los órganos sexuales la
contradicen, con la particularidad de que estos órganos
son de tales proporciones que aún en los adultos es raro
verse.

La flexibilidad simiana de las manos, cuyos dedos se
doblegan hacia el dorso; la viciosa implantación, el
tamaño y las malformaciones de la orejas, que con su talla
le han valido los exactos apodos de ¨ petiso ¨ y ¨
orejudo ¨; la excavación del paladar y la
asimetría no muy notable del cráneo y de la cara,
corresponden a defectos originarios de desenvolvimiento
físico, que en los alienados tiene el significado
clínico de ser estigmas de la degeneración
hereditaria. A este respecto, la doctrina psiquiátrica es
demasiado amplia para ser aplicada en un caso particular y
demasiado elástica para ser desvirtuada por un caso
negativo.

Si en la familia de Godino se hubieran observado
ejemplares, ascendientes o colaterales, de enfermedades nerviosas
o mentales, el carácter hereditario de su estado
sería incontrovertible.

Empero, el interrogatorio minucioso del padre y de la
madre, no autorizan a establecer semejante etiología como
anamnesis positiva. La madre, de aspecto bondadoso, ha tenido
ocho hijos entre los cuales este ¨disgraciato
figlio¨
sufrió en su primera infancia una
prolongada enfermedad de enflaquecimiento extremo, acaso
consecutivo a afecciones gastrointestinales propias de su
edad.

La diferencia de temperamento de los padres y el grado y
la forma de su sentido moral se aprecian en el calificativo
fuerte o tierno con que cada uno designa al hijo procesado. Los
demás y los abuelos y parientes de que se sepan, son todos
morales.

A pesar de lo que se conoce de la
espermatogénesis siempre anterior, nunca simultánea
del acto sexual, desde los tiempos mitológicos, se afirma
la defectuosidad y la predisposición psicopática de
los productos engendrados durante la embriaguez y contra ese
hecho de observación no hay para los tratadistas,
histogénesis en embriogenia que valgan. Por otra parte, la
ignorancia de las genealogías familiares es la regla en
nuestro país, donde aún entre la gente más
culta parece excepcional el hombre que pueda suministrar detalles
sobre su bisabuelo, con la circunstancia irónica muy
sabida de que en los linajes aristocráticos nada hay
más discutible que la autenticidad de la
sangre.

De esta suerte, por coincidir con trastornos
psíquicos notorios aquellos estigmas de la
degeneración hereditaria, adquieren la
significación de ser síntomas somáticos o
físicos de la anormalidad general y mental, que en el
reconocimiento del procesado permite definir en sus elementos y
en su conjunto.

Su actitud en la morgue ante el cadáver del
niño Giordano caracterizó una monstruosa
insensibilidad sobre la natural emoción de las
circunstancias. No mostró sino la repugnancia
física, con hipersecreción y espuición de
salivazos, concordantes con el hecho y la inducción que
antes expresó.

Algunos días después, en el Departamento
de Policía, estaba de buen humor, expresivo y satisfecho
con su celebridad.

Dijo entonces que ¨ sentía lo que
había hecho ¨, pero inmediatamente sonrió
halagado por nuestra observación sobre la publicidad de
sus obras.

Para provocar una emoción contraria, le
preguntamos si no tenía miedo del padre del niño
Giordano y nos contestó que ¨ sí, que
seguramente debía odiarle ¨.

¿Porqué? Su respuesta fue asombrosa de
absurda: Porque cuando lo encontró en el portón de
la quinta Morteño lo engañó,
diciéndole que no estaba allí el chico y que fuera
a la comisaría a dar parte de que se había
perdido.

En el Hospicio, después de tantas conversaciones
y reportajes, prédicas de la malsana curiosidad de que ha
sido objeto, esta actitud ha perdido su prístina
espontaneidad. Sin variar, se ha complicado de moral en frases:
¨ Se tiraría debajo del tren si su madre muriera
¨. ¿Porqué? ¨ Porque trata de sacarlo,
porque le trae cigarrillos ¨ y luego agrega con un acento
declamatorio que hasta ese momento no le conocíamos
¨¡es una madre!¨

Por un ilogismo a parecer de la mayor incongruencia,
declara que no tiene cariño a su padre. Extraño, en
un hijo tan amante de la madre y le expresamos nuestra
incredulidad con pensamientos fáciles, en lenguaje
accesible; pero en su consideración, la lógica de
su sentimentalidad se restablece; no le quiere sencillamente,
porque no viene a verle ni le importa que esté en el
hospital. Toda su afección doméstica se reduce,
pues, a un interés inmediato totalmente pueril, pero que
cualquier niño, ya de siete años, normal, no
manifiesta categóricamente sino con la reticencia cohibida
de sentimientos verdaderos, en cuya expresión no
acierta.

Con igual inocencia explica el arrepentimiento de sus
actos horribles ¨ porque lo han tomado y no lo sueltan ¨.
No está persuadido de su crueldad y emite esta excusa,
para nosotros sintomática, de ¨ que no mataba a todos
los chicos que agarraba ¨ sino que algunos los llevaba de
nuevo a su casa y ¨ jugaba con ellos ¨.

Ante la observación común de que los
niños y los hombres no juegan sino entre iguales de edad,
de clase, de gustos y tendencias, esta circunstancia de que
jugara con los pequeños contribuye a clasificarlos entre
ellos.

Si recobrara la libertad se iría al campo y no
repetiría los hechos ¨ porque volverían a
detenerlo¨. Analizada su afición al campo se descubre
que responde a su aspiración de independencia sin
vigilancia.

En el Hospicio está al acecho de un descuido de
los enfermeros y ya una vez ha sido sorprendido mientras
maltrataba a un inerme paralítico.

Uno de sus cuñados que va a proporcionarle ¨
un defensor pagado ¨, uno de nosotros que le obsequia
cigarrillos; el médico de sala que ¨ también es
muy bueno porque manda que le den leche ¨ atraen sus
predilecciones.

En el Departamento de Policía estaba excitado. En
el Hospicio, al principio estaba deprimido y ahora, a mediados de
enero, ha vuelto a excitarse y a tal punto, que según su
enfermero ha sido necesario contenerlo con una media camisa de
fuerza, después de una escena de amenazas y vociferaciones
por cualquier motivo. El estado emocional tiene
repercusión, o acaso origen, en el instinto
sexual.

El impulso del procesado se acompaña, no
sólo de deseos de matar, sino también de deseos no
calificados, que han de creerse sexuales, en cuanto a los actos
de crueldad eran seguidos de masturbación. Interrogado al
respecto, se confirma en efecto, que eran deseos sexuales,
indiferentes al sexo de la víctima y solo conducentes a la
masturbación, estimulada por la evocación de las
imágenes dolorosas, principalmente por las convulsiones
asfíxicas.

Los deseos simultáneos de matar parecen
independientes, según hemos conseguido percibirlos por
medio del interrogatorio, de resultados muy discutibles sobre ese
punto, que exige un análisis demasiado penetrante para la
mentalidad del examinado.

Se cumplieran o no, el estímulo masturbatorio se
producía, si bien con superior eficacia si la muerte se
había logrado como en el caso del niño Giordano, el
cual le procuró mayor satisfacción que los
demás.

Este sadismo tenía consecuencias nuevamente
masturbatorias.

En ninguna ocasión llegó la
polución ni siquiera al contacto sexual con la
víctima. La masturbación resumía todas sus
apetencias sexuales y con el mayor extremo, tres veces diarias,
dice, desde la temprana edad de ocho años.

En la esfera intelectual se comprueban fenómenos
análogos que denotan, como los de la esfera moral, faltas
o defectos de desenvolvimiento. Inseparables en la unidad del
espíritu, ambas órdenes se tocan y confunden de tal
modo que casi no es posible descubrir elementos
psicológicos que no sean comunes o limítrofes de
los dos.

La atención, sin embargo, no está
debilitada según se estima en el número de errores
que comete al contar una cantidad de puntos agrupados en forma
irregular y en la continuidad de sus respuestas al
interrogatorio, sin distracciones. La memoria de los hechos, del
tiempo y de los lugares, se halla comprobada bajo el mayor
control en el sumario, donde salvo una o dos equivocaciones sobre
la sucesión de los hechos de sangre, la exactitud de sus
referencias resulta siempre establecida.

Pero fuera de estos elementos primordiales, cuya
observación se comprueba en los débiles de
espíritu y hasta en muchos imbéciles, todas las
funciones intelectuales están disminuidas y pervertidas,
desde la atención razonante hasta la espontaneidad de las
ideaciones.

La memoria de los nombres de lugar contrasta con las de
los lugares mismos y por esta discordancia recuerda que en tal
sitio ocurrió tal hecho, pero aunque sea calle de su
barrio o de sus correrías diarias, ignora el nombre, lo
olvida y lo confunde con los más análogos de
pronunciación o de figura.

Como se comprende, caree de ideas espontáneas que
no sean las derivadas de su sensibilidad demorada según lo
hemos indicado, por la emotividad patológica y por la
desafección.

En los prolongados interrogatorios a que lo hemos
sometido, ni una sola vez conseguimos el propósito de
despertar su curiosidad, a fin de que se le ocurra una pregunta
que significa siempre una idea, una función intelectual
superior.

En el estado mental de los imbéciles, de los
idiotas y los dementes, la consecuencia, el último
término de estos trastornos y defectos, viene a ser la
ausencia de toda forma de la personalidad, dócil a la
inclinación del momento, sin raíces de familia y de
trabajo, sin acentos de afectos y de acción y sin modos de
ambiente y de vida interior.

En el hecho, el sumario y el interrogatorio lo definen:
no hay personalidad, sino la de un vagabundo.

El diagnóstico:

El diagnóstico se impone: los estigmas
psíquicos y físicos, a saber: las malformaciones y
la inadaptabilidad doméstica, escolar y social lo
clasifican como un degenerado hereditario.

La desafección o propiamente inafección,
falta de afectos, la extrema limitación de la inteligencia
y todas las cualidades de la personalidad sentimental y racional
y los trastornos y perversiones de la conducta, lo definen como
un imbécil.

Los términos anteriores, la impulsividad
mórbida pero consciente, el carácter delictuoso de
sus actos y su aberración sexual lo califican de loco
moral.

Se diferencia del epiléptico, homicida o
incendiario por la conciencia y la memoria del impulso
destructor; del maníaco razonante por la diversidad de los
síntomas denominados de obsesión y de
impulsión y del psicópata criminal o delincuente
congénito por el grado de imbecilidad y por uniformidad de
delitos y los móviles.

Las conclusiones:

Las conclusiones del estudio expuesto son
categóricas:

1º. El procesado Cayetano santos Godino es un
alienado mental e insano o demente en las acepciones
legales.

2º. Es un degenerado hereditario, imbécil,
que sufre de locura moral por definición, muy peligrosa
y

3º. Es irresponsable.

En estas tres afirmaciones quedan contestadas las
preguntas primera, tercera y cuarta que V.S. tiene a bien
dirigirnos.

La segunda, sobre si el examinado tiene condiciones para
el trabajo, está subordinada a dos condiciones en cuanto
pueda relacionarse, sea con el trabajo libre, sea con el trabajo
en reclusión. Para el primero, su ineptitud está
probada y explicada. Para el segundo, es posible que bajo un
régimen inteligente se aplique con éxito a los
trabajos subalternos de cultivo agrícola o de manufactura
fácil, compatible con la actividad limitada de los
imbéciles.

La quinta, sobre si debe ser aislado, suscita una
inmediata contestación afirmativa, prevista por la ley
civil, que autoriza la reclusión de los alienados
peligrosos (artículo 516 del Código Civil), entre
los cuales el procesado está calificado por el juicio
correspondiente de internación, que puede y debe ser
iniciado a la brevedad.

Segundo Informe médico-legal de los Dres.
Cabred y Esteves

En las emociones de ternura y afección, presenta
una laguna muy grande. No siente cariño hacia los miembros
de su familia; parece tener una excepción con la madre, a
quien dice que quiere, pero sus demostraciones a este respecto
son muy escasas.

Cuando aquella lo visita, la recibe fríamente y
es necesario que se acerque a él y le abrace para que
é haga lo mismo.

No le causa extrañeza ni contrariedad el hecho de
que su madre deje pasar los días reglamentarios sin
visitarle. No se acuerda espontáneamente de ella, de su
padre y de sus hermanos. Tampoco recuerda haber tenido
amigos.

En cuatro meses que lleva de permanencia en el
pabellón, no se ha vinculado con ninguno de los
compañeros, y si lo ha hecho con uno de éstos, ha
sido para conseguir que maltrate a otro asilado más fuerte
que él y a quien tiene odio o miedo.

El sentimiento de piedad falta en Godino, como se
comprueba por el número y clase de sus víctimas;
por la manera en como ha llevado a cabo sus homicidios, por los
actos posteriores a estos y por la falta de
remordimiento.

En efecto, después de internado en este asilo ha
puesto nuevamente de manifiesto la ferocidad de sus instintos.
Por un motivo nimio, acometió a traición al enfermo
paralítico Tomás Hull, en el momento en que
éste se encontraba en el servicio sanitario y cuando
Godino creía no ser observado por el personal de
vigilancia. Sujetó al alienado por el cuello y le dio
varios golpes de puño en la cara, sosteniendo enseguida
una lucha con el enfermero que se interpuso, a quien
aplicó un fuerte puntapié en el vientre.

Algún tiempo después, el enfermo Felipe
Cervinara, que estaba en cama muy debilitado e incapaz de
defenderse hizo a Godino una ligera observación sobre la
luz de la sala que ambos ocupaban, lo que bastó para que
se lanzara sobre él, sujetando con su mano izquierda la
derecha del enfermo y con su propia derecha le apretó
fuertemente el cuello. La oportuna intervención de un
enfermero, impidió la estrangulación de
Cervinara.

Carece de sentimientos religioso. No sabe lo que es Dios
y si hay una vida futura. A mayor abundamiento, damos a
continuación el resultado de uno de los muchos
interrogatorios a que lo hemos sometido; sus respuestas, iguales
a todas las referentes a este punto, indican el estado de su
sentido ético.

Dres. ¿ Es Ud. un muchacho desgraciado o
feliz?

Godino: feliz.

Dres. ¿No siente Ud. remordimiento de conciencia
por los hechos que ha cometido?

G: No entiendo lo que Uds. me preguntan.

Dres: ¿No sabe lo que es
remordimiento?

G: No Sres.

Dres.: ¿Piensa Ud. que tiene derecho a matar
niños?

G: No soy el único, otros también lo
hacen.

Dres. ¿Porqué mataba Ud. a los
niños?

G: Porque me gustaba.

Dres, ¿Porqué buscaba Ud. los terrenos
baldíos o una casa deshabitada para cometer sus
atentados?

G: Porque así nadie me veía.

Dres: ¿Porqué Ud. huía
después de matar a los niños y de producir los
incendios?

G: Porque no quería que me agarrara la
policía.

Dres. ¿Con qué objeto fue Ud. a la casa
del niño Giordano el mismo día que lo
mató?

G: Porque tenía deseos de ver al
muerto.

Dres. ¿Con qué objeto le tocó Ud.
la cabeza al muerto?

G: Para ver si tenía el clavo.

Dres. ¿Piensa Ud. que será castigado por
sus delitos?

G: He oído decir que me condenarán a
veinte años de cárcel y que si no fuera menor de
edad me pegarían cuatro tiros.

Dres. ¿Se animaría Ud a matar algunos
niños o idiotas del Hospicio de las Mercedes?

G: Sí Sres.

Dres: ¿En qué parajes los
mataría?

G: En la quinta del Establecimiento porque así no
me verían.

Dres: ¿Cómo haría Ud. para
matarlos?

G: Les pegaría con un palo en la cabeza y lo
dejaría al lado del niño para hacer creer que el
palo se había caído de casualidad en la
cabeza.

Dres: ¿ Dónde le gusta más a Ud.
vivir: en este asilo e en la cárcel?

G: En la cárcel.

Dres: ¿Porqué?

G: Porque aquí están los locos y yo no soy
loco.

La conducta de este sujeto, antes y después de su
internación en el Hospicio de las Mercedes muestra que su
voluntad se caracteriza por la energía, y que tiene
además conocimiento de sus determinaciones.

En esos actos se ve la voluntad recorrer las etapas de
la deliberación y de la decisión, antes de llegar a
la tercera o sea la de la ejecución.

Así se ha observado que tanto en sus tentativas
de homicidio como en los hechos consumados ha estudiado
previamente a sus víctimas, eligiendo los incapaces de
defenderse, más por sus pocos años y otros, como
Laurora, por su timidez; que para estrangular llevaba siempre un
fuerte cordón; que ha adoptado una serie de cautelosas
medidas, caramelos a los niños, elección de
terrenos baldíos y de casas deshabitadas, tendientes a
asegurar la mejor realización de sus actos; que cuando
estas precauciones no resultaban suficientes abandonaba a los
niños; que en la ejecución de algunos de sus
homicidios procuraba llegar a la finalidad de sus deseos, no
sólo estrangulando con el mencionado cordón, sino
también perforando el cráneo, para lo cual se
alejaba momentáneamente de su víctima en busca del
instrumento necesario; que después de realizados o
fracasados sus siniestros propósitos trataba de eludir la
responsabilidad ora dándose a la fuga, aunque sin perder
la serenidad, ora simulando ante la familia del herido el papel
de denunciante o de salvador.

Detrás de este impulso homicida o incendiario, no
existe embriaguez alcohólica ni epilepsia ni idea
delirante ni alucinación o ilusión de sus sentidos
ni propósito alguno interesado.

Los actos son producidos por una tendencia
anómala, destructiva y sanguinaria de su mentalidad
inferior y en su realización encuentra placer.

Es la ausencia del sentimiento de piedad, de
sensibilidad moral o de sentido ético, lo que explica el
mecanismo de sus impulsos, pues debido a ello, cuando surge el
deseo de matar o de incendiar, no aparecen en su conciencia
tendencias antagónicas y por eso no se produce la
interferencia inhibitoria o suspensión del
acto.

Falta así la función frenadota de los
sentidos.

Su anómala constitución psíquica y
en el medio que ha vivido, el conventillo y la calle, que le ha
puesto en contacto con elementos de índice moral muy bajo,
permiten explicar la siniestra y activa aplicación que ha
tenido su morbosa actividad, haciendo de él un inadaptable
a la vida social.

Su precocidad delictuosa es muy grande y demuestra
también el carácter patológico de la misma,
pues en 1904, a los ocho años realiza su primera tentativa
de homicidio.

Este tipo psicológico tan inferior, es un
producto de la degeneración.

El degenerado es, efectivamente, según la
clásica definición de Morel, un ser que se
desvía morbosamente del tipo normal de la humanidad.
Debido a ello hay una degradación que reduce la mentalidad
humana a sus elementos más simples, o sea los
instintos.

Desde este punto de vista, Godino es un monstruo moral,
verdadero salvaje, que como un salto atrás en la
evolución, reaparece ávido de sangre, en nuestro
medio civilizado.

En psiquiatría, esta profunda degeneración
mental se clasifica con los nombres de idiotismo, de digenesia
psíquica y de frenastema.

La anatomía patológica, al estudiar el
cerebro de estos seres, comprueba grandes anomalías en el
peso, en la morfología, en el número y
disposición de los elementos de este órgano
(células y fibras), lesiones que están generalmente
en relación con el grado de déficit
psíquico.

El carácter degenerativo de tales lesiones,
explica igualmente la incurabilidad del idiotismo. Este comporta
varios grados: el profundo, el mediano y el leve, que permiten
clasificar, también en tres grupos especiales, a estos
degenerados inferiores. El primero lo conforman los idiotas
propiamente dichos, el segundo los imbéciles y el tercero
los débiles mentales. Godino es un imbécil y por lo
tanto un alienado.

Como tal es absolutamente irresponsable de sus
actos.

Como su peligrosidad es grande, se impone la necesidad
de mantenerlo hospitalizado por tiempo indefinido. En efecto, el
tratamiento médico pedagógico y la vigilancia
continua, mejorarán un tanto su anómala
constitución psíquica y evitarán nuevos
homicidios.

Pero teniendo en cuenta lo congénito de su
invalidez cerebral y su monstruosa aberración, no cabe
esperar una regeneración suficiente que permita
algún día, sin grave riesgo, devolver a la
sociedad, a este degenerado constitucionalmente
antisocial.

Conclusiones:

El estudio que antecede autoriza, pues, a formular las
siguientes conclusiones con que se contestan uno por uno, los
puntos sobre los cuales tienen los suscriptos el deber de
informar.

1º. Que Cayetano Santos Godino se halla atacado de
alienación mental.

2º. Que su alienación mental reviste la
forma de imbecilidad.

3º. Que esta imbecilidad es incurable.

4º. Que Godino es totalmente irresponsable de sus
actos.

5º. Que presenta numerosas anomalías
físicas y psíquicas.

6º. Que carece de condiciones para el trabajo
disciplinado.

7º. Que tiene noción de la responsabilidad
de sus actos, lo cual se observa en muchos alienados.

8º. Que es un impulsivo consciente y extremadamente
peligroso para los que lo rodean.

9º. Que debe permanecer indefinidamente aislado en
el mencionado manicomio en que se encuentra, en la Sección
de Alienados llamados delincuentes o en una sección de
esta clase que se establezca en un asilo especial para
idiotas.

El alegato de la
Fiscalía

Sr. Juez:

El caso de Cayetano santos Godino ha conmovido
hondamente a la sociedad porque sus crímenes hieren los
sentimientos más puros y delicados del espíritu: el
amor a la niñez.

Godino es un asesino de niños ¿Se puede
ello concebir?

La monstruosidad es tal que solo la mente, ante la
realidad de los hechos, puede aceptarla y aún así,
sólo en la patología, búscase una aproximada
explicación.

Efectivamente, lo que puede llamarse la criminalidad
ordinaria aún en aquellos hechos que por su
alevosía o premeditación impresionan mayormente,
tiene su rigen en la exaltación de las pasiones, pasiones
o intereses comunes a los hombres que arraigan en todo
corazón humano. Pero estos hechos desorientan al legisla,
al antropólogo desde que no hallan en su propio
espíritu el reflejo de los móviles.

Es un caso totalmente objetivo, único, no
obstante el parentesco que lo liga a esa extensa familia humana
en la que el instinto sexual predomina de tal manera que
empobrece los demás aspectos de la personalidad, a la cual
gobierna por entero.

Pero no debo adelantar juicio, pues este tipo de
criminal, a fuer de simple y primitivo, levanta la
discusión de todas las teorías, las que fundamentan
la materia penal como la responsabilidad y la que sintetiza todos
los problemas: el régimen carcelario.

No ha de extrañar, entonces, que el criterio sea
controvertido. Más aún, no debe existir disparidad,
porque aparte de un principio admitido por todas las escuelas que
se ha dado en suponer la creación de las más
modernas teorías de Derecho Penal: ¨La Defensa
Social¨, en cuanto a las demás, todas las
hipótesis pueden sustentar la ley, siempre que ésta
no se adultere.

Las leyes, surgiendo de los hechos sociales, basadas en
los principios reinantes en esa época se expresan por
vocablos que tiene un sentido ajustado al concepto de tiempo en
que se dictaron, pero las ciencias que siguen su marcha de
investigaciones no se cuidan de esa inmutabilidad de la ley; por
eso es que al andar de pocos años, han cambiado los
principios que fundamentan las leyes, sin que su forma
varíe.

Tal sucede, por ejemplo, con las ideas de
responsabilidad y de locura, cuyo estricto significado legal y
científico debe acordarse para la resolución de
este caso.

Esta es la tarea que se presenta a la
consideración de V.S., tarea de legista moderno que no ha
de sacar sus conclusiones de los viejos textos, achaque que
sufren los magistrados de parte de los médicos y
psiquiatras que estudian estas cuestiones, sino de acuerdo con la
ciencia penal, abarcando ampliamente los conceptos, a fin de no
caer, como los especialistas, en exceso de hipótesis,
puesto que en ellas no pueden concretarse leyes
positivas.

Considero inútil hacer un relato detallado de los
delitos.

Aunque es de práctica que la requisitoria fiscal
describa los horrores del crimen, V.S. me eximirá de ello
pues considero que el Ministerio Público no debe ahondar
aún más la conmoción social que los hechos
produjeron, haciendo un comentario patético de
ellos.

Sería eso admisible si la palabra fiscal hablara
al Jurado y necesitara impresionar el corazón de los
jueces profanos teniendo de su parte a la opinión
pública; pero siendo nuestro procedimiento judicial
más avanzado y concorde con la ciencia penal, entiendo que
el Ministerio Público al dirigirse al Juez de derecho,
necesita ser más convincente que impresionante,
argumentando con los señores médicos de Tribunales,
Doctores Negri y Lucero y los especialistas Dres. Cabred y
Estéves.

Es de suponer, ante esta última
designación, que V.S. dedujo que el procesado
padecía de enajenación mental.

Mereciéndome el más alto respeto la
opinión de V.S. así como también la
preparación de los médicos que han informado, debo
manifestar que considero fuera de lugar la cuestión de la
responsabilidad planteada.

Pasaré a exponer las conclusiones de esos
informes, a fin de estimar después su valor, bajo el punto
de vista del derecho penal.

El informe del Sr. Víctor Mercante manifiesta que
la educación refleja, o sea del ambiente, ha sido negativa
a Godino, influyendo perniciosamente en la formación del
carácter, el medio social, la educación escolar y
sistemática no ha podido influir tampoco por su
inadaptabilidad al medio escolar, por carecer de atención
espontánea siendo ésta la denominada inestable. Por
ello sus conocimientos son escasos.

Las condiciones físicas son igualmente
deficientes.

Es notable la infantilidad física de algunos
caracteres, junto a otros que parecen de una adultez
prematura.

Su mano al escribir algunas palabras es firme y corre
rápida, no obstante su falta de educación. Sus
sentidos revelan un grado de agudeza superior a la
educación que ha recibido. La memoria es excelente,
revelando en los ejercicios de la tabla de figuras de Pizzoli un
promedio superior al que arrojan nuestras estadísticas en
grados superiores.

La capacidad de reaccionar es la de un tipo normal, sin
dislogias, absurdos ni procesos difíciles, de suerte que
Godino distingue perfectamente los hechos malos de los buenos,
pero le falta la aptitud de sentirlos, es decir, emoción
afectiva.

La capacidad de imaginar, experimentada en la tabla 18
de Pizzoli es perfecta.

En forma que desde el punto de vista de la inteligencia,
excluye toda la probabilidad de una imbecilidad o de un
fronterizo de esta familia.

En cuanto a la capacidad afectiva, puede decirse que es
tipo característico de idiotez afectiva total, el signo de
criminales peligrosos, estigma de degeneración
moral.

Consideraciones deductivas:

Expuestos los hechos y su prueba, con especialidad la
pericial, por la índole del sujeto procesado corresponde
apreciar las observaciones y afirmaciones científicas
aducidas, sea para admitir o rechazar sus conclusiones, sea del
punto de vista esencialmente jurídico de las leyes
positivas.

Admitido como está, incontestablemente, que los
magistrados pueden discrepar con las conclusiones de sus peritos,
siendo las afirmaciones de éstos una prueba que puede ser
contestada o controvertida, de la cual tiene la libertad de
apartarse si no estuvieren de acuerdo con las teorías o
doctrinas que sostienen, estudiaré las siguientes
cuestiones:

  • 1. El sujeto criminal

  • 2. Imbecilidad y locura moral

  • 3. La responsabilidad

  • 4. La alienación mental y la ley
    penal.

  • 5. El concepto moderno de la pena y la
    psiquiatría criminal.

El sujeto criminal

Los horribles hechos criminales cometidos por Godino, su
reiteración y manifestación precoz de sus
instintos, así como el examen somático, nos revelan
evidentemente al degenerado (en la acepción común
del término) al tipo anormal congénito.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6
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