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El león de Ala, el romancero gitano de Angelillo de Uixó



  1. Los
    rumis huido de la escuela
  2. Nayara
    y Pari Bubu
  3. El
    Hammam de Torres- Torres

Advertencia del autor: EL siguiente relato
puede herir la sensibilidad a los del barrio de Texas de Vall
d´uixó.

Dedicado a Pilar Carot, bibliotecaria de
vall d´uixó y víctima del PP que se va
trabajar a Bélgica.

Los rumis huido
de la escuela

Grupo de farandules latinajos de Vall
d´Uixó sobre un descampado. El lugar amarillento y
yermo. Una casetucha donde anidan cucarachas hecha de palets y
colchones entre unos matorrales queda escondida. Varios
cráneos de perros medio enterrados asoman blancos . Restos
de chatarra de motocicletas, coches y bicicletas le dan al lugar
un aspecto fantasmagórico y violento. El paraje: desolado.
Olor a aceite y gasolina se mezcla con el rancio olor humano de
lo que hubiera sido la futura clase proletaria venida a la
inhumanidad con crisis. El momento discurre bajo el un sol
criminal que vuelve funestos los pensamientos. No son los
jardines de Aranjuez el PAI de los hermanos Ventura
próximo al barrio de texas. Los aviones de pasajeros
vuelan sobre un cielo infinitamente azul llevándose del
país a los afortunados cómo Pilar Carot, la que
fuera bibliotecaria de vall d´uixó, que dice
adiós a España con un pañuelo y un clavel
rojo en el pelo desde la ventanilla supersónica de su
avión. El ambiente cargado de gasolina nazi destila ansias
de cruces, amapolas, sangre, navajas y muerte. Del barrio de
Texas llega el ruido de las palmas y los ayes.

-Ay, Ay, Ay, el señor, el
señor- coro de cantos y danzas gitanas.

Los muchachos que se yerguen sobre el
descampado, pese a ser más o menos de España,
tienen la pose y la mala forma corporal de la etnia calorra, y un
recuerdo fantasmal a los niños de las favelas de Brasil de
Ciudad de Dios. Los púberes fracasados de la Esso se
muestran a pecho descubierto. Exhibicionistas en posición
de apologistas de la teología de la fuerza macarra
manifiestan los abdominales sobre el descampado por urbanizar de
los hermanos ventura. Caciques nuestros que da la tierra,
cómo en otras da cacaos, café o avellanas. La
nuestra: caciques. Observan los jóvenes macarras las
ventanas de la escuela con desprecio y odio asesino del nihilista
dadaísta antisistema, grupo terrorista del que forman
parte los chonis del barrio marginal de texas sin saberlo. En
ella su profesor, víctima de los recortes y su mujer que
de la que se ha divorciado bastante mal, explica a los que han
acudido a clase la guerra franco- prusiana empleándose de
argamboys para ilustrar los horrores de la guerra.

-Mirar lo que hacían los soldados
prusianos a los franceses- les dice el maestro cogiendo un
argomboy y arrancándole la cabeza de un bocado. Los
niños se tapan con las manos la cara gritando: el horror,
el horror, el horror. Mientras el profesor va derribando
argamboys y haciendo con la boca el ruido de los
cañones.

– Bum, bum, bum, a tomar por culo todo.
Mandadme franchutes otro batallón de jeipermans, que os
espero- grita disfrutando de lo único que le da sentido a
su vida: su trabajo. El profesor va matando muñequitos
franceses sin parar. El bosnio, uno de los latinajos fugado de la
lección de historia, gira su cabeza rapada y observa con
sus ojos achinados la avenida suroeste de Vall
d´uixó. Bulevar marginal repleto de bares donde se
encuentra su padre. En el bar habla el padre con gravedad de
borracho sobre Franco y el exterminio de los moros que han
arruinado el país. Le acompaña un grupo de
patrióticos que les caen las lágrimas ante la
grillada televisión que se burla de ellos con el cinismo
documentalista de los contertulios de la primera.

-Oh pisa, lo que haría yo si mandara
en este país es matar a todos los moros y maricones-
explica el padre del bosnio rompiendo un palillo entre los dedos
que cae a la barra del bar.

Con la cabeza asiente el otro farandul
tragando cerveza y eructando. Añade tras la
expulsión de los aires:

-A tomar por culo con los moros. Ni uno
vivo, ni uno vivo, pisa. Todo ha sido culpa de Zapatero. Si mi
general levantará la cabeza.- con gesto triste deja caer
Amalio su cráneo de foca calva y grande que con brusquedad
de bota alemana sobre el pavimento hace castañear la
barra. Balbucea a modo de nanas unas blasfemias inteligibles
contra mahoma.

-Se ha dormido, ángel mío-
exclama el padre del bosnio al ver a la foca dormitar.

El hijo de la foca también se halla
con la compañía del bosnio en el descampado. El
Lenteja, latinajo gachupin moreno y peludo de 16 años, ya
repleto de odio y de rencor de insuficiente fracasado de la Esso
por todavía no haber explotado su trastorno bipolar. Tira
el inhumano, futuro enfermo mental, una piedra a una lagartija y
la mata. Sobre las rocas esparcidas del descampado suena el
único acorde que emitirán las manos del lenteja, la
pedrada furiosa y mortal contra una roca, ningún otro
sonido tendrá su existencia. Luego: la calma de las
pastillas psiquiátricas.

-Tira a la farola- exclama el
piraña. Explota el cristal de una farola sonámbula
en medio de un descampado sin urbanizar, con aceras a medio hacer
de lo que un día sería el hogar, quien sabe si
hasta de un moro y su morería. El grupo de farandules se
ponen sus sudaderas con capuchas y se embozan los rostros. Los
embozados pedalean con sus bicicletas montain bike para ir a por
algo de drogas para pasar una mañana aburrida.

La ancianidad de Texas juega a la petanca.
Octogenarios encorvados, de pellejos flácidos, calvas
laureadas, barrigas de sapos, ojos con cataratas, tiran la bola
de hierro tras mucho pensar en la distancia y en cómo
corregir los defectos de percepción de sus vistas seniles.
Lanzan haciendo piruetas acrobáticas para no caer al suelo
y el golpe de la bola cae sobre su mala conciencia de haber
pasado la tarde anterior con prostitutas de 15 años, hijas
de obreros en paro que por un billete les masturban con la boca o
la mano para drogarse en las discotecas. El horror, el horror, el
horror.

Junto a la petanca llegan los embozados
ciclistas junto a otros embozados malcarados, llamados los
chungos, que están serios, tatuados y sentados en un
escalón escuchando música rap. La guardia civil
hace ronda. Pasa con indiferencia ante menudeo de drogas. Las
órdenes de la guardia civil y que demuestra que no son
tontos: dejad que se maten entre ellos, así menos faena
tendremos nosotros.

Kepsu ¿qué tienes por
ahí?- pregunta el bosnio a un cobrizo con rostro de
cigala.

-Tengo cuatro tripis Hirosima, dos Asterix,
y cinco Matrix– saca un tubo con cierre electrónico y lo
abre diciendo con la voz el pin: Ábrete
sésamo.

El piraña, el lenteja, el bosnio, el
Lalo, se miran. Las capuchas que se mueven
afirmativamente.

– ¿Cuanto?- pregunta el
piraña.

– 20 euros el lote.

Los embozados hacen una
recolecta.

-Kepsus faltan 5 euros, ¿nos
fías?- pregunta el lenteja.

-Si me consigues un cita con tu prima para
que me la folle, se fía- negocia el kepsu.

-OK, Ok- es mi novia, te la paso
mañana- se adelanta a decir el piraña cogiendo las
pastillas del tubo que suelta el kepsu mientras el lenteja le da
15 euros. El trato se cierra tocándose los pulgares tres
veces y golpeándose los nudillos de los puños al
grito: Eminet.

Los embozados cogen las bicicletas y van
bajo un algarrobo donde pía un gorrión. Allí
toman las pastillas. Las malas hierbas les rodean, la
visión horrorosa de los solares yermos se apodera de su
pensamiento cacofónico. Las imágenes de los
pensamientos desordenados se suceden por las drogas. Desfilan
embozados, raperos, sus padres cortando con hachas moros con la
cara de Bin Laden con las que confeccionan sus madres mermeladas
que venden en el mercado del viernes. Los gitanos cantan bajo un
toldo con los colores del arco iris: a euro, a euro, que me
quitan la mermelada de moro de las manos. Estas ideas se mezclan
con la música siniestra de los gitanos del barrio cantando
a la muerte, y a la violencia contra los moros. Se elevan sus
tasas cardiacas y les entra sequedad en la garganta. La mente en
blanco durante unos 10 minutos de pesadillas psicóticas.
Poco a poco van regresando los chonis de su viaje terrorista
hacia: el horror, el horror, el horror de la realidad ambiental.
Las chicharras cantan la canción del cuchillo. El ambiente
de descampados, pobreza, malas hierbas, calor, pulgas, conejos,
invita a la locura homicida.

Nayara y Pari
Bubu

Cerca de una balsa de riego, donde el agua
estanca refleja la sombra de unas palmeras,

un par de moras pasan en un acto de
rebeldía tras fugarse del cura Recaredo Centelles saltando
por la ventana del aula de religión. En Vall
d´uixó, se les obliga a los moros a asistir a clase
de religión cristiana para que se integren en la sociedad.
Las chicas gráciles y esbeltas oliendo a jazmín
pasean hablando a lo Cosmopolitan.

– Nayara ¿que te dijo Hassan? Ayer
te vi con él- le pregunta intrigada y con sonrisa
picarona.

-Me dijo que le gusto, que quiere volver a
Marruecos para encontrar un trabajo, ya que en España no
hay, y volver a rescatarme de este horroroso país de
infieles incivilizados fascistas- le dice llena de ilusiones la
chica Nayara, de marfílicos dientes y mirada vivaz,
imaginado su tierra que nuca ha visto, pero de la que sus padres
le llenan la mente a la hora del kuskus.

Nayara- recuerda lo que le dice su madre en
las comidas- en Marruecos la gente trabaja mucho, por poco, pero
vive en armonía y en paz, cómo los comunistas. El
clima es calido y las palmeras el doble de grandes que las de
España. Entre sus hojas hay monos que están muy
ricos en el kuskus. Ojala Nayara pronto podamos volver. Fue un
error venir a España. Tu padre cómo sabes no es muy
listo, por eso nos trajo aquí. En este lugar solo hay
rumis y una democracia fracasada que es peor que nuestra
monarquía absolutista. En España solo
vivirán bien cuando vuelvan a tener un monarca cómo
Hassan que imponga mano dura, y el Islam sea la verdadera
religión. Oh Nayara, Nayara. ¿ Qué nos ha
hecho el insensato de tu padre?

-Oh Nayara, cuanto te envidio por tu dulce
amor con Hassan y tu prospero futuro. El profeta sin duda te ama.
Hassan es un apuesto muchacho, y muy fuerte. Seguro que encuentra
la forma de volver a Marruecos y volver a por ti. Mis padres no
quieren irse, todavía no se el porque. Además, yo
no he encontrado a nadie a quien amar, casi no quedan ya moros en
Vall d´uixó ¿donde escogeré marido?-
le dice su amiga Parí Bubu con algo de envidia y
melancolía.

Y ¿ese apuesto chico con turbante
que te pide amores al lado de la mezquita de la avenida suroeste
en las noches de luna menguada cuando sus cuernos sus mayores?-
le pregunta Nayara mostrando sus blancos dientes y agarrando de
la grácil cadera a la hermosa Pari Bubu para
consolarla.

-No es moro aunque lleve turbante. Es un
antisistema ateo de ideas Estalinistas que quiere exterminar a
los rumis españoles y establecer un califato basado en una
economía comunal de agroecológica y bombas
nucleares que apunten a Estados Unidos, Japón, China y
Rusia. Por las noches bajo las estrellas, me explica sus
proyectos porque piensa que soy de al qaeda. Me habla de
terrorismo en vez de hacerme el amor. Los españoles son
así, no tienen pasión. No les gustamos las mujeres,
solo piensan en el comunismo.

Oh Pari Bubu cuanto lo siento. No
tenía ni idea de lo desgraciada que eres.

Las dos chicas se abrazan envueltas en
lágrimas.

  • Oh Nayara tengo que decirte algo- Pari
    bubu se desabraza y se seca las lágrimas. Sus brazos
    se sienten cansados y tiene una extraña
    sensación fría nacida del terror.

  • Dime Pari bubu ¿qué te
    pasa?

  • ayer tuve un sueño premonitorio.
    Salía este lugar y esta situación Nayara. Esto
    ya lo he vivido antes. Dentro de un momento las dos
    sufriremos horriblemente a manos de unos rumis. Nos
    intentaban violar y asesinar cómo las niñas de
    Alcàsser.

  • Pero Pari Bubu, ¿qué me
    dices? Si mi horóscopo decía que hoy lo
    pasaría muy bien y conocería a gente
    interesante – le dice Nayara muy asustada.

  • No Nayara, ese no es el destino de hoy.
    Pero tranquila, que al final nos salvamos. Seremos totalmente
    libres cuando este hecho despierte al León de Ala.
    Sigamos esta senda- le indica a Nayara Pari Bubu.

Por una senda que sube a la ermita de San
Antonio se adentran las dos princesas moras en silencio,
aceptando su destino de mártires de Ala. Desde la
garrofera los embozados las observan y se van hacia
ellas.

El lenteja las para y es el primero en
increparlas:

¿Qué tenemos aquí,
unas moras ?- Les sonríe de forma macabra, esboza una
sonrisa a lo Antonio Anglés del que es primo.

-Huelen mal, mi padre dice que no se lavan
el chocho las moras ¿es eso verdad Pari bubu?-
tapándose la nariz empuja de forma brutal el Bosnio a Pari
bubu que se pone a llorar al notar el empujón. El Bosnio
se da cuenta del error de haber pronunciado su nombre y queda
bajo el embozo confuso.

-¿Eres Juancho?- pregunta por su
nombre bautismal al Bosnio Nayara. Al escuchar que conoce el
nombre de su amiga intenta ver el rostro cubierto por el embozo
de la capucha.

-Calla guarra, no digas nombres- replica el
Bosnio pegándole una bofetada.

-Mira ¿a que se parecen a las
niñas de Alcasser las moritas?- pregunta con cinismo
riendo el piraña al primo de Antonio
Anglés.

Ah Pu- pu- putas moras, hija pu- pu- tas,
as- as-que-querosas, me cago en A, A, A, Ala- habla tartamudeando
y golpea con el pie de forma cómica y grotescas el tronco
del algarrobo el Lalo, un engendro epiléptico sin amigos
que en ocasiones dejan que les acompañe diferente
pandillas de texas para burlarse de él o mandarle trabajos
indignos. Se revuelca en el suelo y rompe varios troncos de
romero. Su figura desgarbada de anémico y contrahecha del
asesino verbal y discapacitado intelectual cobra todo su
esplendor en la función. El resto de macarras ríen
con el engendro. Las chicas se abrazan y rezan a Ala.

– ¿las, las, las, vi-vi-vi-
ola-mos?- pregunta el engendro sacándole el pene. A su vez
va temblando y arrastrándose cómo un
epiléptico hasta el bosnio para que dicte
sentencia.

– Bueno Lalo, ahora ya saben quienes somos-
hace gesto de pensar el insuficiente- Vamos a llevarlas a la
caseta del descampado y allí veremos. Esto se ha
complicado- dice autoritario el bosnio pegándole una
patada al Lalo que se encoge dolorido cómo una
lombriz.

Abandonando las bicicletas que descansan
junto la garrofera andan por el camino arrastrando a las chicas
que están medio inconscientes del shock. Bajan al PAI
cruzando la carretera para ir al descampado donde la casetucha
hecha con patets y chatarra de un viejo ford fiesta. La casetucha
debe servir para inmolar a las chicas que forjecean. Varias
personas al verlos llaman a la policía. Los
beneméritos que pasan haciendo ronda se acercan galopando
a lomos de su coche hasta donde se encuentra el grupo de
muchachos y muchachas riñendo.

-Buenas tardes caballeros- asoma un rostro
benemérito tras unas gafas tras bajar la ventanillas. El
motor de la patrullera ronronea suave y melancólico. La
mañana alegre de Mayo. ¿Qué estamos haciendo
con la morería? – Pregunta la ver las moras
agarradas por la fuerza-¿ No estarán ustedes
maltratándolas, verdad?

Los muchachos tragando saliva no dicen
nada. Dan inconscientemente dos pasos hacia atrás soltando
a las muchachas y allí se quedan paralizados cómo
Cristo en su cruz dudando de Dios: ¿Por qué padre
me has hecho esto? So cabrón, duele.

Las moras se adelantan hacia las
ventanillas magulladas y llorando. Se atusan el velo ante la
mirada de desprecio de los agentes que simpatizan con la causa
racial de los rumis de barrio marginal que siempre salen indemnes
de todos sus viles actos.

Pari bubu solicita ayuda con los ojos
envueltos en lágrimas y la voz trémula, casi
imperceptible

Los chonis semejando en
quinquillería a un Miquel Ricard atrapado tras el crimen
de Alcàsser, tiemblan cómo un reprimido sexual
contemplando el pecho de una mujer que da de mamar a su
bebe.

-Agentes, esos nos han agredido.
Querían violarnos- señala a los chicos Nayara
derramando abundante lagrimas Los agentes bajan del coche
patrullera. Uno se queda frente a los chicos y el otro
quitándose las gafas se va con ellas unos pasos más
alejados para hablar con discreción.

-Señoritas ¿conocen ustedes a
esos chicos?- les pregunta.

-Más o menos agente. Creo son de
nuestra escuela.- responde Nayara mirando de reojo al
piraña cuyos ojos imperceptibles bajo el embozo de la
capucha son los de un cobarde al verse frente al guardia
civil

-¿Y no deberían ustedes estar
en clase?- pregunta el agente a las muchachas.

-SI, responden ingenuas.

Es cierto que nos hemos escapado, es
verdad, pero…añade Pari Bubu confusa ante la
pegunta cuando el agente se pone el dedo en la boca para que
calle.

– Miren lo que ha pasado es denunciable,
pero por lo que veo no ha pasado nada de gravedad, y
verán… no haber asistido a clase es comprometido.
¿No pensarán denunciar verdad?- pregunta el
agente.

No se, no se- exclama Naraya mirando con
desconcierto a los chicos a los que el otro agente ha obligado a
quitarse la capuchas Nike que ocultan los rostros de todos los
terroristas del mundo. El color de sus getas, el de una
sepia.

-Veran, si denuncian y pierden el caso les
tocara pagar. Y otra pregunta, aunque no tenga que ver con esto.
El agente se acerca a las muchachas, a media voz, discreto, con
tono jovial interroga: ¿Sus padres tiene papeles?- el
agente se pone de nuevo las gafas de sol dando por finalizada la
conversación y la respuesta. Les da la espalada con odio
racial sin tomar declaración a las chicas mientras se sube
al coche.

Arranca la patrullera no sin antes decirles
el agente conductor a los muchachos que recobran el color moreno:
Chicos, ser buenos, volver a clase y durante unos días no
hagáis nada, o de lo contrario seremos nosotros los que os
marcaremos con una esvástica ¿queda claro?- les
dice.

-Si, si agente. Los chonis se alejan con
odio hacia las moras.

-¿Que hijas de puta? Nos debemos
vengar. Esto no queda así. Nos querían meter en la
cárcel- dando rápidos brincos de rabia el bosnio
planea la venganza gitana.

Puñales, puñales-
puñales- grita el piraña a lo lejos a la muchachas
que corren llorando.

Pu- pu- pu- exclama el Lalo cuando un golpe
del lenteja en la cara le hace callar.

-Puñales gilipollas. Se dice
puñales. Vete de nuestro lado, vete a tu puta casa- le
grita el lenteja.

EL Lalo, de rodillas llorando exclama ante
el bosnio que es con el que mejor se lleva.

-bos, bos- bosnio…

Vete Lalo, déjanos. Tenemos que
hablar entre nosotros.

El engendro cómo un perro
abandonado, dolorido en sus sentimientos, con impotencia llora su
exclusión social entre los tristes matorrales espinosos
del camino. Monologa sin tartamudear:

-Nadie quiere al Lalo. Lalo, Lalo, el mundo
conocerá algún día de tus proezas. Al llegar
aun charco contempla su rostro cubierto de pequeños
sarpullidos que le quedaron de recuerdo del sarampión.
Hola Lalo, Hola amigo. Mete las manos en el agua para acariciarse
su imagen. Se deforma entre las ondas. Las saca rápido y
le habla al líquido elemento:

-Vuelve a formar al Lalo. Devuelve la forma
al Lalo agua. Lalo, Lalo, algún día el mundo
reconocerá tu obra. Una rana acompaña sus palabras
y una culebra que culebrea por el lugar saca la bicéfala
lengua entre unas jaras y lavandas.

-Voy a llamar a mis primos de España
2.000. Esas guarras se van a enterar. Mañana las matamos-
sentado en la ermita de San Antonio el bosnio alterado y
vengativo, obsesivo saca el móvil y teclea un
número.

– Qué hijas de puta, mira que
intentar denunciarnos. Eso putos moros ¿que se creen, que
esto es su país?-el piraña camina inquieto y
violento con la cabeza llena de muerte bajo la mirada de San
Antonio que en paz se halla entre perros y puercos retratado en
el pórtico con estilo naturista.

-Primo ¿que haces?- pregunta el
bosnio con el móvil en el oído.

Estoy de trabajo con el clan.

¿Y que haces chache? ¿ alguna
batida de moros?- le pregunta.

Pintando unos eslóganes bajo un
puente para que el pueblo se entere y nos siga a la
liberación de la patria chache.

-Muy bien dicho- el bosnio guiña un
ojo a sus compadres.

-Oye, cuelgo un momento que hay jaleo- le
dice el primo al ver al vigía haciendo aspavientos con los
brazos.

Bajo un puente, camino de Algar del
Palancia, un grupo de batuecos y farandules pintan con spray bajo
sus capuchas que ocultan sus rostros propaganda racista cuando
una furgoneta sospechosamente sospechosa de llevar moros o
gitanos, debido a las chapas con sus miles de abolladuras y el
ruido de gripado, se acerca hacia el puente a unos 50
kilómetros la hora. Va cargada hasta los topes.

-Muchachos rápido, rápido-
les grita histérico el vigía- que viene el enemigo,
las capuchas bien puestas y a la cuneta, que quizás sean
más que nosotros esos moros y vayan armados por ser de Al
qaeda.

Corriendo asustados los miembros de
España 2.000 se tiran a la zanja. Suenan los latidos de su
corazón. Se tapan las manos para no ver. La furgoneta
cargada de moros pasa a pistonazos y tirando gran cantidad de
humo.

Los pelados de España 2.000 salen de
la zanja cubiertos de lodo.

-Coño, no han leído el
mensaje. Muchachos, vámonos a dar una ducha.

Agarran las bicicletas y se van.

-Oye Chimo ¿que quería tu
primo?- pregunta un calvo al primo del bosnio.

Alguna chorrada, yo que se, está
flipao mi primo.

Y no le llamas.

No tengo saldo Jonny, ya llamara si
quiere.

El Hammam de
Torres- Torres

Entre los jardines y un laberinto de
acequias sin el minotauro se encuentra el Hammam de Torres
Torres. Un antisistema poético pasea por los baños
emocionado por al cultura musulmana. Su corazón tiembla
cómo la cuerda de un violín bajo las
aromáticas higueras entre cuyos troncos y raíces
cruza una acequia de blancas aguas rápidas conducidas a
los baños. En ellas se enjuaga la nuca y hace sus
abluciones el antisistema. La guía turística
conduce a los viajeros a las instalaciones tras llamar la
atención al antisistema para que se guarde la pastilla de
jabón y haga el favor de ponerse la camisa. Va relatando
cómo una cacatúa la historia arquitectónica
y social de la época. En medio del hermoso patio quedan
las ensoñadoras piedras abovedadas del Hamman.

Unas ventanas en forma de estrellas dejan
pasar la luz de la imaginación. Entre las paredes aun se
guarda el eco de aquellas conversaciones de los hombres que
acudían allí a darse un baño. El antisistema
entra y se sienta en un banco donde hace más de mil
años algún alfaquí seguramente habló
al visir de Torres Torres de los problemas que causaban a la
economía, a la ciencia y a la religión los rumis
cristianos. También acudían al baño
después de reprimir las plazas repletas de rumis que
protestaban por los impuestos, algunos guerreros sarracenos
jóvenes y sin castrar totalmente desnudos y deseosos de
los gozos del sistema y la civilización. Hermosos,
apolinios y mostrando sus enormes Zib descapullados entre vapores
del agua cálida de la primera piscina, la morería
dialogaba relajada de economía, intereses,
créditos, para seguir la tranquila discusión en la
segunda piscina, la del agua fría, para finalmente pasar a
ser untados sus cuerpos por aceites aromáticos mediante un
masaje ofrecido por un nutrido grupo de esclavas vestidas con
hermosas sedas transparentes que dejaban ver su sexo joven y
exuberante con el que gozar y dar gracia Ala por todo cuanto hay
maravilloso en el mundo. Mientras pasaban por la mente del
antisistema todas estás esplendorosas imágenes de
la culturas hispánicas engrandecida por la gesta
conquistadora de los musulmanes, toma asiento a su lado un moro
bizco y jorobado con barba aleonada que visita también el
lugar junto a un nutrido grupo de turistas. La paz repleta se
sensualidad y espiritualidad gay que proporciona un Hammam, se
rompe al sonar chirriante el teléfono del antisistema con
la voz muerta de Pari bubu.

-Pari bubu ¿que te ocurre?- pregunta
preocupado por el tono el piadoso antisistema. Tu voz es triste
cómo la de un jilguero enjaulado, apenas te
entiendo.

El moro jorobado, realmente feo cómo
un camello, al escuchar la palabra de Pari bubu se altera. Presta
oídos discretos a la conversación,
colocándose muy cerca del antisistema que lo mira de reojo
pensando que es maricón.

-¡Que unos rumis cristianos de mi
raza te han intentado violar!- grita el antisistema pro califato
musulmán. Las palabras resuenan en el Hammam. Todos los
turistas se giran y miran al antisistema. ¿Y no has ido a
la guardia civil? ¿Y quienes han sido y por qué?-
Tras un intervalo de silencio en el cual todo el mundo rodea al
antisistema para escuchar mejor.

– Los de texas. Normal, siempre son ellos,
imagino quienes habrán sido. Se produce una pausa de
varios minutos que sobrecoge la estancia húmeda. Dos
monjas que están de visita se desmayan poseídas por
la palabra soñada: violación.

– Pero Pari bubu que me dices ¿la
guardia civil no ha hecho nada?- Es horrible ¿Y ahora que
hacemos?

E jorobado moro se levanta y lanza un
rugido cómo un león que retumba entre la
bóveda.

En el nombre de Ala, dame hermano el
teléfono. Ya no puedo aguantar más, pues Pari bubu
es mi prima y quiero vengar su ofensa.

Bravo, bravo, gritan los turistas alemanes
y británicos del Hamman.

El antisistema atónito por la
sorpresa le abraza y le pregunta: ¿Eres de Al
qaeda?

El jorobado ruge de rabia y le contesta:
No, por el momento.

Pari Bubu, soy Halifax Hahamiri Hazthatan,
el león de Ala- le dice con el teléfono en al mano-
Acudiré a vengarte.

El Hammam vuelve a ser protagonista de la
reconquista hispánica que empieza con un rugido bajo sus
bóvedas en la comunidad Valenciana. Rugido al que sin duda
se unirá la CGT, Izquierda Unidad, el 15-M, y el partido
socialista de Vall d´Uixó.

Angelillo de Uixó. Por una
España Grande, libre y mora.

 

 

Autor:

Ángel Blasco
Giménez

 

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