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Los lenguajes de la economía



Partes: 1, 2, 3

  1. Introducción
  2. Filosofía de la
    ciencia
  3. Las
    teorías como estructuras
    conceptuales
  4. Las
    ciencias sociales: intereses y modos de
    explicación
  5. Problemáticas y marcos conceptuales en
    economía
  6. Crecimiento, acumulación y tendencias
    profundas: la economía
    política
  7. La
    estática y el equilibrio: la economía
    marginalista
  8. Dinámica y desenvolvimiento: Joseph A.
    Schumpeter
  9. La
    importancia de la demanda y del corto plazo económico:
    John Maynard Keynes
  10. Dos
    marcos conceptuales posteriores a Keynes
  11. Moneda, expectativas y no-mercado. El
    monetarismo
  12. Economía institucional, escuela de la
    regulación y economía
    evolucionista
  13. Conclusiones
  14. Bibliografía

CAPÍTULO 1.

Introducción

Esto nos permite, en primer lugar, afirmar con Popper
que la teoría de la tabula rasa es absurda, el aumento del
conocimiento consiste en la modificación del conocimiento
previo, sea alterándolo, sea rechazándolo a gran
escala. El conocimiento no parte nunca de cero, sino que siempre
presupone un conocimiento básico -conocimiento que se da
por supuesto en un momento determinado- junto con algunas
dificultades, algunos problemas. Por regla general, éstos
surgen del choque entre las expectativas inherentes a nuestro
conocimiento básico y algunos descubrimientos nuevos, como
observaciones o hipótesis sugeridos por ellos (Popper,
1972).

Además, el principio de inducción no puede
derivarse de la propia experiencia, pues en tal caso se
estaría pretendiendo justificar la inducción
empleando el mismo tipo de argumentación inductiva cuya
validez se supone necesita justificación. Esto significa
restar validez al positivismo tradicional, incluso de la mano del
positivismo lógico, y decir que en modo alguno afirmamos
que sólo lo dado es real. Es importante reconocer, con
Carnap, que el calificativo de lógico hace de este
positivismo una doctrina lógica, que nada tiene que ver
con las tesis metafísicas de la realidad o irrealidad de
cosa alguna. La preocupación del positivismo lógico
es una preocupación por el modo formal de hablar y no por
el modo material de hablar.

Marcos conceptuales y filosofía de la
ciencia

El conocimiento no parte nunca de cero, sino que siempre
presupone un conocimiento básico -conocimiento que se da
por supuesto en un momento determinado- junto con algunas
dificultades, algunos problemas. Por regla general, éstos
surgen del choque entre las expectativas inherentes a nuestro
conocimiento básico y algunos descubrimientos nuevos, como
observaciones o hipótesis sugeridos por ellos (Popper,
1972).

Pero este conocimiento básico no está
constituido por una única teoría, sino por un
conjunto más o menos amplio de teorías, algunas de
las cuales se constituyen entre sí en agrupaciones con
cierto grado de articulación e
interdependencia.

Comunidad ideal de diálogo.

Esto es, un modo particular de decir que el oficio del
científico consiste en la argumentación
fundamentada, que obliga a «dar razón de» las
afirmaciones y «del» lenguaje en que se
formulan.

La condición de posibilidad de la
Argumentación incluye implícitamente los siguientes
supuestos: por una parte, que quienes argumentan hacen una
opción por la «verdad». Entiéndase
verdad a la luz de lo que se expone anteriormente. Y, por otra,
que esta opción sólo resulta coherente si quienes
optan por la «verdad» postulan prácticamente
la existencia de una comunidad ideal de argumentación, en
la que la comprensión entre interlocutores será
total.

Esto presupone una situación ideal del
diálogo, en la que se excluye la desfiguración
sistemática de la comunicación, se distribuyen
simétricamente las oportunidades de elegir y realizar
actos de habla y se garantice que los roles de diálogo
sean intercambiables. La racionalidad de las decisiones, el
no-dogmatismo de la argumentación se alcanza sólo
procedimentalmente por medio de un diálogo que culmine en
un consenso entre los afectados.

Postulado deriva un imperativo: promocionar la
realización de la comunidad ideal de argumentación
en la comunidad real.

Las ciencias sociales.

En la ciencias sociales el sujeto esté incluido
en el objeto da lugar a que se discuta más abiertamente
sobre la presencia de Juicios de Valor y sobre el papel de los
mismos en la elaboración del conocimiento y de la
investigación.

Si tenemos en cuenta que el conocimiento de las ciencias
sociales es un elemento esencial del propio sistema social. De
esta manera, la objetividad, en el sentido de poder investigar un
mundo sin que éste se vea afectado por la
investigación, es un absurdo.

De esta diferencia en las relaciones entre objeto y
sujeto de conocimiento arrancan, en cierto modo, buena parte de
las diferencias que se han establecido entre las Ciencias
Naturales y Ciencias Sociales. Estas diferencias pueden
presentarse en dos bloques: uno relativo al Fenómeno a
explicar y el otro referido a Cómo explicar.

La creencia generalizada de que las situaciones o
fenómenos sociales son más complejos procede, en
opinión de Popper, de dos fuentes. Una, tendemos a
comparar lo que no es comparable: por una parte, situaciones
sociales concretas y, por otra, situaciones físicas
experimentales artificialmente aisladas. Dos, la creencia de que
la descripción de una situación social
debería incluir el estado mental e incluso físico
de todos los implicados; esta creencia es injustificada, mucho
menos incluso que la creencia de que la descripción de una
reacción química concreta incluya la de todos los
estados atómicos y subatómicos de las
partículas elementales implicadas.

Las ciencias sociales, describe perfectamente el
carácter de las leyes naturales, las cuales, de hecho,
nunca pueden hacer más que excluir ciertas
posibilidades.

De acuerdo con Jürgen Habermas, los procesos de
investigación se clasifican en tres categorías:
ciencias empírico-analíticas, que comprenden las
ciencias de la naturaleza y las ciencias sociales; las ciencias
histórico-hermenéuticas, que comprenden las
humanidades y las ciencias históricas y sociales; y las
ciencias de orientación crítica, que abarcan la
crítica de la ideología (teoría social
crítica).

Para cada una de estas categorías de
investigación, se postula una conexión con un
interés cognoscitivo específico. En la
orientación de las ciencias
empírico-analíticas interviene un interés
cognoscitivo técnico; en la orientación de las
ciencias histórico hermenéuticas interviene un
interés cognoscitivo práctico; y en la
orientación de las ciencias dirigidas a la crítica
interviene un interés cognoscitivo
emancipatorio.

Los intereses cognoscitivos aparecen como orientaciones
o estrategias cognoscitivas generales que guían los
distintos tipos de investigación.

Constituyen, para los sujetos capaces de lenguaje y de
acción, condiciones necesarias de la posibilidad de toda
experiencia que puede ser objetiva.

Aunque las ciencias tienen que mantener su objetividad
frente a los intereses particulares, la condición de
posibilidad de esa objetividad que buscan mantener incluye
intereses cognoscitivos que son fundamentales.

Los marcos conceptuales en
economía.

Sobre las diferencias temáticas se fue
organizando originalmente un conjunto de conceptos y
categorías que conformaron marcos conceptuales más
o menos acabados.

Las temáticas o problemáticas a partir de
las cuales los economistas han construido sus marcos conceptuales
tienen su origen tanto en la realidad como en su propio sistema
de ideas. En diferentes momentos, los economistas han forjado sus
conceptos e ideas con finalidades completamente diferentes.
Así pues, ningún sistema puede hacerlo todo. Su
fuerza y su debilidad son las dos caras de la misma moneda. Lo
cual no es más que una consecuencia de nuestra premisa:
los conceptos permiten reconocer unas partes de la naturaleza al
tiempo que prohíben otras o, simplemente, no posibilitan
su estudio.

Con la Economía marginalita, la
problemática a estudiar y los conceptos utilizados
cambiaron totalmente. Este marco conceptual estuvo representado
principalmente por W.S.Jevons, C. Menger, L. Walras y Alfred
Marshall. Sus máximas preocupaciones fueron la eficiencia,
la escasez, el consumo, el equilibrio parcial y el equilibrio
general. Para lo cual desarrollaron los conceptos relativos a: el
principio marginal (integración de la teoría del
valor y de la distribución; teoría de la empresa y
del consumo); bienes económicos y no económicos;
sustitución; economías internas y externas; y,
elasticidad.

Un nuevo cambio de marco conceptual tuvo lugar con el
pensamiento económico de J.A. Schumpeter. Éste se
preocupó fundamentalmente por el desarrollo
económico y el comportamiento cíclico. Para cuyo
análisis presentó qué entendía por:
desarrollo económico frente a crecimiento
económico; innovación; empresario; competencia
monopolio.

La Economía institucional se ha constituido a
partir de la vieja economía institucional y el neo
institucionalismo. Ambas corrientes dan una importancia central
al papel de las instituciones en el funcionamiento de las
economías y al cambio institucional como elementos
básicos del desarrollo económico. En este sentido,
el concepto fundamental de ambas es el de institución. Las
principales diferencias son de índole metodológica:
Diferentes conceptualizaciones entre los neo y viejos en lo que
respecta a: Mercados e instituciones. Los neo institucionalistas
se apoyan en el individualismo metodológico, mientras que
los viejos institucionalistas prefieren el colectivismo (patrones
de socialización, instituciones políticas y
relaciones de poder, interacción social).

En este caso, cabe buscar el referente de una lengua en
la otra, lo cual no es siempre inmediato y exige
interpretación y comprensión del texto. Al igual
que la traducción entre lenguas, la traducción
entre lenguajes económicos –o paradigmáticos,
en general- exige el conocimiento de cada uno de
ellos.

La comprensión de la ciencia en general y de la
ciencia económica como lenguajes permite una mejor
comprensión de su alcance y de sus limitaciones. Facilita
la tarea de evaluar nuestro fondo de conocimientos. Al mismo
tiempo creemos que facilita el camino para incorporar
conocimientos nuevos y, sobretodo, para transmitirlos.

LOS LENGUAJES DE LA ECONOMÍA

Marco conceptual

Concepto fundamentales

problemática

Economía política

Valor de uso de cambio; Renta División
del trabajo– Homo o del trabajo; Homo económicos;
estado estacionario; capital fijo (constante) y
capital

circulante

Crecimiento, acumulación,
distribución y transformación
económica

Economía

Marginalista

Principio marginal (integración
teoría del valor y de la distribución;
teoría de la empresa y del consumo); bienes
económicos y no económicos;
sustitución; economías internas y externas;
elasticidad; distritos industriales.

Eficiencia, escasez, consumo;
equilibrio parcial; equilibrio general.

Economía política

de Schumpeter

Innovación; empresario; competencia
monopolio

Desarrollo económico,
comportamiento

Cíclico.

Síntesis
neoclásica

Modelo IS-LM

Flexibilidad de precios; modelo
general a largo plazo.

Expectativas

racionales

Existencia de una relación
entre las creencias de los individuos y el comportamiento
real de la economía.

Expectativas racionales; No
existen posibilidades sistemáticas de mejorar la
situación económica.

Problemas de programación
de la producción y de administración de
inventarios.

Interacción entre
expectativas y realidad. Fracaso de la macroeconomía
convencional a la hora de explicar la estanflación.
Explicación del ciclo
económico.

Economía de
la

Escuela de

Chicago

Concepción del capital como
asignación de tiempo.

Coste de oportunidad en el
tiempo.

Costes de adquisición de la
información

Conceptualización del
Consumo.

Conceptualización del
capital humano

Economía industrial y
reglamentación.

Economía

Institucional

Viejo y nuevo

Institucionalismo.

Concepto de institución.
Diferentes conceptualizaciones entre los neos y viejos
institucionalistas en lo que concierne a: mercados e
instituciones.

Neo: individualismo
metodológico.

Viejo: Colectivismo (patrones de
socialización, instituciones políticas y
relaciones de poder, interacción
social).

Importancia y función de
las instituciones.

Cambio institucional y
económico

Economía de
la

Regulación

francesa

Formas de moneda.

Formas de
competencia.

Modalidades de inserción
internacional.

Formas de Estado.

Relación salarial.

Variabilidad en el tiempo y el
espacio del comportamiento económico.

– Por qué y cómo se
pasa del crecimiento económico al
estancamiento.

– Por qué crecimiento y
crisis adoptan formas nacionales diferentes.

– Por qué las
características de las crisis son diferentes a lo
largo del tiempo.

Economía

evolucionista

Trayectorias y principio de
variación; hábitos, aptitud y
adaptación.

Crisis del pensamiento y
metáforas transferibles de la biología a la
economía.

PARTE SEGUNDA.- FILOSOFÍA DE LA
CIENCIA Y TEORÍAS DEL

CONOCIMIENTO.

CAPÍTULO 2.-

Filosofía
de la ciencia

"La ciencia no se ocupa de todas las manipulaciones
posibles de laboratorio. En lugar de ello, selecciona las
pertinentes para la yuxtaposición de un paradigma con la
experiencia inmediata que parcialmente ha determinado el
paradigma." (Kuhn, 1962;).

Si las teorías o los paradigmas son previos a la
experiencia inmediata, e incluso contribuyen a seleccionarla y
definirla, deberíamos acaso centrarnos en esta
cuestión y dejar de lado el interrogante respecto a
qué papel juega o le resta para y en la
investigación científica. Convendrá buscar
una respuesta a esto último y, tal vez, con ello nos
aproximemos al papel que desempeñan las teorías y
los paradigmas.

Solo hay lo dado.

Se adoptaba el criterio de verdadero o falso, ni
expresar algo que pudiera someterse a una prueba empírica,
ella no constituía una proposición en absoluto;
podía tener un significado emotivo, pero literalmente
carecía de sentido. "Es gibt nur das Gegebene"
("Sólo se da hay lo dado").

El criterio de verdad o de falsedad de una
proposición se hallará en el hecho de que, en
circunstancias definidas (dadas en la definición), ciertos
datos estarán presentes o no estarán presentes. Si
soy incapaz, en principio, de verificar una
proposición, esto es, si ignoro en absoluto cómo
proceder o lo que tengo que hacer para averiguar su verdad o su
falsedad, entonces evidentemente ignoro lo que efectivamente dice
la proposición y seré incapaz de interpretarla, y
de advenir, con ayuda de definiciones, de las palabras a posibles
experiencias, ya que en la medida en que sea capaz de hacer lo
anterior, seré también capaz de enunciar, por lo
menos en principio, su método de verificación (aun
cuando, frecuentemente, a causa de dificultades prácticas
sea incapaz de realizarlo).

Una proposición que refiera una situación
del mundo y la misma en los casos de ser la proposición
verdadera y falsa respectivamente, es una proposición que
no comunica nada sobre el mundo, es una proposición
vacía, no es posible otorgarle significado. Ahora bien,
sólo tenemos una diferencia verificable cuando
ésta se realiza en lo dado, ya que sin género de
dudas verificable no significa otra cosa que «capaz de ser
exhibido en lo dado». Por ende, "Lo que da un significado
teorético a un enunciado no son las imágenes y
pensamientos a que pueda dar lugar, sino la posibilidad de
deducir de ella enunciados perceptivos, en otras palabras, la
posibilidad de su verificación" (Carnap, 1935).

Realidad a priori versus realidad a
posteriori.

La tarea de este texto remite exclusivamente a la
lógica del conocimiento. Esto para Popper consiste pura y
exclusivamente en la investigación de los métodos
empleados en las contrastaciones sistemáticas a que debe
someterse toda idea nueva antes de que se la pueda sostener
sistemáticamente. En absoluto trata la cuestión
acerca de cómo se le ocurre una idea nueva a un
investigador o persona,

Pero antes de introducirnos en los escritos de Popper
quisiéramos exponer algunos puntos relacionados con el
«problema de la inducción». En particular,
uno, sobre la importante distinción popperiana entre
verificación y falsabilidad; y, dos, sobre un punto
relativo al problema de la inducción que no hemos
abordado.

En cuestión de cómo se produce dicho salto
pertenece al contexto de la lógica del descubrimiento y
puede que no sea conveniente dejar de lado despectivamente este
tipo de contexto, como los positivistas, e incluso los
popperianos, desean. Pero lo cierto es que la filosofía de
la ciencia se ocupa, y se ha ocupado siempre, de forma exclusiva,
del paso siguiente del proceso, es decir, de cómo esas
conjeturas iniciales se convierten en teorías
científicas por medio de su inserción y
articulación dentro de una estructura deductiva más
o menos coherente y completa y de cómo esas teorías
son posteriormente contrastadas con las observaciones. En
definitiva, no debemos decir que la ciencia se basa en la
inducción: se basa en la aducción seguida de
deducción (Blaug, 1980).

Deducción inductiva y
provisionalidad.

Para llevar a cabo el contraste de una teoría,
Popper distingue cuatro procedimientos. En primer lugar, se
realiza una comparación lógica de las conclusiones
unas con otras: con lo cual se somete a contraste la coherencia
interna del sistema. En segundo lugar, se efectúa un
estudio de la forma lógica de la teoría, con el
objeto de determinar su carácter: si es una teoría
empírica -científica, en palabras de Popper- o si,
por ejemplo, es tautológica. En tercer lugar, debe
compararse con otras teorías para averiguar si la
teoría examinada constituiría un adelanto
científico en caso de que sobreviviera a las diferentes
contrastaciones a que la sometemos. Y, por último, cabe
contrastarla por medio de la aplicación empírica de
las conclusiones que pueden deducirse de ellas.

En definitiva, Popper: "su propuesta está basada
en una asimetría entre la verificabilidad y la
falsabilidad: asimetría que se deriva de la forma
lógica de los enunciados universales. Pues éstos no
son jamás deducibles de enunciados singulares, pero
sí pueden estar en contradicción con estos
últimos. En consecuencia, por medio de inferencias
puramente deductivas… es posible argüir de la verdad de
enunciados singulares la falsedad de enunciados universales. Una
argumentación de esta índole que lleva a la
falsedad de enunciados universales, es el único tipo de
inferencia estrictamente deductiva que se mueve, como si
dijéramos, en «dirección inductiva»:
esto es, de enunciados singulares a universales." (Popper, 1934).
He aquí el primer término del título del
presente apartado. El segundo, la provisionalidad, ya ha sido
presentado pero prolonguemos la idea; Para Popper las
teorías científicas no son nunca enteramente
justificables o verificables, pero son, no obstante,
contrastables. La objetividad de los enunciados
científicos descansa en el hecho de que pueden
contrastarse intersubjetivamente."

La experiencia como método y la
falsabilidad.

Podemos expresar esta definición de una forma
más breve diciendo que una teoría es falsable si la
clase de posibles falsadores no es una clase vacía."
"Puede añadirse, tal vez, que una teoría hace
afirmaciones únicamente acerca de sus posibles falsadores
(afirma su falsedad); acerca de los enunciados básicos
«permitidos» no dice nada: en particular, no dice que
sean verdaderos." (Popper, 1934). Únicamente decimos que
una teoría está falsada si hemos aceptado
enunciados básicos que la contradigan. Esta
condición, siendo necesaria, no es suficiente, pues hemos
visto que los acontecimientos aislados no reproducibles carecen
de significación para la ciencia: así,
difícilmente nos inducirán a desechar una
teoría -por falsada-, unos pocos enunciados básicos
esporádicos; pero la daremos por tal si descubrimos un
efecto reproducible que la refute. En otras palabras, aceptamos
la falsación solamente si se proponen y corrobora una
hipótesis empírica de bajo nivel que describa
semejante efecto.

Popper reduce las teorías de la falsabilidad a
los enunciados singulares o, en su expresión, enunciados
básicos. Pero, qué los tipo de enunciados
singulares constituyen; En su opinión, describe que "todo
enunciado descriptivo emplea nombres (o símbolos o ideas)
universales, y tiene el carácter de una teoría, de
una hipótesis. No es posible verificar el enunciado
«aquí hay un vaso de agua» por ninguna
experiencia con carácter de observación.

Verdad y verosimilitud.

Podemos decir que el objeto de la ciencia es la
verosimilitud, en opinión de Popper (1972), tiene
considerables ventajas sobre la formulación, quizá
más simple, de que el objeto de la ciencia es la verdad.
La búsqueda de la verosimilitud es una meta más
clara y realista que la búsqueda de la verdad. "…
pretende mostrar, además que mientras que en las ciencias
empíricas no podemos manejar argumentos suficientemente
buenos como para pretender haber alcanzado efectivamente la
verdad, con todo, podemos tener argumentos potentes y
razonablemente buenos para pretender haber avanzado hacia la
verdad; es decir, que la teoría T2 es preferible a su
predecesora T1, al menos a la luz de todos los argumentos
racionales conocidos." En este sentido, debe tenerse en cuenta
que para Popper toda valoración de teorías es
valoración del estado de su discusión
crítica.

En primer lugar, si para Popper el objeto de la ciencia
es aumentar la verosimilitud y la teoría de la tabula rasa
es absurda, el aumento del conocimiento consiste en la
modificación del conocimiento previo, sea
alterándolo, sea rechazándolo a gran escala. "El
conocimiento no parte nunca de cero, sino que siempre presupone
un conocimiento básico-conocimiento que se da por supuesto
en un momento determinado- junto con algunas dificultades,
algunos problemas. Por regla general, éstos surgen del
choque entre las expectativas inherentes a nuestro conocimiento
básico y algunos descubrimientos nuevos, como
observaciones o hipótesis sugeridos por ellos." (Popper,
1972).

En segundo lugar, la contrastación de las
teorías científicas forma parte de su
discusión crítica o racional. La discusión
critica nunca puede producir razones suficientes para decir que
una teoría es verdadera; nunca puede
«justificar» nuestras pretensiones de
conocimiento.

En tercer lugar, debemos recordar qué pretende
Popper con la verosimilitud. "Mi objetivo es hacer con la
verosimilitud (aunque con un grado inferior de precisión)
lo mismo que hizo Tarski con la verdad: la rehabilitación
de un concepto de sentido común que se ha hecho
sospechoso, a pesar de que en mi opinión es absolutamente
necesario para un realismo de sentido común crítico
y para una teoría crítica de la ciencia. Es mi
deseo poder decir que la ciencia tiene la verdad como fin, en el
sentido de la correspondencia con los hechos o con la realidad.
También es mi deseo decir (con Einstein y otros
científicos) que la teoría de la relatividad es
-así lo suponemos- una mejor aproximación a la
verdad que la teoría de Newton, del mismo modo que
ésta constituye una mejor aproximación que la de
Kepler. Además, es mi deseo poder decir estas cosas sin
temor a que los conceptos de proximidad a la verdad o
verosimilitud sean lógicamente incorrectos o
«carentes de sentido».

La crítica intersubjetiva.

La crítica es completamente superflua; y,
desgraciadamente, los hombres de ciencia no hacen
excepción a la regla, aun cuando hayan logrado librarse
superficialmente de algunos de sus prejuicios en el terreno
particular de sus estudios. Puede definirse la objetividad
científica como la intersubjetividad del método
científico." (Popper, 1981)

Dos aspectos del método de las ciencias
(naturales) que contribuyen al carácter público del
método científico adquieren, en este sentido, gran
importancia. Primero, hay algo que se acerca a la crítica
libre; así, un hombre de ciencia expone su teoría
con la plena convicción de que es inexpugnable, pero esto
no convence necesariamente a sus colegas, sino que, más
bien, tiende a desafiarlos. Pues, la actitud científica
significa criticarlo todo y no se arredran los científicos
ni ante las personalidades más autorizadas. Segundo, los
hombres de ciencia tratan de zanjar las discrepancias simplemente
verbales. Para ello se esfuerzan en hablar el mismo idioma. "En
las ciencias naturales esto se logra tomando a la experiencia
como árbitro imparcial de toda controversia. Cuando
hablamos de «experiencia», nos referimos a una
experiencia de carácter «público», como
las observaciones y experimentos, a diferencia de la experiencia
en el sentido más «privado» de las
experiencias estéticas o religiosas; y decimos que una
experiencia es «pública» cuando todo aquel que
quiera tomarse el trabajo de hacerlo pueda repetirla.

Algunas consideraciones
críticas.

Podemos suponer que hay experiencias perceptivas de
algún tipo directamente accesibles al observador, pero no
sucede así con los enunciados científicos, ni
siquiera con los enunciados de observaciones de la ciencia. Estos
son entidades públicas, formuladas en un lenguaje
público que conllevan teorías con diversos grados
de generalidad y complejidad. Los enunciados científicos,
incluidos los observacionales, se deben de realizar en el
lenguaje de alguna teoría. Los lenguajes teóricos
constituyen un requisito previo de unos enunciados
observacionales y, estos serán tanto más precisos
cuanto mayor sea la precisión del lenguaje teórico
que utilicemos. Como también serán tan falibles
como lo sean aquellos. Es más, las observaciones
problemáticas sólo lo serán a la luz de
alguna teoría o lenguaje teórico.

Los enunciados sólo pueden derivarse a partir de
otros enunciados, no pueden derivarse a partir de los hechos: los
enunciados no pueden derivarse a partir de las experiencias,
«al igual que no pueden demostrarse dando porrazos a la
mesa». Si los enunciados de hecho son indemostrables
entonces es que son falibles. Si son falibles entonces los
conflictos entre teorías y enunciados de hecho no son
«falsaciones», sino simplemente inconsistencias. Sin
embargo, existe siempre la posibilidad de que nuevas formas de
pensamiento distribuyan las materias de un modo diferente y
conduzcan a una transformación incluso de las impresiones
más inmediatas que recibimos del mundo. Cuando
consideramos esta posibilidad, podemos decir que el éxito
duradero de nuestras categorías y la omnipresencia de
determinado punto de vista no es un signo de excelencia ni una
indicación de que la verdad ha sido por fin encontrada.
Sino que es, más bien, la indicación de un fracaso
de la razón para encontrar alternativas adecuadas que
puedan utilizarse para trascender una etapa intermedia accidental
de nuestro conocimiento (Feyerabend, 1970).

La institucionalización de la ciencia como
crítica al positivismo lógico.

La institucionalizada son un conjunto de normas a la que
apelamos en los juicios de percepción ordinarios. Dada la
inestabilidad de las teorías científicas, no es
probable que un científico califique de
«verdadera» tout court ni siquiera a una
teoría tan exitosa como la relatividad especial. No
obstante, la comunidad científica considera que la
teoría de la relatividad especial es un
«éxito científico» de hecho constituye
un éxito sin precedentes, como la electrodinámica
cuántica que produce «predicciones exitosas» y
que «está avalada por un gran número de
experimentos». Y son los demás miembros de la
sociedad quienes les delegan estos juicios.

La diferencia entre este caso y los de las normas
institucionalizadas de verificación a los que me he
referido antes -dejando a un lado la evanescencia del adjetivo
«verdadero», es el role especial desempeñado
por los expertos y la deferencia institucionalizada hacia ellos
que este caso conlleva; sin embargo, esta circunstancia no es
más que un ejemplo de la división del trabajo
intelectual por no mencionar las relaciones de autoridad
intelectual. Son las autoridades nombradas por la sociedad, cuya
autoridad se reconoce mediante multitud de prácticas y
ceremonias, quienes juzgan que la relatividad especial y la
electrodinámica cuántica son las «mejores
teorías científicas que tenemos» y es en este
sentido en el que dicho juicio está institucionalizado.
Putman llama concepción criterial de la racionalidad a
cualquier concepción de acuerdo con la cual la
aceptabilidad racional se define mediante normas
institucionalizadas.

Si es que existe tal cosa como la racionalidad (y nos
comprometemos a creer en alguna noción de racionalidad al
tomar parte en las actividades de hablar y argumentar) entonces
la actividad de argumentar en favor de una posición que la
identifica a lo que las normas institucionalizada determina ya
como instancias de racionalidad, es una actividad que se autor
refuta. Pues esas normas no pueden garantizar por sí solas
la corrección, o la probable corrección, de
ningún argumento de esa índole.

CAPÍTULO 3.

Las
teorías como
estructuras conceptuales

Uno de los rasgos cruciales del falsacionismo
sofisticado es que sustituye el concepto de teoría, como
concepto básico de la lógica de la
investigación, por el concepto de series de
teorías. Lo que ha de ser evaluado como científico
o pseudocientífico es una sucesión de
teorías y no una teoría dada. Pero los miembros de
tales series de teorías normalmente están
relacionados por una notable continuidad que las agrupa en
programas de investigación. Esta continuidad representa un
papel vital en la historia de la ciencia; así, para
Lakatos, los principales problemas de la lógica de la
investigación sólo pueden analizarse de forma
satisfactoria en el marco suministrado por una metodología
de los programas de investigación (Lakatos,
1978).

Los programas de investigación
científica.

Un programa de investigación consiste en reglas
metodológicas: algunas nos dicen las rutas de
investigación que deben ser evitadas (heurística
negativa), y otras, los caminos que deben seguirse
(heurística positiva). "Se puede señalar que la
heurística positiva y negativa suministra una
definición primaria e implícita del «marco
conceptual» (y, por tanto, del lenguaje).

La metodología de Lakatos es más exigente
que el convencionalismo. Ofrece criterios de progreso y de
estancamiento internos a los programas, y también reglas
para la eliminación de programas de investigación
completos. Se dice que un programa progresa mientras sucede que
su crecimiento teórico se anticipa a su crecimiento
empírico; esto es, mientras continúe prediciendo
hechos nuevos con algún éxito (cambio progresivo de
problemática); un programa está estancado si su
crecimiento teórico se retrasa con relación al
crecimiento empírico; esto es, si sólo ofrece
explicaciones post-hoc de descubrimientos casuales o de hechos
anticipados y descubiertos en el seno de un programa rival
(cambio regresivo de problemática). Si un programa de
investigación explica de forma progresiva más
hechos que un programa rival, supera a este último, que
puede ser eliminado o archivado.

-La estructura y el carácter
lingüístico de las revoluciones
científicas.-

La teoría kuhniana del conocimiento
científico
.

Para Kuhn, «ciencia normal» significa
investigación basada firmemente en una o más
realizaciones científicas pasadas, realizaciones que
alguna comunidad científica reconoce, durante cierto
tiempo, como fundamento para su práctica posterior (Kuhn,
1962). Una ciencia normal determina los problemas y
métodos legítimos de un campo de la
investigación para generaciones sucesivas de
científicos.

Una de las cosas que adquiere una comunidad
científica con un paradigma, es un criterio para
seleccionar problemas que, mientras se dé por sentado el
paradigma, puede suponerse que tienen soluciones. Ésos son
los únicos problemas que la comunidad científica
admitirá como científicos o que animará a
sus miembros a tratar de resolver.

Por otra parte, en los campos hacia los que el paradigma
dirige la atención del grupo, la ciencia normal conduce a
una información tan detallada y a una precisión tal
en la coincidencia de la teoría y de la observación
como no podrían lograrse de ninguna otra forma.

Además, esa minuciosidad y esa precisión
de la coincidencia tienen un valor que transciende su
interés intrínseco no siempre muy
elevado.

Implicaciones de las revoluciones
científicas.

Las revoluciones científicas cambian los
problemas científicos, las normas que permiten su
identificación y también la admisión de
soluciones, el mundo o universo científico, pero
también cambia el significado de los conceptos
establecidos y familiares de una comunidad científica
particular. Cuatro, pues, parecen ser las implicaciones mayores
de los cambios de paradigmas. Y, quizá no sea un exceso de
simplicidad decir que con las revoluciones científicas lo
que cambia es el lenguaje teórico y, de ahí, se
altere el concepto de las entidades que componen el universo
científico, las entidades mismas y, también en el
curso del proceso, los criterios por medio de los cuales una
comunidad científica se ocupa del mundo.

Guiados por un nuevo paradigma, los científicos
adoptan nuevos instrumentos y buscan en lugares nuevos. "Lo que
es todavía más importante, durante las revoluciones
los científicos ven cosas nuevas y diferentes al mirar con
instrumentos conocidos y en lugares en los que ya habían
buscado antes." Los cambios de paradigmas hacen que los
científicos vean el mundo de investigación, que les
es propio, de manera diferente (Kuhn, 1962). Pero lo que cambia
con las revoluciones científicas no puede reducirse
completamente a una reinterpretación de datos individuales
y estables.

Con un cambio revolucionario acontece un cambio en el
modo en que las palabras y las frases se relacionan con la
naturaleza, es decir, un cambio en el modo en que se determinan
sus referentes. Pero, este cambio no es exclusivo de las
revoluciones científicas, pues "lo que caracteriza a las
revoluciones no es simplemente el cambio en el modo en que se
determinan los referentes, sino una clase de cambio más
restringido." "…, hablando en términos generales, el
carácter distinto del cambio revolucionario en el lenguaje
es que altera no sólo los criterios con los que los
términos se relacionan con la naturaleza; altera,
además, considerablemente, el conjunto de objetos o
situaciones con los que se relacionan esos términos."
(Kuhn).

Así En la mayoría del proceso de
aprendizaje del lenguaje estas dos clases de conocimiento:
conocimiento de palabras y conocimiento de la naturaleza, se
adquieren a la vez; en realidad no son en absoluto dos clases de
conocimiento, sino dos caras de una sola moneda que el lenguaje
proporciona. "Si tengo razón, dirá Kuhn, la
característica esencial de las revoluciones
científicas es una alteración del conocimiento de
la naturaleza intrínseco al lenguaje mismo, y por tanto
anterior a todo lo que pueda ser completamente descriptible como
una descripción o una generalización,
científica o de la vida diaria." (Kuhn, 1981)

Feyerabend y la inconmensurabilidad.

Los anterior apartado otorgando son de suma importancia
al lenguaje y, en particular, nos dan a conocer los cambios de
paradigmas científicos son cambios de lenguaje. Nuestro
propósito en el presente apartado es proseguir de la mano
de Feyerabend con algunos aspectos relativos al lenguaje, al
cambio de lenguajes y a la confrontación de los mismos,
especialmente a la posible inconmensurabilidad de los lenguajes o
de parte de ellos.

Expresiones lingüísticas e
inconmensurabilidad.

Para Feyerabend El descubrimiento de que ciertas
entidades no existen puede forzar al científico a re
describir los sucesos, procesos y observaciones que se pensaba
que eran manifestaciones de ellas y que se describían, por
tanto, en términos que suponían su existencia. O
pueden obligarle a usar nuevos conceptos mientras que las viejas
palabras seguirán en uso durante un tiempo considerable.
Ello nos lleva a la inconmensurabilidad entre las teorías.
Pero, ¿son inconmensurables dos teorías
particulares? No es una pregunta completa. "Las teorías
pueden ser interpretadas de maneras diferentes. Serán
conmensurables en unas interpretaciones, inconmensurables en
otras."

Kuhn, Feyerabend y la
inconmensurabilidad.

Kuhn ha observado que los diferentes paradigmas (a)
emplean conceptos que no pueden reducirse a las habituales
relaciones lógicas de inclusión, exclusión e
intersección;(b) hacen que veamos las cosas de forma
distinta (quienes trabajan en paradigmas diferentes no
sólo tienen conceptos diferentes, sino también
percepciones diferentes); y, (c) contienen métodos
diferentes (instrumentos tanto intelectuales como materiales)
para impulsar la investigación y evaluar sus
resultados.

Kuhn sustituyó la noción de teoría
por aquella otra más compleja y sutil de paradigma. La
conjunción de los elementos (a), (b) y (c) hace a los
paradigmas completamente inmunes a las dificultades y las tornas
incomparables entre sí.

Por su parte, la investigación de Feyerabend
partió de determinados problemas en el terreno (a) y se
refirió de modo exclusivo a las teorías. Se
preguntó cómo debían interpretarse los
enunciados observacionales. "Interpreté los lenguajes
observacionales en función de las teorías que
explican lo que observamos.

Partes: 1, 2, 3

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