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Organización y funcionamiento del banco de semilla de frijol (Phaseolus vulgaris L.) Cuba



Partes: 1, 2

  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Revisión
    bibliográfica
  4. Materiales y
    métodos
  5. Resultados y
    discusión
  6. Conclusiones
  7. Bibliografía

Resumen

En el Fitomejoramiento participativo, una de las
cuestiones fundamentales que se requieren es el genofondo
adaptado a las condiciones locales donde se desarrollarán
las diferentes especies de estudio, esta investigación se
ha realizado en el banco de semillas de frijoles (Phaseolus
vulgaris
L.), con 74 materiales en el Tejar, la Jocuma a los
cuales se les hizo mediciones de grosor y largo del grano, color
y forma de los mismos y el peso promedio de 100 granos, con el
objetivo de evaluar el comportamiento en condiciones de
producción de los materiales antes mencionados, de manera
que pudiésemos hacer recomendaciones para mejorar la
organización y funcionamiento del banco de germoplasma
local de frijol. La investigación concluye
fundamentalmente que el color crema claro, es el que presenta
mayor longitud del grano, ancho y peso de los granos comparados
con los otros colores que presentaban los diferentes materiales
estudiados. De acuerdo a la forma los tres parámetros
estudiado más significativo ha sido el arriñonado
curvo, además análisis de correlación no
paramétrica para el conjunto de variables analizadas nos
muestran correlaciones intermedias con uno u otro signo, siendo
la correlación mas fuerte y con signo positivo entre el
largo y el ancho de los materiales para un 99 % de
confiabilidad.

Palabras claves:

Fitomejoramiento participativo, banco de semillas,
genofondo y sistema formal de semillas.

Introducción

1. 1. Situación de la conservación de
la semilla de frijol en el mundo.

Algunos autores plantean que el género
Phaseolus tiene unas 180 especies; de ellas, el 70 % son
originarias de América, el 20 % de Asia y el resto de
Europa (Socorro y Martín, 1998).

El frijol del género Phaseolus
está distribuido en todo el mundo. Se cultiva en los
trópicos, subtrópicos y zonas templadas. Dentro del
género Phaseolus, las especies P.
vulgaris
L., P. cocinius L., P. lunatus L.
y P. acutifolius Gray son las más importantes
agronómicamente. Consta de 50 especies, distribuidas
exclusivamente en Las Américas; 5 especies domesticadas.
Cuatro incluyen a formas cultivadas, la que más se cultiva
es P.vulgaris y en la actualidad se cultivan en forma
extensiva en todo el mundo (Hidalgo, 1991).

El frijol común (P. vulgaris, L.), tiene
su origen en el nuevo mundo, siendo llevada del viejo mundo como
planta ornamental. Es considerado uno de los cultivos más
antiguos; hallazgos arqueológicos en su posible centro de
origen datan de 7000 años, y en Suramérica indican
que era conocido por lo menos 5000 años A.E.C (Infante,
1990).

El origen del Phaseolus vulgaris, L. ha sido un
tema muy debatido. Sturtevent en 1883 creyó que era
originario de alguna región americana, de donde fue
distribuido a otros continentes. Candolle en 1890 opinaba que se
había originado en Europa, mientras que Bukasov en el 1931
planteó que el área MéxicoGuatemala
era el centro de mayor diversificación de la especie,
coincidiendo con Vavilov que en 1949 / 50 por métodos
fitogeográficos pudo demostrar que el centro de diversidad
de P. vulgaris, se localizaba en México y
América Central citado por Vieira, (1988).

El origen americano del frijol común se puede
fijar, con certeza, mediante los datos obtenidos en cerca de 1
500 puntos aislados (González y Ávila, (1988);
Rodríguez y Kuruvadi, (1990).

Pereira, (1990), plantea que el proceso de
domesticación redujo la diversidad genética, como
lo muestran los patrones de faseolina presente en la
forma silvestre y cultivada de la especie. En contraste durante y
después del proceso de domesticación, la
selección por los agricultores del pasado aumentó
la variabilidad genética.

Las formas cultivadas resultaron de por lo menos dos
domesticaciones distintas, en Mesoamérica y en los Andes.
Constan de dos grupos de genotipo, incluyen tanto a las formas
silvestres ancestrales como a sus progenies cultivadas. Gepts,
(1991), indica el flujo de genes de frijol silvestre a frijol
cultivado y sugiere por lo menos 5 subgrupos dentro del grupo de
cultivares mesoamericanos (semillas pequeñas) y 4
subgrupos del grupo de cultivares andino (semillas
grandes).

Gepts, (1991), propone dos rutas de dispersión,
la primera para los tipos de semilla pequeña y
faseolina S, la cual comienza en México,
continúa por la costa del Caribe, Colombia y Venezuela y
llega eventualmente a Brasil, alternativamente pudo haber
comenzado en México, continuar por las Islas del Caribe y
de ahí a Venezuela, Colombia y Brasil. La segunda ruta
para cultivares de semilla grande y faseolina T comienza
en los Andes y llega a Brasil.

1.2. Situación de la introducción y
conservación de la semilla en Cuba.

Castiñeiras et al., (1992), consideran que esta
ruta debe haber sido la vía de introducción de los
cultivares cubanos. Colombia parece ser centro de encuentro de
los cultivares de origen mesoamericano y andino.

Los cronistas han expuesto la diversidad de plantas
cultivadas que encontraron los conquistadores al llegar a Cuba,
entre ellas los frijoles del género Phaseolus.
Bukasov, (1930); Vavilov, (1962); Rivero de la Calle, (1966);
Voyset, (1983), citados por Castiñeiras, (1992),
plantearon que en Cuba existía diversidad de
Phaseolus. Por su parte Castiñeiras, (1992), en
colectas realizadas en diferentes zonas de la isla ha confirmado
la amplia variabilidad en los materiales cultivados.

Las primeras introducciones fueron cultivares de semilla
grande con faseolina tipo T, que pudieron haber llegado
con los indios taínos de América del Sur. Las razas
con semilla negra pequeña y faseolina tipo S que
prevalece en el germoplasma cubano pueden haber llegado desde
México, por la costa norte de América del Sur y el
Arco antillano y reintroducidos directamente de México
después de la conquista, sin embargo Dacal y Rivero de la
Calle en 1984, consideran al golfo de México como el punto
menos favorable para llegar a Cuba, a pesar de la corta
distancia, las fuertes corrientes del golfo hicieron imposible la
navegación precolombina (Castiñeiras,
1992).

El contacto más probable entre Mesoamérica
y Cuba pudo haber sido por la vía de la Florida
(Castiñeira et al., 1992).

1.3. Los sistemas Locales de conservación de
semillas.

Los Sistemas Locales de Semillas son aquellos en los
cuales los campesinos, como principales actores en el manejo de
los recursos fitogenéticos, conservan, producen,
seleccionan e intercambian semillas, tanto de variedades
mejoradas como locales, de diferentes cultivos agrícolas.
En estos sistemas la diversidad varietal suele ser alta y las
actividades de producción, selección e intercambio
de semillas se encuentran integradas a la producción
agrícola y a los procesos socioeconómicos de las
comunidades campesinas.

1.4. El sistema formal de semillas.

Por otro lado, el Sistema Formal de Semillas es aquel
donde los recursos fitogenéticos son manejados
fundamentalmente por científicos e instituciones
públicas y privadas, con un carácter general,
distantes de los lugares donde serán aplicadas estas
semillas.

1.5. Los sistemas de fitomejoramiento de
semillas.

El Sistema de Fitomejoramiento Convencional como
componente del Sistema Formal de Semillas, se ha enfocado en la
obtención y liberación de variedades de
adaptación general lo que ha estimulado el incremento de
los rendimientos sobre la base del empleo de altos insumos
agroquímicos y la reducción de la
agrobiodiversidad.

El Fitomejoramiento Convencional tiene la capacidad de
acceder a la diversidad de diferentes partes del mundo,
así como de generar y recombinar caracteres a
través de diferentes metodologías como mejoramiento
por mutaciones, variación somaclonal, hibridación
entre otras. En principio, estas metodologías fueron
construidas para satisfacer las demandas de agroecosistemas
homogéneos bajo condiciones de altos insumos.
(Ríos, 2002).

Sin embargo, el Fitomejoramiento Convencional tiene una
serie de limitaciones para sistemas agrícolas de
pequeña escala en ambientes variables y marginales que han
provocado que el impacto desde el punto de vista
agroeconómico y socioeconómico en estos sistemas
sea baja.

En este modelo, las variedades son obtenidas en
estaciones experimentales, en condiciones controladas y con altos
niveles de insumos energéticos, que no se encuentran
usualmente en las fincas, por lo que los materiales obtenidos por
Sistema de Fitomejoramiento Convencional no se adaptan
necesariamente a ambientes marginales o de bajos insumos
agroquímicos. Por otro lado, los criterios de
selección de campesinos y fitomejoradores a menudo
difieren, que en ocasiones las características de las
variedades no se ajustan a los intereses de los
agricultores.

Otro inconveniente del Fitomejoramiento Convencional es
que sus variedades son genéticamente homogéneas, lo
cual suele no ser una necesidad para campesinos a pequeña
escala y no brinda alternativas para la selección
intravarietal. Por el contrario, los materiales que poseen alguna
diversidad genética pueden ser más adecuados para
ambientes variados y heterogéneos, por presentar una
capacidad amortiguadora y un aumento del potencial adaptativo,
dándoles opciones de selección a los
campesinos.

1.6. El fitomejoramiento
participativo.

Dadas las limitaciones, surgió en la
década de los ochentas el Fitomejoramiento Participativo
(FP) como una alternativa para el mejoramiento de plantas y el
aumento de la adopción de variedades por los
agricultores.

El FP se define como una actividad en la cual, dos
actores -el fitomejorador y el agricultor- de una manera
colaborativa, trabajan en el mejoramiento
genético.

Uno de los principales retos del FP es precisamente
integrar el Sistema Formal de semillas y los Sistemas Locales de
Semillas en un solo sistema, lo que facilita a los
agroecosistemas el acceso continuo a las variedades de ambos,
potenciando la adaptación específica de las
variedades como vía para aumentar el rendimiento y
bienestar de los participantes sobre la base de una mayor
diversificación en los agroecosistemas (Ríos,
2002).

En este sentido se han desarrollado en los
últimos años programas de FP cuyas metas
potenciales son rendimientos mayores y más estables,
liberación y diseminación de las variedades con
mayor rapidez, mejoramiento de la diversidad biológica y
conservación de germoplasma, así como la
identificación eficaz de las necesidades de los usuarios,
incremento de la rentabilidad de los cultivos y el
fortalecimiento de capacidades y generación de
conocimientos para las comunidades agrícolas y los
sectores formales de investigación y desarrollo . En
muchos de estos sentidos, el FP ha tenido un gran impacto en los
últimos años, no solo en ambientes
heterogéneos, sino también en ambientes
homogéneos (Witcombe, 1999b).

1.7. Las investigaciones en el fitomejoramiento
participativo.

Por regla general, las investigaciones relacionadas con
el FP comienzan con una etapa de diagnóstico o
caracterización de los Sistemas Locales de Semillas en
cuanto al manejo de los recursos fitogenéticos en las
comunidades participantes. Esto permite determinar la
problemática local previa a la intervención de FP,
los posibles puntos de entrada de dicha intervención y el
inventario de los recursos fitogenéticos manejados por los
sistemas locales de semillas, Una vez realizado el
diagnóstico, la siguiente fase consiste en promover el
acceso a la comunidad de nuevas variedades del cultivo en
cuestión. En el caso de Cuba, esto se realiza por medio de
las ferias de diversidad, donde los agricultores tienen la
oportunidad de seleccionar, a partir de una gran cantidad de
materiales, las variedades que se ajusten a sus necesidades e
intereses particulares.

Luego, en la tercera fase, los campesinos comparan en
sus propias fincas, el comportamiento de las nuevas y antiguas
variedades, por medio de la experimentación campesina, lo
que les permite determinar, en la práctica, cuáles
variedades serán conservadas, descartadas o
diseminadas.

El presente trabajo se dirige a caracterizar, como parte
del diagnóstico, los Sistemas Locales de Semillas en
cuanto al manejo y estado de los recursos fitogenéticos de
frijol antes de la selección participativa de los
agricultores de la comunidad El Tejar – La Jocuma.
Municipio La Palma. Provincia Pinar del Río, en una feria
de diversidad. También pretende conocer la lógica
de la selección por los agricultores, así como sus
características. Por último, se evalúa el
impacto de la selección participativa de variedades sobre
la adopción de variedades y la diversidad en la
comunidad.

El frijol común (Phaseolus vulgaris L.),
fue el cultivo seleccionado para el estudio de estas
metodologías, por la gran importancia que tiene este grano
para la alimentación de los cubanos, por ser un cultivo
característico de los pequeños agricultores pero
que a la vez ha sido objeto constante de mejoramiento
genético por los fitomejoradores.

Además, puede constituir un modelo de cultivo
autógamo para este tipo de procesos y del trabajo se
derivan otros resultados de importancia como la evaluación
de la diversidad genética de las variedades locales de la
comunidad de estudio, que forman parte de la diversidad
genética de este cultivo en Cuba. Existiendo el siguiente
problema a resolver.

Revisión
bibliográfica

2.1. El frijol común (Phaseolus
vulgaris
L.)

El género Phaseolus, perteneciente a la
familia de las leguminosas, comprende más de 30 especies y
tiene su origen en el continente americano (Debouck y Smartt,
1995). Dentro de estas especies, solo 5 han sido domesticadas,
que son Phaseolus. acutifolius A. Gray, Phaseolus
coccineus
L., Phaseolus lunatus L., Phaseolus
polyantuthus
Greenman y Phaseolus vulgaris L.
(Gepts y Debouck, 1991). Esta última es la especie
más cultivada, ocupando más del 85% de las
áreas dedicadas a todas las especies de Phaseolus
cultivadas en el mundo (Singh, 2001).

El frijol común (Phaseolus vulgaris L.,
2n=2x=22) es una especie predominantemente autógama, con
niveles muy bajos de entrecruzamiento (menos del 5 %) (Graham y
Ranalli, 1997), aunque se ha reportado casos de niveles
más altos en determinadas condiciones (Gepts, 1993).
Presenta un ciclo anual y es muy diversa desde el punto de vista
morfológico con una gran variación en
relación a hábito de crecimiento,
pigmentación, vainas, semillas y características
fenológicas (Singh y col., 1991a).

2.1.1. Origen del frijol común.

Se plantea que existen dos centros principales e
independientes de domesticación del frijol común,
lo que hace que la diversidad intra-específica del frijol
común se divida en dos reservorios principales, los
andinos y los mesoamericanos (Gepts y col., 1986).

Estos grupos se caracterizan por semillas
pequeñas (menos de 25 g para el peso de 100 semillas) y
medianas (entre 25 g y 40 g para el peso de 100 semillas) para el
grupo mesoamericano y grandes (más de 40 g para el peso de
100 semillas) para el grupo andino.

Esta relación del peso de las semillas con los
reservorios andino y mesoamericano, ha sido corroborado por
estudios con caracteres morfológicos (Singh y col.,
1991a), faseolinas (Gepts y col., 1986), isoenzimas
(Singh y col., 1991b) y marcadores de DNA (Becerra y Gepts, 1994;
Khairallah y col., 1990).

Estos dos grandes grupos se dividen a su vez en razas,
encontrándose dentro del grupo andino las razas Chile,
Nueva Granada, y Perú, caracterizadas todas por semillas
de gran tamaño. Dentro del grupo mesoamericano, por su
lado, se encuentran las razas Durango y Jalisco, dentro de los
materiales con semillas medianas y Mesoamérica, con
semillas pequeñas (Singh y col., 1991a) además de
las características de las semillas, dichas razas se
distinguen entre si además por otra serie de caracteres
morfológicos y agronómicos y por su
adaptación ecológica específica (Beebe y
col., 2000).

2.1.2. Importancia del frijol
común.

El frijol común es la leguminosa más
consumida en el mundo, donde se producen en la actualidad
alrededor de 18 millones de toneladas anualmente en ambientes tan
diversos como América Latina, norte y centro de
África, China EUA, Europa y Canadá. Dentro de
estos, América Latina es el mayor productor y consumidor
liderado por Brasil, México y Centroamérica y el
Caribe (FAO, 2005).

Desde el punto de vista nutricional, los frijoles se
caracterizan por ser fuentes altamente eficientes en
proteínas y hierro, lo cual los ubica en una
posición aventajada respecto a otros alimentos de origen
vegetal. Por ejemplo, se plantea que el contenido de
proteínas en las semillas secas frijoles oscila entre 12 y
25 %, proporciones que son significativamente favorables en
comparación con los niveles de proteínas de los
cereales que sólo contienen entre 5 y 14 %. En cuanto a su
aporte energético, los granos secos de frijoles
suministran aproximadamente en igual medida que los cereales,
pero contienen además una pequeña parte de grasas y
una abundante gama de vitaminas y minerales (García y
col., 1997). Es por estas razones que el frijol común
constituye la leguminosa alimenticia más importante para
cerca de 300 millones de personas, que, en su mayoría,
viven en países en desarrollo, debido a que este cultivo,
conocido también como "la carne de los pobres", es un
alimento poco costoso para consumidores de bajos recursos. El
frijol se considera como la segunda fuente de proteína en
África Oriental y del sur y la cuarta en América
tropical. El frijol es especialmente importante en la
nutrición de mujeres y niños; además, tiene
gran importancia económica, pues genera ingresos para
millones de pequeños agricultores, a tal grado que la
producción mundial anual es de cerca de US $11 mil
millones (CIAT, 2001).

En Cuba el frijol común forma parte básica
en la dieta del cubano que los consume casi diariamente,
constituyendo la fuente de la quinta parte de las
proteínas totales consumidas.

Se estima que en Cuba se produjeron en el año
2002 unas 119 800 toneladas de frijol. Esta producción a
pesar de ser superior a la de la década anterior no
satisface la demanda nacional, requiriéndose la
importación de alrededor de 70077 toneladas en el mercado
internacional (FAO, 2005).

Es interesante señalar que la producción
nacional de frijol está a cargo fundamentalmente del
sector no estatal, que ha estado cobrando importancia en la
producción el los últimos años.

La producción de frijol por este sector sucede en
condiciones muy diversas y de bajos insumos agroquímicos
pues el frijol no se encuentra dentro de los insumos priorizados
oficialmente y no recibe asignación de agroquímicos
por el estado cubano. En estas condiciones la producción
de frijol enfrenta problemas de bajos rendimientos relacionados
fundamentalmente con la baja fertilidad de los suelos, la
sequía y las afectaciones por plagas y enfermedades
(García, 2003).

2.2. Sistemas de semillas.

2.2.1. Sistema Formal de Semillas

El sistema formal de semillas es aquel donde los
recursos fitogenéticos son manejados fundamentalmente por
científicos e instituciones públicas y
privadas.

El Sistema de Fitomejoramiento Convencional, como
componente del sitema formal de semillas se ha enfocado en la
obtención y liberación de variedades de
adaptación general lo que ha estimulado el incremento de
los rendimientos sobre la base del empleo de altos insumos
agroquímicos y la reducción de la agrobiodiversidad
(Ceccarelli, 1994). El Fitomejoramiento Convencional tiene la
capacidad de acceder a la diversidad de diferentes partes del
mundo, así como de generar y recombinar caracteres a
través de diferentes metodologías como mejoramiento
por mutaciones, variación somaclonal, hibridación
entre otras. En principio, estas metodologías fueron
construidas para satisfacer las demandas de agroecosistemas
homogéneos bajo condiciones de altos insumos.
(Ríos, 2002).

Sin embargo, el Fitomejoramiento Convencional tiene una
serie de limitaciones para sistemas agrícolas de
pequeña escala en ambientes variables y marginales que han
provocado que el impacto desde el punto de vista
agroeconómico y socioeconómico en estos sistemas
sea bajo (Almekinders y Elings, 2001). En este modelo, las
variedades son obtenidas en estaciones experimentales, en
condiciones controladas y con altos niveles de insumos
energéticos, que no se encuentran usualmente en las
fincas, por lo que los materiales obtenidos por Sistema de
Fitomejoramiento Convencional no se adaptan necesariamente a
ambientes marginales o de bajos insumos agroquímicos
(Ceccarelli, 1994). Por otro lado, los criterios de
selección de campesinos y fitomejoradores a menudo
difieren, por lo que en ocasiones las características de
las variedades no se ajustan a los intereses de los agricultores.
Otro inconveniente del Fitomejoramiento Convencional es que sus
variedades son genéticamente homogéneas, lo cual
suele no ser una necesidad para campesinos a pequeña
escala y no brinda alternativas para la selección
intravarietal. Por el contrario, los materiales que poseen alguna
diversidad genética pueden ser más adecuados para
ambientes variados y heterogéneos, por presentar una
capacidad amortiguadora y un aumento del potencial adaptativo,
dándoles opciones de selección a los campesinos
(Almekinders y Elings, 2001). Por otro lado, las variedades
modernas disponibles no tienen los requerimientos agro –
ecológicos y culturales para los pequeños
agricultores y no son apropiadas para el gusto culinario de estos
(Bellon, 2003), además de problemas como falta de
adaptación a la baja fertilidad de los suelos, malezas o
sequía (Buerlye y Husain, 1993 y Maurya y col.,
1988).

2.2.2. Sistemas Locales de Semillas

Los Sistemas Locales de Semillas son aquellos en los
cuales los campesinos, como principales actores en el manejo de
los recursos fitogenéticos, conservan, producen,
seleccionan e intercambian semillas, tanto de variedades
mejoradas como locales, de diferentes cultivos agrícolas.
En estos sistemas la diversidad varietal suele ser alta y las
actividades de producción, selección e intercambio
de semillas se encuentran integradas a la producción
agrícola y a los procesos socioeconómicos de las
comunidades campesinas. (Almekinders y Louwaars,
1999).

El crecimiento poblacional, la degradación
medioambiental y la integración de los sistemas
físicos, biológicos y socioculturales en una escala
global, han incrementado dramáticamente en los
últimos siglos, especialmente en los últimos 50
años. Con los recursos productivos poniéndose
más escasos y disputados, la atención se ha
focalizado en el valor potencial de los conocimientos y sistemas
locales como una alternativa a los sistemas modernos e
industriales (Soleri y Cleveland, 2002).

De acuerdo con lo anterior, los sistemas locales de
semillas de frijol son particularmente importantes en Cuba
considerando que una gran proporción de la
producción nacional está en manos del sector no
estatal, caracterizado por ambientes heterogéneos y baja
disponibilidad de insumos químicos (García, 2003),
así como un escaso acceso al sistema formal de semillas
(Martín y col., 2003).

2.3. Fitomejoramiento participativo.

El Fitomejoramiento Participativo (FP) surgió en
la pasada década como una alternativa metodológica
para el mejoramiento genético en los países en
desarrollo en respuesta al hecho de que el mejoramiento
convencional de las instituciones formales del sector,
habían tenido un impacto limitado en el mejoramiento
genético dirigido a ambientes variables y
económicamente marginales de los pequeños
agricultores (Lipton y Longhurst, 1989; Kerr y Kolavalli, 1999).
De manera general, el FP se define como una actividad en la cual
los que los agricultores comparten algunas o en todas las
responsabilidades del desarrollo o la evaluación de
cultivares (Almekinders y Elings, 2001; Witcombe y col., 1996,
Atlin y col., 2001).

Los agricultores se pueden involucrar en varias etapas y
de varias formas. Pueden ser consultados en la decisión de
variedades completas en la estación experimental o pueden
ser evaluadas por ellos en sus propias fincas (Maurya y col.,
1988, Joshi y Wibcombe 1996).

El trabajo con variedades terminadas ha sido definido
por Witcombe y col. (1996) como selección participativa de
variedades y la evaluación en finca como
experimentación en finca (Ríos y col.,
2002).

En otra variante, los agricultores pueden intervenir en
la selección fenotípica dentro de poblaciones
segregantes (Sthapit y col., 1996; Ceccareli y col., 2000; Rosas,
2001) lo cual ha sido definido por Witcombe y col. (1996) como
fitomejoramiento participativo, aunque también se
considera la selección participativa de variedades dentro
del FP (Ríos y col.,2002).

Uno de los principales retos del FP es precisamente
integrar el Sistema Formal de semillas y los Sistemas Locales de
Semillas en un solo sistema, lo que facilita a los
agroecosistemas el acceso continuo a las variedades de ambos,
potenciando la adaptación específica de las
variedades como vía para aumentar el rendimiento y
bienestar de los participantes sobre de la base de una mayor
diversificación en los agroecosistemas (Ríos y
col., 2002). En este sentido se han desarrollado en los
últimos años programas de FP cuyas metas
potenciales son rendimientos mayores y más estables,
liberación y diseminación de las variedades con
mayor rapidez, mejoramiento de la diversidad biológica y
conservación de germoplasma, así como la
identificación eficaz de las necesidades de los usuarios,
incremento de la rentabilidad de los cultivos y el
fortalecimiento de capacidades y generación de
conocimientos para las comunidades agrícolas y los
sectores formales de investigación y desarrollo (Sperling
y col., 2001). En muchos de estos sentidos, el FP ha tenido un
gran impacto en los últimos años, no solo en
ambientes heterogéneos (Ceccarelli, 1994; McGuire y col.,
1999), sino también en ambientes homogéneos
(Witcombe, 1999b).

Por regla general, las investigaciones relacionadas con
el FP comienzan con una etapa de diagnóstico o
caracterización de los Sistemas Locales de Semillas en
cuanto al manejo de los recursos fitogenéticos en las
comunidades participantes. Esto permite determinar la
problemática local previa a la intervención de FP,
los posibles puntos de entrada de dicha intervención y el
inventario de los recursos fitogenéticos manejados por los
sistemas locales de semillas (Witcombe, 1999a), Una vez realizado
el diagnóstico, la siguiente fase consiste en promover el
acceso a la comunidad de nuevas variedades del cultivo en
cuestión. En el caso de Cuba, esto se realiza por medio de
las ferias de diversidad, donde los agricultores tienen la
oportunidad de seleccionar, a partir de una gran cantidad de
materiales, las variedades que se ajusten a sus necesidades e
intereses particulares (Ríos y Wright, 2000).

Luego, en la tercera fase, los campesinos comparan en
sus propias fincas, el comportamiento de las nuevas y antiguas
variedades, por medio de la experimentación campesina, lo
que les permite determinar, en la práctica, cuáles
variedades serán conservadas, descartadas o
diseminadas.

El acceso a la diversidad varietal se realiza por medio
de las llamadas ferias de diversidad, que son eventos en los
cuales los agricultores tienen la oportunidad de seleccionar
materiales de un cultivo dado (variedades terminadas, familias,
líneas), dentro de una amplia gama de materiales sembrados
en un mismo campo. Las parcelas experimentales para las ferias se
establecen preferiblemente en las localidades donde habitan los
agricultores que van a seleccionar y muchas veces son organizadas
por la comunidad. Se procura además que las condiciones de
las parcelas sean similares a las de los sistemas productivos de
la zona, para que se pueda observar el comportamiento real de
cada material en las condiciones para las cuales serán
seleccionadas. Los materiales son seleccionados libremente por
los agricultores según sus criterios particulares de
selección y luego de la cosecha, pequeñas
cantidades de semillas de los materiales seleccionados son
entregadas a los agricultores, quienes comienzan por si mismos el
proceso de experimentación evaluando las nuevas variedades
en las condiciones específicas de sus fincas (Fé y
col., 2003).

Las ferias de diversidad son eventos en los cuales los
campesinos, fitomejoradores y demás actores involucrados
con el manejo de las semillas a nivel local, tienen la
oportunidad de seleccionar materiales de un cultivo dado, dentro
de una amplia gama de materiales sembrados en un mismo campo.
Para el día de la feria se selecciona el momento en que la
mayoría de las variedades se encuentran en un estado de
madurez fisiológica que permita que sean comparados por
los seleccionadores. Estos materiales se presentan en el campo
identificados solo con número para ocultar su procedencia
y no predisponer a las personas que van a seleccionar
Almekinders, C., Elings, A. Collaboration of farmers and
breeders: Participatory crop improvement in perspective.
Euphytica. 2001, vol. 122, no 3, p. 425-438.

Materiales y
métodos

3.1. Ubicación
geográfica.

La presente investigación se realizó en la
comunidad El Tejar – La Jocuma, ubicada en la
porción norte del municipio La Palma, provincia Pinar del
Río.

3.2. Descripción del banco de semilla de
frijol.

El banco de semillas de la Jocuma en el Tejar en la
Palma tiene conservadas las semillas en envases de pomos
plásticos y de cristal, el cual cuenta con 255 materiales
que provienen del INCA, de ferias de la Palma y otros municipios,
y oriundas de la zona de estudio.

3.3. Listado de los materiales utilizados en la
investigación.

Estos materiales presentan diferentes colores los cuales
se encuentran el color café con las siguientes variedades
10, camella, 33, 19, 138, 110, 3, 46,22.EL color negro 59, 8, 27,
74, 11, 507, 26, 6, 17, 518, vaina morada, 4, 12, 5, 111, 216,
97, 208, 45, 35, 11, 54, 3, 30, 51, 64, 68, 17, 72, 21, 41.Color
rojo 31, 16, 18, 32, vaina roja, 1, 45, 38, 7, 18, 25, 4, 13, 75,
49, 50.Color café oscuro 90, 40, 531.Color crema claro 60,
94, 207, 86, 30.Color crema oscuro 42, Fabora, 24, 23, 37,
Canella, 35, 32, 6, 2.

El cultivo estudiado es el frijol (Phaseolus
vulgaris
L.), por su importancia económica y
alimenticia en Cuba y por constituir un modelo de estudio de
cultivos autógamos. Otro de los motivos por los que se
seleccionó este fue por la experiencia que poseen los
agricultores cubanos y en la comunidad de estudio, donde el 100 %
de los agricultores siembran frijol para su alimentación y
venta del mismo en sus fincas. Los materiales utilizados para la
medición del grano de frijol fue el pie de rey y los
aspectos medidos fue el largo y ancho ha cada diez granos de cada
material estudiado, también se tomo el color y la forma de
cada material.

3.4. Descripción de los métodos
evaluativos empleados.

Cuantitativamente se determino el peso de cada 100
granos.

Se realizó preguntas al productor que atiende el
banco de semilla que es el único que existe en La Palma,
donde se le preguntó la procedencia de los materiales
utilizados en la investigación, una parte de ellos fueron
tomados:

  • Del Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas
    (INCA), 40 variedades

  • 20 de ferias organizadas en varios municipios de la
    provincia de Pinar del Río

  • 10 naturales del municipio de La Palma

  • Las 4 restantes eran sembradas por sus antepasados
    donde el continúo sembrándolas hasta alcanzar
    los 255 materiales que hoy presenta el banco de semilla de
    donde solo tomamos 74 variedades para el estudio de
    este.

Estas variedades fueron sembradas en el mes de
septiembre del 2012.

Datos climáticos de la zona de
estudio:

  • Promedio de lluvia de 162.9 mm

  • la temperatura de 26.6 C0,

  • Humedad Relativa de 83 %.

3.5. Descripción de los análisis
estadísticos empleados.

Como instrumento estadístico se utilizó el
análisis de correlación para ver la correspondencia
entre los factores estudiados.

Resultados y
discusión

Para el análisis de los resultados obtenidos
comenzaremos por los aspectos relativos al color y la forma de
los materiales.

4.1. Comportamiento de los materiales por
colores.

En la figura 1, nos muestra los colores de los
materiales que estuvieron representados en la muestra del
estudio. Los colores fueron café, negro, rojo, café
oscuro, crema claro y crema oscuro.

Esta característica propia de los materiales lo
diferencia de forma marcada entre si, llegando incluso a
determinarse el origen o lugar de procedencia a través de
la forma y el color, además de otras
características productivas como el rendimiento y la
resistencia a determinados factores.

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Figura 1. Comportamiento de los
materiales tomando como referencia el color.

Los valores de longitud de los materiales oscilan desde
10.61 mm para los materiales de color negro, hasta los 13.37 para
los materiales crema claro.

De forma general, si analizamos el largo promedio en
(mm) de todos los materiales de la muestra, los materiales de
color crema claro, son los de mayor longitud con 13.37 mm, es un
largo considerablemente grande para nuestras condiciones de
producción y las condiciones climáticas, ya que la
evaluación se realizó para la primera cosecha de
frijol, de las dos que hay determinadas en Cuba.

El siguiente material con muy buenas condiciones para el
largo, son aquellos que tienen un color café oscuro, con
una media de 12.25 mm. Es motivo de análisis, que los dos
materiales que mayor largo presentan en toda la muestra no se
corresponden con los materiales que generalmente son utilizados
por los productores como material de propagación, siendo
un indicador que puede influir notablemente en los rendimientos
del cultivo.

Cuando analizamos el ancho promedio de todos los
materiales, todo la muestra tiene comportamientos muy similares,
a excepción de los materiales crema claro, que sobrepasan
al resto de la muestra, con valores de 7.54 mm, aproximadamente
un milímetro más ancho que el resto de la muestra,
lo que le confiere a los materiales con ese color, muchas
posibilidades para ser seleccionados desde el punto de vista
productivo.

Cuando analizamos la siguiente variable, que se
identifica como el peso del grano en (g), también los
materiales café claro tienen un comportamiento superior,
es decir, hasta tres gramos para el peso de la muestra, siendo
este otro aspecto que influye notablemente sobre los rendimientos
del cultivo y que le confiere ventajas de selección sobre
el resto de la muestra.

4.2. Análisis de comportamiento de los
materiales según su forma.

La forma es una de los aspectos propios de cada variedad
de frijol y que pueda estar marcada por las
características genotípicas de cada material.
Generalmente estas formas son conservadas por las diferentes
derivaciones genéticas y difícilmente pueden
lograrse cambios sustanciales en las mismas.

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Figura 2. Comportamiento de los
materiales según su forma.

De forma general, el frijol presenta una forma
arriñonada, es su forma más típica o
característica, aunque pueden presentarse variaciones
dentro de la misma forma arriñonada y también
cambiar de aspecto o forma. En la muestra seleccionada se
presentaron, arriñonado recto, pequeño cuadrado,
arriñonado curvo y ovoide.

En la figura 2, observamos que los arriñonados
curvos, a pesar de su forma son los de mejor comportamiento en
cuanto a la variable largo del granos, con valores promedio de
12.43 mm y la peor comportamiento, como su nombre lo indica, es
la forma pequeño cuadrado con solo 9,05 mm.

Cuando se analiza el ancho promedio, observamos que es
esta misma forma los arriñonados curvos, los que tienen un
mejor comportamiento con 7.21 mm, aventajando a veces por
más de una unidad a la forma de peor comportamiento, que
es la pequeña cuadrada.

Muy similar el comportamiento de la variable peso
promedio de la muestra, donde los arriñonados curvos, con
su valor de 3.1 g, sobrepasan los valores obtenidos por el resto
de los materiales observados en el experimento.

4.3. Análisis del largo de los
materiales.

El largo promedio de un material de frijol, puede estar
influido por las condiciones propias de desarrollo del cultivo,
donde el nivel de manejo para cada situación, puede hacer
oscilar los valores medios de una muestra seleccionada. Factores
tales como la nutrición de la planta, el estado
fitosanitario y las condiciones prevaleciente a la hora del cuaje
del grano, pueden influir en el largo, ancho y peso de la muestra
de frijol seleccionada, independientemente de que estas son
variable que tienen a ser mantenidas por los materiales en
condiciones normales.

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Figura 3. Comportamiento del largo de
los materiales para toda la muestra.

Como se observa en la figura 3, los materiales de la
muestra, un total de 74 materiales, tienen un largo promedio de
11.06 milímetros. Estos los clasifica como frijoles con un
largo medio, destacándose en este aspecto, los materiales
café claro con valores de 13.37 mm.

Si tomamos como ejemplo, el color de los materiales que
generalmente se producen en la zona, en el caso del frijol negro,
los materiales donde se puede seleccionar en el banco de semilla,
solo llegan a 10.61 mm, muy distante del valor medio del material
de comparación y en el caso de los frijoles rojos, que son
los otros materiales que se propagan con frecuencia, el valor es
un poco más elevado, llegando a 11.15, pero también
en desventaja con relación a los materiales café
claro.

4.4. Análisis del largo promedio para las
forma.

Estas cuatro formas encontradas en el experimento no son
necesariamente las únicas formas en las que podemos
encontrar a los materiales de frijol, pero fueron las más
representativas para este caso.

Muchas veces, este es un aspecto tomado en
consideración por los productores a la hora de seleccionar
el material de propagación, aunque no lo relacionen
directamente con el rendimiento o la calidad propia del
grano.

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Figura 4. Largo promedio de los
materiales atendiendo a su forma.

El valor medio para esta variable atendiendo a la forma
es de 11.63 mm, muy similar a los valores presentados por la
forma arriñonado recto, que es la forma más
común del material de propagación en la zona de
estudio.

Se quedan por debajo de la media de los materiales
estudiados, la forma ovoide y la forma pequeño cuadrado,
esta última algo distante de la media de la muestra y
mucho más alejada del valor máximo en poder de la
forma arriñonado curvo.

4.5. Análisis del ancho promedio de los
materiales atendiendo a la forma.

El ancho medio de un material de frijol también
es una variable fuertemente vinculada a la variedad de que se
trate, pero aspectos relacionados con el desarrollo del grano,
pueden influir en los valores medios de la misma.

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Figura 5. Ancho promedio atendiendo a
la forma de los materiales.

Los valores medios observados en esta experiencia para
el total de la muestra, atendiendo a su forma, fue de 6.41
mm.

Según se puede observar en la figura 5, esos
valores medios son muy similares a los presentes en la forma
arriñonado recto, estando muy cercanos en este caso, la
forma ovoide y algo más distantes los pequeños
cuadrados. Este comportamiento es muy similar al observado en la
variable anterior, es decir, el largo promedio de los materiales,
siendo quizás una norma de comportamiento para los
aspectos de forma de los materiales.

4.6. Análisis del ancho promedio de los
materiales atendiendo al color.

Siendo el color una característica que
generalmente indica la variedad o material y hasta su lugar de
origen, ambos aspectos deben estar fuertemente relacionados a la
hora de su comportamiento dentro de una muestra.

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Figura 5. Ancho promedio de los
materiales atendiendo a su color.

El ancho promedio de los materiales atendiendo a su
color fue de 6.67 mm para todos los materiales de la
muestra.

Este valor es muy próximo al valor que presentan
los materiales de color rojo y superior al valor alcanzado por
los materiales con coloración crema oscuro, pero muy
distante de los valores alcanzado por los materiales crema
claro.

El comportamiento de esta variable es bastante estable
para todas las coloraciones presente en la muestra, con la sola
excepción de los materiales crema claro que tienen un
comportamiento muy superior.

Partes: 1, 2

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