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Por qué creer en Dios es más razonable




Enviado por Leroy E. Beskow



Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Ocho
    argumentos a favor de la existencia de
    Dios
  3. Lo que
    creacionistas y evolucionistas reconocen
  4. Pero
    la verdad permanece…
  5. Preguntas que los evolucionistas no
    responden

Introducción

Llama la atención que según las encuestas,
en muchos países tradicionalmente ateos, como Uruguay,
donde viví por varios años, la mayoría de
sus habitantes hoy dice creer en Dios. En Uruguay, del 25%
llegó al 86%; y buena parte de los que antes negaban ser
supersticiosos, rechazando relacionarse con toda religión,
ahora integran las filas de las religiones más
supersticiosas, como el culto a la diosa
Lemanjá.[1] Las encuestas realizadas en
EE.UU. nos dicen que el 40% de los científicos cree que
Dios responde a sus oraciones; el 45% lo niega, y 15% no se
siente seguro. Sin embargo, en los ámbitos
académicos, la postura que prevalece es la misma que
existe en casi todo el mundo científico. Es a saber que
Dios, si existe, es una creencia que se mantiene a nivel personal
y familiar.

Según una encuesta realizada para la American
Association for the Advancement of Science (AAAS) por el Pew
Research Center en mayo y junio de 2009, concretamente un 51% de
los científicos norteamericanos afirmó creer en
Dios o en un poder superior, mientras que el 41% restante se
declaró ateo. Así que los científicos hoy no
creen menos en Dios que hace cien años, cuando se
realizó la primera encuesta sobre el tema en esa
comunidad. La encuesta reveló también que mientras
el 87% de los científicos afirma que la vida
evolucionó a lo largo del tiempo siguiendo procesos
naturales, sólo el 32% del público cree que esto es
cierto.

Vemos que, aunque no hay modo de aprobar ni desaprobar
su existencia, la mayoría de los hombres de ciencia cree
que Dios no debe estar presente en las pruebas de la ciencia.
Esta actitud se originó en el Renacimiento, cuando muchos
comenzaron a investigar las cosas con más detenimiento,
sin mezclarlas tanto con las ideas prevalecientes por los
religiosos medievales. Entonces todo estaba relacionado
directamente con lo satánico o el poder milagroso de Dios,
y el misterio era un campo prohibido reservado para la
Divinidad.

Cuando la Iglesia Católica se levantó
contra los descubrimientos divulgados por Galileo, muchos
llegaron a darse cuenta de que la religión cristiana
más popular, estaba distanciada del razonamiento
lógico, y como resultado, ya en los siglos XVII y XVIII se
vieron las primeras consecuencias.

Una de las ideas religiosas prevalecientes era que todos
las razas de perros y todas las especies vivientes fueron creadas
directamente por Dios, y que esas especies estaban sujetas a
extrema fijeza. Pero en el siglo XIX, en sus viajes por distintos
continentes, Carlos Darwin vio que eso no concordaba con la
realidad. Y como era creyente, nació en su mente un
conflicto que reveló en una carta a un amigo: "Me doy
cuenta de que estoy en una confusión total e insoluble. No
puedo creer que el mundo tal como lo vemos sea resultado del
azar; pero tampoco puedo ver cada cosa individual como el
resultado de un Designio".[2]

Darwin estaba en lo cierto. Pero entonces cometió
un primer error que un verdadero científico no debe
cometer. Y lamentablemente ese error se extendió con tanta
fuerza, que recién hace pocos años está
comenzando a ser detenido por la razón.
¿Cuál era ese error? Había decidido
investigar personalmente la vida natural, pero no hizo lo mismo
con la Biblia que tenía en su casa. En lugar de verificar
la enseñanza religiosa prevaleciente, la aceptó
como Palabra de Dios. Y por lo tanto, dejó de creer en
ella; y finalmente en un Creador.

Si Darwin hubiera leído la Biblia, habría
tenido las pruebas suficientes para rechazar las
enseñanzas de los religiosos de entonces, antes de viajar
por el mundo y verlo con sus propios ojos. ¿No dice ya en
el Génesis, que todas las razas humanas son el producto de
la variedad de una sola pareja humana (Génesis 4-11; S.
Lucas 3:23-38)? ¿No es esto micro-evolución, es
decir una variación dentro del mismo género? Las
razas humanas no fueron creadas por Dios, sino que es el
resultado de las leyes de la herencia con mutaciones, muchas de
ellas degenerantes, que se realizaron directa o indirectamente
por la desobediencia del hombre.

El segundo error de Darwin fue sostener sin probar (lo
que tampoco hace un verdadero científico(, que la
selección natural es la base de la evolución
natural, y puede crear nuevas especies más complejas y
evolucionadas. Pero, ¿cómo llegaron a la existencia
los primeros seres vivos, como el flagelo bacteriano, que hoy se
sabe que contienen mecanismos mucho más complejos de lo
que creían, antes que se multiplicaran y existiera la
competencia y la selección natural? Si Darwin
confesó que no podía creer "que el mundo tal como
lo vemos, sea resultado del azar", y todavía no
existía la selección y la mutación de seres
vivos, ¿quién es el que diseñó la
primera vida?

En tercer lugar, todos sabemos que la selección
natural no crea, sino que selecciona. No mejora una especie ni la
hace más compleja; y puede llegar a ser la causa de su
extinción. En el mejor de los casos, puede elegir entre
los mejores de la variedad de su especie. Aquí no se
perfecciona algo, sino que se lo mantiene en un estado
óptimo. Como veremos más adelante, este
conocimiento ha llevado a muchos darwinistas a poner al mismo
Darwin en la lista de sus investigaciones.

Si tuviéramos la oportunidad de estar presentes
en un diálogo de un evolucionista con un creacionista,
escucharíamos algo semejante:

Creacionista: ¿Por qué no cree en un
Diseñador en la naturaleza?

Evolucionista: Porque soy un hombre de ciencia. Respeto
su creencia, pero no puedo aceptar algo que no pueda examinarlo
personalmente. En cambio la evolución es una ciencia,
porque sabe explicar claramente qué es lo que formó
el cosmos y la vida.

Creacionista: ¿Qué es lo que lo
formó? ¿Quién o qué formó el
hidrógeno y los demás elementos y dispuso todo en
su exacto lugar para formar el universo que hoy conocemos, y
finalmente la vida de una sopa pre-biótica?

Evolucionista: No fue una inteligencia, sino el "azar".
Se entiende un "azar" distinto al que actúa hoy, porque
reunió las partículas pre-atómicas hasta el
punto de producir una gran explosión, y con él
crear la "partícula de Dios"; entonces el primer
átomo en solo tres minutos después del Big Bang, y
finalmente la vida.

Creacionista: ¿Entonces es científico
creer que la complejidad que vemos en la naturaleza, fue
diseñada por un azar que usted ni nadie ha visto, ni lo ha
podido examinar y probar en un laboratorio? Respeto su creencia,
pero la experiencia de la vida me ha enseñado que para
toda organización y diseño tiene que haber un
diseñador.

Evolucionista: Yo creo que fue por causas fortuitas,
porque así lo dice la mayoría de los hombres de
ciencia.

Creacionista: ¿Entonces la mayoría de los
científicos ha podido llevar ese "azar" a un laboratorio
para probar lo que sostienen?

Evolucionista: No, pero lo creemos.

Creacionista: Veo que ambos somos creyentes.

La ignorancia científica y bíblica de
muchos religiosos del siglo XIX fue tan marcada, que el libro
Origen de las especies de Charles Darwin, fue recibido
con mucho entusiasmo. Y fue en ese "Siglo de las luces" cuando
junto con el aumento del conocimiento, también
creció el número de deístas y
ateístas, como J.J. Rousseau, Thomas Paine, John Locke,
David Hume, Edward Herbert, John Toland, Friedrich Engels y Carl
Marx.

Olsen Ghirardi, comenta: "En resumen, Marx y Engels, se
niegan a afirmar que el universo es divino, pero le atribuyen los
atributos de la divinidad. No aceptan el rótulo de
panteístas, pero dan al universo los caracteres que las
meta-físicas panteístas otorgan al
cosmos".[3]

Julian Huxley escribió en 1923: "A la hora actual
se hace francamente insostenible esta visión u otra
cualquiera de Dios como un ser personal […]. O el Dios personal
es un Rector sin poder, o él es el mismo el universo; en
el primer caso se convierte en una simple mosca sobre la rueda;
en el segundo, volvemos a un franco
panteísmo".[4]

"Como corolario, Tresmont afirmó que es muy
difícil ser ateo si no se es panteísta. Todo
ateísmo que reflexiona sobre el universo se desliza hacia
el panteísmo. Y, si el ateísmo puro es impensable,
el panteísmo también, a su manera, es un
teísmo. Hay, es cierto, una transferencia de los atributos
de la divinidad pero nada
más".[5]

¿Por qué no puede haber ateísmo sin
panteísmo? Este es uno de los puntos que destacaré
más adelante, cuando estudiemos brevemente la
teoría de la evolución progresiva del protozoario
al hombre.

El autor

Ocho argumentos a favor
de la existencia de Dios

A continuación presento ocho razones por
qué creer en Dios es más razonable que negar su
existencia.

1º CREO EN DIOS AUNQUE NO PUEDA
PROBARLO CON MÉTODOS CIENTÍFICOS
COMUNES

Los conocimientos han aumentado enormemente gracias a
que, desde Francis Bacon, los hombres de ciencia establecieron el
sabio principio de no creer la existencia de algo, sin que sea
probado con repetición y captado por los sentidos del
hombre. Por lo tanto, la primera meta del científico es
desconfiar de lo sobrenatural, y buscar una explicación
que se ajuste a las leyes naturales. No puede dar una
explicación subjetiva sino objetiva. Bien. Pero,
¿qué debemos hacer cuando nos enfrentamos ante un
fenómeno que no se ajusta a las normas científicas
establecidas? ¿Qué hacemos cuando el objeto no lo
podemos palpar ni ver para llevarlo a un laboratorio?

Aquí los científicos de hoy revelan un
alto grado de subjetividad. Por ejemplo, aunque no la han visto
ni probado, creen haber encontrado el bosón de Higgs, la
partícula elemental llamada "partícula de Dios",
que pudo haber formado la maza en el universo. Pero al mismo
tiempo, aunque la naturaleza revela la posibilidad de un designio
inteligente, creen que es anticientífico admitir la
existencia de Dios, porque todavía no se lo ha visto.
Según David Masci, investigador del Pew Forum on Religion
and Public Life de Estados Unidos, alrededor de un 40% de los
científicos norteamericanos niegan que Dios existe.
Lógicamente, si, como afirma la Biblia, la "tierra" donde
se encuentra el Creador del universo estaría en el lugar
más alejado de nuestro mundo (Isaías
13:5),[6] sería muy remota la posibilidad
de encontrarse con Él.

Por negar lo que no se podía ver, llevó a
Tolomeo y a científicos de su tiempo a afirmar que el
número de estrellas llegaba a 5119; negando, por supuesto,
que son como "la arena de la orilla del mar", como decía
la Biblia un siglo antes (Hebreos 11:12). Pero esa es la forma
como actúan muchos. Por ejemplo, el Nobel John A. Wheeler,
argumenta: "Ningún fenómeno elemental es un
fenómeno hasta que es un fenómeno
observado".[7] En otras palabras, para él,
si el hombre no lo ve no existe. Por supuesto, no todos piensan
con la misma confianza propia de este
científico.

Entonces, un hombre de ciencia que niega un hecho porque
no lo puede ver y repetir en un laboratorio, puede estar cerrando
la posibilidad de ampliar su conocimiento. Hay muchos
fenómenos que se pueden aceptar como hechos probados,
aunque no se los pueda repetir. Este es el caso, por ejemplo, de
los juicios legales, donde se busca un veredicto serio basado en
el estudio de un hecho irrepetible. El matemático Wiliam
Dembski dice que tanto los postulados de la teoría de la
evolución como del Diseño inteligente, pueden ser
examinados con los mismos métodos que emplean la ciencia
forense, la arqueología y la
criptología.

Cuando un evolucionista ateo niega la existencia de un
diseñador, porque no lo ve, está negando para
sí las posibilidades de que la teoría de la
evolución pueda ser admitida. ¿Por qué?
Porque él nunca pudo ver si el azar, junto con la
selección y las mutaciones, pudo crear los ojos compuestos
de los trilobites que estaban constituidos de 100 a 15,000 lentes
en cada ojo. Tampoco vio si es cierto que se puede construir
nuestro cerebro en forma fortuita. Nunca pudo ver que el azar
presente en el cámbrico, diseñó esos
complejos y bien adaptados animales a partir del
pre-cámbrico, cuando estaba casi ausente de vida, y los
pudo hacer súbitamente. Ni siquiera ha visto dar vida a la
materia inerte, por medio de expertos diseñadores humanos
en el más sofisticado laboratorio del mundo. Por eso
tantos ateos hoy hablan del "milagro de la vida" y de "los
milagros de azar", pero —qué gran
contradicción— dicen que es ridículo aceptar
los milagros de un diseñador.

El segundo gran problema del hombre de ciencia, que
quiere obrar con objetividad y sin preconceptos, es cuando se
encuentra con un fenómeno que no se ajusta a las leyes
divulgadas por las academias científicas
contemporáneas. Hasta Isaac Newton, la mayoría de
los científicos no podían aceptar que, como dice la
Biblia en Job 26:7, la tierra estuviera flotando en el espacio
sin caerse. Para ellos era ridículo, porque
desconocían la ley de gravitación universal.
Lamentablemente, otro argumento que generalmente hoy emplean los
evolucionistas contra el Diseño inteligente, es que no
puede ser admitido como teoría científica, porque
lo duda la mayoría los hombres de ciencia. Vemos que la
historia se repite; y se sigue buscando la verdad en base al
número de votos, como si la ciencia se tratara de un
partido político.

Jerry Coyne, de la Universidad de Chicago, y un buen
número de evolucionistas, argumentan que si en la
naturaleza hubiera un Diseñador inteligente, sería
contradictorio que ese diseñador creara los elementos
negativos que existen en la naturaleza. Este razonamiento parece
muy lógico, pero muestra un gran desconocimiento de la
Biblia, que sus opositores deberían conocer antes de
acusar al Diseñador de lo que no hizo.

Otro argumento muy repetido por los evolucionistas
ateos, es que el Diseño inteligente no puede ser aceptado
como teoría científica, porque con la existencia de
ese "diseñador", se trata de explicar todo lo que se
ignora. Este sí podría ser un buen argumento. Pero
es exactamente el mismo problema que tiene la teoría de la
evolución -que por esto sigue siendo una
teoría-. Con el azar y el tiempo pretenden explicar
casi todo, a tal punto que muchos se preguntan para qué
existen universidades y complejos laboratorios para llegar a
saber que, mediante el azar, la naturaleza puede lograr mucho
más que todos los hombres de ciencia en toda su vida. Si
esto es verdad, ¿por qué no permiten que el azar
del presente también resuelva sus problemas? ¿Por
qué en lugar de estudiar y discutir acerca del origen de
la vida, no se dedican a arrojar dados sobre una mesa -o
moléculas en un caldo prebiótico-, diciendo al
mundo que esto sí es ciencia? ¿Por qué no
usan el azar como prueba en sus laboratorios? Muy simple: Porque
ya se convencieron de que, salvo un milagro, es
imposible.

Como lo señaló Thomas S.
Kuhn,[8] la historia de las ciencias nos
enseña que las nuevas leyes científicas no siempre
se suman a las anteriores, sino que en un buen número de
veces las cambian, provocando una verdadera revolución
académica. De esa manera, lo que era objetivo llega a ser
con el tiempo subjetivo.

Así también un hombre de ciencia que
quiere ser objetivo, tiene todo el derecho de poner en duda lo
que no se puede examinar académicamente, pero no es justo
que niegue los hechos sobrenaturales que se narran en la Biblia o
en cualquier otro libro que asegure decir la verdad, mientras
no pruebe lo contrario
. Su obligación es investigar la
narración para verificar qué es verdad y qué
es una leyenda. Pero, si no puede darle una explicación
natural, como es el caso de la aparición de la vida y su
mantenimiento, que va contra la segunda ley de la
termodinámica, no tiene el derecho a negar lo sobrenatural
(en realidad, todo lo que para el hombre es sobrenatural y
milagroso, para Dios puede ser el cumplimiento de una ley que
desconocemos(. Lamentablemente, son muchos los que lo hacen sin
conocer nada de la Biblia, y por prejuicio rechazan al Creador
sin molestarse en probar la supuesta inexistencia. De esa manera,
cometen el mismo error que destacan de los tozudos religiosos de
la Edad media.

Duane Gish escribió: "El autoritarismo de la
Iglesia medieval ha sido reemplazada por el autoritarismo del
Materialismo Racionalista […] Es hora de
cambiar".[9] Esta forma de pensar no hace bien a
la ciencia, porque está basada en una
presuposición: Que la Biblia es un libro religioso, y por
lo tanto no puede ser admitido por la ciencia, y que la fe lleva
a todos los religiosos a ser igualmente irracionales. Pero el
razonamiento de Gerald Connell es saludable, cuando dice que
frente a la controversia teísta-ateísta, hay 50% de
probabilidades de que Dios exista y otros 50% que se lo pueda
negar. Por lo tanto, concluye que ninguna persona razonable viola
la lógica cuando elige una de las dos
opciones.[10]

Esperamos que cuando los hombres de ciencia lleguen a
saber que la Biblia se adelantó hasta 3.500 años a
algunos descubrimientos de la ciencia, abandonen sus burlas y no
nieguen la redondez de la tierra, y que ella "cuelga" en el
espacio sin caerse. Tampoco nieguen el circuito de los vientos y
corrientes oceánicas; que el aire tiene peso. Que al
cumplir la cuarentena de Moisés —en medio de las
burlas de los científicos del siglo XIV— se pueda
parar en seco una peste, como ocurrió con la peste negra
europea; que la grasa animal es perjudicial para el hombre, y que
hay cierto grado de variación en las especies, simplemente
porque un libro religioso lo dijo antes. Aunque les cueste
reconocer –y me imagino la sorpresa que puede causar en
muchos de los ateos evolucionistas que no sabían
esto–, estarán obligados a confirmar así que
la Biblia tiene razón siendo un libro religioso; y que
estas enseñanzas religiosas deben ser aceptadas en las
investigaciones académicas, no porque los
científicos tienen que ser religiosos y deben
enseñar religión en las instituciones estatales,
sino simplemente porque los hechos las confirman. No les pedimos
que digan a sus alumnos, que estas verdades ya estaban escritas
en la Biblia. Sólo esperamos que en su interior sean
más humildes y respeten el derecho de Autor.

2º CREO EN DIOS PORQUE LA"CAUSA
PRIMERA" DEL UNIVERSO FUE LA QUE ESTABLECIÓ LAS LEYES DE
LA NATURALEZA

A medida que fue aumentando el conocimiento, las
teorías del origen de nuestro planeta fueron pasando de la
geocéntrica (la tierra como centro) a la
heliocéntrica (el sol como centro); luego al origen de las
galaxias a partir de una nube de hidrógeno, para
finalmente concluir en un origen universal común, como
también dice la Biblia (Génesis 1:1; Isaías
48:13).

El Big bang es la teoría que se opone a la que
sostiene que el universo siempre ha existido así como lo
conocemos. También le llaman "La Gran Explosión" o
teoría "Estándar", que es la teoría
más admitida actualmente -aunque también la
más discutida por los graves problemas que todavía
no pudo resolver-. Parte de un centro universal hace 13.810
millones de años -aunque ahora admiten que podría
ser mucho antes-. Se cree que a partir de lo que llaman
"singularidad", es decir en un estado de densidad infinita que
podríamos llamar vacío casi total, se formó
una especie de sopa de partículas elementales
subatómicas a muy altas temperaturas, que no saben
explicar cómo; de dónde aparecieron, ni
porqué ley se juntaron, pues las fuerzas gravitacionales
de hoy no apoyan la teoría. En un solo punto del espacio
universal se formaron los quark y antiquark, que se unieron por
una poderosa fuerza que no se explica, y elevó aun
más la temperatura hasta producir una explosión
universal. Y en una millonésima fracción de segundo
de la explosión, se formó primero el "bosón
de Higgs", las primeras partículas con masa; luego los
protones, antiprotones, electrones y neutrones necesarios para
que luego pudieran surgir los primeros átomos de
hidrógeno con sus isótopos (el protio, deuterio y
el tritio), en sólo tres minutos y medio. A la media hora
ya se había formado un plasma de hidrógeno y helio,
y después el litio y finalmente el berilio. Un
millón de años después que esta fuerza
atómica se enfriara y se expandiera en el espacio, se
agruparon formando gérmenes de galaxias, donde muchas
estrellas de gran masa explotaron como supernovas, produciendo
los átomos de carbono, necesarios para la vida, y los
átomos más pesados como el plomo, el hierro, el
uranio, etc.; y 100 millones de años más tarde las
galaxias, para que finalmente, a los 10.000 millones de
años después, se originara nuestro sistema
solar.

Todo parece muy razonable, hasta que nos preguntamos,
¿cómo fue posible que una fuerza inconsciente pudo
haber formado por azar el átomo de hidrógeno y sus
isótopos en pocos minutos? Ahora se sabe que el
átomo es mucho más complejo de lo que se pensaba. Y
está regido por leyes tan sofisticadas, que ni el
más destacado hombre de ciencia puede entender plenamente
y menos reproducir. Por eso, especialmente a partir de los
estudios de la mecánica cuántica iniciada por Bohr,
y con la ayuda del microscopio electrónico, se multiplican
los modelos atómicos y las teorías.

Así que aquí, una "Causa primera"
inconsciente, no puede ser razonablemente admitida sin entrar en
el primer círculo vicioso: O las normas atómicas se
formaron antes de las partículas subatómicas, o
fueron estas partículas las que las establecieron sin
tener conciencia de sus actos; pues todos sabemos que si hay
leyes naturales tiene que haber en la naturaleza un legislador.
Estas normas están tan bien establecidas, que Dmitri
Mendeléyev pudo mostrarnos la tabla periódica de
los elementos. Y el hidrógeno, que en la teoría
Estándar es el más antiguo de los átomos,
permanece estable sin variación después de miles y
miles de millones de años. Así que cualquiera sea
la respuesta del que rechaza la existencia de un legislador
universal, sea personal o no, queda en la
insuficiencia.

Hoy, el origen del cosmos ha sufrido un cambio notable.
En lugar de 13.700, que después se concretó
"exactamente" en 13.810 millones de años, se cree ahora
que el origen fue hace 14 billones, mediante una partícula
que le llaman "inflaton", bajando la temperatura inicial por la
explosión a 1028 ºC; formándose los gluones,
quarks, fotones y el plasma a 1027 ºC. Al aglutinarse los
quarks en grupos de tres, dieron origen a los protones y
neutrones a 1015 ºC. Y al enfriarse en 3000 ºC formaron
los primeros átomos neutros.

Pero los problemas continúan: ¿Cómo
logró el azar que al único protón del
hidrógeno se le sumara otros en el mismo núcleo,
formando el helio y los demás átomos de mayor masa
atómica? La ley que conocemos nos dice que dos protones
juntos con la misma carga eléctrica se deberían
repeler, destruyendo enseguida el núcleo del átomo.
¿Qué ley conocía entonces el azar; o
qué hizo para que estas dos fuerzas positivas obraran
juntas en el breve tiempo en que se formó el helio,
según proponen? ¿Cómo sabía que la
fuerza electrostática debía ser equilibrada
exactamente con la fuerza nuclear fuerte, para evitar que los
protones volaran en pedazos? Aquí vemos una fuerza
inconsciente universal que es más inteligente que el
hombre, siendo el único ser que se asombra al saberlo,
porque posee la capacidad intelectual para
reconocerlo.

Entonces se creó la hipótesis de la
presencia del "gluón". El Premio Nobel de Física,
Leon Lederman, dijo que esta fuerza misteriosa es capaz de fijar
la masa del resto de las demás partículas
existentes.[11] Pero todavía muchos dudan
de la existencia de los "gluones". Stephen Wolfram dijo que la
llamada "partícula de Dios", o bosón de Higgs,
puede producir sorpresas, porque todavía hay mucho que
desconocemos. Mart de Groot, director del Observatorio Armagh en
Irlanda del Norte, tuvo que decir: "El Big Bang no ofrece una
explicación del origen de la materia primordial en
sí".[12] Sólo esto ya es suficiente
para que el investigador sin prejuicios admita que esa Causa
Primera universal no pudo ser inconsciente. Lo que llama la
atención, es que muchos científicos que son
evolucionistas no aceptan que Dios pueda ser el origen del Big
Bang, porque dicen que nadie estuvo presente para probarlo. Pero,
como vimos, no están dispuestos a aplicar la misma regla
para su teoría que llaman científica. Esta es una
de las causas por qué en los EE.UU. se ha iniciado una
controversia con demandas judiciales, que los mismos defensores
de la teoría de la evolución ya admiten que no
concluirá en años, porque los norteamericanos, en
su gran mayoría, son contrarios a la
evolución.

Un poco más de la mitad de los científicos
creen en Dios, pero no se animan a manifestarse por temor a que
le nieguen a publicar sus investigaciones. No sucede lo mismo con
algunos científicos más jóvenes de entre 18
y 34 años de edad. La controversia que se desató en
una escuela estatal de Denver, en 2004, ayudó a varios
científicos desconformes con el darwinismo, a promover
diálogos públicos. Pero Richar Dawkins y otros
ateos trataron de impedirlo, argumentando que no estaban
dispuestos a discutir con científicos ignorantes -por
supuesto era una excusa, ya que sí respondieron mediante
editoriales que sólo daban entrada a los
científicos evolucionistas-. Esto motivó a que
Phillip Johnson, que en 1991 había publicado con
éxito su libro: "Darwin a examen", se uniera con el
bioquímico Michael Behe, autor del libro "La caja negra de
Darwin", y el profesor de filosofía Williams Dembski, para
proponer la teoría del "Diseño inteligente".
Entonces la controversia se extendió a Kansas, Missisipi,
Arkansas, Minnesota, Nuevo México y Ohio, recibiendo el
apoyo de unos 400 científicos
más.[13]

Es correcto impedir la enseñanza religiosa en los
centros estatales de estudio. Pero no lo es cuando se argumenta
que el "Diseño inteligente" no se lo debe aceptar porque
puede tener el apoyo de las religiones fundamentalistas; o porque
aseguran que se trata de una enseñanza religiosa con una
máscara de ciencia, ya que algunos de ellos no creen la
Biblia ni en un Dios personal. Además, es también
una de las tantas causas por qué la teoría de de la
evolución biológica hoy está en crisis, como
veremos después. De paso, es paradójico que, sin
saber, muchos de estos científicos ateos enseñen en
las instituciones estatales, conocimientos cuya fuente primera
fue la Biblia, y confirmen leyes que fueron descubiertas por
religiosos como Newton.

Volviendo a la teoría del Big bang, el
físico Paul Davies calculó que para que la gran
explosión cósmica se expandiera sin la
intervención de un diseñador inteligente, con la
"precisión" que necesitó para llegar a la
posición actual, las probabilidades necesarias
llegarían a una parte entre
10.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.[14]

Las últimas mediciones de la constante de Hubble,
que permite calcular la edad del universo, nos revela un valor
alto que hace que el universo sea de sólo 8.000 millones
de años. Por lo tanto, habría estrellas más
antiguas que el mismo universo que las cobija, y la teoría
del Big bang quedaría en descrédito. Se han
detectado supercúmulos de galaxias de 300 millones de
años luz. Para formar esas estructuras gigantescas, se
requeriría de 80.000 a 100.000 millones de años, lo
que es cuatro veces la edad posible del universo de acuerdo con
el Big bang. Además, ahora se sabe que la densidad de
materia universal es 100 veces menor a lo exigido por la
teoría; y esto ya la hace insostenible. Es por eso que
ahora se anuncia un origen mucho más antiguo. Pero no
sabemos cuánto tiempo durará, hasta las nuevas
hipótesis cósmicas que se divulguen.

En enero de 1986 se reunieron en un simposio los cinco
científicos más destacados y famosos de la
física y la astronómica, entre los cuales se
encontraba todavía en vida el conocido Carl Sagan. Cuando
en un momento se dio lugar a preguntas, una mujer preguntó
cómo pudo formarse a partir "de una sola masa
cósmica" de hidrógeno, todo lo que vemos en el
universo y en la tierra. Los cinco panelistas "se miraron unos a
otros", y luego de un largo silencio, el Dr. Bruce Murray,
vicepresidente de la Sociedad Planetaria, dijo: "Señora,
Ud. ha hecho la pregunta más difícil para un
astrónomo del espacio y quizás para todo
científico […] No sólo no sabemos la respuesta,
pero quizás la ciencia nunca lo
sabrá
".[15]

A pesar de esto, el astrofísico inglés
Brandon Carter, habla del "Principio Antrópico" (1974),
asegurando que "el universo resulta tener, con toda exactitud,
las propiedades requeridas para engendrar un ser capaz de
conciencia y de inteligencia".[16] Si asombra
pensar que este azar logró fabricar el átomo,
¿cuánta fe necesitaríamos para aceptar que
también logró formar al hombre?

3º CREO QUE DIOS ES ETERNO PORQUE
"LA PRIMERA CAUSA" TIENE QUE SER ETERNA

Como sabemos desde 1842, la primera ley de la
termodinámica nos dice que la energía es eterna, no
se crea ni se destruye sino que se transforma. Por lo tanto, si
esa energía fue capaz de generar por sí misma las
leyes del átomo, la Causa Primera universal no sólo
tiene que ser más inteligente que el hombre, sino
también eterna.

Robert V. Gentry, físico nuclear del Laboratorio
Nacional de Oak Ridge, EE.UU., descubrió que en ciertas
rocas precámbricas existe un granito de grandes manchas
oscuras, donde aparecen marcados "halos de polonio" radioactivos
(218Po), que tienen una vida media de 3,05 minutos. Esto anuncia
que la formación de estas rocas con el "polonio
primordial", no pudieron ser formadas en los largos
períodos evolucionistas, sino en forma instantánea,
lo que apoyaría la postura creacionista. Como la
investigación fue rechazada por los evolucionistas, Gentry
pidió que lo sintetizaran como ellos decían que se
podía producir. Pero no pudieron. Por la fuerte
presión que ejercieron ellos; y ocultándole por un
tiempo la documentación, las editoriales
científicas se negaron a publicar el trabajo. Pero como
parte de la investigación era de interés nacional,
tuvo que ser presentado en el Congreso Nacional en 1982. Desde
entonces ha pasado más de un cuarto de siglo; nadie ha
podido negar esta realidad, y la comunidad evolucionista
todavía sigue manteniendo un vergonzoso
silencio.[17]

La Biblia venía diciendo: "Por la palabra de
Jehová fueron hechos los cielos, y todo el ejército
de ellos por el aliento (o "energía creadora" que
salió([18] de su boca" (Salmos 33:6).
Aquí dice que esa energía eterna salió del
Dios eterno (1 Crónicas 16:36) -porque entendemos que Dios
no se crea ni se destruye -. Entonces, ¿por qué esa
Causa primera, inteligente y eterna que revela la naturaleza, no
puede ser ese Dios inteligente y eterno que señala la
Biblia? Que le llamemos "Fuente de origen", "Causa primera",
"Fiat", "Campo creador", "La Madre naturaleza", "Diseño
inteligente" o "Dios", no niega el hecho ni lo cambia, siempre
que admitamos sus capacidades infinitamente superiores al hombre,
y su tremendo poder.

4º CREO EN DIOS PORQUE, SI LA"CAUSA
PRIMERA" ES INTELIGENTE, TIENE QUE SER UNA PERSONA Y NO UNA
SIMPLE ENERGÍA CIEGA

Cierto día Juan, un niño de seis
años, estaba jugando en la playa con su hermano

Milton de ocho. Habían terminado de hacer un
palacio de arena húmeda, y se les ocurrió poner en
las ventanas láminas grandes de mica, que abundaban en el
lugar. Luego de recoger algunas, Milton creyó ver otra.
Pero cuando la desenterró y la tomó, se dio cuenta
de que era una medalla de plata que alguien había
perdido.

"¡Juan, mira qué mica tan extraña!"
(dijo Milton para ver qué decía su hermano menor(.
Cuando Juan la vio, su hermano continuó diciendo: "Mira lo
que pudo hacer la naturaleza. Es grandioso, ¿verdad?".
Pero Juan dijo sin titubear: "Las rocas no pueden hacer estas
cosas". Cuando un profesor presentó una síntesis de
la teoría de la evolución natural, un alumno
levantó la mano y dijo: "¿Quiere decir que somos
polvo de estrellas?" Luego de la respuesta afirmativa del
profesor, el alumno continuó: "Es increíble lo que
pudo lograr ese "polvo", ¿verdad?"

El niño Juan y el profesor, pueden representar a
dos grupos de personas: Los que razonan que todo diseño
tiene un diseñador, y los que creen, aun contra toda
razón, que el diseño en la naturaleza es el
producto de la casualidad. Estos últimos son los que creen
que los átomos de hidrógeno de la Gran
Explosión, fueron capaces de preparar las cosas con tanta
sabiduría que lograron hacer el hombre.

"Dejemos que pasen miles de millones de años y el
tiempo lo logrará (dicen con convicción(. "El azar
inconsciente lo puede lograr después de millones de
pruebas; y aquí entra el cálculo de
probabilidades". Pero la segunda ley de la termodinámica,
nos dice que es justamente el tiempo el enemigo número uno
de la teoría de la evolución natural. Cuánto
más tiempo se deje algo en manos del azar, más
posibilidades habrá que se degenere y se destruya.
Sólo una fuerza externa e inteligente a la naturaleza
puede anular la segunda ley de la termodinámica,
también llamada "principio de la entropía" y "ley
de la desorganización progresiva de la materia" (que la
Biblia lo señaló 18 siglos antes como "la
esclavitud de corrupción" (Romanos 8:21). Los
evolucionistas creen que con la acción del sol, el sistema
termodinámico deja de ser un sistema cerrado, y permite
así que el protozoo evolucione hasta llegar al
hombre.

Pero, ¿es verdad lo que dicen? Sí, en una
pequeña parte, pero no permite dar una respuesta
aceptable. Si dejamos abandonado a un lujoso automóvil por
un largo tiempo, los rayos cósmicos, el sol, el
óxido, el viento y la arena lo convertirán en un
montón de chatarra. Aunque Albert Sent.-Giorgi (1937,1955)
propuso la teoría de la Sintropía donde los seres
complejos tienen un mecanismo que se opone a la entropía,
sabemos muy bien que si abandonamos un bebé en una isla
calentada por los rayos del sol, sin la presencia de un ser
inteligente, seguramente morirá. Y si abandonamos unas
proteínas en el mar o en un charco de agua, por efecto de
la hidrólisis no evolucionará para llegar a ser una
proteína más compleja, como el ARN y el ADN, sino
que, al contrario, la molécula se desintegrará en
pequeños aminoácidos. Hoy se sabe que el ARN en
condiciones prebióticas, y en medio acuoso se rompe en
corto tiempo.[19]

Pero hay hombres de ciencia que tienen tanta fe en la
teoría de la evolución, que contra todo este
conocimiento y contra todas las leyes naturales que conocen,
creen que se lo puede lograr sin una causa primera inteligente y
externa a la naturaleza, después de períodos de
tiempo aún mayores. Así que, si esas
proteínas elementales para la vida se las dejara en el
agua por miles y millones de años, aseguran que la segunda
ley de la termodinámica dejaría de actuar, y el
azar no sólo fabricaría el ADN (que de paso
sólo se lo consigue de otra vida(, sino también la
vida y finalmente el hombre con todas sus capacidades
intelectuales.

Note con el siguiente ejemplo las capacidades que le dan
a este "azar": Según la teoría de la
evolución, muchas plantas primitivas eran
fanerógamas, es decir con órganos de
reproducción fácilmente observables; y todas
carecían de flores (gimnospermas). Las que tienen flores
(angiospermas) habrían sido creadas por las plantas
primitivas que observaron que los colores atrayentes
atraían a los insectos, los pájaros y los
murciélagos. Así que crearon formas de diversos
colores, pensando que si esos animales transportaban el polen de
los estambres al estigma del pistilo de otras plantas,
podrían reproducirse más
fácilmente.

Muy bien. Pero, ¿con qué ojos observaron
esas plantas el comportamiento de esos animales alados? ¿Y
en qué lugar estaba el cerebro que llevó a esas
plantas a conclusiones tan ingeniosas? Ellos responden: "Fue por
casualidad; sin un propósito".

Usted puede ver, amigo lector, que los que creen que
todo fue hecho por una energía inconsciente y no por un
diseñador inteligente, no sólo no obran con
objetividad, sino que además se contradicen y sostienen
una teoría que va contra todo conocimiento
científico. Basta ver, por ejemplo, el proceso sub-celular
de la fotosíntesis de los vegetales, que se cree que
involucra tantas etapas químicas como 500, de las cuales
nosotros entendemos "completamente" sólo unas pocas. Si se
reunieran todos los científicos del mundo para lograr
alimentar la población humana en la forma tan sencilla y
económica como lo realizan los vegetales, la noticia
daría vuelta al mundo como el logro más
extraordinario de todos los tiempos. Esta complejidad
bioquímica sólo podría funcionar
cumpliéndose todas las reacciones químicas y en su
debido orden. Un proceso en etapas sostenidas por azar por
millones de años, antes de ver su resultado, sólo
se podría aceptar si existiera un "azar" que sabe
más que nosotros.

5º CREO EN DIOS PORQUE LA VIDA NO
ES UNA CASUALIDAD SINO UN VERDADERO MILAGRO

Hasta las pruebas presentadas por Luis Pasteur en 1861,
muchos creyeron que la vida se puede formar
espontáneamente de la podredumbre. Los hombres de ciencia
no lograron ninguna molécula proteica significativa para
la vida en presencia de oxígeno. Por lo tanto, por mucho
tiempo se aseguró que no había oxígeno en el
caldo primitivo donde habría surgido la vida. Pero desde
la misión de la Apolo 16, en abril de 1972, se sabe que el
oxígeno se puede formar desde la alta
atmósfera.[20] Y en sus investigaciones,
Kenyon y Nissebaun notaron la necesidad del oxígeno para
la formación de algunos compuestos prebióticos,
como las microesferas de
aldocianoina.[21]

Se afirmaba que la vida se formó en el agua del
"caldo primordial", fabricando por casualidad sólo los
aminoácidos apropiados. De éstos eliminó la
mitad para que de los aminoácidos en formación D y
L sólo quedaran los 100 aminoácidos L
–levógiros, es decir los que giran hacia la
izquierda–; y únicamente con enlaces péptidos
en una secuencia funcional. ¿Qué probabilidad por
azar tendríamos para lograr esto? Bradley fijó el
cáculo en 10-191. Es decir, con una probabilidad
prácticamente cero. Todo esto antes que, por efecto de la
hidrólisis, las proteínas se desintegraran en
aminoácidos.[22] Pero los evolucionistas
tienen tanta fe, que aseguran que igualmente se produjo, y
continúan diciendo que su teoría es
científica.

Ellos sostienen que los elementos formaron por azar las
macroproteínas, como el ácido ribonucleico (ARN) y
el desoxirribonucleico (ADN); luego los órganos, porque a
pesar que Juan Lamarck sostuvo que "la función hace el
órgano" y esto quedó desmentido, todavía
insisten que se pudo lograr, y después… la
vida.

Pero, si fue por azar, debemos sujetarnos al
cálculo de probabilidades fortuitas para formar las
moléculas proteicas. Por ejemplo, para una enzima
típica de 200 aminoácidos, F. Crick obtuvo lo
siguiente: Número de pruebas al azar, 10120 (10 seguido de
120 ceros). Y Wallis calculó que las 2000 enzimas comunes
en toda vida, en sus 18 posiciones fijas, llega a
1040.000.[23] No bastaría la materia de
todo el universo para que esto se pudiera lograr sin una
intervención inteligente.[24] Aunque ya se
sabe que una macromolécula no se puede sintetizar sin la
intervención de otra vida, el matemático suizo
Carlos Eugenio Cuy, calculó el siguiente número de
posibilidades fortuitas: 10160. "La cantidad de materia que debe
agitarse" para formar cada molécula proteica de
significación, sumaría varias veces la materia que
hay en el universo conocido, con un tiempo indispensable de
"10243 años".[25] Y para formar un microbio
de los más simples, Harold Morowitz calculó el
siguiente número de pruebas: 10 seguido de 100 millones de
ceros.[26]

Partes: 1, 2

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