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¿Qué es la osteoporosis?



  1. Función de los huesos
  2. Pérdida de la masa
    ósea
  3. El
    Calcio
  4. La
    vitamina D
  5. ¿Cómo saber si tiene
    osteoporosis?
  6. Síntomas
  7. Complicaciones
  8. Cómo prevenir la
    osteoporosis
  9. ¿Cómo tratamos la
    osteoporosis?
  10. Aclasta: novedoso tratamiento para la
    osteoporosis
  11. El
    futuro

Monografias.com

La osteoporosis es una enfermedad de los
huesos, que afecta mayormente a las mujeres
posmenopáusicas (después de la
menstruación), caracterizada por una disminución de
la masa ósea, con la consiguiente debilidad y fragilidad
de estos, que se vuelven más susceptibles a las
fracturas.

Esta es una enfermedad muy frecuente, que
afecta a más de 10 millones de personas (8 millones
mujeres y 2 millones hombres) en EE.UU., pero solo una
pequeña proporción es diagnosticada y tratada.
Más de la mitad de las mujeres entre 70 y 80 años
tiene osteoporosis.

Solo en EE.UU. se reportan anualmente
más de 1.5 millones de fracturas por osteoporosis. De
estas, más de 300,00 son de cadera.

El envejecimiento progresivo de la
población hace prever un incremento en la prevalencia de
esta enfermedad en todo el mundo.

Función de
los huesos

Los huesos forman el esqueleto humano, que
le da soporte al cuerpo y ayuda en funciones tan importantes como
caminar y realizar otras actividades físicas.
Además, protege a órganos vitales como el cerebro y
el corazón.

Contrario a lo que la mayoría de la
gente piensa, el hueso no es un tejido rígido y
estático, sino que en el se llevan a cabo varias
reacciones químicas vitales, y sus células y
componentes minerales cambian y se renuevan constantemente. El
hueso está provisto de una rica circulación
sanguínea a través de una extensa red de arterias,
venas y capilares.

Durante la niñez, los huesos crecen
rápidamente, llegando a su longitud máxima durante
la adolescencia. Durante este período se puede ayudar a
que los huesos crezcan fuertes, consumiendo alimentos ricos en
calcio y vitamina D, y haciendo ejercicios
físicos.

En el período de los 20-30
años, los huesos se engruesan, alcanzando el máximo
de masa ósea. Es lo que se conoce como masa ósea
pico (MOP), y mientras mayor sea esta, menores serán las
probabilidades de tener osteoporosis en el futuro.

Pérdida de
la masa ósea

A partir de los 30 años,
gradualmente perdemos más hueso del que producimos, a una
tasa del 3% por década. En la mujer, a partir de la
menopausia (en promedio a los 51 años), empieza un
período de pérdida ósea rápida, que
dura alrededor de 10 años, a una tasa anual de alrededor
de 2%. O sea, que se puede esperar una pérdida aproximada
del 20% de la masa ósea durante este período. Este
proceso es más acelerado en unas mujeres que en otras. Por
eso hablamos de perdedoras rápidas y perdedoras
lentas.

La pérdida rápida de hueso en
mujeres después de la menopausia se atribuye al
déficit de estrógenos (hormonas femeninas) que
caracterizan a esta etapa de la vida.

En el hombre, que posee entre 30 y 50%
más de masa ósea que la mujer, la pérdida es
lenta y progresiva, alcanzando el 50% a los 80 años. En
algunos hombres la pérdida de hueso puede ser mayor,
poniéndolos con elevados riesgos de sufrir
facturas.

El
Calcio

El 99% del calcio del cuerpo está
almacenado en los huesos. El resto está distribuido entre
la sangre y el interior de las células, donde participa en
importantes funciones, como la contracción muscular, la
conducción nerviosa y coagulación de la
sangre.

Pero el calcio no está fijo, sino
que se mueve constantemente entre los huesos y la sangre,
según las necesidades. El hueso tiene células,
llamadas osteoblastos, que constantemente depositan calcio en los
huesos, y otras, llamadas osteoclastos, que destruyen hueso y
hacen que el calcio pase a la sangre. Este proceso constante se
llama remodelado óseo, y tiene por objetivo reparar
lesiones estructurales de los huesos.

La vitamina
D

La vitamina D está inactiva debajo
de la piel. Los rayos ultravioletas del sol la convierten a su
forma activa, cuya función es ayudar a la absorción
del calcio, desde los intestinos a la sangre, de donde
eventualmente pasará a mineralizar el hueso.

¿Cómo saber si tiene
osteoporosis?

Si tiene factores de riesgo para la
osteoporosis, su médico le ordenará una
densitometría ósea, un examen radiológico
que mide la densidad mineral ósea (DMO). Este examen se
realiza preferentemente en la cadera, ya que el resultado predice
los riesgos de fractura de cadera. Al mismo tiempo se puede medir
la columna vertebral. También el ? distal del antebrazo,
ya que esta enfermedad afecta todos los huesos.

¿Cómo se interpreta el
resultado? Esto se mide en comparación con la DMO promedio
de una persona de 20-40 años del mismo sexo y raza, lo que
se conoce como puntuación T (T score).

Según la Organización Mundial
de la Salud (OMS), una puntuación T normal debe estar por
encima de -1 DE (desviaciones estándar); osteopenia
es una disminución entre -1 y -2.5 DE, y, finalmente,
osteoporosis se define como una pérdida mayor de
-2.5 DE.

La osteopenia amerita seguimiento
médico, pues puede convertirse en osteoporosis. El riesgo
de padecer fracturas óseas está inversamente
relacionado con el valor de la DMO.

¿Quiénes deben hacerse una
densitometría ósea?

El examen se recomienda a las mujeres
posmenopáusicas con factores de riesgo y a todas las
mujeres a partir de los 65 años de edad.

¿Por qué unas mujeres
desarrollan osteoporosis y otras no?

Por razones hereditarias, unas mujeres
producen menos estrógenos que otras, lo que lleva a una
mayor pérdida de calcio de los huesos.

Pero existen otros factores de riesgo, como
son: una dieta pobre en calcio y vitamina D, hacer poco
ejercicio, tomar ciertos medicamentos (como la cortisona) durante
mucho tiempo, fumar y tomar café o alcohol en
exceso.

Además, la osteoporosis es mucho
más frecuente en mujeres delgadas y pequeñas. De
hecho, se considera que pesar menos de 125 libras es un factor de
riesgo independiente.

¿Los hombres pueden sufrir de
osteoporosis?

Sí, aunque 4 veces menos frecuente
que las mujeres.

Síntomas

Generalmente es asintomática. Muchas
mujeres son diagnosticadas al sufrir su primera fractura
osteoporótica. Otras pueden tener dolores crónicos
por fracturas vertebrales no diagnosticadas. Puede haber
disminución de la estatura y enjorobamiento de la columna,
debido a fracturas por aplastamiento de las vértebras, lo
que inicialmente produce dolor, que después se alivia, y
nos olvidamos de ello.

El dolor crónico y las limitaciones
físicas en las personas que sufren de osteoporosis severa
pueden llevar a la depresión y el aislamiento
social.

Complicaciones

Las complicaciones más temidas y
frecuentes de la osteoporosis son las fracturas, que
comúnmente ocurren por caídas o traumas leves . Es
la causa de muerte más frecuente relacionada con esta
enfermedad.

Las fracturas más prevalecientes
son: de la columna vertebral, de la cadera y de la muñeca
(? distal del antebrazo). Las fracturas de la columna son
producidas por aplastamiento de las vértebras por el peso
del cuerpo. Las fracturas de caderas y muñecas son
producidas por caídas.

Una de las complicaciones más
temibles es la fractura de la cadera, pues puede producir
invalidez. En el pasado, era común observar ancianos,
sobre todo mujeres, confinados en la casa o postrados en una
cama, llevando una vida con dolores crónicos y fracturas
intratables, a consecuencia de esta enfermedad.

Pero, gracias a los avances
ortopédicos, esta fractura se puede corregir
quirúrgicamente, y en muchos de los casos el paciente
recupera su previo nivel de actividad.

Hay factores que contribuyen a las
caídas en los ancianos: pobre visión o
audición, debilidad muscular, secuelas del accidente
cerebrovascular (como desequilibrio, alteraciones en la marcha),
problemas cardiovasculares, y el uso de medicamentos que pueden
alterar la vigilia: sedantes, hipnóticos,
antihistamínicos, y medicamentos
antihipertensivos.

Cómo
prevenir la osteoporosis

La osteoporosis tiene causas modificables y
no modificables. La genética, el sexo y la raza son las
principales causas no modificables y que, por lo tanto, no
podemos cambiar. Se ha observado que esta enfermedad tiende a ser
más prevaleciente en ciertos grupos familiares, en las
mujeres y en la raza blanca.

Los factores que sí podemos
controlar deben implementarse desde la niñez, y, por
supuesto, enfatizarse en la vejez. Esto incluye:

  • 1. Calcio. Llevar una
    alimentación balanceada, rica en calcio y vitamina D.
    Se recomienda una ingesta de 1,000 a 1,200 mg de calcio al
    día. En EE.UU., el promedio de ingesta es de 600-800
    mg. Los ancianos tienen una disminución de la
    absorción de calcio, por lo que deben aumentar su
    ingesta. La leche y derivados es la mejor fuente de calcio.
    Otros alimentos aconsejados son: pescado (especialmente la
    sardina, con todo y hueso), nueces, legumbres y verduras de
    hojas verde oscuro, como el brócoli y la
    espinaca.

  • 2. Vitamina D. Su
    función es aumentar la absorción de calcio. La
    mayoría de la población no la ingiere en
    suficiente cantidad. Los ancianos tienen dificultad con la
    síntesis de vitamina D, por lo que deben aumentar su
    ingesta. Buenas fuentes son pescados como salmón,
    arenque, bacalao y atún. Además, lo puede
    consumir en suplementos, que vienen generalmente con calcio.
    Se aconseja tomar los rayos de sol y una ingesta diaria de
    800 UI (unidades internacionales).

  • 3. Ejercicio. Se recomienda
    hacer ejercicios regularmente, alrededor de 30-60 minutos
    diarios, para fortalecer los huesos y los
    músculos.

  • 4. Hábitos. Evite
    hábitos perjudiciales, como fumar y tomar alcohol y
    café en exceso.

Los ancianos deben enfatizar las medidas
preventivas para evitar caídas:

  • 1. Evitar caminar en suelos
    resbaladizos, irregulares o con obstáculos

  • 2. Solo subir por escaleras
    dotadas de pasamanos

  • 3. Caminar por áreas
    iluminadas

  • 4. En el baño, colocar goma
    en el piso y una barra en la pared, de donde pueda
    sujetarse

  • 5. Usar ropa holgada y
    moda, que permita movimientos.

  • 6. Usar calzado con suela
    antideslizante

¿Cómo tratamos la
osteoporosis?

Hasta hace apenas dos décadas, era
muy poco, casi nada, lo que podíamos ofrecer a nuestros
pacientes con osteoporosis. Estas personas estaban condenadas a
llevar una vejez plagada de miseria: dolores crónicos,
depresión, aislamiento social y, en muchos casos,
invalidez total. En fin… una vida sin dignidad.

¡Y muchos médicos ni siquiera
teníamos plena conciencia de los efectos devastadores de
esta enfermedad!

Desde la década de los 90, han
habido numerosos adelantos en el tratamiento de la osteoporosis.
Aun así, hay muchas personas que sufren innecesariamente.
Se estima que solo una minoría de los afectados ha sido
diagnosticada y recibe tratamiento.

Tratamiento farmacológico

La osteoporosis se caracteriza por un
desequilibrio entre la formación y la resorción
(destrucción) ósea, con el resultado neto de
pérdida de masa ósea, que deja al paciente
susceptible a sufrir fracturas, muchas veces a consecuencia de
traumas leves.

El tratamiento tiene tres objetivos: 1)
detener la pérdida de masa ósea, 2) mineralizar la
estructura del hueso (con calcio y fósforo) y 3) evitar
fracturas. Este último puede ser calificado como
fundamental.

Los medicamentos empleados los podemos
clasificar en dos categorías: 1) inhibidores de la
resorción ósea y 2) estimulantes de la
formación ósea. Entre los primeros podemos citar:
calcio, vitamina D, bifosfonatos, calcitonina y los
estrógenos.

Los estimulantes de la formación
ósea incluyen la hormona paratiroidea (PTH) y los
esteroides anabólicos.

Bifosfonatos. Son los medicamentos
más usado en el tratamiento de la osteoporosis,
después del calcio y la vitamina D. El más popular
es el alendronato (Fosamax), generalmente una tableta de
70 mg una vez a la semana. Debe tomarse con un vaso de agua antes
del desayuno, al levantarse. Se recomienda que el paciente
permanezca parado por lo menos durante 30 minutos después
de tomar el medicamento, para evitar irritación
esofágica. Ha habido casos de esofagitis, úlceras y
estrechez esofágicas. Pero la incidencia es
baja.

Recientemente, se ha estado popularizando
el uso del ácido zoledrónico (Aclasta), que se
administra en forma de una inyección endovenosa una vez al
año.

Calcitonina (Miacalcin). Reduce la
pérdida de hueso y aumenta la masa ósea. Por lo
tanto, ayuda a evitar fracturas. Su efecto es más marcado
en la columna vertebral, y tiene un efecto analgésico
sobre los huesos. Está disponible en inyección
intramuscular y spray nasal.

Estrógenos (Premarín).
Tienen un efecto positivo sobre la salud y la integridad
óseas. Esto queda demostrado por el rápido declive
de la densidad de masa ósea que ocurre después de
la menopausia, debido a la disminución de la
producción de estrógenos por los ovarios, y por el
hecho de que el 80% de los casos de osteoporosis ocurre en
mujeres posmenopáusicas.

Esto se ve también en la menopausia
prematura por cualquier causa, incluyendo la extirpación
de los ovarios. En un estudio se encontró que el
tratamiento con estrógenos reduce la incidencia de
fracturas en mujeres posmenopáusicas en 30-39%.

Pero estos medicamentos aumentan los
riesgos de padecer cáncer de útero y
tromboembolismo, por lo que se debe realizar una cuidadosa
evaluación médica previo a su uso.

Claro está, cualquiera que sea el
tratamiento, siempre debe acompañarse de suplementos con
calcio y vitamina D, y seguir las medidas de prevención de
fracturas que hablamos la semana pasada.

Aclasta: novedoso
tratamiento para la osteoporosis

Los tratamientos médicos indefectiblemente
mejoran con el tiempo. Cuando salió el alendronato
(Fosamax), una tableta diaria de 10 mg, se consideró una
innovación importante. Luego se reformuló en forma
de una tableta de 70 mg para tomarse una sola vez a la semana.
Posteriormente salió el ibandronato (Boniva), con la
ventaja de que puede tomarse una vez al mes, y producir los
mismos efectos.

Pero ¿qué le parece si se desarrollara un
medicamento que haya de administrarse solo una vez al año?
Bueno, esto no es una quimera, sino que hoy día es una
realidad. El ácido zoledrónico (Aclasta) es una
solución para inyección endovenosa, que se ha
estado usando en nuestro país por alrededor de un
año, con muy buenos resultados.

Estudios han encontrado que mientras el alendronato
disminuye la incidencia de fracturas en un 50% al cabo de tres
años, estas se redujeron en un 70% con Aclasta. O sea que,
desde este punto de vista, es superior al alendronato.

Debe administrarse lentamente, en no menos de 30
minutos. Tiene el inconveniente de que hay que ir a la emergencia
de una clínica para ponerse en forma de
"suero".

El
futuro

¿Qué le parece un medicamento que se pueda
poner en la casa y a dosis infrecuentes? ¿No sería
demasiado pedir?

No, pues tal producto ya existe. El denosumab
(Prolia) es una inyección subcutánea (debajo de la
piel) que se puede administrar en el consultorio del
médico o usted puede aprender a ponérsela del mismo
modo que los diabéticos se inyectan insulina. Se requiere
una inyección cada 6 meses.

Es que en la ciencia, la innovación es el
lema.

En octubre del 2009, la FDA (Administración de
fármacos y alimentos, por sus siglas en inglés) de
los EE.UU. aprobó el denosumab para ser usado en mujeres
con historia de fracturas osteoporóticas o con alto riesgo
de sufrir fracturas. No se aprobó para ser usado en
pacientes con bajos riesgos hasta que no se tenga más
información sobre posibles efectos adversos.

Hoy día este medicamento es de amplio uso en
EE.UU. Esperamos que pronto esté disponible en las
farmacias de RD y otros países de nuestra América
Hispánica. Una limitación es su alto
costo.

 

 

Autor:

Dr. Juan Luis
Fernández

 

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